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Habermas y

AINKAA “la política del


reconocimiento”
Revista de Estudiantes de Ciencia Política
Edición 1 / Enero - junio de 2017
en el Estado
democrático
de derecho
Marisol Rodríguez Argüello
Universidad Nacional de Colombia
Sede Medellín

Facultad de Ciencias Humanas y Económicas


Sede Medellín
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ncia Política / Edición 1 / Enero - junio de 2017

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Habermas y “la política del


reconocimiento” en el Estado
democrático de derecho
Marisol Rodríguez Argüello1

E
l debate por el reconocimiento ha motivado en la academia diversas posiciones
respecto a su influencia en los ámbitos político y social. El ensayo El multicultu-
ralismo y “la política del reconocimiento” del filósofo canadiense Charles Taylor, nos da
una introducción sobre las reflexiones que este tema ha suscitado en América del
Norte y en Europa. Desde allí, varios autores han correspondido a este diálogo académico
con sus ideas, objeciones e intervenciones al respecto.2 Como parte de este conjunto de
aportaciones, el presente texto se encargará de explicitar la noción que Jürgen Habermas
tiene sobre el reconocimiento a propósito de su ensayo La lucha por el reconocimiento en el Estado
democrático de derecho, concebido como una crítica al ensayo de Taylor.
Con el planteamiento de Taylor, Habermas se suma a la inquietud sobre si el dere-
cho moderno individualista es compatible con las metas colectivas de comunidades en
situación de discriminación partiendo de la siguiente cuestión:

1. Estudiante de séptimo semestre de Ciencia Política, Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, marrodri-
guezarg@unal.edu.co.

2. Compilación de ensayos de: Amy Gutmann, Susan Wolf, Michael Walzer, Anthony Appiah, Steven Rockefeller y
Jürgen Habermas. En Taylor, C. El multiculturalismo y “la política del reconocimiento”. (2009). Fondo de Cultura Económica.
México, D.F.
16 ¿No exige el reconocimiento de las formas beralismo en dos vías que configuran un
de vida y tradiciones culturales que están accionar distinto frente a la demanda de
Habermas y “la política del reconocimiento” en el Estado democrático de derecho

marginadas […], garantías de status y de reconocimiento de muchos grupos en


supervivencia y, en cualquier caso, un tipo condición de discriminación. Esto es, la
de derechos colectivos que hacen estallar expresión del liberalismo 1 en una política de
en pedazos nuestra tradicional autocom- la dignidad igualitaria y la expresión del
prensión del Estado democrático de dere- liberalismo 2 en la política de la diferencia.
cho que está cortada en base al patrón de Para Habermas, la idea que le da el carác-
los derechos individuales y que, en este ter homogeneizante al liberalismo 1, como
sentido, es “liberal”? (Habermas, 2009) lo plantea Taylor, viene sustentada por una
concepción “paternalista” del mismo, ad-
En respuesta, el autor defiende que “una virtiendo que la construcción del ordena-
teoría de los derechos correctamente en- miento jurídico pertenece a una misión
tendida no es, de ninguna manera, ciega conjunta de los integrantes de una nación
frente a las diferencias culturales” (Haber- determinada, tomando la neutralidad éti-
mas, 2009). Desde el contexto de un Es- ca del derecho no como un límite para la
tado democrático de derecho, Habermas reivindicación de las diferencias culturales
extrae la significación social del reconoci- o como una imposición de grupos privile-
miento tomando como referente el prin- giados, sino como el espacio que tienen los
cipio universal de la integridad humana y miembros de una sociedad para desarro-
las exigencias de respeto y autonomía en llarse como individuos en plena libertad.
la construcción de identidad, valores que a Esta tesis se enlaza directamente con una
su vez incorporan el reconocimiento como interpretación de los valores liberales don-
componente implícito en la teoría de dere- de “el respeto al individuo no sólo impli-
cho que se imparte desde la segunda mitad que respeto al potencial humano universal
del siglo XX. sino también el respeto al valor intrínseco
Bajo esta perspectiva, la lucha por el de las diferentes formas culturales a través
reconocimiento, en su acepción general, de las cuales cada individuo actualiza su
es entendida como una lucha por la justi- humanidad y expresa su personalidad úni-
cia social donde particularmente el Estado ca” (Rockefeller, 2001).
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democrático de derecho legisla los meca- Por esta razón, para Habermas, la
nismos que protegen jurídicamente la in- neutralidad ética criticada por Taylor y
tegridad de los individuos, el valor cultu- Walzer (2001) como totalizante y hasta
ral de las comunidades, naciones, grupos indiferente, denota un lugar de interac-
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religiosos, mujeres, población LGBTI, y ción social donde tanto metas individua-
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demás, solo si se cumplen los parámetros les como colectivas pueden converger ha-
que una democracia instaurada exige. cia la autodeterminación, la comprensión
Dirigiéndose a Charles Taylor, el autor asu- y la construcción del bienestar común
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me como errónea la diferenciación del li- cultural de un Estado-nación particular,


mediante ciertas regulaciones que no terminación individual (autonomía priva- 17
permitan la caída del sistema de derecho, da) emprende un diálogo con la sociedad

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pero que sí atiendan a “los objetivos de la con el fin de lograr un tratamiento insti-
voluntad política de una sociedad” (Ha- tucional que respete los diferentes modos
bermas, 2009). Esto va a devenir inevita- de vida (autonomía pública), adjudicando
blemente en un tipo de impregnación ética en los requerimientos que se puedan - sin
la normatividad3 que, como consecuen- violar la imparcialidad del derecho en
cia, pone de manifiesto las características busca de privilegios o subestimaciones - a
distintivas que componen la identidad de la esfera normativa. Entonces, “un orde-
un país, haciendo que se cumpla el proce- namiento es, pues, legítimo si asegura de
dimiento democrático de la participación modo equitativo la autonomía de todos
ciudadana. Así, sostiene el autor, “las nor- los ciudadanos. Estos son autónomos sólo
mas jurídicas se refieren a los contextos si los destinatarios del derecho pueden
de interacción de una sociedad concreta” entenderse a sí mismos simultáneamente
(Habermas, 2009). como sus autores” (Habermas, 2009).
Para que estos agregados tengan La lucha por el reconocimiento en
connotación real, es necesario exponer el el Estado democrático, según en el autor,
modo de operación del Estado democráti- se manifiesta en un nivel público donde
co de derecho frente a la creación de leyes se pretende que el valor jurídico de la
y normas, en las cuales se sitúa el argu- constitución moderna - “vigencia [de] los
mento de Habermas. Resulta crucial para derechos que los ciudadanos deben con-
el tema de la impregnación ética, que se tome cederse recíprocamente si quieren regular
en cuenta la concepción de autonomía como de modo legítimo su vida común con los
un valor que cataliza en dos niveles las de- medios del derecho positivo” (Habermas,
mandas que se generan en los individuos 2009) - se materialice en pro de garanti-
o comunidades infravaloradas, a saber: la zar a los movimientos de emancipación un trato
autonomía pública y la autonomía privada. Así, “la acorde con la universalización de los dere-
autonomía privada de los ciudadanos que chos humanos, armonizando una idea del
disfrutan de iguales derechos solo puede bien en una nación específica. No obstan-
ser asegurada activando al mismo com- te, estas aspiraciones encuentran un lugar
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pás su autonomía ciudadana” (Habermas, más cercano en el contexto de un Estado


2009). Es decir, las dos parten de una fuerte que mantenga arduamente proce-
construcción simultánea donde la autode- sos democráticos, generando inclusión y
en sentido estricto, un verdadero camino
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hacia el reconocimiento edificado sobre


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3. “El detonante no es la neutralidad ética de un ordena- una voluntad ciudadana consciente y crí-
miento jurídico estatal, sino la inevitable impregnación
tica “en los contextos cambiantes a la vista
ética de toda comunidad jurídica y de todo proceso de-
de las nuevas necesidades y constelaciones
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mocrático de realización de los derechos fundamenta-


les” (Habermas, 2009, pág. 180). de intereses” (Habermas, 2009).
18 Lo anterior se acuña a la noción de un ambiente social, político y económico
cultura política ya que la caracterización correspondiente a esa demanda, donde las
Habermas y “la política del reconocimiento” en el Estado democrático de derecho

de la misma va a dar las bases para com- aspiraciones particulares puedan desarro-
prender de manera más real las colisiones llarse plenamente en un proyecto demo-
que se presentan, por ejemplo, en una mi- crático. Sin embargo, como he tratado de
noría étnica respecto de una mayoría ge- evidenciar anteriormente, estas reclamacio-
neralizada, que en un intercambio de falso nes están designadas por el principio de la
reconocimiento tendería a absorber y has- dignidad igualitaria.5
ta inducir a una internalización y natura- Estas luchas son múltiples e involu-
lización de una imagen de inferioridad de cran fenómenos culturales colectivos, étni-
la comunidad étnica (Taylor, 2001), con el cos, “raciales”, de género, de orientación
fin de mantener una relación de poder do- sexual y nacionalistas que van visibilizando
minante y opuesta al principio de digni- la diferencia como una forma natural de
dad igualitaria. Esto cobra sentido cuando “resistencia al desprecio de su propia digni-
sabemos que “la integración de ciudada- dad” (Habermas, 2009). En consecuencia,
nos asegura la lealtad a la cultura política el reconocimiento toma relevancia en la es-
común” (Habermas, 2009), una integra- fera social ya que allí se generan relaciones
ción que, en el contexto de un Estado de- de conflicto cuando se da un tratamiento
mocrático, va a resultar de las relaciones desigual e injusto que afecta los sentires y
que se dan bajo un reconocimiento recí- las formas diferenciadas de ver el mundo,
proco que configuraría una interculturalidad yendo en detrimento de las mismas. Por
acorde con el sistema jurídico. ejemplo, aunque el Estado de derecho se
Siguiendo esto, la lucha por el reco- haya consolidado en Europa Occidental y
nocimiento está sujeta a las relaciones in- en América del Norte, las tradiciones de
tersubjetivas que se derivan de la sociedad los pueblos imponen prejuicios generados
en tanto son aquellas características que por desigualdades históricas - como el ra-
surgen de la autocomprensión de un país, cismo, el machismo, los fundamentalismos
las que determinan qué clase de impregna- religiosos, la discriminación sexual, la dis-
ción ética4 tiene el ordenamiento jurídico criminación socioeconómica, entre otros
por el cual se rige la concepción de justicia. - que han impedido una transformación
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En los Estados modernos y desarrollados, de fondo en la sociedad. Evidentemente,


esta lucha la dan los grupos o los indivi- esta situación va en contra de valores oc-
duos que reclaman la libertad para autode-
terminar una identidad y, en consecuencia,
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5. Para entender correctamente la tensión jurídica entre


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las demandas individuales y las colectivas es necesario


4. La impregnación ética como un “discurso de auto- tener claro que “la consideración de fines colectivos no
comprensión, es decir, de discusiones sobre una con- puede disolver la estructura del derecho, ni puede des-
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cepción común del bien y de la forma de vida deseada y truir la forma jurídica como tal y superar con ello la
reconocida como auténtica” (Habermas, 2009). diferencia entre derecho y política” (Habermas, 2009).
cidentales como la dignidad igualitaria y signada para ella. Este movimiento emanci- 19
la libertad, que determinan el ascenso de patorio resalta las capacidades de las mujeres

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las naciones hacia la cohesión y tolerancia y reivindica su papel en la sociedad, no solo
social, valores que, a su vez, son activados como ciudadana con igualdad de derechos
mediante las luchas políticas de los ciuda- civiles, sino también como garante de otros
danos, su legitimidad y atención por parte derechos pertenecientes a su condición na-
del aparato gubernamental de cada Estado tural como madres potenciales, entre otras.
o ente supranacional. Las minorías étnicas o los grupos
Habermas distingue, enhorabuena, culturales alrededor del mundo, entran
las diferentes identidades colectivas que en pugnas, como apunta el autor, cuan-
comparten un estado de subordinación y do hay diferencias profundas de “religión,
marginación, de esta manera el feminis- de “raza”, de etnia o de diacronías his-
mo, el multiculturalismo, el nacionalismo tórico-culturales” (Habermas, 2009), en
y la descolonización, se identifican como tanto son estas posibles contradicciones
movimientos de emancipación que demandan las que generan conflictos bélicos en los
una transformación de las lógicas socia- cuales se establece la violencia como una
les que perpetúan las desigualdades de vía de autoafirmación. La teoría del reco-
un ambiente insolidario y egoísta. A con- nocimiento, como la entiende Habermas,
tinuación, describiré brevemente las pro- brinda una solución mediante una acción
blemáticas que estos grupos enfrentan y civilizada que en el contexto de un Esta-
cómo han ido reivindicando, a través de do democrático de derecho permita solo
presión social, su posición en todas las es- “aquellas formas de vida que se articulan
feras de la vida civil. en […] tradiciones no fundamentalistas
porque la coexistencia en igualdad de de-
El feminismo se considera como un con- rechos de estas formas de vida requiere
junto de teorías sociales y de prácticas po- el reconocimiento recíproco de los dife-
líticas en abierta oposición a concepciones rentes tipos de pertenencia cultural” (Ha-
del mundo que excluyen la experiencia bermas, 2009). En este punto es impor-
femenina de su horizonte epistemológico tante resaltar que el hermetismo de una
y político. El feminismo revela y critica la comunidad, el desprestigio mutuo, el se-
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desigualdad entre los sexos y entre los gé- ñalamiento malévolo y la agresión de sus
neros a la vez que reclama y promueve los miembros, se refieren a un falso reconoci-
derechos e intereses de las mujeres. (Insti- miento que quiebra cualquier posibilidad
tuto de Estudios Latinoamericanos) de interacción y de transformación, dando
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paso a una especie de estancamiento cul-


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Así, se suprime una concepción histórica de tural donde las ideas morales son absolu-
inequidad entre el hombre y la mujer, don- tas y pretenden mantenerse a lo largo del
de la mujer estuvo sujeta a los mandatos del tiempo. En contraparte, “la vía democráti-
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hombre y a un tipo de vida socialmente de- ca significa respeto y apertura a todas las
20 culturas, pero también desafía a todas las político en común. Esta referencia hace
culturas a que abandonen aquellos valores hincapié en el modelo de Estado nacional
Habermas y “la política del reconocimiento” en el Estado democrático de derecho

intelectuales y morales que son incompa- que surgió con la Revolución francesa y las
tibles con los ideales de libertad, de igual- motivaciones que llevaron a institucionali-
dad y de una sostenida vida cooperativa zar las aspiraciones colectivas del momento
experimental de la verdad y el bienestar” (Habermas, 2009).
(Rockefeller, 2001). Por último, cuando nos referimos
En la historia, la experiencia mul- a descolonización, estamos enfatizando
ticultural en países de gran diversidad en un movimiento que se resiste a un
étnica o con flujos migratorios altos ha orden hegemónico internacional que ha
demostrado que las culturas enfrentan di- obstaculizado el desarrollo de una au-
ferentes desafíos y transformaciones por tenticidad propia, auspiciando con esto
el contacto constante con otros modos de la instrumentalización de países pobres,
concebir el mundo. Esto significa que la acechados por la guerra, la criminalidad
“supervivencia cultural” que tanto preo- y la corrupción. En este sentido, la desco-
cupa a Taylor y que lo hace abogar por una lonización no solo ha tratado de recuperar
protección institucional de las minorías una identidad ancestral sino también ha
culturales, hace parte de un proceso en- aportado mecanismos para una integra-
dógeno de la propia cultura, pues respon- ción social por medio de una constante
de por sí misma en la reproducción de las resignificación de la cultura y la tradición,
tradiciones y los valores que la fundan y la que no enajenan ni atentan con la vida de
mantienen. En palabras de Habermas: las personas pero que sí fomentan la de-
mocracia al suscitar el interés ciudadano
Las tradiciones culturales y las formas de vida por intervenir en las instituciones en pro
que en ellas se articulan se reproducen normal- de un beneficio común.
mente por el hecho de que convencen a aquellos De este modo, las ideas que el filóso-
que las abrazan y las graban en sus estructuras fo alemán construye en torno al reconoci-
de personalidad, es decir, porque motivan una miento, son valiosas en tanto establecen la
apropiación productiva y una prosecución de lealtad y la pertenencia de los actores sociales
las mismas. (Habermas, 2009) a la promulgación y mantenimiento de las
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leyes jurídicas que expresan los intereses de


De otro lado, la idea de nacionalismo que los individuos. En palabras del autor, “un
se adjunta bajo estos términos corresponde consenso sobre el procedimiento legislati-
a la compatibilidad que sienten los ciuda- vo legítimo y sobre el ejercicio de poder”
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danos de una nación al compartir un entra- (Habermas, 2009). Así, el reconocimiento


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mado cultural “homogéneo étnica y ligús- emprende su exigencia social en la figura


ticamente desde el trasfondo de un destino de la interculturalidad, que Habermas llama
histórico común y que quieren asegurar literalmente “integración ética de grupos
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su identidad” consolidando un proyecto y subculturas” en un trato de mutuo res-


peto, a la manera de Lessing, de “disputa y abandono. Es por esta razón que estas 21
civilizada entre las diferentes convicciones, huidas han causado situaciones de me-

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en la que una de las partes, […] puede nosprecio e infravaloración generadas por
reconocer a las otras partes como con- sentimientos xenófobos.
tendientes en pro de verdades auténticas” Esta situación suscita un importan-
(Habermas, 2009). Bajo estas condiciones te interés en el autor ya que no se debe
podría emerger un proyecto moderno de “limitar el contingente de inmigrantes en
civilización en un ambiente intercultural virtud de las necesidades económicas del
de intercambio de ideas, sin escrúpulos y país de acogida, esto es, de la “fuerza de
sin relaciones de poder aplastantes. trabajo bien vista”, sino en virtud de crite-
Hoy en día se ha acrecentado la rios aceptables desde la perspectiva de to-
crisis migratoria que ha ocasionado la dos los participantes” (Habermas, 2009).
guerra en Medio Oriente. El autor per- Así, el autor clasifica en dos los niveles de
cibe desde 1999 este fenómeno y lo ha asimilación cuando un extranjero llega en
comentado tomando el reconocimien- calidad de refugiado a otro país, a saber:
to como eje central de su planteamiento. A) la asimilación política y B) la asimila-
En los últimos años, estas migraciones se ción cultural. La primera consiste en una
han generado principalmente hacia Euro- subordinación al entramado legal del país,
pa occidental, Turquía, Líbano y Jordania, entendiendo la autocomprensión ético-política
desatando varias controversias, sobre todo del mismo y adaptándose a los modos de
en los países con economías fuertes como acción política. Por otro lado, la segunda
Alemania y Francia, donde las posiciones configura un “interiorización de los mo-
conservadoras rechazan a los refugiados dos de vida, las prácticas y las costumbres
con la excusa de que “la barca está llena”. propias de la cultura del país de acogida”
Para Habermas, desde finales del siglo pa- (Habermas, 2009).
sado tal afirmación carece de sentido pues Si tomamos en cuenta el carácter
afirma que “en las sociedades europeas, del Estado democrático en materia de de-
que demográficamente se han reducido rechos humanos, podríamos inferir que la
y que por razones económicas dependen primera asimilación es un requerimiento
de la inmigración, no se han rebosado los aceptado ya que hace parte de los prin-
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límites de su capacidad de absorción de cipios constitucionales que han formado


inmigrantes” (Habermas, 2009). Las olas una nación y que no deben sucumbir por
migratorias producen un contacto multi- fuerzas particulares y extrañas. No obstan-
cultural perturbador en la medida en que te, en el segundo nivel, podemos reflexio-
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los ciudadanos del país receptor visuali- nar acerca de una posible vulneración
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cen al necesitado como un parásito que de la identidad cultural del refugiado en


se alimenta de su “buen vivir”. La conno- tanto se dispone a despojar sus concep-
tación de refugiado se ha impuesto como ciones tradicionales por las de un nuevo
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un estado de precariedad, incertidumbre país desconocido. Dice Habermas que, “de


22 acuerdo con ello, de los inmigrantes solo Referencias
ha de esperarse la disposición a adoptar la Habermas, J. (1999). La lucha por el
Habermas y “la política del reconocimiento” en el Estado democrático de derecho

cultura política de su nueva patria, sin que reconocimiento en el Estado de-


por ello deban abandonar la forma de vida mocrático de derecho. En C. Taylor,
cultural originaria” (2009). El multiculturalismo y “la política
Así, el fenómeno de la inmigración del reconocimiento”. México, D.F:
crea espacios donde se ponen a prueba las Fondo de Cultura Económica.
concepciones públicas del derecho, prin- Habermas, J. (2009). La lucha por el re-
cipalmente en los ciudadanos que tienen conocimiento en el Estado democrá-
la responsabilidad de accionar bajo un tico de derecho. En C. Taylor, El mul-
consenso de posiciones que, en últimas, ticulturalismo y la política del reconocimiento
reflejan su propia autocomprensión como (págs. 155-212). Mexico DF: Fondo
comunidad. En conclusión, desde la pers- de Cultura Económica.
pectiva de Habermas, la lucha por el re- Instituto de Estudios Latinoamerica-
conocimiento encuentra en el liberalismo nos. (s.f.). Freie Universität Berlin. Ob-
de los derechos, un terreno fértil para el tenido de http://www.lai.fu-ber-
avance en la satisfacción de las demandas lin.de/es/e-learning/projekte/
culturales, tanto individuales como colec- frauen_konzepte/projektseiten/
tivas. Sin duda esta concepción se sitúa en konzeptebereich/ba_feminismo/
una teoría de la justicia que guarda en su contexto/index.html
seno la universalización de los valores de- Rockefeller, S. (2001). Comentario.
mocráticos donde el Estado es el principal En C. Taylor, El multiculturalismo y la
ente conciliador que pone en acción las política del reconocimiento (págs. 123-
políticas que demandan y requieren direc- 138). Mexico D.F: Fondo de Cul-
tamente los ciudadanos. tura Económica.
Taylor, C. (2001). El multiculturalismo y “la
política del reconocimiento”. México, D. F.:
Fondo de Cultura Económica.
Walzer, M. (2001). Comentario. En C.
Taylor, El multiculturalismo y la política del
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reconocimiento (págs. 139-145). México,


D. F.: Fondo de Cultura Económica.
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