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CARRERA: PROFESORADO DE EDUCACIÓN

SECUNDARIA EN CIENCIAS POLÍTICAS

Materia: Historia social y política latinoamericana

TRABAJO FINAL

ALUMNA:
MIRANDA, NELLY LAURA
prf.nlm@live.com

Año 2019
INTRODUCCIÓN
Este trabajo tiene como objetivo realizar un planteamiento y ser un
ámbito de producción, reflexión y debate, abierto a las perspectivas teóricas,
epistemológicas y metodológicas sean contemporáneas o no, sobre el vasto campo de las
relaciones de explotación y dominación en los procesos sociales, de las resistencias, la
violencia y las luchas socio-políticas que aquellas generan.

Por eso aquí se va a esbozar sobre el conflicto social latinoamericano,


ya que si hubiese congruencia entre valores (culturales), normas (sociales) y motivaciones
(de la personalidad), la sociedad se mantendría sin alteraciones; de lo contrario, cualquier
incongruencia entre aquellos tres elementos produciría problemas y, al fin y al cabo, desvíos,
frente a los cuales los procesos de “control social” se mostrarían incapaces como se evidenció
en Cuba, lo que sucede en Brasil, en Ecuador (libertad de prensa y expresión) y
Nicaragua.

Como señala Weber que: “El conflicto (...) no puede ser excluido de la
vida cultural. Es posible alterar sus medios, su objeto, hasta su orientación fundamental y
sus protagonistas, pero no eliminarlo”.
DESARROLLO
El conflicto social es el síntoma de una realidad social asimétrica y
sostenida en el manejo de la vida y con ella el de la muerte. La vida humana sólo
puede ser doblegada, modulada, sometida, coaccionada, en tanto la muerte es considerada
como una amenaza latente o manifiesta.
Un conflicto social es un proceso complejo en el que sectores de la
sociedad, el estado o las empresas perciben que sus objetivos, intereses, valores o
necesidades son contradictorios.
El conflicto social es un problema de gran complejidad en el cual intervienen
grupos sociales, instituciones, empresas (provocan daño ambiental, mala gerencia de los
sectores públicos, sueldos y derechos laborales) o el gobierno, que cuentan con puntos de vista
distintos, lo cual genera una situación de disputa que puede terminar en hechos violentos. Una
parte desea erradicar a la otra para lograr sus propios intereses, afectando la estructura de la
sociedad.
Los problemas se dan porque al principio no hay una misma perspectiva o por
lo menos con características similares con respecto a una idea, cada quien habla desde sus
intereses o sus creencias. Pero si se hace un buen análisis y se socializa la información se puede
avanzar hacia ideas cada vez más compartidas y llegar a un consenso. El proceso es la
manera cómo discurre el conflicto, su dinámica.
Puede haber protestas públicas o medidas de fuerza que buscan presionar en
favor de sus objetivos; puede haber procesos de diálogo guiados por reglas aceptadas por las
partes o reuniones precarias y poco confiables; puede contarse con un facilitador, mediador o
negociarse de manera directa. Está claro que los procesos que están más cerca de alcanzar
soluciones son aquellos que tienen legitimidad, son colaborativos y eficaces.
Los conflictos sociales revelan un malestar y una posible falla en el
funcionamiento del estado o del mercado. Pero hay que asumirlos como oportunidades para
comprender realidades diversas y resolver problemas complejos.
Una sociedad democrática debe escuchar atentamente las voces que reclaman
algo. De por medio están los derechos, la gobernabilidad democrática, el desarrollo y la cultura
de diálogo y paz. Siendo la política el medio por excelencia para llevar a cabo el cambio social,
demanda del dirigente una sólida aptitud para accionar en un campo donde pugnan jefes de
partido y/o dirigentes empresarios.
En los últimos años se presenta en nuestro país un tipo de conflicto frecuente.
No es armado pero puede ser violento, no se sabe si se busca destruir el sistema político o
cuestionar el funcionamiento del estado o del mercado. Nos referimos al conflicto social.
Desde el 2000 aproximadamente hasta la fecha, los conflictos socioambientales representan
la mayoría de casos registrados mes a mes. En el caso de los conflictos en etapa de diálogo, cabe
mencionar que la mitad de ellos ha sido antecedido por hechos de violencia.
Algunas luchas son por creencias, valores, recursos escasos, necesidades,
mejorar la calidad de vida, economía, cultura, familia, política y cuerpos armados, entre
muchas otras.
Cada conflicto tiene por lo menos tres elementos que lo componen: los actores,
los problemas y el proceso. Los actores son aquellos cuyos intereses están directamente
enfrentados; están directamente en conflicto por sus ideales, estos son los que plantean las
demandas y, del otro, los presuntos responsables de los problemas. A partir de un problema que
se genera por haber diferencias, cada parte actúa teniendo en cuenta sus intereses o creencias,
sin importar las consecuencias. También son actores quienes colaboran con la solución a los
problemas.
Se debe realizar una salvedad para distinguir entre lo que significa qué
es un conflicto y qué es la violencia ya que no son la misma cosa. El primero es el eje que
ocasiona el problema, y el segundo termina siendo una consecuencia de las acciones o medidas
determinadas, que desencadenan hechos puntuales y agresiones. Además, están los conflictos
latentes que se caracterizan por su anonimato. Es decir, no son citados abiertamente, pero
permanecen de manera oculta, provocando un rumbo de colisión.
Por último, se encuentran los conflictos resueltos que consisten en los casos
aprobados por ambas partes, llegando a un acuerdo a través de compromisos, resoluciones
judiciales o administrativas, entre otras. La mutua aprobación restablece los vínculos entre las
partes en conflicto.
Asistimos a un contexto de alta conflictividad social que se expresa en un
aumento sostenido de la cantidad de protestas sociales sobre diferentes demandas y conflictos,
así como la intensidad de las mismas. Desde el Observatorio de Políticas Públicas y reforma
estructural de FLACSO latinoamericana, registramos un aumento del 60 % aproximadamente
de la cantidad de acciones colectivas de protestas.
Este periodo de paros coincidió con una brusca devaluación del dólar y, por
consiguiente, un deterioro preocupante de las condiciones de vida de las mayorías populares.
Esto sitúa al gobierno de cada país latinoamericano en una disyuntiva, ya que sus promesas de
bienestar a futuro se ven contrastadas constantemente con los perjuicios económicos y sociales
que provocan las políticas de ajuste a la mayoría de la población en el tiempo presente.
La potencia de la resistencia de la sociedad civil frente a estas políticas queda
evidenciada en la cantidad de protestas, y en el tipo de demandas esgrimidas donde se destacan
las demandas de rechazo del “ajuste” encarado por el gobierno de cada país expresadas en la
reforma del estado, la reducción del déficit fiscal, y el consiguiente recorte presupuestario y
cierre de programas sociales, entre otros; las demandas laborales como despidos, pedidos de
reapertura de paritarias, problemas en las condiciones de trabajo, entre otros; así como diferentes
cuestiones vinculadas a la educación, a la economía popular, a cuestiones de género y de
derechos humanos.
Sin embargo, la capacidad disruptiva de las mismas no termina de evidenciarse
ya que el gobierno, con sus silencios y sus intentos de deslegitimación, no pareciera mostrarse
con incertidumbre ante estas demandas. Si bien la conflictividad social aumentó y esto expresa
una tensión social mayor, podríamos pensar que esta no se traduce (y está lejos de serlo) en un
escenario de ingobernabilidad. Al contrario, la protesta parecería ir por dentro de los canales
previstos para su expresión y canalización política. Las demandas quedan expresadas en el
espacio público y son activamente motorizadas y acompañadas, pero no logran desequilibrar al
gobierno.
Por último, aunque no menor, es necesario poner la atención en la respuesta
gubernamental a esta conflictividad social. Las respuestas tuvieron más que ver con deslegitimar
los conflictos con argumentos neoliberales como la “politización del conflicto” (desconociendo
la politicidad inherente a todo conflicto social) y su “utilización” por parte de sectores
opositores, más que a la generación de políticas públicas que contengan a las demandas y
sectores movilizados.
A su vez, se aúna la respuesta represiva y asistimos a un preocupante aumento
de la misma, a través de diferentes dispositivos que fueron desde la persecución y el
encarcelamiento de manifestantes y dirigentes sociales, el desprestigio público de referentes
sindicales, sociales y políticos opositores, el intento de regulación de las protestas con el
protocolo, y hasta la represión directa durante las movilizaciones.
La represión como estrategia de contención del conflicto social no hace más
que prender la mecha a que los actores que hasta acá estaban “jugando” dentro de la
institucionalidad, opten por una radicalización de la protesta. Y como dijo el sociólogo
boliviano Luis Tapia, cuando las instituciones no dan respuesta, la sociedad civil las desborda.
La resolución de conflictos pretende solventar dichas problemáticas,
excluyendo los métodos violentos que en ocasiones son empleadas con facilidad. Por tanto, se
pretende resolver los conflictos para obtener resultados factibles, de modo pacífico a través de la
negociación, siendo duraderos en el tiempo.
Es importante señalar que para que un conflicto sea solventado, a través de las
técnicas de resolución de conflicto, ambas partes deben adoptar un cambio de actitud. Por ello,
asumir las técnicas de resolución de conflictos conlleva una modificación en la conducta de la
persona.
Según varios estudios, los conflictos son derivados de la competitividad, la
intolerancia, la escasa comunicación, la mala expresión de los sentimientos y el autoritarismo.
Por ello, autores como Gutiérrez y Restrepo (2016) optan por una resolución de conflictos donde
se debe tener presente las siguientes cualidades: la cooperación, la comunicación, la tolerancia y
la expresión emocional.
Saber que técnica de resolución de conflictos utilizar está sujeta a cuatro
cuestiones a los que se debe dar respuesta antes de seleccionarla: ¿quién forma parte del
problema?; ¿es el momento oportuno para solventarlo?; ¿qué técnica de resolución de conflictos
vamos a utilizar?; y ¿la resolución la haremos en pública o privada?
La resolución de conflictos propiamente dicha, junto a la figura del mediador,
constituyen una de las bases del estudio de las relaciones interpersonales.
La mediación: una metodología efectiva: esta técnica de resolución de conflictos implica
una metodología donde ambas partes puedan gestionar su problemática, la cual no es
caracterizada como positiva ni negativa, sino neutra, teniendo presente la búsqueda de una
solución eficaz y oportuna al momento.
Todo proceso de mediación constituye una serie de principios fundamentales:
1. Ambas partes deben admitir, cuando fuera necesario, la necesidad de ayuda externa al
problema.
2. Asumir la responsabilidad ante el problema causado.
3. El respeto propio y hacia el otro debe primar por encima de todo conflicto.
4. La creatividad puede ser un eje primordial para solventar el conflicto.
5. Posibilidad de aprender durante el conflicto.
Siguiendo estos pasos, la mediación da la posibilidad de solventar cualquier conflicto que, desde
cualquier área, se de en cualquier momento y lugar determinado.
A partir de aquí, vamos a desarrollar seis pasos que forman la resolución de
conflictos:
1. Tranquilidad: Se utiliza para apaciguar a ambas partes, generando un canal de
comunicación que permita obtener confianza y se puedan analizar los distintos
caminos a recorrer para buscar la solución al problema. De esta forma se reducen
tensiones y se estabiliza la calma en el contexto.
Es importante destacar que, si ambas partes no están tranquilas y disponibles para realizar la
resolución de conflictos, es inapropiado continuar con el proceso.
2. Empatizar: El mediador pregunta a los afectados por las emociones que han surgido
en el conflicto y por el sentimiento que los ha llevado al enfrentamiento. Es necesario
que expresen lo que sienten y como está viviendo el momento.
3. Soluciones colaborativas: El mediador deberá analizar el punto inicial y central del
conflicto, acercándolo al pensamiento común que tienen ambas partes. De esta forma
se pretende que ambas partes vean que tienen en común y facilitar el camino para que
ambos encuentren la solución.
4. Empatizar: Las dos partes deben adquirir empatía y aceptar el acuerdo establecido,
asumiendo sus errores.
5. Compensación: Cuando las partes asumen su error, se debe dar pie a compensar los
daños causados en la otra persona mientras se ha desarrollado el conflicto. Cuando
una de las dos partes se oponen a este paso, se observa que los anteriores han
mostrado un error. En este caso, el mediador deberá dar la solución.
Estos pueden ser clasificados según su función en cuanto a sus objetivos:
Tipos funcionales: dentro de las clases de conflictos sociales que existen, se encuentran los
conflictos funcionales. Estos son los que se presentan con mayor intensidad. Sin embargo,
mantiene y mejora la situación del problema entre ambas partes. Es decir, es un conflicto que
termina siendo beneficioso. Los conflictos funcionales pertenecen al grupo de los conflictos que
favorecen la resolución de otros inconvenientes. Además, ayudan a drenar tensiones, promueven
el análisis que conlleva al cambio, y a posibles soluciones, es adaptable, ayuda en la toma de
decisiones y, a su vez, fomenta el trabajo en equipo.
Disfuncionales: son aquellos que limitan e impiden una armonía en el desarrollo de una empresa,
grupo o sector del estado. Este tipo de conflicto crea violencia, afectando el equilibrio emocional
y físico de los involucrados. También disminuyen la creatividad, la productividad y las
actividades personales.
Según los datos de ACNUR, en el mundo 65,6 millones de personas se han visto
obligadas a desplazarse y 22,5 millones son refugiadas en países que no se encuentran en
conflictos. Casi 20 personas de mediana edad deben abandonar sus lugares de residencia cada
minuto debido a un conflicto. ACNUR se ocupa, cumpliendo el mandato de la ONU, de ayudar a
estas personas: en la actualidad 17,2 millones de refugiados están bajo la protección de ACNUR.
Las causas de un conflicto social dependen de las circunstancias de cada país o
región; en general, podemos destacar las siguientes:
 La desigualdad entre hombres y mujeres, entre personas de distintas etnias o entre
personas que profesan diferentes religiones son causas habituales de conflicto social.
 La crisis económica que supone la pérdida de empleo, la proliferación de empleos
precarios o la disminución de la capacidad adquisitiva de las personas conlleva el
aumento de la pobreza y la aparición del hambre en algunos supuestos.
 La ausencia del Estado. En determinadas zonas de un país puede faltar la figura de un
Estado que favorezca la existencia de servicios públicos como la educación o la sanidad,
lo que provoca conflictos entre la población debido a las desigualdades.
 La amenaza o perjuicio por la contaminación de un río.
 La mala prestación de un servicio público.
 La afectación a sus derechos laborales.
 La corrupción se da en todos los contextos socio-políticos, económicos, etc. La
inseguridad social, el desempleo y la corrupción es un fenómeno político que genera
malestar en la población, especialmente cuando hay épocas de crisis. El acceso al poder
político genera libertad que sin responsabilidad pueden llevar a la toma de decisiones en
beneficio propio, en lugar del bien común.
 La pobreza y el hambre: El hambre es unos de los principales conflictos sociales en el
mundo. Estas regiones se caracterizan por el rápido crecimiento de la población, alto
porcentaje de analfabetismo, falta de infraestructura en la educación, baja productividad
laboral y pocos recursos. Además, presentan un escaso desarrollo industrial. Esto
conlleva a bajas exportaciones y deudas externas. Esto afecta principalmente a las
grandes poblaciones. Estas presentan problemas de sequía, inundaciones, explotación
ineficaz de los recursos, problemas de atraso en la tecnología, y otros. La mayoría de las
personas desnutridas son de África, mujeres y niños.
6.924 millones de personas sufren por falta de comida, aunque la Unión Europea y los Estados
Unidos envían comida a países con regularidad. Las principales causas son la falta de
potencialidades productivas, ya que no se puede vivir solo de los recursos naturales.
 La drogadicción.
 La prostitución.
 La falta de educación sexual.
 El embarazo precoz.
 Las guerras: forman parte de los conflictos sociales. Los países en desarrollo padecen de
graves problemas de corrupción. Esto trae como consecuencia guerras civiles, guerras
religiosas, entre otras. Algunas potencias mundiales intervienen para evitar guerras. Al
mismo tiempo contribuyen con suministros médicos y alimentos con el fin de ayudar a
los pueblos afectados. En la actualidad siguen habiendo guerras apoyadas por Estados
Unidos, China, Rusia, y otros países.
Algunas de las medidas que se pueden implementar para que no existan
estas brechas y provoque conflictos de cualquier índole son las siguientes:
 Fomento de una cultura basada en la igualdad. Mediante determinadas campañas se
puede fomentar una cultura que se base en la igualdad entre las personas para que no
exista discriminación por razón del sexo, la edad, la religión o la raza, entre otros
aspectos.
 Sensibilización hacia la solidaridad. La sensibilización se logra dando a conocer la
situación de las personas más desfavorecidas para que tengan visibilidad y buscando
soluciones a su situación.
 Educación en valores. Si desde pequeños, los niños y las niñas aprenden lo que es el
respeto a las diferencias, la importancia de valores como la amistad, la honestidad, la
solidaridad o la paz, serán adultos con una mente abierta y dispuestos a convivir en
armonía.
Los temas de los que no se habla son económicos como por ejemplo: la
inflación, desempleo, pobreza, inseguridad, corrupción, bajos salarios, deuda y justicia.
CONCLUSIÓN
En resumen para que exista un conflicto debe existir 2 o más elementos
que se contrapongan en cuanto a sus intereses, creencias, posturas sobre un tema
determinado.
Los conflictos son una parte estrecha de la existencia del hombre, en su vida
cuando el hombre se relaciona con otros hombres y con la sociedad, siempre están en peligro de
encontrarse en su camino con conflictos de diferentes índoles e importancia, por este motivo
nunca deben tomarse los conflictos por su lado negativo, sino como una fuente de desarrollo
humano, como algo positivo que lo harán analizar a fondo sus ideas, estimularan sus
pensamientos, mejoraran sus juicios y se resolverán satisfactoriamente mejorando las relaciones
entre las partes.
Todas las formas de violencia están interconectadas entre sí y con el resto de
problemas a los que venimos haciendo referencia: desde el hiperconsumo o la explosión
demográfica a la contaminación y degradación de los ecosistemas. Todos se potencian
mutuamente y resulta iluso pretender resolver aisladamente cuestiones como el terrorismo o las
migraciones incontroladas. Los problemas son globales y las soluciones habrán de serlo
también, implicando desde tecnologías para la sostenibilidad, medidas educativas y medidas
políticas como la potenciación de los “cascos azules”, el cuerpo de protección de la paz de la
ONU, los “cascos verdes”, destinado a la rehabilitación medio ambiental y los “cascos rojos” de
protección civil internacional, todavía inexistente, pero cuya creación se reclama con creciente
insistencia, para organizar y coordinar los socorros a la población afectada por cualquier tipo de
desastre.
Un sistema de toma de decisiones es un conjunto de procesos y mecanismos
coordinados que interactúan para prevenir, gestionar o resolver disputas, controversias y
conflictos, y de acuerdo con el campo de estudio del diseño de sistemas de gestión de conflictos,
existen 3 enfoques o acercamientos para resolver conflictos:
 Ejercer Poder: Usar el poder para forzar o coaccionar a alguien para actuar.
 Adjudicar Derechos: Recurrir a un tercero para que decida quien tiene la razón.
Establecer proceso y procedimientos que determinen quien tiene legalmente el derecho y
quien no.
 Reconciliar Intereses: Tratar de satisfacer necesidades, preocupaciones, y temores de los
involucrados.
Un Estado que se respete debe suponer una gestión eficiente y rápida de los
recursos públicos en diálogo con la población. Y para afrontar y resolver los conflictos sociales
se podría proponer tres medidas:
-El Ministerio de Economía y Finanzas debe designar en cada región de cada país un delegado
que se ocupe de conocer la realidad local, promueva buenos proyectos de inversión y vea cómo
se mejora la formalidad y la recaudación fiscal.
-Fortalecer la Carrera Pública Competitiva, con un servicio civil de calidad al que se ingrese por
concurso público y que sea conocedora de la realidad nacional y sensible a los problemas de la
gente. Cada nuevo funcionario debe pasar algunos años en provincias antes de volver a su
país/provincia o ser reubicado a otra ciudad.
-Repensar el sistema de distribución de la riqueza proveniente de los recursos nturales en cada
país/provincia/región. Una parte del canon debería beneficiar directamente a la población, como
ocurre en algunas partes del mundo, como Alaska y otros lugares. Si no hay inclusión económica
no habrá inclusión social.
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