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La Documentología (conjunción del latín documentum -enseñar, mostrar- y de la raíz helena logos -tratado-) es
la disciplina científica que tiene por objeto de estudio, el análisis de los documentos modernos, públicos o
privados, utilizando distintos métodos y técnicas, a fin de establecer su autenticidad o falsedad, plasmando las
conclusiones a las que arriban a través de un informe escrito denominado Pericia Documentológica.
Se ocupa del examen de documentos a efecto de dictaminar respecto de su autenticidad o determinar las
posibles alteraciones de que haya sido objeto.
Breve evolución histórica
La primera alusión a una falsificación de un documento público que cobrara relevancia es ubicada por los
estudiosos del tema hacia el siglo V a.C., en Atenas, Grecia. Sin embargo, en las épocas del Imperio Romano, fue
más común el uso de ardides con fines delictivos, tanto sobre monedas y testamentos, como sobre
disposiciones del César. Tanto así que, en el año 78 a.C fue promulgada por Lucio Cornelio Sila la “Lex Cornelia
de Falsis”, donde establecía la comparación de escrituras cuando se sospechara la veracidad de un manuscrito,
antecedente éste considerado como una primitiva aprobación reglamentada del peritaje caligráfico (Velásquez
Posada, 2004), aunque el procedimiento era precario y poco fiable.
Con el inicio de la Edad Media, tras la caída del Imperio a finales del siglo IV de nuestra era, se detuvo la
evolución de las ciencias jurídicas, sustituyéndose la prueba de testimonios y de comparación por la confesión
del imputado, generalmente obtenida a partir de torturas. Durante este período, proliferaron los títulos
nobiliarios falsos o adulterados, como así también, los privilegios reales y las bulas papales que, al no existir un
método para diferenciar lo falso de lo verdadero, circulaban con total impunidad (Wallace, 1956).
Hacia el 1200, el rey de León y Castilla, Alfonso X “El Sabio”, elabora “El Libro de las Leyes” que más tarde
pasaría a ser conocido como “Las Siete Partidas”: un cuerpo legal redactado con el fin de lograr uniformidad en
la aplicación de la justicia en el reino. Alude en él, por primera vez, a las modificaciones de la escritura que no
persiguen fines criminales o que fueran pensadas para engañar, sino a aquellas que se dan por obra del tiempo y
la naturaleza en una misma persona: no es lo mismo la letra de una persona cuando es joven y sana, decía el
rey, que cuando está viejo y enfermo. Enumera, además, normas para evaluar los escritos impugnados,
erigiendo así los pilares de la profesión de perito en escrituras y documentos controvertidos (Velásquez Posada,
2004).
Con el perfeccionamiento de la imprenta de tipos móviles por Johann Gutenberg hacia mediados del siglo XV, se
vio incrementada la circulación de libros y con ello, la divulgación del idioma escrito con beneficios culturales y
comerciales, pero con la consecuencia negativa de la difusión de nuevas técnicas de falsificación y adulteración
de documentos, que iban evolucionaban a medida que avanzaba la técnica.
Francia fue, sin duda, el origen de los más prestigiosos investigadores en el área documental, principalmente de
corte grafo-psicológico. Basta citar los nombres de Michón, Crépieux-Jamin, Solange Pellat, Locard, etc. De esta
escuela francesa nacen las demás de Europa, principalmente la inglesa con Saubeir y Saudek, la alemana con
Preyer, Meyer, Klages y Scheneickert, y la italiana, con Morelli, Andreani, Ottolenghi y Marchesan.
Es de mencionar, que Jean-Hippolyte Michón, es considerado el padre de la grafología moderna porque fue él,
junto a Desbarrolles, quien desarrolló el primer método de interpretación psicografológica. Por su parte,
Wilhem Preyer, afirmó que la escritura era una manifestación de la actividad cerebral, y como tal, presenta
características similares independientemente del órgano que la ejecuta; afirmación que unos años más tarde,
Edmond Solange Pellat elevaría al grado de “ley de la escritura”, como se verá más adelante.
También la fisiología hizo su aporte, de la mano del francés Hericourt, quien realiza investigaciones sobre la
repercusión de los estados pasajeros de la personalidad en la escritura, centrando la atención en los
movimientos reflejos y el automatismo, desde la perspectiva de su ciencia.
Durante el pasado siglo XX, con la propagación y perfeccionamiento de las técnicas fotográficas, de la óptica, la
informática, los estudios sobre fuentes alternativas de iluminación y su aplicabilidad a la cuestión
documentológica, estudios químico-forenses, etc., también se fue mejorando, estructurando y elevando al
adecuado nivel de erudición a la Documentología y a los profesionales responsables.
Análisis de papel
El perito analiza las características intrínsecas de elaboración del papel, sus dimensiones, tamaño, textura, color,
grosor, y los dispositivos de seguridad.
El invento del papel se atribuye a Tsai-lun de origen chino en el año 105 d.c., y se dice que en el año 751, en la
batalla de Samarcanda, los árabes hicieron prisioneros a varios fabricantes de papel, a quienes les arrancaron el
secreto guardado celosamente durante varios siglos, extendiéndose este por todo el imperio árabe, o sea,
Egipto, Marruecos y España durante los siglos XI y XII.
Fue hasta a principios del siglo XIII cuando el papel fue actualizado por los franceses, quienes lo importaban de
España e Italia, pero fue Juan Gutemberg, quien con el invento de la imprenta dio impulso a la fabricación del
papel.
Por virtud de las diferentes pastas utilizadas en la fabricación del papel, tales como bisulfito, sosa, etcétera, este
nos da una fluorescencia especial bajo la lámpara de Wood, mejor conocida como “luz negra”, y el microscopio
nos permite examinar las diversas fibras que entran en composición del papel, e incluso apreciar el sistema de
fabricación de este.
Análisis de la fibra
Este análisis deberá hacerse al microscopio-estéreo, con el objeto de utilizar el menor papel posible; sin
embargo, puede efectuarse a simple vista siempre y cuando haya suficiente papel disponible; para ello existen
fórmulas químicas que en Francia se les denomina “Norma NF Q 03-001”, que es la que precisa las coloraciones
obtenidas por las fórmulas en las diversas fibras, siendo estas las llamadas “Reactivo de Herzberg”, “Reactivo de
Selleger” y “Reactivo de Lofton-Merr
Examen físico
El estudio del papel versa sobre los siguientes elementos:
Dimensiones en milímetros.
Anchura y espaciado del rayado si lo tuviera.
Configuración externa, mediante fotografía a la luz refleja con 15 o 20 aumentos.
Configuración interna, mediante microfotografía por transparencia, mojando el papel con tretacloruro de
estaño.
Matiz del papel y del canto.
Espesor del papel, utilizando el esferómetro, las irregularidades del espesor y la presión de la escritura se podrán
poner a descubierto por este método.
Filigranas y marcas de agua.
Opacidad y transparencia se mide mediante un diafanómetro, midiendo la luz que pasa a trasluz.
Fluorescencia, examen con lampara de Wood o de luz negra.
El índice de resistencia de las tintas debe ser elevado para que por medio de reactivos y otras composiciones
químicas no sea fácil borrarlas ni tampoco someterlas al sencillo o cruel efecto de la acción mecánica del
borrador, del raspado, etcétera. De otra manera, la falsificación, adulteración y sustitución de firmas y
manuscritos tendría cabida sin obstáculo alguno y se presentarían para un cumulo de injusticias, engaños y
delitos. Aquí estriba la principal critica que los expositores han hecho a las tintas de origen orgánico, que son
muy propensas a la descomposición, porque pese a que penetran fácilmente en el papel son de poca firmeza y
escasa estabilidad, lo cual no sucede con las hechas a base de polvo fino de carbón, que cobran por ello mas
dureza y persistencia.
El perito debe estudiar, mirando a lo dicho, la intensidad y fluidez de las tintas, consistencia, viscosidad, grado
de penetración, solubilidad y colorido. Esta labor debe relatarse y exponer de una manera bastante detallada
para que los jueces e investigadores encuentren apoyo practico y fundamento dentro de la propia realidad de
los hechos producidos.
En la clasificación de la intensidad y colorido de las tintas, el examen debe partir del termino medio o, mejor
dicho, de un tipo que sirva de punto de relación para el cotejo. Como en el orden de las cosas existen múltiples
relaciones, es muy difícil adoptar un sistema general de tinta-tipo o de estándar; nos limitaremos a decir que
para dicha base debe tenerse presente una tinta negra, de intensidad normal, no muy subida, pero tampoco
muy débil; todo con el fin de que el perito, en sus dictámenes, pueda calificar de distintos tonos dentro de la
graduación de muy intensos, intensos, normales, débiles, muy débiles e ilegibles. Con todo, en la determinación
de matices y coloridos no puede desatenderse la diversidad de tonos verdes, azules, rojos, morados, etcétera,
que ofrecen variadas especies de tintas existentes en el mercado y que cada industria, en su afán competitivo,
prepara para el consumo.
En el estudio de los colores se pasa fácilmente del negro al gris oscuro, y de este al gris medio, para después
invadir al claro hasta llegar, por ley de sucesión, al blanco, fenómeno que se debe al impresión sensorial que van
despertando los cambios de tintas casi imperceptiblemente.
Los defectos por la visión del color, muy principalmente la cromastenia común, o dificultad en que se hallan aun
los sujetos normales por falta de experimentación para distinguir el tono de los colores y diferenciar
exactamente su claridad y poder. Otro de los defectos es la acromatopsia, o ceguera para el color. Son
anomalías que impiden el ejercicio de una prueba o de una observación bien detallada, pues el experimentador
entra al plano de la visión cambiada o anormal sin que logre contrarrestar los inconvenientes de orden físico,
como el contraste, y sin que consiga adaptarse a la verdad del objeto que examina.
Un buen dictamen debe aspirar, por lo consiguiente, a que se alejen de él todos los defectos e ilusiones de los
sentidos. Los errores del juicio, las fantasías de la imaginación, y a que se mantengan las conclusiones sin desvíos
y sin asomos de contradicción y de insuficiencia.
Por otro lado cabe anotar que hay tintas que cambian su colorido inicial entre los tres y diez días siguientes a su
uso, lo cual quiere decir que su intensidad no logra estabilizarse sino mediante la acción del tiempo y del medio
físico que la rodea. En una experiencia y en un cotejo relativos a este fenómeno, debe expresarse claramente el
efecto proveniente del hecho indicado.
La pluma comprueba la fluidez de las tintas: hay tintas que emanan normalmente de aquellas, y hay otras que,
por su constitución grasa, no caen ni obran sino mediante una fuerte presión. Finalmente, existen algunas que,
por su natulareza muy acuosa, fluyen con precipitación. Parece que con la fluidez anda acompañado el factor
referente a la densidad o al peso de la tinta, cuyo valor debe ser mayor que el del agua, si es que se pretende un
buen grado de flujo o emanación. Por falta de este requisito conseguimos, a menudo, que las tintas se rieguen
en el papel y que obliguen la mayoría de las veces al retintamiento, resultando este fenómeno no por obra y
gracia de la labor de la falsificación, del calca, etcétera, sino más bien como un efecto torpe aunque natural.
Documentoscopía Es la disciplina que se ocupa del examen de documentos para dictaminar su autenticidad o
las posibles alteraciones de que haya sido objeto. La documentoscopía es una técnica muy antigua y desde sus
inicios ha estado ligada a la criminalística. Hay referencias históricas a través de todas las épocas de la
humanidad; en el antiguo imperio chino, romano. Edad Media, y en la actualidad se constituye en una ayuda
vital dentro de la dinámica época actual.
Antiguamente fue conocida como área de grafoscopía, debido al énfasis en el estudio de la escritura, sin
embargo, el volumen, cantidad, complejidad y crecimiento del tipo de dictámenes solicitados hicieron variar no
sólo su nombre sino también su pasada condición de área.
Sus inicios se remontan al funcionamiento del antiguo Organismo Médico Forense, embrión del actual O.I.J.
hace aproximadamente treinta años. Esta sección recibe solicitudes de todas las autoridades judiciales del país,
así como de todas las dependencias de investigación del O.I.J. El área de estudio de las pericias se centra en la
verificación de falsificaciones entendiéndose con este término la duplicación o reproducción fraudulenta de
documentos o escritura, además se establecen las posibles alteraciones en los impresos o escritura.
Se utilizan básicamente lentes de distintas dioptrías (aumentos), fuentes de luz y filtros con los que se lleva a
cabo observaciones físico comparativas que caracterizan este tipo de trabajo.
De esta manera ingresan toda clase y tipo de documentos: cheques de gerencia, personales, "money arder",
cheques viajeros, facturas, recibos, anónimos, pasaportes, tarjetas de crédito, de débito, pólizas de
desalmacenaje, tomos de protocolos de abogados, marchamos, placas provisionales, licencias, etiquetas y
envoltorios de productos, cédulas, etc.
El personal está integrado por administrativos, técnicos y una jefatura técnica administrativa, la cual según la ley
orgánica del 0.1. J. es el perito oficial.
Concepto de documentoscopía.
Se define como la técnica que trata de establecer mediante una metodología propia la autenticidad de escritos y
documentos y determinar, cuando sea posible, la identidad de sus autores, (tomada de MÉNDEZ-BAQUERO, F.).
La metodología utilizada es la citada en el apartado anterior y denominada físico comparativa, en donde
generalmente se cuenta con material cuestionado y muestras de comparación.
La identidad de autores se establece a través del análisis comparativo de escrituras, por medio de la técnica
denominada grafoscopía o grafotecnia. La grafoscopía es la técnica que realiza estudios estrictamente
comparativos de escritura con fines de identificación de personas a través de las características individuales y de
clase, además si existen alteraciones las localiza y describe.
El documento: partes que lo integran.
Soporte o tipo de superficie: es el área física que contiene la información comunicada en el documento. Esta
varía de forma y composición, por ejemplo un vidrio, espejo, metal, cartón, muros, plástico, etc. Información
comunicada: puede estar expresada por impresiones o escritura, latente o visible.
El documento y la cadena de custodia.
Fijación: por medio de fotografía o vídeo y en forma escrita se asegurará el conocimiento de la ubicación del
documento en relación con el resto del sitio del suceso.
Levantamiento: En ocasiones es necesario observar el documento como una superficie con posibilidades de
contener huellas latentes, razón por la cual será necesario levantarlo con pinzas y guantes.
El tipo de investigación marca la pauta para decidir si el documento es más útil desde el punto de vista
dactiloscópico, documental o de ambos.
Embalaje: El tipo de soporte y sustancia que conforma la información contenida en el documento darán la pauta
para escoger el correcto embalaje. Por ejemplo: una hoja de alguna planta con información escrita deberá ser
embalada en una bolsa plástica con perforaciones y con una temperatura adecuada que permita su
conservación; un cheque, una factura, un recibo con interés únicamente de examen documental puede
colocarse en fólder o sobre de papel o plástico; un espejo con información escrita con jabón deberá ser puesto
en una caja de cartón en la que pueda ser fijado y aislado de las paredes de la misma, etc.
Una descripción detallada de la cantidad y estado de los documentos en un detalle de acta o recibo asegurará la
correcta continuidad de la cadena de custodia.
El documento no debe ser grapado, no se debe prensar con "clips", no doblar o desdoblarse agregársele ninguna
información escrita o impresa, tampoco deberá exponerse a la luz excesiva, a altas temperaturas o humedad.