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LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL.

INTRODUCCIÓN.

La responsabilidad extracontractual, es aquella que


proviene de la comisión de un hecho que causa daño a
terceros, sea que este haya sido realizado con la intención
de dañar, o bien, sea el resultado de la negligencia o
culpa del autor.
Así, entramos a estudiar esta fuente de las
obligaciones que nos señala el 1.437, esto es, los delitos y
los cuasidelitos.
El delito civil, es el hecho ilícito doloso que causa
daño. Es decir, lo importante acá es que el hecho haya sido
realizado con la intención de dañar.
El cuasidelito civil, es el hecho ilícito culposo que
causa daño. Acá, como se denota en la definición, el
perjuicio sobrevino por un hecho negligente del autor.
Cabe destacar, que la distinción entre delito y
cuasidelito civil es meramente nominal, ya que en la
práctica, no importa si el daño se hizo con intención o con
culpa, ya que en ambos casos resulta la misma obligación:
indemnizar los perjuicios.
En efecto, el principio general de la responsabilidad
extracontractual, es que todo daño debe ser íntegramente
reparado.

DIFERENCIA ENTRE CUASIDELITO O DELITO PENAL Y CUASIDELITO O


DELITO CIVIL.

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El delito y cuasidelito penal y su sanción, se
encuentran tipificados en la ley; en cambio el delito y
cuasidelito civil tienen una sanción genérica, cual es, la
indemnización de perjuicios, la cual va a variar en el monto
en relación con la magnitud del daño.
Por otro lado, en el delito y cuasidelito penal, existe
un interés social comprometido, cual es, la de devolver la
paz social que ha sido corrompida por el ilícito del autor;
en cambio la responsabilidad civil importa un interés privado
que sólo involucra a la víctima y al autor del daño.
Normalmente del ilícito penal surge una acción penal
para sancionar al autor, y una acción civil para buscar la
reparación del daño, esta última, no es otra que la
responsabilidad extracontractual, pero puede suceder que un
ilícito sólo sea sancionado penalmente sin que exista
responsabilidad civil y viceversa. Ejemplo del primer caso,
es el de manejar en estado de ebriedad; y del segundo, el de
la persona que rompe un ventanal por estar jugando a la
pelota.

DIFERENCIA ENTRE RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y


EXTRACONTRACTUAL.

CONTRACTUAL EXTRACONTRACTUAL
a) Presupone un vínculo b) no existe un vínculo
previo entre las partes, tal previo entre la víctima y el
es, el contrato. autor del daño
b) el fundamento de la b) el fundamento de la
obligación es el indemnización es la comisión
incumplimiento del contrato. del hecho ilícito, doloso o
culposo.
c) la culpa admite gradación: c) la culpa es una sola y no
grave, leve, levísima admite gradaciones

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d) en cuanto al peso de la d) la víctima del daño es la
prueba, el incumplimiento se que debe probar tanto el
presume culpable, por lo que perjuicio como la culpa o
el deudor debe probar que dolo del autor. (sin
tuvo la responsabilidad perjuicio de las presunciones
debida. de culpa que establece la ley
para moderar esta situación)
e) la capacidad contractual e) la capacidad de delito o
se adquiere a los 18 años cuasidelito civil se adquiere
a los 16 años e incluso desde
los 7 hasta los 16 si el juez
estima que el menor actuó con
discernimiento.
f) la regla general es que se f) no se constituye en mora,
debe constituir en mora al ya que se entiende que se
deudor para demandar está obligado a reparar los
perjuicios (salvo en las daños desde el hecho ilícito.
obligaciones de no hacer)
g) la regla general es que se g) la regla general es que se
responde de los perjuicios indemniza TODO perjuicio, por
directos previstos, y si se lo que comprende el daño
actuó con dolo, de los emergente, lucro cesante y
directos imprevistos además. aun el daño moral, que es muy
resistido en materia
contractual.
h)si han sido varios los h) si son varios los autores
incumplidores de un contrato, del ilícito civil, la
cada uno responde de su parte obligación de indemnizar los
o cuota, salvo que se haya perjuicios es solidaria.
pactado solidaridad o la haya
impuesto el testamento o la
ley.
e)la prescripción es de 5 e) la prescripción de la

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años por regla general, desde acción de perjuicios por esta
que la obligación se hizo materia, es de 4 años desde
exigible la perpetración del ilícito.

FUNDAMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL.

La teoría que sigue el Código Civil es la clásica o


subjetiva, también llamada culpa aquiliana, que se basa en la
culpa del autor del daño. Con esto, es la víctima quien debe
probar la culpa o dolo del autor.
Se critica esta doctrina por cuanto no guarda relación
con la realidad actual, en que los avances tecnológicos de
los últimos tiempos y la acelerada vida moderna, han creado
infinitas causas de riesgos en el que resultaría difícil para
la víctima el acreditar la culpa o dolo del autor.
Por otro lado, se da el caso que los que causan más
riesgos, son los que poseen más medios para procurarse una
adecuada defensa frente a la demanda de la víctima, por lo
que resulta que su actuar doloso o culposo no es sancionado.
Para moderar estos inconvenientes, la ley, la doctrina y
la jurisprudencia, ha adoptado diversas medidas, sin que esto
signifique abandonar la teoría subjetiva que prima en el
Código Civil:
1.- Las presunciones de culpa de los artículos 2320, 2322,
2326, 2328 y 2329.
2.- La jurisprudencia ha ampliado el concepto de culpa,
considerando como tal el abuso del derecho.

Frente a la teoría subjetiva, está la moderna, objetiva,


sin culpa o “del riesgo creado”, que tuvo sus orígenes a
fines del siglo XIX.

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Esta teoría tuvo su origen cuando a raíz de la
proliferación de la industria, se produjeron muchos
accidentes laborales, los cuales quedaban impunes porque los
obreros rara vez podían imputar culpa a los empresarios.
En efecto, esta teoría trata de eliminar la noción de
culpa como requisito de responsabilidad, para cambiarla por
el riesgo, que es un elemento puramente objetivo. Así, el que
crea la situación de riesgo, debe hacerse responsable de los
daños que de su actividad provengan. De esta manera, la
responsabilidad no es un problema de imputabilidad, sino de
causalidad. El autor del daño es responsable por el solo
hecho de haberse causado.
Finalmente, es del caso señalar que aunque en el Código
Civil se siga la teoría subjetiva, la teoría del riesgo
creado inspiró la legislación laboral, sobre todo, en lo
referente a la obligación de contratar seguros para los
trabajadores y la ley de accidentes del trabajo 16.744.
Además, leyes especiales han establecido el criterio
objetivo, como en la responsabilidad por daños al medio
ambiente.

ELEMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL.

Para que el hecho sea capaz de engendrar responsabilidad


civil, es necesario que concurran los siguientes requisitos:

1.- Existencia de un daño.


2.- Dolo o culpa del autor.
3.- Relación de causalidad entre el hecho doloso o culposo y
El daño sufrido
4.- que el autor del daño sea capaz de delito o cuasidelito.

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1.- EL DAÑO: Es todo menoscabo que sufre un individuo en su
persona, en sus bienes o incluso en sus expectativas de
beneficio material o moral.
En la responsabilidad extracontractual, se indemniza todo
tipo de perjuicio, ya que el principio general es que todo
daño debe ser íntegramente reparado, por lo que se comprende
el daño emergente, el lucro cesante y el daño moral.
Cable señalar que no todo daño tiene derecho a ser
reparado. En efecto, debe cumplir con ciertos requisitos:

a) Debe ser ocasionado por una persona distinta del


ofendido, ya que si la víctima es la única causante del
daño, no procede la indemnización. (en cambio cuando la
víctima sólo contribuyó en parte a la ocurrencia del
daño, importa la reducción del monto de la
indemnización).
b) Debe ser anormal. Esto es, que el sujeto debe soportar
aquellas molestias propias de la vida en sociedad, pero
no los que se salgan de los márgenes de lo típico.
c) Debe afectar un interés lícito de la víctima. Así, por
ejemplo, el ladrón de un auto, no puede demandar que se
le indemnicen los gastos en que tuvo que incurrir por
arreglar la carrocería que sufrió a raíz de un choque,
como tampoco el concubino adulterino puede pedir
indemnización por la muerte de su concubina que lo
mantenía. (ambos son casos fallados por Cortes de
Apelaciones).
d) Debe ser cierto. Esto es, que puede ser presente o
futuro, pero en este último caso, debe revestir
características de una ganancia o beneficio apreciables
en dinero de las cuales se verá privada la víctima a
raíz del hecho (lucro cesante). En este sentido, la

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Corte de Concepción en un fallo de 1995, denegó la
indemnización de perjuicios que demandaba un trabajador
que producto de un accidente laboral, se vio obligado a
jubilar anticipadamente a los 45 años. En efecto, el
trabajador demandó por concepto de lucro cesante una
suma de dinero que representaba el sueldo que hubiera
seguido percibiendo hasta la fecha en que pudiera haber
jubilado a los 65 años. La Corte lo rechazó
argumentando que su pretensión era una ilusión, una
mera expectativa y que sólo sería exacta si existiera
la certeza de que el demandante viviera hasta las 65
años y que durante todo ese tiempo hubiera mantenido el
mismo trabajo, elementos ambos imposibles de
determinar.
En conclusión, si bien se puede demandar por
indemnización de un daño futuro o eventual, como lo es el
lucro cesante, igualmente debe tener una base concreta y
cierta, como el típico caso del chofer de un taxi que a
consecuencia de un accidente, deja de trabajar 2 meses y
demanda por este concepto el promedio de lo que gana
normalmente. En este caso, es evidente que sí procede la
indemnización.
e) Debe ser directo. Esto es, que debe ser la consecuencia
inmediata del hecho que lo provoca. (este elemento se
relaciona con el nexo de causalidad, por lo que se
abordará más a fondo cuando se llegue a ése elemento).
f) No debe haber sido reparado. En efecto, si ya ha sido
reparado por otro medio, la demanda de una
indemnización sería un enriquecimiento sin causa, como
por ejemplo, el caso en que el autor del daño de un
automóvil, lo repara a su costa y a satisfacción de la
víctima y luego ésta intenta cobrar el seguro.

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Por su característica controvertida, el DAÑO MORAL merece
ser explicado en párrafo aparte. En efecto, el daño moral
consiste en el dolor, la aflicción, el pesar que causa a la
víctima el hecho ilícito; no la lesiona en su patrimonio,
sino en sus sentimientos, en sus creencias o afectos.
El Código Civil no contempló la indemnización del daño
moral. Han sido los Tribunales los que, por razones de
equidad, lo fueron incorporando a nuestro mundo jurídico.
Hay posiciones en contra y a favor de la indemnización
del daño moral. En contra, se dice que el dolor sicológico,
sentimental, no es apreciable en dinero, por lo que no
procede una reparación pecuniaria. Por otro lado, se dice que
como no existe un parámetro para fijar su cuantía, éste sería
caprichosamente fijado por la víctima y se llegaría a la
mercantilización del daño moral. A favor de la indemnización
del daño moral, se señala que como el artículo 2229 dispone
que “todo daño” que se pueda imputar a malicia o negligencia
debe ser indemnizado, entonces se incluye el daño moral;
asimismo, en el artículo 1556 se señala que la indemnización
de perjuicios comprende el daño emergente y el lucro cesante,
pero no excluye al daño moral, con lo cual, quiere decir que
bien puede ser comprendido.
Durante mucho tiempo, el daño moral se limitó a la
responsabilidad extracontractual, pero a partir de los años
1990, los Tribunales de alzada de Chile y la Corte Suprema,
empezaron a conceder la indemnización del daño moral en sede
contractual, criterio que se mantiene hasta el día de hoy,
por cuanto es evidente que de todo incumplimiento
contractual, se sigue una aflicción, un pesar, una congoja,
de no ver realizado el fin perseguido con el contrato
incumplido, máxime en los contratos que tienen como finalidad

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objetivos extrapatrimoniales, como por ejemplo, el de un
padre esforzado que suscribe pagarés para pagar la carrera
universitaria de su hijo la cual luego es cerrada por falta
de campo laboral.
Por otro lado, cabe señalar que los Tribunales fijan de
manera discrecional el monto de la indemnización del daño
moral, pues no hay bases fijas para determinarlo.
Finalmente, hoy en día también se sostiene que las
personas jurídicas son capaces de sufrir daño moral, lo cual
se da cuando son dañadas en su prestigio o reputación, por
ejemplo cuando producto de una deuda, los antecedentes de una
empresa son publicados en Dicom, y luego en juicio se prueba
que la deuda era nula.

2.- DOLO O CULPA DEL AUTOR: El daño no genera


responsabilidad, a menos que sea imputable al dolo o culpa
de su autor.
Por dolo, debe entenderse la definición dada en el
inciso final del artículo 44 “la intención positiva de
inferir injuria a la persona o propiedad de otro”.
La culpa, igualmente definida en el artículo 44, pero se
hace una triple clasificación de ésta, distinguiendo entre
grave, leve y levísima.
Se ha entendido que cuando la ley señala “culpa” a
secas, se está refiriendo a la culpa leve, por lo cual, es
ésta la culpa en que incurre el autor de un ilícito
cuasidelictual. Es decir, tuvo falta de aquella diligencia o
cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus
negocios propios.
En este punto, resulta clarificador señalar el paralelo entre la culpa contractual y la
extracontractual:
Culpa contractual Culpa extracontractual

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Existe un vínculo previo No existe ningún vínculo
entre el autor y la víctima previo.
La culpa admite gradación: La culpa es una sola. Se
grave, leve, levísima entiende que se trata de la
culpa leve.
Todo cumplimiento se presume La culpa debe probarla la
culpable víctima.

Más adelante se tratará de cómo se prueba el dolo y la


culpa en materia extracontractual, cuando veamos la prueba de
los perjuicios.
En los últimos años, ha retomado la fuerza que tuvo en
la época romana, la teoría del abuso del derecho, como fuente
de responsabilidad extracontractual. En efecto, los derechos
no pueden ser facultades arbitrarias, sino que son medios
para lograr determinados fines útiles. El titular debe
conformarse en su ejercicio a tales fines que justifican y
legitiman su existencia. Así, cuando el derecho se ejerce
contra su natural fin, su ejercicio es abusivo y por ende
podrá generar responsabilidad.
Entre los motivos ilegítimos debe contarse la
intención de dañar a terceros. El fraude todo lo corrompe y
por lo tanto acarrea responsabilidad. Asimismo, tampoco el
legítimo el ejercicio culpable y negligente del derecho, pues
igualmente significa una desviación del destino natural del
derecho.
Sin embargo, los detractores de esta teoría sostienen
con razón que existen ciertos derechos que tienen carácter
absoluto, que su titular puede ejercerlos arbitrariamente,
sin importar el fin, como el derecho de dominio, el derecho
para negar el consentimiento al matrimonio del menor, el
derecho de pedir la partición, etc.

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3.- RELACIÓN DE CAUSALIDAD: Para que haya responsabilidad
extracontractual no basta que exista un daño cometido con
dolo o culpa. Será necesario que entre ambos elementos exista
una relación de causalidad. Esto es, que el daño sea la
consecuencia directa y necesaria del hecho doloso o culposo.
Es el caso que normalmente, el daño no es producto de un
solo acto, sino de varios hechos y factores, por lo cual,
surge el problema de las concausas o pluralidad de causas
,que sirve para determinar qué causa fue la que provocó el
daño, y en consecuencia, quién debe indemnizar.
Existen 4 teorías para determinar el problema:
a) teoría de la equivalencia de las condiciones: Consiste
en que la causa, es la suma de todas las condiciones.
Esta es la teoría aplicada por nuestros Tribunales,
pero ha sido criticada, pues conforme a su postura,
debería castigarse como coautor del delito de adulterio
no sólo al que yace con la mujer casada con otro
hombre, sino también al carpintero que hizo la cama.
b) Teoría de la causa próxima: Según esta postura, sólo
constituye la causa del daño aquella de las diversas
condiciones que temporalmente es más próxima a éste.
c) Teoría de la condición preponderante: La causa directa
del daño sería aquella que rompe la equivalencia entre
las condiciones e influye decisivamente en el
resultado.
d) Teoría de la causa eficiente: Según esta teoría, sólo
es causa aquella condición que es más eficiente para
provocar el daño, por ejemplo, el hecho de proporcionar
el fósforo y la botella con alcohol y la del
incendiario que la tira contra una casa provocando un
incendio. Sólo esta última condición fue la provocadora
del daño, por tanto es la causa eficiente.

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4.- CAPACIDAD EXTRACONTRACTUAL: Aun cuando exista dolo o
culpa que provoca daño y medie entre ambos hechos una
relación de causalidad, no habrá responsabilidad si el agente
es incapaz de delito o cuasidelito civil.
Al igual que en materia contractual, la capacidad
delictual y cuasidelictual es la regla general, por lo que se
estudia la incapacidad.
Son incapaces:
a) Los dementes: No es necesario que se encuentren en
interdicción. Además, no rige la norma del art. 465.
b) Los infantes: Son incapaces por carecer de voluntad.
Por la misma razón en el art. 723 se señala que son
incapaces de entrar en posesión aun de cosas muebles.
c) Los mayores de 7 y menores de 16 años que hayan obrado
sin discernimiento: Es el Juez quien deberá determinar
si el menor obró o no con discernimiento. Hoy conocen
de esto los Tribunales de Familia.

El artículo 2319 dispone que por estas personas-los


incapaces- responderán las personas a cuyo cargo estén, si
pudiera imputárseles negligencia. En definitiva, el guardador
del incapaz responde del hecho propio, esto es, no haber
cumplido con su deber de cuidado.

Las personas jurídicas, son incapaces de delito penal


(aunque a raíz de una ley del año 2009, son responsables de
delitos de lavado de dinero y de financiar organizaciones
terroristas). En cambio, son capaces de cometer delito y
cuasidelito civil, por lo tanto, las personas jurídicas
responderán de los delitos y cuasidelitos civiles que cometan
sus órganos, esto es, de las personas a través de las cuales

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se expresa su voluntad. Será necesario obviamente, que el
órgano actúe en el ejercicio de sus funciones.

EL PESO DE LA PRUEBA EN MATERIA EXTRACONTRACTUAL:

Como se señaló anteriormente, el peso de la prueba recae


en la víctima del daño. Deberá probar tanto el monto de los
perjuicios, como el dolo o culpa del autor. En definitiva,
deberá acreditar todos y cada uno de los presupuestos para
que proceda la responsabilidad extracontractual.
En cuanto a la prueba, se admiten todos los medios
probatorios.
El Tribunal deberá apreciar en concreto para verificar si
se cumplen todos los requisitos del dolo, esto es, el
Tribunal debe atender cada caso en particular y analizar los
móviles personales del autor del ilícito.
La culpa, en cambio, se aprecia en abstracto , esto es,
que el Juez deberá comparar la conducta del agente, con un
modelo ideal, es decir, con la conducta que un hombre
prudente, de su misma profesión u oficio hubiese adoptado de
estar en su misma posición. En este sentido, resulta
atingente citar el siguiente caso de la Corte Suprema que
absolvió al autor de un disparo en contra de un hombre que
ingresó a su casa. Resulta que el dueño de casa había sido
advertido por vecinos que su casa había sido “marcada” por
delincuentes, por lo que su estado de ánimo era el de temor,
máxime cuando habían robado la casa vecina la noche anterior.
Así, cuando al día siguiente un vendedor de seguros de
vida ve la puerta entreabierta e ingresa al domicilio, recibe
2 disparos del dueño de casa que lo confundió con un ladrón.
En su fallo, la Corte revoca el fallo de primera y
segunda instancia, y absuelve al dueño de casa, por cuanto

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estima que no hubo culpa de su parte, ya que cualquier
persona en su caso hubiera actuado igual en su misma
situación.
Por otro lado, hay que recalcar que incluso el daño
moral debe ser probado por la víctima, aun cuando hay algunos
autores que sostienen que existen ciertos daños que se deben
presumir, como la pérdida de un hijo.

PRESUNCIONES DE CULPABILIDAD.

Como ya se señaló, el sistema que sigue el Código es la


teoría subjetiva, donde la culpa o dolo deber ser probados.
Muchas veces resulta en extremo difícil para la víctima el
peso de la prueba, lo que implica que no consiga la
indemnización de los daños.
Para morigerar esta situación, el legislador estableció
distintas presunciones de culpa, en donde la víctima queda
dispensada del peso de la prueba y sólo debe acreditar los
hechos que sirven de fundamento a la presunción. Probados que
sean estos hechos, queda establecida la culpa y el nexo de
causalidad con el daño.
Alessandri agrupa estas presunciones en 3 grupos:
a) Presunciones por el hecho propio (2329)
b) Presunciones por el hecho ajeno.(2320,2321,2322)
c) Presunciones por el hecho de las cosas
(2323,2324,2326,2327,2328)

A) PRESUNCIONES POR EL HECHO PROPIO: El artículo 2329 en su


inciso 1° señala “Por regla general, todo daño que pueda
imputarse a malicia o negligencia de otra, debe ser
indemnizado por ésta”. Esta es la regla general, que

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manifiesta la teoría subjetiva. Algunos autores señalan que
es una mera reiteración del artículo 2314 (existe una
acalorada discusión en torno a este tema que escapa de los
fines de este trabajo). El 2329, en su inciso siguiente,
añade “son especialmente obligados a esta reparación”… con lo
cual, se aparta de la regla general, para dar casos en que la
culpa o responsabilidad del autor se presume:

1.- El que dispara imprudentemente un arma de fuego;


2.- El que remueve las losas de una acequia o cañería en
calle o camino, sin las precauciones necesarias para
que no caigan los que por allí transitan de día o de
noche;
3.- El que, obligado a la construcción o reparación de un
acueducto o puente que atraviesa un camino, lo tiene en
estado de causar daño a los que transitan por él.

B) PRESUNCIONES POR EL HECHO AJENO: Lo normal es que se


responda del hecho propio, pero excepcionalmente se
responderá por el hecho ajeno cuando el ilícito sea cometido
por una persona que está bajo el cuidado o vigilancia de
otra. Así, acreditado que sea que el hecho ilícito fue
realizado por el dependiente, la responsabilidad del
principal se presume, por cuanto no cumplió con su deber de
cuidado.
Señala Alessandri que en verdad el agente no responde del
hecho ajeno sino del suyo propio, cual es, el incumplimiento
de su deber de vigilancia y cuidado. Por otro lado, es
preciso señalar que la culpa del agente es la que se presume,
pero la víctima igual deberá probar que el dependiente fue el
autor del ilícito.

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Requisitos de la responsabilidad por hecho ajeno:
a) Vínculo de subordinación o dependencia entre 2
personas.
b) El vínculo debe ser de derecho privado
c) Que ambas personas sean capaces de delito o cuasidelito
civil. (si el dependiente es incapaz, se aplica el
artículo 2319)
d) Que se prueba la culpa del subordinado.

*Casos de responsabilidad por el hecho ajeno: Están


señalados en el artículo 2320 y 2322, casos que no son
taxativos sino meramente ilustrativos, y son:

Casos del Artículo 2320:


1.- El padre, y a falta de este la madre, es responsable del
hecho de los hijos menores que habiten en la misma casa.
2.- El tutor o curador es responsable de la conducta del
pupilo que vive bajo su dependencia y cuidado.
3.- Los jefes de colegios y escuelas responden del hecho de
Los discípulos, mientras están bajo su cuidado.
4.- Los artesanos y empresarios responden del hecho de sus
Aprendices o dependientes, mientras están bajo su
cuidado.

Causal de eximente de esta responsabilidad: El inciso final


del 2320 señala que la responsabilidad del agente cesa, si
prueba que “si con la autoridad y el cuidado que su
respectiva calidad les confiere y prescribe, no han podido
impedir el hecho”.
Casos en que no se permite destruir la presunción: Se
establece una presunción de derecho, que no permite eximirse
de responsabilidad, cuando a) El hecho lo realizó el

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subordinado por orden del principal; y b) Cuando el delito o
cuasidelito cometido por el hijo menor conocidamente
provengan de la mala educación o de los hábitos viciosos que
le han dejado adquirir sus padres.

Caso del artículo 2322:


- Los amos responderán de la conducta de sus criados o
sirvientes, en el ejercicio de sus respectivas
funciones, aun cuando el hecho no se haya ejecutado a su
vista.
Causal de eximente de esta responsabilidad: Los amos se
eximen de esta responsabilidad si se prueba que los criados
han ejercido sus funciones de un modo impropio que los amos
no tenían medio de prever o impedir, empleando el cuidado
ordinario y su autoridad competente. (art. 2322 inciso
final).

C) PRESUNCIONES POR EL HECHO DE LAS COSAS: El dueño o quien


se sirve de una cosa, debe cuidar que ésta se mantenga en
estado de no dañar a terceros, de tal manera que si
sobreviene alguno, se presume su culpabilidad.
A diferencia de lo que ocurre en los casos de
responsabilidad por el hecho ajeno, aquí los casos son
taxativos , el Código trata las siguientes situaciones:

1.- El daño causado por un animal (arts. 26 y 27)


2.- Daño causado por la ruina de un edificio (arts. 2323 y
2324).
3.- Daño causado por una cosa que cae o que se arroja desde
la parte superior de un edificio. (art. 2328).

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1) Daño causado por un animal: Se regulan 2 casos; el
primero, contemplado en el 2326, que señala que “el
dueño de un animal es responsable de los daños causados
por este, aun después de que se haya soltado o
extraviado”.
El dueño del animal se puede eximir de
responsabilidad probando que el extravío o soltadura no
fue por su culpa o del dependiente encargado de la
guarda o servicio del animal.
Igual presunción pesa sobre aquel que se sirve de
un animal ajeno, pero se podrá eximir probando que el
daño sobrevino por una calidad o vicio del animal que
el dueño conocía y no le dio noticia.
El segundo caso de daño causado por un animal, se
trata en el artículo 2327, que se refiere al daño
causado por el animal fiero. Dice el artículo “el daño
causado por un animal fierote que no se reporta
utilidad o servicio de un predio, será siempre
imputable al que lo tenga, y si alegare que no le fue
posible evitar el hecho, no será oído”.
Frente a este caso, se establece una presunción
de derecho que no admite prueba en contrario. Es una
sanción que castiga al que tenga un animal fiero (no
sólo al dueño), entendiéndose por tal aquel que por su
naturaleza es peligroso o feroz, que no debe
confundirse con animal salvaje o bravío,(definidos en
el 608) que son aquellos que viven ordinariamente
independientes del hombre, como los conejos silvestres,
que si bien son salvajes, no son fieros.

2) Daño proveniente de la ruina de un edificio:


El artículo 2323 señala que el dueño de un edificio es

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responsable de los daños que provoque su ruina,
ocasionada por haber omitido las necesarias reparaciones
o por haber falta de otro modo al cuidado de un buen
padre de familia.
En el caso que sean varios los dueños del edificio,
la obligación de indemnizar se divide entre cada uno a
prorrata de sus cuotas en el dominio, lo que constituye
una excepción a la solidaridad que se establece en el
artículo 2317, cuando son varios los responsables de
hecho ilícito.
Cuando la víctima de la ruina del edificio sea un
vecino, sólo podrá invocar la responsabilidad del dueño
cuando haya notificado la correspondiente denuncia de
obra ruinosa (artículo 934), esto se entiende porque
debió haber accionado para que el edificio fuera
demolido, y si no lo hizo, entonces actuó con
negligencia, de donde se aplica el aforismo de que en
derecho nadie se puede beneficiar de su propia culpa.
El dueño del edificio se puede eximir de la
responsabilidad argumentando caso fortuito, pero ni aun
esto lo eximirá si se probare que el caso fortuito
derribó el edificio a consecuencia del mal estado del
edificio. (múltiples casos de estos se vieron en Chile a
raíz del último terremoto, donde las inmobiliarias se
excepcionaron argumentando caso fortuito, pero los
demandantes replicaban comparando el estado en que
quedaron otros edificios vecinos, que no sufrieron
mayores daños).
Cuando la ruina del edificio ya no proviene de
haber omitido el dueño los arreglos necesarios, sino que
de la mala calidad o vicio de la construcción, se aplica

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la responsabilidad prescrita en la regla 3° del artículo
2003:
* Por de pronto, el responsable del daño no es el dueño,
sino el empresario o arquitecto que tuvo a su cargo la
construcción. Pero ambos serán responsables, siempre
que la ruina sobrevenga en el plazo de 5 años contados
desde la entrega del edificio o de la recepción final de
la obra.

2) Daño causado por una cosa que cae o que se arroja


desde la parte superior de un edificio: El artículo
2328 dispone que cuando ocurre un daño por esta causa,
es imputable a todas las personas que habitan la misma
parte del edificio, y la indemnización se dividirá
entre todos ellos, a menos que se prueba que la culpa o
dolo corresponde a alguna persona exclusivamente, en
cuyo caso, sólo ésta responderá.
Cabe destacar que lo que se cae o arroja no debe
ser parte del edificio mismo, como una cornisa, ya que
en este caso estaríamos en la responsabilidad por la
ruina del edificio. Es decir, aquello que se caiga o
arroje podría ser a modo de ejemplo, un macetero, una
televisión, una silla, una mesa, etc.

ACCIÓN PARA PERSEGUIR LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL:

La comisión de un ilícito civil, se traduce en la


obligación de indemnizar los perjuicios, la cual se persigue
mediante la acción de indemnización de perjuicios.

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Titulares de la acción: La acción corresponde a quien ha
sufrido el daño y aun al que teme sufrir uno eventual, en
este segundo caso, se concede la llamada “acción popular”,
para prevenir un daño contingente, como lo es por ejemplo, la
querella posesoria de denuncia de obra ruinosa.

Daño en las cosas: En este caso, la acción corresponde a


todas las personas que tenían derechos sobre ella, que hayan
salido menoscabadas, como el dueño o poseedor de la cosa que
ha sufrido un daño, o su heredero, el usufructuario, el
habitador o el usuario. También puede demandar aquel que
tiene la cosa con obligación de responder por ella, como el
comodatario, el arrendatario.(artículo 2315).
Daño en las personas: En este daño, se comprende el daño
material o moral. En primer lugar, puede demandar la víctima
directa. Podrán demandar en segundo lugar, las víctimas
indirectas, que son aquellas que sufren un daño moral o
material a consecuencia del daño que ha experimentado la
víctima directa. Ejemplo de este caso es un antiguo fallo en
que la demandante no reclamaba indemnización por daño moral
por la pérdida de su hijo, sino el del daño material sufrido
por la pérdida de la ayuda pecuniaria que éste le
proporcionaba. Esta acción de la víctima indirecta es
personal. En efecto, este actor no actúa en su calidad de
representantes o herederos. (Sin perjuicio que igualmente
pueden demandar en ésa calidad, pero sólo la acción que
correspondía a la víctima.
Como ya se adelantó, la acción de indemnización es
transmisible, aun a modo de legado.
Existe discusión acerca de si se transmite la acción
que buscaba el resarcimiento de un daño moral. Hay autores

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que sostienen que no, ya que el daño moral representa un daño
personalísimo de quien lo sufre y que es por lo tanto,
intransmisible.

Sujeto pasivo de la acción:

a) El causante del daño;


b) Los terceros civilmente responsables
(2319,2320,2322,2324, 2326,2327,2328)
c) El que se aprovechó del dolo ajeno (esto es, aquel que
no siendo cómplice, se beneficie del hecho ilícito,
pero sólo se le puede demandar hasta la concurrencia de
ese provecho)
d) Los herederos de estas personas señaladas.

Responsabilidad solidaria: El artículo 2317 dispone que es


solidaria la responsabilidad de los varios autores de un
delito o cuasidelito.

Casos en que no hay solidaridad: Como ya se había señalado,


no es solidaria la responsabilidad de los varios dueños de un
edificio cuya ruina causa daños; tampoco lo será cuando la
cosa caída o arrojada desde la parte superior de un edificio
se puede imputar a una persona en particular.

Extensión de la reparación del daño: La reparación debe ser


íntegra, por lo que comprende el daño emergente, el lucro
cesante y el daño moral.
Cabe hacer presente que la apreciación del daño está
sujeta a reducción, si el que lo ha sufrido se expuso
imprudentemente al riesgo. (artículo 2330). Esto se justifica

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ya que el daño no fue exclusivamente culpa del autor, sino
que por parte de la víctima ha habido una conducta imprudente
y negligente. Típico ejemplo, el del peatón que cruza a mitad
de calle que es atropellado por un auto a exceso de
velocidad.

Cúmulo de indemnizaciones: Este punto consiste en averiguar


si la víctima puede acumular la indemnización que le deba el
autor del ilícito, a otra indemnización que un tercero le
deba a consecuencia del daño.
Es decir, estamos hablando de los seguros comprometidos.
¿puede la víctima reclamar ambas prestaciones?
En la respuesta negativa se dice que su admisión
significaría un enriquecimiento indebido de la vícitima; que
al haber recibido ya una indemnización, el daño estaría
resarcido, por lo que no procede una segunda, etc.
A favor, se sostiene que no es justo que el autor del
daño no responda, cuando un tercero ha pagado ya a la
víctima, etc.
En fin, es una discusión abierta, aunque la mayoría se
inclina porque es admisible el cúmulo.

Extinción de la acción por responsabilidad extracontractual:

La acción encaminada a buscar la reparación del daño


causado por el ilícito civil, se extingue por los modos
generales de extinguirse las obligaciones. Merecen señalarse

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3 de esos modos: La renuncia, la transacción y la
prescripción.
1.- Renuncia: Nada impide al titular de la acción renunciar a
ella, en conformidad al artículo 12 del Código Civil. El
Código Procesal Penal señala que la renuncia extingue la
acción civil derivada de cualquier clase de delitos.
2.- Transacción: Se puede transigir sobre la acción civil que
emana de un delito (2249)
3.- Prescripción: Las acciones para obtener la reparación por
un ilícito, prescribe, en general, en 4 años, contados desde
que se perpetró el ilícito. (el estatuto espacial de
responsabilidad extracontractual como del medio ambiente, el
de hidrocarburos, la del Estado, contemplan otros plazos)

EXIMENTES DE RESPONSABILIDAD: Existen hechos o actos que


importan que el autor del daño no esté obligado a indemnizar,
y esto ocurre: a) cuando hay una causa de eximente de
responsabilidad y b) cuando se ha estipulado una cláusula de
irresponsabilidad.

a) Eximentes de responsabilidad: El Código Civil no ha


señalado expresamente las causas que eximen de
responsabilidad como lo hizo, en cambio, el Código Penal. En
materia civil, hay una sola y genérica causal de eximente de
responsabilidad: la ausencia de dolo o culpa del autor.
En efecto, las causales de exención de responsabilidad
tienen lugar, pues, cuando el hecho no es imputable al
agente, lo cual se da en las siguientes situaciones:

1.- Caso fortuito o fuerza mayor: Esto es, el imprevisto que


no es posible resistir.

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2.- Estado de necesidad: Si bien esta eximente fue creado
para materia penal, es aplicable a materia civil, como el
caso de la persona que ha quedado atrapada en un incendio y
se ve forzada a romper la puerta y ventanales del vecino para
salvar su vida.
3.- La exclusiva culpa de la víctima: Vimos que la
indemnización está sujeta a reducción cuando la víctima se
haya expuesto imprudentemente al riesgo, pero si es ésta la
única culpable del daño, entonces el autor no tiene
responsabilidad. Por ejemplo, el caso de un peatón ebrio que
cruza la calle en rojo y es atropellado.

b) Cláusula de irresponsabilidad: Es aquella por la cual la


futura víctima releva totalmente al futuro autor del daño de
su obligación de repararlo si éste llega a producirse. En
materia contractual se aceptan, siempre y cuando no llegue a
condonarse anticipadamente el dolo.
En materia extracontractual, se discute su validez,
señalando algunos autores que si se refiere a eximir de
futuros daños que recaigan en cosas, entonces es
perfectamente válida, pero será nula si se trata de daños en
las personas, pues la integridad física y el honor, entre
otros valores humanos, están fuera del comercio.

FIN

PD: Este trabajo trató el estatuto ordinario de


responsabilidad extracontractual (que es el que se pregunta
en la cátedra y en el examen de grado). Los estatutos
especiales, como la responsabilidad del Estado, la
responsabilidad por daño al medio ambiente, por el daño
nuclear, etc, son materia de cursos profundizados.

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