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Suicidio de jóvenes en Japón.

INDICE
PARTE I: INTRODUCCIÓN.
Justificación.
Objetivo general.
Objetivos particulares.
PARTE II: MARCO TEÓRICO.
Definiciones.
Suicidio según Enrique Rojas.
Suicidio según Émile Durkheim.
Historia.
Religión.
Legislación.
Fisiopatología.
Factores Sociodemográficos.
PARTE III: ENFOQUE AL CASO DE JAPÓN.
Actitud cultural hacia el suicidio.
Demografía.
Causas del suicidio.
Estadísticas.
Acciones del gobierno.
Importancia de la educación infantil para prevenir el suicidio.
Prevención y control de suicidios en Japón.
Conclusiones.
INTRODUCCIÓN
Diversas preguntas han surgido en torno a la filosofía del suicidio, incluyendo qué
constituye un suicidio, si el suicidio puede ser una elección racional y la permisividad
moral del suicidio. Los argumentos relacionados a la aceptabilidad del suicidio en
términos morales y sociales varían desde posturas que lo consideran intrínsecamente
inmoral e inaceptable bajo cualquier circunstancia, hasta otras que lo consideran un
derecho de cualquier persona que crea que, racional y concienzudamente, tomó la
decisión de finalizar la vida, incluso si son jóvenes y saludables.
Entre los oponentes al suicidio se encuentran Agustín de Hipona, Tomás de Aquino,
Immanuel Kant y, podría decirse, John Stuart Mill el enfoque de Mill en la importancia de
la libertad y autonomía implica su rechazo a decisiones por las cuales se impida a las
personas tomar futuras decisiones autónomas. Otros filósofos ven el suicidio como
materia legítima de las decisiones personales. Quienes apoyan estas posiciones
sostienen que nadie debe ser obligado a sufrir, particularmente de condiciones como
enfermedades incurables o mentales y la vejez. Además, rechazan la creencia de que el
suicidio es siempre irracional, argumentando que puede ser un último recurso válido para
aquellos que enfrentan dolor o traumas duraderos. Una postura más fuerte argumentaría
que a las personas se les debería permitir elegir, de forma autónoma, morir
independientemente de si están sufriendo. Entre quienes apoyan esta posición se
encuentran David Hume y Jacob Appel.
¿Por qué en Japón y no en México?
El suicidio en Japón se ha convertido en un tema socio-nacional importante. El país tiene
una tasa de suicidio alta en comparación con otras naciones y está entre las más altas del
mundo; el gobierno japonés informó de la tasa para 2006 como el noveno más alto del
mundo; pero el número de suicidios ha ido disminuyendo y, entre 2013 y 2016, estuvo por
debajo de 30 000 durante tres años consecutivos. En 2014, 70 personas japonesas se
suicidaron por día, la gran mayoría eran hombres. Para 2016, las tasas de suicidio habían
alcanzado un mínimo desde hacía 22 años de 21 764, es decir, los de hombres
disminuyeron en 1664 hasta 15 017 y los de mujeres disminuyeron en 597 a 6747. El 71
% de los suicidios en Japón fueron cometidos por hombres, y es la principal causa de
muerte entre los hombres de 20 a 44 años de edad.
Factores en el suicidio incluyen el desempleo (debido a la recesión económica en la
década de 1990), la depresión, y las presiones sociales. En 2007, la Agencia Nacional de
Policía revisó la clasificación de los motivos de suicidio en una división de 50 motivos con
hasta tres razones que figuran para cada suicidio.
En la cultura japonesa hay una larga historia de suicidio honorable, como el suicidio ritual
de los samuráis para evitar ser capturados, volar en un avión hacia el enemigo durante la
Segunda Guerra Mundial (ataque kamikaze), o la carga contra el enemigo sin miedo para
evitar avergonzar a la familia.

JUSTIFICACIÓN.
El suicidio es un acto que merece atención por lo cual hay que encontrar los factores
psicológicos por los cuales un sujeto puede llegar a desear tomas este acto extremo de
quitarse la vida, para lo cual una parte de esta investigación se dedica a estudiar los
factores históricos, económicos, socioculturales o por creencias que pueden llegar a tener
influencia sobre el sujeto al momento de tomar su decisión.
Por todos los factores que pueden llegar a influir, este trabajo tiene como finalidad el
analizar la estructura psíquica que posee el sujeto suicida, contextualizando los existentes
estudios acerca de este fenómeno dentro de la psicología clínica.
También es de suma importancia indagar en los métodos que se han utilizado a lo largo
del tiempo para tratar de lidiar con este fenómeno y cuáles han sido sus resultados para
seguir aplicándolos e incluso mejorarlos.
Este trabajo se encuentra enfocado para la sociedad en general, para aquellas personas
que se interesan por los problemas sociales que se encuentran al estudiar la cultura de un
país, brinda respuestas a interrogantes que surgen al comenzar a leer un poco sobre el
tema, se tratan temas tanto culturales, cómo históricos, además de contener fuentes
confiables y mucha información recopilada de distintos medios, inclusive del mismo
gobierno Nipón.
Por lo que este trabajo, está dirigido a todos aquellos individuos que presentan interés por
aprender sobre la cultura de otros países, así como de profundizar a fondo en algo
relevante, y más por tratarse de un país primer mundista como lo es Japón.
Probablemente sin este trabajo, la ignorancia sobre la situación que azota Japón desde
hace ya muchos años seguiría siendo una incógnita y más un misterio, sin los estudios,
análisis, recopilación de datos, medidas preventivas, etc, esto seguiría siendo un
problema que quizás podría haber terminado con la categoría de Japón de primer mundo,
además de enfrentar los problemas de una sociedad enferma en un tiempo que podría
considerarse demasiado tarde, ademas, la gente continuaría sus vidas sin enterarse si
quiera un poco sobre este tema, y eso no es posible, los humanos somos seres sociables,
que se ayudan, que se preocupan por los otros, aunque sean tiempos difíciles, los
humanos siempre se han apoyado en momentos de adversidad, por lo que no es
sorprendente que personas ajenas a la sociedad o gobierno Japonés, se interesen y
brinden apoyo de muchas formas ante este problema en Japón.

OBJETIVO GENERAL
Conocer, comprender e identificar las causas (ya sean médicas, culturales, físicas, o
mentales), o situaciones que orillan a los ciudadanos a cometer actos en contra de su
propia vida, así cómo analizar y dar a conocer las acciones que se han tomado en Japón
para prevenir y disminuir el índice de suicidios en su país.

OBJETIVOS PARTICULARES.
1. Reunir información sobre los antecedentes del suicidio, de manera globalizada y
posteriormente su enfoque en Japón.
2. Entender en base a los estudios realizados en Japón los diferentes factores que
han actuado como detonantes del suicidio en su población.
3. Investigar las acciones que ha tomado el gobierno japonés para tratar de reducir
su tasa de suicidios.

MARCO TEÓRICO
DEFINICIONES.
Suicidio.
Según la R.A.E. la palabra suicidio tiene un origen latino. Está formada por sui de sí
mismo, y cidium, matar. Tiene dos acepciones: la primera es acción y efecto de suicidarse
y la segunda, acción o conducta que perjudica o puede perjudicar gravemente a quien la
realiza.
Los griegos lo expresan como autokeiria de autos: sí mismo y keiros: mano, lo que
significaría: muerte elegida por uno mismo, o sea ejecutada por mano propia. El término
latino enfatiza la idea de matar y el griego la del acto con intención o deliberado.
Pinel. Síntoma de enfermedad mental relacionado con las crisis por las circunstancias de
la vida.
Durkheim. Toda muerte que resulta mediata o inmediatamente de un acto positivo o
negativo, realizado por la víctima misma, sabiendo que podía producir ese resultado.
Sigmund Freud. Considera el suicidio como una falta de exteriorización de la agresividad.
Con hostilidad hacia sí mismo. Un impulso agresivo introyectado.
Karl Menninger. Homicidio invertido y deseo de ser matado como expresión de
sometimiento.
Enrique Rojas. Se entiende por suicidio aquella conducta o conjunto de conductas que,
dirigidas por el propio sujeto, conducen a la muerte (suicidio consumado) o a una
situación de gravedad mortal (suicidio frustrado), bien de forma activa o pasiva.
Acto suicida
Hecho por el que un sujeto se causa a sí mismo una lesión, independientemente de su
intensión y del conocimiento de sus motivos.
Intento suicida.
Acto suicida cuyo resultado no es la muerte.

Según la definición de Rojas, dentro de la conducta suicida no sólo hay que contemplar la
consumación del suicidio, sino también la cantidad de matices autoagresivos existentes
en la misma y que necesariamente no llevan a la muerte a la persona pero que marcan a
partir de este momento su propia existencia.
Dos son los elementos que integran a la conducta suicida, el “Criterio auto infringido”, es
decir la propia acción violenta, y el “Criterio de propósito”, que hace referencia a la
finalidad de muerte. La presencia de ambos criterios o la ausencia de uno de ellos
determinan las diferentes formar con que puede presentarse la conducta suicida.

Definiendo los diferentes términos que aparecen en el gráfico anterior.


Parasuicidio:
También llamado “Gesto Suicida”. Es el conjunto de conductas voluntarias e intencionales
que el sujeto pone en marcha con el fin de producirse daño físico y cuyas consecuencias
son el dolor, la desfiguración, la mutilación o el daño de alguna función o parte de su
cuerpo, pero sin la intención de acabar con su vida. Incluimos aquí entre otros, los cortes
en las muñecas, las sobredosis de medicamentos sin intención de muerte y las
quemaduras.
La intención en el Parasuicidio o Gesto Suicida no es por lo tanto la muerte, sino que tiene
que ver con el deseo de conseguir algo (más cariño, que la pareja no le abandone, un
empleo, etc.) para lo cual la persona cree que no dispone de otro tipo de recursos
personales.
Ideas suicidas:
La persona contempla el suicidio como solución real a sus problemas, si bien aún no se
ha producido un daño físico contra sí mismo. No existe aún una idea clara ni de cómo ni
de cuando, pero entre las alternativas que puede tener para solucionar su situación
problemática ya está presente el suicidio.
Crisis suicida:
De entre todas las alternativas que la persona disponía para solucionar la situación
problemática, el suicidio comienza a tomar protagonismo. La idea ha tomado cuerpo y se
activan a nivel psíquico un conjunto de impulsos de muerte, que le llevan a establecer un
plan suicida.
Suicidio consumado:
Cuando el Criterio de Propósito o de Muerte y el Criterio Auto Infligido se suman, se
establece un plan de acción con diferentes niveles de elaboración. Si la puesta en práctica
de este plan tiene “éxito” conduce a la muerte del sujeto.
Suicidio frustrado:
Es un acto suicida que no conlleva a la muerte de la persona porque determinadas
circunstancias externas, muchas veces casuales y siempre no previstas acontecen en el
momento crítico. No es por lo tanto un Parasuicidio, ya que en el Suicidio Frustrado sí que
hay una voluntad real de producirse la propia muerte. Sirva como ejemplo el caer sobre
las cuerdas de un tendedero al arrojarse por una ventana.
Tentativa de suicidio:
Toda conducta que busca la propia muerte, pero para lograr el propósito la persona no
emplea los medios adecuados y por lo tanto el sujeto no consigue acabar con su vida. Es
un intento que puede fallar por múltiples causas, desde no tener una firma decisión de
suicidarse hasta por el empleo de medios “blandos”. Existe el “propósito de muerte” pero
el “criterio auto infringido” no es el adecuado.

El sociólogo francés Émile Durkheim en su obra Le suicide (1897), señala que los
suicidios son fenómenos individuales que responden esencialmente a causas sociales.
Este acto se define como «todo caso de muerte que resulte, directamente o
indirectamente, de un acto, positivo o negativo; realizado por la víctima misma, sabiendo
ella que debía producir este resultado». Para Durkheim, el suicidio «es el resultado de la
fortaleza o la debilidad del control de la sociedad sobre el individuo».
Durkheim define cuatro tipos de suicidio:
Suicidio altruista: «pedido por la sociedad, debido a su cultura, normas y costumbres». La
persona carece de otra «opción honorable», por lo que seguir viviendo sería una
«ignominia». Se da en individuos «integrados en el grupo, pero con carencia de
individualización».
Suicidio egoísta: el individuo tiene pocos lazos con la sociedad; «son personas que viven
solas, no tienen familia ni grupo social o institución con quien relacionarse».
Prácticamente carece de exigencias sociales. Se da en individuos «no fuertemente
integrados en su grupo social»
Suicidio anómico: ocasionado por una «repentina ruptura» en la relación entre la persona
y la sociedad, por ejemplo, ante la pérdida de «seres queridos, propiedad, prestigio». Es
decir, ocurre en individuos con una «integración distorsionada con el grupo».
Suicidio fatalista: acontece «cuando existe una reglamentación excesiva, que termina
aplastando a los individuos».
Según Rodríguez Pulido. (1990), las conclusiones más relevantes de la obra de Durkheim
son: que el individuo se suicida porque la sociedad a la que pertenece ha perdido su
cohesión y que la religión «ejerce una acción profiláctica sobre el suicidio porque
constituye una sociedad». En contraste, los críticos a su obra han señalado: que la
realidad social no es independiente de las realidades individuales, que hay una tendencia
a «extraer conclusiones mediante un análisis conceptual para demostrar las cosas» y que
«[Durkheim] ajustó» los datos estadísticos y las ideas teóricas para «demostrar la validez
de su proposición general»

HISTORIA.
El Suicidio se ha dado en todas las sociedades reflejando el nivel de contradicciones
políticas, económicas y sociales, así como las condiciones particulares del individuo en un
momento histórico determinado
Para poder tener un mayor entendimiento de este fenómeno se hace necesario hacer un
recorrido histórico de las principales conceptualizaciones y actitudes que se han tenido
hacia éste en diferentes momentos socio-históricos.
El suicidio es un fenómeno humano de carácter universal que ha estado presente en
todas épocas históricas, despertando diversos sentimientos desde temor, crítica,
condena, el elogio, etc. Se ha dado una serie de actitudes sociales diferentes a hacia la
conducta suicida a lo largo de la historia y dependiendo de la época y lugar que se
analice. Por ejemplo, en la sociedad japonesa relacionaban el suicidio con el respeto a la
tradición e implicaba una sanción autoinfligida ante un papel social que no se cumplía.
También se puede mencionar al respecto la muerte por suicidio de filósofos griegos como
Anaxágoras o Sócrates, quienes terminaron con su vida de forma voluntaria en medio de
acontecimientos sociales y políticos. Se comenta que, en la Grecia clásica, Plutarco se
interesó en el fenómeno del suicidio en adolescentes recogiendo los datos entre los siglos
IV y IIIA.C, reportando que tanto suicidio como las tentativas de suicidio no eran
infrecuentes entre los jóvenes griegos, hasta se documentó una “epidemia suicida” entre
los jóvenes de Mileto, que finalizó cuando se sometió a los cadáveres a la vergüenza
pública.
Durante la evolución del fenómeno suicida se puede hablar de una actitud de intenso
desprestigio desde la época de los romanos, quienes negaban la sepultura los que
suicidaban, destruyendo su testamento y confiscando sus bienes, afectando así también a
los familiares de los mismos. En la Edad Media se impone la idea cristiana de suicidio
como un crimen por homicidio y un pecado mortal, en base a los pensamientos de San
Agustín y Santo Tomás de Aquino. Estas corrientes de pensamiento influyeron en
actitudes de condena al suicida y a su familia, excluyendo al primero de sepultura en tierra
santa y en ocasiones llegando a ser exhumado para ser colgado o expuesto en el
patíbulo.
En el siglo XVII se extienden auténticas epidemias de suicidio fundamentalmente en
jóvenes, inspirados en el romanticismo hacia el tema del suicidio con el que fue tratado
por varios poetas y literatos.
A principios del siglo XX, se inicia una fuerte influencia por la obra de Durkheim, quien
relaciona las conductas suicidas a los ambientes sociales y morales, proponiendo una
explicación social de la tasa de suicidios de su de época. También se alcanza la
aceptación de la idea de suicidio como resultado de un trastorno mental, procedente de la
escuela psiquiátrica francesa. (Bobes, J. 1997).
En la actualidad el suicidio es considerado como un uno de los problemas principales a
nivel de salud pública en relación a la Salud Mental, ya que se sitúa entre una de las
principales causas de muerte. El suicidio en personas jóvenes a lo largo de la historia ha
ido en aumento, convirtiéndose un fenómeno que requiere estudio y observación detenida
y diferenciada.

RELIGIÓN
En la mayoría de las formas de cristianismo, el suicidio es considerado un pecado, en
gran parte debido a los escritos de influyentes pensadores del Medievo, como Agustín de
Hipona y Tomás de Aquino. No obstante, el suicidio no fue considerado pecado en el
Corpus iuris civilis. En la doctrina católica, los argumentos en contra se basan en el
mandamiento «No matarás», así como en la idea de que la vida es un regalo de Dios que
no debe ser desdeñado y que el suicidio va contra el «orden natural» y por lo tanto
interfiere con el plan maestro de Dios para el mundo. Se cree que las enfermedades
mentales o el temor al sufrimiento reducen la responsabilidad del suicida. No obstante, un
gran número de suicidios de seguidores de Dios no son condenados en la Biblia. En esos
pasajes, no se parece considerar el suicidio como un pecado grave.
Para el judaísmo, la vida es sagrada y condena el hecho de acortar la vida. Para esta
religión, el suicidio es un acto criminal, incluso los suicidas son considerados como
homicidas, y un delito grave, dado que implica «negar que la vida sea un regalo divino» y
porque «constituye un desafío a la voluntad de Dios». Igualmente, las religiones islámicas
son contrarias al suicidio. El Corán lo prohíbe al señalar que «no te matarás o
destruirás». Por su parte, el Hadiz agrega que el suicidio individual es ilegal y un pecado.
Además, existe un estigma asociado con el suicidio en los países islámicos.
En el hinduismo, el suicidio está, generalmente, prohibido, dado que «interrumpe la
sincronización del ciclo de muerte y renacimiento». No obstante, el hinduismo acepta el
derecho de las personas a poner fin a su vida por medio del ayuno, denominado
Prayopavesa, que no es considerado suicidio dado que es una práctica no violenta y
natural y aceptada solo bajo ciertas circunstancias. El satí, la autoinmolación llevada a
cabo por viudas, fue una práctica común en la sociedad hindú durante la Edad Media.

LEGISLACIÓN
En la gran mayoría de los países occidentales, el suicidio no es un crimen. Sin embargo,
en algunos países musulmanes, todavía es considerado como tal. Aunque en Australia el
suicidio no es un delito, es castigado el incitar, aconsejar o auxiliar el suicidio de otra
persona. Además, explícitamente se permite el uso de «tanta fuerza como sea necesaria»
para evitar que se complete el suicidio. Entre 1996 y 1997, en el Territorio del Norte fue
legal el suicidio asistido por médicos.
En la actualidad, ningún país europeo castiga el suicidio o su intento. En Inglaterra y
Gales se descriminalizó el suicidio por medio del Acta del Suicidio de 1961, mientras que
la República de Irlanda lo hizo en 1993. En la India, el suicidio era ilegal y la familia del
suicida podía enfrentar problemas legales. Sin embargo, en 2014, el Gobierno de la India
derogó esa ley. En Alemania, la eutanasia activa es ilegal y todas las personas presentes
al momento del suicidio pueden ser procesadas por omisión de auxilio.
Por su parte, Suiza legalizó el suicidio asistido en pacientes enfermos mentales crónicos.
La Corte Suprema de Lausana, en una resolución de 2006, garantizó el derecho de una
persona con un largo historial de dificultades psiquiátricas a poner fin a su vida. En los
Estados Unidos, el suicidio no es ilegal, pero puede acarrear sanciones para las personas
que lo intenten.147 El suicidio asistido es legal en el estado de Washington para personas
con enfermedades terminales. En Oregón, los pacientes terminales pueden solicitar
medicamentos para acabar con su vida. A los canadienses que han intentado suicidarse
se les puede impedir el acceso a los Estados Unidos. La ley estadounidense permite a los
guardias fronterizos impedir el acceso a enfermos mentales y personas con intentos
previos de suicidio.

FISIOPATOLOGÍA.
No existe una fisiopatología unificadora de la depresión o el suicidio. Sin embargo, se cree
son resultado de la interacción de factores socioambientales, psiquiátricos y de
comportamiento. Los niveles bajos del factor neurotrófico derivado del cerebro (FNDC)
están directamente asociados con el suicidio e indirectamente asociados con el trastorno
depresivo mayor, el trastorno de estrés postraumático, la esquizofrenia y el trastorno
obsesivo compulsivo. En diversas autopsias han encontrado niveles bajos del FNDC en el
hipocampo y en la corteza prefrontal en personas con condiciones psiquiátricas y sin
ellas. Se cree que en los suicidas los niveles de serotonina se encuentran bajos, lo que se
basa, parcialmente, en el hallazgo en autopsias de niveles incrementados de receptores
5-HT2A. Asimismo, otras pruebas han encontrado niveles reducidos de ácido 5-
hidroxindolacético en el líquido cefalorraquídeo. No obstante, evidencias directas son
difíciles de reunir. También se cree que la epigenética participa en la determinación del
riesgo de suicidio.

FACTORES SOCIODEMOGRÁFICOS DEL SUICIDIO.


En el mundo las tasas más bajas de suicidio se dan en América Latina (Colombia y
Paraguay) y Filipinas, mientras que la más altas se encuentran en Europa Oriental,
específicamente en la antigua República Soviética, en lugares como Bielorrusia, Estonia,
Rusia y Lituania y en Asia en Corea del Sur, China y Japón. Sin embargo, se estima que
existe un subregistro de cerca del 50% en la mayoría de los países, lo que resta fe a las
estadísticas mundiales. Se debe tomar en cuenta que por cada suicidio ocurren de 10 a
25 intentos de suicidio y que del 10% al 15% de los que se intentan suicidar lo logran. Las
tasas mundiales de suicidio son mayores en varones y aumentan entre más edad tenga la
población.
Características.
Género: Los hombres cometen más suicidios que las mujeres, la proporción varía de
acuerdo con el país. Solamente en zonas rurales de China ocurre lo contrario. Las
mujeres realizan 3 a 4 veces más intentos de suicidio que los hombres, pero los hombres
utilizan métodos más letales para el intento y se suicidan de 2 a 3veces más que las
mujeres.
Los hombres menores de 25 años son más propensos a suicidarse que las mujeres. En
los varones la incidencia se incrementa con la edad. Los intentos de suicidio en las
mujeres ocurren más entre los 20 y 25 años y la mayor incidencia de suicidio se alcanza
alrededor de los 55 años de edad.
Edad: Las personas mayores de 65 años y los menores de 30 años presentan altas cifras
de suicidio, tanto en el intento como el acto consumado. Las cifras de suicidio por grupos
de edad refieren que el suicidio es más frecuente en mayores de 45 años, Sin embargo,
en aproximadamente un tercio de los países, las tasas de suicidio son ya superiores entre
las personas de menos de 45 años de edad que entre quienes superan los 45 años De
esto se concluye que el suicido sigue siendo fenómeno de la vejez, pero se está
rejuveneciendo.
Estado civil: Hay mayor riesgo suicida en las personas divorciadas o solteras. En las
personas casadas las mujeres presentan el mayor riesgo de suicidio.
Ocupación: Los suicidios ocurren más en los desempleados y jubilados y en ciertos
profesionales como los cirujanos, anestesiólogos, veterinarios, farmaceutas, odontólogos,
granjeros y estudiantes de medicina, siendo las causas precipitantes como el acceso a
medios letales, la presión del trabajo, el aislamiento social y las dificultades económicas
Desempleo: El riesgo de suicidio es mayor en personas que han perdido su empleo
recientemente, efectos de desempleo están ligados a factores como la pobreza, las
privaciones sociales, las dificultades domésticas y la desesperanza.
Migración: el aumento de riesgo se da en relación a la pobreza, vivienda deficiente, falta
de apoyo social y aislamiento, pérdida de apoyo y raíces, expectativas insatisfechas, etc.
Antecedentes familiares: La conducta suicida es más frecuente en los familiares de primer
grado de los que se han suicidado o han intentado hacerlo. Existen 6veces más
probabilidades de que intenten suicidarse individuos los cuales hayan tenido padres que
demostraran la misma conducta, comparados con pacientes deprimidos de pacientes
deprimidos que no intentaron suicidarse.
Abuso sexual y físico/Violencia intrafamiliar: Se ha observado relación entre el abuso
sexual y físico de los padres hacia hijos produciendo síntomas depresivos, desesperanza
y conducta suicida. Se señala que el abuso produce sentimientos de repulsión hacia la
vida y disminuye la aversión hacia la muerte. En los hombres se coloca el abuso físico y
en las mujeres el abuso sexual como mayores predictores de suicidio.
Carga académica excesiva: El rendimiento académico es una variable que se relaciona
con la aparición de ideación suicida.
Autoimagen: Las personas que tienden a ser perfeccionistas toleran la frustración en
menor grado y pueden presentar síntomas depresivos e ideación suicida. (Téllez, J. 2006)

ENFOQUE AL CASO DE JAPÓN

El suicidio en Japón se ha convertido en un tema socio-nacional importante. El país tiene


una tasa de suicidio alta en comparación con otras naciones y está entre las más altas del
mundo; el gobierno japonés informó de la tasa para 2006 como el noveno más alto del
mundo; pero el número de suicidios ha ido disminuyendo y, entre 2013 y 2016, estuvo
por debajo de 30 000 durante tres años consecutivos. En 2014, 70 personas japonesas se
suicidaron por día, la gran mayoría eran hombres. Para 2016, las tasas de suicidio habían
alcanzado un mínimo desde hacía 22 años de 21 764, es decir, los de hombres
disminuyeron en 1664 hasta 15 017 y los de mujeres disminuyeron en 597 a 6747. El
71 % de los suicidios en Japón fueron cometidos por hombres, y es la principal causa de
muerte entre los hombres de 20 a 44 años de edad.

ACTITUD CULTURAL HACIA EL SUICIDIO


La actitud de la sociedad japonesa hacia el suicidio se ha denominado «tolerante», y en
muchas ocasiones el suicidio es visto como una acción moralmente responsable. La
discusión pública sobre la alta tasa de suicidios también se centra en culpar a las
dificultades económicas que enfrentan los hombres de mediana edad. Sin embargo, el
surgimiento de sitios web suicidas en Internet y la creciente tasa de pactos suicidas han
levantado preocupación entre la opinión pública y los medios de comunicación, que
consideran los pactos «irreflexivos».
En 1703, Chikamatsu Monzaemon escribió una obra de teatro de títeres titulada Sonezaki
Shinjuu (El amor suicida de Sonezaki), que fue posteriormente re-diseñado para el teatro
kabuki. La inspiración para la obra fue un doble suicidio real que había ocurrido
recientemente entre dos amantes prohibidos. Los «suicidios dobles» se volvieron
entonces tan comunes que con el tiempo fueron prohibidos por las autoridades del
gobierno para desalentar a más parejas a poner «románticamente» fin a sus vidas.
Durante los años del Japón imperial, el suicidio era común entre los militares. Esto incluía
el suicidio cuando se perdía una batalla. La forma samurái de la gloria a través de la
muerte y el suicidio ritual era visto como algo honorable. El escritor Yukio Mishima es
famoso por su suicidio ritual en pleno siglo XX.
El patrimonio cultural de suicidio como una noble tradición todavía tiene alguna
resonancia entre la sociedad japonesa moderna. Si bien se le estaba investigando por un
escándalo en los gastos, el ministro del gabinete Toshikatsu Matsuoka se quitó la vida en
2007. El gobernador de Tokio, Shintaro Ishihara, lo describió como un «verdadero
samurái» por preservar su honor. Ishihara también es el guionista de la película I Go To
Die For You que glorifica la memoria y la valentía de los pilotos kamikazes en la Segunda
Guerra Mundial.
En términos estructurales, el suicidio no sólo acaba con la existencia física del individuo,
sino que significa la negación del papel que le ha sido asignado a éste por la sociedad.
Paradójicamente, esta negación implica en ocasiones la autorrealización. En Japón ocurre
una forma muy particular de suicidio, el suicidio colectivo de una familia (ikka shindyuu),
en el que habitualmente la madre o el padre eliminan a sus hijos y luego a sí mismos,
incapaces de soportar la idea de un futuro de sufrimiento para todos. Este tipo de suicidio
es bastante común en Japón debido al lugar de privilegio que ocupa la familia, en
detrimento del individuo, en una sociedad orientada al grupo. Por otra parte, a diferencia
de una sociedad cristiana, el suicidio no es considerado pecado.
La negación del papel social asignado al individuo como principal motivo de suicidio
puede obedecer a las siguientes razones:
1) Protesta contra la sociedad o el grupo al cual se pertenece, como la
autoinmolación de los bonzos vietnamitas que no estaban de acuerdo con la
guerra. En Japón, cuando se comete un error grave en una empresa, la persona
de más alto cargo se hace responsable mediante la renuncia, y en el caso
extremo, el suicidio.
2) Mediante la autoeliminación se afirma el yo existencial, la personalidad auténtica,
el ego separado de la función social, la individualidad. Desde el punto de vista del
existencialismo de Sartre, Heidegger, etc., es una afirmación del ateísmo. Desde
el punto de vista religioso, se trata del martirio personal como una forma de
comunión con la divinidad. En Japón se dio esta clase de sacrificio con los
mártires de Nagasaki, en el siglo XVI, o, anteriormente, el monje budista de
Nichiren, que se hizo matar para alcanzar el grado de mártir, aunque en la
actualidad no hay casos de prácticas de esta naturaleza.
Otra forma secular del suicidio es el “doble suicidio” o suicidio de los amantes,
popularizado por el teatro kabuki y el teatro de marionetas, a través de un género
dramático que en japonés se denomina shindyuu mono (asuntos de “doble suicidio”). Este
tipo de suicidio tiene una gran carga erótica, y combinado con el suicidio martirológico
podría explicar en alguna medida la autoeliminación de Mishima Yukio. La muerte fortifica
la unión amorosa y por medio de ella se puede alcanzar el éxtasis erótico.

DEMOGRAFÍA.
Por lo general la mayoría de los suicidas son hombres; más del 71% de las víctimas de
suicidio en 2007 eran varones. En 2009, el número de suicidios entre los hombres
aumentó de 641 a 23.472 (con las edades de 40 a 69 años representando el 40,8% del
total). El suicidio es la principal causa de muerte entre los hombres de 20 a 44 años de
edad.9 Los hombres son dos veces más propensos a causar su propia muerte después de
un divorcio que las mujeres. Sin embargo, el suicidio sigue siendo también la principal
causa de muerte para las mujeres de entre 15 y 34 años en Japón, más preocupante
entre las más jóvenes.
La tasa de suicidios también ha aumentado entre las personas de 20 años, y en 2009
estaba en su punto más alto de todos los tiempos en ese grupo de edad por segundo año
consecutivo, alcanzando el 24,1 por cada 100.000 personas. El NPA informó asimismo
un récord por tercer año consecutivo entre las personas en la treintena. La tasa entre la
población mayor de 60 años también es alta, aunque las personas de 30 a 40 años son
aún más propensas a cometer suicidio.
En 2009, el número de suicidios subió un 2 por ciento, hasta 32.845 superior a los 30.000
de los doce años consecutivos anteriores y que equivale a casi 26 suicidios por cada
100.000 personas. Esto equivale aproximadamente a un suicidio cada 15 minutos. En
comparación, el Reino Unido tenía una tasa de aproximadamente 9 por cada 100.000, y la
tasa de EE.UU. estaba en torno a 11 por cada 100.000. La tasa de suicidio japonesa es
especialmente alta entre los países industrializados.
En 2007, Japón ocupó el primer lugar entre los países del G8 en los suicidios femeninos y
en segundo lugar, detrás de Rusia, en los suicidios masculinos.
La localización más frecuente de suicidios está en Aokigahara, una zona boscosa en la
base del Monte Fuji. En el período anterior a 1988, cerca de 30 suicidios ocurrieron allí
cada año. En 1999, se produjeron 74, el registro en el año 2002 descubrió que se habían
hecho allí 78 suicidios. El área es patrullada por la policía en busca de suicidas, y ese
mismo año 83 personas con la intención de suicidarse fueron encontradas y puestas bajo
custodia protectora. Las vías del ferrocarril también son un lugar común para el suicidio, y
la rápida línea Chuo es particularmente conocida por sus altas tasas de suicidas.
CAUSAS DEL SUICIDIO.
Culturales y Socio-demográficos.
Los problemas socioeconómicos, los bajos niveles educacionales y el desempleo son
factores de riesgo para el comportamiento suicida pues limitan la participación social
activa del adolescente, impiden la satisfacción de las necesidades más elementales y
coartan la libertad de quienes los padecen.
Los factores asociados a la cultura adquieren una importancia capital en la conducta
suicida entre las minorías étnicas, quienes se ven sometidos a un proceso de coloniaje
cultural con pérdida de la identidad y sus costumbres y también se hace patente entre los
inmigrantes. Oberg fue el primero en utilizar el término “shock cultural” para referirse al
proceso de adaptación del inmigrante, el cual se caracteriza por:
o Esfuerzos constantes por lograr adaptarse a la nueva cultura.
o Sentimientos de pérdida y pena, motivados por los recuerdos de los amigos,
familiares, la profesión, las posesiones y cuanto se ha dejado atrás.
o Sentimientos de ser rechazado por los miembros de la nueva cultura.
o Confusión en el rol, las expectativas, los valores y la identidad ante la nueva
cultura.
o Sorpresa, angustia, disgusto e indignación ante las diferencias culturales a las que
debe adaptarse.
o Sentimientos de no ser capaz de adaptarse a la nueva cultura.
Entre las razones que pueden contribuir al suicidio de los adolescentes de estos grupos
poblacionales se encuentran extrañar la tierra natal y sus costumbres, problemas con la
pareja, infelicidad, baja autoestima, carencia de amigos o familiares, el aislamiento social
y la falta de comunicación por las barreras que impone el idioma en caso que el país
receptor difiera del natal.

Situación familia y eventos vitales adversos.


La situación de la familia del adolescente suicida garantiza su infelicidad e impide su
crecimiento emocional, pues son comunes:
o Presencia de padres con trastornos mentales.
o Consumo excesivo de alcohol, abuso de sustancias y otras conductas disociales
en algunos de sus miembros.
o Antecedentes familiares de suicidio o intentos de suicidio y permisividad o
aceptación de esta conducta como forma de afrontamiento.
o Violencia familiar entre sus miembros, incluyendo el abuso físico y sexual.
o Pobre comunicación entre los integrantes de la familia.
o Frecuentes riñas, querellas y otras manifestaciones de agresividad en las que se
involucran los miembros de la familia, convirtiéndose en generadores de tensión y
agresividad.
o Separación de los progenitores por muerte, separación o divorcio.
o Frecuentes cambios de domicilio a diferentes áreas.
o Rigidez familiar, con dificultades para intercambiar criterios con las generaciones
más jóvenes.
o Situación de hacinamiento, lo que en ocasiones se traduce por la convivencia de
varias generaciones en un breve espacio, lo cual impide la intimidad y la soledad
creativa de sus miembros.
o Dificultades para demostrar afectos en forma de caricias, besos, abrazos y otras
manifestaciones de ternura.
o Autoritarismo o pérdida de la autoridad entre los progenitores.
o Llamadas de atención al adolescente que generalmente adquieren un carácter
humillante.
o Si los padres están divorciados, pero conviven en el mismo domicilio, el
adolescente es utilizado como punta de lanza de uno de ellos contra el otro y se le
trata de crear una imagen desfavorable del progenitor en contra de quien se ha
realizado la alianza.
o Incapacidad para abordar los temas relacionados con la sexualidad del
adolescente, la selección vocacional y las necesidades de independencia.

ESTADÍSTICAS.
Según las estadísticas de la Agencia Nacional de Policía, la media anual de suicidios en
Japón en el decenio de 1988 a 1997 fue de 22.000 personas. En 1998 la cifra se disparó
hasta 32.863, superando por primera vez los 30.000 casos anuales. Desde entonces la
tasa anual se mantuvo por encima de 30.000 durante más de diez años y Japón se
convirtió en uno de los países con el mayor índice de suicidios del mundo.
El incremento de los suicidios de hombres en la cuarentena y la cincuentena, la edad más
productiva laboralmente, resultó especialmente grave. Este agudo crecimiento de la tasa
de suicidio entre los hombres de mediana edad iniciado a finales de los años noventa, en
contraste con la tendencia mundial a la proliferación del suicidio de los hombres jóvenes
ante cambios sociales bruscos, constituye un rasgo peculiar del caso nipón.
¿Por qué crece el suicidio entre los hombres de mediana edad?
El psiquiatra Amakasa Takashi identifica tres factores para justificar el aumento del
número de suicidios entre los hombres de mediana edad:
1. El derrumbe del sistema de empleo de por vida. El recrudecimiento de la crisis
económica en los años noventa dio lugar a la que se conoce como la década
perdida. La recesión provocó que cada vez menos empresas fueran capaces de
mantener el sistema del empleo de por vida que había sostenido el crecimiento
acelerado de la economía japonesa tras la Segunda Guerra Mundial. La caída de
los resultados empresariales convirtió los despidos laborales en un problema
patente.
2. La introducción del sistema de retribución por resultados. Anteriormente en Japón
imperaba el sistema salarial de promoción por antigüedad, pero llegó un momento
en que dejó de ser sostenible. En plena crisis de los noventa se introdujo el
sistema occidental de retribución por méritos. Sin embargo, como el objetivo
principal era recortar costes de mano de personal para hacer frente a la crisis, se
acabó introduciendo un sistema apresurado que imprimió una sensación de
injusticia a los trabajadores.
3. La proliferación del empleo irregular. La contratación laboral irregular también se
popularizó a partir de la década de los noventa. Estos tres factores intricadamente
relacionados afectaron profundamente a las generaciones de hombres en lo mejor
de su carrera laboral y repercutieron en el ascenso de la tasa de suicidios.

ACCIONES DEL GOBIERNO.


A pesar de una progresiva recuperación económica a partir de 2010, las tasas de suicidio
han seguido siendo altas, lo que hace temer al gobierno japonés. En 2007, el gobierno
lanzó un plan de nueve pasos, el "Libro Blanco de la lucha contra el suicidio", con el que
esperaba frenar el suicidio en un 20% en 2017. El objetivo del Libro Blanco es fomentar la
investigación de las causas de suicidio con el fin de evitarlo, cambiando las actitudes
culturales hacia el suicidio, y mejorando el tratamiento de los suicidios fallidos. En 2009, el
gobierno japonés comprometió ¥ 15,800,000,000 a las estrategias de prevención del
suicidio. Naoto Kan, el ex primer ministro, habló de su deseo de "minimizar la infelicidad"
en el país y manifestó en repetidas ocasiones sobre la necesidad de reducir la alta tasa
de suicidios de Japón.
Japón asignó ¥ 12,4 mil millones (133 millones de dólares) en activos de prevención del
suicidio en el año fiscal 2010 que terminó en marzo de 2011, con planes para financiar el
asesoramiento público para las personas con deudas abrumadoras y los que necesitan
tratamiento para la depresión.
En medio del aumento global de la muerte autoinfligida de 2009, el Gobierno afirmó que
no ha habido signos alentadores desde septiembre. La Oficina del Gabinete dijo que el
número de suicidios mensuales se redujo mes a mes entre septiembre de 2009 y abril de
2010. De acuerdo con cifras preliminares recopiladas por el NPA, el número de suicidios
se redujo un nueve por ciento respecto al año anterior.
¿El hecho de que la tasa de suicidios significa que las cosas están mejorando?
De una forma, sí. En 2000, el gobierno se propuso el reducir un tercio del índice anual de
suicidio para el 2010. Dos años después, el comité expuso propuestas para la prevención
del suicidio, haciendo énfasis en la detección preventiva. Esto también creo guías para
ayudar a las personas a identificar trabajadores o vecinos con síntomas de depresión.
Quizás gracias a todos estos esfuerzos, los suicidios en el 2006 se redujeron
dramáticamente entre las personas de entre 40 a 59 años y en general entre la población
masculina, comparado con años previos.
La mala noticia es que 3.6% más de mujeres cometieron suicidio, al igual que 3.4% más
de jóvenes hombres durante ese mismo periodo.
El suicidio fue de hecho la mayor causa de muerte ese año entre personas en el rango de
edad de 20 a 39, de acuerdo a las cifras del ministerio de salud.
Un estudio en la Universidad de Hokkaido publicado en 2007 reveló que
aproximadamente el 4.2% de estudiantes entre el cuarto grado y el primer año de
secundaria sufrían de depresión.
Como el consejero de prevención del suicidio Saito hizo notar, las personas se suicidan
por una gran variedad de razones y las causas exactas son difíciles de identificar. En
efecto, el estudio realizado por la Universidad de Hokkaido no encontró relación entre el
estilo de vida de los jóvenes deprimidos y su estado mental.

IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN INFANTIL PARA PREVENIR EL SUICIDIO.


Para un país como Japón, donde el envejecimiento y la baja natalidad son cada vez más
problemáticos, la prevención del suicidio es un factor imprescindible para proteger la
preciada vida de la población infantil. De los aproximadamente 24.000 suicidios anuales
que sufre Japón, solo unos 300 corresponden a víctimas menores de 18 años. La discreta
proporción de estos casos ha conllevado una notable falta de motivación a la hora de
tomar medidas para resolver el problema del suicidio infantil.
En Estados Unidos hay estados que han empezado a impartir educación para la
prevención del suicidio dirigida directamente a los niños. El contenido de la formación
suele poner especial énfasis en las siglas ACT: Acknowledge (darse cuenta de las
preocupaciones de los compañeros), Care (tener consideración con los compañeros que
tienen problemas), Tell a Trusted Adult (no intentar resolver los problemas entre niños y
consultar a un adulto de confianza). Se trata de un sistema de ayuda que encaja
perfectamente con los dos grandes principios de la salud mental que mencionábamos
arriba: 1) detectar los problemas precozmente y 2) saber buscar ayuda.
La educación para la prevención del suicidio dirigida a los niños contribuye a conservar la
salud mental no solo durante la infancia sino también durante el resto de la vida. En su
larga vida las personas se encuentran con todo tipo de problemas, y lo importante es no
quedárselos para uno mismo sino compartirlos con alguien. Implantar en una edad
temprana, cuando todavía se está formando el carácter, la idea de que compartir los
problemas ayuda a solucionarlos puede contribuir a la salud mental posterior de los
individuos. En este país en que el suicidio en la mediana y tercera edad representa un
grave problema social, la educación infantil para la prevención del suicidio puede dar sus
frutos a largo plazo.
El suicidio se produce cuando una persona que se siente alienada de la sociedad y ha
perdido el vínculo con los de su alrededor, tras luchar una solitaria batalla, se encuentra
sin ninguna otra alternativa. El primer paso para prevenirlo es reconocer el problema
precozmente y compartirlo con alguien. Y para ello es necesario crear una sociedad en la
que todos los miembros estén alerta para captar las señales de socorro de aquellos que
los rodean y acudir rápidamente en su ayuda cuando lo necesiten.

PREVENCIÓN Y CONTROL DE SUICIDIOS EN JAPÓN


Según nuestros datos e indagaciones, los suicidios son prevenibles. Existen algunas
medidas que se pueden adoptar entre la población, los grupos de población y las
personas para prevenir el suicidio y los intentos de cometerlo. Esas medidas incluyen:
● Restricción del acceso a los medios de suicidio (por ejemplo, plaguicidas, armas
de fuego y ciertos medicamentos);
● Información responsable por parte de los medios de comunicación;
● Introducción de políticas orientadas a reducir el consumo nocivo de alcohol;
● Identificación temprana, tratamiento y atención de personas con problemas de
salud mental y abuso de sustancias, dolores crónicos y trastorno emocional agudo;
● Capacitación de personal no especializado, en la evaluación y gestión de
conductas suicidas;
● Seguimiento de la atención dispensada a personas que intentaron suicidarse y
prestación de apoyo comunitario.
El suicidio es un problema complejo y, consiguientemente, las actividades de prevención
exigen la coordinación y colaboración de múltiples sectores de la sociedad, incluidos los
de salud, educación, trabajo, agricultura, comercio, justicia, derecho, defensa, política y
medios de comunicación. Esas actividades deben ser amplias e integradas, dado que
ningún enfoque individual por separado puede tener efecto en una cuestión tan compleja
como el suicidio.
CONCLUSIONES.
Ante todo esto, reflexionamos bastante sobre qué es lo que se aprendió, conoció, estudió,
y quizá, tenga mucho que ver nuestro sentido como humanos de querer entender y
ayudar a solucionar un problema que no pertenece a nuestra sociedad, pero que si
pertenece a nuestra raza humana, y que, a pesar de haberse convertido en un problema
grave, la sociedad y gobierno Japonés, pusieron mucho de su parte para poder superar
esto, vencer algo cultural que se remonta desde hace varios años ya, pero que con
mucho esfuerzo se ha ido superando, aunque aún falte un camino largo por delante, la
situación actual de Japón ya no es un problema social, y gracias a todo este trabajo, ya no
encabezan la lista de los países con un índice de suicidios más altos del mundo, por lo
que los frutos de todo ese esfuerzo se hace notar, hablando de un periodo aproximado de
10 años, en los que se redujo en un 60% los suicidios, y que al día de hoy, continua
bajando, gracias a todas las acciones y medidas implementadas, además del apoyo
brindado por un sin fin de personas, y lo más probable, es que en unos años, este
problema termine por completo.

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