Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Abstract: In this paper the author aims to show that Max Horkheimer
attempted to preserve the moment of truth of religion is not the result of the
historical pessimism characteristic of his last years of life, if not an attempt to
resist the logic of the history.
Key words: Messianism, Unconditional longing for justice, Critical Theory,
Victims of history, Criticism of power, Max Horkheimer.
1
HORKHEIMER, Max, “Apeí ndice”. En: Teoría tradicional y teoría crítica, Trad.: LOÓ PEZ Y LOÓ PEZ
DE LIZAGA, Joseí Luis, Paidoí s, Espanñ a, 2000, p. 81. Mis cursivas.
2
Este pensamiento estaí plasmado en conferencias, entrevistas y aforismos, sin embargo, no
estaí n traducidas al espanñ ol la totalidad de esas publicaciones; uí nicamente se encuentran
recogidos algunos textos en: HORKHEIMER, Max, Anhelo de justicia, edicioí n y traduccioí n de
49
Revista Mathema
SAÓ NCHEZ, Juan Joseí , Trotta, Espanñ a, 2000; id., Sociedad, razón y libertad, Trad.: MUNÑ OZ, Jacobo,
Trotta, Espanñ a, 2005; Id., Apuntes 1950-1969, Trad.: MAMES, Leoí n, Monte AÓ vila Editores,
Venezuela, 1976; id., Sobre el concepto del hombre y otros ensayos, Trad.: MURENA, H. A., y
VOGELMANN, D. J., Sur, Argentina, 1970; id., Sociedad en transición. Estudios de filosofía social,
Trad.: GODO COSTA, Juan, Planeta Agostini, Espanñ a, 1986; HORKHEIMER, Max, MARUCSE,
Herbert y POPPER, Karl, A la búsqueda de sentido, Trad.: LOÓ PEZ FERNAÓ NDEZ, Ambrosio,
Síígueme, Espanñ a, 1976.
3
Cfr. HORKHEIMER, Max, “La funcioí n de la teologíía en la sociedad”. En: Anhelo de justicia, Op.
Cit., p. 155; id, “Cielo, eternidad y belleza”. En: Ibid., p. 162; id, “El anhelo de lo totalmente Otro”.
En: Ibíd., p. 183; id, “Lo que llamamos sentido desapareceraí ”, pp. 192-198.
4
Cfr. ESTRADA, Juan Antonio, La teoría crítica de Max Horkheimer. Del socialismo ético a la
resignación, Universidad de Granada, Espanñ a, 1990, pp. 178-190.
5
HORKHEIMER, Max, “El anhelo de lo totalmente Otro”, Op. Cit., p. 180.
50
Conservar el momento de verdad de la religión: anhelo de lo totalmente otro
formas histoí ricas y las instituciones sociales en las que se halla inmerso,
contienen tambieí n el germen de su regresioí n 6. Horkheimer cifra esta
regresioí n en la pragmatizacioí n del saber, en la reduccioí n de la labor de la
razoí n a la mera constatacioí n de hechos. Considera que al proceder de esta
manera se condena al espííritu a una ceguera cada vez maí s profunda porque se
relega todo aquello que no pueda verificarse por medio del meí todo cientíífico
a la categoríía de mito, incluso las ideas de libertad, igualdad y justicia 7. La
razoí n, pervertida, es incapaz de guiar a los hombres en la construccioí n de un
mundo mejor; en cambio, se convierte en una doí cil servidora del capital,
utilíísima para dominar la naturaleza pero inuí til al momento de cuestionar y
oponerse a la barbarie. En otras palabras, al final del camino de la razoí n
instrumental no se encuentra el Edén; sino la Shoah.
El origen teórico del escepticismo horkheimeriano ante las posibilidades
de una transformacioí n cualitativa de la sociedad viene acompanñ ado de un
origen histórico, es decir, los infaustos acontecimientos ocurridos durante la
primera mitad del siglo XX que le mostraron, una y otra vez, amenazadas o
rotundamente negadas las posibilidades de construir una sociedad mejor. De
alguna manera, se puede comprender su pesimismo histoí rico si se tiene en
cuenta que, tan soí lo hasta 1950, ya habíía sido testigo de la Primera Guerra
Mundial; el triunfo de la Revolucioí n de Octubre; la consolidacioí n de la Unioí n
Sovieí tica y la tergiversacioí n de la revolucioí n en un mero capitalismo de
Estado; el asesinato de las cabezas del marxismo alemaí n, Rosa Luxemburg y
Karl Liebknecht; la caíída de la Repuí blica de Weimar y el ascenso del
nacionalsocialismo al poder; la persecucioí n y el asesinato sistemaí tico de
judííos, gitanos, homosexuales y comunistas en los campos de concentracioí n; el
fascismo; el pacto Hitler-Stalin; la Segunda Guerra Mundial y la bomba
atoí mica8.
6
Cfr. HORKHEIMER, Max, “Proí logo [1944 y 1947]”. En: ADORNO, Theodor y HORKHEIMER, Max,
Dialéctica de la Ilustración, Trad.: SAÓ NCHEZ, Juan Joseí , Trotta, Espanñ a, 2009, p. 53.
7
Loc. Cit.
8
Moishe Postone sostiene una tesis contraria a la que yo presento en este texto. Para eí l, el
pesimismo histoí rico de Friedrich Pollock y Max Horkheimer no depende tanto del contexto
histoí rico desde el cual reflexionan, sino de los principios tradicionales que adoptan del
marxismo. Seguí n Postone, Los miembros de la llamada Escuela de Frankfurt se dieron cuenta
que las categoríías del marxismo tradicional eran insuficientes para analizar de manera críítica el
capitalismo postliberal que teníían a la vista en el siglo XX, pero no fueron capaces de reformular
esas categoríías para que fueran aplicables a la nueva forma de capitalismo (Cfr. POSTONE,
Moishe, Tiempo, Trabajo y dominación social. Una reinterpretación de la teoría crítica de Marx,
Trad.: SERRANO, Maríía, Marcial Pons, Espanñ a, 2006). Evidentemente, esta postura tiene su
momento de verdad, sin embargo, considero que no se puede pasar soberanamente por alto la
importancia del contexto histoí rico desde donde reflexionaron estos autores, principalmente
Horkheimer, pues justamente eí sta es una de las caracteríísticas de la Teoríía Críítica: el reconocer
que todo pensamiento estaí inserto en un contexto histoí rico y políítico.
51
Revista Mathema
9
Cfr. HORKHEIMER, Max, “Marx en la actualidad”. En: Sociedad en transición. Estudios de filosofía
social, Op. Cit., p. 43.
52
Conservar el momento de verdad de la religión: anhelo de lo totalmente otro
II
En las conferencias y entrevistas de su uí ltimo periodo, donde
Horkheimer hace explíícito el pesimismo histoí rico del apartado anterior,
constantemente aparecen categoríías teoloí gicas como la prohibición de
imágenes judíía, el pecado original y el anhelo de lo totalmente Otro (die
Sehnsucht des ganz Anderen). Casi no hay ninguna conferencia o entrevista de
este periodo donde no aluda al momento de verdad de la religioí n o a la funcioí n
de la teologíía en la sociedad. ¿La inclusioí n de categoríías teoloí gicas en la Teoríía
Críítica, concretamente el anhelo de lo totalmente Otro, significa que
Horkheimer busca una salida fuera de la historia (Dios) porque considera que
los hombres no son capaces de evitar la cataí strofe? 11 Pienso que no.
El viejo Horkheimer no se refugia en el pensamiento de un Dios
omnipotente que cambie el curso de la loí gica de la historia. Praí cticamente en
todas las conferencias y entrevistas donde alude al anhelo de lo totalmente
Otro, insiste tambieí n en que ese anhelo no implica afirmacioí n alguna, positiva
(teíísmo) o negativa (ateíísmo), sobre la existencia del Absoluto. Esta toma de
postura bebe, principalmente, de dos fuentes: los líímites de la razoí n
10
Cfr. HORKHEIMER, Max, “Anhelo de lo totalmente Otro”, Op. Cit., p. 166.
11
Algunos autores ligados a las llamadas segunda y tercera generacioí n de la Escuela de
Frankfurt han apuntado sobre la dialéctica negativa de Horkheimer y su apelacioí n a lo
totalmente Otro el calificativo de una crítica que ha perdido su base histórica. Cfr. HABERMAS,
Juü rgen, “Max Horkheimer: sobre la historia del desenvolvimiento de su obra”. En: Textos y
contextos, Trad.: JIMEÓ NEZ REDONDO, Manuel, Ariel, Espanñ a, 1996, p. 129.; DUBIEL, Helmut,
¿Qué es neoconservadurismo?, Trad.: MAESTRE, Agapito, Anthropos, Espanñ a, 1993, p. XXXI;
WELLMER, Albrecht, “El significado de la Escuela de Francfor hoy”. En: Finales de partida, Trad.:
JIMEÓ NEZ REDONDO, Manuel, Froí nesis. Caí tedra Universitat de Valencia, Espanñ a, 1996, pp. 242-
244.
Lamentablemente no puedo detenerme en este trabajo a explicar los argumentos sobre los
cuales descansan sus afirmaciones, tampoco puedo detenerme a realizar una críítica cabal de
cada uno de los argumentos esgrimidos por cada uno de esos autores –porque el resultado
superaríía el espacio para este trabajo–; sin embargo, se puede consultar la introduccioí n de Juan
Joseí Saí nchez a su edicioí n de los textos tardííos de Horkheimer (Cfr. SAÓ NCHEZ, Juan Joseí ,
“Religioí n como resistencia y solidaridad en el pensamiento tardíío de Max Horkheimer”.
Introduccioí n a: HORKHEIMER, Max, Anhelo de justicia, Op. Cit., pp. 11-46) donde realiza un
anaí lisis y críítica de la postura de Juü rgen Habermas.
53
Revista Mathema
no sean como son, pues considera que “la esperanza de un estado mejor se
funda –en la medida que no sea pura ilusioí n– menos en la aseveracioí n de que
tal estado seríía garantizado, estable y definitivo, cuanto precisamente en la
falta de respeto por aquello que –en medio del sufrimiento universal– aparece
tan soí lidamente fundado”23. En otras palabras, la reflexioí n sobre la necesidad
de un mundo mejor no estaí emparentada con el poder, al contrario, el origen
genuino de esa reflexioí n es el sufrimiento de las vííctimas de la historia que
padecen la bota del poderoso.
Finalmente, Horkheimer piensa que el cristianismo y el materialismo, a
pesar de contener en síí mismos la verdad, tienen tambieí n su parte de
responsabilidad en las infamias que se han cometido en su nombre, porque, al
haber equiparado el bien con el poder y mostrarse como abanderados del
poder del bien, “se han convertido a su vez en potencias histoí ricas organizadas
y, como tales, han desempenñ ado un papel sangriento en la historia real de la
humanidad: el de instrumentos de organizacioí n” 24.
Horkheimer, con la firme intencioí n de evitar precisamente esa
equiparacioí n entre el bien y el poder, prefiere adoptar una postura críítico-
negativa que retiene una experiencia originaria de todo lo negativo, de la
injusticia y la miseria en la que se encuentran los individuos concretos. Esta
postura críítico-negativa no teme nombrar queí es el horror, pero síí teme decir
queí es el bien; no deja de pretender que todo mejore, pero tampoco busca
obrar en nombre del bien, ni afirmar el mundo o a su creador 25.
El rechazo de Horkheimer a equiparar el bien con el poder tiene como
motivo principal el anhelo de que el crimen sufrido por la vííctima no quede
impune; de que la miseria humana no sea la uí ltima palabra; de incidir en la
sociedad al mismo tiempo que se la piensa; de transformarla en una sociedad
verdaderamente humana aunque, dicho sea de paso, Horkheimer nunca se
atreveraí a decir coí mo debe ser esa sociedad. En otras palabras, nunca dudaraí
en decir queí estaí mal; pero tampoco se atreveraí a decir queí es el bien.
23
Cfr. HORKHEIMER Max y ADORNO, Theodor, “Para una críítica de la filosofíía de la historia”. En:
Dialéctica de la Ilustración, Op. Cit. P. 268. Mis cursivas.
24
Loc. Cit.
25
HORKHEIMER, Max, “Los negativos”. En: Apuntes 1950-1969, Op. Cit., pp. 60-61.
57
Revista Mathema
BIBLIOGRAFÍA
58