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Inteligencia Musical: Características y Cómo Desarrollarla

La inteligencia musical es la capacidad que tenemos para captar sonidos e imitarlos, tener sensibilidad al ritmo,
discriminar las cualidades de los sonidos, escuchar, cantar e interpretar canciones y obras, así como una predisposición
a tocar instrumentos.

Corresponde a una de las inteligencias propuestas por el psicólogo Howard Gardner en su modelo de las inteligencias
múltiples. Esta inteligencia no supone solo tener buen oído para la música sino que, también gracias a ella, existe la
posibilidad de desarrollarnos cultural, espiritual y emocionalmente.

Es muy probable que una persona que de por sí tenga más desarrollada esta inteligencia, esté interesada en la música
y destaque en ella.

Además, toda inteligencia necesita de las demás y a su vez todos los ámbitos de la vida necesitan de una serie de
inteligencias. Es decir, esta inteligencia requiere de otras inteligencias como podría ser la inteligencia cinestésico-
corporal para poder rendir en artes como el baile.

Características de la inteligencia musical

Es una de las inteligencias propuestas por Gardner, que se asocia con el gusto por la música, así como por cantar,
interpretar, componer y tocar instrumentos, gracias a su capacidad para distinguir sonidos, escuchar el ritmo, tono o
acordes.

Estas personas tienen una sensibilidad a los sonidos y al ritmo, imitan sonidos y melodías, transmiten y captan
emociones a través de la música.

El desarrollo de la inteligencia musical implica el desarrollo de inteligencias como:

 la inteligencia cinestésica necesaria para la coordinación motriz a la hora de tocar algún instrumento
 la inteligencia lógico-matemática para la unidad y armonía de las notas
 la inteligencia lingüística necesaria para el lenguaje musical
 la inteligencia espacial requerida para la naturaleza temporo-espacial de la música
 la inteligencia interpersonal para la comprensión de las emociones que se transmiten a través de la música
 la inteligencia intrapersonal para comprender nuestros propias emociones y poder expresarlas
 y la inteligencia naturalista para el conocimiento y comprensión de los hechos más relevantes en la vida de un
compositor.

Hay personas que muestran un especial interés por la música, así como una facilidad para aprender y tocar instrumentos,
sugeriéndose que de alguna manera estas personas presentan una predisposición biológica para la música.

Así, ciertas partes del cerebro localizadas en el hemisferio derecho desempeñan un papel fundamental en la percepción
y producción musical, pero esta capacidad no está localizada en un área en concreto como sí podemos localizar al
lenguaje, por ejemplo.

Es una capacidad fundamental a la hora de realizar patrones de sonidos que se puedan asociar posteriormente, siendo
independiente a la capacidad auditiva. Es una facilidad para el procesamiento de información sonora, así como una
habilidad característica para crear, apreciar y asociar la música.

A pesar de lo dicho, sin los procesos biológicos de percepción auditiva y sin el aporte de lo cultural no podría existir la
música. La experiencia musical se da gracias a la integración del tono, el timbre, los sonidos y la intensidad de los
mismos.

“La música puede expresar actitudes sociales y procesos cognitivos, pero es útil y eficaz sólo cuando es escuchada por
oídos preparados y receptivos de personas que han compartido, o pueden compartir de alguna manera, las experiencias
culturales e individuales de sus creadores” John Blacking, 1973.

Entre algunas personas que se indica que reflejan una inteligencia musical nos encontramos a Mozart, Beethoven o
Freddie Mercury.
Inteligencia musical y educación

Como hemos mencionado anteriormente, la inteligencia musical supone una habilidad en la composición, función y
consideración de patrones musicales, abarcando la capacidad de reconocer y componer tonos musicales y ritmos.

Según su autor, Gardner, se ejecuta prácticamente a la vez que la inteligencia lingüística. A través de la música podemos
mejorar nuestra atención y concentración, las personas que la desarrollan tienen competencias para discriminar
rápidamente sonidos y melodías, siendo capaces de reproducirlas y de formar nuevas combinaciones musicales, entre
otras.

La estimulación para potenciar este área debe llevarse a cabo desde la gestación a edades tempranas, siendo esta
etapa la más idónea. Para ello es importante proporcionarles un buen ambiente musical, facilitando elementos musicales
en sus contextos cotidianos y otorgándole al niño experiencias directas con la música.

Casi todos los niños al inicio del desarrollo tienen tanto una capacidad musical como un interés por la misma en general.
Poseen diversas cualidades musicales que, si no son lo suficientemente desarrolladas, derivarán en un estancamiento.
Por ello es necesaria la potenciación de este área para ir más lejos de ese nivel básico.

La relación entre inteligencia musical e inteligencia no es causal, pero sí comparten aproximaciones y estrategias para
el procesamiento de la información. Por lo que comprender, registrar o codificar sistema de símbolos musicales facilita
que esta habilidad se generalice a otras áreas facilitando el aprendizaje, ya que tanto la música como la lingüística o las
matemáticas tienen un sistema muy articulado de signos y claves.

La enseñanza de la inteligencia musical debería extenderse, ya que ofrece oportunidades de aprendizaje amplias para
los niños, enriqueciendo su desarrollo y potenciando habilidades como ver, oír y representar patrones melódicos,
proporcionando memoria musical y componentes perceptivos.

Por ello, los colegios deben proporcionar oportunidades a los estudiantes para que exploren y desarrollen las distintas
inteligencias, diseñando un programa educativo amplio en el que la música también juegue un papel importante.
Además, la percepción que actualmente se tiene hacia la música ya ha cambiado, cobrando más importancia y
considerándola como un arte.

Así, la música debe estar presente en el programa educativo porque forma parte de nuestras vidas y de nuestra cultura,
y porque programas que se centren en la música hacen que los estudiantes se encuentren más satisfechos.

La música, la danza y las artes no deben tratarse conjuntamente, es decir, esta teoría se centra en separar las artes con
el propósito de la instrucción de cada una de ellas manera independiente y secuencial pero debiendo ser estimulada en
todos los niveles y en todas las disciplinas.

Se piensa que es la inteligencia lo que antes se desarrolla, por lo que debe incitarse su aprendizaje en todos sus niveles
y sobre todo a través de prácticas educativas.

Un ejemplo podría ser la búsqueda de estímulos con los que se pueda relacionar música y sucesos, la estimulación de
la creatividad a través de la construcción de instrumentos con materiales propios, actividades o concursos musicales o
iniciativas que alienten a los alumnos a transformar textos o ideas en parodias o teatros.

Algunas actividades académicas que realizan personas con una inteligencia musical más desarrollada sería escuchar
música mientras se estudia para asociar el tema con la música y escuchar la canción antes del examen para recordar
lo estudiado.

Por otra parte, mencionar que en esta educación musical juega un papel clave la creatividad que se ve potenciada por
el desarrollo de habilidades como sería la música.

La experiencia educativa tiene que ser importante en la vida de los estudiantes y sobre todo que ellos la perciban como
significativa, como un valor para su crecimiento personal, que se sientan colaboradores y partícipes de este proceso,
que sus ideas sean valoradas y que le vean el significado y la importancia en todos los ámbitos de su vida y no solo en
el escolar.
Una forma de conseguir esto es acercando la vida de las personas a la música y desarrollando esa creatividad por medio
de ella. Una forma integral de desarrollo de la persona debería comprender oportunidades para que pueda pensar de
maneras distintas.

Gardner define inteligencia musical como «la sensibilidad a la estructura de la música que le permite a un individuo
tomar decisiones apropiadas a la música de acuerdo a su experiencia, que incluye la sensibilidad a las propiedades
musicales, a las interrelaciones entre ideas musicales, y las expectativas sobre qué le da sentido a la música».

Inteligencia musical y neurociencia

Estudios sobre esta inteligencia nos permite comprobar cómo algunas personas presentan más desarrollada la
capacidad musical, dependiendo de la activación de diversas zonas del cerebro. En estas investigaciones se utilizan
casos reales de personas con alguna anomalía en la competencia musical o estudios de los cambios morfológicos y/o
estructurales de la organización cerebral que experimentan las personas. Anomalías en la competencia musical sería la
presentación de una capacidad inferior con respecto a la población media a la hora de percibir, formar, integrar y
representar la música; pudiendo deberse a una alteración funcional hemisférica o de sistemas interhemisféricos. Las
personas que no son capaces de diferenciar sonidos pueden presentar una agnosia profunda provocada por lesiones
del lóbulo temporal derecho.También pueden presentar un trastorno estructural con alteraciones en la percepción de
timbres o duración e intensidad de los sonidos, debido a alteraciones en el hemisferio derecho. A su vez, cuando la
incapacidad tiene que ver con el ritmo, la anomalía se encuentra en el hemisferio izquierdo. Por otra parte, cuando las
personas perciben y sienten las emociones que les trasmite una obra, pero son incapaces de reconocer las emociones
así como su denominación, estaríamos ante un trastorno semántico. Cuando se presenta esta anomalía las lesiones se
encuentran en la zona temporal del hemisferio cerebral izquierdo. Respecto a los cambios morfológicos y/o en la
organización cerebral, el neurólogo Schlaug, estudiando a músicos profesionales, comprobó que estos tenían un cuerpo
calloso más grueso de lo normal. Sin embargo, no estaba claro si esto había sido debido a la capacidad musical o si
estas personas antes de empezar a tocar el instrumento ya presentaban ese tamaño particular.

Sus investigaciones actuales le permitieron concluir que los niños de 6 años que siguieron tocando instrumentos a lo
largo de tres años, durante al menos dos horas y media a la semana, su cuerpo calloso creció un 25% en relación con
el tamaño global del cerebro.

Otras investigaciones señalaron que las respuestas del cerebro evolucionan conforme los niños hayan sido formados
en la música y tengan experiencia dentro de esta área, relacionándose con las mejores habilidades cognitivas
demostradas en los niños que practican la música. Esto es una clara evidencia de que el aprendizaje musical tiene un
efecto positivo sobre la memoria y la atención.

La música, así como su enseñanza, es primordial tanto en la formación de la persona tanto en el desarrollo de
habilidades cognitivas y emocionales como por su importante papel en aspectos individuales y sociales.

“Posibles factores genéticos limitan el grado en que una inteligencia puede realizarse o modificarse en el curso de una
vida. Desde el punto de vista práctico, sin embargo, es probable que este límite biológico no se alcance nunca. Con la
suficiente exposición a los materiales de una inteligencia, prácticamente cualquiera que no tenga lesiones cerebrales
puede alcanzar resultados en ese campo intelectual” Howard Gardner.

Teoría de las inteligencias múltiples

Para Gardner, los tests tradicionales se centran exclusivamente en medidas lógicas y en el lenguaje, obviando y no
analizando otros aspectos que también son muy importantes.

Él piensa que cada persona dispone de una inteligencia determinada y formada en base a la combinación de diferentes
inteligencias. Además, dicha inteligencia puede ser modificada y desarrollada en base al aprendizaje y la práctica.

Su modelo describe los siguientes ocho tipos de inteligencias: inteligencia lingüística, inteligencia lógico y matemática,
inteligencia espacial, inteligencia musical, inteligencia corporal y kinestésica, inteligencia interpersonal, inteligencia
intrapersonal y la inteligencia naturalista.

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