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CUENTAS

NACIONALES
DE VENEZUELA
1874-1914

CONCEPCIÓN,
DIRECCIÓN Y CONDUCCIÓN
DE LA INVESTIGACIÓN

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COLECCIÓN ECONÓMICO-FINANCIERA
Cuentas Nacionales
de Venezuela
1874-1914

Concepción, dirección y conducción


de la investigación

Tomás Enrique Carrillo Batalla

Banco Central de Venezuela


Caracas, 2002
Comité de Publicaciones Consejo de Desarrollo Científico
Manuel Lago Rodríguez (Presidente) y Humanístico de la Universidad Central
Mary Batista Lorenzo de Venezuela
Rafael J. Crazut
Proyecto
Carlos Hernández Delfino
Cuentas Nacionales de Venezuela
Armando León Rojas
Soportes Estadísticos
Ángelo Lucenti
Domingo Maza Zavala Concepción, Dirección y Conducción
Luisa F. Coronil Divo (Secretaria de la Investigación
Técnica) Tomás Enrique Carrillo Batalla
Asistente del Director y Coordinador
© Tomás Enrique Carrillo Batalla del Equipo de Investigación y responsable
© de esta edición: Banco Central de de la computación y estadística
Venezuela, 2002 Bernardino Herrera
Hecho el Depósito de Ley Equipo de Investigación
Depósito Legal: lf3522002330385 Marisela Seijas
ISBN: 980-6479-36-X Gabriel Herrera

Concepción gráfica de carátula


Luis Giraldo
Diagramación de textos
Luzmila Perdomo
Corrección
César Russián
Impresión
Fanarte, C.A.

Producción Editorial:
Gerencia de Comunicaciones
Institucionales
Departamento de Publicaciones BCV
Torre Financiera, Avenida Urdaneta,
Esquina de Carmelitas, piso 14, ala sur.
Caracas 1010.
Teléfonos: 801.55.14
801.83.80 / 801.52.35
Fax: 801.87.06
Internet: http:/www.bcv.org.ve

Las ideas y opiniones contenidas en la presente


publicación son de la exclusiva responsabilidad de su
autor. Se prohíbe la reproducción total o parcial sin
autorización previa del Banco Central de Venezuela
ÍNDICE

Cuentas Nacionales de Venezuela 1874-1914

CAPÍTULO I
Análisis económico y ámbito político del período 1874-1914 .. 13
I.a. Introducción general ........................................................ 15
Contexto histórico ............................................................. 17
La economía ....................................................................... 19
El debate ideológico ..................................................... 20
La política general en la época de Guzmán Blanco. Período
1870-1875. Lo positivo y negativo de la política
guzmancista ....................................................................... 21
I.b. El período 1875-1887 .................................................... 25
La política inversionista de Guzmán Blanco ..................... 27
Liberación de importaciones para obras de desarrollo . 27
La política tributaria de Guzmán Blanco .......................... 28
Críticas y reformas de Alcántara ........................................ 28
Críticas de Alcántara a la política monetaria y bancaria
de Guzmán Blanco ....................................................... 29
Estructura institucional hacendaria, crisis económica
y otras cuestiones ............................................................... 32
Apreciación sobre la situación fiscal de 1869-1875,
a la luz de las estadísticas recopiladas ................................ 36
La estadística en el período 1873-1878............................ 38
La evidencia estadística ................................................. 38
Reacción y muerte de Linares Alcántara ........................... 39
Proceso anterior al Quinquenio ......................................... 39
Guzmán Blanco al frente del Quinquenio ........................ 40
La economía en la época de Guzmán Blanco (Septenio
y Quinquenio). La economía y las reformas hacendarias,
administrativas y educacionales ......................................... 41
I.c. El período 1888-1908 ..................................................... 45
Del guzmancismo y posguzmancismo al castrismo ............... 47
El ámbito político-militar ................................................. 47
La declinación del Liberalismo ..................................... 47
La toma del poder por Castro ...................................... 53
Las causas de fondo de la fractura del sistema a vuelta
de siglo ......................................................................... 56
El carácter genérico de la denominación “Liberalismo
amarillo” y balance de los regímenes cubiertos
con esa denominación .................................................. 59
Crisis fiscal y revolución ............................................... 61
El episodio del bloqueo ................................................ 63
El ámbito económico-fiscal ............................................... 65
Las fluctuaciones del café en los mercados mundiales . 65
Los elementos de la discusión doctrinaria .................... 68
La actividad bancaria .................................................... 69
La actividad legislativa ....................................................... 73
Algunos documentos de interés en este período ............... 76
La doctrina oficial: poder Ejecutivo ............................. 76
La doctrina oficial: poder Legislativo ........................... 77
El pensamiento económico de la opinión pública ....... 77
La estadística ...................................................................... 78
I.d. El período 1908-1914 .................................................... 81
Caída de Castro y triunfo del movimiento planeado
por Gómez y Leopoldo Baptista........................................ 83
La filosofía política del nuevo movimiento .................. 83
Gómez: la etapa intermedia .............................................. 84
Ámbito político general ............................................... 84
Fractura de la Constitución de 1909 e inicio
de la dictadura .............................................................. 85
Consolidación política del régimen ............................. 87
La liquidación de la oposición universitaria,
de la prensa, de los telegrafistas y de los intelectuales . 90
La situación económica ..................................................... 92
Discusión sobre el desarrollo minero e industrial,
las carreteras y los ferrocarriles ..................................... 93
Documentos de interés en esta etapa ................................ 95
Doctrina oficial ............................................................. 95
Doctrina de la opinión pública .................................... 95
Demostración estadística ................................................... 97
El comercio exterior ........................................................... 98
La reforma tributaria y fiscal ............................................. 99
Otros documentos de interés en esta etapa ....................... 101
La doctrina oficial: el poder Ejecutivo. La Memoria
de 1913 firmada por Román Cárdenas ....................... 101
La doctrina oficial: el Congreso Nacional .................... 103
La opinión pública ....................................................... 104
Apreciación del período a través de las estadísticas ........... 106
CAPÍTULO II
Análisis metodológico del período 1874-1914 ........................... 109
Explicación general sobre la metodología de esta obra .......... 111
Objetivos de cada parte de la obra .................................... 111
Soporte I ....................................................................... 112
Soporte II ...................................................................... 113
La población en Venezuela 1874-1914 ............................ 113
Estudio sobre el consumo de Venezuela ........................... 115
La inversión ....................................................................... 116
Producto interno bruto y tamaño del Estado ................... 117
Clasificación de importaciones .......................................... 118
CAPÍTULO III
La población en Venezuela 1874-1914 ...................................... 119
III.a. Análisis del comportamiento demográfico .................... 121
III.b. Cuadros y gráficos ......................................................... 125
CAPÍTULO IV
Estudio sobre el consumo en Venezuela ...................................... 129
IV.a. Consideraciones sobre el consumo ................................. 131
IV.b. Cuadros y gráficos.......................................................... 137
CAPÍTULO V
La inversión .................................................................................. 149
V.a. Análisis sobre la inversión ................................................ 151
V.b. Cuadros y gráficos ........................................................... 155
CAPÍTULO VI
Cálculo del producto interno bruto ............................................ 161
VI.a. Breve análisis estadístico del PIB ................................... 163
VI.b. Cuadros y gráficos ......................................................... 167
CAPÍTULO VII
La dimensión del Estado: relación de ingresos y egresos
fiscales respecto al PIB ................................................................. 173
VII.a. Análisis sobre el tamaño del Estado respecto
a la economía nacional ............................................................ 175
VII.b. Cuadros y gráficos ........................................................ 181

Soportes estadísticos de las Cuentas Nacionales


de Venezuela 1874-1914

CAPÍTULO I
Muestras de importaciones y su clasificación .............................. 191
I.a. Explicación metodológica ................................................. 193
Breve análisis de la balanza comercial ............................... 197
I.b. Cuadros de clasificación de importaciones ...................... 199
CAPÍTULO II
Serie de precios y sueldos ............................................................ 221
II.a. Serie de precios................................................................ 223
Serie de precios internos ......................................................... 225
Metodología del índice general de precios ........................ 225
Serie de precios de consumo interno. Breve análisis ......... 226
Serie de precios de los principales productos
de exportación ......................................................................... 227
Balatá ................................................................................. 227
Cacao ................................................................................. 228
Café .................................................................................... 228
Caucho ............................................................................... 228
Cueros de res ..................................................................... 228
Dividive ............................................................................. 228
Ganado vacuno .................................................................. 229
Maderas ............................................................................. 229
Oro .................................................................................... 229
Sarrapia .............................................................................. 229
II.b. Cuadros y gráficos .......................................................... 231
II.c. Serie de sueldos ............................................................... 347
Metodología de reconstrucción de sueldos ....................... 349
Análisis estadístico de la estructura de los sueldos
de la administración pública ............................................. 350
II.d. Cuadros y gráficos .......................................................... 353
FUENTES .............................................................................. 377
Cuentas Nacionales
de Venezuela
1874-1914
Capítulo I
ANÁLISIS ECONÓMICO Y ÁMBITO POLÍTICO
DEL PERÍODO 1874-1914
I.a. Introducción general
Contexto histórico

Los años que corren de 1874 a 1914 comprenden cuatro regímenes


bastante bien definidos, tanto institucionalmente como en sus aspectos po-
líticos, económicos, sociales e ideológicos.
El primero es el guzmancismo, el cual inicia una reacción contra el
federalismo aprobado en la Constitución de 1864. El guzmancismo conserva
la denominación “República Federal”, pero inicia el cambio de significa-
ción. Presenta por tanto una contradicción entre la letra escrita y la reali-
dad actuante del régimen.
La controversia sobre ese particular se inició en la Constituyente de
1873, presidida por Antonio Leocadio Guzmán, a quien se atribuye
haber expresado: “Si los adversarios hubiesen dicho Federación, nos-
otros hubiésemos dicho Centralismo”.
La frase revela la ausencia de principios del principal ideólogo en lo
relativo a la esencia del movimiento que incendió campos y ciudades de
Venezuela durante los cinco años de la Guerra Federal.
La otra cuestión se refiere a la vocación democrática o autocrática del
guzmancismo. En este sentido bastan dos aspectos del mismo:
1. Guzmán no pensó nunca en organizar un sistema que fuese
escenario de tendencias contrapuestas, con plenas garantías de
participación en la lucha política y respeto a la alternabilidad
republicana. Su posición fue muy clara: al adversario no basta con
derrotarlo, hay que erradicarlo de la escena política nacional.
2. La segunda cuestión, igualmente antidemocrática, se refiere a las
elecciones, cuya esencia democrática es que sean libres y el voto
sea secreto. El guzmancismo consagró en la ley que la boleta del
voto fuese firmada, con ello se sepultó el secreto del voto y el princi-
pio democrático de la elección.
El segundo régimen liberal, jefaturado por Rojas Paúl y luego por
Andueza Palacio, dio rienda suelta a la libertad de expresión del pen-
samiento en las publicaciones de la época. Andueza, al recibir la franja pre-
sidencial, dijo: “Yo quiero prensa libre como el pensamiento, que analice,
escudriñe y castigue con severa justicia todos los actos de mi gobierno”.
Rojas Paúl, al reaccionar contra Guzmán, también se expresó en términos
similares al ofrecer las garantías propias de los países democráticos.
Al concluir el período, Rojas Paúl entregó el poder a Andueza en
gesto consagrador de la alternabilidad en el poder público.
Aunque Andueza más tarde cometió el error de quedarse al frente de
la primera magistratura para presionar la reforma constitucional que no
había logrado la mayoría en el Congreso, ello no borra su política hacia la
libertad de pensamiento durante los dos años de su ejercicio presidencial.
La reforma planteada por Rojas Paúl y luego por Andueza era una
necesidad; negarla, en ambos casos, fue un grave disparate, pues en dos
años no había tiempo para realizar una efectiva labor de gobierno. La
reforma, en otro sentido, era también una necesidad para ir a la elección
universal, directa y secreta que había sido barrida por el guzmancismo.
En todo caso, este segundo régimen “liberal” fue políticamente dis-
tinto a la autocracia guzmancista y representó una apertura hacia la
democracia.
El tercer régimen lo representó el general Joaquín Crespo, quien para
ironías del destino bautizó su rebelión de “Legalista”, denominación
que se derrumbó al no entregar el poder al parlamento y conducir una
primera etapa de facto. En 1893 convocó a una Constituyente que apro-
bó el negado proyecto de reforma constitucional de Andueza, de elevar
el período a cuatro (4) años. Durante su gestión hubo prensa libre, con
lo cual actuó contrariamente al guzmancismo. Su Constitución tam-
bién se distanció de la de Guzmán al establecer la elección directa y
secreta del Presidente de la República, sin pasar por el Consejo de Esta-
do, como rezaba la del autócrata civilizador. Sin embargo, en los hechos
continuó con el sistema semifeudal de los acuerdos con los caudillos
regionales, quienes intercambiaron sus apoyos con los recibidos del pri-
mer mandatario nacional.
El régimen de Andrade siguió al calco al de Crespo en materia polí-
tica, aunque le faltó el “Jefe” al perecer Crespo en “La Mata Carmelera”.
Ello demostró que Andrade fue puesto ahí para conservar en el mando al
general Joaquín Crespo.

18
El cuarto régimen, denominado “Liberal Restaurador” por su jefe, el
general Cipriano Castro, fue en verdad una mixtura de intenciones de-
mocráticas con acciones dictatoriales.
La etapa inicial del gomecismo fue relativamente democrática al con-
sagrar y mantener hasta 1913 una coalición de partidos y fuerzas políti-
cas integradas por liberales, conservadores, baptisteros, castristas pasados al
nuevo orden y gomecistas. Rómulo Gallegos en el “Editorial” de Albo-
rada saludó con optimismo al recién instalado gobierno, diseñado por el
doctor y general Leopoldo Baptista y puesto en práctica por el nuevo
jefe del país, general Juan Vicente Gómez. Esa “luna de miel” duró
hasta 1913, cuando Gómez y sus nuevos y sumisos socios resolvieron
violar la Constitución de 1909, así como los pactos con las otras fuerzas
políticas, para echar las bases de la más larga dictadura sufrida por el
país en el curso de su vida independiente.

La economía

Igualmente distintos son los regímenes económicos y sociales.


Los guzmanes fueron intervencionistas no obstante ser sedicentes liberales.
La verdad es que no fueron liberales en política dado su temperamento y
acciones autocráticas; tampoco lo fueron en economía si nos atenemos al
folleto de Antonio Leocadio, justificador de su intervencionismo. En los
textos del hijo también se pone de relieve su intervencionismo.
Rojas Paúl, Andueza y Andrade dijeron abrazar la economía liberal
de la libre competencia en contraste con los guzmanes. En la obra Pen-
samiento económico, de Juan Pablo Rojas Paúl, se puede apreciar que en
la época de la presidencia de este personaje, se proclamó desde el gobier-
no ser seguidor de la política del liberalismo económico en contraste
con los guzmanes.
Crespo no fue explícito sobre la calificación de su política económi-
ca. Andrade habló más claro y se pronunció por la política económica
liberal.
Castro, en los hechos, fue intervencionista. No reguló precios pero sí
anuló contratos, aun cuando desde el punto de vista nacionalista estaba
plenamente justificado. Su orden de prisión a los banqueros por negarse
a extenderle crédito al gobierno, ya en mora, es un acto de intervención
incompatible con el liberalismo económico.

19
Podemos concluir que salvo Rojas Paúl, Andueza y Andrade, los demás
presidentes del siglo pasado condujeron una política intervencionista en
materia económica. En el siglo XX, Castro y Gómez también lo fueron.
En lo que se refiere a la ideología: Guzmán, Castro y Gómez fueron
autoritarios, aunque el último tuvo, como ya dijimos, una luna de miel
de convivencia con las diversas corrientes políticas, lo cual permite califi-
car sus primeros cuatro años como de inclinación democrática limitada. El
resto de su ejercicio fue plenamente autoritario y dictatorial, tanto en
política como en economía.

El debate ideológico

Libre competencia versus monopolio, sitúa a los guzmanes del lado


monopolista, lo mismo a Castro y Gómez. Rojas Paúl, Andueza y An-
drade se inclinan por la libertad de mercado y la libre competencia.1
En el campo del análisis sociológico, Ángel César Rivas, Laureano
Vallenilla Lanz y Pedro Manuel Arcaya son positivistas antidemocráticos
integrales y sostenedores de la mano dura. En el lado opuesto inicialmente
se sitúa Gil Fortoul, aunque posteriormente se puso al servicio de lo que él
llamó, el “hombre fuerte y bueno”.
Rufino Blanco Fombona y José Rafael Pocaterra, desde el campo del pe-
riodismo, y los profesores universitarios, Carlos León, Guillermo López y Néstor
Luis Pérez, se pronunciaron por la democracia política y económica.2
En lo que se refiere a la desigualdad entre los sectores opulentos y los
pobres, nada hacen los guzmanes por romper el latifundio y repartir
tierras y recursos al campesinado desvalido; nada hacen Crespo, Castro
y Gómez.
Rojas Paúl apoya la asociación entre agricultores y ganaderos y subsi-
dia una entidad cuyo secretario es Tomás Michelena, quien desde el
periódico El Economista, órgano de esa sociedad, sostiene ideas empa-

1 Cf. Tomás E. Carrillo Batalla y Rafael J. Crazut: Pensamiento económico de Juan


Pablo Rojas Paúl, t. I. Caracas: Academia Nacional de Ciencias Económicas, 1998.
2 El doctor Rodolfo Moleiro, en su libro sobre Gómez (De la dictadura a la democra-
cia. Eleazar López Contreras: lindero y puente entre dos épocas. Caracas: Editorial
Pomaire, 1993), refiere un reparto de tierras áridas e inservibles para el cultivo con
la tecnología de la época. Se trata de un hecho aislado y minúsculo que nada aporta
para matizar o atenuar el creciente latifundismo en la época de Gómez y su voraz
acaparamiento y concentración en la propiedad de la tierra.

20
rentadas con la fisiocracia. Andueza continúa la misma política iniciada
por Rojas Paúl, desde el Ministerio de Fomento. Cabe citar a los minis-
tros Vicente Coronado, durante la administración de Rojas Paúl; y Fran-
cisco Batalla, durante la gestión de Andueza, quienes coinciden en ambas
gestiones.
La verdad es que a pesar del esfuerzo de esos ministros, la desigual-
dad no fue reducida en todo el siglo XIX ni durante los gobiernos de
Castro y Gómez. Es más, como veremos más adelante, la concentración
de la propiedad de las tierras en pocas manos se acentuó a niveles nunca
antes alcanzados, durante el gobierno de los Monagas y bajo la dictadura
del general Gómez. Coadyuvantes en ese proceso fueron la política mono-
polista del general Gómez en las incipientes industrias que en buen nú-
mero cayeron en sus manos y en la comercialización de las carnes, cuyos
monopolios en ciudades y pueblos del interior, las otorgaba el dictador a
sus amigos y servidores en jefaturas civiles y comisarías.
En esta breve introducción hemos señalado los rasgos generales de
los regímenes del siglo XIX (segunda mitad) y un simple adelanto sobre
Castro y Gómez.
Seguidamente, pasamos a exponer y analizar en más detalle la mar-
cha política económica y fiscal del país desde 1874 a 1914.

La política general en la época de Guzmán Blanco. Período 1870-1875.


Lo positivo y negativo de la política guzmancista

Este período cubre el lapso principal del llamado “Septenio de Guz-


mán Blanco”, época en la cual sus acciones de gobierno tienen, al decir
de Ramón Díaz Sánchez una impresionante apariencia revolucionaria.
Es la época del Decreto sobre Instrucción Pública, gratuita y obligatoria,
del matrimonio civil y de diversas reformas que instituyen de facto y de
derecho, la modernización del Estado y su separación de la Iglesia.
En el ámbito económico, su acción también es trascendental: insti-
tuye el ramo de la estadística, ordena el primer censo nacional; en cuanto a
política monetaria, decreta la unificación monetaria, funda una compa-
ñía de crédito con los acreedores del gobierno y autoriza la emisión de
billetes garantizados por sus acreencias, suprime el peaje, crea una Junta
de Crédito Público para movilizar capitales con la amortización de la deuda
pública, fomenta algunos rubros de la agricultura, construye carreteras
y ferrocarriles, organiza la hacienda pública y hace que el producto fiscal
de los impuestos tradicionales, salinas e importación sirvan para finan-

21
ciar el gasto público. Se propone que los ferrocarriles sean autoamortiza-
bles (espera un rendimiento de ellos de 15%). Utiliza en beneficio del
país, y en beneficio propio, el manejo del crédito y de las concesiones.
Sus enemigos políticos sacan cuentas de su beneficio personal. Ma-
nuel Briceño3 señala que del crédito de “Curazao”, Guzmán se benefició
en 964.000 pesos venezolanos. Dice Briceño que
La suma recibida por Guzmán no pasó de $ 50.000, y la parte que pagó a sus
socios fue de 80.000, según aparece de una publicación hecha con datos
suministrados por el General Southerland. Las aduanas produjeron según di-
versos documentos que tengo a la vista, un mes con otro, desde Mayo de 1870
hasta Noviembre de 1871, a razón de $ 232.000, y de esta suma tomaba
Guzmán el 15 por ciento, o sea $ 34.800 por mes. En los treinta meses en que
cobró este 15 por ciento percibió, pues, $ 1.044.000. Descontados de esta
suma los $ 80.000, pagados a sus socios, el robo de esta vergüenza e infame
especulación asciende a $ 964.000.4
En la operación con la UCV se ganó 40.000 pesos. En la operación
llamada “Monopolio del Lago” se ganó 1.118.280 pesos venezolanos.
Afirma Briceño que Guzmán Blanco tenía como agente en Venezuela
para sus especulaciones y negocios a una conocida firma mercantil.
De ella se valió para llevar a cabo una especulación que, velada con la conve-
niencia política y con pretextos de honra nacional, debía producirle pingües
rendimientos.
Buscando motivos en los auxilios que los enemigos de su gobierno podían
conseguir en la isla de Curazao, cerró los puertos de Maracaibo y La Vela.
Prohibió el comercio con aquella isla y estableció el monopolio de la navegación
del Lago con los vapores de una Compañía de la cual, dice Briceño, él es el
principal socio.
Este decreto destruía la navegación de los buques de vela que daba alimen-
to a gran parte de los habitantes de Maracaibo, arruinaba considerablemente
aquella plaza y era de fatales consecuencias para las poblaciones de la Cordillera
y de todo el occidente de Venezuela; pero esto nada importaba desde el mo-
mento en que aquel negocio le dejaba una utilidad que se aprecia en $ 957.000;
desde el momento en que podía agregar a ella, como lo hizo, el monopolio de la
harina por medio del contrabando, pues cuando las embarcaciones de vela se
veían obligadas a depositar los frutos de exportación en la aduana de Puerto
Cabello, y a tomar de allí los de importación, los vapores de la indicada firma
hacían libremente transbordo a los vapores de mar e introducían de contraban-
do 300 sacos de harina por semana, monopolizando así el artículo y obtenien-

3 Los Ilustres o la estafa de los Guzmanes. Caracas: Ediciones Fe y Cultura, reimpresión


de la 3ª edición de 1884, Bogotá.
4 Ibidem.

22
do una utilidad de $ 4 en saco; es decir $ 230.400 durante el monopolio de la
navegación, de los cuales correspondían a Guzmán el 70 por 100, que es la
parte que él toma de las utilidades de la casa. El monopolio de la harina le dejó
$ 161.280.5
En el caso llamado de la “Deuda Pública” se ganó 680.000 pesos
venezolanos. Según el mismo Briceño,6 en los manejos de la deuda inte-
rior se ganó 947.000 pesos venezolanos.
El agio se organizó como sistema en el gobierno para asegurarse Guzmán Blan-
co la posesión del poder. La deuda exterior está en gran parte en sus manos, y los
de la misma empresa son los agentes de los acreedores; de la deuda interior es
dueño de $ 3.000.000. En 1874 se expidió una ley de consolidación de la
deuda pública y se asignó a los nuevos documentos un interés de cinco por
ciento anual. Guzmán consolidó toda la deuda que había comprado a vil
precio y realizó una ganancia de $ 947.000. Hoy la deuda consolidada que
posee gana por año $ 150.000 que él se hace pagar religiosamente, y entre sus
esbirros se reparten dólares 250.000.
El resumen de lo “robado” según Briceño, aparece en el cuadro si-
guiente:

Sumas a que ascienden los robos: De 1864 a 1865 $ 2.580.019


Producto de la especulación de 15% $ 964.000
Robo en las permutas por las Vegas de la Universidad $ 40.000
Monopolio de la navegación del lago $ 957.000
Monopolio y contrabando de la harina $ 161.280
Venta de Tucacas $ 70.000
Negocio de la deuda española $ 680.000
Raciones del Regimiento de la Guardia $ 84.000
Armamento contra Holanda $ 424.000
Venta de los ganados del Apure $ 180.000
Fabricación y falsificación de la moneda de níquel $ 80.000
Sueldos anticipados $ 30.000
Servicios de carruajes $ 36.000
Cambios de moneda $ 347.000
Robo de las alhajas de las iglesias $ 400.000
Negocios con la deuda exterior $ 947.000
Son..............................$ 7.980.229

Sobre las alhajas, el doctor Polanco aclara que hubo una declara-
ción en sentido negativo de fuente eclesiástica.7

5 Ibidem.
6 Ibidem.
7 Cf. Tomás Polanco Alcántara: Guzmán Blanco. Caracas: Editorial Ex-Libris, 1992.

23
I.b. El período 1875-1887
26
El período cubre los años finales del Septenio de Guzmán Blanco y
el inicio del denominado “continuismo” bajo el mando del general Al-
cántara. Se vive todavía bajo la influencia de las reformas del “Ilustre”
quien, sin duda alguna, fue un financista de éxito que aplicaba los prin-
cipios básicos de la economía política; tanto en provecho de su adminis-
tración y en consecuencia del país, como también en el suyo propio.

La política inversionista de Guzmán Blanco

En efecto, Guzmán Blanco aprovecha la valorización de la produc-


ción cafetera y canaliza hacia las arcas públicas una corriente de dinero
que luego se invierte en la construcción de obras de servicio público:
ferrocarriles, carreteras y edificios, y en la explotación de ciertas indus-
trias fundamentales. El mecanismo que emplea es la inversión extranjera
en lugar de recurrir a los empréstitos. En esto consiste el secreto de su
actividad financiera. Sin embargo, sus instrumentos no están libres de
corruptelas e irregularidades en función del provecho personal, ensom-
breciendo con ello, dolorosamente, el aspecto positivo de su actuación.

Liberación de importaciones para obras de desarrollo

En este renglón, Guzmán Blanco ordena a las aduanas que permitan


la libre introducción de los efectos que los ministerios de Fomento y de
Obras Públicas requerían, y los enumera: tubos, barras de plomo y otros
efectos para los acueductos, las obras de hierro destinadas al Capitolio
de Caracas y para algunos puentes, los artículos indispensables para los
ferrocarriles, herramientas y útiles para las compañías mineras, las he-
rramientas, maquinarias y efectos para la empresa de construcción de
casas y, por último, aquello que, según el Código de Hacienda, pueden
introducir el Presidente de la República, los ministros del Despacho

27
y los miembros del cuerpo diplomático. He allí el provecho personal
mezclado con el interés nacional.

La política tributaria de Guzmán Blanco

Su ministro de Hacienda (P. Toledo Bermúdez) afirma que el “Ilustre


Americano” conoce
...que los excesivos impuestos, agobiando la riqueza nacional la abaten y aún la
destruyen; y como a esa riqueza es siempre proporcional la producción, como lo
es a ésta igualmente el cambio, ya que de éste se deriva la renta aduanera, por la im-
portación y la exportación, deduce lógicamente que los referidos excesivos
impuestos, lejos de ser propósito para aumentar la citada renta, lo son para
disminuirla, puesto que secan su fuente que es la producción, sin la cual no
puede haber cambio y lo prueba el haber rebajado a la mitad los derechos
arancelarios, desde el primer momento en que asumió el poder, cuando la cruda
y sostenida guerra que se le hacía, pudiera acaso haberlo decidido a mantenerlos
en la integridad en que los encontró; así es que sólo por una profunda fe en la
teoría económica de que tal reducción no habría de exponerlo a quedar sin los re-
cursos que la guerra le hacía indispensables, no menos que respecto de los
benéficos efectos que se prometía produjese sobre las industrias nacionales, a la
sazón abatidísimas, por causa de la misma guerra (...) no más puede explicarse
arrojo semejante, en circunstancias tan difíciles.
Por último, consigna lo siguiente, sobre el mismo tema:
Comprendidos en la misma clase de los artículos de primera necesidad, libres
por tanto, como ellos de derechos, están también los animales vivos, con propó-
sito de facilitar su traída para mejorar las razas del país; los carruajes, coches,
calesas o sus partes componentes y las de los carros y carretas, a fin de promover
con todos ellos el tráfico por la inmensa red de carreteras que enlazan ya nues-
tras poblaciones, y los puentes con sus cadenas, pisos y demás adherentes que
hagan necesarios esas carreteras, y las máquinas y aparatos para los telégra-
fos eléctricos, con objeto de poner al habla a esas mismas poblaciones; los
aparatos y máquinas para el alumbrado por gas, con tendencia a establecerlo
por sus grandes ventajas sobre el de que nos servimos, todavía tan defectuoso.

Críticas y reformas de Alcántara

Su sucesor, el general Alcántara, a quien se le calificó inicialmente de


“continuista” aunque a la postre reaccionó contra Guzmán, intenta co-
rregir fallas y así crea un “nuevo” banco con vista a la “mayor seguridad”
en la recaudación de las rentas, y queriendo

28
...además atraer mayor suma de capitales, a su alrededor, crea un Instituto de
Crédito que recibe de las aduanas y demás oficinas de recaudación las Rentas
Nacionales, trasladándolas por su cuenta y riesgo de un punto a otro, y que
facilita el pago puntual del presupuesto fondos efectivos en toda la República,
teniendo el Gobierno una cuenta hasta por las tres cuartas partes del capital del
Instituto. Al Gobierno se le abonan los pagarés de las Aduanas de La Guaira y
Puerto Cabello con el descuento de uno por ciento y los de las otras con el de
uno y cuarto por ciento. El Gobierno a su vez, abona al Instituto por comisión
de cobro y de seguro el dos y cuarto por ciento sobre todas las sumas que
recaudase.
Con estas bases se formó un nuevo banco, con capital de V 200.000
doscientos mil venezolanos, representados en acciones de V 500, qui-
nientos venezolanos, que fueron suscritos inmediatamente por comer-
ciantes y otros particulares. El gobierno pudo disponer hasta de la suma
de V 150.000 ciento cincuenta mil venezolanos, en vez de los V 100.000
cien mil, a que le daba derecho el antiguo banco. Además, los pagarés de
las aduanas de La Guaira y Puerto Cabello, los descuenta con un cuarto
por ciento menos que el anterior, y los de las otras con la misma ventaja.

Críticas de Alcántara a la política monetaria y bancaria de Guzmán Blanco

La instrumentación elaborada para la simplificación del circulante


tuvo errores garrafales, tal como lo registra la Memoria de Hacienda de
1877, lo cual demuestra las debilidades resultantes de la falta de una ade-
cuada evaluación y estudio de determinadas medidas, que por estas mismas
razones, tuvieron efectos contraproducentes. La Memoria de Hacienda,
dice al respecto lo siguiente:
En 14 de junio de 1876 se comunicó a los señores H.L. Boulton y Cía., el
deseo del gobierno de que ellos se encargasen como agentes suyos, de hacer
acuñar dicha moneda en cuños de los Estados Unidos de la América del Norte.
Los señores Boulton aceptaron la comisión y participaron en oficio de 16 del
mismo mes y año que harían acuñar la suma de V 150.000 en moneda de
níquel de los tipos uno y dos y medio centésimo de venezolano, así: de estos
últimos, 2.000.000, de aquéllos 10.000.000.
Con efecto, los señores Boulton comunicaron al Gobierno en 31 de agosto
de 1876, que el cuño nacional de los Estados Unidos no podría encargarse de
la acuñación de centavos por estar ocupado en acuñar moneda de plata ameri-
cana; pero que una casa especial y muy respetable de Waterbury (Filadelfia),
estaba dispuesta a llevar a término la obra, agregando que la pieza de un centa-
vo tendría exactamente el mismo diámetro y espesor de la pieza americana de 5
centavos: y la de 2½ centavos tendría el diámetro del cuarto de peso americano
(dollar), de 1876, pero con un espesor relativamente mayor.

29
El Gobierno se apresuró a aceptar las modificaciones propuestas, según consta
de oficio de 6 de septiembre siguiente, en que se comunicó a los señores Boulton.
La moneda fue acuñada en Waterbury e introducida en Venezuela,
en su totalidad, para el día 28 de febrero de 1877, cuando toma pose-
sión de la Presidencia de la República el general Alcántara. Pero no tenía
un diámetro igual a la de níquel circulante en los Estados Unidos, sino uno
inferior en tamaño, peso y aleación.
Todo esto ocasionó dificultades al Gobierno y al público, pues a la
fecha no era lícito darle a una cosa un valor mayor al intrínseco que ella
tiene; primero, por la desconfianza que ellos inspiran al comercio; y
segundo, por los daños que medidas semejantes le hacen sufrir al fisco.
Fue así que, puesta en circulación la nueva moneda de níquel, se produ-
jo la desaparición en el mercado de la nacional de oro que se acababa de
acuñar, y aún la muy escasa de plata también nacional, que hasta enton-
ces facilitaba las transacciones. De suerte que en el circulante continuaron
predominando las onzas de varios estados latinoamericanos, la moneda
prusiana de 75 céntimos de venezolano, en notable abundancia, y el
medio fuerte español.
Desde el punto de vista de las finanzas públicas, al encargarse de
nuevo el “Ilustre...” del gobierno de la República, se preocupó por aten-
der la necesidad de promover el mercado de moneda venezolana de oro
y plata; necesidad que se manifestaba en las constantes perturbaciones
que producía la circulación de toda especie de monedas extranjeras,
muchas de ellas de peso y ley inferiores a la nuestra, y a cambio de la
cual se extraía la venezolana de oro. Para normalizar la situación, al 30
de marzo se dictó, por el órgano del Ministerio de Relaciones Interiores,
un decreto ejecutivo que señalaba al “bolívar” como unidad monetaria.
El 1º de abril se encomendó al señor Manuel Antonio Matos, la acuña-
ción en Europa y al efecto, se celebró un contrato por la vía del Ministe-
rio de Relaciones Interiores.
La resolución por la cual se autorizó al señor Matos para acuñar en la
Casa de la Moneda de París e introducirlas en Venezuela, señaló una
suma de cinco millones de bolívares en moneda nacional de oro y de
plata, dispuestos así: dos millones quinientos mil bolívares en oro y
piezas de 20 bolívares en plata; la mitad, en piezas de cinco bolívares de
900 milésimos de ley; y la otra mitad, en piezas de dos, de un bolívar y
de 50 y 20 céntimos, con 835 milésimos de ley. Las aduanas de La
Guaira, Puerto Cabello, Ciudad Bolívar y Maracaibo fueron designadas
para que por ellas se hiciese la introducción.

30
Dado que el gobierno de Alcántara rebajó por contrato con el Banco
Caracas, el 23 de septiembre de 1878, la obligación de satisfacer los
dividendos de la deuda consolidada, violando el artículo 4º de la Ley
vigente de Crédito Público del 6 de junio de 1874 (destinando el mon-
to así liberado al crédito interior): y mandando a pagar solamente lo
correspondiente a quienes en aquel establecimiento la radicasen, divi-
dió, de hecho, la deuda consolidada en dos partes, haciendo así de la
radicada un capital real y positivo, y de la no radicada un valor aparente.
Pero dado que los intereses de la favorecida sólo se pagaron hasta el
31 de diciembre de 1878, a más de que, ya desde el mes de agosto, ha-
bían quedado paralizados los remates por dinero, para atender la legalidad,
se tomaron las disposiciones siguientes:
Decreto del 11 de marzo de 1879, mandando a continuar el pago de
los intereses del capital no radicado.
Resolución del 15 de abril de 1879, para que se prosiguiesen los
remates mensuales de dinero por deuda consolidada, y los trimestra-
les de consolidada por consolidable.
Resolución del 7 de marzo de 1879, para que se satisfaciesen los
intereses de la deuda radicada, comenzando por los atrasados desde
el 1º de diciembre de 1878 en que se hizo el último pago y, final-
mente, otra del 30 de mayo, disponiéndose:
1. Que se realizara en bolívares; es decir, en la nueva unidad mone-
taria, una tercera edición de toda la deuda consolidada, para reti-
rar de la circulación la representada en pesos venezolanos.
2. Que se emitiesen billetes de la propia deuda, por los intereses que
para el mismo día 30 de mayo se estaban adeudando sobre la
suma que había sido radicada en el banco.
3. Que tanto los intereses de esa deuda, como los de la que no se
radicó, y los que devengaran los billetes que se dieran por intere-
ses, según se ha dicho, se pagasen en dinero del 1º de julio de
1879 en adelante.
Con respecto a la deuda consolidable, por decreto ejecutivo del 7 de
abril, se señalaron 90 días para que los militares de los estados Carabobo
y Bolívar, cuyos servicios a la Revolución de Abril habían sido recom-
pensados con deuda consolidable, ocurriesen por sí o por poder para recibir
los billetes que les correspondían, y que una vez vencido el término sin
que los hubieren reclamado, quedarían cancelados por la Junta, los títu-
los ya emitidos.

31
Por resolución ejecutiva del 15 de abril de 1879, se ordenó que conti-
nuaran desde dicho mes los remates trimestrales de deuda consolidable por
consolidada que quedaron paralizados después del que se celebró el 24
de junio de 1878.
También estableció la misma resolución que en los remates trimes-
trales se admitiesen billetes de la deuda consolidada, 5% radicada en el
banco, así como títulos de 1% mensual, expedidos por decretos del 15
de mayo de 1878 y 15 de enero de 1879.
A raíz de las actuaciones mencionadas para el 31 de diciembre de
1885, fecha fijada para el término de la conversión, sólo se habían pre-
sentado tenedores por la suma de Bs. 542.884,59, quedando sin con-
vertir Bs. 121.636,17; por lo cual la Junta de Crédito Público declaró
prescritos todos los billetes de la deuda consolidable no presentados a la
conversión por deuda nacional consolidada, anotando su nulidad en los
libros y talonarios, quedando así extinguida la deuda consolidable con
beneficio para la nación. Finalmente, entre otras disposiciones adminis-
trativas, la Aduana Marítima de Carúpano fue habilitada por decreto
del 13 de abril para la importación y exportación, quedando en pie de
igualdad con las aduanas de La Guaira, Puerto Cabello, Ciudad Bolívar
y Maracaibo.
Asimismo, por decreto del 21 de julio, concerniente al aprovecha-
miento de las salinas del Territorio Guajira, se creó allí una administración
puesta a cargo de su gobernador y de un interventor.

Estructura institucional hacendaria, crisis económica y otras cuestiones

Las operaciones descritas, relativas a la deuda, se tramitaron por la


Cartera de Crédito Público, por cuanto el antiguo Ministerio de Ha-
cienda durante el lapso del análisis, quedó separado del de Finanzas, que
se ocupaba del Presupuesto, de la Tesorería, de la vieja Sala de Examen y
otras dependencias heredadas de la intendencia de la Real Hacienda,
como las salinas, el contrabando, los juzgados de Hacienda, etc., mien-
tras que al de Crédito Público se le asignó lo concerniente a la deuda
pública.
Otro de los rasgos del período bajo análisis se refieren a la crisis eco-
nómica derivada de la baja de los precios del café en los mercados consu-
midores del grano en el exterior. A este efecto, son curiosas la terminología
y las conclusiones a que iban llegando los sucesivos ministros de Finan-
zas desde 1880 hasta 1886. En la Cuenta correspondiente al período
1881-1882 había afirmado el ministro que:
32
...grave amenaza era para las rentas públicas, al principiar la cuenta que este año
comprende, la notable depreciación en que había caído el café en los mercados
extranjeros; y aunque en el año anterior había propuesto al Congreso, con sabia
previsión el Ilustre Americano, la Ley que este Honorable Cuerpo sancionó
sobre arancel de importación, en la cual se adoptó el sistema protector, que
alentaba nuestras industrias; y aunque esa ley, desde que se puso en práctica,
fomentó con felices resultados nuestras producciones, no había empero, creado
elementos bastantes para equilibrar el trastorno que, en la riqueza pública,
había de producir la baja de café; y ante el peligro inminente, concentró el
Presidente de la República, con mente previsora, los medios de hacer frente a la
inopinada crisis, a fin de atenuar su intensidad: Al recomendaros, en su Men-
saje de presentación del proyecto de ley de rentas y de gastos públicos para el
año precitado, la necesidad de no alterar la reducción que hizo de los gastos y de
no acordar erogación que no fuese esencialmente indispensable, se anticipó a
toda contingencia contraria a la marcha regular de la administración fiscal:
“Vedlo comprobado. Los ingresos, el año de que hablo, ascendieron a Bs.
28,974.603,80 y los egresos a Bs. 27.873.154, los primeros, en el año ante-
rior, habían sido de Bs. 29.461.821,69 y los segundos de Bs. 26.602.040,03;
lo que da una diferencia, a favor de este último, de Bs. 487.217,89, diferencia
que no reconoce otra causa sino la depreciación del café, nuestro primer artículo
de exportación. Este resultado habría sido mucho más perjudicial a nuestras
finanzas y la crisis que hemos atravesado, mucho más peligrosa, si el Congreso
no hubiera adoptado prudentemente las medidas aconsejadas por el Presiden-
te de la República. La crisis está vencida; y aunque, como era natural, afectó la
fortuna pública y la fortuna particular, el servicio público, los compromisos en
que está empeñado el crédito de la Nación, la instrucción popular, las exigen-
cias que el ejercicio del patronato impone, el fomento del país; todo en una
palabra, ha sido atendido con la misma exactitud que en los períodos prósperos,
sin necesidad de apelar a recursos extraordinarios, de esos que, en situaciones
semejantes, habían empleado gobiernos anteriores, destituidos de previsión e
impotentes para arrastrar emergencias dificultosas, vacilantes en su marcha y
que, al hundirse, dejaban comprometidos honra, crédito y porvenir”.
No obstante las optimistas frases transcritas, es el caso que en las
cuentas del mismo Ministerio, de los años 1885 y 1886, se reafirma que
el país aún está en crisis. En la Cuenta de 1885 se sostiene (documento
Nº 1198) lo siguiente:
Se deprecia en los mercados extranjeros el café, producto principal de nuestra
agricultura, en términos que el rendimiento no cubre los gastos de producción,
ni los que necesariamente exige el mantenimiento de las fincas, aumentando el
mal de disminución muy serio en el numerario circulante y de igual gravedad
en el producto de la renta de importación, que constituye la primera base de
existencia del Tesoro público, sin que ni el tiempo ni las circunstancias hayan
dado lugar a la creación y fomento de otros cultivos, a la explotación de otros
veneros que puedan compensar las pérdidas causadas por la baja del preciado
fruto, mientras la plaga voraz de la langosta, propagándose con espantosa

33
multiplicación en todas nuestras comarcas agrícolas, ha asolado las sementeras
de cereales, sin dejar ninguna esperanza de cosechas a los que de los frutos
menores contaban sacar los recursos necesarios para subsistir y para sostener sus
fincas, ni a las masas populares que de estos productos hacen la base de su
alimentación, trayendo por necesaria consecuencia el encarecimiento junto con
la escasez de numerario, el hambre y la indigencia de la clase proletaria que
amasa con el sudor de su frente el pan del diario consumo, y mientras que las
fiebres han arrebatado numerosas víctimas, aumentando el cuadro de las pú-
blicas calamidades en que ha sido fecundo el año último, ni se ha suspendido
la acción vivificadora del progreso en el país, ni se ha dejado de dispensar por el
Gobierno con paternal interés, auxilio y protección eficaz a los pueblos que han
sentido los rigores de estas calamidades; ni se han desatendido las obligaciones
del servicio y los compromisos del Crédito, y todo esto, sin crear gravámenes a
la renta que entorpecieran la acción administrativa del Poder que sustituya por
transmisión legal del actual.
En otro párrafo afirma el ministro en su Cuenta al Congreso:
No está al alcance de la pericia humana, ni aun apelando a extraordinarios
medios, renovar en breve término la prosperidad fiscal de las naciones cuando
causas imprevistas la perturba. La depreciación del café, la plaga de la langosta,
la irregularidad de las estaciones se ha coaunado para producir en Venezuela
una crisis que ha pesado duramente sobre la fortuna pública y sobre la fortu-
na particular. No es irreparable esta perturbación, pero es obra del tiempo, de la
constancia perseverante y de la ampliación incansable, el restablecimiento de
las corrientes de riqueza. La necesidad que pone en ejercicio la actividad del
hombre, aguijoneada por el deseo de mejorar su condición, hará buscar en la
explotación por el trabajo de otros elementos de riqueza los medios de satisfacer
aquel deseo.
Este ministro hablaba así, ya en el período de la primera presidencia
del general Joaquín Crespo, a quien también se refiere en su Memoria al
decir:
Cumplo con el deber constitucional de presentar mi informe para un período
que se caracteriza por el esfuerzo del Benemérito general Joaquín Crespo quien
con extraordinario valor y sentido del republicanismo ha coronado las etapas
que ha recorrido la gloriosa revolución, gracias a las altas miras de su vasta
concepción. Con la inquebrantable fidelidad al deber, que ha sido la divisa de
su vida de guerrero y de político mostróse siempre extraordinario autor de la
Regeneración Nacional, que con luminoso criterio profundizó el estudio de las
causas que impedían el progreso en la Patria a sus gloriosos, providenciales
destinos.
El titular de la cartera de Finanzas en su cuenta al Soberano Congreso en
1886, decía que la crisis ese año había sido aún más grave que el anterior. Es de
advertir que a mediados de septiembre se encargó de la presidencia una vez
más, el Ilustre Americano General Guzmán Blanco, quien formuló la Ley de
Presupuesto 1886-1887 que no había sido votada por la legislatura, circuns-

34
tancia por la cual había seguido rigiendo la sancionada en mayo de 1885. Por
cierto que Guzmán decretó el 30 de septiembre que se siguiese pagando al
General Crespo, el sueldo de Presidente, que ya estaba ejerciendo el ilustre.
El Ministro decía al Congreso, que no obstante la baja de los ingresos, estos
datos no deben alarmar vuestro patriótico interés por la felicidad de la Repúbli-
ca, porque al mismo tiempo puedo agregaros que la situación del Tesoro va
cambiando favorablemente de una manera visible por los hábiles esfuerzos del
Supremo Magistrado de la República, a quien la Providencia ha protegido
siempre de un modo tan manifiesto.
Por cierto que en la Cuenta del ministro de Finanzas del año 1883-
1884 hay algunas cuestiones de interés histórico:
1. Ante gestiones del contador general de la Sala de Examen, el Mi-
nisterio tomó medidas para
...evitar el deterioro en que estaba el archivo de la antigua Intendencia Gene-
ral de Hacienda y el peligro inmediato que corría de ser destruido por la
humedad de las piezas donde se encontraba depositado y por el descuido en
que se hallaba desde tiempo inmemorial, y al efecto ordenó que se procediese
inmediatamente a la reparación de las piezas en que se encontraba el precitado
archivo, y a la construcción de estantes adecuados para la colocación de los
diversos legajos que contiene; nombrando al efecto una comisión para la
organización de sus expedientes en el orden y con el método con que, última-
mente se organizó el Registro Público de esta ciudad.
2. El ministro se refiere a irregularidades administrativas que ocu-
rrían en relación con el apresamiento de contrabandos. Dice al
efecto:
Observando el Gobierno que en algunas localidades acontecía, que después
de aprehendido un contrabando de empleados o particulares, ocurrían algu-
nos de los primeros al Juez competente u otra autoridad cualquiera, dando
parte del hecho para adquirir así el carácter de denunciantes y participar de los
derechos que, como tales acuerda la ley, con la cual se menoscaba indebida-
mente el beneficio que a los aprehensores correspondía, disminuyendo el
estímulo que el Legislador quiso infundir en todos para perseguir el contra-
bando, y aunque el artículo 42, capítulo 5º, ley XX del Código de Hacienda,
ordena que se distribuyan por partes iguales los efectos decomisados, entre
denunciantes y aprehensores, el recto concepto de esta disposición exige que
no se tengan por denunciantes, sino los que, previamente a la aprehensión,
dieren parte o noticia de la existencia del contrabando; de manera que por
virtud del denuncio, hayan tenido lugar el descubrimiento y la aprehensión
de los efectos.
Por tanto, este Ministerio, por Resolución del 24 de septiembre último,
así lo dispuso.
3. Es interesante lo que afirma el ministro Juan Pablo Rojas Paúl en
la Cuenta que presenta en 1881, sobre la defensa de los intereses

35
del fisco, con respecto a dos terrenos, uno adyacente a la Aduana
de Puerto Cabello y otro concerniente a la antigua “Casa Alma-
cén” o “Factoría” de Macuto. Ésta había sido vendida a la Real
Hacienda, en 1808, por el apoderado de la Compañía de Filipi-
nas, don Joaquín de Emozabel, conforme a la Real Orden del 16
de febrero de 1806. El ministro describe la trayectoria del in-
mueble. Al referirse al feliz resultado de la gestión sobre un terreno
en Puerto Cabello, vecino a la Aduana, afirma el ministro Rojas
Paúl:
De este modo, debido al marcado celo del Ilustre Americano, Regenerador y
Presidente de la República, por los intereses nacionales que le están encomen-
dados, quedó sellada definitivamente esta importante materia, que trae su
origen desde 1856 y acerca de la cual se sustanció por este Ministerio el
respectivo expediente.
Lo que queda claro de estas últimas referencias a documentos inclui-
dos en este volumen, es que los elogios de los ministros se trasladan de
Presidente a Presidente. Lo doloroso es que a pesar de los aciertos que se
atribuyen a los primeros magistrados, y de haberse afirmado tener ven-
cida la crisis, ésta se mantuvo y hasta se acentuó. Ello era debido a
hechos que estaban en buena parte fuera del margen de maniobra del
ministro y del Presidente: los vaivenes de los precios en los mercados
extranjeros.
Naturalmente que los ajustes presupuestarios que se realizaron bajo
la dirección de Guzmán Blanco, evitaron al Gobierno y al país, mayores
males. Pero la superación de la crisis estaba más allá de su control.

Apreciación sobre la situación fiscal de 1869-1875, a la luz de las


estadísticas recopiladas

Durante los años 1868 y 1869, la conflictiva situación que vivía el


país en el campo político-militar se reflejó en la situación fiscal por la
presencia de un acentuado déficit, originado en la caída de los ingresos
fiscales, y aunque al mismo tiempo los registros señalan una disminu-
ción de los egresos, esta reducción sólo es importante en 1868, pues en
1869 casi se alcanza el nivel de gastos de 1866; por lo cual el déficit es
particularmente fuerte en 1869.
Con las reformas que introduce Guzmán al afianzarse en el poder y
en las que enfatiza tanto el ministro Goiticoa, se aumenta el rendimien-
to de rubros poco significativos como el derecho sobre la sal y se aumenta la
eficiencia de las aduanas. Pero el “secreto” del éxito de la gestión fiscal
36
parece estribar en haber logrado acumular pequeños excedentes en los
primeros dos años de la gestión guzmancista y volcarlos de un solo golpe
hacia la parte final de su mandato, lo cual, junto con la inversión extran-
jera que se inicia en algunos campos, como el de los ferrocarriles, produ-
ce un efecto expansivo en la economía.
Por su parte, la balanza comercial muestra que durante el período
conflictivo las exportaciones caen y las importaciones se mantienen. Al
pacificar Guzmán el país se produce una creciente exportación que, ante
una importación relativamente estable, produce un sostenido superávit
comercial. Si anotamos que el período se maneja con cierta disciplina
fiscal monetaria, se puede concluir que todo el conjunto de comporta-
miento fiscal y monetario y de manejo de inversiones produjese un im-
pacto en la economía y en las realizaciones del Estado que dejarán pro-
funda huella en la historia del país.

SITUACIÓN FISCAL Y COMERCIAL DE VENEZUELA


1869-1875

Índice de ingresos y egresos


(Base 1866-1867 = 100)

70-71 71-72 72-73 73-74 74-75


Ingresos 79 60 108 122 112
Egresos 49 48 75 83 121
Ingresos. Egresos
-------------------------x 100 41,6 25.9 34.9 36.3 --2.0
Ingresos
Índice de exportaciones e Importaciones
(Base 1866-1867 = 100)

Exportaciones 143 157 183 193 224


Importaciones 76 130 149 88 171

X -- M
--------------------= 100 57.2 33.2 33.9 63.2 38.9

Composición porcentual de los Ingresos del fisco


1870-1871 1874-1875
Derechos de importación 89.8 79.3
Derechos de exportación 9,5
Derechos sobre la sal 3.7
Renta interna
Otros 0.6 17.0
Total 100.0 100.0

37
La estadística en el período 1873-1878

La gestión fiscal es superavitaria, tal como venía ocurriendo desde


1870, apoyada en una relación comercial con el exterior ampliamente
po-sitiva, tal como demuestra el cuadro siguiente:

Período 1873/74 1874/75 1875/76 1876/77 1877/78


% % % % %
Actividad
Ingresos 100 100 100 100 100
Egresos 63,3 102 68,1 92,9 90
Superávit 36,3 -2,04 31,8 7,1 9,9
Relaciones con el exterior
Exportaciones 100 100 100 100 100
Importaciones 36,75 -61,1 93,3 86,1 86,1
Saldo comercial 63,2 38,9 6,7 13,8 13,9

Sin embargo, puede observarse un más lento crecimiento de los in-


gresos fiscales que de los egresos: 0,1% contra 5,6%; lo cual señala el
inicio de una tendencia deficitaria que se manifestaría con gravedad en
los últimos años del siglo. Igual tendencia deficitaria se observa en la
balanza comercial, pues las importaciones crecen al ritmo de 5,7% inter-
anual promedio y las exportaciones sólo a 1,1%. Por lo demás, la estruc-
tura fiscal descansaba básicamente, como en años anteriores, en los
derechos de importación.

La evidencia estadística

En el lapso considerado, incluida la gestión del general Linares Al-


cántara, se experimentó una situación favorable de la balanza comercial;
dichos superávit que alcanzan un promedio aritmético de 15% repre-
sentan un factor expansivo de la economía.
La gestión fiscal presenta déficit en los años de inestabilidad política
como consecuencia de los alzamientos militares. En los períodos de tranqui-
lidad política se presentan superávit lo cual compensa suficientemente la
expansión que podría sufrir la demanda agregada, como consecuencia
del superávit de la balanza comercial.
Los indicadores siguientes sirven de soporte a los comentarios prece-
dentes:

38
SITUACIÓN FISCAL Y COMERCIO EXTERIOR

Período 1878-79 1879-80 1880-81 1881-82 1882-83 1883-84 1884-85 1885-86


% % % % % % % %

Ingresos 100,o 100,o 100,oo 100,o 100,o 100,o 100,o 100,o

Egresos 129,o 81,2 75,8 102,5 86,3 105,1 104 113,3

Saldo -29,0 18,7 24,1 -2,5 13,7 -5,1 -4,7 -13,3

Exportación 100,o 100,o 100,o 100,o 100,o 100,o 100,o 100,o

Importación 72,8 93,8 64,9 82,9 87,4 95,0 77,o 76,o

Saldo 27,2 6,1 35,o 17,1 12,5 4,9 23,o 24,o

Reacción y muerte de Linares Alcántara

El general Francisco Linares Alcántara, heredero político de Guzmán


Blanco, había asumido el poder el 2 de marzo de 1877 para un período
de dos años según la Constitución vigente en esa época. Al aproximarse
el fin del corto período presidencial, el general Linares Alcántara co-
menzó a efectuar maniobras encaminadas a prolongar su permanencia
en la Presidencia, entre las cuales se había orientado a la convocatoria de
un Congreso que habría de reelegirlo. Pero las cosas no iban a resultar
como él esperaba, porque hacia fines de año enfermó y falleció. Corrie-
ron rumores de que su deceso no obedecía a un hecho normal, pero
nada se ha podido saber al respecto.

Proceso anterior al Quinquenio

Desaparecido el general Alcántara en un clima político que clamaba


contra Guzmán Blanco, el Congreso nombró primero y segundo desig-
nados a la Presidencia, a los generales Francisco Valera y Gregorio Cede-
ño. No agradándole a Cedeño quedar bajo la autoridad de Valera, se
alzó. Poco tiempo después se alzó también el general Joaquín Crespo en
el Guárico, se unió a Cedeño y juntos proclamaron a Guzmán Blanco,
jefe de una revolución que recibiría el nombre de “Reivindicadora”.
Cedeño y sus aliados triunfan en La Victoria, se dirigen a Caracas,
acampan en Antímano, el general Valera capitula para el momento de la
entrada de Cedeño a la capital, las casas se adornan con flores, se levan-
tan arcos de triunfo y litografías de Guzmán aparecen por todas partes.

39
Guzmán Blanco al frente del Quinquenio

El 15 de febrero de 1879 regresa Guzmán Blanco de Europa y hace


una entrada triunfal en Caracas, entre los gritos de entusiasmo de una
muchedumbre que meses antes lo insultaba y derribaba sus estatuas.
Así comenzó el segundo período de Guzmán Blanco, que duraría unos
cinco años, por lo cual se llamó el Quinquenio. La vanidad de Guzmán
Blanco había crecido y además manifestó rencores por la reacción que
hubo en su contra. En lo político procede, ante todo, a perseguir a sus
enemigos; a Cedeño lo nombra ministro de la Guerra, cargo que ocupa-
ría hasta su muerte. Se le adulaba tanto que al grupo de personajes que
lo seguía lo denominaron “la Adoración Perpetua”. Con el pretexto de
traer a su familia decidió viajar a Europa. Por su condición de Presidente
de la República se le otorgaron honores oficiales que a juicio de su adver-
sarios aparecían como infundados. Por París desfiló en una gran carroza,
seguido por una vistosa escolta de jinetes uniformados. Fue recibido por
el Presidente de Francia y por el Rey de Bélgica. En París, en la Magda-
lena, casaría a su hija Carlota con el duque de Morny, y a su hija Merce-
des con el marqués de Noé. Cuando llega a Caracas pasea trajeado con el
uniforme de mariscal.
En el Quinquenio, con ocasión del centenario del Libertador, se inau-
guró solemnemente el Teatro Municipal; fue declarado Himno Nacio-
nal de la República la canción patriótica “Gloria al Bravo Pueblo”. El
área del viejo convento de San Jacinto, que había servido de cárcel a
Antonio Leocadio Guzmán en 1847, se reservó para lo que sería el Mer-
cado Principal. Se estableció en la ciudad el alumbrado a gas y se inau-
guraron los tranvías de caballitos. Se fundó la Academia Venezolana de
la Lengua, se inauguró el pasaje del Centenario, continuando la reforma
urbana de Caracas, se construyó la Santa Capilla, luego de haber sido
demolido el viejo templo de San Mauricio; se inauguró la Alameda de
Altagracia, se estrenó el ferrocarril de La Guaira, se instalaron las esta-
tuas de Vargas y de Cajigal en la Universidad y la de Washington, en
donde estuvo la capilla de San Felipe Neri; la de Miranda en la Plaza
Panteón; se descubrió en el Senado el cuadro de Tovar y Tovar que repre-
senta la firma del Acta de la Independencia, se instaló la luz eléctrica
para iluminar el Teatro Municipal, la Plaza Bolívar, la calle del Comer-
cio, los bulevares del Capitolio y la estatua de Guzmán en la colina de El
Calvario y otra entre el Capitolio y la UCV. En Maracaibo se inauguró el
Teatro Baralt.
Hacia finales del Quinquenio se inaugura la capilla de Pagüita y la de
El Calvario. Se inauguró el segundo gasómetro de la ciudad y el alum-
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brado de gas en el Teatro Caracas. Se instaló el viaducto de Caño Amari-
llo, obra que al decir de la picaresca de la ciudad era un viaducto para
pasarle por debajo.
Guzmán Blanco tuvo que enfrentar en esos años varias “revolucio-
nes”: en los Andes en 1884; en Lara, oriente y Bolívar en 1885; en los
Andes en 1886; y en el Territorio Federal Yuruari en 1887.

La economía en la época de Guzmán Blanco (Septenio y Quinquenio).


La economía y las reformas hacendarias, administrativas
y educacionales
En la Memoria de Hacienda de 1871-1872 se destaca la reforma de la
hacienda pública propiciada por el ministro Santiago Goiticoa, quien
la justifica del modo siguiente:
Era urgente la necesidad que tenía el país de un Código de Hacienda en
armonía con los adelantos de la época. Hasta ahora se había llamado tal la
compilación de algunas leyes de aduana, quedando dispersas las demás impor-
tantes disposiciones del ramo, en eso que bien puede llamarse caos de nuestra
legislación fiscal, y en que aparecían confundidas materias heterogéneas, y se
echaban de menos disposiciones indispensables para el buen servicio de la
Hacienda nacional.
Las nuevas disposiciones se reúnen en 39 “leyes” que el ministro
Goiticoa resume del modo siguiente:
La ley I define lo que constituye la Hacienda nacional y crea el “Gran libro” de
la misma, en el que han de registrarse todos los títulos que acrediten propiedad,
dominio o acciones de la Nación
La II se refiere al fisco nacional y determina sus privilegios.
La III trata de los bienes nacionales y fija las reglas cardinales de su adminis-
tración.
La IV determina las rentas nacionales.
La V define lo que constituye el Tesoro nacional.
La VI se contrae a la dirección y administración de la Hacienda nacional, y
señala las funciones del Presidente de la Unión como supremo director y admi-
nistrador.
La VII trata de la recaudación de las rentas nacionales y establece los deberes
de los recaudadores y las seguridades que deben prestar para el desempeño de
su encargo.
La VIII trata sobre presupuesto, de las reglas que deben servir de base para
la formación del general de gastos públicos, y señala sus límites.
La IX organiza el Ministerio de Hacienda, reduciendo su personal a sólo un
secretario, tres jefes de sección, tres oficiales de número, un archivero y un
portero; y determina deberes especiales al ministro, además de los que le impo-
ne la Constitución Federal.

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La X crea el Tribunal de Cuentas como Tribunal de justicia, con la atribu-
ción principal de conocer y sentenciar en los juicios de las que correspondan a
la Hacienda Nacional.
La XI reglamentaría el procedimiento que debe observarse en estos mismos
juicios.
La XII establece la Contaduría General de Hacienda, dividida en dos salas,
la de Concentración y la de Examen, y prescribe a cada oficina sus atribuciones.
La XIII establece la Tesorería del servicio público, con arreglo a las funciones
que ha de desempeñar en la nueva organización fiscal; determina su personal y
detalla sus atribuciones.
La XIV, sobre habilitación de puertos, excluye los de Río Caribe y Pampatar
como puertos habilitados para la importación de su consumo, en armonía con
decretos anteriores disponiendo la clausura de ambos para dicho comercio.
Las leyes XV, sobre organización de las aduanas; XVI sobre régimen de
aduanas para la importación; XVII, sobre comercio exterior de exportación y
XVIII, sobre cabotaje, han sufrido alteraciones en armonía con la nueva estruc-
tura de las leyes de Hacienda, y se les han agregado nuevas disposiciones en
resguardo de los intereses fiscales.
La XIX, sobre comiso, contiene nuevas y enérgicas disposiciones para la
represión del contrabando. Hace extensivas las penas a los buques y capitanes
que se ocupen del comercio clandestino, y adjudica al aprehensor íntegramente
el contrabando sin deducción de los derechos de aduana, como estímulo eficaz
para extirparlo.
La XX es la de Arancel de derecho de importación, concretado a seis clases
gravadas y una libre, por el sistema decimal y sobre el peso bruto.
La XXI, sobre Uso de Almacenes, contiene las mismas disposiciones del
decreto que los imponía, reduciendo el gravamen al nuevo sistema monetario.
La XXII trata del impuesto de cabotaje sobre las mercaderías extranjeras,
excluyendo las disposiciones que gravaban los frutos y producciones del país.
La XXIII se refiere a los impuestos de navegación sobre las embarcaciones
que hacen el comercio exterior y de cabotaje; y comprende los derechos de
puerto, de faros, de prácticos y de licencia de navegación.
Las leyes XXIV, sobre para cargar y descargar XXV; sobre derechos de
plancha y XXVI, sobre impuesto a la sal marina, comprenden las mismas dispo-
siciones con que destina para ciertos títulos, despachos y nombramientos.
La Ley XXVII, sobre papel sellado nacional, modifica la anterior, creando la
primera clase con el valor de V. 20, sello que se estampará en pergamino y que
destina para ciertos títulos, despachos y nombramientos.
La ley XXVIII, sobre comercio de tránsito, deja suprimido el tránsito, por Ciu-
dad Bolívar, de las mercaderías que se conducían antes para Colombia por
aquella vía, y contiene, entre otras alteraciones, la de disminución de plazos
para el depósito y para las tornaguías.
La XXXIV establece la responsabilidad de todos los empleados de Hacienda.
La XXXV sobre la arribada forzosa, determina las precauciones necesarias
para impedir que los buques que hacen el comercio clandestino entren a nues-
tros puertos sin traer los documentos que previene la ley, pretextando avería,
cuando no han podido efectuar el contrabando.

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La XXXVI sobre nacionalización y arqueo de buques, permite ahora a los
extranjeros nacionalizar los de su propiedad, siempre que se sometan a las reglas
establecidas por dicha Ley y la de Cabotaje, y sin que por ningún pretexto haya
motivo de reclamaciones que no sean las que puedan corresponder a cualquier
venezolano.
La XXXVII fija las funciones de los fiscales de Hacienda para que conozcan
con precisión sus deberes.
La XXXVIII sobre resguardos de Aduanas, materia de que nada concreto
contenía nuestra legislación, establece la jurisdicción de cada Aduana, señala los
deberes de cada uno y detalla la tramitación que deben observar en el desempe-
ño de las importantes funciones que ejercen.
Y finalmente, la XXXIX, de disposiciones complementarias, sanciona diver-
sas reglas par el mejor desempeño del servicio fiscal.
Para aumentar el rendimiento de las rentas provenientes de las salinas se
centralizó su administración. El ministro Goiticoa explicó el procedi-
miento del modo siguiente:
Por Decreto Ejecutivo, expedido por órganos del Ministerio de Fomento, se ha
dispuesto la manera de pagar el situado constitucional a todos los Estados, y
con respecto a los que posee salinas, sólo se establece la condición de que el
gobierno federal entre a poseerlas.
La mayor parte de los Estados que poseen salinas ha convenido ya por
acuerdo de sus legislaturas en ceder su administración al Gobierno nacional y
puede asegurarse que en breve constituirán sus productos la mayor parte de la
renta que la Nación ha de aplicar en beneficio de los mismos Estados.
Para sufragar los gastos originados por la educación gratuita y obliga-
toria se crearon estampillas fiscales denominadas “Estampillas de Escue-
la”. Goiticoa señala el proceso del modo siguiente:
El Gobierno dictó una resolución por el Ministerio de Fomento en 17 de
febrero de 1871, para que los documentos que expidiesen las oficinas públicas
a favor de particulares o en resguardo de sus derechos, así como los que otorga-
sen los particulares en favor de aquéllas; o en resguardo de los intereses públi-
cos, se firmarán sobre estampillas de escuelas por el valor que fija el Decreto de
27 de junio de 1870 sobre instrucción primaria, siendo el costo en el primer
caso a cargo del fisco, y del particular, en el segundo: pero sin que se extiendan
los efectos de esta disposición a los documentos que se crucen entre sí las
mencionadas oficinas en asuntos de su respectiva incumbencia.
El balance de la obra de Guzmán Blanco de acuerdo con su ministro
Santiago Goiticoa, puede apreciarse por el final de su Memoria de 1872:
Para concluir me permito consignar aquí que tendré siempre como una honra,
haber pertenecido a una administración que, aun en medio del humo de los
combates, ha trabajado día y noche, con ejemplar patriotismo y honradez, en
promover el bien público; y que deja como prueba de su consagración, los

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códigos nacionales; el libre tránsito en todo el territorio de la República; la
instrucción primaria, gratuita y obligatoria, con renta especial aplicada a tan
sagrado objeto; el libre ejercicio del voto popular, sin intervención del poder
federal; el matrimonio civil; los caminos y demás obras de fomento y ornato ya
realizadas, y las formalmente iniciadas, como la del ferrocarril de Caracas al mar;
la protección de las industrias agrícolas y pecuaria; las decorosas prácticas diplo-
máticas y el examen de las reclamaciones internacionales, aplicando a su pago
cuanto es compatible con los recursos del tesoro; la organización de las rentas de la
Universidad Central, que ascienden hoy al triple de su anterior rendimiento;
la honrada e imparcial administración de justicia; la nivelación de los gastos con
la renta; el pago puntual del presupuesto, con inclusión del crédito público
interior y exterior; la organización de las oficinas de Hacienda; la publicación
del ingreso y egreso de las Tesorerías; la represión del contrabando; la satisfacto-
ria solución de las dificultades que suscitó a la Iglesia el prelado señor Guevara;
y sobre todo, la vida del crédito y la fecunda iniciativa al espíritu público que
hasta ahora habían sido nulas.8

8 Memoria del Ministerio de Hacienda, 1872.

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I.c. El período 1888-1908

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DEL GUZMANCISMO Y POSGUZMANCISMO
AL CASTRISMO

El ámbito político-militar

La declinación del Liberalismo

Para juzgar los acontecimientos que siguieron a la juramentación del


doctor Juan Pablo Rojas Paúl como Presidente de la República y que
desembocaron, primero, en la ruptura del gobierno con el “Jefe” —cen-
tro y director del partido liberal, general Antonio Guzmán Blanco—, y
luego con el rompimiento del segundo presidente civil, doctor Raimun-
do Andueza Palacio, con su antecesor inmediato, hasta verse envuelto en
la crisis institucional que concluyó con la toma del poder por la fuerza
por el general Joaquín Crespo, caudillo de la denominada “Revolución
Legalista”, hay que situarse objetivamente, en el medio venezolano de
los últimos años del guzmancismo, para comprender los anhelos de la
sociedad civil y las limitaciones para hacerlos realidad.
Venezuela había vivido bajo el mando de militares con las solas ex-
cepciones del frustrado gobierno de José María Vargas y del interinato
del señor Tovar en los prolegómenos de la guerra federal. Lógico era, por
tanto, el sentimiento nacional por la constitución de un gobierno civil y
la instauración de mecanismos de alternabilidad no fundados en la fuerza
de las armas. De ahí que Rojas Paúl, al reaccionar contra Guzmán, se pu-
siera en línea con el querer más sentido y profundo de los venezolanos.
La reacción de Andueza contra Rojas Paúl se inscribe entre las mane-
ras de responder los sucesores a las suspicacias flotantes en el ánimo
público, de ser manejados por quienes antecedieron en la suprema ma-
gistratura. En cambio, la crisis institucional es de otra índole y en su
desenlace campea la picaresca que a veces se viste del manto de la justi-
cia, de la rectitud y de la ecuanimidad. Ello se pone de relieve, si se

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toma en cuenta que la solicitud del doctor Casañas, brazo político del
régimen, de una reforma para elevar a cuatro años el período constitu-
cional, fue luego realizada al pie de la letra por la “Revolución Legalis-
ta”, una vez que se convirtió en gobierno de la República. Ello prueba
que no hubo sinceridad al oponerse primero a la reforma por las vías
constitucionales, ni al hacerlo por medio de la fuerza de las armas.
La reforma planteada por el régimen de Andueza era justa: en dos
años no había tiempo para llevar a cabo una gestión importante de gobier-
no. Ese breve período fue instaurado por Guzmán para manejar con
mayor comodidad los hilos del poder, cuando él era el tutor de la república.
Por tanto, era razonable la extensión que pedía Andueza. La intransi-
gencia de la oposición legislativa y la zamarrería de la clase de la monto-
nera militar encarnada en Crespo, llevaron la crisis a su punto de no
retorno, produciendo un saldo negativo para las justas aspiraciones de la
sociedad, que vio interrumpido aquel interesante ensayo de gobierno
civil en Venezuela.
Lo dicho no exonera a Andueza de su responsabilidad en el desenla-
ce, sino que trata de situar las cosas en su justa posición. Tanto el gobierno
como la oposición civil legislativa y de prensa, y Crespo tuvieron buena
parte de las culpas en esos hechos que recuerda con dolor la historia
nacional.
En su búsqueda de legitimidad política, el 28 de abril de 1893 la
Gaceta Oficial publica la nómina de 63 diputados “elegidos” para inte-
grar una Asamblea Nacional Constituyente y reconstituir así los orga-
nismos básicos de la república.
Crespo presenta su mensaje el 30 de abril, señala que algunos de sus
subalternos han cometido abusos y da cuenta de su decreto del 2 de di-
ciembre sobre devolución de bienes, aunque con la prohibición de ena-
jenarlos: “Ancho campo tiene ahora cubierto la Asamblea Constituyente
para extender un amplio perdón a los culpables”, declara y solicita
confirmación de su acto de “Clemencia”. El debate sobre la materia se
prolonga y hay quienes se oponen a la inclusión en la amnistía de los ex
presidentes Andueza Palacio, Villegas y Villegas Pulido. El general Her-
nández acusa a la Constituyente de “negadora de la revolución” y res-
ponsable de una nueva frustración venezolana. Los periódicos liberales
señalaron que se trata de la “intransigencia goda” contra la tolerancia
liberal. El 18 de mayo, la Asamblea aprueba un amplio Decreto de
Amnistía y simultáneamente y tras bastidores, Vicente Amengual se
ocupa de preparar un proyecto de Constitución, la discusión sobre la

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división político-territorial de la república da lugar a nuevas interven-
ciones del general Hernández, quien reclama el retorno a los veinte esta-
dos y denuncia la creación de los territorios federales como arbitrios de
Guzmán Blanco, para desposeer a los estados y facilitar las especulaciones,
el robo, los contratos deshonestos y los monopolios.
La nueva Constitución es aprobada el 12 de junio y promulgada por
Crespo el 21 de junio de 1893. En ella se estatuye que el Presidente
debe ser elegido por sufragio universal, directo y secreto, y duraría cua-
tro años en el ejercicio de sus funciones. La Asamblea desestima una
solicitud a favor de la separación de la Iglesia y el Estado. El período de
la Corte Federal y el de la de Casación se prolonga a seis años. Se mantie-
nen los nueve grandes estados y se conserva el Consejo Federal con el
nombre de Consejo de Gobierno, con facultades consultivas y delibera-
tivas. El cuerpo clausura sus sesiones el 26 de junio y el 5 de julio se
celebra una ceremonia en la Casa Amarilla para jurar la Constitución.
Posteriormente, Crespo será proclamado Presidente Constitucional.9
Como mecanismo para reunificar al partido Liberal, el 5 de julio de 1893 se
instala una Gran Asamblea y Crespo acepta la jefatura del Liberalismo.
Desde París, Guzmán sigue la evolución de la política y confía en que
Crespo liquidará la fusión con los conservadores y reimplantará la hege-
monía liberal; por ello, al referirse al candidato sucesoral de Crespo,
señala que la eventual elección de Ignacio Andrade es inconveniente, y
le advierte que si tal cosa sucede, los oligarcas volverían al poder y Cres-
po tendría que tomar de nuevo las armas para reivindicar las propieda-
des que los godos le embargarían. La solución que propone es que a Crespo
lo suceda su hermano Luis, para lo cual bastaría un “retoque” a la Cons-
titución. Crespo opinó que el consejo equivalía a una violación de prin-
cipios, mientras temía que se tratase de una trampa de Guzmán.
Ese mismo año de 1895 se agrava el conflicto fronterizo con Gran
Bretaña; se invoca la denominada doctrina Monroe y se producen gran-
des manifestaciones antibritánicas en las calles de Caracas. En Guayana,
el general Domingo Antonio Sifontes, comandante de la Estación de El
Dorado, se opone con relativo éxito al avance británico. Entre marzo y
octubre, el país presencia el experimento de un gobierno de colabora-
ción con los conservadores, cuyo jefe, Manuel Antonio Matos, acepta
ser ministro de Hacienda y jefe de una mayoría de cinco ministros en un

9 Cf. Academia de Ciencias Políticas y Sociales: Leyes y decretos de Venezuela, t. 9.


Caracas: Academia de Ciencias Políticas y Sociales, 1985.

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gobierno de ocho carteras. Éste es el método al cual recurre Crespo para
liquidar una revuelta estimada como inminente y cuya jefatura se atri-
buía al propio Matos. Éste había afirmado que estaba en condiciones de
poner fin a la crisis que afligía al país, mediante la aplicación de un
programa de medidas diseñadas al efecto; pasado algún tiempo en el
ejercicio del gobierno la crisis no cedió; los precios del café siguieron
deprimidos en los mercados mundiales. El resultado político: el des-
prestigio de Matos y su salida del gobierno.
Para 1897, en el bando oficial, las precandidaturas se reducen a la de
Juan Francisco Castillo y a la de Ignacio Andrade, apoyada por Crespo.
No hay manera de establecer una mayoría porque el Presidente y jefe
del partido Liberal, rechaza cualquier intento de convención y en su
lugar señala que la mayoría la establecen las adhesiones públicas y la
posesión del mayor número de periódicos eleccionarios. En marzo se deci-
de instalar en Caracas un Gran Consejo Liberal eleccionario con repre-
sentación de todas las tendencias. Al finalizar la ceremonia se participa
telegráficamente al general Andrade que en breve se designará una “Jun-
ta directiva de Propaganda” vinculada a su candidatura.
En junio, el general Cipriano Castro, partidario de Castillo, escribe
desde Colombia a Crespo recomendándole la celebración de una conven-
ción electoral para evitar violencias. Crespo ordena contestarle que “para
el consejo es demasiado tarde y para la amenaza demasiado temprano”.
En mayo, Andrade recibe el apoyo de la alta jerarquía eclesiástica, y
en septiembre se celebran las elecciones en medio de un escamoteo de la
voluntad popular, la gente del gobierno ocupa los sitios de votación y se
obstruye a los electores de oposición acercarse a las urnas para consignar
el voto. El escrutinio oficial asigna 406.610 votos al general Andrade,
2.203 al general Hernández, y reparte unos 493 sufragios entre otros
25 candidatos: Rojas Paúl, Guzmán Blanco, Andueza Palacio y otros. Cres-
po resulta electo presidente de Miranda y senador por el mismo estado
y previendo las eventuales consecuencias del fraude, divide al país en
cinco circunscripciones militares, reservándose el mando de la de Mi-
randa. En febrero de 1898, Andrade se juramenta ante el Congreso; el
general Hernández se alza y al ir Crespo a combatirlo muere en Cojedes,
en el sitio denominado “La Mata Carmelera”, el 16 de abril de 1898.
Hernández no se dio cuenta de la importancia de la pérdida causada
al enemigo con la muerte de Crespo y se abstiene de iniciar una campa-
ña que, al decir de algunos historiadores, lo hubiera podido conducir a
la toma de Caracas.

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Mientras la confusión se apoderaba del gobierno y de todas las fac-
ciones liberales, Hernández se convierte en el enemigo común para los
viejos guzmancistas y para los jóvenes liberales. El Presidente carece de
dotes militares y recurre al conservador Ramón Guerra, quien accede a
tomar el mando siempre y cuando se le permita entenderse directamen-
te con Matos y escoger libremente a sus colaboradores. Andrade se so-
mete a estas condiciones que prácticamente dejan al gobierno en manos
de los conservadores. Guerra sale a campaña y hace prisionero al general
Hernández el 28 de junio.
La muerte de Crespo plantea la necesidad de llenar la vacante de la
presidencia del estado Miranda, que debe ser provista a la muerte del
titular.
En el seno del partido Liberal, para limitar el ascendente poder de
los conservadores en el gabinete, se sugiere una reforma constitucional
con el retorno a los 20 estados para asignarle autoridades liberales a las
nuevas entidades. Los conservadores reaccionan duramente y exhortan a
los escasos desterrados anduecistas y rojistas a que regresen al país. El
primero en atender la invitación es el general José Ignacio Pulido, quien
a la vuelta de algunas semanas es acusado de conspirador y enviado a La
Rotunda. Más adelante retorna el ex presidente Andueza Palacio.
Con motivo del debate sobre la reforma constitucional algunos plan-
tean una vuelta a la elección de tercer grado y a los métodos de la Cons-
titución “suiza”.
Aunque el 26 de abril de 1898 el Congreso aprueba el diferimiento
de la materia para las sesiones del año siguiente, Andrade obtiene auto-
rización de las legislaturas de Miranda, Los Andes y Bermúdez para salvar el
obstáculo constitucional al otorgamiento de las autonomías y designa
autoridades, provocando el alzamiento de los conservadores.
A Curazao emigran los generales Juan Pietri, José Ignacio Pulido y
Ramón Ayala e instalan un comité revolucionario al que se agregarán Ra-
món Guerra y Diego Colina, quien debe preparar un alzamiento en el
Estado Falcón; pero el régimen se siente tan seguro que ordena la liber-
tad del general Hernández.
En mayo llegan noticias del alzamiento en Táchira de Cipriano Cas-
tro, quien secundado por 60 combatientes había cruzado la frontera
colombo-venezolana. El jefe insurgente expide una proclama para expli-
carse ante el país:
La mayoría numérica del Congreso Nacional, rompiendo sus credenciales olvi-
dando sus sagrados deberes para sus comitentes y para con la Patria, ha

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cometido el gran atentado de romper e infringir la actual Constitución de la
República, en su desgraciado acuerdo de abril, sobre cuyas bases reposan al
actual orden de cosas y del cual debiera ser el más celoso y fiel custodio. Ha
cometido, pues, el delito de prevaricato, previsto en nuestras Leyes y de lesa
patria; y ha decretado la dictadura y como medio de consumar la dictadura la
popular idea de la autonomía de los estados de la federación, es inaudito, un
sarcasmo irritante.
El alzamiento y triunfo del general Cipriano Castro es obra combi-
nada de varios factores: revolución, audacia, habilidad para la guerra de
guerrillas, anarquía en las filas militares del gobierno, desastre y deca-
dencia del liberalismo amarillo, incapacidad del presidente Andrade para
superar las dificultades derivadas de la crisis.
Castro, que era jefe de una fracción minoritaria de las fuerzas del
Táchira, propuso a Rangel Garbiras, jefe del conglomerado mayoritario,
que el primero en alzarse sería apoyado por el otro. Rangel, al aceptar,
nunca concibió que Castro, con tan escuálido contingente, podría ser
tan audaz de lanzarse a semejante empresa.10
En la Batalla de Tovar, el general González Pacheco se replegó al
encontrar que las cajas de pertrechos correspondían a un calibre distinto
a las armas que portaban. Mario Briceño Perozo ha demostrado en su Don
Juan de Trujillo11 que no hubo injerencia de la dirección política de Tru-
jillo en el envío de las cajas, tal como las había recibido del centro del
país, el comisionado militar del gobierno central, general Gil Garmen-
dia. En ese hecho nada tuvo que ver el presidente Carrillo Guerra, como
erróneamente afirmara Fabricio Gabaldón y repitieran, copiando de esa
fuente, otros historiadores venezolanos.
Otro hecho feliz para Castro fue su pase por Trujillo, donde desfiló
en Carvajal ante un ejército bien organizado y comandado por el doctor
y general Leopoldo Baptista, sin que le dispararan un solo tiro. La causa:
la torpe dirección de la guerra por el presidente Andrade, quien al con-
testar sobre las instrucciones que le pidiera Baptista, le ordenó no librar
batalla si no estaba seguro del triunfo. Andrade creía que Castro sería
incuestionablemente derrotado en la llanura, cosa que no resultó así,
como veremos más adelante. En Tocuyito, donde técnicamente estaba
triunfando el gobierno, un toque de retirada incomprensible e inexpli-
cado, dejó dueño del campo al bando insurgente. Lo demás lo harían los
negociadores de Andrade, Matos y Luciano Mendoza, jefe del Ejército

10 Entrevista de la Don Juana. El relato verbal le fue hecho al autor de este trabajo por
el doctor Eliseo Vivas Pérez, testigo presencial del encuentro.
11 Caracas: Biblioteca Venezolana Ediviagro, 1978.

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Gubernamental, quien llegó con Castro en un vagón a la estación de
Caño Amarillo, luego de concluir sus “arreglos” con el caudillo de la
Restauración.12

La toma del poder por Castro

La división del partido Liberal, sin jefe único después de la muerte


de Joaquín Crespo; la incapacidad del presidente Andrade, designado
por la influencia de aquél para liderizar al partido más sus alianzas con
los conservadores para mantenerse en el poder, producen una situación
anárquica en el ámbito del gobierno que facilitará la toma del poder por
Cipriano Castro, quien enarbola la bandera de la restauración liberal,
contra el “continuismo” de Andrade. Para septiembre de 1899, el avan-
ce de la invasión de Cipriano Castro ha sido rápido y exitoso, pero sin
dominio de las regiones que dejaba tras de sí. El propio ministro de
Guerra y Marina interino, general Francisco Batalla, se trasladó a Acari-
gua para organizar el ejército y hacerle frente a Castro. La muerte súbita
de su hijo mayor, de una fiebre denominada “la económica”, en Araure,
le impidió continuar al frente del ejército, regresando a Caracas con el
cadáver de su hijo. Todos esos incidentes del destino, le fueron favora-
bles a la buena estrella del nuevo y pujante caudillo de la Revolución
Liberal Restauradora.
El gobierno espera contener a Castro en la llanura de Tocuyito, esta-
do Carabobo, con una fuerza que dobla la de los invasores, pero sin
unidad de mando. A Andrade deben responderle los generales Diego
Bautista Ferrer y Antonio Fernández, quienes rivalizaban por el ejercicio
del mando. En el curso de una acción prolongada, la artillería del go-
bierno, comandada por Linares Alcántara, egresado de West Point, dis-
para contra su propia gente. En un momento determinado las tropas
gubernamentales hacen retroceder a los castristas hasta el pueblo de
Tocuyito, pero en ese preciso momento se deja oír el toque de retirada. El
ejército del gobierno obedece, casi intacto, pero en desorden; mientras
que los invasores habían perdido casi una tercera parte de sus miembros.
Los militares de la época censuraron tal retirada como inadmisible, in-
justificable y producto de la traición.

12 El doctor Trino Baptista refirió al autor de este trabajo, que el doctor y general
Leopoldo Baptista recibió un telegrama de Andrade en el sentido expuesto, texto
que él tuvo oportunidad de leer.

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Castro entra a una Valencia desguarnecida y se aloja en la habitación
que Ramón Tello Mendoza tenía para recibir al presidente Andrade. Las
tropas castristas son detenidas en Puerto Cabello por Antonio Paredes.
La derrota de Tocuyito se convertirá en el catalizador de la anarquía del
régimen y Andrade se revela impotente para contenerla.
Los conservadores, encabezados por Manuel Antonio Matos, se ofre-
cen como mediadores ante Castro, Andrade acepta y le facilita transpor-
te oficial hasta Puerto Cabello, mientras ordena la liberación del general
Hernández para intentar contener a Castro antes de que avance a Caracas.
Ante la tremenda confusión, el general Zoilo Bello Rodríguez, leal
soporte de Andrade desde los inicios de su gobierno, resuelve renunciar
y marcharse a Trinidad. Comprendía que el presidente Andrade estaba
dominado por un nuevo grupo familiar y político, simpatizantes unos y
vinculados abiertamente los otros con el Mocho Hernández, empeña-
dos todos en mostrarle el pacto y la entrega del gobierno al nacionalis-
mo como la única senda de su salvación. Por otra parte, la conspiración
de los liberales continuistas, encabezada por el ex presidente Andueza
Palacio y José Ignacio Pulido, había logrado avanzar hasta comprometer
a los principales jefes militares del gobierno y a un gran número de los
políticos que formaban las primeras filas del gobierno.
En su condición de secretario general de la Presidencia, Bello Rodrí-
guez asistió, en unión del ministro Arvelo y del general Celestino Pera-
za, a las primeras conversaciones que se celebraron en Maracay, en el
campamento de Luciano Mendoza. Cuando regresa a Caracas encuentra
que en realidad ya no existe gobierno, pues toda la actividad de los
ministros y de los políticos está encaminada a encontrar una fórmula de
gobierno distinta a la Presidencia de Ignacio Andrade. Y lo que es más
grave, autorizados en este juego mortal por el propio Andrade.13
Matos estima que ante la alternativa de un entendimiento entre el
Mocho Hernández y Andrade, Castro ofrece una alternativa más conve-
niente y eventualmente más favorable a los intereses del grupo conserva-
dor. La resistencia de los liberales al eventual entendimiento entre Andrade
y el Mocho Hernández (todavía preso) le da a aquél la excusa para aban-
donar el gobierno y el país.
El general Víctor Rodríguez asume la jefatura provisional del gobier-
no, y aunque el régimen todavía cuenta con caudillos con suficientes

13 Cf. Zoilo Bello Rodríguez: Archivo Político. Caracas: Ministerio de la Secretaría de


la Presidencia-Ministerio de Defensa, 1979.

54
tropas en Caracas (Juan Pietri), Coro (Riera), Guayana (Rolando), Tá-
chira (Peñaloza), Puerto Cabello (Paredes), Zamora (Ovidio Antonio
Abreu Grados), su voluntad de resistir se quiebra ante el ocaso de las
lealtades, al punto que el jefe de las fuerzas conviene en la entrega del
poder a Castro. A finales de octubre, Castro está en Caracas, asume la
Presidencia y designa un gabinete en donde los “continuistas” de 1892
son mayoría; Andueza Palacio figura en el gabinete junto al Mocho
Hernández. Castro, al ocupar Carora, había proclamado que el futuro
Presidente sería el doctor Raimundo Andueza Palacio. El grupo de adu-
lantes que rodeó a Castro durante tres meses en Valencia, lo hizo cam-
biar de opinión. De ahí que al llegar a Caracas nombrara a Andueza,
canciller. Recién liberado, el general Hernández sale furtivamente de
Caracas con un pequeño ejército, toma la vía de los valles del Tuy y
emite una proclama en la cual asienta que Castro se contradice al pro-
meter nuevos hombres, nuevos ideales y nuevos procedimientos para,
en la práctica, hacerse de los viejos procedimientos y la ignominia de los
viejos hombres. La noche del alzamiento, Castro estaba con todo su sé-
quito inaugurando el Teatro Nacional.
Con esta acción, el Mocho se convierte en el enemigo de todos y
logra limar las diferencias, agravios y rencores entre el heterogéneo gru-
po de aliados, conservadores y andinos, más aquellos liberales que con
armas en la mano para combatir a Castro, telegrafían a la Casa Amarilla
para ponerse a sus órdenes. Las excepciones a esta defección liberal son
escasas; entre ellas están Antonio Paredes, Juan Pablo Peñaloza, Rafael
Montilla, Francisco Batalla. El Mocho Hernández prolongará su guerri-
lla por seis meses.
La acción guerrillera de Castro, que culminó con su acceso al gobier-
no, tuvo un aspecto positivo para la unidad del país al haber incorpora-
do a los andinos al poder nacional, antes ejercido por llaneros, centrales
y orientales. La creciente importancia económica de los Andes tuvo mucho
que ver con esos acontecimientos. La incorporación de los andinos al
poder nacional fue un producto de esa realidad.
En los momentos del cambio de gobierno (3 de octubre de 1899),
en París, el Tribunal Internacional, compuesto por norteamericanos y
británicos y presidido por el ruso Federico de Martens, despojaron a Ve-
nezuela de más de 500.000 millas de territorio y las incorporaron a la
Guayana Británica.
El observador por Venezuela, José María de Rojas, escribía el 4 de oc-
tubre, al canciller Calcaño que “la sentencia deja a Venezuela en posesión

55
absoluta del Delta de Orinoco e Inglaterra tendrá que desocupar Punta
Barima; pero fija una línea de demarcación completamente parcial en
favor de Inglaterra”. Los árbitros se habían excedido en su mandato,
pues habían sido designados de derecho al fijar una línea de transacción
y actuaron como árbitros arbitradores. Lo más grave es que de Martens,
el árbitro ruso, presidente del Tribunal, estaba vendido a Inglaterra, a
cambio de concesiones inglesas a Rusia, en cuestiones de interés para
ésta en relación con sus fronteras asiáticas. El memorial de Maller Pre-
vost demostró evidentemente que la decisión no fue imparcial, lo cual
convirtió en írrita la sentencia arbitral. Cipriano Casto se siente tentado
a desconocer la inicua sentencia; pero Seijas y otros consultores del Mi-
nisterio de Relaciones Exteriores, opinan que el desconocimiento no
tendría éxito.

Las causas de fondo de la fractura del sistema a vuelta de siglo

Hasta aquí hemos narrado en grandes líneas, los acontecimientos


que desembocaron en la fractura del sistema político organizado des-
pués de la Revolución Federal y más precisamente desde la consolida-
ción del guzmancismo. Lo que hemos dicho en anteriores párrafos puede
satisfacer los requisitos de la historia episódica. Las causas de fondo no
han sido analizadas en profundidad. Tales fueron: 1. El derrumbe de la
riqueza pecuaria en los llanos, producto del paludismo y las guerras
civiles. Este hecho quitó poder a los caudillos llaneros, que eran algunos
de los más importantes del liberalismo amarillo: por ejemplo. Crespo,
Pulido, Batalla y otros. 2. El deterioro de la economía llanera también
afectó amplias zonas de oriente, lo cual restó influencia a caudillos, como
Domingo Monagas, Guzmán Álvarez y otros de la misma región.
3. Amplias áreas del centro también habían venido sufriendo los efectos
destructores de las guerras civiles. 4. Simultáneamente con la decli-
nación del poder económico de los llanos occidentales, orientales y del
centro del país, los Andes fueron robusteciendo su economía, con la cre-
ciente producción y exportación del café; hasta llegar a constituirse en la
principal fuente para generar divisas con las cuales pagar las importacio-
nes. 5. El proceso de acumulación se fue acelerando en los Andes, mien-
tras se desaceleró en los llanos y en el centro. 6. La baja de los precios del
café en los mercados mundiales, fue un elemento coyuntural que agudi-
zó el cuadro de la crisis. Desde la burguesía terrateniente y comercial
hasta la clase laboral sintieron su efecto depresivo.

56
Los seis puntos anteriores revelan causas económicas del proceso. Pero
hay también otras de tipo social y socioeconómicas que son dignas de
mencionar: 1) la tasa de crecimiento de la población a nivel nacional fue
decreciendo hacia fines del siglo XIX, dentro de ésta, la tasa de creci-
miento de la población de los Andes no sólo se mantuvo, sino que ha
debido aumentar, tanto por el crecimiento vegetativo, como por las fuertes
corrientes migratorias de los llanos, arrasados por las guerras y por el
paludismo; 2) el campesino y el sector social de pocos recursos de los
pueblos y ciudades, carne de cañón de las guerras civiles, venían acusan-
do un creciente desaliento por las promesas no cumplidas por los suce-
sivos abanderados de las revoluciones armadas, una vez que se hicieron
dueños del poder. El entusiasmo inicial de las masas federales, azules y
amarillas, se fue tornando en desencanto, lo cual creó un trasfondo de
escepticismo en el pueblo venezolano por sus caudillos y jefes de gobier-
no; 3) el problema estructural socioeconómico generado por una estruc-
tura feudal o semifeudal de la propiedad territorial, no permitía una
distribución equitativa de los frutos del esfuerzo productivo, entre los di-
versos estratos de la sociedad, lo cual se tradujo en un freno al proceso de
desarrollo y al mejoramiento de las condiciones de vida de los sectores
de menores recursos.
Esto hechos, unidos a la frustración por las promesas no cumplidas,
fue el caldo de cultivo para un cambio radical de la situación.
Castro, que era un hombre inteligente, así lo comprendió cuando
habló de “nuevos hombres, nuevos procedimientos, nuevos ideales”, pro-
mesa ésta que tampoco cumplió el caudillo de la “Restauración”.
En el campo político, el trasfondo económico-social también influyó
en la generación de un cambio, a lo cual se unió el tiempo como factor
debilitante de una clase dirigente desgastada por más de 30 años de
ejercicio del mando, sin haber resuelto los problemas fundamentales
que aquejaban el desenvolvimiento nacional.
Producto de la acción combinada de los elementos económicos, so-
ciales y políticos antes reseñados, fueron los siguientes hechos: 1) la
anarquía que siguió al desconocimiento y desaparición de los supremos
dirigentes de la situación, generales Antonio Guzmán Blanco y Joaquín
Crespo. Las circunstancias no fueron propicias al surgimiento de un nuevo
caudillo civil o militar que supiera, dentro de la situación, reorientar el
rumbo hacia el cambio que el país anhelaba; 2) el debilitamiento nacio-
nal frente a factores externos que dañaron nuestra soberanía (el caso de
la Gran Bretaña en la Guayana Esequiba, el laudo español que arrebató

57
a Venezuela una inmensa área en el costado occidental con manifiesta
injusticia, contraria a los legítimos títulos desconocidos maliciosamente
por el juez peninsular, el peso de la deuda externa) aumentó aún más el
desprestigio de la dirigencia política.
El conjunto de fuerzas en movimiento dentro de la dinámica de aquella
situación, explica como Castro, sin ejército, sin armas, sin pertrechos,
sin contar con el apoyo de una logística militar adecuada y sin haber
derrotado contundentemente a las fuerzas de gobierno, llegó a Caracas,
escoltado por las tropas del Ejecutivo depuesto, y recibió el mando en
pacífica ceremonia de manos del vicepresidente en ejercicio, general Víctor
Rodríguez y en presencia del clero y los miembros de las cortes Federal
y de Casación. Ese hecho insólito no puede explicarse con la simple na-
rrativa de la historia episódica: hay que ir al fondo del análisis de la
historia estructural, para alcanzar la claridad que ilumine el paisaje
de aquellos difíciles últimos años del siglo XIX, intento que habremos
de seguir profundizando en ulteriores trabajos sobre tan fascinante tema.
Al asumir la Presidencia, Castro designó un gabinete en donde par-
ticiparon conservadores y liberales, pero consciente de que su fuerza
estaba en el ejército, coloca a Juan Vicente Gómez y a otros seguidores
en las posiciones militares de importancia. Gómez trae del Táchira tres mil
hombres para añadirlos a la pequeña tropa de 1.200 hombres con quie-
nes ocupó Caracas.
Poniendo en práctica la idea de armar un ejército nacional que neu-
tralizaría las fuerzas de los caudillos locales, Cipriano Castro adquiere
40.000 fusiles del modelo más reciente y cincuenta millones de balas;
varios trenes de artillería de montaña Schneider y Krupp. A principios
de 1901 se agregan cañones Creusot y ametralladoras Hotchkiss que
eran novedad en el mundo. Para financiar ese gasto, que ascendió a más
de cinco millones de bolívares, se redujo drásticamente el personal civil
de la administración y se aumentaron los impuestos. Castro sustituía de
esta manera el sistema de soporte a la estabilidad política que Guzmán
Blanco fundó en pactos cuasifeudales de mutua asistencia con los caudi-
llos regionales, por la creación de un verdadero ejército nacional. Más
tarde el petróleo daría a Gómez el dinero necesario para consolidar el
nuevo eje de sustentación del gobierno en ejercicio del poder público.
Castro integró ese ejército principalmente con hombres del Táchira.
Gómez acentuó ese rasgo organizativo de las fuerzas armadas. Así que el
paso de un sistema a otro, significó la eliminación de una pirámide de
poder en cuya cúspide estaba el jefe del país y cuyos bloques de soporte
eran los caudillos regionales, y su sustitución por una hegemonía mili-

58
tar de una región que nutría las filas del ejército nacional. Ello explica
que el poder central se hiciera más fuerte y que el resto del país pasara a
ser dependiente del jefe del gobierno, sustituyendo el sistema bilateral
inaugurado por Guzmán.
Para mayo de 1901, las tropas del gobierno ascienden a 9.000 hom-
bres: seis mil repartidos entre Caracas, La Victoria, Puerto Cabello y
Valencia, tres mil en Táchira. Para fines de año el gobierno dispondrá de
un ejército de 18.000 hombres. A este ejército, modernamente equipa-
do, se enfrentaron diversos caudillos, Mendoza, Riera, Peñaloza, Do-
mingo Monagas, Francisco Batalla y Manuel A. Matos, quien financió
en buena medida la revolución. Éste obtuvo recursos de fuentes extran-
jeras, pero ningún documento prueba que la mayoría de los caudillos de
la “libertadora” se hubiesen comprometido a entregar la soberanía eco-
nómica de Venezuela a la New York and Bermúdez Co., o que se hubie-
sen enterado del origen de los fondos suplidos por Matos.

El carácter genérico de la denominación “Liberalismo amarillo” y balance de


los regímenes cubiertos con esa denominación

Algunos historiadores para calificar cualquiera de los cuatro regímenes


liberales del siglo pasado, a partir de 1870, han usado indistintamente
la expresión “liberalismo amarillo”, como quiera que el guzmancismo
(1870-1888) difiere sustancialmente de los otros tres, y que cada uno
de éstos tiene sus rasgos específicos que los diferencian de los demás,
consideramos que es pertinente trazar las características propias de las
cuatro etapas sucesivas del dominio de los liberales sobre el poder nacio-
nal. El gobierno de Guzmán Blanco fue autocrático, el propio jefe del
gobierno afirmó que no había que contentarse con derrotar al conserva-
tismo, sino que era preciso erradicarlo de la escena política nacional.
Rojas Paúl abrió el país al debate político y tanto su gobierno como el de
Andueza, Crespo y Andrade respetaron la más absoluta libertad de prensa.
Si bien es cierto que influyeron en la designación de sus sucesores, no
puede negarse que el clima político, con todas sus limitaciones, fue mucho
más amplio y democrático que el de Guzmán Blanco.
Por otra parte, Guzmán Blanco fue un buen organizador del aparato
del Estado y mantuvo una estricta disciplina administrativa; Crespo fue
un mal administrador y Rojas Paúl y Andueza en sus efímeros períodos,
no tuvieron tiempo de poner en práctica una administración innovado-
ra y singularmente propia de sus respectivas gestiones.

59
Guzmán Blanco fue el más grande abusador para su propio beneficio
en un acuerdo feudal con los caudillos regionales; Rojas Paúl y Andueza
se abrieron hacia la búsqueda de un apoyo más institucional y así lo
esperó el país, pero la suma de errores de los bandos opuestos que con-
dujo al continuismo, frustró un ensayo que tanto prometía. Crespo vol-
vió al equilibrio de pactos con los caudillos regionales.
Guzmán Blanco dio impulso vigoroso a la educación popular; creó
los organismos administrativos para su gestión y le dio bases tributarias
autónomas para su sostenimiento. Después del Bienio, que terminó en
1888, el avance en ese ramo se detuvo y no fue perdurable en los suce-
sivos gobiernos hasta la muerte del general Gómez en 1936, que se des-
cubre una nueva apertura de la educación nacional, la cual se amplió
aún más a partir de 1945.
En cuanto a la cultura en general, hacia fines del siglo, se hace sentir
una clase académica, un sector periodístico, una pléyade de ensayistas,
poetas, historiadores y sociólogos, fruto de un proceso de evolución uni-
versitaria, al cual le dio impulso Guzmán Blanco en cuanto no tropezara
con los rumbos de sus intereses políticos, y se mantuvo en su esplendor
durante los gobiernos de Rojas Paúl, Andueza y Crespo.
En materia de obras de infraestructura: Guzmán Blanco le dio fuerza
primero, con fondos del tesoro (carreteras); luego (ferrocarriles) con ca-
pital extranjero a un costo elevadísimo (garantía estatal de 7% a la inver-
sión extranjera sobre su capital, lo cual generó el aumento de la deuda
pública y conflictos con los países de origen de los titulares de esos
recursos). Rojas Paúl y Andueza no innovaron nada sobre el particular;
Crespo contrajo nuevos compromisos.
Como se puede apreciar, desde los siguientes puntos de vista: 1) estruc-
tura de soporte del poder; 2) calidad de la administración; 3) fomento
de la cultura y la educación; 4) estructura institucional de cada régimen
político e imperio de la autocracia o apertura hacia la democracia y la
libertad de prensa; 5) construcción de la infraestructura material, y 6) ín-
dice de probidad en el manejo de la cosa pública, se diferencian funda-
mentalmente los regímenes de Guzmán Blanco, Rojas Paúl, Andueza,
Crespo y Andrade. Por tales razones, aunque todos se autodenominaron
“liberales amarillos”; no puede usarse ese vocablo, que es de carácter
genérico, para identificar individualmente cualquiera de los cuatro nom-
brados gobiernos. Hubo cuatro liberalismos amarillos y si se quiere,
cuatro modelos de organización política. Por tanto, ninguno de los regí-
menes debe usarse para calificar al “liberalismo amarillo” en forma abs-

60
tracta. Hay que añadir un calificativo específico en cada caso, para que el
curso de la historia responda a uno de sus más exigentes requisitos, des-
de Heródoto y Tucídides: la exactitud y la verificación de la verdad.
En cuanto al “liberalismo restaurador”, también difiere de los ante-
riores en varios aspectos: 1) la estructura de poder se desplazó hacia la
formación de un ejército nacional integrado por andinos, con predomi-
nio de tachirenses, quedando eliminado el pacto feudal de carácter militar
entre el caudillo nacional y los jefes regionales; 2) los pactos con los
caudillos regionales se limitan al campo político y a la integración del
gobierno; 3) el proceso de desarrollo educacional y cultural queda es-
tancado; no vuelve a retomar el ímpetu que le imprimió Guzmán; 4) la
balanza autocracia-democracia se inclina en detrimento de la segunda;
5) la calidad administrativa es pobre y el déficit fiscal aumenta conside-
rablemente; 6) la balanza nacionalismo-imperialismo se inclina a favor
del primero; 7) graves conflictos militares internos y externos agobian al
país. En esta etapa los conflictos externos cobran características más pro-
fundas y su manejo desembocó en el reconocimiento de nuestra debili-
dad frente al extranjero.

Crisis fiscal y revolución

A finales del siglo XIX, el capitalismo mercantil agrícola y financiero


de Venezuela tiene como vocero principal a Manuel A. Matos, quien era
accionista y director del Banco de Venezuela. Desde 1880, en su condi-
ción de cuñado de Guzmán Blanco, asiste a los Consejos de Gobierno
de éste y luego a los de Crespo. Cuando se plantea la fusión del Banco
Comercial con el Franco-Egipcio, logra impedirla y posteriormente de-
tiene la absorción del Banco de Venezuela por el Disconto Gesellschaft
de Berlín.
Como embajador de Andrade va a Puerto Cabello a bordo del cruce-
ro Detroit, escoltado por el ministro Loomis de los Estados Unidos; allí
se olvida de Andrade e impulsará la toma del poder por Castro, como
dijimos antes.
Desde su llegada al poder, Castro aumenta los gastos de guerra, el
fisco debe reducir los pagos destinados a la administración civil. La deu-
da a cargo del Estado pasaba en el momento de la llegada de Castro al
poder, según afirmara éste, de los 200 millones de bolívares.

61
El Banco de Venezuela servía de intermediario entre el gobierno del
país y los acreedores extranjeros cuyos títulos montaban a más de cien
millones. El ministro de Hacienda depositaba los intereses y la amorti-
zación de la deuda en el Banco de Venezuela y el instituto devengaba la
comisión por retenerlos y enviarlos luego al exterior. Ese pingüe negocio
para el banco se deteriora cuando el general Castro decide una moratoria de
hecho en el servicio de la deuda. Las comisiones atrasadas representan
un millón de bolívares anuales para el Banco de Venezuela mermando
así sus utilidades.
En entrevista con Castro, Matos señalará que seis años de desorden
fiscal, dos guerras, una sostenida declinación de los precios del café y del
azúcar en el mercado mundial y los intereses de la deuda pública sin
pagar, estaban liquidando el crédito de Venezuela en el exterior, por lo
cual recomendaba un cambio en el gabinete, reducir el presupuesto de
guerra y dedicar los gastos a obras públicas, y nivelar el déficit de la
administración.
Castro, bajo el consejo de Andueza Palacio, solicita un crédito a la
banca nacional, que al ser negado conduce a Matos y a los demás ban-
queros de la capital a La Rotunda.
Matos saldrá de la cárcel a conspirar y lo acompañará la casi totalidad
de la clase mercantil de Caracas, algunos de los cuales se mantuvieron
extraños al movimiento. Los hombres de negocios en la capital estaban
destinados a dar apoyo financiero e informes a los ejércitos alzados contra
Castro, y desde antes de la insurgencia de Luciano Mendoza en diciem-
bre de 1901, organizan círculos de auxilio al inminente movimiento,
siendo de notar que había un clima favorable a la rebelión, por los si-
guientes factores: 1) amplios sectores del oriente, los Llanos, Guayana y
el centro se sentían resentidos ante el triunfo y el gobierno de los andi-
nos en el poder que antes habían ejercido. Los caudillos de esas regiones
se sintieron relegados con respecto a la otrora posición de mando que
ejercieron en años anteriores; 2) la clase económica, especial y señalada-
mente la comercial y financiera de Caracas, se alineó en su mayoría con-
tra el gobierno; 3) ciertos factores extranjeros, como el de la New York
and Bermúdez Co., resintieron la derogación de las concesiones y su
reasignación a competidores del trust de Filadelfia.
En el mes de octubre, Matos, que ya había desembarcado por orien-
te y derrotado a Juan Vicente Gómez en Carúpano, se encuentra en La
Victoria con 14.000 hombres contra 6.000 del gobierno, aunque éstos
tienen ventajas de posiciones. Antes de la batalla, en Villa de Cura, en
reunión del Estado Mayor de la Revolución, según afirma Giacoppini
62
Zárraga, se planteó por varios generales, entre ellos algunos seguidores
de Domingo Monagas, que debía aislarse a Castro en La Victoria y se-
guir a Caracas.14 Luciano Mendoza sostuvo la opinión de estrellarse en
La Victoria, donde fracasó la revolución.
La batalla se decide a favor del gobierno por varios hechos: 1) el error
del nacionalista guariqueño José Manuel Hernández Rodríguez, al sacar
a Eleazar Urdaneta de los Valles del Tuy y facilitar el paso de un tren
cargado de pertrechos enviados y conducidos por Juan Vicente Gómez;
2) la acción de los trujillanos comandados por el doctor y general Leo-
poldo Baptista, quienes desalojaron a los insurgentes de las alturas de El
Copey. El enfrentamiento dura 22 días, del 11 de octubre al 2 de no-
viembre de 1902, con un saldo de 3.000 bajas entre muertos y heridos.
Matos emigra a Curazao, el ejército revolucionario se dispersa.
Los insurgentes no ofrecerán de nuevo una resistencia coordinada y
Juan Vicente Gómez tendrá el tiempo y los recursos para ir combatien-
do y derrotando a los restos de la insurrección. La última batalla la libró
en Ciudad Bolívar, donde derrotó al general Nicolás Rolando.

El episodio del bloqueo

En 1901, Teodoro Roosevelt llega a la presidencia de los Estados


Unidos, después del asesinato de William McKinley. Hacia finales de
año, en diciembre, Roosevelt recibe la visita del embajador alemán, quien
expone las dificultades de Alemania en Venezuela: el país no paga las
deudas contraídas con la Casa Disconto Gesellschaft, al ferrocarril ale-
mán se le hostiliza y los nacionales de Alemania sufren atropellos y pér-
didas en las guerras civiles. En la práctica solicita la anuencia de los
Estados Unidos para intervenir en Venezuela.
Los alemanes reciben una respuesta de manera indirecta. En el men-
saje que Roosevelt dirigirá al Congreso de los Estados Unidos en el mis-
mo mes de diciembre de 1901, mencionará a la doctrina Monroe, pero
advertirá a las repúblicas de la América Latina que Estados Unidos no im-
pedirá una intervención europea cuando algún país latinoamericano haya
faltado a sus compromisos internacionales. Por su parte el secretario de
Estado había respondido al embajador alemán, en nota confidencial,

14 Un relato coincidente lo oyó el autor de este trabajo de labios del general Francisco
Batalla, quien asistió a la Junta de Estado Mayor, en Villa de Cura, y se pronunció
por la tesis de no detenerse en La Victoria y seguir a la toma de Caracas.

63
que Estados Unidos no se opondría al bloqueo de las costas de Venezue-
la, siempre que no se produjese un desembarco.
En febrero de 1902, llega a Caracas el comandante Pillsbury de la
marina norteamericana; levanta planos del ferrocarril que sube de La
Guaira, y en general se informará de las condiciones geográficas para
adelantar un eventual desembarco de su propia infantería de marina si
los acontecimientos del bloqueo, ya autorizado, los forzasen a ello. Pocos
meses antes habían establecido una base naval en Puerto Rico.
Combinados Alemania, Inglaterra e Italia comienzan a plantear sus
reclamos a la cancillería venezolana. El 9 de julio de 1902, los ingleses
presentan un ultimátum en donde se establece que todos los asuntos
pendientes por reclamos deben ser resueltos en términos perentorios. El
19 de agosto, juzgando poco satisfactoria la respuesta venezolana, el
gobierno inglés toma la decisión de intervenir militarmente.
En julio de 1902, una flota norteamericana de 50 barcos había llega-
do a Puerto Rico. En el mes de noviembre se notifica al almirante Dewey,
vencedor de las Filipinas, su traslado a Puerto Rico como jefe de la es-
cuadra allí concentrada. A bordo del buque insignia, encontrará a Pillsbury
con los planos que previamente había levantado del litoral venezolano.
El 7 de diciembre de 1902, los embajadores presentan un ultimátum a
la cancillería en Caracas. El 9 de diciembre las flotas inglesas y alemanas
irrumpen en La Guaira, toman o queman los escasos barcos de la flota
nacional. Castro emite una proclama que se hará célebre: “La planta
insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la Patria”, y
prepara la defensa en las montañas de los alrededores de Caracas. Estima
que 15.000 hombres serían suficientes para resistir y derrotar a los inva-
sores en las alturas de los Castillitos si tratasen de subir desde La Guaira.
El 5 de diciembre, cuatro días antes del bloqueo, el secretario de
Estado norteamericano había enviado un telegrama al canciller alemán
recordándole su compromiso de no desembarcar. El 8 de diciembre,
víspera del bloqueo, Roosevelt insiste ante Londres para que el bloqueo
se haga sin irritar a la opinión norteamericana. En Caracas, desde el día
9, las fuerzas vivas recomiendan a Castro un arbitraje. El embajador
norteamericano en Londres visita formalmente, el día 12, al canciller
inglés Landown, para advertirle que en Estados Unidos la noticia del
bloqueo ha despertado una tempestad callejera y que Castro ha solicita-
do al ministro norteamericano Bowen en Caracas que procurase una
solución negociada. En la solicitud se le ruega a Estados Unidos aceptar

64
la representación de Venezuela en el tribunal de arbitraje que pudiera
constituirse. “Virtualmente es una rendición”, diría un editorial del The
New York Times.
A finales de diciembre, Inglaterra acepta el arbitraje pero sin retirar
la flota. Los alemanes mientras tanto se han dirigido a Maracaibo. El 18
de enero cañonean al castillo San Carlos, pero impedida de maniobrar
en la barra, son bombardeados desde el viejo castillo, por lo cual se ven
obligados a retirarse unas millas. Llevan consigo el barco Panther, seria-
mente averiado por un cañonazo que hizo impacto en su línea de flotación.
En Washington, Roosevelt ordena a la flota norteamericana impedir
un nuevo intento alemán, logrando el retiro de éstos. En febrero de
1903, cesa el bloqueo y se inician las conversaciones que concluirán con
los Protocolos de Washington, especificando la forma de pago a los acree-
dores extranjeros: Bs. 9.401.267,86 a Inglaterra, y sumas superiores a
dos millones a Francia, Italia, Alemania y Estados Unidos. En marzo de
1903, la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, presidida por
el ex presidente Rojas Paúl, declarará que estos protocolos “no pueden
crear una situación jurídica, que es el resultado de cosas anormales y lo
anormal, lejos de constituir regla alguna, excluye la aplicación de to-
das”. Se imitará así la conducta de la Convención de Valencia al negarse
a conocer el Protocolo de 1858. En consecuencia, el convenio pactado
por Bowen fue excluido de toda tramitación constitucional y se facultó
al Ejecutivo para que cumpliera, pero con la expresa salvedad de que
ninguna de sus cláusulas establecería el menor antecedente en la vida
política de la República. El 21 de marzo, Castro se presenta al Congreso
y renuncia a la Presidencia; el Congreso rechaza la dimisión y Castro
estará en pleno auge.

El ámbito económico-fiscal

Las fluctuaciones del café en los mercados mundiales

Para 1860, la navegación a vapor llegaba al sur del lago de Maracai-


bo, permitiendo la extracción de la producción de la región andina,
reduciendo el tiempo y fletes a la mitad y haciendo factible la concurrencia
del café al mercado internacional.15

15 Cf. D.A. Rangel: Capital y desarrollo: la Venezuela agraria. Caracas: Universidad


Central de Venezuela, 1969.

65
Así, aunque la demanda por tabaco negro y añil, caían, sustituido
por la producción del tabaco de Virginia y por colorantes sintéticos, a la
demanda norteamericana y europea por el azúcar, el cacao, las carnes y
el algodón, se suma la del café, con lo cual se produce un cambio en la
estructura de las exportaciones y de la importación de las economías
regionales.
Pero a nivel internacional también debe señalarse una circunstancia,
el café llamado arábigo, suave o aromático que se explota en las laderas
montañosas venezolanas-colombianas y centroamericanas tiene menos
productividad que el café tipo “robusta”, caturra o africano que se explo-
ta en el Brasil, pues los requerimientos técnicos de la producción del
“arábigo”, que incluye la sombra y relativa humedad, no son necesarios
en el “robusta” o caturra, más resistente al sol y a la sequedad.
Hacia 1881, hay una distribución casi pareja de los volúmenes ex-
portados de cafés suaves y brasileños: 4.800.000 sacos los primeros y
5.500.000 los segundos, pero a fines del siglo, 1898, la producción de
Brasil alcanzará a los 11.000.000 de sacos, mientras los suaves descen-
derán a 4.500.000. La oferta de Brasil seguirá creciendo aceleradamente:
16.000.000 de sacos en 1902; 20.000.000 en 1907; hasta alcanzar
30.000.000 en 1929, cuando los precios del mercado colapsaron después
de un breve auge durante la posguerra europea, entre 1920-1925.
Es conveniente señalar que ya para 1906, Brasil, con el objetivo de
evitar la caída de los precios que su enorme oferta impulsaba, instauró
una política de protección de precios mediante la compra de sobrantes;
financiada dicha compra, que alcanza hasta 7.000.000 de sacos, con
créditos externos. Esta política permite que los productores marginales
subsistan en el mercado. Mientras tanto la producción venezolana, que
no mejorará técnicamente a la par de la colombiana, paulatinamente ve
decrecer su colocación en el mercado y es desplazada al segundo lugar
en exportación; lugar que obstenta hacia 1870; y su posición será mar-
ginal ya bien entrado el siglo XX.
Así, pues, la época de gran auge del café puede situarse entre 1860 y
finales del siglo, y durará unos cuarenta años dentro de los cuales hubo
fluctuaciones más o menos decenales en los precios en los mercados
mundiales.
Las importaciones y el valor del bolívar estaban influidos básicamente
por la dinámica del café; y a esta fluctuación obedecen el endeudamien-
to externo como instrumento de la política fiscal y el régimen monetario,
pues su fundamentación bimetalista da capacidad de manipulación a

66
los agentes exportadores extranjeros, fundamentalmente a las casas ale-
manas radicadas en Maracaibo.
La explotación del café propició la expansión poblacional de los An-
des, principalmente del Táchira, a través de la inmigración de agentes
provenientes de Colombia y los Llanos, especialmente de Barinas, en
donde la producción del tabaco y el añil estaban en franco retroceso. El
aporte de Barinas también estuvo acompañado de los capitales desplaza-
dos por el retroceso de la producción y por los efectos de la guerra federal.
Mérida y Trujillo también recibieron contingentes migratorios valiosos
de Portuguesa y Barinas, impulsados por las mismas fuerzas motoras
que se hicieron presentes en el caso del Táchira.
En 1873, cuando se levanta el primer censo de población en los
Andes, se registra 14,15% de la población venezolana. El censo de 1881,
arroja 15% del total de Venezuela. Para 1881, la proporción de los ha-
bitantes de los Andes en el total de Venezuela, era de 16%. En los
censos de 1920 y 1926, el porcentaje alcanzará la cifra de 20%.
Ese incremento y relativo crecimiento de la población de los Andes y
del Táchira, en particular, tuvo consecuencias políticas, pues deja de ser
un área de frontera casi deshabitada cuya conexión más importante se
hacía con Cúcuta, antes que con Maracaibo o Caracas.
En oriente también ocurre un proceso similar de expansión pobla-
cional alrededor de Carúpano, pero con motivo de la incorporación de
tierras nuevas al cultivo del cacao; y si en el comercio de los Andes y
Maracaibo intervienen las casas comerciales de origen alemán, en orien-
te la conducción la llevan las casas de origen corso.
En Guayana, el incremento de la exportación de oro se expande por
el agotamiento de yacimientos californianos. En 1875, la explotación
del mineral se hizo a través de casas inglesas y, en este caso, el incremen-
to de la población se estimuló con las inmigraciones provenientes de
Trinidad y otras islas del Caribe.16
Debe señalarse también que el agotamiento de los mejores filones y
la baja consecuencial de la producción minera no limitaron el creci-
miento mercantil de Guayana, porque hacia finales del siglo XIX se
inicia la recolección de productos como el balatá, el caucho, la sarrapia,

16 D.A. Rangel señala que con mano de obra caribeña se fundaron las haciendas de
Yaguaraparo, Irapa, Río Caribe y los centros productores de oro. Así, la mano de
obra impulsada a Venezuela por una economía colonialista como la de Trinidad
permitiría una tasa de beneficio elevadísima. Cf. D.A. Rangel: Capital y desarrollo: la
Venezuela agraria, op. cit., p. 87.

67
que llega a conquistar notoriedad en la economía regional y logra retener
la mano de obra sobrante en los yacimientos auríferos en decadencia.
Así, pues, para finales de siglo la región económica en expansión
estaba centralizada en el Táchira, Maracaibo, Carúpano y Ciudad Bolí-
var, y esta expansión obligará al centro tradicional, Caracas y Valencia a
compartir con otras su poder político.
Por Maracaibo, Ciudad Bolívar y Carúpano sale la exportación de fin
de siglo, su manejo representa 29% de la exportación total en 1884,
49% en 1909 y 80% en 1912.

Los elementos de la discusión doctrinaria

Como durante todo el siglo XIX el papel económico y fiscal del Es-
tado se concebía básicamente dentro de la doctrina liberal, éste debía
atender principalmente a la justicia, el orden interior y la defensa exte-
rior. La intervención pública se admite en servicios y en infraestructura
para la colectividad: mejoras de caminos y carreteras, puertos, ferrocarri-
les, escuelas y hospitales.
Pero además, la política fiscal debe seguir el ritmo de la economía
privada; en el caso venezolano, la pauta la dan las exportaciones: cuando
ocurría un auge en el comercio exterior se podían mejorar los sueldos de
la burocracia y emprender ciertas obras públicas; en el caso de depresión
de las exportaciones y de los derechos consecuentes, se reducían los gas-
tos y se suspendían las obras públicas.17
El crédito público se contrataba sobre la base de adelantos del pro-
ducido de los impuestos; siendo su rubro más importante el originado
en las aduanas. Para 1900, el saldo de endeudamiento fiscal se sitúa en
177 millones de bolívares.18
El destino del crédito, la mayoría de las veces, era financiar un déficit
fiscal previsible, incrementado por obligaciones para “reparar” los efec-
tos de las guerras internas. En el tiempo se sucedieron una serie de
operaciones de refinanciamiento. Sin embargo, se debe reconocer que el

17 Entre 1860 y final del siglo, el precio del café osciló sensiblemente; para 1875 un
saco costaba 98 bolívares, 55 para la década de los 80, y de nuevo casi 100 bolívares
para 1895.
18 Cf. Ramón Veloz: Economía y finanzas públicas de Venezuela, 1830-1944. Caracas:
Academia Nacional de la Historia, 1984; D.A. Rangel: Capital y desarrollo: la Vene-
zuela agraria, op. cit., p. 110. Antes citamos que el general Castro estimó la deuda en
aproximadamente 200 millones.

68
uso del crédito origina cierto dinamismo, pues la contratación de la
deuda produce un incremento de las importaciones que generalmente
lleva casi a alcanzar el nivel de las exportaciones.
El reverso aparece en los años posteriores; a partir de 1880 las impor-
taciones y exportaciones se distancian porque la cuenta de servicios y
capitales obliga al pago de intereses y amortizaciones. Este proceso ex-
plica la reducción de la deuda externa que para 1872 se sitúa en 226
millones y para 1890 su saldo ha ascendido a 67. En el lapso de 15
años, las exportaciones permitieron cumplir con las exigencias de la amor-
tización y de los intereses; el corolario de este proceso fluctuante es fácil
de inferir. La contratación de la deuda permitía igualar las importacio-
nes con las exportaciones, cuando ingresaban en el país los dineros de
un empréstito. Pero luego, la economía debía restringir al máximo aqué-
llas porque las partidas de la cuenta de servicios y de capitales se hacía
pesadamente comprometedora cuando llegaba la época de pagos. En
1890, por ejemplo, las importaciones sólo registraron 66 millones de bo-
lívares, mientras que las exportaciones de ese año fueron de 119 millones.
El mecanismo descrito no era desconocido por el gobierno de Andra-
de, pues éste, en su mensaje presentado al Congreso en febrero de 1899,
señala que se debía recurrir al crédito, a la activación de las industrias, a
la creación de instituciones bancarias y a un plan de colonización de
tierras incultas.

La actividad bancaria

Con relación a la actividad bancaria, debe señalarse que la banca


comercial en Venezuela nació asociada a las funciones de tesorería del
Gobierno, cobrando los derechos arancelarios y adelantando fondos para
los gastos gubernamentales, lo cual le proporcionaba comisiones e in-
tereses. Durante todo el siglo XIX estas operaciones de agente fiscal fueron
atribuidas con carácter monopólico, generalmente, a una sola institu-
ción, la cual cambiaba según el giro de la política; dicho cambio produjo
casi siempre la desaparición de la entidad despojada de los beneficios de
la asociación con el Estado.
Los primeros intentos de iniciar la actividad bancaria en Venezuela
se remontan al año 1825, cuando el congreso de la Gran Colombia
decretó el establecimiento en Caracas de una organización bancaria, por
recomendaciones de José Rafael Revenga, bajo el nombre de Banco de
Venezuela, con un capital de dos millones de pesos. Pero debido al

69
estancamiento de la economía y la oposición de los sectores comerciales
caraqueños, este instituto no llegó a operar en la práctica y se redujo tan
sólo al proyecto contenido en el mencionado decreto.
Un segundo intento, tampoco realizado, fue el proyecto de un Insti-
tuto de Crédito Territorial, propuesto por el general Pedro Briceño Mén-
dez, intendente de la Venezuela colombiana, al Libertador. Un tercer
proyecto no llevado a los hechos fue el propuesto por la Sociedad Eco-
nómica de Amigos del País a instancias de Juan Alderson, para crear un
Banco Mercantil de descuento y depósito, que tendría la facultad de
recibir depósitos en “dinero efectivo de la nación y las obligaciones por
cuenta de derechos de importación para su cobro”. También podría emitir
billetes al portador.
A pesar de las necesidades económicas y el impulso que hubiese re-
presentado la actividad bancaria, es en 1839 cuando se funda el primer
banco de Venezuela, denominado Banco Colonial Británico, autorizado
para extender préstamos a 12% anual, recibo de depósitos, descuentos
de letras del Tesoro y compra venta de giros. Su capital montaba a 330.000
pesos; este banco estuvo dirigido por Leandro Miranda. La derogación
de la Ley de Libertad de Contratos de 1834, en 1848, la aprobación de
la Ley de Espera y Quita de 1849, que equivalía en la práctica a una
moratoria general de las deudas contraídas, llevó al Banco a cerrar sus
puertas, teniendo como base una cartera de 359.000 pesos de créditos
morosos. En 1850, el jefe de la escuadra británica en Trinidad obligó al
gobierno de Monagas a un reconocimiento a su cargo de las deudas
privadas con el banco, lo que constituyó una afrenta al honor nacional.
En 1841 se establece el Banco Nacional, por decreto legislativo, con
capital mixto, suscrito por particulares y el Tesoro Público. Entre sus
funciones se contaba la recepción de numerario recaudado por la Tesorería
Nacional en la capital y el interior del país. Su capital era de dos millo-
nes de pesos. Dejó de funcionar en 1850, por resolución del Congreso.
En 1845 fue presentado y aprobado el proyecto de Francisco Aranda
para la creación del Instituto de Crédito Territorial, el cual fue vetado
por el presidente Soublette, por considerar inapropiado proteger a un
núcleo particular como el de los agricultores y criadores con el dinero de
toda la comunidad. El Presidente conservador hacía gala con esa expre-
sión de sus convicciones liberales; partidarias de la intervención del Es-
tado en la economía.
La actividad bancaria se reinicia en 1855 con la fundación de una
Compañía de Accionistas; con capital de 60.000 pesos fuertes; estaba

70
autorizada para emitir billetes, otorgaba préstamos y descontaba a 2%
mensual, se ocupaba de recaudar rentas del gobierno con base en una
comisión de 4% anual. Su período de operaciones fue breve.
Durante la década de 1860 se crearon varios bancos en Venezuela.
En 1861 se creó el Banco de Venezuela, auspiciado por el general José
Antonio Páez, con un capital de 12 millones de pesos, se ocupó de
recaudar parte de la renta aduanera, la emisión de billetes y el auxilio
financiero del gobierno. La imposibilidad de operar satisfactoriamente
lo llevó a la quiebra en 1862. En ese año se funda el primer Banco
Caracas; en 1865 se establece el London and Venezuela Bank (Ltd.),
con capital de 500 mil libras esterlinas, estaba facultado para emitir
billetes pagaderos a la vista, aperturas de cuentas corrientes, hacía des-
cuentos, negociaba letras y realizaba préstamos. Las presiones de tipo
político y las acusaciones de retener dinero que podía servir para efec-
tuar préstamos, lo obligó a cesar sus actividades en 1867. El ambiente
de miseria, inestabilidad e inseguridad de los años 60 impidió el floreci-
miento de las instituciones financieras.
En la década de 1870, coincidiendo con la llegada del general Anto-
nio Guzmán Blanco al poder, se organizaron varias “compañías de crédi-
to” y tres “bancos Caracas”. La primera de las mencionadas compañías se
ocupó de facilitar la recaudación de las rentas y auxiliar en otras opera-
ciones fiscales. Se acentúa, así, la tendencia de vincular la actividad ban-
caria a los requerimientos fiscales, además de obtener una fuente segura
de recursos. La Compañía de Crédito tenía la facultad de emitir billetes,
aunque no eran de obligatoria recepción, no poseía capital determinado
sino que dependía de la cantidad suplida por el Tesoro Público cada
mes. La Compañía operó durante seis años y fue liquidada por el prime-
ro de los tres “Bancos Caracas” a que nos referimos antes; esta institu-
ción comenzó a operar en junio de 1876, tenía un capital de 160 mil
venezolanos, sus funciones eran de auxiliar de la Tesorería Nacional. Las
primeras operaciones estuvieron vinculadas al auxilio financiero del go-
bierno otorgándole un crédito en cuenta corriente por 240.000 venezo-
lanos, correspondiendo 182.000 venezolanos a deudas del gobierno con
la compañía de crédito. El banco se vio obligado a cerrar sus puertas al
año siguiente, por haber agotado sus arcas en préstamos al gobierno.
El segundo Banco Caracas apareció a la luz pública en 1877, con un
capital de 327.000 venezolanos: extendió créditos al gobierno hasta por
245.250 venezolanos, los préstamos a particulares debían ser autoriza-
dos por los accionistas reunidos en Asamblea General, se restringía, de

71
esta forma, las operaciones con el sector productor limitando las posibi-
lidades de progreso en la actividad financiera.
El tercer Banco Caracas se funda en 1879, con un capital de 260.000
venezolanos, entre los accionistas se cuentan Antonio Guzmán Blanco,
recién aclamado “Dictador”: extiende créditos al gobierno por 240 mil
venezolanos y se ocupa de las operaciones de tesorería que venía reali-
zando el segundo de los “bancos Caracas”. Sus funciones duran hasta
1884, fecha en que el Banco Comercial de Venezuela, fundado en 1883,
retoma estas actividades.
La fundación del Banco de Maracaibo, en 1882, marca el inicio de la
actividad bancaria comercial en Venezuela y rompe con el esquema tra-
dicional de crear estructuras bancarias que sirvieran a las necesidades del
fisco, lo que hacía a estas instituciones vulnerables a los cambios políti-
cos del país, además de distraer recursos que podían contribuir con la
actividad productiva. Los estatutos del Banco de Maracaibo le impedían
realizar operaciones con el gobierno. La existencia de este banco obligó
al Banco Comercial de Venezuela, fundado en 1883, a ampliar sus acti-
vidades financieras, contaba con un capital de 3.200.000 bolívares, rea-
lizaba compra y venta de letras, cuentas corrientes, otorgaba pagarés y
tenía prohibido, según estatutos, realizar transacciones con el gobierno.
La expansión de la década 1880-1890, bajo el impulso de la expor-
tación cafetalera, permitió al Banco Comercial aumentar su capital has-
ta ocho millones de bolívares, y cambiar su denominación al de Banco
de Venezuela, siendo el segundo de los bancos que sobreviven al nuevo
siglo. Dentro de sus accionistas se encontraba el banquero Manuel An-
tonio Matos, artífice de las vinculaciones entre las grandes firmas comer-
ciales, a través de la actividad financiera. La visión de financista permitió a
Matos actuar como promotor de otro banco comercial en el mismo año
de 1890, nos referimos al Banco Caracas, que inició sus operaciones con
un capital de seis millones, actuando como accionistas algunas de las
grandes casas comerciales establecidas en Caracas. Sus operaciones se
orientaron al servicio de los sectores privados de la economía y la emi-
sión de billetes.
Hacia 1895 la existencia de tres instituciones financieras estabiliza-
das, el Banco de Maracaibo, el Caracas, y el Venezuela, abre el camino al
establecimiento de una legislación bancaria derogando los decretos que
normalmente se utilizaban para las aperturas de institutos financieros.
Los tres bancos antes mencionados sobrevivieron hasta hace pocos años.
La apertura de otros bancos, con la incorporación de accionistas dis-
tintos a la élite comercial de Caracas y Maracaibo, recibió siempre una
72
cerrada oposición; tal ocurrió con el Banco Franco-Egiptien en 1899,
con el Agrícola colonizador del Alto Orinoco y Amazonas en 1896, con
el Banco Nacional Bolívar y con el Banco de Crédito Hipotecario que
recibió autorización en 1904 y que sin embargo no llegó a operar. La
opinión principal sobre estas aperturas estuvo fundamentalmente a car-
go de M.A. Matos, accionista de los Bancos de Venezuela y Caracas,
quien no quería perder los privilegios y pingües beneficios que le dejaba
la doble actuación como banquero comercial y agente fiscal; esta última
función desempeñada por el Banco de Venezuela. Además de estas razo-
nes se debe apuntar que la oposición insistía en la reducción de los
déficit fiscales del gobierno, los cuales pretendía financiar a través de
empréstitos forzados por las nuevas instituciones. A este respecto se debe
analizar el proyecto de ley que crea el Banco Nacional de Crédito Hipo-
tecario. Existían, pues, factores de tipo económico, político y comercia-
les que impidieron el establecimiento de nuevos bancos.
Hay que hacer notar con respecto a los proyectos de establecer ban-
cos con capital extranjero, que entre 1892 y 1899 hubo ocho tentativas
frustradas.19 Éstas no sólo estaban mal fundadas, sino que se orientaban
principalmente hacia la especulación al amparo de privilegios fiscales,
más que al fomento de la riqueza del país.

La actividad legislativa

Desde el punto de vista de la actividad legislativa, lo más relevante


fue la introducción de reformas a la Constitución y el proyecto del Ban-
co Nacional. En octubre de 1900 el gobierno expide un decreto que
dispone la convocatoria de una Asamblea Constituyente. El Distrito Fe-
deral, los quince estados y la isla de Margarita están representados a
razón de tres diputados por circunscripción, elegidos por cuerpos supe-
riores electorales integrados por delegados bipersonales de los concejos
municipales de cada jurisdicción. La Asamblea se instala a comienzos de
1901; el general Castro le rinde cuenta de su insurgencia del 99 y de la
situación general del país.
La situación fiscal señala que el país debía 200 millones de bolívares.
Al gran ferrocarril de Venezuela se le adeudaban más de 900.000 bolí-
vares por concepto de pasajes. Estaban gravados los vapores Bolívar, Crespo

19 Cf. Nikita Harwich Vallenilla: Formación y crisis de un sistema financiero nacional.


Fondo Editorial Buria-T.E. Antonio José de Sucre, 1986, p. 68.

73
y Zamora. Se debían 440.000 bolívares al Tribunal Arbitral de París,
aunque figuraban como cancelados por el gobierno de Andrade. El cos-
to de deslinde de los nuevos límites de Guayana ascendía a la suma de
Bs. 1.050.000,oo y la compra de equipos militares ascendía a 5 millo-
nes de bolívares como ya se dijo.
En marzo de 1901, la Asamblea Constituyente sanciona la nueva
Constitución y el general Castro la promulga el día 29. Se restablecen
los veinte estados de 1864, se crean dos vicepresidencias, se extiende a
seis años la duración del período presidencial y se señala el 20 de febrero
de 1902 como fecha inicial del próximo sexenio. El Presidente no po-
dría ser reelegido para el período inmediato y su elección se produciría
indirectamente. Los concejos y el Senado escrutarían los votos de los
estados y harían las proclamaciones.20
En febrero de 1902, Cipriano Castro se juramenta como Presidente
Constitucional de la República para el período que finalizaría en 1908.
Los titulares de la Primera y Segunda Vicepresidencia serían los genera-
les Juan Vicente Gómez y José Velutini.
En 1904, el Congreso asume carácter de cuerpo constitucional y se
aboca a reformar la Carta de 1901. El objetivo fundamental de la reforma
consiste en extender el período constitucional a fin de que el centenario
de la Independencia encuentre a Castro en el ejercicio de la Presidencia.
En consecuencia, se declara interrumpido el período constitucional y se
señala que el próximo sexenio comenzaría en 1905 y concluiría en 1911.
A objeto de regular esta nueva situación, se aprueba un Estatuto Pro-
visional que durante algunos meses transforma a Castro en Presidente pro-
visional. También desaparece la modalidad de elegir al Presidente por
los votos de los ayuntamiento y legislaturas. Esa función pasa a un cuer-
po electoral formado por 14 parlamentarios representativos de los esta-
dos y el Distrito Federal. Las circunscripciones constitutivas de la Unión
quedan reducidas a 13 y, en consecuencia, desaparecen del mapa políti-
co los estados Anzoátegui, Apure, Barinas, Cojedes, Monagas, Nueva
Esparta (Margarita), Portuguesa, Sucre y Yaracuy. En oriente reaparece
el estado Bermúdez y Margarita es adjudicada al Distrito Federal. Al
estado Bolívar se le añaden algunos distritos de la ribera norte del Ori-
noco. El número de territorios aumenta ya que además del Amazonas y
Delta Amacuro se crean los territorios de Yuruari y Cristóbal Colón. Se
funden en un solo organismo la Corte Federal y de la Casación. El alto

20 Cf. Academia de Ciencias Políticas y Sociales: Leyes y decretos de Venezuela, op. cit.

74
tribunal queda integrado por siete magistrados, cuya elección corres-
pondería al Congreso, y cada uno de los jueces representaría a una agru-
pación de dos estados. Una reforma fundamental es la que da término a
las reuniones anuales de las cámaras legislativas y las manda a reunir
cada dos años, durante un lapso improrrogable de 90 días; por ello no
habrá mensajes presidenciales en 1906 y 1908, haciendo que el último
mensaje de Castro sea presentado al Congreso en 1907.21
Desde el punto de vista fiscal, la mayoría de los decretos y resolucio-
nes se refieren a modificaciones del arancel de aduana, a los remates de
las rentas de licores, tabacos, a la creación y supresión de aduanas y al
refinanciamiento de las deudas. El Banco Nacional se inscribe también
en esta línea de conceder a particulares la recaudación de rentas y bene-
ficiarse con porcentajes exorbitantes por los servicios prestados: 1% por
recaudación, 6% por adelantos al tesoro, además de exoneraciones a
impuestos y otras ventajas, al recibir tratamiento de órganos casi públicos.
En 1904, Castro reúne prueba de la ayuda que la New York and
Bermúdez Co., ha prestado a Matos, quien ha recibido 101.366 dólares
el 23 de octubre de 1901, 5.000 el 28 de abril de 1902, otros 5.000 el
29 de diciembre de 1902 y 10.000 el 26 de diciembre. El gobierno
introduce una demanda ante la Corte de Casación por los daños causa-
dos a la nación, y se los estima en más de 50 millones de bolívares, lo
cual era más que la renta ordinaria de un año fiscal. La Corte ordena la
ocupación temporal de las pertenencias de la demandada.
El Departamento de Estado, donde el antiguo ministro en Caracas,
mister Loomis, está encargado de los asuntos de América Latina, inter-
pone sus reclamaciones. Según el Departamento de Estado se incurría
en denegación de justicia; la Corte de Casación seguiría un procedi-
miento írrito y no sería una instancia valedera. La Cancillería rechaza la
nota y señala intento de violación de la soberanía venezolana; en las
relaciones con las compañías extranjeras sólo regirá el Derecho de Vene-
zuela y los tribunales del país serán los únicos que posean jurisdicciones
sobre las disputas que surjan. La polémica entre Washington y Caracas
cubre los años 1904 y 1905.
La opinión pública, en este período, hace críticas al mantenimiento
de las altas tarifas arancelarias, creada para tiempos de excepción y man-
tenida después; a las ventajas concedidas a los particulares incluido el
proyecto del Banco Nacional.

21 Cf., ibidem.

75
Algunos documentos de interés en este período

La doctrina oficial: poder Ejecutivo

En la Memoria del ministro de Hacienda, R. Tello Mendoza, hom-


bre de confianza del caudillo Castro, incorporado a la administración
desde las filas del comercio de Valencia, deja traslucir el empirismo de
su proveniencia. Se encuentra en ella referencia a las dificultades del despa-
cho a su cargo para presentar la información permitente, entre otras la
estadística, entre comillas en el texto oficial, debido a las “constantes
perturbaciones del orden público”, excusa que pareciera inválida des-
pués de más de dos años del acceso al poder y de instaurarse la adminis-
tración restauradora. El déficit presentado en la Memoria tiene origen en
un gasto de más de 50% atribuidos a gastos de guerra y las reparaciones
de los edificios públicos, “inservibles”, según la Memoria, después del
terremoto del 29 de octubre de 1900.
Entre las particularidades de la Memoria se destaca el decreto del
Presidente provisional de los Estados Unidos de Venezuela, mediante el
cual ordena la entrega de certificados de acreencias con motivo de los
reclamos contra el Tesoro, por razón de la guerra iniciada el 23 de mayo
de 1899, y reconocidos por la Junta de Examen y Calificación de Crédi-
tos en un informe final. En dicho decreto se señala que el Congreso
Nacional, en sus futuras sesiones, determinará la manera y forma de pago
del capital e intereses. El tal documento tendría inicio en la serie de recla-
mos que culminarían en los Protocolos de Washington posteriormente.
En documento correspondiente a la Memoria del año 1902 y 1903,
se reiteran las dificultades para consignar información debido a la gue-
rra, correspondiente a la Revolución Libertadora, que “todo lo trastorna
y desorganiza”, lo cual habría paralizado los “progresos estadísticos”.
En la Memoria de 1903, firmada por J.C. de Castro, se destaca la
acuñación de numerario de plata, la explotación provisional de algunas
salinas para afrontar la especulación nacida del bloqueo a que se vieron
sometidos los puertos y la pérdida de Bs. 15.150 por la acuñación de
Bs. 2.000.000 en monedas de oro, suspendiéndose la emisión de otros
2.000.000 de bolívares hasta tanto el tipo de cambio fuese más favorable.
Otro documento que corresponde a la Memoria de 1905-1906, firma-
da por Eduardo Celis, señala que “Las laboriosas tareas encomendadas y
sus escasas facultades”, a más de razones bien conocidas (aludiendo al
conflicto exterior), hacían innecesaria “toda explicación” de las dificulta-
des para realizar las labores asignadas al despacho.

76
La doctrina oficial: poder Legislativo

Son interesantes los documentos relativos a la Ley de Bancos y el


articulado que da origen al Banco Nacional, cuyas acciones podían ser
suscritas por el gobierno total o parcialmente, establece la capacidad pa-
ra emitir billetes y sustituir, al término de dos años, los emitidos por los
bancos comerciales existentes: Caracas, Maracaibo y Venezuela; los cua-
les no podrían efectuar nuevas emisiones.
Otro documento relativo al gasto de la renta aduanera adopta el com-
promiso derivado de los Acuerdos o Protocolos de Washington (1903)
para garantizar el pago de la deuda externa, modificando la Ley de Cré-
dito Público que ordenaba tal materia y que fuera aprobada en 1896.
Un documento interesante aprueba el contrato de establecimiento
del Banco Nacional de Venezuela, de acuerdo a ley aprobada en 1904,
el cual asume la labor de auxiliar de tesorerías; actividad que venía sien-
do desarrollada por el Banco de Venezuela.

El pensamiento económico de la opinión pública

Un remitido sin firma, en el diario El Tiempo, responde a las críticas


realizadas por la Cámara de Comercio ante la emisión de numerario por
parte del gobierno. El centro del comentario es que la emisión guberna-
mental contrarrestaría la escasez de circulante y la especulación conse-
cuente que sólo beneficiaba a los importadores-exportadores: alemanes
y corsos, defendidos por la Cámara de Comercio.
Otro texto originado en la opinión pública expone las conveniencias
de la introducción de máquinas para la fabricación de cigarrillos y hace
la extensión a todos los productos que pueden ser fabricados industrial-
mente, con el objeto de reducir costos y precios.
Nueve documentos, todos referentes a la publicación del diario El
Tiempo (1900), recogen los trabajos de F. Hernández Uztáris a favor del
Banco de Venezuela, adversando a Rafael Domínguez, vocero oficial,
sobre
1. Emisión de billetes por el Banco Nacional.
2. Montos de las comisiones cobradas por el Banco de Venezuela.
3. Obligación del banco para prestar al gobierno.
4. Vigencia del patrón oro.

77
R. Domínguez representaba lo que posteriormente sería la versión
oficial recogida en los textos mencionados del Poder Legislativo.
Un documento interesante expone un alegato para evitar la creación
de impuestos extraordinarios adicionales y se reitera la doctrina que en
su tiempo, sustentaba Santos Michelena, haciendo citas de este último.

La estadística

En este volumen presentamos los indicadores habituales del movi-


miento fiscal y de la balanza comercial desde 1884 hasta 1908.
El material estadístico correspondiente a la actividad fiscal es el rela-
tivo al período 1884-1885-1908, y como es habitual, presenta el gasto
público según dos fuentes: la Ley de Presupuesto y las erogaciones se-
gún la Memoria de Hacienda, presentando estos documentos diferen-
cias en cifras.
Para dicho período los índices que hemos elaborado señalan la cons-
titución de déficit fiscales, una vez que el producido de los impuestos
extraordinarios agota su impacto, señalan una balanza comercial favora-
ble dentro de las magnitudes corrientes para fines del siglo XIX.

78
SITUACIÓN FISCAL Y COMERCIO EXTERIOR DE VENEZUELA
1884-1908
(%)

1884-85 1885-86 1886-87 1887-88 1888-89 1889-90 1890-91 1891-92 1892-93 1893-94 1894-95
Ingresos 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100

Egresos 104,7 113,3 85,0 103,7 92,6 1013 91,4 101,8 90,8 100,9 90,2

Déficit fiscal -4,7 -13,3 14,9 -3,7 1,4 -1,3 8,6 -1,8 9,20 -0,9 9,7

Exportaciones 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100

Importaciones 76,7 75,8 80,7 87,5 83,6 82,8 55,6 67,6 59,4 67,5 62,4

Saldo balanza
comercial 23,3 24,1 19,2 12,4 16,3 17,1 44,3 32,3 40,5 32,4 37,5

1895-96 1896-97 1897-98 1898-99 1800-01 1801-02 1802-03 1803-04 1804-05 1805-06 1806-07 1807-08

Ingresos 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100

Egresos 128,1 98,2 136,2 87,8 84,5 102,4 91,4 67,7 109,6 102,0 122,4 97,4

Déficit fiscal -28,1 1,7 -36,2 12,2 15,5 -2,4 8,6 32,3 -9,6 -2,0 -22,4 2,6

Exportaciones 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100

Importaciones 54,4 73,6 58,9 77,1 70,1 84,0 70,9 73,6 66,7 55,5 63,7 69,6

Saldo balanza
comercial 45,5 26,3 41,0 22,8 29,8 15,9 29,1 26,4 33,3 44,5 36,3 30,4
79
I.d. El período 1908-1914
82
Caída de Castro y triunfo del movimiento planeado por Gómez
y Leopoldo Baptista

La filosofía política del nuevo movimiento

Leopoldo Baptista, quien se había fogueado en la lucha política des-


de su juventud, heredero del poder del “León de los Andes”, general
Juan Bautista Araujo, y de su padre, el general José Manuel Baptista
—dotado de cultura académica universitaria, con títulos en tres carreras
profesionales, habiendo ocupado el Ministerio de Correos y Telégrafos
bajo el gobierno de Crespo y habiendo logrado la toma de las alturas del
Copey, hecho decisivo en la batalla de La Victoria, determinante de la
derrota de la denominada revolución libertadora—, se convierte en el
planificador y, junto con Gómez, en el ejecutor del movimiento que
culmina el 19 de diciembre de 1908, con la caída de Cipriano Castro y
el ascenso de Juan Vicente Gómez a la Presidencia de la República.
Baptista, conocedor de la historia y de los anhelos del pueblo vene-
zolano (intelectuales, estudiantes, profesores universitarios, campesinos,
modestos funcionarios públicos y empleados del sector privado, perio-
distas) de vivir en un clima de libertades públicas bajo un régimen de
convivencia de los distintos sectores ideológicos, convence a Gómez de la
conveniencia de formar un gobierno de unidad nacional, con participación
de liberales, conservadores, mochistas, acuerdo que ayudaría a la conso-
lidación del nuevo régimen y cuya proyección hacia el futuro se concre-
taría en dar a todos los partidos e ideologías igualdad de oportunidades,
fundados en el principio de la alternabilidad mediante transparentes
procesos electorales. Ese acuerdo lo estampa en su carta a Gómez desde
Curazao, ya en proceso de violación y ruptura de la Constitución de
1909. Baptista le recuerda a Gómez que ésa fue la base acordada por
ellos en el movimiento de 1908. Esa iniciativa de Baptista, aprobada
por Gómez, según reza en su primer mensaje a raíz del 19 de diciembre

83
de 1908, de no haberse entorpecido por las intrigas del doctor José
Rosario García y otros parientes del general Gómez y los serviles instru-
mentos de la instauración del gobierno autoritario, habría adelantado
en tres décadas la firme apertura hacia un gobierno democrático en Ve-
nezuela, respaldado por la opinión pública y las espadas de Gómez,
Baptista y otros asociados del gobierno de coalición. La desviación hacia
la dictadura frustró esos interesantes designios y sumió a Venezuela en la
sombra del más largo y cruel de los despotismos sufridos en el curso de
la historia nacional.
La coalición se concreta en un poder Ejecutivo de unidad y en el
diseño de una Constitución (la de 1909) que consagra en la Carta Mag-
na las bases del nuevo sostén de convivencia política, al integrar el Con-
sejo de Gobierno con los representantes de los diversos sectores del país
y otorgar a ese cuerpo poderes presidenciales para emitir opinión y apro-
bar actos tan importantes como el presupuesto público y otras leyes de
relevante trascendencia, como los tratados internacionales o las relacio-
nadas con las obligaciones derivadas de la deuda pública.
Ya veremos más adelante que ese sistema funcionó bien durante los
primeros años, hasta 1912. Los adulantes y maestros de la intriga, en
busca de su propio beneficio, convencieron a Gómez de la facilidad de
violar las leyes, romper los pactos e instaurar un gobierno autoritario.
Veintitrés años después, tocó al general López Contreras, retomar las
banderas pisoteadas en 1912 y 1913 y encausar el país por un camino
que lo llevara hasta la democracia. Pero no nos adelantemos a los aconte-
cimientos, sigamos el curso de la historia dolorosa de esos lejanos tiem-
pos y veamos cómo se presentaron los acontecimientos.

Gómez: la etapa intermedia

Ámbito político general

Los festejos del Centenario de la Independencia se ven conmociona-


dos por la ruptura del general José Manuel Hernández con el régimen
de Gómez. El 28 de octubre de 1911, el caudillo nacionalista se dirige
al Presidente desde San Juan de Puerto Rico y formula graves reparos
contra la orientación política y administrativa del nuevo régimen. Her-
nández critica los onerosos contratos gestionados en Europa por Delga-
do Chalbaud y Manuel Corao, no obstante los votos salvados de varios
miembros del Consejo de Gobierno. Estos proyectos incluyen las resu-
rrección de los planes de 1888 y 1895 sobre el establecimiento en el

84
país de un banco europeo competidor del Banco de Venezuela, la reac-
tualización del contrato sobre saneamiento de Caracas y la cesión por
medio siglo de una vasta extensión de Guayana a capitalistas franceses.
La carta concluye con la renuncia de Hernández a su condición de con-
sejero de gobierno. El incidente Gómez-Hernández provoca un debate
de las cámaras que concluye con un acuerdo de solidaridad y confianza
al presidente Gómez, con la salida de los mochistas del gobierno y con
la vacante de la Embajada en Washington, que también detentaba el
general Hernández.
1912 es un año de expectativas sobre la sucesión presidencial, por
cuanto el período, conforme a la Constitución de 1909, concluía en
1913. Los diversos caudillos del liberalismo y del conservatismo se pre-
paran para lanzar sus respectivas candidaturas.
Gómez mantiene reservas ante el inminente desenlace de la situa-
ción. Observa la actitud del régimen republicano de Talf en Estado Unidos,
más proclive a la intervención en los asuntos latinoamericanos que los
demócratas. Márquez Bustillos, antiguo y prominente miembro del par-
tido de los Araujo y Baptista, se pliega a Gómez y se convierte en una de
las piezas clave para planear la fractura de la Constitución, mediante la
aprobación en una Asamblea Constituyente —espuria de plenipoten-
ciarios, formada por jefes y secretarios de jefaturas civiles, comisarios de
aldeas— de un estatuto constitucional provisorio, antesala de la nueva
Constitución del año 14, que permitió la reelección del Presidente de la
República y aumentó el término del período presidencial.
El triunfo de Wilson, del partido demócrata, en Estados Unidos, de
línea no intervencionista, allanó más el camino del continuismo auto-
crático. Ello le permitió a Márquez Bustillos moverse con soltura: el es-
tatuto creó la Presidencia Provisional; separó la Comandancia en Jefe del
Ejército, que le fue reservada a Gómez.
Los caudillos de los viejos partidos fueron así aplastados. La consoli-
dación del gomecismo se operó luego, tanto por la feroz represión prac-
ticada sin misericordia por el pujante despotismo como por el aumento
del ingreso público, merced a la incorporación de Venezuela a los países
productores de petróleo.

Fractura de la Constitución de 1909 e inicio de la dictadura

A partir de 1913, el gobierno de Gómez rompe con la luna de miel


de las alianzas con los diversos partidos y tendencias políticas; cierra el

85
lapso abierto a partir de 1909 a cierto margen de tolerancia a la prensa
independiente y además abre cauce a las medidas orientadas a darle un
nuevo cariz jurídico institucional al golpe de Estado contra la fracturada
Constitución: Gómez concreta una fuerte represión a escala nacional
para destruir todo vestigio de oposición cívica y militar a la usurpación
así consumada. Es en ejecución de esa política que se allanan y suprimen ór-
ganos de opinión, se cierra la universidad y se persiguen y encarcelan los
estudiantes; se constituyen “comisionados” para arrasar con los desafec-
tos en el interior del país; las cárceles y fortalezas se llenan de presos con
grillos de 80 libras y en oriente, los Llanos y los Andes, especialmente
Trujillo, se aplica la estrategia de la tierra arrasada contra la oficialidad,
haciendas y bienes de seguidores del partido de los Araujo y Baptista. Los
oficiales Maximiano Durán, los Marín (coroneles Ismael y Benjamín)
Los Vásquez (generales Fabricio y Francisco María) y otros son tenaz-
mente perseguidos, Pedro Carrillo Márquez (sobrino de Márquez Busti-
llos) va a la cárcel, otros al exilio. El Presidente Provisional, que ha sacri-
ficado su posición de segundo del cuerpo cívico del mencionado partido
por unirse al carro triunfal del general Gómez, recibe de éste la tarea,
que cumple a cabalidad, de conducir desde Miraflores, la represión con-
tra sus antiguos compañeros. Timoleón Omaña hace correr la sangre de
los descubiertos en sus guaridas montañosas; nada deja de cosechas re-
colectadas y ocupa las fincas para cortar toda fuente de suministros a los
desafectos a la nueva usurpación.
Los siete años siguientes se los bautizó en Trujillo y en toda Venezue-
la, como el “septenio rojo”. Así se inauguró Gómez en su nueva etapa,
acompañado de demócratas teóricos como Gil Fortoul, prosternado en
la práctica ante las más atroz dictadura de cuya consolidación fue coau-
tor y corresponsable. El doctor Pedro Manuel Arcaya siguió una línea
más coherente, pues nunca se ufanó de ser demócrata y asumió con va-
lor sus responsabilidades.
La participación de Márquez Bustillos fue fundamental tanto en las
maniobras para darle una nueva apariencia jurídica a la ruptura de la
legalidad, así como en todo lo relativo a la consolidación interna y exter-
na del régimen gomecista.
Tal es la realidad de fondo, por encima de cualquier episodio circuns-
tancial. La inteligencia y habilidad de Márquez Bustillos desde la Presi-
dencia Provisional, jugó un papel preponderante en todos estos menesteres,
todo lo cual le ganó la confianza de Gómez para mantenerlo al frente de
las más larga provisionalidad que registra la historia de Venezuela.

86
Consolidación política del régimen

Tal como se ha dicho, 1913 fue el año de la instauración abierta de la


dictadura, con el paso inicial de la eliminación del Consejo de Gobierno
en donde quedan los últimos representante de diversos partidos, des-
pués de la ruptura con Hernández. El incidente que lo inicia fue el
compromiso aceptado por el canciller José Ladislao Andara, de pagar
una suma indeterminada por concepto de reclamos franceses antes de
someterlo al Consejo. El presidente del cuerpo transcribe una decisión
mayoritaria según la cual el protocolo debió ser sometido a la considera-
ción del Consejo y no a posteriori como lo pretendía la Cancillería. El
procurador Arcaya se dirige a la Corte solicitando que se declare ilegal e
infundada la controversia que ha suscitado el Consejo de Gobierno y
afirma que, por lo tanto, este cuerpo está en la “obligación de emitir el
voto consultivo que se le ha exigido”. La solicitud, fechada el 28 de
marzo de 1913, es resuelta por el alto tribunal, el día 29 en favor del
procurador. El asunto regresa al Consejo de Gobierno y una Comisión
Especial produce un informe negativo.
El Consejo sigue existiendo, pero la inasistencia de los consejeros
impide el logro del quórum reglamentario para la obligatoria renova-
ción de la Junta Directiva y proporciona un pretexto para proceder a la
reestructuración del organismo con base en los suplentes. En ello, Gil
Fortoul jugó un papel importante. Es de advertir que el Consejo de
Gobierno fue el centro del pacto institucional de carácter plural, por
cuya virtud dicho cuerpo fue integrado por los altos jefes de los distintos
partidos tradicionales (liberales, conservadores, mochistas, excastristas y
gomecistas de nuevo cuño), quienes concertaron su apoyo a Gómez con
base en la Constitución de 1909, que consagró la no reelección del Pre-
sidente de la República, norma que fue violada por Gómez mediante la
maniobra preparada por Márquez Bustillos, Arcaya, Gil Fortoul, An-
dueza, González Guinán y otros, que se concretó en la Asamblea de
Plenipotenciarios, con la aprobación de un Estatuto Constitucional pro-
visorio y, finalmente, la Constitución de 1914.
Volviendo al protocolo, éste fue aprobado por las Cámaras Legislati-
vas, el 2 de mayo de 1913. Siendo de notar que al momento de la
aprobación del “Protocolo Francés”, se alzó la última voz libre en el
parlamento venezolano. Fue la del doctor Trino Baptista, quien regresó
al país después de largo exilio, para presidir la Cámara del Senado en
1937, después de la muerte del general Gómez.

87
También en mayo de 1913, Gómez descubre una conspiración en-
cabezada por el general Román Delgado Chalbaud y, según versión oficial,
por varios miembros del Consejo de Gobierno,22 la aludida conspiración
sería pretexto para perseguir y encarcelar a todos los no plegados a la
instauración de la dictadura.
En julio se lanzaría desde El Pregonero la candidatura presidencial
del doctor Félix Montes: son apresados sus promotores; entre ellos, su
director Rafael Arévalo González y el doctor Montes tuvo que esconder-
se y escapar a Curazao.
El 28 de julio, el Presidente anunciaba al país una inminente inva-
sión de Castro; el 1º de agosto se suspenden las garantías constitucionales y
el 3 de agosto será declarada la alteración de la paz. Gómez sale en
campaña contra el ausente Castro al frente de un ejército de 6.000 hom-
bres. Apenas llegaría hasta Maracay, y el 28 de diciembre anunciaría
que regresaba a la capital en unión de su “ejército victorioso”.
La supuesta conspiración de Castro fue fraguada por Gómez y León
Jurado, quien hizo creer al general Jorge Bello y a otros oficiales castristas,
a través de oscuros infidentes, que estaba a favor de Castro y dispuesto a
alzarse contra Gómez y que podría entrar por el estado Falcón. Las vícti-
mas de ese engaño reunieron oficiales y tropas y desembarcaron por
Coro, siendo recibidos con vivas a Castro por la tropas de León Jurado,
para luego hacerlos presos en medio de las celebraciones. Posteriormen-
te serán llevados a Maracay, donde los esperaba el “Ejército expediciona-
rio”, encabezado por Gómez. La represión iniciada contra el ejército
invasor fue de proporciones incalificables; muchos fueron trasladados a
La Rotunda y sometidos a torturas; otros fueron enviados a trabajos
forzados en carreteras, y allí sucumbieron.23 La divisa del terror fue, en
adelante, el mecanismo de preservación y negociación implementado
por el régimen.
La fraudulenta invasión da pretexto para no celebrar las elecciones y
en consecuencia quedan suspendidos todos los procesos institucionales.
Hay que reconstruir el orden republicano y para ello se apela a la fórmula
(guzmancista) de recurrir a un Congreso de Diputados Plenipotencia-
rios de los Estados: la Asamblea se instala en Caracas, el 19 de abril de
1914, sanciona un Estatuto Constitucional Provisorio de 81 artículos y

22 La conspiración será pretexto para perseguir y encarcelar un gran número de vene-


zolanos.
23 Cf. José Rafael Pocaterra: Memorias de un venezolano de la decadencia, t. II. Caracas:
Editorial Edime, 1966, pp. 65-68.

88
elige Presidente provisional de la República al doctor Victorino Már-
quez Bustillos. Este Estatuto “...era el reflejo de los factores reales de
Poder, después de una larga y sorda lucha entre los caudillos civiles y mili-
tares provenientes de viejos partidos (y las guerras civiles) y Juan Vicente
Gómez, representante de las nuevas formas de poder autocrático...”.24
El estatuto aprobado a posteriori de las acciones de hecho, por pleni-
potenciarios de los distritos, crea el cargo de comandante en jefe del
Ejército Nacional, para ser ejercido por Gómez, y estatuye que su titular
durará en el ejercicio de sus funciones el mismo lapso que el Presidente
provisional. Reestablece además las dos vicepresidencias de la República
y elimina el Consejo de Gobierno.
El siguiente 13 de junio es aprobada una Constitución que, salvo en
el caso de los transitorios vicepresidentes, recoge los lineamientos fun-
damentales del Estatuto. El próximo período constitucional comienza
el 30 de junio de 1915 y se extiende a un lapso de siete años. Todo ello
dio lugar a una larga y curiosa situación según la cual el doctor Márquez
Bustillos actuaría hasta 1922 como Presidente provisional, y el general
Gómez como Presidente constitucional electo comandante en jefe del
Ejército Nacional. Será la más larga y servil provisionalidad en la histo-
ria de Venezuela. Al respecto, la historiadora Yolanda Segnini extrae del
Archivo Histórico de Miraflores (copias del Instituto de Estudios His-
panoamericanos, UCV), las expresiones tomadas de 130 cartas remiti-
das por el Presidente Provisional al comandante en jefe del Ejército, son
del orden siguiente: El Presidente provisional “debe viajar cuando me-
nos una vez semanal a Maracay. No puede tomar ninguna iniciativa.
Hasta los asuntos más intrascendentes tiene que informarlos y consul-
tarlos a Gómez”.25
El doctor Márquez Bustillos debió su nombramiento a la Primera
Magistratura, al hecho de haberse decidido por Gómez cuando aún circu-
laban otros nombres de posibles candidatos presidenciales. Su papel fue
importante en la articulación y ejecución de las ideas de convocar al
Congreso Plenipotenciario y saltar así el obstáculo de la cláusula de no
reelección, mediante su eliminación en la nueva Constitución aprobada
en 1914.

24 Juan Bautista Fuenmayor: Historia de la Venezuela política contemporánea,1899-


1968, t. I. Caracas: Talleres Gráficos de Miguel Ángel García, 1984, p. 255.
25 Yolanda Segnini: La consolidación del régimen de Juan Vicente Gómez. Caracas:
Academia Nacional de la Historia, 1982.

89
Desde el punto de vista militar, un cruento episodio sería el de las
jornadas guerrilleras que tuvieron lugar en el estado Monagas en 1914,
y que tuvieron por protagonistas a Horacio Ducharne y Sixto Gil. Se
requerirán varios años para dar cuenta de los osados guerrilleros orienta-
les, apoyados en los productores de café. Dicho apoyo se ha señalado
como indicador del descontento que existía en los medios cafeteros orien-
tales ante la política oficial.
Hubo otros pronunciamientos no eficaces en otros lugares del país,
los cuales fueron formalmente aplastados por el mayor poder de fuego
del nuevo ejército nacional.

La liquidación de la oposición universitaria, de la prensa,


de los telegrafistas y de los intelectuales

A la situación de suspensión de las garantías constitucionales y la no


celebración de elecciones se une la problemática de la Universidad Cen-
tral de Venezuela. La reforma de la enseñanza en la Universidad Central,
dirigida a eliminar la escolaridad y otorgar el derecho a los estudiantes a
prepararse por su cuenta y presentar exámenes en las fechas señaladas
por el gobierno, generó protestas por parte del personal docente de la
universidad, que contó con el apoyo del estudiantado, quienes además
aprovecharon la oportunidad para protestar contra el continuismo go-
mecista. El rector, Guevara Rojas, responde violentamente a las protestas y
solicita al ministro de Educación, para ese entonces José Gil Fortoul, la
clausura de la Universidad Central, haciéndose efectiva esta medida a
partir del 19 de diciembre de 1912. Poco tiempo después es clausurada
la Asociación de Estudiantes como respuesta a las voces de protesta que
allí se levantaron.
El historiador Ramón J. Velásquez afirma que la clausura de la Aso-
ciación de Estudiantes se debe al hecho de haber denunciado la maniobra
continuista del presidente Gómez e invitar a los venezolanos a luchar
por el mantenimiento del orden constitucional.26 Esta posición de la
Asociación de Estudiantes condujo a que se la declarara ilegal y fueran
perseguidos todos sus miembros, encarcelados algunos, otros exiliados.
Entre los integrantes del Comité Directivo cabe mencionar a los siguien-
tes: Enrique Tejera, Alfredo Damirón, F.S. Angulo Ariza, Gustavo Macha-
26 Cf. Ramón J. Velásquez: “El siglo XX”. En Conocer a Venezuela. Historia 5.
Caracas: Editorial Salvat, 1985, p. 549. Ver igualmente, Ramón J. Velásquez: La
oposición a la dictadura gomecista, t. II, v. 1, libro 3. Caracas: Ediciones del
Congreso de la República, 1983. p. XXII.

90
do, Nicomedes Zuloaga, Salvador de la Plaza y Oscar Augusto Machado.
Esta acción de la barbarie obligó al país a contar con una sola universi-
dad, la de Mérida, durante casi una década. Las actuaciones de Guevara
Rojas fueron premiadas por el régimen gomecista con su nombramiento
como ministro de Educación, a partir del 3 de enero de 1913.
El objetivo de doblegar todas la voluntades del país a las órdenes
emanadas del dictador, condujo a una implacable represión contra la
prensa, los redactores de El Tiempo y algunos otros periodistas de pro-
fesión o de ocasión fueron detenidos por “orden superior”,27 por haber
emitido opiniones contrarias a la versión oficial y perturbar la paz públi-
ca. El Pregonero fue otro de los periódicos perseguidos y aniquilados
por oponerse a la falta de libertad.
Quien de alguna manera osara enfrentar el régimen de la usurpación
corría el riesgo de acabar sus días en una cárcel o vivir en el exilio.
La única forma de sobrevivencia que encontró la prensa fue obviar los
exabruptos cometidos por el régimen y reseñar notas nacionales e inter-
nacionales que alabaran las actuaciones de Gómez. 28 La amenaza y la
represión directa contra periodistas y dueños de periódicos fue el meca-
nismo para lograr este objetivo.
La persecución y el hostigamiento a los intelectuales será una cons-
tante durante todo el régimen gomecista. En 1909 fue encarcelado Rufino
Blanco Fombona, a Romerogarcía se le expulsó del país en 1908.
La vía tomada por algunos intelectuales para sobrevivir o no ir al
destierro fue plegarse al régimen gomecista, apoyar las atrocidades polí-
ticas y económicas29 que se cometieron, así “...envilecerlos, ponerlos en
complicidad con los chanchullos de la administración para inutilizar el
valor moral de sus protestas”.30
El descontento de la población con el régimen continuista puede
constatarse en el hecho de haber solicitado todos los telegrafistas del
país mejoras para el servicio y denunciar las irregularidades que ocurrían

27 José Rafael Pocaterra: Memorias de un venezolano de la decadencia, op. cit., p. 39.


28 Cf. El volumen 53 de Tomás E. Carrillo Batalla: Historia de las finanzas públicas de
Venezuela (Caracas: Italgráfica, 1989), correspondiente a la sección “Opinión Pú-
blica de 1913-14”, contiene varios artículos con estas características.
29 Es de observar que los trabajos forzados en carreteras y en las haciendas de Gómez
por parte de los presos políticos y comunes representa un envilecimiento de la
mano de la obra asalariada, que les impidió disfrutar de la supuesta bonanza econó-
mica del país.
30 José Rafael Pocaterra: Memorias de un venezolano de la decadencia, op. cit., p. 41.

91
en la Dirección General de Telégrafos. “La respuesta fue la prisión de
numerosos telegrafistas entre los cuales estaba Rafael Silva, hecho preso
por orden del encargado de la Presidencia de la República, José Gil
Fortoul”.31

La situación económica

La renta aduanera y consular representó en 1911 y 1912 el principal


rubro de ingreso, lo que significaba que a pesar de los análisis y sugeren-
cias efectuadas por Abel Santos, no se había modificado considerable-
mente la estructura de los ingresos fiscales.
Sin embargo, para 1911 existían diversos proyectos de exploración
por parte de concesionarios ingleses, dirigidos a explorar la existencia de pe-
tróleo, así como la explotación de depósitos de mineral de hierro por
parte de sindicatos canadienses. La lentitud en llevar a cabo estos pro-
yectos se debía en parte a la inexistencia de vías de comunicación ade-
cuadas, que además aislaba comercialmente a grandes regiones del país,
imposibilitando la diversificación de la producción interna que pudiera
fortalecer la renta interna.
La mejora del mercado internacional permitía al país ver incremen-
tados los precios de exportación del café en los años 1911 y 1912, lo que
se tradujo en un sensible incremento en el monto de las exportaciones,
representando 35 millones de bolívares más en 1911-1912 en relación
con 1910-1911, con esto facilita el aumento en los ingresos de la Ha-
cienda Pública que pasan de 70,5 millones en 1910-11 a 82,7 millones
en 1911-12; estos elementos permiten al gobierno hacer frente a los
pagos de la deuda externa y mantener el proceso de modernización del
ejército, con egresos que promediaron 1% del presupuesto total duran-
te los años 1911 y 1912. La mejora en los ingresos fiscales y los altos
precios de exportación del café, son elementos económicos que incidie-
ron favorablemente en los planes políticos del general Juan Vicente Gó-
mez y su posterior consolidación.
La promulgación de la Ley de Bancos de 1910 y el proyecto del
Banco Nacional32 tienen como intención la modernización del sistema
financiero nacional, con el objeto de hacerlo más operativo y permitir

31 Boletín del Archivo Histórico de Miraflores, nº 126, año XXVII. Caracas, 1988.
32 Cf. Tomás E. Carrillo Batalla: Historia de las finanzas públicas de Venezuela, vols.
45 y 46, Caracas: Italgráfica, 1989. Esa colección recoge la Ley y el Debate Público
alrededor del proyecto.

92
que sirva de instrumento para la entrada de nuevo capital externo, que
contribuya a iniciar la explotación de recursos naturales existentes en el
país. El proyecto inicial de crear un nuevo banco que compartiera fun-
ciones con el Banco de Venezuela, ideado por Delgado Chalbaud, fue
posteriormente modificado con la idea de crear un Banco Nacional de
Venezuela que tuviera, de hecho, capacidad de emisión y pudiese im-
plementar la circulación obligatoria de billetes, que a la postre redunda-
ra en mejora de la capacidad comercial general.
La imposibilidad de implementar este nuevo banco y el propuesto
por el Crédit Frangais con capital extranjero, estuvo vinculada a la fuerte
oposición que presentó el Banco de Venezuela, encabezado por Vicente
Lecuna, quien al final se impuso a partir de una reunión sostenida en
noviembre de 1911, donde demostraba la inconveniencia de estos pro-
yectos desde el punto de vista estratégico.
La situación económica no presentaba mejora; el aumento en las ex-
portaciones estuvo vinculado, como señalamos, al incremento en los
precios del café, presentando el resto de las exportaciones niveles seme-
jantes de los alcanzados en 1909-10. La imposibilidad de mejorar el
sector financiero hacía a los agricultores y productores depender de los
usureros y de las posibles inversiones que implementaría el Estado, que
por sus compromisos externos poco era lo que podía invertir. Las presio-
nes económicas internas y externas obligaban a emprender fuertes reformas
dirigidas a mejorar la renta interna, reorganizar la tesorería y “aclarar el
arancel”, según dijo el ministro Muñoz Tébar, pero en términos generales
estas medidas resultaron débiles para enfrentar la situación imperante.

Discusión sobre el desarrollo minero e industrial, las carreteras


y los ferrocarriles

A pesar del alza en los precios del café, la economía no se había re-
cuperado completamente en los años 1911-1912 y continuaba la discusión
sobre la reforma en la recaudación de los principales rubros de la renta
interna y aduanal.
En 1911 se produce una interesante discusión sobre las posibilida-
des de desarrollo de la industria minera y la utilización de los recursos
financieros internos y externos para lograr el progreso nacional.
La discusión sobre la necesidad de desarrollar las vías de comunica-
ción presenta dos tendencias marcadas: en primer lugar, por los requeri-
mientos de los inversionistas extranjeros, que ubicaron importantes

93
yacimientos de diversos minerales en la zona occidental, central y orien-
tal; y en segundo término, las necesidades estratégicas del régimen go-
mecista que requería de adecuadas vías de comunicación para consolidar
su dominio sobre el territorio nacional. La discusión sobre las concesio-
nes de ferrocarriles ocupó varios debates en el Congreso, y fue motivo de
consideraciones en la Memoria de Hacienda, y por parte del ministro
de Obras Públicas, que había diseñado un plan nacional de comunica-
ción que tenía como objetivo enlazar todo el país, facilitando tanto la
movilización de tropas como el intercambio comercial de productos. La
discusión sobre medios de comunicación también consideró qué tipo de
transporte era más económico; si la construcción y rescate de vías férreas
o la construcción de carreteras mecanizadas. Al respecto, en mayo de
1912, el senador Alberto Smith señala: “...el actual gobierno que tiene
la gloria de haber iniciado la mecanización de nuestras carreteras, sólo
gasta en éstas por término medio 36.000 Bs. por kilómetro. Sin embar-
go cada kilómetro de los rescatados (de Vías Férreas) nos cuesta 210.000
Bs...”. Estas apreciaciones son el preludio de una filosofía en materia vial
que perdurará hasta finales del siglo XX.
Otro elemento de interés dentro de la discusión oficial fue la necesi-
dad de recibir capitales extranjeros, técnicas de países más adelantados
que el nuestro y experiencia para nuestro desarrollo industrial, como lo
sostuvo el general Juan Vicente Gómez en su Mensaje Extraordinario al
Congreso, en octubre de 1911. Esta posición será posteriormente asu-
mida por los ministros y defendida en el Congreso, al aprobar leyes
dirigidas a la instalación de industrias con capital foráneo.
A pesar de las consideraciones doctrinales señaladas, lo que ocupó
más tiempo tanto en las consideraciones oficiales, emanadas del Minis-
terio de Hacienda, como en la opinión pública fue el problema relativo
a la cancelación de la deuda externa y la recuperación del crédito exte-
rior. Al respecto la prensa, que comenzaba a reflejar la posición oficial,
reseñaba las cancelaciones de deuda externa que efectuaba la República
y dedicaba gran parte del tiempo a analizar cómo el crédito de Venezue-
la en el exterior se recuperaba paulatinamente, lo que contribuía, a su
vez, a pensar en Venezuela como sitio seguro de inversión externa. Esta
posición reforzaba la oficial de presentar al país como pagador de sus
deudas, hecho que se reflejaba en el discurso político, haciéndose efecti-
vo al mantener a Venezuela al día en sus compromisos externos.
Existía, aparentemente, el objetivo final de impulsar el desarrollo
económico del país, sólo que la estructura económica responde adecua-

94
damente cuando se corresponde con una estructura política eficiente y
administrativa.

Documentos de interés en esta etapa

Doctrina oficial

Es interesante la Exposición de Motivos del ministro de Hacienda,


Antonio Pimentel, al presentar la Memoria y Cuenta de su despacho en
1911. La primera parte resume el movimiento de ingresos y egresos de
las rentas públicas de los años 1909 y 1910, sin considerar los materia-
les estadísticos presentados. Se refiere el ministro a la necesidad de refor-
mar el Código de Hacienda, para adaptarlo a las necesidades actuales.33
Al considerar el aumento de las rentas lo atribuye más a factores políti-
cos que económicos: “...Se debe en primer término a la paz que disfruta
la nación”. En el documento señala la necesidad de reformar íntegra-
mente el arancel,
...pues este sólo ha recibido modificaciones para controlar la entrada de mer-
cancías y obtener recursos fiscales. Dentro de las consideraciones sobre progreso
económico integral, sugiere la posibilidad de crear nuevas instituciones de
crédito que permitan al sector productor hacer sus operaciones en mejores
condiciones.
En términos generales, es un documento convencional que carece del
brillo intelectual de los presentados por Abel Santos.
Otro documento tiene el extraordinario valor de analizar detallada-
mente las operaciones de la Hacienda Pública Nacional; presenta en
extenso el estado del crédito nacional y realiza importantes considera-
ciones sobre las reformas de las leyes emprendidas en 1911.

Doctrina de la opinión pública

Otro documento representa una avanzada visión sobre el problema


del rendimiento del capital y las condiciones para el desarrollo de una
nación. El autor realiza importantes consideraciones teóricas sobre los
factores que inciden en el rendimiento de las inversiones.

33 Consideraciones de ese tipo con mayor profundidad doctrinal habían sido hechas
por Abel Santos, al respecto ver Tomás E. Carrillo Batalla: Historia de las finanzas
públicas de Venezuela, vol. 53, op. cit.

95
Otro documento recoge el mensaje del general Juan Vicente Gómez
al Congreso Nacional en 1911. Tal intervención fue objeto de comenta-
rios en la opinión pública, y en ella se dibujan las líneas estratégicas de
lo que consideraba las bases del desarrollo nacional.
Una constante durante todo el régimen de Juan Vicente Gómez, fue
la de reseñar las opiniones que en el exterior se emitían sobre Venezuela.
Así, existe un documento que representa una reproducción de un artículo
originalmente publicado en Argos, periódico de Puerto España, poste-
riormente traducido al inglés por The Mirror. En él se emiten favorables
conceptos sobre la reciente gestión del general Gómez y los logros en
materia de deuda externa.
Dos documentos recogen interesantes trabajos sobre los esfuerzos que,
según los mismos, realiza Venezuela por alcanzar su desarrollo comercial
e industrial. Los comentarios giran, en ambos casos, sobre las activida-
des del gobierno del Benemérito general Gómez.
En un artículo se comentan los progresos que se han logrado en ma-
teria financiera, y la efectividad del Banco Caracas para llevar adelante
sus operaciones.
Las estadísticas mercantiles son brevemente comentadas en otro ar-
tículo, que es además una interesante muestra de periodismo económico de
1912, que trata de reflejar objetivamente la actividad económica nacional.
Otros artículos reproducen análisis que en diferentes países se han
efectuado sobre la banca venezolana, el desarrollo de las vías de comuni-
cación y el potencial de la industria minera. En todos los casos las apre-
ciaciones fueron elogiosas para Venezuela y representaban un innovador
mecanismo de propaganda que contribuyó a mejorar la imagen externa
del país y así incentivar la inversión foránea. Demuestran que el gobierno
del general Gómez le dio gran importancia a la propaganda de Venezuela
en el exterior. La política de Gómez de entenderse bien con factores econó-
micos externos, va impregnando todos sus actos políticos. Su posterior
pacto con esos factores daría impulso a la inversión extranjera en áreas
mineras y petroleras, y haría de Venezuela un campo propicio a la acción
imperialista de los intereses económicos privados de las grandes poten-
cias industriales del mundo, especialmente Inglaterra y Estados Unidos.

96
Demostración estadística

Las estadísticas muestran un superávit fiscal en 1908-1909, del or-


den de 2,7%, para luego presentarse un significativo déficit en el año
fiscal 1909-10. A partir de ese año se produce una aceleración en el
monto del superávit, favorecido principalmente por el aumento del ingre-
so proveniente del renglón “Derechos de importación” que representó, en
el período 1907-1913, más de 70% de todos los ingresos fiscales.
En ese mismo período se logra un resultado positivo en el saldo de
“Exportaciones e importaciones”, que en su mayor parte fue destinado a
cubrir el servicio de la deuda externa, como lo señalamos antes. Las
importaciones se redujeron en relación con las exportaciones a partir del
año fiscal 1910-11, lo que favoreció el crecimiento acelerado del superávit.
La composición de los ingresos fiscales sufrió una leve modificación a
favor de los “Derechos de importación”, que pasan de 72,26% en el año
1907-1908 hasta 75,90% en el año 1912-1913, gracias al aumento
absoluto del monto de las importaciones, vinculadas al acelerado creci-
miento de las exportaciones, fundamentalmente a partir del año 1910-11,
por virtud del aumento de los precios internacionales del café. Las dis-
torsiones señaladas, el predominio de los “Derechos de importación”,
serán punto de reflexión a partir de 1913-14, con el objetivo de corre-
girlas en el mediano plazo y lograr diversificar las fuentes de ingreso del
fisco nacional.

ÍNDICE DE INGRESOS Y EGRESOS


(Base 1907-1908)

1908-1909 1909-1910 1910-1911 1911-1912 1912-1913 1913-1914

Ingresos 99 96 138 163 129 119

Egresos 97 106 125 130 126 131

Saldo 2.70 -10.91 9.22 20.38 1.95 -10.08

ÍNDICE DE EXPORTACIONES E IMPORTACIONES


Base (1907-1908)

1908-1909 1909-1910 1910-1911 1911-1912 1912-1913 1913-1914

Importaciones 90 147 194 187 179


Exportaciones 106 111 124 171 191 164

97
SALDO DE EXPORTACIONES E IMPORTACIONES
Base (1907-1908)
1908-1909 1909-1910 1910-1911 1911-1912 1912-1913 1913-1914

Exportaciones 100 100 100 100 100 100


Importaciones 59.15 66 83 79.26 68 65
Saldo 40.85 34.46 17.27 20.74 31.26 35

COMPOSICIÓN PORCENTUAL DE LOS INGRESOS FISCALES

Derechos de importación 1907-1908 1912-1913


Renta sobre sal 72.26 75.90
Renta interna 6.89 ____
Otros ____ 22.36
20.85 1.74

Total ingresos 100 100

El comercio exterior

La anhelada presencia del capital internacional en la economía vene-


zolana comienza a presentar resultados firmes en 1912. En este sentido,
Guillermo Morón señala:
En 1912, The Caribbean Petroleum Company, filial de la General Asphalt,
obtuvo las concesiones sobre los territorios de los Estados Mérida, Trujillo,
Zulia, Lara, Falcón, Carabobo, Yaracuy, Sucre, Monagas, Anzoátegui y Nueva
Esparta. Condiciones: Un bolívar por hectárea, regalía de dos bolívares por
toneladas métrica de producción bruta y 50% de derechos de importación de
productos refinados.34
Posteriormente, la Royal Dutch Shell, de capital británico y holan-
dés, dirigida por Henry Deterding, adquiriría los derechos respectivos,
abriendo nuevas filiales y obteniendo concesiones de manos de venezo-
lanos, lo cual es indicativo de la nueva realidad económica. Al efecto, la
inversión y el trabajo se orientan hacia el sector minero.
Las necesidades de nuevas inversiones de bienes de capital comenza-
rán a reflejarse en las importaciones del país, con un marcado aumento
de los bienes dirigidos a incrementar la industria petrolera y llevar ade-
lante los planes viales diseñados años antes.
El comercio exterior siguió siendo favorable a Venezuela y en el año
fiscal 1912-13 se exportó por primera vez más de un millón de sacos de

34 Guillermo Morón: Historia de Venezuela, t. V. Caracas: Italgráfica, 1971.

98
café. Los precios de algunos productos agrícolas (sarrapia, cacao y otros)
también alcanzan altos niveles que permiten obtener 47,1 millones de
bolívares con saldo favorable en comercio exterior. El saldo entre ingre-
sos y egresos fiscales presenta un monto ligeramente favorable: 3,078
millones de bolívares, gracias a la leve disminución en el gasto con rela-
ción al año anterior, sin embargo, el gasto militar aumentó en cerca de
30% en relación con el año 1911-12, lo que impedía que la bonanza
económica se transformara en prosperidad y desarrollo nacional.
Durante el año 1913-14, el saldo comercial siguió favorable, alcan-
zando los 48,3 millones de bolívares; el café continuó siendo la princi-
pal fuente de ingresos, aunque con una leve caída en los precios del
mercado internacional. Este año se inicia un declive en el precio de casi
todos los renglones agrícolas exportables. El fisco cerró con un déficit de
4,5 millones de bolívares, financiado con reservas del Tesoro, debido
fundamentalmente a la política militar impuesta por el régimen go-
mecista, que a pesar del declive de los ingresos, incrementó considerable-
mente el gasto de Guerra y Marina hasta representar 32,1 % del total
del gasto público. Este hecho deprimió la actividad interna y se tradujo
en miseria general. Gómez, con su política presupuestaria, moderniza el
ejército, paga mejores sueldos a sus militares y así asegura su consolida-
ción como jefe absoluto del gobierno.

La reforma tributaria y fiscal

Antes de la explosión del gasto, el ministro Cárdenas se propone un


programa de modernización de las finanzas públicas que incluye la re-
caudación oportuna y suficiente de las rentas, el control del gasto y el
establecimiento de un mejor ordenamiento de la contabilidad fiscal.
Esta forma era imprescindible para sortear los déficit que se venían
arrastrando, no sólo por un incremento de los gastos militares, desde los
tiempos de Castro, y la necesidad de hacer frente a la deuda externa
derivadas de los protocolos de Washington, sino por la caída de los pre-
cios de los productos de exportación que mermaban la renta aduanera.
La reforma fiscal debía proporcionar los medios para adelantar las refor-
mas en los otros ámbitos de la política, para que le permitieran a Juan
Vicente Gómez afianzar su régimen; allí se incluía el programa de viali-
dad para aumentar la facilidad del transporte militar.
Román Cárdenas asume el Ministerio de Hacienda después de ocu-
par la cartera de Obras Públicas. Al proponerle Juan Vicente Gómez su

99
traslado al Ministerio de Hacienda, Cárdenas le sugiere la necesidad de
informarse en el exterior de los adelantos en el área de la administración
fiscal. Viaja a Londres y a su regreso establece como objetivo de su ges-
tión, el obtener la mayor cantidad de recursos posibles para el Estado,
sin elevar ni crear nuevos impuestos, sino a través de la mejora en la
administración en tres aspectos:
1. El primero está relacionado con el funcionamiento y la organiza-
ción del Ministerio para establecer un instrumento capaz de afron-
tar la complejidad de la empresa a su cargo.
2. El segundo se refiere a la normativa legal para establecer un cuer-
po jurídico coherente.
3. El tercero se vincula con el proceso de recaudación y administra-
ción de las rentas del Estado y se basa en dos principios: la uni-
dad del tesoro y el incremento de la renta interna en lugar de la
aduanera.
En lo relativo a la organización del Ministerio crea una Dirección
General de Administración para ocuparse del estudio permanente y sis-
temático de los asuntos que interesan al desarrollo de las finanzas públi-
cas. La Dirección General de Administración será la responsable de la
recolección, coordinación, registro y estudio de los aspectos relaciona-
dos con la práctica administrativa y fiscal. Estarían a su cargo: los bienes
nacionales; la materia naval y potenciar el Servicio de Resguardos; las
rentas, contribuciones, impuestos y demás ingresos nacionales: legisla-
ción aduanera y arancelaria; las inspectorías de hacienda; la estadística
fiscal mercantil; la memoria anual para ser presentada al Congreso; la
elaboración de los decretos y demás disposiciones ejecutivas del Minis-
terio; la biblioteca, el archivo, las publicaciones del despacho y la prepa-
ración de trabajos y estudios financieros relacionados con la Hacienda
Pública. De ella emanan las directrices, los reglamentos y la supervisión
de todo el organismo.
Se reorganizan la Dirección de Aduanas y la Dirección del Tesoro; se
crea una Oficina de Tesorería y cuatro servicios adscritos a esa dirección:
el Servicio de Recaudación y Centralización de Rentas, el Servicio de Ge-
rencia de Rentas, el Servicio de Ordenación de Pagos y el Servicio de
Contabilidad.
Con ello se tendía a especializar cada dirección para erradicar la dis-
persión existente con anterioridad. Sin embargo, el reordenamiento no
sería, en ningún caso, rígido, estaría sujeto a modificaciones de acuerdo
a como se fueran desenvolviendo las circunstancias. Así, la organización

100
que se establece en 1913 sufre posteriormente algunos ajustes: la ejecu-
ción del presupuesto que estaba a cargo de la Dirección General de
Administración pasará a la Dirección del Tesoro y la Gerencia de Rentas
Interna, para descentralizar algunas labores del Ministerio, hacer más
eficaz al ejercicio de las funciones y acelerar el despacho ordinario. Se
reglamenta el régimen interno de trabajo para lograr una eficiente, or-
denada y correcta marcha de las diversas oficinas del Departamento y,
además, se hace un esfuerzo para capacitar el personal del Ministerio.
El balance anual se convierte en instrumento para evaluar y llevar el
control del Ministerio. Se sugiere la modificación del artículo 103 de la
Constitución, el cual norma la forma en que deben presentar sus rela-
ciones los distintos despachos con el objeto de evaluar con exactitud la
marcha de los ministerios. Así, el sentido de la Memoria no debía ser
exclusivamente rendir cuentas ante el Ejecutivo, sino el medio para co-
nocer las deficiencias que puedan estar presentes en el funcionamiento
de cada despacho.
En principio, las sugerencias emanadas del Ministerio constituyen
un listado de 43 recomendaciones, incluyendo algunas relativas a la
Presidencia y al propio Congreso Nacional.

Otros documentos de interés en esta etapa

La doctrina oficial: el poder Ejecutivo. La Memoria de 1913 firmada por


Román Cárdenas

La Memoria se abre con la Exposición de Motivos del ministro de


Hacienda en 1913. Esta Memoria está firmada por Román Cárdenas y
contiene una breve descripción de la situación de la Hacienda Pública
Nacional al posesionarse del cargo. Reflexiona el ministro sobre la im-
portancia de la Hacienda Pública y señala que “es la base fundamental
de la vida nacional”, de allí la necesidad de presentar memorias que
reflejan la actividad gubernamental en el ámbito fiscal; critica la defi-
ciencia de las anteriores memorias y atribuye este hecho a la inexistencia
de una Ley Orgánica de Hacienda moderna. Apenas han transcurrido
tres meses desde su toma de posesión y ya el ministro vislumbra los
posibles cambios al ordenamiento jurídico.
En el documento plantea “dictar una ley que codifique nuestra con-
tabilidad pública en un solo cuerpo de doctrina, separado, metódico y
completo en cuanto sea posible...”. Esta ley perseguía lograr la unifor-
midad, prontitud y acierto para lograr la legitimidad de la renta y de la

101
inversión. El trasfondo de esta propuesta es alcanzar la unificación del
tesoro, la eliminación de todos los tesoros existentes y centralizar el flujo
de los caudales del Estado.
Señala, además, el ministro, la necesidad de reglamentación de la cuen-
ta presentada al Congreso; esto debe hacerse “para la buena marcha de la
Administración Nacional”. Las reformas señaladas, indica el documento,
tienen por fin promover la Hacienda Pública.
Otro documento35 es un interesante informe sobre la actividad eco-
nómica del país: allí se encuentran en detalle la fuente de algunos ingre-
sos del país, además se comenta brevemente la evolución de las rentas y se
presenta un cuadro sobre “Ramos de Productos”; todos estos datos son
posteriormente analizados comparativamente en los años 1910-1911 y
1911-1912.
Otro texto36 representa la segunda Exposición de Motivos que dirige
Román Cárdenas al Congreso Nacional como ministro de Hacienda.
Este documento recoge los lineamientos generales de la reforma fiscal
que había emprendido el ministro en 1913. El ministro anuncia algu-
nas reformas ya emprendidas: la Memoria de Hacienda será, en adelante,
una relación de documentos compilados por las diferentes direcciones,
que refleje el contenido doctrinal de la gestión y que anuncie las áreas
fundamentales objeto de reforma; a este respecto, el ministro indica la
necesidad de tener un Código de Hacienda moderno que sirva como
guía del sistema hacendístico.
Al final de la Exposición de Motivos el ministro presenta la relación
detallada de las diferentes áreas objeto de reforma, las divide en tres:
1. Las que son de exclusiva competencia del poder Legislativo.
2. Las áreas propias del poder Ejecutivo.
3. Las que conciernen al ministro de Hacienda.
Los instrumentos legales a reformar comprenden casi todo el univer-
so hacendístico: aspectos administrativos sobre presentación del presu-
puesto, mejoras a los servicios prestados, legislación sobre renta interna
(Ley de Renta Nacional de Licores), reforma del Código de Hacienda y,
en general, áreas particulares dirigidas a mejorar la circulación y la efi-
ciencia de las direcciones, el pago de deuda y otras.

35 Cf. Tomás E. Carrillo Batalla: Historia de las finanzas públicas de Venezuela, t. 53,
op. cit.
36 Cf., ibidem.

102
El Informe37 de la Inspección General de Aduanas presenta un largo
trabajo sobre diferentes aspectos de las aduanas nacionales, los puertos y
las actividades realizadas por éstas. Contiene, por primera vez, aspectos
analíticos que explican la situación de los puertos y los servicios que
pueden prestar; la estructura permanente contable es abandonada y
abunda en detalles sobre las actividades económicas de las aduanas. Con-
tiene un aparte que reseña la legislación fiscal, en los aspectos referidos
a: 1) administración de aduanas, 2) organización de las aduanas y
3) sobre la descarga de buques. Indica algunas insuficiencias de la ley
vigente para la época en los aspectos señalados.
Una de las innovaciones introducidas por Román Cárdenas, consiste
en la Dirección General de Administración, que comenzó a funcionar a
partir del 1º de julio de 1913. El documento38 recoge las atribuciones
de la Dirección: a) asuntos a cargo del director, los cuales son la Memo-
ria y Cuenta, los proyectos de leyes, el proyecto de Ley de Presupuesto
General de Rentas y Gastos, entre otros; b) Servicio de Rentas Naciona-
les; c) Servicio de Bienes Nacionales y d) Servicio de Personal, Estadísti-
ca y Publicaciones.
Seguidamente el documento analiza uno de los puntos que son pro-
pios de la nueva Dirección. El aparte reservado al proyecto de Ley de
Presupuesto General de Rentas y Gastos Públicos es un extraordinario
documento doctrinal que analiza la importancia del presupuesto den-
tro de la actividad económica y los proyectos que debe llevar a cabo el
gobierno nacional, además repasa minuciosamente todos los apartados
legales que tienen que ver con la formulación del presupuesto, y cómo
incidir de manera práctica al formularlo y ejecutarlo. Es, pues, éste un va-
lioso documento clave para poder entender todas las reformas que en
materia fiscal fueron introducidas.

La doctrina oficial: el Congreso Nacional

Las discusiones del Congreso Nacional reflejan el ambiente favorable


a las inversiones en diferentes áreas de la actividad económica, dando
mayor énfasis a la posibilidad de inversiones externas.
Los siguientes documentos39 son reflejos de la anterior afirmación.
Uno reproduce la discusión sobre el proyecto de Ley sobre Privilegios de

37 Cf., ibidem.
38 Cf., ibidem.
39 Cf., ibidem.

103
Industrias Inexplotadas, en él se discute la conveniencia de otorgar con-
diciones especiales de explotación a determinadas industrias para que
pueda favorecerse su desarrollo. Entre los privilegios previstos para “el
caso que quiera trasladarse una industria nueva”, se encuentran: la posi-
bilidad del monopolio por un determinado número de años estables o
“según la naturaleza, el Ejecutivo Nacional podrá conceder este privile-
gio para todo el territorio nacional o posición de él”, además le otorga
una alta discrecionalidad el Ejecutivo Nacional para decidir qué empre-
sas deben instalarse en el territorio y qué tiempo deben permanecer los
privilegios consagrados por la ley.
Otro texto reproduce la tercera y última discusión del proyecto de
Ley de Privilegios de Industrias Inexplotadas. La última discusión de la
ley abunda en argumentos que justifican el otorgamiento de privilegios
especiales a las industrias inexplotadas. Los ejemplos más importantes
se refieren a la Cervecería Nacional, que produjo efectos positivos inme-
diatos a su instalación; la fábrica de vidrio, que según el senador Sa-
nabria, “fabrica a un precio que equivale al 60% del que tenían (los
vidrios) que se importaban”. La argumentación está dirigida a convencer
a la mayoría de la importancia de otorgar privilegios. La discusión más
fuerte reflejada en este documento se refiere al tiempo que se debe otor-
gar como monopolio a una empresa. Es interesante la discusión doctri-
nal sobre la libertad de empresa y la emigración de capitales nacionales
al no sentirse seguros.
Otro documento40 se refiere a la discusión del proyecto de Ley de
Bancos, el senador Roso Chacón sustenta la importancia de esta Ley,
“porque la (Ley) de 1911 no es propiamente una Ley de Bancos, es para
establecer un Banco”. Los elementos más importantes se refieren a la
necesidad de aprobar una Ley de Bancos y no una que cree un banco. Se
discute además la base para la emisión de circulante (se debate entre el
oro y la plata), fuerte polémica despertó la retroactividad de la ley, al
considerar que éstas debían aplicarse a los bancos existentes. El docu-
mento recoge, a grandes rasgos, el predominio de las corrientes liberales
sobre la actividad económica y la libre movilidad del capital.

La opinión pública

Hacia 1913, la prensa comienza a reflejar la opinión oficial del régi-


men, la mayoría de los artículos en materia económica estaban dirigidos

40 Cf., ibidem.

104
a apoyar la actuación de Gómez. Continúa de manera sostenida la re-
producción de artículos de la prensa extranjera, laudatorios de “la labor
de progreso” llevada a cabo en Venezuela.
El primer artículo41 resume la actuación del gobierno en materia vial
y destaca la importancia económica que tienen las inversiones en esta
materia, favorecedoras no sólo del tráfico mercantil, sino de la cultura
general y del sentimiento patriótico; existe un profundo trasfondo ideo-
lógico en esta expresión, al identificar la obra económica con un gran
proyecto de integración nacional.
El siguiente42 inicia una fuerte discusión en la opinión pública sobre
el Protocolo Franco-Venezolano, en este documento se razona lo equivo-
cado que estaba el Consejo de Gobierno al negar el voto favorable a
dicho Protocolo; señala el articulista que el Consejo no tenía la facultad
constitucional para negar o aprobar el Protocolo, sólo se le consultaba
porque no se trataba “de un voto deliberativo, que es previo a las decisiones
ejecutivas”, se avala, así, la decisión de Gómez de no reiniciar discusión
con los franceses y se reconoce su poder de decidir sin previa consulta.43
La opinión jurídica se refleja en el texto firmado, entre otros, por José
Gil Fortoul y Pedro Manuel Arcaya; en él se argumenta la legitimidad
de la firma del Protocolo; se refiere que para satisfacer las reclamaciones de
ciudadanos franceses en Venezuela, se deben seguir las decisiones de los
tribunales venezolanos y no las de elementos impuestos. Sin embargo,
todas las consideraciones de tipo jurídico e histórico están dirigidas a
demostrar la legitimidad del Protocolo, señalándose como un éxito de la
Cancillería y, por supuesto, del Presidente.
Los otros artículos44 se dedican a demostrar la importancia de la fir-
ma del Protocolo Franco-Venezolano y su legitimidad jurídica; así como
los importantes efectos económicos que producirá. Las firmas de los di-
ferentes artículos corresponden a conspicuos gomecistas que emplearon
largas horas de reflexión para demostrar la bondad del Protocolo y bo-
rrar la mancha que representó el haber sido negado por el Consejo de
Gobierno.

41 Cf., ibidem.
42 Cf., ibidem.
43 El ya referido Protocolo Franco-Venezolano fue el pretexto del gobierno para ir
desmantelando la base institucional de la primera etapa del gobierno de Gómez, la
cual se fundó en la organización de un gobierno de unidad nacional.
44 Cf. Tomás E. Carrillo Batalla: Historia de las finanzas públicas de Venezuela, t. 53, op.
cit.

105
Otro artículo45 se inscribe dentro de los estudios dirigidos a demos-
trar “la extraordinaria impulsión que el Gobierno Nacional imprime al
importante ramo de Obras Públicas”. Reseña los diferentes tramos de
carretera que han recibido la atención del régimen y destaca el avance
hacia la integración del territorio nacional.

Apreciación del período a través de las estadísticas

La reforma fiscal iniciada por Román Cárdenas comienza a dar frutos


a partir del año 1914. Por esta razón, las estadísticas muestran que en el
ámbito fiscal no hay un comportamiento uniforme entre ingresos y egre-
sos. Así tenemos que en el año fiscal 1912-1913 se presenta un super-
ávit fiscal, pero al año siguiente las finanzas públicas presentan un déficit
superior al del año 1909-10. La composición de los ingresos fiscales
muestran un significativo cambio, al pasar la participación de la renta
interna de 24% en 1909-10 a 31% en 1914-15; sin embargo, este
repunte de la renta interna y la caída de la renta externa no se debe sólo
al progreso interno, sino, también, al inicio de la guerra europea en
1914, que presiona una significativa caída de los “Derechos de importa-
ción” (12,3 millones) en relación con el año anterior.
En el comercio exterior se siguió presentando un superávit sosteni-
do, explicado por dos razones: a) el alto valor de las exportaciones, con
una leve caída en el año 1914-1915, y b) la sensible disminución de las
importaciones, para poder generar este superávit. La política de altos
superávit estaba dirigida a lograr recursos destinados a cancelar la deuda
externa, principal política económica presentada por el régimen gome-
cista y piedra angular para lograr una buena imagen en el exterior.

SITUACIÓN FISCAL Y COMERCIAL DE VENEZUELA


Índice de ingresos y egresos (Base 1909-1910)

1909-1910 1912-1913 1913-1914 1914-1915


Ingresos 100 135 124 138
Egresos 100 119 124 86
Saldo 100* 81 -119 152
*Déficit de 3,78 millones de Bs.

45 Cf., ibidem.

106
SALDO EN EXPORTACIONES E IMPORTACIONES

1909-1910 1912-1913 1913-1914 1914-1915


Exportaciones 100 100 100 100
Importaciones 65,54 68,38 64,6 57.00
Saldo 34,46 31,62 35,40 43

COMPOSICIÓN PORCENTUAL DE LOS INGRESOS FISCALES

1909-1910 1914-1915
Derechos de importación 60,01 60,50
Renta sobre sal 7,22 8,37
Renta interna 23,77 31,13
Total ingresos 100 100

107
Capítulo II
ANÁLISIS METODOLÓGICO DEL PERÍODO 1874-1914
110
EXPLICACIÓN GENERAL SOBRE LA METODOLOGÍA
DE ESTA OBRA

Objetivos de cada parte de la obra

El objetivo básico de esta obra es la construcción de las Cuentas


Nacionales, las cuales comprenden las del consumo de la inversión y las del
ingreso o el producto interno bruto. Las Cuentas Nacionales, en la ac-
tualidad, se levantan con base en datos derivados de la marcha de la
economía, de cuyas transacciones son tomadas por quienes las calculan,
así como de informaciones de personas vivas, las cuales generalmente se
obtienen en encuestas. El lector de estas páginas podrá imaginar los pe-
nosos trabajos que hemos tenido que sufrir para superar y así construir
las Cuentas Nacionales de períodos pasados, donde los documentos son
escasos o no son lo suficientemente elocuentes sobre los datos indispen-
sables y, además, los actores y posibles informantes están muertos en
función de nuestro trabajo, en relación con aspectos fundamentales de
la economía.
Para calcular las Cuentas Nacionales se procedió: 1º a indagar y llegar al
conocimiento del consumo; 2º igual tarea con respecto a la inversión. Se
empezó por tanto, por esos componentes.
Para llegar al conocimiento del consumo estudiamos, ante todo, la
población total, lo cual comportó un gran esfuerzo. En el período 1800-
1830, hubo que examinar los registros eclesiásticos, las estimaciones de
Humboldt, Codazzi, De Pons, el obispo Martí, etc. Para ello se procedió,
en el período 1800-1830, a indagar las raciones y su costo en dinero. En el
período 1831-1873 utilizamos las estimaciones de Codazzi.
En el presente período, 1874-1914, hemos ajustado el monto con
nuevos datos logrados para hacer más realistas el cálculo. El monto alcan-
zado se multiplicó por la población y el resultado es el consumo total.

111
Esta cifra está compuesta por dos partes: una producida en el país, otra
importada.
Para obtener la producida en Venezuela hay que deducir la importa-
da. Ello comportó un inmenso trabajo de discriminación de las impor-
taciones, lo cual se realizó a cabalidad.
Por otra parte, hay un consumo que se produce en Venezuela y se
exporta. Hubo por tanto que deducir el consumo importado. Ello nos
dejó con el neto del consumo entre el exportado y el importado. Si de la
operación indicada, el exportado es igual al importado, en ese caso no
hay que deducir del consumo total calculado con base en la población y
su multiplicación por el coeficiente del consumo per cápita.
Si el exportado es mayor que el importado, tampoco hay que deducir
nada. Tal fue el método seguido en este punto.
Para calcular la inversión se procedió así: se partió del consumo produ-
cido en Venezuela, monto que es igual a la producción de ese segmento. A
ello hay que añadir la producción de ese monto exportado, menos la im-
portación. Ese saldo, unido a la producción interna del consumo, se mul-
tiplica por un coeficiente que no está lejos del tipo de interés. El resul-
tado es igual a la inversión.

Soporte I

Hechos los cálculos y estimaciones integrantes de las Cuentas Nacio-


nales, se insertan a continuación los soportes estadísticos. Tales son los
que nos sirvieron para discriminar las importaciones. El “Soporte I” son
las contenidas en él; es decir, las partidas de importación de bienes que
fueron útiles para la clasificación de todo lo que ingresaba a la economía
nacional. La clasificación se basó en identificar dos tipos de consumo: los
bienes de consumo final, por un lado; y los bienes de capital y materia pri-
ma, por otro. Estas listas de artículos importados fueron necesarias para
nuestro trabajo sobre las Cuentas Nacionales, y además pueden resultar
sumamente útiles para aquellos investigadores especializados o no en
historia económica de Venezuela, sobre todo para el seguimiento y com-
portamiento de muchos bienes de consumo o inversión. Además, orien-
ta a dichos investigadores hacia la búsqueda documental específica, toda
vez que ya han sido construidas las series estadísticas fundamentales que
funcionan como marco general para los objetivos específicos de nuestro
trabajo.

112
Soporte II

El “Soporte II” concierne a la serie de precios y sueldos, se persi-


gue por un lado, estimar el índice general de precios del período de años
que ocupa esta parte del proyecto, mediante la construcción de series de
precios de productos de comprobado consumo masivo y, por tanto, repre-
sentativos del comportamiento del mercado venezolano. Y por otro, es-
tablecer un marco de referencia acerca de la remuneración de trabajo en
Venezuela, tomando como esquema básico la oferta de sueldos ofrecidos
por la administración pública, y que supone para la economía del siglo
XIX, las fronteras elementales de la remuneración para el resto de la
economía.
El período 1874-1914 se complementa con los dos períodos ya con-
cretados por este ambicioso proyecto; a saber: la etapa que recorre los
años 1800-1830, últimos años de la colonia, la guerra de independen-
cia y el proceso de aparición definitiva de la República de Venezuela; y
el período que ocupa los años 1831-1873. Para dichos lapsos se ha apli-
cado un mismo modelo de estimación usado para este lapso 1874-1914,
por lo que ya se cuenta con dichas variables de estudio para todo el siglo
XIX. En cuanto al siglo XX, esta obra abarca hasta 1914, ya se encuentra
en proceso el período que abarca desde ese año hasta 1935.
Explicados los objetivos, pasemos a revisar las fuentes y los procedi-
mientos metodológicos que permitieron la elaboración de esta obra.
Hemos dividido en “capítulos” la parte de la obra cuyos distintos pasos
conducen al cálculo de las Cuentas Nacionales. A continuación se insertan
comentarios en relación con cada capítulo.

La población en Venezuela 1874-1914

A diferencia de los períodos anteriores, las fuentes demográficas en


Venezuela estaban constituidas por los registros religiosos sobre los naci-
mientos, defunciones, matrimonios y demás eventos que merecían, por parte
de la Iglesia, estimaciones para el cálculo de la feligresía; la religiosa se
constituía en la fuente más minuciosa, por excelencia, con que cuenta la
historia para los cálculos demográficos. Se agregan, además, las estima-
ciones testimoniales por parte de estudiosos de cada época, y las que
llevaba a cabo el propio Estado para distintos propósitos, siendo el más
relevante de todos, la estimación de la base poblacional re-querida para
la asignación del número de diputados correspondiente a cada provincia o
estado, según sea la estructura político-territorial asumida en distintos

113
momentos. Las series de población de los años anteriores a 1874, pueden
encontrarse en los tomos 1800-1830 y 1831-1873.
Contamos para este período 1874-1914, con la fuente de los prime-
ros censos oficiales que se hayan realizado en el territorio nacional. A
pesar de las imprecisiones de estos primeros esfuerzos del Estado vene-
zolano por ponerse al día con la tecnología demográfica, constituyen la
más fiel y documentada referencia poblacional con que hasta ahora pue-
da contarse. Pero la intención de censar, en términos modernos, ya ha-
bía sido decretado en ley de 1847, y no fue sino hasta 1873 cuando se
levanta el I Censo Nacional de Población, bajo la presidencia de Guz-
mán Blanco. Le siguieron dos censos más en lo que quedaba del siglo
XIX, el de 1881 y el de 1891, cuando se interrumpe hasta 1920, año del
IV Censo, sumamente criticado por la sospecha de alteración de cifras
regionales ante el temor de los estados regionales a ser rebajados a la
condición de territorios federales, hasta el punto de que sus datos jamás
fueron publicados de manera oficial. Seis años más tarde, se levanta el V
Censo (1926), y una década posterior, el VI Censo (1936).
Aun con el criticado IV Censo de 1920, al que se acusa de estar
sobredimensionado, el comportamiento demográfico venezolano durante
este período se muestra verdaderamente pobre. Llama la atención, por
ejemplo, que los crecimientos absolutos entre 1873 (I Censo) y 1881
(II Censo), por una parte, y entre 1881 y 1891 (III Censo) alcancen
poco menos de 300.000 habitantes y 250.000, respectivamente, co-
nocidas las diferencias de 8 y 10 años entre unos y otros; mientras, el
IV Censo, levantado casi 30 años después, registró un crecimiento de
poco menos de 90.000 habitantes. Ello hace pensar que, lejos de sobre-
estimación, dicho empadronamiento podría haber pecado más bien de
subestimación. Estos comentarios corresponden a los breves análisis es-
tadísticos que insertamos para cada capítulo. La realidad histórica no
puede ignorar que Venezuela sufrió dos procesos particularmente peno-
sos que diezmaron su población desde fines del siglo XIX y primeras
décadas del siglo XX. Tales fueron las guerras civiles que azotaron al
país, desde mediados del siglo XIX hasta la vuelta de esta centuria y
comienzos del siglo. El paludismo fue otro factor negativo, las pobres
condiciones sanitarias nada hicieron para enfrentar la anquilostomiasis,
la fiebre amarilla y la malaria, no está fuera de lugar atribuir a esos
elementos el virtual estancamiento poblacional del período 1891-1926.
Lo que interesa destacar, a efectos metodológicos, es que nos inclinamos
a creer que las cifras anuales que introducimos como base para los cálcu-
los, aluden más a universos conservadores que a cifras abultadas.

114
Esta última afirmación la hacemos con base en la toma de cifras de
población de otras fuentes oficiales. En efecto, además de las provenien-
tes de los censos referidos, se ha hecho un esfuerzo por localizar estima-
ciones de población que aparecen en las Memorias de los ministerios de
Hacienda y Fomento, respectivamente. Dichas estimaciones ministeriales,
cónsonas con las materias que trata, centran su interés en las cifras más
exactas posibles a efectos de la promoción del país en el concierto inter-
nacional, para atraer capitales de inversión, que por esta época fue parti-
cularmente intenso. Bajo estas circunstancias, las cifras estimadas de los
años no censales lucen relativamente confiables, no obstante las na-turales
reservas que el examen de la realidad histórica aconseja poner de relieve
en este caso.
Como el propósito de la construcción de la serie anual de población
no es otro que el de la estimación del consumo per cápita, hemos tomado
los datos más cautos de la autoría oficial para complementar la totalidad
del rango de la serie, estimándose los años “vacíos” con cálculos a través
de o bien de crecimiento geométrico o bien con recta de ajuste, cuidan-
do evitar “saltos bruscos” en la débil pendiente que al final nos arroja la
serie completa, con un crecimiento absoluto de mayor por habitante
para todo el período que el señalado anteriormente.

Estudio sobre el consumo de Venezuela

Si a cada habitante de la República le asignamos un monto mínimo


indispensable para su sustento, obtendremos el consumo per cápita, y
multiplicando este coeficiente por el total de la población, arribaremos
al consumo total, en un escenario conservador y por tanto altamente
probable. Este consumo total se descompone a su vez en consumo interno;
es decir, el consumo total menos el consumo de bienes que se importan
por los principales puertos de la República, en consecuencia, el consu-
mo importado. Tal desagregación es necesaria a efectos de evitar la doble
contabilidad en el cálculo del PIB. El porcentaje del consumo importa-
do fue a su vez producto del proceso de clasificación de importaciones,
que permitió diferenciar a los bienes de consumo final de los bienes de
capital y materia prima.
Para estimar el consumo individual utilizamos el modelo confec-
cionado por Agustín Codazzi a mediados del siglo XIX, que aplicamos a
efectos de la misma estimación para el período 1831-1873. Dicho estu-
dio expresaba que el consumo promedio del venezolano alcanzaba 1,13

115
reales diarios, que convertidos a bolívares de nuestro período en estudio,
equivalen a 0,57 bolívares diarios. La base de esta equivalencia la toma-
mos de nuestras propias corroboraciones documentales, las cuales coinci-
den con la de otros autores, de la siguiente forma: 1 peso fuerte = 8 rea-
les = 4 bolívares.
La estructura de este consumo se distribuye en tres grandes renglo-
nes: alimentos y bebidas, que absorbe casi 56%; textiles y calzados, con
poco más de 12%; y el de los bienes diversos con el resto porcentual,
casi 32%. Esta proporción la hemos podido contrastar en algunas “tomas”
análogas, como la de algunas partidas de importación, las cuales ofrecen
viabilidad al modelo.
Tomando como referencia la relación del consumo individual arriba
indicada, establecimos una correlación con los sueldos mínimos del Es-
tado durante los años de la década de 1850, que arrojaron un promedio
estimado de 40% del ingreso inferior de la administración pública. Esto
implica que un salario mínimo podía sostener al menos a dos personas
adultas y a dos niños, afirmación nada descabellada al decir del riguroso
estudio de Codazzi. Dicho porcentaje fue aplicado luego a los sueldos
mínimos que pagó la nómina oficial durante los años 1874-1914, te-
niendo como resultado el consumo per cápita anual, tanto en bolívares
diarios como en bolívares anuales. De este modo, nos alejamos de la rigi-
dez de un solo coeficiente para todo este lapso, flexibilizándolo de acuerdo
con el nivel de los ingresos más bajos para cada año en particular.

La inversión

La inversión se entiende como la adquisición de los bienes de capital


y materia prima que pasarán a engrosar los activos de la actividad econó-
mica de forma general. La simplicidad descrita está lejos de los actuales
métodos aplicados para la confección de las Cuentas Nacionales de hoy
día. Los términos de las construcciones del pasado se han tomado en su
acepción más básica, a efectos del cálculo de las Cuentas Nacionales del
siglo XIX.
El primer paso consiste en calcular el producto interno sin inver-
sión, resultado de la suma del producto para el consumo interno ya
estimado y el total de las exportaciones. A este PIB sin inversión se le aplica
un “coeficiente de rentabilidad”; es decir, un porcentaje mínimo indis-
pensable que requiere cualquier actividad económica para autosostener-
se, el cual en el siglo XIX fue en líneas generales una constante. Estima-

116
mos este coeficiente de rentabilidad en 6% para todos los años. De la
aplicación de esta constante al producto sin inversión se obtiene la in-
versión interna, la cual representa la capacidad de ahorro más moderada
posible con que cuenta el país a efectos de su inversión.
Por otra parte, se estima también la inversión importada. Para calcu-
lar esta variable, se toman las listas de importaciones anuales representa-
tivas del flujo comercial que se opera en nuestros principales puertos,
para clasificarlas en bienes de consumo y bienes de inversión. La porción
que corresponde a los bienes de capital se expresa en proporciones porcen-
tuales, de tal modo que a cada año de la serie el valor de importaciones
corresponde un porcentaje particular de esta clasificación. Para efectos del
cálculo se convierte a valor dicha proporción respecto de las importacio-
nes totales. Finalmente, la suma de la inversión interna más la inversión
importada nos lleva a obtener la inversión total, siendo éste el segundo
componente del producto que requerimos para su cálculo.

Producto interno bruto y tamaño del Estado

De la suma del consumo total y la inversión total deslastradas de


posibles duplicaciones, resulta el PIB. Con el comportamiento de estas
cifras anuales construimos su evolución a través de la variación porcen-
tual, tomando como año base a 1875. Asimismo, con base en los ingresos y
egresos fiscales declarados en las “memorias y cuentas” del Ministerio de
Hacienda, establecemos el “tamaño del Estado” con respecto al PIB, tanto
en lo que tiene que ver con los ingresos fiscales, como en sus egresos.
Aprovechando, además, el contar con el índice general de precios de
toda la cronología, introducimos la novedad de confeccionar un cuadro
y gráfico comparativo conteniendo las respectivas variaciones porcen-
tuales del PIB, de los ingresos fiscales y del índice general de precios. La
intención es facilitar al lector el contar con una rápida herramienta de
análisis.
Una vez que el usuario de esta obra se introduzca en los capítulos
siguientes, intentaremos orientarlo en términos de los análisis del com-
portamiento estadístico de todas las variables en juego, posibilitando de
esta manera una mayor comprensión de los fenómenos económicos refe-
ridos por todas estas cuentas.

117
Clasificación de importaciones

La ruta más dificultosa del procedimiento que permitió esta obra fue
el estudio de las importaciones. En primer lugar por la poca información
detallada de los bienes importados al país; en su lugar pueden sí encon-
trarse montos totales o alusiones generales de un conjunto de bienes,
siempre respondiendo a la lógica de los sistemas tributarios y demás
exigencias de la contabilidad aduanera. Sin embargo, fue posible encon-
trar algunas descripciones relativamente detalladas de los diferentes puer-
tos habilitados. Dimos cabida a los puertos de La Guaira, Puerto Cabello y
Maracaibo, los cuales expresan una mayor heterogeneidad de los pro-
ductos, que luego se sometían a la distribución del comercio interno.
Así pues, tomamos los años de mayor abundancia de datos, para calcu-
lar una base porcentual inicial, que luego se contrastaba con algunas
muestras parciales para el resto de los años, y así sucesivamente hasta
completar la serie completa, utilizando una razón porcentual con base
en el total de los bienes importados.
El criterio para clasificar es relativamente sencillo, pero en ocasiones
engorroso a la hora de dilucidar cuál bien es de consumo final y cuál de
capital y materia prima. Muchos artículos no ofrecían dudas. El arroz,
por ejemplo, es un bien de consumo final, y los metales como el hierro
en barras, son materia prima. Pero hay casos como el azúcar, que cumple
esa doble condición, pues sabemos que este producto es materia prima
básica para la producción interna de ciertos bienes de consumo final.
Ante la duda optamos siempre por considerarlos bienes de consumo,
toda vez que nuestra industria nacional no se hallaba desarrollada por
esta época, y porque la actividad artesanal no representaba un peso con-
siderable que distorsionara considerablemente nuestro modelo.
A partir de 1913, tropezamos con estadísticas específicas y muy de-
talladas sobre nuestro comercio exterior, en contraste con la generalidad
del sistema de información fiscal precedente. Ello puede observarse a
simple vista, pues las partidas de importaciones sobrepasan los 400 artícu-
los que entraban por nuestros puertos, y a medida que avanzaba el pe-
ríodo dicha información se hizo más compleja y abundante. En esa
medida, nuestros cálculos se hicieron más confiables, aunque más difi-
cultosos y sofisticados. En todo caso, la obtención final de la clasifica-
ción de importaciones fue para este período, y el que sigue, mucho más
sólido y fundamentado que los usados en los años anteriores, en donde
la comprobación de muestreo se hizo sobre la base de las partidas de los
distintos buques que calaban en nuestras radas portuarias.

118
Capítulo III
LA POBLACIÓN EN VENEZUELA 1874-1914

119
III.a. Análisis del comportamiento
demográfico
122
Tomados los sucesivos censos que abarcan el período 1874-1914; a
saber, del I al IV Censo, levantados en 1873, 1881, 1891 y 1920, además
de las estimaciones oficiales que año a año se publicaban en las Memo-
rias de los ministerios de Hacienda y Fomento, se construye la siguiente
serie de población, cuyos años vacíos se completan mediante cálculos,
más específicamente, por progresión geométrica, interpolando los datos
de los extremos de cada segmento de la serie. Observemos el siguiente
comportamiento que ofrecen estas cifras.
En términos absolutos, el período experimenta un crecimiento de
609.191habitantes, lo cual representa un muy pobre avance demográfi-
co, toda vez que en el lapso de 40 años dicho crecimiento representó
apenas 34%, para una media interanual de 0,85%. Dichas tasas se ubi-
can por debajo de lo que la demografía clásica tipifica como “crecimien-
to natural”, cuyos porcentajes oscilan alrededor de 2%.
Las guerras civiles, la malaria, la fiebre amarilla, la anquilostomiasis, los
parásitos internos y externos, la alimentación poco nutritiva, el atraso sani-
tario-asistencial tienen mucho que ver con esos resultados demográficos.
La pendiente de este movimiento no fue pareja a lo largo de todo este
lapso. Entre 1874 y 1881, el país registró su tasa de crecimiento pobla-
cional más alta, promediando 1,91% interanual, siendo en 1880 cuan-
do se supera la barrera de los dos millones de habitantes, poco más del
doble que al principio del siglo XIX. Este considerable crecimiento no
parece obedecer a una corriente inmigratoria considerable, pese a los
esfuerzos gubernamentales por estimular la inmigración. Sumando las ci-
fras expresadas en las Memorias del Ministerio de Fomento, entre 1874
y 1888 se registró apenas la entrada de 20.827 inmigrantes, mientras
en el mismo período la población venezolana ya había logrado un au-
mento absoluto de 461.881 almas.
En la década de 1890 cae en -0,77 puntos para un avance demográ-
fico de 1,14% cada año, pero la tendencia muestra un progresivo freno

123
de la efusiva velocidad registrada en la década anterior. El crecimiento
absoluto de 50.174 de esta década contrasta considerablemente con el
casi poco menos de medio millón de la década anterior.
Finalmente, los primeros 14 años del siglo reflejan un crecimiento
de casi cero, menor a los 10 años anteriores, con un absoluto de 42.768
habitantes, una distribución interanual promedio de 0,13%. La docu-
mentación oficial muestra un casi nulo saldo migratorio, refiriéndose a
los ingresos y salidas del país que puedan explicar, en parte, tan drástica
caída en el ritmo de crecimiento de la población. En consecuencia, el ori-
gen de estas dos pendientes demográficas que expresa el período, se en-
cuentra sin duda en variables causales internas. Las crisis agrarias de esos
años, el aumento desmedido de los precios de bienes y consumo, las
precarias condiciones higiénicas, la ausencia de un sistema de salud que
contrarreste el escenario agravado de epidemias y endemias que azotaban
permanentemente al país, los últimos movimientos bélicos de princi-
pios de siglo, entre muchas otras causas, debieron intervenir en la depre-
sión demográfica que vivió Venezuela durante los tres primeros lustros del
siglo XX.

124
III.b. Cuadros y gráficos
126
CUADRO Nº III.1
POBLACIÓN DE VENEZUELA
1873-1914
en habitantes

Años Población Variación % interanual Variación % 0 = 1873


1873 1.784.194 0 0
1874 1.818.216 1,91 1,91
1875 1.852.887 1,91 3,85
1876 1.888.219 1,91 5,83
1877 1.924.224 1,91 7,85
1878 1.960.917 1,91 9,90
1879 1.998.309 1,91 12,00
1880 2.036.413 1,91 14,14
1881 2.075.245 1,91 16,31
1882 2.098.830 1,14 17,63
1883 2.122.683 1,14 18,97
1884 2.146.806 1,14 20,32
1885 2.171.204 1,14 21,69
1886 2.195.880 1,14 23,07
1887 2.220.835 1,14 24,47
1888 2.246.075 1,14 25,89
1889 2.271.601 1,14 27,32
1890 2.297.417 1,14 28,76
1891 2.323.527 1,14 30,23
1892 2.326.521 0,13 30,40
1893 2.329.520 0,13 30,56
1894 2.332.522 0,13 30,73
1895 2.335.528 0,13 30,90
1896 2.338.538 0,13 31,07
1897 2.341.552 0,13 31,24
1898 2.344.570 0,13 31,41
1899 2.347.591 0,13 31,58
1900 2.350.617 0,13 31,75
1901 2.353.646 0,13 31,92
1902 2.356.679 0,13 32,09
1903 2.359.717 0,13 32,26
1904 2.362.758 0,13 32,43
1905 2.365.803 0,13 32,60
1906 2.368.852 0,13 32,77
1907 2.371.905 0,13 32,94
1908 2.374.961 0,13 33,11
1909 2.378.022 0,13 33,28
1910 2.381.087 0,13 33,45
1911 2.384.156 0,13 33,63
1912 2.387.228 0,13 33,80
1913 2.390.305 0,13 33,97
1914 2.393.385 0,13 34,14

Fuentes: Primero, Segundo y Tercer Censo Nacional de Población, 1873, 1881 y 1891, respectiva-
mente. Proyección hacia 1914, obtenida de las Memorias del Ministerio de Interior y Justicia de todos
los años comprendidos por el período, y de las Memorias del Ministerio de Fomento.

127
0
0,5
1
1,5
2
2,5
1873

128
0
500.000
1.000.000
1.500.000
2.000.000
2.500.000
3.000.000
1874
1875 1873
1876 1874
1877 1875
1878 1876
1879 1877

1880 1878

1881 1879
1880
1882
1881
1883
1882
1884
1883
1885
1884
1886
1885
1887
1886
1888
1887
1889
1888
1890 1889
1891 1890
1892 1891
1893 1892
1894 1893
1895 1894
1896 1895
1897 1896

GRÁFICO Nº III.2
GRÁFICO Nº III.1

1898 1897

Variación % interanual
1899 1898

1900 1899
1900
1901
1901
1902
1902
1903

POBLACIÓN DE VENEZUELA 1873-1914


POBLACIÓN DE VENEZUELA 1873-1914

1903
1904
1904
1905
1905
1906
1906
1907
1907
1908
1908
1909 1909
1910 1910
1911 1911
1912 1912
1913 1913
1914 1914
Capítulo IV
ESTUDIO SOBRE EL CONSUMO EN VENEZUELA

129
IV.a. Consideraciones sobre el consumo
132
Explicábamos en el Capítulo II: “Análisis metodológico del período
1874-1914”, que al asignarle a cada habitante del país un valor base,
indispensable para garantizar su sustento diario, podemos obtener el con-
sumo per cápita nacional; es decir, una cantidad de dinero bajo el su-
puesto de que, al menos, cada persona dentro de nuestras fronteras se
vea precisada a consumir a fin de garantizar su existencia, aun conside-
rando los altos niveles de economía de autoabastecimiento que, hasta
muy adentrado el siglo XX, caracterizaba la bucólica vida de la cotidia-
nidad venezolana.
Es tan tentador como temerario especular sobre la sospecha que pro-
duce esta parte de la investigación: la posibilidad de que 80% de los
bienes consumidos por el venezolano promedio se los satisfacía a sí mis-
mo. Esto es, huerto familiar, su propio suministro de leña para cocinar,
la autofabricación de calzados y vestidos, el transporte a pie o a lomo de
mula, entre otras tantas formas de vivir que no requieren intercambiar
servicios ofrecidos en el mercado. Sobre la base, repetimos, de esta especula-
ción, nos queda apenas 20% de la economía, según resultaría de los
registros oficiales. Y no deben estar muy distantes de la realidad dichas
cifras especulativas. Puede decirse que en promedio, durante este perío-
do 1874-1914, los venezolanos importaban 40 bolívares anuales per
cápita en bienes de consumo y bienes de capital. Si el más bajo de los
sueldos mínimos en el mismo período ascendía a 700 bolívares anuales,
ello indicaría que apenas 6% de este ingreso mínimo se destinaba al consu-
mo importado. Y como es sabido, la mayor parte de los bienes de consu-
mo final provenían desde el exterior, aunque este mismo estudio revela
un importante avance en la importación de bienes de capital, durante la
década de 1880, cuando se inician las obras ferrocarrileras y la instala-
ción de las redes telecomunicacionales (telégrafos y teléfonos), así como,
un tanto más tardíamente, los servicios de electricidad, automotores,
etc., que presionan sin duda este grupo de bienes importados. Así pues,
consideramos factible el hecho de que un habitante medio adquiriera

133
apenas ese 6% en bienes importados, y el restante 14% de producción
nacional, fundamentalmente, en comestibles y bebidas. El resto del
consumo lo satisfacía una rudimentaria economía casera. Esta realidad va-
riaría con el cambio de la condición rural a la condición urbana, ya
avanzado el siglo XX.
Aun en este escenario, esta investigación optó por sujetar las variacio-
nes del consumo por habitante a las posibilidades del ingreso mínimo,
entendiendo por éste a los más bajos sueldos que ofrecía la administra-
ción pública, que debieron ser si no inferiores, al menos nunca mayores
que las remuneraciones ofrecidas por el sector privado. Tomando como
válido el riguroso estudio llevado a cabo por Agustín Codazzi, publica-
do a mediados de 1840, la estructura del consumo indispensable del
venezolano medio no debió superar la barrera de 40% del sueldo míni-
mo. La estructura de este consumo se distribuye en tres grandes renglo-
nes: alimentos y bebidas, que absorbe casi 56%; textiles y calzados, con
poco más de 12%; y el de los bienes diversos con el resto porcentual,
casi 32%. Esta proporción la hemos podido contrastar en algunas “to-
mas” análogas, como las de algunas partidas de importación, las cuales
ofrecen viabilidad al modelo.
Como en términos de gran población, el país mantuvo casi inaltera-
dos sus modos de vida y por ende de consumo a lo largo de este período,
se decide asumir esa estructura de consumo como estable a lo largo de la
serie. En consecuencia, el valor del consumo per cápita variará conforme
lo hace el sueldo mínimo promedio pagado por el Estado.
Una vez hallado dicho consumo por habitante de cada año en particu-
lar, mediando de antemano el cálculo del sueldo mínimo promedio,
tomado de las diferentes entidades del sector público, el consumo total
sería igual a este consumo per cápita anual por el total de población en
el año respectivo. Luego, para evitar la doble contabilidad en el cálculo
del producto interno bruto (PIB), este consumo será dividido entre el
consumo interno y el consumo importado, procedimiento ya explicado
en las páginas introductorias de este trabajo y con más detalles en los
capítulos siguientes.
El resultado de estos cálculos se dibuja en los gráficos respectivos
siguientes a este análisis. Éste indica que el período se inicia con un
consumo per cápita diario de Bs. 2,10 y termina en algo menos, lo cual
revela un retroceso, sobre todo si incorporamos al análisis los resultados
de la serie de precios, que indican una considerable escalada inflaciona-
ria en los últimos tres quinquenios. Este deterioro del consumo debió
incidir sin duda en las condiciones de vida que afectaron, como ya se
afirmó atrás, el pobre comportamiento demográfico durante este mismo
lapso de tiempo.
134
En el ínterin de este período 1874-1914, nos encontramos con dos
pendientes negativas en los montos del consumo per cápita diario. El
primer vértice de este ángulo hacia abajo ocurre desde 1885, caída que
dura una década, llegando al nivel más bajo de Bs. 1,75 diario. Esta
línea se recupera lentamente a partir de 1896, hasta que en 1905 alcan-
za su punto más alto de Bs. 2,15, y comienza allí una segunda pendiente
negativa que en 1910 impone un piso de Bs. 1,84, retornando entonces
a su recuperación, pero sin alcanzar jamás los niveles de 1874.
Es necesario hacer un estudio más detallado para explicar en forma
más exhaustiva las consecuencias de tan dramática línea del consumo
per cápita diario. Preveemos que la disparada de precios que ocurren en
las dos últimas décadas debieron afectar considerablemente la vida coti-
diana del venezolano medio, toda vez que, como lo indican los estudios
de precios que anteceden a este lapso de estudio, el país no estaba
acostumbrado a altas velocidades en el aumento de los precios. En todo ca-
so, estas variables estadísticas ya estimadas ofrecen un campo fértil de
investigación sobre estos aspectos poco explorados de nuestra historio-
grafía económica.
El comportamiento del consumo per cápita diario incide directa-
mente sobre el consumo total, pero las pendientes negativas que se
observaran en aquella variable fue contrarrestada por el aumento de la
población, que aunque por debajo de las medidas demográficas tradi-
cionales, no dejó de aumentar a diversos ritmos. En efecto, como puede
verse en los cuadros respectivos, el consumo total osciló entre 1,3 mi-
llardos de bolívares en 1874, hasta 1,8 millardos en 1914, un saldo de
0,5 millardos para todo el período.
No obstante representar apenas un promedio de 60 millones de bo-
lívares, el consumo importado alcanzó un diferencial positivo de 27,3
millones a lo largo de toda la serie, lo que supera en ritmo al consumo
total. Esto se obtiene de la diferencia que alcanzando en 1874 los 40,7
millones de bolívares asciende a 68 millones en 1914. Aun así, con
muchos picos hacia arriba y hacia abajo, el consumo importado en Ve-
nezuela no llegó más allá de 4% del total del consumo, incluso, llegó a
representar en 1901, menos de 1% del mismo. Así pues, es abrumador
el peso del consumo interno, que nunca bajó de 96% del total del con-
sumo, fluctuando de 1,4 a 1,7 millardos de bolívares entre 1974 y 1914.
Todo lo cual revela una Venezuela bastante distante de la realidad actual,
cuando la mayor parte de lo que consumimos los venezolanos entra por
los puertos nacionales.

135
IV.b. Cuadros y gráficos
138
CUADRO Nº IV.1
CONSUMO PER CÁPITA EN VENEZUELA
Proyección del consumo según modelo de A. Codazzi

Tipo de consumo Valor en Equivalencia Proporción


reales diarios en bolívares porcentual
Consumo de alimentos 0,63 0,32 55,75
Consumo de textiles 0,14 0,07 12,39
Consumos de bienes diversos 0,36 0,18 31,86

Total consumo per cápita diario 1,13 0,57 100

Fuente: cálculos propios sobre la base del estudio realizado por Agustín Codazzi en 1844.

GRÁFICO Nº IV.1
ESTRUCTURA PROMEDIO DEL CONSUMO. PERÍODO 1873-1914

Bienes diversos
32%
Alimentos
56%

Textiles
12%

Fuente: cálculos propios sobre la base del estudio realizado por Agustín Codazzi en 1844.

139
GRÁFICO Nº IV.2.
CONSUMO PER VENEZUELA 1875-1914
CÁPITA EN

2 ,5 0

2 ,0 0
Bs. por habitante

1 ,5 0

1 ,0 0

0 ,5 0

0 ,0 0
1875

1877

1879

1881

1883

1885

1887

1889

1891

1893

1895

1897

1899

1901

1903

1905

1907

1909

1911

1913
S e rie a n u a l

CUADRO Nº IV.2
SUELDOS MÍNIMOS PROMEDIO DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN LOS
QUINQUENIOS COMPRENDIDOS ENTRE 1875 Y 1935

Bs./anuales Bs./diarios

1875 1920 5,26


1880 19210 5,26
1885 1920 5,26
1890 1600 4,38
1895 1600 4,38
1900 1680 4,60
1905 1960 5,37
1910 1680 4,60
1915 1960 5,37
1920 1960 5,37
1925 1960 5,37
1930 2000 5,48
1935 2000 5,48

Fuente: cálculos propios sobre la base de las leyes de presupuestos de los años respectivos.

140
CUADRO Nº IV.3
SUELDO MÍNIMO PROMEDIO DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
1875-1914
Años Bs./anuales Bs./diarios
1875 1.920 5,26
1876 1.920 5,26
1877 1.920 5,26
1878 1.920 5,26
1879 1.920 5,26
1880 1.920 5,26
1881 1.920 5,26
1882 1.920 5,26
1883 1.920 5,26
1884 1.920 5,26
1885 1.920 5,26
1886 1.851 5,07
1887 1.785 4,89
1888 1.721 4,72
1889 1.659 4,55
1890 1.600 4,38
1891 1.600 4,38
1892 1.600 4,38
1893 1.600 4,38
1894 1.600 4,38
1895 1.600 4,38
1896 1.616 4,43
1897 1.632 4,47
1898 1.648 4,51
1899 1.664 4,56
1900 1.680 4,60
1901 1.733 4,75
1902 1.787 4,90
1903 1.843 5,05
1904 1.900 5,21
1905 1.960 5,37
1906 1.900 5,21
1907 1.843 5,05
1908 1.787 4,90
1909 1.733 4,75
1910 1.680 4,60
1911 1.733 4,75
1912 1.787 4,90
1913 1.843 5,05
1914 1.900 5,21

Fuente: cálculos propios sobre la base de información de las leyes de presupuesto de los años
respectivos.

141
CUADRO Nº IV.4
CONSUMO PER CÁPITA
1875-1914
Años Bs./diarios Bs./anuales
1875 2,10 768
1876 2,10 768
1877 2,10 768
1878 2,10 768
1879 2,10 768
1880 2,10 768
1881 2,10 768
1882 2,10 768
1883 2,10 768
1884 2,10 768
1885 2,10 768
1886 2,03 740
1887 1,96 714
1888 1,89 688
1889 1,82 664
1890 1,75 640
1891 1,75 640
1892 1,75 640
1893 1,75 640
1894 1,75 640
1895 1,75 640
1896 1,77 646
1897 1,79 653
1898 1,81 659
1899 1,82 665
1900 1,84 672
1901 1,90 693
1902 1,96 715
1903 2,02 737
1904 2,08 760
1905 2,15 784
1906 2,08 760
1907 2,02 737
1908 1,96 715
1909 1,90 693
1910 1,84 672
1911 1,90 693
1912 1,96 715
1913 2,02 737
1914 2,08 760
Fuente: cálculos propios sobre la base de información de las leyes de presupuesto de los años
respectivos.
Nota: se ha tomado como consumo per cápita 40% del sueldo mínimo promedio de la administración
pública.

142
CUADRO Nº IV.5
CLASIFICACIÓN DE IMPORTACIONES
en proporciones porcentuales
1875-1914
Año Bienes de capital Bienes de
y materia prima consumo
1875 23,04 76,96
1876 55,29 44,71
1877 51,41 48,59
1878 57,21 42,79
1879 56,77 43,23
1880 56,33 43,67
1881 55,88 44,12
1882 55,42 44,58
1883 54,96 45,04
1884 54,50 45,50
1885 54,03 45,97
1886 53,56 46,44
1887 53,08 46,92
1888 52,60 47,40
1889 52,11 47,89
1890 51,62 48,38
1891 51,12 48,88
1892 50,62 49,38
1893 50,11 49,89
1894 49,60 50,40
1895 49,08 50,92
1896 48,56 51,44
1897 48,03 51,97
1898 46,81 53,19
1899 45,56 54,44
1900 44,28 55,72
1901 42,97 57,03
1902 41,63 58,37
1903 40,26 59,74
1904 38,86 61,14
1905 37,42 62,58
1906 35,95 64,05
1907 34,44 65,56
1908 32,90 67,10
1909 31,33 68,67
1910 29,71 70,29
1911 28,06 71,94
1912 26,37 73,63
1913 24,64 75,36
1914 22,87 77,13

Fuente: cálculos propios sobre la base de los expedientes de importación publicados por el Ministerio
de Hacienda en sus Memorias anuales.

143
CUADRO Nº IV.6
CONSUMO TOTAL
1875-1914
Años Población Consumo per cápita Consumo total
en Bs./año en Bs.
1875 1.818.216 768 1.396.389.927
1876 1.852.887 768 1.423.017.105
1877 1.888.219 768 1.450.152.024
1878 1.924.224 768 1.477.804.369
1879 1.960.917 768 1.505.984.004
1880 1.998.309 768 1.534.700.985
1881 2.036.413 768 1.563.965.558
1882 2.075.245 768 1.593.788.160
1883 2.098.830 768 1.611.901.247
1884 2.122.683 768 1.630.220.185
1885 2.146.806 768 1.648.747.315
1886 2.171.204 740 1.607.774.745
1887 2.195.880 714 1.567.822.560
1888 2.220.835 688 1.528.863.162
1889 2.246.075 664 1.490.871.880
1890 2.271.601 640 1.453.824.658
1891 2.297.417 640 1.470.347.087
1892 2.323.527 640 1.487.057.280
1893 2.326.521 640 1.488.973.747
1894 2.329.520 640 1.490.892.685
1895 2.332.522 640 1.492.814.095
1896 2.335.528 646 1.509.393.887
1897 2.338.538 653 1.526.157.822
1898 2.341.552 659 1.543.107.943
1899 2.344.570 665 1.560.246.319
1900 2.347.591 672 1.577.581.272
1901 2.350.617 693 1.629.072.130
1902 2.353.646 715 1.682.243.605
1903 2.356.679 737 1.737.150.549
1904 2.359.717 760 1.793.849.608
1905 2.362.758 784 1.852.402.026
1906 2.365.803 760 1.798.476.289
1907 2.368.852 737 1.746.122.991
1908 2.371.905 715 1.695.293.688
1909 2.374.961 693 1.645.944.016
1910 2.378.022 672 1.598.030.903
1911 2.381.087 693 1.650.189.220
1912 2.384.156 715 1.704.049.938
1913 2.387.228 737 1.759.668.622
1914 2.390.305 760 1.817.102.650

Fuente: cálculos propios sobre la base de información de las leyes de presupuesto de los años
respectivos.
Nota: se ha tomado como consumo per cápita 40% del sueldo mínimo promedio de la administración
pública.

144
GRÁFICO Nº IV.3
CONSUMO TOTAL EN VENEZUELA 1875-1914

2.000.000.000
2.000.000.000

1.800.000.000
1.800.000.000

1.600.000.000
1.600.000.000

1.400.000.000
1.400.000.000

1.200.000.000
1.200.000.000
Bol vares

1.000.000.000
1.000.000.000

800.000.000
800.000.000

600.000.000
600.000.000

400.000.000
400.000.000

200.000.000
200.000.000

00
1875
1876
1877
1878
1879
1880
1881
1882
1883
1884
1885
1886
1887
1888
1889
1890
1891
1892
1893
1894
1895
1896
1897
1898
1899
1900
1901
1902
1903
1904
1905
1906
1907
1908
1909
1910
1911
1912
1913
1914
Años

145
CUADRO Nº IV.7
CONSUMO IMPORTADO
1875-1914

Años Importaciones Bienes de consumo Consumo importado


totales en Bs. importados (%) en Bs.

1875 52.931.536 76,96 40.736.110


1876 75.216.867 44,71 33.629.461
1877 72.590.049 48,59 35.271.505
1878 65.017.756 42,79 27.821.098
1879 42.050.023 43,23 18.178.213
1880 48.500.822 43,67 21.182.475
1881 44.853.282 44,12 19.790.851
1882 58.219.129 44,58 25.952.465
1883 86.265.656 45,04 38.850.220
1884 69.681.193 45,50 31.703.980
1885 58.710.238 45,97 26.987.006
1886 62.453.378 46,44 29.002.768
1887 73.191.880 46,92 34.339.113
1888 78.963.289 47,40 37.427.779
1889 81.372.257 47,89 38.966.181
1890 83.614.412 48,38 40.451.560
1891 66.674.481 48,88 32.587.904
1892 71.094.899 49,38 35.105.720
1893 52.783.451 49,89 26.331.759
1894 72.744.578 50,40 36.662.779
1895 62.114.338 50,92 31.627.092
1896 60.688.077 51,44 31.218.601
1897 68.712.181 51,97 35.709.720
1898 43.906.442 53,19 23.354.333
1899 71.902.344 54,44 39.144.322
1900 53.966.355 55,72 30.070.131
1901 55.900.306 57,03 31.879.604
1902 63.877.000 58,37 37.284.623
1903 28.108.804 59,74 16.792.452
1904 59.459.233 61,14 36.356.123
1905 48.434.144 62,58 30.310.730
1906 44.952.868 64,05 28.793.116
1907 51.679.088 65,56 33.879.159
1908 54.420.668 67,10 36.514.735
1909 49.180.485 68,67 33.774.085
1910 56.640.972 70,29 39.811.450
1911 80.178.933 71,94 57.679.844
1912 105.677.096 73,63 77.809.241
1913 101.955.735 75,36 76.833.121
1914 88.110.377 77,13 67.959.533

Fuente: las importaciones totales se obtienen de las Memorias del Ministerio de Hacienda. Los % de
bienes de consumo importados resultan de cálculos propios sobre una muestra de listas de importa-
ción por artículos, publicadas por los ministerios de Hacienda y Fomento en diversos documentos
oficiales (ver fuentes).
Cálculo: el consumo importado se obtiene extrayendo de las importaciones totales la proporción
porcentual que abarca los bienes destinados para el consumo final.

146
CUADRO Nº IV.8
CONSUMO INTERNO
1875-1914
Años Consumo total Consumo importado % Consumo importado Consumo interno
en Bs. en Bs. sobre el consumo total en Bs.

1875 1.396.389.927 40.736.110 2,92 1.355.653.818


1876 1.423.017.105 33.629.461 2,36 1.389.387.643
1877 1.450.152.024 35.271.505 2,43 1.414.880.520
1878 1.477.804.369 27.821.098 1,88 1.449.983.271
1879 1.505.984.004 18.178.213 1,21 1.487.805.791
1880 1.534.700.985 21.182.475 1,38 1.513.518.510
1881 1.563.965.558 19.790.851 1,27 1.544.174.707
1882 1.593.788.160 25.952.465 1,63 1.567.835.695
1883 1.611.901.247 38.850.220 2,41 1.573.051.027
1884 1.630.220.185 31.703.980 1,94 1.598.516.205
1885 1.648.747.315 26.987.006 1,64 1.621.760.309
1886 1.607.774.745 29.002.768 1,80 1.578.771.977
1887 1.567.822.560 34.339.113 2,19 1.533.483.447
1888 1.528.863.162 37.427.779 2,45 1.491.435.383
1889 1.490.871.880 38.966.181 2,61 1.451.905.699
1890 1.453.824.658 40.451.560 2,78 1.413.373.098
1891 1.470.347.087 32.587.904 2,22 1.437.759.183
1892 1.487.057.280 35.105.720 2,36 1.451.951.560
1893 1.488.973.747 26.331.759 1,77 1.462.641.988
1894 1.490.892.685 36.662.779 2,46 1.454.229.906
1895 1.492.814.095 31.627.092 2,12 1.461.187.003
1896 1.509.393.887 31.218.601 2,07 1.478.175.287
1897 1.526.157.822 35.709.720 2,34 1.490.448.101
1898 1.543.107.943 23.354.333 1,51 1.519.753.610
1899 1.560.246.319 39.144.322 2,51 1.521.101.997
1900 1.577.581.272 30.070.131 1,91 1.547.511.141
1901 1.629.072.130 31.879.604 1,96 1.597.192.526
1902 1.682.243.605 37.284.623 2,22 1.644.958.982
1903 1.737.150.549 16.792.452 0,97 1.720.358.097
1904 1.793.849.608 36.356.123 2,03 1.757.493.485
1905 1.852.402.026 30.310.730 1,64 1.822.091.297
1906 1.798.476.289 28.793.116 1,60 1.769.683.172
1907 1.746.122.991 33.879.159 1,94 1.712.243.832
1908 1.695.293.688 36.514.735 2,15 1.658.778.953
1909 1.645.944.016 33.774.085 2,05 1.612.169.931
1910 1.598.030.903 39.811.450 2,49 1.558.219.454
1911 1.650.189.220 57.679.844 3,50 1.592.509.376
1912 1.704.049.938 77.809.241 4,57 1.626.240.697
1913 1.759.668.622 76.833.121 4,37 1.682.835.501
1914 1.817.102.650 67.959.533 3,74 1.749.143.117
Fuente: las importaciones totales se obtienen de las Memorias del Ministerio de Hacienda.
Cálculo: el consumo importado se obtiene extrayendo de las importaciones totales la proporción
porcentual que abarca los bienes destinados para el consumo final de la administración pública. El
consumo interno resulta de la diferencia entre el consumo total y el consumo importado.

147
Capítulo V
LA INVERSIÓN
V.a. Análisis sobre la inversión
152
Trataremos principalmente de la inversión a la adquisición de los
bienes de capital y materia prima destinados a engrosar los activos del
balance económico en forma general, a fin de sostener y ampliar la acti-
vidad económica.
La primera ruta que nos conduce al cálculo de la inversión es la esti-
mación del producto interno sin inversión, resultado de la suma del
consumo interno ya estimado y del total de las exportaciones. Así tene-
mos que las exportaciones venezolanas crecieron de 86,5 millones de
bolívares en 1874 a 136,4 millones en 1914. En consecuencia, suman-
do las cifras anuales de exportación, el período osciló entre 1,4 y 1,8
millardos de bolívares; es decir, un millardo menos que el obtenido por
el consumo total en el mismo lapso. Ello se debió a una caída abrupta en el
ritmo de las exportaciones durante la primera década del siglo XX,
el cual transcurrió con montos de exportación por debajo de los niveles
de 1874.
A este producto sin inversión se le aplica un “coeficiente para el desa-
rrollo”, es decir, un porcentaje mínimo indispensable que requiere cual-
quier actividad económica para fines de su desenvolvimiento, el cual es
estable en el período del análisis. Estimamos este coeficiente en 6% para
todos los años. De la aplicación de este coeficiente al producto sin inver-
sión se obtiene la inversión interna, la cual representa la capacidad de
ahorro más moderada posible con que cuenta el país a efectos de su
reinversión. De este modo fluctúa con similar ritmo al de las exportacio-
nes, estimada en 86,5 millones de bolívares para 1874, para cerrar en
113,1 millones de bolívares en 1914.
Paralelamente, también se estima la inversión importada, que resulta
de la aplicación de nuestro modelo de clasificación de importaciones,
arrojando cifras de menor magnitud: 12,2 millones de bolívares a partir
de 1874 hasta llegar a 20,2 millones de bolívares en 1914. Sin embar-
go, es de hacer notar que a lo interno de la serie la inversión importada

153
llegó más que a duplicar este último monto. Es el caso de 1883 con
47,4 millones de bolívares, y de 1890 cuando desciende levemente a 43,2
millones de bolívares.
Finalmente, la suma de la inversión interna más la inversión impor-
tada nos lleva a obtener la inversión total, siendo éste el segundo com-
ponente del PIB que requerimos para su cálculo. La agregación de estas
dos variables ajustan el comportamiento irregular de ambas por separa-
do. De 98,7 millones de bolívares de 1874 la serie cierra en 133,3
millones en 1914, a pesar de que en su intermedio había alcanzado montos
de 147,7 millones de bolívares.

154
V.b. Cuadros y gráficos

155
156
CUADRO Nº V.1
PRODUCTO INTERNO SIN INVERSIÓN
1875-1914

Años Valor del Valor del Producto interno


producto para producto para sin inversión
consumo interno las exportaciones en bolívares
en bolívares en bolívares
1875 1.355.653.818 86.520.255 1.442.174.072
1876 1.389.387.643 80.563.133 1.469.950.776
1877 1.414.880.520 70.605.732 1.485.486.251
1878 1.449.983.271 75.474.889 1.525.458.160
1879 1.487.805.791 57.746.499 1.545.552.290
1880 1.513.518.510 51.677.192 1.565.195.703
1881 1.544.174.707 69.053.429 1.613.228.136
1882 1.567.835.695 70.226.539 1.638.062.234
1883 1.573.051.027 98.601.133 1.671.652.160
1884 1.598.516.205 73.589.605 1.672.105.810
1885 1.621.760.309 76.553.068 1.698.313.377
1886 1.578.771.977 82.304.289 1.661.076.266
1887 1.533.483.447 90.640.499 1.624.123.946
1888 1.491.435.383 90.210.129 1.581.645.512
1889 1.451.905.699 97.271.306 1.549.177.005
1890 1.413.373.098 100.917.388 1.514.290.486
1891 1.437.759.183 119.817.338 1.557.576.521
1892 1.451.951.560 105.076.615 1.557.028.175
1893 1.462.641.988 88.792.106 1.551.434.094
1894 1.454.229.906 107.655.694 1.561.885.600
1895 1.461.187.003 99.480.398 1.560.667.401
1896 1.478.175.287 111.455.143 1.589.630.430
1897 1.490.448.101 93.244.229 1.583.692.330
1898 1.519.753.610 74.498.003 1.594.251.614
1899 1.521.101.997 93.244.815 1.614.346.812
1900 1.547.511.141 77.729.694 1.625.240.835
1901 1.597.192.526 79.702.277 1.676.894.803
1902 1.644.958.982 75.965.178 1.720.924.159
1903 1.720.358.097 39.651.572 1.760.009.669
1904 1.757.493.485 80.694.142 1.838.187.627
1905 1.822.091.297 72.516.051 1.894.607.348
1906 1.769.683.172 80.892.120 1.850.575.292
1907 1.712.243.832 81.019.864 1.793.263.697
1908 1.658.778.953 78.145.218 1.736.924.171
1909 1.612.169.931 33.964.831 1.646.134.762
1910 1.558.219.454 11.750.000 1.569.969.454
1911 1.592.509.376 96.920.229 1.689.429.605
1912 1.626.240.697 133.323.961 1.759.564.658
1913 1.682.835.501 149.101.191 1.831.936.692
1914 1.749.143.117 136.392.868 1.885.535.985

Fuente: las exportaciones totales se obtienen de las Memorias del Ministerio de Hacienda.
Cálculo: el producto interno sin inversión resulta de adicionar al consumo interno el total de las
exportaciones totales.

157
CUADRO Nº V.2
INVERSIÓN INTERNA
1875-1914
Años Producto interno Inversión interna
sin inversión en Bs. en Bs.

1875 1.442.174.072 86.530.444


1876 1.469.950.776 88.197.047
1877 1.485.486.251 89.129.175
1878 1.525.458.160 91.527.490
1879 1.545.552.290 92.733.137
1880 1.565.195.703 93.911.742
1881 1.613.228.136 96.793.688
1882 1.638.062.234 98.283.734
1883 1.671.652.160 100.299.130
1884 1.672.105.810 100.326.349
1885 1.698.313.377 101.898.803
1886 1.661.076.266 99.664.576
1887 1.624.123.946 97.447.437
1888 1.581.645.512 94.898.731
1889 1.549.177.005 92.950.620
1890 1.514.290.486 90.857.429
1891 1.557.576.521 93.454.591
1892 1.557.028.175 93.421.691
1893 1.551.434.094 93.086.046
1894 1.561.885.600 93.713.136
1895 1.560.667.401 93.640.044
1896 1.589.630.430 95.377.826
1897 1.583.692.330 95.021.540
1898 1.594.251.614 95.655.097
1899 1.614.346.812 96.860.809
1900 1.625.240.835 97.514.450
1901 1.676.894.803 100.613.688
1902 1.720.924.159 103.255.450
1903 1.760.009.669 105.600.580
1904 1.838.187.627 110.291.258
1905 1.894.607.348 113.676.441
1906 1.850.575.292 111.034.518
1907 1.793.263.697 107.595.822
1908 1.736.924.171 104.215.450
1909 1.646.134.762 98.768.086
1910 1.569.969.454 94.198.167
1911 1.689.429.605 101.365.776
1912 1.759.564.658 105.573.879
1913 1.831.936.692 109.916.202
1914 1.885.535.985 113.132.159

Fuente: cáculos propios. La inversión interna resulta de aplicar al producto Interno sin inversión un
factor de rentabilidad mínima que esta investigación ha convenido en establecer en 6%.

158
CUADRO Nº V.3
INVERSIÓN IMPORTADA
1875-1914

Años Importaciones Bienes de capital Inversión importada


totales en Bs. importados (%) en Bs.
1875 52.931.536 23,04 12.195.426
1876 75.216.867 55,29 41.587.406
1877 72.590.049 51,41 37.318.544
1878 65.017.756 57,21 37.196.658
1879 42.050.023 56,77 23.871.811
1880 48.500.822 56,33 27.318.347
1881 44.853.282 55,88 25.062.431
1882 58.219.129 55,42 32.266.664
1883 86.265.656 54,96 47.415.436
1884 69.681.193 54,50 37.977.213
1885 58.710.238 54,03 31.723.232
1886 62.453.378 53,56 33.450.610
1887 73.191.880 53,08 38.852.767
1888 78.963.289 52,60 41.535.510
1889 81.372.257 52,11 42.406.076
1890 83.614.412 51,62 43.162.852
1891 66.674.481 51,12 34.086.577
1892 71.094.899 50,62 35.989.179
1893 52.783.451 50,11 26.451.692
1894 72.744.578 49,60 36.081.799
1895 62.114.338 49,08 30.487.246
1896 60.688.077 48,56 29.469.476
1897 68.712.181 48,03 33.002.460
1898 43.906.442 46,81 20.552.109
1899 71.902.344 45,56 32.758.022
1900 53.966.355 44,28 23.896.224
1901 55.900.306 42,97 24.020.701
1902 63.877.000 41,63 26.592.377
1903 28.108.804 40,26 11.316.352
1904 59.459.233 38,86 23.103.110
1905 48.434.144 37,42 18.123.414
1906 44.952.868 35,95 16.159.751
1907 51.679.088 34,44 17.799.929
1908 54.420.668 32,90 17.905.933
1909 49.180.485 31,33 15.406.399
1910 56.640.972 29,71 16.829.522
1911 80.178.933 28,06 22.499.089
1912 105.677.096 26,37 27.867.855
1913 101.955.735 24,64 25.122.614
1914 88.110.377 22,87 20.150.843

Fuente: las importaciones totales se obtienen de las Memorias del Ministerio de Hacienda. Los % de
bienes de consumo importados resultan de cálculos propios sobre una muestra de listas de importa-
ción por artículos publicados por los ministerios de Hacienda y Fomento en diversos documentos
oficiales (ver fuentes).
Cálculo: el consumo importado se obtiene extrayendo de las importaciones totales la proporción
porcentual que abarca los bienes destinados para el consumo final.

159
CUADRO Nº V.4
INVERSIÓN TOTAL
1875-1914

Años Inversión interna Inversión importada Inversión total


en Bs. en Bs. en Bs.
1875 86.530.444 12.195.426 98.725.870
1876 88.197.047 41.587.406 129.784.452
1877 89.129.175 37.318.544 126.447.719
1878 91.527.490 37.196.658 128.724.148
1879 92.733.137 23.871.811 116.604.948
1880 93.911.742 27.318.347 121.230.090
1881 96.793.688 25.062.431 121.856.119
1882 98.283.734 32.266.664 130.550.399
1883 100.299.130 47.415.436 147.714.565
1884 100.326.349 37.977.213 138.303.561
1885 101.898.803 31.723.232 133.622.035
1886 99.664.576 33.450.610 133.115.186
1887 97.447.437 38.852.767 136.300.204
1888 94.898.731 41.535.510 136.434.241
1889 92.950.620 42.406.076 135.356.696
1890 90.857.429 43.162.852 134.020.281
1891 93.454.591 34.086.577 127.541.168
1892 93.421.691 35.989.179 129.410.870
1893 93.086.046 26.451.692 119.537.737
1894 93.713.136 36.081.799 129.794.935
1895 93.640.044 30.487.246 124.127.290
1896 95.377.826 29.469.476 124.847.302
1897 95.021.540 33.002.460 128.024.000
1898 95.655.097 20.552.109 116.207.206
1899 96.860.809 32.758.022 129.618.830
1900 97.514.450 23.896.224 121.410.674
1901 100.613.688 24.020.701 124.634.389
1902 103.255.450 26.592.377 129.847.826
1903 105.600.580 11.316.352 116.916.932
1904 110.291.258 23.103.110 133.394.368
1905 113.676.441 18.123.414 131.799.855
1906 111.034.518 16.159.751 127.194.269
1907 107.595.822 17.799.929 125.395.751
1908 104.215.450 17.905.933 122.121.383
1909 98.768.086 15.406.399 114.174.485
1910 94.198.167 16.829.522 111.027.689
1911 101.365.776 22.499.089 123.864.866
1912 105.573.879 27.867.855 133.441.734
1913 109.916.202 25.122.614 135.038.815
1914 113.132.159 20.150.843 133.283.002

Fuente: la inversión interna e importada se han obtenido por cálculos propios según fuentes especi-
ficadas en los cuadros respectivos.
Cálculo: la inversión total resulta de agregar la inversión interna con la inversión importada.

160
Capítulo VI
CÁLCULO DEL PRODUCTO INTERNO BRUTO

161
VI.a. Breve análisis estadístico del PIB
164
El producto interno bruto es consecuencia de la suma del consumo
total y la inversión total. Los montos del PIB venezolano para el período
se inician con 1,5 millardos en el primer año, para arribar a casi dos
millardos de bolívares en 1914. Todo lo cual expresa el tamaño global de
nuestra economía.
Con el comportamiento de estas cifras anuales construimos su evolu-
ción a través de la variación porcentual, tomando como año base a 1874.
Tomando en cuenta estas variaciones porcentuales fijas respecto al año
inicial de la serie, pueden observarse tres tipos de comportamiento del
PIB %, tal como se aprecia en el Gráfico VI.2 (véase p. 169). A saber:
Primero: un PIB % positivo pero de pendiente negativa entre 1874 y
1885, que pasó de 3,86% en 1874 a 2,05% en 1885. En este lapso
hubo un descenso en la tasa de crecimiento económico.
Segundo: dos lapsos de crecimiento positivo: el primero entre 1891 y
1904, con muchos picos irregulares hacia abajo pero que permiten
ofrecer un crecimiento de alrededor de 2% interanual; el segundo
crecimiento positivo se observa al final de la serie, entre 1911 y 1914,
en el que el PIB obtiene su punto más alto de 5,90% en 1913, pero
retornando hacia una drástica caída el siguiente año.
Tercero: dos caídas negativas del PIB %: una en el lapso 1886-1890,
cuando se tocó fondo de -2,36%; y la otra entre 1905 y 1910, cuan-
do el PIB alcanza su más bajo nivel de crecimiento con -3,15% en
1909.

165
VI.b. Cuadros y gráficos
168
CUADRO Nº VI.1
PRODUCTO INTERNO BRUTO
1875-1914
en Bs.
Años Consumo total Inversión total PIB
1875 1.396.389.927 98.725.870 1.495.115.798
1876 1.423.017.105 129.784.452 1.552.801.557
1877 1.450.152.024 126.447.719 1.576.599.744
1878 1.477.804.369 128.724.148 1.606.528.517
1879 1.505.984.004 116.604.948 1.622.588.952
1880 1.534.700.985 121.230.090 1.655.931.075
1881 1.563.965.558 121.856.119 1.685.821.677
1882 1.593.788.160 130.550.399 1.724.338.559
1883 1.611.901.247 147.714.565 1.759.615.812
1884 1.630.220.185 138.303.561 1.768.523.747
1885 1.648.747.315 133.622.035 1.782.369.350
1886 1.607.774.745 133.115.186 1.740.889.931
1887 1.567.822.560 136.300.204 1.704.122.764
1888 1.528.863.162 136.434.241 1.665.297.403
1889 1.490.871.880 135.356.696 1.626.228.576
1890 1.453.824.658 134.020.281 1.587.844.938
1891 1.470.347.087 127.541.168 1.597.888.255
1892 1.487.057.280 129.410.870 1.616.468.150
1893 1.488.973.747 119.537.737 1.608.511.485
1894 1.490.892.685 129.794.935 1.620.687.620
1895 1.492.814.095 124.127.290 1.616.941.385
1896 1.509.393.887 124.847.302 1.634.241.189
1897 1.526.157.822 128.024.000 1.654.181.822
1898 1.543.107.943 116.207.206 1.659.315.149
1899 1.560.246.319 129.618.830 1.689.865.149
1900 1.577.581.272 121.410.674 1.698.991.946
1901 1.629.072.130 124.634.389 1.753.706.520
1902 1.682.243.605 129.847.826 1.812.091.431
1903 1.737.150.549 116.916.932 1.854.067.481
1904 1.793.849.608 133.394.368 1.927.243.976
1905 1.852.402.026 131.799.855 1.984.201.881
1906 1.798.476.289 127.194.269 1.925.670.557
1907 1.746.122.991 125.395.751 1.871.518.742
1908 1.695.293.688 122.121.383 1.817.415.071
1909 1.645.944.016 114.174.485 1.760.118.501
1910 1.598.030.903 111.027.689 1.709.058.593
1911 1.650.189.220 123.864.866 1.774.054.085
1912 1.704.049.938 133.441.734 1.837.491.672
1913 1.759.668.622 135.038.815 1.894.707.437
1914 1.817.102.650 133.283.002 1.950.385.652

Fuente: el consumo total y la inversión total se han obtenido por cálculos propios según fuentes
especificadas en los cuadros respectivos.
Cálculo: el producto interno bruto resulta de agregar el consumo total y la inversión total.

169
CUADRO Nº VI.2
VARIACIÓN PORCENTUAL DEL PIB
1875-1914
en Bs. y %

Años PIB Variación interanual Variación 0 = 1875


1875 1.495.115.798 0 0
1876 1.552.801.557 3,86 3,86
1877 1.576.599.744 1,53 5,45
1878 1.606.528.517 1,90 7,45
1879 1.622.588.952 1,00 8,53
1880 1.655.931.075 2,05 10,76
1881 1.685.821.677 1,81 12,76
1882 1.724.338.559 2,28 15,33
1883 1.759.615.812 2,05 17,69
1884 1.768.523.747 0,51 18,29
1885 1.782.369.350 0,78 19,21
1886 1.740.889.931 -2,33 16,44
1887 1.704.122.764 -2,11 13,98
1888 1.665.297.403 -2,28 11,38
1889 1.626.228.576 -2,35 8,77
1890 1.587.844.938 -2,36 6,20
1891 1.597.888.255 0,63 6,87
1892 1.616.468.150 1,16 8,12
1893 1.608.511.485 -0,49 7,58
1894 1.620.687.620 0,76 8,40
1895 1.616.941.385 -0,23 8,15
1896 1.634.241.189 1,07 9,31
1897 1.654.181.822 1,22 10,64
1898 1.659.315.149 0,31 10,98
1899 1.689.865.149 1,84 13,03
1900 1.698.991.946 0,54 13,64
1901 1.753.706.520 3,22 17,30
1902 1.812.091.431 3,33 21,20
1903 1.854.067.481 2,32 24,01
1904 1.927.243.976 3,95 28,90
1905 1.984.201.881 2,96 32,71
1906 1.925.670.557 -2,95 28,80
1907 1.871.518.742 -2,81 25,18
1908 1.817.415.071 -2,89 21,56
1909 1.760.118.501 -3,15 17,72
1910 1.709.058.593 -2,90 14,31
1911 1.774.054.085 3,80 18,66
1912 1.837.491.672 3,58 22,90
1913 1.894.707.437 3,11 26,73
1914 1.950.385.652 2,94 30,45

Fuente: el consumo total y la inversión total se han obtenido por cálculos propios según fuentes
especificadas en los cuadros respectivos, de donde resulta el PIB.

170
GRÁFICO Nº VI.1
EVOLUCIÓN DE LOS COMPONENTES DEL PIB
Año base = 1875
2.0 00.000.000

1.8 00.000.000

1.6 00.000.000

1.4 00.000.000

1.2 00.000.000
Bol vares

1.0 00.000.000

800.000.000

600.000.000

400.000.000

200.000.000

0
1875

1877

1879

1881

1883

1885

1887

1889

1891

1893

1895

1897

1899

1901

1903

1905

1907

1909

1911

1913
Años

Cons um o tota l Invers i n total

GRÁFICO Nº VI.2
VARIACIÓN PORCENTUAL DEL PIB
Año base = 1875

3
Variaci n %

0
1875

1877

1879

1881

1883

1885

1887

1889

1891

1893

1895

1897

1899

1901

1903

1905

1907

1909

1911

1913

-1

-2

-3

-4

A æo s

171
Capítulo VII
LA DIMENSIÓN DEL ESTADO: RELACIÓN DE INGRESOS
Y EGRESOS FISCALES RESPECTO AL PIB
VII.a. Análisis sobre el tamaño del Estado
respecto a la economía nacional
176
Con base en los ingresos y egresos fiscales declarados en las “memoria
y cuenta” del Ministerio de Hacienda, se puede inferir el “tamaño del Esta-
do” con respecto al PIB, tanto en lo que tiene que ver con los ingresos
fiscales, como en sus egresos. Así, por tamaño del Estado entenderemos
la proporción porcentual resultante entre el valor del PIB y el valor total
de los ingresos y egresos del Estado, que a la postre es el resultado de sus
recaudaciones tributarias sobre esa misma economía.
A partir de 1874, se observan una serie de déficit recurrentes: 14 de
los 40 años de la serie arrojan saldos negativos en la relación ingresos-
egresos fiscales. En términos absolutos, el ingreso de 1874 registró 11,8
millones de bolívares para cerrar el ciclo con 60,5 millones. Los egresos,
por su parte, inician el lapso en 5,2 millones de bolívares para cerrar en
44,8 en 1914.
Hasta 1874, la tradición del balance fiscal arrojaba un contundente
saldo positivo a favor de los ingresos. De acuerdo con la tradición secular
que parte desde el año cero del siglo XIX venezolano, el balance fiscal
fue abrumadoramente positivo. Es decir, hasta 1873 el valor de las re-
caudaciones fiscales superó ampliamente sus saldos anuales al monto de
los gastos ordinarios. Sin embargo, esta afirmación debe tomarse en tér-
minos estrictamente nominales, ya que capítulo aparte deben ocupar los
gastos por concepto de deuda, cuya constante presión obligaba a legislar
para impedir que más de un tercio del ingreso se destinara a honrar la
deuda pública, la cual superaba ampliamente los montos de ingreso.
Desde este contexto, no cabe duda que nuestro desempeño fiscal se en-
contró severamente acosado por un permanente déficit generado por la
deuda. Aún así, antes de 1874 los escasos años nominalmente negativos
de nuestro balance fiscal jamás se prolongaron en el tiempo. Entonces,
dichos déficit fueron lapsos breves y estrictamente coyunturales, quizás
más a causa de un relajamiento en la disciplina de la recaudación que de
una caída real de la economía. Estos resultados deben analizarse en ra-

177
zón de tomar en cuenta o no la carga de la deuda pública que venía
arrastrando nuestro país desde sus comienzos como Estado indepen-
diente. Tal como aparece en nuestro libro sobre la evolución de la deuda
desde los orígenes de la Colombia bolivariana hasta 1874, con la sola ex-
cepción del período 1830-1848, la deuda siempre trazó una trayectoria
de sostenido crecimiento, por tales razones, los balances fiscales con base
en los ingresos y egresos sin tomar en cuenta la carga o servicio de la
deuda no son realistas.46
Por el contrario, para el período 1874-1814 ocurre la mayor cantidad
de saldos rojos en nuestro saldo fiscal, pues de los 40 años comprendi-
dos en este lapso, 17 años resultaron deficitarios. Pero además, se observan
también por primera vez prolongados lapsos negativos del movimiento
fiscal. Afortunadamente en bloques, como el caso de los trienios 1883-
1886 y 1905-1908. El mayor monto superavitario lo ostenta el año 1911
con 18,7 millones, contra el mayor déficit de 1895 con -14,5 millones de
bolívares. Los menores montos de superavit ocurren en 1896 con 0,8
millones, contra el menor déficit de 1893 con 0,5 millones de bolívares.
En términos seculares, el balance fiscal denota una pendiente positi-
va, sólo interrumpida con una recta negativa entre los años 1895 y 1903,
a partir de los cuales se retoma una escalada de ascenso, pese a un retro-
ceso en el último año de la serie, tal como se aprecia en el Gráfico VII.1
(véase p. 181). Se observan, sin embargo, muchos picos irregulares y un
spread muy estrecho entre los ingresos y los egresos, lo que constituye
otra característica diferenciadora de este período con respecto a los ante-
riormente aludidos.
Por otra parte, la proporción de los ingresos fiscales respecto al mon-
to del PIB, que esta investigación denomina “tamaño del Estado”, no
superó jamás la barrera de 5% proporcional. Su promedio a lo largo de
la serie remontó 2,35%. Todo lo cual habla de un Estado considerable-
mente pequeño en relación con el tamaño de la economía nacional.
Asimismo, aprovechando contar con el índice general de precios de
toda la cronología, se confeccionó un cuadro y gráfico comparativo con-
teniendo las respectivas variaciones porcentuales del PIB, de los ingresos
fiscales y del índice general de precios.
De esta última comparación se desprende el siguiente contraste: has-
ta 1887, las variaciones porcentuales del PIB, del ingreso fiscal y del
índice de precios marcharon relativamente parejos. A partir de enton-

46 Cf. Tomás E. Carrillo Batalla: El pensamiento económico de Francisco Pimentel y Roth.


Caracas: Academia Nacional de Ciencias Económicas, 1990.

178
ces, el PIB marchará, por lo general, por debajo del ritmo de crecimien-
to respecto de los ingresos fiscales, sin distanciarse mucho el uno del
otro. Mientras que a una caída de los precios que no llegó al -20 %,
ocurrida entre los años 1887 y 1902, y a la que siguió una escalada
inflacionaria sin precedentes que termina la serie en 120% respecto de
1874. Este comportamiento observado a principios del siglo XX, debió
impactar considerablemente en la marcha de la economía venezolana.

179
VII.b. Cuadros y gráficos
182
CUADRO Nº VII.1
ESTRUCTURA FISCAL
1875-1914
en Bs.
Año fiscal Ingresos Egresos Balance
1873 1874 7.766.817 3.550.489 4.216.328
1874 1875 11.795.356 5.155.710 6.639.646
1875 1876 12.950.999 4.448.593 8.502.406
1876 1877 26.256.830 24.408.623 1.848.207
1877 1878 23.833.708 21.477.748 2.355.960
1878 1879 33.457.477 22.489.923 10.967.555
1879 1880 28.912.870 23.502.097 5.410.773
1880 1881 29.766.688 22.566.407 7.200.281
1881 1882 28.974.604 30.003.086 -1.028.482
1882 1883 28.987.522 25.021.124 3.966.398
1883 1884 34.255.390 36.000.122 -1.744.732
1884 1885 32.939.516 34.505.345 -1.565.829
1885 1886 27.341.186 30.985.007 -3.643.821
1886 1887 33.686.246 28.644.576 5.041.670
1887 1888 40.724.531 42.254.951 -1.530.420
1888 1889 40.395.391 37.423.390 2.972.001
1889 1890 45.031.225 45.630.867 -599.642
1890 1891 35.976.000 49.122.477 -13.146.477
1891 1892 43.937.434 44.732.466 -795.032
1892 1893 36.724.973 33.374.980 3.349.993
1893 1894 51.421.876 51.919.795 -497.919
1894 1895 48.656.797 43.891.526 4.765.271
1895 1896 51.459.947 65.959.787 -14.499.840
1896 1897 48.313.540 47.475.902 837.638
1897 1898 33.429.826 45.542.525 -12.112.699
1898 1899 40.563.760 35.651.502 4.912.258
1899 1900 27.269.194 24.203.139 3.066.055
1900 1901 44.945.262 37.984.405 6.960.857
1901 1902 31.650.766 32.421.784 -771.018
1902 1903 25.738.595 23.536.673 2.201.922
1903 1904 56.523.977 38.369.429 18.154.548
1904 1905 46.877.853 51.356.229 -4.478.376
1905 1906 49.334.669 50.345.141 -1.010.472
1906 1907 49.929.301 61.146.394 -11.217.093
1907 1908 50.803.153 49.375.203 1.427.950
1908 1909 50.410.132 47.668.810 2.741.322
1909 1910 48.552.857 52.337.175 -3.784.318
1910 1911 69.862.184 61.640.010 8.222.174
1911 1912 82.793.512 64.069.521 18.723.991
1912 1913 65.426.539 62.384.023 3.042.516
1913 1914 60.370.993 64.873.598 -4.502.605
1914 1915 50.598.451 44.830.052 5.768.399

Fuente: Leyes de Presupuesto y Memorias del Ministerio de Hacienda de los años respectivos.

183
GRÁFICO Nº VII.1
INGRESOS Y EGRESOS FISCALES
90.000.000

80.000.000

70.000.000

60.000.000
Bol vares

50.000.000

40.000.000

30.000.000

20.000.000

10.000.000

1899

1911
1873

1875

1877

1879

1881

1883

1885

1887

1889

1891

1893

1895

1897

1901

1903

1905

1907

1909

1913
Aæos

Ingresos Egresos

GRÁFICO Nº VII.2
TAMAÑO DEL ESTADO. % DE INGRESOS Y EGRESOS SOBRE EL PIB

5,00

4,50

4,00
% respecto al PIB

3,50

3,00

2,50

2,00

1,50

1,00

0,50

0,00
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40

Aæos

% Ingreso sobre el PIB % Egreso sobre el PIB

184
CUADRO Nº VII.2
TAMAÑO DEL ESTADO RESPECTO DEL PIB
1875-1914
en Bs.

Año fiscal Ingresos Egresos PIB % Ingreso s/PIB % Egreso s/PIB


1874 1875 11.795.356 5.155.710 1.495.115.798 0,79 0,34
1875 1876 12.950.999 4.448.593 1.552.801.557 0,83 0,29
1876 1877 26.256.830 24.408.623 1.576.599.744 1,67 1,55
1877 1878 23.833.708 21.477.748 1.606.528.517 1,48 1,34
1878 1879 33.457.477 22.489.923 1.622.588.952 2,06 1,39
1879 1880 28.912.870 23.502.097 1.655.931.075 1,75 1,42
1880 1881 29.766.688 22.566.407 1.685.821.677 1,77 1,34
1881 1882 28.974.604 30.003.086 1.724.338.559 1,68 1,74
1882 1883 28.987.522 25.021.124 1.759.615.812 1,65 1,42
1883 1884 34.255.390 36.000.122 1.768.523.747 1,94 2,04
1884 1885 32.939.516 34.505.345 1.782.369.350 1,85 1,94
1885 1886 27.341.186 30.985.007 1.740.889.931 1,57 1,78
1886 1887 33.686.246 28.644.576 1.704.122.764 1,98 1,68
1887 1888 40.724.531 42.254.951 1.665.297.403 2,45 2,54
1888 1889 40.395.391 37.423.390 1.626.228.576 2,48 2,30
1889 1890 45.031.225 45.630.867 1.587.844.938 2,84 2,87
1890 1891 35.976.000 49.122.477 1.597.888.255 2,25 3,07
1891 1892 43.937.434 44.732.466 1.616.468.150 2,72 2,77
1892 1893 36.724.973 33.374.980 1.608.511.485 2,28 2,07
1893 1894 51.421.876 51.919.795 1.620.687.620 3,17 3,20
1894 1895 48.656.797 43.891.526 1.616.941.385 3,01 2,71
1895 1896 51.459.947 65.959.787 1.634.241.189 3,15 4,04
1896 1897 48.313.540 47.475.902 1.654.181.822 2,92 2,87
1897 1898 33.429.826 45.542.525 1.659.315.149 2,01 2,74
1898 1899 40.563.760 35.651.502 1.689.865.149 2,40 2,11
1899 1900 27.269.194 24.203.139 1.698.991.946 1,61 1,42
1900 1901 44.945.262 37.984.405 1.753.706.520 2,56 2,17
1901 1902 31.650.766 32.421.784 1.812.091.431 1,75 1,79
1902 1903 25.738.595 23.536.673 1.854.067.481 1,39 1,27
1903 1904 56.523.977 38.369.429 1.927.243.976 2,93 1,99
1904 1905 46.877.853 51.356.229 1.984.201.881 2,36 2,59
1905 1906 49.334.669 50.345.141 1.925.670.557 2,56 2,61
1906 1907 49.929.301 61.146.394 1.871.518.742 2,67 3,27
1907 1908 50.803.153 49.375.203 1.817.415.071 2,80 2,72
1908 1909 50.410.132 47.668.810 1.760.118.501 2,86 2,71
1909 1910 48.552.857 52.337.175 1.709.058.593 2,84 3,06
1910 1911 69.862.184 61.640.010 1.774.054.085 3,94 3,47
1911 1912 82.793.512 64.069.521 1.837.491.672 4,51 3,49
1912 1913 65.426.539 62.384.023 1.945.884.083 3,36 3,21
1913 1914 60.370.993 64.873.598 1.950.385.652 3,10 3,33
Promedios del período 2,35 2,27

Fuente: Leyes de Presupuesto y Memorias del Ministerio de Hacienda de los años respectivos.

185
CUADRO Nº VII.3
COMPARACIÓN ENTRE PIB, INGRESOS FISCALES E ÍNDICE DE PRECIOS
1875-1914
Variaciones porcentuales
Año V % PIB % Ingreso s/PIB V % IP
1875 0,00 0,79 -0,22
1876 3,86 0,83 -0,67
1877 1,53 1,67 6,52
1878 1,90 1,48 1,51
1879 1,00 2,06 0,81
1880 2,05 1,75 1,14
1881 1,81 1,77 4,21
1882 2,28 1,68 7,65
1883 2,05 1,65 -3,80
1884 0,51 1,94 -5,27
1885 0,78 1,85 6,06
1886 -2,33 1,57 -1,62
1887 -2,11 1,98 6,18
1888 -2,28 2,45 -8,04
1889 -2,35 2,48 -7,13
1890 -2,36 2,84 -18,88
1891 0,63 2,25 -17,80
1892 1,16 2,72 -15,98
1893 -0,49 2,28 11,84
1894 0,76 3,17 -6,12
1895 -0,23 3,01 -3,04
1896 1,07 3,15 0,32
1897 1,22 2,92 4,17
1898 0,31 2,01 7,60
1899 1,84 2,40 12,10
1900 0,54 1,61 16,53
1901 3,22 2,56 21,40
1902 3,33 1,75 26,59
1903 2,32 1,39 32,16
1904 3,95 2,93 38,26
1905 2,96 2,36 44,67
1906 -2,95 2,56 53,28
1907 -2,81 2,67 58,54
1908 -2,89 2,80 66,18
1909 -3,15 2,86 74,35
1910 -2,90 2,84 83,45
1911 3,80 3,94 93,10
1912 3,58 4,51 103,05
1913 5,90 3,36 113,33
1914 0,23 3,10 120,78

* Año base = 1874

Fuente: cálculos propios sobre los resultados de los cuadros VI.1, VII.1 y el IGP contenido en los
Soportes Estadísticos de esta obra.

186
GRÁFICO Nº VII.3
COMPARACIÓN ENTRE EL PIB, INGRESOS FISCALES E ÍNDICE DE PRECIOS

140,00

120,00

100,00

80,00
Variaciones % %
Variaciones

60,00

40,00

20,00

0,00
1875

1877

1879

1881

1883

1885

1887

1889

1891

1893

1895

1897

1899

1901

1903

1905

1907

1909

1911

1913
-20,00

-40,00
AñosAæos
VV%%PIB
PIB %%Ingreso fiscal s/PIB
Ingreso fiscal s/ PIB V%
V %˝ndice de Precios
Índice de Precios

187
Soportes estadísticos
de las Cuentas Nacionales
de Venezuela
1874-1914
Capítulo I
MUESTRAS DE IMPORTACIONES Y SU CLASIFICACIÓN
I.a. Explicación metodológica
El análisis de las importaciones constituye un componente esencial
de la presente investigación, toda vez que permite el cálculo del produc-
to interno bruto (PIB) en los términos ya expuestos a lo largo del Capí-
tulo II: “Análisis metodológico del período 1874-1914”, impidiendo la
doble contabilidad tanto para el consumo como para la inversión. A esta
parte la hemos denominado “Muestras de importaciones y su clasificación”.
Implica descomponer el valor total de los bienes importados en dos
grandes grupos: uno, el grupo de los bienes de consumo final; y dos, el
grupo de los bienes de capital y materia prima.
Por bienes de consumo final entendemos la condición de todos aquellos
productos que una vez puestos en la circulación mercantil, no requieren
de ningún proceso productivo previo, pues ya se encuentran listos para
llegar al último eslabón de la cadena productiva. Por bienes de capital y
materia prima concebimos a aquellos productos que, si bien se encuen-
tran en el mercado, son: partes agregadas de un bien productor de otros
bienes, productos que están destinados a ser incorporados o a formar
parte de equipos o artículos productores de otros bienes, productos a ser
transformados en objetos o materiales listos para el consumo después
del proceso industrial correspondiente. Descompuestos de este modo, ob-
tenemos los componentes esenciales del PIB: consumo e inversión.
Para la presente investigación se han tomado “muestras” de listas de
bienes de importación que se encuentran disponibles en forma docu-
mental, pero dispersas en los documentos anexos de la “memoria y cuen-
ta” de los ministerios de Hacienda y Fomento —hace este último su
aparición para este período en estudio— o en esporádicas publicaciones
de estadísticas mercantiles que imprimía el Ejecutivo Nacional con el
fin de promover y estimular inversiones extranjeras en nuestro territo-
rio. El Boletín de la Riqueza Nacional, por ejemplo, fue una serie men-
sual publicada entre 1890 y 1893, por el Ministerio de Fomento,
contentiva de valiosísima información estadística y cualitativa, donde
predominaban los proyectos de explotación de minas, proyectos ferro-
carrileros, potencialidades agrícolas, proyectos telecomunicacionales,
diversas estadísticas, entre otros aspectos.
Paradójicamente, la constatación de una moderna tecnología conta-
ble para este período, no se encuentra acorde con la posibilidad de obtener
partidas de importación detalladas para cada uno de los años. Procedi-
mos, en consecuencia, a aplicar una metodología similar a la que fue
aplicada en los períodos anteriores: la técnica del muestreo. Así, sólo fue
posible conseguir seis partidas lo suficientemente especificadas, referi-
das a los puertos de La Guaira (LG), Puerto Cabello (PC) y Maracaibo
(M) en distintos casos. A continuación exponemos un cuadro síntesis
especificando el año de la muestra, el puerto donde se toma, los valores
de la muestra y del total de exportaciones, y la proporción porcentual del
valor de la muestra respecto del valor total de importación, cuyo prome-
dio se ubica en 37%, con lo cual nos consideramos satisfechos por cuanto la
muestra representa un considerable universo de bienes importados, si
acaso los más consumidos en el país.

Años Lugar de Valor de Valor total Proporción


de muestra muestra importación de importaciones porcentual
de la muestra

1875 LG 13.229.000 52.931.536 24,99


1876 LG 13.968.597 75.216.867 18,57
1878 LG 7.856.478 65.017.756 12,08
1897 LG y PC 31.948.549 68.712.181 46,50
1913 LG y PC 48.037.895 101.955.735 47,12
1914 LG, PC y M 65.176.253 88.110.377 73,97

Como puede observarse en los cuadros de partidas de importación


extensos que siguen a estos comentarios, el siguiente paso consistió en
clasificar dichos bienes importados. Se muestra, en primer lugar, todos
los bienes de consumo final, seguido de los bienes de capital y materia
prima, que convenimos en presentarlos en franjas oscuras para su dife-
renciación pedagógica. Luego, con base en el total de la muestra, se obtie-
nen las diferentes proporciones porcentuales para cada tipo. Finalmente,
estos años muestrales se proyectan con base en el total de importacio-
nes, completando la serie de 40 años al aplicar la recta de regresión, para
luego contrastar con los montos que en las memorias y cuentas refieren
al sistema tributario (escalas de tributación por tipo de bienes y bienes
libres de derechos, los cuales inferimos todos como bienes de capital).
De este modo hacemos una crítica interna a nuestros propios cálculos.

196
BREVE ANÁLISIS DE LA BALANZA COMERCIAL

Entendemos la balanza comercial como la diferencia entre el valor de


las exportaciones respecto al valor de las importaciones. Este aspecto
importante de nuestra economía fue incluido en los tomos respectivos
correspondientes a los períodos 1800-1830 y 1831-1873. De un análi-
sis interno de esta información podemos concluir en las siguientes
consideraciones:
• En términos seculares, la balanza comercial fue ampliamente po-
sitiva; es decir, el valor de las exportaciones fueron siempre mayo-
res que el valor de las importaciones.
• La separación o diferencia absoluta entre exportaciones e impor-
taciones resultó en promedio muy amplia a favor de las exporta-
ciones. La media de la diferencia alcanzó los 20,7 millones de
bolívares, siendo los extremos de 5,4 millones, la más baja; y 50,8
millones, la más alta.
• Sólo tres años resultaron con balanza negativa: 1877, con 2 mi-
llones; y los años 1909 y 1910, con 15,2 y 45 millones, respecti-
vamente. Ello se debió, más a la caída de las exportaciones que a
un aumento de las importaciones.
• Se observan cuatro movimientos de pendientes:
1. Breve caída de las exportaciones entre 1874 y 1881, cuando las
importaciones también cayeron en esos últimos cuatro años, con
una separación por debajo de la media.
2. Acelerado crecimiento de ambas variables entre 1882 1891, con
balanza positiva y alta separación por encima de la media.
3. Caída sostenida de ambas variables entre 1892 y 1903, con
baja separación.

197
4. Entre 1904 y 1908, procede recuperación y estabilidad, que
sigue al pico más bajo en 1910, con balanza negativa, para recu-
perarse hasta alcanzar montos superiores al resto de la serie en los
últimos años 1912-1914, alcanzando altos niveles de separación
entre ambas magnitudes.

198
I.b. Cuadros de clasificación
de importaciones

199
200
CUADRO Nº I.1
CLASIFICACIÓN DE IMPORTACIONES, 1875

Bienes importados Cantidad Unid. Valor en pesos


Agua florida 2 Cajas 21
Aguardiente en otros envases 27 662
Arvejas 8 300
Arroz 10 Sacos 536
Artículos de algodón 1 Cajas 12
Artículos de algodón manufacturados 1 Cajas 16
Azúcar 5 Barril 286
Bagaje 10 83
Banco de madera 6 15
Café 6 Sacos 279
Caraotas 40 Sacos 2.000
Carne salada 1 42
Cigarrillos 1 11
Frutas frescas y secas 20 Sacos 1.000
Garbanzos 10 Sacos 500
Ginebra 18 309
Harina de trigo 8 Barril 368
Jabón 51 1.200
Kerosén 4 Cajas 135
Mantequilla 1 Cajas 14
Municiones 6 Barril 32
Papas 10 Sacos 406
Pescado en aceites 1 Cajas 15
Pescado salado 3 134
Pólvora 11 Barril 179
Sardinas 14 Cajas 1.074
Sidra en otros envases 3 83
Tabaco en rama 2 21
Vino en botellas 4 107
Zapatos hechos 1 Par 3
Zaraza 2 Cajas 49
Acero 8 Barras 344
Brea 133 936
Clavos de hierro 3 305
Esperma 2 Cajas 19
Fósforo 2 Cajas 15
Hierro en barras 2 47
Hierro redondo 8 344
Hilos de toda clase 1 16
Liencillo 2 Cajas 178
Loneta 1 Cajas 63
Machetes y hachas 2 Cajas 648
Papel blanco 1 Cajas 126
Pistones 1 Cajas 2
Suela 1 4
Total 13.229 100 %
Bienes de consumo 10.182 76,96 %
Bienes de capital y materia prima 3.048 23,04 %

Fuente: elaboración propia sobre la base de estadísticas de la Memoria y Cuenta del Ministerio de
Hacienda, 1876.
Nota: los bienes de consumo final se presentan en fondo blanco, y en fondo gris los bienes de capital
y materia prima.

201
CUADRO Nº I.2
CLASIFICACIÓN DE IMPORTACIONES, 1876

Bienes importados Cantidad Valor en pesos


Armas blancas y de fuego 9.939 18.820
Artículos varios 1.926.080 573.030
Cigarrillos y sus materiales 180.112 123.784
Comestibles 12.702.751 1.750.577
Cuchillería 21.015 16.345
Drogas y medicinas 887.570 273.888
Fuegos artificiales 53.286 16.331
Harina de trigo 10.115.085 690.069
Jabón y sus materias primas 2.211.002 307.454
Loza fina y ordinaria 799.231 8.602
Muebles y efectos de familia 364.745 115.047
Peluquería y perfumería 180.813 96.288
Pólvora y municiones 93.554 46.415
Productos animales 3.919 2.898
Productos naturales y manufacturados de Colombia 124.882 62.303
Quincalla y artículos de escritorio 1.230.603 579.24
Relojes y prendas finas 7.773 103.311
Ropa hecha 98.910 205.610
Sombreros y sus materiales 61.296 241.401
Tabaco en rama y elaborado 270.301 165.600
Velas y aceites para alumbrar 2.080.832 346.383
Vino y licores 8.458.892 948.234
Alimentos para animales 188.442 10.702
Artículos de marina 296.099 43.564
Carbón de piedra 162.119 3.033
Carruajes y arneses 187.026 52.359
Calzado y materiales de zapatería y talabartería 130.524 234.598
Cordelería e hilo acarreto 289.505 97.702
Coleta, crudo y cañamazo 930.672 241.926
Corchos y tapones 5.273 4.462
Fósforos y sus materiales 76.912 6.725
Fotografía y sus materiales 1.911 2.036
Hierro, cobre, zinc manufacturado 2.561.888 460.818
Hilos de todas clases 122.626 113.495
Instrumentos y aparatos científicos 1.435 2.598
Instrumentos y aparatos musicales 32.211 29.179
Maderas de todas clases 2.711.918 55.493
Máquinas para industrias y manufactura 601.427 198.148
Mercancía de algodón 3.591.287 3.686.581
Mercancía de hilo 1.368.161 1.259.234
Mercancía de hilo y algodón 15.183 14.741
Mercancía de lana 272.850 527.579
Mercancía de lana y algodón 5.232 11.985
Mercancía de seda 27.185 192.21
Mercancías mezcladas 7.289 27.783
Total 13.968.597 100 %
Bienes de consumo 6.691.635 48 %
Bienes de capital y materia prima 7.276.962 52 %

Fuente: elaboración propia sobre la base de estadísticas de la Memoria y Cuenta del Ministerio de
Hacienda, 1876.
Nota: los bienes de consumo final se presentan en fondo blanco, y en fondo gris los bienes de capital
y materia prima. Todas las cantidades se expresan en kilogramos.

202
CUADRO Nº I.3
CLASIFICACIÓN DE IMPORTACIONES, 1877

Bienes importados Cantidad Valor en pesos


Armas de fuego, pólvora y municiones 121.475.200 45.776
Artículos varios 246.745.950 118.272
Cigarrillos y sus materiales 60.040 40.321
Comestibles 2.537.577.150 566.066
Drogas y medicinas 303.622.300 123.162
Harina 5.442.798.500 387.868
Jabón y sus materias primas 1.061.502 110.658
Loza fina y ordinaria 383.901 47.140
Mercancías libres 10.508.082.532 711.736
Muebles y efectos de familia 259.081.905 86.509
Peluquería y perfumería 110.317.370 55.708
Quincalla y artículos de escritorio 314.139.255 217.322
Relojes y prendas finas 8.823.750 113.576
Ropa hecha 48.070.400 109.088
Sombreros y sus materiales 35.621.900 135.871
Tabaco en rama y elaborado 104.026.900 50.744
Velas y aceites para alumbrar 977.091.375 170.919
Vino y licores 2.393.083.486 297.861
Artículos de marina 85.014 13.590
Carbón de piedra 920.842 4.738
Carruajes y arneses 77.225 19.702
Calzado y materiales de zapatería y talabartería 64.743.523 120.710
Cordelería e hilo acarreto 102.902.420 35.272
Coleta, crudo y cañamazo 321.154.550 84.104
Fósforos y sus materiales 65.692.500 8.758
Fotografía y sus materiales 4.009.250 3.238
Hierro, cobre, zinc manufacturado 1.542.606.740 302.085
Hilos de todas clases 66.616.250 62.717
Instrumentos y aparatos científicos 1.371.730 3.077
Instrumentos y aparatos musicales 42.264.220 27.969
Maderas de todas clases 62.381 4.230
Máquinas para industrias y manufactura 225.451.500 91.260
Materiales para edificios 15.064 586
Mercancía de algodón 1.644.981.450 1.580.864
Mercancía de hilo 373.839.210 333.846
Mercancía de hilo y algodón 27.149.500 34.959
Mercancía de lana 137.997.750 241.812
Mercancía de lana y algodón 63.724.630 46.625
Mercancía de seda 12.410.565 81.359
Mercancía de seda y algodón 4.773.500 5.924
Mercancías mezcladas 23.078.250 75.504
Metales 2.031 1.178
Oro y plata acuñada 976.515 324.532
Papel de estraza 128.880.500 9.271
Pinturas y sus materiales 157.849.350 26.783
Vidrio y cristalería 226.713.750 40.525
Total 6.973.815 100 %
Bienes de consumo 3.388.597 49 %
Bienes de capital y materia prima 3.585.218 51 %

Fuente: elaboración propia sobre la base de estadísticas de la Memoria y Cuenta del Ministerio de
Hacienda, 1877.
Nota: los bienes de consumo final se presentan en fondo blanco, y en fondo gris los bienes de capital
y materia prima. Todas las cantidades se expresan en kilogramos.

203
CUADRO Nº I.4
CLASIFICACIÓN DE IMPORTACIONES, 1878

Bienes importados Cantidad Valor en pesos


Armas de fuego 87.895 44.904
Artículos varios 400.717 143.013
Cigarrillos y sus materiales 142.900 88.226
Comestibles 269.624.575 584.492
Drogas y medicinas 372.125 132.057
Harina 4.132.354 348.119
Jabón y sus materias primas 1.093.005 149.417
Loza fina y ordinaria 637.659 66.235
Mercancías libres 8.478.695 514.325
Muebles y efectos de familia 157.857 40.722
Peluquería y perfumería 133.579 69.113
Quincalla y artículos de escritorio 287.107 217.649
Relojes y prendas finas 5.400 52.744
Ropa hecha 66.723 130.053
Sombreros y sus materiales 35.943 122.615
Tabaco en rama y elaborado 63.452 40.659
Velas y aceites para alumbrar 1.368.949 199.827
Vino y licores 3.567.214 417.240
Artículos de marina 87.950 17.465
Carbón de piedra 66.372 492
Carruajes y arneses 44.477 10.045
Calzado y materiales de zapatería y talabartería 91.302 158.439
Cordelería e hilo acarreto 159.863 55.398
Coleta, crudo y cañamazo 375.469 97.306
Fósforos y sus materiales 7.959 1.562
Fotografía y sus materiales 1.066 1.874
Hierro, cobre, zinc manufacturado 1.479.718 285.852
Hilos de todas clases 81.084 87.675
Instrumentos y aparatos científicos 1.023 3.808
Instrumentos y aparatos musicales 26.773 20.700
Maderas de todas clases 50.236 5.846
Máquinas para industrias y manufactura 153.765 59.127
Materiales para edificios 18.219 1.430
Mercancía de algodón 2.374.039 2.171.744
Mercancía de hilo 450.688 414.513
Mercancía de hilo y algodón 24.739 28.742
Mercancía de lana 156.589 276.493
Mercancía de lana y algodón 20.789 39.810
Mercancía de seda 13.140 83.442
Mercancía de seda y algodón 81 707
Mercancías mezcladas 57.838 124.769
Metales 1.337 1.189
Oro y plata acuñada 889 466.972
Papel de estraza 168.752 13.769
Pinturas y sus materiales 138.660 19.847
Tipografía y materiales de imprenta 14.236 5.612
Vidrio y cristalería 246.331 40.437
Total 7.856.478 100 %
Bienes de consumo 3.361.412 43 %
Bienes de capital y materia prima 4.495.066 57 %

Fuente: elaboración propia sobre la base de estadísticas de la Memoria y Cuenta del Ministerio de
Hacienda, 1879.
Nota: los bienes de consumo final se presentan en fondo blanco, y en fondo gris los bienes de capital
y materia prima. Todas las cantidades se expresan en kilogramos.

204
CUADRO Nº I.5
CLASIFICACIÓN DE IMPORTACIONES, 1897*

Bienes importados Cantidad Valor en pesos


Armas de fuego 39.280 100.488
Artículos varios 2.903.759 3.177.566
Cigarrillos y picadura 410.700 1.203.718
Comestibles 7.948.605 4.207.145
Drogas y medicinas 430.259 845.833
Harina de trigo y otros cereales 9.927.788 1.699.901
Loza fina y ordinaria 326.772 163.083
Muebles y efectos del hogar 171.961 296.301
Oro y plata acuñada 315 172.672
Peluquería y perfumería 116.588 229.565
Quincalla y artículos de escritorio 562.077 1.293.745
Relojes y prendas finas 3.212 211.433
Ropa hecha 2.723 27.691
Sombreros y sus materiales 41.528 538.124
Tabaco en rama y elaborado 11.927 86.725
Velas y aceites para alumbrar 235.697 445.502
Vino y licores 3.485.154 1.871.768
Artículos de marina 198.601 181.884
Carbón de piedra 16.245.309 265.563
Calzados y materiales de talabartería 12.929 852.784
Carruajes y arneses 9.825 22.710
Cordelería e hilo acarreto 50.698 86.462
Coleta, crudo y cañamazo 720.166 521.796
Fotografía y sus materiales 8.085 27.672
Fósforos y sus materiales 30 150
Hierro, cobre, zinc manufacturado 1.970.504 846.682
Hilos de todas clases 51.385 290.615
Instrumentos y aparatos científicos 3.953 30.045
Jabón y sus materias primas 1.443.192 153.584
Maderas de todas clases 853.377 197.634
Materiales de construcción 6.638.172 356.249
Máquinas para industrias y manufactura 150.923 204.058
Mercancía de seda 16.506 565.196
Mercancía de lana 108.141 745.714
Mercancía de hilo 144.135 552.029
Mercancía de algodón 2.081.735 6.311.418
Mercancía de seda y algodón 1.533 34.919
Mercancía de hilo y algodón 17.756 61.698
Mercancía de lana y algodón 8.825 81.781
Mercancías libres 3.494.670 2.112.014
Metales 8.438 134.639
Pinturas y sus materiales 200.530 104.561
Papel de estraza 427.588 229.565
Tipografía y materiales de imprenta 522.727 268.150
Vidrio y cristalería 299.710 137.717
Total 31.948.549 100 %
Bienes de consumo 16.571.260 52 %
Bienes de capital y materia prima 15.377.289 48 %

* Sólo Puerto de La Guaira.


Fuente: elaboración propia sobre la base de estadísticas de la Memoria y Cuenta del Ministerio de
Hacienda, 1897.
Nota: los bienes de consumo final se presentan en fondo blanco, y en fondo gris los bienes de capital
y materia prima. Todas las cantidades se expresan en kilogramos.

205
CUADRO Nº I.6
CLASIFICACIÓN DE IMPORTACIONES, 1913

Bienes importados Cantidad Valor en pesos


Abanicos de cartón 1.489 5.931
Abanicos de seda 33 955
Abalorios 635 3.546
Aceite de almendras 3.406 4.100
Aceite de colza 11.240 4.700
Aceite de oliva 198.389 239.226
Aceite de semillas de algodón 7.008 7.760
Aceite de palma 804 579
Aceite de sésamo 722 700
Aceite de linaza 72.717 4.633
Aceite de kerosén 2.756 468.321
Aceitunas y alcaparras 30.211 25.686
Aguas minerales 69.203 25.882
Agua de azahares 4.913 4.512
Alcaparras 18.810 15.686
Alfombras 2.386 11.068
Alhucema 2.122 710
Alimentos preparados 28.551 59.142
Almanaques y anuncios 44.803 52.650
Almillas y medias de algodón 60.072 487.349
Almillas y medias de lana 468 7.070
Almillas de hilo 11 183
Almendras 1.540 4.998
Alpiste 22.907 17.143
Alumbre 949 385
Amargos 674 1.600
Artículos de escritorio 198.054 58.616
Armas de fuego y accesorios 8.971 173.638
Armas blancas 259 3.887
Arneses 1.979 10.527
Artículos de tocador 9.250 24.978
Arroz en grano 2.795 765.772
Arroz molido 586 358
Automóviles y accesorios 154.663 519.042
Avena 4.227 964
Avena quebrantada 10.184 4.699
Aves domésticas 154 499
Azúcar 64.551 25.404
Barro manufacturado 27.776 15.967
Bastones y fuetes 24.593 3.110
Baúles 2.824 3.445
Bayeta 29.191 495.070
Biberones y sus picos 1.564 9.855
Bicicletas, motocicletas y accesorios 17.364 85.703
Blankit 49.432 54.291
Boquillas y pipas 107 936
Bórax 777.758 159.270
Botellas “Thermos” 341 1.528
Bragueros 213 1.874
Broches 4.441 26.455
Calzados 49 2.045
Cápsulas para revólver 49.344 116.169
Carne salada y fresca 3.147 9.482
Catálogos y muestras 1.720 798
Cebada malteada 171.585 125.330
Cebada mondada 13.834 5.435
Cebollas y ajos 5.380 2.627
(continúa)

206
(viene)

Cepillos 7.021 22.830


Cerveza 574.365 175.792
Cigarrillos 626 4.320
Clean surface 43 130
Cochecitos para niños 871 969
Cola ordinaria 3.754 4.279
Colchones 1.953 3.754
Conservas alimenticias 135.506 242.663
Cromos 8.687 29.522
Cubiertos de plata alemana 860 8.342
Cuchillos y tenedores 40.525 153.494
Desinfectantes 52.211 90.286
Dedales 111 465
Dulces 249.429 285.929
Efectos personales 932 5.744
Encurtidos 36.694 26.290
Escobas y escobillones 2.044 3.384
Especias 143.098 117.521
Escopetas ordinarias 39.235 193.910
Esponjas 104 1.857
Espuela de plata alemana 50 365
Etiquetas litografiadas 1.413 6.404
Extractos de campeche 529 397
Extractos de cuajo 89 971
Extracto curtiente 3.836 1.490
Estucatina 1.269 94
Fécula para planchar 351 325
Felpudos 6.910 16.446
Filtros para agua 5.721 16.204
Flores artificiales 309 3.985
Fósiles 49 130
Fotografía y útiles 11.314 52.723
Frazadas de lana 2.183 7.927
Frutas frescas 89.012 68.858
Frutas secas 80.415 89.853
Fustes para montura 860 2.037
Galletas con dulce 68.498 78.252
Galletas sin dulce 174.064 135.775
Gelatina 1.985 5.738
Harina de avena 120 65
Harina de cebada 321 364
Harina de maíz 3.670 2.664
Harina de trigo 7.054.436 1.917.834
Harina lacteada 5.546 14.007
Hielo 10.100 300
Horquillas para el cabello 1.364 4.813
Hojillas de oro y plata falsa 80 627
Huevos de aves 692 1.196
Imágenes 4.592 18.411
Incienso 1.380 1.584
Jabón 2.682 2.696
Jabón de piedra 62 51
Jamones 147.049 290.615
Jarabes 6.788 4.356
Juegos de deportes 516 841
Juegos de salón 641 2.931
Jugo de frutas 10.351 9.432
Juguetes 50.964 112.120
Lámparas y linternas 31.895 87.474
Lápices de plomo 1.145 481
Leche condensada 41.820 40.175
(continúa)

207
(viene)

Legumbres preparadas 24.049 30.808


Legumbres sin preparar 1.167 514
Libros a la rústica 34.401 60.477
Libros científicos 7.440 19.452
Libros empastados 7.282 20.516
Linaza en grano 5.196 10.827
Loza ordinaria 152.205 78.361
Lúpulo 11.025 47.358
Maíz 4.487 2.321
Maicena 206 171
Maletas 2.678 14.345
Maní 445 312
Mangueras 2.110 9.586
Manígrafos 103 1.706
Manteca 203.102 179.754
Mantequilla 348.092 757.188
Medicinas y drogas 311.406 126.521
Menestras 34.321 23.578
Motas para polvo 636 5.979
Muebles de hierro 21.859 24.361
Muebles de madera fina 12.568 24.746
Municiones 83.090 48.953
Música escrita 3.283 2.097
Naipes 3.340 10.750
Navajas y tijeras 5.704 52.489
Objetos de fantasía 2.972 20.505
Ornamentos para iglesias 676 11.603
Pañolones de lana 268 6.394
Papas 167.865 23.168
Papel para cigarrillos 25.083 62.630
Papel dorado y plateado 117 557
Papel manufacturado 14.048 21.140
Papel no especificado 496.885 284.125
Papel de media cola 11.709 4.481
Paraguas de algodón 915.196 39.419
Paraguas de seda 507 5.167
Pasta para lustrar 787 376
Pasta para sopas 2.083 2.205
Peines y peinetas 6.768 53.294
Perfumería 90.674 301.846
Petates 462 764
Pescado preparado 87.341 62.255
Pez rubia 633.361 131.114
Pianos 20.333 50.668
Piedras para amolar 1.615 1.440
Piedra pómez 885 434
Pirotécnicos 52 150
Pizarras y lápices 5.952 2.486
Plata alemana manufacturada 2.205 26.818
Plumas para adornos 30 1.335
Plumeros 118 437
Prendas falsas 1.533 22.184
Polvos para hornear 255 629
Porcelana manufacturada 24.045 22.503
Quesos 121.321 175.699
Refrigeradoras 1.646 1.500
Regaliz 987 918
Relojes de bolsillo 83 1.404
Relojes de mesa y pared 6.455 25.931
Ropa hecha 1.011 9.849
Sagú 12.465 7.247
(continúa)

208
(viene)

Sal de Epsom y Glauber 46.849 4.498


Sardinas 479.577 518.399
Sombreros adornados 1.275 37.566
Sombreros sin adornar 36.625 577.558
Sulú 635 412
Tabaco elaborado 1.780 26.406
Talco en polvo 187 30
Tapioca 488 690
Té 1.825 4.682
Termómetros 55 302
Tiza 1.787 656
Trampas para roedores 1.705 1.840
Trigo quebrantado 7.658 3.254
Tocino 1.180 1.875
Triquitraques 4.774 4.695
Velas de esperma 1.197 1.752
Velocípedo 2.269 4.266
Veneno para roedores 1.669 1.497
Vinagre 11.668 5.227
Vinos 1.230.435 644.925
Vino en botellas 106.851 195.728
Yesqueros 52 652
Abonos 48.859 15.765
Accesorios para máquinas 48.656 163.754
Aceite para máquinas 200.147 79.936
Acero en barras 174 61.349
Acero manufacturado 8.864 34.695
Ácidos 114.735 51.714
Ácido sulfúrico 9.345 2.389
Adornos funerarios 3.515 12.442
Afrecho 2.565 367
Agujas y alfileres 2.300 10.002
Alambre de púas y grapas 1.380.070 333.089
Alambre de hierro 193.356 81.244
Algodón en rama 3.933 7.387
Alquitrán 3.590 5.005
Aluminio y níquel manufacturado 7.530 30.236
Amianto 1.699 1.304
Animales vivos 5.656 20.353
Anzuelos 1.105 4.846
Aparatos de óptica 326 3.242
Aparatos eléctricos y accesorios 297.697 571.310
Aparatos extintores de incendio 666 1.997
Aparatos para desinfección 1.080 2.542
Aparatos para alumbrado 36.485 74.268
Arena blanca 65.025 2.735
Artículos para dentistas 8.493 45.167
Artículos para el calzado 2.025 16.856
Artículos para fabricar sombreros 9.867 80.409
Asbestos 2.267 663
Aserrín de corcho 10.866 6.000
Asfalto 1.002 315
Atomizadores 1.534 4.004
Azogue 563 2.898
Balanzas 25.439 108.357
Bandas para máquinas 6.231 30.788
Barba de ballenas 50 183
Barnices charoles 11.294 1.149
Barriles 24.593 3.124
Bicarbonato de soda 42.677 9.034
Bicarbonato de potasio 655 532
(continúa)

209
(viene)

Billares accesorios 29 780


Billetes de banco 2.140 14.461
Bombas hidráulicas 49.432 54.291
Botellas para aguas gaseosas 109.556 27.865
Botellas vacías 1.232 574
Botes y embarcaciones 10.245 27.042
Botones 14.737 100.874
Brochas y pinceles 17.079 11.449
Bronce 3.285 4.819
Cal 5.106 272
Cables de acero 5.824 5.012
Cadenas y anclas 14.848 8.373
Cajas fuertes y registradora 31.125 65.775
Cáñamo en rama 52 139
Cañuelas y marcos 11.573 13.355
Carbón mineral 12.875 334.645
Carboncillo para luz eléctrica 123.041 16.464
Carbón vegetal 55 52
Carburo de calcio 352.584 121.578
Cartón en pasta 50.230 11.986
Cartón fino 47.075 19.552
Cartón manufacturado 26.644 55.128
Carretillas de mano 16.027 12.052
Carrocería 80 74.361
Caucho manufacturado 7.606 43.215
Celuloide manufacturado 2.437 26.050
Cemento romano 5.921.722 319.496
Cemento aglutinante 2 10
Cera sin labrar 1.066 1.866
Cerda vegetal 3.255 1.064
Cerote para zapatos 76 210
Cianuro de potasio 26.063 17.414
Cinematógrafos y accesorios 2.118 13.336
Clavazón de hierro 278.833 110.673
Cloruro de cal 3.066 82.884
Cobre 50.355 85.951
Cobre manufacturado 54.003 150.538
Colorión para fotografías 100 58
Corchos 4.076 19.125
Cordelería 785.762 217.039
Corsets y artículos para fabricarlos 1.365 4.980
Creta 238 58
Crudo N° 3 800.076 953.135
Cuerdas y entorchados 619 17.680
Dinamita 13.220 38.629
Ejes resortes para carro 7.860 3.595
Elásticas y ligas 460 5.523
Empacadura para máquinas 6.405 14.051
Encerados 6.866 9.249
Efectos para el Gobierno Nacional 293.451 694.227
Efectos para el ferrocarril de Táchira 208.003 47.954
Efectos para la flota del Lago 27.245 26.093
Esmeril 268 389
Espejos 26.894 39.577
Estambre en rama 4.282 30.647
Estanques de hierro 6.723 10.012
Estaño en barra 2.233 9.931
Estaño manufacturado 8.317 22.058
Estearina 944.308 855.862
Fibras vegetales 10.312 7.891
Fieltros sin fular 1.605 9.876
(continúa)

210
(viene)

Flejes de hierro 29.967 19.556


Fonógrafo y accesorios 9.684 58.337
Fósforos en pasta 341 666
Garrafones vacíos 68.439 33.615
Gas ácido carbónico 54.433 31.907
Goma arábiga 11.118 15.336
Grasa para máquinas 20.312 11.940
Guarales 11.729 27.008
Hachuelas 303 492
Hebillas 205 530
Heno 1.937 187
Herramientas y maquinaria para agricultura 921.721 708.805
Hierro en bruto 1.598.678 487.736
Hierro manufacturado 323.559 403.059
Hierro para edificios 889.046 386.417
Hierro para uso doméstico 484.862 324.209
Hilo acarreto e hilaza 83.806 175.091
Hilo para coser, tejer y bordar 72.099 487.678
Hiposulfito de sodio 1.705 714
Hojalata 53.243 215.757
Hojalata manufacturada 38.959 49.009
Hule 8.815 18.910
Incubadoras 670 944
Inodoros 14.304 11.414
Instrumentos científicos 1.188 26.215
Instrumentos musicales 3.076 11.052
Instrumentos para arte y oficios 75.248 140.352
Jarcias 5.009 5.003
Jeringas 6.072 24.708
Juncos y mimbre manufacturado 2.595 6.743
Ladrillos refractarios 126.166 5.984
Ladrillos para limpiar cubiertos 3.193 377
Lata-papel 2.170 1.586
Libros en blanco 21.124 45.930
Llantas de caucho 5.418 38.691
Madera manufacturada 626.555 288.718
Madera sin manufacturar 1.453.427 217.534
Madera en trozas 456.902 103.743
Maniquíes 828 368
Maquinarias 1.129.807 1.486.662
Máquinas y útiles para imprenta 32.177 85.427
Máquinas para aguas gaseosas 2.920 7.689
Máquinas para minas 1.058.141 7.502.249
Máquinas para telares 126.941 110.947
Máquinas para matar insectos 916 2.048
Máquinas para pirograbar 67 564
Mármol labrado 28.154 19.478
Materiales para caminos de hierro 2.829.190 1.086.240
Masa filtrante 14.188 2.620
Materias tintóreas 176 170
Marfil y nácar manufacturado 59 2.475
Mechas para lámparas 420 946
Mechas para minas 1.894 5.207
Mechas para velas 7.011 2.145
Mimbre y junco manufacturado 2.278 6.894
Molinos 8.668 9.927
Mollejones 4.170 1.704
Monturas 112 176
Mosaicos 25.028 14.226
Motores y accesorios 272.981 283.757
Musgo artificial 2.031 5.725
(continúa)

211
(viene)

Órganos 1.744 5.139


Oro acuñado 543 1.668.050
Oro manufacturado 6 6.000
Pábilo 98 401
Paja sin manufacturar 37.867 5.807
Pantallas para lámparas 187 562
Papel de imprenta 455.522 128.697
Papel de tapicería 16.392 13.178
Papel de lija 1.009 668
Parafina 3.638 2.463
Películas cinematográficas 1.613 53.204
Pesarios 26 192
Petróleo crudo 18.033 2.260
Piedras litográficas 25 97
Piedra en bruto 273.000 1.560
Piedras preciosas 6 7
Pieles curtidas manufacturadas 752 8.157
Pieles curtidas no manufacturadas 47.817 627.859
Pinturas finas 20.407 52.027
Pinturas ordinarias 207.678 129.432
Plantas vivas 5.981 7.888
Plata manufacturada 50 1.164
Plata acuñada 1.085 200.000
Plomo en barras 4.137 2.291
Plumas para almohadas 30 1.335
Pólvora 16.021 23.509
Polvos contra insectos 82 288
Polvo de mármol 10.386 578
Polvo para clarificar vino 83 375
Prensas para copiar 768 414
Rasuras de madera 1.165 483
Remos para botes 58 750
Romanas y pesas 38.924 48.606
Sacos vacíos 97.325 22.819
Sacos de lona y cañamazos 41.728 62.935
Sal de nitro 16.946 10.832
Sanguijuelas 35 228
Sebo 29.659 33.722
Semillas 2.691 8.961
Sémola 20.366 7.611
Sifones 335 860
Silicato de soda 101.840 10.942
Sobres 2.208 6.010
Soda y potasa 263.701 65.105
Suela 7.838 8.186
Sulfato de aluminio 11.935 77.127
Sulfato de cobre 957 385
Tabaco sin elaborar 2.008 12.423
Telas y tejidos de algodón 1.842.164 7.642.899
Telas de algodón labradas 28.353 244.915
Telas y tejidos de lana 41.050 465.628
Telas y tejidos de seda 1.584 99.901
Telas y tejidos de seda mezclada 4.182 106.107
Telas de lino 26.920 152.647
Telas de cerda 324 2.164
Tela pelo de camello 62 686
Tela de ramié 217 921
Tela de cañamazo 306 919
Tejidos de alambre de hierro 13.231 11.631
Tierra para edificios 46.602 4.531
Tierra refractaria 1.130 55
(continúa)

212
(viene)

Trementina 22.118 14.981


Tripas secas 48 234
Tubería de hierro 931.458 337.763
Túmulos de mármol 88 250
Veneno para pieles 3.125 2.176
Vidrios manufacturados 204.731 276.621
Vidrios planos 122.106 36.821
Yeso en polvo 18.912 2.214
Yeso manufacturado 2.471 1.663
Zinc en láminas 30.319 22.085
Zinc manufacturado 3.295 4.672
Total 48.037.895 100%
Bienes de consumo 13.507.534 28%
Bienes de capital y materia prima 34.530.361 72%

Fuente: elaboración propia sobre la base de estadísticas de la Memoria y Cuenta del Ministerio de
Hacienda, 1913.
Nota: los bienes de consumo final se presentan en fondo blanco, y en fondo gris los bienes de capital
y materia prima. Todas las cantidades se expresan en kilogramos.

213
CUADRO Nº I.7
CLASIFICACIÓN DE IMPORTACIONES,1914
Bienes importados Cantidad en Kg Valor en pesos
Abalorios 130 975
Abanicos de cartón 324 135
Aceite de almendras 886 1.169
Aceite de oliva 147.095 181.847
Aceite de semillas de algodón 1.804 1.499
Aceite de palma 711 515
Aceite de sésamo 124 66
Aceite de linaza 48.739 41.817
Aceite de kerosén 2.230.232 371.873
Aceitunas 36.312 24.642
Aguas minerales 46.779 17.141
Agua de azahares 2.912 2.098
Afrecho 2.221 3.443
Alcaparras 21.826 16.724
Alfombras 987 10.449
Almanaques y anuncios 34.246 61.521
Alhucema 767 1.044
Alimentos preparados 49.861 75.955
Almillas y medias de algodón 44.462 363.530
Almillas y medias de lana 88 1.130
Almendras mondadas 1.677 4.802
Alpiste 18.660 16.578
Alumbre 1.986 7.384
Amargos 193 440
Aparatos eléctricos y accesorios 8.814.804 161.593
Aparatos extintores de incendio 1.327 564
Aparatos para alumbrado 8.291 20.052
Artículos de escritorio 18.969 51.606
Artículos de tocador 1.792 4.841
Armas blancas 45 550
Armas de fuego y accesorios 4.814 134.066
Arroz en grano 2.820.322 923.798
Arrow root 990 425
Automóviles y accesorios 100.237 267.054
Avena 213 47
Avena quebrantada 19.143 5.176
Azúcar 28.154 12.964
Azulillo 7.722 5.783
Barro manufacturado 22.038 8.982
Bastones y fuetes 1.066 7.432
Bayeta 7.001 33.367
Bebidas alcohólicas 90.466 228.318
Betún para el calzado 4.765 9.949
Biberones y sus picos 1.578 3.836
Bicicletas y motocicletas 3.929 12.653.074
Billares accesorios 780 950
Blankit 2.427 4.886
Botellas “Thermos” 266 835
Bórax 1.816 922
Carne salada 8.052 7.165
Cápsulas para revólver 3.817 93.848
Catálogos y muestras 3.327 3.298
Cebada malteada 354.614 95.524
Cebada mondada 70.739 29.098
Cebollas y ajos 3.790 2.242
Cepillos 2.805 11.158
Cerveza 165.418 83.167

(continúa)

214
(viene)

Cigarrillos 695 5.740


Clean surface 415 5.558
Cochecitos para niños 2.758 7.101
Cola ordinaria 2.740 3.335
Colodión 96 101
Colchones 1.779 2.555
Colmenas 362 560
Conservas alimenticias 89.650 140.464
Corechos 2.256 10.457
Cromos 3.184 10.912
Cubiertos de plata alemana 723 6.292
Cuchillos y tenedores 6.113 25.071
Cuerdas y entorchados 281 7.124
Dedales 32 60
Desinfectantes 28.314 24.651.050
Dulces 133.065 189.226
Efectos personales 827 5.788
Encurtidos en mostaza 3.393 2.466
Encurtidos en vinagre 18.639 12.505
Escobas 719 1.159
Escobillones 427 1.164
Escopetas ordinarias 9.426 31.196
Especias 118.841 164.270
Esponjas 15 470
Estearina 563.112 552.966
Estopa 17.711 13.028
Espuela de plata alemana 73 380
Etiquetas litografiadas 1.883 11.507
Extractos de campeche 284 21.860
Extractos de cuajo 31 822
Extractos quebracho 4.694 1.980
Fécula para planchar 428 244
Felpudos 98 166
Fieltros para agua 3.063 6.471
Flores artificiales 31 288
Frutas frescas 64.945 49.378
Frutas pasadas y secas 45.158 44.714
Fuelles y fraguas 595 439
Fuetes para montura 227 682
Galletas con dulce 34.458 44.896
Galletas sin dulce 171.415 135.220
Gelatina 1.277 4.092
Guantes 11 1.000
Harina de avena 947 45.195
Harina de cebada 625 506
Harina lacteada 1.649 4.332
Harina de maíz 2.904 1.016
Harina de trigo 6.551.247 2.077.875
Hielo 245 10
Hierro para uso doméstico 243.757 167.148
Horquilla para el cabello 70 75
Huevos de aves 1.184 1.274
Imágenes 3.388 12.765
Incienso 974 3.002
Inodoros 17.449 17.197
Jabón 1.200 856
Jamones 101.234 225.226
Jarabes 5.252 4.941
Juegos de deportes 472 1.114
Juegos de salón 430 1.613

(continúa)

215
(viene)

Jugos de frutas 3.285 3.900


Juguetes 23.848 43.427
Kreso 96 8.840
Ladrillos para limpiar cubiertos 4.025 756
Lámparas y linternas 16.118 36.879
Lámparas y aparatos para alcohol 1.301 1.829
Leche condensada 10.613 12.920
Legumbres preparadas 12.632 13.774
Legumbres sin preparar 261 174
Libros a la rústica 19.238 41.853
Libros científicos 4.320 13.673
Libros empastados 6.389 13.559
Linaza en grano 1.693 1.575
Loza ordinaria 61.526 34.028
Lúpulo 7.432 32.082
Llantas de caucho 4.513 29.499
Maicena 197 132
Maíz 500 233
Maletas de tela 337 784
Mangueras 1.840 6.562
Manteca 308.563 429.900
Mantequilla 155.972 369.547
Mariposas para luz 88 139
Mechas para lámparas 335 896
Mechas para velas 5.181 17.646
Medicinas y drogas 210.654 807.793
Menestra 58.695 867.793
Mollejones 2.205 30.788
Monturas 83 727
Monumentos de piedra y bronce 213 1.043
Motas para polvo 116 6.836
Muebles de hierro 7.189 3.869
Muebles de madera finos 16.844 39.285
Municiones 67.043 42.602
Naipes 3.891 14.234
Navajas y tijeras 2.090 17.599
Objetos de fantasía 723 3.639
Órganos 3.039 7.205
Ornamentos para iglesias 63 670
Papas 24 33.068
Papel para cigarrillos 50.240 118.720
Papel dorado y plateado 64 229
Papel manufacturado 16.846 11.236
Papel no especificado 43.408 215.674
Paraguas de algodón 4.255 16.460
Paraguas de seda 136 2.000
Pasta para lustrar 1.456 2.222
Pasta para sopas 1.343 829
Peines y peinetas 3.337 267.118
Perfumería 41.696 150.696
Pescado preparado 34.372 32.604
Petate 1.526 2.365
Pez rubina 419.745 77.203
Pianos 10.785 29.478
Piedras para amolar 4.168 639
Piedra pómez 236 100
Pieles curtidas 25.078 373.336
Pizarras y lápices 3.182 1.699
Platería alemana manufacturada 672 9.518
Plumas para adornos 24 62

(continúa)

216
(viene)

Plumeros 109 578


Prendas falsas 423 5.985
Prendas finas 1 16
Pólvora 15.227 20.155
Polvos contra insectos 1.872 1.952
Polvos para hornear 266 579
Porcelana manufacturada 8.994 13.479
Quesos 65.403 94.997
Refrigeradoras 2.505 3.178
Regaliz 205 261
Relojes de bolsillo 61 800
Relojes de mesa y pared 1.627 4.942
Ropa hecha 4.510 35.106
Sagú 3.051 1.491
Sal de Epsom y Glauber 33.696 4.949
Sardinas 159.069 164.950
Sebo 17.340 23.168
Sobres 812 1.779
Sombreros adornados 468 17.341
Sombreros sin adornados 6.861 185.543
Sulú 351 97
Tabaco elaborado 992 12.067
Tabaco no elaborado 58 473
Tabaco en polvo y picado 54 232
Talco en polvo 389 782
Tapioca 12 10
Té 1.670 5.113
Tiza 4.684 1.131
Trampas para roedores 1.863 1.508
Trigo quebrantado 3.354 1.738
Tripas secas 61 234
Triquitraques 2.632 4.407
Tocino 1.241 1.831
Velas de espermas 982 881
Veneno para roedores 686 1.397
Vinagre 5.596 2.773
Vino en barriles 87.627 439.870
Vino en botellas 64.455 98.160
Yesqueros 239 237
Abonos 19.797 4.707
Accesorios para máquinas 47.052 177.688
Aceite para máquinas 230.533 78.548
Aceite bituminoso 356 344
Acero en barras 84.996 21.720
Acero manufacturado 14.940 23.038
Ácidos 22.447 14.028
Ácido sulfúrico 2.552 1.631
Ácido esteárico 62.114 57.578
Adornos funerarios 1.970 6.650
Agujas y alfileres 1.075 69.360
Alambre de púas y grapas 894.440 215.596
Alambre de hierro 76.870 31.777
Algodón en rama y planchado 245.127 302.448
Alquitrán 41.962 6.572
Aluminio y níquel manufacturado 848 6.647
Amoníaco líquido 14.963 16.612
Animales vivos 11.250 10.083
Anzuelos 904 4.068
Aparatos de óptica 198 3.568
Artículos para el calzado 764 6.109

(continúa)

217
(viene)

Artículos para fabricar sombreros 4.868 48.142


Artículos para dentistas 699 6.412
Arneses 956 4.333
Asbestos 3.463 2.146
Azogue 159 680
Balanzas 17.028 39.387
Bandas para máquinas 4.450 24.322
Barnices charoles 10.759 14.178
Barriles vacíos 1.859 518
Bencina y gasolina 553.199 211.771
Bicarbonato de soda 36.005 10.475
Bombas hidráulicas 44.922 68.362
Botellas para aguas gaseosas 62.888 15.609
Botellas vacías 618.968 145.707
Botes y embarcaciones 8.517 28.806
Botones 4.418 30.338
Brochas y pinceles 900 7.480
Broches 1.429 6.392
Bronce manufacturado 5.397 15.555
Bronce 8.657 14.708
Bruzas para bestias 121 225
Cables de alambre 17.067 13.533
Cadenas y anclas 8.355 5.243
Cajas fuertes y registradora 15.113 21.336
Carbón mineral 8.700.702 262.896
Carboncillo para luz eléctrica 8.101 6.723
Carburo de calcio 323.486 92.072
Cañuelas y marcos 7.158 7.460
Cartón en pasta 42.635 10.341
Cartón manufacturado 27.080 23.716
Carretillas de mano 29.187 15.169
Carrocería 28.084 23.639
Caucho manufacturado 3.874 31.446
Cemento blanco 24.164 2.711
Cemento romano 3.381.881 239.782
Celuloide manufacturado 1.626 9.781
Cera sin manufacturar 28.293.315 852
Cerda animal 93 1.348
Cerda vegetal 315 90
Cerote para zapatos 106 338
Cianuro de potasio 5.858 8.195
Cintas para empaquetar 587 2.044
Cinematógrafos y accesorios 3.464 59.690
Clavazón de hierro 219.332 69.702
Cloruro de cal 10.935 1.807
Cloro magnesio 23.383 2.797
Cobre en láminas 8.774 16.732
Cobre manufacturado 35.815 76.578
Cordelería 187.085 181.554
Corsets y artículos para fabricarlos 476 5.298
Creta 61 28
Crisoles 786 712
Crudo N° 3 193.281 237.875
Dinamita 8.359 10.660
Efectos para el Gobierno Nacional 1.842 50.453
Efectos para la flota del Lago 5.890 6.613
Ejes resortes para carro 13.843 7.354
Elásticas y ligas 244 2.621
Empacadura 2.433 13.498
Encerados 4.766 13.187
Esmeril 227 327
(continúa)

218
(viene)

Espejos 7.249 11.418


Estambre en rama 861 6.024
Estaño en barra 19.077 7.365
Estaño manufacturado 2.140 5.047
Fibras 74.541 41.968
Fieltros sin fular 294 2.305
Flejes de hierro 5.437 4.602
Fonógrafo y accesorios 6.326 29.848
Fósforos en pasta 401 825
Fotografía y útiles 6.437 23.564
Garrafones vacíos 4.864 2.747
Gas ácido carbónico 46.889 25.425
Goma arábiga 4.745 7.471
Grasa para máquinas 21.289 8.991
Guarales 10.389 25.988
Hierro para edificios 576.027 215.592
Hierro en bruto 413.755 106.214
Hierro manufacturado 4.795.548 349.577
Herramientas y maquinaria para agricultura 373.016 406.814
Hilo acarreto e hilacha 39.257 93.403
Hilo para coser, tejer y bordar 57.077 342.512
Hiposulfito de sodio 802 130
Hojalata 39.240 15.377
Hojalata manufacturada 35.333 49.838
Hule 6.659 13.588
Incubadoras 89 146
Instrumentos científicos 2.245 9.515
Instrumentos para arte y oficios 58.286 124.747
Instrumentos para música 1.156 8.643
Jarcias de alambre 333 382
Jeringas 1.969 8.607
Ladrillos refractarios 129.736 9.662
Lata-papel 1.474 986
Libros en blanco 10.599 21.013
Lithita 38 99
Madera acepillada 59.474 19.349
Madera sin acepillar 1.557.648 138.148
Madera manufacturada 154.551 100.840
Manganeso en polvo 102 103
Maquinarias 751.981 881.451
Máquinas para aguas gaseosa 1.479 3.938
Máquinas para minas 123.489 180.310
Máquinas para telares 6.588 4.895
Máquinas y útiles para imprenta 15.598 37.480
Marfil y nácar manufacturado 74 476
Mármol en polvo 5.904 263
Mármol labrado 13.256 13.546
Mármol sin labrado 13.752 4.500
Masa filtrante 1.068 2.159
Materiales para caminos de hierro 873.293 301.043
Materias tintóreas 55 47
Mechas para minas 1.700 4.479
Mimbre y junco manufacturado 5.584 95.384
Molinos 37.251 12.326
Mosaicos 9.430 322
Motores y accesorios 137.006 632
Oro acuñado 960 2.597.882
Oro manufacturado 1 140
Pábilo 47 283
Paja y palma 45.481 13.660
Papel de imprenta 391.450 108.659
(continúa)

219
(viene)

Papel de lija 2.215 2.783


Papel de tapicería 25.703 20.246
Parafina 45.046 22.321
Pasta para pegar metales 26 40
Pasta para rodillos 144 154
Petróleo crudo 69.553 8.685
Pinturas finas 13.935 38.346
Pinturas ordinarias 157.188 102.627
Piernas artificiales 8 520
Plantas vivas 4.061 7.804
Plata manufacturada 8 844
Plomo en barras 2.580 1.952
Plomo manufacturado 2.386 1.306
Rasuras de madera 819 437
Romanas y pesas 19.030 26.299
Sacos vacíos 42.009 48.538
Salitre 1.681 1.760
Sal de roca 34 10
Sal de nitro 12.995 14.727
Sanguijuelas 15 81
Seda de madeja 29 1.430
Semillas 7.436 10.700
Sémola 12.279 4.963
Silicato de soda 125.204 15.298
Soda y potasa 250.865 59.336
Sulfato de aluminio 11.685 1.620
Sulfato de cobre 80 27
Suela 7.645 10.863
Tejido de alambre de hierro 12.523 8.152
Telas y tejidos de algodón 1.006.457 3.912.543
Telas de algodón labradas 19.662 159.034
Telas de cerda 202 2.223
Telas de lana 13.161 155.473
Telas de lino 8.015 46.238
Telas de seda mezclada 1.547 45.395
Telas de seda pura 684 20.284
Tela impermeable 1.109 2.751
Tela pelo de camello 683 4.485
Termómetros 200 1.110
Tierra para edificios 2.367 422
Tierra refractaria 163.087 9.450
Trementina 19.454 12.725
Tornillos para herreros 976 993
Tubería de hierro 819.483 206.620
Veneno para pieles 6.420 5.762
Vidrios planos 20.748 9.180
Vidrios manufacturados 60.851 95.964
Yeso en polvo 12.009 1.902
Zinc en láminas 13.328 3.756
Zinc manufacturado 3.811 4.430
Total 65.176.253 100 %
Bienes de consumo 50.270.381 77 %
Bienes de capital y materia prima 20.365.618 31 %

Fuente: elaboración propia sobre la base de estadísticas de la Memoria y Cuenta del Ministerio de
Hacienda, 1915.
Nota: los bienes de consumo final se presentan en fondo blanco, y en fondo gris los bienes de capital
y materia prima. Todas las cantidades se expresan en kilogramos.

220
Capítulo II
SERIE DE PRECIOS Y SUELDOS
II.a. Serie de precios
SERIE DE PRECIOS INTERNOS

Metodología del índice general de precios

El objetivo de este soporte se concentra en el cálculo del índice gene-


ral de precios (IGP) representativo de la economía nacional durante este
período, así como establecer una estructura referencial de los sueldos,
tomando como referente los que ofertaba la administración pública, de
lo cual inferimos que nunca sería mayor al vigente en promedio, en el
resto de la economía nacional.
En el caso de los precios, la tarea consistió en construir, en lo posible,
la serie que abarca este período, con la mayor cantidad de productos, de
acuerdo con los procedimientos que seguimos en los períodos anterio-
res. Ello se logró parcialmente, pues las fuentes disponibles sólo nos
permitieron reunir un conjunto de bienes, en su mayor parte del género
alimenticio. No pudimos obtener precios confiables en el ramo de las
herramientas ni de los textiles, mientras que, por su parte, las partidas
de importación no daban mayores detalles de dichos bienes.
Procedimos, en consecuencia, a reunir un solo conjunto de precios
con los bienes más consumidos. Así logramos confeccionar, lo más
documentalmente posible, una lista de 43 productos que se alistan en el
Cuadro II.1.1 (véase p. 231). Ellos nos parecieron suficientes para basar
el cálculo del IGP, toda vez que, de acuerdo a las partidas de importa-
ción, dichos bienes alcanzan casi 50% de los montos de las muestras de
importación, no obstante que muchos de esos bienes eran producidos
en el país.
Además, decidimos incluir en esta oportunidad un nuevo índice de
precios, agrupando los principales productos de exportación. Así tene-
mos, por un lado, el IGP representativo del consumo interno de nuestro
mercado; y por otro, el índice de precios de los rubros más exportados
por Venezuela durante el período.
El procedimiento matemático es el mismo el utilizado en los ante-
riores períodos. Cada producto se presenta en una serie anual donde se
exponen la unidad en que se mide, su precio absoluto para cada año y su
índice de precio particular. Luego se hace un cuadro resumen con los pre-
cios promedios quinquenales y sus índices de precios particulares, tam-
bién quinquenales; y finalmente dos gráficos, uno con los precios
quinquenales absolutos, y otro similar con los quinquenales relativos.

Serie de precios de consumo interno


precios interno..
Breve análisis

En las anteriores experiencias de esta investigación pudimos consta-


tar que el fenómeno inflacionario en Venezuela era prácticamente desco-
nocido, pues las pendientes del IGP no mostraban mayores saltos a lo
largo del tiempo, sino variaciones de pocos grados en sus ángulos. En este
período en particular, la condición de precios estables; es decir, con IGP
inferior a 10%, se mantuvo hasta 1898. A partir de entonces, la econo-
mía venezolana registró una considerable expansión inflacionaria que
cerraría la serie, en 1914, con 120,8% respecto a 1874.
Durante los dos primeros quinquenios, el IGP no llegó a 2%. En la
década 1886-1896, los precios se derrumbaron hasta en -6% respecto a
1874. En el quinquenio 1896-1900, comienza a observarse el repunte
inflacionario con un promedio de 8,2%, para luego dispararse durante los
tres lustros restantes a 32,6%, 67,2% y 107,6%, respectivamente; esto
representa una pendiente sin precedentes en la historia de los precios,
de acuerdo con el IGP que esta investigación ha construido para perío-
dos anteriores.
Salvo las caraotas negras, las escobas importadas, la soda cáustica,
todos los bienes de la lista se comportaron tal como se expresa en el IGP,
el cual no es otra cosa que un promedio representativo de ese conjunto
de bienes. El resto de los bienes registraron pendientes similares, de mayor
o menor ángulo. El más representativo de estos bienes es la harina de
trigo, por ser el producto de mayor proporción de consumo en la escala
de bienes importados, cuya ojiva se aproxima al promedio general, com-
portándose como el producto referente del resto de los bienes.

226
SERIE DE PRECIOS DE LOS PRINCIPALES PRODUCTOS
DE EXPORTACIÓN

Confeccionamos una lista total de 10 productos de exportación. El


comportamiento de sus precios en general puede observarse en el Cua-
dro II.2.1 (véase p. 321) el cual nos revela un desenvolvimiento diferente al
del IGP de los productos importados y/o producidos para el mercado de
consumo nacional. Sin considerar la proporción de sus volúmenes, re-
presentados fundamentalmente por el café y el cacao, observamos en estos
bienes de exportación cuatro ciclos bien definidos:
1. Caída de precios desde 1874 hasta 1886 que casi llega a -20%.
2. Una coyuntural recuperación hasta poco menos de 10%, en el
año 1887.
3. Luego de este año se abre paso a una nueva y más profunda caída
que se prolonga hasta 1911 y que sobrepasa los 20 puntos por-
centuales.
4. Un último lapso de recuperación en 1913, para un promedio
quinquenal de 10,5%.
Pasemos a analizar uno a uno los productos que componen este con-
junto.

Balatá

Es también un producto que aparece por primera vez en la lista de


exportaciones venezolanas durante este período. Su precio osciló en un
estrecho margen: comienza en Bs. 4 por kilogramo; su peor momento fue
en 1904, con Bs. 2,52; y su mejor año apenas superó los 5 bolívares. Sin
embargo, sus promedios quinquenales indican una pendiente positiva.

227
Cacao

A excepción de dos años con niveles positivos: 1878 y 1879, el cacao


es el bien exportable que mayor caída de sus precios de exportación
registra en este período. De 1,61 Bs./Kg pasa a 1,26 Bs./Kg. La caída es
tan brutal y sostenida que llegó hasta casi un bolívar en 1910, para recupe-
rarse ligeramente durante el último año.

Café

A lo largo de la serie este producto jamás logró recuperar los niveles


de precios de 1874, de 1,64 Bs. por kilo, salvo en 1890 y 1891. Sin
embargo, el producto mostró ciclos de recuperación previos y posterio-
res a su peor caída, ocurrida en 1902 cuando su índice alcanzó 61%.
Así, sus mejores quinquenios resultaron los de 1886-1890 y 1891-1895,
con caídas inferiores a 10% respecto del año inicial de la serie, cuando
cierra a un bolívar cada kilogramo.

Caucho

Se trata de un producto que ocupa sólo los últimos cuatro quinquenios


de la serie, pues aparece por primera vez como bien de exportación en
1897. Comienza ese año con un precio de Bs. 5 por kilogramo y rápida-
mente se dispara hasta alcanzar su mayor pico en 1906, cuando alcanza
los 24 bolívares. Pero al año siguiente, y hasta el cierre de la serie, co-
mienza a retornar a sus precios iniciales.

Cueros de res

Junto con el cacao, uno de los bienes con más larga tradición expor-
tadora. Su precio fue sumamente estable hacia el alza, aunque con algu-
nos picos hacia abajo. Abre la serie a casi 18 bolívares la unidad y cierra,
en 1914, a poco más de 23 bolívares. Por ello, su gráfica se encuentra en
positivo, colocándose como uno de los pocos bienes de estable precio
internacional.

Dividive

Esta materia prima de colorante textil mostró una tendencia relativa


hacia la baja. Abre la serie en Bs. 0,49 el kilogramo y cierra en Bs. 0,11.

228
Tuvo un breve repunte en 1887 cuando alcanza la astronómica cifra de ca-
si 5 bolívares por kilo, pero resultó un fenómeno más coyuntural que de
su estructura de precios que cayó, al año siguiente, a una cuarta parte
del precio del año cero (1874). En consecuencia, este producto refleja
una pendiente cuyo mayor recorrido lo hace en el cuadrante negativo.

Ganado vacuno

Este producto representa el equivalente al café en el ramo de la cría.


La evolución de sus precios traza una considerable caída que fue cons-
tante, a pesar de que abre la serie con Bs. 80 por cabeza y cierra en
Bs. 96,28. Pero en promedio quinquenal los cinco primeros lustros mar-
caron por encima de los Bs. 100. En en el lustro 1896-1900 intenta
regresar a los precios de 1874, sin lograrlo. En 1906 llegó a experimentar
su caída más estrepitosa con Bs. 6,3 por cabeza, recuperándose al cerrar
la serie a poco menos del nivel de los Bs. 100.

Maderas

Sumamente irregular el precio de las maderas de exportaciones vene-


zolana para este período, pues osciló entre Bs. 0,7 y 0,4 cada kilogramo.
Por encontrarse su precio en Bs. 0,8 el kilo en el año inicial de la serie, el
polígono de su gráfica cae en el cuadrante negativo, en la totalidad del
período en cuestión.

Oro

El oro venezolano tuvo en este período una serie negativa: abre en


Bs. 3.269 el kilogramo para cerrar en Bs. 2.659. Su gráfica muestra una
pendiente en “u”, ya que el lustro intermedio 1896-1900 registra el peor
promedio, con Bs. 2.448, para recuperarse levemente aunque termina
cerrando la serie en baja.

Sarrapia

Los precios de este producto se comportaron de modo irregular a lo


largo de los ocho quinquenios. Inicia la serie marcando Bs. 3,7 cada
kilogramo, y pese a que repunta a poco más de 4 bolívares en 1878,
durante este primer quinquenio promedió Bs. 3,36. Se mantiene sin
mayores sobresaltos por dos lustros más, hasta que alcanza una media en

229
la primera mitad de la década de 1890, de Bs. 8,5 el kilo. Vuelve a caer
en los últimos cinco años del siglo XIX y el siguiente del siglo XX, para
recuperarse en la segunda década. Finalmente, como contagiado por la onda
inflacionaria del resto de los bienes, se dispara en sus precios hasta tocar
el impresionante techo de 26,4 bolívares el kilogramo, y cerrar la serie
promediando Bs. 11,54.

230
II.b. Cuadros y gráficos

231
232
CUADRO Nº II.1.1
LISTA DE PRODUCTOS UTILIZADOS PARA EL CÁLCULO
DEL ÍNDICE GENERAL DE PRECIOS

Bienes Unidad de valor


3 1 Aceite de coco Bs./Botella
4 2 Aguardiente Bs./Kg
5 3 Ajo Bs./Ristra
6 4 Almidón Bs./Kg
7 5 Arroz Bs./Kg
8 6 Azúcar Bs./Kg
9 7 Bacalao Bs./Kg
10 8 Caraotas blancas Bs./Kg
11 9 Caraotas negras Bs./Kg
12 10 Carne Bs./Kg
13 11 Cebolla Bs./Kg
14 12 Coco Bs./Unidad
15 13 Cueros de chivo Bs./Kg
16 14 Cueros de res Bs./Unidad
17 15 Cueros de venado Bs./Kg
18 16 Escobas importadas Bs./Unidad
19 17 Escobas nacionales Bs./Unidad
20 18 Fideos Bs./Kg
21 19 Fósforo Bs./Gruesa
22 20 Frijoles Bs./Kg
23 21 Garbanzos Bs./Kg
24 22 Harina Bs./Kg
25 23 Jabón Bs./Kg
26 24 Jamón Bs./Kg
27 25 Kerosén Bs./Litro
28 26 Maíz Bs./Fanega
29 27 Manteca importada Bs./Kg
30 28 Manteca nacional Bs./Kg
31 29 Mantequilla importada Bs./Kg
32 30 Papas Bs./Kg.
33 31 Ron Bs./Carga
34 32 Sal Bs./Fanega
35 33 Sebo criollo Bs./Kg
36 34 Sebo importado Bs./Fanega
37 35 Soda Bs./Litro
38 36 Soda cáustica Bs./Kg.
39 37 Tabaco Bs./Arroba
40 38 Velas de sebo Bs./Kg
41 39 Velas esteáricas Bs./Kg
42 40 Vinagre Bs./Litro
43 41 Vino dulce Bs./Litro
44 42 Vino seco Bs./Litro
45 43 Vino tinto Bs./Barriles

233
GRÁFICO Nº II.1.1
ÍNDICE GENERAL DE PRECIOS

140,00

120,00

100,00

80,00
Variaciones %

60,00

40,00

20,00

0,00
1886

1890

1892

1894

1908

1910

1912

1914
1874

1876

1878

1880

1882

1884

1888

1896

1898

1900

1902

1904

1906
-20,00

-40,00
Aæos

234
CUADRO Nº II.1.2
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Índice general de precios. Variaciones porcentuales

Año Índice general de precios


1874 0,00
1875 -0,22
1876 -0,67
1877 6,52
1878 1,51
1879 0,81
1880 1,14
1881 4,21
1882 7,65
1883 -3,80
1884 -5,27
1885 6,06
1886 -1,62
1887 6,18
1888 -8,04
1889 -7,13
1890 -18,88
1891 -17,80
1892 -15,98
1893 11,84
1894 -6,12
1895 -3,04
1896 0,32
1897 4,17
1898 7,60
1899 12,10
1900 16,53
1901 21,40
1902 26,59
1903 32,16
1904 38,26
1905 44,67
1906 53,28
1907 58,54
1908 66,18
1909 74,35
1910 83,45
1911 93,10
1912 103,05
1913 113,33
1914 120,78
* Año base = 1874

235
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Promedio quinquenal


1874-1880 1,30
1881-1885 1,77
1886-1890 -5,90
1891-1895 -6,22
1896-1900 8,15
1901-1905 32,62
1906-1910 67,16
1911-1914 107,57

PROMEDIO QUINQUENAL

120,00

100,00

80,00
Precio Bs./Kg

60,00

40,00

20,00

0,00
1874-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00
Quinquenios

236
CUADRO Nº II.1.3
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Aceite de coco. Bs./Botella
SERIE ANUAL
Año Precio IP %*
1874 0,31 0,00
1875 0,31 -0,29
1876 0,31 0,00
1877 0,31 0,00
1878 0,25 -19,35
1879 0,25 -19,35
1880 0,28 -9,68
1881 0,28 -9,68
1882 0,28 -9,68
1883 0,28 -9,68
1884 0,28 -9,68
1885 0,28 -9,68
1886 0,30 -4,84
1887 0,31 0,00
1888 0,25 -20,21
1889 0,26 -16,54
1890 0,22 -29,34
1891 0,22 -27,53
1892 0,23 -25,62
1893 0,28 -9,68
1894 0,29 -7,72
1895 0,30 -4,12
1896 0,31 -0,32
1897 0,32 3,71
1898 0,33 7,97
1899 0,35 12,48
1900 0,36 17,26
1901 0,38 22,33
1902 0,40 27,71
1903 0,41 33,42
1904 0,43 39,48
1905 0,45 45,92
1906 0,47 52,78
1907 0,50 60,06
1908 0,52 67,82
1909 0,55 76,08
1910 0,57 84,88
1911 0,60 94,26
1912 0,63 104,26
1913 0,67 114,93
1914 0,69 122,52
* Año base = 1874

237
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,28 -8,11
1881-1885 0,28 -9,68
1886-1890 0,27 -14,18
1891-1895 0,26 -14,94
1896-1900 0,34 8,22
1901-1905 0,41 33,77
1906-1910 0,52 68,32
1911-1914 0,65 108,99

PRECIO PROMEDIO

0,70

0,60
Precio Bs./Botella

0,50

0,40

0,30

0,20

0,10

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

120,00

100,00

80,00
% aæo base: 1874

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

-40,00
Quinquenios

238
CUADRO Nº II.1.4
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Aguardiente. Bs./Kg
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,08 0,00
1875 0,08 -0,13
1876 0,08 0,16
1877 0,09 20,19
1878 0,12 60,26
1879 0,11 40,22
1880 0,08 0,16
1881 0,07 -3,85
1882 0,14 84,29
1883 0,11 40,22
1884 0,08 -3,11
1885 0,06 -21,88
1886 0,10 24,20
1887 0,13 68,27
1888 0,07 -3,85
1889 0,07 -9,86
1890 0,06 -29,18
1891 0,06 -27,37
1892 0,06 -25,46
1893 0,06 -27,88
1894 0,07 -7,56
1895 0,07 -3,96
1896 0,08 -0,16
1897 0,08 3,87
1898 0,08 8,13
1899 0,09 12,64
1900 0,09 17,42
1901 0,10 22,49
1902 0,10 27,87
1903 0,10 33,58
1904 0,11 39,64
1905 0,11 46,08
1906 0,12 52,94
1907 0,12 60,22
1908 0,13 67,98
1909 0,14 76,24
1910 0,14 85,04
1911 0,15 94,42
1912 0,16 104,42
1913 0,17 115,09
1914 0,17 122,68
* Año base = 1874

239
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,09 20,14
1881-1885 0,09 19,14
1886-1890 0,09 9,92
1891-1895 0,06 -18,45
1896-1900 0,08 8,38
1901-1905 0,10 33,93
1906-1910 0,13 68,48
1911-1914 0,16 109,15

PRECIO PROMEDIO

0,18

0,16

0,14
Precio Bs./Kg

0,12

0,10

0,08

0,06

0,04

0,02

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

120,00

100,00

80,00
% aæo base: 1874

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

-40,00
Quinquenios

240
CUADRO Nº II.1.5
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Ajo. Bs./Ristra
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 23,70 0,00
1875 30,54 28,86
1876 30,00 26,58
1877 25,00 5,49
1878 45,00 89,87
1879 45,00 89,87
1880 45,00 89,87
1881 17,50 -26,16
1882 17,50 -26,16
1883 25,00 5,49
1884 22,92 -3,28
1885 15,00 -36,71
1886 18,75 -20,89
1887 47,50 100,42
1888 19,00 -19,83
1889 12,50 -47,26
1890 15,00 -36,71
1891 15,00 -36,71
1892 15,00 -36,71
1893 15,00 -36,71
1894 21,87 -7,73
1895 22,72 -4,13
1896 23,62 -0,32
1897 24,58 3,71
1898 25,59 7,98
1899 26,66 12,50
1900 27,80 17,28
1901 29,00 22,36
1902 30,28 27,74
1903 31,63 33,46
1904 33,07 39,53
1905 34,60 45,98
1906 36,22 52,84
1907 37,95 60,14
1908 39,79 67,90
1909 41,75 76,17
1910 43,84 84,98
1911 46,07 94,38
1912 48,44 104,39
1913 50,97 115,08
1914 52,77 122,67
* Año base = 1874

241
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 36,76 55,09
1881-1885 19,58 -17,36
1886-1890 22,55 -4,85
1891-1895 17,92 -24,40
1896-1900 25,65 8,23
1901-1905 31,71 33,82
1906-1910 39,91 68,41
1911-1914 49,56 109,13

PRECIO PROMEDIO

60,00

50,00
Precio Bs./Ristra

40,00

30,00

20,00

10,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

120,00

100,00

80,00
% aæo base: 1874

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

-40,00
Quinquenios

242
CUADRO Nº II.1.6
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Almidón. Bs./Kg
SERIE ANUAL
Año Precio IP %*
1874 0,15 0,00
1875 0,15 -0,29
1876 0,15 0,15
1877 0,21 40,95
1878 0,19 29,82
1879 0,14 -3,56
1880 0,13 -10,98
1881 0,35 137,39
1882 0,39 167,06
1883 0,14 -7,27
1884 0,14 -3,27
1885 0,27 85,46
1886 0,20 37,24
1887 0,13 -10,98
1888 0,12 -18,40
1889 0,11 -22,11
1890 0,10 -29,34
1891 0,11 -27,53
1892 0,11 -25,62
1893 0,32 115,13
1894 0,14 -7,72
1895 0,14 -4,12
1896 0,15 -0,32
1897 0,15 3,71
1898 0,16 7,97
1899 0,16 12,48
1900 0,17 17,26
1901 0,18 22,33
1902 0,19 27,71
1903 0,20 33,42
1904 0,20 39,48
1905 0,21 45,92
1906 0,22 52,78
1907 0,23 60,06
1908 0,25 67,82
1909 0,26 76,08
1910 0,27 84,88
1911 0,28 94,26
1912 0,30 104,26
1913 0,31 114,93
1914 0,33 122,52
* Año base = 1874

243
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,16 9,35
1881-1885 0,26 75,87
1886-1890 0,13 -8,72
1891-1895 0,16 10,03
1896-1900 0,16 8,22
1901-1905 0,20 33,77
1906-1910 0,25 68,32
1911-1914 0,31 108,99

PRECIO PROMEDIO

0,35

0,30

0,25
Precio Bs./Kg

0,20

0,15

0,10

0,05

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

120,00

100,00
% aæo base: 1874

80,00

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00
Quinquenios

244
CUADRO Nº II.1.7
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Arroz. Bs./Kg
SERIE ANUAL
Año Precio IP %*
1874 0,13 0,00
1875 0,13 0,00
1876 0,13 2,17
1877 0,13 0,33
1878 0,13 -1,76
1879 0,13 2,42
1880 0,12 -5,94
1881 0,13 0,33
1882 0,13 0,33
1883 0,13 -1,76
1884 0,14 5,60
1885 0,15 12,88
1886 0,11 -16,39
1887 0,05 -62,37
1888 0,11 -16,39
1889 0,11 -16,39
1890 0,11 -15,38
1891 0,11 -15,38
1892 0,11 -15,38
1893 0,10 -20,57
1894 0,11 -15,92
1895 0,12 -11,00
1896 0,12 -5,80
1897 0,13 -0,29
1898 0,14 5,55
1899 0,15 11,72
1900 0,15 18,26
1901 0,16 25,18
1902 0,17 32,50
1903 0,18 40,25
1904 0,19 48,46
1905 0,20 57,14
1906 0,22 66,33
1907 0,23 76,06
1908 0,24 86,36
1909 0,26 97,27
1910 0,27 108,81
1911 0,29 121,02
1912 0,30 133,95
1913 0,32 147,64
1914 0,33 153,85
* Año base = 1874

Nota: entre los años 1874 y 1893, los precios se expresaban en quintales, los cuales se han conver-
tido en kg, con la equivalencia 1 quintal = 46 kg.

245
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,13 -0,46
1881-1885 0,13 3,48
1886-1890 0,10 -25,38
1891-1895 0,11 -15,65
1896-1900 0,14 5,89
1901-1905 0,18 40,70
1906-1910 0,24 86,97
1911-1914 0,31 139,11

PRECIO PROMEDIO

0,35

0,30

0,25
Precio Bs./Kg

0,20

0,15

0,10

0,05

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

160,00
140,00
120,00
100,00
% aæo base: 1874

80,00
60,00
40,00
20,00
0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00
-40,00
Quinquenios

246
CUADRO Nº II.1.8
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Azúcar. Bs./Kg
SERIE ANUAL
Año Precio IP %*
1874 0,35 0,00
1875 0,37 5,90
1876 0,39 11,80
1877 0,43 24,22
1878 0,45 27,33
1879 0,46 30,43
1880 0,43 24,22
1881 0,49 39,75
1882 0,57 61,49
1883 0,45 27,33
1884 0,34 -3,73
1885 0,23 -34,78
1886 0,23 -34,78
1887 0,29 -16,15
1888 0,24 -31,68
1889 0,30 -13,04
1890 0,31 -11,63
1891 0,31 -10,19
1892 0,32 -8,73
1893 0,32 -9,94
1894 0,32 -8,37
1895 0,33 -6,77
1896 0,33 -5,15
1897 0,34 -3,49
1898 0,34 -1,81
1899 0,35 -0,10
1900 0,36 1,64
1901 0,36 3,41
1902 0,37 5,22
1903 0,37 7,05
1904 0,38 8,92
1905 0,39 10,82
1906 0,39 12,75
1907 0,40 14,71
1908 0,41 16,71
1909 0,42 18,75
1910 0,42 20,82
1911 0,43 22,92
1912 0,44 25,07
1913 0,45 27,25
1914 0,46 31,43
* Año base = 1874
Nota: entre los años 1874 y 1893, los precios se expresaban en quintales, los cuales se han
convertido en kg, con la equivalencia 1 quintal = 46 kg.

247
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,42 20,65
1881-1885 0,41 18,01
1886-1890 0,27 -21,46
1891-1895 0,32 -8,80
1896-1900 0,34 -1,78
1901-1905 0,37 7,08
1906-1910 0,41 16,75
1911-1914 0,44 26,67

PRECIO PROMEDIO

0,50

0,45

0,40

0,35
Precio Bs./Kg

0,30

0,25

0,20

0,15

0,10

0,05

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

30,00

20,00
% aæo base: 1874

10,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-10,00

-20,00

-30,00
Quinquenios

248
CUADRO Nº II.1.9
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Bacalao. Bs./Kg
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,37 0,00
1875 0,37 -0,29
1876 0,37 -0,12
1877 0,39 5,76
1878 0,34 -8,93
1879 0,41 11,63
1880 0,37 -0,12
1881 0,37 -0,12
1882 0,37 -0,12
1883 0,39 5,76
1884 0,39 5,76
1885 0,39 5,76
1886 0,39 5,76
1887 0,39 5,76
1888 0,30 -17,74
1889 0,35 -5,99
1890 0,26 -29,34
1891 0,27 -27,53
1892 0,28 -25,62
1893 0,22 -40,48
1894 0,34 -7,72
1895 0,35 -4,12
1896 0,37 -0,32
1897 0,38 3,71
1898 0,40 7,97
1899 0,42 12,48
1900 0,43 17,26
1901 0,45 22,33
1902 0,47 27,71
1903 0,49 33,42
1904 0,52 39,48
1905 0,54 45,92
1906 0,57 52,78
1907 0,59 60,06
1908 0,62 67,82
1909 0,65 76,08
1910 0,68 84,88
1911 0,72 94,26
1912 0,76 104,26
1913 0,80 114,93
1914 0,82 122,52
* Año base = 1874
Nota: entre los años 1874 y 1893, los precios se expresaban en quintales, los cuales se han
convertido en kg, con la equivalencia 1 quintal = 46 kg.

249
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,37 1,32
1881-1885 0,38 3,41
1886-1890 0,34 -8,31
1891-1895 0,29 -21,10
1896-1900 0,40 8,22
1901-1905 0,49 33,77
1906-1910 0,62 68,32
1911-1914 0,77 108,99

PRECIO PROMEDIO

0,90

0,80

0,70

0,60
Precio Bs./Kg

0,50

0,40

0,30

0,20

0,10

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

120,00

100,00

80,00
% aæo base: 1874

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

-40,00
Quinquenios

250
CUADRO Nº II.1.10
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Caraotas blancas. Bs./Kg
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,10 0,00
1875 0,13 29,71
1876 0,13 33,31
1877 0,14 43,56
1878 0,07 -25,66
1879 0,07 -25,66
1880 0,07 -30,78
1881 0,07 -28,22
1882 0,07 -28,22
1883 0,07 -28,22
1884 0,13 26,73
1885 0,27 166,61
1886 0,13 28,18
1887 0,12 17,92
1888 0,15 48,69
1889 0,15 48,69
1890 0,15 48,69
1891 0,15 48,69
1892 0,15 48,69
1893 0,15 48,69
1894 0,12 22,28
1895 0,13 25,88
1896 0,13 29,68
1897 0,13 33,71
1898 0,14 37,97
1899 0,14 42,48
1900 0,15 47,26
1901 0,15 52,33
1902 0,16 57,71
1903 0,16 63,42
1904 0,17 69,48
1905 0,18 75,92
1906 0,18 82,78
1907 0,19 90,06
1908 0,20 97,82
1909 0,21 106,08
1910 0,21 114,88
1911 0,22 124,26
1912 0,23 134,26
1913 0,24 144,93
1914 0,25 152,52
* Año base = 1874

251
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,10 4,08
1881-1885 0,12 21,74
1886-1890 0,14 38,43
1891-1895 0,14 38,84
1896-1900 0,14 38,22
1901-1905 0,16 63,77
1906-1910 0,20 98,32
1911-1914 0,24 138,99

PRECIO PROMEDIO

0,30

0,25

0,20
Precio Bs./Kg

0,15

0,10

0,05

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

160,00

140,00

120,00
% aæo base: 1874

100,00

80,00

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios
Quinquenios

252
CUADRO Nº II.1.11
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Caraotas negras. Bs./Kg
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,14 0,00
1875 0,14 0,00
1876 0,14 -2,95
1877 0,11 -19,43
1878 0,13 -8,44
1879 0,22 53,81
1880 0,16 13,53
1881 0,21 46,49
1882 0,11 -19,43
1883 0,11 -19,43
1884 0,14 0,00
1885 0,32 130,72
1886 0,14 -1,12
1887 0,11 -19,43
1888 0,13 -6,61
1889 0,17 22,69
1890 0,14 0,00
1891 0,14 0,00
1892 0,14 0,00
1893 0,18 28,18
1894 0,14 0,00
1895 0,14 0,00
1896 0,14 0,00
1897 0,14 0,00
1898 0,14 0,00
1899 0,14 0,00
1900 0,14 0,00
1901 0,14 0,00
1902 0,14 0,00
1903 0,14 0,00
1904 0,14 0,00
1905 0,14 0,00
1906 0,14 0,00
1907 0,14 0,00
1908 0,14 0,00
1909 0,14 0,00
1910 0,14 0,00
1911 0,14 0,00
1912 0,14 0,00
1913 0,14 0,00
1914 0,14 0,00
* Año base = 1874

253
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,15 6,09
1881-1885 0,18 27,67
1886-1890 0,14 -0,90
1891-1895 0,15 5,64
1896-1900 0,14 0,00
1901-1905 0,14 0,00
1906-1910 0,14 0,00
1911-1914 0,14 0,00

PRECIO PROMEDIO

0,20
0,18

0,16

0,14
Precio Bs./Kg

0,12
0,10
0,08
0,06

0,04
0,02
0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

30,00

25,00

20,00
% aæo base: 1874

15,00

10,00

5,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-5,00
Quinquenios
Quinquenios

254
CUADRO Nº II.1.12
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Carne. Bs./Kg
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,48 0,00
1875 0,48 0,00
1876 0,48 0,00
1877 0,48 0,00
1878 0,48 0,00
1879 0,48 -0,36
1880 0,52 8,70
1881 0,50 4,17
1882 0,50 4,17
1883 0,22 -54,71
1884 0,24 -50,18
1885 0,26 -45,65
1886 0,52 8,70
1887 0,17 -63,77
1888 0,17 -63,77
1889 0,13 -72,83
1890 0,14 -70,94
1891 0,15 -68,93
1892 0,16 -66,77
1893 0,17 -63,77
1894 0,19 -61,27
1895 0,20 -58,60
1896 0,21 -55,74
1897 0,23 -52,69
1898 0,24 -49,42
1899 0,26 -45,93
1900 0,28 -42,20
1901 0,30 -38,22
1902 0,32 -33,96
1903 0,34 -29,40
1904 0,36 -24,53
1905 0,39 -19,32
1906 0,41 -13,76
1907 0,44 -7,81
1908 0,47 -1,45
1909 0,51 5,35
1910 0,54 12,62
1911 0,58 20,39
1912 0,62 28,69
1913 0,66 37,57
1914 0,69 43,75
* Año base = 1874

255
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,49 1,39
1881-1885 0,34 -28,44
1886-1890 0,23 -52,52
1891-1895 0,17 -63,87
1896-1900 0,24 -49,20
1901-1905 0,34 -29,09
1906-1910 0,48 -1,01
1911-1914 0,64 32,60

PRECIO PROMEDIO

0,70

0,60

0,50
Precio Bs./Kg

0,40

0,30

0,20

0,10

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS
40,00

20,00
% aæo base: 1874

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

-40,00

-60,00

-80,00
Quinquenios
Quinquenios

256
CUADRO Nº II.1.13
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Cebolla. Bs./Kg
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,59 0,00
1875 0,40 -32,50
1876 0,21 -65,00
1877 0,39 -33,68
1878 0,21 -65,00
1879 0,23 -61,31
1880 0,28 -52,10
1881 0,14 -76,05
1882 0,43 -26,31
1883 0,35 -41,05
1884 0,27 -53,94
1885 0,20 -66,84
1886 0,48 -18,94
1887 0,41 -29,99
1888 0,41 -29,99
1889 0,34 -42,89
1890 0,33 -44,07
1891 0,33 -44,07
1892 0,33 -44,07
1893 0,33 -44,73
1894 0,34 -43,18
1895 0,34 -41,59
1896 0,35 -39,95
1897 0,36 -38,26
1898 0,37 -36,53
1899 0,38 -34,75
1900 0,40 -32,92
1901 0,41 -31,04
1902 0,42 -29,10
1903 0,43 -27,11
1904 0,44 -25,07
1905 0,45 -22,97
1906 0,47 -20,81
1907 0,48 -18,58
1908 0,49 -16,30
1909 0,51 -13,95
1910 0,52 -11,54
1911 0,54 -9,06
1912 0,55 -6,51
1913 0,57 -3,88
1914 0,59 0,00
* Año base = 1874

257
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,29 -51,60
1881-1885 0,28 -52,84
1886-1890 0,39 -33,18
1891-1895 0,33 -43,53
1896-1900 0,37 -36,48
1901-1905 0,43 -27,06
1906-1910 0,49 -16,24
1911-1914 0,56 -4,86

PRECIO PROMEDIO

0,60

0,50

0,40
Precio Bs./Kg

0,30

0,20

0,10

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

-10,00

-20,00
% aæo base: 1874

-30,00

-40,00

-50,00

-60,00
Quinquenios

258
CUADRO Nº II.1.14
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Coco. Bs./Unidad
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,04 0,00
1875 0,04 -0,29
1876 0,04 -12,50
1877 0,03 -21,88
1878 0,03 -34,38
1879 0,03 -31,25
1880 0,03 -31,25
1881 0,03 -31,25
1882 0,03 -31,25
1883 0,02 -43,75
1884 0,03 -37,50
1885 0,03 -31,25
1886 0,03 -31,25
1887 0,04 0,00
1888 0,05 18,75
1889 0,03 -28,13
1890 0,03 -29,34
1891 0,03 -27,53
1892 0,03 -25,62
1893 0,05 12,50
1894 0,04 -7,72
1895 0,04 -4,12
1896 0,04 -0,32
1897 0,04 3,71
1898 0,04 7,97
1899 0,04 12,48
1900 0,05 17,26
1901 0,05 22,33
1902 0,05 27,71
1903 0,05 33,42
1904 0,06 39,48
1905 0,06 45,92
1906 0,06 52,78
1907 0,06 60,06
1908 0,07 67,82
1909 0,07 76,08
1910 0,07 84,88
1911 0,08 94,26
1912 0,08 104,26
1913 0,09 114,93
1914 0,09 122,52
* Año base = 1874

259
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,03 -21,92
1881-1885 0,03 -35,00
1886-1890 0,03 -13,99
1891-1895 0,04 -10,50
1896-1900 0,04 8,22
1901-1905 0,05 33,77
1906-1910 0,07 68,32
1911-1914 0,08 108,99

PRECIO PROMEDIO

0,09

0,08

0,07
Precio Bs./Unidad

0,06

0,05

0,04

0,03

0,02

0,01

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

120,00

100,00

80,00
% aæo base: 1874

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

-40,00

-60,00
Quinquenios

260
CUADRO Nº II.1.15
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Cueros de chivo. Bs./Kg
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,50 0,00
1875 0,57 13,71
1876 0,57 14,21
1877 0,61 22,18
1878 0,60 20,96
1879 0,56 11,73
1880 0,58 16,96
1881 0,57 13,04
1882 0,61 21,74
1883 0,80 60,87
1884 0,55 10,73
1885 0,59 17,39
1886 0,37 -26,09
1887 0,57 13,04
1888 0,59 17,39
1889 0,54 8,70
1890 0,42 -15,34
1891 0,43 -13,53
1892 0,44 -11,62
1893 0,65 30,43
1894 0,53 6,28
1895 0,55 9,88
1896 0,57 13,68
1897 0,59 17,71
1898 0,61 21,97
1899 0,63 26,48
1900 0,66 31,26
1901 0,68 36,33
1902 0,71 41,71
1903 0,74 47,42
1904 0,77 53,48
1905 0,80 59,92
1906 0,83 66,78
1907 0,87 74,06
1908 0,91 81,82
1909 0,95 90,08
1910 0,99 98,88
1911 1,04 108,26
1912 1,09 118,26
1913 1,14 128,93
1914 1,18 136,52
* Año base = 1874

261
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,58 16,62
1881-1885 0,62 24,75
1886-1890 0,50 -0,46
1891-1895 0,52 4,29
1896-1900 0,61 22,22
1901-1905 0,74 47,77
1906-1910 0,91 82,32
1911-1914 1,11 122,99

PRECIO PROMEDIO

1,20

1,00

0,80
Precio Bs./Kg

0,60

0,40

0,20

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

140,00

120,00

100,00
% aæo base: 1874

80,00

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

Quinquenios

262
CUADRO Nº II.1.16
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Cueros de res. Bs./Unidad
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 15,77 0,00
1875 17,95 13,85
1876 18,03 14,35
1877 19,29 22,32
1878 19,10 21,10
1879 17,64 11,87
1880 18,47 17,10
1881 18,00 14,14
1882 18,75 18,90
1883 19,00 20,48
1884 18,50 17,31
1885 18,00 14,14
1886 6,75 -57,20
1887 15,50 -1,71
1888 14,75 -6,47
1889 12,75 -19,15
1890 13,37 -15,20
1891 13,66 -13,39
1892 13,96 -11,48
1893 18,13 14,97
1894 16,78 6,42
1895 17,35 10,02
1896 17,95 13,82
1897 18,58 17,85
1898 19,26 22,11
1899 19,97 26,62
1900 20,72 31,40
1901 21,52 36,47
1902 22,37 41,85
1903 23,27 47,56
1904 24,23 53,62
1905 25,24 60,07
1906 26,32 66,92
1907 27,47 74,20
1908 28,70 81,96
1909 30,00 90,22
1910 31,39 99,02
1911 32,86 108,40
1912 34,44 118,40
1913 36,12 129,07
1914 37,32 136,66
* Año base = 1874

263
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 18,41 16,77
1881-1885 18,45 16,99
1886-1890 12,62 -19,95
1891-1895 15,98 1,30
1896-1900 19,30 22,36
1901-1905 23,33 47,91
1906-1910 28,77 82,46
1911-1914 35,19 123,13

PRECIO PROMEDIO

40,00

35,00

30,00
Precio Bs./Kg

25,00

20,00

15,00

10,00

5,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

140,00

120,00

100,00
% aæo base: 1874

80,00

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

-40,00
Quinquenios

264
CUADRO Nº II.1.17
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Cueros de venado. Bs./Kg
SERIE ANUAL
Año Precio IP %*
1874 0,99 0,00
1875 1,13 13,85
1876 1,13 14,35
1877 1,21 22,32
1878 1,20 21,10
1879 1,11 11,88
1880 1,16 17,10
1881 1,13 14,19
1882 1,26 27,36
1883 0,91 -7,77
1884 1,10 10,87
1885 0,59 -40,71
1886 0,67 -31,93
1887 0,50 -49,49
1888 0,60 -39,61
1889 0,78 -20,95
1890 0,84 -15,20
1891 0,86 -13,39
1892 0,88 -11,48
1893 0,54 -45,10
1894 1,05 6,42
1895 1,09 10,02
1896 1,13 13,82
1897 1,17 17,85
1898 1,21 22,11
1899 1,25 26,62
1900 1,30 31,40
1901 1,35 36,47
1902 1,40 41,85
1903 1,46 47,56
1904 1,52 53,62
1905 1,58 60,07
1906 1,65 66,92
1907 1,72 74,20
1908 1,80 81,96
1909 1,88 90,22
1910 1,97 99,02
1911 2,06 108,40
1912 2,16 118,40
1913 2,27 129,07
1914 2,34 136,66
* Año base = 1874
Nota: entre los años 1874 y 1893, los precios se expresaban en quintales, los cuales se han
convertido en kg, con la equivalencia 1 quintal = 46 kg.

265
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 1,16 16,77
1881-1885 1,16 0,79
1886-1890 1,18 -31,44
1891-1895 1,09 -10,71
1896-1900 1,21 22,36
1901-1905 1,46 47,91
1906-1910 1,81 82,46
1911-1914 2,21 123,13

PRECIO PROMEDIO

2,50

2,00
Precio Bs./Kg

1,50

1,00

0,50

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS
140,00

120,00

100,00
% año base: 1874

80,00

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

-40,00
Quinquenios

266
CUADRO Nº II.1.18
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Escobas importadas. Bs./Unidad
SERIE ANUAL
Año Precio IP %*
1874 3,62 0,00
1875 3,62 -0,15
1876 3,63 0,00
1877 3,38 -6,90
1878 2,38 -34,48
1879 2,75 -24,14
1880 2,75 -24,14
1881 2,75 -24,14
1882 3,25 -10,34
1883 3,25 -10,34
1884 2,81 -22,41
1885 2,38 -34,48
1886 2,63 -27,59
1887 3,25 -10,34
1888 2,75 -24,14
1889 2,25 -37,93
1890 2,47 -31,95
1891 2,70 -25,40
1892 2,96 -18,22
1893 3,25 -10,34
1894 3,14 -13,29
1895 3,04 -16,15
1896 2,94 -18,90
1897 2,84 -21,57
1898 2,75 -24,15
1899 2,66 -26,65
1900 2,57 -29,06
1901 2,49 -31,39
1902 2,41 -33,65
1903 2,33 -35,83
1904 2,25 -37,94
1905 2,18 -39,99
1906 2,10 -41,96
1907 2,03 -43,87
1908 1,97 -45,72
1909 1,90 -47,50
1910 1,84 -49,23
1911 1,78 -50,90
1912 1,72 -52,51
1913 1,66 -54,08
1914 1,61 -55,59
* Año base = 1874

267
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 3,08 -14,97
1881-1885 2,89 -20,34
1886-1890 2,67 -26,39
1891-1895 3,02 -16,68
1896-1900 2,75 -24,07
1901-1905 2,33 -35,76
1906-1910 1,97 -45,65
1911-1914 1,69 -53,27

PRECIO PROMEDIO

3,50

3,00
Precio Bs./Unidad

2,50

2,00

1,50

1,00

0,50

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

-10,00
% año base: 1874

-20,00

-30,00

-40,00

-50,00

-60,00
Quinquenios

268
CUADRO Nº II.1.19
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Escobas nacionales. Bs./Unidad
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,26 0,00
1875 0,26 -0,29
1876 0,26 0,16
1877 0,31 20,19
1878 0,19 -27,88
1879 0,23 -11,86
1880 0,23 -11,86
1881 0,23 -11,86
1882 0,23 -11,86
1883 0,21 -19,87
1884 0,21 -19,87
1885 0,21 -19,87
1886 0,31 20,19
1887 0,21 -19,87
1888 0,29 12,18
1889 0,11 -55,93
1890 0,18 -29,34
1891 0,19 -27,53
1892 0,19 -25,62
1893 0,29 12,18
1894 0,24 -7,72
1895 0,25 -4,12
1896 0,26 -0,32
1897 0,27 3,71
1898 0,28 7,97
1899 0,29 12,48
1900 0,30 17,26
1901 0,32 22,33
1902 0,33 27,71
1903 0,35 33,42
1904 0,36 39,48
1905 0,38 45,92
1906 0,40 52,78
1907 0,42 60,06
1908 0,44 67,82
1909 0,46 76,08
1910 0,48 84,88
1911 0,51 94,26
1912 0,53 104,26
1913 0,56 114,93
1914 0,58 122,52
* Año base = 1874

269
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,25 -5,26
1881-1885 0,22 -16,67
1886-1890 0,22 -14,55
1891-1895 0,23 -10,57
1896-1900 0,28 8,22
1901-1905 0,35 33,77
1906-1910 0,44 68,32
1911-1914 0,54 108,99

PRECIO PROMEDIO

0,60

0,50
Precio Bs./Unidad

0,40

0,30

0,20

0,10

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

120,00

100,00

80,00
% año base: 1874

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

-40,00
Quinquenios
Quinquenios

270
CUADRO Nº II.1.20
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Fideos. Bs./Kg
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,02 0,00
1875 0,02 -0,29
1876 0,02 21,77
1877 0,02 -3,87
1878 0,02 8,95
1879 0,02 8,95
1880 0,02 8,95
1881 0,02 9,21
1882 0,03 28,18
1883 0,03 41,00
1884 0,03 28,18
1885 0,02 15,36
1886 0,01 -29,76
1887 0,01 -45,65
1888 0,13 566,53
1889 0,13 566,53
1890 0,01 -29,34
1891 0,01 -27,53
1892 0,01 -25,62
1893 0,01 -29,76
1894 0,02 -7,72
1895 0,02 -4,12
1896 0,02 -0,32
1897 0,02 3,71
1898 0,02 7,97
1899 0,02 12,48
1900 0,02 17,26
1901 0,02 22,33
1902 0,03 27,71
1903 0,03 33,42
1904 0,03 39,48
1905 0,03 45,92
1906 0,03 52,78
1907 0,03 60,06
1908 0,03 67,82
1909 0,04 76,08
1910 0,04 84,88
1911 0,04 94,26
1912 0,04 104,26
1913 0,04 114,93
1914 0,04 122,52
* Año base = 1874

271
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,02 7,41
1881-1885 0,02 24,38
1886-1890 0,06 205,66
1891-1895 0,02 -18,95
1896-1900 0,02 8,22
1901-1905 0,03 33,77
1906-1910 0,03 68,32
1911-1914 0,04 108,99

PRECIO PROMEDIO

0,07

0,06

0,05
Precio Bs./Kg

0,04

0,03

0,02

0,01

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

250,00

200,00

150,00
% año base: 1874

100,00

50,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

-50,00

Quinquenios

272
CUADRO Nº II.1.21
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Fósforo. Bs./Gruesa
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 1,13 0,00
1875 1,13 -0,29
1876 1,13 0,00
1877 1,43 26,55
1878 1,13 0,00
1879 1,13 0,00
1880 1,13 0,00
1881 1,00 -11,50
1882 0,87 -23,01
1883 0,87 -23,01
1884 0,87 -23,01
1885 0,87 -23,01
1886 1,00 -11,50
1887 8,00 607,96
1888 0,90 -20,21
1889 1,13 0,00
1890 0,80 -29,34
1891 0,82 -27,53
1892 0,84 -25,62
1893 7,50 563,72
1894 1,04 -7,72
1895 1,08 -4,12
1896 1,13 -0,32
1897 1,17 3,71
1898 1,22 7,97
1899 1,27 12,48
1900 1,33 17,26
1901 1,38 22,33
1902 1,44 27,71
1903 1,51 33,42
1904 1,58 39,48
1905 1,65 45,92
1906 1,73 52,78
1907 1,81 60,06
1908 1,90 67,82
1909 1,99 76,08
1910 2,09 84,88
1911 2,20 94,26
1912 2,31 104,26
1913 2,43 114,93
1914 2,51 122,52
* Año base = 1874

273
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 1,18 4,38
1881-1885 0,90 -20,71
1886-1890 2,37 109,38
1891-1895 2,26 99,74
1896-1900 1,22 8,22
1901-1905 1,51 33,77
1906-1910 1,90 68,32
1911-1914 2,36 108,99

PRECIO PROMEDIO

2,50

2,00
Precio Bs./Gruesa

1,50

1,00

0,50

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

120,00

100,00

80,00
% año base: 1874

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

-40,00

Quinquenios

274
CUADRO Nº II.1.22
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Frijoles. Bs./Kg
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,21 0,00
1875 0,21 -0,29
1876 0,21 -1,19
1877 0,18 -15,30
1878 0,16 -22,36
1879 0,26 22,34
1880 0,30 41,16
1881 0,16 -24,71
1882 0,16 -24,71
1883 0,14 -31,77
1884 0,20 -3,27
1885 0,52 149,39
1886 0,23 8,23
1887 0,24 12,93
1888 0,17 -20,01
1889 0,27 27,05
1890 0,15 -29,34
1891 0,15 -27,53
1892 0,16 -25,62
1893 0,30 41,16
1894 0,19 -7,72
1895 0,20 -4,12
1896 0,21 -0,32
1897 0,22 3,71
1898 0,23 7,97
1899 0,24 12,48
1900 0,25 17,26
1901 0,26 22,33
1902 0,27 27,71
1903 0,28 33,42
1904 0,29 39,48
1905 0,31 45,92
1906 0,32 52,78
1907 0,34 60,06
1908 0,35 67,82
1909 0,37 76,08
1910 0,39 84,88
1911 0,41 94,26
1912 0,43 104,26
1913 0,45 114,93
1914 0,47 122,52
* Año base = 1874

275
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,22 4,06
1881-1885 0,24 12,98
1886-1890 0,21 -0,23
1891-1895 0,20 -4,77
1896-1900 0,23 8,22
1901-1905 0,28 33,77
1906-1910 0,35 68,32
1911-1914 0,44 108,99

PRECIO PROMEDIO

0,50
0,45

0,40

0,35
Precio Bs./Kg

0,30

0,25
0,20

0,15

0,10
0,05

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

120,00

100,00

80,00
% año base: 1874

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

Quinquenios

276
CUADRO Nº II.1.23
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Garbanzos. Bs./Kg
SERIE ANUAL
Año Precio IP %*
1874 0,20 0,00
1875 0,20 -0,29
1876 0,20 -2,17
1877 0,26 30,43
1878 0,23 14,13
1879 0,24 19,57
1880 0,24 19,57
1881 0,30 52,17
1882 0,30 52,17
1883 0,24 19,57
1884 0,28 41,30
1885 0,33 63,04
1886 0,34 68,48
1887 0,28 41,30
1888 0,27 35,87
1889 0,27 35,87
1890 0,14 -29,34
1891 0,14 -27,53
1892 0,15 -25,62
1893 0,22 8,70
1894 0,18 -7,72
1895 0,19 -4,12
1896 0,20 -0,32
1897 0,21 3,71
1898 0,22 7,97
1899 0,22 12,48
1900 0,23 17,26
1901 0,24 22,33
1902 0,26 27,71
1903 0,27 33,42
1904 0,28 39,48
1905 0,29 45,92
1906 0,31 52,78
1907 0,32 60,06
1908 0,34 67,82
1909 0,35 76,08
1910 0,37 84,88
1911 0,39 94,26
1912 0,41 104,26
1913 0,43 114,93
1914 0,45 122,52
* Año base = 1874
Nota: entre los años 1874 y 1893, los precios se expresaban en quintales, los cuales se han
convertido en kg, con la equivalencia 1 quintal = 46 kg.

277
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,23 13,54
1881-1885 0,29 45,65
1886-1890 0,26 30,44
1891-1895 0,18 -11,26
1896-1900 0,22 8,22
1901-1905 0,27 33,77
1906-1910 0,34 68,32
1911-1914 0,42 108,99

PRECIO PROMEDIO

0,45

0,40

0,35

0,30
Precio Bs./Kg

0,25

0,20

0,15

0,10

0,05

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

120,00

100,00

80,00
% año base: 1874

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

Quinquenios

278
CUADRO Nº II.1.24
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Harina. Bs./Kg
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,54 0,00
1875 0,54 -0,29
1876 0,54 0,64
1877 0,54 0,64
1878 0,58 6,93
1879 0,57 5,68
1880 0,60 10,71
1881 0,49 -9,42
1882 0,58 8,19
1883 0,50 -6,90
1884 0,46 -14,45
1885 0,42 -22,00
1886 0,43 -19,48
1887 0,42 -22,00
1888 0,40 -25,77
1889 0,39 -27,03
1890 0,38 -29,34
1891 0,39 -27,53
1892 0,40 -25,62
1893 0,47 -13,19
1894 0,50 -7,72
1895 0,52 -4,12
1896 0,54 -0,32
1897 0,56 3,71
1898 0,58 7,97
1899 0,61 12,48
1900 0,63 17,26
1901 0,66 22,33
1902 0,69 27,71
1903 0,72 33,42
1904 0,75 39,48
1905 0,79 45,92
1906 0,82 52,78
1907 0,86 60,06
1908 0,91 67,82
1909 0,95 76,08
1910 1,00 84,88
1911 1,05 94,26
1912 1,10 104,26
1913 1,16 114,93
1914 1,20 122,52
* Año base = 1874

279
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,56 4,05
1881-1885 0,49 -8,92
1886-1890 0,41 -24,73
1891-1895 0,46 -15,64
1896-1900 0,58 8,22
1901-1905 0,72 33,77
1906-1910 0,91 68,32
1911-1914 1,13 108,99

PRECIO PROMEDIO

1,20

1,00

0,80
Precio Bs./Kg

0,60

0,40

0,20

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

120,00

100,00

80,00
% año base: 1874

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

-40,00
Quinquenios

280
CUADRO Nº II.1.25
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Jabón. Bs./Kg
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 2,00 0,00
1875 1,99 -0,29
1876 2,00 0,00
1877 2,00 0,00
1878 2,00 0,00
1879 2,00 0,00
1880 2,00 0,00
1881 1,63 -18,75
1882 2,00 0,00
1883 1,50 -25,00
1884 1,60 -20,25
1885 1,69 -15,50
1886 7,25 262,50
1887 1,69 -15,50
1888 1,69 -15,50
1889 1,69 -15,50
1890 1,69 -15,50
1891 1,69 -15,50
1892 1,69 -15,50
1893 1,69 -15,50
1894 1,85 -7,72
1895 1,92 -4,12
1896 1,99 -0,32
1897 2,07 3,71
1898 2,16 7,97
1899 2,25 12,48
1900 2,35 17,26
1901 2,45 22,33
1902 2,55 27,71
1903 2,67 33,42
1904 2,79 39,48
1905 2,92 45,92
1906 3,06 52,78
1907 3,20 60,06
1908 3,36 67,82
1909 3,52 76,08
1910 3,70 84,88
1911 3,89 94,26
1912 4,09 104,26
1913 4,30 114,93
1914 4,45 122,52
* Año base = 1874

281
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 2,00 -0,05
1881-1885 1,68 -15,90
1886-1890 2,80 40,10
1891-1895 1,77 -11,67
1896-1900 2,16 8,22
1901-1905 2,68 33,77
1906-1910 3,37 68,32
1911-1914 4,18 108,99

PRECIO PROMEDIO

4,50

4,00

3,50

3,00
Precio Bs./Kg

2,50

2,00

1,50

1,00

0,50

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

120,00

100,00

80,00
% año base: 1874

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

-40,00
Quinquenios

282
CUADRO Nº II.1.26
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Jamón. Bs./Kg
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,73 0,00
1875 0,73 -0,29
1876 0,73 -0,24
1877 0,70 -4,71
1878 0,67 -7,68
1879 0,63 -13,64
1880 0,63 -13,64
1881 0,63 -13,64
1882 0,63 -13,64
1883 0,65 -10,66
1884 0,69 -5,45
1885 0,73 -0,24
1886 0,78 7,21
1887 0,64 -12,15
1888 0,66 -9,17
1889 0,66 -9,17
1890 0,52 -29,34
1891 0,53 -27,53
1892 0,54 -25,62
1893 0,64 -12,15
1894 0,67 -7,72
1895 0,70 -4,12
1896 0,73 -0,32
1897 0,76 3,71
1898 0,79 7,97
1899 0,82 12,48
1900 0,86 17,26
1901 0,89 22,33
1902 0,93 27,71
1903 0,97 33,42
1904 1,02 39,48
1905 1,07 45,92
1906 1,12 52,78
1907 1,17 60,06
1908 1,23 67,82
1909 1,29 76,08
1910 1,35 84,88
1911 1,42 94,26
1912 1,49 104,26
1913 1,57 114,93
1914 1,62 122,52
* Año base = 1874

283
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,68 -6,70
1881-1885 0,67 -8,73
1886-1890 0,65 -10,53
1891-1895 0,62 -15,43
1896-1900 0,79 8,22
1901-1905 0,98 33,77
1906-1910 1,23 68,32
1911-1914 1,53 108,99

PRECIO PROMEDIO

1,80

1,60

1,40

1,20
Precio Bs./Kg

1,00

0,80

0,60

0,40

0,20

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

120,00

100,00

80,00
% año base: 1874

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

-40,00
Quinquenios

284
CUADRO Nº II.1.27
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Kerosén. Bs./Litro
SERIE ANUAL
Año Precio IP %*
1874 0,16 0,00
1875 0,16 -0,29
1876 0,16 -2,50
1877 1,08 571,88
1878 0,66 314,06
1879 0,61 282,81
1880 0,59 267,19
1881 0,61 283,13
1882 0,55 243,75
1883 0,59 267,19
1884 0,56 251,88
1885 0,54 235,94
1886 0,53 228,13
1887 0,53 228,13
1888 0,49 204,69
1889 0,51 220,63
1890 0,11 -29,34
1891 0,12 -27,53
1892 0,12 -25,62
1893 0,54 235,94
1894 0,15 -7,72
1895 0,15 -4,12
1896 0,16 -0,32
1897 0,17 3,71
1898 0,17 7,97
1899 0,18 12,48
1900 0,19 17,26
1901 0,20 22,33
1902 0,20 27,71
1903 0,21 33,42
1904 0,22 39,48
1905 0,23 45,92
1906 0,24 52,78
1907 0,26 60,06
1908 0,27 67,82
1909 0,28 76,08
1910 0,30 84,88
1911 0,31 94,26
1912 0,33 104,26
1913 0,34 114,93
1914 0,36 122,52
* Año base = 1874

285
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,54 238,86
1881-1885 0,57 256,38
1886-1890 0,43 170,44
1891-1895 0,21 34,19
1896-1900 0,17 8,22
1901-1905 0,21 33,77
1906-1910 0,27 68,32
1911-1914 0,33 108,99

PRECIO PROMEDIO

0,60

0,50
Precio Bs./Litro

0,40

0,30

0,20

0,10

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

300,00

250,00

200,00
% año base: 1874

150,00

100,00

50,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios

286
CUADRO Nº II.1.28
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Maíz. Bs./Fanega
SERIE ANUAL
Año Precio IP %*
1874 0,35 0,00
1875 0,06 -83,14
1876 0,06 -83,51
1877 0,07 -78,75
1878 0,06 -81,68
1879 0,08 -78,02
1880 0,07 -81,32
1881 0,11 -67,76
1882 0,06 -82,41
1883 0,05 -85,35
1884 0,05 -86,12
1885 0,12 -66,29
1886 0,09 -74,35
1887 0,06 -82,03
1888 0,06 -83,15
1889 0,08 -78,02
1890 0,04 -88,57
1891 0,04 -88,57
1892 0,03 -91,43
1893 0,07 -79,48
1894 0,03 -90,58
1895 0,05 -86,98
1896 0,06 -83,17
1897 0,07 -79,14
1898 0,09 -74,88
1899 0,10 -70,37
1900 0,12 -65,58
1901 0,14 -60,51
1902 0,16 -55,13
1903 0,18 -49,42
1904 0,20 -43,35
1905 0,22 -36,91
1906 0,24 -30,05
1907 0,27 -22,76
1908 0,30 -15,01
1909 0,33 -6,74
1910 0,36 2,06
1911 0,39 11,44
1912 0,42 21,45
1913 0,46 32,13
1914 0,49 39,72
* Año base = 1874

287
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,07 -81,07
1881-1885 0,08 -77,59
1886-1890 0,07 -81,22
1891-1895 0,04 -87,41
1896-1900 0,09 -74,63
1901-1905 0,18 -49,06
1906-1910 0,30 -14,50
1911-1914 0,44 26,18

PRECIO PROMEDIO

0,50

0,45

0,40

0,35
Precio Bs./Kg

0,30

0,25

0,20

0,15

0,10

0,05

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS
40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
% año base: 1874

-20,00

-40,00

-60,00

-80,00

-100,00
Quinquenios

288
CUADRO Nº II.1.29
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Manteca importada. Bs./Kg
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,15 0,00
1875 0,15 -0,29
1876 0,15 -0,36
1877 0,57 276,81
1878 0,47 215,22
1879 0,45 200,72
1880 0,46 204,35
1881 0,58 284,06
1882 0,54 262,32
1883 0,55 269,57
1884 0,15 -3,27
1885 0,43 189,86
1886 0,39 157,25
1887 0,10 -35,30
1888 0,38 153,62
1889 0,13 -16,54
1890 0,11 -29,34
1891 0,11 -27,53
1892 0,11 -25,62
1893 0,13 -11,13
1894 0,14 -7,72
1895 0,14 -4,12
1896 0,15 -0,32
1897 0,16 3,71
1898 0,16 7,97
1899 0,17 12,48
1900 0,18 17,26
1901 0,18 22,33
1902 0,19 27,71
1903 0,20 33,42
1904 0,21 39,48
1905 0,22 45,92
1906 0,23 52,78
1907 0,24 60,06
1908 0,25 67,82
1909 0,26 76,08
1910 0,28 84,88
1911 0,29 94,26
1912 0,31 104,26
1913 0,32 114,93
1914 0,33 122,52
* Año base = 1874

289
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,37 149,41
1881-1885 0,45 200,51
1886-1890 0,22 45,94
1891-1895 0,13 -15,23
1896-1900 0,16 8,22
1901-1905 0,20 33,77
1906-1910 0,25 68,32
1911-1914 0,31 108,99

PRECIO PROMEDIO

0,50

0,45

0,40

0,35
Precio Bs./Kg

0,30

0,25
0,20

0,15

0,10

0,05

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

250,00

200,00

150,00
% año base: 1874

100,00

50,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

-50,00
Quinquenios

290
CUADRO Nº II.1.30
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Manteca nacional. Bs./Kg
SERIE ANUAL
Año Precio IP %*
1874 0,33 0,00
1875 0,33 -0,29
1876 0,64 93,94
1877 0,57 71,28
1878 0,55 67,98
1879 0,51 54,81
1880 0,41 23,62
1881 0,61 84,45
1882 0,57 71,28
1883 0,49 48,22
1884 0,48 44,93
1885 0,47 41,63
1886 0,59 77,87
1887 0,53 61,40
1888 0,39 18,58
1889 0,41 25,16
1890 0,39 16,92
1891 0,36 8,68
1892 0,25 -25,62
1893 0,45 35,05
1894 0,30 -7,72
1895 0,32 -4,12
1896 0,33 -0,32
1897 0,34 3,71
1898 0,36 7,97
1899 0,37 12,48
1900 0,39 17,26
1901 0,40 22,33
1902 0,42 27,71
1903 0,44 33,42
1904 0,46 39,48
1905 0,48 45,92
1906 0,50 52,78
1907 0,53 60,06
1908 0,55 67,82
1909 0,58 76,08
1910 0,61 84,88
1911 0,64 94,26
1912 0,67 104,26
1913 0,71 114,93
1914 0,73 122,52
* Año base = 1874
Nota: entre los años 1874 y 1893, los precios se expresaban en quintales, los cuales se han
convertido en kg, con la equivalencia 1 quintal = 46 kg.

291
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,50 51,89
1881-1885 0,52 58,10
1886-1890 0,46 39,99
1891-1895 0,33 1,25
1896-1900 0,36 8,22
1901-1905 0,44 33,77
1906-1910 0,56 68,32
1911-1914 0,69 108,99

PRECIO PROMEDIO

0,80

0,70

0,60
Precio Bs./Kg

0,50

0,40

0,30

0,20

0,10

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS
120,00

100,00

80,00
% año base: 1874

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

292
CUADRO Nº II.1.31
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Mantequilla importada. Bs./Kg
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,71 0,00
1875 0,84 18,29
1876 0,99 39,92
1877 1,18 65,51
1878 1,36 92,06
1879 0,83 16,91
1880 0,91 28,04
1881 1,19 67,01
1882 1,17 64,23
1883 1,17 64,23
1884 1,32 86,49
1885 1,48 108,76
1886 1,07 50,31
1887 1,05 47,53
1888 1,07 50,31
1889 1,07 50,31
1890 1,13 59,01
1891 1,19 68,21
1892 1,26 77,94
1893 1,34 89,28
1894 1,38 94,49
1895 1,42 99,84
1896 1,46 105,34
1897 1,50 110,99
1898 1,54 116,80
1899 1,58 122,77
1900 1,63 128,90
1901 1,67 135,20
1902 1,72 141,68
1903 1,76 148,33
1904 1,81 155,16
1905 1,86 162,19
1906 1,91 169,40
1907 1,97 176,82
1908 2,02 184,44
1909 2,08 192,27
1910 2,13 200,31
1911 2,19 208,58
1912 2,25 217,07
1913 2,31 225,80
1914 2,37 233,80
* Año base = 1874

293
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 1,02 43,45
1881-1885 1,26 78,14
1886-1890 1,08 51,49
1891-1895 1,32 85,95
1896-1900 1,54 116,96
1901-1905 1,76 148,51
1906-1910 2,02 184,65
1911-1914 2,28 221,31

PRECIO PROMEDIO

2,50

2,00
Precio Bs./Kg

1,50

1,00

0,50

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

250,00

200,00
% año base: 1874

150,00

100,00

50,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

294
CUADRO Nº II.1.32
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Papas. Bs./Kg
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,17 0,00
1875 0,10 -43,65
1876 0,02 -87,30
1877 0,01 -91,98
1878 0,05 -70,59
1879 0,15 -11,76
1880 0,12 -27,81
1881 0,15 -14,44
1882 0,18 4,28
1883 0,15 -9,09
1884 0,14 -15,78
1885 0,13 -22,46
1886 0,17 -1,07
1887 0,16 -6,42
1888 0,16 -6,42
1889 0,21 25,67
1890 0,20 19,05
1891 0,19 12,93
1892 0,18 7,12
1893 0,17 1,60
1894 0,19 10,33
1895 0,20 19,82
1896 0,22 30,11
1897 0,24 41,29
1898 0,26 53,43
1899 0,28 66,62
1900 0,31 80,93
1901 0,33 96,48
1902 0,36 113,36
1903 0,39 131,70
1904 0,43 151,61
1905 0,46 173,23
1906 0,50 196,71
1907 0,55 222,20
1908 0,59 249,89
1909 0,65 279,95
1910 0,70 312,60
1911 0,76 348,05
1912 0,83 386,56
1913 0,90 428,36
1914 0,96 464,71
* Año base = 1874

295
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,08 -55,51
1881-1885 0,15 -11,50
1886-1890 0,18 6,16
1891-1895 0,19 10,36
1896-1900 0,26 54,48
1901-1905 0,40 133,28
1906-1910 0,60 252,27
1911-1914 0,86 406,92

PRECIO PROMEDIO

1,00

0,90

0,80

0,70
Precio Bs./Kg

0,60

0,50

0,40

0,30

0,20

0,10

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

500,00

400,00
% año base: 1874

300,00

200,00

100,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

-100,00
Quinquenios

296
CUADRO Nº II.1.33
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Ron. Bs./Carga
SERIE ANUAL
Año Precio IP %*
1874 0,29 0,00
1875 0,29 -0,29
1876 0,29 0,21
1877 0,31 8,18
1878 0,31 6,96
1879 0,28 -2,27
1880 0,30 2,96
1881 0,33 12,40
1882 0,34 17,38
1883 0,29 1,28
1884 0,29 1,28
1885 0,29 1,28
1886 0,29 1,28
1887 0,29 1,28
1888 0,29 1,28
1889 0,29 1,28
1890 0,20 -29,34
1891 0,21 -27,53
1892 0,22 -25,62
1893 0,26 -11,13
1894 0,27 -7,72
1895 0,28 -4,12
1896 0,29 -0,32
1897 0,30 3,71
1898 0,31 7,97
1899 0,33 12,48
1900 0,34 17,26
1901 0,35 22,33
1902 0,37 27,71
1903 0,39 33,42
1904 0,40 39,48
1905 0,42 45,92
1906 0,44 52,78
1907 0,46 60,06
1908 0,49 67,82
1909 0,51 76,08
1910 0,54 84,88
1911 0,56 94,26
1912 0,59 104,26
1913 0,62 114,93
1914 0,65 122,52
* Año base = 1874

297
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,30 2,62
1881-1885 0,31 6,72
1886-1890 0,28 -4,85
1891-1895 0,25 -15,23
1896-1900 0,31 8,22
1901-1905 0,39 33,77
1906-1910 0,49 68,32
1911-1914 0,61 108,99

PRECIO PROMEDIO
0,70

0,60
Precio Bs./Carga

0,50

0,40

0,30

0,20

0,10

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

120,00

100,00

80,00
% año base: 1874

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

-40,00
Quinquenios

298
CUADRO Nº II.1.34
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Sal. Bs./Fauga
SERIE ANUAL
Año Precio IP %*
1874 0,08 0,00
1875 0,08 -0,29
1876 0,08 -2,95
1877 0,09 6,75
1878 0,08 -2,95
1879 0,07 -7,80
1880 0,08 -5,38
1881 0,07 -12,66
1882 0,07 -17,51
1883 0,07 -7,80
1884 0,07 -18,72
1885 0,06 -29,64
1886 0,07 -17,51
1887 0,06 -21,10
1888 0,06 -21,10
1889 0,06 -22,36
1890 0,06 -29,34
1891 0,06 -27,53
1892 0,06 -25,62
1893 0,06 -25,00
1894 0,07 -7,72
1895 0,08 -4,12
1896 0,08 -0,32
1897 0,08 3,71
1898 0,09 7,97
1899 0,09 12,48
1900 0,09 17,26
1901 0,10 22,33
1902 0,10 27,71
1903 0,11 33,42
1904 0,11 39,48
1905 0,12 45,92
1906 0,12 52,78
1907 0,13 60,06
1908 0,13 67,82
1909 0,14 76,08
1910 0,15 84,88
1911 0,16 94,26
1912 0,16 104,26
1913 0,17 114,93
1914 0,18 122,52
* Año base = 1874

299
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,08 -2,10
1881-1885 0,07 -17,27
1886-1890 0,06 -22,28
1891-1895 0,07 -18,00
1896-1900 0,09 8,22
1901-1905 0,11 33,77
1906-1910 0,13 68,32
1911-1914 0,17 108,99

PRECIO PROMEDIO

0,18

0,16

0,14
Precio Bs./Fanega

0,12

0,10

0,08

0,06

0,04

0,02

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

120,00

100,00

80,00
% año base: 1874

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

-40,00
Quinquenios

300
CUADRO Nº II.1.35
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Sebo criollo. Bs./Kg
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,30 0,00
1875 0,30 -0,29
1876 0,30 1,45
1877 0,30 1,45
1878 0,30 1,45
1879 0,30 1,45
1880 0,30 1,45
1881 0,26 -13,04
1882 0,26 -13,04
1883 0,26 -13,04
1884 0,26 -13,04
1885 0,26 -13,04
1886 0,37 23,19
1887 0,26 -13,04
1888 0,37 23,19
1889 0,37 23,19
1890 0,21 -29,34
1891 0,22 -27,53
1892 0,22 -25,62
1893 0,26 -13,04
1894 0,28 -7,72
1895 0,29 -4,12
1896 0,30 -0,32
1897 0,31 3,71
1898 0,32 7,97
1899 0,34 12,48
1900 0,35 17,26
1901 0,37 22,33
1902 0,38 27,71
1903 0,40 33,42
1904 0,42 39,48
1905 0,44 45,92
1906 0,46 52,78
1907 0,48 60,06
1908 0,50 67,82
1909 0,53 76,08
1910 0,55 84,88
1911 0,58 94,26
1912 0,61 104,26
1913 0,64 114,93
1914 0,67 122,52
* Año base = 1874

301
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,30 1,16
1881-1885 0,26 -13,04
1886-1890 0,32 5,44
1891-1895 0,25 -15,61
1896-1900 0,32 8,22
1901-1905 0,40 33,77
1906-1910 0,50 68,32
1911-1914 0,63 108,99

PRECIO PROMEDIO

0,70

0,60

0,50
Precio Bs./Kg

0,40

0,30

0,20

0,10

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

120,00

100,00

80,00
% año base: 1874

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

-40,00
Quinquenios

302
CUADRO Nº II.1.36
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Sebo importado. Bs./Fanega
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,41 0,00
1875 0,41 -0,29
1876 0,41 1,07
1877 0,41 1,07
1878 0,39 -5,52
1879 0,39 -5,52
1880 0,41 -1,12
1881 0,41 -1,12
1882 0,41 -1,12
1883 0,45 9,86
1884 0,40 -3,27
1885 0,38 -7,69
1886 0,33 -19,07
1887 0,27 -35,30
1888 0,33 -20,21
1889 0,34 -16,54
1890 0,29 -29,34
1891 0,30 -27,53
1892 0,30 -25,62
1893 0,36 -11,13
1894 0,38 -7,72
1895 0,39 -4,12
1896 0,41 -0,32
1897 0,43 3,71
1898 0,44 7,97
1899 0,46 12,48
1900 0,48 17,26
1901 0,50 22,33
1902 0,52 27,71
1903 0,55 33,42
1904 0,57 39,48
1905 0,60 45,92
1906 0,63 52,78
1907 0,66 60,06
1908 0,69 67,82
1909 0,72 76,08
1910 0,76 84,88
1911 0,80 94,26
1912 0,84 104,26
1913 0,88 114,93
1914 0,91 122,52
* Año base = 1874

303
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,40 -1,72
1881-1885 0,41 -0,67
1886-1890 0,31 -24,09
1891-1895 0,35 -15,23
1896-1900 0,44 8,22
1901-1905 0,55 33,77
1906-1910 0,69 68,32
1911-1914 0,86 108,99

PRECIO PROMEDIO
0,90

0,80

0,70
Precio Bs./Fanega

0,60

0,50

0,40

0,30

0,20

0,10

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

120,00

100,00

80,00
% año base: 1874

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

-40,00
Quinquenios

304
CUADRO Nº II.1.37
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Soda. Bs./Litro
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,40 0,00
1875 0,40 -0,29
1876 0,40 -0,88
1877 0,40 -0,88
1878 0,43 6,96
1879 0,39 -2,27
1880 0,41 2,96
1881 0,45 12,40
1882 0,47 17,38
1883 0,40 1,13
1884 0,39 -3,27
1885 0,37 -7,69
1886 0,32 -19,07
1887 0,26 -35,30
1888 0,32 -20,21
1889 0,33 -16,54
1890 0,28 -29,34
1891 0,29 -27,53
1892 0,30 -25,62
1893 0,36 -11,13
1894 0,37 -7,72
1895 0,38 -4,12
1896 0,40 -0,32
1897 0,41 3,71
1898 0,43 7,97
1899 0,45 12,48
1900 0,47 17,26
1901 0,49 22,33
1902 0,51 27,71
1903 0,53 33,42
1904 0,56 39,48
1905 0,58 45,92
1906 0,61 52,78
1907 0,64 60,06
1908 0,67 67,82
1909 0,70 76,08
1910 0,74 84,88
1911 0,78 94,26
1912 0,82 104,26
1913 0,86 114,93
1914 0,89 122,52
* Año base = 1874

305
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,40 0,93
1881-1885 0,42 3,99
1886-1890 0,30 -24,09
1891-1895 0,34 -15,23
1896-1900 0,43 8,22
1901-1905 0,54 33,77
1906-1910 0,67 68,32
1911-1914 0,84 108,99

PRECIO PROMEDIO

0,90

0,80

0,70
Precio Bs./Litro

0,60

0,50

0,40

0,30

0,20

0,10

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

120,00

100,00

80,00
% año base: 1874

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

-40,00
Quinquenios

306
CUADRO Nº II.1.38
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Soda cáustica. Bs./Kg
SERIE ANUAL
Año Precio IP %*
1874 0,28 0,00
1875 0,30 6,29
1876 0,32 12,58
1877 0,27 -2,95
1878 0,27 -2,95
1879 0,27 -2,95
1880 0,27 -2,95
1881 0,27 -2,95
1882 0,27 -2,95
1883 0,26 -6,83
1884 0,24 -14,60
1885 0,22 -22,36
1886 0,22 -22,36
1887 0,22 -22,36
1888 0,22 -22,36
1889 0,22 -22,36
1890 0,22 -22,36
1891 0,22 -22,36
1892 0,22 -22,36
1893 0,22 -22,36
1894 0,22 -22,04
1895 0,22 -21,71
1896 0,22 -21,39
1897 0,22 -21,06
1898 0,22 -20,74
1899 0,22 -20,41
1900 0,22 -20,08
1901 0,22 -19,74
1902 0,23 -19,41
1903 0,23 -19,08
1904 0,23 -18,74
1905 0,23 -18,40
1906 0,23 -18,06
1907 0,23 -17,72
1908 0,23 -17,38
1909 0,23 -17,04
1910 0,23 -16,69
1911 0,23 -16,35
1912 0,24 -16,00
1913 0,24 -15,65
1914 0,24 -14,29
* Año base = 1874
Nota: entre los años 1874 y 1893, los precios se expresaban en quintales, los cuales se han
convertido en kg, con la equivalencia 1 quintal = 46 kg.

307
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,28 1,18
1881-1885 0,25 -9,94
1886-1890 0,22 -22,36
1891-1895 0,22 -22,17
1896-1900 0,22 -20,73
1901-1905 0,23 -19,07
1906-1910 0,23 -17,38
1911-1914 0,24 -15,57

PRECIO PROMEDIO

0,30

0,25

0,20
Precio Bs./Kg

0,15

0,10

0,05

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

5,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
% año base: 1874

-5,00

-10,00

-15,00

-20,00

-25,00
Quinquenios

308
CUADRO Nº II.1.39
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Tabaco. Bs./Arroba
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,52 0,00
1875 0,52 -0,29
1876 0,52 0,33
1877 0,52 0,33
1878 0,39 -24,75
1879 0,52 0,33
1880 0,52 0,33
1881 0,40 -22,66
1882 0,48 -8,03
1883 0,30 -41,47
1884 0,50 -3,27
1885 1,26 142,47
1886 0,70 33,78
1887 0,65 25,42
1888 0,59 12,88
1889 0,48 -8,03
1890 0,37 -29,34
1891 0,38 -27,53
1892 0,39 -25,62
1893 0,87 67,22
1894 0,48 -7,72
1895 0,50 -4,12
1896 0,52 -0,32
1897 0,54 3,71
1898 0,56 7,97
1899 0,58 12,48
1900 0,61 17,26
1901 0,64 22,33
1902 0,66 27,71
1903 0,69 33,42
1904 0,73 39,48
1905 0,76 45,92
1906 0,79 52,78
1907 0,83 60,06
1908 0,87 67,82
1909 0,92 76,08
1910 0,96 84,88
1911 1,01 94,26
1912 1,06 104,26
1913 1,12 114,93
1914 1,16 122,52
* Año base = 1874

309
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,50 -3,95
1881-1885 0,59 13,41
1886-1890 0,56 6,94
1891-1895 0,52 0,44
1896-1900 0,56 8,22
1901-1905 0,70 33,77
1906-1910 0,88 68,32
1911-1914 1,09 108,99

PRECIO PROMEDIO

1,20

1,00
Precio Bs./Arroba

0,80

0,60

0,40

0,20

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

120,00

100,00

80,00
% año base: 1874

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

Quinquenios

310
CUADRO Nº II.1.40
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Velas de sebo. Bs./Kg
SERIE ANUAL
Año Precio IP %*
1874 0,40 0,00
1875 0,40 0,54
1876 0,39 -2,17
1877 0,57 43,18
1878 0,54 35,87
1879 0,53 32,73
1880 0,55 37,96
1881 0,59 47,40
1882 0,61 52,38
1883 0,54 36,13
1884 0,53 31,73
1885 0,51 27,31
1886 0,46 15,93
1887 0,40 -0,30
1888 0,46 14,79
1889 0,47 18,46
1890 0,42 5,66
1891 0,43 7,47
1892 0,44 9,38
1893 0,50 23,87
1894 0,51 27,28
1895 0,52 30,88
1896 0,54 34,68
1897 0,55 38,71
1898 0,57 42,97
1899 0,59 47,48
1900 0,61 52,26
1901 0,63 57,33
1902 0,65 62,71
1903 0,67 68,42
1904 0,70 74,48
1905 0,72 80,92
1906 0,75 87,78
1907 0,78 95,06
1908 0,81 102,82
1909 0,84 111,08
1910 0,88 119,88
1911 0,92 129,26
1912 0,96 139,26
1913 1,00 149,93
1914 1,03 157,52
* Año base = 1874
Nota: entre los años 1874 y 1893, los precios se expresaban en quintales, los cuales se han
convertido en kg, con la equivalencia 1 quintal = 46 kg.

311
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,50 24,69
1881-1885 0,56 38,99
1886-1890 0,44 10,91
1891-1895 0,48 19,77
1896-1900 0,57 43,22
1901-1905 0,68 68,77
1906-1910 0,81 103,32
1911-1914 0,98 143,99

PRECIO PROMEDIO

1,20

1,00

0,80
Precio Bs./Kg

0,60

0,40

0,20

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

120,00

100,00

80,00
% año base: 1874

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

Quinquenios

312
CUADRO Nº II.1.41
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Velas esteáricas. Bs./Kg
SERIE ANUAL
Año Precio IP %*
1874 0,64 0,00
1875 0,64 0,20
1876 0,60 -6,59
1877 0,58 -9,14
1878 0,57 -11,68
1879 0,46 -28,83
1880 0,47 -26,97
1881 0,55 -14,16
1882 0,58 -9,18
1883 0,48 -25,43
1884 0,38 -40,56
1885 0,42 -34,25
1886 0,34 -47,35
1887 0,46 -28,67
1888 0,26 -59,24
1889 0,36 -43,10
1890 0,28 -55,90
1891 0,29 -54,09
1892 0,38 -40,56
1893 0,40 -37,69
1894 0,42 -34,29
1895 0,44 -30,69
1896 0,47 -26,88
1897 0,49 -22,86
1898 0,52 -18,60
1899 0,55 -14,08
1900 0,58 -9,30
1901 0,61 -4,23
1902 0,65 1,15
1903 0,68 6,86
1904 0,72 12,92
1905 0,76 19,36
1906 0,81 26,21
1907 0,85 33,50
1908 0,90 41,26
1909 0,96 49,52
1910 1,01 58,31
1911 1,07 67,69
1912 1,14 77,70
1913 1,21 88,37
1914 1,25 95,96
* Año base = 1874

313
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,55 -13,83
1881-1885 0,48 -24,72
1886-1890 0,34 -46,85
1891-1895 0,39 -39,46
1896-1900 0,52 -18,34
1901-1905 0,69 7,21
1906-1910 0,91 41,76
1911-1914 1,17 82,43

PRECIO PROMEDIO

1,40

1,20

1,00
Precio Bs./Kg

0,80

0,60

0,40

0,20

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

100,00

80,00

60,00
% año base: 1874

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

-40,00

-60,00
Quinquenios

314
CUADRO Nº II.1.42
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Vinagre. Bs./Litro
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,19 0,00
1875 0,19 -1,63
1876 0,17 -8,19
1877 0,17 -8,19
1878 0,17 -8,19
1879 0,17 -8,19
1880 0,17 -8,19
1881 0,26 37,72
1882 0,17 -8,19
1883 0,17 -9,39
1884 0,16 -13,80
1885 0,16 -18,22
1886 0,13 -29,59
1887 0,10 -45,83
1888 0,13 -30,73
1889 0,14 -27,07
1890 0,11 -39,87
1891 0,12 -38,06
1892 0,12 -36,15
1893 0,15 -21,66
1894 0,16 -18,25
1895 0,16 -14,65
1896 0,17 -10,85
1897 0,18 -6,82
1898 0,19 -2,56
1899 0,19 1,95
1900 0,20 6,73
1901 0,21 11,80
1902 0,22 17,18
1903 0,23 22,89
1904 0,25 28,96
1905 0,26 35,40
1906 0,27 42,25
1907 0,28 49,54
1908 0,30 57,29
1909 0,31 65,55
1910 0,33 74,35
1911 0,35 83,73
1912 0,37 93,73
1913 0,39 104,41
1914 0,40 111,99
* Año base = 1874

315
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,18 -7,10
1881-1885 0,19 -2,38
1886-1890 0,12 -34,62
1891-1895 0,14 -25,75
1896-1900 0,19 -2,31
1901-1905 0,23 23,25
1906-1910 0,30 57,80
1911-1914 0,38 98,47

PRECIO PROMEDIO

0,40

0,35

0,30
Precio Bs./Litro

0,25

0,20

0,15

0,10

0,05

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

120,00

100,00

80,00

60,00
% año base: 1874

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

-40,00

-60,00
Quinquenios

316
CUADRO Nº II.1.43
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Vino dulce. Bs./Litro
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,11 0,00
1875 0,11 0,00
1876 0,11 0,00
1877 0,11 3,83
1878 0,11 -1,00
1879 0,11 -1,00
1880 0,13 20,73
1881 0,17 54,53
1882 0,13 20,73
1883 0,13 20,73
1884 0,12 7,45
1885 0,10 -5,83
1886 0,10 -5,83
1887 0,09 -18,18
1888 0,08 -27,56
1889 0,11 1,41
1890 0,11 1,41
1891 0,09 -18,18
1892 0,10 -5,83
1893 0,10 -5,83
1894 0,11 2,22
1895 0,12 10,96
1896 0,13 20,44
1897 0,14 30,74
1898 0,16 41,92
1899 0,17 54,05
1900 0,18 67,22
1901 0,20 81,52
1902 0,22 97,04
1903 0,24 113,89
1904 0,26 132,17
1905 0,28 152,02
1906 0,30 173,57
1907 0,33 196,96
1908 0,35 222,35
1909 0,38 249,91
1910 0,42 279,82
1911 0,45 312,30
1912 0,49 347,54
1913 0,53 385,81
1914 0,56 409,09
* Año base = 1874

317
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,11 3,76
1881-1885 0,13 19,52
1886-1890 0,10 -9,75
1891-1895 0,11 -3,33
1896-1900 0,16 42,88
1901-1905 0,24 115,33
1906-1910 0,36 224,52
1911-1914 0,51 363,68

PRECIO PROMEDIO

0,60

0,50
Precio Bs./Litro

0,40

0,30

0,20

0,10

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

400,00

350,00

300,00

250,00
% año base: 1874

200,00

150,00

100,00

50,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-50,00
Quinquenios

318
CUADRO Nº II.1.44
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Vino seco. Bs./Litro
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,20 0,00
1875 0,20 -0,29
1876 0,20 1,57
1877 0,21 5,24
1878 0,21 5,24
1879 0,21 2,80
1880 0,23 12,59
1881 0,23 15,03
1882 0,24 22,38
1883 0,25 24,82
1884 0,24 21,15
1885 0,23 17,48
1886 0,16 -19,07
1887 0,13 -35,30
1888 0,16 -20,21
1889 0,17 -16,54
1890 0,14 -29,34
1891 0,14 -27,53
1892 0,15 -25,62
1893 0,18 -11,13
1894 0,18 -7,72
1895 0,19 -4,12
1896 0,20 -0,32
1897 0,21 3,71
1898 0,22 7,97
1899 0,22 12,48
1900 0,23 17,26
1901 0,24 22,33
1902 0,26 27,71
1903 0,27 33,42
1904 0,28 39,48
1905 0,29 45,92
1906 0,31 52,78
1907 0,32 60,06
1908 0,34 67,82
1909 0,35 76,08
1910 0,37 84,88
1911 0,39 94,26
1912 0,41 104,26
1913 0,43 114,93
1914 0,45 122,52
* Año base = 1874

319
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,21 4,53
1881-1885 0,24 20,17
1886-1890 0,15 -24,09
1891-1895 0,17 -15,23
1896-1900 0,22 8,22
1901-1905 0,27 33,77
1906-1910 0,34 68,32
1911-1914 0,42 108,99

PRECIO PROMEDIO

0,45

0,40

0,35
Precio Bs./Litro

0,30

0,25

0,20

0,15

0,10

0,05

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

120,00

100,00

80,00
% año base: 1874

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00

-40,00

Quinquenios

320
CUADRO Nº II.1.45
SERIE DE PRECIOS
1874-1914
Vino tinto. Bs./Barriles
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,42 0,00
1875 0,42 0,87
1876 0,44 3,83
1877 0,72 70,59
1878 0,81 92,84
1879 0,52 24,60
1880 0,71 69,10
1881 0,65 55,75
1882 0,65 55,75
1883 0,65 55,90
1884 0,64 51,49
1885 0,62 47,07
1886 0,57 35,70
1887 0,50 19,46
1888 0,57 34,56
1889 0,58 38,22
1890 0,53 25,42
1891 0,53 27,23
1892 0,54 29,14
1893 0,60 43,63
1894 0,62 47,04
1895 0,63 50,64
1896 0,65 54,44
1897 0,67 58,47
1898 0,68 62,73
1899 0,70 67,24
1900 0,72 72,02
1901 0,74 77,09
1902 0,77 82,47
1903 0,79 88,18
1904 0,82 94,24
1905 0,84 100,69
1906 0,87 107,54
1907 0,90 114,82
1908 0,93 122,58
1909 0,97 130,84
1910 1,01 139,64
1911 1,05 149,02
1912 1,09 159,02
1913 1,13 169,69
1914 1,16 177,28
* Año base = 1874

321
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,60 43,64
1881-1885 0,64 53,19
1886-1890 0,55 30,67
1891-1895 0,59 39,53
1896-1900 0,68 62,98
1901-1905 0,79 88,53
1906-1910 0,94 123,08
1911-1914 1,11 163,75

PRECIO PROMEDIO
1,20

1,00
Precio Bs./Barriles

0,80

0,60

0,40

0,20

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

180,00

160,00

140,00

120,00
% año base: 1874

100,00

80,00

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

322
CUADRO Nº II.2.1
LISTA DE PRODUCTOS UTILIZADOS PARA EL CÁLCULO
DEL ÍNDICE GENERAL DE PRECIOS DE EXPORTACIÓN

Bienes Unidad de valor


1. Balatá Bs./Kg
2. Cacao Bs./Caja
3. Café Bs./Kg
4. Caucho Bs./Kg
5. Cueros de res Bs./Unidad
6. Dividive Bs./Ristra
7. Ganado vacuno Bs./Kg
8. Maderas Bs./Quintal
9. Oro Bs./Kg
10. Sarrapia Bs./Kg

323
CUADRO Nº II.2.2
SERIE DE PRECIOS DE EXPORTACIÓN
1874-1914
Índice general de precios de exportación.
Variaciones porcentuales

SERIE ANUAL
Año Índice general de precios
1874 0,00
1875 -14,85
1876 -10,10
1877 2,67
1878 -2,73
1879 -15,38
1880 -12,75
1881 -14,06
1882 -16,87
1883 -17,38
1884 -19,89
1885 -19,89
1886 -15,65
1887 96,61
1888 -12,64
1889 -13,41
1890 -9,36
1891 2,11
1892 -0,43
1893 0,69
1894 -5,99
1895 -17,21
1896 -29,23
1897 -20,58
1898 -23,66
1899 -22,33
1900 -20,10
1901 -19,12
1902 -18,15
1903 -23,89
1904 -24,84
1905 -27,27
1906 11,44
1907 -26,04
1908 -24,11
1909 -4,67
1910 3,90
1911 48,09
1912 -0,88
1913 9,21
1914 -14,25
* Año base = 1874

324
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Índices promedios


1874-1880 -7,59
1881-1885 -17,62
1886-1890 9,11
1891-1895 -4,17
1896-1900 -23,18
1901-1905 -22,65
1906-1910 -7,90
1911-1914 10,54

ÍNDICES PROMEDIOS

15,00

10,00

5,00
Precio Bs./Kg

0,00
1874-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-5,00

-10,00

-15,00

-20,00

-25,00
Quinquenios

325
GRÁFICO Nº II.2.1
ÍNDICE GENERAL DE PRECIOS DE EXPORTACIÓN

120,00

100,00

80,00

60,00
Variaciones %

40,00

20,00

0,00
74

78

80

84

86

90

92

94

96

00

02

06

08

12

14
76

82

88

98

04

10
18

18

18

18

18

18

18

18

18

19

19

19

19

19

19
18

18

18

18

19

19
-20,00

-40,00

Aæos

326
CUADRO Nº II.2.3
SERIE DE PRECIOS DE EXPORTACIÓN
1874-1914
Balatá. Bs./Kg
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 - -
1875 - -
1876 - -
1877 - -
1878 - -
1879 - -
1880 - -
1881 - -
1882 - -
1883 - -
1884 - -
1885 - -
1886 - -
1887 - -
1888 - -
1889 - -
1890 - -
1891 - -
1892 - -
1893 - -
1894 - -
1895 4,00 0,00
1896 3,43 -14,25
1897 2,98 -25,50
1898 3,15 -21,25
1899 3,06 -23,50
1900 3,60 -10,00
1901 3,68 -8,00
1902 3,76 -6,00
1903 3,84 -4,00
1904 2,52 -37,00
1905 3,02 -24,50
1906 3,48 -13,00
1907 3,53 -11,75
1908 4,07 1,75
1909 5,10 27,50
1910 4,96 24,00
1911 4,82 20,50
1912 4,68 17,00
1913 4,55 13,75
1914 3,82 -4,50
* Año base = 1874

327
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 - -
1881-1885 - -
1886-1890 - -
1891-1895 4,00 0,00
1896-1900 3,24 -18,90
1901-1905 3,36 -15,90
1906-1910 4,23 5,70
1911-1914 4,47 11,69

PRECIO PROMEDIO

5,00

4,50
4,00

3,50
Precio Bs./Kg

3,00

2,50
2,00

1,50

1,00

0,50

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS
15,00

10,00

5,00
% aæo base: 1874

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-5,00

-10,00

-15,00

-20,00

-25,00
Quinquenios

328
CUADRO Nº II.2.4
SERIE DE PRECIOS DE EXPORTACIÓN
1874-1914
Cacao. Bs./Caja
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 1,61 0,00
1875 1,17 -27,33
1876 1,19 -26,09
1877 1,20 -25,47
1878 1,80 11,80
1879 1,69 4,97
1880 1,58 -1,86
1881 1,53 -4,97
1882 1,59 -1,24
1883 1,61 0,00
1884 1,65 2,48
1885 1,65 2,48
1886 2,04 26,71
1887 1,45 -9,94
1888 1,36 -15,53
1889 1,34 -16,77
1890 1,48 -8,07
1891 1,45 -9,94
1892 1,31 -18,63
1893 1,29 -19,88
1894 1,13 -29,81
1895 1,04 -35,40
1896 0,78 -51,55
1897 1,30 -19,25
1898 1,28 -20,50
1899 1,50 -6,83
1900 1,60 -0,62
1901 1,54 -4,35
1902 1,47 -8,70
1903 1,14 -29,19
1904 1,17 -27,33
1905 1,06 -34,16
1906 1,20 -25,47
1907 1,33 -17,39
1908 1,11 -31,06
1909 1,08 -32,92
1910 1,03 -36,02
1911 1,10 -31,68
1912 1,40 -13,04
1913 1,41 -12,42
1914 1,26 -21,74
* Año base = 1874

329
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 1,46 -10,66
1881-1885 1,61 -0,25
1886-1890 1,53 -4,72
1891-1895 1,24 -22,73
1896-1900 1,29 -19,75
1901-1905 1,28 -20,75
1906-1910 1,15 -28,57
1911-1914 1,29 -19,72

PRECIO PROMEDIO

1,80

1,60

1,40
Precio Bs./Caja

1,20

1,00

0,80

0,60

0,40

0,20

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

-5,00

-10,00
% aæo base: 1874

-15,00

-20,00

-25,00

-30,00
Quinquenios

330
CUADRO Nº II.2.5
SERIE DE PRECIOS DE EXPORTACIÓN
1874-1914
Café. Bs./Kg
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 1,64 0,00
1875 1,74 6,10
1876 1,28 -21,95
1877 1,9 15,85
1878 1,5 -8,54
1879 1,38 -15,85
1880 0,91 -44,51
1881 1,01 -38,41
1882 1,07 -34,76
1883 0,94 -42,68
1884 0,91 -44,51
1885 0,91 -44,51
1886 1,19 -27,44
1887 1,39 -15,24
1888 1,39 -15,24
1889 1,65 0,61
1890 1,77 7,93
1891 1,65 0,61
1892 1,47 -10,37
1893 1,56 -4,88
1894 1,64 0,00
1895 1,39 -15,24
1896 1,20 -26,83
1897 1,20 -26,83
1898 0,72 -56,10
1899 0,84 -48,78
1900 0,70 -57,32
1901 0,67 -59,15
1902 0,64 -60,98
1903 0,66 -59,76
1904 0,79 -51,83
1905 0,87 -46,95
1906 2,23 35,98
1907 0,86 -47,56
1908 0,86 -47,56
1909 0,87 -46,95
1910 1,16 -29,27
1911 1,42 -13,41
1912 1,43 -12,80
1913 1,19 -27,44
1914 1,01 -38,41
* Año base = 1874

331
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 1,48 -11,48
1881-1885 0,97 -40,98
1886-1890 1,48 -9,88
1891-1895 1,54 -5,98
1896-1900 0,93 -43,17
1901-1905 0,73 -55,73
1906-1910 1,20 -27,07
1911-1914 1,26 -23,02

PRECIO PROMEDIO

1,80

1,60

1,40

1,20
Precio Bs./Kg

1,00

0,80

0,60

0,40

0,20

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-10,00
% aæo base: 1874

-20,00

-30,00

-40,00

-50,00

-60,00
Quinquenios

332
CUADRO Nº II.2.6
SERIE DE PRECIOS DE EXPORTACIÓN
1874-1914
Caucho. Bs./Kg
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 - -
1875 - -
1876 - -
1877 - -
1878 - -
1879 - -
1880 - -
1881 - -
1882 - -
1883 - -
1884 - -
1885 - -
1886 - -
1887 - -
1888 - -
1889 - -
1890 - -
1891 - -
1892 - -
1893 - -
1894 - -
1895 - -
1896 - -
1897 5,00 0,00
1898 8,13 62,60
1899 6,05 21,00
1900 5,49 9,80
1901 4,50 -10,00
1902 3,52 -29,60
1903 4,46 -10,80
1904 8,02 60,40
1905 7,85 57,00
1906 24,27 385,40
1907 6,31 26,20
1908 6,56 31,20
1909 11,85 137,00
1910 7,22 44,40
1911 6,93 38,60
1912 6,69 33,80
1913 5,81 16,20
1914 5,99 19,80
* Año base = 1874

333
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 - -
1881-1885 - -
1886-1890 - -
1891-1895 - -
1896-1900 6,17 23,35
1901-1905 5,67 13,40
1906-1910 11,24 124,84
1911-1914 6,36 27,10

PRECIO PROMEDIO

12,00

10,00

8,00
Precio Bs./Kg

6,00

4,00

2,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

140,00

120,00

100,00
% aæo base: 1874

80,00

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios

334
CUADRO Nº II.2.7
SERIE DE PRECIOS DE EXPORTACIÓN
1874-1914
Cueros de res. Bs./Unidad
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 17,79 0,00
1875 7,01 -60,60
1876 7,00 -60,65
1877 17,41 -2,14
1878 4,50 -74,70
1879 0,15 -99,16
1880 14,70 -17,37
1881 15,90 -10,62
1882 8,60 -51,66
1883 13,04 -26,70
1884 14,08 -20,85
1885 14,08 -20,85
1886 13,43 -24,51
1887 12,51 -29,68
1888 10,77 -39,46
1889 10,46 -41,20
1890 14,82 -16,69
1891 8,23 -53,74
1892 12,33 -30,69
1893 11,47 -35,53
1894 19,49 9,56
1895 10,32 -41,99
1896 12,00 -32,55
1897 12,00 -32,55
1898 14,00 -21,30
1899 13,00 -26,93
1900 14,00 -21,30
1901 13,40 -24,68
1902 12,81 -27,99
1903 14,58 -18,04
1904 15,53 -12,70
1905 16,73 -5,96
1906 2,27 -87,24
1907 14,43 -18,89
1908 14,52 -18,38
1909 17,08 -3,99
1910 16,29 -8,43
1911 18,57 4,38
1912 20,54 15,46
1913 26,20 47,27
1914 23,17 30,24
* Año base = 1874

335
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 8,46 -52,44
1881-1885 13,14 -26,14
1886-1890 12,40 -30,31
1891-1895 12,37 -30,48
1896-1900 13,00 -26,93
1901-1905 14,61 -17,88
1906-1910 12,92 -27,39
1911-1914 22,12 24,34

PRECIO PROMEDIO

25,00

20,00
Precio Bs./Unidad

15,00

10,00

5,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

30,00

20,00

10,00
% aæo base: 1874

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-10,00

-20,00

-30,00

-40,00

-50,00

-60,00
Quinquenios

336
CUADRO Nº II.2.8
SERIE DE PRECIOS DE EXPORTACIÓN
1874-1914
Dividive. Bs./Ristra
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,49 0,00
1875 0,35 -28,57
1876 0,36 -26,53
1877 0,36 -26,53
1878 0,13 -73,94
1879 0,17 -65,31
1880 0,16 -67,35
1881 0,14 -71,43
1882 0,09 -81,63
1883 0,10 -79,59
1884 0,09 -81,63
1885 0,09 -81,63
1886 0,10 -79,59
1887 4,91 902,04
1888 0,11 -77,55
1889 0,12 -75,51
1890 0,13 -73,47
1891 0,13 -73,47
1892 0,12 -75,51
1893 0,08 -83,67
1894 0,09 -81,63
1895 0,13 -73,47
1896 0,09 -81,63
1897 0,09 -81,63
1898 0,09 -81,63
1899 0,10 -79,59
1900 0,10 -79,59
1901 0,10 -79,59
1902 0,10 -79,59
1903 0,10 -79,59
1904 0,09 -81,63
1905 0,11 -77,55
1906 0,07 -85,71
1907 0,09 -81,63
1908 0,09 -81,63
1909 0,08 -83,67
1910 0,08 -83,67
1911 0,08 -83,67
1912 0,07 -85,71
1913 0,11 -77,55
1914 0,11 -77,55
* Año base = 1874

337
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,25 -48,04
1881-1885 0,10 -79,18
1886-1890 1,07 119,18
1891-1895 0,11 -77,55
1896-1900 0,09 -80,82
1901-1905 0,10 -79,59
1906-1910 0,08 -83,27
1911-1914 0,09 -81,12

PRECIO PROMEDIO

1,20

1,00
Precio Bs./Ristra

0,80

0,60

0,40

0,20

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

150,00

100,00
% aæo base: 1874

50,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

-50,00

-100,00
Quinquenios

338
CUADRO Nº II.2.9
SERIE DE PRECIOS DE EXPORTACIÓN
1874-1914
Ganado vacuno. Bs./Kg
SERIE ANUAL
Año Precio IP %*
1874 80,00 0,00
1875 93,44 16,80
1876 109,13 36,41
1877 127,46 59,33
1878 148,87 86,09
1879 173,87 117,34
1880 162,47 103,09
1881 153,99 92,49
1882 138,49 73,11
1883 118,47 48,09
1884 104,18 30,23
1885 104,18 30,23
1886 104,00 30,00
1887 111,26 39,08
1888 115,24 44,05
1889 101,26 26,58
1890 100,21 25,26
1891 97,40 21,75
1892 103,03 28,79
1893 103,89 29,86
1894 121,32 51,65
1895 98,98 23,73
1896 100,00 25,00
1897 152,29 90,36
1898 111,35 39,19
1899 110,00 37,50
1900 109,65 37,06
1901 88,33 10,41
1902 67,00 -16,25
1903 67,53 -15,59
1904 67,50 -15,63
1905 72,10 -9,88
1906 67,30 -15,88
1907 78,19 -2,26
1908 95,09 18,86
1909 84,08 5,10
1910 95,81 19,76
1911 93,21 16,51
1912 90,59 13,24
1913 117,86 47,33
1914 96,28 20,35
* Año base = 1874
Nota: entre los años 1874 y 1893, los precios se expresaban en quintales, los cuales se han
convertido en kg, con la equivalencia 1 quintal = 46 kg.

339
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 135,87 69,84
1881-1885 123,86 54,83
1886-1890 106,39 32,99
1891-1895 104,92 31,16
1896-1900 116,66 45,82
1901-1905 72,49 -9,39
1906-1910 84,09 5,12
1911-1914 99,49 24,36

PRECIO PROMEDIO

160,00

140,00

120,00

100,00
Precio Bs./Kg

80,00

60,00

40,00

20,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

80,00

70,00

60,00

50,00
% aæo base: 1874

40,00

30,00

20,00

10,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-10,00

-20,00
Quinquenios

340
CUADRO Nº II.2.10
SERIE DE PRECIOS DE EXPORTACIÓN
1874-1914
Maderas. Bs./Quintal
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 0,08 0,00
1875 0,08 0,00
1876 0,11 37,50
1877 0,10 25,00
1878 0,10 25,00
1879 0,02 -75,00
1880 0,02 -75,00
1881 0,02 -75,00
1882 0,05 -37,50
1883 0,05 -37,50
1884 0,04 -50,00
1885 0,04 -50,00
1886 0,05 -37,50
1887 0,05 -37,50
1888 0,04 -50,00
1889 0,05 -37,50
1890 0,05 -37,50
1891 0,05 -37,50
1892 0,05 -37,50
1893 0,05 -37,50
1894 0,04 -50,00
1895 0,05 -37,50
1896 0,02 -75,00
1897 0,02 -75,00
1898 0,02 -75,00
1899 0,04 -50,00
1900 0,04 -50,00
1901 0,04 -50,00
1902 0,03 -62,50
1903 0,10 25,00
1904 0,07 -12,50
1905 0,04 -50,00
1906 0,01 -87,50
1907 0,04 -50,00
1908 0,03 -62,50
1909 0,09 12,50
1910 0,03 -62,50
1911 0,03 -62,50
1912 0,04 -50,00
1913 0,04 -50,00
1914 0,05 -37,50
* Año base = 1874

341
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 0,07 -10,42
1881-1885 0,04 -50,00
1886-1890 0,05 -40,00
1891-1895 0,05 -40,00
1896-1900 0,03 -65,00
1901-1905 0,06 -30,00
1906-1910 0,04 -50,00
1911-1914 0,04 -50,00

PRECIO PROMEDIO

0,08

0,07

0,06
Precio Bs./Quintal

0,05

0,04

0,03

0,02

0,01

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-10,00

-20,00
% aæo base: 1874

-30,00

-40,00

-50,00

-60,00

-70,00
Quinquenios

342
CUADRO Nº II.2.11
SERIE DE PRECIOS DE EXPORTACIÓN
1874-1914
Oro. Bs./Kg
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 3.268,51 0,00
1875 3.270,66 0,07
1876 3.267,80 -0,02
1877 3.267,39 -0,03
1878 3.266,80 -0,05
1879 3.266,92 -0,05
1880 3.267,03 -0,05
1881 3.266,83 -0,05
1882 3.266,79 -0,05
1883 3.266,70 -0,06
1884 3.266,69 -0,06
1885 3.266,69 -0,06
1886 3.182,68 -2,63
1887 3.532,60 8,08
1888 2.800,48 -14,32
1889 3.010,30 -7,90
1890 2.942,45 -9,98
1891 2.739,07 -16,20
1892 2.573,12 -21,28
1893 2.665,69 -18,44
1894 2.216,84 -32,18
1895 2.309,03 -29,36
1896 2.353,85 -27,98
1897 2.279,72 -30,25
1898 2.298,16 -29,69
1899 2.662,67 -18,54
1900 2.647,00 -19,02
1901 3.413,10 4,42
1902 4.179,19 27,86
1903 2.682,13 -17,94
1904 2.436,92 -25,44
1905 2.145,79 -34,35
1906 3.027,56 -7,37
1907 3.664,00 12,10
1908 2.186,99 -33,09
1909 2.463,70 -24,62
1910 2.555,02 -21,83
1911 2.527,27 -22,68
1912 2.499,53 -23,53
1913 2.785,47 -14,78
1914 2.659,09 -18,65
* Año base = 1874

343
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 3.267,87 -0,02
1881-1885 3.266,74 -0,05
1886-1890 3.093,70 -5,35
1891-1895 2.500,75 -23,49
1896-1900 2.448,28 -25,09
1901-1905 2.971,43 -9,09
1906-1910 2.779,45 -14,96
1911-1914 2.617,84 -19,91

PRECIO PROMEDIO

3.500,00

3.000,00

2.500,00
Precio Bs./Kg

2.000,00

1.500,00

1.000,00

500,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914

-5,00
% aæo base: 1874

-10,00

-15,00

-20,00

-25,00

-30,00
Quinquenios
Quinquenios

344
CUADRO Nº II.2.12
SERIE DE PRECIOS DE EXPORTACIÓN
1874-1914
Sarrapia. Bs./Kg
SERIE ANUAL

Año Precio IP %*
1874 3,70 0,00
1875 2,69 -27,30
1876 2,74 -25,95
1877 2,76 -25,41
1878 4,14 11,89
1879 3,88 4,86
1880 3,63 -1,89
1881 3,52 -4,86
1882 3,65 -1,35
1883 3,70 0,00
1884 3,80 2,70
1885 3,80 2,70
1886 3,42 -7,57
1887 0,12 -96,76
1888 6,10 64,86
1889 5,55 50,00
1890 2,29 -38,11
1891 10,45 182,43
1892 9,76 163,78
1893 10,00 170,27
1894 6,70 81,08
1895 5,63 52,16
1896 4,49 21,35
1897 3,50 -5,41
1898 2,47 -33,24
1899 2,68 -27,57
1900 3,30 -10,81
1901 4,97 34,32
1902 6,65 79,73
1903 2,64 -28,65
1904 2,13 -42,43
1905 2,18 -41,08
1906 7,07 91,08
1907 1,33 -64,05
1908 2,84 -23,24
1909 2,34 -36,76
1910 10,68 188,65
1911 26,41 613,78
1912 7,11 92,16
1913 9,40 154,05
1914 3,25 -12,16
* Año base = 1874

345
PROMEDIOS QUINQUENALES

Quinquenio Precio promedio IP promedio


1875-1880 3,36 -10,63
1881-1885 3,69 -0,16
1886-1890 3,50 -5,51
1891-1895 8,51 129,95
1896-1900 3,29 -11,14
1901-1905 3,71 0,38
1906-1910 4,85 31,14
1911-1914 11,54 211,96

PRECIO PROMEDIO

14,00

12,00

10,00
Precio Bs./Kg

8,00

6,00

4,00

2,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
Quinquenios
Quinquenios

ÍNDICE DE PRECIOS

250,00

200,00
% aæo base: 1874

150,00

100,00

50,00

0,00
1875-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-50,00
Quinquenios
Quinquenios

346
II.c. Serie de sueldos
348
Metodología de reconstrucción de sueldos

La reconstrucción de los sueldos de la administración pública para


este período nos es útil en dos aplicaciones: la primera, para obtener
sueldos mínimos anuales de referencia que posteriormente se incluyen en el
modelo de análisis del consumo, tal como se explica y se expresa en el Capí-
tulo II: “Análisis metodológico del período 1874-1914”. Se infiere que
dichos sueldos mínimos representan el “escenario más bajo” en cuanto a
la remuneración al trabajo en nuestra economía, puesto que es relativa-
mente lógico suponer que los sueldos públicos fueron, si no más bajos,
al menos similares a los que regían pagados por los patronos en el sector
privado, a sus empleados y obreros; la segunda aplicación tiene que ver
con las estadísticas históricas mismas, el cual es un interesante objetivo
de esta investigación. La reconstrucción de las series de sueldos consti-
tuye un referente invalorable para el análisis económico que se despren-
de del conjunto de variables aquí trabajadas.
El comportamiento de los sueldos se ofrece más lento que en el caso
de los precios de los bienes de consumo y capital. En consecuencia, a dife-
rencia de los últimos, hemos construido la serie por períodos quinquenales.
En esta oportunidad, nos sirven de referencia la estructura de sueldos de
la administración pública que se pagaron de forma oficial en los años
quinquenales 1875, 1880, 1885, 1890, 1895, 1900, 1905, 1910 y 1915.
Asimismo, se tomaron sólo los cargos públicos más representativos,
obviando aquellos que se repiten y redundan a todo lo largo de los dis-
tintos entes del Estado. Así como se tomaron sólo las instituciones más
consolidadas y que permanecieran en el tiempo, lo cual supone un se-
guimiento del sueldo de un mismo oficio específico, el cual no diera
lugar a saltos bruscos y sospechosos en la serie.

349
Se promedian el conjunto de sueldos de cada ente estatal y se orde-
nan en forma descendente en la escala salarial. Así, tenemos que la
primera fila representa los sueldos más altos; la última, los sueldos míni-
mos; y en la fila especial de promedios, el punto intermedio entre ambos
extremos, tomando en cuenta la considerable cantidad de sueldos inter-
medios entre uno y otro. Estos tres niveles salariales se toman para cons-
truir gráficas por cada institución. El orden en que aparecen los sueldos
por instituciones obedece a la escala de valor descendente, por lo que el
Ministerio de Relaciones Exteriores será la primera de la lista, toda vez
que ostenta los mayores sueldos promedios, mientras que al Poder Le-
gislativo se le asigna el último peldaño en la lista, por ser la institución
que más bajos sueldos promedios pagaba a sus empleados.
Finalmente, se construye un cuadro síntesis donde se promedia a su
vez las respectivas medias de cada ente estatal, resultando una cifra re-
presentativa de todo el conjunto del público, acompañado en una gráfi-
ca con todos los promedios incluyendo la media general. Para culminar,
se ofrece otro cuadro donde se compara la evolución, expresada en varia-
ciones porcentuales, de los sueldos y el índice general de precios, lo cual
da una idea de la fortaleza o deterioro de los sueldos respecto del costo
del consumo.

Análisis estadístico de la estructura de los sueldos


de la administración pública

Para el período 1874-1914 los sueldos de la administración pública


terminaron en una proporción mayor, equivalente a 16% respecto al
promedio del año inicial de la serie. Hasta el fin del siglo XIX, los suel-
dos se movieron hacia arriba muy lentamente. Así lo indican los tres prime-
ros quinquenios, cuando el sueldo promedio general fluctuó entre casi
Bs. 4.000 anuales a 4.600 en 1890; al cerrar la centuria logró alcanzar
los Bs 5.000. En el siglo XX, el mejor quinquenio lo representa el año
1910, cuando el sueldo promedio se elevó a Bs. 7.500, un alza de 87%
respecto a 1874. El siguiente lustro cae estrepitosamente para retornar
al nivel de Bs. 4.600, que había sido superado en 1895.
Las instituciones públicas que pagaban los mejores sueldos prome-
dios fueron el Ministerio de Relaciones Exteriores, la Alta Corte Federal
y el Ministerio de Hacienda, cuyos promedios alcanzaban entre Bs. 5.800
y casi 10.000, mientras que el resto de las instituciones apuntadas acu-
san promedios distantes de la media general, con sueldos por debajo de
los Bs. 3.000.

350
Por su parte, los sueldos más altos sufrieron las peores caídas absolu-
tas a lo largo de la serie. El promedio de los sueldos más altos se ubica
en el año inicial en Bs. 12.500, llega a su monto más alto de la serie en
1910 con Bs. 32.500, para retroceder a Bs. 19.000 en 1915. Contraria-
mente, este nivel consigue un cierre relativo de 54%, muy por encima
del 16% de los sueldos promedios.
Los sueldos mínimos también se vieron favorecidos con un cierre
relativo aún mayor, pues logra culminar la cronología ganando un terre-
no de 65% en 1914, respecto a los sueldos de 1874. Esto es en térmi-
nos absolutos, una avanzada de Bs. 882 anuales, hasta Bs. 1.455 entre
uno y otro extremo. Sin embargo, en 1910 el sueldo mínimo del Estado
había alcanzado una notable suma: Bs. 2.500 anuales; es decir, una
variación porcentual de 177% respecto al año base de la serie.
Respecto a la evaluación comparativa entre sueldos promedios y el
índice general de precios, se observa que la serie ofrece un escenario
sumamente favorable al crecimiento de los sueldos. Desde 1874 hasta 1910
las variaciones porcentuales de los sueldos se mantuvieron siempre por
encima del índice de precios. Incluso, en los quinquenios 1895-1900 y
1900-1905, el aumento de sueldos creció a mayor velocidad en positi-
vo, mientras que los precios cayeron a niveles inferiores a los de 1874; es
decir, tendieron a una pendiente de parecido ángulo al de los sueldos
pero en tendencia negativa.
Esta bonanza de sueldos con respecto al costo del consumo se esfuma
a partir de 1910 cuando, simultáneamente con el fuerte impacto que
produce el boom inflacionario sin precedentes que padece el país desde
quinquenios atrás, la administración pública decide una reducción con-
siderable en su estructura de sueldos. Valdría la pena indagar cómo se
comportó el resto de la remuneración al trabajo en el país por esos años,
pero suponemos que la caída de los sueldos del Estado puede haber
influenciado en el resto del escenario nacional.

351
II.d. Cuadros y gráficos
354
CUADRO Nº II.3.1
SUELDOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Evolución de sueldos promedios

Instituciones 1875 1880 1885 1890 1895 1900 1905 1910 1915
Ministerio de Relaciones Exteriores 7.832 8.629 8.629 8.200 9.057 7.989 11.983 18.723 9.986
Alta Corte Federal 7.104 6.932 6.100 7.408 7.240 9.009 10.777 10.793 9.621
Ministerio de Hacienda 5.870 5.598 5.719 6.799 6.801 6.607 6.579 7.284 5.800
Instrucción Pública 5.230 6.129 6.209 5.829 6.209 7.646 6.564 9.777 5.214
Ministerio de Interior y Justicia 3.795 4.114 4.354 5.644 6.282 7.025 9.938 15.120 6.664
Servicio de Correos Nacionales 3.347 4.553 4.553 3.647 3.512 3.277 2.759 4.094 2.496
Ministerio de Guerra y Marina 2.563 2.691 3.122 3.480 3.622 3.793 3.544 3.827 2.640
Asignaciones eclesiásticas 1.717 1.752 1.752 1.573 1.752 1.795 1.487 1.250 763
Hospital Militar 1.255 2.147 1.852 2.246 2.442 2.549 2.437 2.206 2.289
Poder Legislativo 1.249 1.389 1.405 1.265 1.245 1.084 2.114 1.827 1.053
Promedio 3.996 4.393 4.369 4.609 4.816 5.077 5.818 7.490 4.653
Variación % 0 10 9 15 21 27 46 87 16

Fuente: elaboración propia, con base en las leyes de presupuesto de cada año respectivo.
355
GRÁFICO Nº II.3.1
356

SUELDOS ANUALES PROMEDIOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

9.986 9.621 5.800 5.214 6.664 2.496 2.640 763 2.289 1.053 4.653
1915

18.723 10.793 7.284 9.777 15.120 4.094 3.827 1.250 2.206 1.827 7.490
1910

11.983 10.777 6.579 6.564 9.938 2.759 3.544 1.487 2.437 2.114 5.818
1905
Quinquenios

7.989 9.009 6.607 7.646 7.025 3.277 3.793 1.795 2.549 1.084 5.077
1900

9.057 7.240 6.801 6.209 6.282 3.512 3.622 1.752 2.442 1.245 4.816
1895

8.200 7.408 6.799 5.829 5.644 3.647 3.480 1.573 2.246 1.265 4.609
1890

8.629 6.100 5.719 6.209 4.354 4.553 3.122 1.752 1.852 1.405 4.369
1885

8.629 6.932 5.598 6.129 4.114 4.553 2.691 1.752 2.147 1.389 4.393
1880

7.832 7.104 5.870 5.230 3.795 3.347 2.563 1.717 1.255 1.249 3.996
1875

Relaciones Exteriores Alta Corte Federal Hacienda Instrucci n Pœblica


Interior y Justicia Correos Nacionales Guerra y Marina Asignaciones EclesiÆstic as
Hospital MIlitar Poder Legislativo Promedio
GRÁFICO Nº II.3.2
COMPARACIÓN DE LOS SUELDOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

20.000
18.000
16.000
Bol vares mensuales

14.000
12.000
10.000
8.000
6.000
4.000
2.000
0
1875 1880 1885 1890 1895 1900 1905 1910 1915
Quinquenio

MÆximo Medio M nimo

357
CUADRO II.3.2
COMPARACIÓN DE VARIACIÓN PORCENTUAL ENTRE SUELDOS PROMEDIOS
Y EL ÍNDICE GENERAL DE PRECIOS

Promedios quinquenales
Quinquenios IGP Sueldos promedios
1874-1880 1,30 10
1881-1885 1,77 9
1886-1890 -5,90 15
1891-1895 -6,22 21
1896-1900 8,15 27
1901-1905 32,62 46
1906-1910 67,16 87
1911-1914 107,57 16

Fuente: elaboración propia, ver fuentes de cuadros originales de precios y sueldos.

358
GRÁFICO II.3.3.
EVOLUCIÓN DE SUELDO PROMEDIO DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Y DEL ÍNDICE GENERAL DE PRECIOS (IGP)

120,00

100,00
Variaciones porcentuales

80,00

60,00

40,00

20,00

0,00
1874-1880 1881-1885 1886-1890 1891-1895 1896-1900 1901-1905 1906-1910 1911-1914
-20,00
Quinquenios

IGP Sueldos

359
CUADRO Nº II.3.3
360

SUELDOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


EVOLUCIÓN DE SUELDOS MÁS ALTOS

Instituciones 1875 1880 1885 1890 1895 1900 1905 1910 1915
Ministerio de Relaciones Exteriores 15.360 18.000 18.000 15.000 20.000 19.200 28.800 45.000 24.000
Alta Corte Federal 13.440 13.440 11.200 14.000 14.000 19.000 24.000 24.000 32.000
Ministerio de Hacienda 15.360 18.000 18.000 15.000 20.000 19.200 28.800 48.000 24.000
Instrucción Pública 15.360 18.000 18.800 15.000 20.000 19.200 28.800 45.000 24.000
Ministerio de Interior y Justicia 20.000 20.000 20.000 60.000 60.000 60.000 60.000 60.000 30.000
Servicio de Correos Nacionales 7.680 12.800 12.800 9.600 12.000 7.680 5.460 12.000 7.200
Ministerio de Guerra y Marina 15.360 18.000 18.000 15.000 20.000 16.000 24.000 48.000 24.000
Asignaciones eclesiásticas 6.400 6.400 6.400 6.400 6.400 5.440 4.940 4.439 2.220
Hospital Militar 3.500 4.746 4.009 7.342 7.020 7.300 6.981 5.473 6.039
Poder Legislativo 9.600 9.600 9.600 9.600 9.600 6.720 10.349 9.107 5.555

Promedio 12.496 14.376 14.134 17.482 19.936 19.224 23.531 32.435 19.273
Variación % 0 15 13 40 60 54 88 160 54

Fuente: elaboración propia, con base en las leyes de presupuesto de cada año respectivo.
CUADRO Nº II.3.4
SUELDOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
EVOLUCIÓN DE SUELDOS MÍNIMOS
en bolívares mensuales

Instituciones 1875 1880 1885 1890 1895 1900 1905 1910 1915
Ministerio de Relaciones Exteriores 2.667 4.000 4.000 4.000 5.000 6.000 9.000 14.063 7.500
Alta Corte Federal 960 1.920 1.920 1.600 1.600 1.600 1.600 1.680 1.960
Ministerio de Hacienda 768 768 768 768 922 800 800 889 444
Instrucción Pública 1.638 1.920 1.920 1.920 1.920 1.920 1.440 2.160 1.152
Ministerio de Interior y Justicia 451 564 564 600 600 744 1.220 827 347
Servicio de Correos Nacionales 1.536 1.920 1.920 1.920 1.200 1.440 1.440 1.920 960
Ministerio de Guerra y Marina 60 60 60 120 120 120 100 1.200 900
Asignaciones eclesiásticas 80 100 100 100 100 100 73 45 34
Hospital Militar 144 360 347 635 607 631 604 473 522
Poder Legislativo 512 160 160 160 178 124 191 1.200 732

Promedio 882 1.177 1.176 1.182 1.225 1.348 1.647 2.446 1.455
Variación % 0 34 33 34 39 53 87 177 65

Fuente: elaboración propia, con base en las leyes de presupuesto de cada año respectivo.
361
CUADRO Nº III.3.5
362

SUELDOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES

Personal 1875 1880 1885 1890 1895 1900 1905 1910 1915
Ministro 15.360 18.000 18.000 15.000 20.000 19.200 28.800 45.000 24.000
Consultor 9.600 9.600 9.600 9.600 9.600 7.680 11.520 18.000 9.600
Director 9.600 9.600 9.600 9.600 9.600 7.680 11.520 18.000 9.600
Traductor e intérprete 9.600 9.600 9.600 9.600 7.200 5.760 8.640 13.500 7.200
Archivero 4.800 4.800 4.800 4.800 6.000 4.800 7.200 11.250 6.000
Oficial de número 3.200 4.800 4.800 4.800 6.000 4.800 7.200 11.250 6.000
Calígrafo 2.667 4.000 4.000 4.000 5.000 6.000 9.000 14.063 7.500

Promedio 7.832 8.629 8.629 8.200 9.057 7.989 11.983 18.723 9.986
Variación % 0 10 0 -5 10 -12 50 56 -47

Fuente: elaboració propia, con base en las leyes de presupuesto de cada año respectivo.
CUADRO Nº II.3.6
SUELDOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
ALTA CORTE FEDERAL

Personal 1875 1880 1885 1890 1895 1900 1905 1910 1915
Presidente 13.440 13.440 11.200 14.000 14.000 19.000 24.000 24.000 32.000
Vocal 11.520 11.520 9.600 12.000 12.000 14.000 16.000 16.000 8.000
Secretario 5.760 4.780 4.780 5.600 5.600 6.800 8.000 8.000 4.000
Oficial mayor 3.840 3.000 3.000 3.840 3.000 3.643 4.286 4.286 2.143
Portero 960 1.920 1.920 1.600 1.600 1.600 1.600 1.680 1.960

Promedio 7.104 6.932 6.100 7.408 7.240 9.009 10.777 10.793 9.621
Variación % 0 -2 -12 21 -2 24 20 0 -11

Fuente: elaboración propia, con base en las leyes de presupuesto de cada año respectivo.
363
CUADRO Nº III.3.7
364

SUELDOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


MINISTERIO DE HACIENDA

Personal 1875 1880 1885 1890 1895 1900 1905 1910 1915

Ministro 15.360 18.000 18.000 15.000 20.000 19.200 28.800 48.000 24.000
Administrador de aduana 12.800 12.800 12.800 12.800 10.667 14.400 14.400 1.400 7.200
Contador 12.000 11.520 11.520 11.520 9.600 9.600 7.200 9.600 4.300
Fiscal de Hacienda 11.520 7.200 7.200 14.400 14.400 12.960 14.400 16.000 8.000
Tesorero 11.520 9.600 9.600 19.200 19.200 17.280 19.200 21.333 10.667
Director 9.600 9.600 9.600 9.600 9.600 7.680 7.200 9.600 54.000
Inspector 9.600 9.600 9.600 9.600 9.600 10.000 11.111 12.346 6.173
Interventor 8.000 9.600 9.600 9.600 8.000 7.200 8.000 8.000 4.000
Cajero 7.680 7.680 7.680 9.600 9.600 7.680 8.400 9.600 4.800
Jefe de estadística 7.680 7.680 7.680 11.520 11.520 10.368 10.368 11.520 5.760
Primer liquidador 7.680 7.680 9.680 9.680 9.680 7.680 8.400 6.000 3.000
Encargado de correspondencia 6.912 5.760 5.760 5.760 4.800 4.320 4.800 4.800 2.400
Liquidador 6.000 5.760 5.760 7.680 7.200 6.120 4.800 6.000 3.000
Archivero 5.760 1.952 2.440 4.880 6.000 3.600 2.880 3.200 2.400
Fiel de peso 5.760 5.760 5.760 5.760 6.000 4.800 4.800 5.333 2.667
Guarda almacén 5.760 5.760 5.760 5.760 4.320 7.200 4.800 4.800 3.000
Tenedor de libros 5.760 5.760 5.760 5.760 4.800 6.120 7.200 6.000 3.600
Segundo liquidador 4.800 4.800 4.800 4.800 5.760 5.000 5.000 5.556 2.778

(continúa)
(viene)

Personal 1875 1880 1885 1890 1895 1900 1905 1910 1915
Oficial mayor 4.000 3.840 3.840 5.760 4.800 4.320 4.800 4.800 2.400
Jefe de cabotaje 3.876 3.840 3.840 3.840 6.000 4.800 4.320 4.320 3.000
Oficial de estadística 3.472 1.920 2.400 4.800 4.800 4.320 4.320 4.800 2.400
Oficial 3.200 3.200 3.200 4.800 4.800 4.320 4.320 4.800 2.400
Oficial de tránsito 3.200 3.200 3.360 3.360 6.000 4.000 3.556 3.600 1.800
Expendedor de estampillas 2.987 2.959 2.987 2.987 2.667 3.600 3.938 2.813 1.406
Adjunto de caja 2.688 2.688 2.688 3.840 2.880 9.600 3.600 4.800 2.880
Copista de cuenta 2.688 2.663 2.688 2.688 2.400 3.240 2.880 2.800 14.400
Intérprete 2.512 2.492 2.515 2.515 2.520 2.520 2.160 1.920 1.200
Oficial de cabotaje 2.512 2.512 3.200 3.200 3.840 4.000 2.400 3.600 1.680
Oficial de correspondencia 2.512 2.512 3.200 3.200 2.880 3.600 1.920 1.707 1.067
Secretario 2.400 2.880 2.880 5.760 4.800 4.320 3.240 7.200 2.400
Portero 1.536 1.300 1.152 1.920 1.920 1.920 1.920 1.920 1.200
Bogador 1.152 1.440 1.000 2.000 2.459 1.475 1.180 1.311 984
Jefe de caleta 768 768 768 768 922 800 800 889 444
Promedio 5.870 5.598 5.719 6.799 6.801 6.607 6.579 7.284 5.800
Variación % 0 -5 2 19 0 -3 0 11 -20

Fuente: elaboración propia, con base en las leyes de presupuesto de cada año respectivo.

365
CUADRO Nº II.3.8
366

SUELDOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


INSTRUCCIÓN PÚBLICA

Personal 1875 1880 1885 1890 1895 1900 1905 1910 1915
Ministro 15.360 18.000 18.800 15.000 20.000 19.200 28.800 45.000 24.000
Director 8.192 9.600 9.600 9.600 9.600 15.360 7.200 9.600 5.120
Tesorero 6.144 7.200 7.200 7.200 7.200 6.912 10.368 16.200 8.640
Expendedor de estampillas 5.734 6.720 6.720 6.720 6.720 10.752 5.040 6.720 3.584
Oficial 4.096 4.800 4.800 4.800 4.800 4.320 2.700 4.800 2.560
Oficial de presupuesto 4.096 4.800 4.800 4.800 4.800 7.680 3.600 4.800 2.560
Oficial de correspondencia 3.482 4.080 4.080 4.080 2.400 3.840 1.800 2.400 1.280
Tenedor de libros 1.920 2.250 2.250 2.250 2.250 3.600 1.688 2.250 1.200
Archivero 1.638 1.920 1.920 1.920 2.400 2.880 3.000 3.840 2.048
Portero 1.638 1.920 1.920 1.920 1.920 1.920 1.440 2.160 1.152

Promedio 5.230 6.129 6.209 5.829 6.209 7.646 6.564 9.777 5.214
Variación % 0 17 1 -6 7 23 -14 49 -47

Fuente: elaboración propia, con base en las leyes de presupuesto de cada año respectivo.
CUADRO Nº II.3.9
SUELDOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
MINISTERIO DE INTERIOR Y JUSTICIA

Personal 1875 1880 1885 1890 1895 1900 1905 1910 1915
Presidente de la República 20.000 20.000 20.000 60.000 60.000 60.000 60.000 60.000 30.000
Ministro de Fomento 15.360 15.360 15.360 15.000 20.000 19.200 28.800 48.000 24.000
Director de Fomento 9.600 9.600 9.600 9.600 9.600 7.680 7.680 9.600 4.032
Grabador litográfico 9.499 11.874 13.536 14.400 19.296 23.927 39.240 64.320 27.014
Administrador 8.960 3.840 4.378 2.840 3.806 4.752 7.793 7.125 3.000
Fiscal general 5.822 7.277 7.277 7.742 7.742 9.600 9.600 9.600 4.800
Gerente 5.699 7.124 8.122 8.640 11.578 14.356 23.544 38.592 16.209
Gobernador 4.800 4.800 4.800 4.800 4.800 5.952 9.761 61.182 25.697
Prensista litográfico 4.749 5.937 6.768 7.200 9.648 11.964 19.620 32.160 13.507
Defensor general 4.658 5.822 5.822 6.194 6.194 7.680 9.600 9.600 4.800
Cajista 3.958 4.947 5.640 6.000 8.040 9.970 16.350 26.800 11.256
Oficial de Fomento 3.840 5.647 5.647 4.800 1.800 4.320 7.848 4.800 2.400
Oficial escribiente 3.840 2.496 2.845 2.400 3.216 3.988 6.540 10.720 4.502
Oficial de 1era clase 3.610 4.512 4.512 4.800 4.800 4.320 7.085 4.800 2.016
Contador 2.533 3.166 3.610 3.840 5.146 6.381 10.464 17.152 7.204
Editor de Gaceta Oficial 2.216 2.771 3.158 3.360 4.502 5.583 9.156 15.008 6.303
Portero del Ejecutivo 1.920 2.400 2.400 2.400 2.400 2.400 3.936 2.667 1.120
Corrector de obras 1.900 2.375 2.707 2.880 3.859 4.785 7.848 12.864 5.403

(continúa)
367
(viene)

368
Instituciones 1875 1880 1885 1890 1895 1900 1905 1910 1915

Ayudante de corrector 1.583 1.979 2.256 2.400 2.340 2.902 4.759 7.800 3.276
Ayudante de mecánico 1.583 1.979 2.256 2.400 3.216 3.988 6.540 10.720 4.502
Secretario 1.583 1.979 2.256 2.400 1.440 1.786 2.928 4.800 2.016
Escribiente 1.536 1.920 2.189 2.627 2.880 2.400 3.936 5.248 2.204
Portero del ministro 1.536 1.920 1.920 1.920 1.920 2.400 3.936 2.667 1.120
Inspector técnico 1.224 1.800 1.800 2.880 2.880 3.571 5.857 3.582 1.504
Fogonero 950 1.187 1.354 1.440 1.930 2.393 3.924 6.432 2.701
Policía 950 1.187 1.354 1.440 1.440 1.786 2.928 4.800 2.016
Portero 816 1.200 1.200 1.920 1.920 1.920 2.100 1.920 690
Anticuario 792 989 1.128 1.200 1.608 1.994 3.270 5.360 2.251
Bibliotecario 792 989 1.128 1.200 1.608 1.994 3.270 5.360 2.251
Tesorero 792 989 1.128 1.200 1.608 1.994 3.270 5.360 2.251
Sirviente 512 160 160 160 178 124 191 1.200 732
Cocinera 480 480 480 480 643 798 1.308 8.198 3.443
Repartidor de gacetas 475 594 677 720 965 1.200 3.600 4.800 2.016
Compilador 451 564 564 600 600 744 1.220 827 347

Promedio 3.795 4.114 4.354 5.644 6.282 7.025 9.938 15.120 6.664
Variación % 0 8 6 30 11 12 41 52 -56

Fuente: elaboración propia, con base en las leyes de presupuesto de cada año respectivo.
CUADRO Nº III.3.10
SUELDOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
SERVICIO DE CORREOS NACIONALES

Personal 1875 1880 1885 1890 1895 1900 1905 1910 1915
Director 7.680 12.800 12.800 9.600 12.000 7.680 5.460 12.000 7.200
Interventor 5.760 9.600 9.600 7.200 7.200 6.120 4.680 8.400 4.200
Oficial de correspondencia 3.840 3.840 3.840 2.880 1.200 2.880 2.400 2.400 1.920
Tenedor de libros 3.500 4.500 4.500 4.500 5.000 4.250 3.250 5.833 2.917
Archivero 3.072 3.120 3.120 2.400 2.880 2.400 2.400 2.400 1.920
Escribiente 3.072 3.120 3.120 2.880 3.000 2.880 2.400 2.880 2.304
Empaquetador 2.500 3.744 3.744 2.880 1.920 2.880 2.400 2.400 1.920
Distribuidor de correspondencia 2.400 3.120 3.120 2.800 1.867 2.880 2.400 2.400 1.920
Cartero primero 1.920 2.400 2.400 1.920 1.400 1.440 1.920 2.400 1.200
Cartero segundo 1.536 1.920 1.920 1.140 960 1.200 1.600 2.000 1.000
Portero 1.536 1.920 1.920 1.920 1.200 1.440 1.440 1.920 960
Promedio 3.347 4.553 4.553 3.647 3.512 3.277 2.759 4.094 2.496
Variación % 0 36 0 -20 -4 -7 -16 48 -39

Fuente: elaboración propia, con base en las leyes de presupuesto de cada año respectivo.
369
CUADRO Nº II.3.11
370

SUELDOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


MINISTERIO DE GUERRA Y MARINA

Personal 1875 1880 1885 1890 1895 1900 1905 1910 1915
Ministro de Guerra y Marina 15.360 18.000 18.000 15.000 20.000 16.000 24.000 48.000 24.000
Director 9.830 11.520 11.520 9.600 9.600 7.680 7.200 9.600 5.400
Subdirector de Guerra 9.830 11.520 11.520 9.600 9.600 4.320 9.600 9.600 5.400
Inspector general 9.600 6.701 8.935 11.169 14.400 14.400 7.200 7.300 6.159
Comandante segundo 6.144 2.738 3.066 3.504 3.504 3.500 4.083 3.267 2.800
General comandante de armas 6.144 7.680 7.680 6.480 6.480 6.480 4.860 6.480 3.240
General de Brigada 5.760 5.760 7.774 7.774 12.422 11.665 8.749 3.499 3.499
Jefe de contabilidad 5.760 8.640 8.640 7.200 6.667 4.320 6.451 4.896 2.448
Capellán 5.611 2.500 2.800 3.200 3.400 3.000 3.500 2.800 2.400
Médico cirujano 5.000 5.760 4.865 9.600 4.854 6.000 4.500 3.904 3.937
Primer oficial 4.915 5.760 5.760 4.800 4.800 4.320 6.480 4.800 2.400
Coronel habilitado 3.892 4.865 4.865 4.865 4.837 16.208 12.156 16.208 5.547
Capitán de correspondencia 3.456 4.320 4.320 1.945 1.934 6.480 4.860 6.480 6.366
Primer comandante 3.456 3.456 8.796 9.600 6.900 9.600 7.200 5.760 5.475
Segundo oficial 3.318 3.888 3.888 3.240 3.000 3.600 5.376 4.080 2.040
Talabartero 3.094 2.160 1.132 1.415 1.825 1.825 3.000 7.300 4.745
Segundo comandante 2.688 2.484 6.322 6.900 6.900 6.000 4.800 3.840 3.600
Archivero 2.400 3.560 3.007 5.933 3.000 3.600 2.688 2.332 2.400
Guardaparque 2.400 4.865 4.865 4.865 7.774 7.300 5.475 2.190 2.190

(continúa)
(viene)

Personal 1875 1880 1885 1890 1895 1900 1905 1910 1915
Mecánico 2.400 997 1.345 3.890 1.934 3.650 2.738 2.375 2.395
Oficial de contabilidad 2.304 3.456 3.456 2.880 2.667 1.728 3.240 2.459 1.229
Portero 1.920 2.880 2.880 1.920 1.920 1.920 1.440 1.920 960
Teniente ayudante 1.920 1.440 1.278 1.460 1.460 1.460 1.703 1.363 1.168
Alférez 1.598 1.198 1.063 1.215 1.215 912 1.064 851 730
Capitán ayudante 1.536 1.920 1.920 1.945 1.934 1.934 1.451 1.934 1.900
Primer ingeniero 1.463 1.839 4.680 9.360 9.360 9.360 7.200 5.760 5.400
Cocinero 1.308 360 576 365 426 311 1.200 950 720
Teniente escribiente 1.152 1.440 1.440 1.440 1.432 4.798 3.598 4.798 1.642
Jefe de artillería 1.125 1.414 3.600 7.200 7.200 7.200 7.200 5.760 5.250
Primer piloto 1.122 1.037 2.639 2.880 2.880 2.504 2.003 1.603 1.503
Primer contramaestre 960 432 1.100 1.200 1.200 3.600 1.800 1.440 1.440
Farmacéutico 900 900 1.200 1.500 1.934 1.934 1.547 1.813 1.530
Contador 787 1.167 986 1.945 4.800 3.504 2.616 2.270 2.700
Practicante mayor 787 1.167 986 1.945 1.934 1.934 1.444 1.253 1.289
Practicante ordinario 787 1.167 986 1.945 1.934 1.934 1.444 1.253 1.289
Sargento primero 772 579 514 587 678 675 788 630 1.368
Sargento mayor 772 579 514 587 587 587 685 548 470
Carpintero 768 283 720 1.440 1.440 1.440 1.440 1.152 720

(continúa)

371
(viene)

372
Personal 1875 1880 1885 1890 1895 1900 1905 1910 1915
Segundo contramaestre 768 346 880 960 960 1.440 1.200 960 960
Segundo ingeniero 750 943 2.400 4.800 4.800 4.800 3.600 2.880 3.600
Segundo piloto 748 691 1.759 1.920 1.920 1.670 1.336 1.069 1.002
Sargento segundo 720 540 547 547 638 635 741 593 1.095
Cabo primero 672 540 423 570 570 510 684 547 958
Enfermero 560 560 747 934 1.204 1.204 963 1.129 952
Sirviente 512 228 365 365 600 600 800 633 480
Celador 485 720 608 1.200 1.400 1.022 763 662 788
Sargento portero 470 587 587 587 584 1.956 1.467 1.956 669
Sargento primero 460 460 621 1.795 2.306 1.460 1.095 950 958
Tercer ingeniero 450 566 1.440 2.880 2.880 2.880 2.880 2.304 2.100
Corneta de orden 432 365 365 365 400 600 450 450 450
Cabo segundo 312 390 394 430 430 510 630 504 889
Grumete 300 300 300 480 480 480 384 450 380
Despensero 150 189 480 960 960 960 960 768 480
Fogonero 80 80 80 100 100 100 80 960 810
Aceitero 60 60 60 120 120 120 100 1.200 900

Promedio 2.563 2.691 3.122 3.480 3.622 3.793 3.544 3.827 2.640
Variación % 0 5 16 11 4 5 -7 8 -31

Fuente: elaboración propia, con base en las leyes de presupuesto de cada año respectivo.
CUADRO Nº II.3.12
SUELDOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
ASIGNACIONES ECLESIÁSTICAS

Personal 1875 1880 1885 1890 1895 1900 1905 1910 1915
Deán 6.400 6.400 6.400 6.400 6.400 5.440 4.940 4.439 2.220
Arcediano 5.120 5.120 5.120 5.120 5.120 4.579 4.266 3.953 1.977
Chantre 4.480 4.480 4.480 4.480 4.480 4.579 4.266 3.953 1.977
Prior 4.480 4.480 4.480 3.733 4.480 4.579 4.266 3.952 1.975
Tesorero 4.480 4.480 4.480 4.480 5.579 4.766 3.953 1.977
Racionero 3.840 3.840 3.840 3.200 3.840 3.840 3.693 3.545 1.772
Maestre escuela 3.200 3.200 3.200 2.667 3.200 4.579 2.290 2.198 1.099
Cura de parroquia 2.560 2.000 2.000 2.000 2.000 2.000 1.920 1.342 1.006
Cura de sagrario 1.920 1.200 1.200 1.200 1.200 1.200 1.058 916 687
Maestro de capilla 1.280 1.600 1.600 1.600 1.600 1.600 1.158 716 538
Sacristán mayor 960 1.200 1.200 1.200 1.200 1.200 869 537 404
Secretario de cabildo 840 1.050 1.050 1.050 1.050 1.050 753 456 353
Campanero 800 1.000 1.000 1.000 1.000 1.000 719 437 320
Organista 800 1.000 1.000 1.000 1.000 1.000 723 446 336

(continúa)
373
(viene)

374
Instituciones 1875 1880 1885 1890 1895 1900 1905 1910 1915
Capellán de erección 640 800 800 800 800 800 579 357 1.610
Maestro de ceremonia 640 800 800 800 800 800 579 358 270
Sochante 640 800 800 800 800 800 400 247 247
Pertiguero 576 720 720 720 720 720 521 321 242
Capellán de extraerección 480 600 600 600 600 600 433 265 399
Relojero 480 600 600 600 600 600 434 268 250
Apuntador de fallas 344 430 430 430 430 430 311 192 192
Bajonista 320 400 400 400 400 400 289 178 135
Sacristán menor 320 400 400 400 400 400 289 178 135
Acólitos 256 200 200 200 200 200 207 214 180
Fuellero 256 200 200 200 200 200 200 200 189
Primer monaguillo 160 200 200 200 200 200 145 89 67
Monaguillo menor 80 100 100 100 100 100 73 45 34

Promedio 1.717 1.752 1.752 1.573 1.752 1.795 1.487 1.250 763
Variación % 0 2 0 -10 11 2 -17 -16 -39

Fuente: elaboración propia, con base en las leyes de presupuesto de cada año respectivo.
CUADRO Nº III.3.13
SUELDOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
HOSPITAL MILITAR

Personal 1875 1880 1885 1890 1895 1900 1905 1910 1915
General en jefe 3.500 4.746 4.009 7.342 7.020 7.300 6.981 5.473 6.039
Médico director 2.688 5.760 4.865 5.400 5.616 6.000 5.738 5.475 3.650
Practicante mayor 2.347 3.183 2.688 1.945 1.860 1.934 1.849 1.450 1.600
Médico de sección 1.613 3.456 2.919 3.240 3.370 3.504 3.351 4.380 3.650
Contador 1.440 3.410 2.880 1.945 3.370 3.504 3.351 3.307 3.968
Ecónomo 1.440 1.953 1.649 3.021 2.888 3.003 2.872 2.252 2.485
Mayordomo 1.440 1.953 1.880 3.443 3.292 3.424 3.274 2.567 2.832
Farmacéutico 890 1.908 1.611 1.788 1.860 1.934 1.849 1.825 2.190
Cabo de sala 864 1.172 1.128 2.066 1.975 2.054 1.964 1.540 1.699
Cocinero 864 1.172 990 668 1.158 1.204 1.151 1.136 1.363
Enfermero 864 1.172 990 668 1.158 1.204 1.151 1.136 1.363
Escribiente 864 1.882 1.590 1.074 1.860 1.934 1.849 1.825 2.190
Practicante de número 768 1.705 1.440 973 1.404 1.460 1.396 1.378 1.653
Sirviente 720 976 940 1.721 1.646 1.712 1.637 1.283 1.416
Ayudante de cocina 458 621 524 354 614 638 610 584 730
Guardarropa 430 1.075 1.035 1.895 1.812 1.885 1.802 1.413 1.559
Galopines 144 360 347 635 607 631 604 473 522

Promedio 1.255 2.147 1.852 2.246 2.442 2.549 2.437 2.206 2.289
Variación % 0 71 -14 21 9 4 -4 -9 4
375

Fuente: elaboración propia, con base en las leyes de presupuesto de cada año respectivo.
CUADRO Nº II.3.14
376

SUELDOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


PODER LEGISLATIVO

Personal 1875 1880 1885 1890 1895 1900 1905 1910 1915
Director 9.600 9.600 9.600 9.600 9.600 6.720 10.349 9.107 5.555
Cajero 1.200 1.200 1.200 1.200 1.332 932 1.436 1.264 771
Secretario 800 1.000 1.000 800 800 560 3.600 2.800 1.400
Taquígrafo 480 1.344 1.438 800 600 1.800 1.400 840 512
Oficial menor 256 717 767 675 749 547 842 741 452
Escribiente 240 672 719 400 200 140 720 560 350
Subsecretario 480 600 600 400 400 280 2.400 1.850 925
Oficial mayor 400 500 500 360 360 252 1.800 1.400 700
Jefe de sección 320 400 400 300 300 210 1.500 1.170 630
Archivero 192 240 240 240 220 960 750 660 403
Portero 512 240 240 240 200 480 375 330 201
Sirviente 512 160 160 160 178 124 191 1.200 732

Promedio 1.249 1.389 1.405 1.265 1.245 1.084 2.114 1.827 1.053
Variación % 0 11 1 -10 -2 -13 95 -14 -42

Fuente: elaboración propia, con base en las leyes de presupuesto de cada año respectivo.
FUENTES

ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES: Leyes y decretos


de Venezuela, t. 9. Caracas: Academia de Ciencias Políticas
y Sociales, 1985.
BELLO RODRÍGUEZ, Zoilo: Archivo Político. Caracas: Ministerio de
la Secretaría de la Presidencia-Ministerio de Defensa, 1979.
BRICEÑO, Manuel: Los Ilustres o la estafa de los Guzmanes. Caracas:
Ediciones Fe y Cultura, reimpresión de la 3ª edición de
1884, Bogotá.
BRICEÑO PEROZO, Mario: Don Juan de Trujillo. Caracas: Biblioteca
Venezolana Ediviagro, 1978.
CARRILLO BATALLA, Tomás E.: Historia de las finanzas públicas de
Venezuela, vol. 45. Caracas: Italgráfica, 1989.
__________: Historia de las finanzas públicas de Venezuela, vol. 46.
Caracas: Italgráfica, 1989.
__________: Historia de las finanzas públicas de Venezuela, vol. 53.
Caracas: Italgráfica, 1989.
__________: El pensamiento económico de Francisco Pimentel y Roth.
Caracas: Academia Nacional de Ciencias Económicas, 1990.
CARRILLO BATALLA, Tomás E. y Rafael J. Crazut: Pensamiento
económico de Juan Pablo Rojas Paúl, t. I. Caracas: Academia
Nacional de Ciencias Económicas, 1998.
FUENMAYOR, Juan Bautista: Historia de la Venezuela política contem-
poránea. Caracas: Talleres Gráficos de Miguel Ángel García,
1984.
HARWICH VALLENILLA, Nikita: Formación y crisis de un sistema
financiero nacional. Fondo Editorial Buria-T.E. Antonio
José de Sucre, 1986.

377
MOLEIRO, Rodolfo: De la dictadura a la democracia. Eleazar López Con-
treras: lindero y puente entre dos épocas. Caracas: Editorial
Pomaire, 1993.
MORÓN, Guillermo: Historia de Venezuela, t. V. Caracas: Italgráfica,
1971.
POCATERRA, José Rafael: Memorias de un venezolano de la decadencia,
t. II. Caracas: Editorial Edime, 1966.
POLANCO ALCÁNTARA, Tomás: Guzmán Blanco. Caracas: Editorial
Ex-Libris, 1992.
RANGEL, Domingo A.: Capital y desarrollo: la Venezuela agraria .
Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1969.
SEGNINI, Yolanda: La consolidación del régimen de Juan Vicente Gómez.
Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1982.
VELÁSQUEZ, Ramón J.: La oposición a la dictadura gomecista, t. II, v.
1, libro 3. Caracas: Ediciones del Congreso de la República,
1983.
__________: “El siglo XX”. En Conocer a Venezuela. Historia 5. Caracas:
Editorial Salvat, 1985.
VELOZ, Ramón: Economía y finanzas públicas de Venezuela, 1830-1994.
Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1984.

Fuentes oficiales y hemerográficas

Memorias del Ministerio de Fomento, 1874-1914.


Memorias del Ministerio de Hacienda, 1874-1914.
Leyes y decretos de Venezuela, 1874-1914.
Estadísticas mercantiles del Ministerio de Fomento, 1913-1928.
Periódicos de circulación nacional, 1874-1914.

378
Este libro se terminó de impri-
mir en los talleres de Fanarte,
C.A. durante el mes de mayo de
dos mil dos. Para su producción
se utilizó papel Finnpap, base 60
grs. y letra Agaramond.

379
T OMÁS E NRIQUE C ARRILLO B ATALLA
Nació en Caracas, es Abogado de la República, Master en Economía y doctor
en Economía así como en Ciencias Políticas. «Doctor Honoris Causa» por
la Simón Bolívar (Barranquilla-Colombia) y Santa María (Caracas-Venezuela).
Ha servido a las Universidades Central de Venezuela y Santa María
en actividades de investigación, docencia y asesoría.
Actualmente es Profesor Titular en condición de jubilado por Faces-UCV.
Ha participado en numerosos eventos científicos nacionales e internacionales
a nivel de misiones, congresos y conferencias con ponencias sobre
legislación, fiscalidad, economía e historia.
Adelanta los proyectos sobre «Historia de las Finanzas Públicas de Venezuela»,
auspiciado por la Academia Nacional de la Historia, «Estadísticas Históricas
de Venezuela» y la «Historia del Pensamiento Económico Venezolano»,
financiados por la Academia Nacional de Ciencias Económicas; corporaciones
de las cuales es Individuo de Número, al igual que la de Ciencias Políticas
y Sociales y la Asociación Venezolana de Derecho Tributario.
Con una fructífera producción intelectual, la extensa obra publicada de
contenido histórico, jurídico y económico, se acerca a cien títulos
con más de 400 tomos.

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