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Reinterpretar el Caribe*

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Definición

¿Qué se entiende por Caribe? La respuesta con frecuencia tiene


que ver con la perspectiva que se adopte y el contexto en que se
presente. En la región, los anglófonos acostumbran hablar y pen­
sar acerca del Caribe refiriéndose a las islas de habla inglesa o a
los Estados miembros de la Comunidad del Caribe (CARICOM).
Algunas veces la frase "The wider Caribbean" es empleada para
aludir, en realidad, a "los otros". En la bibliografía hispánica, el
Caribe suele aludir a las islas donde se habla español solamente,
o a Las Antillas -toda la cadena de islas. No hace mucho se
comenzó a distinguir entre el Caribe in sular -las islas- y el
G ran Caribe ( G reater Caribbean ) o la cuenca completa. Entre
los académicos, "el Caribe" es una categoría socio-histórica que
nombra a una zona cultural caracterizada por el legado esclavista
y el sistema de plantación. Comprende las islas y partes conti­
guas de tierra continental -y puede extenderse hasta incluir la
diáspora caribeña allende al mar. Como anota un académico, exis­
ten en realidad muchos Caribes (Gaztambide-Geigel, 1996: 84).
Tal diversidad se refleja en la composición de las organizacio­
nes regionales. CARICOM nació como un grupo de Estados an­
glófonos principalmente, aunque recientemente incluyó a Surinam

* Tomado de Revista Mexicana del Caribe, No. 7, 2000.

21
Y procura incorporar a Haití. CARIFORUM está conformado por
l
C. L. R. James (1938)1 y Eric Williams (1944, 1970),2 el grupo
las entidades caribeñas firmantes de la Convención de Lomé, e presentó una visión del Caribe como parte integrante de la "plan­
incluye a CARICOM, Haití y la República Dominicana. La As o­ tación americana". Las similitudes en cuanto a historia y cultura
ciación de Estados del Caribe (AEC) reúne a Estados de toda la fueron destacadas gara contrarrestar las diferencias en lenguaje
cuenca. La mayoría de los territorios coloniales en el Caribe no o influencia colonial. En palabras de Best:
pertenecen a CARICOM, CARIFORUM o a la AEC; sin embargo,
muchos son miembros del Comité de Cooperación y Desarrollo Es cierto que [el Caribe] incluye las Antillas --mayores y
Caribeño (CCDC) de la Comisión Económica para América La­ menores- y las Guyanas... Pero muchas veces el Caribe
tina y el Caribe (CEPAL). La CCDC excluye a gran parte de los también incluye el litoral que rodea nuestro mar..., lo que
Estados de la cuenca; la membresía se corresponde rígidamente estamos tratando de abarcar en nuestro esquema es el fun­
con la pertenencia al Caribe insular. damento cultural, social, político y económico de la "plan­
En resumen, la definición del Caribe podría fundamentarse en tación de azúcar'', variante del pensamiento colonial (Best,
el idioma y la identidad, en la geografia, en la historia y la cultu­ 1971:7).3
ra, en la geopolítica, en la geoeconomía o incluso en la pertenen­
cia a un organismo regional. El término en sí mismo tiene una Para Best esta definición resultó básica en el intento de fijar
peculiar historia. Se originó en la intención de los soldados espa­ un vínculo entre la reflexión intelectual y la libertad caribeña.
ñoles por descalificar a los aborígenes que se resistían a la con­ Existe un paralelismo entre la posición asumida por el antropólo­
quista. Los caribes fueron acusados de caníbales y, por tanto, go haitiano Jean Casimir (1991: 75-77) y el historiador puertorri­
indignos de compasión. Gaztambide-Geigel (1996 : 76, 83) ha queño Gaztambide-Geigel ( 1996: 90-92). Este último considera
mostrado que el nombre de Caribe comenzó a ser usado para de­ el Caribe como parte de Afro-América Central, y señala que tal
nominar la región al final del siglo x1x, en el contexto de la ex­ nombre procede de una concepción etnohistórica de la región.
pansión estadounidense hacia la frontera sur. Expresiones La visión regional del Caribe no se limita a la perspectiva
posteriores de tal denominación fueron la Comisión Anglo-Ame­ etnohistórica. Como muestra de resistencia, la noción de "cuenca"
ricana del Caribe (organizada en 1942, y conocida después como
Comisión del Caribe) y la Iniciativa de la Cuenca del Caribe 1 El libro de James sobre Ja Revolución haitiana. The Black Jacohins, fue reeditado en

impulsada por el presidente Ronald Reagan en la década de 1980 : 1962 con un nuevo apéndice titulado "From Toussaint L 'Ouverture to Fidel Castro".
Desde entonces ha sido impreso en varias ocasiones, con traducciones al francés y al
De modo que tanto el nombre como su aplicación posterior a una italiano. y ha tenido una fuerte influencia en el pensamiento de varias generaciones
zona geográfica fueron invenciones de los poderes imperiales. de intelectuales del Caribe anglófono.
'Williams -un historiador de Trinidad. quien más tarde pasó del movimiento naciona­
Lo que resulta significativo son las redefiniciones subsecuen­
lista a ser primer ministro de Trinidad y Tobago- analizó la relación entre esclavi­
tes del concepto Caribe, elaboradas por académicos de la región tud. comercio de esclavos y auge del capitalismo industrial británico. Trabajó para la

como expresiones de resistencia intelectual y política. Esto fue Comisión del Caribe en Puerto Rico antes de incursionar en la vida política de Trini­
dad. En 1970. el mismo año en que apareció el libro de Williams, From Columbus to
particularmente notable en el caso del New World Group, que Castro. Juan Bosch. el líder nacionalista de República Dominicana. publicó un librll
surgió en el Caribe anglófono durante la década de 1960. Guiada en cspai\ol con un nombre casi idéntico (Bosch. 1983, 1'. ed.: 1970).
3 Originalmente publicado en 1967. El mismo pasaje deja en claro que Ja concepción de
por las ideas del antropólogo estadounidense Charles Wagley y
Best sobre la extensión del Caribe incluye Recife, en Brasil, y las Carolinas, en Esta­
forjada en los primeros trabajos de los nacionalistas radicales dos Unidos. Véase el clásico de Beckford. Persisstent Poverily (1972).

22 23
1
! !

del poder imperial, ha sido invertida por algunos. La visión con


que Gaztambide-Geigel caracteriza al tercermundismo tiene an­ Tablal. Los Caribes
tecedentes, al menos, desde la década de 1940 y ha sido revitali­ Nombre Cobcrtur.a Princi¡>ios j organismos
zada por las élites de México, Colombia y Venezuela, mediante
La Ctcnca del Caribe
.,.
Geopolítico/ •

el llamado Grupo de los Tres (G3). Más tarde esa mirada se con­ Conlin::ntc e islas ICC
(Estados Unidos) 1-cgcm'>nico
solida con el nacimiento de la AEC y del Foro de la Sociedad
El Gra n Caooc 1 Gcocco n;'nnico/
Civil de El Gran Caribe, una organización no gubernamental. Sin Contircnte e islas AEC
(Greater Carihbean) coop eració n
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embargo, se entiende que esas organizaciones tienen como obje­ ---
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Gcosocia1' arti- 1
tivo enfatizar la cooperación y fomentar intereses comunes; cual­ El Gran Caribe 2 cRIES. Foro
Conti1-c1úe e is�1s 1-cgcrrónico,
quier expresión antihegemónica, en caso de presentarse, no se (Greater ( 'aribbean) Civil
mcionalista
plantea de manera explícita. Islas. las tres Guyams y 1
Plantación caribeíia o Etn:>histórico / 1
Por lo tanto, la noción de Caribe ha sido -y está siendo­ "el Caribe" I conu.midadcs ¡AECA
"Afro-Ain5rica Central" antihcgcnnnico
continuamente redefinida y reinterpretada, en función del interés 1-cgras en tierra co111u-c1úal
por ofrecer respuestas a las influencias externas y a los procesos Is�1s. las tres Guyanas y CCDC, AE,
Insular o is�1 caribci'ía Etnohistóri:o
internos. Una posición apropiada es sostener que no hay una de­ Belice CCD
1
finición "precisa" o consumada; el contenido depende más bien Cooperación
eco ro mica.
I C'ARK'OM
del contexto, pero ello debe especificarse con claridad cuando se
Estados anglófonos.
emplee con propósitos descriptivos o analíticos (ver por ejemplo Cari>c de c'ARrc·o�1 fuertes �11os
Surinam. Montscm1t
c ulturales y
la Tabla 1). Desde el punto de vista conceptual resulta útil distin­
guir dos variantes: el Caribe in sular (una categoría sociohistórica ---·-- . - -· . ....
lingüísticos 1
1
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más que geográfica, que incluye las islas, las tres Guyanas y Neocolonial /

Belice) y el G ran Caribe (la cuenca). Desde el punto de vista de Cari>c de GPACP
CARICOM. República
Dominicana. Haití
rcgoc�1ció1t en lcAR!FORU!vl
los organismos regionales, es necesario distinguir el Caribe de ---
t rans ició n
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CARICOM, el de CARIFORUM y el de AEC. En el nivel cultu­ SIGLAS:


ral, la creciente importancia de la diáspora del Caribe insular
AE: Asociación de Economistas del Caribe.
hacia Norteamérica y Europa ha sido reconocida, así que el Cari­ GPACP: Grupo de países africanos, caribeños y del pacífico signatarios de la Conven­
be no es sólo multilingüe, también es trasnacional. ción de Lomé con la Unión Europea (UE).
CARICOM: Comunidad del Caribe. Sus miembros son trece estados anglófonos, Surinam

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y Montserrat, un territorio dependiente de Inglaterra. Haití ha sido admitido en prin­
1! cipio, pero el trámite aun no ha concluido.
'1' 1 CARIFORUM: Miembros caribeños del GPACP. Los miembros son el CARICOM. la
' República Dominicana y Haití.
AEC: Asociación de Estados del Caribe. Todos los miembros son Estados de El Gran
Caribe, más tres territorios franceses ultramarinos (no ratificados como miemb1·os
asociados).
ICC: Iniciativa de la Cuenca del Caribe.
CCDC: Comité Caribeño de Desarrollo y Cooperación de la CEPAL (Comisión Econó­
mica para América y el Caribe). Todos los Estados miembros pertenecen al Caribe
insular únicamente más los territorios ultramarinos de Holanda Y Estados Unidos, así
1
. 1 como tres territorios dependientes de Inglaterra.
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1.1

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Foro Civil: Foro de la Sociedad Civil del Gran Caribe.
en 1976, que Cuba es mayormente una nación latino-africana que
erado de organizaciones no guberna-
CCD: Centro Caribe1io de Desarrollo. un conglom una latinoamerican�, y más recientemente cuando dijo que "la
mentales del Caribe insular.
Económica y Social, una red de cen- gente del Caribe de origen africano son parte de Nuestra Améri­
CR!ES: Coordinación Regional de [nvestigación
tros de investigación ligados a organiza ciones no gubernamentales. ca" (Castro, 1999).
AECA: Asociación de Estudios del Caribe Una ambivalencia similar se percibe en el área no hispánica.
Hasta poco después de mediados del siglo xx, la mayoría de estas
islas se mantuvieron simplemente con el nombre de The West
Identidad
lndies o Las Antillas -británicas, francesas y holandesas-, y
sus habitantes fueron conocidos como West lndian s o antillanos.
La ambigüedad se acrecienta al tratar de considerar un concepto Haití, aislado desde su independencia al inicio de este siglo, era
.
común de "identidad" caribeña. Es verdad que los habitantes de africano, francófono y sencillamente haitiano. A partir de la
la región han sido ambivalentes respecto a aceptar una definición década de 1940, "el Caribe" comenzó a adquirir alguna vigencia
que fue originalmente impuesta desde fuera; la cu�l es aun hoy en las colonias ecropeas, resultado directo de las actividades de
una creación intelectual o política. Los centroamericanos prefie­ la (anglo-americana) Comisión del Caribe y, subsecuentemente,
ren identificarse a sí mismos como pertenecientes al "Istmo" Y del trabajo de historiadores regionales y científicos sociales.
llamar a su costa oriental "el Atlántico". En las islas hispánicas, Para los anglófonos, la transición terminológica se acompañó
la tendencia nacionalista se identifica con América Latina en as­ de la transición organizativa: la fallida West lndies Federation ,
pectos culturales, lingüísticos e históricos. La propia definición impulsada en la década de 1950, fue reemplazada por la Asocia­
.
de "Caribe" se dificultó hasta ahora debido a la negativa conno­ ción de Comercio del Caribe (CARIFTA), de la década de 1960,
tación de su histórica identidad hispana, asociada con el expan­ por la Comunidad del Caribe (CARICOM) y por el Banco de
sionismo norteamericano. Esto también implicó que fuera Desarrollo del Caribe, de la década de 1970. Las primeras dos
conformado con las islas no españolas, bajo la dominación colo­ fueron fundadas, sin embargo, como organizaciones exclusiva­
nial y de vastas raíces negras. Hace poco, en 1987, un importante mente anglófonas. Los anglófonos todavía muestran cierta inco­
escritor puertorriqueño afirmó: modidad ante la definición ampliada de la región: ellos resguardan
[.. ] para nosotros, los puertorriqueños, el ténnino an tillan ía
.
celosamente su identidad West lndian y parecen temer una domi­
tiene significado pleno, pero no los términos caribeíio o nación por parte de las populosas urbes hispanas. Esto se refleja
caribeiiidad. Uno nos congrega en la experiencia histórica en el informe (y en el nombre) de la Comisión Independiente de
y cultural compartida con las Antillas Ma� ores, el ºt�o las Indias Occidentales (Independent West Indian Commission),
-the Caribbean - nos somete a una categona suprah1sto­ . conformada en 1992 por los jefes de gobierno de CARICOM. La
rica, a un invento de la objetividad sociológica, antropoló­ Comisión recomendó a CARICOM profundizar, más que ampliar,
gica o etnológica de origen anglófo�o, objetividad qu� los esfuerzos de ese organismo; el objetivo de extender la coope­
siempre funciona en contra del colomzado, como senalo _ ración regional sería perseguido a través de la formación de la
Fanon (Rodríguez, 1988). Asociación de Estados del Caribe, una más flexible forma de
agrupación (WICOM, 1992).
Fidel Castro debe haber tenido en cuenta el deslinde y las orien­ Podemos decir que tal vez los hispanos tienden a verse como
taciones étnicas implícitas de esta corriente cuando declaró, caribeños y latinoamericanos; los anglófonos como caribeños y

27
26
West In dian . Probablemente los West In dian también incorporen e l registrado por América Central y los Estados insulares que no
elementos de panafricanismo y panhinduismo, que son aspectos pertenecen al CAR(COM (aunque ligeramente menor al que re­
débiles o inexistentes en las sociedades hispánicas. La identidad porta � los países de CARICOM). Dada la amplia disparidad de
puede coincidir en el nombre y estar en contradicción con el con­ tamano entre el G3 y el resto, es comprensible que ellos sean
_
tenido. El proceso de formar una identidad caribeña psico-cultu­ considerados como "las potencias latinoamericanas en el Cari­
ral común, que trascienda las barreras del lenguaje y la etnicidad, � �
be", con el pote ci l para ser actores significativos en la región,
es -en el mejor de los casos- lento y desigual. _
en matena economica y política.
Por su parte las islas holandesas todavía se llaman a sí mismas El balance de la población regional está claramente dividido
"Antillas", aunque se han asociado con diferentes organismos �
en re los Estados del Istmo y el Caribe insular. Como grupo, los
regionales. Los territorios franceses tienen el estatus de departa­ ��
p i es del Ist �o son _ los más pobres de la región; su ingreso per
mentos de ultramar de la República de Francia, y sus habitantes capita promed10 equivale a la mitad del que tienen los países del
son ciudadanos franceses. En ambos casos, la autodefinición ca­ G3 Y de CARICOM. Incluso, existe amplia disparidad de ingre­
ribeña es infrecuente, y cuando la emplean lo hacen para acen­ sos entre los países del Istmo. Costa Rica y Panamá tienen nive­
tuar quizá su particular identidad cultural y, tal vez, para demandar les de ingreso cuatro o cinco veces mayores a Nicaragua y
una mayor autonomía. Honduras. De hecho, estos últimos se encuentran entre los países
En el acápite siguiente, se procederán a examinar las principa­ más pobres en el hemisferio.
les características socioeconómicas del Gran Caribe y del Caribe �
El C ribe insular tiene un ingreso per cápita comparable al
insular. que registra el Gran Caribe. Dentro de este grupo, a su vez, se
observan diferencias notables entre los Estados que no pertenecen
a CARICOM y los que lo constituyen; entre los propios miem­
características socioeconómicas bros de CARICOM, y, finalmente, entre los estados independien­
�es Y �os territorios dependientes. Esas diferencias de ingreso están
Dentro de los países del Gran Caribe existe una amplia dispari­ mfluidas por el tamaño, la ubicación y el estatus político vigente.
dad en cuanto a tamaño, población e ingreso per cápita (en la _ _
La siguiente sección aborda con mayor detalle estas y otras ca­
Tabla 2 se presenta información detallada). La agrupación es do­ racterísticas socioeconómicas del Caribe insular.
minada por los países del G3, cuya población junta suma entre
dos terceras y tres cuartas partes de la población total, del Pro­

11 ducto Interno Bruto (PIB) y de la tierra continental (Tabla 3).


México, con noventa millones de habitantes, tiene una población
más grande que todos los otros países combinados y 46% del PIB
agregado. La población de Colombia es casi igual a la suma de la
que corresponde a todo el Caribe insular, con un PIB que sobre­
pasa al que registran los dieciséis Estados independientes. Vene­
zuela posee tres veces más población y consigna cuatro veces
más PIB que el que corresponde a CARICOM. El ingreso per
cápita en los países que forman el G3 es, asimismo, más alto que

28 29

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Tabla 2. Estadísticas del Gran Caribe

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Guyana francesa*
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* Información PIB 1992.


**Miembros de CARICOM, Cuba, República Dominicana, Haiti y territorios dependientes.
Fuente: basado en información de Ceara Hatton, 1997, Anexo, Tabla 1.

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1:

Tabla 3. El Gran Caribe: Principales grupos de países rias lenguas criollas. Me aquí una paradoja: aunque la mayor par­
te de las entidades del Caribe son hablantes del inglés, la mayoría
Pcr Cá1lita Porccnta.ic Área
Subrc�ión PIB de la gente es hablante del español; al mismo tiempo, el francés
PIB USS de Población tcnitorial
es segundo idioma en importancia. La gráfica siguiente muestra
G3 2.713 68 73 77 la distribución de población por idioma.
--·--

lstiro 1.-J.4 7 15 8 9
Canbc insular 2.759 17 18 14 Hablantes de Hablantes de
Nota: El Caribe insular incluye Belice, Guyana, Surinam y Guyana francesa. PlB per
holandés inglés
cápita es el promedio basado en la población. 1%
Fuente: estimado con base en Anexo, Tabla 2 .
17%

El Caribe insular Hablantes de


Hablantes de francés
El Caribe insular es una subregión extremadamente fragmentada y
español 22%
heterogénea. Con solo treinta y siete millones de habitantes abar­ 60%
ca veintiocho entidades políticamente distintas que poseen una Grafica l. El Caribe: idiomas
gran variedad en cuanto a tamaño, estatus político, ingresos e
idioma. Veintidós tienen menos de un millón de habitantes y, entre Al analizar las características socioeconómicas, nos ha pareci­
ellos, once son independientes. Catorce de los dieciséis estados in­ do útil distinguir, para su mejor comprensión, cuatro subgrupos
dependientes obtuvieron su soberanía en los últimos cuarenta años,4 que combinan los atributos de estatus político, tamaño y ubica­
algunos de ellos en fecha tan reciente como en la década de los ochenta ción; haciendo caso omiso a las diferencias de idioma, sistema
del pasado siglo. Sus sistemas políticos varían: desde democracias político y asociación regional. Los subgrupos son:
parlamentarias multipartidistas --en la mayoría de los países angló­
I. Islas Estado grandes: cuatro países en las Antillas Mayores
fonos- hasta sistemas presidenciales-ejecutivos en muchos otros,
pasando por la democracia unipartidista popular de Cuba. albergan tres cuartos de la población, con un promedio de cer­

Los territorios dependientes pertenecen a cuatro potencias. ca de siete millones de habitantes. Estos son: Cuba, República

Arreglos constitucionales que van desde una amplia autonomía Dominicana, Haití y Jamaica.

interna (como es el caso de Puerto Rico y las Antillas Holande­ II. Islas Estado pequei'ias: nueve países, en su mayoría ubicados
sas), hasta mecanismos de corresponsabilidad entre la adminis­ en el Caribe oriental y en el sur, con menos de 1.5 millones de
tración local electa y las autoridades metropolitanas (como en el habitantes cada uno, y un promedio poblacional de 260 000
caso de los territorios de ultramar de Inglaterra y Francia). Exis­ individuos. Estos son: Trinidad y Tobago, Barbados, las
ten por lo menos seis idiomas oficiales5 y también se hablan va- Bahamas y los seis miembros de la Organisation of Eastern
Caribbean States.

4 Se incluye a Cuba, cuya fecha oficial de independencia es el 1ºde enero de 1959.


111. Estados en tierra continental: Surinarn, Guyana y Belice.
' Español, francés, inglés, holandés, criollo haitiano y criollo de las Antillas Holandesas. IV. Territorios dependientes, cuyo número es de doce.

34 35
Un resumen sobre los subgrupos puede consultarse en la Tabla4, y,
adicionalmente, datos acerca de desarrollo humano y pobreza en
la Tabla 5.

Tabla 4. Caribe Insular: PIB, población y área territorial


!
- ! -T ""'t•
PIB Pcr _; ! 1

Subn•gioncs Porccntajc tota 1


cápita t 995*

Are a
PIB Poblaciún -
le rrito rial 1

Isbs Estado grandes LIOI 30 3 75.9 27.6


rr-. X: -t •n
r,
N ' r1 N
1
Isbs Estado pcqueil:1s 5.215 12.0 3 () 1 1

fatados en tierra
l. 1 7-J. .1.8 55.0
con1iic111al

Territorios dcpcnckntes 1 Ul99 5(i 1 l..J...J.

Total 2.759 1 ()() () IOO.O 100 ()

1,
CARICO\I 2.923 18. () 17 () 59 ()

fatados que m lonnan


25.0 (¡')_ 1 o o o o o o
parte de CARICO\·I < < < < < <
* Promedios

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.....::. <"'! r-.
-

36
Islas Estado grandes

El grupo de cuatro islas Estado, con 75 % de la población en la


subrcgión, tiene relativamente bajos ingresos per cápita y niveles
modestos de desarrollo humano. Incluyendo a Haití, uno de los
países más pobres del mundo con muy bajo nivel de vida.6 Cuba,
República Dominicana y Jamaica, por su paiie, tienen un rango
1 : •r, ir,
1 -t: -t de ingreso per cápita entre 1 000 y 2 000 dólares. Cuba, seguida
"
1 -t
- ! por Jamaica, tiene mejores resultados en niveles de bienestar com­
1

1 parado con el ingreso per cápita. 7 La incidencia de pobreza es


muy alta en Haití, en donde dos tercios de la población vive por
i'
debajo de los niveles de pobreza; de manera significativa, en Ja­
maica y en República Dominicana, un tercio y una quinta parte
de la población, respectivamente, viven en absoluta pobreza. En
Cuba se calcula que la sexta parte de la población urbana está en
riesgo de no satisfacer sus necesidades básicas.
Los cuatro países han experimentado una baja o crecimiento
negativo per cápita en las dos décadas más recientes, lo que es
consecuencia directa de caídas en el precio de productos de ex­
portación, deuda y ajustes económicos (República Dominicana y
Jamaica) y, en alguna medida, por los efectos de la inestabilidad
·e:
:1 � política (Haití) y el colapso de la Unión Soviética (Cuba). Como
... -
'.::: resultado, estos países han perdido sustancial terreno en los nive­
ü les de bienestar durante la década de 1990.
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la subregión, alcanza ingresos per cápita y niveles de bienestar
considerablemente más altos que las islas mayores y los estados

6 Haití fue colocado en el lugar 159 de las tablas mundiales de los indicadores de de­
sarrollo humano (HDl) en 1998. Se ha deslizado J4 lugares en el tabulador desde 1991.
7 Esto es medido por la diferencia entre el nivel pcr cápita de PIB ele los países y el
I
1 I' indice de su desarrollo humano (llDI) Pnra Cuba fue de
1.
18 en 1998; para Jamaica, de 9;
¡ para República Dominicana, de
'La clasificación oficial de Naciones L:nidas de un minicstado corresponde a aquel que
tiene menos de un millón y medio de habitantes.

39
,.

de tierra continental. Su porcentaje de ingreso per cápita es 4. 7 subregión. A pesar de su .baja densidad poblacional, el área es
veces más que las islas Estado grandes, y todos ellos están clasi­ relativamente pobre. Los ingresos per cápita son similares a los
ficados como poseedores de un alto nivel de bienestar en las es­ registrados por las islas grandes, aunque Belice es considerable­
tadísticas del Human Development Report (UNDP, 1998). El mente más rico en porcentaje que los otros dos. Ambos, Guyana
crecimiento económico en las últimas dos décadas, o en los y Surinam, tienen una estructura de exportación básicamente para
a!los 1990, ha sido impulsado por el sector turismo, los servicios productos primarios -bauxita en el caso de Surinam; bauxita y
bancarios off:shore, la manufactura, la exportación de plátano y azúcar en el caso de Guyana- y ambos han sido negativamente
las industrias de base energética. Las inversiones también han afectados, desde 1980, por la veleidad del mercado de esos pro­
sido fuertes debido a la estabilidad política y social, y al exitoso ductos. Los conflictos derivados de la política interna también
manejo macroeconómico en la mayoría de los casos. En algunas
han empujado la declinación económica. Apenas Surinam resen­
de las islas más pequcfias, los frutos del crecimiento económico
tía el retiro de la ayuda holandesa, en 1980, cuando se hizo pre­
han sido distribuidos amplia y equitativamente, gracias a la exis­
sente un golpe militar. Por otro lado, la economía de Guyana
tencia de pequefias ciudades, a la diversificación del turismo ' al
experimentó un colapso y fuga de capitales durante la dictadura
cultivo de plátano y a una decidida política social.
de Burnham, entre las décadas de 1970 y 1980.
A pesar de lo anterior, problemas de pobreza y vulnerabilidad
proyectan su sombra sobre el futuro de estos territorios. En seis
Territorios dependientes
de los nueve países, la incidencia de la pobreza es mayor a 15%,
y alcanza más de 20% en Trinidad y Tobago y en dos de las islas
Los doce territorios dependientes suman 14% de la población en
Barlovento, mientras que en Dominica rebasa 30 %. La produc­
la subregión y tienen, relativamente, altos ingresos per cápita.
ción de plátano de las islas Barlovento, que enfrenta un veto de la
Puerto Rico predomina en este subgrupo en términos de pobla­
Organización Mundial de Comercio en contra del tratamiento
ción y PIB. Este territorio posee 10% de la población y el 42%
preferencial que recibe bajo el régimen de importación de Estados
del PIB de la totalidad del Caribe insular.
Unidos, amenaza con dislocar la economía local (Lewis, 1999).
Los factores detrás de los altos ingresos de los territorios de­
La vulnerabilidad de las islas de Barlovento y Sotavento ante los
pendientes son similares a aquellos aplicables a las islas Estados
desastres naturales es evidente por el continuo dafio que causa la
pequefios, con la ventaja adicional del estatus dependiente. Los
época anual de huracanes; lo mismo ocurre con Monserrat, debi­
do a las erupciones volcánicas que dislocan a toda la comunidad. recursos transferidos para mantener los servicios sociales en
1¡'1 La estratégica localización de las islas en la principal ruta del las dependencias de Estados Unidos y Francia son substanciales.
tráfico de drogas de Sudamérica a N01ieamérica y Europa, las Los territorios en el Caribe de Inglaterra y Holanda se han con­
expone a las actividades de grandes organizaciones criminales vertido en el mayor centro de servicios bancarios off-shore, to­
cuyos vastos recursos sobrepasan las prevenciones de los siste­ mando ventaja de las facilidades políticas asociadas con la
mas locales. protección colonial. La mayor parte de los territorios dependien­
tes tienen una gran industria turística y pequeñas poblaciones,

Estados en tierra continental una combinación que inevitablemente conduce a altos ingresos
per cápita.
Los tres Estados ubicados en tierra continental abarcan 55% del
área territorial, pero solo 4% de los habitantes viven en la

40 41
La diáspora caribeña En síntesis, el Caribe insular tiene un pequeño núme_
ses densamente poblados que viven en condiciones no muy
�­

Una consecuencia de las anteriores tendencias ha sido el conti­ de


mejantes a las del resto del Gran Caribe; y un extenso número
nuo crecimiento de migraciones intraregionales y el flujo de mi­ los cuale han
miniestados y territorios dependientes, algunos de �
gración externa. Esto no es un fenómeno nuevo, la migración de asegur ar relativ ament e altos ingres os r: iedian te
sido capaces
i
Es
intrarregional data de finales del siglo xrx. Corrientes contempo­ la especialización en el turismo y en los servicios finan�,ieros.
ráneas, a causa de los excedentes laborales, están orientadas a la posible que ingresos diferenciales dentro de la subre � ion se � a­
i �
expansión de la economía del turismo y de los servicios en las yan ampliado en las últimas dos décadas de maner a mtra-r egio­
islas pequeñas y en los territorios dependientes, dentro de una nal no tanto de manera intranacional.
crisis que afecta economías como las de Haití, Jamaica, Repúbli­ Las crecientes presiones exteriores de cambios en el mundo de
ca Dominicana, Guyana, Dominica y -más recientemente­ la economía y otros desafios de la globalización, durante la déca­
los
Cuba. La migración externa también ha crecido sustancialmente. da de 1990, incidieron en las dificultades experimentadas por
países más poblados de la región y en la �nc� rtidum bre que cam­
Aunque este fenómeno no ha sido investigado como merece -par­ e el
ticularmente en lo referente a la migración intracaribeña-, los pea hoy en algunos de los pequeños temtono�. La pobreza :
s
indicadores siguientes ilustran su relevancia. mayor problema en los países grandes y en vanas de las p�quena
islas, a pesar de altos ingresos per cápita. �ncl�so las so�iedade
s
La pérdida neta de población en la región dentro del perio­ los temto nos depen diente s­
relativamente prósperas -incluidos
do 1950-1989 ha sido estimada en 5.5 millones (Guengant, 1993, que,
son en grado sumo vulnerables a los efectos del mercado
citado en Samuel, 1996: 8), lo que equivale a 15% de la pobla­ busca n­
desde luego, escapan a su control. Los caribeños sigue�
ción actual en la región. Al cierre de la década de 1980, Haití, re lo
do formas de sobrevivencia y de vida mejor, como siemp _
nc a­
Cuba, Jamaica y Puerto Rico tenían, respectivamente, casi un han hecho . Pero para la subregión, vulnerabilidad, difere �
millón de connacionales con residencia en el extranjero. Al final las mayo res temas de dis-
ción y fragmentación continúan siendo
de la década de 1980, el porcentaje de habitantes residentes en el cusión.
extranjero fue: 40% para Jamaica y Guyana, 36% para Surinam,
23% para Puerto Rico, 25% para Trinidad y Tobago, 15% para
1
Regionalismo en el Caribe insular
1
Haití y 10% para Cuba. A principios de la década siguiente, la
!
población que vivía fuera de República Dominicana remitió un y en el Gran Caribe
1 11
i !
'
monto en dinero igual a 71% del valor de las exportaciones de su
país, un 32% en el caso de Haití, un 29% en el de Jamaica y 17% La integración regional, o al menos la cooperación, ha ad� uirido
en el de Barbados (Samuel, 1996, tabla 6). En Jamaica, las remesas cada vez más relevancia, como la más asequible estrategia para
han sido la fuente de más rápido crecimiento en el flujo de inter­ encarar los retos que supone la globalización y -como contra­
cambio extranjero en la década de 1990. En consecuencia, la parte- el riesgo de la marginación en el Caribe in� u ar Y en el �
Caribbean Diaspora es indudablemente una importante fuente Gran Caribe. Algunas muestras del renovado proposito por fo­
de ingreso doméstico en muchas de estas sociedades, así como mentar la cooperación regional lo constituyen, durante la década
un aspecto insoslayable de la manera en que la gente, las fami­ de 1990, el reporte de la Comisión Independiente de las ln i_ �s �
lias, participan directamente en el desarrollo de la región. Occidentales (Independent West Indian Commission), la expansion

42 43
1' 1
1 1;
¡,l!j
1.!ull
de C'ARICOM, la formación de CARIFORUM y la creación de de, como se sabe, a un fenómeno de amplia cobertura en el he­
la Asociación de Estados del Caribe. Asimismo, a lo largo del misferio, un fenómeno global que surgió en los años de 1980 Y
hemisferio se han multiplicado los esfuerzos por consolidar 1990; es simultáneo al crecimiento de los movimientos feminis­
Mercosur, la Comunidad andina y el Sistema de Integración Cen­ tas y ambientalistas, a organizaciones domésticas, así como a la
troamericana (SICA) -en respuesta a la formación del Tratado erosión del Estado, a la declinación de los partidos de izquierda,
de Libre Comercio de Norteamérica (TLCN) y a la necesidad de al retroceso de los sindicatos y a la caída de la URSS. Merced a
diversificar sus mercados. su condición no burocrática y a su naturaleza flexible, previsora
Es evidente que la integración regional no podrá suplir las ca­ y racional -en comparación con las estructuras oficiales exi� ­
rencias expresadas en los niveles nacionales. Las premisas para tentes-, estos movimientos podrían convertirse en agentes p n­
un efectivo regionalismo residen en la estabilidad política, la co­ vilegiados para promover los procesos de integración en el mvel
hesión social interna y la coherencia de la administración públi­ ciudadano.
ca. Algunas sociedades en el Caribe insular enfrentan severas
crisis de gobemabilidad y de legitimidad política, como son los
casos de Haití, Guyana, Surinam, Jamaica y eventualmente Tri­ ttacia el futuro
nidad y Tobago.
En ese contexto, el surgimiento de la AEC como un organismo En el ocaso del siglo x1x, el Caribe aun no había sido inventado.
intergubernamental del Gran Caribe resulta muy significativo El estatus de Estado-nación en la zona era, con mucho, un privi­
Y
(Byron, 1998). AEC se propone fomentar esfuerzos de coopera­ legio de los poderes imperiales. El Caribe inglés, fran�és l�o­
ción, entre otros rubros, en el comercio, el transporte y el turis­ landés descansaba en las aguas estancadas de los 1mpenos
mo. Los miembros principales de AEC ya pertenecen a grupos europeos. Haití y República Dominicana vivían relativamente ais­
integrados: México está adscrito al TLCN; Colombia y Venezue­ lados. Martí murió peleando por una Cuba libre y por Nuestra
la, al Grupo Andino; América Central y los Estados anglófonos, A mérica, pero Cuba y Puerto Rico pasaron por un proceso �n el
al SICA y al CARICOM, respectivamente. Un área de libre co­ que remplazaron una sujeción imperial por otra. Poc?s pudier�n
mercio de la AEC es por tanto improbable, como son las negocia­ avizorar en su momento los cambios que traería el siglo xx. Sm
ciones externas de acuerdos de comercio. Pero la existencia de embargo, esos cambios ya estaban en proceso. Los P?der�s �urop�os
AEC, cuya sede está en Puerto España, estimula el interés en el se e•,frascaron en una fiera rivalidad imperial que implico no solo
intercambio educativo, los programas de aprendizaje lingüístico; dos guerras mundiales, sino la transformación sustancial del mapa
olo­
facilita el comercio y enfatiza la sustentabilidad turística. político del mundo y la creación de condiciones para la des�
Otro notable punto es el creciente papel de las organizaciones ya había comen zado a cucst10 nar
nización. En Jamaica, Garvey
no gubernamentales en la región. En el Caribe se ha formado un ad colo ial, lo que
el orden racialmente estratificado de la socied �
Centro Caribeño de Políticas de Desarrollo, y en la región del significó un prime r paso hacia la conce pción de una Africa un ­ �
_ �1-
Istmo --entre otros ejemplos loables-, se ha impulsado la Ini­ da, un hogar para los negros liberados mentalmente de la d1s�
c10n
ciativa Civil para la Integración Centroamericana (Serbin, 1998). minación racial. En cuanto al Caribe inglés, la segunda genera
Además, en años recientes se celebraron dos reuniones del Foro de negros libres había asegurado el acceso a la
_
e ?ucació n _ Y
�arti­
,
Permanente de la Sociedad Civil del Gran Caribe1 que es promo­ cipaba del proceso de enseñanza, lo que p�rm1t10 el surg1m_1ento
s
vido por CRIES. El nacimiento de este tipo de actores correspon- de dirigentes como C.L.R. James, de Tnmdad, y otros, qmene

44 45
-

iniciaron los movimientos laborales y de independencia en la dé­ de una comunidad, y con facultades de acción autónoma. Algunas
cada de 1930. En Cuba el sueño de Martí se negó a morir: sesenta quizá se conviertan solo en lugares para residir por algún tiempo,
años después inspiró a Fidel Castro y a la Revolución Cubana . para visitar, para descansar o para retirarse. En cualquier caso,
La base social para un Sandino, un Manley I y II, un Williams, un aquellos legados del siglo xx que puedan convalidarse en el inte­
Jagan y un Bishop estaba definida. rés de la gente de la región, serán apreciados y remodelados. El
La semilla de los cambios que guiarán el siglo xxr ha sido co­ resto será descartado y olvidado, y nuestra gente seguirá adelante.
locada, no obstante que seamos incapaces de prever la dirección
que tomarán dichas transfonnaciones. La globalización capita­
Bibliografía
lista y la ideología del progreso están siendo cuestionadas, tanto
como lo fue el imperialismo hace cien años. Frente a estas, figura
el legado de las ideas e instituciones que fueron forjadas por los BECKFORD, GEORG E ( 1972): PersistentPoverty:
Underdevelopment
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emergiendo como marco de referencia insoslayable. Ser sobera­ New World Group Ltd., pp. 7-26. (Originalmente publicado en
New World Quarterly, vol. 3, No. 4, 1967.)
no en la época de comunidad global será menos un asunto de
BosCH, JuAN ( 1983): De Cristóbal Colón a Fidel Castro: El Ca­
autoridad estatal-formal y más un asunto de capacidad para des­
ribe, Frontera Imperial. La Habana: Editorial de Ciencias So­
plegar autonomía y estrategias dinámicas en todos los niveles,
ciales (Ira. ed., 1970).
comenzando con el ámbito de acción de la comunidad. Ser regio­
BYRoN, JEsSICA ( 1998): "The Association of Caribbean States:
nal implicará descubrirse como parte de una identidad, de un pro­
Growing Pains of a New Regionalism?", en Pensamiento pro­
pósito, para actuar en función del interés común.
pio, No. 7, mayo-agosto, año 3, pp. 33-57.
Si el Caribe fue una invención del siglo xx, es evidente que
CASIMIR, JEAN ( 199 1): La Caraibe: Une et Divisible, CEPALC
será reinterpretado y quizá trascendido en el siglo xxr. El Caribe
Nrtions Unies-Editions Henri Deschamps. (Publicado en espa­
del mañana no será exclusivamente una concepción anglófona o ñol como La Invención del Caribe. San Juan: Editorial de la
hispánica; y no estará atado exclusivamente a un espacio geográ­ Universidad de Puerto Rico, 1997.)
fico o a una definición. Será una comunidad que comparta inte­ CASTRO Ruz, FIDEL ( 1999): "Intervention on the Caribbean", En­
reses y estrategias económicas, sociales y políticas, con la cuentro Internacional sobre Globalizacion y Problemas del De­
inclusión de diferentes lenguas y expresiones culturales, sin de­ sarrollo, La Habana, 20 de enero.
mérito de la Diáspora caribeña. La cooperación interestatal figu­ CEARA HATTON, MIGUEL ( 1997): "The Insular Caribbean and
rará entonces como una de tantas esferas de interacción. hemispheric integration", Pensamiento propio, año 2, septiem­
No está claro para nosotros si todas o Ja mayoría de estas so­ bre-diciembre, 1997.
i
'I
1 ciedades sobrevivirán como entidades viables; entidades capa­ CLARKE, LAWRENCE, ed. ( 1997): Essays in Honour of William
i'1I ces de responder a las necesidades sociales y económicas básicas Demas.

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