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Autores:
Mag. Juan Facundo Dominoni
e-mail: juanfacundo.dominoni@atlantida.edu.ar
Dra. Marina Colacelli
e-mail: marina.colacelli@atlantida.edu.ar
Dra. Gabriela Valderrey
e-mail: gabrielavalderrey@hotmail.com
Dr. Emilio Javier Rodriguez
e-mail: emiliojavierrodriguez@gmail.com
RESÚMEN:
Nuestro grupo de investigación llamado “Violencia Familiar: Implicancias
del Código Civil y Comercial en la actuación de la Magistratura. Vinculación entre
la Justicia de Familia y Penal” tiene como objetivo analizar la problemática de la
violencia familiar en un tono conteste con el deber del Estado de cumplir sus
políticas públicas tendientes a resolver, prevenir y erradicar la violencia a fin de
dar una respuesta adecuada a la sociedad desde la óptica multifuero
(Familia/Penal). -
Es fundamental entender y concientizarnos que el rompimiento de la
armonía familiar, que llegó al extremo de la violencia ejercida en sus diversas
formas por los integrantes de una familia y de la sociedad toda, no puede seguir
siendo ignorada por el Estado. Ello, en virtud de que al erigirse la familia en uno
de los pilares de la sociedad, debe el Estado intervenir en forma activa hacia la
transformación social y cultural en pos de una sociedad más igualitaria. -
Ante ello, debemos consignar que si una medida dispuesta por el Fuero de
Familia es incumplida por el violento/a, resulta de importancia superlativa la
intervención del Fuero Penal como engranaje necesario para proteger de la
violencia y lesiones a la institución ‘familia’. De no acontecer, el sistema pierde
credibilidad generando impunidad y poniendo en peligro la integridad física y
psíquica de toda esa familia. –
INTRODUCCIÓN:
DEFINICIÓN DE LA VIOLENCIA FAMILIAR O DE GÉNERO.
La violencia familiar y de género no puede ser entendidas o analizada
desde una sola variable o disciplina, toda vez que ello nos conduce a una mirada
parcial de la realidad. Pese a ello, cierto es que es necesario definirla o
enmarcarla para poder avanzar en su análisis, aunque es sabido que dicha tarea
resulta un proceso que podríamos caracterizar como difuso, complejo y dificultoso
que a priori impide una única definición. -
Sentado ello, a los fines de enmarcar y contextualizar la problemática,
debemos partir de la Declaración de las Naciones Unidas sobre la Eliminación
de la Violencia contra la Mujer, que ofreció la primera definición oficial del
término "violencia de género", a saber: "Todo acto de violencia de género que
resulte o pueda resultar en sufrimiento físico, sexual o daño psicológico o
sufrimiento a la mujer, incluidas las amenazas de tales actos, la coacción o la
privación arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en público o en la vida
privada”.
La violencia basada en el género se ha convertido en un término general
para cualquier daño que se cometa en contra de una persona determinada y que
resulte de las desigualdades de poder basadas en la concepción patriarcal,
aunque en la mayoría de los supuestos, la violencia de género casi siempre tiene
un impacto negativo mayor en mujeres y niñas. Por esta razón el término
"violencia de género" a menudo se usa de manera intercambiable con el término
"violencia contra la mujer" (VCM). -
Asimismo abarca, sin carácter limitativo, "la violencia física, sexual y
psicológica en la familia, incluidos los golpes, el abuso sexual de las niñas en el
hogar, la violencia relacionada con la dote, la violación por el marido, la mutilación
genital y otras prácticas tradicionales que atentan contra la mujer, la violencia
ejercida por personas distintas del marido y la violencia relacionada con la
explotación; la violencia física, sexual y psicológica al nivel de la comunidad en
general, incluidas las violaciones, los abusos sexuales, el hostigamiento y la
intimidación sexual en el trabajo, en instituciones educacionales y en otros
ámbitos, el tráfico de mujeres y la prostitución forzada; y la violencia física, sexual
y psicológica perpetrada o tolerada por el Estado, dondequiera que ocurra"
(Asamblea General de la ONU 1993). -
Por consiguiente "La violencia contra las mujeres es una horrenda violación
de los derechos humanos, una amenaza global, una amenaza para la salud
pública y un escándalo moral", tal como sostuvo Ban Ki-Moon, otrora máximo
responsable de Naciones Unidas.
ANTECEDENTES.
La formación del carácter y hábitos violentos adquiridos.
La violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones más
extendidas de los derechos humanos y está presente de manera transversal en
nuestras sociedades, sin distinguir países, origen social, pertenencia étnica ni
edad. Tiene altos costos y a la vez graves consecuencias, no solo para quienes la
sufren, sino también para sus familias y la sociedad en su conjunto. El origen de
la violencia de género se encuentra en las relaciones jerárquicas y de poder que
se dan entre hombres y mujeres, por lo que su erradicación requiere de un
esfuerzo amplio, en el que se involucre la sociedad en su conjunto.
Tal como se analiza detalladamente en el libro “La Sociedad y la Formación
del Carácter”1 (Sprott y Riesman, 1968), “cada sociedad tiene su patrón singular y
existe una escuela de pensamiento, con una larga historia tras ella, que acentúa
tanto la singularidad de las sociedades que uno bien puede desesperar de
encontrar algunos marcos generales de referencia que puedan ser utilizados en
un estudio comparativo, por el cual puedan ser “comprendidas” (op. Cit., pág. 45).
-
Dichos autores sostienen que: “los funcionalistas piensan que toda
sociedad debe, al menos, proporcionar los medios de satisfacer las necesidades
básicas de sus miembros y, se pueden explicar muchas de sus instituciones en
términos de la función que cumplen a tal fin”. Para ellos una sociedad no es sino:
“un sistema integrado por propósitos y, por lo tanto, a fin de que pueda haber de
alguna manera sociedad, deben existir los llamados recursos integrativos, estos
serían métodos para asegurar el máximo de orden y armonía posible” (op. Cit.,
pág. 45). -
La forma en que esas necesidades básicas pueden satisfacerse son
innumerables, sólo limitadas por circunstancias biológicas y físicas. Pero una vez
que se ha optado por un método para la satisfacción de un conjunto de
necesidades, los métodos elegidos para la satisfacción de otros no deben implicar
relaciones ni principios que sean incompatibles con el primero. En efecto “Estos
dos principios, necesidad de satisfacer deseos humanos y necesidad de
armonizar los métodos elegidos, contribuyen en gran medida a hacer inteligible la
diversidad de experimentos sociales” (op. Cit., pág. 45).
A partir de tal apreciación, el psicoanálisis hace su aporte tratando de
explicar este mecanismo en el que toda sociedad exige a sus miembros que
acepten sus reglas, lo cual significa que sus integrantes deban someterse a
diversas formas de coacción; y, de esa forma, abandonar la inmediata
satisfacción de una gran cantidad de impulsos. Aquella área del conocimiento ha
demostrado que existen transformaciones del deseo (variables conforme la
sociedad que se analice) que ocurren cuando se ve frustrado. -
En tal sendero “cuando una sociedad ya ha provisto de las necesidades
materiales a sus miembros en una manera rutinaria y regular, la energía se libera
para un desarrollo más pleno de las potencialidades humanas” (op. Cit., pág. 48)
debiendo cuidar el orden del proceso social. Así, “No se trata de un asunto
ordenado aun en la sociedad más simple. La estructura social que construimos y
los principios sociopsicológicos que abstraemos deben ser considerados como
marcos de referencia flexibles y como tendencias generales. Lo que realmente
sucede dentro de estos marcos … implica un desordenado choque de
1
Editorial Paidós. Buenos Aires. W.J.H. SPROTT y D. RIESMAN.
personalidades, un conflicto de ambiciones, elecciones personales y decisiones
inesperadas. En cierto sentido obramos en dos niveles. En un nivel formulamos
estructuras ideales y principios, en el otro descendemos a situaciones de la vida
real. Lo segundo es ininteligible sin lo primero, pero la concentración en lo primero
no debe permitirnos olvidar el elemento espontáneo de lo segundo” (op. Cit., pág.
49). -
Al mismo tiempo, se ha producido un profundo cambio ideológico que
favorece el sometimiento al grupo y cuya naturaleza decisiva queda oculta por la
persistencia de las antiguas pautas ideológicas. El grupo de pares se convierte en
la medida de todas las cosas; el individuo cuenta con pocas defensas que el
grupo no pueda derrotar. En tal situación los impulsos competitivos tendientes al
logro, fomentados en los niños por los restos de dirección interna en sus padres,
entran en conflicto con las exigencias cooperativas propugnadas por el grupo de
pares. Por lo tanto el niño, se ve obligado a recanalizar el impulso competitivo de
logros, tal como lo exigen los padres, a través de su impulso tendiente a lograr la
aprobación de los pares. Ni los padres, ni el niño, ni el grupo de pares es
particularmente consciente de este proceso. -
Tales exigencias que la sociedad impone, sumado a una historia plagada
de luchas y estructuras duras de poder, provoca que –en muchos casos-
aumenten las frustraciones de sus miembros derivando en la formación de un
carácter devastador para algunos integrantes del grupo familiar. –
2
Código Penal Comentado y Anotado. Director Andrés Jose D’ALESSIO. Coordinador: Mauro A. DIVITO.
Editorial LA LEY, Pág.768.
3
Cod. Penal de la Nación y Legislatura Complementaria Anotados con Jurisprudencia, Horacio J. Romero
Villanueva, Quinta Edición Ampliada y Actualizada. Editorial Abelardo Perrot, Pág. 1028.
4
C.Civ.Com Crim y Corr Pergamino, 28/9/1995- Torrelli, Daniel A. LLBA 1995-1104.
1) En cuanto al Tipo Objetivo tenemos un sujeto activo que debe ser el
destinatario de la orden y un sujeto pasivo que será el funcionario público del que
emana la orden o quien le prestare asistencia a requerimiento de aquel. La acción
típica será un tipo omisivo impropio, es decir el no acatamiento a esa orden
impartida legítimamente por un funcionario público ó en virtud de una obligación
legal. La orden impartida debe ser de posible cumplimiento.
2) Por su parte, el tipo subjetivo de la norma se configura como un delito doloso,
en que el autor, en el aspecto cognoscitivo “debe saber que desobedece un acto
legítimo de la autoridad pública; mientras que en el volitivo debe obrar con la
finalidad de impedir u obstaculizar la ejecución de un acto funcional, por lo que
sólo es posible el dolo directo”5.
DESAFIO INVESTIGATIVO
Supone un desafío la presente investigación pues se enrostran en la
cuestión áreas diversas tales como el derecho de familia, el derecho penal y la
teoría general, ésta última en diferentes aristas pues también puede englobar el
poder/deber de evitar el abuso del derecho previsto en el art. 10 del CCyC; y, en
tono conteste con el artículo 2 del citado cuerpo legal, cabe indicar que la ley
debe ser interpretada teniendo en cuenta no solo sus palabras, finalidad y leyes
análogas sino conforme los tratados sobre derechos humanos, los principios y
valores jurídicos de manera coherente con todo el ordenamiento. –
a) Supuesto Particular
Para poder efectuar un adecuado desarrollo de la cuestión, partiremos de
los que consideramos los tres pilares que permitan sortear la dificultad de la
aplicación del art. 239 C.P. al infractor de las órdenes dictadas por los
magistrados de familia, a saber:
1. Los jueces tienen la obligación de resolver los casos que dentro de su
competencia les fueran planteados, y si bien la competencia suele ser limitada, se
supone que la misma es exhaustiva en el sentido de que para todo problema
jurídico siempre ha de haber un juez competente que resuelva la cuestión.
2. El bien jurídico protegido resulta ser el correcto desempeño de la función
pública, tutelándose en especial, la irrefragabilidad de los mandatos legítimos de
la autoridad, los que mientras reúnan las formalidades legales son de inexcusable
cumplimiento.
5
Código Penal Comentado y Anotado. Editorial LA LEY. Director Andrés Jose D’ALESSIO. Pág. 771/772.
3. La existencia de sanciones especiales para el incumplimiento de
determinadas órdenes de la autoridad, desplazaría el tipo penal de la
desobediencia sin que tenga relevancia la naturaleza de la disposición legal que
establece aquella.
A partir de ello, conforme el paradigma jurisprudencial actual puede
afirmarse que pese a ser constatada la desobediencia por un juez de familia, al
apreciar que no hubo sido cumplida su orden y quien en inmejorable posición se
encuentra en condiciones de estimar que alguna/s de la/s restante/s sanción/es
previstas por el art. 7 bis de la Ley 12.569 no impedirán el incumplimiento de la
misma, el resultado en sede penal es adverso. Ello así puesto que al no
constatarse delito autónomo que merezca sanción penal, no cabe la imputación
del delito de desobediencia a la orden judicial. - Tal es el argumento del Dr.
Paolini al resolver el recurso de apelación interpuesto por el Agente Fiscal y que
fuera mantenido por el Fiscal General Adjunto en la causa “Jarrier” citada supra. –
b) Consideraciones
Consideramos necesario tener presente dos cuestiones que en nuestra
opinión resultan basales para la procedencia de nuestro cometido. Por un lado,
conforme el nuevo emplazamiento del abuso del derecho en el CCyC, cabe
sostener que su consagración le confiere relevancia fundamental, pues lo
establece como principio general del ejercicio de los derechos, revalorizando el
principio de la buena fe (principio ético fundamental).
Con ello señalamos que la conducta del infractor puede ser apreciada
dentro de la díada buena/mala fe, lo que conduce a sostener que la
intencionalidad estaría dada en la decisión libre de violentar la manda judicial
contrariando principios éticos y de moralidad.
Por el otro, deviene necesario destacar que el propio artículo citado in fine
edicta que “Cuando el incumplimiento configure desobediencia u otro delito, el
juez o jueza deberá poner el hecho en conocimiento del juez o jueza con
competencia en materia penal”. A partir de ello, si la propia ley habilita el poner en
conocimiento del juez penal el incumplimiento y el criterio en sede penal resulta
ser la no configuración de delito de desobediencia, no cabe duda, en nuestra
opinión que las resoluciones dictadas en sendas actuaciones (una que estima
delito la desobediencia [sede familia] y otra que la rechaza [sede penal] conducen
a un círculo vicioso que impiden el cumplimiento de los objetivos de máxima que
establece en nuestro caso, el Estado Provincial, al pretender erradicar la violencia
de una persona en el ámbito del grupo familiar.
Pese a la claridad de los fundamentos a los cuales nos adherimos,
recurriremos someramente al auxilio de las reglas de interpretación,
actualizándose con ello, una vieja y nunca acabada polémica que es la siguiente:
cuando los jueces interpretan ¿aplican o crean derecho? Dicho interrogante tiene
una arista superior, esto es, dilucidar si el sistema jurídico como ordenamiento
unitario –esto es, abarcativo de la totalidad de las normas que lo componen-
puede dar respuesta a una inconsistencia normativa, que en el supuesto aquí
analizado se presentaría entre el articulado previsto por el art. 7 de la Ley 12.569
(de orden local) y el art. 239 del C.P. (nacional).-
Sobre el particular, Eugenio Bulygin considera que resulta menester
acordar en qué términos se van abordar las siguientes dos cuestiones, esto es:
1º) Qué ha de entenderse por "derecho" y
2º) Qué quiere decir "crear derecho".
El autor, antes de desarrollar las respuestas a estos interrogantes, expresa
que hay tres posiciones claramente diferenciadas, respecto de si los jueces crean
derecho, a saber:
-Una primera, a la que denomina postura tradicional, es la que entiende al
derecho como el conjunto de normas generales creado por el legislador y que los
jueces se limitan a aplicar a casos particulares.
-Una segunda postura, asume que el derecho es el conjunto de todas las
normas generales e individuales, y que los jueces crean derecho porque crean
normas individuales (Kelsen); y,
-La que sostiene que los jueces no crean derecho en situaciones normales,
pero sí lo hacen porque crean normas generales en situaciones muy especiales.
6
Fallo “La Bella Diego Hernán s/ desobediencia” Causa 25.660 - Cámara de Apelaciones y Gtías en lo Penal
de Mar del Plata sala II 14/08/2014 Voto Dr. Adrián Angulo.
7
Fallo “Jarrier Victor Esteban Sebastian s/ desobediencia” Causa 25.193 –Cámara de Apelaciones y Gtías en
lo Penal de Mar del Plata sala III 15/05/2014 Voto Dr. Paolini. Fallo “Juarez Marcelo Emanuel s/
Desobediencia” Causa 23.949- Cámara de Apelaciones y Gtías en lo Penal Mar del Plata Sala I 18/9/2013.
Voto Dr. Marcelo Alfredo Roquert.
8
Fallo “Jarrier Victor Esteban Sebastian s/ desobediencia” Causa 25.193 –Cámara de Apelaciones y Gtías en
lo Penal de Mar del Plata sala III 15/05/2014 Voto Dr. Paolini.
conflicto familiar y la causa penal sólo puede tener respuestas de carácter punitivo
que generan mayor nivel de conflicto9 .
6) Podría aplicarse el art. 239 del CP cuando existiera repetición de hechos
–según art. 7 y 7bis de la ley especial- o ante la comisión de diversos ilícitos
penales autónomos, distintos del eventualmente ctemplado en aquella norma
penal. –
7) No constituirá el delito de desobediencia una orden referida a intereses
personales de las partes. Ello implica sostener que resultan ajenas a tal
consideración las obligaciones de carácter personal con repercusiones de estricto
Derecho Civil 10.
9
Fallo “Badilla Juan C. s/ desobediencia” Causa 23.738 –Cámara de Apelaciones y Gtías en lo Penal Mar del
Plata 6/8/2013. Voto Dr. Fernandez Daguerre.
10
Fallo “Cosia Hugo Norberto s/ abandono de persona y desobediecia” Causa 6.617 – Cámara de
Apelaciones y Gtías en lo Penal Mar del Plata 22/06/2006. Voto Dr. Reinaldo Fortunato.
11
Cita On Line: AP/DOC/320/2013 Actualidad en Derecho Penal. Mazzota Maria Pia.
siendo así receptado por la ley al indicarse que es de orden público y de interés
social.
12
Fallo “F., N. y otra” Tribunal Superior de Justicia de Córdoba, Sala Penal. 14/11/2012.
13
http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1669-27212014000100007. Una visión
trialista del fallo de la CIDH sobre violencia de género. Análisis del fallo "CIDH. Caso: "González y otras
("campo algodonero") vs. México. Sentencia de 16 de noviembre de 2009, en base a la teoría, el mundo
jurídico y sus horizontes, de Werner Goldschmidt.
CONCLUSIÓN.
Enseña Rodolfo Luis Vigo que el paradigma juridicista, cuya matriz fue el
modelo de teoría jurídica decimonónica europea, resaltaba la figura de un “juez
inanimado” que sea boca de la ley para cada caso, siendo su tarea totalmente
objetiva y aséptica. Las soluciones jurídicas las brindaba en exclusiva el
legislador, que era considerado pleno y perfectamente racional. Por lo que el
magistrado se limitaba a identificar la norma legal en la que podía subsumir en su
hipótesis fáctica el caso que debía resolver y deducía la respectiva consecuencia
jurídica prevista en aquélla. –
Esta aplicación mecánica de la norma, donde la tarea judicial carecía de
toda dimensión creadora y sólo se reducía al uso del silogismo fue puesta en
crisis a lo largo de la segunda mitad del siglo XX a raíz del movimiento
rehabilitador de la razón práctica.
La pretensión del Derecho de operar sólo con el Derecho, sin apertura a las
dimensiones éticas, económicas, culturales, políticas, etc., terminó por diseñar un
Derecho sin correspondencia con la realidad jurídica, una especie de caricatura
de sí misma. –
Por consiguiente, debemos contar con jueces –que los hay y muchos- que
puedan atreverse a explorar y cuestionarse sus propias pautas de interpretación,
añadiéndole su capacidad creadora para la satisfacción de los intereses
comprometidos para con el ejercicio de la actividad judicial y para la aceptación
de las decisiones por parte de sus destinatarios, pues con ello se enaltecerá el
Valor ‘Justicia’.
Conforme lo abordado anteriormente, las políticas públicas destinadas a
prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres dependen -básicamente- de la
elaboración de programas destinados a tales fines, complementados con el rol
que responsablemente deben desempeñar los organismos del Estado; y,
particularmente, en nuestro caso, el Poder Judicial. -
Si el tipo penal previsto en el art. 239 del C.P. protege como bien jurídico el
orden en la conducción de la administración, la única respuesta capaz de
restablecer el orden de manera eficaz es la aplicación de dicha norma penal, por
su carácter coercitivo cuando de incumplimientos a las órdenes de restricción de
acercamiento o exclusión de hogar dispuestas por la justicia de Familia se trate.
Una solución distinta, reflejaría la impotencia del Estado para hacer cumplir
el mandato contenido tanto en los instrumentos internacionales como en las leyes
dictadas en su consecuencia: y, con ello, el fracaso en la búsqueda del equilibrio
hacia una sociedad más justa, aumentando el descrédito social respecto del
Poder Judicial, permitiendo con ello, la continuidad de la desigualdad entre
hombres y mujeres. –