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(Colombia)
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades,
contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en
las regiones celestes". (Efesios 6:12)
Las batallas espirituales que enfrentamos no son ficticias o producto de nuestra imaginación,
SON REALES. Estamos peleando contra fuerzas espirituales invisibles de maldad, no contra
sangre y carne. Son fuerzas demoníacas organizadas, poderes espirituales y gobernadores de
tinieblas... espíritus de violencia, confusión, odio, rebeldía, miedo, perversión, codicia, lujuria que
están sobre nuestras ciudades, y naciones. Están en todas partes.
SU OBJETIVO: Derribar y destruir todo lo que es santo, todo lo que es puro, toda moralidad y
todo sentido de decencia.
SU OBJETIVO: Dividir al Cuerpo de Cristo trayendo confusión, contienda en las iglesias para
desviar a la Iglesia de su propósito verdadero de ganar almas para el reino de Dios.
SU OBJETIVO: Destruir familias volviendo a los esposos en contra de sus esposas y viceversa.
Lanzar dardos al corazón de los adolescentes y provocar sentimientos de rechazo, menosprecio,
amargura, resentimiento y desconfianza.
SU OBJETIVO: Impedir que usted crezca y llegue a la estatura de Jesús, impidiendo que ore,
escondiendo las respuestas de Dios a sus oraciones, impidiendo el estudio y la lectura de la
Palabra, impidiendo que aplique la Palabra a su vida e impidiendo que usted haga la voluntad de
Dios.
El único poder suficientemente fuerte para penetrar estas fuerzas de maldad y derribar estas
fortalezas en las naciones de la Tierra
son: LAS ORACIONES DEL PUEBLO DE DIOS.
Deténgase un momento y piense acerca de las batallas a las cuales se está enfrentando en este
momento. Piense acerca de las fortalezas que Satanás ha tratado de construir en su vida, en su
hogar, en su comunidad, en su nación. Probablemente se esté enfrentando a situaciones y
problemas que le están causando confusión y miedo y ni siquiera sabe como orar al respecto.
Probablemente está siendo atacado en sus finanzas. Sus deudas suben y por más que usted trate
nunca hay suficiente dinero para cubrirlas. Su mente ha estado en un constante tormento. Usted
se está preocupando acerca de lo que hará y dónde conseguirá el dinero que necesita.
Usted probablemente está siendo atacado física y mentalmente. Sus fuerzas parecen haberse ido
y en su corazón está el desánimo y la duda.
O quizá está esperando por la dirección de Dios, oír Su voz y conocer Su voluntad en decisiones
importantes que usted debe tomar. Usted ha hecho todo lo que ha podido. Ha llorado. Ha
pedido. Ha clamado a Dios y ahora parece como si el cielo fuera de metal y que sus oraciones
no pueden penetrarlo.
Como el gran guerrero, el rey David, desde lo más profundo de su espíritu usted clama:
"¿Hasta cuándo oh Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuando esconderás tu
rostro de mí?" (Salmo 13: 1)
Dios no lo ha dejado solo. El no lo ha olvidado, desde el primer momento que usted clamó a Él,
Él ha oído.
Usted está luchado contra Potestades y principados que han construido una fuerte línea de
defensa, una barrera para impedirle que reciba la respuesta a sus oraciones. Dios no se ha
negado a usted.
Antes de que usted reciba la liberación que necesita en su vida, antes de que su ciudad o nación
pueda experimentar la liberación espiritual que desesperadamente necesita, usted debe penetrar
muy profundamente en el Espíritu y derribar la barrera que el enemigo ha construido, usando el
arma poderosa que Dios le ha dado. En oración cuando usted comience a clamar, a penetrar
profundamente en el terreno espiritual, Dios le revelará los espíritus, las potestades y la raíz de
las batallas que está enfrentando.
Su batalla no es en contra de la artritis, la diabetes, problemas de corazón o cualquier otra
enfermedad que el enemigo ha puesto en su cuerpo.
La batalla no es contra su esposo, su esposa, sus hijos o cualquier otro miembro de la familia.
La batalla no es contra su jefe o sus colegas de trabajo.
La batalla no es contra su situación financiera, sus deudas.
Para ser capaces de penetrar las "líneas del enemigo" en donde se encuentran las fuerzas de
maldad, localizar y atar al enemigo, usted debe utilizar el ayuno y la oración como armas
ofensivas para entrar en el terreno espiritual.
La palabra "penetrar" significa traspasar, o pasar la resistencia.
¡Usando su arma poderosa de la oración Jesús...
Usted puede decirme sorprendido, "¿Cómo puede ser esto Hermano Cerullo?" Jesús nunca oró
por la enfermedad; El ordenó que la enfermedad se marchara, ¡El habló la Palabra con poder y
autoridad y se cumplió!
Esto es verdad. Ahí entre la gente Jesús no oró por la enfermedad, ¡ni una sola vez! Nunca
pidió al Padre que sanara a alguien.
Sólo hay un ejemplo que nos recuerda que Jesús oró al Padre antes de sanar a alguien.
Estando afuera de la tumba de Lázaro, Jesús dijo: "Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo
sabía que siempre me oyes, pero lo dije por causa de la multitud que está a mi alrededor, para
que crean que Tú me has enviado". (Juan 11:41-42)
Jesús no necesitaba pedir al Padre que resucitara a Lázaro, le dio gracias porque ya lo había
hecho. La victoria ya se había ganado en la oración.
Como un soldado conquistador, Jesús destruyó la línea de defensa del enemigo... penetrando en
el territorio de Satanás y tomando autoridad sobre él. El no oró para que los demonios se
fueran... ¡Él les mandó que se fueran! cuando Él vio a aquellos ciegos, sordos, mudos, El no oró
al Padre para que abriera sus ojos, oídos o desatara sus lenguas, El les mandó ver, oír y hablar.
Él era capaz de discernir los espíritus inmundos que estaban actuando y les llamaba por nombre.
Cuando Él vio al joven endemoniado, Él no oró, Él le dijo directamente al espíritu:
... Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él".
(Marcos 9:25)
Cuando Jesús habló las palabras de sanidad y liberación, no había ninguna duda de que lo que Él
decía se cumpliría. Jesús sabía que mientras Él hablaba, la obra se realizaba.
¿Cómo era posible que Jesús hablara con esa autoridad? ¿Cómo es que podía abrir los ojos de los
ciegos, los oídos de los sordos y sanar cualquier enfermedad? ¿Cómo es que Él conocía los
espíritus inmundos que estaban actuando?
Las grandes victorias que Jesús experimentó en el campo de batalla cuando ministraba a las
necesidades de la gente, enseñando, abriendo los ojos de los ciegos, los oídos de los sordos,
sanando toda enfermedad, levantando a los muertos, no fue de una manera automática. Estas
victorias fueron ganadas primero ¡en la oración!
A pesar de que Él era el Hijo de Dios, Jesús, no ganó estas batallas por Sus propias fuerzas. Él
fue despojado de Sus atributos divinos y fue sujeto a las limitaciones de la naturaleza humana
como usted y yo.
El no hizo nada independiente del Padre. Ninguno de los tremendos milagros que El hizo fueron
de manera automática.
Todo lo que Jesús hizo fue el resultado de lo que el Padre le reveló cuando estaba en Su
Presencia, ¡cuando estaba orando!
Antes de salir al campo de batalla, Jesús pasaba tiempo en la Presencia del Padre en donde el
Padre le revelaba Su voluntad. A través de la oración, Él penetraba las líneas enemigas, peleaba
la batalla y ¡la ganaba!
-5 ANTES de alimentar a los cinco mil, multiplicando cinco panes y dos peces, El se fue en
una barca a un lugar solitario donde oró. (Mateo 14:13)
-5 ANTES de una gran "campaña" de sanidad en Genesaret, en donde la gente traía a sus
enfermos, Jesús subió a un monte a orar. (Mateo 14:22-23)
-5 ANTES de escoger a Sus doce discípulos Jesús, "... se fue al monte a orar y pasó la
noche orando a Dios..." (Lucas 6:12)
-5 ANTES de comenzar Su ministerio por Galilea donde predicó y echó fuera demonios,
Jesús oró. "Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un
lugar desierto, y allí oraba". (Marcos 1:35)
-5 ANTES de ir a la cruz... camino a Jerusalén, Jesús, sabiendo que iba ser crucificado, fue
a un monte a orar. (Lucas 9:28)
Antes de que tome decisiones que puedan afectar su vida o familia, ¿No debería usted entrar en
la guerra espiritual a través de la oración y penetrar las "líneas enemigas", y ganar la batalla?