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Es
efectiva cuando el hábito está restringido a una parte, marco o situación particular. No es muy
efectiva en hábitos generalizados tales como fumar, comer o beber compulsivamente. Para
combatir las desviaciones sexuales tales como fantasías sádicas, paidofilia, travestismo y
exhibicionismo. Para reducir los hurtos, la onicofagia, la compulsión al juego, ver la televisión,
la compulsión a mentir y la compulsión a comprar. Para restringir el uso de drogas que no
crean adicción como la marihuana.
LA SENSIBILIZACIÓN ENCUBIERTA
Introducción.
J. Cautela fue el creador e impulsor de la sensibilización encubierta para tratar los
hábitos destructivos.
Se llama «encubierta» porque el tratamiento básico se realiza en la mente. Se basa en
la teoría de que las conductas que se convierten en hábitos arraigados son aprendidas debido
a que son reforzadas consistentemente por una gran cantidad de placer.
Para eliminar el hábito se asocia la conducta placentera habitual con algún estímulo
imaginario muy desagradable. De esta manera, el antiguo hábito deja de evocar imágenes
placenteras, y empieza a asociarse con algo nocivo y repulsivo, imágenes desagradables de
náusea, dolor físico, ostracismo social, u otras experiencias desagradables.
Si una característica tienen los hábitos destructivos es que actúan de forma placentera
a corto plazo, pero sus efectos son muy nocivos a largo plazo. Es muy difícil resistirse a un
buen postre al final de la comida por el placer inmediato que reporta, pero si el hábito se
repite, a la larga nos preocuparemos del exceso de peso.
- En qué consiste.
- Qué lo desencadena.
Se hace una lista de cinco o diez escenas en las que la persona disfrute del hábito
destructivo. Se ordenan de menos a más agradables y se les da un valor de placer entre uno y
diez.
los ítems deben escribirse extensamente, deben ser muy detallados. Describir el lugar
en el que se desarrolla la acción, qué ocurre, pensamientos que tiene, sus sensaciones físicas
o impresiones sensoriales de olor, frío, calor, ruidos... Cuantos más detalles, más fácil será
imaginar la escena.
En la valoración que haga de la jerarquía la primera escena debe contener algo apenas
agradable, para ir aumentando poco a poco las características del hábito.
Escenas Valoración
placentera
3. Al entrar siento una gran sensación de alivio. Me siento a gusto. Estoy como 6
pez en el agua. Los colores de los gráficos me llaman la atención. Escucho la
melodía de uno de mis juegos preferidos. Miro hacia las máquinas que están
libres y una sensación de placer de estar ya tocándolas me invade.
Escenas Valoración
placentera
4.- Elaboración de una escena aversiva
En este punto, elegimos alguna situación, hecho o pensamiento que nos produzca
muchísimo asco, miedo, terror, repulsión, tal como la visión de un cadáver putrefacto, heridas
abiertas y sangrantes, vomitar en el autobús cuando va lleno de gente, las inyecciones, las
arañas, el dentista sacando una muela, ser golpeado y recibir una paliza, etc.
3) Imagine que se encuentra mejor tan pronto como se detiene la escena placentera.
Repita estos tres pasos con cada uno de los ítems de la jerarquía, teniendo en cuenta que
se detiene la escena aversiva tan pronto como cesa la conducta destructiva habitual, y permitir
la entrada inmediata de sentimientos de alivio, comodidad y relajación.
Repetir cada ítem de la jerarquía de tres a cinco veces, antes de pasar al siguiente, usando
este procedimiento.
Cada persona deberá limitarse a sí misma uno o dos ítems al día. En aproximadamente una
semana se puede completar la jerarquía.
7.- Cambios en la escena aversiva
Después de la primera semana, hay que cambiar la jerarquía de manera que se evite el
momento culminante de la escena aversiva, es decir, evitar la aversión, evitando al mismo
tiempo el hábito placentero destructivo. Durante la primera semana se experimenta la escena
aversiva y en la segunda semana se evita. Es conveniente que se pase a través de la
jerarquía dos veces: una experimentando y otra evitando la escena aversiva. También se
puede alternar la experiencia y evitación de la escena aversiva en cada ensayo de una escena
o ítem. Al primer síntoma de sentirse mal hay que dejar la escena aversiva y empezar a
sentirse mejor. Se pasa por todas las escenas de la jerarquía, procurando evitar el hábito
destructivo, antes de que se experimente. Se vuelven a redactar todas las escenas de la
jerarquía con los cambios pertinentes. Así quedaría una de las escenas:
“Estoy sentado cómodamente en la máquina del ¡Flipper”. Mis manos y dedos acarician los
botones. Le doy con fuerza a la bola que sube hacia arriba y penetra en el laberinto. Me estoy
empezando a sentir mal. Empiezo a marearme. Abandono el juego y salgo de la Sala
Recreativa. Inmediatamente me siento aliviado y relajado. Noto el aire fresco y me siento
estupendamente.”
- Hacer una lista de varias frases con los beneficios que se consiguen evitando el antiguo
hábito y leerlas o recordarlas cada vez que se supere la tentación: