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A lo largo del siglo XX, millones de mujeres abrimos espacios, creamos oportunidades y
distintos países damos vida a la cultura feminista al denunciar la opresión de género y crear
una conciencia crítica sobre la condición de las mujeres, así como normas y prácticas sociales
mujeres y uno de los más graves problemas sociales y de urgente atención. Sabemos que no
patriarcal.
desventaja y desigualdad en el mundo y en las relaciones con los hombres, permite excluir a
las mujeres del acceso a bienes, recursos y oportunidades; contribuye a desvalorizar, denigrar
Desde una perspectiva feminista se ha colocado la violencia de género como un problema político
En México, la mayoría de las mujeres vivimos alguna forma de violencia de género y muchas
misoginia, así como las relaciones patriarcales, formamos especialistas en género en las
ciencias sociales y políticas, en los ámbitos jurídico y judicial y de la salud integral para atender
.
En el feminicidio concurren en tiempo y espacio, daños contra mujeres realizados por conocidos y
desconocidos, por violentos, violadores y asesinos individuales y grupales, ocasionales o
profesionales, que conducen a la muerte cruel de algunas de las víctimas. No todos los crímenes son
concertados o realizados por asesinos seriales: los hay seriales e individuales, algunos son cometidos
por conocidos: parejas, parientes, novios, esposos, acompañantes, familiares, visitas, colegas y
compañeros de trabajo; también son perpetrados por desconocidos y anónimos, y por grupos
mafiosos de delincuentes ligados a modos de vida violentos y criminales. Sin embargo, todos tienen
en común que las mujeres son usables, prescindibles, mal tratables y desechables. Y, desde luego,
todos coinciden en su infinita crueldad y son, de hecho, crímenes de odio contra las mujeres.
Contribuyen al feminicidio el silencio social, la desatención, la idea de que hay problemas más
urgentes y la vergüenza y el enojo que no conminan a transformar las cosas sino a disminuir el hecho
y demostrar que no son tantas “las muertas”.
Como se ha indicado, algunos de los países de la región que optaron por incorporar a su legislación
penal, como delito autónomo, la muerte de mujeres en determinadas circunstancias, han utilizado el
término femicidio (en 4 países) o feminicidio (en 3 países) para denominar estos delitos. En términos
generales, el legislador latinoamericano, al utilizar uno u otro término (femicidio/feminicidio) no
considera las diferencias sustantivas que están en el origen del concepto y lo utiliza indistintamente,
a pesar del debate político jurídico que en la región se ha generado alrededor de estos conceptos.
La primera persona que utilizó el término “femicide” directamente vinculado a la violencia de género
fue Diana Russell en 1976 ante el Primer Tribunal Internacional de Crímenes contra Mujeres. Desde
entonces, su contenido y alcance ha variado. La propia Diana Russell10 lo definió inicialmente junto
con Jane Caputi como el “asesinato de mujeres realizado por hombres motivado por odio, desprecio,
placer o un sentido de propiedad de la mujer”. Posteriormente, junto con Hill Radford lo describió
como “el asesinato misógino de mujeres realizado por hombres”.
A pesar de que el concepto de femicidio no se gestó en América Latina, es en esta región en donde,
en lasúltimas dos décadas, se ha producido un amplio debate sobre el concepto como efecto natural
de la situación de vulnerabilidad y violencia en que se encuentran las mujeres y, muy especialmente,
por la ineficacia del sistema de justicia para contener y reprimir la muerte de mujeres.
El debate sobre el delito de feminicidio en la región ha girado entorno a las implicaciones de su
tipificación para el sistema de justicia penal, en la importancia de visibilizar el asesinato de mujeres
por razones de género y sobre todo, ha puesto énfasis en la revictimización de las mujeres dentro
del sistema de justicia y en la responsabilidad del Estado por la impunidad y la repetición de los
hechos criminales, convirtiéndose el asesinato de mujeres en un crimen de Estado.
“La categori ́a feminicidio es parte del bagaje teórico feminista. La desarrollé a partir del trabajo de
Diana Russell y Jill Radford, expuesto en su texto Femicide. The politics of woman killing (1992). La
traducción de femicide es femicidio. Transité de femicide a feminicidio, porque en castellano
femicidio es una voz homóloga a homicidio y sólo significa asesinato de mujeres. Nuestras autoras
definen al femicidio como crimen de odio contra las mujeres, como el conjunto de formas de
violencia que, en ocasiones, concluyen en asesinatos e incluso en suicidios.
Identifico un asunto más para que cri ́menes de este tipo se extiendan en el tiempo: es la inexistencia
o debilidad del estado de derecho, en la cual se reproducen la violencia sin li ́mite y los asesinatos sin
castigo. Por eso, para diferenciar los términos, preferi ́ la voz feminicidio y así denominar el conjunto
de delitos de lesa humanidad que contienen los cri ́menes, los secuestros y las desapariciones de
niñ as y mujeres en un cuadro de colapso institucional. Se trata de una fractura del estado de
derecho que favorece la impunidad. Por ello afirmo que el feminicidio es un crimen de Estado. Es
preciso aclarar que hay feminicidio en condiciones de guerra y de paz.”
Es así como Marcela Lagarde amplía el término desarrollado por Russell y lo adecua a la realidad de
la región, incorporando en él las consecuencias de carácter político de las omisiones y negligencias
de las autoridades, hecho que quebranta los principios del Estado de derecho; la falta de voluntad
política de los Estados para enfrentar la violencia contra las mujeres y la impunidad constituyen un
problema de carácter estructural que se manifiesta en la ausencia de investigación y sanción de la
mayoría de los actos de violencia contra las mujeres, lo que contribuye al fracaso de la función
disuasoria y sancionadora del sistema penal y a la consecuente perpetuación de un contexto de
violencia contra la mujer. En ese sentido, Ana Carcedo, expresa que “la impunidad está en todo el
continuum de la violencia contra las mujeres, en las “pequeñas” agresiones y la impunidad de
quienes no cumplen sus funciones y obligaciones, lo que aumenta el poder del agresor y le permite
llegar hasta el asesinato.”
Posterior mente tenemos la definicion de La Declaración de las Naciones Unidas sobre la Eliminación
de la Violencia contra la Mujer, definió la violencia contra la mujer (VCM) como:
todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como
resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de
tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública
Artículo 325. Comete el delito de feminicidio quien prive de la vida a una mujer por razones de
género. Se considera que existen razones de género cuando concurra alguna de las siguientes
circunstancias:
I. La víctima presente signos de violencia sexual de cualquier tipo;
III. Existan antecedentes o datos de cualquier tipo de violencia en el ámbito familiar, laboral o
escolar, del sujeto activo en contra de la víctima;
IV. Haya existido entre el activo y la víctima una relación sentimental, afectiva o de confianza;
V. Existan datos que establezcan que hubo amenazas relacionadas con el hecho delictuoso, acoso o
lesiones del sujeto activo en contra de la víctima;
VI. La víctima haya sido incomunicada, cualquiera que sea el tiempo previo a la privación de la vida;
VII. El cuerpo de la víctima sea expuesto o exhibido en un lugar público.