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En el transcurso del proceso evolutivo aparecieron animales con una mayor

complejidad estructural y un mayor tamaño. Entre esos animales, fueron


favorecidos los que adquirieron órganos especializados en la captación de
oxígeno, como las branquias y pulmones, y un tejido conectivo fluido. En el caso
de los vertebrados, la sangre, capaz de transportarlo hasta las células. Se
considera a la sangre, un fluido por ser una sustancia que adquiere la forma del
recipiente que lo contiene. En la actualidad coexisten organismos de una gran
diversidad de sistemas cardiovasculares, siendo el más completo y estructurado el
de los mamíferos. Básicamente, todos consisten en una red de conductos por los
que circula sangre y una o varias bombas, como el corazón, capaces de generar
el trabajo necesario para esta circulación. La sangre es la encargada del
transporte del oxígeno, los nutrientes y otras moléculas esenciales, así como
también los productos de desecho. En los vertebrados, la sangre circula a través
de un circuito cerrado de vasos sanguíneos: arterias, capilares y venas, entre
otras. Esta red incluye tanto al circuito pulmonar como el sistémico. Es claro que
las válvulas del corazón deben funcionar en forma rítmica y acoplada, ya que de
no ser así el cuerpo puede sufrir un paro cardiaco. Actualmente, las válvulas
pueden sustituirse si su trabajo es deficiente. De lo anterior, es obvio que el
corazón realiza un gran trabajo. Las presiones de las dos bombas del corazón no
son iguales: la presión máxima del ventrículo derecho llamada sístole es del orden
de 25 mm de Hg, los vasos sanguíneos de los pulmones presentan poca
resistencia al paso de la sangre. La presión que genera el ventrículo izquierdo es
del orden de 120 mm de Hg, mucho mayor que la anterior, ya que la sangre debe
viajar a todo el cuerpo. Durante la fase de recuperación del ciclo cardiaco
o diástole, la presión típica es del orden de 80 mm de Hg. En otro contexto
sabemos de la física, que los líquidos en reposo trasmiten íntegramente y en todas
direcciones las presiones que se les aplican, lo que no sucede así cuando éstos
se hallan en movimiento a través de un tubo. Este último es el caso cuando
consideramos el sistema circulatorio: el fluido es la sangre y las arterias y venas
los tubos del circuito. Si el líquido fluye por un tubo recto en forma rítmica, el flujo
es laminar, es decir que puede imaginarse como un conjunto de láminas
concéntricas que se deslizan una sobre otra, la central será la de mayor velocidad
mientras que la que está tocando al tubo tendrá la mínima velocidad. Si
consideramos las velocidades de las diferentes capas de líquidos en un tubo
tendremos que el fluido que está en contacto con la pared del tubo que lo contiene
prácticamente no se mueve, las moléculas del fluido que se mueven a mayor
velocidad son las que se encuentran en el centro del tubo. En otro orden de ideas
las enfermedades del corazón son una de las mayores causas de mortandad en el
mundo, muchas de ellas incrementan la carga de trabajo del corazón o reducen su
habilidad para trabajar a la velocidad normal; el trabajo hecho por el corazón es
aproximadamente la presión promedio por el volumen de sangre bombeado; así
que aquello que incrementa la presión o el volumen de sangre bombeado
incrementará el trabajo hecho por el corazón; por ejemplo, una alta presión
sanguínea (hipertensión) causa que la tensión muscular se incremente en
proporción a la presión, o bien una rápida actuación del corazón (taquicardia)
también incrementa la carga de trabajo. Otro problema frecuente es el mal
funcionamiento de las válvulas cardiacas, ya que hay dos tipos de defectos:
cuando la válvula no abre lo suficiente (estenosis) o cuando no cierra bien
(insuficiencia). En el caso de la estenosis el trabajo se incrementa ya que gran
parte de él se hace contra la obstrucción de la abertura estrecha y se reduce el
suministro de sangre a la circulación general; en el caso de insuficiencia, parte de
la sangre bombeada fluye hacia atrás reduciendo la sangre en la circulación. Estos
problemas son ahora corregidos por medio de válvulas artificiales o bien
remplazándolas por válvulas humanas que previamente han sido esterilizadas por
radiación. Ahora bien, los nervios y los músculos, como ya sabemos, trabajan por
medio de corrientes eléctricas; los correspondientes al corazón están además
encerrados en un conductor eléctrico que es el torso, de modo que a través de la
piel podemos registrar en diferentes partes del cuerpo los potenciales eléctricos
generados por el corazón; cada contracción del músculo cardiaco se lleva a cabo
por un flujo de corriente el cual provoca una diferencia de potencial en la parte
externa de las fibras del músculo y la superficie del cuerpo. La corriente se
establece mientras el potencial de acción se propaga o durante el periodo de
recuperación. De igual manera no podemos olvidarnos de la magnitud del efecto
gravitacional, ya que al haber un cambio postural la primera afectada es la presión
sanguínea. Ya que en un sujeto acostado (decúbito), la presión sanguínea es la
que corresponde a cada tramo circulatorio en función del volumen, tono y
características elásticas, y depende de la presión que se genera en el ventrículo
izquierdo, pero cuando la persona se pone de pie, a estas presiones medibles en
cada uno de los segmentos circulatorios hay que sumarle la generada por la
fuerza de la gravedad o peso de la columna de sangre en la posición de medida.
Con respecto al corazón o punto de presión activa. Esto significa que en los pies la
presión sanguínea es mucho más alta que en cualquier punto por encima de esta
región; igual da que sea en el sistema arterial o venoso porque el peso es igual
para ambos, lo cual significa que no altera el flujo en la zona porque la diferencia
de presión arterio-venosa no se altera. La fuerza de la gravedad o peso de la
columna de sangre afecta a la presión transmural del vaso. No obstante existen
también una serie de respuestas compensatorias como al ponernos en posición
ortostática, cae repentinamente, por su peso, el volumen sanguíneo a las
extremidades inferiores y hay una respuesta central compensatoria que lo intenta
evitar; por lo que produce una vasoconstricción simpática periférica por debajo del
corazón y una vasodilatación por encima, esta caída de presión no afecta mucho a
la función capilar porque la presión venular está elevada y así compensa, por lo
que sigue la filtración elevada. Una forma de evitar los efectos adversos del
cambio postural comentado es gracias al uso de la bomba muscular esquelética,
que no solamente favorece el retorno venoso sino que también favorece la
función capilar al estimular el flujo linfático; ya que si aumenta mucho la actividad
esquelética puede incrementar por encima de lo normal la presión venosa central.
Para finiquitar, la mecánica de fluidos y la hidráulica son ciencias indispensables
para el hombre, la cual es aplicable en la mayoría de los campos, incluso en la
medicina como se mostró anteriormente, permitiendo al hombre comprender,
analizar y en ciertos casos predecir el comportamiento de ciertos sistemas como
es en este caso el aparato circulatorio. Las diversas aplicaciones de estas ciencias
se ven a diario, en muchos lugares y situaciones, y a partir de todas esas
aplicaciones pueden ser estudiadas para asociarse de una manera más directa y
dinámica a los términos y a las situaciones típicas que se presentan en el estudio
de los fluidos.

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