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UNIVERSIDAD DE PAMPLONA

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

FORMACIÓN DE Y EN DIVERSIDAD DE GÉNERO

“El hecho de ser un ser humano es infinitamente más importante que todas las
singularidades que distinguen a los seres humanos “Simone de Beauvoir

Manuel Alberto Jaimes Gómez


M.A. Psicología, Educativa

Grupo de investigación: “Futuro”


ABSTRACT

In this paper it is presented a pedagogical viewpoint of personality formation from


infancy to adolescence, especially gender formation. Humana being are an interaction
between biology and culture and all which make us so different. Since birth until at
least to puberty the human being development, is a very sensitive period open to
abroad variety of psychological and social influences. The complex environment where
the child and young people development occurs not only with the presence of parents,
siblings, relatives, partners, educators, but others factors such as television and
internet contents, movies, play stations, newspapers, magazines and big people
massive concentrations which affects infant and adolescent personality. That effect
occurs in the general subjective formation but in some special aspects like gender
formation.
Key words: infancy, gender, masculinity, femininity, formation.

RESUMEN
En este documento se presenta, un punto de vista pedagógico, de la formación inicial
de la personalidad, y en ella las características de género. Somos una interacción
entre la biología y la cultura lo que nos hace diferentes. Desde el nacimiento hasta
casi entrada la pubertad el desarrollo del ser humano es susceptible a una gran
variedad de influencias psíquicas y sociales. El ambiente complejo donde ocurre el
desarrollo infantil y adolescente no solo tiene la presencia de padres, hermanos,
familiares, compañeros, educadores, sino otra serie de factores como la televisión, la
Internet, las películas, los videojuegos, los periódicos, revistas y las grandes
concentraciones de gente que afectan la formación de la personalidad infantil y
adolescente. Tal efecto ocurre no solamente en la formación general de la subjetividad
sino en la formación de género en particular.
Palabras clave: infancia, género, masculinidad, feminidad, formación
A) DIVERSIDAD HUMANA

Cada uno, los seres humanos, somos únicos e irrepetibles y por lo tanto las
características corporales, emocionales y socio culturales son prácticamente muy
diferentes aún para personas del mismo sexo y de la misma edad incluso con una
base genética muy similar.

Es muy arriesgado, y en cierta manera irresponsable, afirmar que todas las personas,
niñas, niños, adolescentes, adultos y ancianos de una misma región son iguales solo
por el hecho de que nacieron o viven en una determinada zona geográfica. Si bien es
cierto que existe una identidad local, regional y nacional en aspectos importantes para
la cohesión social y cultural, esta identidad no es correlativa con una semejanza de
características físicas y psíquicas individuales.

Tenemos características muy similares con otros países. Por ejemplo, somos
descendientes de grupos humanos que han habitado, desde miles de años, las
llanuras montañas y costas. También tenemos bases genéticas y culturales de grupos
humanos que llegaron, por diferentes razones, a nuestra América como los africanos,
los españoles, los portugueses, alemanes e incluso de la lejana Asia.
Independientemente del origen genético, racial y cultural los colombianos somos seres
humanos y participamos de las mismas características de los seres humanos de otros
países. Somos ciudadanos colombianos pero también ciudadanos del mundo.

Nuestro país, como lo anotamos antes, está influenciado por múltiples factores, pero
más que al país, son sus gentes, sus pobladores los que son afectados por esos
fenómenos. Nuestro país es sensible; los colombianos somos sensibles.
En el libro Psicología del hombre colombiano, el Dr. Rubén Ardila ( 1992, p.28 ) anota:
“Esta cultura colombiana no comienza, claro está, con el descubrimiento de América ni
con la conquista de parte de los españoles. Tiene sus raíces primigenias en los
pueblos aborígenes que llegaron al territorio actual hace aproximadamente doce mil
años. “ Más adelante el citado autor ( p.30 ) Dice que:

“ Francisco José de Caldas (1678-1816) escribió en 1808 su trabajo titulado “ Del


influjo del clima sobre los seres organizados “ que puede considerarse como la
primera publicación sobre las pautas de comportamiento del hombre colombiano.”

Con base en la obra citada, del sabio Caldas, se consideraron, desde esa época ,
unas diferencias físicas y psicológicas entre los habitantes de las distintas regiones
del país especialmente entre los indígenas y mulatos de Pacífico y los indígenas de la
cordillera cundi-boyacense. Sin embargo. Como lo anota Ardila ( op.cit. p.32) estas
diferencias se centraron más el la influencia del clima que de otros factores de orden
cultural que son más importantes en la determinación de unas características
integrales.
En la obra citada (Ardila, p.35) hace referencia a un libro de Luis López de Mesa
(1884-1967) “De Cómo se ha Formado la Nación Colombiana “(1934) donde afirma
que el hombre colombiano es: “generoso, plástico y universal.”por los aportes
africanos, asiáticos, europeos y americanos que confluyen en su constitución.
Más adelante, Ardila (p.40) refiriéndose que al hombre colombiano, en el exterior, se le
considera como “latino” como a todos los nativos de la América española y
portuguesa dice:
“El latino por el sistema feudal de colonización, por la influencia de al iglesia católica,
por las pobres economías agrícolas, sería un hombre fatalista y pasivo. Para describir
el comportamiento del hombre de América Latina se han utilizado conceptos como los
siguientes: personalismo, facilismo, paternalismo, machismo, orientación hacia el
presente y el pasado en vez del futuro, incapacidad de posponer la satisfacción de los
impulsos, amiguismo, una mezcla de arrogancia y humildad, pasividad ante la
naturaleza, y poca capacidad para planear el futuro.”

Estos conceptos acerca del hombre colombiano o de los latinos en general son,
ciertamente, unos estereotipos, que no tienen un fundamento científico sino que
obedecen a opiniones llenas de carácter discriminativo y desventajoso que muy
probablemente continúa teniéndose en algunos grupos humanos de América del
Norte y Europa hacia nosotros.

Los estereotipos, o concepciones sin una base científica, acerca de los latino-
americanos no es solamente en países diferentes a los nuestros sino aún en los
mismos donde tenemos prejuicios mutuos acerca de lo que creemos somos, con los
vecinos venezolanos, ecuatorianos, peruanos y los demás países llamados latino-
americanos.

Históricamente, en un sistema social ancestral, las inequidades de género y la


violencia y discriminación contra al mujer han sido más que evidentes. En Colombia
esta situación no ha sido diferente.

La estructura integral del hombre y de la mujer colombiana difícilmente se puede


considerar como única sino que, como se ha dicho antes, las características físicas,
psíquicas son una resultante de variadas condiciones económicas, culturales y
sociales sumadas a la herencia filogenética descrita antes por el carácter multirracial
que tenemos. También dentro de nuestro país se presenta el fenómeno de los
estereotipos. Tenemos, como en el pasado, la idea de que el lugar de orígen marca
unas características corporales y psico-sociales específicas como cuando decimos
que las mujeres más bellas son de cierto lugar o que los hombres guapos son de tal
otro.

Cuando tenemos la oportunidad de pensar sobre nuestra individualidad, aunque


sabemos cual es la estatura, el peso aproximado, el color de la piel y de los ojos, casi
siempre pensamos en describir aspectos psico-sociales de nuestra personalidad así
como nuestros proyectos y a veces nuestras angustias y temores.

Interesante, seguramente, es hacernos y responder interrogantes relacionados con el


papel que niñas, niños, jóvenes adolescentes de ambos sexos, hombres, mujeres,
ancianos y ancianas desarrollamos en la dinámica de nuestra comunidad en todos los
frentes y en especial en la economía.

Niñas, niños, adolescentes, adultos y ancianos, todos y cada uno de nosotros


colocamos nuestras capacidades, nuestra inteligencia, nuestra fortaleza física, nuestra
fuerza de trabajo, nuestro interés en beneficio de unas condiciones de vida altamente
dignas para cada persona, para la comunidad, la región y el país.

Las personas tenemos valor porque somos seres humanos, por nuestras capacidades,
por nuestros sueños y realizaciones y no por las características físicas.

Desde el punto de vista educativo, la infancia, es decir la etapa de la niñez es el inicio


de la formación de la subjetividad especial y única que desarrolla cada ser humano.
B-LA FORMACIÓN DE GÉNERO

La infancia, desde su génesis en el seno materno hasta la entrada de la pubertad, es


un período del desarrollo humano muy sensible a la influencia de múltiples factores
presentes en el medio ambiente. La estructura inicial de los niños y las niñas, tanto en
su aspecto corporal como en el psíquico y social, es naturalmente susceptible de
transformaciones limitadas por las características genéticas, de un lado, y por las
condiciones, posibilidades y oportunidades que las realidades familiares, culturales,
económicas le ofrecen.
Una de las realidades más cercana en la formación de las niñas y los niños es la
presencia de los padres y cuidadores. En la medida en que los infantes avanzan, en
su crecimiento y maduración, la influencia se amplía con la escolaridad y los agentes
que en ella actúan como son los maestros, los compañeros así como con otros
factores presentes en la cultura: los imaginarios colectivos, los contenidos de los
programas televisivos y los de la internet, el cine, los videojuegos, las revistas y
periódicos hasta los eventos masivos en los estadios, parques, coliseos, centros
comerciales, ferias populares, ceremonias religiosas entre otros.
Los anteriores factores, tanto humanos como de otra índole y cercanos al desarrollo
de los infantes, no solamente intervienen de una manera directa y consciente en su
formación, sino que lo hacen aún sin saberlo y a veces en contra de su voluntad. Una
de esas fuertes influencias ocurre en la formación de conceptos de masculinidad,
feminidad y en los comportamientos inherentes al género que paulatinamente se van
formando en los niños y niñas en su conformación como hombres y como mujeres.
La formación de género en la infancia, es una de esas cruciales interacciones entre la
biología y la cultura; entre las características corporales estructurales y las influencias
de las normas y estereotipos dictados por los usos y costumbres de una determinada
cultura expresados en las formas y patrones de crianza, en el currículo manifiesto, en
los imaginarios culturales y en las realidades de la vida de los adultos.
“ Alrededor de su tercer cumpleaños, tanto los niños como las niñas ya desarrollan una
identidad de género; es decir la pequeña sabe que es una niña y el pequeño sabe que
es un niño” ( Morris, 1997, p374). Sin embargo el mismo autor manifiesta que los
infantes no son realmente conscientes de lo que ello significa.
S, L. Bem ( 1989 ) citado por Morris ( 1997; p 375) dice que los niños y niñas
modernos, alrededor de los cuatro años saben que ser niña o niño no depende del
vestido, del arreglo personal o del cabello sino de la presencia y diferencia de los
órganos genitales.
La identidad de género es una resultante de una serie de variables sobre las cuales
se han establecido algunas hipótesis o teorías.
Algunas teorías, según Master y Jonson ( 1994. p.239-42 ), son: la del aprendizaje,
que hace referencia a las influencias socio-ambientales a las que el niño se halla
expuesto. La teoría cognitivo-evolutiva, que explica la identidad de género como un
proceso paralelo al desarrollo cognitivo del infante. Otro enfoque teórico explica la
identidad de género como un proceso de interacción bio-social, es decir entre la
programación genética y los factores sociales y psicológicos sucesivos que rodean el
desarrollo del niño y la niña.
Morris distingue entre constancia de género; conciencia de papel sexual y
conductas distintivas del sexo. En el primer caso se refiere a la idea de que el
género no se puede cambiar al gusto de nadie ya que depende de los genitales. Luego
se refiere al conocimiento de las conductas que cree son apropiadas para cada sexo y
finalmente a las formas de comportamiento que la sociedad prescribe para cada sexo.(
1997. p 375).
Por su parte los sexólogos Master, Jonson y Kolodny (1994, p.239) distinguen los
conceptos de identidad y papel de género: “La identidad de género es la convicción
personal y privada que tiene el individuo sobre su pertenencia al sexo masculino o
femenino. El rol o papel de género, en cambio, es la expresión de la masculinidad o
feminidad de un individuo a tenor de las reglas establecidas en la sociedad. “
Freud, en su concepción evolutiva del desarrollo de la personalidad anota que
alrededor de los tres años los infantes presentan los complejos de Edipo y de Electra,
relacionados con la atracción inconsciente hacia sus progenitores, esto es, del niño
hacia la madre y la niña hacia el padre, lo cual trae como consecuencia la notación de
las diferencias anatómicas y la identificación sexual con la de sus padres, si el
complejo se resuelve de una manera saludable; de lo contrario la identificación sería al
menos confusa.
En los últimos años se han realizado abundantes y sesudos estudios acerca de los
conceptos, características, evolución histórica y antropológica de la sexualidad y del
género. En uno de ellos, Barbieri, Teresita (1992) aborda el género desde la
perspectiva de las relaciones sociales, como un sistema de prestigio o status y como
esfera de poder. En otro estudio la misma autora (1995) apunta la confusión de las
categorías de género donde éste se identifica con movimientos feministas o con la
búsqueda de equidad.
Marta Lamas (1995) hace énfasis en los procesos culturales en la identidad de género
los cuales van más allá de la estructura corporal. Algunos estudios se han orientado
hacia la masculinidad. Badinter, Elizabeth (1993) en relación con la identidad
masculina se refiere a la búsqueda de identidades debido a la gradual pérdida del
patriarcado y su relación con poder, productividad y vínculos emocionales. Otro
interesante estudio sobre la masculinidad hace hincapié en características como las
de doble moral sexual, el control de la sexualidad femenina,de la virginidad y de la
maternidad como típicas de los hombres aún en estos tiempos.
Las concepciones de masculinidad y feminidad en casi todas las culturas modernas
mantienen diferencias que antes que favorecer la convivencia equitativa la
obstaculizan con prejuicios donde casi siempre uno de los sexos está en desventaja.
“Históricamente en nuestro sistema se ha considerado a la mujer subyugada. En
nuestra cultura, en especial en los países latinoamericanos, a la mujer se la inferioriza
limitándola y subestimando sus capacidades, degradándola a ejercer oficios
domésticos y manteniéndola en otro nivel frente al hombre “ (ACUÑA, 1999. p3 )
Los estudios de género están orientados en general hacia el tratamiento de variables
como raza, cultura, grupo social, época histórica entre otras y de características
relacionadas con el uso y usufructo de poder, control y desempeño en la sexualidad y
la intimidad, fuerza física, dependencia-independencia, dominio y sumisión. Pocos
estudios han tratado el género en sus aspectos educativos desde la infancia.
Estos fenómenos cognitivos, afectivos y comportamentales son constantemente
afectados por los dinámicos procesos de aprendizaje que se dan por las múltiples
oportunidades de juego entre niños y niñas, por la observación de modelos adultos y
por los estereotipos que la sociedad cercana al niño les ofrece.
La comunidad científica dedicada a estudios de género parece que no ha encontrado
claridad en las características de la feminidad y la masculinidad, esto es, lo propio del
ser niño que paulatinamente se va convirtiendo en hombre y del ser niña y la gradual
formación de mujer. Quizá nunca haya sido su intención.
C- CULTURA Y FORMACIÓN DE GÉNERO
La actitud que padres, cuidadores y en general de los adultos toman hacia los infantes
muestra algunas diferencias hacia los niños y hacia las niñas, que según Hofferth
(1990: p 287) como por ejemplo en el caso del obsequio de juguetes específicos para
niña o niño, el cual puede deberse a que los adultos han observado las preferencias
infantiles, más que a estereotipos acerca de lo específico para cada género. Sin
embargo, observaciones y entrevistas de campo realizadas a algunos padres
muestran que, al menos en los medios ambientes de la zona de frontera colombo-
venezolana (Zona Táchira- Norte de Santande ) los juguetes provistos a niñas y niños,
así como el estímulo hacia los tipos de juego y de comportamientos, obedecen a
estereotipos de machismo, entendido como la idea preconcebida de la fuerza y
dureza del macho y la delicadeza y debilidad de la mujer. Igualmente ocurre lo anterior
en la escogencia de ropa y arreglo personal. Se privilegia, especialmente en algunos
sectores populares, el uso de vestuario, accesorios y arreglo personal marcadamente
adulto especialmente para las niñas.
Las expresiones lingüísticas de la vida cotidiana y las actitudes de los adultos en
general manifiestan los estereotipos de género frecuentes en la cultura andina, no muy
diferente en estos aspectos alas de otras latitudes, y que no se modifican
sustancialmente aún con los aparentes vertiginosos cambios que se han dado en la
permisividad sexual manifiesta a través del vestuario, los contenidos de las piezas
musicales, los temas de las telenovelas, el cine erótico y la pornografía entre otros.
Parece que muchos cambios en las concepciones de masculinidad y feminidad son
superficiales, pues en el fondo en el seno familiar los prejuicios se mantienen fuertes a
favor de las concepciones machistas.
En casi todas las culturas estas distinciones, históricamente no han sido claras, ni
como concepto o categoría de análisis ni como norma estructural y comportamental de
los seres humanos, mucho menos en las prácticas cotidianas de crianza. Todo parece
indicar que en las formas y patrones utilizadas por padres, madres y cuidadores se
siguen reproduciendo prejuicios acerca del ser masculino del ser femenina.
Los valores son de orden científico, económico, religioso, estético, social, deportivo.
Los valores dan razón a la vida. La honestidad, la honradez, la justicia, la
comprensión, la fidelidad, el respeto a los demás, la obediencia a la autoridad justa, la
cooperación, la solidaridad son entre otros valores que valen la pena vivir y adornan la
personalidad.
El maestro no solamente influye con su ejemplo, sino que con su acción u omisión,
ayuda a estructurar gradualmente la forma como el infante razona, siente y actúa de
una manera correcta o incorrecta. La forma como el maestro fomenta la cooperación,
la comprensión, la reciprocidad positiva, la aplicación justa de estímulos y sanciones
formativas son fundamentales para una formación armónica.
Como el desarrollo de la conducta moral no es solamente una función de la escuela y
del maestro sino de toda la sociedad en general y la de los padres y cuidadores, se
requiere que desde la escuela, el educador, actúe hacia los padres y cuidadores con el
fin de que asumen una actitud conciente con el compromiso que tienen no solo con
sus hijos y representados sino con toda la sociedad. Los padres y cuidadores tienen la
tarea de estar pendientes de sus hijos en todas las situaciones de la vida cotidiana con
el fin de reforzar las actuaciones correctas y reprenderlos y rectificarles las
actuaciones equivocadas.
Los maestros y los padres además somos modelos que los niños y niñas imitan.
¿ Que comportamientos, sentimientos y acciones estarán imitando los niños y niñas de
aquello que observan en la televisión, en la calle, en la escuela, en el barrio, en la
casa? ¿ De todo eso que observan, qué es correcto, deseable, positivo y merece
imitarse ? ¿ Cuál es el papel de los maestros frente a la presencia de tantas
influencias, positivas unas y negativas otras? Estos y otros interrogantes requieren
respuestas pedagógicas de cuya aplicación dependerán en gran parte la estructura de
la personalidad de los niños y niñas de las próximas décadas de este siglo.
Tanto los padres y en general y los miembros de las familias, como los docentes y las
instituciones escolares parece que difícilmente concuerdan en una concepción común
del ser masculino y del femenino. Los infantes entonces se van formando como niñas
o como niños con orientaciones confusas, que no les facilita una identidad genérica
que propicie una sana estructura masculina y/o femenina que sobrepase los
conceptos e imaginarios de un hombre dominante y de una mujer sumisa, o de una
reacción igualmente confusa ante estos estereotipos.
D) REALIDADES Y RETOS
La formación de género es una tarea continua desde el nacimiento hasta cierta
consolidación de características subjetivas únicas, las cuales configuran las
diversidades humanas.
La formación de la subjetividad de cada niña, niño, púber y adolescente, en relación
con el género, desde el embarazo hasta cierta consolidación en la adolescencia,
requiere una continuidad armónica entre la niñez, la pubertad y la adolescencia.
La formación de esa subjetividad se encuentra con una serie de retos y realidades
entre las cuales una de las más profundas es la exclusión, discriminación y
violencia contra la mujer y los grupos LGTB. La literatura es abundante acerca del
maltrato ancestral que ha sufrido la mujer a través de todos los tiempos y
prácticamente en todas las culturas. VARGAS P. Virgilio(2002) en un artículo
publicado por la revista de la Universidad Cooperativa de Colombia, dice que “ ..Nada
sobre la tierra escapa a la violencia...el mismo ser humano la aplica de manera
refinada de manera preferencial y sofisticada sobre la mujer” (p25). En la misma
revista, el médico GÓMEZ, Alejandro en un artículo titulado Machismo y feminismo y
androginia ( el hombre reconciliado) (2002) hace relación a la ventaja histórica que ha
reclamado y asumido el hombre sobre la condición de la mujer y por el “ sexismo” : “
Un conjunto de pautas sostenida por hombres y mujeres e institucionalizadas por la
sociedad....” ( p51)
Las organizaciones sociales y políticas internacionales se han ocupado de intervenir
ante este vergonzoso fenómeno de la violencia y discriminación contra la mujer, como
la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación de contra la
mujer, tiene una Relatoria Especial que se encarga de hacer un seguimiento al
cumplimiento de los derechos de la mujer.

Para el caso de Colombia, el citado comité se lamentó que en la Ley General de


Educación promulgada en 1993 no hubiera “…incluido medidas de acción
relacionadas con la educación no sexista ni disposición alguna relacionada con las
mujeres”( p161). Igualmente el comité observa que “…no hay una labor sistemática
para contrarrestar las tradiciones culturales discriminatorias y transformar los
estereotipos sexistas y que en los medios de comunicación se mantienen unas
imágenes estereotipadas de la mujer.”(p162).
Afortunadamente, desde otra perspectiva, en este año 2007 entró en vigor la Ley de
la Infancia y la adolescencia, la cual recoge en gran parte los requerimientos
internacionales que consideran a las niñas, niños y adolescentes sujetos de derechos
y no simples seres que requieren protección.
Otras realidades y retos que tiene la formación de la subjetividad y que de todas
maneras toca con la formación de la masculinidad y la feminidad son una serie de
factores como los que se enuncian a continuación:
 Violencia intrafamiliar
 Iniciación de nuevas relaciones afectivas y de convivencia
 Precocidad en las relaciones íntimas
 Riesgo de embarazo y aborto a edades tempranas
 Actitudes confusas hacia la maternidad y la paternidad
 Riesgo de contagio de ETS-SIDA
 Riesgo de consumo de alcohol y drogas psico-activas
 Trastornos de la conducta alimenticia
 Riesgo en el uso de Internet, video y video juegos
 Tendencia a comportamiento agresivo dentro y fuera de la institución educativa
 Formas de diversión y uso del tiempo libre
 Motivación por la escolaridad
 Límites y aceptación de normas de convivencia

Estas realidades psico-sociales se convierten en un reto educativo que requiere luces


en aras de contribuir en la formación de niños y niñas que lleguen a ser hombres y
mujeres armónicos que puedan ser amigos, amigas, novios novias, esposas, esposos,
amantes y en general personas que vivan una relativa felicidad posible.
En este siglo XXI, a más de una década después de la iniciación del Proyecto de
Educación Sexual, con unas pocas evaluaciones como la realizada por Prada Salas
Elena (1997), crece la preocupación de la sociedad en general por las altas tasa de
embarazos no deseados ni planificados y lo más crítico en niñas muy jóvenes, una alta
tasa de abortos ilegales y no quirúrgicos, una iniciación sexo-genital a edades cada
vez más tempranas e inmaduras, morbilidad y mortalidad en mujeres casi niñas
además de violencia sexual, violencia intra familiar, negación en aumento de la
paternidad, disfunciones sexuales en hombres y mujeres, y un tratamiento permisivo y
casi enfermizo de la temática sexo-genital.

Todo lo anterior, sumado a evidentes comportamientos antisociales leves y graves en


la cotidianidad de la convivencia ciudadana, son productos de una educación a la que
le falta muchísimo para que sea integral

Parece que no solamente esté fallando el proyecto sobre valores, y el de la


democracia, y el de educación ambiental y también el de educación sexual sino que
,como sociedad y estado, estamos en deuda con un programa serio de educación para
nuestros compatriotas. No es solamente a la escuela y a sus docentes a quienes debe
hacérseles reclamos sino igualmente a los medios de comunicación, a las familias, a
las empresas disqueras, a los creativos que producen" realities" por nombrar algunos
componentes de nuestra compleja sociedad. La sociedad en su conjunto, y los adultos
directamente, somos responsable de lo se seamos o dejemos de ser tanto como
individuos como comunidad.

La educación de las niñas y los niños en los últimos años, parece que ha estado
influenciada, o mejor contaminada, por una serie de factores que aparentemente eran
inanes como por ejemplo una cada vez mayor" vulgarización " del lenguaje coloquial
cotidiano entre pares o la casi admiración hacia los" triunfadores" de la consecución de
dinero abundante y fácil o modelos y actores de medio pelo generalmente orgullosos
de haber desertado del sistema escolar, las letras de algunas canciones que invitan al
morbo o a la violencia, la proliferación de rupturas familiares que propician una cierta
irresponsabilidad en la crianza infantil, las " lecciones " de emocionalidad y de vivencia
de" valores " mal planteados e interpretados que los niños y niñas sin ningún
acompañamiento pedagógico observan, el desvelo inescrupuloso e irresponsable de
intimidades agresivas y llenas de escenas enfermizas que también ven los infantes
incluso al lado de adultos " responsables". Estas y muchas otras incontables
influencias, que para nada son favorables para una educación armónica e integral, son
un grave reto tanto para los teóricos de la educación como para los educadores en
particular y para la sociedad en general.

La Ley de Infancia y Adolescencia establece unas condiciones mínimas para el


ejercicio de los derechos de los niños, niñas y adolescentes y unas responsabilidades
claras para la Familia, la Sociedad y el Estado en función de garantizar el
cumplimiento de esos derechos.

Como todos tenemos el reto y el compromiso con la educación de nuestros niños,


niñas y jóvenes y de acuerdo a las consideraciones anteriores, se propone:

Una educación realmente INTEGRAL que:

 Comprenda todas las dimensiones del ser humano y que coordinadamente lo


formen en competencias científicas y tecnológicas, pero con un gran énfasis en
valores éticos, cívicos, culturales, económicos, religiosos que asociados al
trabajo, estudio, la recreación y el deporte de la vida cotidiana le de sentido y
dignidad a la naturaleza humana.

 En los establecimientos educativos se enuncie un Proyecto Educativo centrado


en la DEMOCRACIA, como una forma de vida, donde confluyan acciones
educativas que propicien una vida afectivo-sexual sana que acepte la
diversidad y los valores de la persona y sus interacciones.

 Considere con claridad unas características de feminidad y masculinidad


positivas que engrandezcan a la persona y le propicien una armónica
orientación hacia la amistad, el noviazgo, el matrimonio, la maternidad y la
paternidad, el celibato y en fin un estilo de fraternidad que honre la vocación
trascendente del ser humano.

 Desde la familia, los amigos, la prensa, la radio, el cine, la televisión, las


empresas disqueras, las deportivas y de entretenimiento, las iglesias, los
libretistas de la TV, los creativos de la publicidad, los compositores y arreglistas
de canciones y de música, los cultores de las bellas artes los dueños de bares
y sitios de diversión las fuerzas de seguridad , las agremiaciones y en general
desde la sociedad total se propicie una FORMACIÓN hecha a la medida para
las niñas, niños y púberes que construirán una nueva sociedad donde su vida
afectiva tenga horizontes y ejemplos de amor, respeto, alegría y
responsabilidad y en el futuro no tengamos todos esos fenómenos desastrosos
que hoy nos aquejan y preocupan y entonces podamos apostarle a una nueva
sociedad más justa y armónica.

 Ofrezca un ambiente que, en los programas de televisión, en las actividades de


entretenimiento escolar o extraescolar, desmotive en los niños y niñas
noviazgos prematuros y por el contrario estimule la amistad como una vivencia
propicia para la integración, la diversión sana, la compañía, la exploración y el
trabajo.

 Rebaje y reduzca el nivel erótico en los comerciales impresos y móviles así


como en imaginarios donde probablemente se involucre a niñas y niños.

 Incentive en las niñas y niños la vivencia de la infancia como una etapa


hermosa y adecuada para aprendizajes fundamentales para el desarrollo de
una personalidad armónica hecha a base de asombro, de exploración
científica, de juego enriquecedor, esto es, una educación que le permita vivir la
infanda condiciones de comodidad y bienestar sin afanes en lugar de
una madurez que los impulse a ser ciudadanos ficticia e inoportuna
equilibrados no solo en sus contextos locales y regionales sino que también

 En fin, una educación integral que tenga un soporte político y económico lo


suficientemente fuerte que propicie y mantenga una estructura social
fundamentada en que niños, niñas y jóvenes experimenten ciertas
condiciones de comodidad y bienestar que los impulse a ser ciudadanos
equilibrados no solo en sus contextos locales y regionales sino que también
nos permita cambiar esa imagen de tendencia a la ilegalidad y al desorden con
la que nos identifican en muchas partes del mundo civilizado, por una que
muestre una país pujante donde su mejor capital sea el humano

Especialmente, los educadores, las familias, los padres y madres, las comunidades
educativas, los medios masivos de comunicación y los productores de influencias a
través de ellos y la sociedad en general, tenemos una gran responsabilidad con las
niñas y los niños de hoy.
Una especial responsabilidad le corresponde al estado, en el diseño y desarrollo de las
políticas públicas que están consideradas en la nueva ley de la infancia y la
adolescencia.
Todos tenemos con la infancia una urgente tarea pendiente como lo es una búsqueda
de claridad en la identidad y orientación de masculinidad y feminidad que evite llevar
a discriminaciones, violencia y acoso sexual, tragedias y dramas humanos en la
convivencia cotidiana cuando sean mayores.

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