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El profesor como investigador

Bibliografía: la reflexión en la formación del profesor

Autor: luisa rodriguez moreno

Año: 1992

Lugar: Barcelona, España


Primeramente, nos sugiere la necesidad de un marco flexible para la experimentación e
innovación curricular. La enseñanza y el curriculum, como la propia educación, son
problemáticos; opciones que se toman en un momento dado y prácticas que se realizan como
resultado de la confluencia de múltiples factores no siempre explícitos. Como el propio
Stenhouese dice, la misma problematicidad de esos elementos requiere una discusión y una
colaboración dentro de las instituciones educativas para su realización. Es, pues, una forma de
trabajo y de colaboración la que plantea el concepto de curriculum como proyecto a
experimentar en la práctica, lejos de marcos institucionales rígidos, de políticas educativas
dirigistas que no abren espacio a la participación, de profesores a los que se les sustrae la
competencia profesional de modelar su propia práctica y de teóricos que pretendan ayudar a
la educación con sus colaboraciones descomprometidas y separadas de la propia dinámica de
la acción de la enseñanza en el contexto real en que se desenvuelve.

La política curricular parte así de un marco de definiciones básicas que permiten modelaciones
particularizadas a medida que se realiza en contextos educativos concretos, obligando de
alguna forma, por la necesidad misma que plantea ese proceso de concreción, a que todos los
que tienen alguna responsabilidad en la decisión y en la realización del proyecto tengan que
participar activamente. Se convierte así el proceso del desarrollo del curriculum en un marco
estimulante de energías creadoras y de compromiso de los profesores en la traslación y
realización del curriculum. Por ello, la política y el «formato» curricular es un factor potencial
decisivo de la renovación pedagógica, un instrumento de formación de profesores y un
determinante de la calidad de la educación.

Es ilusorio, o cuando menos poco eficaz, pretender que el profesor adopte una determinada
óptica psicológica, una perspectiva educativa o un sistema metodológico si estas opciones no
impregnan el propio proyecto curricular. Afirma Stenhouse que las ideas pedagógicas se
presentan con más frecuencia, como más importantes para la identidad personal y profesional
del profesor que como algo útil para su actividad práctica. Es decir, que esas ideas corren él
peligro de convertirse en slogans más que en principios operativos. Y aquí reside una de las
causas que explican la separación entre teoría y práctica, entre investigación; acción.

El modelo curricular basado en el proceso como alternativa al de objetivos supone poner en


relación tres elementos básicos: el respeto ala naturaleza del conocimiento y a su
metodología, la toma en consideración del proceso de aprendizaje y el enfoque coherente del
proceso de enseñanza con los dos puntos anteriores. Puntos que son, en definitiva, los troncos
básicos de toda la didáctica, ejemplificados en este caso en una experiencia pedagógica. Esta
concepción del curriculum en Stenhouse ofrece una alternativa importante en varios aspectos,
destacando cómo esas tres coordenadas básicas se pueden llevar a cabo en la práctica. Y ésta
queda directísimamente ligada al arte de la enseñanza. «La mejora de la enseñanza por medio
de la investigación y desarrollo del curriculum se produce gracias a la mejora del arte del
profesor, no por los intentos de mejorar los resultados de aprendizaje pretendidos de
antemano».7 Pero tal concepción artística no es la manifestación de la espontaneidad o de la
improvisación, sino que implica una concepción del curriculum, que, como tal, invita al
profesor a probar ideas y alternativas. En contraste con lo que pueden ser los libros sobre
educación, compendio de ideas acerca de la misma, el curriculum contiene ideas y supuestos
pedagógicos que exigen su comprobación en la práctica al llevarlas a cabo, a perfeccionar el
arte del profesor a través del ejercicio de ese arte de la enseñanza. Stenhouse nos propone la
consideración de que «el curriculum es el medio por el que el profesor puede aprender su
arte. Es el medio a través del que puede adquirir conocimiento. Es el medio gracias al que
puede aprender sobre la naturaleza de la educación. Es recurso para poder penetrar en la
naturaleza del conocimiento. Es, en definitiva, el mejor medio por el que el profesor, en cuanto
tal, puede aprender sobre todo esto, en tanto el curriculum le capacita para probar ideas en la
práctica, gracias más a su propio discurso personal que al de otros».8 La mejora de la calidad
de la enseñanza ocurrirá por ese proceso experimental de la propia práctica de los profesores,
no por ninguna proposición dogmática. Por ello, el curriculum es la herramienta que
condiciona el ejercicio de tal experimentación en la que el profesor se convierte en un
investigador en el aula de su propia experiencia de enseñanza. Cambiar la práctica, desarrollar
el curriculum y perfeccionamiento del profesorado son así tres aspectos indisociables, con un
matiz nuevo a tener en cuenta: no es el perfeccionamiento del profesorado la condición para
desarrollar los nuevos curricula y mejorar la enseñanza, sino que sin un curriculum apropiado
que permita y estimule el ejercicio experimental del arte de la enseñanza no puede haber
desarrollo y perfeccionamiento del profesor, si es algo más que pertrechamiento de nuevas
ideas. El estudio del curriculum es la condición del éxito en el perfeccionamiento, porque es
ahí donde las ideas pueden fecundar la práctica, donde se prueban, en el proceso de
enseñanza-aprendizaje.

https://www.campus.fundec.org.ar/admin/archivos/STENHOUSE.pdf

Stenhouse concibe al curriculum como un campo de comunicación de la teoría con la práctica,


relación en la que el profesor es un activo investigador. La visión de Stenhouse plantea al
curriculum como un proyecto cultural y parte de esta visión para analizar cómo se convierte en
cultura real para profesores, alumnos, incorporando la especificidad de la relación teoría-
práctica en la enseñanza como una parte de la propia comunicación cultural en los sistemas

educativos y en las aulas. En su propuesta ve al curriculum como un instrumento seguro e


inmediato para la innovación de la enseñanza. Por otro lado, aparece la importancia del
formato del curriculum como elemento idóneo para cumplir la función de comunicar ideas con
la práctica de los profesores sin anular la capacidad reflexiva de éstos, sino con la finalidad de
estimularla. La posibilidad y forma de comunicación de las ideas con la práctica de los
profesores a través del curriculum, no puede entenderse sino analizando la idoneidad del
formato que se les propone. “Considera Stenhouse que el curriculum es valioso siempre y
cuando exprese a través de materiales y criterio para llevar a cabo la enseñanza, todo un
panorama de lo que es el conocimiento y la concepción del proceso educativo. Ofrece al
profesor un marco donde puede desarrollar nuevas habilidades, relacionándolas con las
concepciones del conocimiento y del aprendizaje.”64 “El objetivo del currículo y el desarrollo
del profesor deben ir unidos. El modelo curricular que propone Stenhouse está basado en un
proceso que comprende ciertos elementos básicos:”65

“Respeto a la naturaleza del conocimiento y la metodología. Consideración con el proceso


de aprendizaje. Enfoque coherente al proceso de enseñanza.”66 “Stenhouse menciona que
la mejora de la enseñanza se logra a través de la progreso del arte del profesor y no por los
intentos de optimizar los resultados de aprendizaje. El currículo justamente capacita para
probar ideas en la práctica; así el profesor se convierte en un investigador de su propia
experiencia de enseñanza, es decir, de su práctica.”67 El profesor debería ser autónomo y
libre. Debe tener claros sus propósitos y siempre ser guiado por el conocimiento.

http://www.aliat.org.mx/BibliotecasDigitales/Educacion/Teoria_curricular.pdf

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