A toda furia mirando hacia atrás -!Párese! ¡Párese, don! ¿Adónde va? El anacoreta estaba que no lo sujetaban ni a pial doble -¿Qué le pasa? ¿Quién lo corre? -¿Lo persigue alguna fiera? -Peor - dijo el ermitaño- -¿Lo persigue la muerte? El anacoreta dio un grito: -¡Algo peor que la demencia! - y siguió huyendo. Venía atrás al galope un necio con poder...