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Tecnológico de Estudios Superiores de Ecatepec

División de Ing. Química y Bioquímica

Materia: Ingeniera ambiental

Maestro: Sergio Caffarel Mendez

Proyecto: Ecosistema Desierto

Equipo: 1

Integrantes:
 Becerril Ferreira Brenda Itzel
 Ladrillero Ramírez Diana
 Soto Díaz Lorena Michel
 Ordoñez Flores Eduardo

Grupo: 4401
Desierto
El desierto es un lugar con poca agua, porque no llueve seguido. Además, los rayos
del sol son más intensos que en cualquier otro sitio. Un desierto es un bioma que
tiene pocas precipitaciones. Tienen reputación de poseer poca vida en ellos, pero
eso depende del tipo de desierto; en muchos existe vida abundante, la vegetación
se adapta a la poca humedad (matorral xerófilo) y la fauna usualmente se esconde
durante el día para preservar humedad. El establecimiento de grupos sociales en
los desiertos es complicado y requiere de una importante adaptación a las
condiciones extremas que en ellos imperan. Los desiertos forman la zona más
extensa de la superficie terrestre: con más de 50 millones de kilómetros cuadrados,
ocupan casi un tercio de esta. De este total, 53 % corresponden a desiertos cálidos
y 47 % a desiertos fríos.

El clima del desierto es extremoso: esto quiere decir que en el día hace muchísimo
calor, pues casi no hay humedad ni nubes, y por la noche el frío es más fuerte.
Durante el día el aire es caliente y seco. Algunas veces se producen ventarrones
que levantan la tierra del suelo.
Las plantas del desierto crecen lejos unas de otras y la mayoría de los animales
salen a comer durante la tarde y noche para evitar el calor.

Los desiertos mexicanos

En México hay dos grandes desiertos que están en el norte del país. Éstos son el
Sonorense y el Chihuahuense.

El Sonorense abarca los estados de Baja California, Baja California Sur, Sonora y
una parte del estado de Sinaloa.
El desierto Chihuahuense se ubica en los estados de Chihuahua, Coahuila,
Zacatecas, San Luis Potosí y porciones de los estados de Durango, Nuevo León e
Hidalgo.

Este desierto se localiza entre la Sierra Madre Occidental y la Sierra Madre Oriental.

Fauna
La fauna de los desiertos es escasa y poco variada. Incluye reptiles, como las
serpientes y lagartos; insectos, como escarabajos y hormigas del género
Cataglyphis; arácnidos, como los escorpiones; aves rapaces, buitres, y mamíferos,
como ratones, zorros, chacales y camellos.

La mayoría de los animales del desierto se alimentan por la tarde y noche, cuando
los rayos del sol ya no calientan el suelo.

Esta costumbre la tienen las codornices, los correcaminos, los halcones, las
lechuzas, los gorriones, los cuervos, los coyotes, los murciélagos, los zopilotes, los
linces, las tuzas y las ratas canguro.

Los animales, como las plantas, necesitan agua para vivir, pero en el desierto es
difícil encontrarla.

Por eso, algunos animales obtienen agua de las presas que cazan y otros de las
plantas que consumen. Si recuerdas, hay plantas que guardan agua en su interior
y también todos los animales tienen este líquido en su cuerpo.
Algunos animales buscan un sitio para protegerse del clima y de sus depredadores.
A estos lugares se les llama madrigueras y se encuentran en el suelo, bajo las rocas
o en los cactus, como la madriguera de la lechuza.

Ciertos insectos tienen madrigueras en forma de túneles, como es el caso de


arañas, escarabajos y hormigas. Hay otros que no tienen casa fija y vuelan por el
desierto, como las mariposas y las palomillas.

Estos minúsculos animales buscan alimento en las plantas. Al tocarlas, sus semillas
se les pegan a las patas. Así, las semillas viajan con ellos por el desierto.

Si las condiciones del clima lo permiten, las semillas crecerán en otro sitio y darán
origen a nuevas plantas.
Los insectos también sirven de alimento a las aves, a los reptiles como la iguana y
a ciertos mamíferos, por ejemplo los murciélagos.

Por eso es importante la época de mayor vegetación, pues la población de insectos


aumenta y por lo tanto hay más comida para el resto de los animales.

En el desierto no sólo hay mamíferos, aves e insectos. Aunque no lo creas, existen


peces y ranas, así como camarones y caracoles pequeños.
Los peces de este ecosistema son los pupos o perritos del desierto, que viven en
agua muy caliente e incluso más salada que la del mar.

También encontramos víboras de cascabel, camaleones y tortugas del desierto, que


integran el grupo de los reptiles.

Éstos comen plantas e insectos, aunque las víboras de cascabel cazan ratones y
otros seres pequeños.

Otros habitantes del desierto son el jabalí, el venado bura, el venado cola blanca, el
berrendo y el borrego cimarrón, que son herbívoros, es decir, que comen plantas.

Por desgracia, el hombre ha acabado casi por completo con el borrego cimarrón,
que vive en las montañas del desierto, y con el berrendo, habitante de los pastizales.

Ahora que ya conoces a los animales y a las plantas del desierto, trata de hacer una
cadena alimenticia. Indica quién se come a quién.
Flora

Las plantas

Para vivir en el desierto los animales y las plantas han tenido que adaptarse de
diversas maneras al clima.

Las plantas que viven en el desierto son muy distintas de las que crecen en otros
lugares. En este ecosistema habitan las plantas anuales y perennes.

Las plantas anuales crecen cada año durante la época de lluvias. Esto sucede
porque sus semillas permanecen en el suelo hasta que la lluvia las hace florecer.

Tres o cuatro días después de haber florecido, las plantas anuales dejan su semilla
dormida hasta el siguiente periodo de lluvias.
Algunas plantas anuales son el lupino, el lirio del desierto, la gatuña y el tepari, que
es un frijol silvestre.

Aunque viven poco tiempo, cuando florecen iluminan de colores el árido paisaje del
desierto.

Las plantas perennes son aquellas que siempre están verdes, entre ellas
encontramos cactus, árboles y arbustos.

Los cactus, como el sahuaro, el cardón, la senita, la pitahaya, la biznaga y el nopal,


son plantas muy especiales, porque tienen raíces muy extensas y cercanas a la
superficie para absorber la mayor cantidad de agua posible.

Los cactus guardan en su cuerpo toda el agua que toman, al igual que los magueyes
y los cirios. El agua almacenada hace que estas plantas se hinchen, por eso parece
que están muy gorditas.
En el desierto también hay árboles, como el palo fierro, el palo verde, el mezquite y

El palo fierro y el mezquite viven cerca de los arroyos. Sus raíces son muy profundas
y con ellas pueden tomar agua cuando no hay cerca de la superficie.

El agua en el desierto

En cualquier ecosistema el agua es necesaria para la vida, pero en el desierto es


más importante debido a que es difícil encontrarla.

Algunas veces, el agua de lluvia pasa por varias de las capas que forman el suelo
y se queda en una de ellas.
Así se forma un depósito de agua y la gente hace pozos para poder tomarla.

Otra forma en que se encuentra el agua es en ríos y arroyos. Éstos arrastran parte
de la lluvia que cae en el desierto.

Pero la lluvia no es frecuente. Sucede únicamente en el verano o, como en el caso


del desierto Sonorense, también en el invierno.

Además, las lluvias en el desierto se caracterizan por ser muy fuertes y de poca
duración.

Otras fuentes de agua son las llamadas Ciénegas, sitios que se forman cuando un
río corre por debajo de la tierra y sale a la superficie en lugares donde el terreno es
más bajo.
Además de las Ciénegas hay ojos de agua, que son brotes pequeños. También hay
charcos que se forman en lugares rocosos, donde el agua permanece por poco
tiempo. A estos lugares se les llama tinajas.

Todos estos sitios son muy importantes, pues de ellos la gente y los animales
obtienen agua.

Los climas desérticos y como lo ha destruido el hombre


Se distinguen 4 tipos básicos de desierto, en función de su clima y otras
características:
Caliente y seco.
Se reconoce por sus temperaturas cálidas durante todo el año. En verano, el
ambiente se torna aún más caliente. Las temperaturas medias son de 20 a 25ºC,
pero pueden ser más altas. Por otro lado, la temperatura mínima ha llegado a -18ºC.
Puesto que el aire contiene escasa humedad para bloquear los rayos del sol, la
radiación es doblemente intensa que en las regiones húmedas. Las precipitaciones
son muy escasas y cuando las hay, tienden a presentarse en brevísimos tiempos
entre largos períodos sin lluvias. Incluso pueden pasar varios años sin que se
registre una gota de agua.
Ejemplos: desierto del Sahara y desierto australiano.
Semiárido.
Es moderadamente seco en verano, con temperaturas de 21 a 27ºC; no suelen ser
mayores de 38ºC. En las noches disminuye a unos 10ºC. Las precipitaciones son
escasas, pero ligeramente mayores que las de los desiertos cálidos y secos, pues
registran un promedio de 2-4 centímetros anuales.
Ejemplos: desierto de artemisas de Utah y de Montana.
Costero.
Es caliente a moderadamente frío, con precipitaciones medias de 8 a 13 centímetros
en muchas zonas. En verano, las temperaturas son de 13 a 24 ºC, y en invierno
descienden hasta 5 ºC o menos.
Ejemplo: desierto de Atacama.
Frío.
A diferencia de los demás casos, el desierto frío se ubica en la Antártida,
Groenlandia y otras regiones del hemisferio norte. Los inviernos se caracterizan por
temperaturas entre los -2 y 4 ºC, y los veranos, curiosamente, registran 21-26 ºC.
Ejemplos: desierto de la Antártida.
Es difícil concebir que el calentamiento global tenga algún efecto nocivo en los ya
de por sí calurosos desiertos del mundo. Pero incluso pequeños cambios en los
patrones de temperatura o precipitación podrían afectar drásticamente a la fauna y
flora que mora en los desiertos. En algunos casos, se pronostica que el
calentamiento global incrementará el tamaño de los desiertos, que ya cubren una
cuarta parte de la Tierra.
Las actividades humanas como la recogida de leña y el pastoreo intensivo están
convirtiendo las regiones semiáridas en desiertos, un proceso al que se conoce
como desertificación. El crecimiento poblacional y la mayor demanda de tierra de
labranza presentan serios obstáculos a los esfuerzos realizados para combatir este
dilema.
Riesgos
El calentamiento global está aumentando la incidencia de las sequías, que secan
los Las altas temperaturas pueden incrementar el número de incendios forestales
que alteran los paisajes xerófilos debido a la eliminación de los árboles de lento
crecimiento y los arbustos sustituyéndolos por yerba de rápido crecimiento.
Los regadíos utilizados para la agricultura, pueden, a largo plazo, elevar los niveles
de salinidad del suelo hasta el punto de no admitir el crecimiento de las plantas.
El pastoreo puede destruir muchas plantas y animales desérticos.
El cianuro de potasio utilizado en la minería aurífera puede envenenar la vida animal
y vegetal.
Los vehículos todo terreno usados de forma irresponsable, pueden causar daños
irreparables a los hábitats desérticos.
La producción gasífera y petrolífera puede afectar los ecosistemas sensibles.
Los desechos nucleares pueden almacenarse en los desiertos, puesto que ya han
sido utilizados como campos de prueba para explosiones nucleares.

Soluciones
El uso más eficiente de los recursos hídricos y un mayor control de la salinización
para mejorar la calidad de los suelos áridos.
La búsqueda de nuevas formas de rotación de cultivos para proteger las frágiles
capas superficiales.
La plantación de arbustos y árboles que sirvan de fijación para la arena.
La plantación de leguminosas, que extraen nitrógeno del aire y lo fijan en el suelo,
para restablecer la fertilidad de la tierra.
Utilización de los todoterrenos sólo en los caminos y carreteras designados para
ello.
Cavar surcos en el terreno que conserven el agua de lluvia y atrapen las semillas
que transporta el viento.

Bibliografía
Pérez Taylor R., González Herrera C., Chávez Chávez J. (2009) Antropología del
desierto: desierto, adaptación y formas de vida. Editorial Colegio de Chihuahua.

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