Vous êtes sur la page 1sur 2

Antal Leyva

Primer parcial
¿Qué es una instalación?
En los medios tradicionales (pintura, escultura, fotografía, grabado) se encuentra el
siempre conocido trinomio ontológico de la obra: artista-espectador-obra. Este conocido
trinomio lleva como estandarte el formalismo kantiano, herramienta que funcionó para
teorizar el arte en el romanticismo y que suele pervivir hoy en día. Este pensamiento provocó
una primacía en la capacidad del artista por captar las ideas estéticas y compartirlas con el
mundo mediante su obra. Dio por ello categorías que incluso hoy en día dentro del arte se
siguen reflexionando, lo bello, lo sublime, el genio, etc. Hasta hace no mucho la reflexión sobre
la belleza, dictada una vez más con “la máxima de Fry, de que las obras de arte percibidas como
feas serían finalmente percibidas como bellas”Danto el abuso de la belleza87, recuerda esa
insistencia por pensar dentro de los márgenes estéticos kantianos. Las necesidades artísticas
evolucionan, y con ello hay que buscar nuevas formas de pensarlas. Por un lado se piensa en
un sujeto unificado de voluntad consciente, que construido sobre el camino del pensamiento
filosófico “moderno” se extrae de un molde blanco heteronormado y masculino, por el otro se
piensa que la obra es autónoma, o sea que ésta no es nada mas que su propia esencia. En ello,
Rossalind Krauss menciona que se encuentra una paradoja, ya que “su autonomía
Bishop Claire nos recuerda que el artista por medio de la instalación pretendía en
lugar de hacer un objeto contenido en sí mismo, “trabajar en unos emplazamientos
determinados en los que el espacio entero estaba tratado como una situación única en
la que se adentra el espectador.” P1 Así, el trinimio del formalismo, que sugiere un genio
que presenta ideas estéticas a un espectador pasivo por medio de la obra, se disuelve. Se
pretende romper con la tendencia a ver la obra desde una distancia pasiva para que de ella
emerjan las ideas del genio artístico. No es ya un espectador que su presencia queda eclipsada
por la obra, sino un juego mutuo donde la presencia del espectador como sujeto descentrado
es parte imprescindible de la obra.
La instalación evoca la siguiente reflexión, sin el espectador no hay nada, sin el espacio
no hay obra y sin contexto no dice nada. La instalación deja de confiar en el sujeto
trascendental kantiano, deja de esperar que la obra por sí misma sea. Se presupone “un
espectador corporeizado con los sentidos del tacto, olfato y oído tan desarrollados
como el de la vista.” P47 Un espectador que es cuerpo, que está situado en algún lugar en
algún momento, se desplaza, se detiene y siente. El espectador es parte integral de la obra, y
no habrá ninguna forma ideal de mirar la obra, ni ninguna forma ideal de emitir un juicio sobre
esta. La instalación promueve la conciencia de la multiplicidad, de la diversidad de sensaciones.
No discrimina sentidos. “En un mundo desterritorializado, que ya no posee un centro (un
telos, un principio organizador, como Dios, el Imperio, o incluso el club masculino), sólo
puede haber múltiples inflexiones o puntos de vista contingentes.”Jean Fisher en Claire
bishop p 48 La mirada privilegiada no existe. Pero no hay que confundir, tampoco es el sujeto
el que hace de la obra un objeto suyo. Es un juego interactivo. Es en este punto donde se
manifiesta otra característica peculiar de la instalación, el espacio.
La instalación es consciente de que su ubica y toma un espacio, éste es parte de ella.
No es como una pintura delimitada por el marco, donde se olvida de la pared donde está
inserta, el museo/galería del que esa pared forma parte, ni el territorio en donde está ubicada
esa estructura. La instalación es un juego de presencias, se concibe presente en un espacio que
ya dice algo, y concibe un espectador presente en cuerpo, con todos sus sentidos.
Al concebirse de esta forma, la instalación pierde la especificidad medial que podemos
encontrar en los medios tradicionales. Es un juego sensitivo que se pone a disposición de un
espectador activo.
Se insiste en la presencia física del espectador, por ello Bishop dirá: “insisten en
nuestra presencia centrada para poder así someternos a una experiencia de descentrado”
49 encontrados “el espectador real que se adentra en la obra, y un modelo abstracto
filosófico que se postula mediante el modo en que la obra estructura este encuentro.”49

Vous aimerez peut-être aussi