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Violencia contra niños y adolescentes


ejercida por cuidadores1

Cristian L. Santamaría Galeano


Psicólogo
Universidad Pontificia Bolivariana
Correo electrónico: cristian.santamaria@upb.edu.co

Patricio A. Tapia Varas


Psicólogo Recibido: 28/11/2016
Universidad de Valparaíso de Chile Evaluado: 13/07/2017
Correo electrónico: patricio.tapia.varas@gmail.com Aceptado: 27/07/2017

Resumen
Toda manifestación de violencia contra niños y adolescentes ejecutada por padres y cuidadores,
configura un problema de salud pública que merece gran atención, debido a las consecuencias
a corto y largo plazo, en la vida de quienes la padecen. Objetivo: realizar una revisión del estado
del arte sobre la violencia contra niños y adolescentes ejercida por cuidadores, considerando el
maltrato físico, emocional y la negligencia. Método: Se consultaron 35 estudios en diferentes bases
de datos, que abordaban conceptualmente la violencia contra niños, niñas y adolescentes (NNA)
ejercida por padres y cuidadores, sus causas, consecuencias e intervención. Resultados: El 91.42%
de los artículos revisados se encuentran publicados en revistas indexadas y el 48.85% publicado en
el período 2005-2009. Conclusiones: El maltrato infantil constituye una problemática multicausal,
multifactorial, multidimensional y de gran impacto, tanto para las víctimas como para los padres.
Se concluye que, dadas las implicaciones que conlleva, se hace primordial intervenir en las familias
y cuidadores maltratantes, así como en los niños y adolescentes maltratados desde todos los
aspectos.

Palabras clave
Maltrato infantil, negligencia, vulneración familiar, violencia, cuidadores.

1 Para citar este artículo: Santamaría, C.L., & Tapia, P.A. (2018). Violencia contra niños y adolescentes ejercida por
cuidadores. Informes Psicológicos, 18(1), pp.13-34 http://dx.doi.org/10.18566/infpsic.v18n1a01
pp • 13-34 Cristian L. Santamaría Galeano & Patricio A. Tapia Varas

Violence against children and adolescents


by caregivers
Abstract
Any manifestation of violence against children and adolescents by parents and caregivers
sets up a public health problem that deserves great attention, because of the short and long-term
consequences in the lives of those who suffer from it. The objective of this classic theoretical study
was to conduct a review of the state-of-the-art about violence against children and adolescents by
caregivers, considering physical and emotional maltreatment, as well as disregard. Thirty-five studies
on different databases addressing violence against children and adolescents (NNA) exerted by parents
and caregivers, their causes, consequences and intervention were consulted. 91.42 % of reviewed
articles are published in indexed journals and 48.85% of them were published in the period 2005-
2009. Child abuse is a multicausal, multifactorial, multidimensional and high-impact problem both
for the victims and for the parents. It is concluded that it is essential to intervene in the families and
abuser caregivers, as well as in children and teens abused from all aspects.

Keywords
Child abuse, disregard, family violation, violence, caregivers.

Violência contra crianças e adolescentes


exercida pelos cuidadores
Resumo
Toda manifestação de violência contra crianças e adolescentes executada pelos pais e
cuidadores, constitui uma problemática de saúde publica que bem merece grande atenção, devido
às consequências a curto e longo prazo, na vida daqueles que a sofrem. Este estúdio teórico clássico
teve por objeto realizar uma revisão do estado da arte sobre a violência contra crianças e adolescentes
exercida pelos cuidadores, tendo em consideração abuso e negligencia física e emocional. Foram
consultados 35 estudos em diferentes bases de dados que abordavam conceitualmente a violência
contra crianças e adolescentes (NNA) exercida pelos pais e cuidadores, suas causas, consequências
e intervenção. O 91.42% dos artigos revisados estão publicados em revistas indexadas e o 48.85%
foram publicados no período 2005-2009. O abuso infantil constitui um problema multicausal,
multifatorial, multidimensional e de grande impacto tanto para as vitimas como para os pais. Conclui-
se que é essencial intervir nas famílias e cuidadores abusivos, bem como nas crianças e adolescentes
maltratados desde todos os aspetos.

Palavras chave
Abuso infantil, negligencia, vulneração familiar, violência, cuidadores.

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14 ISSN: 2145-3535
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I
grupo contra otro grupo o conjunto de in-
ntroducción dividuos, y c) interpersonal, que se divide
en dos categorías: la comunitaria y la in-
trafamiliar. La primera, se da entre indivi-
duos no relacionados entre sí y abarca,
La violencia como comportamiento entre otras, la violencia juvenil y las agre-
humano multicausal (Carrasco & Gonzá- siones sexuales de extraños. La segunda
lez, 2006; Domenach et al., 1981; Gil-Ve- se presenta entre miembros de la familia o
rona et al., 2002; Krug, Mercy, Dahlberg, compañeros sentimentales y se manifies-
& Zwi, 2002; Trujillo, 2009) puede conce- ta en el maltrato contra la pareja, contra
birse como “todo acto que atenta contra ancianos y en el maltrato infantil por parte
la naturaleza esencial del hombre y que de padres o cuidadores.
le impide lograr la plena humanidad” (Gil-
Verona et al., 2002, p. 294), con el fin de El maltrato infantil, presente en todo el
aniquilar la vida de una o varias personas país, es considerado un problema de sa-
o poner en grave peligro su existencia. La lud pública por los daños que ocasiona
violencia es la expresión de un conflicto (Ramírez, 2006). Según el Código de In-
familiar, interpersonal, social o político fancia y Adolescencia (Ley 1098 de 2006),
que no se ha resuelto por medios pací- el maltrato infantil tipifica conductas de
ficos (Concha-Eastman & Krug, 2002). daño como el castigo, la humillación, el
Además, implica conductas ilegítimas, abuso físico o psicológico, el descuido y
ilegales, carentes de justificación, con el trato negligente sobre el NNA. Vargas y
tendencia ofensiva que va en contra de Ramírez (1999) señalan que son los actos
la dignidad y vulnera los derechos huma- que por acción u omisión desconocen los
nos (Carrasco & González, 2006), tiene un derechos fundamentales de los niños e
carácter destructivo sobre las personas interfieren su desarrollo integral y llegan o
y supone una profunda disfunción social pueden llegar a poner en peligro su salud
(Echeburúa, 2003). física, psicológica, social y sexual.

La violencia deriva en consecuencias Según un Informe del Fondo para la


nefastas y destructivas a nivel físico y psi- Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF,
cológico, las cuales son de mayor magni- 2014), un niño muere cada cinco minu-
tud cuando afectan a niños, niñas y ado- tos a causa de la violencia; el 60% de los
lescentes (NNA), ya que, además de sufrir niños en el mundo de entre 2 y 14 años
la consecuencia dolorosa inmediata, inte- sufren maltrato físico por parte de sus
rioriza una experiencia negativa mediante cuidadores y en 58 países más de la mi-
la cual aprende el mecanismo de la con- tad de los NNA son corregidos mediante
ducta violenta (Garaigordobil, 2011). violencia en sus casas o en las escuelas.
Según la OMS (OMS, 2014), una cuarta
La Organización Mundial de la Salud parte de todos los adultos manifiestan ha-
(OMS, 2002), clasifica la violencia según ber sufrido maltrato físico desde niños y
el autor del acto cometido en: a) violencia se calcula que cada año mueren por ho-
autoinfligida: dirigida contra uno mismo, micidio 41.000 menores de 15 años, sin
b) colectiva: ocasionada por personas embargo, se afirma que esta cifra subes-
que se identifican como miembros de un tima los datos reales.

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A nivel latinoamericano, la realidad de Se han descrito cuatro tipologías prin-


la niñez vulnerada es de alto riesgo, con cipales de maltrato infantil (Arruabarrena,
cifras alarmantes. En un estudio de Gua- 2011; Vizcarra, Cortés, Bustos, Alarcón, &
rín y Camacho (2001) en 10 países de Muñoz, 2001), a saber: el maltrato psico-
América del Sur, se concluye la existencia lógico, el maltrato físico, la negligencia y
del maltrato hacia los niños en sus dis- el abuso sexual. En relación a este último,
tintas dimensiones, con predominancia se puede señalar que hace alusión a toda
del maltrato físico, seguido por el maltra- forma de actividad sexual entre un adulto
to emocional-psicológico, la negligencia y un niño (Vizcarra et al., 2001). Para efec-
y el abuso sexual. Se ha estimado que tos de la presente revisión se profundiza
cada año, en América Latina y el Caribe, en el maltrato psicológico, el maltrato físi-
se presentan 25.000 homicidios de niños co y la negligencia.
y adolescentes, y que dos de cada tres
niños menores de 15 años experimentan El maltrato psicológico se presenta en
disciplina violenta en su hogar (UNICEF, ocasiones, de manera simultánea a otros,
2016). como maltrato emocional, abuso emocio-
nal o abuso psicológico (Gómez, 2006),
En Colombia, según cifras del Institu- e incluye tanto los contenidos afectivos
to Nacional de Medicina Legal y Ciencias como cognoscitivos de violencia hacia los
Forenses (2016), en 2016 se reportaron NNA (Hart, Brassard, Bingggeli, & David-
10.082 casos de maltrato infantil, donde el son, 2002). Se trata del fracaso en propor-
52.33% de las víctimas fueron mujeres y cionar al niño un entorno evolutivamente
hombres el 47.67% de los casos, con una apropiado y de apoyo, encontrándose el
frecuencia de ocurrencia mayor en el ran- constante hostigamiento verbal que sufre
go de edad de 10 a 14 años. De acuerdo el niño a través de insultos, críticas, ridicu-
con un informe del Instituto de Medicina lización, constante bloqueo de sus inicia-
Legal y Ciencias Forenses (2015), durante tivas y la indiferencia o rechazo de parte
2014 se practicaron en Colombia 10.402 de sus figuras protectoras (Arruabarrena,
dictámenes por violencia contra NNA, 2011; Gómez, 2006; Ulloa, 1996).
con una tasa nacional de un 67.14%. Des-
taca que el 64.5% de los actos de violen- Por otro lado, el maltrato físico es toda
cia contra NNA fue cometido por la madre agresión física no accidental por parte de
y el padre, y el 35.5% fue ejercido por otro los padres o cuidadores, que provoca
cuidador. El ICBF (2016) reporta diaria- daño físico o enfermedad de magnitud y
mente un promedio de 45 casos de NNA características variables con consecuen-
que ingresan a esta institución por causa cias observables y medibles. Se mani-
del maltrato infantil. En Bucaramanga, el fiesta en conductas como lanzar objetos,
Observatorio Metropolitano (2016) repor- zamarrear, dar cachetadas, quemar con
tó 243 casos de violencia contra NNA en agua o cigarrillos, golpear con objetos,
2014, cifra mayor a los 121 casos presen- dar puños, patadas, entre otras (García,
tados en 2013, sin embargo, estos indica- 2006; Larraín & Bascuñán, 2012; Ulloa,
dores no muestran la realidad exacta del 1996).
fenómeno, debido a las dificultades que
presentan aún las víctimas, para denun- Asimismo, el abandono es el trato
ciar y buscar ayuda. negligente en los cuidados del niño, que

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se relaciona con la falta de protección y o ansiedad (Milner, 1993), suelen tener


atenciones físicas y emocionales mínimas una apariencia fuerte y amenazante, pero
que requiere el NNA por parte de sus cui- al mismo tiempo presentar miedo profun-
dadores, así como la falta de respuesta do de ser abandonados, dependencia del
a sus necesidades evolutivas (Pinheiro, cónyuge y ausencia de proyecto de vida
2006; Ulloa, 1996). El comportamiento (Hernández & Tapias, 2010).
negligente es la conducta de un cuidador
que constituye un fracaso en la acción Igualmente, se han identificado fac-
que, según la cultura de una sociedad, es tores de vulnerabilidad en los NNA, que
necesaria para satisfacer las necesidades contribuyen a su propio maltrato, tales
de un niño (Gómez, 2006). como desventajas físicas o psíquicas,
hiperactividad, separación de la madre y
El maltrato infantil, explicado desde nacimiento prematuro (González, 2010).
el modelo cognitivo-conductual, surge Picornell (2006) respalda el planteamiento
por la interacción de factores persona- de Wolfe (1985) acerca de la mayor pro-
les, cognitivos y ambientales, donde los babilidad de ser maltratados que tienen
esquemas de información que poseen algunos hermanos debido a característi-
los padres influyen en la percepción de cas personales, edad, conducta y estado
las conductas de los propios hijos, de físico; así mismo, ser un hijo no deseado,
manera que las atribuciones que los pa- de madre adolescente, ser prematuro y
dres realizan sobre los comportamientos con retraso en el desarrollo, desobedien-
de sus hijos, determinan la aparición del te, negativista, hiperactivo y con algún tipo
maltrato (Picornell, 2006). En concordan- de minusvalía (Connelly & Strauss, 1992;
cia con lo anterior, los padres que ejercen Martínez & De Paúl, 1993; Cerezo, 1993;
maltrato físico con sus hijos presentan Verdugo, 1993).
atribuciones con mayor distorsión y ses-
go, además de creencias más erróneas e Las consecuencias del maltrato infantil
inexactas que los padres que no ejercen son múltiples y pueden ser devastadoras;
maltrato (Hewitt, 2005). Específicamen- resultan en problemas de salud física, psi-
te, el maltrato se presenta por la ausen- cológicos, emocionales, comportamenta-
cia o el uso inadecuado de técnicas de les, entre otros (Arruabarrena, 2011; Gar-
control de los impulsos ante una reactivi- cía, 2006; Gaxiola & Frías, 2005; Obaco
dad fisiológica producida por situaciones & Bernal, 2010). En eset sentido, diversos
estresantes, y se mantiene por las fallas estudios han reportado que las victimas
en el procesamiento de información y el presentan consecuencias a nivel emocio-
apoyo social (Picornell, 2006). Además, nal (Alarcón, Araújo, Godoy, & Vera, 2010;
los esquemas cognitivos preexistentes Hewitt, 2005; Messman-Moore, Walsh,
en los padres dan origen a sesgos cog- & DiLillo, 2010; Perry, 2012), trastornos
nitivos que determinan su conducta de emocionales como miedo (23.2%), agre-
vulneración (Milner, 1993). También se ha sividad (29.4%) e inestabilidad emocional
encontrado que los padres maltratadores (51.3%) (Gómez, 2006). Junto a lo anterior,
pueden percibirse a sí mismos como in- también se han encontrado altas tasas de
competentes en sus deberes parentales estrés social, niños con pocos recursos
(Hewitt, 2005; 2016), pueden presentar al- de afrontamiento y con tendencias a tener
teraciones psicológicas como depresión pensamientos negativos (Hewitt, 2016).

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La exposición prolongada a la violen- y de estrés post traumático (McCloskey &


cia, inclusive como testigo, puede provo- Walker, 2000; Widom, 1999).
car la perturbación del sistema nervioso e
inmunológico, limitaciones sociales, emo- En cuanto al impacto del maltrato físi-
cionales y cognitivas (Pinheiro, 2006). Es- co en los NNA, Ramírez (2006) señala que
tudios señalan que un niño, post maltrato, se han reportado déficits cognoscitivos y
puede presentar una serie de conductas académicos importantes, además de un
de inferioridad, inseguridad y miedo (Cam- funcionamiento intelectual limitado, baja
pos, Pérez, Silveria, & Toledano, 2010). Así motivación escolar, déficit en el lenguaje,
mismo, estas experiencias en la niñez han incluyendo limitación en la comunicación
sido asociadas en la etapa adulta con el funcional y en el lenguaje coherente.
abuso del alcohol y de las drogas, el cán-
cer, la depresión y una variedad de otras Dadas las implicaciones que conlleva
condiciones que incluyen enfermedades el maltrato infantil, es importante intervenir
hepáticas y la obesidad (Pinheiro, 2006). tanto en las familias y cuidadores maltra-
tantes como en los NNA maltratados, con-
En una investigación longitudinal, Wi- siderando la heterogeneidad de los casos,
dom y Maxfield (1996) llegaron a la conclu- la ausencia de demanda al tratamiento, el
sión de que los niños abusados y objeto nivel cultural de la familia, sus condiciones
de negligencia, eran 1.8 veces más pro- socioeconómicas, las consecuencias en
clives a ser arrestados como delincuentes los niños, las dificultades de la familia para
juveniles, que los que no habían sufrido superar su vulnerabilidad y la coordinación
maltrato. Los niños maltratados son más del trabajo interdisciplinar e interinstitucio-
proclives a desarrollar problemas de abu- nal para no causar mayores traumatismos
so de sustancias (Chaffin, Kelleher, & Ho- a las familias (Casado, Díaz, & Martínez,
llenberg, 1996; Widom & Maxfield, 1996). 1997). La intervención con los padres debe
Además, más del 50% tiene dificultades ir encaminada a mejorar su autoeficacia y
en la escuela y aproximadamente un 25% control del estrés, desarrollando la autono-
requiere de servicios especiales de edu- mía parental y potenciando los recursos
cación (Clark, Lesnick, & Hegedus, 1997). familiares, resignificar el concepto familiar,
Presentan también dificultades para obte- mitigar el impacto de factores sociales y
ner competencias apropiadas a otras eda- económicos, y empoderar a la familia para
des, incluyendo alteraciones en el desarro- que busquen siempre su bienestar a partir
llo del yo (Cicchetti, 1991), una incapacidad de la solución adecuada de problemas y la
para crear relaciones efectivas entre pares prevención de los mismos (Vega & Isidro,
(Bolger & Patterson, 2001; Rogosch & 1998).
Cicchetti, 1994), dificultades para adap-
tarse al medio escolar (Eckenrode, Laird, Respecto a la intervención con los ni-
& Doris, 1993; Shields, Ryann, & Cicchet- ños maltratados, se desarrolla en diferen-
ti, 2001; Shonk & Cicchetti, 2001) y tasas tes niveles: individual, grupal, en progra-
más elevadas de problemas conductuales mas psicoeducativos y de apoyo, o en
y psicopatológicos. Cuando son adultos, programas de intervención conjunta sobre
las víctimas de maltrato sufren de altas ta- los niños y sus madres (Edleson, Mbilinyi,
sas de ansiedad, desórdenes alimentarios & Shetty, 2003). Según Patró y Limiñana
(2005), los tres aspectos a abordar en los

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niños son el ámbito emocional, cognitivo exponían de manera explícita que aborda-
y conductual. En el primero, permitiendo rían “la violencia” ejercida hacia los NNA
la expresión emocional, ofreciéndoles una por parte no solo de sus padres, sino
explicación adecuada de lo vivido y res- también de cuidadores o personas que
pondiendo a las preguntas, dependiendo los tenían a su cargo. Los artículos debían
de su edad, para mitigar la incertidumbre. abarcar el maltrato físico, emocional y/o
En el ámbito cognitivo, se deben abordar la negligencia, estando insertos en bases
y reestructurar los valores y creencias so- de datos como ScienceDirect, Scopus,
bre la violencia para prevenir y eliminar po- ScieloCitation INDEX, ELSEVIER, Sprin-
tenciales comportamientos violentos o de ger Link, Pub-Med, Jstor, EBSCO host y
revictimización. Y en el ámbito conductual, Google Academic. Se privilegia de igual
se debe incluir en actividades que les pro- forma que sean publicaciones en revistas
porcionen sentido de control, elaborando indexadas y estudios desarrollados en
junto con ellos planes de protección fren- Latinoamérica.
te a posibles situaciones futuras de riesgo
familiar.

Instrumentos

M étodo Se creó una matriz para detallar el con-


tenido de los artículos que conformaron la
muestra. Esta matriz contuvo datos como
Fecha de consulta, Referencia APA, Títu-
lo del Estudio, Autores, Año, Título de la
Esta investigación tiene un modelo de Revista, Volumen, Número, Páginas, Ubi-
estudio teórico clásico según la clasifica- cación, Conceptos, Diseño, Muestra, Ins-
ción de Montero y León (2007), caracteri- trumentos, Procedimiento, Resultados,
zado por la revisión y análisis de estudios Discusión, Limitaciones, Conclusiones y
sin utilizar estadísticos para realizar aná- Referencias de instrumentos.
lisis de datos ya recogidos o publicados
ni aportar datos empíricos nuevos. Su
aporte radica en poder entregar revisión
de avances teóricos frente a una temática
Procedimiento
particular (Montero & León, 2007).
Durante los meses de Febrero a Mayo
de 2016, se realizó la búsqueda de estu-

Muestra dios en bases de datos como ScienceDi-


rect, Scopus, ScieloCitation INDEX, EL-
SEVIER, Springer Link, Pub-Med, Jstor,
Se consultaron 35 estudios en idioma EBSCO host y Google Academic. Esta
español que abordan la violencia contra búsqueda comprendió un período de re-
niños, niñas y adolescentes ejercida por visión desde 1994 a 2015 y se hizo con las
padres y cuidadores. Los artículos fue- siguientes combinaciones de palabras cla-
ron seleccionados a partir de la primera ves: “violencia contra niños y adolescen-
lectura del título y resumen, en los cuales tes por cuidadores”, “violencia infantil por

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cuidadores”, “maltrato infantil”, “violencia a Del total de estos estudios, el 91.42%


niños y adolescentes ejercida por padres”, corresponde a 32 artículos publicados en
“violencia a niños y adolescentes ejercida revistas indexadas, el 2.86% a un estudio
por cuidadores” “violencia + niños y ado- publicado por UNICEF realizado en Chile,
lescentes AND cuidadores”, “cuidadores el 2.86% a un informe mundial presen-
+ padres AND violencia a menores”, “pa- tado por UNICEF y el 2.86% a una tesis
dres + cuidadores AND violencia a niños y doctoral.
adolescentes”.
El 62.86% de los estudios no reporta
Se encontraron 57 estudios de los cua- el diseño de investigación empleado, sin
les 22 fueron descartados porque no se embargo, del 37.14% que sí señala den-
enmarcaban dentro del objetivo del estu- tro de su estructura el diseño, el 30.78%
dio, el cual fue realizar una revisión en el de estos utilizó el de tipo descriptivo y el
estado del arte sobre la violencia contra ni- 15.39% de tipo exploratorio (ver Tabla 2).
ños y adolescentes ejercida por padres o
cuidadores. Se consolidó la base de datos Tabla 2.
Frecuencia de diseños de investigación
con 35 estudios. Con ellos se procedió a
Diseño Frecuencia Porcentaje (%)
realizar el análisis de los diferentes aparta-
dos de la matriz de artículos (instrumento Descriptivo 4 30.78

del presente estudio). Exploratorio 2 15.39

Cuantitativo 1 7.69

Ex Post facto correlacional 1 7.69

R esultados Descriptivo relacional 1 7.69


comparativo

Mixto 1 7.69

No experimental deductivo 1 7.69


descriptivo y transversal

Transeccional correlacional 1 7.69


A partir de la revisión de 35 estudios comparativo y causal
de investigación, se realizó una distribu- Retrospectivo 1 7.69
ción teniendo en cuenta el año de publi- Total 13 100
cación y se encontró que el 42.85% de
los estudios fueron publicados en el pe-
ríodo 2005-2009 y el 34.29% en el perío- De los trabajos analizados, el 57.14%
do 2010-2016 (ver Tabla 1). lo constituyeron 20 investigaciones en
poblaciones específicas que abordan
Tabla 1. diferentes esferas de abandono. Dentro
Distribución por año de los estudios publicados
de estos, siete son de caracterización del
Período Frecuencia Porcentaje (%)
maltrato infantil y su prevalencia, uno en
1994-1999 4 11.43 una capital brasileña a partir de los repor-
2000-2004 4 11.43 tes anuales de notificaciones de violencia
2005-2009 15 42.85 entre 2004 y 2008. Del respectivo análisis
2010-2016 12 34.29
se concluye que el padre fue el que ma-
yoritariamente cometió violencia sexual
Total 35 100
y la madre fue la mayor responsable por

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los casos de negligencia, violencia físi- 81.5% de los niños considera que no es
ca y abandono (Apostólico, Rife, Nunes, normal ni natural que a hijos menores de
Godoy, & Yoshikawa, 2012). Un estudio 10 años sus padres los golpeen, mientras
de prevalencia en la ciudad de Temuco, que el 13.2% no sabe si esto es normal o
Chile, con 422 hogares (Viscarra, Cortés, natural.
Bustos, Alarcón, & Muñoz, 2001), reportó
que el 42.3% de las madres y 17.1% de En España, en un estudio con 57 fami-
los padres ejercen violencia física leve a lias y 158 NNA, Moreno (2002) encontró
los hijos y el 2.6% de las madres y 1.2% que el 61.5% de los casos de abandono
de los padres reconocen ejercer violen- físico o negligencia fue responsabilidad
cia grave. Como factores de riesgo de las de ambos progenitores o cuidadores;
madres, se encontraron los problemas de en la mayoría de estas familias la situa-
salud mental (41%) el consumo excesivo ción económica era inestable (58%), y
de alcohol (6.2%), los antecedentes de sus relaciones con la familia extensa era
maltrato en su infancia y haber sido testigo indeseable (58%) o conflictiva (21%). Por
de violencia entre sus padres. En cuanto otra parte, en un 80.7% de las familias, la
a las variables relacionadas con el padre, salud mental de los padres o cuidadores
se evidenció que la presencia de castigo era adecuada, sin embargo, el 62% de
físico severo en la infancia y un nivel más las familias vivían en barrios deficitarios.
bajo de escolaridad fueron factores pre- En Honduras, Milla (2006), en una mues-
disponentes para el ejercicio de la violen- tra de 121 casos de maltrato infantil, iden-
cia psicológica, mientras que el consumo tifica que el 68% de los casos de niños
excesivo de alcohol se relacionó con la presentaban hematomas y laceraciones,
presencia de violencia física severa. En el 5% los niños habían sido obligados a
otro estudio en Chile, con niños de octavo mendigar, el 4% presentaban quemadu-
básico, se demostró que el 71% de estos ras graves y porcentajes similares tenían
recibe algún tipo de violencia de parte de quemaduras leves, heridas profundas y
su madre y/o padre, el 25.9% sufre vio- habían sufrido abuso sexual. Según Mi-
lencia física grave y, entre estos últimos, lla (2006), las madres son quienes más
el porcentaje de padres que se agreden maltratan a los niños ocupando el primer
alcanza el 29.8%, cifra 6 veces superior lugar con un porcentaje de un 44%, el se-
al 5% de los niños que no viven violencia gundo lugar es ocupado por otros fami-
(Larraín & Bascuñán, 2012). En este mis- liares (18%), en tercer lugar por el padre
mo país, Larraín y Bascuñán (2008), con (16%) y finalmente el padrastro con un
un análisis comparativo entre los años 15%. Campos et al. (2010), en una mues-
1994-2000-2006, reportaron que entre el tra de 25 niños entre los 8 y 11 años de
año 1994 y 2000 hubo una disminución edad de una escuela primaria en la pro-
de la violencia física grave y un aumento vincia de Santiago de Cuba, mostraron
de la violencia psicológica. Señalan, ade- que un 44% de los niños expresaron que
más, que la violencia física grave ocurre se sentían maltratados, cifra que se eleva-
en el 22.5% de los hijos únicos y aumenta ba al 92.8 % para las niñas. Dentro de las
a 32% en el caso de cuatro o más hijos; formas más usadas de maltrato referidas
los niños con mal rendimiento académi- por los niños, se encontraron el castigo
co son en mayor medida quienes sufren (91.6%) y los golpes (83.3%). La mayoría
violencia física grave; destacando que un de los niños hizo referencia a que eran

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maltratados diariamente por las madres distorsionadas y sesgadas, creencias


(79.1%) y en menor porcentaje por los pa- erróneas y expectativas negativas y altas
dres (45.8%). con respecto a sus hijos, a todos los ni-
ños y a sí mismos como padres (Hewitt,
En una investigación llevada a cabo 2016).
por Romo, Anguiano, Pulido y Camacho
(2008), se describen los rasgos de per- Otros cinco artículos caracterizan a los
sonalidad de seis niños que sufrieron vio- padres maltratadores y que han sido víc-
lencia por parte de sus padres, entre los timas de maltrato en su infancia. Dentro
que prevalece la inseguridad, retraimien- de estos, Gaxiola y Frías (2005), en una
to en las relaciones sociales, inhibición muestra de 500 familias de Hermosillo,
de sus sentimientos y en más del 50% México, señalan que el 70% de las ma-
agresividad. dres admitió haber agredido al menos
una vez a sus hijos en los últimos seis
En el artículo de Hewitt (2005) se meses, y el 2.31% informó formas seve-
busca identificar factores cognoscitivos, ras de abuso. En relación con la historia
atribuciones, creencias y expectativas de abuso, el 62.9% de la muestra infor-
de los padres que están asociadas a la mó que en su niñez fue golpeada con la
coocurrencia del consumo de alcohol y mano por su mama, al menos una vez, y
maltrato físico, en una muestra conforma- el 23.8% recibió golpes con objetos por
da por 263 padres y madres biológicos, parte del papa, también al menos una
con una edad comprendida entre 25 y 50 vez. Barcelata y Álvarez (2005), en 25 ca-
años. Así, se observó que los padres que sos asistidos por la Fiscalía en el Distrito
ejercen maltrato físico con sus hijos, pre- Federal, encontró que el 100% de los pa-
sentan atribuciones con mayor distorsión dres provienen de familias que emplearon
y sesgo, además de creencias más erró- el castigo físico como medida disciplina-
neas e inexactas que los padres que no ria, el 38% refiere crisis adolescente y el
ejercen maltrato. 38% crisis por entrada de los hijos a la
escuela. Además, el 76% de las madres y
En concordancia con lo anterior, la padres reportaron conflictos con sus hijos
misma autora evaluó, entre otras varia- por las expectativas no cumplidas.
bles, los indicadores de regulación emo-
cional en niños y las atribuciones, creen- Asimismo, Febbraio (2015), en una
cias y expectativas en cuidadores, en una muestra de 40 hombres y 22 mujeres,
muestra conformada por 902 niños y ni- evidenció que la falta de maduración
ñas entre 8 y 12 años y 902 cuidadores puede interferir en una adecuada función
(promedio de edad de 35.92 años), resi- maternal-paterna, con dificultades en la
dentes en la ciudad de Bogotá. En este vinculación afectiva, predominantemente
estudio se encontró en los niños de la cariñosa y contenedora, fundamentales
muestra, ansiedad, altas tasas de estrés en las relaciones madre/padre-hijo, así
social, pocos recursos de afrontamiento como en dificultades en la capacidad
y tendencias a tener pensamientos nega- empática.
tivos. A nivel de cuidadores, los padres
de los estratos socioeconómicos 1, 2 y 3 Por otro lado, Vega y Moro (2013), en
de la muestra, presentaban atribuciones una muestra de 261 personas entre 18

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y 89 años de la ciudad de Salamanca, 500 niños de 13 años de Guatemala, re-


reportaron que los participantes maltra- portando que el 82.5% de los estudiantes
tados en la infancia perciben el hecho informó maltrato actual de parte de sus
de ser hijo no deseado como la causa padres y el 56% maltrato físico y emocio-
principal del maltrato y piensan, en me- nal por parte de sus maestros el mes an-
nor medida, que los maltratadores pade- terior. El 77% de los participantes señaló
cen algún trastorno mental. En cuanto a niveles variables de maltrato en frecuen-
la percepción del maltrato, la gravedad y cia e intensidad, sin embargo, realizando
frecuencia de las conductas analizadas la correlación bivariada del maltrato es-
no son agrupadas atendiendo a la natu- colar actual, con un coeficiente del .060
raleza del maltrato (físico, emocional) sino no presentó una asociación significativa
en base a la cualidad de la conducta (ac- con el rendimiento escolar, como tam-
ción, omisión) y a su severidad, diferen- poco se correlacionó significativamente
ciando entre grados de gravedad. con el maltrato escolar pasado (.042). Por
su parte, Frías, Fraijo y Cuamba (2008),
También Gómez y De Paúl (2003), a en una muestra de 111 niños con edad
partir de una muestra de 574 estudian- promedio de 10 años, evidenciaron que
tes, infieren que el 8.7% de la muestra de un 68% de los niños fue agredido por su
hijos declaran tener recuerdos de haber madre al menos una vez en los últimos
recibido malos tratos físicos en la infancia 6 meses y un 60% por su padre; el 20%
por parte de sus padres; el 10.27% de los indicó haber recibido formas severas de
hombres y el 7.16% de las mujeres de- abuso como patadas y aventones por
claran tener recuerdos de maltrato físico sus padres en ese mismo período. Según
en la infancia. En cuanto al autor del mal- sus resultados, afirman que el maltrato
trato, el 46% de los hijos con recuerdos produce problemas en el ajuste emocio-
de maltrato responsabilizan del abuso al nal, social y conductual en los niños y que
padre, el 34% a la madre y en el 20% de estos se pueden manifestar en cualquier
los casos dicen haber sufrido malos tra- entorno del niño; de igual forma, pueden
tos por parte de los dos. En el caso de las exhibir conductas de retraimiento, de in-
madres, un 8.9% recuerdan haber sido comunicación, de encierro o disruptivas.
maltratadas físicamente en su infancia,
mientras que en los padres la proporción En una investigación realizada por Sa-
de los que recordaron haber sufrido ma- linas y Campos (2005) con 221 docentes
los tratos físicos se eleva al 9.7%. De igual de Mérida, Venezuela, se identificó que
forma, el 42.9% de los hijos con recuer- el 31% de los profesores conceptualizan
dos de haber sufrido maltrato físico pue- el maltrato infantil como maltrato físico,
den ser considerados con un alto riesgo un 25% como maltrato verbal y un 17%
para el maltrato futuro, mientras que en- como maltrato social. El 100% afirmó
tre los hijos sin recuerdos de haber sido que era un tema de gran importancia y
maltratados se reduce a un 25.5% de alto repercusión social, mientras que el 99%
riesgo para el maltrato futuro. de los docentes encuestados afirmaron
que el maltrato infantil era prioridad so-
Dos artículos presentan las conse- cial. Finalmente, el 26.83% señaló que se
cuencias del maltrato en los niños: uno debe formar a los niños en adultos sanos
de Espinoza (2006), con una muestra de emocionalmente.

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Dos artículos fueron referentes res- vulnerabilidad y potencia y realidad del


pecto a instrumentos cuya variable es el daño, los tipos de maltrato, las actitudes
maltrato infantil. El primero realizado por hacia éste, sus causas, teorías, factores
Ramírez, Haz & Browne (1994), con una de riesgo para que se presente y sus con-
prueba piloto en 56 personas, para la secuencias (González, 2010). Plantean los
adaptación al contexto Chileno del Child principales modelos explicativos del mal-
Abuse Potencial Inventory (CAP) que trato infantil (Moreno, 2006), distinguiendo
mide variables asociadas al riesgo de entre el abuso sexual (perspectiva centra-
maltrato infantil. Los resultados obtenidos da en la familia y en el abusador, y mo-
muestran que el 71% de los sujetos mos- delos explicativos centrados en criterios
tró valores que en Estados Unidos ha- individuales, familiares y contextuales), el
brían sido considerados como indicado- maltrato físico, la negligencia y el maltra-
res de potencial maltrato, por lo tanto, los to emocional; así mismo, los indicadores
investigadores afirman que es necesario para detección del maltrato infantil (Herre-
evaluar, en la muestra definitiva de esta ra, 1999), según sea físico, sexual, aban-
investigación, el poder discriminatorio de dono o psicológico.
estos ítems (los que detectan abuso) ya
que puede ser que en Chile sean otros Un artículo de Colombia presenta una
los ítems que mejor discriminen, espe- compilación normativa de la protección
cialmente en una población ya de riesgo, del NNA a nivel internacional, nacional,
como la perteneciente a un nivel socioe- policial y administrativo, así como los
conómico bajo. El segundo estudio fue el aportes de la psicología forense en la de-
realizado por Orue y Calvete (2010) donde mostración del daño, instituciones com-
se elaboró y validó un cuestionario para petentes que atienden estos casos, los
medir la exposición a la violencia en la factores de riesgo, los comportamientos
Infancia y Adolescencia (CEV), con una de los progenitores, y la importancia de la
muestra de 1896 escolares de Vizcaya, escuela en la detección, atención y pre-
España, desarrollando un cuestionario vención del maltrato infantil, además de
corto de exposición a la violencia para su enfatizar la importancia de avanzar hacia
aplicación en NNA, a partir de estructura la justicia restaurativa usando mecanis-
jerárquica del cuestionario, donde los fac- mos de intervención menos punitivos,
tores de segundo orden corresponden a dado que las relaciones paterno filiales
los contextos donde ocurre la exposición, pueden evolucionar de manera funcional
bien como testigos o como víctimas. Los y positiva (Hernández & Tapias, 2010).
resultados muestran que los valores del
índice de ajuste comparativo (CFI) y el ín- Un 31.42% de la muestra pertenece
dice de ajuste no normativo (NNFI) fueron a 11 artículos de revisión de estudios y
de .90 o superiores y valores del índice de publicaciones sobre el maltrato infantil;
ajuste no normativo (NNFI) fueron meno- 3 de estos abordan conceptualmente el
res que .08, lo cual refleja un buen ajuste. fenómeno del maltrato infantil, su clasifi-
cación (Arruabarrena, 2011; Ulloa, 1996)
De los estudios revisados, el 11.42% e hipótesis explicativas relacionadas con
son artículos teóricos que abordan cri- factores culturales, determinados por el
terios en la definición del maltrato infan- sistema de valores y pautas de conducta
til, tales como factores evolutivos, de que regulan la convivencia; psiquiátricos,

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dadas las patologías presentes en los redistribuye la autoridad, emergen nuevas


padres o cuidadores; circunstanciales, alternativas de educación infantil, incidien-
al exceder la capacidad de tolerancia y do todas ellas en la manera de existir de
adaptación; y socioeconómicos (Ulloa, la familia, la escuela, lo público y la nor-
1996). De igual forma, se encuentran ma, entre otras instituciones” (p. 815). Por
criterios para determinar la gravedad del su parte, Grassi-Oliveira, Ashy y Milnitsky
maltrato psicológico, tales como inten- (2008), en su revisión de 85 artículos en-
sidad, frecuencia y duración, grado que tre 1990 y 2007, encontraron un incipiente
caracteriza la relación paterno-filial, can- cuerpo de conocimiento en la asociación
tidad de tipos de conducta maltratante directa y explícita entre el maltrato infantil
que se producen, presencia de factores y las consecuencias psicobiológicas/neu-
amortiguadores en el niño, relevancia del robiológicas. Sólo 29 artículos de su revi-
maltrato en función del período evolutivo sión evidencian consecuencias estructu-
en que se encuentra el NNA, y grado en rales de maltrato infantil en el desarrollo
que el niño ha sufrido un daño significa- disruptivo del cuerpo calloso, neocórtex
tivo en su desarrollo (Arruabarrena, 2011). izquierdo, el hipocampo y la amígdala, así
Por su parte, Gómez (2006), en su revi- como el aumento de la irritabilidad eléc-
sion, encontró que los diferentes tipos de trica en áreas límbicas, disfunciones del
maltrato tienen diversas consecuencias. lóbulo frontal, la reducción de la actividad
Específicamente en el maltrato psicológi- funcional del vermis cerebeloso, y la re-
co, refiere que los niños víctimas suelen programación neurohormonal de la activi-
presentar más frecuentemente trastornos dad del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal.
emocionales como miedo (23.2%), agre- Los 5 artículos de revisión restantes que
sividad (29.4%) e inestabilidad emocional conformaron la muestra, abordan con-
(51.3%). cretamente las consecuencias del maltra-
to infantil.
Solo dos de estos reportan un análi-
sis sistemático de un total de 150 traba- Asimismo, Ramírez (2006) elaboró una
jos investigativos: el primero realizado por revisión de diferentes estudios en relación
Carreño y Rey (2010), en el cual se ana- al impacto del maltrato en NNA en Co-
lizaron 65 trabajos investigativos realiza- lombia. Refiere que, según la literatura en-
dos entre el año 2002 y el 2006, con el contrada, el área cognoscitiva es la más
objeto de identificar el estado del arte en afectada como consecuencia de la negli-
cuanto a prevención del maltrato infantil gencia, asi como el desarrollo emocional
a partir de programas de fortalecimiento se ve más impactado por el abuso sexual
de vínculos, fomento del diálogo, trans- y el maltrato físico. Producto del maltrato
formaciones en las representaciones, y físico se pueden mostrar déficit cognos-
promover el buen trato, en diversos ám- citivo y académico, un funcionamiento in-
bitos. Concluyen que el modelo patriarcal telectual limitado y déficit en el lenguaje,
ha empezado a entrar en crisis en sus incluyendo limitación en la comunicación
fundamentos y paradigmas, generan- funcional. Por su parte, García (2006), en
do tendencias a construir modelos más el análisis de estudios sobre las conse-
diversos donde lo vertical y lo unilateral cuencias del maltrato físico en niños, en-
de las relaciones coexisten con otros ti- contró que produce sensación de inse-
pos de organización social, en donde “se guridad, menor independencia y locus de

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control externo con dificultades de afron- resultados, muestran que un alto nivel de
tamiento adaptativo. También concluye estrés a edades tempranas supone una
que los niños víctimas de maltrato físico interrupción en el desarrollo normal del
suelen ser socialmente distantes, menos niño, debido a que genera un aumento
empáticos y cuando son adultos, conti- importante en los niveles hormonales que
núan con problemas de afrontamiento, forjan cambios estructurales y funciona-
depresión, resentimiento, ira, sentimien- les en el cerebro. El maltrato produce al-
tos de aislamiento y abuso de sustancias teraciones en los distintos sistemas, esto
tóxicas. es, en el SNC, el SNA, el sistema endo-
crino y el sistema inmune, con graves
Patró y Limiñana (2005), en una revi- secuelas neurobiológicas, psicológicas y
sión sobre las consecuencias psicoló- conductuales.
gicas en hijos de mujeres maltratadas,
reportaron que los niños que han experi- Por último, el informe mundial so-
mentado alguna forma de rechazo paren- bre la violencia contra los niños y niñas
tal o maltrato, tienden a presentar sesgos de UNICEF (Pinheiro, 2006), expone la
atribucionales hostiles y aprenden a anti- magnitud e impacto del maltrato infantil,
cipar y a evitar las conductas de rechazo; las características, sus consecuencias,
además, aprenden e interiorizan una serie y, finalmente, hace un llamado a los go-
de creencias y valores negativos sobre las biernos para que empleen los recursos
relaciones con los otros y, especialmente, necesarios en la prevención y atención
sobre las relaciones familiares. En este or- oportuna de esta problemática. También
den de ideas, Kaplan, Pelcovitz y Labruna sugiere que los gobiernos deben asegu-
(1999) revisan la literatura clínicamente re- rar que los sistemas de respuesta ante el
levante sobre el abuso físico y emocional maltrato infantil sean coordinados, orien-
y el abandono de los NNA publicados du- tados hacia la prevención y la interven-
rante un período de 10 años (1988-1998), ción temprana, vinculados con servicios
justificando asociaciones del maltrato in- integrales que abarcan diversos sectores
fantil con problemas interpersonales, ba- (jurídico, educativo, de justicia, social, sa-
jos logros académicos, comportamiento lud, empleo, entre otros) y se adecuen a
agresivo, baja autoestima, desórdenes los tipos de violencia específicos en cada
psiquiátricos, además de consecuencias caso.
biológicas como alteraciones en el desa-
rrollo del cerebro. Concluyen que el daño

D
que el maltrato infantil inflige a la sociedad
pone de relieve la necesidad de aumen- iscusión
tar los recursos para apoyar los estudios
de investigación e intervención de este
fenómeno.

Mesa-Gresay y Moya-Albiol (2011) El objetivo del presente trabajo con-


centran su revisión en las consecuencias sistió en realizar una revisión en el esta-
neurobiológicas del maltrato, señalando do del arte sobre la violencia contra ni-
que los efectos en estructuras cerebrales ños y adolescentes ejercida por padres
no son claros. Sin embargo, dentro de los o cuidadores; se alcanzó con el análisis

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de 35 estudios, publicados entre 1994 y Así como lo plantea Hernández y Ta-


2016, sin embargo, el 62.86% de estos pias (2010) en su compilación de norma-
no explicitó el diseño de investigación tividad internacional y nacional, las con-
empleado para su desarrollo, lo que de- ductas de maltrato infantil son tipificadas
nota falencia en este cuerpo del cono- como delitos dentro del Código Penal
cimiento, ya que no contextualiza meto- Colombiano y consideradas como vio-
dológicamente al lector o investigador en lación a los tratados internacionales de
caso tal que desee replicar el estudio. derechos de los niños, corroborado por
Carrasco y González, al afirmar que la
La violencia es un comportamiento violencia implica conductas ilegítimas, ile-
humano multicausal (Carrasco & Gon- gales, carentes de justificación, con ten-
zález, 2006; Domenach et al., 1981; Gil- dencia ofensiva que van en contra de la
Verona et al., 2002; Krug et al., 2002; dignidad y vulnera los derechos humanos.
Trujillo, 2009) que se constata en el mal-
trato infantil (Ramírez, 2006), ya que pre- Es importante considerar los esque-
senta diversas causas de tipo personal, mas cognitivos preexistentes en los pa-
psiquiátricas, económicas, culturales, dres, que dan origen a sesgos cogniti-
sociales, emocionales, de historia de vos que determinan su conducta, lo que
maltrato de los padres, biológicas (Gon- explica factores como el valor que se le
zález, 2010; Ulloa, 1996) y depende de otorga al castigo físico, expectativas no
diferentes factores de riesgo para que se realistas acerca del comportamiento de
presente (González, 2010). los hijos, dificultad para distinguir adecua-
damente acciones positivas y negativas
Se considera el maltrato infantil como del niño, falta de habilidades para emplear
un problema de salud pública que pone apropiadamente formas de control con el
en riesgo la niñez (Ramírez, 2006), evi- NNA, la no utilización de corrección opor-
denciado en los datos presentados por tuna y proporcional a las circunstancias,
los estudios de diferentes países, donde atribuciones sesgadas y distorsionadas,
se encontró un alto índice de niños que creencias erróneas y expectativas nega-
son violentados por sus padres y cuida- tivas respecto a los hijos (Milner, 1993;
dores (Apostólico et al., 2012; Bascuñán, Hewitt, 2005; 2016). De igual forma, los
2008; Larraín & Bascuñán, 2012; Milla, padres abusadores físicos son quienes
2006; Moreno, 2002; Pérez, Silveria & presentan atribuciones con mayor distor-
Toledano, 2010; Viscarra et al., 2001). Se sión y sesgo (Hewitt, 2005). Así, Patró y
hace importante que, al estar enmarca- Limiñana (2005) reportaron que los niños
do como un tipo de violencia interper- que han experimentado alguna forma
sonal (OMS, 2002), debe ser analizado de rechazo parental o maltrato tienden a
y puesto en la agenda pública en los presentar sesgos atribucionales hostiles y
diferentes países, ya que, así como lo aprenden a anticipar y a evitar las con-
manifiesta Salinas y Campos (2005), el ductas de rechazo, generalizando esta
100% de su muestra de docentes afirmó anticipación a contextos interpersonales;
que es un tema de gran importancia y de así mismo, aprenden e interiorizan una
repercusión social que debe tener prio- serie de creencias y valores negativos so-
ridad (99%). bre las relaciones con los otros y, espe-
cialmente, sobre las relaciones familiares

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y sobre la legitimidad del uso de la violen- Considerando lo que hemos revisa-


cia como método válido para la resolución do, se puede concluir que la violencia de
de conflictos. parte de los padres y/o cuidadores hacia
los NNA es frecuente en nuestra socie-
Además de la historia de abuso vivi- dad. Así, podemos señalar que quienes
da por los padres (Barcelata & Álvarez, tienen el mandato ético, moral y jurídico
2005; Gaxiola & Frías, 2005), para lograr de velar por el desarrollo óptimo de los
una verdadera comprensión del maltra- NNA, son quienes, en muchas oportu-
to infantil, se deben considerar factores nidades y amparados en la situación de
situacionales y relacionales (Barcelata & poder en la que se encuentran, cometen
Álvarez, 2005) y la falta de maduración las mayores vulneraciones hacia ellos. En
de los padres, lo cual implica dificultades correlación con lo señalado, el maltrato
para el tipo de vinculación afectiva, pre- infantil constituye una problemática mul-
dominantemente cariñosa y contenedora, ticausal, multifactorial, multidimensional y
fundamentales en las relaciones madre/ de gran impacto tanto para las víctimas
padre-hijo, así como las dificultades en la como para los padres, por ende, se hace
capacidad empática (Febbraio, 2015). trascendental intervenir en las familias y
cuidadores maltratantes, así como en
Por otra parte, se confirma que las los NNA maltratados desde los aspec-
consecuencias del maltrato infantil varían tos cognitivo, conductual y emocional
en función de su naturaleza y severidad, (Patró & Limiñana, 2005) para atender la
ya que son múltiples y pueden ser devas- necesidad emocional de los implicados,
tadoras, resultando en problemas de sa- reestructurar su relación con la violencia
lud físicos, psicológicos, emocionales, y y promover conductas de interrelación
comportamentales, entre otros (Arruaba- padre/cuidador-niño/adolescente ade-
rrena, 2011; García, 2006; Gaxiola & Frías, cuadas, junto con prevenir futuras crisis.
2005; Obaco & Bernal, 2010). De igual
forma, se encuentra en los NNA víctimas Es importante destacar que la inter-
mayor frecuencia de trastornos emocio- vención que se realice con estas familias
nales (Gómez, 2006), desarrollo disruptivo siempre debe centrarse en garantizar la
del cuerpo calloso, neocórtex izquierdo, el integridad de cada uno de sus miembros
hipocampo y la amígdala, así como el au- y, así como lo plantean Hernández y Ta-
mento de la irritabilidad eléctrica en áreas pias (2010), enfatizar en la importancia
límbicas, disfunciones del lóbulo frontal, de avanzar hacia la justicia restaurativa,
la reducción de la actividad funcional del a partir de la búsqueda de causas de las
vermis cerebeloso y la reprogramación injusticias cometidas al niño, minimizan-
neurohormonal, actividad del eje hipotá- do sus orígenes para que no se vuelvan
lamo-hipófisis-adrenal (Grassi-Oliveira et a repetir, usando mecanismos de inter-
al., 2008), déficit cognoscitivo y académi- vención menos punitivos, dado que las
co, un funcionamiento intelectual limitado, relaciones paterno filiales pueden evo-
déficit en el lenguaje (Ramírez, 2006), y al- lucionar de manera funcional y positiva,
teraciones en los distintos sistemas, esto por lo cual pueden disminuirse acciones
es, en el SNC, el SNA, el sistema endo- coercitivas.
crino y el sistema inmune (Mesa-Gresa &
Moya-Albiol, 2011).

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Junto con la intervención en las dis- y adolescentes, que son los más vulne-
tintas esferas de las familias que presen- rados y los que terminan presentando
tan dinámicas relacionales vulneradoras mayores secuelas en todas las esferas
de los derechos de los NNA, se hace de su vida.
trascendente que los distintos gobiernos
puedan contar con políticas públicas

R
orientadas y focalizadas a la prevención
de este flagelo, con el objetivo de reducir eferencias
la ocurrencia del fenómeno y, como se-
ñala Pinheiro (2006), asegurándose tam-
bién de que sean sistemas de respuesta
coordinados, vinculados con servicios
integrales que abarquen diferentes sec- Alarcón, L., Araújo, A., Godoy, A., & Vera, M.
tores (jurídico, educativo, de justicia, so- (2010. Maltrato infantil y sus consecuencias
cial, salud, empleo) y con otros servicios a largo plazo. Revista MedUNAB, 13(2),
necesarios. 103-115.

Se debe promover también el estudio Apostólico, M., Rife, C., Nunes, R., Godoy, R.,
de los programas de intervención fami- & Yoshikawa, E. (2012). Características de
liar que se ejecutan, para, de esta forma, la violencia contra los niños, en una capital
contar con apoyo empírico que sustenten brasileña. Revista Latinoamericana de
las intervenciones y realizar los cambios Enfermagem, 20(2), 1-9.
a las mismas si así fuera necesario. Tam-
bién se hace imperioso favorecer el co- Arruabarrena, M. (2011). Maltrato psicológico a
nocimiento en profundidad del fenómeno los niños, niñas y adolescentes en la familia:
por parte de los profesionales llamados definición y valoración de su gravedad.
a intervenir, con el objetivo que puedan Psychosocial Intervention, 20(1), 25-44.
ellos contribuir de forma adecuada a me-
jorar la calidad de vida de estos niños y Barcelata, B. & Álvarez, I. (2005). Patrones de
sus familias, y ser agentes significativos interacción familiar de madres y padres
en el cambio cultural hacia una sociedad generadores de violencia y maltrato infantil.
de respeto de los derechos de los NNA. Acta Colombiana de Psicología, 13(5),
35-45.
Finalmente, se advierte que no hay un
compendio único y establecido concep- Campos, M., Pérez, Y., Silveria, S., & Toledano,
tualmente de teorías y procedimientos Y. (2010). Maltrato infantil intrafamiliar en
para comprender y actuar en los casos niños de la Escuela Primaria “Salvador
de maltrato infantil, dadas las caracterís- Pascual Salcedo”. MEDISAN, 14(2),
ticas ya mencionadas de este fenómeno, 192-199.
sin embargo, es importante avanzar en la
investigación y consolidación de las he- Carrasco, M. & González, M. (2006). Aspectos
rramientas más efectivas de acción para conceptuales de la agresión: definición y
abordar estos casos y privilegiar en todo modelos explicativos. Acción Psicológica,
momento la salud y el bienestar de los 4(2), 7-38.
implicados, principalmente de los niños

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