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Autor:
DIANA PATRICIA ZAMORA RAMIREZ
RESUMEN
Sin embargo, este principio ha desarrollados dos teorías que han tenido acogida en su momento
en el ordenamiento jurídico colombiano, se trata de la carga estática de la prueba y la carga
dinámica de la prueba. Esta última es la teoría más reciente que ha tomado fuerza con la expedición
del Código General del Proceso y ha sido de gran aporte para litigios de diferentes materias, en
especial en la jurisdicción laboral.
PALABRAS CLAVE
Carga de la prueba, Nivelación de Salarios, Carga dinámica, Carga estática, Jurisdicción Laboal.
INTRODUCCIÓN.
El principio jurídico del Onus Probandi refiere la carga que recae sobre una de las partes
involucradas en el proceso judicial de acreditar ante el juez la veracidad de los hechos formulados
dentro del proceso. Su origen se remonta al viejo aforismo en el derecho Romano que decía: “se
impone la carga de la prueba a quien alega un hecho anormal porque lo normal se presume”
(Carrillo-García, 2005). Lo anterior, quiere decir que aunque presentar la prueba no garantiza
sentencia favorable, si consiste en un acto que ejecuta la parte para su propio beneficio.
Bajo este precepto, la carga de la prueba es un principio fundamental en materia procesal que y
a través de los años mismo se han generado discusiones sobre el tema con la finalidad de
determinar cuál de las partes involucradas en el proceso le corresponde la obligación de probar ante
el Juez los hechos presentados en la demanda o la contestación.
De esta forma, se han estipulado dos teorías sobre la aplicación de la carga de la prueba en el
práctica, por un lado de la carga estática de la prueba la cual exhorta las partes a probar el supuesto
de hecho de las normas que consagran el efecto jurídico que ellas persiguen y por otro lado
contrario a lo anterior postura la carga dinámica de la prueba la cual sitúa la colaboración de las
partes para convenir los hechos presentados, empero cuando una de las partes se encuentre en una
posición más favorable frente a la otra para aportar dicha prueba.
La modalidad de la carga dinámica de la prueba, es una figura novedosa del Código General del
proceso, su inclusión significa un cambio importante en materia probatoria ya que esta modalidad
armoniza con importantes principios constitucionales como son la igualdad de las partes, el
derecho al debido proceso, derecho de defensa y derecho a la prueba.
Así las cosas, se plantea el estudio de un proceso particular como es la nivelación salarial,
situación que se presenta cuando trabajadores que desempeñan un mismo oficio bajo condiciones
de calidad y cantidad idénticas reciben una remuneración distinta por motivos no justificables. .
De esta manera, este escrito tiene como propósito ofrecer al lector una exposición del desarrollo
de la carga probatoria dentro del proceso laboral de nivelación salarial durante el tiempo hasta
llegar a la concepción que actualmente estableció el legislador, no obstante es importante de
manera previa realizar un análisis sobre esta figura para determinar su alcance normativo en materia
procesal.
En consecuencia, el objetivo general del presente ensayo consiste en establecer la teoría a seguir
frente a la carga de la prueba en los procesos de nivelación salarial de acuerdo a las disposiciones
adoptadas por el Código General del Proceso, teniendo en cuenta el desarrollo constitucional del
tema.
En este sentido, los objetivos específicos que serán tratados en este ensayo son: a) Identificar el
concepto de prueba judicial; b) Referir los antecedentes históricos de la aplicación del principio de
la carga dinámica de la prueba, y c) Establecer el criterio a seguir frente a la carga de la prueba en
procesos laborales, principalmente el referente a nivelación salarial.
Previo a tratar las nociones propias de la carga de la prueba en el proceso laboral de nivelación
salarial, es importante señalar de forma diligente las características más relevantes de la “prueba
judicial”. El Código General del Proceso en su artículo 164 y en articulación con los principios
consagrados en la Constitución de 1991, consagra la importancia de la prueba, puesto que en todo
proceso judicial las partes tienen la facultad de disponer del derecho de defensa a favor de sus
pretensiones, aportando elementos probatorios que permitan al Juez alcanzar la convicción sobre
los hechos, que más adelante estará plasmado en el resuelve de la providencia.
En el escenario jurídico, la contienda inicia por causa de un hecho u acto donde las partes
involucradas se encuentran en contienda de intereses, por tanto estas a través de los elementos
judiciales propenden ser victoriosos frente a sus pretensiones y excepciones y así la otra parte será
vencida y acaecerá gran perjuicio, en este contexto la defensa es la garantía de que ninguna de las
partes será arbitrariamente vencida en el proceso judicial. (Restrepo J. C., 2016).
Ejercer el derecho de defensa ya sea en un proceso judicial o en cualquier otra actuación se refiere
a una garantía constitucional conecta al derecho del debido proceso, así lo ha dicho la honorable
Corte Constitucional en sentencia C 025 de 2009.
Antonio Rocha tratadista colombiano define la actividad de probar como “averiguar la verdad
de una cosa, justificarla, hacerla presente” (Rocha 1971) es correcto afirmar que el fin de probar
consiste en aportar verdad dentro del proceso aun así la anterior definición limita el objeto de la
prueba ya que el objeto de esta no se refiere a una cosa precisa, si no aquellos hechos que han sido
presentados por las partes y las mismas lo han controvertido, negado o se encuentran en duda, y
sin indagar en estos el juez no puede decidir conforme a la verdad y justicia.
El concepto de prueba, desde un enfoque material se entiende como la manifestación material
desarrolla la manera de demostrar ciertos hechos que se presentan en el marco de un proceso
judicial:
Aun así, no resulta oportuno limitar la definición de prueba a una simple actividad, es menester
presentar las teorías que presentan la prueba judicial como medio y como resultado. Ejemplo de la
prueba como resultado corresponde a la propuesta de Hernando Devis Echandía, para quien la
prueba judicial “Es todo motivo o razón aportado al proceso por los medios y procedimientos
aceptados en la ley, para llevarle al juez el convencimiento o la certeza sobre los hechos”.
(Echandía), así que el propósito de aportar una prueba en el proceso judicial, corresponde al
propósito que tiene la parte de persuadir al juez sobre los hechos que está afirma y que son
controvertidos por la contraparte y sin esta no podría lograrse.
Por otro lado, la prueba concebida como resultado debe entenderse como:
Una vez presentadas las anteriores definiciones, se debe concluir que la correcta apreciación de la
prueba debe abarcar todos estos aspectos: la prueba como medio, resultado y actividad puestos que
en la práctica se evidencia que son las características propias de este concepto.
En nuestro ordenamiento, debemos remitirnos al Código General del Proceso dónde el legislador
consagra la importancia de la prueba en el proceso judicial, a saber el Artículo 164 dispone:
Artículo 164. Necesidad de la prueba: Toda decisión judicial debe fundarse en las pruebas
regular y oportunamente allegadas al proceso. Las pruebas obtenidas con violación del debido
proceso son nulas de pleno derecho.
Sobre este principio, se traslada cierta responsabilidad al funcionario judicial, toda vez que si la
decisión judicial debe fundarse en las pruebas presentadas dentro del proceso y estas no son
suficientes para esclarecer la controversia, es un deber legal que el juez decrete oficiosamente
pruebas, en palabras de la Corte Suprema de Justicia, Sentencia T 264-09:
“la facultad oficiosa del juez, deviene en un deber derivado de su papel como director del
proceso y de su compromiso por hallar la verdad como presupuesto de la justicia,
especialmente, si se toma en cuenta que la ley no impuso límites materiales al decreto de
pruebas por parte del juez, como sí ocurre en el caso de las partes” (Corte Suprema de Justicia
Sentencia T 264-09).
El artículo 167 Del Código General del Proceso dispone “Incumbe a las partes probar el
supuesto de hecho de las normas que consagran el efecto jurídico que ellas persiguen” lo anterior
indica que la parte que aspire obtener sentencia favorable sobre las pretensiones o excepciones
presentadas dentro del proceso, está facultada para aportar las pruebas que demuestren los hechos
y efectos que ha contemplado la materia según el caso.
Durante el tiempo, para construir la definición de este concepto han sido determinante las teorías
de varios doctrinantes de las cuales es importante destacar las siguientes. Para Gian Micheli la
carga de la prueba es producto de las raíces de la tradición romana y la misma contribuye a la
practicidad de las partes dentro del proceso.
“La tradición romana, recibida por los legisladores del siglo XIX a través de la elaboración
doctrinal del derecho común, funda el concepto de carga de la prueba sobre la necesidad
práctica de que cada una de las partes alegue y pruebe en el proceso aquellos hechos a los
cuales la norma jurídica vincula el efecto deseado (…) La regla de la carga de la prueba
tiene como su principal destinatario al juez y su naturaleza jurídica depende, por tanto, de
la del ambiente en que ella actúa, esto es, el proceso.” (Micheli, 1961).
Las reglas sobre la carga de la prueba (…) ayudan al juez a formarse un juicio, afirmativo
o negativo sobre la pretensión que se hace valer, no obstante la incertidumbre con respecto
a las circunstancias de hecho, porque le indican el modo de llegar a una decisión en
semejante caso. La esencia y el valor de las normas sobre la carga de la prueba consisten
en esta instrucción dada al juez acerca del contenido de la sentencia que debe pronunciar,
en un caso en que no puede comprobarse la verdad de una afirmación de hecho importante.
(Rosenberg, 2002).
Está teoría no fue de gran acogida, toda vez que Goldschmidt no impuso un significado real a la
posición de las partes dentro del proceso y finalmente el principio de la carga de la prueba se
convierte en regla general a seguir en el marco de todo proceso judicial en judicial cuando se trate
de determinar la obligación de las partes para aportar las pruebas, así lo ha manifestado en
reiteradas ocasiones el maestro Parra Quijano:
“Es una noción procesal que consiste en una regla de juicio, que le indica a las partes la
autorresponsabilidad que tienen para que los hechos que sirven de sustento a las normas
jurídicas cuya aplicación reclaman aparezcan demostrados y que, además, le indica al juez
cómo debe fallar cuando no aparezcan probados tales hechos”
…no es la carga una obligación ni un deber, por no existir sujeto o entidad legitimada para
exigir su cumplimiento. Tiene necesidad que aparezca probado el hecho la parte que
soporta la carga, pero su prueba puede lograrse por la actividad oficiosa del juez o de la
contraparte. (Quijano, 2004).
Dicho lo anterior, esta noción procesal que atribuye obligaciones a las partes para aportar los
elementos necesarios para que el juez determine cómo debe fallar, concuerda con la disposición
legal del ya derogado Código de Procedimiento Civil así como el actual Código general del
proceso.
La Carga de la Prueba se encuentra dividida en dos teorías, cada una con acogida en su momento,
que se diferencian en la magnitud de la responsabilidad que se le atribuye a cada parte dentro del
proceso estas son: carga estática de la prueba y la carga dinámica de la prueba, está ultima objeto
del presente estudio.
La Carga estática de la prueba obedece a las nociones antiguas y tradicionales del Derecho, que
se relacionan a los siguientes principios: i) Onus Probando incumbit actori (incumbe probar al
demandante) ii) reus, in excipiendo, fit actori (demandado debe probar los hechos que sustenta su
defensa) y iii) actore non probante, reus absolvitur (si el actor no prueba, absuélvase al
demandado). (Restrepo, 2016).
Artículo 177. Carga de la Prueba: Incumbe a las partes probar el supuesto de hecho de
las normas que consagran el efecto jurídico que ellas persiguen. Los hechos notorios y las
afirmaciones o negaciones indefinidas no requieren prueba
En consecuencia, la parte se encuentra obligada únicamente a soportar la carga procesar que se
relaciona con los hechos que afectan su pretensión y así conformar el presupuesto factico en que
se sustenta las normas que argumenta, en otros términos, la parte que eleva una pretensión tiene la
obligación de dirigir su actuación procesal en probar los hechos que la favorezcan.
Distinto al concepto rígido de la carga estática de la prueba, está trata de una posición más blanda
de la carga de la prueba, dónde el juez como director del proceso tiene un rol importante al apartarse
de las reglas del Onus Probandi estatico e imponer a la otra parte la carga de probar cierto hecho,
por estar en mejor condición para hacerlo.
Así lo señaló el Magistrado Gustavo de Greiff Restrepo, en la referida sentencia del Consejo de
Estado Sección Tercera del 24 de Octubre de 1990, la cual subraya la necesidad de que en ciertos
casos se flexibilice la carga de la prueba de manera que, quien debe aportarla es quien esté en la
mejor condición de obtenerla, sin mencionar que frente a estas situaciones se debe aplicar el
principio de Culpa presunta para el accionante, es decir el demandado tiene que desvirtuar su culpa:
Lo que sí es cierto es que el primer interesado en demostrar que su conducta fue negligente
o cuidadosa debe ser la administración, pues un servicio debe prestarse en la forma
prescrita por las leyes o los reglamentos y si ocurre que no se prestó o se prestó
inoportunamente, la primera inferencia lógica del juzgador será que el funcionamiento
anormal se debió, en principio, a culpa, es decir a negligencia o descuido de la
administración. Esta, entonces, tendrá la carga (entendida en el anotado sentido de interés)
de demostrar que su conducta se ajustó a su obligación genérica de proteger a los
administrados en su vida, honra y bienes (art. 16 de la Carta) y a la específica que le
señalen los reglamentos.
A partir de lo anterior se continuo aplicando esta regla procesal para casos similares, ejemplo de
esto es la Sentencia 6897 del 30 de Julio de 1992, M.P Daniel Suarez Hernández, el Consejo de
Estado presenta la carga de la prueba como obligación de la parte demandada, en un caso de
responsabilidad médica, el Magistrado Ponente reitero en las consideraciones de la providencia
que quien se encontraba en mejores condiciones de probar que no se había actuado con negligencia
era el centro hospitalario ya que el paciente estaba sedado en una intervención quirúrgica, por tanto
esta es la parte que debe aportar los elementos materiales probatorios.
Así las cosas, se demuestra cómo la carga dinámica de la prueba, tiene fundamento en
importantes principios jurídicos como es lealtad procesal, buena fe, colaboración, equidad y
solidaridad que deben estar presentes dentro del proceso judicial, acatando las disposiciones
normativas del ordenamiento jurídico Colombia que corresponde a un sistema garantista.
Sin embargo, esta doctrina no desconoce las reglas clásicas de la carga de la prueba por el
contrario busca flexibizar de cierta forma la concepción que se tenía para este principio y cómo
se dispuso a través de la jurisprudencia su aplicación se reserva para casos excepcionales que
presenten dificultades para llegar a la verdad por causa de carencia de elementos probatorios.
Planteadas así las cosas, debe decirse que no es cierto lo manifestado por el recurrente en
el sentido de que en este asunto la parte actora estaba relevada por completo de la carga
de la prueba, habida cuenta que es sabido que quien pretende un derecho tiene la carga de
alegar y probar los hechos que lo producen, pues «De antaño se ha considerado como
principio universal en cuestión de la carga probatoria, que quien afirma una cosa es quien
está obligado a probarla, obligando a quien pretende o demanda un derecho, que lo alegue
y demuestre los hechos que lo gestan o aquellos en que se funda, desplazándose la carga
de la prueba a la parte contraria cuando se opone o excepciona aduciendo en su defensa
hechos que requieren igualmente de su comprobación, debiendo desvirtuar la prueba que
el actor haya aportado como soporte de los supuestos fácticos propios de la tutela jurídica
efectiva del derecho reclamado» (Sentencia CSJ SL, 22 abril 2004, rad. 21779).
Lo anterior es producto del cambio introducido por el C.G.P frente a la concepción que estipulaba
el anterior ordenamiento frente al criterio de la carga de la prueba, esto está consagrado en el
artículo 167, a saber:
Artículo 167. Carga De La Prueba. Incumbe a las partes probar el supuesto de hecho de
las normas que consagran el efecto jurídico que ellas persiguen.
No obstante, según las particularidades del caso, el juez podrá, de oficio o a petición de
parte, distribuir, la carga al decretar las pruebas, durante su práctica o en cualquier
momento del proceso antes de fallar, exigiendo probar determinado hecho a la parte que
se encuentre en una situación más favorable para aportar las evidencias o esclarecer los
hechos controvertidos. La parte se considerará en mejor posición para probar en virtud de
su cercanía con el material probatorio, por tener en su poder el objeto de prueba, por
circunstancias técnicas especiales, por haber intervenido directamente en los hechos que
dieron lugar al litigio, o por estado de indefensión o de incapacidad en la cual se encuentre
la contraparte, entre otras circunstancias similares.
Aún así, es importante aclarar que el C.G.P no altero la regla general de la carga de la prueba, ya
que como se aprecia el inciso 1° del artículo 167 se explica la siguiente concepción “incumbe a
las partes probar el supuesto de hecho de las normas que consagran el efecto jurídico que ellas
persiguen”. Así lo reitero el Instituto colombiano de Derecho Procesal, en su intervención dentro
de la sentencia C-086 de 2016, dónde manifestó que debe entenderse el segundo inciso del artículo
167 como una excepción a la norma, que depende del análisis que realice el juez sobre la situación
en concreto.
De esta parte en la práctica jurídica cuando el juez pretende emplear la carga de la prueba
compartida se deben considerar el cumplimiento de los siguientes elementos (Nuñez, 2016):
La norma y la jurisprudencia señalan cómo regla de conducta de las partes el principio de Onus
Probación, esto quiere decir la obligación del demandante de probar todos los hechos
constitutivos de su pretensión, y una vez estos sean acreditados el demandado corre con la carga
de probar los hechos impeditivos, estativos y excluyentes de los efectos jurídicos de aquellos.
De esta forma, la principal obligaciones de las partes es presentar en el término indicado los
elementos probatorios que pretenda hacer valer dentro del proceso con el objetivo de acreditar la
certeza de los hechos que le favorecen y que se relacionan con el fundamento jurídico de su
demanda o contestación, así lo estipulo el legislador en el artículo 164 del Código General del
Proceso “Incumbe a las partes probar el supuesto de hecho de las normas que consagran el efecto
jurídico que ellas persiguen”
Otra de las obligaciones de las partes, consiste en abstenerse de presentar al proceso judicial
pruebas ilícitas, notoriamente impertinentes o inconducentes, so pena de que sean rechazadas por
el juez a través de sentencia motivada (Artículo 167).
Como se expuso anteriormente, la prueba judicial tiene diferentes momentos el primero de estos
se refiere a su origen, este se refiere al momento donde se general los hechos en la percepción real
y corresponde a esta percepción la que se debe compartir al juez para que sean herramienta en la
construcción del juicio que culminará en providencia judicial.
El juicio que el juez construya a partir de los elementos probatorios presentados por las partes,
se refiere a verificar los hechos facticos contenidos en el proceso con los medos de prueba
atribuyendo a cada uno de estos un valor de convicción, esto se conoce como el modelo de
valoración de la prueba qué para el sistema normativo colombiano, consiste en un modelo de libre
valoración, puesto que el legislador no impone el valor de cada elemento probatorio como si ocurre
en el modelo de tarifa legal.
Entonces, ¿Qué ocurre cuando una vez valoradas las pruebas le surgen dudas sobre a quién debe
otorgarle la razón? En principio y aplicando el anterior sistema de carga de la prueba, se podría
pensar que debería castigarse no hallándole la razón aquella parte que no presento las pruebas que
necesitaba para probar la veracidad de sus hechos. En esta instancia es dónde se evidencia el cambio
que introdujo en el ordenamiento jurídico el Código General del Proceso toda vez que modifica las
reglas e inviste de especiales facultades al juez.
“Es una regla que permite al juez en el caso concreto determinar cuál de las partes debe
correr con las consecuencias de la falta de prueba de determinado hecho, en virtud a que
a ésta le resulta más fácil suministrarla”.
Se consolida como regla de conducta para el operador judicial, exigir a la parte que se encuentre
en mejor condición de aportar una prueba a que aporte al proceso judicial aquel elemento material,
que para la otra parte sería imposible aportarlo.
Sin embargo, debe advertirse que esto no es una obligación para la parte requerida toda vez que
no obedece a los parámetros contenidos en la regla de la carga de la prueba, aun así será un indicio
que el juez valorara al momento de construir el sentido de la sentencia.
Dentro de las limitaciones que se encuentran está lo relacionado con la potestad que tiene
el juez sobre la prueba, así mismo el hecho de que: “Según la constitución el juez aunque
direcciona un proceso y puede ordenar la prueba de oficio no adquiere por ello la potestad
supraconstitucional de vulnerar el debido proceso o cualquier otra garantía constitucional.
Así todo poder que se le sea otorgado a un juez tiene límites al menos desde tres principios
estructurales: El primero de ellos es el principio de publicidad en donde ninguna acción
puede ser secreta, de ahí surge el deber de motivar todas las decisiones que se tomen por
el juez en el proceso, el segundo de ellos es el principio de imparcialidad donde el juez
permanece ajeno al conflicto, por lo que debe ser ajeno al conflicto y apoyarse en el
principio de legalidad además debe haber equilibrio entre la actuación del juez y las
actuaciones de la parte. Y el último, el principio de independencia en donde el juez debe
obrar sin ningún tipo de presiones y la interpretación debe estar libre de cualquier ente
externo, judicial, legislativo o ejecutivo. (Pabón Giraldo, 2012).
Todo esta labor la debe obedecer el Juez, en sujeción al principio de justicia y de hallar la certeza
más allá de toda duda razonable, así lo ha dicho la Corte Constitucional en la Sentencia C- 541 de
1997 “será producto del análisis de la verdad procesal, la cual siempre deberá ser lo más cercano
posible a la verdad real”
Lo anterior se representa también en la facultad del juez para decretar pruebas de oficio en los
términos señalados, con el fin de distribuir las cargas probatorias de las partes cuando no se
advierte claridad en los hechos, esta facultad es ejemplo del cambio introducido por el C.G.P ya
que en la anterior legislación esto no era el papel desempeñado por el juez. Así lo estipula la norma
en su artículo 169 “Las pruebas pueden ser decretadas a petición de parte o de oficio cuando sean
útiles para la verificación de los hechos relacionados con las alegaciones de las partes”
Cómo es de esperarse, este cambio normativo ha sido estudio por diferentes doctrinantes en
materia procesal, así como por las altas cortes.
Sobre la anterior, la corte no haya razón al argumento del accionante y por el contrario declara
EXEQUIBLE la expresión “podrá” y dentro de los argumentos en los que sustenta su decisión la
Corte suprema de Justicia Expresa:
Además, sustenta que el legislador goza de un amplio espectro de opciones al momento de incluir
cambios normativos, su único límite corresponde a la razonabilidad, proporcionalidad de las
medidas adoptadas y que estas sean acorde a las garantías que la constitución establece para que se
permita materializar derechos sustanciales, por tanto no encuentra la Corte que la expresión
demandada supere los limites generales que corresponde al derecho a la tutela judicial efectiva.
De la misma forma, que debe concebirse el papel del juez y el papel de las partes frente a la
aplicación de este criterio, toda vez que la decisión del juez se produce por causa de carencia de
elementos probatorios por una de las partes, así la Providencia en mención manifiesta: Cuando el
juez adopte esta decisión, que será susceptible de recurso, otorgará a la parte correspondiente el
término necesario para aportar o solicitar la respectiva prueba, la cual se someterá a las reglas
de contradicción previstas en este código.
Tal es el caso cuando se requieren dentro del proceso pruebas documentales como son: planillas
de nóminas, registro de horas extras, contrato de trabajo, desprendibles de pago entre otras, que
comúnmente están en custodia del empleador y cuando se inician reclamaciones laborales en los
estrados judiciales el trabajador no puede aportarles y requiere de la intervención del juez para que
solicite al demandado aportar estos documentos.
El profesor Marcel Silva Romero, en su Modulo Sobre integración del Código General del
Proceso al proceso del Trabajo y la Seguridad Social, elaborado para la Escuela Judicial Rodrigo
Lara Bonilla, al estudiar el impacto de la carga de la prueba en el proceso laboral, respalda la
anterior posición:
Se trata, como se dijo en el acápite anterior, de una institución jurídica que permite al
legislador invertir o desplazar el objeto de la prueba, con el propósito de corregir la
desigualdad material que existe entre las partes respecto del acceso a la prueba en favor
de quien se encuentra en situación de indefensión o de debilidad manifiesta, en este caso
concreto, como manifestación directa del principio in dubio pro operario y proteger así
bienes jurídicos particularmente valiosos. (Corte Constitucional C 780-2007).
Otro de los temas de mayor conflicto en los estrados judiciales, es la declaración del contrato
realidad, dónde la Corte Suprema de Justicia, mantiene la posición que el trabajador debe relevarse
la carga de probar todos los elementos que constituyen contrato (i Salario, ii. Subordinación iii.
Prestación personal) basta con probar la prestación personal de la labor y será el empleador quién
deba desvirtuar los demás elementos.
Lo anterior significa, que al actor le basta con probar la prestación o la actividad personal, para
que se presuma el contrato de trabajo y es el empleador a quién le corresponde desvirtuar dicha
presunción, que se traduce en un traslado de la carga probatoria. Ello tiene fundamento en el
carácter tuitivo o protector de las normas del derecho al trabajo, que le otorgan a quien alega su
condición de trabajador, una ventaja probatoria consistente en probar la simple prestación del
servicio a una persona natural o jurídica, para que se presuma esa relación contractual laboral.
(Sentencia 08 de Marzo de 2017).
5. TRABAJO DE IGUAL VALOR, SALARIO IGUAL.
En materia laboral, el principio de igualdad salarial se refiere al equilibrio que debe existir dentro
de cualquier organización respecto a la remuneración en proporción por el trabajo realizado, es
importante mencionar que de acuerdo a las normas en materia laboral, salario son todos aquellos
beneficios legales o extralegales que recibe el trabajador por parte del empleador por razón de su
trabajo.
El Código Sustantivo del Trabajo, en el Artículo 143 establece los elementos que constituyen
trabajo igualitario estos son: i) Igual cargo o nivel, ii) Igual Jornada, iii) Iguales desempeño de la
labor, ante la concurrencia de estos elementos en varios trabajadores se requiere que el salario sea
igual, de lo contrario la ley permite acudir a instancias judiciales con el fin de que el Juez ordene
equiparar el salario.
No obstante, es debido reconocer que esta disposición normativa representa el esfuerzo del
legislador por garantizar remuneración igual para los trabajadores que desempeñan labores
idénticas en condiciones de calidad y cantidad.
En 1967, en Sentencia del 23 de Noviembre Magistrado Ponente José Enrrique Arboleda ante
un caso similar la Corte confirma la aplicación de la regla la cual ordena que el empleado tiene la
carga de aportar los elementos materiales que permitan al juez demostrar que existía un trabajo
igual con diferente remuneración, así la Corte dispone:
Para que sea jurídicamente viable una condenación en orden a nivelar los salarios
disfrutados por un trabajador en relación con otro, de acuerdo con el artículo 143 del
Código Sustantivo del Trabajo se precisa demostración plena de que ambos desempeñaron
el mismo puesto, tuvieron igual jornada de trabajo y actuaron con la misma eficacia. La
prueba de estos hechos corresponde darla al trabajador que alega haberse encontrado en
las tres circunstancias enunciadas, pues con ello pretende modificar en su favor una
situación jurídica vigente, cual es el salario pactado con el patrono, verbalmente o por
escrito, y sabido es que la carga de la prueba pesa sobre quien busca cambiar la situación
jurídica en que se encuentra, por otra que lo favorece. (Negrillas Propias).
En otro caso, la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema en Sentencia del 20 de Octubre de
2006, resuelve el recurso de casación interpuesto contra providencia proferida por el Tribunal de
Bogotá, el Ad quem deniega la solicitud de nivelación salarial con el argumento que el actor no
cumplió con la carga procesal impuesta de aportar los elementos probatorios para demostrar la
conducta discriminatoria frente a la remuneración en comparación con otros trabajadores.
En la parte motiva, la Corte manifiesta que es necesario que el actor aporte los elementos
probatorios que permitan establecer de forma objetiva que el salario recibido es menor en
comparación con compañeros que realizan la misma labor, una vez logré establecer estos hechos
el empleador debe acreditar que la labor que se desempeñaba no era de igual condición a la que el
demandante reclama salario.
Así mismo, la Corte enfatiza en el principio universal de carga probatoria contenido en el Artículo
177 del ya derogado Código de Procedimiento Civil, disposiciones que por el factor de analogía
son vinculantes en materia laboral, dicta que el trabajador que alega un trato discriminatorio
respecto a su remuneración es quién está obligado a probarlo.
La anterior regla procesal, se mantiene por varios años y para la década del 2000 se comienza a
realizar pequeñas modificaciones sobre la teoría implementada, de manera que el precedente
aplicado por varios años perdería su fuerza vinculante.
Dicho esto, la Corte resuelve casar la sentencia en razón de que la entidad bancaria no acredito la
justificación del trato salarial diferente que alegaba el actor.
La anterior teoría ha sido la regla a aplicar en la materia por la Corte Suprema de Justicia, hasta el
día de hoy, así lo demuestra la Sentencia del 17 de Octubre de 2018, Magistrado Ponente Ernesto
Forero Vargas.
(…) si el trabajador aporta indicios sobre la existencia de un trato discriminatorio en
materia salarial, se invierte la carga probatoria y le corresponde al empleador justificar
la razonabilidad de dicho proceder atendiendo el principio de la carga dinámica de
la prueba (…)
Quien pretenda la nivelación salarial porque considera que la función que desempeña
resulta equiparable a la de otro funcionario que se remunera con mayor salario, debe
acreditar que: a) Cumplía las mismas funciones que este, b) contaba con la misma
preparación y c) debe acreditar los requisitos que exige el empleo.
La teoría de la carga dinámica en sus dos derivaciones criterio estático y dinámico ha sido objeto
de estudios por doctrinantes del derecho generando debates en los centros de estudios que
reconoces las ventajas y desventajas de la aplicación de cada uno de estos criterios.
De esta manera, las anteriores discusiones desembocaron en el Código General del Proceso sobre
las disposiciones que se plantea en la materia, puntualmente su artículo 167 el cual presenta como
regla de aplicación la carga dinámica de la prueba la cual pretende otorgar beneficios a la parte
que se encuentra en la peor posición dentro del proceso.
En el sistema tradicional, en el Código de Procedimiento Civil el juez dentro del proceso debía
analizar los hechos que habían sido demostrados por las partes y en caso de que alguno no estuviera
demostrado le correspondía al juez fallar en contra de la parte que tenía la carga probatoria de los
mismos. Esta situación no estaba acorde al principio de justicia del ordenamiento jurídico, puesto
que de manera anticipada las partes que no contaban con los medios económicos o físicos estaban
condenados a perder la actuación judicial.
Así las cosas, la modificación introducida por el legislador en el Código General del Proceso, en
sus incisos segundo y tercero del artículo 167, crea la posibilidad de que el juez, previo a decidir
sentencia, imponer la carga de probar a la parte que de acuerdo a las circunstancias particulares
este en la mejor posición de hacerlo, acudiendo a criterios tales como la cercanía con los medios
de pruebas y las posibilidades económicas.
En conclusión, es acertada la labor del legislador en el cambio introducido por el Código General
del Proceso, puesto que el objeto del mismo (artículo 1°) dispone que su aplicación se extiende a
la actividad procesal en asuntos civiles, comerciales, de familia y agrarios y además a todos los
asuntos de cualquier jurisdicción o especialidad, siempre que no estén regulados expresamente en
otras leyes.
Por tanto, las normas adjetivas labores se suplen en algunos temas con las disposiciones
normativas del Código General del Proceso, dentro de estos se contempla la carga de la prueba.
Aplicar la carga dinámica de la prueba contribuye al esfuerzo del ordenamiento en garantizar la
igual de las partes y aún más en los procesos laborales que por su naturaleza carece de igualdad.
7. CONCLUSIONES.
Desde una perspectiva historia se demuestra la concepción original del principio de la carga de
la prueba, que corresponde a un criterio rígido para las partes que les impone la obligación de
probar cada una los hechos que pretenda hacer valer dentro del proceso, aun así el sistema
normativo en su continua evolución y en el marco de un Estado Social de Derecho como lo pregona
la Constitución de 1991, ha creado una derivación del modelo tradicional que consiste en la carga
dinámica.
La carga dinámica de la prueba, refiere a un modelo procesal laxo frente a la obligación de probar
de las partes, usada por el Juez de manera excepcional, cuando este advierta la posibilidad de que
falte certeza en los hechos presentados en el proceso por falta de igualdad en condiciones de los
actores del proceso y siempre que una de estos se encuentre una posición favorable para aportar el
elemento probatorio.
La facultad que se otorga al juez, concuerda con los principios judiciales que contempla la
Constitución, destacando el papel de director del proceso que realiza el Juez, con la finalidad de
dar prevalencia a la verdad e invocando la equidad, puede distribuir la responsabilidad de probar
tales hechos entre las partes, en atención al criterio de favorabilidad de la posición de cada parte.
En consecuencia, el legislador hizo una labor acertada en el Código General del Proceso al
permitir al Juez invertir la tradicional carga de la prueba, puesto que esto ha permitido ampliar en
la práctica este criterio en asuntos de otras ramas del derecho, como es la Laboral.
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