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“El hecho de ser un ser humano es infinitamente más importante que todas las
singularidades que distinguen a los seres humanos “Simone de Beauvoir
RESUMEN
En este documento se presenta, un punto de vista pedagógico, de la formación inicial
de la personalidad, y en ella las características de género. Somos una interacción
entre la biología y la cultura lo que nos hace diferentes. Desde el nacimiento hasta
casi entrada la pubertad el desarrollo del ser humano es susceptible a una gran
variedad de influencias psíquicas y sociales. El ambiente complejo donde ocurre el
desarrollo infantil y adolescente no solo tiene la presencia de padres, hermanos,
familiares, compañeros, educadores, sino otra serie de factores como la televisión, la
Internet, las películas, los videojuegos, los periódicos, revistas y las grandes
concentraciones de gente que afectan la formación de la personalidad infantil y
adolescente. Tal efecto ocurre no solamente en la formación general de la subjetividad
sino en la formación de género en particular.
Palabras clave: infancia, género, masculinidad, feminidad, formación
A) DIVERSIDAD HUMANA
Cada uno, los seres humanos, somos únicos e irrepetibles y por lo tanto las
características corporales, emocionales y socio culturales son prácticamente muy
diferentes aún para personas del mismo sexo y de la misma edad incluso con una
base genética muy similar.
Es muy arriesgado, y en cierta manera irresponsable, afirmar que todas las personas,
niñas, niños, adolescentes, adultos y ancianos de una misma región son iguales solo
por el hecho de que nacieron o viven en una determinada zona geográfica. Si bien es
cierto que existe una identidad local, regional y nacional en aspectos importantes para
la cohesión social y cultural, esta identidad no es correlativa con una semejanza de
características físicas y psíquicas individuales.
Tenemos características muy similares con otros países. Por ejemplo, somos
descendientes de grupos humanos que han habitado, desde miles de años, las
llanuras montañas y costas. También tenemos bases genéticas y culturales de grupos
humanos que llegaron, por diferentes razones, a nuestra América como los africanos,
los españoles, los portugueses, alemanes e incluso de la lejana Asia.
Independientemente del origen genético, racial y cultural los colombianos somos seres
humanos y participamos de las mismas características de los seres humanos de otros
países. Somos ciudadanos colombianos pero también ciudadanos del mundo.
Nuestro país, como lo anotamos antes, está influenciado por múltiples factores, pero
más que al país, son sus gentes, sus pobladores los que son afectados por esos
fenómenos. Nuestro país es sensible; los colombianos somos sensibles.
En el libro Psicología del hombre colombiano, el Dr. Rubén Ardila ( 1992, p.28 ) anota:
“Esta cultura colombiana no comienza, claro está, con el descubrimiento de América ni
con la conquista de parte de los españoles. Tiene sus raíces primigenias en los
pueblos aborígenes que llegaron al territorio actual hace aproximadamente doce mil
años. “ Más adelante el citado autor ( p.30 ) Dice que:
Con base en la obra citada, del sabio Caldas, se consideraron, desde esa época ,
unas diferencias físicas y psicológicas entre los habitantes de las distintas regiones
del país especialmente entre los indígenas y mulatos de Pacífico y los indígenas de la
cordillera cundi-boyacense. Sin embargo. Como lo anota Ardila ( op.cit. p.32) estas
diferencias se centraron más el la influencia del clima que de otros factores de orden
cultural que son más importantes en la determinación de unas características
integrales.
En la obra citada (Ardila, p.35) hace referencia a un libro de Luis López de Mesa
(1884-1967) “De Cómo se ha Formado la Nación Colombiana “(1934) donde afirma
que el hombre colombiano es: “generoso, plástico y universal.”por los aportes
africanos, asiáticos, europeos y americanos que confluyen en su constitución.
Más adelante, Ardila (p.40) refiriéndose que al hombre colombiano, en el exterior, se le
considera como “latino” como a todos los nativos de la América española y
portuguesa dice:
“El latino por el sistema feudal de colonización, por la influencia de al iglesia católica,
por las pobres economías agrícolas, sería un hombre fatalista y pasivo. Para describir
el comportamiento del hombre de América Latina se han utilizado conceptos como los
siguientes: personalismo, facilismo, paternalismo, machismo, orientación hacia el
presente y el pasado en vez del futuro, incapacidad de posponer la satisfacción de los
impulsos, amiguismo, una mezcla de arrogancia y humildad, pasividad ante la
naturaleza, y poca capacidad para planear el futuro.”
Estos conceptos acerca del hombre colombiano o de los latinos en general son,
ciertamente, unos estereotipos, que no tienen un fundamento científico sino que
obedecen a opiniones llenas de carácter discriminativo y desventajoso que muy
probablemente continúa teniéndose en algunos grupos humanos de América del
Norte y Europa hacia nosotros.
Los estereotipos, o concepciones sin una base científica, acerca de los latino-
americanos no es solamente en países diferentes a los nuestros sino aún en los
mismos donde tenemos prejuicios mutuos acerca de lo que creemos somos, con los
vecinos venezolanos, ecuatorianos, peruanos y los demás países llamados latino-
americanos.
Las personas tenemos valor porque somos seres humanos, por nuestras capacidades,
por nuestros sueños y realizaciones y no por las características físicas.
La educación de las niñas y los niños en los últimos años, parece que ha estado
influenciada, o mejor contaminada, por una serie de factores que aparentemente eran
inanes como por ejemplo una cada vez mayor" vulgarización " del lenguaje coloquial
cotidiano entre pares o la casi admiración hacia los" triunfadores" de la consecución de
dinero abundante y fácil o modelos y actores de medio pelo generalmente orgullosos
de haber desertado del sistema escolar, las letras de algunas canciones que invitan al
morbo o a la violencia, la proliferación de rupturas familiares que propician una cierta
irresponsabilidad en la crianza infantil, las " lecciones " de emocionalidad y de vivencia
de" valores " mal planteados e interpretados que los niños y niñas sin ningún
acompañamiento pedagógico observan, el desvelo inescrupuloso e irresponsable de
intimidades agresivas y llenas de escenas enfermizas que también ven los infantes
incluso al lado de adultos " responsables". Estas y muchas otras incontables
influencias, que para nada son favorables para una educación armónica e integral, son
un grave reto tanto para los teóricos de la educación como para los educadores en
particular y para la sociedad en general.
Especialmente, los educadores, las familias, los padres y madres, las comunidades
educativas, los medios masivos de comunicación y los productores de influencias a
través de ellos y la sociedad en general, tenemos una gran responsabilidad con las
niñas y los niños de hoy.
Una especial responsabilidad le corresponde al estado, en el diseño y desarrollo de las
políticas públicas que están consideradas en la nueva ley de la infancia y la
adolescencia.
Todos tenemos con la infancia una urgente tarea pendiente como lo es una búsqueda
de claridad en la identidad y orientación de masculinidad y feminidad que evite llevar
a discriminaciones, violencia y acoso sexual, tragedias y dramas humanos en la
convivencia cotidiana cuando sean mayores.
Referencias Bibliográficas