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puntas
cinco
las
de
Estrella
La

Taxil
Léo
OBRAS DE LEO TAXIL

LOS MISTERIOS
DE

LA FRANCMASONERÍA

EDICIÓN ILUSTRADA
Un tomo en cuarto mayor, con loo grabados y más de 800
páginas, con rica encuademación hecha ex-profeso, á 13 pe
setas el ejemplar, traducido por D. Angel Z. de Cando.

LA FRANC-MASONERÍA DESCUBIERTA
Y

EXPLICADA

ZEZDIGIÓZNT DE PROPAGANDA
Vertida fielmente al castellano por el Dr. D. jfoaquin de
Cots y de Cois Pbro., catedrático de la Facultad de Sagrada Teo
logía en el Seminario Conciliar, con un prólogo por el Dr. don
jfaime Cararach é /borra, catedrático de Filosofía en el mismo
Seminario. Edición popular resumiendo las más completas re
velaciones. Un tomo de más de 350 páginas á 2 pesetas
en rústica y 2'50 encuadernado.
LA ESTRELLA DE LAS CUCO PIJAS
Ex - LiBRIS
Dr RAMON
CATEDRAT,". DE «OMATRIA SARRO
DE BARCELONA
1950-1970
Biblioteca Ant im asónica por D. Gabriel J ogand Payés
(LEO

I7A E^TE^EIjIjA

de las oáaoo puntas


VERSIÓN ESPAÑOLA
POR

D. Pelegrín Casabó y Pagés


Jntérprete jurado autor y traductor de varias obras

CUADERNO SEPTIMO

CON CENSURA ECLESIASTICA

5d tí
—« J. M. J. »-
p5

35 céntimos de peseta

BAÍ^CELiONA

Tipografía y Librería de la Inmaculada Concepción


18— Buensuceso — 13
1889
ES PROPIEDAD DE D. JlIAN (JRABULOSA
ESTRELLA DE LAS CIO PUNTAS

Debo declarar con toda lealtad serme abso


lutamente imposible dar en francés el texto
secreto que un Orador de grado superior debe
parafrasear en presencia de los Hermanos y
de las Hermanas, bajo el pretexto de dirigir
una arenga instructiva á la nueva Maestra:
véome, pues, obligado á interrumpir aqui mis
revelaciones y dejar un vacío en la divulga
ción de las infamias que caracterizan la re
— 6 —
cepción al grado 3.° de la Masonería de
Adopción.
Sin embargo, como no conviene que la sec
ta, por el hecho de mi reserva, pueda supo
nerse calumniada, bajo forma de reticencias,
ó decir que no existe ninguna instrucción se
creta que no sea confesable, he publicado en
latin al final de mi libro Las Hermanas maso-
nas, la Clave de los Símbolos secretos de la
Franc- Masonería, documento que resume lo
que la Iglesia de Satanás llama su Dogma, y
lo he acompañado con la cita completada de
sus fuentes, á fin de asentar su perfecta ó in
discutible autenticidad. Presentada así esta
publicación y quedando incomprensible para
las personas que no tengan hechos ya estu
dios especiales, corresponderá al objeto que
me tengo propuesto: desenmascarar á la Ma
sonería hasta en sus más vergonzosas torpe
zas, sin hacer no obstante divulgaciones que
escandalicen á las personas que deben per
manecer en la ignorancia.
Dicho esto, se comprende fácilmente que
mi tarea es sobre manera ardua, delicada y
penosa. Son de tal naturaleza las abomina
ciones masónicas que si no se rasgan de naa
vez sus velos hipócritas, se favorece á los
sectarios, protegidos en su secreto infame
por el mismo carácter de su ignominia, y si
se descubren, se corre el riesgo de perturbar
á almas inocentes, por más prudencia que
tino tenga.

La perspicacia del lector ha de suplir lo que


debo callar.
Sin más preámbulos, acudamos al Dicciona
rio de la gerga masónica, para que nos diga
el significado de la Estrella flamígera.
«Es la tal Estrella el emblema misterioso
que solo se dá á contemplar á los Hermanos
provistos del segundo grado: es una estrella
de cinco puntas, de cuya vista están privados
los Aprendices. En el centro de la estrella
hay la letra Gr. El objeto es un transparente,
una especie de linterna, de la forma que se
acaba de decir, cuyas velas interiores se en
cienden en las grandes ocasiones. Este emble
ma tiene una significación de las más inde
centes »
Las cinco puntas y la Gr. del centro tienen
una significación que la pluma se resiste á
escribir, como la tiene asimismo el número
cinco.
Concretando ideas y abreviando muchísimo
acudamos á una Logia de Adopción y escu
chemos algo del discurso que el Hermano
Orador dirige á la Compañera, despues de
— 8 —
colocada la neófita en el clima de Africa,
junto al altar.
El discurso del Hermano Orador trata como
siempre de los diferentes episodios de la re
cepción. No insiste en los cinco viajes de la
neófita, y se para sobre todo en los incidentes
cuya causa fué el Hermano Instigador en el
pequeño gabinete de verdor:
Hé aquí la sustancia del discurso:
—La recepción de la Compañera Masona
recuerda los orígenes de la humanidad. Adan
y Eva, formados por un ser superior preexis
tente, fueron colocados en un jardín de de
licias, el Paraíso Terrestre . En medio de
este jardín, hay un árbol cuyos frutos tienen
un privilegio: una vez se los ha gustado, se
sabe discernir el bien del mal. Es este el ár
bol que oculta el mayor secreto de la natu
raleza: el secreto de la perpetuidad de la es
pecie humana. Los Masones lo designan con
el nombre de Arbol del Centro ¿Qué es el
bien? ¿Qué es el mal? Adan y Eva lo ignoran,
y lo ignorarán mientras no hayan comido del
fruto de ese maravilloso Arbol del Centro.
Son ciegos, y á esta ceguera se ha convenido
llamarla su inocencia La humanidad, que
no se compone entonces sino de una pareja,
es inmortal, el cielo les hizo la promesa de la
inmortalidad, y Adan y Eva confían en ella
— 9 —
como ciegos que son. Pero, si la humanidad
es inmortal, está por otra parte fatalmente
destinada, por el mismo hecho de su ignoran
cia, á no aumentarse jamás; estará siempre
reducida á dos individuos ¿Es esto el bien?
¡Reflexionad, vosotras que sois hijas de Eva,
de aquella Eva que debía ser la primera en
gustar el fruto del árbol de vida — ! Eva es,
pues, tentada. Cede á la tentación. Es una
simple curiosidad, una flaqueza, si se quiere,
pero una flaqueza muy excusable, puesto que
tiene por móvil el deseo de instruirse, de
conocer, de saber distinguir el bien del mal.
No raciocina, ni reflexiona^n las consecuen
cias que podía tener su flaqueza; no se dice
que su ligereza enfurecerá al ser superior de
quien ella depende; no, ella es sencilla y Cán
dida, sin ninguna malicia, obra por instin
to Prueba una manzana, y apenas la ha
catado, se abren sus ojos, la luz de la miste
riosa ciencia brilla en sus miradas tan asom
bradas como hechiceras al mismo tiempo.
Comprende que el bien de la humanidad no
está en su aislamiento en medio de la natu
raleza, sino, al contrario, en su reproducción
incesante, en su aumento, en su multiplica
ción. Mientras ha saboreado ella el fruto de
vida, ha experimentado una sensación deli
ciosa, hasta entonces desconocida, y, al mis
mo tiempo, lia tenido la revelación del gran
secreto del Arbol del Centro Feliz por su
descubrimiento, apresúrase á que Adan se
aproveche de él: comen juntos aquel fruto
tan suave como precioso; Eva dá á Adan la
lección que ella ha recibido poco antes Al
instante, el trueno y el granizo estallan te
rriblemente; los cielos se desgarran, la tierra
tiembla, toda la naturaleza se extremece es
pantada; el ser superior á quien Adan y Eva
deben haber sido formados, se aparece lleno
de ira, dispuesto á destruir su obra, por lo
muy furioso que está. Con una palabra, re
niega de sus promesas: pues que el hombre y
la mujer, olvidando sus preceptos, cogieron
el fruto prohibido y de este modo el misterio
de la generación no es ya un secreto para
ellos, ya que en adelante la especie humana
engendrará y se multiplicará: en cambio, el
privilegio de la inmortalidad, que debía dis
tinguirla de los demás seres animados, le será
retirado; Adan y Eva, así como sus descen
dientes, morirán; por una inconsecuencia,
finalmente, muy discutible, la humanidad está
perpetuamente condenada á esta pena, cuyos
efectos son horribles, la muerte Adan y
Eva, expulsados del Paraíso Terrestre, no
tardan, no obstante, en consolarse, dentro de
lo posible, de los beneficios que han perdido:
— 11 —
á su improductiva ignorancia ha sucedido el
amor, tierno y fecundo; el trabajo, que les
honra, reemplaza, en su hogar perseguido,
la ociosidad despreciable. Si su existencia
está ahora limitada á un término fijado por
el arbitrario, á lo menos, no es ya estéril y
sin objeto. Conocen los dulces goces de la fa
milia, tienen hijos, y su madre, á quien la
adversidad solo ha hecho mejor, no siente los
dolores que su nacimiento le cuesta ¡Ay!
¿por qué es preciso que un trágico aconteci
miento venga muy pronto á hacer compren
der á Adan y á Eva cuan terrible es la pena
impuesta á la humanidad? Habiendo sur
gido una rivalidad entre Abel y Cain este,
mata violentamente á su hermano, y, por la
primera vez, la familia humana tiene á la
vista el espantoso y desconsolador cuadro de
la muerte Tal es, Queridas Hermanas y
Queridos Hermanos, el asunto de estudio que
la Masonería ha creido deber entregar á
vuestras meditaciones, componiendo los epi
sodios de la iniciación de Compañera de los
episodios simbólicos que sabeis.»

En virtud de este discurso masónico, se vé


claramente que Dios es en todo el gran cul
— 12 —
pable, hasta con motivo de la muerte de Abel.
Dadas estas condiciones, fácil es compren
der el sentido que la secta atribuye á la ins
cripción puesta en el cuadro de la Sala del
Crimen: «El crimen ha vencido á la inocen
cia». La inocencia es la humanidad; el cri
men, Dios.

Adelantemos un paso más en el estudio del


número cinco.
Oigamos ahora, al efecto, un discurso del
Venerable al Aprendiz recipiendario:
«Hermano mío, este primer viaje represen
ta el primer año de los estudios de los neófi
tos. Su simbolismo, son el mallete y el cin
cel: hasta ahora, solo os ocupásteis en des
bastar la piedra tosca; ahora en calidad de
Compañero, es preciso que aprendais á tallar
los materiales y darles el pulimento y la ele
gancia que deben brillar en el edificio que
estamos llamados á levantar. Este es el uso
que el obrero práctico hace de las herramien
tas que habeis tenido en las manos: estais ya
demasiado instruido en el lenguage figurado
de la Masonería para que sea necesario insis
tir en la significación de esta alegoría
Sabeis que debeis aplicar á la moral los prin
— 13 —
cipios y los preceptos del arte manual del
que lia tomado la Masonería las formas exte
riores. Pero, ante .todo, debe el Mason pro
curar conocerse á si mismo, y por esto se os
ha indicado como primera materia de nues
tros estudios los cinco sentidos Este título,
los Cinco Sentidos, no debe considerarse como
absoluto, puesto que se trata de los órganos
del cuerpo y de las facultades del alma. Esta,
en materia de sentidos, no posee un número
fijo y determinado de ellos; dispone muy sen
cillamente de los cinco órganos que el cuerpo
pone á su disposición para conocer al mundo
externo y tomar posesión del mismo. Y ved
la admirable disposición en el organismo de
estos órganos La Yista, el Oido, el Gusto
y el Olfato se encuentran reunidos, por de
cirlo así, en un solo punto, porque concurren
más inmediatamente á la producción de las
ideas y á la conservación del ser, mientras
que el Tacto, derramado en toda la superficie
del cuerpo, no es más que el auxiliar y el
compañero de los demás Vamos, pues,
Hermano mío, á examinar rápidamente las
cinco facultades cuya síntesis es para el hom
bre el conocimiento de su naturaleza y de sí
mismo en el punto de vista fisiológico y mo
ral ¿La Vista! El ojo humano es sin con
tradicción el más asombroso, el más maravi
I
— 14 —
lioso y el más perfecto de nuestros órganos.
La vista puede considerarse como la genera
triz de la imaginación. En el espacio de uno
ó dos milímetros, encierra el ojo todo el uni
verso entero; distingue los colores y los ma
tices del arco iris más variados y más delica
dos. Ofrece á nuestra imaginación un campo
ilimitado y un manantial de goces incesante
mente renovados con el cambio de las esta
ciones, de los meses y de los días. Belleza de
los cuerpos ¿qué serías? Armonía de los sig
nos, esplendor de la luz y de la gama de los
tonos, ¿dónde os buscaríamos, dónde us halla
ríamos sin la vista? Sin ella, no habría ima
ginación, y sin imaginación, ya no más ideal,
ya no más vida: el hombre privado de la
vista sería como muerto en la misma vida
¡El Oido! El oido que nos comunica el armo
nioso lenguaje de los sentidos, es el sentido
social por excelencia. Pero, en el punto de vis
ta moral, evoca en el hombre, antes que todo,
la vida de la voz de la conciencia; oimos, en
efecto, los gritos del remordimiento como los
de la risa y de la alegría. De esta manera, el
oido . está asociado á nuestra vida moral, y
hasta puede decirse que participa de nuestra
vida intelectual ¡El Tacto! Si el tacto no
es el más delicado de nuestros sentidos, es á
lo menos uno de los más seguros. Sin su con
— 15 —
curso, los demás sentidos, el de la vista, por
ejemplo, serían á menudo defectuosos. Mo-
ralmente, dá al alma la idea del yo y del no
yo, es decir el conocimiento y la rectitud del
mundo interno y del mundo externo. Sin la
resistencia que nos opone la naturaleza física,
¿podríamos acaso discernir fenómenos y se
gregar nuestro propio ser de los hechos gene
rales y de los medios ambientes? Se necesita
el tacto, se necesita la resistencia, se necesita
el esfuerzo, para que nuestra alma oponga el
mundo físico al mundo moral y distinga el yo
del no yo ¡El Olfato y el Gusto! El sentido
del gusto simboliza la sensibilidad en la parte
más próxima al mundo físico, mientras que
el olfato tiene algo más sutil y más penetran
te. Pudiéranse pues referir las sensaciones
agradables ó desagradables al gusto, y al
olfato los sentimientos tan profundos y tan
variados del corazón humano. Efectivamente,
¿no son, como aromas del alma, todos los
nobles sentimientos que impelen á las accio
nes más virtuosas? Y por otra parte, ¿no hay
en el gusto algo más sólido, más estable,
pero tambien más material, que hace que un
hombre dotado de cierto buen sentido, de
cultivada educación, apreciador de lo verda
dero, de lo bueno y de lo bello, sea con razón
llamado un hombre de gusto? Así es, Her
— 16 —
mano mío, como los cinco órganos del cuerpo,
símbolos naturales de los cinco sentidos del
alma, pueden convertirse, para el Masón es
tudioso é inteligente, en otros tantos símbolos
de nuestras facultades espirituales. El ini
ciado debe pues comenzar sus estudios por el
conocimiento de sí mismo y penetrarse de
esta máxima: que nada de lo concerniente á
la humanidad debe ser ageno al hombre y por
consiguiente al Masón Para recordaros
este deber, Hermano mío, veis brillar en el
Oriente del Taller del segundo grado esta
Estrella Flamígera, emblema nuevo para vos
y cuya explicación se os dará muy pronto.
Estad pues siempre sobre vos mismo y dedi
caos á corregir y á quitar con el cincel de
la moral las asperezas que reconozcais en vos.»
Así acaba la primera gerigonza destinada
á explicar el primer viaje del futuro Compa
ñero.
La he reproducido tal cual es, sin cambiar
le una palabra, sin cambiarle una coma.
Esta charlatanería pseudo-científica, ¿no re
cuerda á Sganarelle, en el Médecin malgré luí,
ostentando trozos grotescos de su erudición
tronchada? ¡Lástima que la Masonería no
existiera en Francia en la época de Moliere!
— 17 —
Antes de terminarse la ceremonia, conti
nua diciendo el Venerable:
«Como Compañero, teneis cinco años. La
progresión que sigue el grado indica las luces
y la experiencia que creeis haber adquirido;
pero sabed, Hermano mio, que la edad no las
da realmente sino al asociado á los hombres
y á las cosas. Esta edad os hace apto para vi
sitar las Logias de Adopción donde todo se
cuenta por cinco.»
La explicación de esta última frase se da
al oído, y, generalmente, tiene por resultado
sumerjir al nuevo Compañero en profunda
estupefacción. Pero, como ha jurado el se
creto, se vé forzosamente obligado á tener la
boca cerrada y hasta tiene necesidad de esfor
zarse cuanto pueda por disimular su asombro,
á fin de no hacerse sospechoso
No podemos decir más, ni hablar más claro.
Comprenda quien pueda y sepa.

)V<

A este Compañero se le enseña un Catecis


mo, del cual extractaremos muy brevemente
alguna pregunta.
—¿Por qué os hicisteis recibir Compañero?
—Para conocer la letra G.
—¿Qué significa esta letra?
->
— 18 —
—Geometría y Genebación. Ciencia positi
va, y ciencia de la vida sostenida y fundada
por el amor. Unión de la razón y del senti
miento
—¿Qué se hizo entonces?
Hiciéronme hacer cinco viajes.
—Terminados los cinco viajes ¿qué se hizo
de vos?
—El Hermano Experto me hizo subir los
cinco escalones misteriosos del Templo y me
mostró la Estrella Flamígera cuyo centro
adorna la letra Gr.
—¿Qué significa la Estrella Flamígera?
—La Estrella Flamígera es el emblema del
genio, que remontará á las grandes cosas. Es
la imágen del fuego sagrado que abrasa el
alma de todo hombre que, resueltamente, sin
vanidad, sin baja ambición, consagra su vida
á la gloria y á la felicidad de la humanidad.
La letra Gr., que irradia en el centro, le re
cuerda que la ciencia y el amor deben ser, en
todas circunstancias, sus guias é inspiradores.

No obstante la perversa obscenidad y tor


peza que deja trasparentar muy confusa y
remotamente lo hasta aqui dicho, y á pesar
de que no damos la explicación simbólica de
cada una de las cinco puntas de que está com
— 19 —
puesta la Estrella Flamígera y mucho menos
la de la letra G-, del centro de dicha estrella,
porque el papel se resistiría á recibir la tinta
que debiera consignarla; á fin de embaucar la
Masonería á los incautos y retener más fuer
temente á los comprometidos, celebra también
sus bautismos, matrimonios, exequias, etc.,
como verdadero mono de Dios que es Satanás
á quien se debe la fundación, propagación y
sostenimiento de la Masonería, conforme lo
probaremos cumplida y oportunamente.
El lector no llevará á mal que, en breves
palabras, demos á continuación el discurso
del Venerable á los imbéciles que se someten
á los ritos masónicos en su matrimonio.
Despues de dada la bienvenida, y de cua
tro piropos á los novios, despues de invitados
á tomar asiento y darles las gracias por los
sentimientos de fraternidad demostrados á la
Masonería; pasados algunos instantes de so
lemne y ceremonioso silencio, dice el Vene
rable:
«Querido Hermano, y muy querida Herma
na, no ignorais que vuestra unión es á la vez
un acto religioso y social
Dignaos prestar pues perfecta atención á
nuestras exhortaciones fraternales y á las re
flexiones que inspira á la francmasonería la
imporlancia de esta solemnidad
— 20 —
Casarse, es escoger con discernimiento, por
inclinación y sin que el interés domine, una
mujer que tambien os escogió.
El casarse no es tomar mujer para su for
tuna, esplendor, comerciar y cometer una ac
ción que reprueba la ley natural del amor
El matrimonio es un pacto de sentimiento
y de cariño por el cual los esposos se declaran
públicamente exentos el uno y el otro de las
violencias del corazón.
Habeis contratado este pacto bajo los aus
picios de vuestras familias y de vuestros con
ciudadanos; vosotros formaréis entre vosotros,
y con vuestros bijos venideros, un todo social
y solidario, imágen y parte integrante de la
gran familia
Sin el matrimonio, ya no hay sistema so
cial; por esto se lo ha considerado como la
verdadera religión del género humano, y hé
aquí porque el matrimonio es una necesidad
social, indispensable á los hijos que serán la
dulce expansión del yo de cada uno de vos
otros
Todo atentado contra el matrimonio es una
afrenta para la sociedad.
Cuantos más hombres casados hay- en un
país, menos crímenes se cometen en el mismo.
El matrimonio hace al hombre virtuoso y
prudente; el padre de familia no quiere son
— 21 —
rojarse delante de sus hijos; teme legarles el
oprobio por herencia »
Momento de silencio.
Continua el Venerable:
— «Querido Hermano y muy querida Her
mana, hay necesidad de una fé conyugal, es
decir, es necesario que haya la idea cierta de
la misma dignidad que os haga superior á los
sentidos y os haga el uno al otro más sagra
dos que queridos
El matrimonio es el que hace á la mujer
miembro activo del cuerpo social.
La ceremonia nupcial pasa á ser la consa
gración que la hace santa y respetable á sus
conciudadanos.
El esposo es el gefe de la comunidad.
Ama al mismo tiempo por sus sentidos, por
su inteligencia y por su conciencia.
Marido, quered á vuestra mujer.
Mujer, quered á vuestro marido.
Haceos recíprocamente dichosos.
Las leyes del matrimonio son dulces para
los que se aman
¿Queréis perpetuar la paz en vuestra casa?
Marido, tratad á vuestra esposa como vos
quisierais ser tratado, si fuerais mujer; y vos,
mujer, tratad á vuestro marido como quisie
rais ser tratada si fuerais hombre
En el hombre y la mujer, el matrimonio
cambia el atractivo fugitivo del amor en una
unión duradera y sagrada que dobla su ser...:
El matrimonio emancipa al joven y á la jo
ven; les hace independientes y libres para des
arrollar su naturaleza y sus facultades; pero,
como la unión de esos dos seres debe tender
constantemente á una unidad de miras y de
felicidad que alimenten al unisono dos almas
y dos corazones que se amen, el sentimiento
y la razón que les hacen comprender este fe
nómeno social, les hacen asimismo concebir
que dándose el uno al otro en cuerpo y alma,
cada uno pierde de su independencia á favor
del otro, y esta mutua concesión corrobora la
fuerza moral de cada uno de ellos y restable
ce el equilibrio
Como regularmente el marido tiene más
edad que la mujer y, por consiguiente, más
conocimiento del mundo y más experiencia
que su compañera, debe ser su guia, su bené
volo mentor, y no su dominador
Sucede á veces, al contrario, que el talento
de la mujer es superior al del esposo; entonces
sométese éste naturalmente á las previsiones
de su esposa y no le va mal.
Pero, en todo cuanto tenga alguna impor
tancia, no debe emprenderse nada que antes
no lo hayan examinado muy bien los dos jun
tos.
— 23 —
Practicándose la unión conyugal, no reinan
ni el marido ni la mujer, sino la razón, la con
cordia y la felicidad
Jamás podria recordarse lo bastante á los
esposos que los hijos que Dios les conceda no
vienen al mundo para la única satisfacción de
los padres: si son la esperanza y á veces el or
gullo de las familias, no olvidemos que ellos
regeneran continuamente al género humano
y perpetuan la pátria.
Al nacer, son miembros de la gran familia
humana, y en vista de ella deben recibir des
pues una educación apropiada al porvenir y
á la prosperidad de la humanidad: acordáos
mucho de que paternidad y maternidad obli
gan »
Una pausa.
El Venerable. — Querido Hermano y muy
querida Hermana, se ha dicho, y con razón,
que el matrimonio es el gran problema so
cial; pero, efectuándose en las condiciones de
un reconocimiento masónico, puede llegar
á reformar el mundo
Solo la Masonería puede establecer sobre
bases atractivas y duraderas, este nudo indi
soluble de dos existencias
Regulando nuestro Código los deberes del
Masón para con la divinidad, para con sus
semejantes y para consigo mismo, regula
— 24 —
tambien sus deberes para con la mujer y sus
deberes como esposo y como padre
Se ha dicho: «El hombre no es solamente
un hombre, es un par incompleto; aislarle, es
en cierto modo mutilarle; unirle, es comple
tarle.»
Otro tanto puede decirse de la mujer
Pero, á fin de que el lazo conyugal produz
ca todo el bien que la sociedad espera de él,
es preciso que la mujer haya adquirido una
instrucción moral tan pura como la adquiri
da por el verdadero Masón
Es preciso que, durante algún tiempo, sea
ilustrada por la luz que hace distinguir lo
verdadero de lo falso, la verdad del error, por
la luz que disipa las preocupaciones, los va
nos terrores, que reemplaza las creencias fal
sas, absurdas é insensatas, por nociones sa
nas, claras, inteligibles á su razón, á su con
ciencia, nociones basadas en la naturaleza, es
decir bastante con esto que son las solas divi
nas
La mujer, libertada de este modo de las
trabas de una ignorancia hereditaria, causa
de todos nuestros males sociales, dejaría el
matrimonio de ser su yugo; el amor, la con
fianza recíproca, la fé, la abnegación, todo
nacería de un mismo espíritu, de una misma
alma, de un mismo corazón
— 25 —
Nada podría turbar esta vida feliz, á la que
daría sus encantos un trabajo bien distribui
do, encaminado á un objeto único.
Los hijos que crecerían durante el ejercicio
de esta moralidad, serían más pronto y mejor
aprovechados que los semi-hombres obligados
á olvidar para dar sitio á las verdades que ig
noran.
Maridos, instruid pues á vuestras mujeres;
vosotros seréis felices y hareis la felicidad del
mundo
La mujer representa la mitad del ser social;
como el hombre, tiene ella derecho á la ins
trucción; tiene ella el derecho de desplegar
sus facultades intelectuales y físicas, de obe
decer las leyes de su naturaleza moral, y de
tener en la sociedad, como en la familia, fun
ciones que le son propias
No hay sociedad posible entre desiguales,
dijo Miltón
La mujer es capaz de la mayor abnegación
conyugal
Recordemos aquí la de la célebre Eponina,
la honra de su sexo.
Su marido, Sabino, señor galo del país de
Langres, había tomado el título de César, en
tiempo de Vespasiano; y perseguido por los
soldados del emperador, refugióse á una pro
funda caverna, entre el Franco-Condado y
— 26 —
Champagne. Encerróse allí solo con su mujer
que, por espacio de nueve años, le sirvió, le
alimentó y tuvo de él dos hijos.
Finalmente, presa con su marido, y presen
tada á Vespasiano asombrado de su amor y
de la grandeza de su ánimo, le dijo ella antes
de ir á la muerte, con sus hijos y con su ma
rido:
— «He vivido yo más feliz debajo de la tier
ra, en las tinieblas, que tú á la luz del sol, en
la cumbre del poder »
Querido Hermano y muy querida Hermana,
sabeis ahora los deberes mutuos y sagrados
de los esposos; ¿persistís en que nosotros con
firmemos, en presencia de nuestros Herma
nos y de vuestras familias, la unión contraí
da libremente por vosotros? »

)V<

La prudente reserva á que debemos suje


tarnos, impide que podamos hacernos com
prender por la inmensa mayoría de nuestros
lectores, no solo profanos, sino tambien ini
ciados en la Masonería pertenecientes á los
grados inferiores; porque solamente en los
Capítulos de Rosa-Cruz comienzan á descor
rerse los velos del simbolismo.
En el grado de Maestro, puede el sectario
- 27 —
comenzar á explicarse muchas cosas. Es
verdad que todavía se le habla encubierta
mente y á medias que digamos; pero solo una
inteligencia completamente limitada podría
no comprender los discursos de doble y triple
sentido que se le dirigen ya en el tercer
grado.
En la Ortodóxia Masónica delH.\ Ragón,
página 367, se dice:
«Necesítase una alma libre de preocupacio
nes para llegar al santuario del templo de los
Maestros. La letra Gr, que significa Geome
tría y Generación, instruye al Compañero que
la ciencia, tanto como la virtud, es su cami
no, y la Estrella Flamígera le hace presentir
que una gloriosa recompensa será el fruto de
sus trabajos.»
Y algo más adelante, en la misma página:
»E1 Maestro aprende verdades halagüeñas
y aflictivas que no pueden depositarse sino
en un corazón discreto, firme y magnánimo,
verdades que troncharían las inteligencias de
un niño y de un joven no acostumbrados to
davía al infortunio y á la felicidad.»

Sería conveniente que todos mis lectores


— 28 —
pudieran recorrer los periódicos especiales de
la infernal institución de la Masonería.
Uno de los más acreditados entre ellos, La
Chaine d' Unión, de París, se expresaba con
estos términos, en su número de noviembre
de 1885:
«Juan Ziska es quien, con JuanHuss, echó
en Bohemia las bases de la Franc-Masonería.
Prosiguiendo Juan Ziska la reforma religiosa,
política y social, había tenido la idea de re
habilitar á Satanás.
Representábale como la víctima inocente
de un poder despótico; hacía de él el compa
ñero de cadena de todos los oprimidos.
Todavía fué más allá.
Puso á Satanás por encima de Dios y de la
Biblia.
A la antigua salutación religiosa: «¡Dios
sea con vosotros!» sustituyó esta: «¡Salúdeos
aquel á quien se ha hecho injusticia!»
Esto está escrito y firmado por uno de los
gefes de la Masonería francesa.
No es una confesión escapada involunta
riamente de una pluma torpe; es.perfecta y
deliberadamente una declaración de princi
pios clara, meditada, atrevida, sin reticen
cias.
Al reivindicar la Masonería á Juan Ziska
por uno de los fundadores de la secta, é insis
— 29 —
tiendo acerca de su papel de apologista del
príncipe de las tinieblas, se ha mostrado des
caradamente tal cual es

¡Y luego dirán los Masones, sabiendo que


mienten, que su intención al reunirse en Lo
gia, es para instruirse y acostumbrarse á la
práctica de la virtud!
¡Y luego dirán, al pasar de uno á otro gra
do, que han aprendido á conocerse á sí mis
mos y á corregir sus defectos con el cincel de
la moral!
¡Y luego dirán que han procedido á esta
instrucción por el exámen de las facultades
concedidas al hombre, de los órganos que po
see para ejercer estas facultades y que
estos órganos, los cinco sentidos, están, como
signo que expresa el sistema de la organiza
ción del hombre, representados en la estrella
que se vé brillar en el Oriente, cuyas cinco
puntas figuran los sentidos, y se llama Estre
lla Flamígera!
¡Y luego dirán que la letra G—cuyo verda
dero significado ruborizaría á un granadero
de la Guardia—significa Geometría, una de
las ciencias más elevadas que haya producido
el talento del hombre, y por esto vé tambien
— 30 —
en dicha letra el símbolo por excelencia de la
inteligencia humana!
¡Y luego dirán que las cinco puntas de la
estrella, cuyo simbolismo avergüenza y cuya
descripción se hace irresistible al hombre
más despreocupado é inmoral, representa la
luz que ilumina á la humanidad !!!
No satisfecha la Masonería con su plan co
rruptor de las costumbres, que desarrolla y
lleva á cabo de una manera espantosa, y con
una constancia digna de mejor causa, apela
al simbolismo y á la mentira, á la jerga de
un vocabulario especial y completamente su
yo, para embaucar á los tontos, y lograr pro
sélitos de ambos sexos, empeño cuyo logro le
fuera difícil, si no imposible, si se manifes-
tára sin disfraz, sin engaños, con franqueza,
como hacen las empresas nobles, morales y
que buscan la luz, pero mucha luz, para di
fundirse y propagarse.
La sociedad lo sabe ya; las personas hon
radas no pueden ya alegar ignorancia: á
riesgo de muchos peligros, les damos nosotros
la voz de alerta.
No se dejen sorprender.
La estrella de cinco puntas, ni es tal estre
lla, ni la luz que representa es tal luz.
Es un padrón de ignominia: es un insulto á
— 31 —
la humanidad: es una burla del pudor, de la
honestidad, de la decencia
Toda persona decente, sea quien fuere,
debe abominar semejante sarcasmo.
¡Abajo tal signo! ¡Fuera tanta infamia!
EL> VATICANO Y IsO0 MA^ONE^
i
Obra vertida al castellano por D. Angel Z. de Cando. Un
tomo en 8.° á 1 peseta en rústica y 1*50 encuadernado.

CONFESIONES DE UN EX-LIBREPENSADOR

Versión española por D. Angel Z. de Cando. Un volu


men de más de 320 páginas en 16.0 á 2'50 pesetas en
rústica y 3 encuadernado en percalina.

EL MARTIR DEL ECUADOR

Consideraciones sobre la vida y muerte del Sr. D. Gabriel


García Moreno, presidente del Ecuador, asesinado en Quito
el 6 de agosto de 1875 por los Franc-masones. Un tomo en 4.0
(con el retrato de la víctima) en papel satinado, buena impre
sión de más de 60 páginas, al ínfimo precio de 1 peseta.

LA ESPAÑA MASÓNICA

Es de suma utilidad para los católicos españoles: en ella


hallarán los nombres y domicilios de los principales jefes de .o'rÍQX
las Logias Españolas, según documentos justificativ"" "'"» "v
en poder del autor. I itl Biblioteca
Un tomo de 359 páginas, á 1'50 pesetas t ■ I 11 de Catalunya
.2 encuadernado. D-SRO
1001473014
Opúsculos publicados de esta Biblioteca

Roma será devuelta al Papado

LI-IJAHA y sus cuaiviita ministro*

JUANA D' AÍ^G

GrAMBETA ASESINADO POR LOS FRANC-MASQNES

¿HUÍ MUJERES EN LA FRANC-MASGNERÍA?

-A. MOPSE

OBRA NUEVA
LAS HERMANAS DE LA CARIDAD. Historia popular
de las Hermanas de San Vicente de Paul por Leo Takü y P
Marcel, un tomo en 8.° de mas de 333 páginas lC0n un breve
del Papa León XIII y distinguidas aprobaciones de varios se
ñores Obispos) en rústica 2 pesetas y 3 encuadernado

Kogamos á nuestros lectores que se fijen en las condicio


nes de la suscripción de esta Biblioteca que van insertas en
la cuarta página de las cubiertas de los cuatro opúsculos- pri-
meros. '
Para los pedidos y suscripciones dirijirse á D. Juan
Grabulosa, Buensuceso, 13.—Barcelona.

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