Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
2. De exclusión
El individuo permanece en la situación donde se encuentran los reforzadores, pero no puede
acceder a ellos ni observar a los demás hacerlo. Un ejemplo típico es el estar castigado cara a la
pared.
3. De aislamiento
El individuo que comete la acción que se pretende eliminar es expulsado del emplazamiento
estimulante. Es el tipo de tiempo fuera que se aplica cuando se expulsa a un alumno de clase o se
le envía a una sala aparte.
4. Autoimpuesto
El individuo cuya conducta se quiere disminuir procede por sí mismo a retirarse de la situacióncon
el fin de evitar conflictos. Se emplea en terapias de pareja.
Modo de empleo
Para que esta técnica tenga efectividad es recomendable utilizar una serie de pasos que permitan a
la persona cuya conducta se desea modificar entender el funcionamiento de la técnica, porqué se
le aplica y qué supone para él.
1. Conocimiento de la técnica
En primer lugar es necesario que el sujeto conozca lo que implica el tiempo fuera, cosa para la cual
es necesario explicarle el funcionamiento de la técnica. Asimismo, es necesario tener claro qué
conducta se quiere eliminar y reducir, así como hacer ver al sujeto en cuestión que esa conducta
no resulta adaptativa y por qué. Una vez se sabe todo ello, es posible empezar a aplicarlo.
2. Advertencia
En el momento en que la persona empieza a realizar la conducta indeseada, se le proporcionará
una advertencia en la cual se le indicará que conducta resulta indeseada, por qué se le advierte y
las posibles consecuencias de su acto (ser enviado a cumplir el tiempo fuera). Es posible hacer
varias advertencias, pero se recomienda que no sean muchas de cara a que el sujeto aprenda y
asocie la consecuencia con el acto y la situación no se prolongue.
Este elemento es importante por varios motivos. En primer lugar, con muy poco esfuerzo permite
evocar la idea de la consecuencia indeseada de portarse mal, lo cual es ya de por sí algo
desagradable, así que puede ser un factor aversivo que puede aparecer en esos "amagos" de mal
comportamiento.
En segundo lugar, en el caso de que se produzca la expulsión, permite una comprensión más rápida
de lo comprendido, por lo cual este tipo de castigo difícilmente quedará descontextualizado.
Los psicólogos pueden usar distintas estrategias para cambiar nuestro comportamiento.
La conducta, que es la conexión establecida entre la respuesta del organismo y una situación
ambiental concreta, puede resultar, en ocasiones, desadaptativa.
Para aumentar su funcionalidad (mediante su eliminación, disminución o cambio) es frecuente
aplicar principios de aprendizaje, conocidos en psicología como técnicas de modificación de
conducta.
1. Reforzamiento de conductas
Existen distintos tipos de reforzamiento: el reforzamiento positivo y el reforzamiento negativo.
El primero consiste en aumentar la probabilidad de ocurrencia de una conducta siguiéndola de un
evento satisfactorio. Por ejemplo, felicitar a tu hijo por las buenas notas obtenidas en un examen
fomentará su posterior esfuerzo en el estudio.
El segundo, se trata del aumento de la probabilidad de aparición de conductas que detienen
eventos desagradables. Por ejemplo, en el caso de una persona con claustrofobia, subir por las
escaleras en vez de por el ascensor, para evitar la ansiedad que éste le produce, tenderá a
repetirse.
2. Moldeamiento
El moldeamiento se define como el reforzamiento sistemático de pequeños pasos que llevan a la
conducta deseada. Un ejemplo es el aprendizaje de la escritura: no aprendemos directamente a
escribir oraciones, si no que primero conocemos las letras, practicamos caligrafía, asociamos letras
formando sílabas, palabras...
Para una buena aplicación del mismo, han de concretarse tanto la conducta final (para conocer qué
comportamiento se persigue emitir una vez finalizado el proceso), como la conducta inicial (para
conocer la línea base de la que parte la persona), los pasos a seguir durante el proceso y el ritmo
del progreso.
En ocasiones, para facilitar la aplicación de la técnica, se acompaña el moldeado con otros
métodos de apoyo, tales como las incitaciones (indicaciones verbales que guían la conducta a
emitir: "la G y la I llevan una U en medio para escribir GUISO"), una guía física (ayuda en el plano
motriz en cada uno de los niveles del moldeado: tomar la mano del aprendiz para ayudarle a
conseguir la forma de la O) o la ejemplificación (en la cual el "maestro" actúa como modelo para
ser imitado: él mismo dibuja la letra).
Por otro lado, el enfoque de modificación de la conducta mediante moldeamiento tiene mucho en
común con el concepto de andamiaje con el que trabajó Lev Vygotsky.
3. Aprendizaje
El aprendizaje por modelos (también conocido como modelado o aprendizaje por imitación) se
adquiere por medio de la observación del comportamiento de otra persona.
El aprendiz ve el refuerzo que el modelo consigue por realizar su acción y tratará de imitarlo
siempre que se desee el mismo refuerzo. Un ejemplo es el aprendizaje de conductas prosociales y
cooperativas.
El proceso de modelado consta de una fase de aprendizaje y otra de ejecución, que pueden darse
con mayor o menor eficacia en función de variables como las características del modelo, del
observador y la situación, en la primera fase, o de la motivación, la calidad de la ejecución y la
generalización, en la segunda.
1. Extinción
La extinción consiste en la retirada de los refuerzos que previamente sostenían una conducta. De
este modo, se inicia un proceso gradual de debilitación de la misma hasta que termina por
desaparecer.
Por ejemplo, un profesor que atiende a los niños que preguntan sin levantar la mano en clase,
cuando decida prestar atención únicamente a los que cumplen las reglas establecidas, disminuirá
las conductas de hablar de forma espontánea de sus alumnos.
Para su aplicación, es necesaria la identificación previa del reforzador que mantiene la conducta
disfuncional y su naturaleza (no basta con eliminar cualquier reforzador que acompañe la
conducta, sino aquel que la está manteniendo).
Hay que tener en cuenta que, en ocasiones, la conducta indeseada puede verse incrementada
inicialmente en el proceso. Este incremento puede mantenerse durante largos periodos de tiempo
(especialmente si la conducta ha sido mantenida por un reforzador intermitente, lo que supone
una mayor resistencia a la extinción), pero posteriormente se debilitará hasta quedar eliminada.
2. Saciación
La saciación (técnica contraria a la privación) consiste en la presentación masiva de un reforzador
para debilitar su valor reforzante: su administración excesiva en un breve espacio de tiempo
termina por resultar aversiva a la persona, de modo que al final evita ciertos comportamientos.
Por ejemplo, un niño que nunca come verdura porque siempre quiere pasta. Si se alimenta
únicamente con macarrones durante varios días seguidos terminará por aborrecer el plato,
resultándole desagradable.
Pueden distinguirse dos modalidades en esta técnica: la saciación del estímulo y la saciación de la
respuesta.
Para aplicarlas es necesario, en primer lugar, detectar las conductas indeseables. Una vez
identificadas y escogida la modalidad de saciación, debemos ofrecer un conducta alternativa a la
persona (para que sustituya por la disfuncional) y conseguir su mantenimiento.