Vous êtes sur la page 1sur 7

Karl Marx

Karl Marx (1818-1883) tenía en común con Durkheim y Weber ese interés
simultáneo por los temas filosóficos abstractos y la realidad concreta de la vida
cotidiana. A diferencia de los otros dos, Marx era tan crítico con las
instituciones que no pudo realizar una carrera académica convencional. Pasó la
mayor parte de su vida exiliado fuera de su Alemania nativa. La vida personal
de Marx fue una lucha constante. Cuando se prohibió un escrito suyo, huyó a
Francia. En París conoció a Friedrich Engels (1820-1895), con el que mantuvo
una amistad durante el resto de su vida. Ambos vivieron una época en la que la
fábrica iba sustituyendo paulatinamente a la granja en la economía de Europa y
Estados Unidos. En 1847, Marx y Engels asistían en Londres a las reuniones
clandestinas de una coalición ilegal de sindicatos conocida como la Liga
Comunista. El año siguiente prepararon una declaración de principios llamada
El manifiesto comunista, en el que argumentaban que las masas de individuos
que no tienen otro recurso que su trabajo (lo que ellos llamaron el proletariado)
deberían unirse y luchar para acabar con las sociedades capitalistas. En
palabras de Marx y Engels: La historia de todas las sociedades existentes
hasta el momento es la historia de las luchas de clases… Los proletarios no
tienen nada que perder salvo sus cadenas. Tienen un mundo por ganar.
¡TRABAJADORES DE TODO EL MUNDO, UNÍOS! (Feuer, 1989:7, 41).

Sociología marxista

El término sociología marxista se refiere al comportamiento de la sociología


desde una perspectiva marxista.1 El marxismo por sí mismo puede
reconocerse como una filosofía política y una sociología, en particular hasta el
punto que intenta quedarse científico, sistemático y objetivo en vez de
puramente normativo y preceptivo. La sociología marxista puede definirse
como "una forma de la supuesta teoría del conflicto asociado, con el objetivo de
marxismo a desarrollar una ciencia positiva empírica de la sociedad capitalista
como parte de la movilización de una clase obrera. "La Asociación Sociológica
Estadounidense tiene una sección dedicada a los asuntos de la sociología
marxista; la sección " está interesada en como la investigación de perspicacias
de la metodología marxista y el análisis marxista pueden ayudar explicar la
dinámica compleja de la sociedad moderna". La sociología marxista vendría a
facilitar los desarrollos de la teoría crítica y estudios culturales como disciplinas
aproximadamente distintas.
Max Weber

Otro importante teórico de los primeros tiempos fue Max1920) estudió

Weber. Nacido en Alemania, Weber (1864-

La historia del derecho y la economía, pero desarrolló un interés cada vez


mayor por la sociología y llegó a ser profesor de varias universidades
alemanas. Weber enseñó a sus estudiantes que debían emplear el Verstehen,
término que significa «comprensión» o «discernimiento» y que él emplea en su
obra. Señaló que no podemos analizar nuestro comportamiento social con el
mismo tipo de criterios objetivos que utilizamos para medir el peso o la
temperatura. Para entender el comportamiento en su totalidad, debemos
aprender qué significados subjetivos asocian los individuos a sus actos, cómo
perciben y explican su propio comportamiento.

Supongamos, por ejemplo, que un sociólogo estuviera estudiando la


estratificación social de los miembros de una asociación de estudiantes. Weber
esperaría que el investigador utilizara el Verstehen para determinar el
significado que la jerarquía social de la asociación tiene para sus miembros. El
investigador estudiaría los efectos que tienen las aptitudes deportivas, las
notas, las habilidades sociales o la antigüedad en la asociación. Querría
conocer cómo los miembros de la fraternidad se relacionan con otros miembros
de estatus superior o inferior. Al estudiar estos temas, el investigador tendría en
cuenta las emociones, los pensamientos, las creencias y las actitudes de las
personas (L. Coser, 1977). También estamos en deuda con Weber por una
herramienta conceptual: el tipo ideal. Un tipo ideal es una construcción o
modelo para evaluar casos específicos. En sus propias palabras, Weber calificó
varias características de la burocracia como un tipo ideal (esto se trata en
detalle en el Capítulo 6). Al presentar su modelo de burocracia, Weber no
estaba describiendo ninguna actividad en especial ni utilizaba el término ideal
de forma que sugiriera una evaluación positiva. En cambio, su intención era
ofrecer un criterio para cuantificar el grado de burocratización de una
organización real (Gerth y Mills, 1958).

Para Weber la sociología es la ciencia que pretende entender, interpretándola,


la acción social para explicarla causalmente en su desarrollo y efectos,
entendiendo por acción como una conducta humana en la que el individuo o
individuos de la acción la enlacen con un sentido subjetivo. La acción social
estaría referida a la conducta de otros. Pero lo que interesa al autor es el
sentido de la acción susceptible de ser comprendida .Weber destaca en la
investigación sociológica la intersubjetividad o el cumulo de relaciones entre
sujetos movidos por la intencionalidad, relaciones dotadas de un sentido que
las hace comprensibles. Así trata de captar la lógica que subyace a los
fenómenos sociales, con lo que establecer inferencias causales y modelos
tipológicos. Así pues trata de rastrear tendencias previsibles a partir de la
comprensión de orientaciones sociales.

Weber trata de indagar las posibles racionalidades subyacentes en la acción,


incluyendo las "racionalidades con arreglo a los valores" (que operan en
relación con las simples categorías de la adecuación de los medios a loa fines
apetecidos y más verosímilmente conseguibles. Al admitir que coexisten
diversas racionalidades alternativas y que la acción social no siempre se
entiende en términos racionalistas, nuestro autor se adentra en técnicas
sociológicas que iban a convertirse en el telón de fondo de los violentos
acontecimientos que se desarrollaran en la primera mitad del siglo XX. Por
tanto en el estudio no sólo deben valorarse "la racionalidad con arreglo a los
fines" sino también a guías hipotéticas de acción determinadas por los valores
del individuo. Por tanto para Weber la sociología debe ser comprensiva y no
unilateral, no prejuzgando los elementos de fondo sino contrastando las
racionalidades aceptando que alguna de ellas es predominante.

Una de las herramientas analíticas más famosas de Weber es la descripción de


los tipos ideales, para entenderlos debemos partir de la base de que Weber
consideraba la Sociología como una ciencia de la cultura con una metodología
apartada de las ciencias naturales. Con este manifiesto Weber pone en relieve
la inseparabilidad que existe entre sociedad y los factores culturales que le
afectan. La solución para estudiar esta complejidad la encuentra el autor en los
tipos ideales que consiste en la aplicación de una metodología que tiene su
base en las causalidades culturales que suponen la previsibilidad de las
acciones. La confluencia entre política, historia y las categorías sociológicas
aparecen en las formas ideales de dominación política o legitimidad de la
autoridad.

Max Weber introduce un enfoque en el análisis del poder que nunca antes
había sido utilizado, no sólo ve el poder desde el punto de vista del gobernante
sino también desde el punto de vista del súbdito. Para ello distingue dos
conceptos, el macht (poder desnudo) y el Herrschaft (forma compleja de
dominación). Según Weber las personas o grupos deben aceptar la autoridad
como algo legítimo, por tanto esta autoridad debe legitimarse mediante
procesos de dominación complejos. Cuando estos sistemas de autoridad hacen
quiebra a lo largo de la historia se cambian por otros. Weber distingue tres tipos
ideales de dominación: el carismático, el tradicional y el racional-legal .

La legitimidad carismática es definida como aquella que descansa en la


santidad, heroísmo o ejemplaridad de la persona, es la forma de legitimidad
propia de las sociedades antiguas, la entraña del sistema carismático de
autoridad es su excepcionalidad, como en el Israel de Moisés. Cuando el
carisma se hace rutinario aparece el tipo de dominación tradicional, que
descansa en la tradición de las instituciones creadas en la etapa anterior por
esas personas excepcionales, lo que le otorga legitimidad. La tradición
descansa en sí misma, el ejemplo más notable de este tipo serían las
monarquías medievales y absolutistas, en las que el carácter hereditaria
supone la aceptación de esa autoridad como legitima. En estas sociedades
estamentales las movilidad social es inexistente, cuando aparece ese deseo de
movilidad es cuando el tipo racional-legal. Este sistema está basado en la
adecuación de una serie de normas que se consideran justas, igualitarias y
aceptadas voluntariamente por el conjunto de la sociedad .El ejemplo
característico de este tipo de dominación serían los regímenes salidos de la
revolución francesa o de la independencia americana.

A pesar de lo aquí expuesto los regímenes constitucionales se desarrollan


dentro del ámbito sociológico de consolidación de la sociedad urbano-industrial.
Un rasgo característico de estos regímenes será la aparición de la burocracia
con los atributos de la asignación de atribuciones fijas a los funcionarios
mediante un reglamento, una jerarquía funcional, rasgos específicos para cada
uno de los puestos y el almacenado de fondos documentados. Este rasgo será
típico de las sociedades modernas, ya que algún intento de burocracia en la
antigüedad, como en el imperio chino, resulto hipertrofiado e ineficaz. A pesar
de que Weber consideraba como un factor de modernidad la complejidad de la
burocracia, también le atemorizaba que la aparición de esta estuviese sujeta a
un profundo proceso de racionalidad o perdida de contenido reflejada en este
auge de la burocracia. Para Weber esta sociedad moderna debería estar
cargada de constantes consultas al pueblo.

Según Weber clase social se define como aquel grupo que comparte una
idéntica situación con respecto a la provisión de bienes, posición y destino
personal. La primera clasificación que realiza diferencia entre clases
propietarias y no propietarias, aunque parece referirse a la división de clases
en sociedades antiguas. Con respecto a la moderna la clasificación la
establecería en función de su posición en el mercado, atendiendo a la
producción, la especulación financiera y el consumo. Básicamente diferencia
entre empresarios y trabajadores con una serie de clases intermedias entre las
dos (funcionarios, artesanos, etc.). Los trabajadores se distinguen en:
cualificados, semi-cualificados y no cualificados; entre los empresarios vemos a
empresarios, comerciantes, armadores, etc.

Otro de los elementos vertebradores de la sociedad según Weber sería el


factor simbólico-cultural, en este apartado Weber hace un estudio de la
Sociología de la Religión. Esta dimensión simbólica acabara derivando en
dogmatismos y mitologías como formas de dominación y, con la irrupción de la
modernidad, pierden ese carácter significativo y utópico que le anima hasta ser
desplazada por la tecno burocracia. Así pues de la magia se derivan las
prácticas simbólicas, de aquí se pasa a caracterizar ese simbolismo hacia
divinidades y mitologías, desplazando a los magos; que a partir de aquí se
ocuparan del culto de adoración a esta divinidad con el objetivo de perpetuar la
religión. Conforme se va racionalizando el objeto de culto se van
sistematizando y formalizando el ordenamiento de esta religión .Estas
religiones incorporan del elemento jurídico el carácter coactivo.

Del proceso racionalizador se pasa de politeísmo al monoteísmo, dándole un


carácter más universal a la religión. La necesidad de culminar el centralismo
monoteísta lleva consigo una centralización de los preceptos éticos. Dentro de
las profecías Weber distingue entre las que tienen un carácter ético y las que
tienen un carácter ejemplificador, estas profecías son fruto de la iluminación y
están opuestas a lo establecido, por lo que se produce una pugna entre ambas
(innovación versus tradición). También nos encontramos con un conflicto entre
religiosidad y el laicado, así nos enfrentamos a dos dimensiones de conflicto en
la sociología weberiana de la religión: la disyuntiva tradición-innovación y entre
la religiosidad y los grupos laicos.

Weber establece un desarrollo histórico de la religión cristiana, en un primer


momento el carisma profético se convierte en práctica sacerdotal, dotándose
de un carácter de formalización dogmática. En un segundo momento el
protagonismo de la religión recae en las capas que la sustentan, en concreto
una religiosidad urbana tomando cuerpo la forma religiosa de occidente: el
burgo y, frente a ellos, la nobleza con una concepción caballeresca de la
religión. Sin embargo en este periodo es la pequeña burguesía la que introduce
el carácter congregacional (comunidad) del cristianismo. Para Weber la religión
sigue una pirámide jerárquica, auto-perfeccionamiento y resignación; este
hecho tendrá un reflejo en la gestión técnico-racional.

Para Weber todo lo explicado con anterioridad respecto a la religión


desembocara en el capitalismo como nueva cultura que culminara la
singularidad de occidente. Para Weber la ética protestante inaugura el
crecimiento económico al no conformarse con el quietismo cristiano. Se
establece pues una diferencia con respecto a los anteriores periodos, el
dominio separado del enriquecimiento personal y familiar. Para Weber
occidente venia ya de antiguo marcándose misiones y volcándose hacia la
acción de futuro. La aparición de la ética protestante dispara esta tendencia.
Émile Durkheim
Emile Durkheim aportó numerosas contribuciones pioneras a la sociología,
entre ellas su importante trabajo teórico sobre el suicidio. Hijo de un rabino,
Durkheim (1858-1917) fue educado en Francia y Alemania. Se granjeó una
enorme reputación académica y fue uno de los primeros profesores de
sociología de Francia. Durkheim será recordado, sobre todo, por su visión de
que el comportamiento debe entenderse dentro de un contexto social más
amplio y no sólo en términos individuales. Como ejemplo de ese empeño,
Durkheim ([1912] 2001) desarrolló una tesis fundamental para explicar todas
las formas de la sociedad. Mediante el estudio intensivo de los Arunta, una tribu
australiana, se centró en las funciones de la religión y descubrió el papel que
desempeñaba la vida en grupo a la hora de determinar qué se consideraba
religioso. Durkheim llegó a la conclusión de que, como sucede con otras formas
de comportamiento grupal, la religión refuerza la solidaridad en un grupo. Otro
de los principales intereses de Durkheim era las consecuencias del trabajo en
las sociedades modernas. Según él, la creciente división del trabajo en las
sociedades industriales, a medida que los trabajadores se especializan, lleva a
lo que él llama anomia. La anomia es la sensación de pérdida del rumbo en
una sociedad cuando el control social del comportamiento individual se hace
ineficaz. El estado de anomia se produce cuando los individuos han perdido su
sentido de la determinación o la dirección a menudo durante un período de
profundo cambio social. En una época de anomia, los individuos están tan
confusos y les resulta tan difícil afrontar el nuevo entorno social que pueden
llegar a limitarse a sus propias vidas. A Durkheim le preocupaban los peligros
que podían suponer para las nuevas sociedades industriales la alienación, la
soledad y el aislamiento. Compartía con Comte la creencia de que la sociología
debería marcar la dirección del cambio social. En consecuencia, defendió la
creación de nuevos grupos sociales —mediadores entre el individuo, la familia
y el estado— que facilitarían una sensación de pertenencia a los miembros de
las sociedades grandes y despersonalizadas. Los sindicatos serían un ejemplo
de estos grupos. Como muchos otros sociólogos, Durkheim no limitó su interés
a un solo aspecto del comportamiento social. Más adelante veremos sus ideas
sobre el crimen y el castigo, la religión y el lugar de trabajo. Pocos sociólogos
han tenido una influencia tan decisiva en tantos campos de la disciplina.

Sociología
Al igual que los otros sociólogos a Durkheim lo preocupa el problema existente
en la sociedad, la crisis social que trajo la industrialización. La propuesta del
autor se basa en la necesidad de fundamentar las concepciones teóricas que
en un sustento empírico, analizando y comparando los datos observados en la
realidad como paso previo a las generalidades abstractas.
Durkheim plantea que el objeto de la sociología es el estudio de los "Hechos
Sociales", y el método para estudiarlos es considerarlos como cosas. Un
"Hecho Social" consiste en toda forma de obrar, de pensar y de sentir que
ejerce sobre el individuo una presión exterior. Es decir, los hechos sociales son
anteriores y externos al individuo; lo obligan a actuar, lo coaccionan en
determinada dirección. Se expresan en normas, en leyes, en instituciones que
aseguran la tendencia a la buena integración del individuo con la sociedad.

El orden moral es pues equivalente al orden social. Este, a su vez, se expresa


como un sistema de normas que, por su parte, se constituyen en Instituciones.
La sociología es el análisis de las instituciones; de la relación de los individuos
con ellas.

El eje problemático sería la relación entre el individuo y la sociedad. El


supuesto es que hay una primacía de la sociedad sobre el individuo, y que lo
que permite explicar la forma en que los individuos se asocian entre si es el
análisis de los tipos de solidaridad que se dan entre ellos. Durkheim reconoce
dos: la solidaridad mecánica y la solidaridad orgánica.

Vous aimerez peut-être aussi