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CIENCIA POLÍTICA

TRABAJO FINAL

INVESTIGAR LOS SIGUIENTES TEMAS Y REALIZAR UN RESUMEN:

A) SISTEMA POLÍTICO Y FUNCIONES:


Estructuralismo. En realidad, el estudio del sistema político entendido como esa unidad global integrada por
distintos elementos que se vinculan recíprocamente puede abordarse de diversas maneras, según se ponga el
énfasis en algún aspecto concreto de dicho sistema.

Se denomina de manera distinta a cada uno de los enfoques empleados. Cuando se analiza particularmente la
manera como están dispuestas las diferentes partes del conjunto, se suele hablar de estructuralismo. Éste ha sido
un enfoque útil para explicar diversos fenómenos y se ha empleado también en distintas ciencias. Para entender lo
que queremos decir con estructuralismo, debemos partir de la explicación del concepto estructura. En su sentido
original, la estructura es la representación mental de la disposición de las partes de un todo; este concepto implica
una interrelación de diversas partes que se arreglan de cierta manera para constituir el objeto que es materia del
análisis.

Podríamos decir que en cierto sentido es un enfoque estático que se preocupa especialmente de cómo es un
objeto. La estructura es una conceptualización formal realizada mediante un proceso de abstracción, de manera tal
que nos permite entender el modo como están dispuestas las partes, independientemente de otros aspectos que
pueda presentar el objeto que observamos.

Nadel cita el ejemplo de un cubo que podemos describir, en cuanto a su forma, como un objeto que tiene seis
lados, cada uno de ellos constituido por un cuadrado y cuyos planos forman ángulos rectos. Ésta es una
descripción estructural que hace abstracción del material que constituya al cubo de que se trata, que puede ser
madera, hierro o cualquier otro. Igualmente hacemos una descripción estructural cuando nos referimos, por
ejemplo, a una oración gramatical constituida en primer término por un sujeto y en segundo, por un predicado.
Entendemos fácilmente esta descripción, independientemente de cuál pueda ser el contenido de la frase. Los
análisis estructurales se realizan, pues, abstrayendo conceptualmente la conformación de las partes de un todo a
partir de la manera como están relacionadas.

El enfoque estructural en la Ciencia Política puede asumir dos formas. La primera consiste en el estudio de las
estructuras institucionales a través de las cuales se desarrollan los fenómenos de poder, y se le llama también
enfoque institucional. En la actualidad es el método que emplea el derecho constitucional o la teoría del Estado
para explicar la forma de ser del gobierno o de distintos modelos estatales. Una segunda posibilidad es el análisis,
no de las partes formales a través de las cuales se presentan los fenómenos de poder como pueden ser el Poder
Ejecutivo, el Parlamento, la judicatura, etc., sino de los conjuntos reales que determinan las decisiones de poder.
En este contexto, que suele formar parte importante de los estudios de la Ciencia Política contemporánea, se
encuentran los procesos de análisis que hemos realizado, por ejemplo, al referimos a los partidos políticos, los
grupos de presión, la estratificación social o las teorías estructurales del poder.

Funcionalismo Antes de analizar las funciones que los tratadistas consideran propias del sistema político, vale la
pena detenemos en el significado del enfoque funcionalista. En realidad, un mismo objeto puede ser estudiado
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desde ángulos distintos o con intenciones diversas; de ello dependerá que al análisis se le denomine de una u otra
forma. Podríamos decir, sintetizando, que el enfoque estructural consiste en preguntarse cómo es este objeto, en
tanto que el enfoque funcionalista preguntaría qué hace este objeto.

La noción de función se introdujo en las ciencias sociales particularmente desde el campo de la biología; el
sociólogo inglés Hebert Spencer desarrolló en el siglo pasado una analogía entre organismos vivos y la sociedad;
a esta escuela se le ha llamado, por esa razón, organicista, y por la misma influencia del estudio biológico se
desarrolló la idea de función, efectuada por las distintas partes que conforman el organismo social. Como se
advierte, el funcionalismo y el estructuralismo vienen a ser como las dos caras de una moneda. En realidad, no
existe el uno sin el otro; lo que sucede es que depende de si se observa el anverso o el reverso.

Cuando se efectúa un análisis estructural para diferenciar las partes, se toma en cuenta, en la mayoría de los
casos, las funciones que las distinguen; a partir de esa operación es posible determinar su disposición en el todo.
El funcionalismo, al plantearse como problema principal lo que cada una de las partes hace respecto del todo,
tiene que considerar también la estructura. De alguna manera podríamos decir que todo estructuralismo es
funcional y que todo funcionalismo es estructural, y que le denominamos de una u otra forma según el aspecto que
denote más énfasis desde el punto de vista del estudio. Esto puede observarse con mayor claridad si analizamos
las tres principales corrientes del funcionalismo. La primera, el llamado funcionalismo absoluto, atribuye a todos y
cada uno de los elementos del conjunto una función especializada que lo distingue y que, en consecuencia, hace
necesarias a todas las partes para el logro completo de la función del objeto. La segunda corriente se ha
denominado funcionalismo relativo, desarrollada a partir de las observaciones de Robert K. Merton, quien
señalaba que no es posible afirmar que todo elemento social o cultural realice necesariamente una función
indispensable y que, además, puede hablarse de disfunciones cuando una parte del todo, en vez de colaborar al
proceso general, actúa de manera que se convierte en obstáculo del mismo. Finalmente, la tercera posición es la
del funcionalismo estructural, que enfatiza la relación entre las funciones y las partes del todo que las desarrollan.

Nótese que ésta es una connotación específica de la idea del funcionalismo estructural que solamente aclara la
indefectible relación que se presenta entre los dos aspectos de la realidad y que está presente, además, en todos
los otros enfoques que hemos analizado.

CONCEPTO:
Nos corresponde ahora estudiar la noción de sistema político y las funciones que se atribuyen al mismo y que
lo caracterizan. Aquí debemos recordar lo que dijimos en la parte introductoria respecto de los sistemas. Se
entiende por sistema un conjunto de elementos interrelacionados de forma tal que la variación en uno de ellos
produce una alteración en la acción reciproca de los demás. El concepto de sistema ha estado presente en
diversas ciencias y se ha trasladado desde otros campos del conocimiento al de la sociología y al de la Ciencia
Política para permitimos, a través de él, explicar algunos de 'los fenómenos que son materia de nuestro estudio.
Este concepto de sistema ha resultado eficiente para explicar algunos de los hechos que se observan en la vida
política, aunque no todos, y esto debemos tenerlo presente en el momento de iniciar nuestro análisis. En realidad,
los diversos enfoques que se han empleado para lograr una comprensión de los fenómenos sociales y, dentro de
éstos, de los fenómenos políticos, han partido siempre de la concepción de un todo articulado cuya conformación y
funcionamiento se pretende aclarar. De esta manera, podríamos decir que la idea de la sociedad y de! conjunto de
actividades políticas que en ella se dan se ha caracterizado consciente o inconscientemente como sistema; sin
embargo, los distintos autores han adoptado diversos puntos de vista para tratar de explicar particularmente
algunas de las peculiaridades del comportamiento de este conjunto de interacciones humanas. Estos distintos
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enfoques constituyen instrumentos de comprensión de la compleja realidad sociopolítica, cuya utilidad puede ser
mayor o menor según el fenómeno que se pretenda conocer.

ENFOQUE SISTEMÁTICO:
Este enfoque se desarrolla a partir de la consideración del objeto de estudio como un conjunto de partes
interdependientes, el cual, además, se caracteriza porque su estructura y sus funciones lo distinguen del medio
ambiente en el que está inmerso y permite establecer la relación entre sistemas diversos. Esta manera de efectuar
el estudio de un objeto presupone la consideración de factores tanto estructurales como funcionales, pero eleva al
primer plano el hecho de que estima dicho objeto como ese conjunto de elementos identificables a partir de una
estructura y que realiza una serie de funciones específicas que lo distinguen de otro sistema y permite que nos
percatemos de las relaciones entre ellos. Así, se puede considerar el todo social como un sistema, o bien al
sistema político separadamente del sistema económico o del sistema cultural, y definir los intercambios que se dan
entre estos últimos. Por otro lado, es útil para la realización de estudios interdisciplinarios que permiten incluir
análisis de diversas materias que se conjugan en el interior de un sistema dado. Así, por ejemplo, para el estudio
de la sociedad entendida como un sistema completo se requiere la participación de economistas, politólogos,
psicólogos, historiadores, etc. Como se advierte, este enfoque no puede separarse de la idea de funcionalidad.
Quizá en todos los casos debería hablarse de enfoque de análisis sistémico funcional; lo que sucede es que en
este esquema la funcionalidad está referida fundamentalmente al sistema como un todo y no a las tareas que
realizan las diversas partes. A ello se debe que los distintos enfoques sistémicos que se han propuesto consideren
siempre al sistema como una caja negra cuyos procesos interiores no son descritos en beneficio del estudio de las
funciones del sistema como unidad. Es característico de este enfoque sistémico funcional el resultado de los
estudios del sociólogo estadounidense Parsons, quien entiende toda acción humana como realizada en el marco
de un sistema. Parsons define cuatro funciones que deben ser indefectiblemente realizadas por un sistema: 1. la
de adaptación, que se configura por la relación del sistema con el medio exterior, dentro del cual se encuentra y
con el que, a su vez, interactúa; 2. la persecución de objetivos, que consisten en la movilización de las energías
del sistema hacia las metas que se ha propuesto; 3. la de integración, que se define por las acciones que permiten
mantener la coherencia del sistema; 4. lo que denomina latencia, que es la capacidad de motivación del sistema
para alcanzar los objetivos señalados. Debe aclararse que en este enfoque sistémico se habla siempre de
conductas humanas, por lo que es posible establecer objetivos previstos y capacidades de motivación. Parsons
explica posteriormente que en este sistema general de la acción humana se presentan varios subsistemas que
responden a cada una de las funciones que ha previsto para el sistema general; así, el organismo biológico realiza
la función de adaptación; la personalidad psíquica se encarga de la función de determinar los objetivos; el conjunto
social tiene la función de integrar los distintos elementos y la cultura cumpla el papel de la latencia, es decir, el de
crear el marco normativo y valorativo que motiva a los hombres. Es fácil advertir que, como el propio Parsons lo
confiesa, su vocación teórica lo ha llevado a tratar de que necesariamente la realidad se conforme a su idea de
sistema y no extraer ésta de la realidad, es decir: Parsons procede deductivamente al fijar primero las
características ideales en un sistema como un todo, y luego tratando de encajar en distintos elementos del sistema
las funciones que se supone que éste debe desarrollar. De este modo, mezcla funciones individualizadas, como
las biológicas o las psíquicas, con funciones sociales de integración de los individuos y de generación de valores
colectivos. El sistema de Parsons se asemeja a las construcciones teóricas de los astrónomos que precedieron a
Kepler, los cuales, con el fin de explicar teóricamente los movimientos de los astros a partir de sistemas
preconcebidos, generaban complicadísimas evoluciones circulares que se daban unas dentro de las otras, incluso
matemáticamente explicadas, para hacer coincidir forzosamente las realidades observadas con el esquema
conceptual que les servía de instrumento. Éste constituye uno de los defectos primordiales de todos los enfoques
sistémico. Sin embargo, debe reconocerse que como esquemas de análisis sirven para explicar algunas
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particularidades de la vida social y de los fenómenos políticos, de ahí que sea necesario estudiarlos y
comprenderlos porque constituyen parte de la evolución del pensamiento moderno que, independientemente de
las fallas que puedan presentar, significan sin duda un avance hacia la consecución de un instrumental teórico que
nos permita adelantar en el conocimiento de nuestro objeto.

B) FUNCIONES DEL SISTEMA POLÍTICO, SEGÚN ALMOND Y POWELL


Estos autores se refieren a las funciones de los sistemas políticos en términos de la capacidad de los
mismos para realizarlas. Definen como tales la capacidad extractiva, la capacidad de regulación, la capacidad de
distribución, la capacidad simbólica y la capacidad de respuesta.

La capacidad extractiva del sistema político se refiere a la posibilidad del mismo de obtener recursos humanos y
materiales para la realización de sus fines. Esta capacidad supone la movilización de grupos humanos en la
dirección prevista por el sistema político para la obtención de sus metas y el uso de los medios económicos y
financieros para lograrlas.

La capacidad de regulación se refiere a la posibilidad de normar la conducta de los individuos en el interior del
sistema político. Esta capacidad corresponde a la función de integración que señala Parsons.

La capacidad de distribución se refiere a la posibilidad del sistema para otorgar satisfactores a las demandas
establecidas, en un orden de prioridades. Esos satisfactores pueden ser económicos o culturales, como la
prestación de servicios públicos, la edificación de obras, etc. La capacidad simbólica se presenta en la forma de
estructuración de las creencias generalizadas, de manera que pueda crear símbolos que sustenten su legitimidad.

La capacidad de respuesta tiene que ver con el modelo cibernético planteado por Deutsch y se expresa
mediante la habilidad para corregir el rumbo de modo que pueda estar en condiciones de alcanzar el objetivo
previsto.

Funciones. Almond y Powell definen con precisión las funciones que consideran más importantes de un sistema
político; éstas son, a su juicio, seis:

1. La articulación de intereses, es decir, la expresión de las aspiraciones concretas de los distintos grupos
sociales, la cual puede darse a través de un mecanismo de asociación que ya hemos visto en el capítulo dedicado
a los grupos de interés.

2. La agregación de intereses. Esta función supone una capacidad para conciliar, armonizar y jerarquizar diversas
demandas sociales y presentarlas de manera que constituyan una posibilidad real de acción política. Tanto la
expresión o articulación de intereses como la agregación de los mismos se identifican con los insumos o inputs
que se describen en el sistema de Easton.

3. Elaboración de reglas. Este proceso consiste en la formulación de normas para la actuación, lo cual constituye
ya un producto del sistema político desde el punto de vista de Easton, y es una de las funciones principales de
este sistema que genera la capacidad de regularidad normativa.

4. Aplicación de las reglas. Es la función de administración en el sentido de ejecución de acciones a partir de las
normas establecidas.
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5. La solución de conflictos, que consiste en atribuir en casos concretos determinados valores a las partes en
pugna. Como se advierte, las tres funciones últimamente señaladas de elaboración de estrategias, aplicación de
las mismas y solución de conflictos coinciden con las funciones ya analizadas por Montesquieu en El espíritu de
las leyes y que dieron lugar a la elaboración de la teoría de la separación de poderes. Desde la antigüedad estas
diferencias han sido observadas, de manera tal que se atribuye al sistema político de la sociedad la capacidad de
emitir normas, de ponerlas en ejecución mediante acciones administrativas de carácter general y de resolver, con
fundamento en ellas, los conflictos que puedan suscitarse entre los miembros de la sociedad.

6. Comunicación política. Esta última función señalada por Almond y Powell se vincula a la idea tanto de inputs
como de outputs, en el sistema de Easton, y refleja el proceso de retroalimentación existente en todos los sistemas
políticos; es decir, consiste en la recepción de información a partir de las propias acciones ejecutadas y permite a
los regímenes políticos mantenerse en mayor o menor contacto con la población a la que gobiernan.

Todos estos enfoques sistémicos o sistémico-funcionales padecen los mismos defectos que señalamos al
referimos a Parsons, ya que constituyen abstracciones muy elaboradas de la realidad política que, si bien permiten
entender algunos de sus fenómenos, suelen alejarse considerablemente de dicha realidad y en general
constituyen elaboraciones teóricas sumamente sofisticadas, dentro de las cuales se pretende que embonen los
acontecimientos reales. No explican con claridad lo que acontece en el interior del sistema, aunque sean capaces
de expresar tanto los impulsos que lo mueven a actuar como los resultados de dicha actuación, y tampoco
plantean una solución al problema de los conflictos sociales reales. En este sentido, las críticas marxistas a estos
enfoques parecen válidas.

En general, el análisis sistémico parece poner énfasis, con una nueva forma, en la necesidad de equilibrio que
señalaban los modelos mecánicos tradicionales y tienden más a explicar los mecanismos de autorregulación y
preservación de los sistemas, que los procesos reales de conflicto interno y de choque entre diversas posiciones
políticas que dan movimiento a tales sistemas. Desde este punto de vista, efectivamente, todo parece indicar que
los análisis teóricos, estructurales, funcionales, sistémicos o cualquier combinación de ellos tienden a destacar la
estabilidad y la permanencia como valores subyacentes del quehacer teórico, a diferencia de los estudios que
prefieren describir los conflictos y enfrentamientos que todo sistema social, y particularmente político, presenta
dentro de su peculiar estructura, y que de algún modo actúan para dar movimiento propio a los sistemas,
contribuyendo considerablemente a explicar la dinámica social.

INSTITUTO PAKAL
ALUMNO: ALFREDO ALEXANDRES GONZÁLEZ
LICENCIATURA EN DERECHO

CIENCIAS POLÍTICAS

TRABAJO FINAL

Fecha límite de entrega: 10 de Noviembre de 2015

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