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La cultura
Las expresiones dancísticas sólo pueden ser entendidas en un marco que integre los
elementos constitutivos del fenómeno coreográfico, esto es: el significado de la expresión,
los aspectos coreográficos (diseños en el espacio, estilo, carácter, etc.), la indumentaria y
música acompañante, las formas de organización de los grupos de danzantes, sus relaciones
sociales con la población, etc., con los procesos históricos, económicos y políticos en los
cuales dichas manifestaciones se han desarrollado.
Tal como señala Gogelier, el pensamiento no refleja pasivamente lo real, sino que lo
interpreta activamente. El pensamiento organiza las prácticas sociales y por lo tanto
contribuye a la producción de nuevas realidades sociales.
A la delimitación antes transcrita nos interesa agregar ciertos aspectos relacionados con el
sustrato sensorial del proceso semiótico, íntimamente relacionado con las formas mediante
las cuales se generan, transmiten y consumen las representaciones simbólicas. Dichos
procesos implican una determinada conformación social de los sentidos a través de los cuales,
y anudados al pensamiento, el ser humano entra en contacto con la realidad circundante. Las
diversas formas de percepción así desarrolladas corresponden a distintas conformaciones de
las sensibilidades de los sentidos. Para poder entender los códigos mediante los cuales se
expresan las prácticas significantes de un determinado grupo social, el individuo debe tener
una preparación social correspondiente. A ello agrega Antonina Kloskowska (1975:28) que
las esferas objetivadas de la actividad humana (dotadas de sentido) actúan sobre los sentidos
transformados der ser social.
La codificación social del sentido, nos dice Giménez, se lleva a cabo en las instituciones; en
ellas se generan los esquemas básicos de percepción, concepción y acción que son
interiorizados por el individuo (habito cultural).
Relacionado con este último aspecto tenemos las formas de producción, transmisión y
consumo cultural:
El arte y la danza
El arte
El ser humano se afirma en el mundo objetivo no solo a través del pensamiento, sino también
con la ayuda de todos los sentidos. El proceso de producción de cultura, en su sentido global,
genera una conformación correspondiente de los sentidos; proceso que se observa de manera
notable en la producción estética.
Las diversas expresiones artísticas constituyen una de las principales formas mediante las
cuales el ser humano traduce simbólicamente el mundo que le rodea.
Trabajo y Arte
Uno de los fundamentos principales de la naturaleza humana radica en su capacidad creadora
y transformadora, tanto de sí misma (en su interior, remontándose sobre la vida instintiva,
puramente biológico-animal, transformando su propia naturaleza) como del medio que le
rodea (actuando sobre el mundo natural, creando una realidad humanizada, transformando la
naturaleza). La actividad que permite esta doble transformación es la objetivación del ser
humano mediante el trabajo. En él, sujeto y objeto se hallan en una relación mediata, entre
el sujeto que produce y el objeto producido está el fin, la idea o imagen ideal que ha de
materializarse como resultado en un objeto concreto. El producto del trabajo, o sea el objeto,
es un fin humano objetivado, es el fruto de la trasformación práctica de una realidad que
previamente ha sido elaborada de un modo ideal en la conciencia. El trabajo, por lo tanto, no
es sólo la creación de objetos útiles que satisfacen determinada necesidad humana, sino
también el acto de objetivación y plasmación de fines, ideas o sentimientos humanos en un
objeto material.
El tipo de objetos producidos por el ser humano tienen un carácter múltiple que expresan los
distintos modos de relación tanto con el mundo natural como con el mundo humano, con la
sociedad. Entre estos objetos se encuentra el arte, o sea que el arte también es producto del
trabajo.
Existe una diferencia cualitativa fundamental entre la producción material de objetos útiles
y la producción estética. En la primera, tanto el objeto como la actividad creadora están
determinados por la utilidad, por la función material práctica; en la segunda, la utilidad
está dada por su capacidad de expresar al ser humano en toda su plenitud. Sin embargo, la
expresión no es exclusiva de la actividad artística, pues el ser humano se expresa a través
de diferentes formas: el lenguaje, los gestos, los objetos, etc. Pero en la expresión estética
se ponen en juego toda la potencialidad creativa; las otras formas de expresión humana
resultan limitadas en comparación con el arte.
El trabajo artístico es un trabajo concreto y como tal produce un valor de uso; satisface la
necesidad humana de expresión, comunicación, afirmación. Como trabajo concreto que es,
tiene un carácter específico que obedece a las peculiaridades del momento histórico en el
que es producido.
El conocimiento y el arte difieren sin que por eso se separen. La relación entre ambos
estriba en el hecho de que el arte supone una elaboración consciente del contenido, implica
ideas, representaciones, conocimientos e ideología. Su diferencia radica en el hecho de que
crear o sentir estéticamente –señala Lefebvre- no es reflexionar o pensar solamente. La obra
de arte se basa en la sensibilidad; sus fuentes son las sensaciones, las emociones, las
imágenes.
La danza
La danza es una forma de expresión humana cuya práctica ha sido universal, tanto en el
tiempo como en el espacio; su realización se observa en todas las culturas y épocas
históricas, materializándose a través de múltiples formas o diseños y desempeñando
diversas funciones sociales.
La danza es una expresión artística debido a que en ella se observa creación y expresión,
además de la transmisión del mundo subjetivo que se objetiva en un producto que no
persigue directamente la satisfacción de una necesidad utilitaria. Constituye un lenguaje
(determinado social e históricamente) en donde el mensaje se transmite por medio de
símbolos elaborados con el movimiento del cuerpo.
(…) el arte de expresar los diversos estados de nuestra alma por medio de los
movimientos, acordados y acompasados conforme a un ritmo.
La danza, como arte natural y primordial por excelencia, tiene un valor universal
simbólico, porque expresa un sentimiento, un estado del alma; es decir “tiene el carácter
fundamental, esencial, de una creación estética” (…) la danza es un producto del
inconsciente (…) en todos los casos la daza es un simbolismo, no sólo por su valor
imitativo o mímico, sino por su expresividad psicofísica. (alto grado cualitativo de
expresión psicofísica)
Radcliffe-Brown
Es fundamental subrayar el hecho de que la danza es un producto social, pues surgen de las
relaciones que los seres humanos entablan entre sí y con la naturaleza. Múltiples danzas
expresan claramente diversas formas de relación humana (trabajo, guerra, intercambio de
bienes) así como las relaciones con la naturaleza (imitación de animales, celebración de la
cosecha adquirida). La afirmación de que la danza es un producto social puede observarse a
través de otros aspectos. En primer lugar tenemos que ésta no es creación de un individuo
abstracto sino de diversas clases y grupos sociales. el segundo elemento es que dicha
creación transmite la visión del mundo de cada una de esas clases y grupos sociales, por
medio del movimiento corporal. El tercer aspecto es que esa visión del mundo cumple una
función social específica y que tanto el tipo de concepción como la función que desempeña
están determinados por el momento histórico-social en el que desenvuelven. En cuarto
término vemos cómo, al ser un medio de expresión y por tanto de comunicación, la danza
se convierte en un lenguaje cuyos símbolos y significados, plasmados en diseños
corporales, hacen referencia a una determinada tradición cultural.
Para entender a la danza como un proceso de comunicación tenemos que tomar en cuenta
que los movimientos corporales en general y los movimientos incorporados en una danza
en particular no son fortuitos sino aprendidos culturalmente. Dicho aprendizaje es parte de
la cultura somática, la cual está constituida por un sistema de normas que rigen o
determinan las conductas físicas de los sujetos sociales. Así vemos, por ejemplo, una serie
de gestos que tienen un significado consciente y sobreentendido entre los miembros que
comparten una misma cultura; gestos que no constituyen un lenguaje universal al no
presentar el mismo significado en todas las sociedades. Cada sociedad otorga un
significado a unos pocos de los innumerables movimientos anatómicamente posibles para
el ser humano.
Todos los seres humanos poseemos un cuerpo –el instrumento básico de la danza- que
cumple varias funciones, una de ellas, la motriz, permite realizar varias necesidades, entre
las cuales se encuentra la comunicación. El movimiento corporal que al desplazarse
rítmicamente logra proyectar sus sensaciones, sentimientos o aspiraciones, puede
convertirse en uno de los medios más placenteros y creativos para todos los seres humanos.
Para terminar de analizar las características de la danza, nos falta tan solo mencionar un
elemento más, el cual gira en torno a las particularidades de su forma de producción.
Hay otra característica también en los momentos en que ésta es producida. Si observamos
con atención encontrarnos que la danza se lleva a cabo generalmente en acontecimientos
festivos, ya sea de carácter profano o religioso, o en otro tipo de eventos multitudinarios.
Debido quizá a ese contexto, en su realización participan varios intérpretes.
La danza es un producto social, una expresión colectiva generada y practicada por distintos
grupos sociales. Cumple una función social específica, la cual está determinada por el
momento histórico en el que se desarrolla. Comparte con todas las artes el hecho de que a
través de ella el ser humano plasma su capacidad creadora y su necesidad vital de transmitir
sus experiencias, ideas, sentimientos, etc. Es un lenguaje que se manifiesta a través de un
instrumento: el cuerpo humano, en donde las motivaciones y el mensaje se expresan
mediante una sucesión de movimientos rítmicos y dinámicos, los cuales poseen una forma
determinada observable en el espacio, a la cual llamamos diseño.
Desde este punto de vita tenemos que la danza y el baile no son sólo expresiones
coreográficas y/o artísticas, sino que poseen otros elementos que intervienen de manera
determinante en la conformación de su forma y contenido. Las danzas y bailes tradicionales
de las clases subalternas, pues estas expresiones han desempeñado un papel importante en
la vida social y ceremonial de los grupos que las practican.
La intención del presente inciso será, precisamente, exponer los elementos constitutivos de
las expresiones dancísticas popular-tradicionales.
Las danzas y bailes tradicionales de las calces subalternas se manifiestan por medio de
patrones o modelos de movimientos corporales expresivos, que son transmitidos anónima y
espontáneamente por la tradición oral y la imitación.
Tenemos entonces que el acontecimiento social en donde las danzas y los bailes tradicionales
se llevan a cabo, cobra fundamental importancia debido a que éste es en gran medida el que
imprime las características esenciales a dichas expresiones. De este principio se desprende
como primer corolario el hecho de que un tratado sobre una expresión coreográfica conlleva
necesariamente el estudio del contexto social en donde dicha manifestación se realiza.
Para determinar las características de las danzas en cuestión, hemos utilizado una
clasificación basada en los principales componentes de las expresiones citadas. Estos son:
los aspectos coreográficos, la indumentaria, la organización, la música y los aspectos
históricos.
Es importante señalar que la clasificación anotada comprende tan sólo los aspectos
constitutivos de la expresión dancística. Para una investigación de campo es necesario
aplicar, además, una guía de observación para los datos generales de la población y del
acontecimiento social en donde dicha expresión se lleva a cabo.
Lo que a continuación presentamos se da sobre todo en las danzas que fueron parte del
proceso de evangelización y en sus derivaciones:
El nombre asignado a cada una de las danzas expresas, por lo general, el tema y/o
carácter que tienen éstas. Las guerreras o de armas adoptan varias designaciones,
algunas de ellas toman el nombre de uno de los dos bandos participantes: indios
aztecas, Moros, Rayados y Franceses. Existen varias que se conocen con un mismo
nombre pero que son distintas en cuanto a su interpretación o de coreografía, por
ejemplo, las danzas de La conquista, Los cuchillos, La culebra, etc
El número de integrantes varía en cada danza, pero en casi toda intervienen varios
ejecutantes; es decir, que una de las características de las danzas es su interpretación
en forma colectiva.
La mayoría de las danzas están constituidas por varias partes coreográficas que, por
lo general, adoptan el nombre genérico de son. En muchos casos cada una de estas
partes o sones adquiere, a su vez, un nombre concreto que puede corresponder al lugar
que ocupa en la danza (Entrada, Saludo) o bien la denominación de la evolución
principal (Cadenas, Molinetes) o el de la pieza musical (EL caimán, Pasodoble).
Los diseños corporales y las actitudes son acordes con el carácter de las danzas. Por
lo general se observa que el torso no se mueve, el cuerpo guarda una constante rigidez
y los puntos centrales del movimiento se encuentran en las piernas y en los pies. Estos
últimos realizan pasos simples y compuestos, zapateados, pespunteados, deslizados,
pequeños saltos y giros (según la danza); también hay constantes reverencias con el
cuerpo parado o hincado.
El carácter de la danza está estrechamente vinculado con el significado de la misma.
En cuanto al primer elemento tenemos, tal y como se había señalado con anterioridad,
que la mayor parte de las danzas tradicionales poseen un carácter ritual con fines
mágicos y/o religiosos. Éstas al ser parte de las celebración religiosa –siempre dentro
del catolicismo-, pasan a ser una forma de adoración, una ofrenda dirigida a la imagen
venerada en acción de gracias a un acto propiciatorio mediante el cual se piden
favores o milagros. Esta protección celestial se orienta invariablemente hacia la
obtención de bienes esenciales para la subsistencia.
El tema es uno de los principales aspectos mediante el cual se puede conocer el
significado que cobra la interpretación de una manifestación dancística, pues a través
de él se expresa una parte importante de la concepción del mundo y de la vida de
quienes realizan las danzas. Sin embargo, no todas ellas poseen un tema, ya sea
porque lo han perdido o porque nunca lo tuvieron. En estos casos los mensajes están
dados por símbolos (en los movimientos y en la indumentaria) que ha ido perdiendo
o modificando, en la mayor parte de las veces, su sentido original.
Los temas existentes pueden ser agrupados, a grandes rasgos, dentro de los siguientes
criterios:
a) Danzas con imágenes imitativas y narrativas. La imitación puede ser de
animales, grupos sociales, actividades económicas y/o relaciones laborales,
guerreras o de armas. Dentro de las narrativas encontraremos:
acontecimientos religiosos o relatos bíblicos.
b) Danzas sin imagen: hacen referencia o se relacionan con algún fenómeno
natural o social.
Íntimamente relacionados con el tema de la danza están los personajes que en ella
aparecen. Muchos tienen nombres correspondientes a cargos militares, personajes de
la historia o míticos: “Santiago”.
Una de las principales características de las danzas es su prolongada duración, pues
algunas llegan a durar dos días cuando son representadas en su totalidad. Por lo
general son interpretadas durante varias horas ininterrumpidas en la mañana y en la
tarde o toda la noche, en caso de quesea la víspera o velación de una imagen.
Otra de las características más importantes de las danzas que estamos tratando, es que sus
ejecutantes portan siempre una indumentaria especial, la cual va, por lo general, acorde con
el origen y significado de la danza.
Hay tantos diseños de indumentarias como danzas existentes, la mayor parte de éstos
con una marcada influencia hispana, la cual se manifiesta principalmente en los
materiales utilizados (satín, terciopelo, lentejuelas, chaquira, cuentas de vidrio,
espejos, olanes, et.), influencia que también ésta presente en los diseños de los trajes
y bordados. Se combinan con otros provenientes de una antigua tradición cultural de
origen prehispánico (por ejemplo, el uso de las plumas en penachos u otros adornos
puestos sobre la cabeza o sobre la tela y el cuerpo), y otros que poseen características
nacionales más cercanas, como son ciertos motivos en los bordados: la Virgen de
Guadalupe.
Los costos de la indumentaria varían según el diseño y los materiales –estos últimos
han sido afectados también por la crítica situación económica del país. Por otro lado
tenemos que la calidad de los materiales y de las prendas usadas denota, en cierto
sentido, la situación económica del portador, aunque existen casos en el que éste,
aunque carezca de medios económicos suficientes para gastar cierta suma de dinero
en su indumentaria, lo haga por “gusto”, por “devoción” o para obtener cierto
prestigio en su localidad.
La duración de la indumentaria es muy variable, pues depende de la calidad de los
materiales y del uso que se les dé a las prendas. Algunos danzantes acostumbran
estrenar su indumentaria en ocasiones especiales o año con año, aunque la anterior se
encuentre aún en buenas condiciones.
El estudio detallado de la indumentaria que presenta una danza determinada nos
permite conocer aspectos importantes de ésta, ya que la indumentaria hace referencia
al tema o va acorde con su significado. En el primer caso, por lo general, brinda apoyo
al desarrollo del tema mediante los accesorios necesarios para llevar a cabo la acción
(espadas, machetes, arcos, rifles, canastas, animales, etc.).
No es muy frecuente la práctica de ceremonias relacionadas con la indumentaria, pero
cuando se lleva a cabo forman parte del ritual en el que se ubica la danza. Por ejemplo,
la quema de máscaras que portan los “judíos” en la Semana Santa entre los yaquis y
mayos, constituye un acto de purificación.
Diferencia entre vestuario e indumentaria. La segunda tiene un sentido más amplio y
por no especificar el contexto, consideramos más correcta su utilización cuando se
hace referencia a las danzas tradicionales auténticas, o sea, las no comercializadas,
las no ejecutadas por los profesionales de la danza, las que se realizan en las plazas y
calles y no en el teatro.
Es éste uno de los elementos en donde se manifiesta con mayor claridad la estrecha
vinculación entre la danza y el contexto festivo social que la rodea.
En primera instancia tenemos que la organización de los grupos de danzantes por
lo general forma parte del sistema de cargos religiosos de la comunidad. En
ocasiones la organización formada por los encargados de una danza adopta el
nombre de asociación, comité o mesa directiva, entre otros.
Siempre hay una o varias personas que se encargan de que la danza se realice,
mismos que a veces tienen cargos importantes dentro de las organizaciones antes
citadas.
El o los encargados tienen la obligación de reunir lo necesario para que se realice
la danza.
Los danzantes también contraen una serie de obligaciones con el grupo u
organización, tales como aprender su papel, comprar su indumentaria, obedecer
al maestro y en ocasiones contribuir económicamente para la contratación de la
música acompañante.
Casi todos los integrantes ingresan al grupo de danza por “promesa” o “manda”
ofrecida por ellos mismos o sus familiares, la cual puede durar uno, varios años,
o toda la vida; aunque también hay individuos que participan por “gusto” o de
manera voluntaria. En cuanto al motivo para dejar de participar encontraremos
como el más frecuente la emigración forzosa a otros lugares en busca de trabajo.
El sistema de enseñanza de la danza tradicional es muy importante para la
caracterización de este género dancístico. Una vez el interesado en participar
(niño o adulto) ha observado la danza durante varios años en las fiestas de su
localidad y ha decidido tomar parte de ella, tiene que asistir a los ensayos que se
realizan varios días o semanas antes de la celebración.
Las relaciones que el grupo de danzantes guarda con autoridades e instituciones
civiles y religiosas son bastante complejas, ya que la danza es una manifestación
que desempeña un papel importante en la vida social de las clases sub-alternas
que aun realizan dichas expresiones. La estrecha relación entre el grupo de danza
y las autoridades religiosas de pueblo.
En cuanto a las fechas y lugares de representación por lo común se realizan en
fiestas de carácter religioso, ya sean dedicadas al Santo Patrón u otra imagen
venerada por la población o barrio originario de los danzantes, quienes por
devoción en ocasiones también asisten con la danza a peregrinaciones y
santuarios, o por invitación a las fiestas titulares de otros pueblos. Las danzas se
interpretan por lo general en el atrio de la iglesia y menos frecuentemente en el
interior de la misma; ciertas danzas también recorren el pueblo, visitando algunas
casas.
Los conjuntos musicales que acompañan a las danzas son diversos, dependen mucho
del tipo de danza y de la región en donde ésta se realice. Hay danzas utilizan tan sólo
un tambor y una flauta de carrizo, otras emplean conjuntos de cuerdas, en otras se
combinan las cuerdas y las percusiones, otras más contratan bandas y hasta orquestas.
Las formas musicales que se danzan han adoptado el nombre genérico de “son” o
“sonecito”, aunque también existen otras como el pasodoble, jarabes, etc.
El origen y procedencia de los instrumentos y melodías podemos observar una
marcada influencia hispana. Conocido es que los conquistadores europeos
introdujeron en México los instrumentos de cuerda, la mayoría delos de aliento y
varios de percusión.
Los instrumentos que tocan los danzantes son: sonajas, castañuelas, cascabeles, arco
percusor, bastones y algunos instrumentos de doble uso: hoz, machetes, cuchillos y
látigos.
Aspectos históricos:
Conformación histórica
La determinación del origen en tiempo y espacio, así como la configuración histórica de las
expresiones dancísticas popular–tradicionales en general y, de cada una de ellas en particular,
es una labor muy ardua. El principal obstáculo para logarlo radica en la naturaleza misma de
la expresión dancística, esto es, en que la danza se materializa únicamente en el momento en
que se produce, debido a que es el resultado de un proceso de objetivación que se plasma en
una imagen virtual que desaparece una vez adoptado otro diseño corporal y concluido el
evento de danza.
Época prehispánica
Lo que presentamos a continuación, es una síntesis que permita tener una noción de los
aspectos formales de las danzas practicadas por los pueblos nahuas. Los autores consultados
para la elaboración de esta síntesis son: Sahagún, Motolinia, Torquemada, Durán, José de
Acosta, Díaz de Castillo, Mendieta y Clavijero.
I. Aspectos coreográficos
a) Nombre de la danza o baile. Según Clavijero, éstas eran de diversas suertes y
tenían diversos nombres. Así por ejemplo, el Motzontecomaitotia era una
danza dedicada a Huitzilopochtli¸ en la que se portaban las cabezas de los
cautivos sacrificados, asidas de los caballos.
Benavente señala que los naturales hacían una diferencia entre las expresiones
coreográficas hechas “para solemnizar las fiestas de sus demonios que por
dioses honraban, con los cuales pensaban que hacían gran servicio” llamadas
Maceualizli y las que se realizaban “como regocijo y solaz propio”, conocidas
como Netotiliztli (Benavente, 1972).
b) Diseños en el espacio. Según Clavijero, las danzas mayores, o sea, las
Macehualiztli, eran interpretadas en tres o más círculos según el número de
integrantes.
c) Diseños corporales y pasos. Todos los cronistas coinciden en señalar que
había una notable coordinación entre los participantes de la danza. Uno de
ellos refiere que en una danza dedicada a Xilonen: “los que danzaban unos
iban asidos por las anos, otros echaban los brazos a sus compañero,
abrazándole por la cintura; todos llevaban un compás en el alzar el pie y en
echar un paso adelante, y en el volver atrás y en el de hacer de las vueltas;
danzaban por entre los candeleros o fogones haciendo contrapeso entre ellos”.
d) Número de participantes. Según los cronistas, antes de la conquista se
juntaban de tres a cuatro mil personas a bailar. A mediados del siglo XVI
participaban alrededor de mil, número que con el tiempo fue disminuyendo
considerablemente.
e) El tema. A partir de la información que brindan los cronistas, se puede
establecer la existencia de las siguientes formas coreográficas.
- Danzas de carácter ritual, practicadas en las celebraciones religiosas.
- Danzas que representaban hazañas guerreras, sucesos históricos y actividades
económicas, como la cacería y la agricultura.
f) Personajes. En las fiestas en las que se sacrificaba a uno o más esclavos o
esclavas, éstos tomaban el papel principal en la danza, ya que representaba a
la deidad venerada. También participaban unos “truanes” que hacia reír a la
gente. Éstos se disfrazaban como ancianas o como bobos.
II. Indumentaria
Había una gran variedad de vestimentas, las cuales correspondían al tema que eta
interpretado mediante el canto y la danza. Algunos de los atuendos citados son de águilas,
tigres, monos, perros, cazadores, soldados, etc.
Es muy frecuente la mención del uso de flores, piedras preciosas, joyería de oro y plata,
plumas, máscaras y cañas de maíz.
III. Organización
Todos los participantes tenían que guardar respeto y mucha seriedad en las danzas
ceremoniales.
a) Características de los participantes. Había danzas en las que sólo podían participar
los señores y principales, otras que eran exclusivamente para los guerreros y otras
más para los mercaderes. También había danzas sólo para mujeres. En ocasiones se
integraban a los jóvenes y niños.
b) Sistemas de enseñanza-aprendizaje. Durán informa que en México, Tezcoco y
Tacuba había casas grandes llamadas Cuicacalli, donde residían maestros que
enseñaban a bailar y cantar.
En la provincia de Tlalhuic había un dios de los bailes a quien antes de empezar a
bailar pedían licencia o permiso. Se mencionan otras deidades relacionadas con la
danza, al parecer la principal era Xochipilli-Macuilxóchitl.
c) Fechas, lugares y horas de realización. Motolinia indica que: “Ordinariamente
cantaban y bailaban en las principales fiestas que eran veinte en veinte días.
Época colonial
1521, año en que los españoles toman la ciudad de Tenochtitlán, centro de la cultura azteca,
marca el inicio del desarrollo de una nueva cultura azteca, marca el inicio de desarrollo de
una nueva cultura en la que se desentierran muchas de las costumbres indígenas y otras se
conservan o mezclan con la “peninsular”.
La danza de Moros y cristianos fue interpretada por primera vez en México en 1524, como
parte del recibimiento que las tropas españolas le hicieron a Cortés en el puerto de
Coatzacoalcos, Veracruz, según narra Bernal Díaz del Castillo. Este mismo autor describe la
realización, en 1538 de esta danza o juego de armas en la ciudad de México, para celebrar la
firma de paz entre el emperador Carlos V y el rey de Francia, ocasión en la que participaron
indígenas mexicas y soldados españoles. Benavente señala que un año después se realizó la
misma celebración en Tlaxcala, con la representación de la Toma de Jerusalén, en la cual
participaron bandos que representaban a españoles, indígenas y moros.
Según Arturo Warman (Op. cit.: 141-165, de la danza de Moros y cristianos se derivaron
otras que incorporan personajes y hechos de la historia de México y que se fueron
conformando desde el siglo XVI hasta el XIX. Estas variantes son las Danzas de Conquista
(danza de La pluma, La conquista de México y otras), Santiagos (varias danzas que reciben
distintos nombres pero en las que siempre aparece el Apóstol Santiago como personaje
central), Concheros y derivaciones coreográficas diversas en las que se enfrentan dos bandos,
muchas de las cuales tienen su origen en el siglo pasado, por ejemplo: Caballeros, Coloradas,
Espejos, Indios, Machetes, Paloteo, Sonajas.
Durante el siglo XVI observamos que además de la adopción de danzas introducidas por los
españoles se seguían practicando varias manifestaciones coreográficas acostumbradas por
los indígenas; persistencia que se dio a pesar de las prohibiciones.
En lugar de prohibir su práctica, trataron de que se hicieran en honor a Dios y a los Santos,
procurando que no se mezclara “superstición alguna”.
Análisis bibliográfico
Muchos investigadores han descrito de las danzas y bailes tradicionales han pretendido
conocer el significado de dichas expresiones. No han considerado que para poder establecer
el significado que adquiere una danza entre los que la llevan a cabo se requiere conocer, entre
otras cosas, las condiciones reales de la existencia de los ejecutantes, el lugar en que dichas
condiciones guarda la relación de la expresión coreográfica y el código de movimientos
realizados
Siglo XVI
Los cronistas fueron quienes elaboraron las primeras referencias bibliográficas sobre las
expresiones dancísticas en México. Las escritas por: fray Bernardino de Sahagún, fray
Toribio de Benavente o Motolinia, fray Juan de Torquemada, fray Diego Durán, fray José de
Acosta, Bernal Díaz del Castillo y fray Gerónimo de Mendieta.
El conocimiento de la información vertida en los escritos de los cronistas es fundamental
para poder derribar los mitos creados en torno al supuesto origen prehispánico de una gran
cantidad de danzas que se llevan a cabo en la actualidad.
En Francisco Javier Clavijero se encuentran breves anotaciones sobre la danza de las Cintas¸
el Tocotín y los Voladores esto ha dado lugar a que varios autores afirmen que las dos
primeras son de origen prehispánico, olvidando que Clavijero vivió en el siglo XVIII y que
por lo tanto transcurrieron dos centurias para que la primera danza fuera adoptada y la
segunda creada (o derivada de la danza de Moros y cristianos) por los “naturales”, después
de la conquista.
Encanto y admiración producidos en los visitantes (o sea en los turistas) porque, según
Higinio Vázquez, las “fiesta de nuestros indios” a pesar de su abrigado mixto”, están llenas
de “colorido, arte y belleza”. Esta frase puede ser considerada como un claro ejemplo de la
imagen parcial y esteticista que varios autores tratan de proyectar en sus escritos sobre las
expresiones cultuales que ahora nos ocupan, mismas que por lo visto se sugiere sean
apreciadas como muestras exóticas del pasado en exhibición.
De 1976 a 1982
El trabajo de Amparo Sevilla sobre los “Procesos de cambio en las danzas y los bailes
tradicionales”.
Por otro lado tenemos que casi todos confunden o no hacen distinción entre lo indígena y lo
prehispánico, asegurando que tanto los indígenas como su cultura son supervivencias del
pasado. Lo mismo sucede con todos aquellos elementos que no corresponden directamente a
la liturgia católica o que guardan cierta autonomía con relación al clero; la deducción en este
caso es que todo lo pagano es prehispánico. Los autores que establecen de manera implícita
una identidad entre las danzas prehispánicas y las danzas tradicionales que realizan en la
actualidad los grupos étnicos, presentan en su discurso una versión de la superadísima teoría
del evolucionismo unilateral, que plantea como posible la reconstrucción histórica de épocas
remotas mediante el estudio de las sociedades llamadas “primitivas” contemporáneas.
Conclusiones
Apéndices
4.- Las danzas de mayor difusión territorial son: Moros y cristianos, Santiagos o
Santiagueros, Matachines, Cintas, Concheros, Negritos, Arcos, Pastoras y Tecuán.
5.- Las danzas que se realizan en varios estados adquieren características particulares en cada
uno de ellos. Lo anterior se acentúa más con algunas danzas que, a pesar de tener una igualdad
básica en su estructura coreográfica y en su temática, presentan diferencias en cuanto a su
estilo, significado y función. Por ejemplo, la Danza de Matachines que se practica entre los
tarahumaras presenta diferencias con relación a la misma danza pero realiza por yaquis y
mayos, y a su vez con la interpretada en los estados del Bajío y del Centro.
(revisar apéndice 2)