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El combustible debe alcanzar una temperatura mínima para que pueda arder, ésta temperatura es
la denominada punto de ignición o temperatura de inflamación. Los materiales combustibles
tienen una temperatura de inflamación baja y entran con facilidad en combustión. Si se quema
carbón o azufre en iguales cantidades, se observará que la energía calórica que desprende el carbón
es mayor que la que desprende el azufre. Esto significa que los combustibles, al quemarse, no
desprenden iguales cantidades de calor. Hay unos que desprenden mucha energía calórica,
mientras que otros menos calor.
Como resultado del proceso de combustión, se obtienen los productos de la combustión. Estos
dependen de la naturaleza del combustible, pero en general se produce vapor de agua, dióxido de
carbono y carbón. El hecho de que al quemar combustible se liberan importantes cantidades de
energía, le da a estos materiales una particular importancia, ya que pueden ser aprovechados para
nuestra utilidad. Las industrias, las fábricas, las plantas de producción de electricidad hacen uso
de la combustión para derivar la energía que requieren para funcionar. En la actualidad, los
hidrocarburos ocupan en primer lugar entre las fuentes de energía.
La combustión es ampliamente utilizada en los aparatos que nos ayudan a desplazarnos de un lugar
a otro (automóviles, autobuses, aviones, barcos, etc.). De la misma manera, la combustión es
utilizada en nuestras casas para cumplir múltiples funciones, como en las cocinas de gas o en las
cocinillas de gasolina para cocinar nuestros alimentos, en las velas que a veces utilizamos para
alumbrarnos, etc.
Cabe resaltar, que el uso indebido de los combustibles puede implicar situaciones lamentables; por
ejemplo, cuando no se puede controlar el fuego, podemos decir que estamos frente a un incendio.
FASES DE LA COMBUSTION
Las reacciones de combustión son en realidad mucho más complejas de lo que puede parecer,
debido principalmente a la enorme rapidez con que se suceden las distintas etapas. Hasta la llama
más simple es el resultado de muchas reacciones químicas casi simultáneas, cuyo estudio requiere
la resolución de problemas de aerodinámica, de conducción de calor y de difusión molecular.4 La
teoría clásica simplifica todo este proceso atendiendo más al resultado final, que a la dinámica del
proceso.
Los tres componentes indicados no se encuentran como componentes puros, sino que forman parte
de un compuesto que generalmente conocemos como hidrocarburo. El proceso de combustión se
realiza en tres fases:
En la tercera se completa la oxidación y se forman los productos estables que serán los
componentes de los gases de combustión.
En la primera fase, los radicales formados son muy activos y enormemente inestables, de forma que
se producen reacciones en cadena en la que estos evolucionan y desaparecen de una forma
equilibrada. Cuando los radicales se forman a una velocidad superior a la que reaccionan
posteriormente, su acumulación provoca una reacción masiva y violenta con el oxígeno que se
conoce como explosión. La onda expansiva que se produce por la liberación súbita de energía,
puede alcanzar velocidades de transmisión superiores a 2500 m/s y suele estar acompañada de
una detonación. Cuando la velocidad de propagación es inferior a la del sonido, no hay explosión y
la reacción súbita se conoce como deflagración.
TIPOS DE COMBUSTION
La combustión puede ser completa, estequiométrica o incompleta.
REACCIONES DE COMBUSTIÓN
Las reacciones básicas de combustión del carbono, hidrógeno y azufre base y la energía que
desprenden son las siguientes:
Las reacciones de combustión son en realidad mucho más complejas ya que intervienen
hidrocarburos de cadenas más largas y son reacciones químicas rápidas y en cadena. Hasta la llama
más simple es el resultado de muchas reacciones químicas casi simultáneas. La combustión se
puede resumir no obstante en los siguientes procesos:
EJEMPLOS DE COMBUSTION
Una fogata. Un ejemplo típico es la fogata, que ha acompañado al hombre a lo largo de los
siglos. Se trata un montón de materia orgánica (por lo general leña, hojas secas, papel, etc.)
amontonada para concentrar el calor y mantener viva la reacción, en contacto con el
oxígeno y en presencia inicial de calor (un fósforo, por ejemplo).
Un fósforo. El caso más emblemático de combustión es el del fósforo (cerillas, cerillo, etc.),
que no es otra cosa que un palito de madera o de papel encerado, con una cabeza de fósforo
y azufre que al raspar contra una superficie rugosa, se calienta por la fricción e inicia una
combustión que genera una llama.
Una cocina a gas. Las cocinas domésticas operan en base a la combustión de un gas
inflamable, por lo general una mezcla de propano (C3H8) y butano (C4H10), extraído de una
cañería o de una bombona y puesto en contacto con el aire y con una carga inicial de energía
calórica (como la llama del piloto).
Bases fuertes y materia orgánica. Las bases fuertes como la soda cáustica, la potasa cáustica
y otros agentes corrosivos de pH extremo, pueden ocasionar una reacción de oxidación
drástica al entrar en contacto con la materia orgánica, pudiendo así quemar por contacto e
incluso iniciar incendios, ya que esta reacción es muy exotérmica.
Los fuegos fatuos. Conocidos con este nombre desde la antigüedad y asociados a espíritus
y otras manifestaciones sobrenaturales, estas llamas espontáneas que tienen lugar en
pantanos y ciénagas de abundante materia orgánica en descomposición (y por lo tanto
muchos gases hidrocarburos) es un ejemplo de combustión en la naturaleza.
Los fuegos artificiales. Esos espectaculares despliegues de color, sonido y luz que tanto se
disfrutan en navidad o fechas patrias, representan pequeñas detonaciones y combustiones
de pólvora y otros elementos contenidos en un cartucho cilíndrico. Al encenderse la mecha,
el fuego eventualmente introduce la carga de calor necesaria para iniciar la combustión y
ésta para detonar la pólvora en una reacción en cadena.
El disparo de un revólver. De manera similar al caso anterior, las armas de fuego operan en
base a la introducción de una chispa de calor, producto del golpe de un pequeño martillo
sobre el metal trasero de la bala, que inicia la combustión y subsiguiente explosión de la
pólvora contenida a su vez en la munición. Esta reacción es tan violenta que genera la fuerza
necesaria para arrojar el plomo hacia adelante con mucha fuerza.
Un motor de combustión interna. Los motores de los automóviles, lanchas y otros vehículos
que operan con combustibles fósiles (gasoil, gasolina, keroseno) son un ejemplo cotidiano
de combustiones controladas. Éstas consumen los hidrocarburos del combustible y generan
explosiones controladas que son transformadas en movimiento, así como gases que son
liberados a la atmósfera.
Los incendios forestales. Así como las fogatas o los hornos a leña, los incendios forestales
son combustiones descontroladas que se transmiten a lo largo de hectáreas de árboles y
hojas y materia orgánica inflamable, a menos que se haga algo por detenerlas. En muchos
casos son fruto de la inyección de calor producto de la acción del sol intensificada por el
vidrio de alguna botella abandonada, que literalmente prende la mecha del incendio.