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En el mundo tifUe tifUeremos esJu dumentuL. ll

La sabiduría, ta prudencia
� ta sencillez
La sabiduría es una capacidad que se desarrolla a medida que las diferentes
experiencias que vivimos nos permiten aprender y aplicamos este aprendizaje
de forma reflexiva en beneficio de la verdad y la práctica del buen juicio.

La sabiduría va más allá de la acumulación de conocimientos pues, a pesar de


que este proceso se lleve a cabo, si no los aplicamos eficazmente, los estamos
desaprovechando. No es sabio quien conoce mucho, sino aquel que actúa
consecuentemente con lo que sabe.
En muchas culturas se les atribuye la sabiduría a las personas de mayor edad,
pues se reconoce que gracias a sus incontables experiencias, se han convertido
en referentes de aprendizaje y cúmulo de conocimientos. Lamentablemente
nuestra cultura, en muchos casos, aísla a los ancianos y los relega a una condi-
ción de innecesarios.
La sabiduría está relacionada con los valores de la prudencía y la sencíllez.
La prudencia es el valor que nos permite actuar frente a las situaciones diarias
El sabio no se sienta para de la vida con mayor conciencia. Nos permite reflexionar acerca de nuestras
lamentarse, sino que se dispone palabras y acciones y nos estimula a actuar correctamente frente a cualquier
alegremente a su tarea de reparar
el daño hecho. circunstancia.

William Shakespeare. Cuando una persona prudente se equivoca, aprende de sus errores y los co-
rrige. Por ello, genera confianza en aquellos que la rodean. Cuando logramos
afianzar la prudencia, nos convertimos en personas claras, convincentes,
cautelosas, eficientes, tolerantes y discretas, capaces de respetar la forma de
pensar, actuar y sentir de los demás.
La sencfllez es el valor que nos permite reconocer virtudes y debilidades en no-
sotros mismos y en los demás. De esta manera, algunas veces, nosotros sere-
mos el ejemplo para seguir y, a veces, lo serán los demás. Una persona sencilla:
• Escucha a las personas para aprender de ellas.
• Se comunica, utilizando un lenguaje claro.
• Utiliza con mesura la palabra y evita acaparar las conversaciones.
O Procura no hablar permanentemente de sus logros y reconocimientos.
• Está lista a colaborar con aquellos que lo necesitan.

"No hay que confundir nunca el conocimiento con la sabiduría.


El primero nos sirve para ganarnos la vida; la sabiduría nos ayuda
a vivir".
Sorcha Carey

56 © SANTILLANA

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