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6- Aproveche todas las oportunidades: Una victoria se puede lograr con una
acción rápida.
Haga las cosas sencillas, siempre que pueda. “No derroche su tiempo y sus
recursos”.
Porque para ganar una batalla (o conseguir un objetivo) siempre hay que
maniobrar de manera ventajosa. ¿Y quién puede maniobrar de la manera más
correcta en un entorno cambiante?
El que es un experto en lo que se hace. Porque con tal maestría podrá saber
cómo golpear en los puntos débiles y poner como escudo los puntos fuertes en los
que somos invulnerables.
De esa manera golpeamos mejor que los demás donde es más efectivo y nadie
puede golpearnos ahí, porque somos los mejores en eso.
Sun Tzu habla de vacío (percepción de lo que hay) y realidad (lo que realmente
hay).
Sun Tzu ya abogaba por lo importante que era el “engaño”, es decir, hacer
percibir al otro lo que queremos que perciba. Miles de años antes, él ya sabía
algo importante, que nos guste o no la percepción es la realidad.
Obviamente la mejor manera de ser percibido como los mejores es ser los
mejores, pero no siempre es así porque hoy día no sólo importa ser, sino transmitir
que lo somos.
Por supuesto, en este caso, el engaño directo es la ruta más rápida para tener que
cerrar nuestra iniciativa. La percepción sin realidad detrás, está vacía y, aunque
cerremos la venta, se nos va a caer la fachada enseguida. Pero es que en el
mundo de hoy hay que entender que no sólo hay que ser, sino también hay que
parecer.
Y eso significa Marketing, que junto con el producto (la realidad que hay detrás
de ese marketing) debería llevarse la mayor parte de recursos en forma de tiempo
y dinero.
Todo el mundo tiene que saber qué objetivos tenemos y cuál es la filosofía de
empresa que queremos mostrar a nuestros clientes y poner en práctica. La mayor
parte de los desastres en una batalla venían de malinterpretar las órdenes. Las
batallas son caos y ruido y, muchas veces, competir y salir ahí fuera a vender
parece una batalla y no está exento de su dosis de caos.
Las reuniones eternas no sirven de nada, tienen que ser muy limitadas en tiempo,
con un motivo claro y con una aplicación práctica a tener clara antes de
empezarlas. Y al final las batallas las pelean los soldados. Si las personas que
tenemos empleadas y en contacto con el cliente, nuestros soldados que son la
punta de lanza, no saben nada de las órdenes, los valores o la misión de la
empresa, no podemos esperar que remen en la dirección correcta, porque
desconocen la dirección aunque quieran hacerlo.
Ningún plan aguanta el contacto con la realidad, ya lo decía Napoleón y antes que
él ya lo decía Sun Tzu. Por eso es más importante la modificación y control de los
planes que su creación, ya que es imposible predecir el futuro y tener en cuenta
cada aspecto que influirá.
Nuestro plan inicial debe ser un boceto, un punto de partida, en cuanto la realidad
nos dé su feedback y opinión, debemos adaptarnos a ello.
Sin embargo, ¿cómo son la mayoría de planes de negocio, marketing, etc? Se
redactan y se olvidan en un cajón. Ese tiempo hubiera estado mejor empleado en
cualquier otra cosa, descansar incluido.
Para ello lo ideal es ir siempre un paso por delante, no bajar los brazos en los
buenos tiempos y “preparar la guerra en tiempos de paz”.
Se dice que Microsoft tiene suficiente caja como para aguantar un año sin ingreso
alguno. Probablemente esto es exagerado (y algo paranoico) pero la mejor
garantía de que Microsoft sobrevivirá a una crisis grave es que se han blindado de
tal manera, que su posición les va a permitir aguantar el temporal.
Como bien se especifica en Cómo empezar un negocio, hay que empezar siempre
a elegir un buen mercado, que será nuestro particular campo de batalla.
Junto con el terreno, las personas son la otra gran variable que va a determinar si
vamos a tener una empresa de éxito. Ya hemos visto las nuestras y la necesidad
de compensarlas tras ponerlas en los puestos adecuados, ahora importan las
otras.
Cuando no tenemos más remedio que hacer algo, cuando la apuesta personal es
alta, cuando nos jugamos mucho es cuando damos todo lo que tenemos.
Si disponemos de mucho tiempo para terminar algo iremos dejándolo para luego.
Es inevitable y la naturaleza humana es así. No ha cambiado desde los tiempos
de Sun Tzu.
Eso significa que no deberemos dejarnos llevar por lo personal ni por lo que nos
apetezca en el momento.
Tantos años después, Peter Drucker sigue teniendo razón: Lo que no se puede
medir no se puede gestionar.
Una vez que tengamos las personas adecuadas en nómina, éstas deben
consagrarse a dominar la técnica de la posición en la que se encuentre (si
estamos en ventas nos dedicamos a ser el mejor en ventas y si es dirigiendo un
equipo hay que consagrarse a ser el mejor dirigiendo y motivando personas).
Aunque se salga del ámbito de este material, me gustaría comentar que está
ampliamente comprobado por multitud de estudios, en contextos distintos, que las
recompensas meramente monetarias no aumentan el rendimiento dentro de
una empresa.
Una combinación de reconocimiento de la labor, tener una actividad que suponga
un desafío y guste, además de la combinación con una recompensa monetaria
justa, es el mejor motivador en cada estudio serio que se ha hecho sobre el tema.
Y si el camino lo marcan otros, es difícil que lleguemos al objetivo que nos hemos
propuesto nosotros, la verdad.
Ser emprendedor, ser empresario, tiene que ser sinónimo de ACCIÓN. Y no sólo
acción, hoy día eso ya no basta, ha de ser acción masiva.