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Elena Stapich - Mila Canon Compiladoras Para tejer el nido Poéticas de autor en la literatura argentina para nifios comunicarte Para tejer el nido : Pocticas de autor en la literatura argentina para nisios © 2013 del texto, de las autoras © 2013 de la edicién, Editorial Comunicarte : Coleccién Pedagogia y Didactica Primera edicién: diciembre de 2013 ISBN 978-987-602-271-2 comunicarte Teuzaingé 882 - P.A. (K 5000 IJR) Cérdoba * Argentina Tel /fax: (0351) 468-4342 editorial@comunicarteweb.com.ar www.comunicarteweb.com.ar Se terminaron de imprimir 2.000 ejemplares en Baez Impresiones, Obispo Oro 193, Nueva Cérdoba, Cérdoba, en noviembre de 2013. ‘Queda hecho el depésito que establece la Ley 11.723. Libro de edicién argentina. ~ Published in Argentina Todos los derechos reservados. No se permite la reproduccién parcial o total, el almacenamiento, el alquiler, la transmisién o la transformacién de este libro, en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrénico 0 mecénico, mediante fotocopias, digitalizacién u otros métodos, sin el permiso previo y escrito de los titulares del copyright. Su infraccién esta contemplada por las leyes 11.723 y 25.446, pe Para tejer el nido : Poéticas de autor en la literatura argentina para nifios / Lidia Blanco... [etal.] ; compilado por Elena Stapich y Mila Caiién, - 1a ed. - Cérdoba : Comunie-Arte, 2013. ai6 p. sil; abas em. ~ (Pedagogia y didactica) ISBN 978-987-602-271-2 .. Escritus nifios. I. Blanco, Lidia I. i x Escrirura para Stapich, Elena, comp. II Caaén, Elena, comp. t A los que tejieron para nosotras el nido de palabras donde habité nuestra infancia. Los ninos aceptan el vacto que propone la maravilla, y no necesitan que Alicia se justifique con un suetio. Tengo la sensacion de que, para leer como si fuésemos nifios, se requiere una buena dosis de valentta. Liliana Bodoc Nuevos héroes y heroinas en la literatura para nifios y jovenes Lidia Blanco Miradas sobre la infancia La palabra infancia encierra secretos, voces de nifios y nifias que no saben en verdad si pertenecen a esa categoria bioldgi- ca, o tal vez a otra, no definida por los especialistas. Nifios y nifias que no conocen que son personas con derechos, y que deben disfrutar de la libertad del juego, de la risa, de la mesa bien tendida. Y que necesitan afecto, contencién y cuidados por parte del mundo adulto. Infancia. Esta palabra puede lla- marnos a engafio cuando decimos Ly, es decir Literatura para Nifios y Jovenes, y en ese texto no sabemos a quién nombra- mos. Qué nifios, qué jovenes, qué contexto cultural, qué lectu- ras, qué promesa de futuro. Infancia. Infancias. Desde el lugar de estas diversas infancias, miro la literatura dirigida a ellos. El concepto de infancia permanecié negado durante mu- chos siglos y, para llegar a las actuales representaciones de la palabra, largo es el camino recorrido por pedagogos, psicoa- 153 PARA TEJER EL NIDO nalistas, escritores, fildsofos, militantes. El investigador Phi- lippe Ariés plantea en su obra E/ nirio y la vida familiar bajo el Antiguo Régimen algunas observaciones sobre la historia del concepto. La infancia era concebida como una institucién de aprendizaje: era el momento de Ja vida para aprender la re- ligion de la familia, las tareas laborales propias del grupo de pertenencia, la cultura por géneros, el lugar de ciertos habitos como el casamiento o la maternidad. La infancia se fue convirtiendo en objeto de estudio cada vez més atrapante durante el siglo xx. El primer nom- bre significativo que encontramos es el de Walter Benjamin (1892-1940). Su obra ha perdurado y esta presente en multi- tud de producciones referidas al campo ético y estético. Leer a Walter Benjamin es una experiencia intelectual y emocional que contribuye a repensar el presente y volver a revisar el pa- ' sado. Uno de sus legados intelectuales es justamente su visién jde la infancia. Llevado por esta pasién, saber qué es un nijio, \cOmo piensa, cémo siente, se convirtié en coleccionista de li- bros y juguetes antiguos. Y esta actividad le permitis viajar al mundo de las hadas, de los libros infantiles de otros tiempos, a construir hipstesis sobre estos objetos —libros y juguetes— que eran indudables simbolos de construcciones culturales de la infancia. La utopia redentora de Benjamin alcanza a los Nifios, a los de ayer y a los de ahora, Porque es una utopia sin cumplir en la sociedad capitalista de hoy. Su tepresentacién de infancia se expresa en una avanzada defensa de la libertad del nifio, de los derechos de la infancia, cuando estos derechos no eran pensa- dos por el mundo adulto, o al menos no eran supuestos juridi- cos como en la actualidad. 154 Sraricu ¥ Canton | Comm. La infancia es para Benjamin una “tierra de desembarco” en la que los adultos intentan ubicar su ideario, su proyecto propio, su mirada hacia el porvenir, sin respetar el presente del nifio. El adulto actéia de esta forma como un colonizador que implanta su cultura al colonizado, en este caso, a la infancia considerada como proyeccién de la propia ideologia del adulto. En su articulo “Panorama del libro infantil” expresa, algunas ideas sobre la for leer de los nifios: No es q que las cosas emerjan de las paginas, al ser contempladas por el nifio, sino que éste mismo en- tra en ellas, como celaje que se nutre del policromo esplendor de ese mundo pictérico. Ante su libro ilu- minado, practica el arte de los taoistas consumados; vence el engafio del plano, y, por entre tejidos de color y bastidores abigarrados, sale a un escenario donde vive el cuento de hadas. e é 4 «ii AAKAAK GF El centro de su pensamiento es la valorizacién del juego, como espacio de placer y de cumplimiento de deseos muy intimos. He aqui una “receta” que parece surgida de un consultorio pe-- diatrico contempordneo: Porque el juego, y ninguna otra cosa, es la partera de todo habito. Comer, dormir, vestirse, lavarse, tienen que inculcarse al pequefio en forma de juego, con versitos que marcan el ritmo. El hdbito entra en la vida como juego; en él, atin en sus formas més rigi- das, perdura una pizca de juego hasta el final. For- mas irreconocibles, petrificadas, de nuestra primera -dicha, de nuestro primer horror, eso son los habitos. Aun el mis érido de los pedantes juega, sin saber- PARRARARARNARA Bas PARA TRIER EL NEDO ————————————<—————— lo, en forma pueril no infantil; tanto mas juega alls donde se muestra més pedante. Pero no recordaré sus juegos. Sélo para él permanecera muda una-obra como ésta. Un poeta moderno dice que para cada hombre existe una imagen cuya contemplacion le hace olvidarse del mundo entero: scudntos no 1a en- contrarén en una vieja caja de juguetes? El reconocimiento por parte de las organizaciones guberna- . mentales de los derechos de nifios y nifias y de la necesidad de su proteccién, es algo reciente. El primer documento legal internacional que abordé este tema fue la Declaracién de los Derechos del Nifio, Ginebra, 1924, Liga de las Naciones Uni- das. Pasaron muchos afios hasta llegar a la actual Convencién acordada por las Naciones Unidas, el 20 de noviembre de 1989. La actual Convencién reconoce una amplia gama de de- rechos civiles, politicos, culturales, econémicos y sociales a un sector de la sociedad comprendido entre el nacimiento y los dieciocho afios de edad. Sabemos que esa Convencién no se cumple en todos los términos acordados, y que existen abisma- les diferencias entre las clases sociales, y como consecuencia, entre los nifios y nifias que nacen y crecen en un medio 0 en otro. Nifios que van a instituciones de ensefianza privadas 0 publicas, y nifios que se ven obligados a trabajar desde tempra- na edad, y no concurren a establecimientos de ensefianza. gY qué tiene que ver la yi con todo lo anterior? En prin- cipio, IBBY Gnternational Board on Books for Young People), organizacién no lucrativa ‘i i oe establece ciertos urigioe lies oy ee a mueven el compromiso de cscritores il vodoven, cen a a , ilustradores, especialistas, 156 Sramicn ¥ Cann | Come, promotores, editores, con la cuestién de la infancia y sus nece- sidades. En su declaracién inicial, 1spy se propone lo siguiente: Promover el entendimiento internacional a través de los libros para nifios y jévenes. Los libros amplian el co- nocimiento que los nifios tienen de otros paises, valores y tradiciones. De esta manera, contribuyen al desarrollo de buenas relaciones entre las naciones y también a la paz en- tre ellas. Favorecer la publicacién y la distribucién de libros de calidad para nifios y jévenes, especialmente en los paises en desarrollo. Apoyar y formar a quienes trabajan con nifios y jévenes y con la literatura para nifios. Estimular la investigacién y el trabajo académico en el campo de la literatura para nifios. Entre sus principios, 18By afirma ser una institucién solida- ria con los principios de la Convencién Internacional de los Derechos del Nifio y destaca que uno de sus enunciados mis importantes es el derecho del nifio a una educacién general y al acceso directo a la informacién. Estos enunciados pueden ser una convocatoria para todos los que participamos de este espacio cultural, autores, editores, mediadores, tenemos una responsabilidad histérica: definirnos y formar parte activa de este momento de la historia, no aislarnos en la tarea cotidiana, PARA TEJER EL NIDO fortalecer las instituciones que tienen en su meta la construc- cién de una sociedad que albergue a todos los nifios y nifias sin excepcién. La mirada sobre la infancia se amplié con las investigacio- nes de la psicoanalista Frangoise Dolto (x922-1984). Su libro La causa de los nitios, editado en Francia en 1985, acompafis con sus fundamentaciones el camino hacia la Convencién ya men- cionada. Si el hambre, la guerra, la explotacién de la mano de obra, la prostitucién, los traficos de toda clase alcanzan a los hombres més venerables, la infancia es la que menos se libra de esos flagelos. Se hacen encuestas, se invocan los derechos humanos, se in- augura el “afio de la infancia”: buenas obras, bellos discursos, todo el mundo suelta su lagrimita y su bolo, se denuncia a los verdugos de los nifios, a los Minotauros de este siglo, ogros tecnécratas. La frontera entre los nifios protegidos y los des- heredados, entre los mimados y los aplastados, es arbitraria y equivoca. Y esto impide percibir las re- acciones de defensa de la sociedad. Busquemos el denominador comin de Ja infancia: ningun nifio, esté bien alimentado 0 carezca de vivienda adecua- da, esté escolarizado, sea el pequefio campeén o el Ppequefio esclavo, ninguno es tratado como una per- sona. (3) Dolto sefiala que lo habitual es destacar la inmadurez del nifio, antes que su potencialidad, su capacidad creadora, su genio na 158 a Staricu ¥ Can6n | Comm tural. El nifio es visto como el futuro hombre al que hay que formar y armar para que sea productivo. También en Francia encontramos la palabra fuerte y certera del gran ensayista Marc Soriano. Su visién sobre los nifios, los jovenes y los libros, ha impactado de manera singular en los especialistas del area. Su libro La literatura infantil para nifios y jovenes fue publicado por primera vez en Francia en 1975 ¥ luego constantemente actualizado en torno a diferentes temas relacionados con la literatura y la infancia. Graciela Montes tomé6 la tarea de traducir y ampliar este libro con notas propias acerca de la literatura infantil en nuestro pais y en América Latina. La edicion castellana se la debemos a Colihue en 1995. El siguiente fragmento nos recuerda que los Derechos de la Infancia no se respetan en el mundo contemporaneo: Por cierto, el nifio tiene sus deberes con respec- to a sus padres, sus hermanos, sus compajieros, sus maestros y la sociedad, en general, pero, al igual que el Tercer Estado en visperas de la Revolucion Fran- cesa, también tiene sus derechos que a menudo re- sultan silenciados o violados. Tiene derecho a tener una familia, un techo, ali- mentacién suficiente. Tiene derecho a recibir infor- macién y educacién, no importa‘cudl sea el color de su piel. Tiene derecho a que se respete su cuerpo y su integridad fisica y tiene derecho, por fin, a una formacién y una capacitacién:acorde con sus aptitu- des y sus gustos, que le permitan en el futuro encon- trar trabajo. © E €& £ € & € € € € € €é € € € é € € € ‘ é < ‘ « ( ( ( ‘ ( d FAK LEEK 21 NLU Nuevos héroes en la literatura para nifios Estas nuevas miradas sobre la infancia y la adolescencia abrie- ron el juego a una literatura diferente, mds amplia, menos mo- ralizante. El siglo xx valorizé en Europa la obra literaria de Lewis Caroll, Mark Twain, y permitié el nacimiento de la obra literaria de Michael Ende, Gianni Rodari, Roald Dahl, Juan Farias, Christine Néstlinger. Los personajes de estos autores tienen modalidades propias, y van construyendo una galeria de _ nuevos héroes, como Alicia, Bastian, Matilda, Gretchen. A qué llamamos héroe o heroina? Es un concepto forja- do en los grandes mitos en los que un Aéroe debia asumir una tarea, atravesar dificultades, hasta encontrar una solucién a un problema individual o colectivo. Todos recordamos a David enfrentando a Goliat, la lucha entre el Bien y el Mal, que va- ria en los diferentes contextos culturales que nos va dejando la historia de la humanidad. Pensar en los nifios y nifias como { protagonistas que defienden en el texto ficcional una idea, un ‘ lugar en el mundo, un camino para salir adelante, es mirar a la \infancia desde otra perspectiva, la de considerarlos personas, sujetos sociales que tienen ideas, propésitos, y seguramente, su ‘propio camino de crecimiento hasta lograr la plenitud de sus deseos, de sus proyectos. Los héroes infantiles pueden ser'muy pequefios, como el personaje de zNo duermes Osito?, cuento de Martin Wadell, con ilustraciones de Barbara Firth, Editorial Kokinos (1988). Es sin duda una obra emblemitica que nos da muestras de es- tos cambios en la década del 80. La anécdota es sencilla, un Oso, un Osito que no se puede dormir, : un abrazo contenedor que resuelve el temor a Ja noche, comtin en la mayoria de los 160 st Szaricn ¥ Can6n | Come. nifios pequefios y tal vez, no tan pequefios. Pero si nos dete- nemos a pensar, descubriremos algunos conceptos que vale la pena que el docente que transmite el texto tenga en cuenta. El Oso es un adulto que protege a un ser fragil. El texto dice “Oso” y no “Osa”, como suele ocurrir en los textos para el nivel inicial. Pero lo mas estimulante es la conducta del Oso Peque- fio, que no acepta dormirse, juega y reclama, y es atendido en su necesidad por Oso Grande, el adulto. El pequefio oso es un ser auténomo, provisto de energia para enfrentar con su recla- mo al proyecto del Oso Grande, que era leer un libro. Y pueden ser algo menos pequefios, aunque no tanto como ocurre en el cuento de José Saramago La flor mds grande del mundo (Alfaguara, 2001). El nifio es tratado como alguien po- tente, como reclama Dolto. El tema coloca en la infancia una problematica que pareciera pertenecer al mundo adulto: salvar al mundo de su decadencia. Una flor decae, languidece, y las imAgenes muestran en sus pétalos dibujos de mapas, una es- pecie de geografia impresa en ella. Un nifio sale de su hogar para salvar a la flor, que necesita agua para volver a vivir. Y al agua debe obtenerla el nifio de la historia recorriendo difici- les caminos. Se convierte en un héroe cuando logra salvar a la flor, que ahora todos sabemos que es el mundo, nuevo mundo desabastecido de amor, de solidaridad, de héroes que quieran salvarlo. Esta historia nos remite al tera que nos ocupa: algu- nos libros alteran y comprometen al lector al desafio del cre- cimiento, del rol protagénico, y a salvarse, valga la palabra, a si mismo de la inercia y el distanciamiento de los problemas que afectan a la humanidad. 161 Para rajan pi wipo __—_————— Baja el nifio la montafa, /Atraviesa el mundo todo, / Llega al gran rio Nilo, /En el hueco de las manos recoge, /cuanta agua le cabia. Vuelve a atravesar el mundo / Por la pendiente se arrastra, / Tres gotas que llegaron, / Se las bebio la flor sedienta. / Veinte veces de aqui alli, / Cien mil viajes a la Luna, / La sangre en los pies descalzos / Pero la flor erguida / Ya daba perfume al aire / Y como si fuese un roble / Ponia sombra en el suelo. (5) Héroes y heroinas en la LIJ Argentina Este proceso de intensa produccién literaria en Europa —los cambios en la representacién del sujeto social, del lugar de la mujer, del nifio, de la escuela— se desgrané en Argentina con posterioridad a la dictadura militar, que habia funcionado como barrera de contencién de todo lo nuevo, especialmente si Jo nuevo reivindicaba la libertad o cuestionaba de alguna ma- nera el sisterna econdmico; el capitalismo no podia ser mostra- do en toda su crueldad. Los nifios pobres, la desocupacién, el analfabetismo, los adolescentes amontonados en instituciones que no los cuidaban y que promovian en ellos formas demen- ciales de 1a violencia, las formas sociales de protesta, el cues- | tionamiento de Ja violencia familiar, todo estuvo prohibido en \ nuestro pais en el periodo 1976-1983. Con el retorno de la democracia, las voces se liberaron, y fue naciendo una literatura potente que hoy ocupa un lugar al- tamente significativo en el campo cultural y dentro del espacio escolar. Algunas de esas obras merecen ser mencionadas como testimonio de este cambio que se fue acelerando a medida que 162 Srapicu ¥ CANON | Come, a se afirmaba una identidad nacional, un proyecto. Estoy hacien- do clara referencia y elogio al Proyecto Politico que se desarro- Ila en Argentina desde 2003. Graciela Montes: escribir sin fronteras Para traer entre nosotros a esta gran mujer, brillante inte- lectual, genial escritora, evoco una conferencia suya de 2001 porque me parece un buen comienzo para ingresar en el pen- samiento de Graciela Montes y su pasién por un mundo dife- rente, sin cérceles para la expresién y para el desarrollo pleno de las identidades, de nifios, jévenes y adultos. Estamos viviendo un tiempo raro y de muchas ma- neras nuevo, en el que el mundo —esto que nos ro- dea y nos contiene— se nos muestra de a ratos como prisién, de a ratos como desierto, de a ratos como kermesse. A veces tenemos la sensacién de’ estar irremisiblemente “adentro”, atrapados en el interior de algo que, mal que bien —mds mal que bien para al menos los dos tercios del planeta— nos determina y rige con leyes de hierro nuestra vida. Otras veces la sensacién es mas bien Ja de estar “afuera”, la de no pertenecer a nada. Nos sentimos solos y demasiado sueltos, ya que “eso” que al parecer nos contiene nos resulta ajeno, no pensable y por completo desprovis- to de refugios. Para escapar de estas dos sensacio- * nes de tinte dramatico la de sumisién a un poder opresivo y la de anonimato e indiferencia— conta- mos con la kermesse. Ahi la sensacién es la de estar asistiendo a un espectaculo siempre fugaz, y mas o 163 PARA THER EL NIDO essa“ menos colorido, mezcla de shopping, reality show y maxikiosco, donde nuestra misién —mds all4 de so- brevivir— es entretenernos. La literatura es una de sus mis sensibles obsesiones. La infan- cia no es una obsesién menor. Ha demostrado en sus ensayos y en todas sus creaciones literarias, que la infancia ocupa en su escala de valores, un lugar jerdrquico: primero la infancia y sus necesidades. Ella cligié asumirse como adulto responsable de la infancia. En su conferencia “La infancia y los responsables”, presentada en Paris en 1998, se expresa en estos términos: Por cada nifio golpeado o hambriento, por cada nifio muerto o herido en la guerra, por cada nifio que enferma por falta de agua potable, por cada nifio analfabeto, por cada nifio abandonado en las calles, o frente a una pantalla, por cada nifio angustiado o perdido, somos responsables los adultos. Todos los adultos. Responsables individual y socialmente. Y globalmente,. habria que agregar ahora, dados los tiempos que corren. Esta expresién contiene definiciones politicas que de alguna manera sefialan a las instituciones, todas las instituciones rela- scionadas con los nifios y los jévenes: la familia, la escuela, los jcentros de difusién cultural, los escritores, ilustradores, las edi- ‘ toriales, las asociaciones de Literatura Infantil, el rspy. Ha sido tal vez un exceso, ha salido de los bordes de lo politicamente correcto, ha olvidado que las ediciones son negocios, que pue- den o no favorecer a la infancia. Lo cierto es que no se logré su eleccién por el Jurado del rny en las diferentes ocasiones en 164 Sraricu ¥ Canin | Come. que se la nominé desde Argentina por gestién de ALi, para ocupar ese lugar. Hablar de la miseria, de la explotacién, es una { cosa. Pero afirmar que todos nos tenemos que hacer cargo de i los nifios hambrientos, es otra cosa. Y en este lugar que eligié \ como profesional de la escritura, esta su mayor gloria, y tam- } bién su mayor dolor: pocos la acompafiaron en su campafia a d favor de los Derechos de Infancia. : Su obra nos remite siempre a conflictos en los que los mas debe: ntar al més fuerte. Pequefios como Federi- ‘co que se hace pis, y nadie lo castiga; Federico que dice “no”; y es respetado; Federico que no quiere prestar sus juguetes, y ningtin adulto piensa que es un mal chico. Una visién recon- 4 fortante de la infancia. Y la vemos tomando el timén de la responsabilidad ante la infancia en el texto publicado por el Sindicato de Docentes CETERA, en acuerdo con UNICEF, en el afio 2000: Hay nifios a los que se los obliga a trabajar como adultos, mucho mis all4 de sus fuerzas y en condicio- nes muchas veces peligrosas. Nifios y nifias que tra- bajan en hornos de ladrillos, en fabricas de vidrio, en fabricas textiles, en las zafras, y las vendimias, en la recoleccién de desechos, en el servicio doméstico, en Ja calle vendiendo productos o pidiendo limosna o en su propia casa, haciéndose cargo de los hermanos. Un nifio que trabaja no tiene su oportunidad. Lo que tiene es una carga inmensa. Como el trabajo le devora el tiempo y la energia, dificilmente pueda ir ala escuela. Y menos aun tendré la ocasién de jugar. 165 PaRA THIER EL NIDO eee Poner a trabajar a un nifio es Llenarle de piedras el camino y no dejarlo crecer bien. Entre los libros mas emblematicos de su visién, se encuentra Tengo un monstruo en el bolsillo (1999), y en él conocemos a Inés, que debe enfrentar la dura realidad de la discriminacién en un acto escolar evocando el 25 de Mayo. La maestra la des- plaza de un papel en la actuacion, y elige a Verdnica, que puede lucir ropas mas impactantes que Inesita, que proviene de un hogar mas humilde. Nos cuenta Inés, en la novela: Es una verdadera listima, pero ultimamente los grandes me estén fallando. No se dan cuenta. Casi nunca se dan cuenta. —iQué maravilla, Veronica! —dijo la sefiorita Bety. Seria una pena no aprovechar todo esto. Mi alma rodaba por en- tre las patas de los bancos. —Inés (Inés soy yo, por si no lo adivinan), ¢qué te parece si Verdnica hace de Gerénima y vos busc4s otro Papel o te inventds algo...? ~ Inés afirma luego que odia a esa maestra, porque le ha quitado el lugar para darselo a otra, por el lucimiento de las prendas, ¢Un hecho aislado? Tal vez ya no ocurra, pero tal vez si. Y es claramente maltrato en la institucién escolar, ‘Srapicu ¥ CAfOn | Conan, iN ae Graciela Cabal... ;son felices los nifios? Asi nos interrogaba otra grande de la Li argentina. Atenta al mundo de la infancia, nos brindé personajes surgidos de la vida misma, y les dio vuelo literario en la ficcién. Nifios juguetones y desordenados, como Tomasito; nifias que logran su mascota tan deseada, como Julieta; Jacinto, el duende; Toby, un nifio diferente. Intensamente irénica y tierna a la vez, arthé verda- deros retratos familiares en los que por lo general los adultos quedan “mal parados”, y son los pequefios los que resultan mas brillantes en sus ideas, en sus creaciones. " Escuchemos su voz... take” Yo no escribia para chicos, hasta que en la edito- rial en que yo trabajaba me pidieron que hiciera un cuento infantil. Escribi Jacinto, un cuento que la di- rectora de la coleccién no queria aceptar porque te- =~ nfa un lenguaje muy atipico, muy coloquial. Pero el duefio de la editorial dijo: si, que este cuento salga. Y tuvo mucho éxito. Era la época del proceso y en algunas provincias del interior lo prohibieron. Es un cuento sobre el nacimiento de un hermanito pero dijeron que daba una imagen deformada de la fami- lia, los chicos eran més inteligentes que los padres y habia una cosa de desorden familiar. Pero el libro se siguié editando en Buenos Aires. Después escri- bi Tomasito pero ese no se animaron a publicarlo. Era un bebé que hablaba desde adentro de la panza. Afios después lo publiqué en otra editorial y. ahora Tomasito es una serie. Ya va por el cuarto Tomasito. (Entrevista de 2001) 167 RBSYCOCSCHSEUSCEUYTYEELEYVEUEGSOLECUUSUW”- ‘Pama Teper et NIDO En el Nivel Inicial, uno de los libros mds queridos por los ni- fios es Miedo (1998), editado por Sudamericana. Es la historia de un nifio que tiene miedo y no es atendido por los adultos que lo rodean, y debe soportar burlas justamente por su miedo, - La solucién no proviene de sus padres, sino de Ja casualidad: un perro, que se convierte en su compafiero. Es por cierto el :{lugar que tomé-Cabal, del Iado de los personajes, del lado de ‘la infancia, asumiendo una cierta forma de proteccién desde su { literatura. » Dice Cabal: —Yo estoy del lado de los nifios. Eso es claro. El nifio, en general, hace alianzas con los abuelos, con los viejos, porque los dos estan en los extremos, en una instancia que no es el trabajo, la compulsividad de ser efectivos o exitosos, estan marginados cada uno en su extremo. Entonces se unen, como hacen los marginados. Y en el medio quedan los padres que siempre estén como en otra cosa, como que no entienden. Jugar, jugar, jugar... La literatura para la primera infancia retomé la idea de que los personajes de los cuentos infantiles tenfan que jugar, ar, armar su fantasia dentro del relato tal como _la pueden armar los nifios en_temprana edad. Pero no una fantasia vacia de contenido, todo lo contrario. Una fantasf: gada_de. sutiles referencias a la realidad y la posi carla, Nifios jugando, el juego como centro de la narracin. : 168 a ‘easeataeaicnmt meas hie st se a ere aR met annceene et eme e e3: aR cna seceit siavamsonnesa Meigen canner ae ‘Staricu ¥ Cafion | Come, Sa En el cuento Asf, ast, asd (2010), de Laura Devetach, la fa- mosa Tia Sidonia camina mirando sus nuevas sandalias, y en esa marcha se van sumando personajes que creen estar buscan- do algo nuevo y misterioso. El juego se convierte asi en el lugar} de encuentro del autor.y el lector a la vez que se propone unat manera de soltarse y andar tras un objetivo divertido, lejos de los habituales objetos buscados en tantos libros infantiles. Lal obra literaria de Laura Devetach acomodé muy bien el lugar de la infancia con identidades que se instalaron en el lugar del patio de juegos. Maria Elena Walsh abrio la puerta para salir del estereoti- po, encontrar en la ficcién y el disparate una nueva visién de la vida y del sentido hidico de las acciones humanas. Historia de una princesa, su papa y el principe Kinoto Fukasuka; Manueli- ta, Cuentopos de Gulubu, son ya clasicos que permaneceran en la salitas del Jardin, en el arenero, o bajo un 4rbol donde una maestra los vuelva a recrear. Gustavo Roldan, el querido escritor que se ha marchado a otros mundos, a convivir con Don Sapo, con el Tatu, con el colibri, con su retablo de personajes que hablan como los ni- fios, y, especialmente, piensan como los nifios. Ese sapo que a veces es un adulto y otras un nifio travieso, que dice alguna que otra mentira para afirmar su poder en el grupo. Cuentos para pensar, para reir, como los que encontramos en Sapo en Buenos Aires (2011), con ese sabor irénico que un chaquefio como él podia poner en palabras, en historias. 169 Historias que construyen la memoria en nidios y jovenes Entre los primeros textos que ubican la ficcién en el tema de la dictadura- militar, se encuentra Los padjaros mudos, incluido en la antologia Un desierto leno de gente, de Esteban Valen- tino, que edité Sudamericana en el afio 2002. La historia de los adolescentes violentamente capturados por un grupo de tareas y conducidos a un centro clandestino, llevaba al lector inevitablemente a recordar el fatal destino de los estudiantes asesinados por defender el boleto estudiantil. Es un retorno a La noche de los ldpices, un didlogo con aquel episodio. Pero en el texto literario el escritor trabaja estas identidades, la pasion por la justicia, el atreverse; es decir, un'a mirada sobre esta eta- pa de la vida muy diferente a la que se mostré como tinica en los medios masivos, y que se asenté en la representacién de la adolescencia de muchos docentes argentinos: banales, sexuali- zados en extremo, drogadictos, egoistas, y sin intereses por el estudio. Gaston Albiolea y Lucfa Nievas no responden a ese posible modelo basado en la desvalorizacién. Son héroes de su historia de amor y de su historia de combate. El aio de la vaca, de Margara Averbach es ‘una novela del afio 2003, de Editorial Sudamericana, dentro de‘su coleccién La pluma del gato, que buscaba un adolescente pensado, como en el libro anterior, por Canela, que ‘dirigia entonces la colec- cién. : : La novela abre ante el lector las -ventanas de la memoria histérica que constituye hoy uno de los grandes temas de los organismos de Derechos Humanos. Durante la dictadura mi- litar instalada en Argentina en el periodo 1976-1983, . . muchos nifios nacidos en los centros clandestinos de cautiveri io fueron 170 we SraricH ¥ CANON | Gonen SE robados y posteriormente entregados a otras familias que lue- go se adjudicaron una paternidad falsa. La historia narrada por Margara Averbach coloca en las voces de un grupo de ado- lescentes la reconstruccién de la verdadera identidad de una adolescente que ha crecido en un hogar ilegitimo y los pasos que recorre hasta descubrir su verdadero origen. , Un breve texto introductorio a modo de dedicatoria permi- te al lector saber de antemano que la ficcién parte dé un hecho verdadero y esto otorga a la historia la fuerza de lo real, trans- formado en acontecimiento estético, en un producto artistico de profundo humanismo. Este es el enunciado: A las Abuelas de Plaza de Mayo, que conocen la historia. A Monica, Maria Cristina, Diana, Perla, Miriam, Lea, que se sentaron a conversar en bares, en patios, en bancos de plaza hasta que me devolvieron, de a poco, con paciencia infinita, la conciencia del poder que hay en la charla. El discurso més conmovedor es sin duda el de Nadia, la nifia robada a su familia, cuando finalmente sabe que ella es en ver- dad, Céleste: La foto era como yo tres veces. Cuatro. Yo en el hombre alto, un hombre con mi piel, con mi pelo rojo. Yo en la mujer, en esa cara repetida, la mia, mi cara calcada y agran- dada. Yo, en el bebé. Porque no dudé ni un momento: yo habia sido alguna vez esa cosita abrigada y envuelta. Y la cuarta, yo afuera de la foto, mirandome tres veces. Me pa- . Fecié que me moria. Me faltaba el aire. En cierto modo im oe AAO AART BRSUKCUESVYVSSSUGEGGESHEUSOS DS sigo asi. Se me estd pasando pero muy despacio. Lo que menos se me pasa es la rabia por lo que me robaron. La senti ese dia y ahi est, todas las majfianas. Ni siquiera sé si quiero que se vaya. El mar y la serpiente, de Paula Bombara, fue editada por el \ Grupo Norma en el afio 2005. Podriamos decir que la nove- | la avanza un paso més en el tratamiento del tema: aparecen | nombres y alusiones claras a la Triple ‘A’, que habia asesinado \ al padre de la autora en 1974. , La novela se inicia indudablemente en la tapa, de cuidadoso disefio, en la que aparece un primer plano de una nifia peque- | fia con un libro abierto, sumamente concentrada en el objetivo de desenmarafiar su significado. En el fondo, una biblioteca, y alli el titulo de esta novela para jovenes: E/ mar y la serpiente. (Se trata tal vez de un rompecabezas, un mapa semantico para \descifrar, y ese es el desafio del texto. Como la nifia de la tapa, el lector abrira este libro y alli la encontrar con sus fragiles frases infantiles anunciando su historia y proponiéndonos ese trabajo, armar su historia. A modo de desenlace aparece una carta, ese trabajo de re- daccién que una profesora le pide porque es 24 de marzo, fe- cha clave en la historia de la Argentina. La escritura vuelve a resignifi¢ar la totalidad de la novela, que es finalmente eso, la historia de una escritura que se autoproduce y se va cargando de sentido pagina a pagina hasta llegar a la verdad sospechada que ahora es enunciado histérico: Hoy nos faltan 30.000 personas con nombre y apellido. 30.000 es un montén de gente. 172 — Sraricn ¥,Canén | Come. La novela de Paula Bombara tiene un campo de recepcién muy amplio entre los jévenes que hoy se interesan por encontrar en la literatura testimonios de aquello que fue velado, ocultado. Las voces que la autora logré construir, son eficaces porque apelan a lo mas hondo de la condicién humana y no intentan traspasar la conciencia del Otro. Una virtud en el texto para ser recuperada es —exactamente- el respeto por el receptor y la primacia de lo afectivo y lo ético por encima de las controver- sias racionales de los hechos histéricos. Piedra, papel o tijera, de Inés Garland, es parte de este reco- rrido que se va cumpliendo en el campo juridico, politico, so- cial y cultural. Nuevos juicios a represores permiten que hasta los més alejados de la temdtica se inquieten y traten de saber mas. Un momento oportuno para un texto como éste. Una de- cisién editorial inteligente. Editada por Alfaguara, dentro de la Serie Roja, fue destacada por la Asociacién de Literatura In- fantil y Juvenil Argentina en el mismo ajio de su edicidn: 2009. La novela confronta dos sectores de la sociedad argentina: una clase media alta por una parte, una clase social formada por desocupados y excluidos del sistema productivo, margina- dos, pero no entregados, por otra. Los héroes de esta historia son adolescentes que deben atravesar la etapa de la dictadura militar y sus consecuencias, ubicados en lugares sociales bien diferentes. Alma pertenece a una familia con un nivel econé- mico alto y con una cultura bien definida: desprecia a los mas humildes y los considera en una escala humana con Ppocas po- sibilidades de crecimiento intelectual. Su familia ocupa una casa de fin de semana en el Tigre y eso le permite conocer a Marito, a Carmen, a la abuela Angela, otro mundo, otra cultu- ra, en la que encuentra mas afecto que en su cémoda casa de PARA TEJER EL NIDO Ja ciudad. La novela va desencadenando acontecimientos que conocemos de la mano de Alma, narradora de toda la historia, que atraviesa un largo periodo hasta llegar a nuestros dias. El dia que conoci a Carmen y a Marito, el jardin de la isla habia amanecido inundado, Los drboles parecfan flotar muy derechos y las casas de los vecinos, al otro lado del rio, \ eran como animales acudticos, inméviles sobre sus largas patas. Sali a la galeria en puntas de pie para no despertar a ! mis padres. Queria ir a jugar al jardin antes de que vieran Ja creciente, porque a la tinica que le gustaban las crecien- tes era a mi... : Antes no habia tenido necesidad de mentirles a mis pa- dres, pero a partir de entonces entendi que no podia pre- i, tender que apoyaran mi relacién con Marito y mi vida se | fragmento: empecé a vivir en compartimientos aislados. i Por un lado tenia el colegio y las actividades que tenian que ver con los estudios, por el otro mis fines de semana con Marito, y por otro, también distinto, mis encuentros con él en la ciudad. La relaci6n amorosa entre Marito y Alma es una relacién pro- hibida, su iniciacién sexual también, ya que ella concurre a una escuela religiosa y el sexo fuera del matrimonio es considerado pecado grave. Alma viola todos los acuerdos de clase, todas las | consignas religiosas, se inicia en otra realidad, comprende lo que nunca le explicaron: la pobreza es la consecuencia de un sistema econdmico. Ella es libre de elegir a qué mundo quiere jpertonecer Y elige. Y la novela es eso, la posibilidad de elegir, de pasar de un lugar a otro, de decidir sin el consentimiento 174 DTAPICH T Uanun | om, de la familia, de encontrar otra familia que no es la originaria. Alma elige a dofia Angela, a Marito, a Carmen. Elige después comprometerse en buscar y buscar. Buscar a un nifio robado en Ja dictadura. La recuperacién de voces ancestrales Los habitantes de América, denominados equivocamente “in- dios”, avasallados por la conquista, han tenido poco escenario y reclaman justamente ir a a escuela, conquistar lectores. Azul la cordillera, de Maria Cristina Ramos, fue inicialmente editado por Editorial Sudamericana (1991), luego descatalogado, y vol- vié triunfal en una nueva edicién del Grupo Norma (2006). A través de una narrativa poética, intima, desfilan personajes de la tierra del Neuquén, pobrezas, suefios, reclamos, porque esa tierra era mapuche y ahora es del huinca... Es de mapuches este sitio. Todos los nombres de luga- res son mapuches, porque estuvimos primero. El huinca no descansé hasta aduefiarse. Aunque algunos hermanos también se perdieron. Porque los huincas los vencian y le daban el fruto del olvido. La abuela mia supo contar. De cuando estuvo cautiva en una estancia lejos de la cordillera. Nosotros, para salvar, peregrinamos mucho tiempo. Y ahora estamos aqui. Y yo lo siento. No me olvido que soy duefia. Soy duefia y estoy arrinconada. Cuando mi pap4 me dio su abrazo, yo senti el olor de mi casa. Y me acordé de la espuma del jabén que yo le sé pre- parar en el tazén de afeitarse. Entré con el maestro al al- 15 bie oe ar CCC” EEE EEN Eee VYOCeCoVU’esOoeVevuvVvVUuUVuV ww PARA TASER EL NrDO __ ae bergue y conocf a los otros maestros. Habia olor a mate cocido y todos los chicos estaban en el comedor. —Este es Benito —dijo el maestro-. (12) Con el mismo tono poético, Maria Cristina Ramos se hunde en la realidad de la pobreza del pueblo mapuche y nos habla con voz de nifia en la novela Mientras duermen las piedras, edi- tada por Edelvives en el 2009. Voces de nifios pobres, de nifios que deben trabajar en lugar de ir a la escuela. Nifios de gente . pobre y buenaza. Un dia legaron unos hombres vestidos de azul y con esca- leras. Miraron el aire del lugar, los Arboles, las casas. Saca- ron los cables que nos trafan la luz y no dijeron nada. Los del comedor nos avisaron que era porque se trataba de una instalacion clandestina. Yo me asusté, porque sabia que lo clandestino era algo escondido y que no estaba bien hacer. Pero: no alcanzaba a entender por qué no podiamos tener luz, siendo la luz algo tan bueno, sobre todo por las noches. Si, la pobreza nos vuelve tristes, dice la cancién, “y uno no piensa més que en morir”. Es cierto. Pero huir y refugiarse en jparaisos de aislamiento, no creo que nos haga mis felices a los i que podemos comer todos los dias, y venir acd, a escucharnos, “a reflexionar. Es posible hacer mucha belleza, la poesia esta hecha de trozos del alma, puede Morar y nadie protesta. Por eso Maria Cristina Ramos pudo hacer poesia con la pobreza de los mapuches, con sus reclamos, y no escribié un panfleto. Escribié literatura. Una literatura que defiende ciertos valores, 176 Sraricn ¥ CaRéw | Conn justamente los que algunos latinoamericanos estamos defen- diendo con ufias y dientes. Hacia una literatura sin adjetivos Pero hay otra Maria, cordobesa ella. Maria Teresa Andruetto que recibid en 2012 el Premio Hans Christian Andersen, otor- gado por un jurado internacional del rpsy.. De su mano de poeta sutil, intensa, rica en la creacién de im4genes como aires mafianeros, como solcitos, como ternuras del corazén, vienen sus textos desde hace ya bastante tiempo. De su cuantiosa obra, vamos a evocar tres relatos en los que la infancia se viste de lujo. La durmiente, cuento editado por Alfaguara en 2010, juega con la Bella Durmiente, que en esta versién no se despierta con el beso de un principe sino con una revolucién. El texto reco- tre diversas escenas en las que la Princesa observa la pobreza y se conmueve, y esto, claro, no estaba en Perrault, que trabajaba para la corte y pertenecfa a la Iglesia Catdlica. Esta princesa se conmueve frente a los campesinos, los artesanos, los mendigos, los hambreados. En algtin momento, para no ver, decide dor- mir. El texto dibuja un guifio critico hacia el poder ciego ante * las necesidades de los integrantes de la comunidad que gobier- . na. Un Poder que no se hace cargo, tema actual, presente en el : discurso social cotidiano. La estructura tradicional se renueva a favor de otra cultura, otra infancia. Una infancia que puede: comprender, pensar, cuestionar al adult, y también revisar el lugar del Poder, es una infancia con Derechos. La nitia, el corazén y la casa: Tina y Pedro, una nifia y un nifio. Son hermanos. Han sido separados por razones que nin- 7 PARA TEJER BL NIDO guno de ellos puede comprender, pero que en el mundo adulto aparecen como un cuidado hacia Tina, porque su hermano es diferente. Tina vive con su padre y su abuela Herminia, Pedro vive en otra casa con su madre. éY por qué tu mami tiene que quedarse a cuidar a tu her- mano? Porque esta enfermo. ¢Enfermo de qué? Nacié con los ojos estirados, dice Tina y se estira los ojos con los dedos para mostrarle a su amiga, tiene los ojos como chinos y necesita que lo cuiden mucho, mucho, por- que no puede hacer solo todas las cosas, por eso yo no pue- do vivir con mi mamé jentendés? El texto no dice nada mas sobre la condicién del nifio, no hace falta. Cada lector comprendera que no se trata de una enfer- medad, sino de una diferencia que vuelve a Pedro més depen- diente de un adulto. Sin embargo puede jugar, amar, compren- der, necesitar a Tina, como cualquier otro nifio. La decision de ‘los padres de criarlos en hogares diferentes se presenta como ;un acto cruel y discriminador. Y son el amor y el juego, en- jsamblados en la ingenuidad y la ternura, los que logran el final ‘feliz, que mientras leemos vamos esperando, Los hermanos se han largado a jugar, hacia el fondo del patio, tan entusiasmados que ni siquiera se acercan yaa pedir algo. En lo que va de la tarde, han armado una casa con ramas de ligustro y en la casa tienen los muebles de madera que levé Tina, las Pequehas réplicas hechas por 178 Sraric ¥ CARON | Com * los enfermos del Asilo, y vasos, platos y una panera de plastico que sacaron de la cocina. Estaban jugando al papa y a la mami, tienen dos hijos, y van a todas partes juntos, tomados del brazo, cada uno con un mufieco en el brazo que le queda libre. (16) cE Ren eerrer eRe Re - El pats de Juan nos habla de un pais, de ese otro pais que no aparece en los canales de televisién privados... Este pais, nues- tro pais... que no siempre es mostrado, porque la miseria da vergiienza, decia mi abuela. Allé van los cartoneros, en la poesia de Maria Teresa An- druetto, y entonces los vemos, los vemos porque la literatura puede ser una vidriera que limpie las nubes que tejen los due- fios del dinero... Villa Cartén esta donde esta desde que el mundo es mun- do. Nadie sabe quién le dio ese nombre, ni tampoco cudn- do, pero hace mucho que se pusieron Jas primeras chapas y los primeros cartones y alguien colocé piedras y ladrillos sobre los techos para que no se volaran. A Villa Cartén . van a parar los que legan desde el norte a buscar trabajo en la ciudad. Y a ese sitio llegaron Juan y sus padres. Y se hicieron cartoneros, como todos los que viven en la Villa, porque alli, hasta los nifios mas pequefios separan los cartones sanos de los rotos, los mojados de los secos. Y¥ los venden. Pero a la vida de Juan, Uega Anarina... € € $ E E € € é f é ‘ ( f ‘ ( ( Pana 'Tajte KL NIDO En Villa Cartén, Juan conocié a Anarina. Supo que tenia el pelo muy largo y muy negro, como el cielo del norte en las noches sin luna. Crecen, luchan; construyen, se organizan para defender sus de- rechos, su derecho a vivir y a trabajar, y a comer... Pero... lle- gan Los Hombres Violentos, dice el texto. Llegaron y los persiguieron / Olfatearon como perros en las escuelas / En los sindicatos y en las fabricas. Los afios de la dictadura militar, el cierre de fabricas, el desem- pleo, y la prisidn. Pero el destino de Juan era volver a su lugar de origen, a fundar otra vez la vida. Juan y Anarina logran su suefio. El desenlace los sorprende esperando al hijo y cantando la vieja canci6n... Tengo una petaquita / para ir guardando / las penas y las penitas / que me van dando. El texto de Maria Teresa huele a vida, a canto, a fundacién, a vamosapoder. Nosotros, aca reunidos, tenemos algo para cons- truir, algo para hacer renacer, porque los chicos y Jos jovenes se aerecen dacentes esperanzados, y transgresores, para in para” ir... contra el viento de la mentira y la sombra del fracaso. La literatura puede ser un arma poderosa contra la mala onda, en principio. Y un arma filosa contra los que no quieren poner el hombro. Y un arma bella, para los que andamos de suefio en |suefio, poniendo color en las aulas, y en la mirada de los pibes * argentinos. 180 san ME A kt ON AR trate shame eee anancatereanezsalentasiecibadtaba comnts DaNet ae ada eile ams Sravicu y CaRén | Come. Tengo una petaquita / para ir guardando / las penas y las penitas / que me van dando. Y los suefios de un pais de Juanes y Anarinas. Lista de referencias Aniks, P. (1987) E/ nito y la vida familiar en el antiguo régimen. Madrid: Taurus. Benjamin, W. (1989) “Panorama del libro infantil”. En Escritos. La literatura infantil, los nitios y los jévenes. Buenos Aires: Nueva Vision. Dotto, F. (1996) La causa de los nifios. Barcelona: Paidés. Montes, G. (2000). gDe gué hablamos cuando hablamos de Derechos? CETERA. UNICEF. Camara Argentina del libro. Montes, G. (2001, abril) El mundo como acertijo. Conferencia Congreso Internacional de Lectura del 138y Montevideo, Uruguay. Montes, G. (2003) La infancia y los responsables. En Literatura Infantil. Creacién, censura y resistencia. Buenos Aires: Sudamericana. Sorrano, M. (1995) La literatura para niftos y jévenes. Guia de exploracién de sus grandes temas. (Trad. Montes). Buenos Aires: Colihue. (Original en francés, 1975). Textos literarios ANDRUETTO, MT. (2010) El pats de Juan. Buenos Aires: Aique-Anaya. 181 ee, (2010) La nivia, el corazén y la casa. Buenos Aires: Sudamericana. Garuanp, I. (2009) Piedra, papel o tijera. Buenos Aires: Alfaguara. Montes, G. (1999) Tengo un monstruo en el bolsillo. Buenos Aires: Sudamericana. Ramos, M.C. (2006) Azul /a cordillera. Buenos Aires: Norma. Ramos, M.C. (2009) Mientras duermen las ‘Piedras. Buenos Aires: Edelvives. Saramaco, J. (2001) La flor mds grande del mundo, Buenos Aires: Alfaguara. * Conferencia Plan Nacional de Lectura, Sindicato de Luz y Fuerza de Cordoba, 30 de mayo de 2012. Una versién anterior se publicé en la revista Novedades Educativas N° 240/241, Enero 2011, con el titulo “Nuevas representaciones de infancia en los libros para nifios y adolescentes”. aetecahe tenis PENALTIES OMNIA RARER ER IDL SESE Nh

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