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Quel guardo il cavaliere

Aquella mirada al caballero


en mitad del corazón hirió;
dobló la rodilla y dijo:
"Soy vuestro caballero."
Y tanto había en aquella mirada
del aroma del paraíso,
que el caballero Ricardo,
por el amor conquistado,
juró que jamás a ninguna otra
dirigiría su pensamiento.»
¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja!
También yo conozco la magia
de una mirada en el momento oportuno,
también yo sé cómo se abrasan
los corazones a fuego lento;
de una breve sonrisa
también conozco el efecto,
el de una engañosa lágrima,
el de una súbita languidez.
Conozco los mil modos
del amoroso juego,
los melindres y fáciles artificios
para halagar un corazón.
Soy caprichosa,
soy ágil y vivaz,
brillar me place,
me gusta bromear.
Si monto en cólera,
es raro si me contengo,
mas en risa el enojo
me apresuro a cambiar.
¡Y el doctor no aparece!
¡Oh, qué impaciencia!
De la falacia urdida
para embaucar a don Pasquale,
me habló tan apresurado
que poco o nada comprendí,
y ahora le espero...
Je veux vivre

Yo quiero vivir
en este sueño que me embriaga.
Este día siempre
lo guardaré, dulce llama,
en mi corazón
como un tesoro.
¡Esta embriaguez
de juventud
no durará para siempre! ¡Sólo un día!
Después viene la hora
de llorar,
el corazón se rinde al amor,
y la felicidad huye para no volver.
Yo quiero vivir, etc.
Déjame dormir
lejos del invierno desagradable
y oler la rosa
antes que se marchite.
¡Ah!
¡Dulce llama,
quédate en mi corazón
como un dulce tesoro
durante mucho tiempo!
Deh vieni non tardar

Llegó al fin el momento


en que gozaré sin inquietud
en brazos de mi ídolo. ¡Tímidos desvelos!,
¡salid de mi pecho!,
no vengáis a turbar mi deleite.
¡Oh, cómo parece que al amoroso ardor,
la amenidad del lugar
la tierra y el cielo respondan!
¡Cómo secunda la noche mis secretos!
¡Ah, ven, no tardes, oh bien mío!
¡Ven a donde el amor para gozar te llama!,
mientras luzca en el cielo la antorcha,
y el aire esté sombrío, y el mundo calle.
Aquí murmura el arroyo, aquí bromea el aura
que con dulce susurro el corazón conforta.
Aquí ríen las flores y la hierba es fresca,
aquí todo invita a los placeres del amor.
Ven, bien mío, entre estas plantas ocultas,
te quiero coronar la frente de rosas.
Piangero la sorte mía

¿Así pierdo en un día


fastos y grandezas?
¡Cruel destino!
César, mi ídolo, quizás ha muerto;
Cornelia y Sexto están inermes
y no pueden socorrerme. ¡Oh, Dios!
No queda esperanza para mi vida.
Lloraré mi suerte tan cruel y tan dura,
mientras tenga vida y aliento.
Pero, muerta, mi espectro
rondará por todas partes
aterrorizando al tirano noche y día.
Nuit d’étoile

Noche estrellada,
bajo tus velos,
bajo tu brisa y tus perfumes,
triste lira
que suspira,
sueño con los amores pasados.
La melancolía serena
florece en el fondo de mi corazón.
Y escucho el alma de mi amada
Estremecerse en el bosque ensoñador.
Noche estrellada,
bajo tus velos,
bajo tu brisa y tus perfumes,
triste lira
que suspira,
sueño con los amores pasados.
En las sombras del follaje,
cuando suspiro quedamente a solas,
regresas, pobre alma desvelada,
totalmente blanca en tu sudario.
Noche estrellada,
bajo tus velos,
bajo tu brisa y tus perfumes,
triste lira
que suspira,
sueño con los amores pasados.
Vuelvo a ver en nuestra fuente
tus miradas azules como los cielos;
esta rosa es tu hálito,
y estas estrellas son tus ojos.
Noche estrellada,
bajo tus velos,
bajo tu brisa y tus perfumes,
triste lira
que suspira,
sueño con los amores pasados.
Er ist’s

La primavera tiene su cinta azul.


Aleteando de nuevo por los aires;
Aromas dulces y conocidos.
Tocan ligeramente y prohibidamente el país.
Las violetas ya están soñando.
Dispuestas a venir pronto.
¡Oye, el débil sonido de un arpa desde lejos!
Primavera, sí, eres tú!
¡Eres tú a quien oí!
Je te veux

Entendí tu angustia
Querido enamorado
Y cedo a tus deseos
Hazme tu amante
Lejos de nosotros la sabiduría
No más tristeza
Anhelo el instante precioso
Cuando seremos felices
Te quiero

No me arrepiento
Y tengo sólo un deseo
Cerca de ti, muy cerca
Vivir toda mi vida
Que mi corazón sea el tuyo
Y tus labios los míos
Que tu cuerpo sea el mío
Y que toda mi carne sea tuya

Entendí tu angustia
Querido enamorado
Y cedo a tus deseos
Hazme tu amante
Lejos de nosotros la sabiduría
No más tristeza
Anhelo el instante precioso
Cuando seremos felices
Te quiero

Sí, veo en tus ojos


La divina promesa
Que tu corazón amoroso
Viene a buscar mi caricia
Entrelazados para siempre
Quemando de las mismas llamas
En un sueño de amor
Intercambiaremos nuestras almas

Entendí tu angustia
Querido enamorado
Y cedo a tus deseos
Hazme tu amante
Lejos de nosotros la sabiduría
No más tristeza
Anhelo el instante precioso
Cuando seremos felices
Te quiero

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