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Documentología

La Documentología (conjunción del latín documentum -enseñar, mostrar- y de la raíz helena logos -tratado-) es
la disciplina científica que tiene por objeto de estudio, el análisis de los documentos modernos, públicos o
privados, utilizando distintos métodos y técnicas, a fin de establecer su autenticidad o falsedad, plasmando las
conclusiones a las que arriban a través de un informe escrito denominado Pericia Documentológica.
Se ocupa del examen de documentos a efecto de dictaminar respecto de su autenticidad o determinar las
posibles alteraciones de que haya sido objeto.
Breve evolución histórica
La primera alusión a una falsificación de un documento público que cobrara relevancia es ubicada por los
estudiosos del tema hacia el siglo V a.C., en Atenas, Grecia. Sin embargo, en las épocas del Imperio Romano, fue
más común el uso de ardides con fines delictivos, tanto sobre monedas y testamentos, como sobre
disposiciones del César. Tanto así que, en el año 78 a.C fue promulgada por Lucio Cornelio Sila la “Lex Cornelia
de Falsis”, donde establecía la comparación de escrituras cuando se sospechara la veracidad de un manuscrito,
antecedente éste considerado como una primitiva aprobación reglamentada del peritaje caligráfico (Velásquez
Posada, 2004), aunque el procedimiento era precario y poco fiable.
Con el inicio de la Edad Media, tras la caída del Imperio a finales del siglo IV de nuestra era, se detuvo la
evolución de las ciencias jurídicas, sustituyéndose la prueba de testimonios y de comparación por la confesión
del imputado, generalmente obtenida a partir de torturas. Durante este período, proliferaron los títulos
nobiliarios falsos o adulterados, como así también, los privilegios reales y las bulas papales que, al no existir un
método para diferenciar lo falso de lo verdadero, circulaban con total impunidad (Wallace, 1956).
Hacia el 1200, el rey de León y Castilla, Alfonso X “El Sabio”, elabora “El Libro de las Leyes” que más tarde
pasaría a ser conocido como “Las Siete Partidas”: un cuerpo legal redactado con el fin de lograr uniformidad en
la aplicación de la justicia en el reino. Alude en él, por primera vez, a las modificaciones de la escritura que no
persiguen fines criminales o que fueran pensadas para engañar, sino a aquellas que se dan por obra del tiempo y
la naturaleza en una misma persona: no es lo mismo la letra de una persona cuando es joven y sana, decía el
rey, que cuando está viejo y enfermo. Enumera, además, normas para evaluar los escritos impugnados,
erigiendo así los pilares de la profesión de perito en escrituras y documentos controvertidos (Velásquez Posada,
2004).
Con el perfeccionamiento de la imprenta de tipos móviles por Johann Gutenberg hacia mediados del siglo XV, se
vio incrementada la circulación de libros y con ello, la divulgación del idioma escrito con beneficios culturales y
comerciales, pero con la consecuencia negativa de la difusión de nuevas técnicas de falsificación y adulteración
de documentos, que iban evolucionaban a medida que avanzaba la técnica.
Francia fue, sin duda, el origen de los más prestigiosos investigadores en el área documental, principalmente de
corte grafo-psicológico. Basta citar los nombres de Michón, Crépieux-Jamin, Solange Pellat, Locard, etc. De esta
escuela francesa nacen las demás de Europa, principalmente la inglesa con Saubeir y Saudek, la alemana con
Preyer, Meyer, Klages y Scheneickert, y la italiana, con Morelli, Andreani, Ottolenghi y Marchesan.
Es de mencionar, que Jean-Hippolyte Michón, es considerado el padre de la grafología moderna porque fue él,
junto a Desbarrolles, quien desarrolló el primer método de interpretación psicografológica. Por su parte,
Wilhem Preyer, afirmó que la escritura era una manifestación de la actividad cerebral, y como tal, presenta
características similares independientemente del órgano que la ejecuta; afirmación que unos años más tarde,
Edmond Solange Pellat elevaría al grado de “ley de la escritura”, como se verá más adelante.
También la fisiología hizo su aporte, de la mano del francés Hericourt, quien realiza investigaciones sobre la
repercusión de los estados pasajeros de la personalidad en la escritura, centrando la atención en los
movimientos reflejos y el automatismo, desde la perspectiva de su ciencia.
Durante el pasado siglo XX, con la propagación y perfeccionamiento de las técnicas fotográficas, de la óptica, la
informática, los estudios sobre fuentes alternativas de iluminación y su aplicabilidad a la cuestión
documentológica, estudios químico-forenses, etc., también se fue mejorando, estructurando y elevando al
adecuado nivel de erudición a la Documentología y a los profesionales responsables.
Análisis de papel
El perito analiza las características intrínsecas de elaboración del papel, sus dimensiones, tamaño, textura, color,
grosor, y los dispositivos de seguridad.
El invento del papel se atribuye a Tsai-lun de origen chino en el año 105 d.c., y se dice que en el año 751, en la
batalla de Samarcanda, los árabes hicieron prisioneros a varios fabricantes de papel, a quienes les arrancaron el
secreto guardado celosamente durante varios siglos, extendiéndose este por todo el imperio árabe, o sea,
Egipto, Marruecos y España durante los siglos XI y XII.
Fue hasta a principios del siglo XIII cuando el papel fue actualizado por los franceses, quienes lo importaban de
España e Italia, pero fue Juan Gutemberg, quien con el invento de la imprenta dio impulso a la fabricación del
papel.
Por virtud de las diferentes pastas utilizadas en la fabricación del papel, tales como bisulfito, sosa, etcétera, este
nos da una fluorescencia especial bajo la lámpara de Wood, mejor conocida como “luz negra”, y el microscopio
nos permite examinar las diversas fibras que entran en composición del papel, e incluso apreciar el sistema de
fabricación de este.
Análisis de la fibra
Este análisis deberá hacerse al microscopio-estéreo, con el objeto de utilizar el menor papel posible; sin
embargo, puede efectuarse a simple vista siempre y cuando haya suficiente papel disponible; para ello existen
fórmulas químicas que en Francia se les denomina “Norma NF Q 03-001”, que es la que precisa las coloraciones
obtenidas por las fórmulas en las diversas fibras, siendo estas las llamadas “Reactivo de Herzberg”, “Reactivo de
Selleger” y “Reactivo de Lofton-Merr
Examen físico
El estudio del papel versa sobre los siguientes elementos:

 Dimensiones en milímetros.
 Anchura y espaciado del rayado si lo tuviera.
 Configuración externa, mediante fotografía a la luz refleja con 15 o 20 aumentos.
 Configuración interna, mediante microfotografía por transparencia, mojando el papel con tretacloruro de
estaño.
 Matiz del papel y del canto.
 Espesor del papel, utilizando el esferómetro, las irregularidades del espesor y la presión de la escritura se podrán
poner a descubierto por este método.
 Filigranas y marcas de agua.
 Opacidad y transparencia se mide mediante un diafanómetro, midiendo la luz que pasa a trasluz.
 Fluorescencia, examen con lampara de Wood o de luz negra.

Examen de las tintas


Se establece su color, tonalidad, la posible existencia de tintas de seguridad y el origen del solvente.
En el mundo moderno la experiencia y las investigaciones científicas enseñan objetivamente cuales son las
variaciones que la escritura puede sufrir por razón de los elementos usados para su confección. Entre estos
merece especial importancia la tinta, cuya utilidad está al servicio del trazado de letras y dibujos sobre el papel,
y que por su resistencia y permanencia da testimonio de lo escrito.
En todo tiempo, los hombres se han preocupado por buscar las combinaciones, composiciones y mezclas más
adecuadas para su preparación, y señalar al mismo tiempo sus coloridos, intensidades, grados de oxidación,
fijación e indelebilidad, etcétera, a fin de conocer con más facilidad los fraudes, correcciones, borrones y otras
anomalías que ocurren a menudo a consecuencia de su constante uso o empleo.
Las condiciones que debe presentar una tinta para ser buena –dice Guareschi- son numerosas. En primer lugar
su color debe ser intenso, ser fluidas y conservarse sin alteración, resistiendo en cuanto sea posible a los agentes
atmosféricos.
Hay tintas que difícilmente emanan de la pluma por exceso de densidad, principalmente cuando se les mezcla
goma, y hay otras demasiado sucias y pesadas, hechas en masa, que presentan muchos inconvenientes para la
escritura, y también existen preparados poco resistentes, sobre todo los hechos con sustancias vegetales, que
pierden su coloración y su eficacia para los trazados y cuyo uso debiera evitarse a toda costa.

El índice de resistencia de las tintas debe ser elevado para que por medio de reactivos y otras composiciones
químicas no sea fácil borrarlas ni tampoco someterlas al sencillo o cruel efecto de la acción mecánica del
borrador, del raspado, etcétera. De otra manera, la falsificación, adulteración y sustitución de firmas y
manuscritos tendría cabida sin obstáculo alguno y se presentarían para un cumulo de injusticias, engaños y
delitos. Aquí estriba la principal critica que los expositores han hecho a las tintas de origen orgánico, que son
muy propensas a la descomposición, porque pese a que penetran fácilmente en el papel son de poca firmeza y
escasa estabilidad, lo cual no sucede con las hechas a base de polvo fino de carbón, que cobran por ello mas
dureza y persistencia.
El perito debe estudiar, mirando a lo dicho, la intensidad y fluidez de las tintas, consistencia, viscosidad, grado
de penetración, solubilidad y colorido. Esta labor debe relatarse y exponer de una manera bastante detallada
para que los jueces e investigadores encuentren apoyo practico y fundamento dentro de la propia realidad de
los hechos producidos.
En la clasificación de la intensidad y colorido de las tintas, el examen debe partir del termino medio o, mejor
dicho, de un tipo que sirva de punto de relación para el cotejo. Como en el orden de las cosas existen múltiples
relaciones, es muy difícil adoptar un sistema general de tinta-tipo o de estándar; nos limitaremos a decir que
para dicha base debe tenerse presente una tinta negra, de intensidad normal, no muy subida, pero tampoco
muy débil; todo con el fin de que el perito, en sus dictámenes, pueda calificar de distintos tonos dentro de la
graduación de muy intensos, intensos, normales, débiles, muy débiles e ilegibles. Con todo, en la determinación
de matices y coloridos no puede desatenderse la diversidad de tonos verdes, azules, rojos, morados, etcétera,
que ofrecen variadas especies de tintas existentes en el mercado y que cada industria, en su afán competitivo,
prepara para el consumo.
En el estudio de los colores se pasa fácilmente del negro al gris oscuro, y de este al gris medio, para después
invadir al claro hasta llegar, por ley de sucesión, al blanco, fenómeno que se debe al impresión sensorial que van
despertando los cambios de tintas casi imperceptiblemente.
Los defectos por la visión del color, muy principalmente la cromastenia común, o dificultad en que se hallan aun
los sujetos normales por falta de experimentación para distinguir el tono de los colores y diferenciar
exactamente su claridad y poder. Otro de los defectos es la acromatopsia, o ceguera para el color. Son
anomalías que impiden el ejercicio de una prueba o de una observación bien detallada, pues el experimentador
entra al plano de la visión cambiada o anormal sin que logre contrarrestar los inconvenientes de orden físico,
como el contraste, y sin que consiga adaptarse a la verdad del objeto que examina.
Un buen dictamen debe aspirar, por lo consiguiente, a que se alejen de él todos los defectos e ilusiones de los
sentidos. Los errores del juicio, las fantasías de la imaginación, y a que se mantengan las conclusiones sin desvíos
y sin asomos de contradicción y de insuficiencia.
Por otro lado cabe anotar que hay tintas que cambian su colorido inicial entre los tres y diez días siguientes a su
uso, lo cual quiere decir que su intensidad no logra estabilizarse sino mediante la acción del tiempo y del medio
físico que la rodea. En una experiencia y en un cotejo relativos a este fenómeno, debe expresarse claramente el
efecto proveniente del hecho indicado.
La pluma comprueba la fluidez de las tintas: hay tintas que emanan normalmente de aquellas, y hay otras que,
por su constitución grasa, no caen ni obran sino mediante una fuerte presión. Finalmente, existen algunas que,
por su natulareza muy acuosa, fluyen con precipitación. Parece que con la fluidez anda acompañado el factor
referente a la densidad o al peso de la tinta, cuyo valor debe ser mayor que el del agua, si es que se pretende un
buen grado de flujo o emanación. Por falta de este requisito conseguimos, a menudo, que las tintas se rieguen
en el papel y que obliguen la mayoría de las veces al retintamiento, resultando este fenómeno no por obra y
gracia de la labor de la falsificación, del calca, etcétera, sino más bien como un efecto torpe aunque natural.

Antigüedad de las tintas


Sobre la investigación de la edad relativa, los ingenieros químicos y tratadistas forenses contemporaneos:
Eleazar Navarro y Felix Navarro, de nacionalidad mexicana; han desarrollado la estandarización de un método
cromatográfico, fundamentado en la asignatura de transferencia de masas, mismo que aporta una técnica de
aplicación práctica y metódica para la determinación de la aludida “edad relativa”, quienes dedujeron que para
el estudio del proceso de datación documental, se debe estudiar la tinta cuando ha sido plasmada sobre la
superficie de un soporte de papel comercial; una vez ahí, el trazo realizado comienza la cinética de
envejecimiento, que inicia con un proceso de secado con respecto al tiempo, debido a la perdida por
evaporación y desprendimiento de los solventes volátiles, que deriva en la degradación de los colorantes y un
endurecimiento por oxido-reducción de las resinas de cohesión molecular, con base en la polimerización de las
mismas. La cuantía remanente del conjunto de solventes, deja un residuo que se volatiliza lentamente,
pudiendo ser detectado al transcurso de los años, sin embargo la cantidad contenida de éste en un trazo,
únicamente puede ser utilizado para su datación si es monitoreado y/o generado algún valor, mismo que es una
variable independiente de la cantidad de muestra extraída (masa) y formulación de la tinta dentro de la
investigación.
En la actualidad se puede obtener un momento preciso en el tiempo, para el envejecimiento natural de una
determinada tinta plasmada sobre un soporte de papel comercial, basado en las curvas estándar de calibración
artificial, fundamentadas éstas en la concentración másica de los solventes en función del tiempo, con
resultados de ajuste en la extrapolación matemática del modelo.
Por otro lado, se encuentra el método de Metzger, Rall y Hess, al que se le denomino “Proceso de ionización”, ya
que se basa en la difusión iónica, y se debe a la investigación sobre las propiedades de los ácidos clorhídrico y
sulfúrico contenidos en las tintas, libres de difundirse sobre el papel.
Marc Payot, en su escrito titulado “Determinación de la edad de las tintas según los métodos de Metzeg, Rall y
Hess”, en la Revue Internationale de Criminalistique, 1936, pag. 495, nos dice que estos elaboraron unas tablas
de difusión que citamos a continuación:

Primera difusión de los cloruros


 Unos días: comienza la difusión.
 Una semana: los bordes de los trazos comienzan a perder nitidez.
 Un mes: la imagen del trazo aparece en el reverso del papel.
 Dos meses: trazos muy visibles al dorso, donde ofrecen doble anchura que en el anverso.
 Cuatro meses: presentan triple anchura.
 Seis a ocho meses: los trazos parecen muy extendidos, ofreciendo mayor intensidad en los bordes que en el
centro.
 Un año: difusión completa. Se observan manchas extendidas por las regiones inmediatas a aquellas en que se
encontraba el trazo, que aparece en blanco al revelar los cloruros.
Segunda difusión de los sulfatos
Es más lenta que la de los cloruros y casi no se puede comprobar hasta pasado un año. Se produce
aproximadamente de la misma manera que la de los cloruros, con una equivalencia de un año por mes. Se
calcula que habrá terminado al cabo de doce años.
Defectos típicos de los rasgos
Los saltitos microscópicos y las manchas de tinta a lo largo de los trazos son altamente típicos. Estos dos
defectos, muy parecidos a los de las primeras estilográficas, son todavía muy frecuentes en la actualidad, incluso
en instrumentos de las mejores fabricas.
El blanco es debido a la circunstancia de que, al escribir el trazo, una misma parte de la bola establece dos veces
contacto con el papel sin haberse cargado de tinta entre una y otra. También se puede imputar esta anomalía
del trazo al frotamiento de la órbita que enjuga en parte la tinta de la superficie de la bola; pero este último
fenómeno se traduce más bien en surcos en la anchura del trazo, que entonces muestra dos huellas análogas a
las producidas por las puntas de una pluma. El microscopio, especialmente con iluminación lateral, muestra que
el blanco no corresponde a un “levantamiento de la pluma”: el rasgo prosigue de modo normal, pero no se
imprime a consecuencia de la falta de tinta.
A menudo, sobre todo después de curvas bruscas, se encuentran manchas de colorante debidas al arrastre y
depósito sobre el papel de la tinta acumulada en exceso en los labios de la órbita.
Estas pequeñas manchas sobre los trazos son características de las escrituras con bolígrafo. Los de mala calidad
e incluso acumulan tinta en tal cantidad, que el exceso llega a rozar con la superficie del papel: manchas oscuras
o surcos acompañan a los rasgos de diversos puntos. Desde luego, la manera de sostener el bolígrafo influye en
el fenómeno y la anomalía del rasgo hace pensar injustamente en un fraude, siendo así que es perfectamente
normal y debida solo a la mala calidad del instrumento empleado. Este defecto puede mitigarse con la limpieza
periódica de la punta del bolígrafo.

Análisis del texto


Es la parte esencial de un documento. Es en el texto donde se detecta con facilidad la mayoría de las
falsificaciones, ya sea por adición, alteración, sobre posición o supresión.
Falsificaciones por raspado y lavado
Las falsificaciones por raspado y lavado las veremos conjuntamente por ser sistemas muy semejantes. El
microscopio es de gran ayuda, pues nos revela los deterioros dejados por el borrador; el lavado y el raspado
pueden emplearse indistintamente en los escritos con tinta liquida ordinaria, con bolígrafo y en los escritos a
máquina o impresión digital.
Muchas veces el falsificador solamente suprime una palabra, otras sustituye esta por otra. En estos casos se
aplica el método de los rayos infrarrojos que vimos antes, o se revela la palabra primitiva a base de química,
pero esta tiene el inconveniente de dañar el papel.
Entre las sustancias más usadas para hacer desaparecer los trazos de tinta se encuentran los siguientes: agua
clorada, cloruro de etano, ácido oxálico, bisulfito de sodio, ácido crómico en solución sulfurosa, etcétera; pero
los más usados en la actualidad y que han sido comercializados o industrializados, se encuentran los cloruros
decolorantes, tales como el hipoclorito de sosa, llamado también agua de javel; igualmente, tenemos el
permanganato de sosa o de potasa, que por lo común se les encuentra en el mercado la solución dosificada,
envasada en un frasco pardo, juntamente con otra solución de bisulfito de sosa; al aplicarse el permanganato la
tinta palidece de manera progresiva hasta dejar solo una mancha castaña de bióxido de manganeso, y la
solución de bisulfito hace desaparecer cierta mancha; por lo regular un lavado reciente es invisible en
circunstancias normales, pero la mayoría de las veces, aunque no siempre, el papel, con el tiempo adquiere un
tono amarillento en el lugar del lavado.
Por regla general, estas sustancias empleadas para el lavado atacan al encolado del papel y desprenden
parcialmente las fibras superficiales, pero esto no es muy visible, y en la mayoría de los casos el falsificador los
vuelve a alisar o es tan insignificante que no se nota.
El método especifico más usual y el único que tiene aplicación universal es el que nos dice Ch. Sannie y J. Pinel
en su artículo “Busca de los lavados en los documentos”, publicado en Revue de Criminologie et de Police
technique, Vol. IV, 1950. Hablan de la medición comparativa de la conductibilidad eléctrica del documento,
entre la zona sospechosa y la que con toda evidencia no ha sufrido ninguna alteración, ya que el lavado modifica
la carga mineral del papel y, por ende, su conductibilidad eléctrica. Las sales minerales de la carga pueden ser
disueltas y arrastradas por el lavado; pero también es posible que suceda lo contrario: el reactivo puede añadir a
esta carga nuevos elementos minerales.
Falsificación por enmienda
La falsificación por enmienda contempla no solamente el aspecto de los borrones y de las intercalaciones
hechas, sino mira por igual al campo de las superposiciones y de las agregaciones que el falseario idea para sus
fines. En todos casos es necesario un examen detenido sobre cada uno de los rasgos sospechosos, examen que
según, los autores, puede tener cabida dentro del método microfotográfico, si es que se trata de señalar la
discrepancia entre las tintas usadas, o para buscar partículas infinitesimales de materias usadas para esta clase
de falsificaciones, o puede ser también el consistente en una sola amplificación hecha por medio de lentes de
aumento, si lo buscado se relaciona con la fijación de la diferencia de gruesos o de perfiles entre varas plumas.
Por regla general, el falseario no está en capacidad de reproducir el mismo pulso y la misma intensidad del
sujeto que trata de imitar; de aquí que la intercalaciones aparezcan con retintamientos, con matices indebidos y
con distancias mal guardada, sobre todo en lo que se refiere a espacios y márgenes. Las tintas usadas para la
enmienda o para la intercalación a menudo van muy cargadas o, mejor dicho, sobre cargadas, o bien pueden
encontrarse disminuidas en su coloración; si el autor de la falsificación apela al raspado del papel, por causa de
la destrucción del encolado, la tinta puede correrse o regarse a través y a lo largo de las fibras constitutivas de
dichos elementos; otras veces, las superposiciones vienen a ser las huellas y forman la prueba que denuncia el
intento o la realización de una firma alterada o de un documento falso.
Una de las tareas más difíciles que suele plantearse dentro de este tema es la que se refiere a la determinación
de si una escritura es anterior o posterior a otra, y a la par que es difícil es de gran utilidad, ya que por este
sistema se puede llegar a saber si una frase o una cifra fue puesta maliciosamente, con anterioridad o
posterioridad a una firma, a una fecha o a una parte cualquiera del documento; todo con mira a producir
determinados efectos jurídicos. Se ha llegado a concebir o, mejor dicho, se efectúa en la actualidad para resolver
este problema y del de las enmiendas y sustituciones, el método de microfotografía, mediante el cual el nivel de
los cruzamientos y el relieve de los rasgos resaltan con mayor poder y visibilidad en uno y otro caso. La
enmienda hecha encima de un número o de una palabra, por ejemplo, cobra en el objetivo y en la fotografía una
intensidad mayor, muy a pesar de que las tintas usadas sean iguales, o todo el producto dependa de una misma
mano; sin embargo, cuando se trata de tintas diferentes, la tarea es más sencilla; con todo, en este caso el
experto debe tener mucho cuidado en la fotografía mal tomada llegue a ser sorprendido y sometido por
confusiones reales o aparentes y por serios errores.
Por este motivo es bueno advertir que siempre ha sido indicio de grave sospecha el hecho de que en un mismo
documento se presenten rasgos contrarios o discordantes. En este caso, la prueba de la enmienda o de la
intercalación se dirige simplemente al establecimiento de tales discordancias, usando, hasta donde sea posible,
el sistema general de identificación.
Falsificación por calca
En repetidas ocasiones se ha dicho que una excesiva identidad entre dos firmas o entre dos manuscritos, es
prueba evidente de que asistimos a una falsificación por calca.
El sistema de calca por interposición admite la colocación de la pieza o firma que se desea calcar sobre una
superficie plana, que ayude al trazado de los contornos que el lápiz o el punzón han de verificar. Si se emplea
papel carbón o transparente para estos casos, pudiere suceder que la investigación presentase algunos
problemas ya que los resultados obtenidos de esta forma son mejores. El procedimiento pantográfico, usado
también para la calca, llega a descubrirse por la marcada precisión de los trazados que, a la larga, resultan como
un producto artificioso y mecánicamente dibujados.
También debemos tomar en cuenta el hecho de que, en toda tarea de falsificación por calca, el falseario lleva la
mano con mayor o menor lentitud, con mayor o menor precisión y con un sentido más alto o más bajo de lo que
acontece o suele pasar al sujeto normal. Por ello es que los autores hablan de los dedos entorpecidos, de la
incertidumbre en los enlaces y en las terminaciones y, en fin, de las proyecciones recortadas, retardadas o
anuladas.
Falsificación sobre recortes
La falsificación por recortes se hace con partes del material auténtico y el falseario lo utiliza con mira a
reconstruir textos o manuscritos al parecer originales. Por lo regular, su técnica se verifica con la ayuda de las
artes gráficas (fotografía y litografía), aunque bien puede hacerse en forma directa, caso en el cual es más fácil
de descubrir.
Estas en la práctica se identifican por ciertas diferencias sospechosas en el ritmo, en la continuidad y en el
acabado de las letras, y se revelan a través de los calibres y de las alturas crecientes o decrecientes de los
grafismos, ya que por lo común la escritura contempla disminuciones o aumentos parciales, cosa esta que viola
el falseario lo cual lo acusa o lo delata.
Falsificación por imitación libre o servil
Toda falsificación debe seguir, por lo menos la finalidad de que la producción conseguida sea formalmente
suficiente, en la falsificación por imitación libre es necesario seguir de cerca el verdadero sentido o significado
de las palabras y de los rasgos buscados para su exacta reproducción. Y cada vez que se desfigure, se
trastrueque o se desvíe la naturaleza de la escritura que se trata de imitar, puede decirse que los resultados son
negativos y fáciles de descubrir.
La falsificación por imitación servil, por su parte se conoce por las interrupciones, tropiezos, retoques,
tembelequeos y variabilidad intensiva de las tintas. El falseario desconoce la acción dinamográfica de la letra
imitada y por eso incurre en desviaciones micrométricas y en retintamientos subyacentes, muy fáciles de
precisar a través de la lente o microscopio, y esto cuando no incurre en una identidad excesiva o plagiaria que lo
denunciaría a la sola luz de los datos grafométricos.
La imitación servil es el sistema más vulgar de falsificación y, por ende, el más rápido de advertirse. Su uso es
frecuente, pero por demás de alcance nugatorio.

Documentoscopía Es la disciplina que se ocupa del examen de documentos para dictaminar su autenticidad o
las posibles alteraciones de que haya sido objeto. La documentoscopía es una técnica muy antigua y desde sus
inicios ha estado ligada a la criminalística. Hay referencias históricas a través de todas las épocas de la
humanidad; en el antiguo imperio chino, romano. Edad Media, y en la actualidad se constituye en una ayuda
vital dentro de la dinámica época actual.
Antiguamente fue conocida como área de grafoscopía, debido al énfasis en el estudio de la escritura, sin
embargo, el volumen, cantidad, complejidad y crecimiento del tipo de dictámenes solicitados hicieron variar no
sólo su nombre sino también su pasada condición de área.
Sus inicios se remontan al funcionamiento del antiguo Organismo Médico Forense, embrión del actual O.I.J.
hace aproximadamente treinta años. Esta sección recibe solicitudes de todas las autoridades judiciales del país,
así como de todas las dependencias de investigación del O.I.J. El área de estudio de las pericias se centra en la
verificación de falsificaciones entendiéndose con este término la duplicación o reproducción fraudulenta de
documentos o escritura, además se establecen las posibles alteraciones en los impresos o escritura.
Se utilizan básicamente lentes de distintas dioptrías (aumentos), fuentes de luz y filtros con los que se lleva a
cabo observaciones físico comparativas que caracterizan este tipo de trabajo.
De esta manera ingresan toda clase y tipo de documentos: cheques de gerencia, personales, "money arder",
cheques viajeros, facturas, recibos, anónimos, pasaportes, tarjetas de crédito, de débito, pólizas de
desalmacenaje, tomos de protocolos de abogados, marchamos, placas provisionales, licencias, etiquetas y
envoltorios de productos, cédulas, etc.
El personal está integrado por administrativos, técnicos y una jefatura técnica administrativa, la cual según la ley
orgánica del 0.1. J. es el perito oficial.
Concepto de documentoscopía.
Se define como la técnica que trata de establecer mediante una metodología propia la autenticidad de escritos y
documentos y determinar, cuando sea posible, la identidad de sus autores, (tomada de MÉNDEZ-BAQUERO, F.).
La metodología utilizada es la citada en el apartado anterior y denominada físico comparativa, en donde
generalmente se cuenta con material cuestionado y muestras de comparación.
La identidad de autores se establece a través del análisis comparativo de escrituras, por medio de la técnica
denominada grafoscopía o grafotecnia. La grafoscopía es la técnica que realiza estudios estrictamente
comparativos de escritura con fines de identificación de personas a través de las características individuales y de
clase, además si existen alteraciones las localiza y describe.
El documento: partes que lo integran.
Soporte o tipo de superficie: es el área física que contiene la información comunicada en el documento. Esta
varía de forma y composición, por ejemplo un vidrio, espejo, metal, cartón, muros, plástico, etc. Información
comunicada: puede estar expresada por impresiones o escritura, latente o visible.
El documento y la cadena de custodia.
Fijación: por medio de fotografía o vídeo y en forma escrita se asegurará el conocimiento de la ubicación del
documento en relación con el resto del sitio del suceso.
Levantamiento: En ocasiones es necesario observar el documento como una superficie con posibilidades de
contener huellas latentes, razón por la cual será necesario levantarlo con pinzas y guantes.
El tipo de investigación marca la pauta para decidir si el documento es más útil desde el punto de vista
dactiloscópico, documental o de ambos.
Embalaje: El tipo de soporte y sustancia que conforma la información contenida en el documento darán la pauta
para escoger el correcto embalaje. Por ejemplo: una hoja de alguna planta con información escrita deberá ser
embalada en una bolsa plástica con perforaciones y con una temperatura adecuada que permita su
conservación; un cheque, una factura, un recibo con interés únicamente de examen documental puede
colocarse en fólder o sobre de papel o plástico; un espejo con información escrita con jabón deberá ser puesto
en una caja de cartón en la que pueda ser fijado y aislado de las paredes de la misma, etc.
Una descripción detallada de la cantidad y estado de los documentos en un detalle de acta o recibo asegurará la
correcta continuidad de la cadena de custodia.
El documento no debe ser grapado, no se debe prensar con "clips", no doblar o desdoblarse agregársele ninguna
información escrita o impresa, tampoco deberá exponerse a la luz excesiva, a altas temperaturas o humedad.

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