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LA LECTURA Y LA ESCRITURA EN LA EDUCACIÓN INICIAL

Ya es cosa sabida que los medios de comunicación pueden tener un


gran papel en la formación global de las personas y ser una magnifica
herramienta para educar la percepción y el conocimiento de la realidad.
¿Por qué entonces, no aprovechar las inmensas posibilidades que
brindan estos medios en la actividad educativa?

Los medios de comunicación desarrollan capacidades personales, como


la imaginación, la observación, la creatividad, la expresión oral, y exigen
un análisis y una interpretación de la realidad que nos rodea. Y sobre
todo, implica comunicación a partir, principalmente, de las formas de
expresión: la oral y la escrita.

Así pues, estos medios ofrecen la posibilidad de madurar personalmente


mediante la representación simbólica de situaciones de la vida real, pero
no se limitan tan solo a esto, sino que también pueden establecer una
magnífica relación entre la realidad y el mundo de la imaginación. Si a
todo ello se añade lo estimulante que resulta la actividad comunicativa, no
solo para los alumnos sino también para los mismos profesores, ¿Qué
más se puede pedir?

Ya se sabe que las dificultades son considerables a la hora de discutir el


papel o la influencia de los medios de comunicación en los liceos,
escuelas, colegios; principalmente por el hecho de que a través del
tiempo estos medios han sufrido ciertas transformaciones que los han
alejado de su misión principal que es brindar información justa,
balanceada y sana a los que disfrutan o hacen uso de los mismos.
Además la enseñanza de la influencia de los medios de comunicación en
la educación se desarrolla a través de un proceso simple que no
profundiza verdaderamente en la estructura, ventajas o desventajas de
estos.. Se basa solo en creaciones y tópicos específicos y en la mayoría
de los casos no se ubica el contexto histórico, social, cultural, emocional
de las sociedades, haciendo que pierdan el sentido social en que fueron
creados. No se les da la oportunidad a los niños, niñas o jóvenes de
conocer variadas experiencias comunicativas, y de la creación de las
mismas. El profesor toma un papel repetitivo y poco original en cuanto a
los mecanismos que utiliza para la enseñanza de esta materia que desde
el punto de vista integral de la persona en el plano de lo humano, de las
humanidades, es fundamental. El profesor no actúa como un orientador o
estimulador de los jóvenes en cuanto al aprendizaje individual del
importante papel que juegan los medios de comunicación en la educación
o en el reflejo de ellos en las actividades asignadas en el aula de clases
para lograr las competencias relacionadas directa o indirectamente con
estos. Tampoco hace énfasis en los medios de comunicación por sobre
todo los nacionales deben desarrollarse en los diversos ámbitos de la
vida y que deben ser una referencia importante para los jóvenes, niños y
niñas.

Trabajando los medios de comunicación como cualquier otra materia


durante el curso, resulta muy ventajoso. Por lo demás, es posible
enlazarlos también con la música, las ciencias sociales, las artes plásticas
o los trabajos manuales, por ejemplo. Es evidente, pues, que los
resultados pedagógicos que cabe esperar de su práctica continuada
justifican sobradamente un proyecto que no se plantee la enseñanza del
papel o la influencia de los medios de comunicación como un reducto
marginal, sino como un elemento básico para la organización escolar.

Las connotaciones positivas de esta enseñanza respecto a los contenidos


escolares son evidentes, pero no por ello hay que obsesionarse con los
resultados. A menudo, el trabajo con los alumnos no se considera más
que en su fase más visible. La de la escritura. En estos casos, los
educadores se vuelcan sobre todo en los textos, el decorado de los
mismos, en pocas palabras, se obsesionan con el producto final. Pero la
enseñanza del papel que juegan los medios de comunicación en la
educación no se justifica solo por la valoración de jueces o espectadores,
es decir, por los textos o formas creadas. Se justifica ante todo por sí
mismo, por el propio placer que entraña. Es precisamente esta actitud de
placer la que se busca desarrollar en los alumnos, si realmente se quiere
que empiecen amar la comunicación y a no verla como otra materia
aburrida más. En definitiva, o más interesante, y justamente por sus
propiedades formativas, es la reflexión sobre el trabajo de preparación y
formación de la persona, a partir del trabajo de investigación sobre
aspectos, autores, y movimientos inmersos en este tema.

Lo más importante no es, pues, el simple hecho de mostrar los medios de


comunicación, sino la calidad del proceso de aprendizaje, acción que
tendrá que proporcionar al alumno unos estímulos tales que susciten en él
una investigación sobre sus propias necesidades expresivas.

En una sociedad plagada de antivalores como en la que vivimos, donde el


valor de las personas equivale a la cantidad de dinero que posea y la
posición socio-económica que ocupe en la sociedad. El educador tiene
que ser un promotor de la sensibilidad, de la compresión y la crítica de la
sociedad. En el caso de la enseñanza del papel de los medios de
comunicación en la educación, debe ser una enseñanza para la vida.

La idea es que repensemos la educación que le damos a nuestros


jóvenes, niños y niñas, en el caso de los medios de comunicación la idea
es que la enseñanza de estos, por ser una de las materias que toca más
la parte sensible de los alumnos, estimule el desarrollo de personas
críticas y analíticas, ya que el ámbito comunicacional es solo una pieza
más para el entendimiento del mundo en que vivimos.

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