Los trastornos del estado de conciencia son padecimientos donde el estado de
alerta o de vigilia se encuentran alterados. La conciencia es normalmente controlada por diferentes partes del cerebro. Estos sistemas mantienen a una persona alerta y consciente de sí misma y de su ambiente. Los trastornos del estado de conciencia pueden incluir el coma, el estado vegetativo, el estado de conciencia mínima, el mutismo acinético y el delirio. Estos pueden ser ocasionados por traumatismos de la cabeza o por padecimientos que provoquen un flujo de sangre disminuido al cerebro. Ciertos medicamentos, drogas y el alcohol pueden también tener efectos sobre el cerebro y pueden afectar el estado de conciencia.
Los signos y síntomas dependerán de que tan afectado se encuentre el estado
de conciencia del paciente. Conforme el tiempo pase, el paciente puede brincar de un estado de conciencia a otro. Otros signos y síntomas pueden presentarse también indicando la causa del padecimiento. Se necesitará una historia clínica detallada del paciente y una exploración física completa para diagnosticar un trastorno del estado de conciencia. También pueden requerirse análisis de sangre, de orina y distintos estudios de imagen. El tratamiento dependerá de la causa del trastorno del estado de conciencia. Este podrá incluir medicamentos y otras medidas para apoyar al paciente. Con el tratamiento y los cuidados podrán evitarse problemas mayores. CUESTIONARIO 1. ¿Cómo define Ud. el Coma?
El coma, llamado en ocasiones estado vegetativo persistente, es un estado de
inconsciencia profunda. El estado vegetativo persistente no es lo mismo que muerte cerebral. Una persona en un estado de coma está viva, pero es incapaz de moverse o responder a su entorno. El coma puede ocurrir como complicación de una enfermedad subyacente o como resultado de lesiones, como un traumatismo craneoencefálico. Las personas en dicho estado han perdido su capacidad de pensar y percibir su entorno, pero conservan la función no cognoscitiva y los patrones normales de sueño. Aunque quienes están en estado vegetativo persistente pierden sus funciones cerebrales superiores, otras funciones clave como la respiración y la circulación siguen relativamente intactas. Pueden ocurrir movimientos espontáneos y los ojos pueden abrirse en respuesta a los estímulos externos. Las personas pueden incluso arrugar el ceño, llorar o reír ocasionalmente. Aunque las personas en un estado vegetativo persistente pueden parecer relativamente normales, no hablan y son incapaces de responder a órdenes. (1)
2. ¿Cuáles son los criterios para definir en estado de coma?
La evaluación clínica de la integridad del sistema motor y sensorial de los pacientes comatosos es una tarea difícil y el valor diagnóstico de las técnicas que valoran el daño cerebral es a veces relativo. Algunas veces no podemos encontrar ningún sustrato morfológico que claramente sea responsable del estado de coma. Incluso, podemos observar deterioro o mejora sin que haya cambios cerebrales estructurales aparentes. (2)
La Escala de Coma de Glasgow (GCS) es el instrumento clínico más
ampliamente aceptado para valorar la profundidad del coma en el estado post- traumático agudo, aunque no es tan útil en el coma prolongado o en el estado vegetativo. Siguiendo a Jennett y Dyer (1991), el diagnóstico del coma depende en gran medida de la pericia y la habilidad que pueda tener el especialista en sus observaciones, ya que los actuales métodos de neuroimagen, como la tomografía computerizada, la resonancia magnética, la electroencefalografía, etc., que son normalmente de ayuda, a veces no la proporcionan en estos casos. En la tabla 1 podemos observar los ítems que componen esta escala.
La Escala de Coma de Glasgow (Teasdale y Jennett, 1974, 1976) permite una
valoración precisa y objetiva de los patrones de conducta en tres categorías de respuesta: estimulación requerida para provocar la apertura ocular, calidad y tipo de respuesta verbal y estimulación requerida para obtener la mejor respuesta motora. La puntuación que un paciente puede obtener en la escala oscila entre 3 y 15 puntos. Cuanto más baja sea la puntuación obtenida mayor es la profundidad del coma. Una puntuación más baja de 9 puntos se interpreta como daño cerebral severo, y puntuación entre 3 y 5 como muy severo y coma profundo. Una puntuación entre 9 y 13 es considerada como daño cerebral moderado, y el paciente ya no está en coma; y de 14 a 15 como daño cerebral leve. Para determinar si un paciente ha salido del coma, se debe administrar la escala en diferentes momentos y observar la variedad de puntuaciones obtenidas. Cuando el paciente recupera la consciencia no se continúa utilizando la Escala de Coma de Glasgow. (2) Deben ser tenidas en cuenta algunas consideraciones a la hora de interpretar las puntuaciones obtenidas en la Escala de Coma de Glasgow por algunos pacientes, especialmente en la predicción de la evolución después de una parada cardio-respiratoria con encefalopatía isquemico- anóxica. Para Mullie y cols. (1988, pp.140) se recomiendan ciertas precauciones en los pacientes que están aún bajo los efectos de una fuerte sedación y/o presentan encefalopatía metabólica. También en los pacientes con periodos recurrentes de hipertensión o parada respiratoria recurrente, debido a la gran influencia de las variaciones del sistema cardiovascular; y también, en niños en los que el tiempo para la toma de decisiones debería ser incrementado. (2)
Bibliografía
1. National Institute of Neurological Disorders and Stroke (NINDS).
(2017). Coma. [online] Available at: https://espanol.ninds.nih.gov/trastornos/coma.htm#pron%C3%B3stico [Accessed 28 Aug. 2019]. 2. León J, Domínguez JM, Domínguez M. Coma y Estado Vegetativo: Aspectos médico-legales. Revista Española de Neuropsicología. 2012; 1- 2: 63-76