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La evolución iconográfica de un
tema nos ilustra sobre las
variaciones de las creencias, sobre
la tensión o la relajación del
sentimiento religioso. Existe una
semántica icónica que merece un
lugar en la jerarquía de las ciencias
históricas, análogo al que ocupa la
semántica verbal en el campo de
las ciencias filológicas.
DIOS PADRE
ICONOGRAFÍA DE - La mano de Dios
DIOS -
- El Anciano de Días
-
- El Papa o el Emperador celeste de la Edad Media
-
- El Júpiter cristiano del Renacimiento
-
DIOS HIJO
Aquí hablaremos sólo de la segunda persona de la Trinidad,
Logos o Verbo eterno. La iconografía de Cristo encarnado, del
Jesús de los Evangelios, se estudia en el apartado titulado
"Iconografía de Cristo".
EL ESPÍRITU SANTO
- Los siete dones del Espíritu Santo
LA SANTÍSIMA TRINIDAD
- Símbolos geométricos
- Representaciones antropomórficas
LA MANO DE DIOS
El símbolo más antiguo de Dios
Padre es una mano que sale de
una nube. Es la representación
figurada más importante de
Dios Padre desde el siglo IV al
VIII. ¿Por qué se ha elegido
una mano como jeroglífico de
Dios? Porque la palabra hebrea
iad significa a la vez "mano" y
"poder"; en estilo bíblico, "Mano
de Dios" es sinónimo de poder
divino. La Mano de Justicia que
los reyes llevan como insignia
de soberanía, con el globo y el
cetro, es una supervivencia de esta muy antigua tradición.
Esta mano es siempre la derecha, que por ser la más fuerte tiene
preeminencia. Para significar que es una mano divina tiene
dimensiones colosales y además está rodeada de un nimbo. A
veces proyecta un triple rayo de luz, en alusión a la Trinidad, o
aparece en medio de una fuente de relámpagos. En algunos casos
la mano hace un gesto: de bendición, de mando o de amenaza. Es
una mano hablante que traduce el pensamiento y la voluntad del
Señor.
Aparece frecuentemente en las escenas de la ofrenda de Caín y
Abel, la orden a Noé de construir el arca, el sacrificio de Isaac, la
entrega a Moisés de las Tablas de la Ley y el arrebatamiento del
profeta Ezequiel. La mano divina se encuentra también presente en
algunas escenas de la vida de Cristo (Bautismo, Transfiguración).
En las representaciones de la Ascensión en el arte paleocristiano y
de la Alta Edad Media, la mano agarra la mano derecha de Cristo
como para ayudarlo en su subida al cielo. Figura también en
algunas escenas de vidas de santos.
1. LA VIRGEN ORANTE
1.1. Contemplativa
1.1.1. Gozosa
- La Virgen apocalíptica
- La Virgen apocalíptica alada
- La Virgen Sibilina
ICONOGRAFÍA DE LA VIRGEN - La Virgen de Guadalupe
- La Virgen de la Esperanza, de la Expectación o de la
O
- La Virgen de las Espigas
- La Inmaculada Concepción
1.1.2. Dolorosa
- La Virgen de la Piedad
- La Virgen de las Siete Espadas
- La Virgen de la Soledad
- La Verónica
- La Virgen de la Vid o el Racimo
1.2. Activa
1.2.1. Protectora
- La Virgen de la Misericordia
- La Virgen del Rosario
- La Virgen de la Merced
- La Virgen del Remedio
- La Virgen del Socorro
- La Divina Pastora
- La Virgen de la Luz
- La Virgen de los Desamparados
- La Virgen de la Victoria
- La Virgen de la Providencia
1.2.2. Intercesora
- En el Juicio
- En el Purgatorio
- En las calamidades
2. LA VIRGEN ENTRONIZADA
- La Virgen Majestad
- La Virgen de las Tres Coronas
- La Virgen Trono de Salomón
- La Virgen Sacerdotisa
- La Virgen de Ternura
- Las Vírgenes abrideras
- Las Vírgenes negras
3. LOS TEMAS GENEALÓGICOS
- El árbol de Jesé
- La parentela de María
- La Sagrada Familia
4. GLORIFICACIÓN DE LA VIRGEN
- Asunción
- Coronación
5. OTROS TEMAS
- La Maternidad Virginal
- La Virgen Peregrina
- La Costurera Profética
Ver también el apartado de Arte Bizantino
LA VIRGEN APOCALÍPTICA
LA VIRGEN APOCALÍPTICA
ALADA
El arte cristiano dio también a la Virgen estas dos alas. Esta mujer
apocalíptica es identificada todavía con la Madre de Dios, en su
gesto típicamente español de Inmaculada. El dragón es
normalmente representado como una serpiente.
LA VIRGEN SIBILINA
Al lado de la Virgen
apocalíptica o
preexistente hay que
colocar la Virgen Sibilina,
en relación con la
supuesta profecía de la
sibila Tiburtina.
LA VIRGEN DE GUADALUPE
De la Virgen
apocalíptica
procede
directamente
otro tipo
iconográfico,
que es el de
Nuestra
Señora de la
Esperanza, o
de la O. Es
una
representació
n que, en
toda su crudeza, propia de una época de mucha fe y poca
aprensión, resulta ahora bastante rara. La fórmula de esta imagen
la sugirió la mujer apocalíptica que había de dar a luz un niño. Un
frontal pintado que se encuentra en el Museo Episcopal de Vich,
comprueba este origen iconográfico. En él vemos a la Virgen
expectante, sentada en un trono y rodeada de siete palomas que
convergen hacia su seno, símbolos de los siete dones del Espíritu
Santo. A su lado, y sentado también en un trono, aparece San Juan
Evangelista, que con un grito de antífona de Adviento la identifica
concretamente con la mujer de su visión apocalíptica. La Virgen con
las siete palomas es frecuente en la iconografía cristiana, pero
raramente se presenta en la forma en que aparece en dicho frontal.
En la mayoría de los casos, las siete palomas están relacionadas
con la Virgen que forma parte culminante del árbol de Jesé.
Contrariamente a lo que
afirman algunas corrientes
historiográficas, según las cuales la Iglesia de Trento ordenó
suprimir la imagen de la Santísima Virgen embarazada, por
considerarla incómoda, lo cierto es que las representaciones de la
Madre de Dios embarazada o amamantando son muy habituales en
la iconografía cristiana.
LA INMACULADA CONCEPCIÓN
LA VIRGEN DE LA PIEDAD
El grupo de la Virgen de
la Piedad se compone
estrictamente de dos
personajes: María y
Jesús desclavado de la
cruz, cuyo cuerpo
inanimado sostiene ella
sobre las rodillas. Esto
distingue este tema del
de la Lamentación al pie
de la cruz, que tiene
numerosos personajes.
En algunos casos pueden
aparecer figuras de
donantes, pero sin
intervención de otros
personajes que aparecen usualmente en las escenas al pie de la
cruz.
Después del
enterramiento de
Cristo, la Virgen
queda sola con su
dolor. Se la
representa con las
manos juntas y
gruesas lágrimas
que corren por sus
mejillas.
1. Profecía de Simeón.
2. La huida a Egipto.
3. La pérdida del Niño Jesús que permanece en el templo en medio
de los doctores.
4. Cristo con la cruz a cuestas.
5. La crucifixión.
6. El descendimiento de la cruz.
7. El entierro.
ICONOGRAFÍA
El devoto
sentimentalismo
popular se complacía
sobre todo en los dolores de la Madre de Dios. Después de haber
creado los temas de la Piedad y de la Virgen de los Dolores, creó
todavía otro, que es el de la Soledad.
Otro tipo de Dolorosa es la Virgen de la Vid o del Racimo. La Virgen o el Niño llevan un
racimo que de una manera especial simboliza el sacrificio del Calvario y también el
sacrificio que se consuma en el altar. El atributo puede también constituir una alusión a
la virginidad de María, inspirada en el Defensorium inviolatae virginitatis beatae Mariae.
Pero este simbolismo resulta esporádico y se desvanece ante el auténtico y bíblico
simbolismo de la vid y del racimo, que Santos Padres y teólogos, predicadores y poetas
medievales glosaron con tanto apego.
Entre las diferentes representaciones tenemos distintos tipos: las figuras se encuentran
bajo un emparrado del que cuelgan racimos; la Virgen o el Niño sostienen en sus manos
un racimo; un ángel le presenta al Niño el racimo, que alarga su mano para cogerlo; la
Virgen levanta en su mano el racimo, con un gesto dubitativo, como si quisiera
mantenerlo alejado del alcance del Niño, etc.
A veces, por falta de habilidad o mala interpretación del artista, el racimo se convierte en
una piña. En otras ocasiones es el pueblo quien ha interpretado mal este símbolo, como
ocurre en la imagen de Nuestra Señora de la Piña o de Gracia, escultura sevillana del
siglo XVI, que es conocida bajo esta advocación, a pesar de que lo que lleva en las
manos es, con toda evidencia, un racimo.
LA VIRGEN DE LA MISERICORDIA
Este símbolo no
está reservado a
la Virgen María.
Dios Padre,
Cristo, los
arcángeles y los
santos suelen
representarse con manto protector.
ICONOGRAFÍA
Para representar a la Virgen del Rosario los dominicos tomaron en
principio el tipo de la Virgen de la Misericordia. La primera
representación conocida de este tema es un tríptico de la iglesia de
San Andrés de Colonia. La única diferencia con la Virgen de la
Misericordia es que dos ángeles sostienen una corona de rosas
sobre su cabeza.
María, sacerdotisa
del Antiguo
Testamento: he
aquí un tema
rarísimo en la
iconografía mariana. Aunque raros también, son algo más
frecuentes los casos en que la Virgen es representada como
oficiante del Nuevo Testamento.
LA VIRGEN DE TERNURA
EL ÁRBOL DE JESÉ
Un tema tan fecundo como éste desapareció a fines del siglo XVI.
Sobrevivió algo más de tiempo en las pinturas sobre vidrio, pero la
estética del Renacimiento no podía conciliar con un tema tan
arcaico, más cerca de la heráldica que de la pintura religiosa.
LA PARENTELA DE MARÍA
LA CORONACIÓN DE LA
VIRGEN
A los personajes
esenciales e
indispensables se unen
ángeles y hasta santos, a
pesar del anacronismo
que ello comporta. Son,
casi siempre, San Bernardo, San Francisco de Asís y San Antonio
de Padua, por su devoción a la Virgen. Fra Angelico les agrega los
apóstoles, los evangelistas y santos de su orden: Santo Domingo,
San Pedro Mártir y Santo Tomás de Aquino.
LA MATERNIDAD VIRGINAL
En su indumentaria se mezclan
elementos del traje de peregrino,
como el bordón, la esclavina, el
sombrero adornado con conchas...
LA COSTURERA PROFÉTICA
- Águeda
- Agustín
- Alberto Magno
- Ambrosio de Milán
- Andrés, apóstol
- Antonio abad
- Antonio de Padua
- Apolonia
- Bárbara
- Bartolomé, apóstol
- Basilio
- Benito
- Bruno
- Carlos Borromeo
- Catalina de Alejandría
- Catalina de Siena
- Cecilia
- Cosme
- Cristóbal
- Damián
- Dionisio
- Domingo de Guzmán
- Elena
- Esteban
- Eulalia
- Gregorio Magno
- Inés
- Jacinto
- Jerónimo
- Jorge
- Juan Bautista
- Juan Evangelista
- Lorenzo
- Lucas
- Lucía
- Luis, rey de Francia
- Luis Beltrán
- Marcos
- Margarita
- Martín
- Mateo, apóstol
- Miguel, arcángel
- Mónica
- Nicolás de Bari
- Pablo, apóstol
- Pablo, ermitaño
- Práxedes
- Pudenciana
- Roque
- Sebastián
- Simón, apóstol
- Tomás, apóstol
- Vicente de Zaragoza
PATRONAZGOS
ICONOGRAFÍA
AGUSTÍN
VIDA Y LEYENDA
PATRONAZGOS
Por sus escritos fue elegido patrón de los teólogos y los impresores.
En Florencia su protección se extiende a los que recogen papeles
viejos. Aunque no sea un santo curador, en los países de lengua
germánica la etimología popular, que estableció una relación entre
Agustín y Auge (ojo), le confirió el poder de curar enfermedades
oculares. Por ser africano, se lo invocó contra las plagas de
langosta.
ICONOGRAFÍA
VIDA
AMBROSIO DE MILÁN
VIDA Y LEYENDA
Es uno de los
cuatro grandes
doctores de la
Iglesia latina. Nació
hacia 340 en
Tréveris, pero fue
criado en Roma.
Fue elegido obispo
de Milán en 374,
aunque era un
simple catecúmeno.
Fue él quien en 387
bautizó a san Agustín. Se hizo popular por la firmeza de que diera
pruebas en 390 ante el emperador Teodosio, a quien prohibió el
acceso a sus iglesia después de las matanzas de Tesalónica, hasta
que el emperador hizo pública penitencia. Murió en Milán en 396,
donde fue enterrado cerca de las reliquias de los santos Gervasio y
Protasio, según sus deseos, y posteriormente, bajo el altar mayor
de la basílica que lleva su nombre.
PATRONAZGOS
ICONOGRAFÍA
ANDRÉS, APÓSTOL
VIDA Y LEYENDA
ICONOGRAFÍA
PATRONAZGOS
Fue adoptado como patrón por las corporaciones de los pescadores
de agua dulce, los pescaderos y los cordeleros que proporcionaban
a los pescadores cuerda para las redes. Lo invocaban las mujeres
casaderas que deseaban encontrar un marido, quizás porque su
nombre (Andros) evocaba en griego la idea de un hombre, como
San Colomán (mann) en los países de lengua alemana. Como
curador, era invocado contra la gota, calambras, tortícolis, erisipela
y disentería, que era llamada mal de San Andrés.
ANTONIO ABAD
VIDA Y LEYENDA
PATRONAZGOS
ICONOGRAFÍA
ANTONIO DE PADUA
VIDA
PATRONAZGOS
ICONOGRAFÍA
APOLONIA
VIDA Y LEYENDA
PATRONAZGOS
ICONOGRAFÍA
BÁRBARA
LEYENDA
PATRONAZGOS
ICONOGRAFÍA
Sus atributos son la palma del martirio y la corona, la torre con tres
ventanas, una pluma de pavo real, un cáliz rematado con una
hostia, un cañón o una bala de cañón.
BARTOLOMÉ
Su nombre es un patronímico:
Bar Tolmai (hijo de Tolmai o de
Tolomeo). Según la leyenda,
después de la muerte de Cristo
habría evangelizado Arabia,
Mesopotamia y Armenia. Fue allí
donde, según el martirologio
romano, lo habrían desollado vivo
por orden del rey Astiages,
furioso porque había convertido
al cristianismo a un gran número
de sus vasallos. En la tradición
oriental, sin embargo, habría sido
crucificado, ahogado o
decapitado.
BASILIO
HISTORIA Y LEYENDA
Uno de los cuatro padres de la Iglesia griega. Nació en Cesarea de
Capadocia, Asia Menor, en 328. Se convirtió en obispo de su ciudad
natal en 370 y murió en 379. Pertenecía a una familia de santos: su
abuela, padre y madre, sus dos hermanos, San Gregorio de Nisa y
San Pedro de Sebaste, y su hermana Santa Macrina, fueron todos
canonizados por la Iglesia griega. Luchó con valor contra la herejía
de Arrio, se enfrentó al emperador Valente que profesaba el
arrianismo, e hizo devolver a los ortodoxos una iglesia cedida a los
arrianos. Pero su popularidad se debe sobre todo a que fue el
legislador del monaquismo oriental. Redactó la regla de los monjes
basilios, única orden monástica que existe en la Iglesia griega.
ICONOGRAFÍA
BRUNO
VIDA
ICONOGRAFÍA
CARLOS BORROMEO
CATALINA DE ALEJANDRÍA
VIDA Y LEYENDA
ICONOGRAFÍA
Se representan la escena de su
martirio y
la de su
matrimoni
o místico
con el
Niño Jesús en los brazos de María (en el
caso de Catalina de Siena el Cristo es
adulto).
CATALINA DE SIENA
VIDA Y LEYENDA
Santa dominica del siglo XIV. Nacida en Siena hacia 1347, era la
vigésimo quinta hija de un tintorero que se llamaba Jacopo
Benincasa. A los siete años hizo voto de virginidad. Como su madre
quería casarla, se rasuró la cabeza. Recibida en la tercera orden de
santo Domingo a los dieciséis años de edad, a pesar de la
oposición familiar, vistió el hábito negro de las terciarias o
Hermanas de la Penitencia. En el convento llevó una vida ascética
que arruinó su frágil salud. Profesaba una devoción particular a
santa Inés de Montepulciano. Según la leyenda, cuando Catalina
visitó la tumba de santa Inés, y se inclinaba ante el cuerpo de la
santa para besarle el pie, ésta la levantó hasta la altura de sus
labios. Se la glorificaba por haber contribuido a traer al papa
Gregorio XI a Roma, desde Aviñón. En ocasión del cisma de
Occidente, tomó partido por Urbano VI. Murió en Roma en 1380 y
fue canonizada en 1461. Su cuerpo reposa bajo el altar mayor de la
iglesia dominica de Santa María sopra Minerva, cerca de Fra
Angelico. Pero su cabeza fue reclamada por Siena, su ciudad natal.
ICONOGRAFÍA
COSME Y DAMIÁN
VIDA Y LEYENDA
PATRONAZGOS
ICONOGRAFÍA
CRISTÓBAL
DIONISIO
LEYENDA
PATRONAZGOS
ICONOGRAFÍA
DOMINGO DE GUZMÁN
VIDA Y LEYENDA
ICONOGRAFÍA
Santo Domingo aparece casi siempre revestido con el hábito de su
orden: túnica blanca y manto negro. Una estrella brilla en su frente o
por encima de su cabeza. A veces hay un perro a su lado.
ELENA
ESTEBAN
VIDA Y LEYENDA
PATRONAZGOS
ICONOGRAFÍA
VIDA Y LEYENDA
ICONOGRAFÍA
GREGORIO MAGNO
En los mosaicos
bizantinos está
representada como
orante, adornada de ricos
vestidos, una diadema de
perlas y una larga estola
de oro. Es la primera
santa que haya sido
dotada con un atributo
(siglo VI). Sus armas
parlantes son el cordero
blanco, símbolo de su
pureza. El cordero no es
sólo una alusión a su
nombre. Es también un
recuerdo de la visión de
sus padres, quienes, ocho días después de su muerte, habrían visto
aparecer a su hija con un cordero a su derecha. Se la reconoce
también por la hoguera encendida cuyas llamas se alejan sin tocarla
siquiera, por la espada, instrumento del suplicio, y por la palma del
martirio.
HISTORIA Y
LEYENDA
Después de
estudiar en
Cracovia,
Praga,
Bolonia y
París, en
1220 recibió
en Roma, de
manos de
Santo
Domingo, el
hábito de los dominicos.
PATRONAZGOS
ICONOGRAFÍA
JERÓNIMO
VIDA Y LEYENDA
PATRONAZGOS
San Jerónimo es el patrón de Dalmacia. Su culto se ha extendido
sobre todo gracias a los jerónimos y más tarde a los jesuatos, que
adoptaron su regla. En el Renacimiento se convirtió en el patrón de
los humanistas. En nuestros días, a causa de su versión latina de la
Biblia, se convirtió en el patrón de los traductores.
ICONOGRAFÍA
JORGE
Santo fabuloso a quien se
considera oriundo de
Capadocia, a causa de una
confusión con otro Jorge,
obispo arriano de Alejandría. Su
leyenda, que fue rechazada por
el concilio del siglo V como
apócrifa, lo hace oficial de una
legión romana, que atravesó
una ciudad aterrorizada por un
dragón que devoraba hombres
y animales. Para calmar el
hambre del monstruo, los
campesinos le entregaban dos
ovejas diarias. Cuando se
acabó el ganado, le entregaban
dos jóvenes elegidas por
sorteo. Un día la suerte recayó
en la hija del rey. Cuando la
joven estaba a punto de ser
devorada apareció san Jorge y
atravesó al dragón con su
lanza. Según la Leyenda
Dorada, sólo lo habría herido.
Jorge le pidió a la princesa que anudara su cinturón alrededor del
cuello del dragón, que la siguió a todas partes como un perrito
llevado por la correa. El santo distribuyó entre los pobres el dinero
que le dio el rey como recompensa.
JUAN BAUTISTA
VIDA Y LEYENDA
PATRONAZGOS
ICONOGRAFÍA
San Juan Bautista aparece en el arte cristiano con dos aspectos
diferentes: como niño y como adulto, como compañero de juegos
del Niño Jesús y como predicador ascético.
ATRIBUTOS
En el arte bizantino está representado como un ángel con grandes
alas. Esto se basa en una profecía de Malaquías: "He aquí que
envío a mi mensajero para preparar mi camino, el ángel de la
Alianza que deseáis".
JUAN EVANGELISTA
VIDA Y LEYENDA
PATRONAZGOS
ICONOGRAFÍA
La iconografía de san Juan ofrece dos tipos muy diferentes: joven e
imberbe o con los rasgos de un anciano de barba blanca.
ATRIBUTOS
LORENZO
VIDA Y LEYENDA
PATRONAZGOS
ICONOGRAFÍA
ESCENAS
San Lorenzo
es ordenado
diácono, San
Lorenzo
recibe del
papa los
tesoros de la
Iglesia, la
caridad de
San Lorenzo,
la flagelación
de San
Lorenzo, San
Lorenzo asado en la parrilla y el enterramiento de San Lorenzo.
LUCAS
HISTORIA Y LEYENDA
Era un judío helenizado, nacido en Antioquía de Siria, donde, según
san Pablo y san Jerónimo, ejerció la medicina. Convertido por san
Pablo, se hizo su discípulo favorito y lo acompaño en sus viajes.
Después de la decapitación de san Pablo, habría continuado
predicando el Evangelio en Egipto y en Grecia, y habría sido
crucificado en Patras junto a san Andrés. Según otra tradición, tan
dudosa como la anterior, habría muerto en Damasco.
ICONOGRAFÍA
LUCÍA
VIDA Y LEYENDA
Virgen de Siracusa que habría sido martirizada en 304, en tiempos
de Diocleciano. Según la leyenda, con su madre Eutiquia emprendió
una peregrinación a Catania, a la tumba de santa Águeda. Después
de la curación de su madre, Lucía distribuyó toda su fortuna entre
los pobres. Denunciada como cristiana por su novio pagano, el
cónsul Pascasio, fue condenada a permanecer en un prostíbulo,
pero un potente tiro de cuatro bueyes no consiguió hacerla avanzar
ni un paso hacia allí. El cónsul pidió auxilio a los magos. Lucía fue
asperjada con orina hirviente; que se consideraba apta para destruir
los maleficios. Los verdugos le echaron plomo fundido en las orejas,
le arrancaron los dientes y los pechos. Se levantó una hoguera a su
alrededor; pero las llamas la respetaron, y para acabar con ella
debieron cortarle el cuello. Según otra versión, ella misma se habría
arrancado los ojos y los habría enviado a su novio sobre una
bandeja; pero la Virgen le habría hecho nacer otros ojos aún más
bellos. Esta leyenda se apoya en la etimología popular de su
nombre, Lucía, cuya raíz está vinculada con la palabra luz. Los dos
ojos que le servían de atributo no eran los suyos, sino, por decirlo
así, eran armas parlantes. Se trata de un despropósito iconográfico
que ha engendrado la leyenda de los ojos arrancados.
ICONOGRAFÍA
Sus atributos más frecuentes son los dos ojos que suele presentar
sobre una bandeja. No obstante, a veces lleva sus ojos en la palma
de la mano, en el extremo de un tallo o en la punta de un puñal.
Sean cuales fueran estas variantes, todas ellas significan que se la
invoca para las enfermedades oculares. Este atributo puede hacer
que se la confunda con la alsaciana santa Odila, si esta última no
presentase su par de ojos sobre la placa de encuadernación de un
libro.
PATRONAZGOS
ICONOGRAFÍA
LUIS BELTRÁN
HISTORIA
Dominico
español
nacido en
Valencia en
1525. Fue
misionero en
las colonias
españolas del
Nuevo
Mundo,
donde
evangelizó a
los indios
caribes, que
intentaron
envenenarlo.
ICONOGRAFÍA
MARCOS
HISTORIA Y LEYENDA
Uno de los cuatro evangelistas, de origen judío, que adoptó el
nombre de pila romano de Marcus. En numerosos textos se lo llama
Juan Marcos, o Juan "llamado Marcos". Habría sido el discípulo
preferido y el portavoz de san Pedro, a quien habría acompañado a
Roma.
PATRONAZGOS
ICONOGRAFÍA
LEYENDA
PATRONAZGOS
Su extrema popularidad se
explica por las virtudes de
comadrona que se le atribuían en
la Edad Media. Las parturientas
la invocaban al acercarse el
momento del parto. Su asistencia
podía conseguirse mediante tres
procedimientos: una de las
personas que rodeaban a la
parturienta leía en voz alta la
vida de santa Margarita, se
aplicaba el libro que narraba su
vida sobre el vientre de la
parturienta, o se tocaba el
cinturón de santa Margarita, que
las mujeres consideraban el
amuleto más precioso.
ICONOGRAFÍA
MARTÍN
HISTORIA Y LEYENDA
PATRONAZGOS
ICONOGRAFÍA
VIDA Y LEYENDA
ICONOGRAFÍA
Como publicano lleva una bolsa, o balanzas para pesar oro. Como
apóstol, para indicar su conversión, pisotea un saco del cual salen
monedas. El instrumento de su martirio es una lanza o una
alabarda. Como evangelista, tiene por símbolo un ángel.
TRADICIÓN
ICONOGRAFÍA
PATRONAZGOS
ICONOGRAFÍA
NICOLÁS DE BARI
HISTORIA Y LEYENDA
PABLO
HISTORIA Y LEYENDA
ICONOGRAFÍA
PABLO ERMITAÑO
LEYENDA
La vida del primer ermitaño fue escrita en latín por San Jerónimo, y
luego popularizada por la Leyenda Dorada. No acusa elementos
históricos sino que es una variante de la vida de San Antonio.
ICONOGRAFÍA
Vestido con una túnica de hojas de palmera trenzadas, el primer
ermitaño tiene como atributos el cuervo y los dos leones. Suele
formar pareja con Antonio Abad. Ambos se apoyan en una tau.
PRÁXEDES Y PUDENCIANA
VIDA Y LEYENDA
ICONOGRAFÍA
ROQUE
VIDA Y LEYENDA
PATRONAZGOS
ICONOGRAFÍA
SEBASTIÁN
VIDA Y LEYENDA
PATRONAZGOS
ICONOGRAFÍA
Su iconografía es
extremadamente rica por varias
razones. Durante la Edad
Media, el miedo a la peste y la
devoción de las cofradías de
arqueros multiplicaron sus
imágenes. El Renacimiento lo
adoptó porque su martirio era
un cómodo pretexto para
glorificar la belleza del cuerpo
desnudo.
VIDA Y LEYENDA
ICONOGRAFÍA
TOMÁS, APÓSTOL
PATRONAZGOS
ICONOGRAFÍA
Sus atributos
característicos son el
cinturón de la Virgen, una
escuadra de arquitecto y
la lanza que fue el
instrumento de su
martirio. A partir del siglo
XVII la escuadra
prácticamente
desaparece.
VICENTE DE ZARAGOZA
VIDA Y LEYENDA
PATRONAZGOS
ICONOGRAFÍA
- Babilas: Cadenas.
- Baco: Collar insignia de los oficiales de la guardia
imperial, que se confundió con una collera de esclavo.
- Balbina: Cadenas.
- Baldomero: Yunque, martillo y tenaza de herrero.
- Bárbara: Corona; peña que se abre para protegerla; torre de
prisión con tres ventanas; copón rematado en una hostia; cañón o
bala de cañón; perseguidor derribado a sus pies; pluma de pavo
real; palma del martirio.
- Bartolomé: Cuchillo; piel suspendida de su brazo.
- Basilio el Grande: Cruz de triple crucero; paloma inspiradora
posada sobre el hombro o sobre la mitra.
- Batilde, reina: Corona; escala entre dos flores de lis.
- Bavón de Gante: Espada; halcón sobre el puño.
- Beato: Dragón.
- Beatriz: Cuerda al cuello.
- Bega: Corona ducal; siete capillas; gallina incubando siete
polluelos.
- Benedicto de Aviñón: Piedra de cantero destinada a la
construcción del puente de Aviñón que carga sobre el hombro.
- Benigno: Mitra episcopal; machete plantado en el cráneo; diez
leznas hundidas bajo las uñas; dos lanzas en diagonal que le
atraviesan el pecho; los pies sellados en una pila llena de plomo
fundido.
- Benito: Tamiz partido; copa envenenada de donde escapan dos
serpientes; cuervo que lleva un pan envenenado en el pico; cálculo
del que librara al emperador Enrique II.
- Benito José Labre: Bordón de peregrino; corona de rosas.
- Benón: Pez que tiene dos llaves en las fauces, casi siempre
apoyado sobre una placa de encuadernación de un libro.
- Bernabé: Piedras de su lapidación.
- Bernardino de Feltre: Montepío de tres pináculos.
- Bernardino de Siena: Hábito marrón de franciscano; disco radiante
que lleva inscrito el trigrama J.H.S., el primer trazo de la H es una
cruz; tres mitras arrojadas a sus pies.
- Bernardo: Cogulla blanca de cisterciense; báculo abacial; mitra
apoyada en el suelo; perro blanco; colmena o enjambre de abejas;
instrumentos de la Pasión.
- Bernardo de Aosta: Torre con una ventana; demonio encadenado;
piqueta de montañista.
- Bernardo Tolomeo: Hábito blanco de olivetano; rama de olivo;
escala mística.
- Bernwardo de Hildesheim: Martillo de orfebre; cáliz; cruz.
- Bertino: Barca sin mástil.
- Bertulfo: Águila cuyas alas desplegadas sirven de paraguas al
santo.
- Bibiana: Columna de flagelación; haz de varas.
- Blandina de Lyon: Red.
- Blas: Peines de cardar con los que fue desgarrado; cirio espiralado
o dos cirios entrecruzados sobre la garganta de un niño que tragara
una espina de pescado; cuerno de caza (en Alemania); cabeza de
cerdo.
- Bonifacio de Maguncia: Hacha hundida en el tronco de un árbol
sagrado de los paganos; evangeliario atravesado por la hoja de una
espada; rueda heráldica de Maguncia.
- Brandano de Irlanda: Pez en la mano.
- Briccio: Niño envuelto en pañales que lleva en los brazos; brasas
en un pliegue de la capa.
- Brígida de Irlanda: Vaca.
- Brígida de Suecia: Ropa de viuda, abadesa o peregrina; corazón
con cinco llagas; corona real arrojada a sus pies.
- Bruno: Estrella sobre el pecho; crucifijo arborescente; mitra y
báculo a sus pies; calavera ante la cual medita; rama de olivo.
- Buenaventura: Mitra episcopal; capelo cardenalicio suspendido de
un árbol; árbol de la Cruz, rematado en un pelícano; capa ricamente
bordada con cabezas de serafines.
- Calais: Búfalo.
- Calixto, papa: Piedra de molino atada al cuello; pozo
donde lo sumergieron.
- Cannat de Marsella: Báculo episcopal y caña (juego de palabras
con su nombre).
- Carlomagno: Corona imperial; espada; globo; manto flordelisado.
- Carlos Borromeo: Crucifijo; calavera; cuerda de penitente al cuello.
- Casiano de Imola: Estilo o punzón (con el cual fue martirizado por
sus alumnos).
- Casilda: Flores en un pliegue de su túnica.
- Casimiro, rey de Polonia: Lirio; corona y cetro arrojados a sus pies.
- Cástulo: Espada (a título de legionario romano); laya (fue
enterrado vivo en una fosa cavada en la arena).
- Catalina de Alejandría: Anillo de los desposorios místicos; rueda
dentada del suplicio; espada de la decapitación; cabeza del
emperador Maximiano bajo sus pies.
- Catalina de Siena: Estigmas; lirio; corona de espinas.
- Cecilia de Roma: Armonio u otro instrumento musical.
- Cerbonio: Ocas.
- Cipriano de Cartago: Espada de su decapitación; corona del
martirio.
- Cira: Zurrón.
- Ciriaco de Ancona: Dalmática de diácono; libro de exorcismos;
demonio encadenado; poseída
- Ciriaco de Jerusalén: Cruz de Cristo encontrada por santa Elena
gracias a sus informaciones.
- Cirilo de Alejandría: Paloma sobre el hombro.
- Cirilo y Metodio: Cirilo es presentado por el arcángel Gabriel y San
Clemente, Metodio por el arcángel Miguel y san Andrés.
- Ciro de Alejandría: Ver Abbaciro.
- Clara de Asís: Custodia eucarística que usó para rechazar al
ejército sarraceno; cruz rematada en un ramo de olivo; báculo de
abadesa.
- Claro de Nantes: Ojo (se le invoca contra enfermedades oculares
y ceguera).
- Claudio: Mitra y báculo episcopales; cruz patriarcal de doble
travesaño; niño resucitado a sus pies.
- Clemente, papa: Tiara pontificia; ancla.
- Clemente de Metz: Dragón.
- Clodoaldo: Hábito de benedictino; insignias reales.
- Clotilde, reina: Corona y cetro; escudo cuyas armas son tres flores
de lis.
- Coleta: Cordero acostado en sus brazos; alondra; corazón
atravesado por tres flechas.
- Colmano de Melk: Hábito de peregrino; cuerda de ahorcado.
- Columba de Sens: Oso encadenado; pluma de pavo real.
- Columbano de Luxeuil: Oso; fuente.
- Conrado de Constanza: Cáliz donde ha caído una araña.
- Conrado de Piacenza: Ciervo.
- Constantino, emperador: Lábaro; cruz.
- Corbiniano de Freising: Oso albardado.
- Córdula de Colonia: Lanza.
- Corentino de Quimper: Pez.
- Cornelio, papa: Tiara pontificia; cuerno.
- Corona: Corona; monedas.
- Coronados (los cuatro santos): Corona y palma del martirio;
herramientas de escultor o de albañil.
- Cosme y Damián: Bonete de doctor o turbante; maletín de
cirujano; orinal; caja de ungüentos; camello que habla.
- Crispino y Crispiniano de Soissons: Herramientas de zapatero;
cuchilla de zapatero; leznas hundidas bajo las uñas de las manos.
- Cristina: Piedra de molino suspendida del cuello; dos flechas en la
mano.
- Cristóbal: El Niño Jesús al hombro; bastón o tronco de árbol con
hojas que emplea como un bastón para atravesar el vado.
- Cunegunda de Bamberg: Insignias imperiales; maqueta de la
catedral de Bamberg; reja de arado al rojo.
- Cuniberto de Colonia: Paloma apoyada en su hombro o sobre su
mitra, que le reveló el emplazamiento de la tumba de santa Úrsula.
- Cutberto de Lindisfarne o de Durhan: Cabeza del rey Osvaldo en
sus manos; nutria calorífica; columna de fuego.
- Cutubila: Representada como abadesa, con ratas o ratones
trepando por su hábito.
EL FÉNIX
Hay que volverse hacia Egipto
para buscar la razón de la
presencia del fénix en la serie
de emblemas personales de
Jesucristo, ya que allí nació la
fábula que hace del fénix el
pájaro más fabuloso que haya
creado la imaginación humana.
El ave fénix era honrado en el
templo de Heliópolis con una
leyenda propia: nunca vivía
más de un fénix en el mundo.
Cuando sentía que iba a
cumplir quinientos años, levantaba el vuelo, pasaba primero por
Arabia hasta llegar a Heliópolis, se construia sobre el altar del
templo una hoguera hecha de aromáticas plantas de Arabia que era
encendida por el sol, y sobre la cual se consumía; pero de sus
cenizas nacía un pequeño gusano que antes de terminar el día se
convertía en un nuevo fénix lleno de vigor.
Los Padres de los primeros siglos,
creyendo unos ingenuamente a los
naturalistas de su tiempo, recibiendo
la mayoría la leyenda con reservas,
sacaron todos de este animal
fabuloso la imagen de Cristo
resucitado. San Clemente, San
Cipriano, Lactancio, Tertuliano,
Orígenes, San Cirilo de Jerusalén,
San Gregorio Nacianceno, San
Ambrosio, San Epifanio y otros
muchos utilizaron en sus escritos la leyenda del fénix como símbolo
de la resurrección. Por ello aparece frecuentemente en el arte
cristiano, bien como emblema del dogma, bien como imagen
simbólica de Cristo.
También fue emblema de diversas virtudes. En la heráldica
francesa fue emblema de la Esperanza, tanto como sentimiento
humano cuanto como virtud teologal. También fue emblema de la
pureza de conciencia y, a veces por extensión, de la castidad.
LA
LECHU
ZA
La
imagen
un
buho o
lechuza
tiene
gran
caracte
r
simbóli
co, y
dependi
endo
del
context
o en el que aparezca puede simbolizar diferentes cosas. Con
frecuencia se suele intrepretar como representación del demonio,
pues es un animal que vive en la oscuridad y huye de la luz (Cristo
la luz del mundo), pero tambien simboliza la soledad, y en este
sentido se suele asociar con imágenes de ermitaños en oración,
apareciendo con frecuencia relacionada con San Jerónimo.
En otros cuadros aparece como símbolo de Cristo que se sacrifica
para salvar a la humanidad (Lucas 1, 79: A fin de iluminar a los que
habitan en las tinieblas y sombras de la muerte y guiar nuestros
pasos por el camino de la paz), presagiando el sacrificio postrero de
Cristo.
EL LEÓN
Su fortuna en la simbología de Cristo fue menos brillante que
otras, por ejemplo la del pez, del cordero, del pelícano, el ibis y
del águila.
En su obra sobre el arte religioso del siglo XIII en Francia, Emile
Male, al explicar la presencia del león en un vitral de Bourges que lo
muestra cerca de la tumba de Jesús resucitado, refiere la tradición
en virtud de la cual el león se convirtió en emblema de Jesucristo en
el arte cristiano, en cuanto Hombre-Dios resucitado. "Todo el
mundo" decía Male "admitía en la Edad Media que la leona paría
cachorros que parecían nacidos muertos. Durante tres días los
cachorros no daban señales de vida, pero al tercer día volvía el león
y les daba vida con su aliento".
Los autores de los bestiarios medievales tomaron sin duda esta
ficción de Aristóteles y Plinio el Viejo. En aquel mundo
completamente idealista el auge de la ficción de los cachorros
nacidos muertos y vivificados al tercer día por su padre fue enorme;
contó con el favor de San Epifanio, de San Anselmo, de San Yves
de Chartres, de San Brunon de
Asti, de San Isidoro, de
Adamantius y de todos los
fisiólogos.
Además de este significado
relacionado con la
resurrección, el león se
convirtió en emblema de Cristo
con otros significados:
- El león como emblema de las
dos naturalezas de Cristo. Los
antiguos estaban de acuerdo
en afirmar que todas las
cualidades activas del león
están localizadas en la parte delantera de su cuerpo, mientras que
la trasera tan solo tenía función de sostén, de punto de apoyo. Por
eso, en sentido figurado, y apoyándose en San Ireneo, Pedro
Valeriano escribirá Anterioribus partibus coelestia refert,
posterioribus terram. Partiendo de este dato, hicieron de la parte
delantera del león el emblema de la naturaleza divina de Cristo, y
de la parte posterior del animal, la imagen de su humanidad.
- El león como emblema de la ciencia de Jesucristo. Eliano y
muchos otros autores romanos le atribuían al león el darse cuenta
de que se acercan los cazadores; por eso, decían ingenuamente,
borra las huellas de sus pasos azotando la arena con su rabo.
También se le atribuía el reconocer por el olor de la leona cuando
ésta había faltado a la fidelidad. Así, en las fábulas muy antiguas, el
león es aquel a quien no se puede engañar.
- El león como emblema de la vigilancia de Cristo. La vieja creencia
de que el león dormía con los ojos abiertos no resultó indiferente a
los primeros simbologistas cristianos. En el sueño del león con los
ojos perpetuamente abiertos se vio la imagen de Cristo atento que
todo lo ve. San Carlos Borromeo, recogiendo esta antigua
simbología, dio el consejo de adornar las iglesias con la figura del
león vigilante para recordar a los que tienen cura de las almas la
vigilancia necesaria.
- El león como emblema del verbo divino. Algunos escritores
místicos vieron en el rugido del león la imagen de la poderosa
palabra de Cristo. Por ello, en muchas iglesias los púlpitos suelen
ser sostenidos por leones.
EL PAVO
El pavo real tiene una
trayectoria muy larga como
símbolo. Es un símbolo
solar, debido a su vistosa
cola abierta en rueda. En el
libro de los muertos tibetano
sirve como trono a Amitabha
o Amida, con lo cual
simboliza también la
inmortalidad. Por otra parte,
el pavo real había sido en
Grecia el ave de Hera y en
Roma el ave de Juno.
La iconografía cristiana
recoge estas ideas: el pavo
real es símbolo de la
resurrección de Cristo y mediante ésta de la inmortalidad del alma.
También contribuyó a ésto la antigua creencia de que la carne del
pavo real era incorruptible. Con este significado aparece con
frecuencia en las pinturas de las catacumbas.
Pero también se han asignado a la misma ave algunos significados
menos elevados: el pavo real como emblema de la vanidad es fruto
de una reflexión acerca de la fugacidad de la hermosura y la escasa
viveza del ave en cuestión, que contrasta con su apariencia
espléndida.
EL PELÍCANO
La antigua convicción,
basada en fantasías de
"historia natural", según la
cual el pelícano alimenta
a sus polluelos, en caso
de necesidad, infiriéndose
con el pico una herida en
la pechuga para que
puedan así beber su
sangre y sobrevivir, dio
base al simbolismo cristiano que de este ave hace una referencia a
Jesús Salvador.
También se decía del pelícano que desaparece debido al calor del
sol y reaparece en invierno, por lo que fue tomado como alusivo a la
resurrección de Jesús e incluso a la de Lázaro, si bien estas
aplicaciones fueron menos comunes.
Otra antigua leyenda del mundo antiguo, que será retomada en la
Edad Media, decía que la crías del pelícano, protegidas por su
padre, disputan con tanta violencia que lo hieren. Éste las golpea a
su vez y las mata. La madre llega al nido al tercer día; se abre el
pecho a picotazos, y su sangre esparcida sobre las avecillas les
devuelve la vida.
La iconografía del
pelícano aparece
circunscrita sobre todo a
dos temas: aparece en la
escena llamada de la
"Crucifixión simbólica",
posada en la cruz o a su
pie; también es frecuente,
hasta la actualidad,
encontrarlo representado
en las puertas de los sagrarios.
EL PEZ
Atributo del agua, el pez participa
plenamente del simbolismo de ésta.
Es fundamentalmente signo de
pureza, de sabiduría, de fecundidad y
de resurrección. Como tal, está
frecuentemente asociado a la
iconografía del bautismo; decora
especialmente las pilas bautismales.
Desde un punto de vista alimenticio,
tanto para los cristianos como para los pueblos de la Biblia, la carne
del pez es siempre más limpia que la del ave o el cuadrúpedo. De
ahí, en la iconografía medieval, la abundacia de escenas de comida
en que se ven peces dispuestos encima de la mesa, empezando
por la propia Última Cena. En la imagen, éstos tienen
frecuentemente un significado
eucarístico.
Además, para el cristianismo
primitivo, el pez evoca en
primer lugar a Cristo por
razones filológicas: la palabra
griega IKTYS que designa el
pez constituye el acróstico de la
expresión IESOUS KHRISTOS
THEOU YIOS SOTER
(Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador). Desde el siglo I este ideograma
se adopta como señal de reconocimiento y de veneración por los
discípulos de Cristo y disfruta de representación en numerosísimos
objetos y documentos. Raras son las inscripciones funerarias que
no lo contienen. A partir del siglo IV, cuando en Occidente el latín se
convierte, en lugar del griego, en la lengua de la Iglesia, este
ideograma, difícil de comprender, se transforma en una especie de
adivinanza, y se emplea menos.
Los peces representan igualmente a los fieles pescados por esos
pescadores simbólicos que son Cristo, los apóstoles y los obispos.
ANIMALES SÍMBOLOS DE LAS VIRTUDES
ABEJAS - VIRGINIDAD
Símbolo de la virginidad y en especial del
nacimiento virginal de Cristo, ya que tanto en
la Edad Media como en la antigüedad se creía
que las abejas se reproducían por
partenogénesis. Las vírgenes se libraban de su
picadura. San Ambrosio compara a la Iglesia
con una colmena.
ARMIÑO - PUREZA
A esta variedad de comadreja se la considera
por su pelaje (en invierno blanco como la
nieve, salvo las manchas negras de su cola)
símbolo de la pureza.
Según la leyenda, prefiere morir antes que
manchar su vestido inmaculado, lo que explica
la divisa de los duques de Bretaña, para
quienes era su animal heráldico: potius mori
quam foedari (antes morir que ser mancillado).
Emblema de Ana de Bretaña que se casó con
dos reyes de Francia (primero con Carlos VIII,
después con Luis XII), el armiño aparece
constantemente en los castillos del Loira,
acompañando al puercoespín de Luis XII y a la
salamandra de Francisco I.
GALLO - VIGILANCIA
Es el emblema de la vigilancia, pues despierta
a los que duermen, les incita al trabajo, y con
su canto, estridente como un toque de corneta,
les inspira ánimo y confianza.
Guardián siempre en vela, el gallo, veleta de
bronce que se mueve con cualquier soplo de
viento, se mantiene al acecho en lo alto del
campanario de las iglesias, desde donde otea
el horizonte y ahuyenta a los demonios.
PERRO - FIDELIDAD
Animal impuro en la antigüedad, fue
rehabilitado en la Edad Media. Guardián de las
casas, de los rebaños, valiosa ayuda del señor
en la caza, es también el símbolo de la
fidelidad.
El perro pastor, guardián del rebaño, se
convirtió en emblema del buen pastor, del
obispo. Más tarde, por un juego de palabras
con Domini canis (perro del Señor), servirá de
armas parlantes para los dominicos.
En el mundo feudal, el perro de caza es, como
el halcón, el emblema de los nobles.
Encarnación de la fidelidad del vasallo a su
señor, de la mujer a su marido. Figura por ese
honor en los monumentos funerarios a los pies
de los yacentes. La leyenda de San Roque,
alimentado por su perro, también contribuyó a
esta rehabilitación.
UNICORNIO - VIRGINIDAD
Puro producto de la imaginación humana, el
unicornio es mencionado ya en el siglo V a. C.
Según la leyenda, atraviesa con su cuerno a
cualquiera que se le acerque y sólo puede ser
capturado mediante una virgen. Cuando el
unicornio ve a la virgen, se aproxima y coloca
su cabeza sobre el regazo de la joven.
Entonces los cazadores pueden capturarlo.
Simboliza a Cristo, nacido de la Virgen María,
pero en la Edad Media pasa a ser
preponderante como símbolo de la Virgen,
sobre todo en aquellas obras destinadas a
destacar la maternidad virginal de María (ver
apartado de la maternidad virginal, en la
iconografía de la Virgen).
También puede ser simplemente símbolo de
virginidad, por lo que puede acompañar a
determinados santos y santas.
Cuando se representa la lucha entre dos
unicornios, la intención pudiera apuntar a la
lucha interior entre las inclinaciones,
respectivamente, a la virginidad y a la
fecundidad.
LEÓN - JUSTICIA
La concepción que relaciona al león con la
virtud de la justicia, dentro de la simbología
cristiana, se apoya en la descripción que hace
la Biblia del trono de justicia de Salomón,
hecho de marfil y oro, y que descansaba sobre
seis gradas guardadas por doce leones.
Se contaba sobre el león que sabía mostrarse
agradecido por los favores recibidos, hasta el
punto de que los humanos podían recibir de él
lecciones de gratitud justa. La Edad Media
continuó esta relación del león con la justicia.
Desde Italia hasta el Loira las jurisdicciones
eclesiásticas solían tener su sede en los
pórticos de las iglesias, entre leones de piedra
que enmarcaban el portal, y así los juicios se
celebraban, según una conocida expresión,
"inter leones et coram populo", entre leones y
ante el pueblo reunido. Los leones figuran
también en el umbral de varias iglesias
antiguas de Roma, en San Lorenzo
Extramuros, en los Doce Apóstoles, en San
Lorenzo in Lucina y en San Saba.
EL BESTIARIO DE SATANÁS
Águila
Lechuza
EL ÁGUILA
Uno de los muchos emblemas
de Jesucristo. Aunque no
alcanzó la popularidad del
cordero, el pelícano o el pez,
no deja de ser uno de los
emblemas más ricos en
sentido y uno de los que
aunaron más perfectamente el
simbolismo religioso pagano
con el de la religión cristiana.
En el antiguo hinduismo el
águila era emblema de Visnú;
en el arte religioso sirio
aparece con frecuencia en los monumentos funerarios, con el papel
de conductora de las almas hacia los dioses celestiales. Los griegos
y los romanos tomaron de Siria la creencia en este papel
psicopompo del águila.
En el cristianismo, el significado del águila es múltiple, apoyado por
numerosos textos bíblicos: emblema del triunfo de Jesucristo; del
Cristo conductor de las almas hacia Dios, del Cristo combatiente, de
la resurrección de Cristo y del cristiano, de la gracia divina y de la
justicia y emblema del mismo cristiano.
Como tantos otros símbolos, además de representar a Cristo puede
ser emblema de Satán, ya que, si bien es ave noble y magnífica,
también es rapaz destructora. Uno de los primeros emblemas para
representar a Cristo fue el pez, que por analogía se tomó como
imagen del fiel. Por este motivo se asoció al águila para darle a esta
un significado negativo. La imagen del águila llevando en sus garras
un pez es la imagen del raptor de almas.
LA LECHUZA
La
imagen
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buho o
lechuza
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del
context
o en el
que
aparezc
a
puede simbolizar diferentes cosas. Con frecuencia se suele
intrepretar como representación del demonio, pues es un animal
que vive en la oscuridad y huye de la luz (Cristo la luz del mundo),
pero tambien simboliza la soledad, y en este sentido se suele
asociar con imágenes de ermitaños en oración, apareciendo con
frecuencia relacionada con San Jerónimo.
En otros cuadros aparece como símbolo de Cristo que se sacrifica
para salvar a la humanidad (Lucas 1, 79: A fin de iluminar a los que
habitan en las tinieblas y sombras de la muerte y guiar nuestros
pasos por el camino de la paz), presagiando el sacrificio postrero de
Cristo.
EL SIMBOLISMO VEGETAL
Olivo
Palmera
Rosa
Trigo
Vid
EL OLIVO
Desde tiempos antiguos, la
planta del olivo representa el
emblema de la paz en todas
las culturas y religiones de la
cuenca mediterránea. Lo
vemos aparecer en la disputa
entre Atenea y Poseidón por el
Ática, por ejemplo. Pero nos
centraremos en la iconografía
cristiana, que es el tema de
esta página. Dentro de ella,
dejaremos también de lado la
escena de la Oración en el
Huerto de los Olivos, ya que en
ella el olivo aparece
desprovisto de simbolismo, simplemente para situar y ambientar la
escena.
También lo encontramos como atributos de santas como Santa
Oliva y Santa Irene, como una mera alusión a su nombre, sin
ningún otro significado (Irene significa paz en griego).
Su principal papel en la iconografía cristiana lo juega junto a la
Inmaculada Concepción, formando parte del conjunto de símbolos
que la rodea, con la rosa y otras flores, el espejo, la torre, el trono,
etc. Así, vemos con frecuencia como una rama de olivo es llevada
por uno de los angelotes que rodean a la Virgen, como aparece en
el detalle de la izquierda. Este motivo está traído por una de las
frases del Antiguo Testamento que se suele relacionar con la
Inmaculada Concepción: Oliva speciosa.
Por último, aparece a veces en
la escena de la Anunciación,
llevando el arcángel Gabriel
una rama de olivo en la mano,
sobre todo cuando es obra de
un pintor sienés, y por un
curioso motivo: evitan por este
medio los pintores sieneses
representar al lirio, ya que esta
planta era el emblema de la
ciudad de Florencia, rival de
Siena.
LA PALMERA
Ofrecida a los vencedores
como emblema de victoria y
llevada en triunfo, la palmera
aparece también como signo de
buen augurio en la leyenda
sobre los orígenes de Roma.
Ovidio cuenta que Rea Silvia,
poco antes de dar a luz, habría
visto en sueños a Rómulo y
Remo en forma de palmeras de
ramas majestuosas que se
erguían hacia el cielo.
La cultura cristiana asimiló esta
simbología, considerando la
palma un emblema de victoria
en el sentido del triunfo del
martirio sobre la muerte: por
dicho motivo los santos llevan
en la mano una rama de dicha planta.
La planta se ha considerado, además, imagen de la Virgen María
por un pasaje del Cantar de los Cantares que dice: "Esbelto es tu
talle como la palmera. Y son tus senos sus racimos". A veces puede
aparecer en la mano del arcángel Gabriel en las escenas de la
Anunciación, pero también, y sobre todo, en el momento en que el
arcángel anuncia a la Virgen la proximidad de su muerte. Además,
en las mismas escenas de la muerte o de la sepultura de la Virgen,
san Juan puede llevar en la mano una rama de palma, puesto que,
según refiere la Leyenda dorada, la misma Virgen había pedido al
evangelista que la llevara en la ceremonia de su enterramiento.
LA ROSA
La belleza, pero también
la complejidad de la rosa,
han hecho de ella un
símbolo muy rico y en
Occidente tan frecuente
como el loto en Oriente:
aparición esplendorosa
de la existencia a partir
de las aguas
primordiales,
microcosmos próximo al
significado de la rueda,
etc.
Ciertas afinidades de la
rosa con respecto a la
sangre sugirieron
nociones de renacimiento, victoria sobre el dolor y la muerte. Ello
explica la costumbre de colocar rosas en ofrenda a los manes, así
como la guirnalda de rosas que ciñe en algunas imágenes la
cabeza de Hécate, la diosa infernal. En la mitología antigua estaba
consagrada a Venus.
En la iconografía cristiana, la rosa se considera relacionada con la
sangre de Jesús. Desde la Edad Media es también símbolo
mariano: la Virgen es llamada "rosa sin espinas". No obstante,
aparece tardíamente; en el florario de la Virgen, el lirio, símbolo de
la pureza, tiene hasta los siglos XIII y XIV más importancia que la
rosa.
LA VID
La vid fue identificada por los
pueblos antiguos de Oriente con la
"planta de la vida". El ideograma
sumerio que expresaba la noción
de vida había sido una hoja de
parra. Esta intuición es común a
muchos pueblos, que consideran la
vid como signo de inmortalidad.
Asimismo pasó a Israel y por éste
al cristianismo.
La imagen de la vid es muy
frecuente como motivo decorativo,
tanto en el arte como en la
arquitectura sagrada. Aparece
entre las pinturas de las
catacumbas, en los mosaicos
bizantinos, en las fachadas de las
catedrales medievales...
La planta y su fruto se
consideran generalmente
símbolo de Cristo y de su
sacrificio. La imagen de la uva y
del vino, en particular, son una
referencia a la Pasión de Cristo
y al episodio de la Última Cena.
En el episodio del libro de los
Números en el que Josué y
Caleb vuelven con un
gigantesco racimo suspendido en una pértiga el racimo simboliza el
cuerpo de Jesús suspendido en la cruz, porque Jesús es el racimo
pisado cuya sangre llena el cáliz de la Iglesia. Los portadores del
racimo también tienen un sentido figurativo, significando los dos
Testamentos. El que va delante, que vuelve la espalda al racimo
místico y no ve lo que lleva, simboliza al pueblo judío que cierra los
ojos a la verdad. El situado detrás, que tiene la mirada fija en el
racimo, es la imagen de los gentiles que se unen a Cristo.
EL SIMBOLISMO DE LOS OBJETOS
En muchísimas pinturas de todas las épocas y escuelas el objeto
accesorio tiene un papel simbólico. Y no sólo en la pintura religiosa
o mitológica; la mayoría de los objetos que aparecen en la pintura
de género holandesa, por ejemplo, tienen un significado más o
menos claro para el espectador de la época.
A continuación explicamos el significado de los objetos en algunas
obras.
Ancla
Espejo
EL ANCLA
"...los que buscamos un refugio asiéndonos a la esperanza
propuesta, que nosotros tenemos como segura y sólida ancla
de nuestra alma..." (Hb 6, 18-19). Símbolo de la fe y de la
esperanza de la resurrección, el ancla marina aparece desde el
siglo III en relieves y pinturas de las catacumbas. Puede ir asociada
a la cruz o a un delfín. Símbolo interpretado de diferentes maneras
en la Edad Media, el ancla resulta a partir del siglo XV el atributo de
la esperanza cristiana.
Por su función fijando el navío al fondo del mar, con lo cual éste
resiste las tormentas sin desplazarse, el ancla simboliza la
seguridad, la firmeza, la solidez, frencuentemente en contraposición
a los factores de alteración e inestabilidad. El ancla, por otra parte,
es un símbolo de la cruz, que se empleó durante los primeros
tiempos del cristianismo para eludir la representación de ésta.
El ancla y el delfín ilustran el tema "Festina lente", que Erasmo
glosó y Alciato incorporó a sus emblemas, y que había sido ya la
divisa de Augusto. Sus equivalencias libres "Haz lentamente lo
urgente", "Apresúrate con calma", etc., al jugar paradójicamente con
el encuentro de contrarios, contienen una lección de prudencia tan
sutil como problemáticamente realizable.
EL ESPEJO
El espejo fue uno de los símbolos predilectos de los emblemistas.
Juan de Borja le da el significado de conocimiento de sí mismo y de
esplendor del Amor divino reflejando los rayos del sol. El espejo,
como símbolo del alma devota en contemplación, aparece en una
visión de Santa Teresa, que compara el alma en pecado mortal a un
espejo ennegrecido y el hereje a un espejo roto.
El espejo que aparece en manos de los angelotes en algunas
"Inmaculadas" no es sólo el Speculum Sapientiae de las letanías,
sino este espejo de divino Amor, sin olvidar que el espejo es
símbolo antiguo de Verdad, y que conviene admirablemente a María
por haber concebido sin perder la virginidad, como el espejo refleja
sin romperse la luz del sol.
Pero al mismo tiempo el espejo es emblema de desengaño. En ese
aspecto se emplea en las vanitas francesas. El gran pintor lorenés
Georges de la Tour, en una de sus representaciones de la
Magdalena, pone un espejo de modo que refleje una calavera.
Caravaggio, en una obra que representa a Marta reprochando a
María Magdalena su vanidad, caracteriza a esta última por un gran
espejo, entre otros objetos. El mismo tema parece tener la obra de
Orazio Gentileschi, "Dos mujeres con un espejo".
ANTIGUO TESTAMENTO
- Sofía, Sabiduría divina
- Miguel archiestratega
- Arcángeles, querubines y serafines
- Ángeles custodios y demonios
- Creación y Expulsión
ARTE BIZANTINO - Abraham, Isaac y Jacob
- Paternidad
- Hospitalidad de Abraham
- Moisés y Aarón
- David, Salomón y Daniel
- Los tres jóvenes en el horno
- Elías
- Isaías
- Árbol de Jesé
- Visión de Ezequiel
- Jonás
EPISODIOS EVANGÉLICOS Y FESTIVIDADES
- Las Doce Grandes Fiestas
- Joaquín y Ana
- Visitación a Isabel
- El anciano Simeón
- Jesús en la sinagoga
- Juan Bautista
- Bodas de Caná
- Cristo y la samaritana
- La resurrección de Lázaro
- Última Cena
- Pasión de Jesús
- Descendimiento y Llanto
- Las mujeres en el sepulcro
- Incredulidad de Tomás
- Juicio Universal
LA VIRGEN
- La Virgen de Majestad
- La Virgen Protectora
- La Virgen de Ternura
- Zarza ardiente
- En el trono
- Orante
- Del Juego
- De las Cuevas
- Es verdaderamente justo
- Fuente de vida
- Jardín cerrado
- Alegría de todos los afligidos
- En ti se alegran
- Loores de la Virgen
- Montaña no cortada
- La Virgen en brazos de Ana
- De la Súplica
- Del Refugio
- Gran humildad
- Consuela mi pena
- Deposición velo y cinto
- Gozo inesperado
- Instructora
- De las Tres Manos
- Flor inmarcesible
CRISTO
- Silencio Bienaventurado
- Emmanuel
- Frutos de la Pasión
- En el trono
- No llores por mí
- No hecho por la mano del hombre
- Ojo que vela
- Señor del universo
- Salvador
- Intercesión
- Rey de Reyes
- Vid Verdadera
- Preparación del trono
APÓSTOLES, SANTOS, PADRES DE LA IGLESIA
- Los Evangelistas
- Pedro y Pablo
- Ignacio de Antioquía
- Esteban protomártir
- Demetrio de Tesalónica
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- Beatos iconógrafos
- Ermitaños del norte
- Basilio el Bienaventurado
- Fundadores de monasterios
- Serafín de Sarov
LAS "DODEKAORTON"
Son las grandes fiestas de la Iglesia
Ortodoxa, que giran en torno a la
Pascua, que es la Fiesta de las
Fiestas. Tienen fechas fijas salvo la
Entrada en Jerusalén, la Ascensión y
Pentecostés, que son móviles. El año
litúrgico bizantino no comienza el
primer domingo de Adviento, sino el 1
de septiembre, por lo que la primera de
ellas es la Natividad de María, el 8 de
septiembre. Los iconos que
representan estas fiestas sintetizan los
elementos principales de la fe
creyente.
- La Natividad de María
- La Presentación de María en el Templo
- La Anunciación
- La dormición de la Virgen
- La Natividad
- La Presentación de Jesús en el Templo
- El bautismo de Jesús
- La Transfiguración
- La entrada en Jerusalén
- La Ascensión
- Pentecostés
- La Exaltación de la Cruz o Crucifixión del Señor
- La Resurrección o El descenso a los infiernos
LA NATIVIDAD DE MARÍA
Esta fiesta nació en el siglo V, en
Jerusalén, donde la tradición sitúa la casa
natal de María (cerca de la piscina
probática y lde la actual basílica cruzada
de Santa Ana). Coincide con el principio
del año litúrgico bizantino, y está
considerada como la raíz de todas las
fiestas, ya que con el nacimiento de la
Virgen empieza a cumplirse la historia de
la salvación. El número ocho representa la
plenitud del octavo día de la Resurrección,
que sigue a los seis días de la Creación y
al séptimo día del reposo sabático. Ocho
son, asimismo, los lados de la fuente
bautismal (y del edificio del baptisterio) donde el catecúmeno
renace a una nueva vida.
Representa un ambiente de intensa alegría, pues son los
preparativos del género humano para recibir la divinidad.
El icono representa el interior de la rica casa de Ana, y se describen
diversas situaciones: Ana, inquieta y turbada, medita sobre el
misterio que se ha cumplido en ella; la comadrona, con ayuda de
una sirvienta, se ocupa del baño ritual de María, como era
costumbre en la Antigüedad cuando nacía un personaje importante;
Joaquín se asoma atento a una ventana. La Virgen está
representada con proporciones de niña y facciones de adulta, con el
nimbo alrededor de la cabeza.
LA PRESENTACIÓN DE MARÍA
Joaquín y Ana, seguidos por un séquito
de vírgenes, presentan a la pequeña
María al sacerdote para que la acoja en el
Templo, donde permanecerá hasta la
adolescencia. El icono representa el
séquito que acompaña a María, y una
estancia alta del santuario, en el corazón
del Templo, donde la Virgen recibe el
alimento divino del ángel. La virgen y el
templo se identifican entre sí: del mismo
modo que María vive dentro del
santuario, Jesús vivirá en el interior de su
cuerpo; así, la divinidad de Cristo queda oculta a la humanidad,
siguiendo la lógica de la encarnación.
La fecha de la fiesta de la Presentación de María corresponde al día
de la dedicación de la basílica de Santa María la Nueva en
Jerusalén, un encargo del obispo Elías que erigió el emperador
Justiniano: 21 de noviembre de 543. La solemnidad se difundió en
Constantinopla durante los siglos VII y VIII. La iconografía de la
fiesta es estable, pero con variaciones (los escalones por los que
sube la Virgen, la arquitectura del Templo y la presencia del séquito
de vírgenes). En ocasiones, el marco que rodea el tema central
contiene cuadros con pasajes de la vida de María.
LA ANUNCIACIÓN
Frente a la solemnidad de la Pascua y
de la Epifanía, que subrayan la
centralización de Cristo, la fiesta de la
Anunciación exalta la maternidad divina
de María (concilio de Éfeso de 431),
puesto que cae exactamente nueve
meses antes de la Natividad y seis
meses después de la concepción de
Juan Bautista (23 de septiembre); en
efecto, María recibe de Gabriel la
noticia de que Isabel, prima suya y
futura madre del Bautista, se halla en
su sexto mes de embarazo.
En griego esta fiesta se llama
"Evanghelismos", por cuanto tiene que ver con el anuncio de la
Buena Noticia, que es Jesús o el Verbo, que se hace carne. Los
liturgistas señalan que antes de que estuviera fijada su fecha en el
25 de marzo, en el siglo IV hubo una primitiva fiesta mariana sobre
el anuncio evangélico a María.
Los primeros iconos nos muestran a la Virgen y a Gabriel de pie,
frente a frente, en un diálogo mudo de ojos y manos. Si la mano de
María se orienta hacia el ángel como si quisiera frenarlo, indica
reserva y distancia; en cambio, si la apoya en el pecho, expresa
aquiescencia y sumisión.
Posteriormente, la composición ganó en movimiento: el arcángel
corre hacia la Virgen que se asienta en un trono real. Inspirándose
en el Protoevangelio de Santiago, la iconografía de la Anunciación
se dividió en dos momentos: primera aparición del arcángel en el
pozo, mientras María se ocupa de recoger agua; segunda aparición
en la casa, en el momento en que la Virgen está tejiendo la púrpura
para el velo del Templo. El velo es el cuerpo de Jesús, que se ha
hecho carne en ella.
En el diálogo con el ángel Gabriel aparece como la nueva Eva, de
ahí que pueda haber una alusión al paraíso terrenal o lugar del
pecado original. En algunos casos vemos un rayo de luz que viene
de los cielos, como muestra de que acepta la orden del Padre.
El icono de la Anunciación está en las puertas reales del
iconostasio, ya que ella es la puerta de los misterios.
LA NATIVIDAD DE JESÚS
Hasta el siglo VI, la solemnidad del
nacimiento de Jesús se celebraba el 6 de
enero, junto a la Adoración de los Reyes
Magos (pequeña Teofanía) y el Bautismo
del Señor (gran Teofanía).
Posteriormente, queriendo hacer hincapié
en la condición humana de Cristo, se
instituyó la fiesta de la Navidad el 25 de
diciembre. La imagen más antigua de la
Natividad se guardaba en la basílica de
Belén, y se contempla en las ampollas que
traían los peregrinos de Tierra Santa.
María tiene al Niño en las rodillas en señal
de que su parto ha sido indolor, virginal.
A partir del concilio de Éfeso, que estableció el dogma de la divina
maternidad, solía representarse a la Virgen acostada, como es
natural para alguien que acaba de dar a luz. Preside el icono de la
Natividad una montaña con una cueva, símbolo del infierno. María
es la zarza ardiente que ha engendrado a Cristo, fajado como un
muerto y depositado en la cuna-sepultura. El asno y el buey
representan a los judíos y los paganos; la estrella y los ángeles
simbolizan la presencia de la Trinidad, y los Reyes Magos remiten a
las mujeres que llevaron aromas al sepulcro. José, tentado por el
demonio-pastor, y Salomé, que baña al Niño con Eva, representan
a la humanidad incrédula, vigilada atentamente por María.
EL BAUTISMO DE JESÚS
En el Oriente cristiano, la fiesta del Bautismo es más importante
que la Navidad, ya que se trata de la gran Teofanía, la plena
manifestación de la divinidad de Cristo. La iconografía del Bautismo
es sencilla y antigua, muy circunscrita a los Evangelios. En el
momento en que Cristo se humilla bajando a las aguas del río para
recibir el bautismo, una voz celestial le revela al mundo como Hijo
de Dios. El descenso al "sepulcro líquido" del Jordán anticipa el
Descenso a los infiernos, cuyo significado comparte: a través de la
muerte, Cristo salva al hombre, y en la desnudez de su cuerpo se
revela como el nuevo Adán.
El paisaje rocoso, que geográficamente corresponde a la depresión
del Jordán, se abre a un abismo. El Precursor se inclina hacia
Jesús, que domina las aguas y las santifica. Junto al Bautista
aparecen un tronco y un hacha (imagen de Jesús), según la
profecía de Isaías: "Ya está el hacha contra la raíz de los árboles".
Varios ángeles, con las manos cubiertas en señal de respeto,
esperan el momento de recibir el cuerpo desnudo de Cristo,
paralelismo de la Eucaristía.
En la Iglesia Oriental en este día se bendecían las aguas ante una
fuente al exterior del templo, con tres surtidores que aludían al
misterio trinitario. En Occidente hubo menos tradición mistérica, y
en himnos y antífonas se concentró la atención en la adoración de
los magos.
LA TRANSFIGURACIÓN
La doctrina espiritual de Gregorio
Palamas, que entiende la luz como una
emanación de la energía divina no
creada, recibe el nombre de
"hesicaísmo", y es la base de la pintura
de iconos. "A Dios nadie lo ha visto
jamás"; así pues, la única manera de
conocerlo es por negación, a través de la
oscura luminosidad de una nube que
revela escondiendo (la nube del no
conocimiento).
En el episodio de la Transfiguración,
Cristo sube al monte Tabor (una pequeña
elevación de Galilea, a 588 metros sobre
el nivel del mar) junto a sus discípulos Pedro, Santiago y Juan. El
Tabor era considerado un lugar sacro desde la Antigüedad; bajo el
pavimento de la actual iglesia de la Transfiguración, que ocupa su
cima, la roca conserva restos de antiguos cultos cananeos. La
montaña es el escenario del encuentro con Dios y de su revelación.
En la cumbre del Tabor, los discípulos, desfallecidos y en estado de
éxtasis, ven el cuerpo divinizado de Jesús sobre una nube, entre
Moisés y Elías: "Su rostro se puso brillante como el sol y sus
vestidos se volvieron blancos como la luz". En ese momento, los
discípulos "cayeron rostro a tierra", abatidos por los rayos de luz "no
creada" que emana del aura luminosa alrededor del cuerpo de
Cristo.
LA RESURRECCIÓN DE LÁZARO
La tumba de Lázaro está en Betania,
cerca del actual pueblo árabe de el-
Azariye, en las laderas orientales del
monte de los Olivos, a unos tres
kilómetros de Jerusalén. En el siglo IV, la
peregrina Egeria cuenta que, con motivo
de la solemnidad de la Resurrección de
Lázaro, el obispo de Jerusalén salía de
Betania en procesión de los monjes y los
fieles y acudía a la iglesia de la
Resurrección de Jerusalén.
La iconografía de la fiesta se desarrolló
en las catacumbas. La liturgia bizantina la
conmemora al principio de Semana
Santa. La dinámica del icono nace del gesto imperioso de Cristo al
ordenar: "Lázaro, sal fuera". Cristo tiende la mano derecha
llamando a Lázaro de entre los muertos; en la izquierda empuña un
rollo con la lista de los muertos (quirógrafo), es decir, de los
pecadores, que anula "el adeudo que había contra nosotros, cuyas
condiciones nos eran desfavorables" (Col 2, 14). Paradójicamente,
el hombre que sujeta el cadáver por las vendas y se tapa la cara a
causa del hedor no parece darse cuenta de que Lázaro ha abierto
los ojos. Cristo ordena: "Desatadlo y dejadle andar".
El grupo de hebreos reunido en la cueva junto a Lázaro representa
a la humanidad, que va por las tinieblas y dirige sus miradas a
Cristo para que la libere.
LA VIRGEN DE MAJESTAD
La Panagia Platytera, es decir, de vientre más "a
que el empíreo, es la ilustración de un texto litúrg
San Basilio donde se dice que Dios ha creado el v
de la Virgen lo bastante ancho como para conte
Cristo encarnado. También se la llama Blacherni
porque su icono era venerado en Constantinopla,
iglesia de los Blachernes.
De pie, con los brazos extendidos, recuerda a la
orante de las catacumbas, pero se distingue d
porque lleva fijado sobre el pecho un medallón o
con la imagen de Cristo Emmanuel. Del mismo mod
la emperatriz y los dignatarios de la corte biz
llevaban la imagen del soberano al pecho dentro
medallón (signum), en el corazón de la Virgen h
círculo que contiene a Emmanuel. Así nació e
iconográfico de la Virgen de la Señal. Se la puede
como la Orante madre.
Los cuatro círculos y los brazos de María compon
triángulo invertido. En el centro del nimbo, el rostro
Virgen enmarcado por dos arcángeles con
sacerdotal (alusión a la Divina Liturgia); en el v
Cristo Emanuel, sacerdote y víctima, imagen
Eucaristía.
Este tipo se hizo corriente en la pintura de iconos
donde la Platytera se denomina con el nomb
Znamenie (Virgen de la Aparición). En cambio
penetrado bastante en Occidente, salvo en Venecia
La Panagia Hodigitria es la "Conductora", la que m
el camino. De pie, lleva sobre el brazo derecho a
bendecidor. Se deriva de un icono que era venera
una iglesia de Constantinopla donde se reunía
hodeges o guías de viajeros, y ha tenido
extraordinaria fortuna en Occidente, pues sobre
modelo se concibieron la mayoría de las Vír
góticas.
El icono de la Hodigitria llegó a Constantinopla
Jerusalén, donde fue recuperado a principios del s
por la cuñada del emperador Teodoro II. Tapiado
convento del Pantocrátor para salvarlo de la perse
iconoclasta, era expuesto durante los asedios, y b
dinastía de los Paleólogos se convirtió en el pall
que protegía la ciudad.
Cristo, envuelto en un gran himation real y con el ro
la Ley que en él se cumple, da su bendición bañad
la luz de su naturaleza a la vez humana y divina.
La Panagia Nikopoia es la "Virgen que da la victori
la llamaba también en griego Kyriotissa. De pie o se
en actitud hierática, rigurosamente frontal, prese
Niño Jesús con las dos manos. La actitud y el gesto
Nikopoia se encuentran en las Vírgenes de Ma
occidentales
LA VIRGEN PROTECTORA
Bizancio ha creado antes que Occidente el tipo de la Virgen mediadora que
intercede en la salvación de los hombres.
La Panagia está representada en el grupo trinitario de la Deesis, que en griego significa
la oración, la plegaria. Forma pareja con San Juan Bautista e implora con éste al Cristo
Juez.
Por otro lado, tenemos el equivalente de la Virgen de la Misericordia occidental,
iconografía derivada de una leyenda muy popular, según la cual la Virgen, rodeada de
ángeles y santos, desplegando su velo protector, se habría aparecido a San Andrés el
Inocente en la iglesia de Blachernes, donde se veneraba un velo que se decía había
pertenecido a la Virgen y que se consideraba la protección más segura de la ciudad.
LA VIRGEN DE TERNURA
Durante largo tiempo se ha creído que todas las Vírgenes
bizantinas tenían un carácter de hierática solemnidad. Un estudio
más atento ha demostrado que no era así. En realidad, los
bizantinos precedieron a los artistas sieneses en la creación de
Vírgenes más humanas y maternales que amamantan al Niño, lo
acarician o comparten sus juegos. Las diferentes versiones se
pueden clasificar en tres tipos principales:
EL CRISTO EMMANUEL
El profeta Isaías fue el primero que
usó el término Emmanuel, que
significa "Dios con nosotros". El icono
plasma la contemporaneidad. No
estamos ante un niño, sino ante el
rostro misterioso e incognoscible de
Dios, eternamente joven y viejo al
mismo tiempo, tal como subrayan los
Padres de la Iglesia. La edad infantil
no remite al Niño sino a la
incorruptibilidad y eterna juventud del
Cordero del sacrificio, que el icono
recuerda en su renovación incruenta
y cotidiana en el altar mediante la
Eucaristía. Confirma esta interpretación el hecho de que en Moscú,
en la catedral de la Dormición del Kremlin, se colocó un icono de
Emmanuel en déesis sobre las puertas septentrionales del
iconostasio que lleva a la prothesis (la sala donde se preparan los
dones sagrados). Además, en la cultura rusa Emmanuel representa
el principio de la Sofía, la Sabiduría a la que se refiere Juan en el
prólogo de su Evangelio.
Cristo imberbe, de medio busto o en alguna ocasión de cuerpo
entero, sentado en el trono, se inscribe en una déesis angélica entre
Gabriel y Miguel, los arcángeles que participan en la Divina Liturgia.
En otros ejemplos, los ángeles se convierten en una cohorte, como
en la sinaxis de los ángeles alrededor de Emmanuel.
SALVADOR EN EL TRONO
La imagen del Salvador en el trono es
de origen bizantino, y se remonta a
los siglos anteriores a la iconoclasia.
En los siglos XII y XIII viajó de
Capadocia a Rusia y allí alcanzó la
perfección en el orden principal del
iconostasio con los grandes iconos de
Teófanes el griego y Andrei Rublev.
Las fuentes del tema se recogen de la
visión de Isaías donde el Señor
aparece en un trono rodeado de
serafines, en la visión de Ezequiel
que lo describe entre los cuatro
vivientes y en la visión de Juan donde
el trono se inscribe en un arco iris. Las variantes de este prototipo
son el Evangelio en las rodillas abierto o cerrado y (sobre todo en
Rusia) la rotación y asimetría de la pierta y el pie izquierdos, que
acentúan el dinamismo de la composición.
Los Padres interpretan a los cuatro vivientes del Apocalipsis (ángel,
águila, león y buey) como símbolos de los cuatro evangelistas. La
mandorla de luz oculta imágenes de ángeles en filigrana, origen de
la iconografía del Salvador entre las potencias angélicas,
característica del siglo XV y de tradición moscovita. Cristo aparece
entronizado en un rombo rojo inscrito en un óvalo azul, contenido en
un cuadrado rojo. Las cuatro esquinas que forma el óvalo en su
intersección con el cuadrado (que representa el cielo extendido
como un palio) contienen las imágenes de los cuatro evangelistas.
NO HECHO POR MANO DE
HOMBRE
La tradición occidental identifica como
el "verdadero" rostro la huella que
dejó Cristo milagrosamente en la tela
que usó la Verónica para secarle la
cara camino del Calvario, pasaje
procedente de los evangelios
apócrifos. Cuenta la Leyenda aúrea
que el emperador Tiberio se curó al
ver esta imagen, que llevó a Roma la
Verónica. La reliquia, que recibe este
nombre, "Verónica", fue copiada
reiteradamente hasta que se perdió
su rastro. Hay quien la identifica con
el icono de Manopello (Chieti), o con el de Génova (San Bartolome
degli Armeni). Según el Oriente cristiano, la auténtica Santa Faz es
el mandylion, el retrato que Jesús envió a Edesa para curar al rey
Abgar. Este se escondió en un muro, se recuperó en el 545 y se
llevó a Constantinopla en el 944. La imagen estuvo expuesta en
Santa Sofía hasta 1204 (año en que desapareció, durante la cuarta
cruzada), y podría corresponder a la Sába Santa de Turín doblada.
Actualmente hay tres mandylion que derivan del de Constantinopla:
el de Novgorod, la Santa Faz de Laon y la Santa Faz de Yaroslavl.
Los ojos, grandes y marrones, confieren un intenso magnetismo al
rostro. La nariz, larga y estrecha, y la boca pequeña y cerrada,
indican silencio y fuerza interior. La voluminosa cabellera forma
alrededor de la cabeza un dibujo regular de surcos concéntricos. El
conjunto del rostro se completa con un bigote largo y caído y una
barba poblada, de dos puntas.
DEMETRIO DE TESALÓNICA
En Grecia, Rusia y los Balcanes,
la imagen de este mártir y
guerrero es casi tan popular como
la de San Jorge. Su biografía es
incierta, y su iconografía
experimenta muchas variaciones.
El diácono sufrió el martirio en el
306, durante la persecución de
Maximiano, y en el 418 sus
reliquias fueron trasladadas a la
basílica de San Demetrio de
Tesalónica, que a lo largo de toda
la Edad Media fue meta de
peregrinaciones y de
procesiones. En los mosaicos de
esta basílica, destruida en el 917,
a San Demetrio se le
representaba con la clámide de
diácono.
El icono de Demetrio lo representa como un santo guerrero, con
espada, lanza, flechas y, en algunos casos, un escudo con la cruz.
Demetrio es el defensor de la ciudad de Tesalónica, y su fama de
guerrero sólo va la zaga de la de San Jorge. Los cruzados le
eligieron como patrón y llevaron algunas de sus reliquias a Anagni
(Francia).
En la escena central de este icono, tal como san Jorge mata al
dragón, símbolo del mal, Demetrio clava su lanza en el "rey de los
paganos", símbolo de los enemigos de la Iglesia, y le aplasta.
El culto de Demetrio permanece vivo en Grecia, donde más de
doscientas iglesias llevan su nombre. En Rusia goza de un culto
sumamente difundido, y la catedral de Vladimir se edificó en su
honor. Desde aquí Dimitri Donskoi llevó a Moscú en 1380 un icono
milagroso del santo como protección (se dice que pintado en un
tablón de su ataúd, procedente de Tesalónica) en vísperas de la
batalla de Kulikovo. Todavía se encuentra en la catedral de la
Dormición del Kremlin.
BORIS Y GLEB
A caballo o a pie, con espadas y
vestidos de príncipes, están
considerados como los primeros
mártires rusos, porque murieron para
no perjudicar a su hermano mayor.
Se les conoce por los nombres
paganos de Boris y Gleb, pero sus
nombres de bautismo eran Román y
David. Eran los hijos pequeños del
príncipe Vladimir de Kiev, que en el
989 inició la difusión del cristianismo
entre los pueblos eslavos. Su
hermano mayor Svyatopolk los
asesinó al nombrarlos herederos su
padre. En 1019, el príncipe Yaroslavl
vengó su muerte derrotando a
Svyatopolk, reconquistó Kiev y, en
1020, reunió las reliquias de Boris y
Gleb en la iglesia de San Basilio de
Visgorod. Se canonizaron en 1051.
En el siglo XI, su culto llegó a Constantinopla, y en la iglesia de
Santa Sofía se exponía la imagen de los dos santos hermanos.
Ambos tienen consideración de mártires, pero no como testigos
directos de la fe, sino por la docilidad con que se sometieron a su
hermano, sufrieron su violencia, y aceptaron la muerte por el
principio de sometimiento de los menores al mayor. Gracias a ello,
Boris y Gleb evitaron una guerra civil en el naciente Estado ruso. Si
el bautismo que recibió el pueblo eslavo en las aguas del Dniéper
fue incruento, Boris y Gleb bautizaron Rusia con sangre inocente.
Han dado nombre a muchas localidades y monasterios rusos.
SERGIO DE RADONEZ
Sergio de Radonez
representa para el pueblo
ruso lo que Francisco de Asís
para Occidente. Predicó la
humildad, la penitencia y la
caridad fraternal, obró
milagros y tuvo visiones
místicas. Fue el artífice del
renacimiento espiritual y
moral del pueblo ruso
oprimido por el yugo tártaro.
Su apoyo al príncipe Dimitri
Donskoi en la célebre batalla
de Kulikovo (1380) fue
decisivo.
San Sergio propagó el culto
del misterio de la Trinidad y
fue el primer santo ruso que
tuvo la visión de la Virgen,
como se ve en un icono. Las reliquias de san Sergio se conservan
en la iglesia de la Santísima Trinidad, donde las visitan miles de
fieles.
San Sergio difundió en Rusia la doctrina hesicasta de Gregorio
Palamás, fundamento de la pintura de iconos. Pocos años después
de su muerte, bajo su sucesor Nikón, el monje Andrei Rublev pintó
el icono de la lavra de la Trinidad, síntesis teológica y espiritual de
las enseñanzas de Sergio, que el concilio de los Cien Capítulos de
Moscú estableció como modelo. Como la pintura de iconos
presupone una profunda vida espiritual y ascética, mientras
prevaleció la espiritualidad de san Sergio los iconos mantuvieron un
alto nivel de visión mística y contemplativa; cuando esa influencia
se debilitó, las representaciones se volvieron alegóricas y
artificiosas.
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(León)
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- Iconografía de Dios Padre
TIPOS DE CRUCES
Tau Trebolada
6. La caída de los
ídolos. Es
continuación de la
anterior. Al llegar la
Sagrada Familia a
Egipto, según los
apócrifos, cayeron
los dioses paganos
del templo. Ello fue
prefigurado con la
destrucción del
becerro de oro por
Moisés (Ex 22-23) y
por la caída del ídolo de Dagón (1 Sam 5, 1-5). Los profetas son
Oseas (10, 2), Nahum (1, 4), Zacarías y Sofonías (2, 11).
11. La resurrección
de Lázaro (Jn 11,
1-45). El tema
central está
flanqueado por la
escena de Elías
resucitando al hijo
de la viuda de
Sarepta (1 Re 17,
17-23) y al hijo de
la Sunamita (2 Re
4, 8-39). Los
profetas son David
(Sal 29, 4), Job (14, 14), Ana (1 Sam 2, 6) y el Deuteronomio (32,
39).
12. La Transfiguración (Mt 17, 1-9). La escena central nos presenta
a Cristo entre dos apóstoles, y está flanqueada por la visita de los
ángeles a Abraham (Gn 18, 1-3) y la escena de los tres jóvenes en
el horno por orden de Nabucodonosor (Dan 3, 19-23). Los profetas
son David (Sal 44, 3), Isaías (60, 1), Malaquías (4, 2) y Habacuc (3,
4).
13. El arrepentimiento de María Magdalena (Lc 7, 37-50). Las
escenas laterales son el arrepentimiento de David ante los
reproches de Natán (2 Sam 12, 1-13) y la purificación de María, la
hermana de Moisés y Aarón (Num 12). Los profetas son Ezequiel
(18, 22), David (Sal 50, 19), Zacarías (1, 3), David (2 Sam 7, 22).
14. La entrada triunfal de Cristo en Jerusalén (Mt 21). Tiene como
antitypos el regreso victorioso de David (1 Sam 17) y Eliseo
honrado al regresar a Jericó (2 Re 2, 13-15). Los profetas son David
(Sal 149, 2), el Cantar de los Cantares (3, 11) y Zacarías (9, 9).
15. La expulsión de los mercaderes del templo (Jn 2, 13-17), que
tiene como escenas laterales la de Darío ordenando la construcción
del templo (1 Mac 4, 36-58). Los profetas son Oseas (9, 16), David
(Sal 68, 10), Amós (15, 10) y Zacarías (14, 21).
16. La conspiración contra Jesús (Mt 26, 3-4). Tiene a un lado la
conspiración contra José por parte de sus hermanos (Gn 37, 3-20) y
a Absalón conspirando contra David (2 Sam 15). Los profetas son
Jacob (Gn 49,6), David (Sal 30, 14), Jeremías (11, 19) y los
Proverbios (21, 30).
17. La traición de Judas (Mt 26, 14-15). Flanqueada pr dos escenas
tomadas del capítulo 37 del Génesis sobre la venta de José a unos
mercaderes ismaelitas, y cómo éstos lo vendieron a Putifar. Los
profetas son David (Sal 108, 8), Salomón (Prov 16, 30), Ageo (1, 6)
y Zacarías (11, 12).
21. El beso de Judas (Mt 26, 49), escena principal flanqueada por la
de Joab traicionando a Abner (2 Sam 3, 26-27) y por la traición de
Trifón acerca de Jonatán (1 Mac 12, 39-49). Los profetas son David
(Sal 40, 10), Proverbios (17, 20), Isaías (3, 11) y Jeremías (9, 8).
22. Los judíos condenan a Cristo (Mt 27, 11-26), que está
flanqueada por la escena de la reina impía Jezabel que deseaba
terminar con Elías (1 Re 19, 1-2) y por la de Nabucodonosor
condenando a Daniel (Dn 14, 1-29). Los profetas son Isaías (5, 20),
Proverbios (18, 5), Job (36, 17) y Amós (5, 7).
23. La burla de Cristo (Mt 27, 27-31), escena flanqueada por la
burla de Noé desnudo por causa de su embriaguez (Gn 9, 22-23) y
el castigo de los muchachos de Betel, que se mofaron de Eliseo (2
Re 2, 23-24). Los profetas son David (Sal 21, 8), Proverbios (19,
29), Jeremías (3, 14) e Isaías (1, 4).
24. Cristo cargado con la cruz (Jn 19, 16-17), escena central
flanqueada por al de Isaac y Abrahán camino del sacrificio (Gn 22,
1-6) y la de la viuda de Sarepta recogiendo dos maderos y
presentándolos en forma de cruz (1 Re 17, 10-12). Los profetas son
Isaías (53, 7), Jeremías (11, 19), Ezequiel (39, 17) y Jeremías (11,
9).
25. La Crucifixión (Mt 27, 23-54). Escena central flanqueada por el
sacrificio de Isaac (Gn 22, 10-11) y por la erección de la serpiente
de bronce (Num 21, 6-9). Los profetas son David (Sal 21, 17), Isaías
(53, 7-11), Job (40, 20) y Habacuc (3, 4).
26. La herida en el costado (Jn 19, 31-37). Esta escena central
está flanqueada por las de Eva saliendo de una costilla de Adán
(Gn 2, 22-23) y la de Moisés golpeando la roca (Ex 17, 1-7). Los
profetas son David (Sal 68, 27), Zacarías (13, 6), Jeremías (1, 12) y
Amós (8, 9).
27. Cristo en el sepulcro (Mt 27, 57-60), escena central flanqueada
por las de José metido en la cisterna (Gn 37, 18-24) y la de Jonás
tragado por el cetáceo (Jon 2). Los profetas son David (Sal 77, 65),
Cantar de los Cantares (5, 2), Isaías (11, 10) y Génesis (49, 9).
28. Descenso de Cristo al limbo (1 Pe 3, 19). Escena central
flanqueada por las de David matando a Goliat (1 Sam 17, 19-51) y
la de Sansón desquijarando al león (Jue 14, 5-14). Los profetas son
David (Sal 106, 16), Oseas (13, 14), Zacarías (9, 11) y Génesis (49,
9).
29. La Resurrección (Mt 28, 1-10). Escena central que está
flanqueada por las de Sansón llevándose las puertas de Gaza (Jc
16, 3) y la de Jonás arrojado por el monstruo (Jon 2, 11). Los
profetas son David (Sal 77, 65), Génesis (49, 9), Oseas (6, 3) y
Sofonías (3, 8).
30. Las tres mujeres ante el sepulcro (Mc 16, 1). Escena central
flanqueada por la turbación de Rubén por causa de la venta de
su hermano José (Gn 37, 29-30) y la de la Amada buscando al
Amado (Cant 3, 1). Los profetas son Isaías (55, 6), David (Sal 104,
3), Miqueas (7, 7) y Génesis (49, 18).
31. La Magdalena encuentra a Cristo (Jn 20, 11-17). Escena central
flanqueada por las de Daniel en la fosa de los leones (Dn 14, 30) y
la de la Amada, que ha encontrado al Amado (Cant 3, 1-4). Los
profetas son David (Sal 9, 11), Primer libro de los Reyes (2, 1),
Isaías (61, 10) y Oseas.
32. Cristo se aparece a sus discípulos (Lc 24, 36). Escena central
que está flanqueada por las de José revelándose a sus hermanos
(Gn 45, 1-7) y el regreso del hijo pródigo (Lc 15, 11-32). Los
profetas son David (Sal 15, 11), Libro de la Sabiduría (1, 3), Isaías
(51, 1) y Ezequiel (34, 11).
33. La duda de Santo Tomás (Jn 20, 24-31), tema central
flanqueado por las escenas de la aparición del ángel a Gedeón (Jc
6, 11-14) y la lucha de Jacob con el ángel (Gn 32, 22-30). Los
profetas son Isaías (57, 18), Jeremías (31, 18), David (Sal 85, 4) y
Sofonías (3, 7).
34. La Ascensión (Lc 24, 51). Escena central flanqueada por la
ascensión de Enoch (Gn 5, 22-24) y la de Eliseo recibiendo el
mando de Elías (2 Re 2, 9-14). Los profetas son David (Sal 46, 6),
Isaías (63, 1), Deuteronomio (32, 11) y Miqueas (2, 13).
35. Venida del Espíritu Santo (Hch 2, 1-4). Escena central
flanqueada por la de Moisés recibiendo las Tablas de la Ley (Ex 34,
1) y la del sacrificio de Elís (1 Re 17, 21-39). Los profetas son David
(Sal 103), Libro de la Sabiduría (1, 7), Ezequiel (36, 27) y Joel (2,
29).
36. La Coronación de la Virgen. Escena central flanqueada por la de
Salomón entronizando a Betsabé (1 Re 2, 19-20) y la de Asuero
coronando a Ester (2, 15, 23). Los profetas son David (Sal 44, 13),
Cantar de los Cantares (8, 5), Isaías (35, 2) y el Libro de la
Sabiduría (4, 1).
37. Juicio Final (Jn 5, 26-28). Escena central flanqueada por las del
Juicio de Salomón (1 Re 3, 16-28) y la de David condenando a los
amalecitas (2 Sam 1, 1-6). Los profetas son Eclesiastés (3, 17),
Primer libro de Samuel (2, 10), Isaías (2, 4) y Ezequiel (7, 3).
38. El infierno (Mt 3, 12). Escena flanqueada por las de Datán y
Abirón tragados por la tierra (Dt 11, 5-8) y la del incendio de
Sodoma y Gomorra (Gn 19, 24-25). Los profetas son Jeremías (25,
10), Job (16, 11), David (Sal 74, 9) y el Libro de la Sabiduría (18,
11).
39. Cristo salva a las almas (Lc 16, 22). Esta escena centra es
semejante al Seno de Abraham y está flanqueada por las del
banquete de la familia de Job (Job 1, 1-5) y la de la Escala de Jacob
(Gn 28, 10-16). Los profetas son David (Sal 31, 11), Tobías (11, 11),
Josué (1, 3) e Isaías (66, 10).
40. Cristo concede el premio de la vida eterna. Escena central
flanqueada por la exaltación de la Amada (Cant 4, 7-8) y la del
ángel inspirador de San Juan (Ap 21, 9). Los profetas son David
(Sal 18, 6), Isaías (61, 10), Ezequiel (24, 17) y Oseas (2, 19).
Fuente: Mensaje simbólico del arte medieval, de Santiago
Sebastián.
EL ÁRBOL DE LA VIDA EN LA PINTURA GÓTICA HISPANA
En el mundo románico la religiosidad y las estructuras de poder de
la sociedad feudal se ven reflejadas en la imagen del Cristo
Majestad. En el periodo gótico, la sociedad que empieza a
acercarse tímidamente a la realidad y que en esa realidad, que es
un valle de lágrimas, quiere ver al propio Dios, tiene su imagen más
simbólica en la del Cristo crucificado.
Este cambio se produjo paralelamente al lento proceso de
desmoronamiento de la sociedad feudal. Ya en el siglo XII los
valdenses se despojaron de sus pertenencias y bienes materiales
en un empeño de acercarse al verdadero Dios a través del Nuevo
Testamento. Los teólogos del siglo XIII meditaron sobre la Pasión
de Cristo para hallar en ella la comprensión y el consuelo de la
despiadada cotidianidad. Cristo crucificado es el Dios sufriente, pero
también es la imagen del hombre enfrentado a un entorno hostil, al
dolor, el hombre al que hay que compadecer, tal como uno se
conmueve ante la visión del Cristo del Calvario.
El tipo de Crucifixión que en la primera pintura gótica muestra
sintéticamente y de manera más monumental el camino de
salvación que asume la muerte de Jesús es el denominado
comúnmente Árbol de la Vida o Lignum Vitae, propio de las iglesias
franciscanas y dominicas, que en tierras hispánicas tiene
paradigmáticas representaciones en las pinturas murales de la
iglesia de L'Arboc (Tarragona), de hacia 1310-1320, y del convento
dominico de Puigcerdá (Gerona), de hacia 1330-1340.