Vous êtes sur la page 1sur 204

lOMoARcPSD|2681405

Apuntes Derecho Constitucional II

Derecho Constitucional II (UNED)

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Tema I. Origen y evolución de los derechos

I. Derechos y libertades: Origen y evolución

1.1. Introducción

Puede afirmarse que la libertad es la base sobre la que descansa el reconocimiento y tutela de
los demás derechos. El problema jurídico de la libertad y de los demás derechos, es su
reconocimiento formal como elemento propio de la naturaleza humana y su manifestación en
el ámbito social.

Las dimensiones de la libertad más relevantes para los regímenes democráticos actuales son:
 La que permite el desarrollo libre del sujeto individualmente o a través de los grupos
en que se integra.
 La que permite su contribución como ciudadano al desarrollo de la organización social,
la libertad política y la de participar en los asuntos públicos.

La libertad así conceptuada, en sus vertientes pública y privada, se manifiesta en una pluralidad
creciente de derechos y libertades concretos que afectan a diversos ámbitos de la vida del
hombre.

El concepto ampliamente utilizado de Derechos Humanos ha alcanzado su formulación


depurada en tiempos recientes, manifestando los siguientes requisitos:
 Incorporar una pretensión moral o consagrar un derecho básico.
 Poseer un cierto grado de universalidad o generalidad.
 Incorporar garantías efectivas para su cumplimiento o exigibilidad.

Aunque se trata de un concepto moderno, es interesante analizar los precedentes históricos


que nos conducen a él.

1.2. Los derechos hasta la llegada del Estado constitucional

1.2.1. La Baja Edad Media

En Grecia y Roma la distinción entre hombres libres y esclavos era considerada como natural. El
cristianismo llega tan solo a reivindicar ciertos ámbitos humanos que deben quedar bajo la
potestad del poder religioso. En la Baja Edad Media los primeros derechos reconocidos
alcanzan solo a una pequeña parte de la población, carecen de sistemática y suelen tener
carácter temporal.

En España, los fueros o las cartas pueblas recogían privilegios locales de carácter fiscal,
acotando el poder de la nobleza y del monarca.

En la Carta Magna inglesa (1215) Juan sin Tierra se obligaba a respetar ciertos derechos de los
barones de su reino.

1.2.2. La escuela española del Derecho Natural

El debate entre Bartolomé de las Casas y Francisco de Vitoria a raíz de los excesos de los
conquistadores y colonos en América llevó a enunciar una serie de principios, como que todos
los hombres nacen igualmente libres, y que tienen por tanto capacidad para elegir a sus

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 1

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

gobernantes.

Esta doctrina influyó en las Leyes de Burgos de 1512 y las Leyes Nuevas de 1542, protectoras
de los derechos de los indios, abriendo el camino para el reconocimiento de otras libertades.

1.2.3. El Humanismo renacentista y la Reforma

El humanismo renacentista se caracterizó por la defensa de la dignidad del hombre, su libertad,


su capacidad para la creación (artística, literaria, científica, etc…) y por un modo de vida acorde
con estos principios. Aparece la libertad de comercio y contratación, y se abre la posibilidad de
reconocimiento de otros derechos, como la libertad de pensamiento facilitada por la invención
de la imprenta y la difusión de la cultura.

Los principios humanistas de Erasmo, aplicados a la vida religiosa, llevaron a la Reforma de


Lutero. Éste defendía que el hombre es únicamente responsable ante Dios. La Reforma provocó
eventualmente la exigencia del reconocimiento de la opción religiosa personal. Es el
precedente de la libertad religiosa e ideológica, tanto de ejercicio individual como colectivo.

1.3. Los derechos en los orígenes del Estado constitucional

1.3.1. Documentos ingleses del siglo XVII

En materia de derechos y libertades, el derecho escrito es una de las fuentes del Derecho
inglés, coexistiendo el Common Law y la legislación del Parlamento. Los textos ingleses
encuentran su fundamento en la historia y la tradición. Destacan los siguientes:
 La Petición de Derechos (Petition of Rights, 1627): incorpora las libertades que deben
ser respetadas en adelante por el rey (Carlos I la aprobó).
 La Ley de Habeas Corpus (Habeas Corpus Amendment, 1679): establece la puesta a
disposición del juez de cualquier detenido en un plazo determinado.
 La Declaración de Derechos (Bill of Rights, 1689): primera declaración de carácter
nacional, limita el poder de la Corona y afirma el del Parlamento.

Características comunes de los documentos anteriores:


 Su contenido se apoya en documentos anteriores.
 No tienen carácter universal, limitándose a aportar soluciones a problemas concretos.
 No son constitutivos o creadores de derechos, sino que tienen un carácter declarativo
de los mismos.

En estos textos, fruto de su época y de una sociedad estamental, se consagran aún notables
desigualdades ante la ley.

1.3.2. Las declaraciones americanas de los siglos XVII y XVIII. Constitución americana

Precedentes, inspirados por la tradición del Common Law y por el iusnaturalismo racionalista:
 Cuerpo de libertades de la Bahía de Massachussets (1641): pretende limitar el poder
del Gobernador y defiende que los derechos naturales deben ser considerados como
leyes y no deben imponerse penas que los infrinjan o incumplan.
 Acta de Tolerancia de Maryland (1669-1670): reconoce la tolerancia religiosa (solo
entre cristianos).
 Normas fundamentales de Carolina (1669-1670): normas para la organización de la
comunidad política.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 2

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

El iusnaturalismo se manifiesta mas intensamente tras la aprobación del Bill of Rights por
Guillermo de Orange en los siguientes textos:
 Carta de privilegios de Pensilvania (1701).
 Declaración de derechos y agravios (1765): firmada en New York por representantes de
9 colonias en respuesta a la Ley del Timbre metropolitana.
 Declaración de deberes norteamericanos (1774): en el Congreso de Filadelfia, contra la
presión fiscal.
 Declaración de levantamiento de armas (1775): aparece tras los primeros
enfrentamientos bélicos y a la que seguirán escritos ideológicos y revolucionarios.

Poco tiempo después de la aprobación de esta última Declaración, se aprobaron dos de los
más significativos documentos americanos:
 Declaración de Derechos del Buen Pueblo de Virginia (1776): consagra una tabla de
derechos y libertades del hombre, proclamando la libertad, la vida, la propiedad, la
seguridad y la libertad religiosa como derechos básicos tutelados por el Estado. Las
declaraciones de otros Estados seguirían su ejemplo.
 Declaración de Independencia (4 de Julio de 1776): en línea con la anterior, contempla
al individuo como tal y no como miembro de un estamento.

Ambas declaraciones positivan los más característicos principios del iusnaturalismo


racionalista, como son:
 La soberanía popular.
 La igualdad de todos los hombres en su dignidad.
 El reconocimiento de unos derechos inalienables de la persona: la vida, la libertad, la
seguridad, la propiedad y la búsqueda de la felicidad, tutelados por el Estado.
 El derecho a la rebelión si los gobernantes no cumplen el pacto de proteger a la
comunidad.

La Constitución americana de 1787 no incorporó una declaración expresa de derechos, que


aparece con las primeras 10 enmiendas (Bill of Rights) en 1791:
 1ª Enmienda: libertad de cultos, expresión, prensa, asociación, reunión y petición al
Gobierno.
 2ª Enmienda: derecho a poseer y llevar armas.
 3ª Enmienda: inviolabilidad del domicilio en tiempos de paz y en guerra.
 4ª Enmienda: secreto de la correspondencia.
 5ª, 6ª y 7ª Enmiendas: garantías procesales, derecho a la defensa y a juicio con Jurado;
derecho a no ser juzgado dos veces por el mismo delito; derecho a la propiedad
privada y a la expropiación mediante justiprecio; prohibición de castigos crueles.
 8ª Enmienda: prohibición de fianzas y multas excesivas y de infligir penas crueles y
desusadas.
 9ª Enmienda: interpretación extensiva de los derechos.
 10ª Enmienda: atribución de poderes a los Estados y al pueblo.

Las enmiendas posteriores han completado el catálogo de derechos, destacando las siguientes:
 13ª Enmienda: abolición de la esclavitud (1865).
 14ª Enmienda: Derecho de ciudadanía (1868).
 15ª, 19ª, 24ª y 27ª Enmiendas: Derecho de sufragio.

1.3.3. La Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 3

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

La Revolución francesa es obra de burgueses preocupados por combatir la corrupción


gubernamental, los privilegios estamentales, y decididos a participar directamente en los
asuntos públicos. Recogieron en la Declaración de Derechos el pensamiento de destacados
autores franceses, además de la influencia de corrientes del iusanturalismo racionalista:
 Montesquieu: separación de poderes.
 Fisiócratas: derecho de propiedad y liberalismo económico.
 Voltaire: tolerancia religiosa.
 Rousseau: idea de la ley como expresión de la voluntad popular.
 Locke: concepto del contrato social, por el que los hombres se reservan unos derechos
y ceden otros a la comunidad.

La Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789) proclamaba los siguientes
derechos y principios:
 El fin de toda asociación política es la conservación de la comunidad.
 Tales derechos naturales son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la
opresión.
 La libertad e igualdad de derechos de todos los hombres.
 El derecho a participar en la elaboración de las leyes y a acceder a los cargos públicos.
 Separación de poderes.
 Libertad de opinión, prensa, conciencia y culto.
 Presunción de inocencia y garantías procesales para los detenidos.
 Irretroactividad de las leyes penales.
 Derecho de propiedad.

En las declaraciones de derechos norteamericanas destaca el hombre defendiéndose frente a


las injusticias del poder, mientras las francesas toman un discurso más filosófico para justificar
la toma y ejercicio del poder por una figura o concepto ideal del ciudadano.

La Declaración francesa presenta los siguientes caracteres distintivos:


 El individualismo: el sujeto de los derechos es el individuo, no reconociéndose el
derecho de asociación.
 La universalidad: los derechos se hacen universales para los hombres, excluyendo en
muchos casos a las mujeres, especialmente en cuanto a la participación política.
 La libertad y la igualdad: la libertad del hombre se concreta en aspectos determinados
(de pensamiento, religiosa, etc…). La igualdad se concibe como formal o ante la ley. No
se reconoce la igualdad civil de mulatos y esclavos.
 La organización política: el Estado debe proteger la libertad, la propiedad y la seguridad
mediante una organización acorde con los principios de soberanía nacional y la división
de poderes.
 Trascendencia: el tono del texto es de marcada solemnidad.
 Abstracción: uso de un vocabulario conceptual no definido.

Sin ser un texto revolucionario en si mismo, la Declaración contribuyó a la desintegración del


orden feudal, inició la consideración de los derechos como inherentes al hombre y protegidos
por la ley, estimuló el proceso de codificación, consagró la libertad de pensamiento y la
tolerancia religiosa, con la consecuencia de la secularización del Estado, y favoreció el
capitalismo y la industrialización, con el acceso al poder de la burguesía.

1.4. Los derechos durante los siglos XIX y XX

1.4.1. En el ámbito interno: especial referencia a España

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 4

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

El régimen liberal emergente en los albores del s. XIX tenía por objetivo la lucha contra el
Antiguo Régimen. El constitucionalismo ofrecerá cobertura jurídico-formal a este movimiento
durante bastantes años. Hay que distinguir un liberalismo político y un liberalismo económico.
El segundo se basa en las teorías de Adam Smith, mientras el primero defiende el
reconocimiento de la soberanía nacional, la separación de poderes, la igualdad ante la ley y
algunos derechos básicos como la propiedad. Hay que entender la igualdad como la
eliminación de los privilegios estamentales en beneficio, sobre todo, de la naciente burguesía.

En España se desarrolló una variante conocida por liberalismo doctrinario (moderantismo),


versión restrictiva del movimiento liberal originario.

En Francia, el régimen liberal, en su ruptura con el Antiguo Régimen, supuso una revolución
burguesa o liberal, basada en la desaparición de privilegios, la igualdad ante la ley, la
liberalización de la propiedad y la extensión del comercio. Se ha puesto en duda si tal
revolución burguesa llegó a producirse realmente en España.

La realidad es que, con una burguesía débil y una economía esencialmente agraria, la
transformación social y política fue más lenta y gradual, con periodos revolucionarios y
contrarrevolucionarios intercalados.

Durante el s. XIX, España conoció 8 constituciones (incluyendo el Estatuto de Bayona y la


Constitución nonata de 1856) y diversos proyectos. Nunca tuvieron valor normativo supremo.
Por tanto, era la ley la que cubría amplios ámbitos relativos a derechos y libertades.

Con todo, la mayoría de las constituciones del s. XIX incorporaron formalmente algunos
derechos (la de 1812 contemplaba la libertad, la seguridad, la inviolabilidad del domicilio, la
libertad de expresión, etc…), aunque su eficacia quedara vulnerada con frecuencia por la poca
sujeción del poder político al Derecho y por la falta de valor normativo supremo de la
Constitución.

Las Constituciones de 1812, de 1837, la nonata de 1856 y la de 1869, de corte liberal,


incorporaron un amplio catálogo de derechos y libertades. Las Constituciones conservadoras
de 1834 y 1845 restringieron tanto los derechos como las garantías para su ejercicio.

La Constitución canovista de la Restauración (conservadora, Cánovas era defensor del


liberalismo doctrinario), promulgada en 1876, no era muy explícita en materia de derechos y
libertades, remitiéndose frecuentemente a leyes de desarrollo.

La Constitución republicana de 1931 incorporaba un extenso catálogo de derechos y libertades,


incluyendo derechos económicos y sociales, y consagrando en su Título IX un Tribunal de
Garantías Constitucionales competente sobre el control de constitucionalidad y sobre la tutela
de los derechos. Sin embargo, la Ley de Defensa de la República, elevada a rango
constitucional, limitaba considerablemente las garantías de los derechos y libertades.

Tras la Guerra Civil, el régimen franquista supuso un paréntesis constitucional, hasta la


aprobación en referéndum el 6 de Diciembre de 1978 de la CE en vigor.

1.4.2. El ámbito internacional: especial referencia a Europa

El mantenimiento de la paz y el reconocimiento conjunto de derechos y libertades se han

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 5

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

constituido en objetivos comunes e interactuantes en el ámbito internacional, como resultado


de las dos grandes guerras del s. XX. Evolución:

a) La sociedad de Naciones

Constituida a instancias del Presidente Wilson tras la 1ª Guerra Mundial, en 1919, contaba con
una Asamblea, un Consejo y una Secretaría permanente. Su propósito era mantener la paz en
el mundo, asegurar la justicia y tutelar a las poblaciones incapaces de regirse por sí mismas.
Tales principios se vieron desvirtuados en la práctica, al constituir de hecho un «consorcio de
vencedores» centrado en asegurar a las potencias victoriosas sus conquistas políticas y
territoriales.

b) La Commonwealth

Surgió a partir de 1907 para unir Gran Bretaña con los llamados Dominios (Canadá, Sudáfrica,
Australia, Nueva Zelanda, India e Irlanda –desde 1922). Es una organización sui generis, que
adolece de cierta imprecisión e incoherencia.

c) Consolidación del sistema internacional de protección de derechos y libertades

Destacan la Organización de las Naciones Unidas, a nivel global, así como el Consejo de Europa
y, después, la UE, así como la Convención Interamericana de Derechos Humanos. Tras la
Conferencia de Yalta, se redactó la carta fundacional de la Organización de las Naciones Unidas
en una Conferencia organizada al efecto en San Francisco en 1945. En 1947 se puso en marcha
el Plan Marshall para la reconstrucción de Europa, que llevó a la creación de la OECE
(Organización Europea de Cooperación Económica) en 1949.

Ese mismo año se creó el Consejo de Europa para la defensa de los derechos y libertades,
formado inicialmente por el Benelux, Francia, Italia, Dinamarca, Noruega, Suecia y Gran
Bretaña. Sus órganos eran el Consejo de Ministros, una Asamblea consultiva, la Comisión y el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos. En 1950 se aprueba el Convenio de Roma, para la
salvaguarda de los derechos fundamentales y libertades públicas. En el campo militar se crea
primero la UEO y posteriormente la OTAN, que ya incluye a Canadá y USA.

En 1975 se inaugura en Helsinki la Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea (CSCE),


participando el bloque de los países socialistas, así como USA y Canadá. El Acta final o Acta de
Helsinki estableció en su principio VII el «respeto de los derechos humanos y de las libertades
fundamentales, incluída la libertad de pensamiento, de conciencia o de religión». En 1989 se
introdujo el concepto de la dimensión humana y un mecanismo de verificación del
cumplimiento de los derechos humanos en los Estados participantes que se denominó
mecanismo de la dimensión humana.

d) Los derechos en la UE

La Comunidad Europea tiene como objetivo la integración económica de sus Estados


miembros, manteniendo la aspiración, como fin último, de alcanzar la unidad política de
Europa, objetivo inseparable del reconocimiento y defensa de unos principios y unos derechos
comunes a todos los Estados miembros.

Como se ha dicho antes, su precedente está en la CECA, creada en 1952. La iniciativa de


creación de la Comunidad Europea de Defensa (CED) quedó frustrada por el rechazo en 1954

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 6

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

del Parlamento francés a ratificar el correspondiente Tratado constitutivo. Sí prosperó algo más
tarde la creación de un mercado común europeo, precedente directo de la actual UE.

II. La función de los Derechos

Partiendo de la función general de configurar y proteger una esfera de libertad individual, se


pueden distinguir las siguientes funciones específicas de los derechos:
 Garantía de la libertad individual frente a intromisiones del Estado o de terceros.
 Participación en lo colectivo y en lo político.
 Asegurar el «valor público de la solidaridad» para permitir el ejercicio real de la
libertad individual, superando las desigualdades sociales y económicas.
 La función de disenso, con objeto de prevenir el abuso por parte de las mayorías,
fortaleciendo así la propia libertad, aunque disienta de la mayoría.

Los derechos representan una esfera de la vida del sujeto en la cual éste es soberano y actúa
libremente, a la vez que dicho ámbito queda protegido de intromisiones de los poderes
públicos, nacionales o internacionales, y de las acciones de otros sujetos. Los derechos son
concreciones del valor libertad en su vertiente positiva, definiendo esferas concretas de
actuación del sujeto y ámbitos de obligaciones determinadas del poder. A diferencia de la
libertad en abstracto, precisan de una clara determinación de su ámbito y alcance por cuanto
constituyen zonas concretas de autonomía en que se desenvuelven las voluntades individuales.
La función básica de los derechos es la articulación y tutela de la libertad personal.

III. Las “generaciones” de Derechos. Los Derechos en el Estado Liberal y en el Estado Social

La doctrina ha dividido y clasificado los derechos en generaciones, que se corresponden con los
sucesivos modelos de Estado de Derecho, y siguen una evolución paralela.

Siguiendo a R. Sánchez Ferriz, el Estado liberal cobijó a las dos primeras generaciones
(derechos civiles y políticos primero y, posteriormente, los económicos, sociales y culturales)
mientras que el Estado Social promueve la tercera generación de derechos, o «derechos de la
solidaridad». La autora considera una cuarta generación de derechos.

3.1. El Estado Liberal de Derecho. Primera y segunda generaciones de derechos

El Estado liberal de Derecho y las constituciones escritas que lo formalizaron tomaban como
principio la limitación jurídica del poder como garantía de la libertad individual.
Partía de la separación entre la sociedad civil y el Estado, y mantenía un margen de operación
circunscrito a la organización política en sentido estricto. Las relaciones entre los individuos
eran ajenas al Estado, que se limitaba a realizar y mantener los servicios públicos no cubiertos
por la iniciativa privada, así como garantizar el orden público y la defensa del país frente al
exterior.
 La primera generación de derechos representa los derechos individuales más básicos:
vida, libertad, propiedad, seguridad y un reducido derecho de participación política.
Son libertades-resistencia propias del liberalismo de la primera mitad del s. XIX. El
sujeto es el hombre individualmente considerado, reconociéndose el derecho
formalmente, aunque no se configuren garantías para su ejercicio.
 La segunda generación de derechos, que aparece en la segunda mitad del s. XIX,
incorpora cierta extensión del sufragio (solo masculino) y ciertas libertades públicas,
así como el derecho de asociación.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 7

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

3.2. El Estado Social. La tercera generación de derechos

En el Estado social (o Estado de bienestar social) el sector privado y el sector público


interactúan, avanzando la política social hacia la igualdad real desde la igualdad formal.

La tercera generación de derechos incluye así:


 Los derechos económico-sociales: se refieren a ciertos aspectos de la vida de los
ciudadanos en relación con la sociedad, tienen contenido económico respecto de
aspectos sociales y sin ellos el ciudadano no puede alcanzar, o ve seriamente
dificultado, su desarrollo personal y social (salario mínimo, protección económica de
los menores, ancianos, minusválidos, etc…).
 Los derechos de prestación: obligan al Estado a crear y mantener las condiciones
materiales necesarias para el ejercicio efectivo de ciertos derechos, como la educación
o la tutela judicial. Actualmente, casi todos los derechos, en mayor o menor medida,
son derechos de prestación y requieren algún tipo de actuación positiva del Estado
para ser accesible al ciudadano.

En lo que respecta al Derecho internacional, se puede considerar que ha recepcionado la


primera y segunda generación de derechos, iniciando el reconocimiento también de derechos
que integrarían una cuarta generación, si bien no se han reconocido ni tutelado igualmente los
derechos económicos, sociales y de prestación de la tercera generación, dado el impacto que
tales derechos tienen en las políticas presupuestarias nacionales.

Es notable, sin embargo, la confluencia entre el ámbito internacional y el de los Estados


nacionales en lo que respecta a los derechos de cuarta generación que se describen a
continuación.

3.3. El Estado Social. La cuarta generación de derechos

La cuarta generación de derechos no surge de un cambio en el modelo de Estado social, sino


de la evolución social, científica y técnica. En algunos casos se trata de derechos preexistentes,
pero que sufren variaciones como consecuencia de las nuevas tecnologías. Está integrada por
los siguientes grandes bloques:

1) Los derechos relativos a la protección del ecosistema y al patrimonio de la humanidad


 Derecho al medio ambiente y al mantenimiento y desarrollo equilibrado del hábitat.
 Derecho a la biodiversidad y a la bioseguridad.
 Derecho a la obtención de alimentos que no alteren ni pongan en peligro la identidad
genética ni la salud humana.
 Derecho de acceso a los entornos naturales.
 Derecho al reconocimiento y protección del patrimonio cultural.
 Derecho al progreso y a un desarrollo industrial y tecnológico sostenible.
 Derecho a la obtención de productos industriales y farmacéuticos que no alteren ni
menoscaben la integridad ni identidad del ser humano.

2) Los derechos relativos a un nuevo estatuto jurídico sobre la vida humana


 Derecho a la vida: abolición de la pena de muerte y estatuto jurídico del preembrión,
embrión y feto.
 Derecho a la integridad psicológica y moral.
 Derecho a la libertad de autodeterminación física: tratamientos médicos y
consentimiento informado.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 8

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

 Derecho a la identidad genética: clonación y derecho a la información genética.


 Derecho a renunciar a la propia vida: suicidio y eutanasia.
 Derecho a la reproducción humana.
 Derecho a la protección eficaz de la salud.
 Derecho a la libertad de investigación y aplicación técnica y científica biomédica.

3) Los derechos derivados de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información


 Derechos de la comunicación y la información: a una información completa y veraz; al
acceso a la información de relevancia para la Humanidad; a la información genética; a
comunicar libremente ideas, pensamientos u opiniones por cualquier medio, público o
privado; al acceso a los medios técnicos de comunicación públicos y privados; a la
autodeterminación informativa; a la protección de datos de carácter personal o
familiar.
 Derechos en la red: derechos informáticos; a conocer la identidad del emisor de
información u opiniones; a la vida privada, a la intimidad y al honor en la red; a la
propia imagen en la red; a la propiedad intelectual en la red.
 Derechos de los menores ante las nuevas tecnologías informativas y de comunicación:
en los medios de comunicación, información u opinión; protección específica de la
infancia en la red; derecho al acceso a la cultura a través de los medios de
comunicación e información.

Tal como se indicó antes, el Derecho internacional ha recepcionado la primera y segunda


generación de derechos, iniciando activamente el reconocimiento también de derechos que
integrarían la cuarta generación, si bien no se han reconocido ni tutelado igualmente los
derechos económicos, sociales y de prestación de la tercera generación, dado el impacto que
tales derechos tiene en las políticas presupuestarias nacionales.

[EL SISTEMA DE DERECHOS Y LIBERTADES

En el ordenamiento jurídico español coexisten normas emanadas de los órganos centrales del
Estado, de los órganos de las CCAA y de organizaciones, instituciones o acuerdos
internacionales. Estas últimas revisten especial importancia en lo que respecta a los derechos y
libertades, dado el reconocimiento y tutela que éstos han encontrado en el ámbito
internacional.

Por tanto, el sistema de derechos y libertades español no es exclusivamente de producción


interna, coexistiendo el nivel central con el autonómico (los respectivos Estatutos incluyen
referencias a los derechos y libertades en el ámbito de las CCAA, remitiéndose generalmente a
los reconocidos en la CE) y el nivel internacional de reconocimiento y tutela de derechos. En el
nivel internacional hay que distinguir entre los acuerdos o pactos concretos y los actos
emanados de organizaciones internacionales creadas para tutelar los derechos, así como el
ámbito territorial de aplicación (ONU, Consejo de Europa, UE).]

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 9

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Tema II. Constitucionalismo Multinivel. Derecho de producción interna

I. Constitucionalismo Multinivel: Concepto

La extraordinaria complejidad de los ordenamientos jurídicos ha llevado a la doctrina a


preguntarse y a indagar en nuevos sistemas de articulación e interpretación de la realidad
jurídica. El concepto de constitucionalismo multinivel es fruto de estas preocupaciones y de las
aportaciones doctrinales subsiguientes. Esta teoría encuentra su más nítida utilidad
interpretativa en el marco de la definición de las relaciones entre el Derecho de la UE y el
Derecho producido por los Estados miembros.

El multinivel puede configurarse como un paradigma «autónomo» en el marco del proceso de


integración europea, dirigido a explicar esta complejidad jurídica aplicable a los sistemas
integrados por subsistemas. La necesidad de la interpretación multinivel del ordenamiento no
se centra exclusivamente en los niveles de producción jurídica «nacional» y «europea», sino
que requiere integrar otros niveles tanto en el plano «interno» como en el «externo».

Aunque inicialmente el sistema multinivel aluda casi en exclusividad al plano legislativo,


actualmente debe integrarse en el análisis multinivel no sólo la producción legislativa, sino la
ejecución normativa y la interpretación jurisprudencial. El constitucionalismo multinivel es de
carácter inclusivo, sobre todo en la medida en la que se aparta del monopolio del Estado como
espacio constitucional único.

El ordenamiento jurídico es un ordenamiento complejo en el que coexisten un número muy


elevado de normas de distinta jerarquía, naturaleza, ámbito de aplicación y diferente origen. El
ordenamiento articula las normas emanadas de los órganos centrales del Estado y de los
órganos de las CCAA que poseen capacidad normativa en el ámbito de sus respectivos
territorios. Y unas y otras coexisten con las normas emanadas de organizaciones, instituciones
o acuerdos internacionales. Las declaraciones, acuerdos y normas relativas a derechos ocupan
un lugar importantísimo, pues el reconocimiento y tutela de los derechos han encontrado en el
ámbito internacional un marco fundamental.

Por tanto, el sistema de derechos y libertades español no es exclusivamente un sistema de


producción interna, sino también externa, supranacional e internacional.

Por otro lado, en el denominado nivel internacional debemos distinguir los documentos
internacionales que tienen su origen en acuerdos o pactos concretos, de aquellos otros que
han surgido en el marco de una organización internacional específicamente creada para la
tutela de los derechos o que tiene entre sus objetivos esta tutela.

Podríamos decir que el sistema jurídico multinivel debe distinguir los siguientes niveles de
producción, ejecución e interpretación normativa:
 Nivel de producción supranacional:
o Derecho de la UE.
o Derecho Internacional.
 Nivel de producción interna:
o Constitución.
o Derecho de los órganos centrales del Estado.
o Derecho de los órganos territoriales (CCAA, regiones, Estados federales).
o Derecho de otros entes territoriales (en su caso y en función de las
competencias asumidas).

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 10

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

En dicha clasificación, el término «Derecho» comprende todas las fuentes jurídicas implicadas
en cada caso, incluyéndose por tanto la jurisprudencia emanada por los órganos
jurisdiccionales que en cada caso corresponda. El Derecho de la UE integra la jurisprudencia del
Tribunal de Justicia, y en la mención al Derecho internacional queda comprendida la
jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

A pesar de que el ordenamiento jurídico está compuesto por normas emanadas por diferentes
órganos, nada impide que lo podamos identificar como uno solo y mantenerse así el principio
básico de la unidad del ordenamiento jurídico. Como venimos afirmando, una vez que las
normas se incorporan a nuestro ordenamiento se consideran normas internas, con
independencia de su procedencia.

La circularidad de los distintos niveles jurídicos integrados en un mismo ordenamiento, y la


interacción entre ellos, son dos de las características del sistema jurídico multinivel.

II. Constitucionalismo Multinivel y Derechos Fundamentales

El análisis multinivel aplicado al reconocimiento y protección de los derechos nos permite


conocer la real situación de los derechos en un ordenamiento jurídico integrado por diferentes
niveles. Pero ello no debe llevarnos a desconocer «las características específicas de la
protección ofrecida por cada nivel», ya que son esas características las que nos permiten «dar
cuenta también de la diferente función que el reconocimiento y protección de los Derechos
cumplen en los diversos niveles».

El constitucionalismo democrático ha tenido en el reconocimiento y defensa de los derechos su


paradigma fundamental. Resulta imposible desvincular constitución, democracia y derechos
fundamentales, una triada que está en la base misma de cualquier construcción política actual.

El Derecho Internacional ha dedicado sus esfuerzos a la consolidación del reconocimiento y


protección de los derechos con clara aspiración universal. La UE ha debido recorrer un largo y
proceloso camino hasta lograr disponer de un elenco propio y codificado de derechos
fundamentales: la Carta de Derechos Fundamentales.

Al igual que la Carta ha ensanchado y formalizado el multinivel español de producción externa


en materia de derechos, las reformas de varios Estatutos de Autonomía caracterizadas, entre
otros aspectos, por la incorporación de un catálogo propio de derechos, ha ampliado el
multinivel español de producción interna.

III. Derecho de producción interna. Las Fuentes del Derecho y la Constitución como Fuente
del Derecho

Entendiendo por fuentes del Derecho el origen de las normas jurídicas, en el sentido de
«aquello a lo que el ordenamiento confiere la virtualidad de crear normas», se han aceptado
tradicionalmente como tales el Derecho escrito, la jurisprudencia, la costumbre, los principios
generales del Derecho y, en el ámbito constitucional, las convenciones constitucionales. En
nuestro ordenamiento comparte importancia con las fuentes escritas la jurisprudencia
emanada del Tribunal Constitucional, siendo menor la relevancia de la costumbre y de los
principios generales del Derecho, ya que, de entre estos, los más relevantes al Derecho
constitucional están ya explícita o implícitamente recogidos en la propia Constitución.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 11

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Podemos entender por fuente del Derecho «las diversas categorías o tipos normativos a través
de los cuales se incorporan normas jurídicas al ordenamiento», siendo entonces norma o
precepto el contenido material inserto en una fuente.

La Constitución es en nuestro ordenamiento la primera y más fundamental de las fuentes


escritas, ya que es la norma sobre producción de las normas. Además, es fuente en sentido
pleno, al ser origen mediato e inmediato de derechos y obligaciones. Constituye asimismo
fuente del ordenamiento europeo en cuanto habilita en su art. 93 a la integración del Derecho
comunitario en el Derecho español, lo cual es compatible con la consideración de que la
Constitución española es la norma suprema de nuestro ordenamiento jurídico.

El ordenamiento jurídico se puede definir como un conjunto sistemático de normas. Se rige por
diversos principios, destacando los de:
 Jerarquía: clasifica las normas del ordenamiento jurídico en función de su mayor o
menor rango normativo.
 Competencia: distingue las normas en función del órgano que tenga atribuida la
facultad de su elaboración.

El ordenamiento jurídico contiene asimismo valores, principios e instituciones a las que las
propias normas expresan o aluden. En él coexisten normas de diverso rango, así como normas
emanadas de centros legislativos de diferentes niveles territoriales.

3.1. Constitución y jurisprudencia del Tribunal Constitucional

Las resoluciones de los órganos jurisdiccionales en el desenvolvimiento de sus competencias


constituyen también una fuente del Derecho: la jurisprudencia.

Interesa por ello la jurisprudencia del TS, con competencia en todo el territorio nacional, la de
los TSJ de las CCAA y, sobre todo, en materia constitucional, la del Tribunal Constitucional,
órgano regulado en el Título X de la CE. La LO 2/1979 desarrolla los preceptos constitucionales
en cuanto a la naturaleza, estructura y funciones del TC.

Según el art. 1.1 LOTC, el TC, «como intérprete supremo de la Constitución, es independiente
de los demás órganos constitucionales y está sometido solo a la CE y a la presente LO». El TC es
único en su orden y extiende su jurisdicción a todo el territorio nacional.

De acuerdo con la CE y la LOTC, el TC es competente para conocer:


 Del recurso de inconstitucionalidad contra leyes y disposiciones normativas con fuerza
de ley. La declaración de inconstitucionalidad de una norma jurídica con rango de ley
afectará a ésta expulsándola del ordenamiento jurídico, si bien la sentencia o
sentencias recaídas en virtud de la ley derogada no perderán el valor de cosa juzgada.
 Del recurso de amparo por violación de derechos y libertades referidos en el art. 53.2
CE, y desarrollado en la LOTC.
 De la cuestión de inconstitucionalidad que puede elevar un órgano judicial que
considere que una norma con rango de ley aplicable al caso sometido a su
conocimiento, de cuya validez dependa el fallo, pueda ser contraria a la CE (art. 163 CE
y 2.1.a de la LOTC).
 De los conflictos de competencias entre el Estado y las CCAA o de los de éstas entre sí.
 De los conflictos entre órganos constitucionales del Estado.
 De los conflictos en defensa de la autonomía local.
 De la declaración sobre la constitucionalidad de los tratados internacionales.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 12

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

 De las impugnaciones por parte del Gobierno contra las disposiciones y resoluciones
adoptadas por los órganos de las CCAA.
 Según el art. 161 CE y el 2 LOTC, las demás competencias que le atribuyan la CE o las
Leyes Orgánicas.

La CE otorga valor de cosa juzgada a las sentencias del TC desde el día siguiente a su
publicación en el BOE, con los votos particulares, si los hubiere, sin que quepa recurso alguno
contra ellas. Las sentencias del TC que declaren la inconstitucionalidad de una ley o norma con
fuerza de ley y todas las que no se limiten a la estimación subjetiva de un derecho, tienen
plenos efectos frente a todos (art. 164.1 CE).

La jurisprudencia del TC es fuente del Derecho. De entre sus sentencias destacan las
denominadas sentencias interpretativas, en las que el TC realiza una interpretación de uno o
más preceptos legales en relación con uno o más artículos constitucionales, determinando así
la única interpretación válida o, por el contrario, la única interpretación inválida con lo cual
acota el sentido de esos preceptos constitucionales.

Se limitan de esta manera el margen de discrecionalidad del legislador ordinario para


desarrollar los principios constitucionales. La doctrina viene considerándolas parte
fundamental de la jurisprudencia como fuente del Derecho por su relevancia en orden a la
interpretación de la CE, a pesar de que ésta no la menciona expresamente. Por otro lado, la
doctrina distingue las llamadas sentencias manipulativas, que evitan declarar la invalidez de
una ley alterando en cierta medida su tenor literal, con lo que varían propiamente el contenido
dispositivo de la norma, y con ello, el TC compite con el poder legislativo directamente
formulando en positivo reglas de Derecho. De producirse tal actividad, el TC rebasaría, en
opinión de la autora, las competencias atribuidas al TC como garante de la CE.

La interpretación que de una ley hace el TC se incorpora al texto y tiene el rango de éste.
Asimismo, la interpretación del TC de los preceptos constitucionales es igualmente vinculante
para todos.

La jurisprudencia ordinaria queda, por otro lado, vinculada no solo a la CE, sino también a la
interpretación que de la misma hace el TC (art. 5.1 LOPJ).

3.2. Jurisprudencia y nuevos derechos

La actividad jurisdiccional del TC ha permitido tanto definir nuevos derechos con base a otros
reconocidos expresamente en la CE o en sus valores o principios, como redefinir el contenido
esencial y alcance de derechos constitucionales para dar respuesta a nuevas situaciones y
demandas sociales.

Aunque en la CE no exista norma expresa en este sentido (como la 9ª enmienda de la


Constitución de EEUU o el art. 29 de la CE de 1869), es legítimo que el TC, como máximo
intérprete de la CE, pueda definir o redefinir nuevos derechos siempre que se mantenga dentro
de los cauces de la interpretación y no de la manipulación arriba descrita. Así ha sucedido con
derechos como la libertad sexual, el derecho a la reproducción, a la objeción de conciencia de
los médicos, o a no someterse a determinados tratamientos médicos.

IV. La Constitución como norma suprema en el sistema multinivel

4.1. Fundamento de la concepción normativa de la Constitución

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 13

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Constitución normativa y democracia están hoy ineludiblemente unidas. Los primeros textos
constitucionales codificados aparecen a finales del s. XVIII: la Constitución de EEUU en 1787,
surgida del deseo de independencia; y poco después la francesa, como oposición al
absolutismo monárquico.

El art. 16 de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 establece que:
«Toda sociedad en la cual la garantía de los derechos no está asegurada ni la separación de
poderes establecida no tiene Constitución».

Las constituciones configuran el poder como una construcción de la sociedad o del pueblo, en
la cual éste se reserva zonas de libertad e instrumentos de participación y control efectivos, de
modo que el poder no pueda nunca pretender ser superior a la sociedad, sino sólo su
instrumento. La formalización de las constituciones en documentos escritos y codificados
(salvo el ejemplo consuetudinario inglés) pretende plasmar en la norma de las normas los
principios esenciales de la comunidad política.
Hay que tener en cuenta que solo hay constitución como norma y, en particular, norma
suprema, cuando el Ordenamiento establece el cumplimiento obligatorio de los preceptos
constitucionales.

4.2. Valor normativo de la Constitución

Hasta la consideración de la Constitución como norma suprema se ha llegado tras un dilatado


proceso. Mientras en EEUU se asentó pronto la idea de la supremacía de la Constitución frente
a la ley, en Europa solo aparecen los principios de normatividad directa y supremacía efectiva
de la Constitución a partir de la 1ª Guerra Mundial. La supremacía de la Constitución frente a
las demás leyes fue confirmada en EEUU con la resolución del caso Madison contra Madbury
en 1803. En ella el juez Marshall, presidente del TS, consideró que la Constitución es la norma
suprema de la comunidad política y que, por ello, las demás leyes deberían respetar sus
principios.

La tradición constitucional española, por el contrario, se decantó por considerar la Constitución


como una norma más del ordenamiento jurídico, limitándose a ofrecer cobertura jurídica a la
actuación de las fuerzas políticas y fácticas en cada momento.
La Constitución republicana de 1931, por el contrario, declaró la supremacía de la Constitución
sobre el resto del ordenamiento jurídico, creando un Tribunal de Garantías Constitucionales.

La CE actual, en su art. 9.1 proclama que: «Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos
a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico». Confirma asimismo en el art. 53.1 la
sujección de los poderes públicos a la CE en lo que respecta a los derechos y libertades
regulados en el Capítulo II del Título I y establece el control de constitucionalidad de las leyes
en el art. 161.1.a.

Debe excluirse hoy día la tesis de que algunos preceptos constitucionales no fueran
directamente aplicables desde el mismo momento de vigencia de la CE, sustentada en el
pasado sobre la base de la distinta nitidez literal en algunos de sus principios y en las
remisiones a leyes de desarrollo posteriores.

La CE es, por tanto, un texto normativo pleno. Esta vigencia inmediata ha tenido gran
trascendencia en materia de derechos y libertades.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 14

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Según ha declarado el TC, que desde un principio ha afirmado el valor supremo de la CE y la


aplicación directa de todos sus principios:
 La sujeción a la CE es consecuencia obligada de su carácter de norma suprema.
 La CE es la norma fundamental directamente aplicable y alegable ante los tribunales
ordinarios.
 La CE es norma jurídica y no una declaración programática.

V. Contenido de la Constitución y Derechos

5.1. Estructura interna de la Constitución

La CE consta de 169 artículos más un preámbulo (que no tiene valor normativo). Está
estructurada en 11 Títulos (el primero es el Título Preliminar), más cuatro disposiciones
adicionales (derechos forales y de régimen fiscal de Canarias), nueve disposiciones transitorias,
una disposición derogatoria (que afecta a todas las disposiciones contrarias a la CE) y una
disposición final, estableciendo que la CE entrara en vigor el mismo día de su publicación (29-
XII-1978).

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 15

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

5.2. Parte dogmática y parte orgánica de la Constitución

La parte dogmática de la CE contiene los grandes valores y principios del régimen


constitucional, mientras la parte orgánica contiene la regulación de los órganos y poderes
públicos. Incluye un amplio catálogo de derechos y libertades, contenidos sobre todo en el
Título I.

La parte dogmática se encuentra en posición de coordinación, subordinación y supraordinación


de la parte orgánica, de forma que ésta sirve para garantizar el sistema liberal y democrático de
convivencia establecido en aquella. La parte dogmática encierra lo decisivo y orientador, siendo
la organización estatal su instrumento.

Parte dogmática  En la Constitución española la parte dogmática está constituida por los
Principios constitucionales que determinan la configuración política y territorial del Estado
español y sus señas de identidad (Título preliminar); así como por la enumeración y regulación
de los Derechos Fundamentales y sus garantías. Por otro lado se incluyen los principios
rectores de la política social y económica (Título I).

Parte orgánica  Se diseña la estructura del Estado regulando los órganos básicos que ejercen
los poderes estatales. El sistema español conserva el diseño tripartito de división de poderes
de Montesquieu, entre Poder ejecutivo, Poder legislativo y Poder judicial.

VI. Los Derechos en los Estatutos de Autonomía reformados

6.1. Referencias sobre la doctrina constitucional sobre incorporación de derechos a los


Estatutos de Autonomía

Tras la entrada en vigor de la CE se desplegaron las previsiones en ella contenidas y el


desarrollo legislativo del título VIII transformó profundamente el modelo de Estado. El modelo
descentralizado consagrado en la CE no ha dejado de completarse. Los Estatutos de Autonomía
(EEAA en adelante) aprobados en los primeros años del régimen constitucional incidieron
fundamentalmente en los aspectos institucionales siguiendo la literalidad del artículo 147.1 CE.

Una de las singularidades más notables de este proceso de revisión estatutaria ha sido la
incorporación a los nuevos Estatutos reformados de títulos dedicados específicamente a los
derechos (EEAA de Andalucía, Castilla y León, Cataluña, Islas Baleares, Extremadura y Valencia).

La incorporación de un catálogo propio de derechos en las reformas estatutarias mencionadas,


se remiten a un desarrollo ulterior que disponen expresamente la posterior elaboración de una
Carta de derechos sociales «ampliando de este modo las posibilidades de diseño de las
políticas públicas autonómicas», o contiene referencias de remisión a la CE. Entre las varias
cuestiones planteadas se ha destacado la propia naturaleza jurídica de estos derechos

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 16

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

estatutarios y su posicion y funcionalidad dentro del ordenamiento jurídico.

Dos sentencias del TC resultan imprescindibles:

A) STC 247/2007: resolvió el recurso de inconstitucionalidad interpuesto por el Gobierno de


Aragón contra la LO 1/2006, de reforma de la LO 5/1982 del Estatuto de Autonomía de la
Comunidad Valenciana, por el que se da nueva redacción a su art. 17.1 que se consagra un
«derecho al agua» que los recurrentes consideraban contrario a la CE en la redacción dada por
dicho artículo del Estatuto Valenciano. Esta STC señaló que nuestro sistema constitucional
descansa en la adecuada integración del principio de autonomía de las nacionalidades y
regiones en el principio de unidad indisoluble de la Nación española que lo engloba. De ahí que
nuestro Estado sea políticamente descentralizado.

El Principio de solidaridad completa e integra los principios de unidad y autonomía y el Estado


queda obligado a garantizar la realización efectiva de dicho principio velando por un equilibrio
económico adecuado y justo entre las diversas partes del territorio español.

En definitiva, afirma el TC que el principio de igualdad de los ciudadanos ante la Ley que
incorpora el art. 14 CE no puede concebirse haciendo caso omiso de la diversidad normativa
que deriva directamente de la CE, dentro de ciertos límites.

A continuación el TC se plantea cual debe ser el contenido constitucionalmente legítimo de los


EEAA para avanzar en si la incorporación de derechos a ellos es o no materia propia del
Estatuto. El art. 147 CE delimita un contenido básico y mínimo de los EEAA pero no impide la
incorporación a ellos de otras materias. Ellos pueden incluir en su contenido no sólo las
determinaciones expresamente previstas en el texto constitucional sino también otras
cuestiones derivadas de la CE «relativas a las funciones de los poderes e instituciones
autonómicos, tanto en su dimensión material como organizativa, y las relaciones de dichos
poderes e instituciones con los restantes poderes públicos estatales y autonómicos y con los
ciudadanos».

El principio dispositivo ofrece a las CCAA «un margen importante en este punto a las diferentes
opciones de las CCAA, margen tanto sustantivo como de densidad normativa pero que opera
dentro de los límites que se deriven de la CE».

B) STC 31/2010 sobre el Estatuto de Cataluña. Los derechos incluidos en los EEAA están
vinculados a las competencias asumidas legítimamente por los diferentes territorios y
vinculantes para los poderes autonómicos y pueden considerarse complementarios de los
derechos reconocidos en el «espacio constitucional multinivel resultante de la integración
estatal, internacional y europea, de manera que se asumen explícitamente las consecuencias
de la interacción entre estos ordenamientos».

Los derechos estatutarios deben distinguirse de los derechos fundamentales ya que éstos «son
estrictamente aquellos que en garantía de la libertad y de la igualdad, vinculan a todos los
legisladores, esto es, Cortes Generales y Asambleas legislativas de las CCAA, sin excepción. Esa
función limitativa sólo pueden realizarse desde la norma común y superior a todos los
legisladores». El TC afirma que los «derechos reconocidos en EEAA han de ser cosa distinta»
(sólo vinculan al legislador autonómico y derechos además materialmente vinculados al ámbito
competencial propio de la CCAA).

Habrá que atender a las categorías de «derecho» para concluir si su inclusión en un Estatuto es

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 17

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

o no constitucionalmente posible. Lo decisivo del TC será si los mandatos en ellos


comprendidos vinculan exclusivamente al poder público catalán y si sólo pretenden hacerlo en
el marco de sus competencias. Este tipo de derechos estatutarios que no son derechos
subjetivos, sino mandatos a los poderes públicos, operan como pautas para el ejercicio de las
competencias autonómicas.

Como señala críticamente G. Cámara «donde el legislador estatuyente reconoció y garantizó


derechos, si éstos están incardinados en el ámbito competencial y no en el institucional, habría
que entender que sólo se establecen principios» necesitados de ulterior desarrollo aunque ello
no les «desprovee de su condición de derechos» y además pueden detectarse «derechos
directamente justiciables» que posibilitan su directa aplicación en caso de inexistencia de
desarrollo legislativo.

6.2. Derechos, principios y garantías en los Estatutos de Autonomía reformados

En cuanto a los específicos derechos incorporados a los nuevos EEAA reformados, aunque la
mayoría de ellos presentan similitudes, no hay una absoluta identidad entre ellos. Una parte
sustancial de los nuevos catálogos de derechos se relacionan con materias reguladas en el
Capítulo III de la CE bajo la rúbrica de «principios de política social y económica». Pueden
también encontrarse referencias a aspectos claramente relacionados con materias referidas a
derechos fundamentales. Incluyen menciones a aspectos no regulados en la CE pero
incorporados a documentos internacionales o al Derecho de la UE (por ej.: derecho a una
buena administración).

Incorporan también principios rectores y garantías.

Entre los principios rectores, tendentes a canalizar las políticas para el cumplimiento de los
derechos reconocidos, podemos encontrar la prestación de unos servicios públicos de calidad,
lucha contra el sexismo, la xenofobia, la homofobia, la protección de las personas en situación
de dependencia, la lucha contra la marginación y la pobreza.

Entre las garantías:


 Vinculación de los poderes públicos y de los particulares a los derechos: se consagran
obligaciones de los poderes públicos en relación con el contenido de los derechos
incorporados al Estatuto.
 Protección jurisdiccional: posibilidad de interponer recurso ante la jurisdicción
correspondiente de acuerdo con los procedimientos que establezcan las leyes
procesales por violación de los derechos estatutarios.
 Efectividad de los principios rectores: el reconocimiento y protección de los principios
rectores de las políticas públicas informará las normas legales y reglamentarias
andaluzas, la práctica judicial y la actuación de los poderes públicos, y podrán ser
alegados ante los jueces y tribunales de acuerdo con lo que dispongan las leyes que los
desarrollen.
 Defensa de los derechos: mantienen el reconocimiento de una institución de defensa
de los derechos (defensor del pueblo o denominaciones diferentes pero con igual
alcance jurídico).

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 18

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Tema III. Constitucionalismo Multinivel. Derecho de Producción Externa. Los Derechos


Fundamentales en la Unión Europea

I. La construcción europea

Desde la creación de las Comunidades Europeas hasta el Tratado de Lisboa, el último Tratado
modificativo que ha entrado en vigor, se ha producido la consolidación de un fenómeno
singular como es la construcción de una Europa ligada por lazos económicos pero también
sociales y culturales.

1.1. Origen

La génesis de la unión Europea ha estado presidida por la búsqueda de una paz estable. Los
inicios, en la primera mitad del s. XX, se vieron frustrados por las dos guerras mundiales. El 9 de
Mayo de 1950, con la propuesta francesa de poner la producción franco-alemana de carbón y
acero bajo una Alta Autoridad común, abierta a la participación de otros países europeos,
marcó un hito fundamental en la construcción europea. El resultado fue la creación de la CECA
por el Tratado de París el 18-4-1951, suscrito por Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Holanda y
Luxemburgo. Unos años después, el llamado Informe Spaak contenía el germen del mercado
común europeo, y llevó a la postre a la firma en Roma, el 25 de Marzo de 1957, de tres
tratados: El Tratado constitutivo de la CEE, el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea de
la Energía Atómica (CEEA o EURATOM) y el Tratado relativo a instituciones comunes de la
Comunidades Europeas, por el que se crearon una Asamblea única y un Tribunal de Justicia
único para las tres comunidades. Desde 1965, con el Tratado de Bruselas, se instituyen un
Consejo y una Comisión comunes, surgiendo así la Comunidad Económica Europea o
Comunidad Europea, denominación que se mantendría hasta el Tratado de Maastrich. El
Derecho Originario comunitario contenido en estos tratados ha sido luego modificado por el
Acta Única, el Tratado de Maastrich, el de Amsterdam, el de Niza, etc… El resultado es que la
Comunidad se organizó en torno a instituciones propias con competencias legislativas,
ejecutivas y judiciales, creando un ordenamiento jurídico vinculante para los Estados miembros
en el ámbito de dichas competencias.

1.2. Las ampliaciones

Los iniciales seis miembros de la Comunidad han pasado hoy a ser veintisiete a través de cinco
ampliaciones sucesivas, y se mantiene abierto el proceso para la incorporación de nuevos
miembros:
 En 1972 se integraron UK, Dinamarca e Irlanda, ya con vistas a una futura integración
política.
 Seguidamente Grecia firmó su adhesión en 1979, entrando ésta en vigor en 1981.
 España y Portugal firmaron su adhesión en 1985, entrando en vigor el 1 de Enero de
1986.
 Austria, Suecia y Finlandia se adhirieron en 1995, siendo ésta ya la primera ampliación
de la Unión Europea, posterior al Tratado de Maastrich y con el Mercado Único
europeo en vigor.
 Con efectividad el 1 de Mayo de 2004, se incorporaron 10 nuevos miembros: Chipre,
Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia y la República
Checa.
 El 21 de Junio de 2005 se firmó el tratado de adhesión de Bulgaria y Rumanía,
abriéndose el proceso de ratificación.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 19

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

1.3. El Derecho de la Unión

La Unión Europea consta de un entramado institucional y un Ordenamiento jurídico propio


(Derecho Comunitario) que se integra en el Derecho interno de los Estados miembros gracias a
la cesión de competencias de éstos a favor de la unión.

El Derecho comunitario está formado por los tratados constitutivos, sus modificaciones
posteriores y por las normas y actos emanados de las instituciones comunitarias en razón de
sus respectivas competencias.

Las relaciones entre el Derecho Comunitario y los Derechos internos de los Estados miembros
discurren a partir del Principio de Competencia, por el que los Estados Nacionales reconocen la
competencia exclusiva de las instituciones europeas para regular determinadas materias.

Niveles del sistema de fuentes comunitario:


 Derecho originario o primario, compuesto por los Tratados constitutivos y sus
reformas.
 Derecho derivado o secundario, formado por las normas emanadas de las instituciones
de la unión habilitadas para ello por los Tratados constitutivos y sus reformas.
 Derecho terciario o complementario, integrado por normas de desarrollo de las normas
de Derecho Derivado.

Según ha señalado reiteradamente el Tribunal de Justicia de la UE, el Derecho Comunitario es


de obligado cumplimiento para los Estados miembros, gozando de preferencia con respecto al
Derecho interno de éstos respecto de las competencias cedidas a la UE.
 El Derecho originario es vinculante para todos los Estados miembros y directamente
aplicable, siempre que el propio Tratado no difiera tal aplicación a una norma ulterior.
Constituye el marco básico y superior del Ordenamiento comunitario en tanto no entre
en vigor la Constitución Europea. Se reafirma el carácter supremo de los Tratados
dentro del Ordenamiento comunitario a través de las competencias otorgadas al
Tribunal de Justicia para controlar la legalidad de los actos emanados de las
instituciones europeas (art. 230 TCE).
 El Derecho derivado o secundario vincula a los Estados conforma a las denominadas
eficacia vertical (relaciones entre los Estados miembros y los ciudadanos) y eficacia
horizontal (rige las relaciones entre particulares). Hasta que entre en vigor la
Constitución Europea, las normas fundamentales del Derecho Derivado son:
o Los Reglamentos: normas generales, con eficacia plena, de aplicación
obligatoria y directa en todos sus elementos y en todo Estado miembro.
o Las Directivas: actos del Consejo o la Comisión que obligan a los Estados
miembros en cuanto al objetivo, pero que permiten a los Estados arbitrar las
formas y los medios para lograr dicho objetivo. Debe ser, por tanto,
complementada por las normas internas de los Estados. Hasta entonces, solo
tiene efecto vertical, en garantía de los particulares, pudiendo ser la Directiva
invocada por éstos ante los tribunales.
o Las Decisiones: son actos jurídicos normativos de aplicación directa e
inmediata en uno o varios Estados miembros, sin precisar la intervención de
éstos. Se diferencian de los Reglamentos en que no tienen carácter general,
sino individual, y han de ser notificadas al destinatario.

1.4. La eficacia del Derecho de la Unión Europea: el efecto directo y la primacía

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 20

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

La eficacia del Derecho Comunitario se asienta sobre dos pilares fundamentales: el efecto
directo y la primacía.

El Tribunal de Justicia ha definido la doctrina del efecto directo, a partir de la STJ Van Gend and
Loos (5-2-1963), en la que establece que los Estados, al suscribir el Tratado, reconocen una
naturaleza específica al Derecho comunitario que permite su invocación por los nacionales
ante sus respectivas jurisdicciones. Este efecto directo afecta al Derecho originario (tratados) y
a los Reglamentos de Derecho derivado.

En el caso de las Directivas, se suele considerar un efecto indirecto, si bien podrían tener, en
ciertos casos, efecto directo si cumplen las siguientes condiciones, según el TJ:
 Ser clara y precisa.
 No estar sometida a reserva alguna por parte del Estado en cuestión.
 No requerir para su ejecución de ningún otro acto jurídico comunitario.
 No dejar al Estado margen de apreciación en cuanto a su aplicación.

El Principio de Primacía es quizá la más importante característica del Derecho comunitario.


Según la jurisprudencia del TJ, el Derecho comunitario constituye un Ordenamiento jurídico
propio que se integra en el ordenamiento jurídico de los Estado miembros y que prima sobre la
aplicación de cualquier norma interna. Como consecuencia de este principio:
 El Derecho comunitario y el Derecho interno no se rigen por el principio de jerarquía,
sino por una variante del Principio de Competencia.
 No rige entre ambos el principio de ley posterior, ya que una norma nacional posterior
a una comunitaria no puede restar eficacia a ésta.
 Los órganos jurisdiccionales internos tienen la obligación de garantizar la primacía del
Derecho comunitario, inaplicando la norma interna en los casos en que proceda.

En cuanto a posibles conflictos entre normas comunitarias y normas de la Constitución de un


Estado miembro, la relación de primacía ha sido cuestionada en ocasiones. En este sentido, el
art. I-10 del Proyecto de Constitución Europea establece que «La Constitución y el Derecho
adoptado por las instituciones de la Unión en el ejercicio de las competencias que le son
atribuidas primarán sobre el Derecho de los Estados miembros».

1.5. Articulación entre la Constitución nacional y la Europa constitucional: el sistema


multinivel de producción externa

Aunque no es opinión unánime en la doctrina, el ordenamiento de la UE es un ordenamiento


«constitucional». En el ámbito de la Unión el tratado internacional había sido siempre la norma
utilizada, el término constitución se ha utilizado igualmente en el contexto europeo,
especialmente por el Tribunal de Justicia, para referirse al Tratado constitutivo de la
Comunidad Europea. Los tratados internacionales no son, ni material ni formalmente,
constituciones en el sentido en el que ambas expresiones son utilizadas en el ámbito jurídico.
Pero es cierto que los Tratados constitutivos europeos unen a su naturaleza de norma jurídico-
internacional algunas características más nítidamente constitucionales (por ej.: el constituirse
en norma superior o norma de referencia del resto del ordenamiento comunitario).

La UE es una construcción jurídica y social absolutamente singular y de la misma manera que


su ordenamiento no es comparable a otros sistemas internacionales, de igual manera debemos
interpretar sus tipos normativos sin que sea preciso que, en todos los casos, estos respondan a
las características de los que puedan existir en el ámbito de los Estados nacionales.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 21

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

El Prof. Häberle enuncia la existencia de una «comunidad constitucional» sui generis [de su
propio género o especie] y añade que «los actuales Tratados son constituciones parciales o
tratados constitucionales sectoriales que sustraen ámbitos clásicos a las constituciones
nacionales, de tal manera que éstas en algunos aspectos, a su vez, se convierten en
constituciones parciales en el contexto de la CE/UE».

II. El Tratado de Lisboa

2.1. Origen

El Tratado de Lisboa cerró la grieta abierta por el fracaso del proyecto para elaborar un Tratado
Constitucional.

Es el fruto de negociaciones entre Estados miembros reunidos en una Conferencia


Intergubernamental en 2007, en la que participaron la Comisión y el Parlamento Europeo. Fue
firmado por los Jefes de Estado o de Gobierno de los veintisiete Estados miembros. La
Conferencia Intergubernamental recibió el mandato de elaborar un Tratado que modificara los
Tratados vigentes con el fin de aumentar la eficacia y legitimidad democrática de la Unión
ampliada y la coherencia de su acción exterior.

Así, el Tratado de Lisboa, incorporó dos cláusulas substantivas que modificaron el Tratado de la
UE (que conservó su denominación) y el Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea (pasó a
llamarse Tratado sobre el Funcionamiento de la Unión).

La Unión adquirió una única personalidad jurídica (con el objetivo de fortalecer su poder de
negociación, convirtiéndola en un actor más eficaz internacionalmente y socio más visible para
otros países y organizaciones) y la palabra «Comunidad» se sustituyó por «Unión», la cual
sucedió a la Comunidad vigente hasta la entrada en vigor del Tratado de Funcionamiento.

El Tratado de Lisboa entró en vigor el 1 de Diciembre de 2009.

2.2. Características del Tratado de Lisboa

Objetivo:

Adaptar la estructura y el funcionamiento de la UE a las muchas transformaciones operadas en


su seno con el paso de los años, y el cambio de circunstancias sociales, políticas y económicas,
y acometer las modificaciones necesarias para articular el funcionamiento de una Unión de
veintisiete Estados y abierta a nuevas ampliaciones.

Características:

a) Relevancia del Parlamento Europeo y de los Parlamentos nacionales

El Parlamento Europeo, directamente elegido por los ciudadanos de la Unión, posee nuevas
competencias sobre la legislación, presupuesto y acuerdos internacionales de la UE. El impulso
dado al procedimiento de codecisión colocará al Parlamento Europeo en pie de igualdad con el
Consejo, que representa a los Estados miembros, para la mayor parte de la legislación de la UE.
Los Parlamentos nacionales pueden participar más directamente en las actividades de la UE a
través de un nuevo mecanismo para controlar el principio de subsidiariedad. Esta novedad
acrecentará la democracia y la legitimidad de las actuaciones de la Unión.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 22

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

b) Iniciativa ciudadana

A través de la cual un grupo, de al menos un millón de ciudadanos de un número significativo


de Estados miembros, podrá pedir a la Comisión que haga propuestas de legislación. Este
mecanismo es similar a la denominada «iniciativa legislativa popular».

c) Relación entre Estados y abandono de la Unión

La relación entre los Estados miembros y la UE queda más perfilada gracias a una clasificación
precisa de las competencias de cada cual. El Tratado de Lisboa prevé explícitamente la
posibilidad de que un Estado miembro se retire de la Unión.

d) Marco institucional

Se crea el cargo de Presidente del Consejo Europeo, elegido por dos años y medio. Así como la
vinculación directa entre la elección del Presidente de la Comisión y los resultados de las
elecciones europeas, lo cual reforzará el significado e influencia del voto de los ciudadanos. El
Tratado introdujo también nuevas disposiciones relativas a la composición del Parlamento
Europeo y a la reducción del número de miembro de la Comisión e incorporó normas más
claras sobre cooperaciones reforzadas y aspectos financieros. El Alto Representante de la
Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad (también Vicepresidente de la Comisión),
tiene la misión de articular y dar coherencia y visibilidad a la actuación exterior de la UE. Se ha
creado un nuevo Servicio Europeo de Acción Exterior que asiste al Alto Representante en el
desempeño de sus funciones.

e) La Europa de los derechos

La Carta de derechos fundamentales, proclamada en el Consejo Europeo de Niza, adquirió el


mismo valor jurídico que los Tratados y es vinculante para todas las instituciones de la Unión y
para los Estados miembros cuando apliquen el Derecho de la Unión.

La reforma de Lisboa mantiene las «cuatro libertades originarias», pero la Unión tiene ahora
más capacidad de actuación en el campo de la justicia, libertad y seguridad para acometer la
lucha contra la delincuencia y el terrorismo.

III. Los Derechos en la Unión Europea

Si bien en un principio solo se reconocieron las libertades precisas para la consecución de los
objetivos económicos, hoy la elaboración de un catálogo de derechos y libertades es un tema
de importancia capital en el seno de la UE, que se plasma en la Carta de Derechos
Fundamentales de la UE del 2000, incluida asimismo en el Proyecto de Constitución Europea.

3.1. Los derechos y libertades en los Tratados Constitutivos

La ausencia de una declaración de derechos en los tratados constitutivos de las Comunidades


europeas se debió a la orientación esencialmente económica de las mismas, pese a la
proyección a largo plazo de una posible unión política.

Dicha ausencia se vio paliada en parte por la inclusión de la libertad de circulación y la


prohibición de discriminación en relación con la nacionalidad y el sexo entre las competencias

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 23

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

reconocidas a las instituciones comunitarias en el Tratado de Roma.

En 1979, la Comisión adopta el Memorandum sobre la adhesión de las Comunidades Europeas


a la Convención sobre Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales. La
progresiva incorporación de principios y derechos se hizo patente en el Acta Única Europea y el
Tratado de la UE (Maastrich), el de Amsterdam y, sobre todo, el de Niza, con la proclamación de
la Carta de Derechos Fundamentales.

Los Derechos Humanos, la democracia y el Estado de Derecho han sido valores básicos de la
construcción europea, consagrados en su Tratado fundacional y definitivamente consolidados
con la entrada en vigor de la Carta de Derechos Fundamentales. La UE promueve y defiende
activamente los derechos fundamentales tanto dentro de sus fronteras como en sus relaciones
con terceros países.

3.2. Los derechos y libertades en el Acta Única

El Acta Única Europea (firmada en Luxembrugo y La Haya en 1986) es la primera revisión


fundamental de los Tratados constitutivos, y se compromete a la defensa de los derechos y
libertades a través del reconocimiento contenido en las constituciones de los Estados
miembros, en el Convenio de Roma y en la Carta Social Europea.

Fijaba como objetivo la consecución de un espacio único, con libre circulación de personas,
mercancías y capitales, lo que afectaba a los derechos y libertades de los ciudadanos en los
países miembros (libertad de residencia, establecimiento, prestación de servicios…).

3.3. Los derechos y libertades en el Tratado de la Unión Europea (TUE)

El Tratado de la Unión Europea se firmó en Maastrich en 1992. En su art. F, apartados 1 y 2,


contenía los principios inspiradores de la UE:
 Principio de identidad nacional.
 Principio de democracia.
 Principio de respeto y garantía de los derechos y libertades.

El Tratado de la Unión se enfrentaba al problema de que la progresiva integración económica


no había tenido su paralelo en la correspondiente unión política. Con respecto a los derechos y
libertades, el Tratado consagró:
 La incorporación por remisión del Convenio de Roma.
 Los derechos fundamentales tal y como se derivan de las tradiciones constitucionales
comunes de los Estados miembros.
 Los resultantes de la jurisprudencia del Tribunal de Justicia en base a los apartados
anteriores.

La doctrina del TJ ha logrado introducir el respeto por los derechos fundamentales como
criterio de validez del Derecho comunitario, así como contribuir a la consolidación del principio
de primacía, consolidando su propia posición como institución comunitaria.

3.4. Los derechos y libertades en el Tratado de Ámsterdam

Dicho Tratado consolidó el status de ciudadano comunitario, estableciendo que «La Unión se
basa en los principios de libertad, democracia, respeto de los derechos humanos y de las
libertades fundamentales y el Estado de Derecho, principios que son comunes a los Estados

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 24

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

miembros», incluyendo entre las competencias del Tribunal de Justicia el control del contenido
de este artículo. Mantuvo asimismo la declaración de respeto a los derechos fundamentales
reconocidos en el Convenio de Roma.

El Tratado de Ámsterdam profundiza, por otro lado, en el reconocimiento de los derechos


sociales, asumiendo la Comunidad como objetivo propio la promoción de dichos derechos
sociales.

Establece en su art. 119 que: «Cada Estado miembro garantizará la aplicación del principio de
igualdad de retribución entre trabajadores y trabajadoras para un mismo trabajo o para un
trabajo de igual valor».

Prosigue, en el apartado 4º del mismo art.: «Con objeto de garantizar en la práctica la plena
igualdad entre hombres y mujeres en la vida laboral, el principio de igualdad de trato no
impedirá a ningún Estado miembro mantener o adoptar medidas que ofrezcan ventajas
concretas destinadas a facilitar al sexo menos representado el ejercicio de actividades
profesionales o a evitar o compensar desventajas en sus carreras profesionales». Esta nueva
redacción supuso la elevación a nivel de Tratado de lo que hasta ese momento se había
regulado mediante normas de derecho derivado.

IV. El Tribunal de Justicia y los Derechos Fundamentales

El TJ ha realizado una importante función de garantía de los derechos pese a que la Comunidad
no ha tenido un catálogo propio de derechos y libertades hasta recientemente (y aun hoy no es
directamente aplicable ni vinculante para los Estados miembros).

La jurisprudencia del TJ estableció tempranamente que no resultaba posible interpretar el


Derecho comunitario a la luz de los derechos fundamentales reconocidos en los
ordenamientos de los Estados miembros.

Dos sentencias posteriores aportaron un nuevo criterio de interpretación:


 La STJ Stauder, de 1969, confirma que los derechos fundamentales de la persona (que
no se enumeran) forman parte de los principios generales del Derecho Comunitario.
 La STJ Internationale Handelsgesellschaft, de 1970, afirma que corresponde al TJ
determinar el elenco de derechos y libertades, utilizando como criterio las tradiciones
constitucionales comunes a los Estados miembros.

El TJ incluyó en varias sentencias de los años 70 referencias a la CEDH [Convenio Europeo de


Derechos Humanos] (Convenio de Roma), reflejo de las iniciativas que propugnaban la
adhesión formal de la Comunidad a dicha Convención. Tal posibilidad quedó frustrada tras el
Dictamen del TJ 2/1994, que determinó la falta de competencias de las instituciones
comunitarias para formalizar la adhesión al Convenio de Roma.

Por otro lado, los Tribunales constitucionales de Italia y Alemania han cuestionado la doctrina
del TJ, al considerar que la ausencia de un catálogo de derechos fundamentales en el
ordenamiento comunitario podía hacer posible que el Derecho comunitario incurriera en una
posible violación de derechos fundamentales reconocidos en las respectivas Constituciones
nacionales.

V. La Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (Niza, 2000)

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 25

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

5.1. La elaboración de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea


El Consejo Europeo de Colonia en 1999 adoptó una Decisión relativa a la elaboración de una
Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, que debería tomar como base
derechos y principios reconocidos en el Convenio de Roma, así como las tradiciones
constitucionales comunes de los Estados Miembros, considerando asimismo los derechos
económicos y sociales reconocidos en la Carta Social Europea y en la Carta comunitaria de los
derechos sociales fundamentales de los trabajadores.

El Consejo Europeo de Tampere de 1999 acordó la composición de la Convención, órgano que


había de elaborar el proyecto de Carta. Dicha Convención presentó en el Consejo Europeo de
Biarritz en Octubre de 2000 el proyecto de Carta de Derechos Fundamentales, que fue
finalmente proclamada en el Consejo Europeo de Niza de Diciembre de 2000. No fue
incorporada, sin embargo, con fuerza jurídica vinculante a los Tratados ni al Derecho
Comunitario, aunque el Parlamento sí adoptó la decisión de aplicarla en el ámbito interno.

El contenido de la Carta de Derechos Fundamentales se ha incorporado a la Parte II del


proyecto de Constitución Europea.

El Tratado de Lisboa da nueva redacción al artículo 6 del Tratado de Maastrich estableciendo


que la Carta tendría el mismo valor jurídico que los Tratados. Desde su proclamación en el
Consejo Europeo de Niza hasta la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, la Carta había
carecido de eficacia jurídica vinculante para los Estados. A pesar de ello, se convirtió en un
texto de referencia obligada tanto para las instituciones de la Unión como para los Estados
miembros. La Carta ha sido citada en Reglamentos, Directivas y Decisiones, y mencionada por
el TJ.

El Parlamento Europeo aprobó una Resolución estableciendo que respetaría el contenido de la


Carta durante el periodo en que no estuviera en vigor.

5.2. Estructura de la Carta de los Derechos Fundamentales

La Carta de los Derechos Fundamentales de la UE recoge en un único texto, por vez primera en
la historia de la UE, el conjunto de derechos civiles, políticos, económicos y sociales de los
ciudadanos europeos y de todas las personas que viven en el territorio de la UE. Incorpora
derechos de las 4 generaciones aludidas en el Capítulo 2.

Su incorporación al proyecto de Constitución Europea ha originado que, en ocasiones, un


derecho incluido en la Carta esté también regulado en otra parte del proyecto constitucional.

La Carta de Derechos Fundamentales consta de un Preámbulo y 54 artículos, divididos en 7


Títulos:
 Título I. Dignidad (arts. 1 a 5)
o Dignidad humana.
o Derecho a la vida.
o Derecho a la integridad de la persona.
o Prohibición de la tortura y de penas inhumanas o degradantes.
o Prohibición de la esclavitud y del trabajo forzado.
 Título II. Libertades (arts. 6 a 19)
o Derecho a la libertad y a la seguridad.
o Respeto a la vida privada y familiar.
o Protección de datos de carácter personal.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 26

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

o Derecho a contraer matrimonio y fundar una familia.


o Libertad de pensamiento, conciencia y religión.
o Libertad de expresión y de información.
o Libertad de reunión y de asociación.
o Libertad de las artes y de las ciencias.
o Derecho a la educación.
o Libertad profesional y derecho a trabajar.
o Libertad de empresa.
o Derecho a la propiedad.
o Derecho de asilo.
o Protección en caso de devolución, expulsión y extradición.
 Título III. Igualdad (arts. 20 a 26)
o Igualdad ante la ley.
o No discriminación.
o Diversidad cultural, religiosa y lingüística.
o Igualdad entre hombres y mujeres.
o Derechos del menor.
o Derechos de las personas mayores o Integración de las personas
discapacitadas.
 Título IV. Solidaridad (arts. 27 a 38)
o Derecho a la información y consulta de los trabajadores en la empresa.
o Derechos de negociación y de acción colectiva.
o Derechos de acceso a los servicios de colocación.
o Protección en caso de despido injustificado.
o Condiciones de trabajo justas y equitativas.
o Prohibición del trabajo infantil y protección de los jóvenes en el trabajo.
o Vida familiar y vida profesional.
o Seguridad social y ayuda social.
o Protección de la salud.
o Acceso a los servicios de interés económico general.
o Protección del medio ambiente.
o Protección de los consumidores.
 Título V. Ciudadanía (arts. 39 a 46)
o Derecho a ser elector y elegible en las elecciones al Parlamento Europeo.
o Derechos a ser elector y elegible en las elecciones municipales.
o Derecho a una buena administración.
o Derecho de acceso a los documentos.
o Defensor de Pueblo.
o Derecho de Petición.
o Libertad de circulación y residencia.
o Protección diplomática y consular.
 Título VI. Justicia (arts. 47 a 50)
o Derecho a la tutela judicial efectiva y a un juez imparcial.
o Presunción de inocencia y derecho a la defensa.
o Principios de legalidad y proporcionalidad de los delitos y las penas.
o Derecho a no ser acusado o condenado penalmente dos veces por el mismo
delito.
 Título VII. Disposiciones generales aplicables a la interpretación y aplicación de la Carta
(arts. 51 a 54)
o Ámbito de aplicación.
o Alcance e interpretación de los derechos y principios.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 27

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

o Nivel de protección.
o Prohibición del abuso del derecho.

5.3. Contenido de la Carta de los Derechos Fundamentales

Cada uno de los preceptos incluidos en la Carta de Derechos Fundamentales fue redactada
tomando en consideración el estándar de derechos existente en Europa a partir del contenido
y aplicación del Convenio Europeo de Derechos Humanos del Consejo de Europa.

a) Título I: Dignidad

Resalta su denominación. Ésta ha sido recepcionada en diversos documentos, pero siempre


como principio, valor o derecho, pero nunca como concepto general.
 Artículo 1 - Dignidad: no sólo aparece como un derecho fundamental, sino como la
base misma de los derechos fundamentales, de tal suerte que ninguno de los derechos
consignados en la Carta podrá aplicarse para atentar contra la dignidad de otras
personas.
 Artículo 2 – Derecho a la vida y provisión de pena de muerte: cabe la posibilidad de que
los Estados introduzcan la pena de muerte para actos de guerra o de peligro inminente
de ella y que no debe considerarse infracción de este artículo cuando la muerte se
produzca como consecuencia de un recurso a la fuerza que sea absolutamente
necesario (defensa de una persona contra agresión ilegítima; represión de una
revuelta…).
 Artículo 3 – Derecho a la integridad de la persona: incluido también en relación a la
integridad de la persona en relación con las aplicaciones biomédicas, prohibición de
clonación de seres humanos y prácticas eugenésicas.
 Artículo 4 – Prohibición de tortura y tratos inhumanos o degradantes.
 Artículo 5 – Prohibición de esclavitud y del trabajo forzoso: la Carta intenta reprimir la
trata de seres humanos, por ejemplo.

b) Título II: Libertades

Agrupa junto a derechos y libertades clásicas (libertad de expresión, libertad penal, libertad
religiosa), otros derechos más novedosos (derecho de protección de datos o derecho de asilo).

c) Título III: Igualdad

Igualdad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos y consagrando las denominadas
acciones positivas al establecer que el principio no impide el mantenimiento de medidas que
ofrezcan ventajas concretas en favor del sexo menos representado.

d) Título IV: Solidaridad

Derechos relativos a las condiciones laborales, con derechos tan novedosos como el de acceso
a una protección en caso de despido injustificado o derecho de acceso a los servicios de
colocación. Así como los de protección del medio ambiente o de la salud.

e) Título V: Ciudadanía

Derechos de participación política del ciudadano europeo (Parlamento Europeo y elecciones


municipales), derecho a una buena administración o al reconocimiento de la institución del

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 28

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Defensor del Pueblo.

f) Título VI: Justicia

La Carta consagra el derecho a la tutela judicial (la protección que ofrece la Carta es más
amplia que la del Convenio Europeo de Derechos Humanos, ya que garantiza un derecho a un
recurso efectivo ante un juez) y al juez imparcial.

5.4. Disposiciones generales que rigen la interpretación y aplicación de la Carta de los


Derechos Fundamentales

Contiene las reglas que hacen posible el desenvolvimiento efectivo de la Carta, tanto en lo que
se refiere a las instituciones europeas como a las obligaciones de los Estados miembros.

5.4.1. Ámbito de aplicación

Las disposiciones de la Carta están dirigidas a las instituciones y órganos de la Unión,


respetando el principio de subsidiariedad, así como a los Estados miembros únicamente
cuando apliquen el Derecho de la Unión.

Por tanto, los Estados miembros quedan obligados a respetar los derechos, observar los
principios y promover su aplicación, con arreglo a sus competencias.

Los Tratados consagran el término «instituciones». Los términos «órganos y organismos» se


utilizan generalmente en los Tratados para referirse a todas las instancias creadas por los
tratados o por actos de Derecho derivado.

La Carta no crea ninguna competencia ni ninguna misión nueva para la Comunidad, y no


modifica las competencias y misiones definidas por los Tratados.

Los derechos fundamentales garantizados en la Unión sólo son efectivos en el marco de las
competencias que definen los Tratados.

5.4.2. Alcance de los derechos garantizados en la Carta de los Derechos Fundamentales

Recogido en el artículo 52, contiene tres apartados:


 El primero de ellos se refiere a los límites de los derechos reconocidos: «cualquier
limitación del ejercicio de los derechos y libertades reconocidos deberá ser establecida
por ley y respetar el contenido esencial de los mismos. Sólo se podrán introducir
limitaciones, respetando el principio de proporcionalidad, cuando sean necesarias y
respondan efectivamente a objetivos de interés general» (artículo inspirado en la
jurisprudencia del TJ).
 El segundo establece que «los derechos reconocidos por la presente Carta que tienen
su fundamento en los Tratados comunitarios o en el tratado de la UE se ejercerán en las
condiciones y dentro de los límites determinados por éstos» (apartado que se refiere a
derechos consagrados explícitamente por el Tratado constitutivo de la CE).
 El tercer apartado, se refiere a la interpretación integrada de los derechos de la Carta
en relación con los derechos contenidos en el Convenio Europeo de Derechos
Humanos y dice «en la medida en que la presente Carta contenga derechos que
correspondan a derechos garantizados por el Convenio Europeo para la protección de

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 29

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, su sentido y alcance serán


iguales a los que les confiere dicho Convenio. Esta disposición no impide que el Derecho
de la Unión conceda una protección más extensa».

5.4.3. Nivel de protección de los derechos de la Carta de los Derechos Fundamentales

El artículo 53 de la Carta, dice que «ninguna de las disposiciones de la presente Carta podrá
interpretarse como limitativa o lesiva de derechos humanos y libertades fundamentales
reconocidos en su respectivo ámbito de aplicación por el Derecho de la Unión, el Derecho
Internacional y los convenios internacionales de los que son parte de la Unión, la Comunidad o
los Estados miembros, y en particular el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos
Humanos y de las Libertades Fundamentales, así como por las constituciones de los Estados
miembros». El objeto de esta disposición es mantener el nivel de protección que ofrecen
actualmente en sus respectivos ámbitos de aplicación el Derecho de la Unión, Derecho de los
Estados miembros y Derecho internacional. El nivel de protección ofrecido no podrá ser inferior
al garantizado por el CEDH, bajo ningún concepto.

5.4.4. Prohibición del abuso del Derecho

Este precepto pone fin a la Carta: «Ninguna de las disposiciones podrá ser interpretada en el
sentido de que implique un derecho cualquiera a dedicarse a una actividad o realizar un acto
tendente a la destrucción de los derechos o libertades reconocidos en la presente Carta o
limitaciones más amplias de estos derechos y libertades que las previstas en la Carta».

VI. Estrategia para la aplicación efectiva de la Carta de los Derechos Fundamentales por la
Unión Europea

El Parlamento Europeo y el Consejo Europeo han hecho de la defensa de los derechos


fundamentales en la Unión una de sus prioridades para el futuro del espacio de justicia,
libertad y seguridad. La Comisión Europea es responsable de una cartera dedicada al fomento
de la justicia, de los derechos fundamentales y de la ciudadanía, y los Miembros de la Comisión
se comprometieron a respetar la Carta en su declaración solemne ante el TJ.

En la Comunicación de la Comisión sobre la estrategia para la aplicación de la Carta, se fija


como primer objetivo «hacer que los derechos fundamentales recogidos en la Carta sean lo
más efectivo posible en la Unión». La Carta no debe ser entendida como un texto integrado de
valores abstractos sino «como un instrumento que permite a las personas disfrutar de los
derechos que recoge, cuando se encuentran en una situación regida por el Derecho de la
Unión».

La Comisión se compromete a centrar sus esfuerzos en la aplicación efectiva de la Carta,


desarrollando políticas específicas (protección de datos de carácter personal, derechos del
niño, igualdad entre hombres y mujeres…). La Unión asume el compromiso de revisar y
profundizar en las cuestiones relativas a los derechos fundamentales durante las negociaciones
de adhesión de nuevos Estados.

El respeto de los derechos fundamentales fomentará la confianza entre los Estados miembros,
de los ciudadanos, y de éstos con los poderes públicos nacionales y europeos. La efectividad de
la protección reforzará la credibilidad de la actuación de la Unión, ya que ésta no sólo actúa en
materia de derechos fundamentales, sino que los principios y derechos contenidos en la Carta
también se aplica a la acción exterior de la Unión.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 30

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Podemos decir que la Comunicación de la Comisión establece los siguientes criterios de


actuación prioritaria:
 Reforzar la cultura de los derechos fundamentales en la Comisión.
 Tomar en consideración la Carta en el proceso legislativo.
 Velar por que los Estados Miembros respeten la Carta al aplicar el Derecho de la Unión.

La Comisión estima que se debe trabajar en informar mejor a los ciudadanos para que éstos
sean capaces de ejercer sus derechos plenamente y de accionar las vías de reclamación y
recursos que están reconocidas.

La Comisión se compromete a presentar un informe anual sobre la aplicación de la Carta con


dos objetivos principales:
 Realizar un balance transparente, coherente y con continuidad en relación con la
implementación de la efectividad de la Carta.
 Permitir un intercambio anual de opiniones con el Parlamento Europeo y Consejo.

La realización de este informe constituirá un nuevo instrumento para medir la aplicación real
de la Carta y permitirá a la Comisión indicar cómo se tuvo en cuenta la Carta en el proceso
legislativo ante el parlamento y el Consejo. El informe abordará los derechos recogidos y la
forma en que se aplican.

VII. Adhesión de la Unión Europea al Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y
de las Libertades Fundamentales

La presencia e influencia de Convenio Europeo de Derechos Humanos ha sido una constante en


la evolución de la Unión. En el Tratado de Lisboa se trata esta relación entre el Convenio y al
UE. El artículo 6 del TUE, reformado por el Tratado de Lisboa, contempló la previsión de la
adhesión de la Unión al CEPDHLP [Convenio Europeo para la Protección de los Derechos
Humanos y de las Libertades Fundamentales].

Esta adhesión no modificará las competencias de la Unión que se definen en los Tratados (no
cabe entender que dicho vínculo jurídico pudiera ampliar las competencias de la Unión en
materia de derechos fundamentales, lo cual llevaría aparejadas nuevas obligaciones para los
Estados miembros). La previsión citada está redactada en términos imperativos, pues aunque
no se señala la fecha para dicha adhesión, no es una facultad de la Unión, sino un mandato del
propio Tratado.

Cuando se produzca dicha adhesión «se preservarán las características específicas de la unión y
del Derecho de la Únión, en particular por lo que se refiere a:
 Las modalidades específicas de la posible participación de la Unión en las instancias de
control del Convenio Europeo.
 Los mecanismos necesarios para garantizar que los recursos interpuestos por terceros
Estados y los individuales se presenten correctamente contra los Estados miembros,
contra la Unión o contra ambos».

La adhesión, en su caso, de la Unión al Convenio Europeo, no constituirá en ningún caso un


procedimiento adicional de resolución de conflictos entre los Estados miembros de la UE.

Los derechos fundamentales que garantiza el CEPDHLF, y los que son fruto de las tradiciones
constitucionales comunes a los Estados miembros, formarán parte del Derecho de la unión

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 31

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

como principios generales.

La adhesión le dará al Tribunal Europeo de Derechos Humanos competencias para examinar los
actos de la Unión. Este control jurisdiccional externo incentivará a la Unión para llevar a cabo
una ambiciosa política en materia de derechos fundamentales.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 32

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Tema IV. Constitucionalismo Multinivel. Derecho de Producción Externa. Los Derechos en el


nivel internacional

I. Las garantías internacionales de los derechos

En el ámbito internacional, con objeto de asegurar la protección de los derechos y libertades,


se han elaborado y suscrito, por parte de diversos países, tratados, convenios o pactos que
recogen los derechos y libertades de las personas y se han creado medios de garantía de los
mismos, tanto institucionales como jurisdiccionales.
Se hará seguidamente referencia a las organizaciones internacionales más relevantes que se
han ocupado de la protección y garantía de los derechos y libertades: la ONU, el Consejo de
Europa y la UE.

II. La Organización de las Naciones Unidas (ONU)

2.1. Creación de la Organización de Naciones Unidas (ONU)

Tras la 2ª Guerra Mundial, se creó la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con los fines
de preservar la paz, la justicia, promover el progreso social y «reafirmar la fe en los derechos
fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de
derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas».

La Carta de las Naciones Unidas determina asimismo que la Organización promoverá «el
respeto universal a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer
distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión, y la efectividad de tales derechos y
libertades».

2.2. Elaboración de la Carta de Naciones Unidas

En 1946 la ONU aprobó la creación de la Comisión de Derechos Humanos, cuyo trabajo llevó a
la elaboración y aprobación de la Carta Internacional de Derechos humanos, que comprende:

a) La Declaración Universal de Derechos humanos

Aspiraba a servir de pauta a los Estados para que promovieran y reconocieran en sus
respectivas naciones los derechos en ella proclamados, lo que ha debilitado su oponibilidad
frente a los Estados. El texto consta de 30 artículos en los que se proclaman los principios de
libertad e igualdad y se reconocen junto a los derechos civiles y políticos, los de carácter
económico y de prestación. Se establece que los límites se establezcan mediante ley y que
tengan como objetivo el respeto de los derechos de los demás y tutela de la moral, orden
público y bienestar general.

b) El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional


de Derechos Civiles y Políticos y sus Protocolos Facultativos

Asimismo, la ONU ha adoptado otros textos de reconocimiento de derechos específicos o


tutela de determinadas categorías de personas, como son:
 La Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio.
 La Convención sobre Derechos Políticos de la Mujer.
 La Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación Racial.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 33

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

 La Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la


mujer.
 La Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas o
Degradantes.
 La Convención sobre los Derechos del Niño.

2.3. Nivel de garantías

Aunque la Carta no otorga competencias expresas de tutela de los derechos y libertades ni al


Consejo de Seguridad, ni al Secretario General ni tampoco al propio Tribunal Internacional de
Justicia, finalmente todos ellos han asumido, de facto, ciertas funciones relativas a la
promoción de los derechos humanos junto a la ya citada Comisión de Derechos Humanos.

Surge en 1993 el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos para la
tutela de los derechos y libertades, ante la ausencia anterior de institución semejante dentro
de la ONU, con dependencia directa del Secretario General.

Por otro lado, los diferentes tratados de la ONU (reseñados en el punto anterior) han generado
los correspondientes órganos de promoción y tutela de los derechos y libertades, en forma de
comités especializados.

Dichos Comités pueden recibir denuncias individuales previa aceptación del Estado de esa
concreta competencia, salvo en el caso del Comité contra la Tortura, que posee tal facultad de
investigación aún sin reconocimiento de competencia por parte del Estado en cuestión.

Recientemente se han creado los Tribunales Penales Internacionales, en relación con crímenes
de guerra (fueron creados sendos tribunales a raíz de los conflictos de Yugoslavia y Ruanda).

2.4. La Corte Internacional de Justicia

Con sede en La Haya, fue instituida por la Carta de Naciones Unidas como órgano judicial de las
Naciones Unidas. La Corte se compone de quince miembros entre los cuales no puede haber
dos que sean del mismo Estado. Los magistrados son independientes y elegidos sin relación a
sus respectivas nacionalidades, entre personas «que gocen de alta consideración moral» y
reúnan las condiciones requeridas para el ejercicio de las más altas funciones judiciales en sus
respectivos países, o que sean jurisconsultos de reconocida competencia en materia de
derecho internacional.

Los miembros de la Corte serán elegidos por la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de
una nómina de candidatos propuestos por los grupos nacionales de la Corte permanente de
Arbitraje. Los miembros de la Corte desempeñarán sus cargos por nueve años y podrán ser
reelectos.

A la Corte pueden recurrir todos los Estados parte en su Estatuto, que incluye a todos los
miembros de las Naciones Unidas. Solo los Estados puede ser parte en los casos que se
sometan a la Corte. Las personas físicas y jurídicas y las organizaciones internacionales no
pueden recurrir a la Corte, ya que ésta se configura como una instancia de protección de los
derechos a nivel de los Estados miembros.

La Corte también presenta competencias consultivas de forma que la Asamblea General y el


Consejo de Seguridad pueden solicitar opiniones consultivas a la Corte sobre cualquier

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 34

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

cuestión jurídica. Los demás órganos de las Naciones Unidas y los organismos especializados,
con autorización de la Asamblea, pueden solicitar también este tipo de opiniones consultivas
sobre las cuestiones jurídicas que surjan dentro de la esfera de sus actividades.

La competencia de la Corte se extiende a todos los litigios que las partes le sometan y a todos
los asuntos previstos en la Carta de Naciones Unidas o en tratados y convenciones vigentes. Los
Estados pueden obligarse por anticipado a aceptar la jurisdicción de la Corte firmando un
tratado o convención en el que se estipule la remisión a ella o haciendo una declaración a tal
efecto.

Bases conforme a las cuales la Corte decide sobre las controversias que le someten:
 Las convenciones internacionales que establecen reglas expresamente reconocidas por
los Estados litigantes.
 La costumbre internacional como prueba práctica general aceptada como derecho.
 Los principios generales del derecho, reconocidos por las naciones.
 Las decisiones judiciales y la doctrina de los juristas de mayor competencia de las
distintas naciones.

El Estatuto asigna a la Corte la facultad de decidir sobre su propia competencia, en caso de


controversia.

III. Agencias, Organismos especializados y otros órganos e instancias de Naciones Unidas

La Carta de NU [Naciones Unidas] estableció seis órganos principales: Asamblea General,


Consejo de Seguridad, Consejo Económico y Social, Consejo de Administración Fiduciaria, Corte
Internacional de Justicia y Secretaría. Sin embargo, el organigrama es mucho más amplio.

El elenco de dichos organismos es el siguiente:


 Organismos especializados
o Organización de NU para la Agricultura y la Alimentación (FAO)
o Organización de Aviación Civil Internacional (OACI)
o Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA)
o Organización Internacional del Trabajo (OIT)
o Organización Marítima Internacional (OMI)
o Fondo Monetario Internacional (FMI)
o Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT)
o Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO)
o Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI)
o Unión Postal Universal (UPU)
o Grupo del banco Mundial
o Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF)
o Centro Internacional de Arreglo de referencias relativas a Inversiones (CIADI)
o Asociación Internacional de Fomento (AIF)
o Corporación Financiera Internal (CFI)
o Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA)
o Organización Mundial de la Salud (OMS)
o Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI)
o Organización Meteorológica Mundial (OMM)
o Organización Mundial del Turismo (OMT)
 Organización Conexos

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 35

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

o Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA)


o Comisión Preparatoria de la Organización del Tratado de Prohibición Completa
de los Ensayos Nucleares (CTBTO)
o Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ)
o Organización Mundial del Comercio (OMC)
 Secretarías de los Convenios y Convenciones
o Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
o Convención de las NU de lucha contra la desertificación (UNCCD)
o Convención Marco de las NU sobre el Cambio Climático
 Fondo Fiduciario de las NU
o Fondo de las NU para la Democracia (FNUD)
o Fondo de las NU para la Colaboración Internacional

IV. El Consejo de Europa

4.1. Creación del Consejo de Europa

Tras el Congreso de La Haya de 1948, se crea en 1949 por el Tratado de Londres el Consejo de
Europa, formado por Bélgica, Luxemburgo, Holanda, Francia, Gran Bretaña, Dinamarca, Irlanda,
Italia, Noruega y Suecia.

Con sede en Estrasburgo, contó en principio con un Comité de Ministros y una Asamblea.
Posteriormente se crearon la Comisión y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Desde la
aprobación del Protocolo 11º, éste último ha asumido las funciones de garantía de los
derechos y libertades. Hoy el Consejo de Europa cuenta con 46 miembros, manteniendo los
fines fundacionales de defensa de la paz, la justicia y la unión de sus miembros para la
consecución del progreso económico y social, en torno a la idea del Estado de Derecho y al
reconocimiento de los derechos humanos y de las libertades fundamentales.

4.2. El Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades
Fundamentales

El Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades


Fundamentales, conocido también como Convenio de Roma, entró en vigor en 1953 (en
España, en 1979).

Siguieron varios protocolos adicionales que lo completaron y modificaron, aunque no todos


fueron ratificados por todos los Estados, ni todos están hoy vigentes.
1) El Protocolo adicional (vigente) y los Protocolos 1, 4, 6 y 7  Ampliaron el catálogo inicial de
derechos reconocidos en el Convenio: derecho de propiedad, a la instrucción y a elecciones
libres (PA), prohibición de prisión por deudas, libertad de circulación, prohibición de expulsión
de los nacionales, así como de expulsión colectiva de los extranjeros (P4), abolición de la pena
de muerte (P6), derecho a recibir indemnización en caso de error judicial, derecho a no ser
juzgado dos veces por igual causa, igualdad de los cónyuges (P7).
2) Protocolo 2  Derogado, otorgaba competencia consultiva al TEDH.
3) Protocolos 3, 5 y 8  Hoy sustituidos por el Protocolo 11.
4) Protocolo 9  Hoy suprimido por el Protocolo 11.
5) Protocolo 10  Eliminó el quórum de 2/3 para la decisión por mayoría en el seno del
Comité de Ministros sobre existencia o no de violación del Convenio.
6) Protocolo 11  Creó un Tribunal único que asumió las competencias en materia de
derechos y libertades que tenían la Comisión y el propio TEDH.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 36

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

7) Protocolo 12  Prohibición general de cualquier tipo de discriminación.


8) Protocolo 13  Prohibición de la pena de muerte en cualquier circunstancia, incluso en
estado de guerra. El Convenio de Roma no se limita a reconocer o promover los derechos, sino
que los garantiza con una eficacia mayor de la que había sido habitual hasta ese momento. Los
derechos reconocidos en el Convenio pueden agruparse en 3 niveles (no estancos):
 Derechos intangibles e inderogables
o Derecho a la vida.
o Prohibición de tortura o tratos inhumanos o degradantes.
o Prohibición de la esclavitud y la servidumbre.
o Principio de legalidad penal e irretroactividad de las penas más severas.
o Derecho a la tutela judicial de los derechos.
 Derechos de carácter general o derechos mínimos
o Prohibición de trabajos forzados u obligatorios.
o Derecho a la libertad y a la seguridad, a la tutela judicial, a ser juzgado en un
plazo razonable, a la limitación de la duración de la prisión preventiva, los
derechos de la defensa y el habeas corpus y derecho de reparación en caso de
detención ilegal.
o Derecho a contraer matrimonio y fundar una familia.
o Derecho a un recurso efectivo ante una instancia nacional previa para la tutela
de los derechos reconocidos en el Convenio.
o Principio de no discriminación. La igualdad tiene así carácter de derecho
conexo.
 Derechos restringidos
o Sometidos al margen de apreciación de los Estados (siempre que cualquier
restricción a su ejercicio esté regulada legalmente y sea proporcionada):
o Derecho de respeto a la vida familiar y privada, al domicilio y la
correspondencia.
o Libertad de pensamiento, conciencia y religión.
o Libertad de expresión, opinión y de recibir o comunicar información, aunque
los Estados pueden someter a empresas de telecomunicaciones a una
autorización previa.
o Libertar de reunión pacífica y libertad de asociación, derecho a fundar
sindicatos y afiliarse a éstos.
9) Protocolo 14  Sobre modificaciones en el procedimiento seguido ante el Tribunal Europeo
de Derechos Humanos. El Consejo de Europa había venido trabajando en el fortalecimiento de
su sistema de protección jurisdiccional de los derechos. Fruto de estos trabajos, el consejo de
Ministros aprobó, en 2004, un proyecto de Protocolo nº 14 que modificó varios preceptos
relativos al funcionamiento del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. El Protocolo nº 14
entró en vigor el 1 de junio de 2010. Este Protocolo modifica los artículos 25 (competencias del
Pleno del tribunal), 27 (competencias de los jueces individuales) y 28 (competencias de los
Comités) del Convenio Europeo.

4.3. La Carta Social Europea

En 1961 se firmó en Turín la Carta Social Europea, completada y enmendada por Protocolos
Adicionales. En ella se reconoce el objetivo común de promover y proteger los derechos
sociales (trabajo, seguridad e higiene en el mismo; derechos sindicales; a una remuneración
justa; a la negociación colectiva; a la formación profesional).

4.4. Otros Convenios

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 37

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

 Convenio para la Prevención de la Tortura y de las Penas o Tratos Inhumanos o


Degradantes.
 Convenio Europeo sobre el Estatuto del Trabajador Emigrante.
 Convenio sobre Protección de las Personas por el Tratamiento Informatizado de Datos
de Carácter Personal.
 Convenio Marco para la Protección de las Minorías Nacionales.
 Convenio sobre Biomedicina y Derechos Humanos y Protocolo sobre Prohibición de
Clonación Humana.

4.5. El sistema de protección: el Tribunal Europeo de Derechos Humanos

El Protocolo nº 11, y posteriormente el Protocolo nº 14, dio respuesta a los problemas surgidos
del aumento de las demandas de protección, así como la necesidad de reforzar la eficacia de la
protección de los derechos humanos y libertades fundamentales contenidos en el Convenio. La
reforma que supuso sobre el procedimiento anterior pretendía:
 Simplificar la estructura, creando un Tribunal único y permanente.
 Reforzar el carácter judicial del sistema, haciéndolo obligatorio.
 Abolir el papel decisivo del Comité de Ministros.

El aumento extraordinario del volumen de trabajo del TEDH, a raíz de la entrada en vigor de
este Protocolo, ha planteado la solicitud de medios suplementarios, así como la necesidad de
una nueva reforma.

4.5.1. Composición y estructura interna

Integran el TEDH un número de jueces igual al de las Altas Partes Contratantes, que serán
elegidos entre juristas de reconocida competencia por la Asamblea Parlamentaria, en razón de
cada Alta Parte Contratante, por mayoría absoluta de votos, de una lista de tres candidatos
presentada por ésta.

Una vez elegidos (por 6 años), los jueces son independientes y no representan a sus
respectivos países. Son reelegibles y pueden estar en activo hasta los 70 años. Gozan, durante
el ejercicio de sus funciones, de los privilegios e inmunidades del art. 40 del Estatuto del
Consejo de Europa. No pueden ser detenidos ni perseguidos en los territorios de los Estados
miembros por opiniones o votos emitidos en el desempeño de sus funciones.

El Tribunal puede actuar en:


 Pleno: reunión de todos sus miembros; elige al Presidente, a uno o dos
Vicepresidentes, a los Presidentes de Sala, a uno o varios secretarios y aprueba su
reglamento.
 Comités: formados por tres jueces.
 Salas: formadas por 7 jueces.
 Gran Sala: integrada por 17 jueces, incluyendo el Presidente, los Vicepresidentes, los
Presidentes de Sala y, en cada caso, el Juez elegido en representación de un Estado
parte en el litigio.

4.5.2. Funciones

El TEDH entiende de todos los asuntos relativos a la interpretación y aplicación del Convenio y
sus protocolos de conformidad con los arts. 33 (asuntos entre Estados), 34 (demandas
individuales) y 47 (opiniones consultivas) del Convenio.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 38

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Pueden acceder al Tribunal los Estados o los nacionales (personas físicas o jurídicas). Tiene
funciones consultivas a instancia del Comité de Ministros.

4.5.3. Presentación de la demanda

El Plazo para acudir al Tribunal es de 6 meses a partir de la fecha de resolución interna (dentro
del Estado miembro) definitiva.
 No admitirá ninguna demanda a título individual (art. 34) que sea anónima o sea
esencialmente la misma que otra ya examinada anteriormente.
 Considerará asimismo inadmisible cualquier demanda individual cuando lo planteado
en la misma resulte incompatible con el contenido del Convenio o sus Protocolos o
esté manifiestamente infundada o resulte abusiva.
 El Tribunal podrá cancelar una demanda en cualquier momento del procedimiento si se
comprueba que el demandante ya no está dispuesto a mantenerla, que el litigio ha
sido ya resuelto o que por cualquier otro motivo ya no resulta justificado proseguir con
el examen de dicha demanda.

Sin embargo, el TEDH deberá continuar con el examen de la demanda si así lo exige el respeto
a los derechos humanos garantizado en el Convenio o sus Protocolos.

4.5.4. Tramitación de la demanda

Una vez admitida la demanda, el Tribunal procederá al examen contradictorio con los
representantes de las partes implicadas y realizará las indagaciones pertinentes.
Seguidamente promoverá un arreglo amistoso, que respete los términos del Convenio y sus
Protocolos. Si se alcanza tal acuerdo, el Tribunal cancelará el asunto mediante resolución, en un
procedimiento confidencial.

Si el Tribunal aprecia violación del Convenio o sus Protocolos y el Derecho interno solo permite
reparar la violación de manera imperfecta, el Tribunal concederá al demandante una
satisfacción equitativa.

4.5.5. La sentencia

Las sentencias fundamentadas de las Salas podrán ser remitidas a la Gran Sala en un plazo de 3
meses. Un colegio de 5 jueces, de entre sus miembros, aceptará la demanda de remisión si
plantea una cuestión grave de interpretación o aplicación del Convenio o sus Protocolos. La
sentencia de la Gran Sala será definitiva.

Las sentencias de las Salas son definitivas si:


 Las partes declaran que no recurrirán a la Gran Sala.
 La remisión a la Gran Sala no se ha producido dentro del plazo de 3 meses.
 El Colegio de la Gran Sala rechaza la demanda de remisión.

Las sentencias deben ser motivadas y públicas, adoptándose por unanimidad o por mayoría, en
cuyo caso puede unirse a la sentencia el voto particular del juez discrepante. La sentencia se
remite al Comité de Ministros, que vela por su ejecución.

4.6. Función consultiva del Tribunal Europeo

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 39

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

El Tribunal puede emitir opiniones consultivas a petición del Comité de Ministros sobre
cuestiones jurídicas relativas a la interpretación del Convenio o sus Protocolos. La Gran Sala
examina las solicitudes de opiniones consultivas, adoptando su informe por mayoría de votos.
Cada juez puede formular opinión separada (concordante o disidente), o bien presentar una
Declaración de Disconformidad.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 40

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Tema V. Los Derechos en la Constitución de 1978

I. Derechos y libertades: el Título I de la Constitución Española de 1978

1.1. Proceso constituyente

La Constitución Española de 1978 fue elaborada a través del método de consenso, por el cual
cada partido político cedía en algunos de sus postulados con objeto de alcanzar un resultado
final común.

El actual Título I, «De los derechos y deberes fundamentales», proviene del Título II del
Anteproyecto de Constitución, si bien los 37 artículos originales pasaron a ser 46.

Las fuerzas políticas se dividieron ante la cuestión de como tratar el catálogo de derechos en el
texto constitucional:
 UCD [Unión de Centro Democrático] defendió una enmienda al art. 13 del
Anteproyecto en la que se declaraba que la CE aceptaba los derechos reconocidos en
diversos convenios y tratados internacionales, omitiendo así una relación expresa de
los derechos y libertades.
 PSOE y AP [Alianza Popular] defendían la incorporación expresa al texto de un catálogo
detallado de derechos, libertades y deberes. Esta tesis fue la que finalmente prosperó.

Se incluyó, sin embargo, un párrafo 2º en el art. 10 estableciendo que las normas relativas a los
derechos fundamentales y las libertades públicas deben ser interpretadas de conformidad con
la Declaración Universal de los Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales
sobre las mismas materias ratificados por España.

1.2. Estructura del Título I

El Título I CE «De los derechos y deberes fundamentales» se aprobó con la estructura siguiente:
 Artículo 10:
 Dignidad de la persona, reconocimiento de los derechos como fundamento del orden
político y la paz social. Se otorga valor a los Tratados internacionales para la
interpretación de éstos.
o Capítulo I: «De los españoles y los extranjeros» (arts. 11 a 13): Nacionalidad,
mayoría de edad y derechos de los extranjeros.
o Capítulo II: «Derechos y libertades» (arts. 14 a 38): Art. 14: Igualdad ante la ley;
se trata de una igualdad formal, frente a la igualdad como concepto superior
del ordenamiento (art. 1.1 CE) o la igualdad real y efectiva (art. 9.2 CE).
 Sección 1ª: «De los derechos fundamentales y de las libertades
públicas» (arts. 15 a 29): Derechos máximamente tutelados por el
Ordenamiento jurídico español: vida e integridad física y moral;
prohibición de la pena de muerte en tiempos de paz; libertad religiosa
e ideológica; libertad y seguridad personales; derecho al honor y a la
intimidad; inviolabilidad del domicilio y de las comunicaciones; libertad
de circulación y residencia; de expresión, información y comunicación;
derechos de reunión, asociación y participación; derecho a la tutela
judicial efectiva; derechos educativos; derecho a la sindicación y a la
huelga; derecho de petición.
 Sección 2ª: «De los derechos y deberes de los ciudadanos» (arts. 30 a
38): Sin el mismo nivel de garantías de los anteriores, incluyen:

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 41

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

derechos y obligaciones militares y a la objeción de conciencia;


deberes fiscales; derecho al matrimonio; a la propiedad privada y a la
herencia; derecho de fundación; derecho-deber de trabajar; derecho a
la negociación colectiva; reconocimiento de los Colegios Profesionales
y de la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado.
o Capítulo III: «De los principios rectores de la política social y económica» (arts.
39 a 52): Junto a ciertos derechos, se incluyen obligaciones de los poderes
públicos: protección de la familia, de la maternidad y de los niños; promoción
del desarrollo económico; distribución equitativa de la renta; régimen público
de Seguridad Social; acceso a la cultura; tutela de derechos de los trabajadores
españoles en el extranjero; del medio ambiente; derecho a una vivienda digna;
promoción de la juventud; protección de disminuidos físicos y psíquicos y de la
tercera edad; defensa de los consumidores y regulación de las organizaciones
profesionales.
o Capítulo IV: «De las garantías de las libertades y derechos fundamentales»
(arts. 53 y 54): Recoge las garantías de los derechos, normativas y
jurisdiccionales (art. 53) y la institución del Defensor del Pueblo como garante
de los derechos del Título I (art. 54).
o Capítulo V: «De la suspensión de los derechos y libertades» (art. 55):
Suspensión general de determinados derechos en caso de declaración de
estado de excepción o de sitio, y suspensión individual de derechos de acuerdo
con lo establecido por LO y con intervención judicial y control parlamentario en
relación con investigaciones sobre bandas armadas o grupos terroristas.

1.3. Caracteres generales del Título I


1. La CE sistematiza los derechos del Titulo I en función de las garantías que la propia CE
les otorga.
2. Con esta opción se intentó evitar los problemas aparecidos en otros Estados con
constituciones consensuadas respecto del desarrollo de los derechos y garantías.
3. La mayoría de los derechos se encuentran en el Título I, pero existen otros fuera de
este Título.
4. El Título I, además de derechos y libertades, regula deberes y obligaciones de los
individuos y de los poderes públicos, así como garantías institucionales y lo relativo a la
suspensión temporal de algunos derechos.

II. Derechos Constitucionales, Derechos Fundamentales y Garantías Institucionales

2.1. Conceptos previos

La denominación «derechos humanos» no parece adecuada, ya que prácticamente todos los


derechos reconocidos en la CE tienen al ser humano como sujeto activo y/o pasivo. Por otro
lado, la expresión «derechos naturales» se vincula a la teoría iusnaturalista, que solo
parcialmente es aplicable a la CE. Por ello es conveniente considerar ciertos conceptos previos:
 Derecho objetivo: conjunto de preceptos o normas que integran un ordenamiento
jurídico.
 Derecho subjetivo: poder, facultad o autonomía reconocidos a un sujeto a cuya
voluntad se entrega su ejercicio y defensa. En sentido amplio, es el conjunto de
facultades que se reconocen al sujeto para que actúe en el uso de su libertad. Cuando
el derecho subjetivo es exigible frente al Estado o los poderes públicos, se habla de
derecho público subjetivo. Es la manifestación expresa y concreta de una parcela de la
autonomía de la voluntad individual, con la correspondiente limitación de la actividad

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 42

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

estatal en esta esfera. En el Estado social, muchos derechos públicos subjetivos han
alcanzado la consideración de derechos de prestación.
 Libertades públicas: son aquellas que, con independencia de la libertad individual,
representan grandes libertades del sujeto que no se agotan en su privacidad, teniendo
una manifestación social. Suelen ser así las que se ejercitan por el sujeto
colectivamente o tiene trascendencia esencialmente externa: libertad de expresión, de
enseñanza, religiosa, de asociación… La CE no reconoce diferente naturaleza a las
libertades públicas con respecto a los derechos. Las diferencias residen en las
diferentes garantías normativas, jurisdiccionales e institucionales que reciben.

2.2. Derechos constitucionales, derechos fundamentales y garantías institucionales

2.2.1. Derechos constitucionales

Son los derechos reconocidos en la CE, sin entrar a analizar su alcance ni sus garantías. Se
distinguen así de otros que puedan reconocerse y regularse autónomamente en la legislación
de desarrollo.

2.2.2. Derechos fundamentales

Esta denominación está muy extendida en el ámbito internacional y, específicamente, en el


Derecho de la UE y la jurisprudencia del TJ. El catálogo de derechos elaborado por la UE se
denomina de hecho Carta de Derechos Fundamentales. En el contexto nacional, llamaremos
derechos fundamentales a aquellos contenidos en la Sección 1ª del Capítulo II del Título I de la
CE (arts. 15 a 29), cuyo desarrollo requiere LO y que reciben las máximas garantías normativas,
institucionales y jurisdiccionales. Tal distinción fue señalada por el TC en las SSTC 160 y
161/1987, excluyendo incluso de esta categoría al art. 14 que consagra la igualdad ante la ley.

2.2.3. Garantías institucionales

Representa la protección constitucional que reciben algunas instituciones que son


consideradas necesarias en la organización política del Estado.

La Garantía institucional obliga a los poderes públicos a dotar a una determinada institución
citada en la CE de una regulación precisa que proteja su pervivencia e impida su
desnaturalización.

Inicialmente este tipo de protección se otorgó a determinadas instituciones públicas; mas


tarde, se amplió a instituciones de derecho privado y, finalmente, a instituciones sociales.

La diferencia entre derecho fundamental y garantía institucional se fundamenta en que son


sistemas de protección diferentes en razón del destinatario (persona o institución) y del fin
perseguido (la libertad y el mantenimiento de una configuración concreta en la sociedad o en
la estructura política). Así, la STC 44/1991 señala que la regulación constitucional del Habeas
Corpus (art. 17.4 CE) «no contiene propiamente un derecho fundamental, sino una garantía
institucional que resulta de la tutela efectiva en todas sus vertientes…».

La CE reconoce de esta manera instituciones como la autonomía local o la familia,


reconociendo el TC otras varias, como la autonomía de la organización judicial.

La exigencia al legislador de que la institución no quede desnaturalizada por el desarrollo

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 43

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

legislativo que se haga de la misma se recoge en el art. 53.1 CE.

2.3. Derechos estatutarios

Algunos Estatutos de Autonomía acometieron procedimientos de reforma, una de cuyas


características fue la inclusión de catálogos de derechos y de referencias a principios y valores.
Esta decisión del legislador estatuyente ha provocado que sea necesario integrar esta nueva
realidad jurídica en la interpretación del sistema multinivel de derechos y libertades español. El
TC señala que son derechos que sólo vinculan al legislador autonómico, circunscritos, a los
poderes públicos autonómicos, y según la naturaleza de cada derecho, a los particulares.

Seis Estatutos han seguido esta opción legislativa y han incluido un elenco de derechos,
deberes y principios rectores en el marco de sus competencias territoriales.

Los Estatutos reformados son:


 EEAA Andalucía (LO 2/2007, de 19 de Marzo).
 EEAA Aragón (LO 5/2007, de 7 de Abril).
 EEAA Castilla y León (LO 14/2007, de 30 de Noviembre).
 EEAA Cataluña (LO 6/2006, de 19 de Julio).
 EEAA Extremadura (LO 1/2011, de 28 de Enero).
 EEAA Islas Baleares (LO 1/2007, de 28 de Febrero).
 EEAA Valencia (LO 1/2006, de 10 de Abril).

2.4. Derechos legales

El concepto de derechos legales puede entenderse en tres sentidos:


 Desarrollo legislativo de los derechos constitucionales (afectaría así a la gran mayoría
de éstos).
 Aquellos reconocidos exclusivamente en la ley, es decir, no recogidos como tales en la
CE. Afecta, por ejemplo, a los reconocidos en los Tratados y convenios internacionales
en los que España sea parte.
 Aquellos reconocidos en la ley pero derivados de un derecho constitucional expreso
(algunos derechos de los extranjeros, por ejemplo).

2.5. Derechos en la Unión Europea y en el ámbito internacional: remisión

La pertenencia de España a la UE incorpora a nuestro ordenamiento multinivel el específico


nivel jurídico del Derecho europeo. En materia de derechos fundamentales, la UE ha
consolidado un importante sistema, vertebrado hoy en torno a la Carta de los Derechos
Fundamentales. De igual forma, naturaleza y características de la protección de los derechos en
el ámbito internacional fueron analizadas en el capítulo 4.

III. Fundamento de los Derechos y Libertades

3.1. Iusnaturalismo versus positivismo

La discusión acerca del fundamento de los derechos y libertades se centra en dos corrientes:
 Iusnaturalista, según la cual el ordenamiento debe reconocer ciertos derechos
metajurídicos [más allá de lo jurídico] que son inherentes a la naturaleza del hombre.
 Positivista, para la cual los derechos solo existen como tales cuando son incorporados
al ordenamiento jurídico, encontrando su fundamento en la iniciativa jurídico-política.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 44

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Desde la 2ª Guerra Mundial, la sociedad internacional y los distintos Estados confluyeron en la


aspiración de extender el catálogo de derechos y en conseguir su plena eficacia.

Por otro lado, dentro del sistema constitucional democrático, asentado en el concepto de
Estado de Derecho, es donde la lucha por las libertades se ha desenvuelto más ampliamente,
limitando la acción del poder político y articulando las garantías precisas para que las esferas
de libertad de los individuos puedan ejercerse con plena autonomía.

Hoy día debe admitirse una mutua influencia entre ambas corrientes: el positivismo se ha
atemperado con la incorporación de valores y principios considerados inherentes al ser
humano y el iusnaturalismo se ha positivizado cuando tales valores y principios se han
incorporado al ordenamiento jurídico. Los valores naturales se han convertido en valores
democráticos, ganando en concreción y garantías. La democracia permite así una mayor
concreción de la justicia que ningún otro régimen. Tal como dice N. Bobbio: «El derecho
público subjetivo es un derecho que se tiene, mientras que el derecho natural es un derecho
que se querría tener; el fundamento del primero se encuentra en el Derecho positivo, mientras
que lo único que se puede hacer con el segundo es buscar las razones de su justificación y
tratar de convencer con ellas al legislador».

3.2. Los valores y principios constitucionales como fundamento de los derechos

El sistema democrático articulado en torno al Estado de derecho ha constituido el marco de


desenvolvimiento de los derechos y libertades. El fin último de esta fórmula es la garantía de la
libertad a través del reconocimiento y tutela de los derechos y libertades de las personas.

La CE, en el art. 1.1, incorpora como valores superiores del Ordenamiento jurídico la libertad,
la igualdad, la justicia y el pluralismo político. Dichos valores poseen una triple dimensión:
 Fundamentadora de los principios, derechos e instituciones que contiene la CE,
erigiéndose en criterio interpretador básico de la misma.
 Orientadora del ordenamiento jurídico hacia la consecución de los fines establecidos
en el mismo texto constitucional, considerándose ilegítima toda actuación que vulnere
el sistema axiológico [teoría general de los valores] de la Constitución.
 Crítica en cuanto que su función es servir de parámetro de valoración de hechos o
conductas.

El TC ha establecido al valor normativo supremo de los valores, «propugnados» en el art. 1.1


CE, reforzando la eficacia de éstos:
 De la justicia, siendo el valor con quizá mayor carga simbólica, debe aceptarse su
relatividad. Podría definirse la justicia «como el objetivo del Derecho para la realización
de la condición humana, y eso no es nada distinto de la libertad y de la igualdad en el
ámbito de la cultura en que nos movemos».
 La igualdad es un concepto relacional, pues requiere un elemento de comparación
(igualdad respecto de algo, de alguien, de una situación, etc…). En la CE se ha
manifestado especialmente en la igualdad ante la ley (art. 14), que prohíbe toda
discriminación, y la igualdad real y efectiva (art. 9.2), que exige a los poderes públicos
actuaciones positivas para procurarla.
 La libertad es el valor básico, que da sentido a los demás. Sin libertad no existe justicia,
ni podemos hablar de verdadera igualdad. Su desaparición desvirtuaría el tipo de
Estado y el régimen democrático implantado en la CE.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 45

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

La CE contiene una innegable carga ética, que se manifiesta en una vertiente habilitadora de
posibilidades y en una vertiente consensual, nacida del pacto.

El art. 1.1 CE no establece una jerarquía entre los valores en él establecidos, ni supone que la
enumeración de éstos sea exhaustiva.

La CE, por otro lado, incorpora asimismo una carga axiológica en otros principios y normas,
como los fundamentos del art. 10, que hacen referencia a la dignidad de la persona y los
derechos inviolables que le son inherentes.

Con respecto a la relación entre valores y principios, ambos se complementan, siendo los
valores conceptos muy amplios a los que los principios dan concreción. Los valores
proporcionan criterios de interpretación, mientras los principios pueden alcanzar asimismo una
proyección normativa. En caso de conflicto entre dos principios, se utilizará la regla de la
ponderación, buscando la optimización del principio basado en los valores constitucionales.

Los valores, por su mayor generalidad, permiten una más amplia conversión en normas
jurídicas que los principios, más concretos.

3.3. La dignidad como fundamento de los derechos

La CE define en su art. 10 como fundamentos del orden político y de la paz social:


 La dignidad de la persona.
 Los derechos inviolables que le son inherentes.
 El libre desarrollo de la personalidad.
 El respeto a la ley y a los derechos de los demás.

La constitucionalización de la dignidad de la persona representa el reconocimiento de la


superioridad e importancia que corresponde al hombre por el hecho de serlo.

La Declaración Universal de Derechos Humanos proclama en su Preámbulo la fe de las


Naciones Unidas en la dignidad y el valor de la persona humana. El Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos considera que la libertad, la justicia y la paz del mundo tienen por
base la dignidad inherente a todos los miembros de la familia humana y sus derechos iguales e
inalienables.

En Europa, la acción del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos ha representado una
protección efectiva de aspectos sustanciales de la dignidad humana. Mas recientemente, el
Consejo de Europa aprobó el Convenio sobre Biomedicina y Derechos Humanos, reconociendo
expresamente la dignidad humana en su art. 1.

La UE incluyó la dignidad humana en el articulado de la Carta de Derechos Fundamentales


proclamada por el Consejo Europeo de Niza. El contenido de ésta se incluyó, con leves
modificaciones, en la Parte II del Proyecto de Constitución Europea.

La Convención Americana sobre Derechos Humanos establece asimismo que toda persona
tiene derecho al respeto de su honra y al reconocimiento de su dignidad.

Siguiendo a G. Peces Barba, la diversidad cultural debe ser reconocida en el marco de la igual
dignidad y de los valores, principios y derechos que la desarrollan. La desigualdad y la
discriminación no pueden ser amparadas por el multiculturalismo.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 46

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Se ha afirmado que los tres primeros principios enunciados en el art. 10 CE positivizan la


libertad individual, mientras que los dos últimos son realmente los límites de esa libertad. De
hecho, la dignidad de la persona comprende tanto a los derechos inviolables que le son
inherentes como al libre desarrollo de la personalidad. La exigencia de respeto a la ley y a los
derechos de los demás confirma la teoría del carácter limitado de los derechos
constitucionales.

Según F. Fernandez Salgado, los derechos inviolables inherentes a la persona son los derechos
fundamentales comprendidos en la Sección 1ª del Capítulo II del Título I CE (arts. 15 a 29). Hoy
día se puede considerar que no se limitan a éstos.

La dignidad de la persona tiene una doble vertiente: autónoma y relacional.

El TC ha confirmado el carácter troncal de la dignidad como baluarte de los demás derechos y


libertades. Asimismo afirma el TC que la dignidad es el rango o categoría de la persona como
tal, que deben respetar tanto los poderes públicos como los ciudadanos, de acuerdo con lo
dispuesto en los arts. 9 y 10 CE.

IV. Naturaleza de los Derechos

La naturaleza jurídica de los derechos y libertades es doble: unos derechos se configuran como
derechos públicos subjetivos, mientras otros se constituyen como elementos objetivos del
propio ordenamiento al configurar el sistema de valores constitucionalizado.

Recoge el TC un enfoque institucional de los derechos y libertades (dando preferencia a la


libertad de expresión en razón a su carácter institucional, por ejemplo).

El orden objetivo de valores contenido en los derechos es doble:


 De una parte, están los valores superiores del ordenamiento jurídico
constitucionalizados en el art. 1.1 (libertad, justicia, igualdad y pluralismo político) de
forma que todos los derechos deben ser interpretados de conformidad con estos
valores.
 Por otro lado, cada uno de los derechos reconocidos en la CE puede ser portador en sí
mismo de un orden propio de valores que el intérprete debe precisar mediante las
reglas de interpretación generalmente aplicadas en el ordenamiento.

No todos los derechos constitucionales son derechos públicos subjetivos, si bien todos
incorporan un orden de valores que en conjunto constituye el entramado fundamental del
sistema constitucional.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 47

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Tema VI. Requisitos para el ejercicio de los derechos

I. Requisitos para el ejercicio de los derechos

Podemos distinguir, en suma, dos tipos distintos de requisitos para el ejercicio de los derechos:
 Requisitos subjetivos  Son todos aquellos que se refieren al sujeto de los derechos,
dentro de los cuales debemos, a su vez, distinguir:
o Capacidad
 Capacidad jurídica.
 Capacidad de obrar.
o Titularidad
 Personas físicas.
 Personas jurídicas (privadas y públicas).
 Instituciones.
 Grupos.
o Nacionalidad
 Nacionales (y asimilados).
 Ciudadanos de la UE.
 Extranjeros.
o Edad
 Mayoría de edad.
 Minoría de edad.
 Requisitos procedimentales  Son todas aquellas exigencias de procedimiento
encaminadas a la consecución del libre ejercicio de los derechos. El procedimiento
tiene carácter finalista. La finalidad de los derechos puede ser:
o Genérica, porque engloba todos los derechos y persigue favorecer el desarrollo
de la persona humana en el contexto de la sociedad en la que viva.
o Concreta, cuando se refiere a un derecho y determina el objetivo que el sujeto
pretende obtener con el ejercicio del mismo.

Para conseguir tanto la finalidad genérica como la finalidad concreta de los derechos y
libertades resulta imprescindible que su ejercicio se regule específicamente, lo cual no puede
considerarse un límite arbitrario, sino una necesidad del propio ordenamiento para garantizar
el libre ejercicio de los derechos.

A través de los requisitos subjetivos y, entre ellos, principalmente del concepto de titularidad
del derecho, podemos responder a la pregunta ¿quién tiene reconocido por el ordenamiento
jurídico el derecho en cuestión?; los requisitos procedimentales nos permiten responder a
¿cómo y cuándo pueden ejercerse los derechos?

El Tribunal Constitucional ha confirmado que no se produce vulneración de los derechos


constitucionales por someter a éstos a los requisitos establecidos en el ordenamiento jurídico,
y que el carácter permanente e imprescriptible de los derechos no impide, sin embargo, que sí
prescriba la acción para ejercerlos, especialmente cuando uno de ellos se establece para
proteger la seguridad jurídica u otros derechos y bienes constitucionalmente protegidos.
Algunos requisitos procedimentales se encuentran en la propia Constitución, aunque, en
general, el procedimiento para el ejercicio de cada derecho está recogido en la legislación de
desarrollo.

II. Capacidad Jurídica y Capacidad de Obrar. Conceptos generales

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 48

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Para que un sujeto pueda invocar una norma y hacer valer la pretensión de que otros adopten
un determinado comportamiento, o que éste pueda realizar una actividad sin intromisiones, el
ordenamiento jurídico exige una determinada capacidad.
 Capacidad jurídica: consiste en la capacidad de ser destinatarios de los efectos jurídicos
previstos por la norma y, por tanto, sujeto o titular de los derechos subjetivos que de
ella deriva. Es reconocida por el ordenamiento jurídico tanto a las personas físicas
como a las jurídicas. El reconocimiento de la capacidad no implica que el sujeto sea
titular en todo momento de todos los derechos reconocidos en el ordenamiento
jurídico.
 Capacidad de obrar: requiere la previa existencia de la capacidad jurídica y de la
titularidad concreta respecto del derecho o acción jurídica afectada, y representa la
posibilidad de intervenir personalmente y sin intermediarios en el mundo jurídico en
general y naturalmente en todo lo concerniente a los derechos y libertades. El pleno
goce y ejercicio directo de los derechos implica estar en posesión de la capacidad
jurídica, de obrar y titularidad. Si falta la capacidad de obrar, el ordenamiento jurídico
permite que sea suplida por la intervención de otra persona (tutor o representante).
 Titularidad: reconocimiento que el ordenamiento jurídico hace a favor de un sujeto
como agente y destinatario de un derecho o acción jurídica concreta. Requiere la
previa existencia de la capacidad jurídica, no de la de obrar, ya que ésta puede ser
suplida por un tutor o representante.

En la CE no hay previsiones específicas en relación con la adquisición de la capacidad jurídica,


por lo que suele acudirse a las normas civiles («El nacimiento determina la personalidad; pero
el concebido se tiene por nacido para todos los efectos que le sean favorables, siempre que
nazca con las condiciones que expresa el artículo siguiente», art. 29 CC). La personalidad así
reconocida sólo se pierde por la muerte de las personas físicas; la minoría de edad, y
determinadas incapacidades mentales de la persona, no son restricciones de la capacidad de
obrar.

Son personas jurídicas:


 Corporaciones, asociaciones y fundaciones de interés público reconocidas por la ley, su
personalidad empieza desde el instante mismo en que hubieren quedado válidamente
constituidas.
 Asociaciones de interés particular, sean civiles, mercantiles o industriales a las que la
ley conceda personalidad propia, independiente de la de cada uno de los asociados.

En el caso de la persona física, la capacidad jurídica se supone a partir de la propia existencia


(también extranjeros).

III. La titularidad de los Derechos

Se nos presenta dos problemas: determinar quién es titular del derecho y si, en el caso
concreto, posee ese sujeto la suficiente capacidad de obrar para ejercerlo y defenderlo
directamente o si, por el contrario, precisa de otro sujeto que supla esa capacidad.

3.1. Personas físicas y personas jurídicas

3.1.1. Personas físicas

Aunque en un primer momento pueda parecer obvio que el sujeto de los derechos no es otro
que la persona física, los ordenamientos jurídicos reconocen junto a ésta la titularidad para

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 49

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

algunos derechos a las personas jurídicas, situación contemplada por el ordenamiento


multinivel español y confirmada por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, el Tribunal de
Justicia y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Algunos derechos vienen atribuidos a la persona física por su propia naturaleza (el matrimonio,
etc…), lo cual no obedece a una exclusión discriminatoria de los grupos ni a una infravaloración
de éstos en las sociedades actuales (por el contrario, nos encontramos inmersos en sociedades
fundamentalmente grupales), sino que resulta inimaginable una titularidad distinta por la
propia configuración interna del derecho en sí mismo.

3.1.2. Personas jurídicas privadas

El reconocimiento, por otra parte, de determinados derechos a las personas jurídicas deriva de
la necesidad del tráfico o de la convivencia, con objeto de tutelar aspectos concretos de su
desenvolvimiento en la sociedad; la finalidad genérica de los derechos reconocidos a estos
entes debería ser, como ya dijimos, promover y favorecer el desarrollo de las personas en el
seno de la sociedad. La atribución de la titularidad de algunos derechos a las personas jurídicas
plantea importantes problemas. En casos concretos, las personas jurídicas privadas tienen fines
públicos, en cuyo caso el reconocimiento de sus derechos implica también favorecer el acceso
de los ciudadanos a otros derechos individuales o a otros bienes constitucionales. Así sucede,
por ej.:
 Con los partidos políticos, que son asociaciones privadas que articulan funciones
constitucionales (art. 6 CE).
 Con el derecho que se reconoce a las personas jurídicas (y también a las físicas) para
crear centros docentes (art. 27.6 CE).
 Igualmente ocurre con el art. 27.10 CE, en el que se ha constitucionalizado como
derecho fundamental la autonomía universitaria.

De la validez de las personas jurídicas como sujetos de derecho da muestra el hecho de que el
Tribunal Constitucional ha reconocido su legitimidad para interponer Recursos de amparo.

El Tribunal Constitucional se planteó este problema en la STC 19/1983, de 14 de marzo, donde


estimó, para el caso concreto, que la Diputación Foral de Navarra poseía la titularidad del
derecho fundamental a la tutela judicial efectiva constitucionalizada en el art. 24.1 CE. Para
llegar a tal conclusión, argumentó que la titularidad de los ciudadanos de derechos
fundamentales a la que alude el art. 53.2 CE no limita ni excluye la posible titularidad de las
personas jurídicas. En todo caso, debe examinarse cada derecho en particular.

Por otra parte, la expresión todas las personas, que emplea el art. 24.1 CE comprende a juicio
del Tribunal a todas las personas físicas y jurídicas capaces de ser parte en un proceso.

En general, puede afirmarse que se reconoce a las personas jurídicas, además de la titularidad
de aquellos derechos que la Constitución le atribuye directamente, también otros. El propio
texto constitucional permite esta interpretación cuando, en algunos de sus preceptos, se alude
a la persona jurídica y a entidades, comunidades o grupos.

Está igualmente extendido y confirmado por la jurisprudencia constitucional que las personas
jurídicas no gozan de todos los derechos que se les reconocen a las personas físicas, pero la
titularidad de aquellas, en relación con algunos derechos y libertades fundamentales, rige para
las personas jurídicas nacionales en la medida en que, por su naturaleza, resulten aplicables a
ellas (STC 23/1989, 2 febrero). Así ocurre con el derecho a la inviolabilidad del domicilio, o el

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 50

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

derecho a la tutela judicial efectiva. Ahora bien, afirmó también el TC que no existe una
necesaria equiparación entre personas físicas y jurídicas. Siendo éstas una creación del
Derecho, corresponde al ordenamiento jurídico delimitar su campo de actuación fijando los
límites concretos y específicos.

El reconocimiento de la titularidad de algunos derechos a las personas jurídicas permite no


sólo la defensa de los legítimos intereses de las mismas, sino, principalmente, la tutela
indirecta de los derechos e intereses de las personas individuales que las componen (tesis
confirmada por STC 139/1995, 26 septiembre).

La incorporación de la persona jurídica como titular de derechos no impide que quede excluida
de algunos de ellos que por su naturaleza y alcance pertenecen exclusivamente a la persona
física (por ej.: tratos inhumanos), y que, respecto de otros, pueda modularse la regulación legal
en función de que el titular sea persona física o jurídica.

3.1.3. Personas jurídicas e instituciones públicas y grupos

a) Atribución de la titularidad a las personas jurídicas e instituciones públicas

Como hemos dicho, el reconocimiento a las personas jurídicas privadas de algunos derechos
persigue, al fin, la tutela de los intereses de las personas físicas que las forman. Por ello, en
nuestro ordenamiento, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional no ha avalado el
reconocimiento de derechos a personas jurídicas e instituciones públicas, ya que éstas forman
parte del Estado, de la estructura jurídico–pública, y tal reconocimiento podría llevar a una
cierta confusión entre sujeto y destinatario de los derechos.

Las personas jurídicas e instituciones públicas no tienen reconocidos derechos


constitucionales, salvo el derecho a la tutela judicial efectiva derivado del artículo 24 CE, en lo
que se refiere a ser parte en el proceso, y el derecho a la igualdad en la aplicación de la ley en
relación igualmente al derecho al proceso.

Hay que entender que la titularidad del derecho que establece el artículo 24 de la CE
corresponde a todas las personas físicas y a las personas jurídicas a quienes el ordenamiento
reconoce capacidad para ser parte en un proceso, y está sujeta a la potestad jurisdiccional de
Jueces y Tribunales. Si bien en este último caso el reconocimiento del derecho fundamental
debe entenderse dirigido a reclamar del órgano jurisdiccional la prestación a que, como parte
procesal, se tenga derecho.

Sin embargo, la proliferación de entidades públicas que actúan con cierta independencia
podría llevar a la necesidad de revisar esta doctrina jurisprudencial en el futuro, especialmente
desde la STC 190/1996, de 25 noviembre, en la que reconoció el derecho a la libertad de
expresión a la Televisión Española.

b) La atribución de la titularidad a los grupos sin personalidad jurídica

Importantes problemas jurídicos presentan también, la atribución a los grupos sin personalidad
jurídica de la titularidad de los derechos. Si bien el TC ha manifestado que «en línea de
principio, los derechos fundamentales y las libertades públicas son derechos individuales que
tienen al individuo por sujeto activo y al Estado por sujeto pasivo en la medida en que tienden a
reconocer y proteger ámbitos de libertades y prestaciones que los Poderes públicos deben
otorgar o facilitar a aquéllos».

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 51

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Es igualmente cierto que difícilmente puede otorgarse la titularidad de un derecho a quien


carece de subjetividad jurídica, lo cual no significa que sus intereses queden exentos de tutela,
ya que ésta debe articularse a través del Derecho objetivo y no del reconocimiento de
derechos subjetivos. Por último, cabe reseñar que el TC parece haber reconocido también, con
carácter excepcional, la titularidad de algunos derechos a grupos que carecían, en sentido
estricto, de personalidad jurídica.

3.2. La titularidad de los derechos en la Constitución española

La CE utiliza una muy diferente terminología para referirse al sujeto de los derechos. Así, en
ocasiones, el sujeto son los españoles (art. 14, 19, 29, 30, 35 CE…); en otros los ciudadanos, en
otros alude a los extranjeros, y para otros utiliza simplemente el hombre y la mujer, o bien no
expresa sujeto y utiliza expresiones como «se reconoce», «la ley regulará», «la ley garantizará»,
determinándose el sujeto en la legislación de desarrollo.

La CE omite cualquier referencia a la persona jurídica como sujeto de derechos y no queda


totalmente aclarado en el texto la titularidad de los extranjeros respecto de los derechos
constitucionales. La determinación de quién sea titular de los derechos forma parte de lo que
se podría denominar Derecho general de los derechos. No se puede defender el
reconocimiento de una titularidad general para todos los derechos, pues implicaría
necesariamente que, en los casos en los que el sujeto no pudiera ejercer el derecho
directamente (por ej., minoría de edad), podría suplirse la falta de capacidad mediante
representante, cosa que no sucede de manera general.

Es obvio que existen derechos constitucionales cuyo ejercicio es de carácter personal y no


admiten intermediario (sufragio, objeción de conciencia, matrimonio…), en estos casos parece
que debe concluirse que, aun existiendo capacidad jurídica, no hay titularidad del derecho
concreto. En nuestro sistema de derechos podemos distinguir los siguientes supuestos en
relación con la atribución de la titularidad:
 Que la titularidad de determinados derechos se atribuya a las personas físicas o a las
personas jurídicas.
 Que la titularidad de un derecho se atribuya tanto a las personas físicas como a las
personas jurídicas.
 Que la titularidad de un derecho se atribuya a la persona física pero, que ésta, por
carecer de la necesaria capacidad de obrar, no pueda ejercerlo directamente y precise
de un representante.
 Que la titularidad dependa de la existencia de otro requisito subjetivo, por ej.: edad,
capacidad, nacionalidad.
 Aunque la práctica totalidad de los derechos tienen un titular individual,
excepcionalmente podría defenderse que hay derechos que requieren una titularidad
múltiple (o cotitularidad) por su naturaleza grupal (caso de huelga). Pero incluso en
este último supuesto podría defenderse la titularidad individual aun con la necesidad
de que el ejercicio del derecho sea colectivo.

El TC, no siempre ha seguido estrictamente la terminología constitucional. Así ha extendido los


derechos esenciales de la persona a todos los extranjeros. Como la STC 95/2000, de 10 de abril
de 2000, en la que se resolvía el derecho a la asistencia sanitaria de una mujer extranjera que
carecía del permiso de residencia y que convivía con un español.

Por tanto, para determinar quién es el titular de un derecho en cada caso, debe acudirse

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 52

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

obviamente al texto constitucional, pero es igualmente inexcusable la consulta a los tratados


internacionales, a la legislación de desarrollo y a la jurisprudencia del TC. Sólo un análisis
sistemático de todo ello nos permitirá fijar con precisión la posición del ordenamiento jurídico
español en este punto.

La titularidad de los derechos constitucionales es irrenunciable, como ha confirmado el TC en


varias sentencias, aunque, obviamente, sí puede renunciarse el ejercicio concreto de uno o
más derechos en una circunstancia o caso igualmente determinado.

También, aunque con carácter excepcional, pueden suspenderse algunos derechos


constitucionales. La CE prevé esta posibilidad en el art. 55 (estado de excepción o de sitio).

Podríamos decir que la titularidad de los derechos se pierde con la muerte. Siguiendo la
jurisprudencia del TC, una vez fallecido el titular de los derechos y extinguida su personalidad
(de conformidad con lo establecido en el art. 32 CC, que establece que la personalidad civil se
extingue por la muerte de las personas), desaparece (afirma el TC) «también el mismo objeto
de la protección constitucional. De esta suerte no cabe aceptar la indefensión de una persona
fallecida».

IV. Nacionalidad Española, titularidad y ejercicio de los derechos

El art. 11 establece que la nacionalidad española se adquiere, se conserva y se pierde de


acuerdo con lo establecido en la ley (recogido del art. 17 al 28 CC). La nacionalidad es un
atributo directamente vinculado al ejercicio de la mayoría de los derechos reconocidos en el
ordenamiento jurídico. Las diferencias para el acceso y libre ejercicio de los derechos entre los
nacionales (y asimilados) y los no nacionales, deben estar firmemente fundamentadas en
principios y criterios constitucionales y legales.

El valor (art. 1.1 CE), el principio (art. 9.2 CE) y el derecho a la igualdad (art. 14 CE), enmarcan
transversalmente el ordenamiento multinivel español.

El art. 149.1 CE enumera las materias de competencias exclusivas del Estado. El derecho a la
igualdad no representa que todas las personas físicas sean titulares en todo momento de todos
los derechos. Ese status general de sujeto de Derecho descansa en el reconocimiento de la
capacidad jurídica, como capacidad general de ser agente y receptor de efectos jurídicos. La
titularidad no es una capacidad general sino que tiene que ver con el derecho concreto del que
se predique dicha titularidad; por tanto, no se vulnera la igualdad, por ej., si a un menor de
edad no se le reconoce la titularidad del derecho de sufragio.

V. Los ciudadanos de la Unión Europea como titulares de los derechos

A partir del Tratado de la UE se configura la ciudadanía europea y, con ella, se ha consolidado


un status de ciudadano europeo singular. Los ciudadanos europeos de cualquier Estado
miembro poseen una posición jurídica diferenciada respecto de un elenco de libertades
comunitarias, además de gozar de los derechos que corresponden a otros no nacionales:
 Circular y residir libremente en el territorio de los estados miembros.
 Sufragio activo y pasivo en las elecciones al Parlamento Europeo y en las elecciones
municipales del Estado miembro en el que residan, en las mismas condiciones que los
nacionales de dicho estado.
 Acogerse a la protección de las autoridades diplomáticas y consulares de cualquier
Estado miembro en las mismas condiciones que los nacionales de dicho estado.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 53

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

 De formular peticiones al Parlamento Europeo, de recurrir al Defensor del Pueblo


Europeo, así como dirigirse a las instituciones y a los órganos consultivos de la Unión
en una de las lenguas de los Tratados y de recibir contestación en esa misma lengua.

VI. Los extranjeros como titulares de derechos

6.1. Los derechos de los extranjeros en la Constitución

La participación de España en la UE ha incorporado la categoría de «ciudadano europeo» a


nuestro ordenamiento, pero la condición de extranjero sigue manteniéndose respecto de los
nacionales de terceros estados.

El art. 13 CE, recoge los criterios básicos en torno al reconocimiento y ejercicio de los derechos
de los extranjeros en España. El apartado 1 establece que «Los extranjeros gozarán en España
de las libertades públicas que garantiza el presente título en los términos que establezcan los
tratados y la ley». De conformidad con este precepto, existe en la CE una cláusula abierta por la
cual serán los tratados y las leyes las que determinen el status de los extranjeros en materia de
derechos y libertades, dentro de los reconocidos en el Título I.

El TC ha declarado que la expresión libertades públicas debe ser interpretada en un sentido


amplio y, por tanto, comprende también a los derechos. También ha señalado que los
extranjeros gozan en España de los Derechos vinculados a la dignidad personal reconocida en
el art. 10.1 CE.

Los derechos de los extranjeros tienen, pues, fundamento constitucional, aunque tales
derechos sean finalmente de configuración legal. No exige el art. 13.1 ningún requisito que la
ley deba respetar en relación con los derechos de los extranjeros, como, por ej., la
reciprocidad. Sí, sin embargo, se contempla la existencia de lazos históricos entre España y
otros países en el art. 11.3 CE.

La cláusula general que contiene el art. 13.1 CE, queda limitada respecto al derecho de
participación política por lo establecido en el apartado 2: «solamente los españoles serán
titulares de los derechos reconocidos en el artículo 23, salvo lo que, atendiendo a criterios de
reciprocidad, pueda establecerse por tratado o ley para el derecho de sufragio activo y pasivo
en las elecciones municipales».

El término «pasivo» fue incluido mediante reforma constitucional, de 27 de agosto de 1992,


para acomodar el art. 13.1 de la CE al art. 8 del Tratado de la Unión Europea (Tratado de
Maastricht) que reconocía el derecho de sufragio activo y pasivo, en términos de reciprocidad,
a los nacionales de todos los países integrados en la Unión. De la redacción de este precepto
podemos deducir que la Constitución es mucho más abierta en relación con los derechos
civiles que con los derechos de naturaleza política, y en especial con el derecho de
participación política que se reconoce en el art. 23 CE.

6.2. La legislación de desarrollo en materia de derechos de los extranjeros

El art. 13 CE ha sido desarrollado por la siguiente normativa:


 LO 4/2000, 11 enero, de derechos y libertades de los extranjeros en España y su
integración social (LODLEIS).
 LO 1/1992, de 21 de febrero, sobre Protección de la Seguridad Ciudadana.
 LO 14/2003, de 20 de Noviembre, de reforma de la LO 4/2000, de 11 de enero, sobre

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 54

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social.


 Ley 12/2009, de 30 de Octubre, reguladora del derecho de asilo y de la protección
subsidiaria.
 LO 11/2003, de 29 de Septiembre, de medidas concretas en materia de seguridad
ciudadana, violencia doméstica e integración social de los extranjeros.
 Ley 4/1985, 21 marzo, de extradición pasiva (LEP).

En general, la LO 4/2000 reconoce a los extranjeros, en los mismos términos que a los
españoles, los derechos inherentes a la persona humana (la vida, la integridad física…); en
cuanto a otros derechos, la ley distingue entre los extranjeros que se encuentren legalmente
en España (posean autorización de estancia o residencia) de aquellos otros que no posean esta
condición. Los extranjeros que se hallen legalmente en territorio nacional gozan, entre otros,
del derecho de libre circulación, del de reunión y manifestación, de asociación, de sindicación y
huelga, en los términos previstos legalmente para los españoles.

La ley orgánica prevé también el acceso de los extranjeros a determinados servicios esenciales,
como la asistencia sanitaria, con independencia de que tengan o no autorización de estancia o
residencia.

El cuanto a la Ley 12/2009, de 30 de octubre, reguladora del derecho de asilo y de la protección


subsidiaria (LRDA), tiene por objeto cumplir el mandato constitucional en relación a que una
ley establecerá los términos en que los ciudadanos de otros países y los apátridas podrán gozar
del derecho de asilo y de la condición de refugiado en España.

El derecho de asilo protege a los extranjeros que sean perseguidos por actos políticos y a los
que hayan cometido delitos políticos o conexos que no se hayan realizado en España; la
protección no se extiende a los actos de terrorismo. La concesión del derecho de asilo otorga al
extranjero inviolabilidad mientras se encuentre en territorio español.

Esta ley reconoce también la condición de refugiado en los términos contemplados en los
tratados y Convenios internacionales, y en especial en la Convención sobre el Estatuto de los
Refugiados de Ginebra de 28 julio 1951 y el protocolo de Nueva York de 31 enero 1967. Ambos
documentos forman parte del ordenamiento jurídico español por adhesión, de fecha 22 de
junio de 1978.

La ley 4/1985, de Extradición Pasiva (LEP), regula, con todas las garantías, este acto de
soberanía que, conforme a la ley española, requiere reciprocidad.

VII. La edad

7.1. Edad, capacidad de obrar y titularidad de los derechos

La CE ha establecido que los españoles son mayores de edad a los 18 años (art. 12 CE).

La edad, en concreto la mayoría de edad, es un elemento de incidencia directa en el


reconocimiento tanto de la titularidad como de la capacidad de obrar de las personas físicas.
La capacidad de obrar implica siempre la previa existencia de la capacidad jurídica y, en su caso,
de la titularidad.

En nuestro sistema de derecho podemos distinguir tres casos en relación con la edad y la
titularidad:

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 55

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

 Que el menor de edad no sea titular del derecho por ser la edad requisito necesario
para la atribución de dicha titularidad (derecho de sufragio, trabajo…).
 Que se atribuya la titularidad del derecho al menor de edad pero que, por carecer éste
de la capacidad de obrar que acompaña a la minoría de edad, no pueda ejercerlo y/o
defenderlo directamente y precise de un representante. Así, por ejemplo, los derechos
a la integridad física y moral, prohibición de tortura y trato inhumano o degradante,
derecho a la propiedad privada, intimidad, imagen… En este caso, existe un titular del
derecho que puede ejercerlo a través de un tercero y ser receptor pasivo de los efectos
jurídicos, pero sólo puede incidir activamente en ellos y defenderlos a través de un
tutor o representante.
 Que se le atribuya tanto la titularidad como la capacidad de obrar aun siendo menor
de edad. La Ley 41/2002, de 14 de Noviembre, establece que el menor será escuchado
antes de realizar cualquier acto médico que le afecte si tiene doce años cumplidos.
Además, si el menor tiene dieciséis años, o está emancipado, puede adoptar sus
propias decisiones en este ámbito.

Existe una tendencia legislativa favorable a la participación del menor en las decisiones que le
afecten cuando el ordenamiento no le reconoce la capacidad de actuar plenamente respecto
de los derechos de los que es titular, o cuando estén afectados sus intereses jurídicos,
reconociendo relevancia jurídica a su manifestación de voluntad. El ordenamiento gradúa dicha
relevancia jurídica en razón del grado de madurez del menor.

7.2. Legislación de menores

La idea de proteger específicamente a los menores es relativamente reciente y tiene en la


primera Ley de protección a la infancia, de 12 agosto 1904, un hito importante.

Como sucede en el caso de los mayores de edad, el conjunto de derechos reconocidos a los
menores y su articulación jurídica requiere una interpretación integrada de los preceptos
constitucionales, legales, de los convenios y tratados internacionales y de las normas
comunitarias que se refieren a este importante asunto.

Entre las normas relativas a los menores se encuentran, entre otras:


 Legislación internacional supraeuropea
o Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño, de 1924.
o Convenio sobre los Derechos del Niño, adoptado por la Asamblea General de
las Naciones Unidas, el de 20 de noviembre de 1989.
o Protocolo facultativo de la convención de los Derechos del Niño, relativo a la
venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la
pornografía, hecha en Nueva York de 25 mayo 2000.
o Convenio de la Haya XXXIII, de 29 de mayo de 1993, relativo a la protección del
niño y a la cooperación en materia de adopción internacional.
 Legislación y documentos de la Unión Europea
o Art. 24 Carta de los Derechos Fundamentales de la UE.
o Carta Europea de los Derechos del Niño.
o Carta Europea sobre los Derechos de los Niños Hospitalizados.
o Decisión marco 2004/68/JAI, del Consejo, de 22 de Diciembre de 2003, relativa
a la lucha contra la explotación sexual de los niños y pornografía infantil.
 Consejo de Europa
o Convenio Europeo relativo al reconocimiento y ejecución de decisiones en
materia de custodia de menores, así como al restablecimiento de dicha

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 56

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

custodia.
o Recomendación R (81) 3, del Comité de Ministros del Consejo de Europa,
relativa a la acogida y educación de niño desde su nacimiento hasta los 8 años.
o Convención sobre cibercrimen, 23 de noviembre de 2001.
 Legislación de producción interna
o Estatal
 LO 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del menor.
 LO 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de
los menores.
 RD 443/2001, de 27 de abril, sobre condiciones de seguridad en el
transporte escolar y de menores.
o Autonómica

7.3. Los derechos de los menores y principios de actuación de las Administraciones públicas

La CE en su art. 12, establece que la mayoría de edad se adquiere a los 18 años. A partir de este
momento, y si no existe otra causa de restricción, el sujeto adquiere la titularidad de aquellos
derechos que requieren mayoría de edad y el pleno ejercicio de todos los que tenia y los que
ha adquirido como consecuencia de su mayoría de edad. La edad fijada en el art. 12 CE es la
misma que recoge el art. 1 del Convenio de los Derechos del Niño. El art. 24 de la Carta de los
Dº Fundamentales, consagra los derechos de los menores en los siguientes términos:
 Los menores tienen derecho a la protección y a los ciudadanos necesarios para su
bienestar.
 Pueden expresar su opinión libremente y ésta será tenida en cuenta en relación con los
asuntos que les afecten, en función de su edad y madurez.
 En todos los actos relativos de menores llevados a cabo por autoridades públicas o
instituciones privadas, el interés superior del menor constituirá una consideración
primordial; todo menor tiene derecho a mantener de forma periódica relaciones
personales y contactos directos con sus padres, salvo si son contrarios a sus intereses.

En la legislación sobre los derechos de los menores se han venido consolidando ciertos
principios generales que articulan el marco jurídico imprescindible para la regulación de éstos:
 Principio de reconocimiento máximo de derechos  La tendencia general es la de
extender los derechos reconocidos a los menores, salvo en los casos en que sea
incompatible por su minoría de edad.
 Principio de tutela directa y subsidiaria  La tutela directa se encomienda a los
progenitores, o en su caso, a los tutores del menor, y la tutela subsidiaria es, en
general, asumida por los poderes públicos.
 Principio de interés superior del menor  Es decir, la ley prima el interés superior de
los menores sobre cualquier otro interés legítimo que pudiera concurrir.
 Principio de audiencia  Derecho a ser oído. La legislación sobre menores tutela
también la posibilidad del menor de manifestar su voluntad en el marco del ejercicio
de los derechos que le correspondan.

La LO 1/1996, de protección jurídica del menor, incluye un catálogo de derechos entre los que
se encuentran algunos fundamentales:
 Derecho al honor, intimidad y propia imagen.
 Derecho a la información.
 Libertad ideológica, de conciencia y de religión.
 Derecho de participación, asociación y reunión.
 Libertad de expresión.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 57

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Dicha ley contempla una serie de principios rectores de la acción administrativa, tendentes a
garantizar los derechos de los menores. Las AAPP facilitarán a los menores la asistencia
adecuada para el ejercicio de sus derechos, y desarrollará políticas integrales encaminadas al
desarrollo de la infancia y de servicios para los menores.

Principios rectores de la actuación de los poderes públicos:


 La supremacía del interés del menor.
 El mantenimiento del menor en el medio familiar de origen, salvo que no sea
conveniente para su interés.
 Su integración familiar y social.
 La prevención de todas aquellas situaciones que puedan perjudicar su desarrollo
personal.
 Sensibilizar a la población ante situaciones de indefensión del menor.
 Promover la participación y solidaridad social.
 La objetividad, imparcialidad y seguridad jurídica en la actuación protectora
garantizando el carácter colegiado e interdisciplinar en la adopción de medidas.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 58

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Tema VII. Contenido esencial y límites de los derechos. Clasificación de los derechos y
libertades

I. Contenido esencial de los derechos

1.1. Concepto

En la regulación constitucional de los derechos y libertades es cada vez más frecuente la


exigencia de que la ley respete su núcleo básico o contenido esencial. Esta exigencia se
encuentra en el art. 53.1 CE, que determina que el desarrollo legislativo deberá respetar el
contenido esencial del derecho.

Sin embargo, nada dice la CE acerca del concepto y alcance del contenido esencial de los
derechos, como reconoció el TC. La CE no determina cuál es el contenido esencial de los
derechos y libertades, por tanto, las controversias deben ser resueltas por el propio TC.

Esta idea de contenido esencial trata de que el desarrollo de un derecho no destruya su


contenido material convirtiéndolo en un derecho puramente formal.

Sus referentes históricos son el art. 19.2 de la Constitución alemana de 1949 y el art. 18.3 de la
Constitución portuguesa de 1976, entre otros.

De igual manera, el art. 17 del Convenio Europeo de Derechos Humanos prohíbe cualquier acto
que pueda llevar a la destrucción de los derechos fundamentales, y la Carta de los Derechos
Fundamentales de la Unión Europea (Niza 2000) determina que cualquier limitación de los
derechos reconocidos en ese texto debe ser establecida por ley y respetar su contenido
esencial.

1.2. La concepción institucional de los derechos

Los derechos individuales son a la vez instituciones jurídicas y derechos subjetivos. Los
derechos que la CE reconoce constituyen, desde esta perspectiva, instituciones jurídicas
constitucionalmente protegidas, con un contenido propio, que no pueden ser desnaturalizadas
ni por la legislación que regule su ejercicio, ni con la imposición de límites que las conviertan en
impracticables.

El TC aprecia cierta recepción de estas tesis en numerosas sentencias relativas a los Derechos y
libertades en los que éstos aparecen con una doble naturaleza jurídica: subjetiva y objetiva.

1.3. Delimitación del contenido esencial del derecho

El problema más importante es cuál es el contenido esencial de un derecho concreto. El TC ha


ido progresivamente delimitando lo que debe entenderse por contenido esencial de un
derecho y, a través de sus sentencias, también el contenido esencial de derechos concretos.

Para el TC, se postula que ninguna limitación introducida por el legislador que desconozca o
desnaturalice el derecho puede estar justificada.

Con todo, en la sentencia 11/1981, de 8 de abril, señaló el TC que para tratar de aproximarse
de algún modo a la idea de contenido esencial, que en el art. 53 de la CE se refiere a la
totalidad de los derechos fundamentales, cabe seguir dos pasos:

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 59

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

 El primero es tratar de acudir a lo que se suele llamar la naturaleza jurídica o el modo


de concebir o de configurar cada derecho. Según esta idea, hay que tratar de
establecer una relación entre el lenguaje que utilizan las disposiciones normativas y lo
que algunos autores han llamado el metalenguaje o ideas generalizadas y convicciones
generalmente admitidas entre los juristas. La citada sentencia lo expresa así: «… de
modo que constituyan el contenido esencial de un derecho subjetivo aquellas
facultades o posibilidades de actuación necesarias para que el derecho sea reconocible
como pertinente al tipo descrito y sin las cuales deja de pertenecer a ese tipo y tiene
que pasar a quedar comprendido en otro desnaturalizándose, por decirlo así».
 Un segundo camino para definir el contenido esencial de un derecho sería, según el TC,
tratar de buscar los intereses jurídicamente protegidos como núcleo y médula de los
derechos subjetivos. «Se puede entonces hablar de una especialidad del contenido del
derecho para hacer referencia a aquella parte del contenido del derecho que es
absolutamente necesaria para que los intereses jurídicamente protegibles que dan vida
al derecho, resulten real, concreta y efectivamente protegidos». Según este criterio se
vulneraría el contenido esencial de un derecho cuando queda sometido a limitaciones
excesivas que lo hacen impracticable.

1.4. Contenido esencial y desarrollo legislativo de los derechos

El mencionado apartado 2 del art. 53 CE establece la obligación de respeto del contenido


esencial de los derechos regulados en el capítulo II, del Título I (arts. 14 al 38), por tanto, esta
garantía del desarrollo legislativo de los derechos no se refiere a la totalidad de los derechos
constitucionales ni legales, sino tan solo a un grupo específico de derechos. El TC, entre otras,
en su STC 101/91, de 13 mayo, ha confirmado este ámbito acotado al establecer que la
cláusula de respeto al contenido esencial no es aplicable al Capítulo III del Título I, (arts. 39 al
53). Debemos tener en cuenta igualmente, que los derechos afectados por la cláusula del
respeto del contenido esencial (arts. 1 a 38) son plenamente eficaces y aplicables aunque no
hubieran sido desarrollados por la ley, ya que su desarrollo legislativo es una facultad del
legislador pero no un requisito para la eficacia de estos derechos.

Por otro lado, el respeto al contenido esencial de los derechos del Capítulo II no debe llevarnos
a considerar que el resto de los derechos constitucionales podrían ser regulados de manera
que quedaran desnaturalizados o resultaran impracticables, ya que el valor normativo supremo
de la Constitución, por un lado, obliga a interpretar y aplicar sus normas (todas sus normas) de
manera plena y eficaz; y el carácter de los derechos como instituciones jurídicas
constitucionalmente reconocidas y dotadas de un sentido propio, por otro lado, obliga al
legislador ordinario a preservar esa naturaleza e identidad propias. Así, el respeto al contenido
esencial de los derechos contenidos en los arts. 14 a 38, es una reiteración garantista frecuente
en la CE, producto de las circunstancias históricas en las que se elaboró el texto constitucional y
del deseo de los constituyentes de romper con los principios del régimen anterior. Nos
encontramos ante una garantía formal pero no material, ya que tanto unos como otros
derechos deben ser regulados, en su caso, de manera que se respete su esencia y su naturaleza
propia. El legislador ordinario se encuentra más firmemente vinculado al contenido esencial o
a la naturaleza propia de los derechos contenidos en el Capítulo II, del título I (14 al 38),
mientras que goza de un mayor margen de discrecionalidad a la hora de regular otros derechos
constitucionales, aún con el límite de mantener mínimamente la identidad de cada derecho.

II. El carácter limitado de los derechos

El TC declaró que no existen en el Ordenamiento español «derechos ilimitados». Todos los

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 60

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

derechos tienen sus límites. Esta idea de limitación de los derechos, responde a la pretensión
de que el reconocimiento de un derecho no lleve, de facto, a una situación de abuso o de un
uso antisocial del mismo, y permite avalar la tesis de que para que todos los derechos
reconocidos puedan ser ejercitados ninguno de ellos puede ser ilimitado. La doctrina, de
manera casi unánime, ha defendido el carácter limitado de los derechos, que no son, por tanto,
absolutos, sino que deben articularse en un sistema en el que sea posible el ejercicio de todos
ellos.

El problema de los límites del derecho se evitaría, en gran medida, si se determinase cuál es el
contenido de cada derecho.

A pesar de lo expuesto, algún sector doctrinal ha defendido que algunos derechos


constitucionales son absolutos. Avala esta posición la contundente redacción de algún
precepto constitucional, como sucede con el derecho a la integridad física y moral reconocida
en el art. 15 CE, sin que en ningún caso, afirma la Constitución, pueda nadie ser sometido a
tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Igual sucede con el derecho a no declarar
sobre la propia ideología, religión o creencias. Cuando se habla de derechos limitados se está
haciendo relación principalmente a los llamados «derechos de libertad», aquellos derechos
que permiten actuar al sujeto en un ámbito de agere, licere [faculta a los ciudadanos para
actuar con arreglo a sus propias convicciones y mantenerlas frente a terceros]. Tanto la
legislación de desarrollo, como la jurisprudencia del TC, ya han introducido elementos
interpretativos al respecto. Por ej., cabe exigir una declaración sobre las propias creencias
religiosas si el ciudadano ha solicitado al Estado la exención de un deber. En cuanto al derecho
a la integridad física y moral, el verdadero problema práctico no se presenta en relación con la
liberalidad constitucional sino con el propio concepto de tortura o penas y tratos inhumanos o
degradantes. Hoy el problema jurídico-constitucional de los derechos y libertades se refiere
tanto a su reconocimiento como a sus límites y garantías y, por ello, resulta esencial determinar
el alcance de su regulación en el texto constitucional (expreso o inferido en otro derecho o
libertad) así como la posición jurídica de los demás derechos y libertades con los que pueda
entrar en colisión. En este aspecto, las funciones de la ley y de la jurisprudencia son esenciales
como vehículo de desarrollo de la Constitución, sin que la ley sustituya a la Constitución y sin
que el Juez sustituya a la ley.

III. Tipos de límites de los derechos

La clasificación de los límites de los derechos podría completarse de la siguiente forma:

3.1. Límites constitucionales

3.1.1. Límites genéricos

Se refieren al sistema constitucional de derechos. Se pueden subclasificar en:


 Límites derivados de los valores y principios constitucionales y de las exigencias del
estado social y democrático de Derecho.
 Límites derivados del mandato contenido en el art. 10.2 CE que obliga a interpretar las
normas relativas a derechos fundamentales y libertades constitucionales, de
conformidad con la DUDH [Declaración Universal de los Derechos Humanos] y los
tratados y acuerdos internacionales sobre la misma materia ratificados por España.

3.1.2. Límites colectivos

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 61

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Cuando afectan a un grupo determinado de derechos constitucionales.

3.1.3. Límites específicos

Cuando aluden a un solo derecho. Dentro de los límites colectivos y específicos, podemos
diferenciar:
 Límites derivados de la concurrencia de dos o más derechos.
 Límites derivados de la propia naturaleza del derecho.
 Límites derivados del status de determinadas categorías de personas.
 Límites derivados de exigencias objetivas.
 Límites vinculados a la declaración de los estados excepcionales.

3.2. Límites internacionales

Son los derivados de los compromisos de derecho internacional convencional adquiridos por el
Estado mediante incorporación a organizaciones internacionales o los generados como
consecuencia de la ratificación de convenios y tratados internacionales sobre la protección de
los derechos y libertades o sobre sus garantías.

3.3. Límites derivados del Derecho de la Unión Europea

Obligan a los estados miembros por aplicación del principio de competencia. La previsible
aprobación de una futura Constitución europea definirá sustancialmente este aspecto.

3.4. Límites estatutarios y desarrollo legal

La legislación de desarrollo, tanto estatal como autonómica, puede incorporar ciertos límites
tanto a derechos constitucionales como a derechos de configuración legal.

3.4.1 Límites generales

Si afectan al sistema de derechos en su conjunto.


 Límites derivados de los valores y principios constitucionales y de las exigencias del
estado social y democrático de Derecho.
 Límites derivados del mandato contenido en el art. 10.2 CE que obliga a interpretar las
normas relativas a derechos fundamentales y libertades constitucionales, de
conformidad con la DUDH [Declaración Universal de los Derechos Humanos] y los
tratados y acuerdos internacionales sobre la misma materia ratificados por España.

3.4.2. Límites colectivos

Cuando afectan a un grupo determinado de derechos ya sean constitucionales o de


configuración legal.

3.4.3. Límites específicos

Si aluden a un solo derecho constitucional o de configuración legal.


 Límites derivados de la concurrencia de dos o más derechos.
 Límites derivados del status de determinadas categorías de personas.
 Límites derivados de exigencias objetivas.
 Límites vinculados a la declaración de los estados excepcionales.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 62

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

3.5. Límites jurisprudenciales

Serían los límites definidos por la jurisprudencia (TC, Tribunal Europeo de Derechos humanos,
Tribunal de justicia y Tribunales nacionales ordinarios).

El TC señaló que los límites de los derechos no quedan circunscritos a los que expresamente
contenga el Texto Constitucional y a los que derivan del libre ejercicio de unos y otros derechos
reconocidos en la Constitución, sino que también hay límites mediatos, sólo indirectamente
emanados de la Constitución pero necesarios para preservar otros derechos o bienes
constitucionalmente protegidos.

IV. Clasificación de los derechos

Se pueden realizar diversas clasificaciones de los derechos y libertades atendiendo a distintos


criterios (la materia, el sujeto, las garantías, etc…).

La CE permite clasificar los derechos constitucionales preferentemente en razón de las


garantías que reciben. Pero actualmente, una clasificación de derechos en el ordenamiento
jurídico español, también debe tener en cuenta los derechos legales, los derechos que
provienen de convenios y tratados internacionales y los derechos reconocidos y aplicados en el
ámbito comunitario.

Tomando en consideración los aspectos anteriormente citados, la clasificación de los derechos


en el ordenamiento jurídico español comprendería las que a continuación se señalan:

4.1. Clasificación cronológica

Los derechos y libertades han surgido progresivamente, unidos a una evolución socio-política
de los grupos humanos. Podemos clasificarlos, circunscribiéndonos al Estado de Derecho, en
función de la «Teoría de las generaciones»:
 Derechos de primera generación.
 Derechos de segunda generación.
 Derechos de tercera generación.
 Derechos de cuarta generación.

4.2. Por la fuente de producción

4.2.1. Derechos constitucionales

Son los expresamente incluidos en la CE.

4.2.2. Derechos reconocidos en convenios y tratados internacionales e incorporados al


derecho interno

Los derechos incorporados al derecho interno a través de fuentes internacionales son


directamente aplicables en nuestro país por la fuerza y el valor de ley que tienen reconocido
los tratados internacionales en nuestro ordenamiento.

4.2.3. Derechos reconocidos en los Tratados, en la Carta de los Derechos Fundamentales y en


el Derecho derivado de la Unión Europea

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 63

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Tras la elevación de la Carta al mismo nivel jurídico de los Tratados, realizada por el Tratado de
Lisboa (en vigor, el 01/12/2009), junto a las libertades originarias y los derechos que
progresivamente se han incorporado a los Tratados y a sus modificaciones posteriores, y
también la recepción realizada por el Derecho derivado.

4.2.4. Derechos estatutarios

Algunos EEAA han incluido mediante reformas un catálogo de derechos cuya


constitucionalidad ha quedado confirmado por el TC.

4.2.5. Derechos legales

Se refiere al desarrollo mediante ley que reciben los derechos constitucionales.

4.3. Por su contenido

4.3.1. Del ámbito personal

Se refiere a la naturaleza misma del individuo (derecho a la vida, a la integridad física y moral,
etc…).

4.3.2. De la esfera privada

Cuando se refiere al ámbito más cercano de la vida humana (derecho al honor, a la intimidad, a
la educación, inviolabilidad del domicilio, etc…).

4.3.3. Del ámbito político

Se refiere a la actividad del sujeto en relación con la organización política y social (derecho de
reunión y de asociación, de participación política, libertad de expresión, etc…).

4.3.4. Del ámbito económico

Aquellos derechos incorporados por el Estado social que se proyectan en los aspectos
laborales, de prestación, Seguridad Social, bienestar…

4.4. Por su naturaleza

4.4.1. Derecho de libertad o inmunidad

Cuando imponen básicamente una actitud de abstención por parte de los poderes públicos y
particulares.

4.4.2. Derechos de prestación

Cuando se pide una actuación positiva por parte del Estado. En los Estados actuales, la frontera
entre los derechos de libertad y los derechos de prestación a veces se difumina, ya que casi
todos los derechos requieren algún tipo de actividad del Estado que los haga accesibles a los
ciudadanos.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 64

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

4.5. Por el sujeto

4.5.1. Derechos individuales

Son los que el ordenamiento jurídico reconoce a las personas y pueden ejercerse por éstas sin
la concurrencia de otros sujetos, tanto si se trata de nacionales como de extranjeros.

4.5.2. Derechos colectivos

Son los derechos que se reconocen a grupos, ya se trate de personas jurídicas o de otros
colectivos, incluso el propio Estado en sus relaciones interiores y en las relaciones
internacionales y, también, a aquellos derechos que, aunque se reconocen a personas
individualmente, éstas solo pueden ejercerlos en unión de otras personas (derecho de huelga,
a la negociación colectiva, etc…).

4.6. Por sus garantías

4.6.1. Garantías constitucionales

4.6.1.1. Derechos máximamente tutelados

Los derechos de mayor nivel de garantías son los comprendidos en la Sección 1 del Capítulo II,
del titulo I (arts. 15 al 29 CE). Estos preceptos vinculan a todos los poderes públicos, necesitan
de LO para su desarrollo.

4.6.1.2. Derechos con tutela casi máxima

Se incluye el derecho a la igualdad reconocido en el art. 14 CE y la actualmente inoperante


objeción de conciencia al servicio militar.

4.6.1.3. Derechos con garantías de nivel medio

Los recogidos en los arts. del 30 al 38 CE. Vinculan a todos los poderes públicos, aunque su
desarrollo legislativo se realiza mediante Ley ordinaria.

4.6.1.4. Derechos y principios de nivel mínimo

Artículos del 39 al 52 CE (principios de política social y economía). Reciben garantías


sustancialmente menores. Cuando cualquiera de ellos sea desarrollado mediante ley o norma
con su rango o fuerza, ésta quedará sujeta a control de constitucionalidad.

4.6.2. Garantías internacionales

4.6.2.1. Derechos dotados de garantías diplomáticas

Representan, en términos jurídicos, el menor nivel de garantías, aun reconociendo la


importancia y eficacia que, en el ámbito internacional, poseen estos actos.

4.6.2.2. Derechos dotados de garantías legales

Cuando dichas garantías se encuentran reconocidas expresamente en textos jurídicos de

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 65

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

aplicación en los Estados Parte que comprometen a dichos Estados a su cumplimiento.

4.6.2.3. Derechos dotados de garantías jurisdiccionales

Representan el máximo nivel de garantía jurídica. Tal es el caso del Tribunal europeo de
Derechos Humanos.

4.6.2.4. Garantías institucionales

Las garantías provienen de la tutela de una institución (unipersonal o colegiada) creada al


efecto (alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, por ej.).

4.6.3. Garantías en el ámbito de la Unión Europea

4.6.3.1. Garantías incorporadas a los Tratados constitutivos y a sus modificaciones


posteriores

Los Tratados constitutivos, y las sucesivas modificaciones que se han producido, han
incorporado al ordenamiento de la Unión Europea diversas garantías, algunas de las cuales han
sido desarrolladas mediante el Derecho derivado.

4.6.3.2. Garantías reconocidas en el Derecho derivado

Estas garantías se han incorporado al Derecho de la UE a través de la acción normativa de las


diferentes Instituciones de la Unión.

4.6.3.3. Garantías jurisdiccionales

Representada por el TJ, que tiene competencias para el control jurisdiccional del Derecho de la
UE.

4.6.3.4. Garantías institucionales

También en el ámbito del Derecho comunitario se han creado instituciones de tutela, como el
Defensor del Pueblo Europeo.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 66

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Tema VIII. La interpretación de los Derechos y Libertades

I. La interpretación

1.1. Concepto y caracteres de la interpretación: la interpretación de la Constitución e


interpretación constitucional

La interpretación jurídica es el conjunto de procesos lógicos a través de los que se atribuye un


significado a una norma o se describe el sentido de sus enunciados. El proceso interpretación-
aplicación es un todo inescindible y consiste en la determinación de normas
subconstitucionales. La interpretación es un acto de conocimiento además de que, un sector
doctrinal relevante, entienda que es una actividad creadora, ya que se entiende que la
actividad interpretativa de los jueces integra un proceso creador de Derecho. La teoría de la
interpretación no puede desvincularse del concepto de Derecho. Para el positivismo formalista,
el campo de la interpretación comenzaba y acababa en la ley; para otras concepciones del
Derecho que incorporan a la ley principios y valores, la interpretación alcanzará también a
estos últimos.

Por ello, debemos distinguir entre interpretación de la CE (acotaría su desenvolvimiento en el


texto jurídico-formal de la CE) e interpretación constitucional (alcanzaría a los valores y
principios constitucionales, por ello la interpretación de la CE no puede fundamentarse en la
estructura tradicional de la interpretación de la ley). De ahí que no pueda ser solamente
interpretación de la CE sino, sobre todo, interpretación constitucional del ordenamiento.

El método de interpretación del Derecho constitucional presenta reglas especiales y propias


que responden a la particularidad de su objeto: la especificidad de la norma constitucional.
 Estamos ante un estatuto jurídico de lo político. Esto legitima el recurso a los principios
jurídico-estructuradores: Estado de Derecho, democrático, social, etc… El TC ha
señalado que la interpretación constitucional debe buscar la compatibilidad entre los
preceptos y principios contenidos en la CE. Unos y otros se informan recíprocamente,
sin que pueda apreciarse jerarquía entre ellos.
 La interpretación constitucional supone generalmente fijar reglas de concretización
válidas para la Administración y para el legislador.
 Los aplicadores de la CE deben buscar la voluntad objetiva del constituyente: lo dicho
en el precepto en relación con su contexto (voluntas contitutionis).
 Ha de ser posible una actualización del programa constitucional sin caer en rupturas,
mutaciones constitucionales silenciosas ni revisiones apócrifas.

1.2. La interpretación del Derecho constitucional

1.2.1. El método hermenéutico clásico

Método acuñado por Savigny y recogido en nuestro CC, acepta 4 elementos de interpretación:
 Gramatical.
 Lógico.
 Histórico.
 Sistemático.

El TC ha resaltado la necesidad de realizar una interpretación integradora, ya que la CE forma


un todo, de acuerdo con lo que sería una interpretación sistemática. En nuestro Derecho se
encuentra recogido en el CC. El TC ha resaltado la necesidad de realizar una interpretación

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 67

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

integradora, ya que afirma que la CE forma un todo «en el que cada precepto encuentra su
sentido pleno valorizándolo con los demás; es decir, de acuerdo con una interpretación
sistemática». Este método atribuye al texto una doble relevancia:
 Es un punto de partida para la captación del sentido de las normas.
 Es límite de la interpretación, que no puede ir nunca contra el tenor literal del texto.

Hermenéutica  Es la pretensión de explicar las relaciones existentes entre un hecho y el


contexto en el que acontece.

1.2.2. El método axiológico integrador

Según este método, la interpretación de la CE ha tener en cuenta:


 El orden o sistema de valores subyacentes al texto constitucional.
 El sentido y la realidad de la CE como elemento del continuo proceso real de
integración de la comunidad.

En la concepción de Smend se subraya el carácter político del Derecho Constitucional y las


peculiaridades de las normas constitucionales.

1.2.3. El método tópico-problemático

Este sistema cobra matices específicos en el ámbito del Derecho constitucional. Afirma el
carácter práctico de la interpretación, cuyo objetivo es la resolución de problemas concretos, y
el carácter fragmentario o abierto de la CE, que dificulta la subsunción de los hechos en sus
preceptos.

La interpretación consistirá así en una discusión del problema entre varios aplicadores-
intérpretes, que se sirven de varios topoi o puntos de vista. Los distintos tópicos tendrán como
función:
 Servir de orientación para el intérprete.
 Constituir una guía de discusión de los problemas.
 Permitir la decisión del problema jurídico en cuestión.

Esta postura despierta reticencias, puesto que puede conducir a un casuismo sin límites.

1.2.4. El método hermenéutico-concretizador

Tiende más a un pensamiento orientado a la resolución del problema, pero partiendo del
primado del texto constitucional (no del problema). Este método considera que en la lectura de
un texto normativo hay una precomprensión de su sentido por parte del intérprete, existiendo
varios presupuestos de la tarea interpretativa:
 Presupuestos subjetivos: precomprensión en la obtención del sentido del texto
constitucional.
 Presupuestos objetivos: contexto o situación en que se aplica.

La relación entre texto y contexto tiene lugar a través de la mediación del intérprete,
configurando el llamado «círculo hermenéutico».

1.2.5. El método normativo estructurante

Considera que la norma comprende asimismo parte de la realidad social, (la norma escrita no

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 68

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

pasa de ser la parte visible del iceberg normativo). Contempla los siguientes principios de la
interpretación constitucional:
 Principio de unidad de la Constitución: Implica evitar antinomias [contradicciones]
entre las normas contenidas en la CE, especialmente entre los principios jurídico-
políticos.
 Principio de efecto integrador: En la resolución de los problemas jurídico-
constitucionales debe darse preferencia a los criterios o puntos de vista que favorezcan
la integración política y social y el refuerzo de la unidad política, siempre respetando el
pluralismo.
 Principio de máxima efectividad o eficiencia: Según el TC, la ley ha de ser interpretada
de la forma más favorable para la efectividad de todos los derechos, y la máxima
aplicación de su contenido.
 Principio de conformidad funcional: El órgano que interprete la CE no puede llegar a un
resultado que subvierta el esquema organizatorio-funcional constitucionalmente
establecido.
 Principio de concordancia práctica o de armonización: Impone la coordinación y la
combinación de los bienes jurídicos en el conflicto o concurrencia de forma que se
evite el sacrificio (total) de unos bienes jurídicos frente a otros. Se basa en el principio
de igual valor de los bienes constitucionales, negando jerarquía alguna entre ellos.
 Principio de la fuerza normativa de la Constitución: Da prevalencia a los puntos de vista
que garanticen la máxima eficiencia y permanencia de la CE.
 Principio de la interpretación conforme a la Constitución: En caso de normas
plurisémicas o plurisignificativas, debe darse preferencia a la interpretación que le
confiera un sentido conforme a la CE.

II. Normas de interpretación y Constitución Española

2.1. Normas de interpretación en la Constitución

Las reglas sobre interpretación de las normas contenidas en el Título Preliminar (calificado de
«materialmente constitucional») y los artículos 2 y 3 del CC son aplicables en su mayor parte a
todo el ordenamiento, manteniéndose en el CC por tradición histórica.

El art. 10.2 CE establece que las normas relativas a los derechos fundamentales, y a las
libertades que la CE reconoce, se interpretarán conforme a la Declaración Universal de
Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas ratificados por
España.

2.2. Interpretación conforme a la Constitución

Según STC 9/1981, a partir de la entrada en vigor de la CE, es un imperativo para todos los
poderes llamados a aplicar la ley, interpretarla conforme a la CE, debiendo rechazarse la
aplicación de una regla que conduce a un resultado opuesto al que el precepto constitucional
considera deseable.

La CE es la norma fundamental y fundamentadora de todo el orden jurídico, de manera que


toda ley o disposición opuesta a la misma ha de ser derogada. La CE es una norma unitaria, en
la que cada precepto encuentra su sentido pleno valorándolo con los demás, de acuerdo con
una interpretación sistemática.

Además el TC ha confirmado que la CE incorpora un sistema de valores que requiere una

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 69

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

interpretación finalista de la CE, sin desechar ninguna palabra por considerarla vana, y
buscando la proporcionalidad entre los actos y sus consecuencias.

Siendo posibles dos interpretaciones de un precepto, una ajustada a la CE y otra no, debe
admitirse la primera. Debe prestarse suma atención asimismo a las normas que integran el
bloque de la constitucionalidad como complemento del criterio interpretativo.

El TC no considera determinante el criterio histórico para establecer la adecuación o no de una


norma a la CE. El legislador ordinario no puede dictar normas meramente interpretativas de la
CE, mientras que el TC si puede dictar sentencias interpretativas (que abarcan tanto la CE como
el bloque de la constitucionalidad) con carácter vinculante para todos los poderes públicos.

III. La interpretación de los Derechos y Libertades

3.1. Normas constitucionales y legales sobre la interpretación de los derechos y libertades

Como ya se ha indicado, el art. 10.2 CE establece que las normas relativas a los derechos
fundamentales y a las libertades que la CE reconoce se interpretarán conforme a la Declaración
Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas
ratificados por España.

Además de la citada declaración, este criterio de interpretación abarca los siguientes acuerdos
internacionales:
 ONU
o Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (N.Y., 1966).
o Pacto Internacional de Derechos Económicos y Sociales (N.Y., 1966).
o Convenio sobre la eliminación de todas las formas de discriminación.
o Convenio de los Derechos del Niño.
 Consejo de Europa
o Convenio Europeo de Derechos Humanos (Roma, 1950).
o Convenio de Biomedicina y Derechos Humanos.
o Protocolo de prohibición de clonación humana.
 UE
o Tratado de la UE y Tratados de Funcionamiento.
o Carta de Derechos Fundamentales de la UE.

En sus sentencias, el TC ha otorgado a los tratados y convenios internacionales carácter


interpretativo de las normas constitucionales, ya que:
 Configuran el sentido y alcance de los derechos constitucionales.
 Definen los perfiles exactos de su contenido.

Con todo, el TC ha negado que los tratados y convenios sean parámetro de la


constitucionalidad. Deben considerarse a efectos de interpretación, no de validez; los tratados
pueden ser lo primero pero no lo segundo.

El TC afirma que no le corresponde, al conocer en recurso de amparo, examinar la observancia,


per se, de textos internacionales que obliguen a España, sino comprobar el respeto o infracción
de los preceptos constitucionales que reconocen derechos fundamentales y libertades
públicas, sin perjuicio del criterio de interpretación establecido por el art. 10.2 CE.

3.2. El alcance de la norma interpretadora del artículo 10.2 de la Constitución

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 70

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

El art. 10.2 CE alude a los derechos fundamentales y libertades públicas. La doctrina y la


jurisprudencia denomina habitualmente derechos fundamentales a los contenidos en la
Sección 1ª, del Capítulo II, del Título I de la CE (arts. 15 a 29).

A juicio de la cátedra, la norma de interpretación contenida en el art. 10.2 CE debe aplicarse,


sin embargo, a todos los derechos constitucionales, incluidos los del Capítulo III (principios de
política social y económica).

3.3. La jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos como criterio


interpretativo

La norma constitucional de interpretación de los derechos y libertades se refiere a las normas


relativas a aquellos en relación con lo que dispusieran la Declaración de Derechos Humanos y
los tratados y convenios internacionales ratificados por España.

La STC 36/1984 estableció que la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos
podía entenderse comprendida en las menciones del art. 10.2 CE. El Tribunal manifestó que «la
remisión que el art. 10.2 CE hace a la Declaración Universal de los Derechos Humanos y a los
Tratados y Acuerdos internacionales sobre las mismas materias suscritos por España para la
interpretación de las normas constitucionales sobre derechos fundamentales y libertades
públicas, autoriza y aun aconseja referirse, para la búsqueda de estos criterios, a la doctrina
sentada por el TEDH».

Fue confirmada en la STC 114/1984, en la que la jurisprudencia de dicho tribunal se consideró


criterio válido para la interpretación a la que alude el art. 10.2 CE. Desde entonces el TC ha
utilizado la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derecho Humanos como criterio de
interpretación en numerosas sentencias.

3.4. Criterios sobre interpretación de los derechos y libertades

La interpretación de derechos y libertades participa de los criterios generales sobre


interpretación, pero ofrece también criterios propios entre los que podemos distinguir los
siguientes:
 Los derechos deben interpretarse conforme a los valores y principios constitucionales.
 Los derechos requieren una interpretación sistemática.
 Los derechos constitucionales deben interpretarse conforme a la CE, y no conforme a
la ley.
 Cuando se produzca un conflicto entre derechos, la interpretación debe buscar la
función que la CE determina para el derecho en cuestión.
 Los derechos no tienen carácter absoluto y su ejercicio puede ser limitado en ciertos
supuestos.
 El TC ha señalado que los derechos deben interpretarse de acuerdo al «favor
libertatis», favoreciendo: El ejercicio libre del derecho hasta donde no vulnere otro
derecho o bien protegido por la CE; buscando la mayor efectividad del derecho;
permitiendo la manifestación de la fuerza expansiva de los derechos.

3.5. La interpretación de los derechos contenidos en los tratados internacionales

La incorporación de los Tratados al Derecho interno, mediante su publicación oficial, fusiona su


validez internacional e interna.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 71

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Partiendo del rango legal de los tratados y convenios internacionales, y aceptando su


naturaleza jurídico-internacional, en materia de interpretación de los derechos en ellos
reconocidos debemos atender a los siguientes criterios:
 Los derechos contenidos en un tratado son, en el ordenamiento español, derechos con
rango de ley, que habrán de interpretarse de acuerdo con la CE, siéndoles aplicables el
resto de los criterios interpretativos mencionados anteriormente.
 Si el tratado incorpora sus propias reglas de interpretación, se aplicarán estas siempre
que no sean contrarias a la CE.

Su subordinación a la CE permite un doble control de constitucionalidad:


 Previo: art. 95 CE: la celebración de un «Tratado internacional que contenga
estipulaciones contrarias a la CE exigirá la previa revisión constitucional». El Gobierno,
el Congreso o el Senado pueden solicitar al TC, previamente a su ratificación, que
declare su conformidad o no con la CE.
 Posterior: recurso de constitucionalidad, cuestión de constitucionalidad y recurso de
amparo.

3.6. La interpretación de los derechos contenidos en el Derecho de la Unión Europea

El Derecho comunitario originario está integrado por los Tratados constitutivos de las
Comunidades y por los Tratados de modificación de aquellos. El Derecho comunitario derivado
es el generado por las instituciones comunitarias.

El Derecho comunitario y el Derecho de producción interna de los países miembros se rigen


por el principio de competencia, no existiendo jerarquía entre uno y otro, sino aplicación
preferente del Derecho comunitario en el Estado miembro, en las materias competencia de la
UE.

El TC ha confirmado la vinculación del Reino de España al Derecho de las Comunidades


Europeas. Tal vinculación no significa que, por aplicación del art. 93 CE, se dote a las normas
del Derecho comunitario de rango y fuerza constitucionales. Según el TC, el Derecho de la
Unión, ni originario ni derivado, integran el canon de constitucionalidad bajo el que haya de
examinarse las leyes del Estado español.

A juicio de la cátedra, tal afirmación debería matizarse en relación con los Tratados
constitutivos y sus modificaciones posteriores, al estar vinculados por lo establecido en el art.
93 CE y sujetos a control de constitucionalidad previo y posterior.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 72

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Tema IX. Tutela judicial efectiva. Garantías de los Derechos y Libertades

I. Garantías de los Derechos y Libertades

Ya en 1789, el art. 16 de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano afirmaba que
la sociedad en la cual «la garantía de los derechos no está asegurada ni la separación de
poderes establecida, carece de Constitución», tales principios siguen siendo en la actualidad un
requisito inexcusable de cualquier estado democrático, siendo además el segundo instrumento
del primero: la garantía y plena vigencia de los derechos. La validez del reconocimiento de los
derechos y libertades se encuentra en la eficacia de sus garantías.

Los derechos y libertades sostienen el sistema democrático y forman también un elemento


objetivo del sistema. Por ello, junto a la conveniencia de asegurar su libre ejercicio, nos
encontramos también ante la necesidad de tutelar el propio orden constitucional del que
aquéllos forman parte, para lo cual puede resultar preciso, incluso, interrumpir temporalmente
la vigencia de algunos derechos y libertades reconocidos, ya sea respecto de personas
concretas y en situaciones determinadas (suspensión individual de los derechos) ya en
situaciones de crisis constitucionales (estados excepcionales).

Las garantías son, pues, instrumentos jurídicos de aseguramiento de los derechos y libertades,
y por ende del valor normativo de la CE.

La eficacia de los derechos y libertades requiere unos instrumentos jurídicos que permitan
restablecer o preservar los derechos fundamentales de los ciudadanos ante actuaciones de los
poderes públicos o de otros ciudadanos que los amenacen o vulneren.

Algunas de las garantías constitucionales precisan desarrollo legislativo, otras se encuentra


plenamente expresadas en el texto constitucional y un tercer grupo esta formado por aquellas
garantías que poseen rango legal y no constitucional.

En los Estados modernos, las garantías se extienden en los mismos ámbitos que los derechos a
los que aseguran; así podemos distinguir, en materia de garantías, un ámbito interno y uno
internacional. La CE ha otorgado gran relevancia al sistema de protección de los derechos y
libertades, siendo este uno de los criterios de clasificación de los derechos constitucionales.

Podemos señalar tres grandes bloques de garantías:


 Garantías normativas.
 Garantías jurisdiccionales.
 Garantías institucionales.

II. Garantías normativas

Son garantías de carácter preventivo, son disposiciones constitucionales y legales que tienden a
impedir la posible vulneración de los derechos y libertades, a proteger el catálogo que de ellos
recoja el texto fundamental y a salvaguardar su contenido.

Las garantías normativas se caracterizan por integrarse en el recurso del propio derecho, de
manera que con su regulación y su ejercicio queda implícita su tutela.

Estas garantías son las siguientes:


 Vinculación de los poderes públicos a los derechos.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 73

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

 Rigidez constitucional.
 Garantías de su desarrollo legislativo: la reserva de ley.
 Garantías sobre el contenido de los derechos y libertades.
 Garantías que adoptan la forma de derechos.
 Exenciones de obligaciones.
 Exigencias y prohibiciones a la actuación de los poderes públicos.

2.1. Vinculación de los poderes públicos a los derechos

La consecuencia directa e inmediata del reconocimiento del valor normativo supremo de la CE


es la supeditación del resto de la legislación a sus principios, y la vinculación de todos los
ciudadanos y de los poderes públicos a la misma y al resto de ordenamiento jurídico, como así
se dispone en el art. 9.1 CE.

En el art. 53.1 CE, reitera ésta la vinculación de los poderes públicos específicamente a los
derechos contenidos en el Capítulo II del Título I (arts. 14 a 38).

Los derechos y libertades deben no sólo ser respetados por los poderes públicos, sino que
también son eficaces (con las matizaciones oportunas) en las relaciones entre particulares,
como ha confirmado el TC.

Asimismo, los poderes públicos deben quedar vinculados por los derechos contenidos en el
Capítulo III (arts. 39 a 52), puesto que el art. 53.3 CE establece que el reconocimiento, respeto
y protección de los principios reconocidos en el Capítulo III, del Título I, informará la legislación
positiva, la práctica judicial y la actuación de los poderes públicos.

2.2. Rigidez constitucional

Hecha por el constituyente una opción sobre la extensión del catálogo de derechos y
libertades, resultaba necesario establecer instrumentos normativos de garantía dirigidos a
evitar la alteración de los derechos y libertades reconocidos, que se articulara en torno al
principio de rigidez constitucional, de modo que se agravan, por lo general, los mecanismos de
reforma que afectan a estos preceptos.

La CE incorpora en su Título X las previsiones acerca de su propia reforma, estableciendo un


procedimiento de reforma ordinario y un procedimiento agravado.

El procedimiento ordinario (art. 167 CE) permite abordar la modificación de cualquiera de los
preceptos constitucionales, salvo las siguientes materias reservadas por el art. 168 (al
procedimiento agravado):
 El título preliminar.
 Los derechos fundamentales, (arts. 15 a 29) sección primera, capítulo II, Título I.
 La Corona (arts. 56 a 65) Título II.
 La revisión total de la CE.

La CE otorga la garantía de la rigidez constitucional a todos los derechos, aunque con las
siguientes matizaciones:
 Los denominados derechos fundamentales (arts. 15 a 29 CE), quedan protegidos
mediante el procedimiento agravado, de donde se deduce la intención del
constituyente de dotarlos de una protección reforzada.
 Los demás derechos constitucionales (así como el resto del articulado) gozan de la

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 74

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

protección que representa el procedimiento de reforma ordinario.

2.3. Garantías de su desarrollo legislativo: la reserva de ley

En ocasiones se establece la reserva de ley orgánica, con la consiguiente exigencia de mayoría


cualificada para la aprobación de las leyes. Con la reserva de ley quiere significarse que se
somete a la voluntad popular, manifestada a través de sus representantes en el Parlamento, la
determinación del contenido y límite de estos derechos dentro del respeto a la CE.

El principio de reserva de ley sustrae al Ejecutivo la facultad de regular directamente estas


materias, aunque no, obviamente, la iniciativa de dicha regulación a través de proyectos de ley.
En materia de derechos y libertades, la CE establece el principio de reserva de ley genérica para
determinados derechos, de conformidad con lo establecido en el art 53.1 CE, pero este
principio se convierte en reserva de ley orgánica para el desarrollo de los derechos
fundamentales (arts. 15 a 29 CE).

La ley orgánica requiere, de conformidad con lo establecido en el art. 81 CE, para su


aprobación, modificación o derogación, del voto favorable de la mayoría absoluta del
Congreso, en una votación final sobre el conjunto del proyecto.

El objetivo es el de garantizar que tanto su inicial desarrollo como su modificación o


derogación, cuenten con un amplio consenso parlamentario, evitando así que mayorías
gubernamentales no muy amplias puedan regular o modificar el contenido de dichos
preceptos. El art. 86.1 CE establece que no podrán regularse mediante Decreto-Ley, entre
otros, los derechos, deberes y libertades de los ciudadanos regulados en el Título I.

Se distinguen dos tesis sobre esta previsión:


 Opinión restrictiva: el art 86.1 se refiere exclusivamente a los derechos fundamentales
(arts. 15 a 29 CE). El TC avala esta tesis según STC 111/1983.
 Opinión extensiva: el art 86.1 CE se refiere a todos los derechos contenidos en el Título
I. Esta interpretación no ha sido avalada por el TC, que realiza una interpretación
restrictiva para no reducir el ámbito del decreto-ley hasta el punto de que resultara
una fuente prácticamente imposible de utilizar. Con todo, el Tribunal no ha llegado a
determinar qué derechos y con qué alcance podrían ser regulados mediante decreto-
ley.

Mayoría cualificada  Una mayoría cualificada o mayoría especial es un sistema de votación


mediante el cual se requieren más votos o más requisitos que en una mayoría simple para
aprobar una decisión. Existen muchas formas de mayoría cualificada:
 Porcentaje mínimo de votos: se puede requerir un porcentaje mínimo para poder
tomar una decisión sensible, por ejemplo: dos tercios, tres quintos o cuatro séptimos
de los votos. La mayoría absoluta, en este sentido, sería un tipo de mayoría cualificada.
Las mayorías cualificadas que sean superiores a las absolutas se denominan reforzadas.
 Mínimo de votos emitidos: en este caso las abstenciones no son neutras, sino que
impiden que la decisión se apruebe.

Mayoría absoluta  La mayoría absoluta es, matemáticamente, una mayoría con más de la
mitad de los votos de los miembros que componen el órgano en cuestión.

2.4. Garantías sobre el contenido de los derechos y libertades

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 75

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

En la regulación de los derechos y libertades, es cada vez más frecuente la exigencia de que la
ley respete su núcleo básico o contenido esencial (art. 53.1 CE).

La idea de contenido esencial representa la prohibición de que se regule un derecho de manera


que, como afirma nuestro TC, desfigure y difumine los límites del derecho hasta hacerlo
irreconocible. Se trata, pues, de que el desarrollo de un derecho no destruya su contenido
material convirtiéndolo en un derecho puramente formal (STC 16 de noviembre 1981).

El TC ha ido progresivamente delimitando lo que debe entenderse por contenido esencial de


un derecho. En un primer momento representaba para el TC una restricción de la potestad
legislativa del Estado, pues no podía invadir esa esfera esencial (STC 5/1981).

Se postula, pues, que ninguna limitación introducida por el legislador puede estar justificada si
desconoce o desnaturaliza el derecho.

2.5. Derechos-garantía

En nuestro ordenamiento constitucional algunos instrumentos de tutela se presentan bajo la


forma de derechos concretos que garantizan aspectos de otro del cual dimanan. La CE ofrece
ejemplos significativos: el derecho a la intimidad personal (art. 18.1 CE) concreta un aspecto de
la libertad personal. El más destacado es el derecho a la tutela judicial efectiva (art. 24 CE),
configurado como un derecho-garantía de todos los demás derechos.

2.6. Exenciones de obligaciones

Otro medio de aseguramiento de los derechos y libertades consiste en prohibir que el sujeto
sea obligado a realizar determinados actos que pondrían en peligro el libre ejercicio de alguno
de sus derechos constitucionales.

En este sentido, el art. 16.2 CE establece que nadie podrá ser obligado a declarar sobre su
ideología, religión o creencias, tutelándose así la libertad ideológica y religiosa que el apartado
1 del mismo precepto consagra. El TC ha matizado esta prohibición en relación con los
objetores de conciencia.

2.7. Obligaciones y prohibiciones de la actuación de los poderes públicos

Ciertas garantías de los derechos y libertades provienen del establecimiento de ciertos


controles y exigencias a la actuación de los poderes públicos:
 Cuando se exige dar entrada a la opinión o actividad de particulares en materia de
enseñanza (art. 27.7 CE).
 Cuando se requiere resolución judicial previa a determinados actos de los poderes
públicos, como la suspensión o disolución de asociaciones (art. 22.4 CE), la entrada en
domicilios particulares (art. 18.2 CE).
 Cuando se prohíbe realizar determinados actos que podrían alterar el libre ejercicio de
los derechos y libertades, como la censura previa (art. 20.2 CE).

III. Garantías jurisdiccionales

Definición de garantías jurisdiccionales: Son aquellas que pueden ser instadas para prevenir o
reparar la vulneración de un derecho.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 76

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Estos medios de aseguramiento pueden manifestarse en forma de procesos, ya sean judiciales


ordinarios o especiales, y también pueden consistir en mecanismos de garantía que operan
dentro del dichos procesos.

En la CE podemos distinguir entre:


 Protección jurisdiccional genérica, se refiere a la tutela de los derechos y libertades a
través de las garantías jurisdiccionales que son comunes a todos los bienes e intereses
del ordenamiento jurídico.
 La protección específica, se refiere, por el contrario, a la que puede obtenerse a través
de procedimientos o instancias creados exclusivamente para el aseguramiento de los
derechos y libertades.

3.1. Protección jurisdiccional genérica

Es un medio de tutela de los derechos y libertades a través de las garantías jurisdiccionales que
son comunes a todos los bienes e intereses del ordenamiento jurídico, respecto del cual
debemos distinguir la tutela judicial efectiva, que se sustancia ante los Jueces y tribunales
ordinarios, y el recurso de inconstitucionalidad ante el TC.

3.1.1. La tutela judicial efectiva

a) Concepto

El art. 24.1 CE consagra el acceso a la tutela judicial efectiva para la defensa de los derechos e
intereses de las personas, sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión durante el
proceso. Estamos ante un derecho relacional e instrumental (STC 50/1985).

Artículo 24 CE:
1. «Todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y
tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso,
pueda producirse indefensión.
2. Asimismo, todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por la Ley, a la
defensa y a la asistencia de letrado, a ser informados de la acusación formulada contra
ellos, a un proceso público sin dilaciones indebidas y con todas las garantías, a utilizar
los medios de prueba pertinentes para su defensa, a no declarar contra sí mismos, a no
confesarse culpables y a la presunción de inocencia.
La Ley regulará los casos en que, por razón de parentesco o de secreto profesional, no se estará
obligado a declarar sobre hechos presuntamente delictivos».

El art. 24.1 y .2 CE, ha consagrado dos supuestos íntimamente relacionados entre sí, pero que
merecen un tratamiento diferenciado, ya que mientras el apartado segundo se refiere
preferentemente a las denominadas «garantías procesales», el primero establece una garantía
previa al proceso que vela porque éste discurra por los cauces debidos. La estrecha relación
existente entre los preceptos significa que posee sustantividad propia.

Se trata de un derecho de configuración legal (requiere la articulación de unos cauces legales).


Sin embargo, el legislador no puede restringir este derecho fundamental, ya que viene obligado
a respetar su contenido esencial.

b) Contenido

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 77

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

 El derecho de acceso a los Jueces y Tribunales se concreta en el derecho a ser parte de


un proceso, poder promover la actividad jurisdiccional en pro de una decisión justa.
 El derecho a obtener un fallo de los órganos jurisdiccionales fundado en Derecho;
obliga a la motivación de las resoluciones judiciales. Mediante la motivación, el
particular conoce las razones y fundamentos que han llevado al órgano jurisdiccional al
fallo.
 El derecho a que el fallo se cumpla o ejecute y el recurrente sea repuesto en su
derecho o compensado.

La atribución de la defensa es coherente con la atribución exclusiva del ius puniendi a los
órganos estatales así como con el principio de separación de poderes que atribuye al Poder
Judicial la función de administrar la justicia.

El art. 24.2 CE consagra los siguientes derechos procesales:


 Al Juez ordinario predeterminado por la ley. Esta garantía exige que el órgano judicial
haya sido creado por la norma jurídica y que ésta le haya investido de jurisdicción y de
competencia con anterioridad al hecho motivador de la actuación o proceso judicial y
que su régimen orgánico o procesal no permita calificarlo de órgano especial o
excepcional.
 A la defensa y asistencia al letrado.
 A ser informados de la acusación formulada.
 A un proceso público sin dilaciones indebidas y con todas las garantías.
 A utilizar los medios de prueba pertinentes para su defensa.
 A no declarar contra sí mismo.
 A no confesarse culpable.
 A la presunción de inocencia.

Que los Tribunales emitan resoluciones acertadas es la finalidad que orienta todo el sistema
procesal y judicial; pero la CE no enuncia un imposible derecho al acierto del Juez y su
pretendida lesión no puede servir nunca de fundamento a una pretensión de amparo.

c) Titularidad

El sujeto del derecho a la tutela judicial es tanto la persona física (nacionales y extranjeros)
como la jurídica. Los derechos contenidos en el art. 14, la Sección 1ª, del Capítulo II, del Título
I, se tutelarán ante los Tribunales ordinarios conforme a un procedimiento basado en los
principios de preferencia y sumariedad y, en su caso, a través del recurso de amparo ante el TC.
Este recurso también se aplicará a la objeción de conciencia (art. 30.2 CE)

3.1.2. El recurso de inconstitucionalidad

a) Concepto y competencia

Es una garantía genérica del contenido de la CE, que se configura como un medio de defensa
de la integridad del contenido del texto fundamental.

Regulado en el art. 161.1.a CE, procede interponerlo ante el TC contra leyes y disposiciones
normativas con fuerza de ley que pudieran haber vulnerado cualquier precepto constitucional.

Se trata pues de una garantía jurisdiccional genérica, pues opera tanto en la protección de los
derechos y libertades como en otros aspectos contenidos en el texto constitucional.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 78

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

b) Legitimación

Es la capacidad que reconoce el ordenamiento jurídico a determinados sujetos para interponer


el recurso de inconstitucionalidad.

La CE reconoce legitimación para interponer el Recurso a (art. 161.2.a CE):


 El Presidente del Gobierno.
 El Defensor del Pueblo.
 50 Diputados.
 50 Senadores.
 Los órganos colegiados ejecutivos de las CCAA y, en su caso, las Asambleas de las
mismas.

El reconocimiento de la legitimación a favor de las instancias públicas, sustrayendo esta


posibilidad a los particulares, permite afirmar que el recurso de inconstitucionalidad es un
medio de control de los propios poderes públicos respecto de la actividad legislativa de las
Cortes. El procedimiento y consecuencias jurídicas del recurso de inconstitucionalidad han sido
desarrollados, junto al resto de las competencias del Tribunal Constitucional, por la LO 2/1979,
de 3 de octubre, del TC.

c) Plazo de interposición del recurso de inconstitucionalidad

Podrá promoverse a partir de su publicación oficial, y en el plazo de 3 meses a partir de la


publicación de la Ley, disposición o acto con fuerza de Ley.

La demanda de impugnación se presenta ante el TC y en ella se debe expresar la identidad de


las personas u órganos que ejercitan la acción, (o comisionados), identificando la Ley,
disposición o acto impugnado y precisando el precepto constitucional que se entiende
infringido. El Presidente del Gobierno y los órganos colegiados ejecutivos de las CCAA podrán
interponer el recurso de inconstitucionalidad en el plazo de 9 meses; y con la finalidad de
evitar la interposición del recurso, que se cumplan los siguientes requisitos:
 Que se reúna la Comisión Bilateral de Cooperación entre la AGE [Administración
General del Estado] y la respectiva CCAA, pudiente solicitar su convocatoria cualquier
de las dos Administraciones.
 Que en el seno de la mencionada Comisión Bilateral se haya adoptado un acuerdo
sobre la iniciación de negociaciones para resolver las discrepancias, pudiendo instar la
modificación del texto normativo. Este acuerdo podrá hacer referencia a la invocación
o no de la suspensión de la norma.
 Que el acuerdo sea puesto en conocimiento del TC por los órganos anteriormente
citados dentro de los 3 meses siguientes a la publicación de la Ley, disposición o acto
con fuerza de Ley, y se inserte en el BOE y en el Diario oficial de la CCAA.

El art. 33.2 introducido por la Ley 1/2000 de reforma de la LO 3/1979 de 3 de Octubre, incluye
un plazo específico mayor en relación con recursos relativos al Estado autonómico a fin de
permitir la solución de conflictos y evitar la interposición del recurso de inconstitucionalidad.

d) Tramitación

Una vez admitida la demanda, el Alto Tribunal debe dar traslado de la misma al congreso y
Senado por conducto de sus Presidentes; se da traslado también al Gobierno por conducto del

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 79

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Ministerio de Justicia. En el supuesto de que el objeto de recurso fuera una Ley o disposición
con fuerza de ley dictada por una CCAA, se dará traslado a los órganos legislativos y ejecutivos
de la comunidad afectada.

La personación y formulación de alegaciones deberán hacerse en el plazo de 15 días.


Transcurrido este plazo, el Tribunal dictará sentencia en el plazo de 10 días, salvo que,
mediante resolución motivada, el propio Tribunal estime necesario un plazo más amplio, que
en ningún caso podrá exceder de 30 días.

El TC resolverá también cuestiones que se susciten con carácter prejudicial por los órganos
jurisdiccionales sobre la validez de las referidas disposiciones, cuando de ella dependa el fallo
del litigio principal. El parámetro de validez de las normas forales:
 El Tribunal considerará las leyes que se hubieran dictado para delimitar las
competencias del Estado y las diferentes CCAA o para regular o armonizar el ejercicio
de las competencias de esta.
 El Tribunal podrá declarar inconstitucionalidad formal (por infracción del art. 81 CE), los
preceptos de un Decreto-Ley, Decreto-Legislativo, ley que no hubiera sido aprobada
con el carácter de orgánica o norma legislativa de una CCAA en el caso de que dichas
disposiciones hubieran regulado materias reservadas a LO o impliquen modificación o
derogación de una Ley aprobada con tal carácter cualquiera que sea su contenido.

3.1.3. La Cuestión de inconstitucionalidad

a) Concepto

Es un procedimiento que permite al juez ordinario consultar al TC sobre la posible


inconstitucionalidad de uno o más preceptos de una norma con rango de ley, de cuya validez
depende el fallo en un caso concreto. Junto al control abstracto de las normas, se admite, a
través de la cuestión, que los Jueces y Tribunales intervengan en la defensa del principio de
supremacía de la CE ayudando a garantizar la constitucionalidad de la ley. Los Jueces y
Tribunales elevan la cuestión de inconstitucionalidad (art. 5.3 LOPJ) cuando «por vía
interpretativa no sea posible la acomodación de la norma al ordenamiento constitucional»,
manifestándose así el principio de interpretación conforme, principio que no solo vincula a
Jueces y tribunales sino también al propio TC, que debe, siempre que sea posible, realizar una
interpretación que favorezca la permanencia en el ordenamiento de los preceptos enjuiciados.

El órgano judicial planteará la cuestión ante el TC, de oficio o a instancia de parte. Se trata de
un instrumento puesto a disposición de aquéllos para conciliar la doble obligación en que se
encuentra de actuar sometidos a la ley y a la CE.

La cuestión de inconstitucionalidad puede activarse tanto para normas preconstitucionales


como posteriores a la CE.

b) Tramitación

El órgano judicial, según art. 35.2 LOTC:


 Sólo podrá plantear la cuestión una vez concluso el procedimiento y dentro del plazo
para dictar sentencia o la resolución jurisdiccional que procediese.
 Debiendo concretar la ley o norma con fuerza de ley cuya constitucionalidad se
cuestiona.
 El precepto constitucional que se supone infringido.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 80

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

 Especificar y justificar en qué medida la decisión del proceso depende de la validez de


la norma en cuestión.

Antes de adoptar mediante auto su decisión definitiva, el órgano judicial debe oír a las partes y
al Ministerio Fiscal, para que en el plazo común e improrrogable de 10 días puedan alegar lo
que deseen sobre la pertinencia de plantear la cuestión de inconstitucionalidad. A
continuación, el juez resolverá en el plazo de 3 días. El auto que se dicte no será susceptible de
recurso de ninguna clase. La cuestión de inconstitucionalidad podrá ser intentada, no obstante,
en las sucesivas instancias o grados en tanto no se llegue a sentencia firme.

El planteamiento de la cuestión origina la suspensión provisional de las actuaciones hasta que


el TC se pronuncie sobre su admisión. Si el TC admitiera la cuestión, el proceso judicial
permanecerá suspendido hasta que resuelva definitivamente la cuestión.

Admitida por el TC la cuestión de inconstitucionalidad, quienes sean parte en el procedimiento


judicial podrán personarse ante el TC dentro de los 15 días siguientes a su publicación, para
formular alegaciones, en el plazo de otros 15 días.

El TC dará traslado de la cuestión al Congreso y al Senado por conducto de sus presidentes, al


Fiscal General del Estado, al Gobierno, por conducto del Ministro de Justicia, y en caso de
afectar a una Ley o a otra disposición normativa con fuerza de ley dictadas por una CCAA, a los
órganos legislativo y ejecutivo de la misa, todos los cuales podrán personarse y formular
alegaciones sobre la cuestión planteada en el plazo común improrrogable de 15 días. Concluido
el procedimiento, el TC dictará sentencia en el plazo de 15 días, salvo que estime necesario,
mediante resolución motivada, un plazo amplio, que no podrá exceder de 30 días.

El TC puede plantearse una autocuestion de constitucionalidad (art. 55.2 LOTC). Esta posibilidad
permite que, cuando el TC estime un recurso de amparo porque uno o más preceptos de la Ley
aplicada lesiona derechos fundamentales, la Sala del TC que resolvió el recurso de amparo
elevará la cuestión al Pleno del Tribunal (se puede dictaminar la expulsión de esa Ley del
ordenamiento jurídico).

c) Depuración de normas preconstitucionales

La cuestión de inconstitucionalidad permite la depuración del ordenamiento jurídico respecto


de las normas preconstitucionales. Es posible la coexistencia de la CE con normas
preconstitucionales, siempre que éstas no se opongan en todo o en parte a los preceptos
constitucionales.

La Disposición Derogatoria de la CE, establece la expulsión del ordenamiento jurídico de una


serie de normas de forma expresa y de cuantas disposiciones se opongan a lo establecido en
ella, permitiendo las que no vulneren los principios constitucionales.

3.2. Protección jurisdiccional específica

Es aquella que el ordenamiento jurídico ha creado exclusivamente para la defensa de uno o


más derechos constitucionales, ya tengan carácter fundamental o no.

Debe diferenciarse por razón del momento en que se producen entre:


 Garantías jurisdiccionales específicas a priori que constituyen actos jurisdiccionales que
tutelan un específico derecho. Ejemplo, la exigencia de resolución judicial para la

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 81

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

disolución o suspensión de actividades de las asociaciones.


 Garantías jurisdiccionales específicas a posteriori que se articulan a través del Habeas
corpus, del procedimiento preferente y sumario ante los Tribunales ordinarios, y del
recurso de amparo ante el TC.

3.2.1. Procedimiento preferente y sumario

El art. 53.2 CE, establece que la defensa de los derechos máximamente tutelados (art. 14 a 29 y
30.2 CE), se realizará mediante un procedimiento basado en los principios de preferencia y
sumariedad.

a) La preferencia

Implica un mandato al legislador para que articule los procedimientos adecuados de la tutela a
la que se refiere el art. 53.2 CE, de modo que los procesos relativos a estos derechos sean
incoados [comenzar los primeros trámites de un proceso, un pleito o un expediente]
inmediatamente después de la presentación del escrito en el que quede planteada «la
pretensión que los motivó», sin esperar el turno que les pudiera corresponder ordinariamente.
El TC ha confirmado la prioridad absoluta en la recepción y tramitación de estos casos (STC
81/1992).

b) La sumariedad

Puede ser entendida en tres sentidos:


 Proceso que tiene limitado su objeto, los medios de pruebas y otros elementos del
proceso a fin de conseguir una mayor celeridad en la tramitación. Estos
procedimientos carecen de fuerza de cosa juzgada material y la misma pretensión
puede volver a ser debatida en un proceso posterior.
 Proceso que tiene limitado su objeto a determinadas cuestiones, con lo que viene a
coincidir con el concepto de procedimiento especial.
 Proceso con una tramitación peculiar que favorece la resolución más rápida del caso,
pero sin pérdida de garantías y con la posibilidad de realizar todos los trámites
procesales que sean requeridos.

En nuestro ordenamiento jurídico, existen varios procesos para el amparo judicial de los
derechos fundamentales, el proceso contencioso-administrativo que puede instarse para la
defensa de la igualdad (art. 14 CE) y de los derechos fundamentales (art. 15 a 29 CE), y aunque
ya no sea el caso, de la objeción de conciencia militar (art. 30.2 CE)

La aprobación de la Ley 29/1998, de 13 de julio, reguladora de Jurisdicción Contencioso-


administrativa, regula en sus arts. 114 a 122, lo relativo al contencioso-administrativo para la
protección de los derechos fundamentales de la persona.

3.2.2. Recurso de amparo

1) Concepto y derechos protegidos

El recurso de amparo es una garantía específica de algunos derechos y libertades prevista en el


art. 53.2 CE, cuya resolución corresponde al TC de acuerdo con el art. 161.1.b CE. La LO 2/1979
de 3 de octubre, del TC ha desarrollado lo concerniente al procedimiento y consecuencias de
este recurso.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 82

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

2) Derechos protegidos

Los derechos que pueden ser tutelados mediante el recurso de amparo coinciden con los que
son objeto de tutela preferente y sumaria:
 La igualdad consagrada en el art. 14 CE, no así el valor de igualdad del art. 1.1, ni el
principio de igualdad real y efectiva reconocido en el art. 9.2 CE.
 Los derechos fundamentales de la Sección 1, Capítulo II, Título I (arts. 15 a 29 CE).
 La objeción de conciencia al servicio militar reconocida en el art. 30.2 CE. Pero no el
resto del art. 30 CE.

En cuanto a los derechos objeto del recurso de amparo, el problema jurídico que se plantea es
el de determinar cuáles son los derechos y libertades que se contienen en los preceptos antes
aludidos y qué materia, por el contrario, aún incluida en dichos preceptos, no puede ser
considerada como derechos y libertades y, por tanto, no está comprendida en el ámbito de
protección del recurso de amparo. Por otro lado, no procede interponer recurso de amparo por
violación de los derechos contenidos en los Tratados y Convenios internacionales válidamente
ratificados por España, sino en la medida en que el derecho presuntamente violado se
encuentre dentro de los protegidos por el recurso de amparo de conformidad con el art. 53.2
CE.

3) Actos lesivos de los poderes públicos

El art. 41.2 de la LO 2/1979 del TC, establece que el recurso de amparo procederá contra
«disposiciones, actos jurídicos o simple vía de hecho de los poderes públicos del Estado, las
CCAA y demás entes públicos de carácter territorial, corporativo o institucional, así como de sus
funcionarios o agentes» que violen cualquiera de los derechos y libertades protegidos por este
recurso. Los únicos actos que parecen quedar exentos de este recurso son los de los entes
públicos extranjeros o los de las organizaciones internacionales o supranacionales.

El art. 41.3 de la LOTC determina con claridad la finalidad del recurso de amparo, que no es
otra que la de «restablecer o preservar los derechos o libertades por razón de los cuales se
formuló el recurso».

Se trata pues, de un mecanismo jurisdiccional para restablecer al particular en el ejercicio de


sus derechos y libertades vulnerados por la acción u omisión de un poder público.

Son recurribles en amparo:


 Las decisiones o actos sin valor de ley, emanados de las Cortes o de cualquiera de sus
órganos, o de las Asambleas Legislativas de las CCAA o de sus órganos, que violen los
derechos y libertades susceptibles de amparo constitucional, podrán ser recurridos
dentro del plazo de 3 meses desde que sean firmes.
 Las violaciones originadas por disposiciones, actos jurídicos, omisiones o simple vía de
hecho del Gobierno o de sus autoridades o funcionarios, o de los órganos ejecutivos
colegiados de las CCAA o de sus autoridades o funcionarios o agentes, podrán dar lugar
al recurso de amparo una vez que se haya agotado la vía judicial procedente, en el
plazo de 20 días contados desde el siguiente a la notificación de la resolución recaída
en el previo proceso judicial.
 Las violaciones que tuvieran su origen inmediato y directo en un acto u omisión de un
órgano judicial, cumpliendo estos requisitos:
o Que hayan agotado todos los medios de impugnación dentro de la vía judicial.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 83

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

o Que la violación del derecho o libertad sea imputable de modo inmediato y


directo a una acción u omisión del órgano judicial, con independencia de los
hechos que dieron lugar al proceso en que aquellas se produjeron, acerca de
los que, en ningún caso, entrará a conocer el TC.
o Que se haya denunciado formalmente en el proceso, si hubo oportunidad, la
vulneración del derecho constitucional tan pronto como, una vez conocida,
hubiera lugar para ello.

4) Carácter subsidiario del recurso de amparo

El recurso de amparo tiene carácter subsidiario en tanto en cuanto es preciso agotar la vía ante
los tribunales ordinarios, y su incidencia es tanto subjetiva, pues tutela el derecho a instancia
del particular, como objetiva, pues, con tal defensa tutela también el Ordenamiento
constitucional del que los derechos y libertades son parte fundamental (STC 17/1981).

5) Legitimados

De conformidad con lo dispuesto en el art. 46 LOTC, están legitimados para interponer el


recurso de amparo ante el TC:
 Toda persona natural o jurídica, que invoque un interés legítimo, así como el Defensor
del Pueblo y el Ministerio Fiscal, por actos o decisiones sin valor de ley, emanados de
las Cortes o de cualquiera de sus órganos, o de las Asambleas Legislativas de las CCAA
o de sus órganos.
 Toda persona natural o jurídica que haya sido parte en el proceso judicial
correspondiente, el Defensor del pueblo y el Ministerio Fiscal.

6) Tramitación

El recurso de amparo no representa una tercera instancia jurisdiccional ni casacional, ya que su


objetivo es la tutela del ciudadano respecto de sus derechos basado en un juicio de
constitucionalidad. No es un procedimiento de unificación jurisprudencia. El TC afirma que no
le «corresponde la unificación de los criterios judiciales, ni por ello decidir la pauta a seguir en
el futuro en el orden estrictamente procesal, pues la interpretación de los requisitos legales
exigibles para tener acceso al recurso es un tema de mera legalidad ordinaria». El conocimiento
de los recursos de amparo corresponde a las Salas del TC, y en su caso, a las Secciones.

El recurso de amparo se iniciará mediante demanda.

Debe ser objeto de una decisión de admisión a trámite; la Sección, por unanimidad de sus
miembros, debe acordar mediante providencia la admisión, en todo o en parte, del recurso
solamente cuando concurran todos los siguientes requisitos:
 Que la demanda cumpla los requisitos de la propia LO (arts. 41 a 46 y 49).
 Que el contenido justifique una decisión sobre el fondo por parte del TC en razón de su
especial trascendencia constitucional.

7) Suspensión

La interposición del recurso de amparo no suspende los efectos del acto o sentencia
impugnados, pero, cuando la ejecución del acto o sentencia impugnados produzca un perjuicio
al recurrente que pudiera hacer perder al amparo su finalidad, puede acordarse la suspensión
total o parcial, siempre y cuando la suspensión no ocasione perturbación grave a un interés

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 84

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

constitucionalmente protegido, ni a los derechos fundamentales o libertades de otra persona.

8) Sentencia

La sentencia que resuelva el recurso de amparo podrá otorgarlo o denegarlo. En el caso de que
la Sentencia sea estimatoria del recurso contendrá alguno de los siguientes pronunciamientos:
 Declaración de nulidad de la decisión, acto o resolución que hayan impedido el pleno
ejercicio de los derechos o libertades protegidos, con determinación de la extinción de
sus efectos.
 Reconocimiento del derecho o libertad pública.
 Restablecimiento del recurrente en la integridad de su derecho o libertad con la
adopción de las medidas apropiadas para su conservación.

Si la Sala o la Sección estiman el recurso porque sea la propia Ley la que lesione el derecho
fundamental, se elevará la cuestión de inconstitucionalidad al Pleno con suspensión del plazo
para dictar sentencia.

IV. Instituciones de garantía

Una tercera instancia de aseguramiento de los derechos y libertades podemos encontrarla en


instituciones que dedican a ello gran parte de su actividad o que son creadas a estos efectos.

Entre las primeras, podemos destacar la actividad del Parlamento y la del Ministerio Fiscal; y
entre las segundas, la del Defensor del Pueblo.

4.1. Garantía parlamentaria

El Parlamento asume, entre otras, la importante función de controlar la actividad del Gobierno,
a través de la cual puede incidir en el aseguramiento de los derechos y libertades mediante
preguntas, interpelaciones o comisiones de investigación. Sin olvidar que corresponde al
Parlamento la aprobación y enmienda de los proyectos de ley que presente el Gobierno.

4.2. El Ministerio Fiscal

Artículo 124 CE:


1. «El Ministerio Fiscal, sin perjuicio de las funciones encomendadas a otros órganos,
tiene por misión promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad, de los
derechos de los ciudadanos y del interés público tutelado por la Ley, de oficio o a
petición de los interesados, así como velar por la independencia de los Tribunales y
procurar ante éstos la satisfacción del interés social.
2. El Ministerio Fiscal ejerce sus funciones por medio de órganos propios conforme a los
principios de unidad de actuación y dependencia jerárquica y con sujeción, en todo
caso, a los de legalidad e imparcialidad.
3. La Ley regulará el estatuto orgánico del Ministerio Fiscal.
4. El Fiscal General del Estado será nombrado por el Rey, a propuesta del Gobierno, oído
el Consejo General del Poder Judicial».

a) Concepto

La figura del Ministerio Fiscal suele vincularse al ejercicio de la acción penal y tiene su origen
en la sustitución del sistema inquisitivo en el enjuiciamiento penal por el actual sistema

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 85

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

acusatorio formal o sistema mixto en el que el Juez o tribunal se le sustrae la función de acusar.
La naturaleza del MF no es cuestión pacífica y depende en gran medida de las funciones que se
encomiendan a esta institución en los distintos ordenamientos jurídicos.

Se han formulado diversas tesis para conocer la definición conceptual del MF:
 Que era un órgano adscrito a los Tribunales con una triple función: defensa de la
legalidad, de los intereses del Estado y de los particulares.
 Que era un órgano del Estado con funciones en la Administración de Justicia, dotada de
imperium [poder público] aunque sin competencias decisorias, que le corresponderían
al Estado para el logro de la Justicia.
 Que era un órgano administrativo del Estado al que se le encomendaba la defensa de
la legalidad y de los intereses del Estado en la actuación de los Tribunales.
 Que debía ser un órgano de la Administración de Justicia con funciones en la
jurisdicción penal.

Ley 50/1981, de 30 diciembre, por la que se regula el Estatuto Orgánico del MF, dispone que
éste es un órgano de relevancia constitucional con personalidad jurídica propia, integrado con
autonomía funcional en el Poder Judicial, y ejerce su misión por medio de órganos propios,
conforme a los principios de unidad de actuación y dependencia jerárquica y con sujeción a los
principios de legalidad e imparcialidad.

El Gobierno puede interesar del Fiscal General del Estado que promueva ante los Tribunales
actuaciones concretas para la defensa del interés público. La comunicación del Gobierno con el
MF se lleva a cabo a través del Ministro de Justicia y del Fiscal General del Estado, pero el
Presidente del Gobierno, si lo estima necesario, puede dirigirse directamente al Fiscal General.

La petición del Gobierno no tiene carácter vinculante y el FGE, oída la Junta de Fiscales de Sala
del Tribunal Supremo, resuelve sobre la viabilidad o procedencia de la solicitud y expone su
resolución al Gobierno de forma razonada.

b) Órganos y funciones

En España, el Ministerio Fiscal está integrado en el Poder Judicial, aunque la Ley 50/1981, de 30
de diciembre, reguladora del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal, le reconoce autonomía
funcional; ejerce sus funciones a través de órganos propios, conforme a los principios de
unidad de actuación y dependencia jerárquica y con sujeción a los principios de legalidad e
imparcialidad.

El Ministerio Fiscal (MF) está integrado por los siguientes órganos:


 El Fiscal General del Estado, nombrado y cesado por el Rey, a propuesta del Gobierno,
oído previamente el Consejo General del Poder Judicial. Elegido entre juristas
españoles de reconocido prestigio con más de 15 años de ejercicio efectivo de
profesión.
 El Consejo Fiscal, presidido por el Fiscal General del Estado e integrado por 11
miembros más (total 12 miembros).
 La Junta de Fiscales de Sala, presidida por el Fiscal General del Estado e integrada,
además, por el Teniente Fiscal del TS, los Fiscales jefes de Sala, el Inspector Fiscal, Fiscal
de la Audiencia Nacional y Fiscal de la Secretaría técnica.
 La Junta de Fiscales Superiores de las Comunidades Autónomas, presidida por el FGE.
Su función será guardar la unidad y coordinación de la actuación y funcionamiento de
las Fiscalías en todo el territorio del Estado, sin perjuicio de las competencias

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 86

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

atribuidas al Consejo Fiscal por este Estatuto.


 La Fiscalía ante el TS, integrada por todos los Fiscales que prestan servicio en este alto
tribunal.
 Fiscalía ante el TC.
 La Fiscalía de la Audiencia Nacional, integrada por todos los Fiscales que prestan
servicio en este órgano.
 Fiscalías Especiales.
 Fiscalía Jurídico Militar.
 Las Fiscalías de los Tribunales Superiores de Justicia, integrados por los Fiscales
destinados a este tipo de Tribunales en las CCAA.
 Las Fiscalías de las Audiencias Provinciales, los Fiscales necesarios para el
funcionamiento de estos tribunales.
 La Fiscalía del Tribunal de Cuentas, los Fiscales que trabajan en este órgano, que es el
supremo órgano de fiscalización de los fondos públicos.

El art. 124.1 CE, les atribuye la función de «promover la acción de la justicia en defensa de la
legalidad, de los derechos de los ciudadanos y del interés público tutelado por la ley, de oficio o
a petición de los interesados, así como velar por la independencia de los Tribunales y procurar
ante éstos la satisfacción del interés social». La Ley 50/1981, en su art. 1, reproduce el art. 124
CE y especifica que corresponde al MF «velar por el respeto de las instituciones
constitucionales y de los derechos fundamentales y libertades públicas con cuantas actuaciones
exija su defensa».

Para el cumplimiento de sus funciones, el MF posee un conjunto de competencias, entre las


que destacan:
 Interponer recurso de amparo ante el TC, en los casos y formas previstos en la LO
2/1979.
 Intervenir en procesos de que conoce el TC en defensa de la legalidad en la forma en
que las Leyes establezcan.
 Intervenir en procesos judiciales de amparo.
 Defender la legalidad de los procesos contencioso-administrativos en que intervienen.

El MF resulta ser una institución de garantía de los derechos y libertades, en su función de


defensor de la legalidad.

4.3. El defensor del pueblo

Artículo 54 CE:
«Una Ley orgánica regulará la institución del Defensor del Pueblo, como alto comisionado de
las Cortes Generales, designado por éstas para la defensa de los derechos comprendidos en
este Título, a cuyo efecto podrá supervisar la actividad de la Administración, dando cuenta a las
Cortes Generales».

a) Concepto y naturaleza

Institución constitucionalmente nueva, tiene precedentes en el Justicia Mayor de Aragón,


aunque su regulación y función entronca con el Ombudsman escandinavo de la Constitución de
1809.

b) Designación, mandato y cese

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 87

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

De conformidad con el art. 54 CE, el Defensor del Pueblo es un Alto Comisionado de las Cortes
Generales, al que se atribuye la defensa de los derechos comprendidos en el Título I. El citado
precepto constitucional remite a una ley orgánica la regulación de esta institución, mandato
que se cumplió con la aprobación de la LO 3/1981, modificada por la LO 2/1992, a efectos de
constituir una comisión mixta Congreso-Senado de relaciones con el Defensor del Pueblo.

El Defensor del Pueblo es el alto comisionado de las Cortes Generales designado por éstas para
la defensa de los derechos comprendidos en el Título I de la CE, a cuyo efecto podrá supervisar
la actividad de la Administración, dando cuenta a las Cortes Generales. Ejercerá las funciones
que le encomiende la CE y la presente LO.

El defensor es designado parlamentariamente por mayoría de 3/5 de cada cámara (Congreso y


Senado), en sesiones plenarias independientes. Si no lograra estas mayorías, las sucesivas
propuestas precisarían el voto favorable de los 3/5 del Congreso y la mayoría absoluta del
Senado y la propuesta de un solo nombre cada vez.

El defensor es elegido por un periodo de 5 años y se permite la reelección. Puede ser


designado Defensor del Pueblo cualquier español mayor de edad que se encuentre en el pleno
disfrute de sus derechos civiles y políticos. Su nombramiento se acredita con las firmas de los
Presidentes del Congreso y Senado y su publicación en el BOE, y tomará posesión de su cargo
ante los miembros de las Mesas de ambas Cámaras, reunidos conjuntamente.

Una vez designado, el Defensor del Pueblo propone el nombramiento de dos Adjuntos que
deben recibir la conformidad de la Comisión Mixta Congreso–Senado.

La LO del Defensor del Pueblo establece una serie de incompatibilidades para fortalecer la
posición de independencia que esta Institución precisa para el desenvolvimiento de sus
funciones constitucionales.

Además, El Defensor del Pueblo no está sujeto a mandato imperativo alguno, no recibe
instrucciones de ninguna autoridad y desempeña sus funciones con autonomía plena.

Además dispone de inviolabilidad por las manifestaciones o actos que formule en el


desempeño de su cargo; así como de inmunidad, no pudiendo ser detenido sino en caso de
flagrante delito y fuero especial, correspondiendo su inculpación, prisión, procesamiento y
juicio exclusivamente a la Sala de lo Penal del TS. Estas prerrogativas se extienden a los
Adjuntos al Defensor del Pueblo en el cumplimiento de sus funciones.

El defensor del Pueblo cesa:


 Por renuncia.
 Por expiración del mandato.
 Por muerte o incapacidad sobrevenida.
 Por actuar con notoria negligencia en sus obligaciones.
 Por haber sido condenado, en sentencia firme, por delito doloso.

c) Funciones

La LO 2/9181 establece que, para el cumplimiento de sus fines, ha de supervisar las actividad
de la Administración dando cuenta a las Cortes Generales a través de un Informe Anual y de
otros informes que puede elaborar sobre aspectos concretos.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 88

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

La CE le encomienda la defensa de todos los derechos contenidos en el Titulo I (arts. 10 a 55


CE) y sus funciones se extienden a:
 La inspección y comprobación del funcionamiento de los servicios públicos.
 La orientación y propuesta sobre las medidas necesarias para la subsanación de
anomalías en el funcionamiento de dichos servicios, para lo cual puede emitir informes
y dirigirse a los distintos órganos públicos.
 La defensa jurisdiccional de los derechos y libertades a través de su legitimación para
interponer el recurso de inconstitucionalidad y de amparo.

Diversas CCAA se han dotado de una institución similar para el ámbito de sus respectivos
territorios, con las que el Defensor del Pueblo mantiene relaciones de coordinación.

4.4. El Defensor del Pueblo Europeo

También la UE ha incorporado un Defensor del Pueblo Europeo con funciones de tutela y


garantía de los derechos.

Según el artículo 43 de la Carta de Derechos Fundamentales: «Todo ciudadano de la Unión y


toda persona física o jurídica que resida o tenga su domicilio social en un Estado miembro tiene
derecho a someter al Defensor del Pueblo Europeo los casos de mala administración en la
actuación de las instituciones, órganos u organismos de la Unión, con exclusión del Tribunal de
Justicia de la Unión Europea en el ejercicio de sus funciones jurisdiccionales».

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 89

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Tema X. La suspensión de Derechos

I. La suspensión de Derechos: concepto, origen y evolución

La suspensión de derechos constitucionales surge ante la aparición de circunstancias


extraordinarias en la sociedad, como un instrumento de defensa del orden constitucional con
el objeto de restablecer la situación de normalidad alterada por dichas circunstancias.

Su origen está en la «Martial Law» inglesa, en virtud de la cual la Corona y todo ciudadano
podían repeler por la fuerza cualquier insurrección, revuelta o resistencia violenta a la ley. En
Francia también se incorporó tras la Revolución a través de la institución de Etat de siege. La
Constitución alemana de 1968 incluyó asimismo cuatro tipos de estados excepcionales.

El art. 15 del Convenio Europeo de Derecho Humanos de 1950 establece que «En caso de
guerra u otro peligro público que amenace la vida de la nación, cualquier Alta Parte
Contratante podrá tomar medidas que deroguen las obligaciones previstas en el presente
Convenio en la medida estricta en que lo exija la situación, y supuesto que tales medidas no
estén en contradicción con las otras obligaciones que dimanen del Derecho Internacional». En
términos semejantes se expresa el art. 4.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos de 1966, añadiendo el matiz de que tales medidas no entrañen discriminación alguna
por causa de raza, color, sexo, idioma, religión u origen social.

II. La suspensión de Derechos en la Constitución Española

La CE incorpora la suspensión de derechos en dos modalidades:


 Art. 55.1: ante declaración de estado de alarma, excepción o sitio (regulados en el art.
116).
 Art. 55.2: suspensión individual de derechos.

La suspensión de derechos aparecía ya en las Constituciones de 1812, 1837, 1845, 1869, 1876 y
1931, así como en la Ley Orgánica del Estado durante el régimen franquista.

III. La suspensión de Derechos del apartado 1 del artículo 55 de la Constitución

3.1. Derechos que pueden ser suspendidos

El apartado 1 del art. 55 CE, establece que, previa declaración de estado de excepción o sitio
(no de alarma), podrán ser suspendidos los siguientes derechos constitucionales (la mayoría de
ellos, fundamentales):
 Art. 17.1, 2 y 4: derecho a la libertad personal y a la seguridad; límite de 72h de
detención preventiva y habeas corpus.
 Art. 17.3: Información al detenido, asistencia letrada y derecho a no declarar (solo para
el estado de sitio).
 Art. 18. 2 y 3: inviolabilidad del domicilio y secreto de las comunicaciones.
 Art. 19: libertad de circulación y residencia.
 Art. 20.1 a) y d) y 5: libertad de expresión y derecho a la información; secuestro de
publicaciones, grabaciones y otros medios de información.
 Art. 21: derecho de reunión.
 Art. 28.2: derecho de huelga.
 Art. 37.2: conflictos colectivos.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 90

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

El estado de alarma no habilita para la suspensión de estos derechos. Paradójicamente, la


declaración del estado de guerra o la propia situación bélica, aludida en los arts. 15, 63.3 y 169
no conlleva la posibilidad de suspensión de derechos.

3.2. Carácter excepcional de las medidas de suspensión de derechos

Según el art. 116.5 CE, no podrá procederse «a la disolución del Congreso mientras estén
declarados algunos de los estados comprendidos en el presente artículo (estados de alarma, de
excepción y de sitio), quedando automáticamente convocadas las cámaras si no estuvieran en
periodo de sesiones. Su funcionamiento, así como el de los demás poderes constitucionales del
Estado, no podrá interrumpirse durante la vigencia de estos estados».

Se prevé asimismo que si el Congreso estuviera disuelto al producirse la declaración de uno de


estos estados, las competencias de la Cámara serán asumidas por la Diputación Permanente.
Por otro lado, el Senado posee las competencias de autorización, control y toma de
conocimiento de la declaración de estos estados excepcionales.

El apartado 6 del art. 116 confirma que la declaración de los estados de alarma, excepción y
sitio no modificarán el principio de responsabilidad del Gobierno y de sus agentes, tal como se
regula en la CE y la ley.

Por último, el art. 169 prohíbe que se inicie un procedimiento de reforma constitucional en
tiempo de guerra o bajo la vigencia del estado de alarma, excepción o sitio. Sin embargo, no se
prohíbe expresamente que continúe un proceso de reforma constitucional iniciado con
anterioridad. Sería jurídicamente posible, en todo caso, regular un procedimiento de
suspensión de la tramitación de la reforma constitucional en caso de producirse la declaración
de, al menos, el estado de excepción o sitio.

Es cierto, sin embargo, que la CE no establece plazos para llevar a cabo ninguno de los dos
procedimientos de reforma constitucional (ordinario y agravado), por lo que sería
jurídicamente posible regular un procedimiento de suspensión de la tramitación de la reforma
constitucional en el caso de que se produjera la declaración del estado de excepción o de sitio.

3.3. Temporalidad y ámbito territorial

La declaración de los distintos estados excepcionales tiene carácter temporal y puede (y


frecuentemente es así) quedar circunscrita a un ámbito territorial determinado dentro del
territorio nacional. Dicho carácter temporal confirma la naturaleza extraordinaria de las
medidas restrictivas de derechos, cuyo fin no debe ser otro que restablecer la normalidad
social y/o política alterada.

3.4. Sujetos

La declaración de cualquiera de los estados de alarma, excepción o sitio afecta a los sujetos que
se encuentren dentro del ámbito territorial señalado en dicha declaración, o a todas las
personas que se encuentren en el país si ésta afectara a todo el territorio nacional.

IV. Estados excepcionales

4.1. Aspectos y disposiciones comunes a los estados de alarma, excepción y sitio

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 91

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

De acuerdo con el mandato del art. 116.1 CE, sobre reserva de LO, se promulgó la LO 4/1981,
de 1 de Junio, de los estados de alarma, excepción y sitio. Los arts. 162 a 165 del Reglamento
del Congreso de los Diputados regulan el procedimiento para la adopción y declaración de los
estados excepcionales.

El art. 116 se limita a enunciar los estados excepcionales y a establecer una regulación básica.
La LO 4/1981 establece en su art. 1 que procederá «la declaración de los estados de alarma,
excepción o sitio cuando circunstancias extraordinarias hiciesen imposible el mantenimiento de
la normalidad mediante los poderes ordinarios de las autoridades competentes». Establece
asimismo el art. 1.2 que tanto las medidas a adoptar, como la duración de la declaración de
cualquiera de los estados excepcionales, serán las estrictamente indispensables para asegurar
el restablecimiento de la normalidad, siendo su aplicación en cualquier caso proporcionada a
las circunstancias.

Dicha declaración tendrá carácter temporal, decayendo las medidas adoptadas bajo su vigencia
en el momento de expirar la declaración. Solo subsistirán las sanciones que ya fueran firmes al
expirar ésta. Por otro lado, la declaración de alguno de los estados excepcionales no
interrumpe el normal funcionamiento de los poderes constitucionales del Estado. Sin embargo,
en el estado de sitio la autoridad militar puede asumir competencias que normalmente no
ejerce.

La declaración de uno de los estados excepcionales requiere publicidad, y a tal fin debe
publicarse inmediatamente en el BOE, entrando en vigor en la fecha de publicación. Las
medidas que adopte la autoridad competente durante la vigencia del estado excepcional
deben ser asimismo ampliamente difundidas.

Los actos y disposiciones de las Administraciones Públicas adoptados durante la vigencia del
estado excepcional son impugnables en vía jurisdiccional, teniendo los perjudicados en sus
personas, derechos o bienes, derecho a indemnización.

4.2. El estado de alarma

4.2.1. Presupuesto fáctico

Puede declararse cuando se produce una situación de anormalidad social por cualquiera de los
siguientes motivos (art. 4 LO 4/1981):
 Catástrofes, calamidades o desgracias públicas (terremotos, inundaciones, incendios o
accidentes de gran magnitud).
 Crisis sanitarias: epidemias y casos de contaminación grave.
 Paralización de los servicios públicos de la comunidad, si no se garantiza lo dispuesto
en los arts. 28.2 y 37.2 (huelgas o conflictos colectivos sin que se cumplan servicios
mínimos).
 Situaciones de desabastecimiento de productos de primera necesidad.

4.2.2. Declaración y responsabilidad

La competencia para declarar el estado de alarma corresponde al Gobierno, que podrá


declararlo en todo o en parte del territorio nacional. Si los hechos afectan exclusivamente a
una Comunidad Autónoma, el Presidente de ésta puede instar al Gobierno a que declare el
correspondiente estado de alarma.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 92

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

La declaración se produce mediante Decreto del Consejo de Ministros, figurando el ámbito


territorial, la duración y los efectos del estado de alarma. La duración no podrá exceder de 15
días, pudiendo ser prorrogado solo por el Congreso de los Diputados, que fijará las condiciones
de la prórroga.

Una vez aprobado el Decreto por el Gobierno, dará cuenta al Congreso, suministrando la
información que requiera la Cámara. Deberá el Gobierno dar cuenta asimismo a ésta de los
Decretos que dicte durante la vigencia del Estado de alarma.

La autoridad competente en cuanto a las acciones y efectos del estado de alarma será el
Gobierno o, por delegación, el Presidente de la CA si la declaración afecta solo a territorio de la
CA. Todas las autoridades civiles de la Administración Pública del territorio afectado, los
integrantes de los Cuerpos de Policía de la CA o corporaciones locales y demás funcionarios y
trabajadores al servicio de las mismas, quedarán bajo las órdenes directas de la autoridad
competente, en cuanto sea necesario para la protección de personas, bienes o lugares,
pudiendo imponerles servicios extraordinarios por su duración o naturaleza.

El incumplimiento o resistencia a las órdenes de la autoridad competente será sancionado con


arreglo a las leyes. En el caso de funcionarios, podrán ser suspendidos dando traslado a juez y
al superior jerárquico.

4.2.3. Efectos

De acuerdo con el art. 11 LO 4/1981, el Decreto inicial declarando el estado de alarma debe
contener las medidas para el restablecimiento de la normalidad, que pueden ser completadas
por decretos posteriores, siempre dentro de las permitidas por el citado art.:
 Limitar la circulación o permanencia de personas o vehículos en horas y lugares
determinados.
 Practicar requisas temporales de todo tipo de bienes e imponer prestaciones
personales obligatorias.
 Intervenir y ocupar transitoriamente fábricas, industrias, talleres, explotaciones o
locales de cualquier naturaleza, excepto domicilios privados.
 Limitar o racionar el uso de servicios o consumo de artículos de primera necesidad.
 Impartir las órdenes necesarias para asegurar el abastecimiento de los mercados y el
funcionamiento de los servicios y centros de producción afectados por el art. 4 LO
4/1981.

En caso de catástrofes, calamidades o desgracias públicas, crisis sanitarias, epidemias o


situaciones de contaminación grave, la autoridad competente podrá además adoptar medidas
para luchar contra las enfermedades infecciosas, proteger el medio ambiente y las relativas a
materia de aguas y protección de incendios.

4.2.4. RD 1673/2010, 4 diciembre, por el que se declara el estado de alarma para la


normalización del servicio público esencial del transporte aéreo

Con este RD respondió el Gobierno ante la situación producida por los controladores aéreos, a
finales de noviembre de 2010 (insatisfechos con sus condiciones laborales). Dicho RD declara el
estado de alarma para la normalización del servicio público esencial del transporte aéreo
declarando el estado de alarma previsto en el art. 116 CE y en la LO reguladora de los estados
excepcionales, con el «fin de afrontar la situación de paralización del servicio público esencial
del transporte aéreo».

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 93

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

El RD 1611/2010, de 3 diciembre, encomienda transitoriamente al Ministerio de Defensa las


facultades de control de tránsito aéreo atribuidos a la entidad pública empresarial AENA; el
Ministerio de Defensa pasaba a ejercer la dirección del control de la circulación aérea general
en todo el territorio nacional hasta que se recuperara la normalidad. El Gobierno fundamentó
su decisión de intervención legislativa como consecuencia de la situación desencadenada por
el abandono de sus obligaciones por parte de los controladores civiles de tránsito aéreo, para
tutelar el derecho fundamental a la libre circulación. La declaración de Estado de Alarma afectó
a todo el territorio nacional, a la totalidad de las torres de control de los aeropuertos de la red
y a los centros de control gestionados por AENA.

El RD estableció que todos los controladores de tránsito aéreo al servicio de AENA, pasaran a
tener, durante la vigencia del Estado de Alarma, la consideración de personal militar a los
efectos de lo previsto en la LO 4/1981, y por tanto, quedaron sometidos a las órdenes de la
autoridad militar mencionada en el propio RD y a las leyes penales y disciplinarias militares. Los
controladores civiles de tránsito aéreo al servicio de AENA, mantuvieron todas las facultades
inherentes a las licencias, habilitaciones, anotaciones y certificados médicos de los que eran
titulares aunque debieron ejercer dichas atribuciones bajo la organización y supervisión del
Ejército del Aire.

Para cumplir lo establecido en el RD, el Gobierno delegó en el Jefe de Estado Mayor del Ejército
del Aire y a las autoridades militares, competencias para adoptar las decisiones pertinentes.

Este RD suscitó controversia, al poner en duda si era posible que el Gobierno delegara en una
autoridad militar la gestión de una situación de «alarma» o si esta medida en concreto
procedía solo en los casos de «excepción» o «sitio». La LO 4/1981, dispone que todas las
autoridades civiles de la Administración Pública del territorio afectado, integrantes de cuerpos
de policía de las CCAA y de las corporaciones locales, y demás funcionarios y trabajadores al
servicio de las mismas, quedarán bajo las órdenes directas de la autoridad competente en
cuanto sea necesario para la protección de personas, bienes y lugares, pudiendo imponerles
servicios extraordinarios por su duración o naturaleza, sin que este precepto aluda a si la
autoridad será civil o militar.

El RD se aprobó por un plazo de 15 días, pero el estado de alarma fue prorrogado hasta el 15
de enero de 2011, en el que se publicó el RD 28/2011, de 14 enero, por el que se deroga el RD
1611/2010, por el que se encomienda al Ministerio de Defensa las facultades de control de
tránsito aéreo atribuidos a la entidad pública empresarial AENA. En esta norma se confirma
que debe procederse a dejar sin efecto la atribución al Ministerio de Defensa de las
competencias de dirección del control de la circulación aérea general.

4.3. El estado de excepción

4.3.1. Presupuesto fáctico

Art. 13.1 LO 4/1981: procederá declarar el Estado de Excepción «Cuando el libre ejercicio de los
derechos y libertades de los ciudadanos, el normal funcionamiento de las instituciones
democráticas, el de los servicios públicos esenciales para la comunidad, o cualquier otro
aspecto del orden público, resulten tan gravemente alterados que el ejercicio de las potestades
ordinarias fuera insuficiente para restablecerlo y mantenerlo».

Se trata normalmente de alteraciones del orden público que responden a motivaciones

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 94

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

políticas. Para que proceda su declaración, debe entonces producirse:


 Una grave alteración del orden público.
 La imposibilidad de restablecerlo por medios ordinarios.

4.3.2. Declaración y plazo

Según el art. 116.3 CE, el Gobierno puede solicitar al Congreso la autorización para declarar el
estado de excepción, incluyendo en la solicitud:
 Determinación de los efectos del estado de excepción, indicando los derechos cuya
suspensión se solicita (dentro de los enumerados en el art. 55.1 CE).
 Relación de las medidas a adoptar con respecto a los derechos que se solicita
suspender.
 Ámbito territorial de estado de excepción, así como duración (no mayor de 30 días).
 Cuantía máxima de las sanciones pecuniarias que la autoridad gubernativa pueda
imponer.

El Congreso puede aprobar la solicitud en los términos en que fue enviada por el Gobierno o
introducir modificaciones en la misma. La prórroga por otros 30 días ha de ser aprobada por el
Congreso según el mismo procedimiento.

Una vez aprobado por el Congreso, el Gobierno puede declarar el estado de excepción por
Decreto del Consejo de Ministros. En caso de requerir nuevas medidas, el Gobierno debe
solicitar de nuevo la aprobación del Congreso. En caso de que el ámbito territorial esté
comprendido en una sola CA, la autoridad gubernativa coordinará su actuación con el gobierno
de dicha CA.

El Gobierno puede poner fin al estado de excepción antes del plazo previsto mediante Decreto
acordado en Consejo de Ministros, dando inmediata cuenta al Congreso.

4.3.3. Derechos afectados por la declaración del estado de excepción

La declaración del estado de excepción puede generar la suspensión de determinados


derechos contenidos en los artículos 17, 18, 19, 20, 21, 28 y 37 CE, dentro del ámbito territorial
afectado por la declaración.

1. Libertad personal (art. 17 CE)

La autoridad gubernativa podrá detener a cualquier persona si existen sospechas fundadas de


que vaya a provocar alteración del orden público, dando traslado al juez competente en 24
horas.

2. Inviolabilidad del domicilio (art. 18.2 CE)

La autoridad gubernativa podrá disponer inspecciones y registros domiciliarios para el


esclarecimiento de presuntos delitos o para el mantenimiento del orden público, por agentes
de la autoridad provistos de orden formal y escrita, y en presencia de algún miembro de la
familia mayor de edad o dos vecinos.

3. Secreto de las comunicaciones (art. 18.3 CE)

La autoridad podrá intervenir toda clase de comunicaciones si es necesario para esclarecer

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 95

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

hechos delictivos o mantener el orden público, comunicando la intervención al juez


competente en escrito motivado.

4. Libertad de circulación (art. 19 CE)

La autoridad gubernativa puede intervenir y controlar toda clase de transportes y la carga de


los mismos. Puede prohibir la circulación de personas y vehículos en las horas y lugares que se
determine y exigir a quienes se desplacen de un lugar a otro que acrediten su identidad,
señalándoles el itinerario a seguir; pueden delimitarse zonas de protección o seguridad y dictar
las condiciones de permanencia en las mismas y prohibir en lugares determinados la presencia
de personas que puedan dificultar la acción de la fuerza pública.

Podrá exigirse a personas determinadas, siempre que existan fundados motivos en razón de la
peligrosidad asociada a éstas para el mantenimiento de orden público, que comuniquen con
antelación de dos días cualquier desplazamiento fuera de su localidad de residencia habitual,
disponer su salida de la localidad o fijar temporalmente la residencia de personas
determinadas en la localidad o territorio adecuado a sus condiciones personales.

5. Libertad de expresión y derecho a la información (art. 20 CE)

La autoridad puede suspender publicaciones, emisiones de radio y TV, proyecciones


cinematográficas y representaciones teatrales, así como secuestrar publicaciones, sin ejercer
censura previa.

6. Derecho de reunión

Respecto de la restricción del derecho de reunión, la declaración del estado de excepción,


permite a la autoridad gubernativa someter a autorización previa o prohibir la celebración de
reuniones y manifestaciones, así como disolver reuniones y manifestaciones que pudieran
celebrarse, excepto las de los partidos políticos, sindicatos y asociaciones empresariales, que se
celebren en cumplimiento de sus funciones y fines constitucionales. Los agentes públicos
deberán portar autorización formal, salvo caso de flagrante delito.

7. Derecho a la huelga y al conflicto colectivo

La autoridad puede prohibir el ejercicio de tales derechos.

8. Otras medidas

Incautación de armas o explosivos, requerimiento a los extranjeros para comparecer o renovar


su permiso de residencia, intervención de industrias o comercios o suspensión temporal de
actividades.

4.4. El estado de sitio

Es un instrumento de defensa extraordinaria del Estado frente a una agresión violenta al


ordenamiento constitucional o a la soberanía e integridad de España.

4.4.1. Presupuesto fáctico

El art. 32 LO 4/1981 establece que puede declararse el estado de sitio cuando se produzca o

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 96

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

amenace producirse una insurrección o acto de fuerza contra la soberanía o independencia de


España, su integridad territorial o el ordenamiento constitucional, que no pueda resolverse por
otros medios.

4.4.2. Declaración y plazo

La competencia para declarar el estado de sitio corresponde en exclusiva al Congreso de los


Diputados, por mayoría absoluta de sus miembros, determinando el ámbito territorial, la
duración y las condiciones del estado de sitio, siempre a propuesta del Gobierno.

4.4.3. Efectos

Según el art. 32.3 LO 4/1981, el estado de sitio acumula los efectos de los dos estados
anteriores, mas la suspensión temporal de las garantías jurídicas del detenido del art. 17.3 CE:
«Toda persona detenida debe ser informada de forma inmediata, y de modo que le sea
comprensible, de sus derechos y de las razones de su detención, no pudiendo ser obligada a
declarar. Se garantiza la asistencia de abogado al detenido en las diligencias policiales y
judiciales, en los términos que la Ley establezca».

Por otro lado, según el art. 33 LO 4/1981, el Gobierno asumirá todas las facultades
extraordinarias previstas en la propia declaración y en la LO respecto del estado de sitio y
designará la autoridad militar que, bajo la dirección del Ejecutivo, ejecute las medidas que
procedan en el territorio a que el estado de sitio se refiera.

Designada la autoridad militar, publicará y difundirá los oportunos bandos que contengan las
medidas necesarias, siempre conforme a la CE, la LO 4/1981 y la propia declaración de estado
de sitio. La declaración de estado de sitio puede determinar que algunos delitos comunes
queden bajo la jurisdicción militar (de acuerdo con el art. 117.5 CE).

Las autoridades civiles continuarán en el ejercicio de todas las competencias no conferidas a la


autoridad militar.

V. La suspensión individual de Derechos

5.1. Concepto

Tiene la finalidad de evitar la necesaria declaración del estado de excepción o de sitio para
suspender derechos cuando se trate de investigar actos cometidos por bandas armadas o
elementos terroristas.

La llamada ley antiterrorista, LO 9/1984, que modificaba la Ley 11/1980, fue declarada
parcialmente inconstitucional por el TC por contravenir el art. 55.2 CE. Posteriormente se
aprobó la LO 3/1988, que derogaba la anterior, así como la Ley 10/1995, que modificaba el
código penal tipificando los delitos de terrorismo. La LO 4/1988 reformó en relación con esto la
Ley de Enjuiciamiento Criminal.

5.2. Derechos que pueden ser suspendidos individualmente

Art. 55.2 CE: «una LO podrá determinar la forma y los casos en los que, de forma individual y
con la necesaria intervención judicial y el adecuado control parlamentario, los derechos
reconocidos en los arts. 17, apdo. 2 y 18, apdos. 2 y 3, pueden ser suspendidos para personas

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 97

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

determinadas, en relación con las investigaciones correspondientes a la actuación de bandas


armadas o elementos terroristas».

Puede ser suspendido así el plazo máximo de 72 horas para la detención preventiva fijado en el
art. 17 CE, así como la inviolabilidad del domicilio y el secreto de las comunicaciones
reconocidos en el art. 18 CE.

5.3. Regulación de la suspensión individual de derechos

La actual legislación de desarrollo del art. 55.2 CE, establece en qué medida y con qué
garantías puede quedar modificado el ejercicio individual de los derechos citados en el
mencionado precepto constitucional.
 El art. 520 bis LECrim habilita una prórroga de 48 horas para la detención preventiva,
siendo posible así un plazo máximo de 120 horas (5 días).
 En cuanto a la inviolabilidad del domicilio, se modifica el requisito de intervención
judicial, de manera que, según el art. 553 LECrim, la policía debe informar
inmediatamente al juez de cualquier detención realizada en un domicilio al amparo del
art. 55.2 CE.
 Sobre la suspensión de secreto de las comunicaciones, éstas podrán ser interceptadas
por la autoridad gubernativa sin autorización judicial, debiendo comunicar
inmediatamente la intervención al juez (art. 579.4 LECrim), quien podrá revocarla.

Todo ello constituye un régimen restrictivo en el ejercicio de estos derechos, más que una
suspensión. El control judicial sale reforzado, si bien no hay referencia alguna al control
parlamentario exigido por el art. 55.2 CE.

La regulación actual «ha reforzado en conjunto la intervención judicial, a la vez que ha dejado
muy reducida la ampliación temporal de la detención preventiva, aunque plantea el problema
de la ausencia de referencia alguna al control parlamentario exigido por el art. 55.2 CE».

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 98

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Tema XI. La igualdad. Valor, principio, derecho y elemento transversal del sistema multinivel
de Derechos

I. La diferenciación social y la igualdad

La igualdad es una reivindicación presente en un amplio número de sociedades.

La integración del ser humano en grupos organizados se ha basado siempre en la asignación de


distintos roles. Esta distribución generaba inevitablemente una distinta posición dentro del
grupo y, a través de ella, una diferente consideración y valoración de la persona.

Ciertas diferencias naturales entre los hombres (debidas a factores físicos, edad, sexo, salud)
han sido en las sociedades primitivas el origen de la desigualdad social.

El mantenimiento de estas diferencias podría haber sido comprensible en el marco de


sociedades que tendían exclusivamente a la supervivencia y en las que los conceptos «dignidad
humana» o el de «libre desarrollo de la personalidad» resultaban inimaginables. Las
diferenciaciones así establecidas han sido denominadas factores originarios de diferenciación
social.

La creciente complejidad de las sociedades terminó generando otros factores de diferenciación


social: el nacimiento, la riqueza, la reputación y, especialmente, la división sexual del trabajo a
partir de la consolidación del sistema de propiedad. Estos son factores adquiridos de
diferenciación social.

La distinción esencial entre un tipo y otro se encuentra en los distintos fines que persiguen.
Mientras que los primeros tienden a mantener la cohesión del grupo en sociedades muy
elementales, los segundos son instituidos para lograr el benefició de un determinado sector
social o económico en detrimento de otro, y responden a un modelo social complejo nutrido
de principios que buscan deliberadamente la diferenciación social.

Es en una época muy cercana cuando comienza a notarse un esfuerzo por atenuar las
consecuencias de las diferencias originarias y por erradicar las diferencias institucionales y
jurídicas. Nacen así las reivindicaciones a favor de la igualdad entre distintos sectores de
población.

II. La igualdad en el estado de Derecho

2.1. Los principios del Estado de Derecho

La necesidad de controlar el poder político y someterlo a normas jurídicas alentó la aparición


de una forma de organización estatal que, finalmente, se ha conocido como Estado de
Derecho.

Este pretende consolidar un modelo de estado presidido por la idea central de la limitación
jurídica del poder.

El poder queda subordinado y controlado por el Derecho, el cual determina los márgenes de su
actividad y los medios que debe utilizar para alcanzar los fines concretos que el mismo Derecho
debe definir.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 99

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

La trascendencia del modelo de Estado radica en que sólo en el seno de una organización
política que postule y defienda los principios democráticos, que proteja la libertad y la dignidad
de la persona humana, pueden explicarse reivindicaciones y derechos que en otros regímenes
carecerían de sentido (igualdad, por ejemplo).

2.2. La igualdad en el Estado liberal y en el Estado social: igualdad formal e igualdad real

El Estado liberal de Derecho se apoyó, de una parte, en la separación entre la sociedad civil y el
Estado, entendiendo la primera como la vida de los hombres al margen de las relaciones
estatales. Así nació la idea de una ordenación social distinta y autónoma respecto de la
organización estatal. El estado liberal mantiene un margen operativo circunscrito a la
organización política en sentido estricto.

La mayor parte de las relaciones que afectan al individuo son ajenas al estado, el cual extiende
su actividad casi exclusivamente a realizar y mantener aquellos servicios públicos que no
pueden ser obra de la iniciativa privada; a garantizar el orden público en el interior y la defensa
del país frente a ataques externos.

En lo económico ha hecho fortuna la expresión laissez faire (dejar hacer), el abstencionismo. La


idea central de los fisiócratas, consiste en que el Estado no puede interferir el orden natural de
la sociedad ni de la economía.

En este contexto la igualdad no podía ser entendida sino como respeto de la vida, y la libertad
de aplicación del ordenamiento jurídico a todos sin excepción, pero también sin diferencia
alguna. La plasmación más nítida es la abolición de los privilegios. Se defendió que el Estado
«ni debía, ni a la larga podía, tratar de modificar el orden social natural, sino que habría de
limitarse a asegurar las condiciones ambientales mínimas para su funcionamiento
espontáneo».

En este contexto, las primeras reivindicaciones acerca de la igualdad tienen carácter


revolucionario, y suele cifrarse una de sus más cabales manifestaciones en el art. 1 de la
Declaración de Derechos del Hombre y del ciudadano de 1787 «los hombres nacen y
permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales sólo pueden fundarse en la
utilidad común».

Similares declaraciones se encuentran en el art. 1 de la Declaración de Derechos del Buen


pueblo de Virginia de 12 de junio de 1776.

En este período la igualdad se articuló en torno al concepto de igualdad formal entendida ésta
como igualdad ante la ley que se proyecta en dos dimensiones:
 La igualdad jurídica de todos los ciudadanos (abolición de privilegios).
 La generalidad de la ley.

Esta concepción de igualdad ante la ley resultó insuficiente, aunque no pueda afirmarse que
resultó ineficaz.

La mera libertad de igualdad formal no logró atemperar las profundas desigualdades de la


población. La crisis del Estado Liberal era ya inevitable, y con ella se extenderá
progresivamente una interpretación más amplia del inicial principio de igualdad de forma, que
a la igualdad ante la ley incorporará ahora la igualdad en la ley, es decir, igualdad en el
contenido de la ley.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 100

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Este principio de igualdad se constituye durante el primer tercio del siglo XX, como un límite al
legislador ordinario que ve así circunscrita su discrecionalidad en la regulación mediante
normas, por el cumplimiento de esta igualdad en el contenido de las mismas.

Esta será la situación del principio de igualdad cuando se extienda la crisis del Estado liberal y
su incapacidad para regular la cada vez más compleja sociedad industrial. La transformación
llegó de la mano del intervencionismo económico a través de un nuevo modelo de estado: El
Estado social.

Se desarrolló en los países más adelantados una política social cuyo objetivo inmediato era
remediar las pésimas condiciones vitales de los estratos más desamparados de la población.

Fueron estas primeras intervenciones sectoriales parciales, y sin otro alcance que atenuar el
problema concreto, las que cimentaron el nuevo modelo de estado, que no dejó de ser Estado
de derecho pero sí dejó de ser Estado liberal.

La población ahora solicitaba servicios y prestaciones públicas. Este nuevo estado interventor
transforma también el principio de igualdad como un instrumento de transformación social.
Sólo un Estado social que propugna la redistribución y la nivelación social podía defender un
principio de igualdad que se superponga a las desigualdades naturales.

Será el constitucionalismo, posterior a la Segunda Guerra mundial, el que definitivamente


incorpora esta nueva vertiente del principio de igualdad que ahora emerge como una igualdad
material que a partir de entonces coexiste con el más tradicional principio de igualdad formal,
en sus manifestaciones de igualdad ante la ley e igualdad en la ley.

La igualdad material o efectiva es una excepción al principio de igualdad, y se manifiesta


precisamente como una excepción de la obligación de aplicar rigurosamente el principio de
igualdad ante y en la ley, a la vez que representa, por lo general, la obligación de asumir por los
poderes públicos la acción transformadora que el Estado social implica.

III. La igualdad en la Constitución Española y su interpretación por el Tribunal Constitucional

3.1. La plural recepción constitucional del principio de igualdad

Resulta de general aceptación el carácter normativo y garantista de nuestra Constitución. La


proclamación de la fórmula constitutiva del Estado social y democrático de Derecho (art. 1.1
CE) obliga a un reconocimiento de la igualdad coherente, no sólo con dicha fórmula, sino con
los principios imperantes en el constitucionalismo de finales del siglo XX. El tratamiento de la
igualdad en la CE se ha materializado en distintas vertientes:
 Como valor superior del ordenamiento jurídico (art. 1.1 CE).
 Como igualdad material, o igualdad real y efectiva (art. 9.2 CE).
 En el art. 14 CE, se ha incorporado el más tradicional principio de igualdad formal o
igualdad ante y en la ley.
 A lo largo del texto podemos ver manifestaciones derivadas de la cláusula general del
art. 14 CE.

Esta pluralidad de reconocimiento constitucional de la igualdad puede reconducirse a dos


categorías:
 Los criterios inspiradores contenidos en los art. 1.1 y 9.2 CE.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 101

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

 La cláusula conferidora de derechos del art. 14 CE, ya que el resto de las


manifestaciones concretas lo son de la cláusula general contenida en el art. 14 CE.

Tanto unos como otro vinculan al legislador y limitan su discrecionalidad a la hora de


desarrollar el texto constitucional.

Sí importa señalar el distinto nivel de garantías que cada uno de los preceptos citados recibe;
todos ellos pueden ser objeto de un recurso de inconstitucionalidad si en el desarrollo de los
mismos se vulnera el alcance con el que la CE los ha regulado. Pero, en lo concerniente a las
garantías jurisdiccionales, sólo el art. 14 CE las recibe a máximo nivel ya que, además de una
protección preferente y sumaria previa, ante su presunta vulneración puede acudirse al recurso
de amparo ante el TC.

3.2. La cláusula del art. 14 de la Constitución

Empieza el art. 14 CE: «Los españoles son iguales ante la ley…» La denominada igualdad formal
o igualdad ante la ley fue el primer logro en materia de equiparación jurídica de los
ciudadanos. Posteriormente se ha incorporado el que conocemos como «principio de igualdad
real y efectiva», que no ha erradicado al primigenio principio de igualdad formal, pero sí que lo
ha completado y lo ha transformado a través de una interpretación extensiva del principio de
igualdad formal, como ha señalado el TC, de manera que ha permitido alcanzar objetivos
propios de la igualdad material a partir de la cláusula contenida en el art. 14 CE. Por ello,
ambas vertientes del principio de igualdad deben ser complementarias y no excluyentes.

El derecho a la igualdad operó desde el mismo instante de vigencia del texto fundamental,
según reiteran las STC. Se discute si la igualdad consagrada en el art. 14 CE es un principio o es
un Derecho. El TC lo denomina tanto derecho como principio. Cada vez más se consolida la
opinión de considerarlo Derecho, ya que la igualdad participa de la estructura de aquéllos y
configura un ámbito que los poderes públicos deben respetar.

Sí es unánime la opinión, confirmada por el TC, de que el derecho a la igualdad contenido en el


art. 14 comprende aquellas dos vertientes de igualdad aparecidas en el Estado liberal:
 La igualdad en la aplicación del Derecho (aplicación, interpretación uniforme en la ley
con independencia del sujeto).
 La igualdad en la ley (trato igual en la norma).

La igualdad en la ley vincula al legislador de la ley y del reglamento, y se vulnera cuando la


norma distingue, sin justificación razonable, supuestos de hecho iguales; mientras que la
igualdad en la aplicación del Derecho vincula al operador jurídico (ejecutivo y judicial) que
debe aplicar la norma. Se vulnera la igualdad en la aplicación de la ley cuando uno de los
operadores jurídicos mencionados interpreta la norma en un supuesto concreto de manera
distinta (perjudicial) a como lo venía haciendo en casos anteriores sustancialmente iguales. La
igualdad en el contenido de la ley, no significa la obligación de que la norma dé siempre y en
todo caso un trato idéntico a todos los supuestos similares; la igualdad ante la ley no opera
respecto de personas o de grupos que se rigen por estatutos distintos. Resulta así compatible
con un trato diferenciado, siempre que las situaciones o los sujetos posean algún rasgo
distintivo que justifique la diferenciación.

Se aceptan las diferencias de trato para situaciones en las que puedan apreciarse diferencias
que deban ser relevantes en el caso concreto. La jurisprudencia aplica el Test de la
razonabilidad para determinar qué diferencias son compatibles con el derecho de igualdad. El

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 102

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

TC analiza:
 Si la diferencia de trato incluida en la ley obedece a la consecución de fines
constitucionalmente relevantes.
 Si esta diferencia de trato es proporcionada al fin que se persigue, de manera que no
consagre una excepción al principio de igualdad que no sea estrictamente precisa para
la consecución de los fines constitucionales. Desde el momento en que queda
habilitada la diferenciación razonable es fácil dar un paso más y considerar que,
también en esta cláusula general de igualdad del art. 14 CE, podemos encontrar apoyo
jurídico-constitucional para las acciones positivas.

3.3. La igualdad promocional (art. 1.1 CE) y la igualdad real efectiva (art. 9.2 CE)

3.3.1. La igualdad promocional

La CE incorpora, junto a la igualdad formal o igualdad ante la ley, otros aspectos del principio
de igualdad, entre ellos, el que podríamos denominar la «igualdad promocional», contemplada
en el valor igualdad, recogido en el art. 1.1 CE, que representa el compromiso del Estado social
y democrático de Derecho en la consecución de este ideal y su consagración en todos los
ámbitos de la sociedad.

Jurídicamente, los valores poseen valor normativo supremo y habilitan para fundamentar en
ellos un recurso de inconstitucionalidad, pero proyectan un contenido que permite concretar y
resolver casos particulares. El sistema de valores y principios constitucionales obliga a una
interpretación de la CE y de las leyes que sea acorde con el carácter finalista de dichos valores y
principios.

El TC se ha apoyado en la igualdad «como valor supremo» para resolver casos concretos.

Ello se traduce en la eficacia derogatoria de la CE de todas aquellas disposiciones que no son


susceptibles de reconducirse por vías interpretativas al marco constitucional, y la de la
extensión del amparo que el principio de igualdad reclama a todas aquellas situaciones de
desigualdad que persistan a la entrada en vigor de la CE.

3.3.2. La igualdad real y efectiva

La igualdad formal fue completada por un nuevo concepto de igualdad: la igualdad real y
efectiva, que ha tenido entrada en los ordenamientos nacionales y en el ámbito internacional.

La CE incorpora este concepto en el art. 9.2 CE, que establece que: «Corresponde a los poderes
públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los
grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o
dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política,
económica, cultural y social».

La consecución de la igualdad real y efectiva contemplada como una verdadera obligación del
legislador, puede requerir una acción legislativa que excede de la que cabría ubicar en el
ámbito de la igualdad formal reconocida en el art. 14 CE.

La propia fórmula del Estado social y democrático de Derecho (art. 1.1 CE) y los principios del
art. 9.2 CE se proyectan sobre la igualdad como criterios interpretadores que permiten
determinar si, en el caso concreto, ha habido o no discriminación.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 103

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

3.4. Prohibición de discriminación

El art. 14 CE, tras la cláusula general de igualdad formal, establece que no podrá «prevalecer
discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión, o cualquier otra
condición o circunstancia personal o social».

Discriminar es separar o distinguir, sólo en su aplicación jurídica es sinónimo de trato


desfavorable.

Así, la cláusula de prohibición de discriminación del art. 14 CE impide el trato diferenciador


desfavorable por los motivos antes señalados (STC).

El derecho a la igualdad permite cierta diferencia de trato siempre que sea razonable, es decir,
cumpla fines constitucionales y sea proporcional.

El TC ha venido sentando una doctrina en orden a distinguir, en relación con el sexo, la


discriminación directa e indirecta, y respecto de la primera, la discriminación directa expresa y
discriminación directa oculta.

La discriminación directa ha sido definida por el TC como «aquel tratamiento diferenciado


perjudicial en razón del sexo, donde el sexo sea objeto de consideración directa». La misma
sentencia define la discriminación indirecta como «aquella en la que la diferencia de trato es
formalmente correcta y no aparece directamente vinculada al sexo, pero genera unas
consecuencias discriminatorias sobre un concreto colectivo por razón de su sexo».

3.5. Diferencias admitidas por razón de sexo

Como regla general, será inconstitucional la diferencia de trato que venga motivada
exclusivamente por el sexo de la persona afectada (STC). La condición femenina no es
suficiente para justificar la diferenciación.

En la jurisprudencia del TC se aprecia, por otro lado, una línea doctrinal que da cobijo a
determinadas diferenciaciones por considerarlas compatibles con lo establecido en el art. 14
CE.

En síntesis son:
 Supuestos laborales en los que el puesto de trabajo está necesariamente vinculado al
sexo: la exclusión de una mujer de un puesto de trabajo para el que se requería una
gran fuerza física (STC 198/1996). En este caso debe comprobarse que la exclusión
responde claramente a la falta de idoneidad.
 Supuestos de desigualdades consagradas en la CE o derivadas, en apariencia,
directamente de ella. Tal es el caso de la preferencia del varón sobre la mujer en el
orden sucesorio al trono.

3.6. La jurisprudencia sobre el art. 153.1 del Código Penal

La LO 1/2004 de 28 diciembre, de medidas de protección integral contra la violencia de género,


se adoptó para luchar contra la violencia, que «como manifestación de la discriminación, la
situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce
sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 104

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia».

La ley define violencia de género como todo acto de violencia física y psicológica, incluidas las
agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de
libertad.

El art. 37 LO 1/2004, da nueva redacción al art. 153.1 CP que tomaba en cuenta el sexo del
agresor. Este precepto fue cuestionado ante el TC al considerarse que no cabía distinguir en
razón del sexo de agresor.

3.7. La jurisprudencia de la equiparación

La doctrina ha acuñado la denominación «jurisprudencia de la equiparación» para referirse a


aquellas sentencias del TC que extienden conquistas en el terreno de la igualdad al sexo que,
hasta el momento, no gozaba de las mismas.

El TC equipara en sentencias diversas al hombre en los derechos que tenían algunas mujeres
por diversas razones, equiparando a aquéllos en dichas situaciones o derechos. Eliminó así el
TC la diferencia de trato favorable a las mujeres equiparando a los hombres en los beneficios
que la norma reconocía sólo a aquéllas (STC 81/1982, caso ATS, en el que los hombres ATS
cobraban menos que las mujeres ATS por los trabajos realizados los domingos).

Supuesto similar fue resuelto por la STC 103/1983 en la que el TC declaró inconstitucional el
apartado 2 del art. 160 de la ley general de la Seguridad Social, que establece que sólo las
viudas podían tener derecho a percibir la pensión de viudedad.

Estas resoluciones pusieron fin a al aplicación de normas protectoras para las mujeres con las
que existía, sin duda, el peligro de que se consolidara una posición de inferioridad de éstas en
el mundo laboral, peligro que fue certeramente señalado por el TC en su STC 28/1992, en la
que estableció que la prohibición de discriminación por razón de sexo exige la eliminación, en
principio, de las normas protectoras del trabajo femenino que pueden suponer un obstáculo
para el acceso real de la mujer al empleo en igualdad de condiciones de trabajo que los
varones.

3.8. Acciones positivas y discriminación inversa

Junto al supuesto de las denominadas acciones protectoras que el TC ha considerado


inconstitucionales (salvo las sentencias que implicaban aspectos relativos a la maternidad), han
aparecido otras acciones de naturaleza distinta que el TC ha venido considerando compatibles
con la CE y que han reconocido aspectos favorables a las mujeres que, sin embargo, se les
negaban al sexo masculino, aunque este tratamiento diferenciado está desvinculado de
consideraciones relativas a cualidades físicas o psíquicas de las personas afectadas y, en
especial, del género femenino.

El TC ha admitido estas diferencias de trato basándose en la prohibición de discriminación, y


entendiendo que para aplicar esta cláusula real y efectivamente, en ocasiones, era preciso
reconocer cierto trato favorecedor a la mujer. Esta interpretación se ha denominado acción
positiva o discriminación positiva.

Según la definición elaborada por la comisión norteamericana de los Derechos civiles, la


discriminación positiva se refiere a cualquier medida adoptada para corregir o compensar una

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 105

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

discriminación presente o pasada, o para impedir que la discriminación se reproduzca en el


futuro.

Para encontrar el fundamento constitucional a esta diferencia de trato tenemos que partir de
una situación fáctica que el constituyente asume que es la situación real de inferioridad y
discriminación en la que tradicionalmente se han encontrado las mujeres.

Si el art. 1.1 CE proclama los valores superiores, y entre ellos la igualdad, como horizonte al que
tender siempre; si el art. 9.2 establece la obligación de los poderes públicos de promover las
condiciones para que la libertad e igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean
reales y efectivas, y remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud; y si, además,
el art. 14 CE no sólo contiene la cláusula general de igualdad sino también la de interdicción de
la discriminación, es porque el ordenamiento constitucional sabe que parte de una situación
que hay que remover. La cláusula del art. 14 CE contiene un mandato para erradicar la
discriminación referida a grupos concretos. Podríamos decir que las acciones positivas tienen
su fundamento constitucional en lo que hemos denominado la «igualdad promocional», que
tiene en el art. 1.1 y 9.2 CE su fuente directa y en la cláusula de interdicción de la
discriminación del art. 14 CE su mejor garantía. Resulta necesario diferenciarlas de las acciones
protectoras cuya constitucionalidad ya hemos puesto en duda. El sujeto de la acción positiva
no es un individuo (mujer) débil, sino un individuo (mujer) postergada socialmente.

La legitimidad de la acción positiva depende de la existencia de esta situación de inferioridad


social y debe extenderse sólo a la situación en la que se aprecie.

Por otro lado, un sector doctrinal ha venido distinguiendo, por la intensidad de las medidas
adoptadas y por el resultado perseguido, entre las acciones positivas (en sentido estricto) o
moderadas y la discriminación inversa.

Las acciones positivas en sentido estricto o moderadas tienden a situar al sexo minusvalorado
en la misma posición de partida que el otro sexo, en relación con el ejercicio de sus derechos o
el acceso a bienes y servicios. Se trata de garantizar máximamente la igualdad de
oportunidades y nivelar la desigualdad en origen.

Las medidas de discriminación inversa inciden directamente en el resultado, estableciendo


condiciones o requisitos que pueden llegar a provocar diferencias notables entre los sexos,
cuyo único fundamento es la igualdad de resultado que se persigue con este tipo de acciones.

Las acciones positivas y la denominada discriminación inversa han tenido una amplia recepción
en el Derecho de la Unión Europea y en la jurisprudencia del Tribunal de justicia.

IV. La Ley Orgánica 3/2007, de 22 Marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres

4.1. Introducción

Este principio, el de igualdad, debía ser respetado por los poderes públicos, pero no podía
desarrollarse mediante una ley porque esta norma no haría sino reproducir literalmente lo que
decía la CE. Después de tres décadas de vigencia de la CE resulta obvio que la igualdad, como el
resto de derechos constitucionales, puede y debe ser desarrollada por ley. Así se hizo mediante
la aprobación de la LO 3/2007, de 22 marzo, para la igualdad efectiva de hombres y mujeres.

Dicha ley exige al Gobierno la aprobación de un Plan Estratégico de igualdad de oportunidades

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 106

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

en las materias que sean de su competencia. Este plan debe incluir medidas expresas para
alcanzar la igualdad y eliminar la discriminación.

4.2. Principios de la Ley de Igualdad de hombres y mujeres

La Ley de Igualdad española de 2007 se basa en un conjunto de principios que podríamos


sintetizar en los siguientes:
 El principio de prevención de conductas antidiscriminatorias.
 Establecimiento de políticas activas para hacer efectivo el principio de igualdad sobre
los diversos ámbitos del ordenamiento jurídico y realidad social, cultural y económica.
 Principio de transversalidad. En este sentido, el art. 4 de la Ley de Igualdad establece
que: «La igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres es un principio
informador del ordenamiento jurídico y, como tal, se integrará y observará en la
interpretación y aplicación de las normas jurídicas».
 Principio territorial: regular las condiciones básicas que garanticen la igualdad de todos
los españoles en el ejercicio de los derechos constitucionales.
 El principio de aplicación en el ámbito político y privado.
 principio de aplicación de «acciones positivas».
 El principio de distinción entre discriminación directa e indirecta.
 Principio de «inversión de la carga de la prueba». Corresponde a quien estableció la
medida presuntamente discriminatoria probar que dicha medida no es discriminatoria
(art. 13). Este principio no es de aplicación en procesos penales.

4.3. El objeto y ámbito de la Ley de Igualdad

El objeto de la Ley es hacer efectivo el derecho a la igualdad de trato y de oportunidades entre


mujeres y hombres, y eliminar la discriminación de la mujer en cualquier circunstancia o
situación. La ley establece que todas las personas gozarán de los derechos derivados del
principio de igualdad de trato y de la prohibición de discriminación por razón de sexo. Su
aplicación es a toda persona física o jurídica, que se encuentre en territorio español, cualquier
que fuese su nacionalidad, domicilio o residencia.

4.4. Igualdad de trato y de oportunidades en el acceso al empleo, en la formación y en


promoción profesionales, y en las condiciones de trabajo

Se respetará la igualdad en el ámbito del empleo público y en la empresa privada (art. 5) en:
 El acceso al empleo.
 En la formación profesional.
 En la promoción profesional.
 En las condiciones de trabajo, incluidas las retributivas y las de despido.
 En la afiliación sindicales y empresariales.

Sin embargo, el mismo art. 5 establece que: «No constituirá discriminación en el acceso al
empleo, incluida la formación necesaria, una diferencia de trato basada en una característica
relacionada con el sexo cuando, debido a la naturaleza de las actividades profesionales
concretas o al contexto en el que se lleven a cabo, dicha característica constituya un requisito
profesional esencial y determinante, siempre y cuando el objetivo sea legítimo y el requisito
proporcionado».

4.5. Acoso sexual y acoso por razón de sexo

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 107

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Ambas se considerarán acciones discriminatorias. Al acoso sexual, la ley lo define como


«cualquier comportamiento verbal o físico, de naturaleza sexual, que tenga el propósito o
produzca el efecto de atentar contra la dignidad de una persona, en particular cuando se crea
un entorno intimidatorio, degradante u ofensivo».

Por acoso por razón de sexo: «cualquier comportamiento realizado en función del sexo de una
persona, con el propósito o el efecto de atentar contra su dignidad y crear un entorno
intimidatorio, degradante u ofensivo».

4.6 Prohibición de discriminación por embarazo o maternidad

Es una discriminación directa por razón de sexo todo trato desfavorable a las mujeres
relacionado con el embarazo o la maternidad.

4.7. Acciones positivas

La posibilidad de establecer «acciones positivas» para las mujeres cuando la aplicación de otras
medidas de igualdad no puedan reparar la situación de desigualdad existente en un caso
concreto. También las personas físicas y jurídicas de naturaleza privada podrán aplicar medidas
de acciones positivas.

4.8. Presencia equilibrada de mujeres y hombres en órganos e instituciones

Garantizar una representación equilibrada de mujeres y hombres en órganos e instituciones


públicas y puestos de responsabilidad.

Las candidaturas que se presenten para las elecciones de diputados al Congreso, municipales y
de miembros de los consejos insulares canarios, diputados al Parlamento Europeo y miembros
de Asambleas Legislativas, deberán tener una composición equilibrada de mujeres y hombres,
de forma que en el conjunto de la lista los candidatos de cada uno de los sexos supongan como
mínimo el 40%.

4.9. Educación

Obligación de las autoridades educativas de prestar especial atención a que los curricula de
mujeres y hombres, en todos los niveles, sean valorados en términos de igualdad, así como la
promoción de la incorporación de la mujer a los diferentes niveles de dirección y supervisión
educativa.

4.10. Integración del principio de igualdad en las políticas de salud

Las AAPP garantizarán un igual derecho a la salud de las mujeres y hombres, a través de la
integración activa, en los objetivos y en las actuaciones de la política de salud, del principio de
igualdad de trato, evitando que por sus diferencias biológicas o estereotipos sociales asociados,
se produzcan discriminaciones.

Las AAPP, a través de sus Servicios de Salud y de los órganos competentes, quedan obligadas a
desarrollar las siguientes actuaciones:
 La adopción sistemática de iniciativas destinadas a favorecer la promoción específica
de la salud de las mujeres, así como prevenir su discriminación.
 El fomento de la investigación científica que atienda las diferencias entre mujeres y

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 108

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

hombres en relación con la protección de su salud.


 La consideración, dentro de la protección, promoción y mejora de la salud laboral, del
acoso sexual y el acoso por razón de sexo.
 La integración del principio de igualdad en la formación del personal al servicio de las
organizaciones sanitarias, garantizando en especial su capacidad para detectar y
atender las situaciones de violencia de género.
 La presencia equilibrada de mujeres y hombres en los puestos directivos y de
responsabilidad profesional del conjunto del Sistema Nacional de Salud.
 La obtención y tratamiento desagregados por sexo, siempre que sea posible, de los
datos contenidos en registros, encuestas, estadísticas u otros sistemas de información
médica y sanitaria.

4.11. Sociedad de la información

El Gobierno queda obligado a la promoción de la plena incorporación de las mujeres en la


Sociedad de la Información mediante el desarrollo de programas específicos en materia de
acceso y formación en tecnologías de la información y comunicación; además de la protección
contra el lenguaje sexista.

4.12. Igualdad en el Ejército y en las Fuerzas Armadas

Las normas sobre el personal de las FFAA procurarán la efectividad del principio de igualdad
entre mujeres y hombres, en especial en lo que se refiere al régimen de acceso, formación,
ascensos, destinos y situaciones administrativas.

Las normas reguladoras de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado promoverán la
igualdad efectiva, impidiendo cualquier situación de discriminación profesional, especialmente,
en el sistema de acceso, formación, ascensos, destinos y situaciones administrativas.

La diferencia radica en que en el ámbito de las FFAA «se procurará la efectividad» del principio
de igualdad, mientras que en el ámbito de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad «se promoverá
la igualdad efectiva».

4.13. Protección

Cualquier persona puede recabar de los tribunales la tutela del derecho a la igualdad entre
mujeres y hombres.

La capacidad y legitimación para intervenir en los procesos civiles, sociales y contencioso-


administrativo corresponden a las personas físicas y jurídicas con un interés legítimo. En los
casos de acoso sexual y por razón de sexo, la persona acosada será la única legitimada en los
litigios que pudieran sustanciarse por estos motivos.

4.14. Modificación legislativa

La LO no solo incorpora principios generales y medidas, sino que ha incluido un importante


número de modificaciones legislativas:
 LO del Régimen Electoral General.
 LOPJ.
 Ley del Ministerio Fiscal…

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 109

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Estas, entre otras normas, han sido modificadas por la LO de Igualdad.

V. Jurisprudencia Constitucional sobre la Ley para la Igualdad de mujeres y hombres

La STC 12/2008 de 29 de Enero, resolvió la cuestión de inconstitucionalidad interpuesta por el


Juzgado de lo Contencioso Administrativo núm. 1 de Santa Cruz de Tenerife y el recurso de
inconstitucionalidad presentado por más de 50 diputados del grupo parlamentario Popular del
Congreso en relación con el art. 44 bis de la LO 5/1985 del Régimen Electoral General, por
posible vulneración del art. 23, en relación con los art. 6 y 14 CE. La discrepancia se refería a la
inclusión de los criterios de paridad en las listas electorales respecto de la libertad de los
partidos políticos para organizar sus candidaturas.

La Comunidad Autónoma Vasca aprobó la Ley 4/2005 para la igualdad de mujeres y hombres,
dos años antes de la adopción por las Cortes de la LO 3/2007. La ley Vasca fue recurrida ante el
TC alegando violación de la CE, por las previsiones de la ley sobre representación equilibrada
de mujeres y hombres en diferentes niveles de la administración y candidaturas. El TC rechazó
este recurso y consideró que las previsiones de la Ley Vasca eran acordes con la CE.

Por otro lado, también resaltó el TC que la libertad de presentación de candidaturas por los
partidos no es, ni puede ser, absoluta. El legislador ha limitado esa libertad imponiendo a los
partidos políticos determinadas condiciones para la confección de las candidaturas.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 110

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Tema XII. Derecho a la vida, a la integridad física y moral. Prohibición de torturas y tratos
inhumanos

I. Los Derechos del Artículo 15 de la Constitución: significado constitucional

«Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan
ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena
de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra».

Con el art. 15 comienza la sección 1ª del Capítulo II, del Título I de la Constitución española
(art. 15 a 29), que recibe el título de «Derechos fundamentales y libertades públicas». La CE ha
otorgado a los derechos y libertades contenidos en dicha sección las máximas garantías del
ordenamiento constitucional, incluida la reserva de ley orgánica (art. 81 CE) para su desarrollo
y el recurso de amparo ante el TC (también extendido a la igualdad reconocida en el art. 14 y a
la objeción de conciencia del art. 30.2 CE).

Para un sector doctrinal, el derecho a la vida es, realmente, el presupuesto físico para el
ejercicio de los demás derechos y libertades, por cuanto sin la existencia física no cabe ejercicio
de ningún otro derecho.

Así entendido, el derecho a la vida debería ser un derecho de carácter absoluto en tanto su
restricción llevaría a la eliminación del sujeto.

Por otro lado, este mismo artículo prohíbe la tortura y los tratos inhumanos o degradantes y se
declara abolida la pena de muerte, salvo lo dispuesto por leyes penales militares en tiempos de
guerra. En ambos casos, son derechos derivados del ámbito de la protección física de la
persona.

Por su parte, la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea consagra el derecho a


la vida en su art. 2 estableciendo que:
 Toda persona tiene derecho a la vida.
 Nadie podrá ser condenado a la pena de muerte ni ejecutado.

II. El Derecho a la Vida

2.1. Naturaleza jurídica

El derecho a la vida, constitucionalizado en el art. 15 CE, se ha interpretado como un derecho


de inmunidad frente al poder público, que se manifiesta, realmente, en el derecho a no ser
privado de la propia vida.

Esta tesis ha sido interpretada por la doctrina del TC, el cual ha manifestado que del art. 15 no
se deriva una libertad personal, un derecho en suma que permita a la persona decidir si vivir o
morir.

La autora del libro, estima que el derecho a la vida tiene una doble naturaleza jurídica:
 Es un derecho de inmunidad.
 Es un derecho de libertad que debe permitir al sujeto decidir plenamente sobre su
propia vida, incluida la decisión sobre el fin de la misma.

En ese sentido, la ley 41/2002, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 111

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

obligaciones en materia de información y documentación clínica, permite una interpretación


menos rígida que la mantenida por el TC, interpretación que, de otra parte, va abriéndose
camino en el Derecho internacional.

2.2. Concepto de persona en la Constitución

La CE utiliza una variada terminología para referirse a los titulares de los distintos derechos (el
hombre, la mujer, los ciudadanos, los españoles… y utiliza términos como «todos» en el art. 15
CE). Cuando la CE utiliza el término «la persona» alude sin excepción a los nacidos, aunque no
necesariamente a los mayores de edad que posean capacidad jurídica y capacidad de obrar, así
por ejemplo se reconoce la libertad personal (art. 17.1 CE). Igual sucede con el art. 24 CE, que
reconoce el derecho a obtener tutela efectiva de jueces y tribunales, derecho que alcanza a
menores o incapaces.

Puede afirmarse que el concepto de persona en la CE es un concepto relativo al ya nacido y,


según los derechos y libertades concretos, puede referirse a todos los nacidos, mayores,
menores, capaces, incapaces, o bien acotar el sujeto de cada derecho a los mayores de edad
que gocen de la plenitud de sus derechos.

Los constituyentes no se plantearon de manera general la protección del no nacido a efectos


del conjunto de derechos y libertades reconocidas, y sí tan solo en la regulación del art. 15 CE
que reconoce el derecho de todos a la vida.

2.3. Proceso constituyente e interpretación del término todos en el art. 15 de la Constitución

Por lo que respecta al término «todos» utilizado, entre otros, en el ya mencionado art. 15 CE,
fue objeto de viva discusión en sede constituyente.

En ella el diputado de Alianza Popular solicitó, mediante una enmienda in voce, que se
sustituyera el término «persona» por el de «todos» con el fin de ampliar la protección al no
nacido.

Se produjo la votación de la enmienda y quedó aprobada consagrándose el término «todos» en


el actual art. 15 CE.

Pero fue el TC el que determinó el alcance del término «todos» en la STC 53/1985. Se
cumplieron las previsiones de los que afirmaban que también el término «todos» podía admitir
una interpretación compatible con la despenalización del aborto.

2.4. La titularidad del derecho a la vida del nasciturus

Se ha afirmado que el «derecho constitucional a la vida es antes que nada el derecho a la


propia existencia fisicobiológica», así, el concepto constitucional de la vida es un concepto
puramente naturalístico.

Por tanto, podríamos afirmar que no es necesaria la condición jurídica de persona para obtener
la protección del ordenamiento jurídico constitucional, pero, de igual manera, puede
sostenerse que la respuesta del ordenamiento jurídico en orden a proteger la vida humana
puede diferir en razón de los distintos estadios biológicos.

La CE se refiere a la persona ya nacida en relación con la titularidad de los derechos y

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 112

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

libertades, tesis que parece confirmarse en la STC 53/1985 de despenalización de ciertos


supuestos del aborto en la que el TC negó la titularidad del derecho a la vida reconocido en el
art. 15 CE al nasciturus.

La CE no contiene previsiones específicas sobre el problema jurídico del tratamiento de la fase


embrionaria fuera del útero materno y desconectada del proceso de gestación.

En 1985, estábamos, pues, ante una situación de ponderación de derechos para el que el TC
solo tuvo que dar el paso de reconocer que los derechos no son absolutos, ni siquiera el
derecho a la vida y que, en consecuencia, podía ceder ante determinadas situaciones de
conflicto con otros derechos de la mujer.

Actualmente han surgido problemas muy distintos a éste que, sin embargo, han sido
abordados por el TC basándose en la doctrina de su propia sentencia 53/1985. En STC 52/1985,
de 11 de abril, el TC señala la relevancia del proceso vital, partiendo de que la vida es una
realidad desde el inicio de la gestación, de donde concluye que si la CE protege la vida con la
relevancia a que antes se ha hecho mención, no puede desprotegerla en aquella etapa de su
proceso, que no sólo es condición para la vida independiente del claustro materno, sino que es
también un momento del desarrollo de la vida del nasciturus, en cuanto éste encarna un valor
fundamental (la vida humana) garantizado en el art. 15 CE y constituye un bien jurídico cuya
protección encuentra en dicho precepto fundamento constitucional.

Dentro del proceso continuo de la vida, el TC estima que tiene especial relevancia el
nacimiento y, antes de él, el momento a partir del cual el nasciturus es ya susceptible de vida
independiente.

El TC parece decantarse por la tesis de que el término «todos» debe interpretarse como «todos
los nacidos» a efectos de reconocimiento del derecho a la vida reconocido en el art. 15 CE. La
defensa del derecho a la vida que sí contiene, en términos generales, la STC 53/1985, permite
que el Estado establezca, en su caso, sanciones penales para su protección, aunque también
estima el TC que el Estado puede renunciar a ellas ante determinados supuestos. Ello es así
porque la protección debida al nasciturus puede entrar en colisión, como ya dijimos, con otros
valores constitucionales protegidos, como la vida y la dignidad de la mujer.

El TC quiso en 1985 conciliar dos tesis: Se trata de compatibilizar el principio de la inviolabilidad


de la vida humana con el principio de limitación y ponderación de los derechos como sistema
de compatibilidad entre los diversos derechos y libertades reconocidos en el ordenamiento
jurídico, lo cual se asienta en la consideración de que no hay en el ordenamiento jurídico
derechos absolutos.

Por otro lado, el TC, apoyándose en los principios penales de razonable exigibilidad de una
conducta y de proporcionalidad de la pena, admite la posibilidad de que el legislador renuncie
a imponer una pena cuando considere que ello puede representar una carga insoportable.

2.5. La regulación sobre el aborto

Las posiciones sobre el aborto pueden sintetizarse en las tres siguientes:


 Sistema de plazos: Es la posición que defiende la autonomía de la mujer respecto a la
continuación o no de su embarazo durante un plazo inicial desde el comienzo del
mismo (los ordenamientos jurídicos que han incorporado esta tesis han autorizado el
aborto durante las 12 primeras semanas, esta posición admite una línea más radical en

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 113

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

la que la mujer puede interrumpir el embarazo cuando quiera).


 Sistema de indicaciones: Adoptado también por España. Para esta tesis, la vida es un
valor en sí misma y merece protección pero, en determinadas circunstancias, no puede
exigirse a la mujer la continuación del embarazo.
 Sistema de prevalencia de la vida del nasciturus: La vida del embrión o feto debe
prevalecer sobre otros derechos de la madre u otros bienes constitucionalmente
protegidos. Se defiende que el embrión es un ser humano desde el mismo momento
de la concepción y por ello portador de dignidad y merecedor de respeto absoluto. Las
sucesivas normas penales contemplaron la penalización del aborto distinguiendo las
diversas circunstancias en las que el mismo podía acontecer.

La reforma del Código penal de 1985 introdujo el art. 417 bis, en el que se declaraba que no
sería punible el aborto practicado por un médico bajo su dirección, en centros sanitarios
acreditados y con consentimiento expreso de la mujer embarazada, cuando concurran alguna
de las circunstancias siguientes:
 Que sea necesario para evitar un grave peligro para la vida o la salud física o psíquica
de la embarazada y así conste en un dictamen emitido con anterioridad a la
intervención por un médico. En caso de urgencia por riesgo vital para la gestante,
podrá prescindirse del dictamen y del consentimiento expreso.
 Que el embarazo sea consecuencia de un hecho constitutivo de delito de violación,
siempre que el aborto se practique dentro de las 12 primeras semanas de gestación y
que el delito hubiera sido denunciado.
 Que se presuma que el feto habrá de nacer con graves taras físicas o psíquicas, siempre
que el aborto se practique dentro de las 22 semanas de gestación (indicación
eugenésica).

Esta regulación ha estado vigente hasta la entrada en vigor de la LO 2/2010, de 3 de marzo, de


Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, la cual ha
incorporado una nueva regulación cuya característica principal es introducir la posibilidad de
interrumpir el embarazo sin que sea preceptivo alegar y probar causa determinada.

El artículo 15 dispone que podrá interrumpirse el embarazo por causas médicas cuando
concurra alguna de las circunstancias siguientes:
 Que no se superen las veintidós semanas de gestación y siempre que exista grave
riesgo para la vida o la salud de la embarazada y así conste en un dictamen emitido con
anterioridad a la intervención por un médico especialista distinto del que la practique o
dirija. En caso de urgencia por riesgo vital para la gestante podrá prescindirse del
dictamen.
 Que no se superen las veintidós semanas de gestación y siempre que exista riesgo de
graves anomalías en el feto y así conste en un dictamen emitido con anterioridad a la
intervención por dos médicos especialistas distintos del que la practique o dirija.
 Cuando se detecten anomalías fetales incompatibles con la vida y así conste en un
dictamen emitido con anterioridad por un médico especialista, distinto del que
practique la intervención, o cuando se detecte en el feto una enfermedad
extremadamente grave e incurable en el momento del diagnóstico y así lo confirme un
comité clínico.

En el caso de las mujeres de 16 y 17 años, el consentimiento para la interrupción voluntaria del


embarazo les corresponde exclusivamente a ellas de acuerdo con el régimen general aplicable
a las mujeres mayores de edad.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 114

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Al menos uno de los representantes legales, padre o madre, personas con patria potestad o
tutores de las mujeres comprendidas en esas edades deberá ser informado de la decisión de la
mujer.

Se prescindirá de esta información cuando la menor alegue fundadamente que esto le


provocará un conflicto grave, manifestado en el peligro cierto de violencia intrafamiliar,
amenazas, coacciones, malos tratos, o se produzca una situación de desarraigo o desamparo.

2.6. El derecho a la reproducción humana

2.6.1. La reproducción humana: derecho con fundamento constitucional

La CE trata de la madre en el art. 39.2, y de los padres, abarcando ambos sexos, en el art. 39.3.

A las primeras se las protege integralmente; a los segundos se les exige que presten asistencia
de todo orden a sus hijos. La CE no reconoce un derecho expreso a tener hijos.

La configuración en nuestro texto constitucional de un derecho a la reproducción humana


hubiera contribuido eficazmente al tratamiento de los problemas derivados de la aplicación de
técnicas artificiales a la procreación humana, y hubiera facilitado la interpretación en materias
tales como la maternidad de la mujer sola o la fecundación post mortem.

Los avances en las técnicas de fecundación in vitro permiten plantear la existencia o no de un


derecho a la reproducción humana, si no expreso en el texto constitucional, sí con fundamento
en el mismo.

La autora defiende el derecho a la reproducción con los siguientes argumentos para apoyar su
tesis:

El derecho a la reproducción humana deriva, en primer lugar, del reconocimiento


constitucional de la libertad, como valor superior del ordenamiento jurídico (1.1 CE) y como
derecho en el art. 17.1 CE; de la dignidad de la persona, de sus derechos inherentes y del libre
desarrollo de la personalidad (art. 10.1 CE); del derecho a la intimidad personal y familiar (art.
18.1 CE); del derecho al matrimonio (art. 32.1 CE); de la obligación de los poderes públicos de
proteger social, jurídica y económicamente, a la familia (art. 39.1 CE) y, en el ámbito jurídico
internacional, del derecho a fundar una familia (art. 12 Convenio de Roma).

Si el ordenamiento jurídico no determina expresamente los límites de la libertad humana en


determinado ámbito, el sujeto puede actuar en él con plena autonomía. No se trata tanto,
pues, de que el individuo haga lo que la ley permita como de que pueda hacer todo aquello que
la ley expresamente no prohíba.

En la CE, esta libertad genérica que fundamenta y justifica el régimen democrático, se ha


concretado, además, en un amplio catálogo de derechos y libertades, entre los que se
encuentra el derecho a la libertad y la seguridad (art. 17.1 CE).

Doctrinalmente, se ha interpretado el derecho a la libertad casi exclusivamente en relación con


la prohibición de la detención arbitraria.

En la CE puede defenderse la existencia del derecho a la libertad como «derecho de autonomía


que, en principio, postula la no injerencia de los poderes públicos en la esfera de autonomía

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 115

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

personal», tal y como se manifestó en el estado social y democrático de Derecho, por la


obligación de los poderes públicos en orden a garantizar el real y efectivo ejercicio de la
libertad (art. 9.2 CE).

Así, la función que la CE asigna a este derecho adopta una doble faz:
 Por un lado, se reconoce y tutela un ámbito de autonomía que no puede ser vulnerado
y que se configura como un verdadero derecho público.
 Por otro, se establece la obligación de los poderes públicos de adoptar medidas
necesarias para hacer efectivo dicho derecho.

El TC no ha tenido oportunidad de pronunciarse con respecto a la tesis de la autora, pero en


algún otro supuesto parece negar que el derecho a la libertad proteja las manifestaciones
concretas de opciones personales del sujeto, «por importantes que éstas sean en la vida del
individuo». Así, en la STC 89/1987, el TC entiende que solo tiene carácter de derecho
fundamental las manifestaciones de la libertad que expresamente se contengan en la CE bajo
esta forma jurídica. En el contenido de la libertad personal regulada en el art. 17.1 CE, afirma el
TC que no existe una «manifestación de la libre autodeterminación de la persona»; y, en otras
varias sentencias, que la libertad personal, incluida en el art. 17.1, es la libertad física, la
libertad frente a la detención, condena o internamientos arbitrarios, sin que pueda cobijarse
en este precepto una libertad general de actuación del sujeto o, en otros términos, una
libertad general de autodeterminación individual, ya que esta clase de libertad, solo es
amparable en aquellas concretas manifestaciones a las que la propia CE otorga categoría de
derechos fundamentales.

Esta interpretación del Derecho a la libertad permite dar solución, además de a los problemas
derivados de la reproducción artificial, a otros varios como los concernientes a la donación de
órganos, tratamientos médicos, eutanasia, etc.

2.6.2. La reproducción humana asistida

La posibilidad de la biología y la Medicina de manipular el comienzo y el fin natural de la vida


humana por medios artificiales, ha generado que, de forma creciente, los regímenes
democráticos sientan la necesidad de redefinir un estatuto jurídico de la vida humana que
comprenda todos los estadios de ésta de forma coherente y en el que se tutelen los
correspondientes derechos y libertades constitucionales.

En España, la ley 35/1988, de 28 noviembre, sobre técnicas de Reproducción asistida, reguló


estas prácticas médicas. El ámbito de aplicación de esta ley se extiende desde el momento de
la fecundación (dentro o fuera del útero) hasta la implantación en el útero. Esta Ley fue
derogada por la Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre técnicas de reproducción asistida, que es la
norma actualmente vigente.

2.7. Reconocimiento de la autonomía para la gestión del final de la propia vida

El TC no ha aceptado que el denominado derecho a la muerte (eutanasia) se encuentre


incluido en el contenido esencial del derecho a la vida del art. 15 CE.

El verdadero problema jurídico es garantizar en todas las circunstancias que el sujeto adopta
una decisión libre, consciente y meditada.

El TC en su sentencia reiterada 120/1990 declaró «no es posible admitir que la CE garantice en

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 116

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

su art. 15 el derecho a la propia muerte y, por consiguiente, carece de apoyo constitucional la


pretensión de que la asistencia médica coactiva es contraria a ese derecho constitucionalmente
inexistente».

La reciente ley 41/2002, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y


obligaciones en materia de información y documentación clínica, reconoce el derecho a la
persona a decidir sobre su propio cuerpo en el contexto de un tratamiento sanitario, incluso si
acontece el fallecimiento. Aunque no puede considerarse una norma eutanásica, dice:
 Mediante el documento de instrucciones previas, una persona mayor de edad, capaz y
libre, puede manifestar anticipadamente su voluntad, con objeto de que ésta se
cumpla en el momento en que llegue a situaciones en cuyas circunstancias no sea
capaz de expresarla personalmente.
 Cada servicio de salud está obligado a regular el procedimiento adecuado para que,
llegado el caso, se garantice el cumplimiento de las instrucciones previas de cada
persona que deberán constar siempre por escrito.
 No serán aplicadas las instrucciones previas contrarias al ordenamiento jurídico, ni las
que no se correspondan con el supuesto de hecho que el interesado haya previsto en
el momento de manifestarlas.
 Las instrucciones previas podrán revocarse libremente en cualquier momento dejando
constancia por escrito.
 Las instrucciones previas tienen eficacia en todo el territorio nacional de conformidad
con lo que dispongan las respectivas CCAA. Se creará en el Ministerio de Sanidad y
Consumo el Registro Nacional de Instrucciones Previas, donde se anotaran todas las
que se produzcan.

Esta Ley no obliga a los médicos a cualquier conducta solicitada por el enfermo.

III. El Derecho a la Integridad Física y Moral

3.1. Concepto

El derecho a la integridad física y moral protege a la persona contra cualquier atentado no sólo
físico, sino también moral.

La STC 120/1990 viene a definir este derecho afirmando que con el se protege la inviolabilidad
de la persona, no sólo contra ataques dirigidos a lesionar su cuerpo o espíritu, sino también
contra toda clase de intervención en esos bienes que carezca del consentimiento de su titular.

Así el derecho a la integridad física y moral protege contra:


 Cualquier acción que lesione su cuerpo.
 Cualquier acción relativa a su cuerpo realizada sin su consentimiento.
 Cualquier acción que perturbe o lesione su integridad moral o psicológica.

Su fundamento último es el reconocimiento de la dignidad de la persona (art. 10.1 CE),


dignidad que se proyecta sobre los derechos individuales e implica que, en cuanto «Valor
espiritual y moral inherente a la persona, la dignidad ha de permanecer inalterada cualquiera
que sea la situación en que la persona se encuentre» (STC 120/1990).

La Carta de Dº Fundamentales de la UE, incluye una serie de supuestos concretos para la


protección de la integridad física en el marco de la medicina y la biología:
 Consentimiento libre e informado de la persona de que se trate.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 117

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

 Prohibición de las prácticas eugenésicas.


 Prohibición de que el cuerpo humano o partes del mismo sean objeto de lucro.
 Prohibición de clonación reproductora de seres humanos.

3.2. Ámbito de este derecho

Este derecho no sólo protege contra las acciones que directamente pretenden lesionar a la
persona, sino también contra acciones realizadas sobre su cuerpo sin autorización del titular.

Este derecho afecta a las acciones médicas que requieren autorización del titular; un caso
particular son las pruebas biológicas para la determinación de la paternidad, en las que, el TC
(STC 7/1994) ha declarado prevalentes el interés social y el orden público y los derechos de los
menores sobre el derecho del particular, cuando, como en el caso de las pruebas biológicas de
paternidad, la acción física es poco relevante.

Supuesto semejante es el de los registros corporales, respecto de los cuales el TC, en su STC
7/1994, señaló que el derecho a la integridad física y moral constitucionalizado en el art. 15 CE,
no queda vulnerado cuando tales registros corporales deban realizarse en el marco de una
prueba judicial, prevista por la ley y acordada por la autoridad judicial respetando el principio
de proporcionalidad.

En igual sentido, en la STC 57/1994, ha matizado su posición el TC en los casos de extracciones


de cabellos y fluidos, ya que las acciones no son, como en el caso anterior, superficiales, sino
que suponen una agresión de mayor entidad.

Así, en la STC 207/1996, el TC distingue entre el impacto sobre el derecho a la integridad física
y moral de distintas acciones sobre el cuerpo humano:
 En una primera clase de actuaciones, las denominadas inspecciones y registros
corporales, esto es, aquellas que consisten en cualquier género de reconocimiento del
cuerpo humano, bien sea para la determinación del imputado (reconocimiento en
rueda, exámenes dactiloscópicos, etc.), o de circunstancias relativas a la comisión de
un hecho punible (electrocardiogramas, exámenes ginecológicos, etc.), o para el
descubrimiento del objeto del delito (inspecciones anales o vaginales, etc.), en
principio no resulta afectado el derecho a la integridad física, al no producirse, por lo
general, lesiones o menoscabo del cuerpo, pero sí puede verse afectado el derecho
fundamental a la intimidad corporal (art. 18.1 CE) si recaen sobre partes íntimas del
cuerpo.
 Por el contrario, en la segunda clase de actuaciones, las calificadas por la doctrina
como intervenciones corporales, las consistentes en la extracción del cuerpo de
determinados elementos externos o internos para ser sometidos a informe pericial
(análisis de sangre, orina, pelos, uñas, biopsias, etc.), o en su exposición a radiaciones
(rayos X, etc.), con objeto de averiguar determinadas circunstancias relativas a la
comisión del hecho punible o a la participación en él del imputado, el derecho que se
verá por regla general afectado es el derecho a la integridad física (art. 15 CE), en tanto
pueden implicar una lesión o menoscabo del cuerpo, siquiera sea de su apariencia
externa.

El TC niega que la realización de pruebas biológicas para la determinación de la paternidad


puedan considerarse vulneradoras del derecho fundamental a la integridad física. Las pruebas
deben realizarse cumpliendo dichos requisitos:
 La intromisión en el ámbito protegido del ciudadano no se inaceptable; es indudable

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 118

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

que no puede considerarse degradante la verificación de un examen hematológico por


parte de un profesional de la medicina.
 Debe existir una causa prevista por la Ley que justifique la medida judicial.
 Dichas pruebas biológicas tan sólo se justifican cuando sean indispensables para
alcanzar los fines constitucionalmente protegidos.
 El Juez no puede disponer la práctica de una intervención corporal cuando pueda
suponer para quien tenga la obligación de soportarla un grave riesgo o quebranto para
su salud.
 La medida judicial debe guardar una adecuada proporción entre la intromisión que
conlleva en la intimidad y la integridad física o moral del afectado por ellas, y la
finalidad a la que sirve.

Dado que los ciudadanos podrían verse sometidos a reconocimientos o pruebas de carácter
biológico a causa de demandas frívolas o infundadas, la ley establece dos precauciones:
 El Juez no admitirá la demanda si con ella no se presenta un principio de prueba de los
hechos en que se funda, y que el demandado puede pedir la reposición de la admisión,
discutiendo en la fase preliminar del proceso la seriedad de la demanda de filiación.
 Salvaguardia legal del acto de decidir la realización de las pruebas biológicas: estas solo
proceden si no son «impertinentes o inútiles».

El derecho a la integridad física y moral comprende las acciones de esterilización de los


disminuidos psíquicos contempladas en el art. 428 del CP como así señaló el TC en STC
215/1994, que resolvió el caso atendiendo a la prestación de consentimiento por parte del
representante de la persona incapaz.

Por último, la integridad moral que queda protegida en el art. 15 CE, es aspecto igual de
relevante. Las posibilidades de perturbar la integridad moral de las personas se han
evidenciado en las modernas sociedades donde este derecho resulta esencial.

Recurso de reposición  El recurso de reposición también es denominado como recurso de


revocatoria. Consiste en un método a través del que la parte agraviada puede impugnar una
resolución y solicitar al tribunal que la dictó, una modificación de la resolución para dejarla sin
efecto alguno.

IV. Prohibición de Torturas y Tratos Inhumanos o Degradantes

4.1. Concepto

El art. 15 CE, tras el reconocimiento del derecho a la vida y a la integridad física y moral,
prohíbe las torturas y los tratos inhumanos o degradantes que, obviamente, llevan aparejada la
vulneración de uno o de ambos de los derechos antes citados.

Las torturas y los tratos inhumanos o degradantes son «nociones graduadas de una misma
escala, que en todos sus tramos, denotan la causación, sean cuales fueran los fines, de
padecimientos físicos o psíquicos ilícitos e inflingidos de modo vejatorio para quien los sufre»
(STC 137/1990).

En el caso más leve vulnerará el derecho a la integridad física y moral y en el más grave,
atentará contra el derecho a la vida, si los tratos inhumanos llegan a causar la muerte.

Según el art. 4 de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE: «Nadie podrá ser sometido a

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 119

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes». Y según su artículo 5:


 Nadie podrá ser sometido a esclavitud o servidumbre.
 Nadie podrá ser constreñido a realizar un trabajo forzado u obligatorio.
 Se prohíbe la trata de seres humanos.

4.2. Ámbito

Respecto de la prohibición de las torturas y de los tratos inhumanos o degradantes, es


jurídicamente relevante determinar en cada caso si las acciones infligidas al sujeto constituyen
o no torturas o tratos inhumanos o degradantes.

Vulneran lo establecido en el art. 15 CE, las penas de innecesaria intensidad que puedan
considerarse inhumanas o atentatorias a la dignidad de la persona (STC 65/1986). Criterios que
han sido manifestados también por el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, entre otras,
en su sentencia de 25 de abril de 1978, caso Tyrer, en aplicación del art. 3 del Convenio
Europeo que coincide con el 15 CE.

En ocasiones las acciones producidas sobre el sujeto no pueden ser consideradas como actos
de tortura o tratos inhumanos. El TC, por ej., ha negado la consideración de tortura o trato
inhumano a determinadas acciones producidas en el campo de las intervenciones médicas.

V. La Abolición de la Pena de Muerte

5.1. Concepto

La pena es una privación o restricción de bienes jurídicos establecida por la ley e impuesta por
el órgano jurisdiccional competente al que ha cometido un delito.

En la actualidad, presenta dos características esenciales:


 Se encuentra establecida por ley.
 Que tenga como presupuesto la culpabilidad del sujeto.

La pena de muerte consiste en la privación de la vida. La legitimidad o no del Estado para


imponerla ha sido tema de controversia sobre el que hay posturas enfrentadas.

Parte de la polémica acerca de la pena de muerte se centre en su consideración como la


máxima pena que puede imponerse por la comisión de un hecho contrario a la ley. En muchos
países se avanza hacia la abolición, pero no se ha logrado en otros muchos. La pena de muerte
está lamentablemente unida a la historia de la humanidad. Se puede decir que hasta el siglo
XVIII no surgen voces discrepantes con la pena de muerte.

Los ordenamientos jurídicos muestran básicamente tres posiciones frente a la pena de muerte:
 La abolición de la pena de muerte para todos los delitos.
 La abolición para los delitos comunes, pero manteniéndola para delitos o situaciones
específicas.
 Mantenimiento de la pena de muerte tanto para los delitos comunes como para los de
otra naturaleza.

5.2. La abolición de la pena de muerte en la Constitución española

En el ámbito internacional, el 28 de abril de 1983, se firmó por los Estados miembros del

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 120

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Consejo de Europa el protocolo núm. 6 de la Convención Europea de Derechos del Hombre y


Libertades Fundamentales, que prohíbe la pena de muerte. Conforme a este protocolo, los
Estados quedan obligados a abolir la pena de muerte en tiempos de paz, aunque se permita
que el Derecho interno contemple dicha pena en tiempos de guerra o de peligro inminente de
guerra.

Hasta la aprobación de la CE, España mantuvo la pena de muerte (a excepción de la II


República 1932-34). La CE de 1978 elevó a rango constitucional la abolición de la pena de
muerte, salvo la previsión relativa a las leyes penales militares.

5.3. La pena de muerte en tiempos de guerra

La guerra se configura como un verdadero estado de necesidad ante el cual llega a legitimarse
la aplicación de la pena de muerte.

La redacción del art. 15 CE no constitucionaliza la pena de muerte para tiempos de guerra, sino
que deja abierta esa posibilidad, reconociendo al legislador ordinario un ámbito de
discrecionalidad dentro del cual puede incluir o no la máxima pena para tiempos de guerra,
posibilidad que está sujeta a determinados requisitos:
 La reserva de ley orgánica para la aprobación de las leyes penales militares.
 Presupuesto de hecho: Tiempos de guerra.

En un Estado de Derecho la guerra es un concepto jurídico determinado, y en el actual


ordenamiento jurídico español es, sobre todo, un concepto jurídico constitucional.

La CE recoge el término «guerra» en dos ocasiones: en el reiterado art. 15 CE y en el art. 63.3


CE, al establecer que al Rey corresponde, previa autorización de las Cortes Generales, declarar
la Guerra y hacer la paz.

La ley orgánica 11/1995, de 27 de noviembre, de abolición de la pena de muerte en tiempos de


guerra, suprimió la posibilidad de imponer esta pena al amparo de lo preceptuado en el art. 15
CE. A partir de este momento, la abolición de la pena de muerte en España es total, por
prescripción constitucional respecto de los delitos comunes y por regulación legal en el caso de
las leyes penales militares aplicables en tiempo de guerra.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 121

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Tema XIII. La libertad ideológica y religiosa

I. Las Libertades del Artículo 16 de la Constitución

 Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las


comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el
mantenimiento del orden público protegido por la Ley.
 Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.
 Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las
creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones
de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.

El artículo 16 de la Constitución consagra la libertad religiosa, ideológica y de culto; declara la


aconfesionalidad del Estado, el derecho a no declarar sobre la propia ideología o religión y la
necesidad de que el Estado mantenga relaciones de cooperación con la Iglesia católica y con las
demás confesiones.

Las libertades reguladas en este artículo representan el reconocimiento de una esfera de


autonomía del individuo en aquellos ámbitos de su vida que afectan a sus convicciones más
íntimas.

La libertad ideológica y religiosa ha tenido igualmente cabida en los más importantes textos
internacionales de protección de derechos. Así, en el art. 18 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos (DUDH); art. 18 del Pacto internacional de derechos civiles y políticos
(PIDCP); art. 13.3 del Pacto Internacional de Derechos económicos, sociales y culturales
(PIDESC), art. 9 del Convenio Europeo de Derechos Humanos; y art. 10 de la Carta magna de los
Derechos fundamentales de la Unión Europea. Cuestión importante es la de delimitar las
diferentes libertades que el art. 16 CE reconoce, ya que tal precepto constitucionaliza
realmente cuatro distintos derechos o libertades: la libertad ideológica, la libertad religiosa, la
libertad de culto y el derecho a no declarar sobre la propia ideología, religión o creencia.

Seguramente la doctrina más determinante al respecto es la contenida en la STC 19/1985, en la


que el TC afirmó que el art. 16 CE reconoce la libertad religiosa con existencia autónoma y, por
exclusión, la libertad ideológica.

La diferencia entre ellas resulta procedente, aunque la CE les otorgue iguales garantías, las
máximas que se reconocen en el ordenamiento jurídico, pues el contenido esencial de cada
unos de estos derechos y libertades es distinto y por ello también lo serán los límites a su
ejercicio que puedan resultar legítimos.

II. La Libertad Ideológica

2.1. Concepto

Esta libertad se manifiesta en tres aspectos:


 Una garantía e inmunidad que protege al sujeto contra las perturbaciones de esa
esfera de libertad por parte de los poderes públicos.
 Una garantía de libre manifestación de sus opciones ideológicas.
 Una garantía contra las perturbaciones de terceros.

Esta libertad no se agota en una dimensión interna del derecho a adoptar una determinada

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 122

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

posición intelectual ante la vida y comprende, además, una dimensión externa de agere licere
[faculta a los ciudadanos para actuar con arreglo a sus propias convicciones y mantenerlas
frente a terceros] con arreglo a las propias ideas, sin sufrir por ello sanción o demérito ni
padecer la compulsión o la injerencia de los poderes públicos.

Para que los actos de los poderes públicos puedan ser anulados por violación de la libertad
ideológica, se requiere, cuando menos, de una parte, que dichos actos perturben o impidan de
algún modo la adopción o el mantenimiento en libertad de una determinada ideología o
pensamiento, y de otra, que entre los actos perturbadores de la libertad y el contenido de ésta
exista una relación de causalidad suficiente para articular la imputación del ilícito
constitucional. La libertad ideológica constituye una especificación, proyección o manifestación
concreta de aquella libertad abstracta y genérica.

Posee una trascendencia objetiva que se manifiesta en la neutralidad ideológica de los poderes
públicos, principio del que deriva la renuncia radical por el Estado a toda acción de
adoctrinamiento político, filosófico y moral y la imposibilidad para el ordenamiento de
cualquier valoración, positiva o negativa, de las plurales expresiones ideológicas de la
comunidad.

Sin embargo, ello no impide que el propio ordenamiento constitucional profese una
determinada ideología, que es la que se plasma en el propio texto constitucional, basada en los
valores superiores del ordenamiento jurídico (libertad, justicia, igualdad y pluralismo político) y
en la fórmula organizativa del poder que es el Estado social y democrático de Derecho.

2.2. La libertad ideológica y su relación con otros derechos y libertades

La libertad ideológica es, de una parte, una concreción del valor de libertad y, de otra, derivan
de ella otros derechos y libertades como se ha indicado. Un ejemplo es la libertad de
enseñanza (art. 27.1 CE), respecto a la cual el TC, en STC 5/1981, manifestó que implica tanto el
derecho a crear instituciones educativas, como el derecho de los profesores a desarrollar
libremente su función dentro de los límites propios del puesto docente que ocupan, y el
derecho de los padres a elegir la formación religiosa y moral que desean para sus hijos.

En igual sentido la libertad ideológica se conecta con la libertad de expresión (art. 20.1ª CE).

Como señaló el TC, en STC 20/1990, por ser esencial para la efectividad de los valores
superiores y especialmente del pluralismo político, se hace necesario que el ámbito de este
derecho no se recorte ni tenga «más limitación que la necesaria para el mantenimiento del
orden público protegido por la ley».

En La CE, la libertad ideológica resulta un elemento esencial para la consecución de los


objetivos de libertad y justicia que inspiran el régimen democrático actual.

2.3. Regulación y límites

La libertad ideológica, como el resto de las libertades y derechos del art. 16.1 CE, no tienen
más límite que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley (STC
20/1990).

Las STC 101/1983, 160/1987, 321/1994, han reiterado que la libertad ideológica reconocida en
la CE no otorga el derecho a los ciudadanos de faltar a sus deberes constitucionales o legales

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 123

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

por motivos de conciencia (objeción de conciencia al servicio militar).

La libertad ideológica, en cualquier caso, no ampara las manifestaciones, campañas o


expresiones de carácter racista o xenófobo que puedan conculcar el derecho al honor de
terceros o su dignidad (STC 214/1991).

III. La Libertad Religiosa y de Culto

3.1. La libertad religiosa como derecho de primera generación

Conforme a la teoría de las generaciones, la libertad religiosa pertenece a la primera


generación de derechos, aunque la evolución del Estado ha llevado a que, actualmente, haya
adquirido connotaciones de prestación que permitirían su ubicación en la tercera generación.
Muestra de su esencialidad es su manifestación temprana en diversos textos jurídicos, como el
art. 16 de la Declaración de los derechos del Buen Pueblo de Virginia de 12 de junio de 1776, y
el art. 10 de la Declaración de Derechos del Hombre y del ciudadano de 26 de agosto de 1789.

Desde entonces hasta hoy, la libertad religiosa, la ideológica y la de conciencia figuran en los
textos constitucionales democráticos actuales, así como en los más importantes textos de
protección de los derechos y libertades.

La libertad religiosa es un derecho de primera generación, como se indicó anteriormente,


aunque las connotaciones propias del Estado social permiten en la actualidad apreciar ciertos
matices prestacionales, especialmente en las relaciones confesión-Estado.

El Convenio Europeo reconoce la libertad de pensamiento, de conciencia y religión,


estableciendo que:
 Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión;
este derecho implica la libertad de cambiar de religión o de convicciones, así como
manifestar su religión o sus convicciones individual o colectivamente, en público o
privado.
 La libertad de manifestar su religión o sus convicciones no puede ser objeto de más
restricciones que las que constituyan medidas necesarias en una sociedad
democrática.

3.2. Concepto

El art 16.1 CE comprende realmente tres distintas libertades:


 Libertad ideológica.
 Libertad religiosa.
 Libertad de culto de los individuos y las comunidades.

La libertad religiosa define una esfera de libertad del individuo que le permite exigir la
abstención del Estado, por un lado, y la protección del mismo contra los ataques de terceros
que vulneren dicho ámbito de inmunidad.

La CE dio paso a un estado aconfesional, tal y como establece el art. 16 CE, al afirmar que
ninguna confesión religiosa tendrá carácter estatal, siendo la consecuencia principal que los
valores, principios e incluso preceptos de ninguna religión pueden servir de parámetro ni de
orientación a la legislación civil, ni aquellos pueden medir la legitimidad de ésta conforme a sus
principios.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 124

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

La libertad religiosa garantiza al sujeto la posibilidad de actuar con total independencia en este
campo y sin injerencias de los poderes públicos (STC 24/1982).

Sin embargo, este principio de aconfesionalidad en la CE es matizado en orden a exigir a los


poderes públicos que tengan en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española,
manteniendo las correspondientes relaciones de cooperación con la Iglesia católica y con las
demás confesiones religiosas.

Así, el Estado ha suscrito Acuerdos con la Santa Sede (03/01/1979) y con otras confesiones.

El principio de aconfesionalidad se manifiesta también en la imposibilidad de reconocer


automáticamente validez a todas las resoluciones dictadas por los tribunales Eclesiásticos.
Ahora tal reconocimiento opera en el marco del acuerdo citado y de las previsiones contenidas
en el CC, como señala la STC 66/1982.

Estos mismos principios impiden que las resoluciones dictadas por los Tribunales eclesiásticos
puedan ser recurridas en amparo ante el TC, ya que tal recurso solo cabe contra actos de los
poderes públicos o de otras instituciones públicas, funcionarios o agentes (STC 265/88).

El TC ha señalado, en STC 20/1990, la importancia que la libertad ideológica tiene para la


correcta configuración del Estado social y democrático de Derecho y los valores superiores que
propugna el art. 1.1 CE.

Tanto la libertad ideológica como la libertad religiosa poseen una amplia proyección en la vida
del individuo tanto en su ámbito interno, lo cual le permitirá enjuiciar la realidad conforme a
sus principios ideológicos o religiosos, como en su vertiente externa, lo que permitirá al sujeto
un ámbito de agere licere, conforme a esos mismos principios, que debe resultar inmune.

Son contrarios a la CE las injerencias de los poderes públicos (STC 120/90) siempre que pueda
acreditarse que los actos perturbadores de la libertad impiden la adopción o el mantenimiento
de unos determinados principios y exista una relación de causalidad suficiente para determinar
la existencia de una verdadera vulneración de la libertad constitucional.

3.3. Titularidad y desarrollo normativo

La titularidad de las libertades reconocidas en el art. 16 CE puede corresponder tanto a las


personas físicas como a las personas jurídicas (STC 19/1983 y STC 64/1988).

La libertad religiosa es un derecho individual pero tiene también una vertiente colectiva en el
derecho de culto, que es el ejercicio externo de la libertad religiosa.

En las relaciones que el Estado debe mantener, por mandato del art. 16.3 CE, con las distintas
confesiones religiosas, el derecho de libertad religiosa aparece como presupuesto tanto de los
Acuerdos celebrados en 1979 entre Iglesia Católica y Estado como de los tres posteriores
Acuerdos con confesiones no católicas.

Todos ellos aparecen redactados en el sentido de tutela de los derechos comunitarios antes
que de los derechos individuales.

La libertad religiosa consagrada en el art. 16 CE ha sido desarrollada por la LO 7/1980 de

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 125

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

libertad religiosa y ha recibido un amplio desarrollo normativo en diversos aspectos, que se


manifiestan en:
 Acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede.
 Acuerdos con otras confesiones: Entidades religiosas evangelistas, comunidades
israelitas, comisión islámica.
 Legislación general: LO 7/1980, RD 142/81, RD 1159/2001.
 Protección penal de la libertad religiosa: LO CP, de los delitos contra la libertad de
conciencia, los sentimientos religiosos (art. 522- 526 CP).
 Derecho de asociación: LO 1/2002 reguladora del derecho de asociación.
 Fundaciones y Entidades sin ánimo de lucro: Ley 49/2002, ley 50/2002 de fundaciones.
 Enseñanza religiosa: LO 8/1985 del derecho a la educación, LO 1/1990 de Ordenación
general del sistema educativo, LO 10/2002 de Calidad de la Educación.
 Asistencia religiosa en las Fuerzas Armadas.
 Asistencia religiosa en centros penitenciarios, sanitarios y educativos.
 Matrimonio contraído en forma religiosa.

3.4. Principios generales de la Ley de libertad religiosa

El art. 16 CE ha sido desarrollado por la LO 7/1980 de Libertad Religiosa. Trata de la libertad


religiosa y de la libertad de culto y, por tanto, no regula la libertad de ideología
constitucionalizada en el art. 16 CE.

El art. 1 de la LOLR establece la obligación del Estado de garantizar el derecho fundamental a la


libertad religiosa y de culto, proclama la igualdad de trato con independencia de las creencias
religiosas, no pudiendo alegar motivos religiosos para impedir a nadie el ejercicio de cualquier
trabajo o actividad o el desempeño de funciones públicas.

El ámbito de libertad religiosa y culto del art. 16 CE se ha desarrollado en el art. 2.1 LOLR, el
cual establece estos derechos a toda persona:
 Profesar las creencias religiosas que libremente elija o no profesar; cambiar de
confesión o abandonar la que tenia, manifestar libremente sus creencias religiosas o la
ausencia de ellas.
 Practicar actos de culto y recibir asistencia religiosa de su propia confesión;
conmemorar festividades, celebrar sus ritos matrimoniales, recibir sepultura digna, y
no ser obligado a practicar actos de culto o recibir asistencia contraria a sus
convicciones personales.
 Recibir e impartir enseñanza e información religiosa de toda índole, elegir para sí y
para los menores no emancipados e incapacitados, bajo su dependencia, dentro y
fuera del ámbito escolar, la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus
propias convicciones.
 Reunirse o manifestarse públicamente con fines religiosos y asociarse.

La libertad de culto queda desarrollada en el apartado 2 del art. 2 citado, que confirma el
derecho de las Iglesias, Confesiones y Comunidades religiosas a establecer lugares de culto o
de reunión con fines religiosos, a designar y formar a sus ministros, a divulgar y propagar su
propio credo, sea en territorio nacional o en el extranjero.

El art. 2.3 LOLR determina que para la aplicación real y efectiva de estos derechos, los poderes
públicos adoptaran las medidas necesarias para facilitar la asistencia religiosa en los
establecimientos públicos, militares, hospitalarios, asistenciales, penitenciarios y otros bajo su
dependencia, así como la formación religiosa en centros docentes públicos.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 126

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

3.5. Límites

Los derechos y libertades no tienen carácter absoluto. Los límites de la libertad religiosa se han
regulado en el art. 3.1 LOLR, que establece como único límite de las mismas la protección del
derecho de los demás al ejercicio de sus libertades públicas y derechos fundamentales, así
como la salvaguardia de la seguridad, de la salud y de la moralidad pública.

Expresamente excluye la LOLR de su ámbito las actividades, finalidades y entidades


relacionadas con el estudio y experimentación de los fenómenos psíquicos o parapsicológicos o
la difusión de valores humanísticos o espirituales u otros fines análogos ajenos a los religiosos.

Lo más relevante jurídicamente es determinar qué entidades no son religiosas y si se


encuentran dentro de lo previsto en este apartado.

IV. El Derecho a no declarar sobre la propia ideología, religión y creencias

En STC 20/1990 afirma el TC que la libertad religiosa comprende la libertad de expresar una
concreta opción confesional en el ámbito social, y a la libertad ideológica le corresponde el
correlativo derecho a expresarla, lo que garantiza el art. 20.1 CE

Este derecho es, pues, una garantía de la propia libertad ideológica, religiosa y de culto que el
art. 16 CE consagra.

Con motivo de la STC 160/1987 el TC señaló que el derecho constitucional a no declarar las
creencias, los principios religiosos e ideologías no resultaba vulnerado cuando el propio sujeto
solicitara una prestación o exención al Estado, como era el caso del objetor para ser eximido de
un deber constitucional.

V. La Objeción de Conciencia

Artículo 30.2 CE:


«La ley fijará las obligaciones militares de los españoles y regulará, con las debidas garantías, la objeción
de conciencia, así como las demás causas de exención del servicio militar obligatorio, pudiendo imponer,
en su caso, una prestación social substitutoria».

5.1. Concepto

Se trata de una demanda estrechamente ligada al ámbito más íntimo de conciencia. Las
libertades ideológica y religiosa tutelan una esfera de autonomía del sujeto profundamente
vinculada a su dignidad personal, «el lugar en donde cada ser humano busca y establece su
relación personal con los valores» con los que cada ser humano quiere comprometerse.

El respeto a esta esfera de autonomía define una de las características esenciales del Estado
democrático, que no puede entenderse exclusivamente como ausencia de coacción sobre el
individuo en materia religiosa o ideológica, sino que también implica la prohibición de que el
Estado influya sobre la formación y existencia de aquellas convicciones.

La objeción de conciencia es «toda pretensión contraria a la ley motivada por razones


axiológicas [naturaleza de los valores y juicios valorativos] (no meramente psicológicas), de
contenido primordialmente religioso o ideológico, ya tenga por objeto la elección menos lesiva

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 127

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

para la propia conciencia entre las alternativas previstas en la norma, eludir el comportamiento
contenido en el imperativo legal o la sanción prevista por su incumplimiento o, aceptando el
mecanismo represivo, lograr la alteración de la ley contraria al personal imperativo ético».

Otra definición, seria el incumplimiento de una obligación legal y de naturaleza personal cuya
realización produciría en el individuo una lesión grave de la propia conciencia o de las creencias
profesadas.

Parece ampliamente aceptado que la objeción de conciencia consiste básicamente en


manifestar la incompatibilidad entre los dictados de la conciencia individual y determinadas
normas del ordenamiento jurídico al que la persona se encuentra sujeta.

Así los elementos necesarios son:


 La existencia de una norma jurídica, con un contenido que pueda afectar a las
creencias religiosas o morales de los individuos, cuyo contenido no puede obviarse sin
incurrir en sanción.
 La existencia de un dictado inequívoco de la conciencia individual opuesto al mandato
jurídico.
 La ausencia en el ordenamiento jurídico de normas que permitan diluir el conflicto
entre la norma y la conciencia individual.
 La manifestación del propio sujeto sobre el conflicto surgido entre la norma y su
conciencia, sin que sea relevante la mera presunción sobre la existencia de conflicto, y
en consecuencia son inválidas las manifestaciones al respecto de terceras personas.

Con todo, la objeción de conciencia no es considerada un derecho fundamental respecto del


cual el Estado quedaría obligado a tutelar y garantizar, sino una forma de dar solución a la
tensión entre la conciencia individual y las normas del Estado.

5.2. El supuesto de objeción de conciencia al servicio militar

La CE sólo ha regulado expresamente un tipo de objeción de conciencia, la del servicio militar.

Actualmente la desaparición del servicio militar obligatorio ha dejado vacío de contenido este
precepto que, sin embargo, en su momento suscitó viva polémica.

La STC 160/1987, apoyándose en una resolución anterior, concluyó que la objeción de


conciencia al servicio militar no era un derecho fundamental (aunque la CE le otorgue la
protección del recurso de amparo), lo cual permitió considerar acorde con la CE el desarrollo
por una ley ordinaria del art. 30.2 CE en este punto. No se reconocía el derecho de ser objetor,
sino un derecho a ser declarado objetor siempre que se cumplieran los requisitos establecidos
en la ley a la que la CE se remite. No estábamos, pues, ante un derecho de la persona sino ante
una causa de la exención del servicio militar.

5.3. Otros posibles supuestos de objeciones de conciencia en la Constitución

La omisión de referencias constitucionales expresas a otros tipos de objeción de conciencia


diferentes a la militar no debe llevarnos a concluir que su incorporación al ordenamiento
jurídico está vedada.

Una determinada conducta individual, aún no reconocida expresamente en la CE como un


derecho autónomo, puede estar comprendida dentro del contenido propio de un derecho

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 128

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

constitucional.

Por otro lado, puede hablarse también de la existencia de derechos con fundamento
constitucional, es decir, derechos que aún no estando presentes expresamente reconocidos en
el texto constitucional, encuentran en otro derecho contemplado expresamente en la CE la
base de su existencia y de su reconocimiento legal.

Los ordenamientos jurídicos no se encuentran preparados para aceptar una amplísima


variedad de tipos de objeción de conciencia que teóricamente podrían presentarse. Así, las
legislaciones, o no la admiten en ningún supuesto, o sólo en materias concretas. Este
comportamiento tiene causa en el temor o desconfianza del legislador ante las consecuencias
que se derivarían de una aceptación amplia de la objeción de conciencia, pues podría poner en
jaque la propia existencia del Derecho y del Estado.

Con respecto a la STC 53/1985, que resolvió el recurso de inconstitucionalidad interpuesto


contra la legislación que despenalizaba ciertos supuestos de aborto, el TC afirmó en relación
con la posible objeción de conciencia de los médicos, que la objeción de conciencia forma
parte del contenido del derecho fundamental a la libertad ideológica y religiosa reconocido en
el art 16.1 CE y, como ha indicado este Tribunal en diversas ocasiones, la Constitución es
directamente aplicable, especialmente en materia de derechos fundamentales.

La LO 2/2010, de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, ha


reconocido la objeción de conciencia en este ámbito: «los profesionales sanitarios
directamente implicados en la interrupción voluntaria del embarazo tendrán el derecho de
ejercer la objeción de conciencia sin que el acceso y la calidad asistencial de la prestación
puedan resultar menoscabadas». Los requisitos de esta decisión profesional son:
 Siempre individual del personal sanitario.
 Directamente implicado en la realización de la interrupción voluntaria de embarazo.
 Debe manifestarse anticipadamente y por escrito.

La Ley prevé que en todo caso «los profesionales sanitarios dispensarán tratamiento y atención
médica adecuados a las mujeres que lo precisen antes y después de haberse sometido a una
intervención de interrupción del embarazo».

En conclusión, en nuestro ordenamiento constitucional no puede darse una única respuesta al


problema de la objeción de conciencia, la cual puede encontrar apoyo, al menos en las
siguientes tesis jurídicas:
 La objeción de conciencia como parte del contenido esencial de las libertades
reconocidas en el art. 16.1 CE, para lo cual es preciso que, además de sus elementos
esenciales, la objeción de conciencia no choque con un deber constitucional de
carácter general (es el caso de la objeción de los médicos al realizar el aborto). En
ausencia de un deber de esta naturaleza, los poderes públicos no pueden obligar a los
ciudadanos a prestaciones que violenten sus conciencias.
 La objeción de conciencia como una exención de obligaciones constitucionales. Es el
caso de la objeción de conciencia del servicio militar, ha sido el ordenamiento positivo
el que, al establecer el deber de defender a España, ha condicionado
inexcusablemente su reconocimiento como exención de tal deber y no como una
esfera de libertad individual.
 Cuando el deber jurídicamente establecido no posea rango constitucional. En estos
casos sólo la necesaria ponderación entre las libertades fundamentales del art. 16.1 CE
en la que la objeción se apoye, y aquel otro precepto constitucional en el que tal deber

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 129

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

jurídico se fundamente, permitirá adoptar una solución acorde con los principios
constitucionales.
 Si la CE no incorpora expresamente la posibilidad de objetar ante un deber
constitucional concreto, su incorporación legal al ordenamiento es difícil ya que habría
que fundamentar dicha excepción. Este seria el caso de la objeción de conciencia fiscal.

Según lo expuesto, estimamos que en nuestro ordenamiento jurídico la objeción no puede


recibir una idéntica regulación, puesto que los diversos tipos de objeción no poseen un único
status constitucional.

5.4. Titularidad

La titularidad de la exención de un deber por reconocimiento de una causa de objeción de


conciencia corresponde exclusivamente a la persona física por tratarse, en todo caso, de
situaciones personalísimas que no pueden darse en el caso de personas jurídicas.

El problema de la titularidad es un problema de límites de derechos, en ocasiones el sujeto


está realmente fuera del supuesto de hecho (límites impropios) o, por razón de circunstancias
concretas, tal derecho puede modularse o, incluso, restringirse legítimamente (límites
directos).

Conforme a esta opinión, se está fuera del concepto de objeción de conciencia (limites
impropios), cuando el presunto titular no sea destinatario de ningún deber jurídico, cuando
carezca de madurez necesaria para poseer conciencia moral, o cuando en el caso concreto no
estemos en presencia de un auténtico conflicto de conciencia.

En cuanto al problema de si los extranjeros pueden ser titulares del derecho o de la exención
en la que la objeción de conciencia consiste, debe contestarse afirmativamente en clara
similitud con lo establecido respecto de las libertades religiosa e ideológica, que les
corresponden en los mismos términos que a los españoles.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 130

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Tema XIV. Libertad y seguridad. Principio de legalidad y Derechos del privado de libertad. La
libertad de circulación y residencia

I. Los Derechos y Libertades del Artículo 17 de la Constitución

Artículo 17 CE:
1. «Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede ser privado de su
libertad, sino con la observancia de lo establecido en este artículo y en los casos y en la forma
previstos en la ley.
2. La detención preventiva no podrá durar más del tiempo estrictamente necesario para la
realización de las averiguaciones tendentes al esclarecimiento de los hechos, y, en todo caso, en
el plazo máximo de setenta y dos horas, el detenido deberá ser puesto en libertad o a
disposición de la autoridad judicial.
3. Toda persona detenida debe ser informada de forma inmediata, y de modo que le sea
comprensible, de sus derechos y de las razones de su detención, no pudiendo ser obligada a
declarar. Se garantiza la asistencia de abogado al detenido en las diligencias policiales y
judiciales, en los términos que la ley establezca.
4. La ley regulará un procedimiento de «habeas corpus» para producir la inmediata puesta a
disposición judicial de toda persona detenida ilegalmente. Asimismo, por ley se determinará el
plazo máximo de duración de la prisión provisional».

II. La Libertad personal y la Seguridad

2.1. La libertad personal: concepto y recepción constitucional

La libertad personal es, en nuestra Constitución, un derecho fundamental, pero también ha


sido considerada por la doctrina como un derecho básico inseparable de la dignidad de la
persona.

La libertad representa la esfera de autonomía que nos permite realizar, mediante decisiones
libres, los propios objetivos vitales.

El TC ha establecido en reiterada jurisprudencia que la libertad constitucionalizada en este


apartado primero del art. 17 CE es la libertad física y que, por tanto, la protección de la misma
radica en la regulación estricta y garantista de los límites a dicha libertad física (detención,
condena o internamiento de otra naturaleza, como los de los menores o los de los incapaces).

Así, en STC 89/1987, el TC entiende que sólo tienen carácter de derecho fundamental las
manifestaciones de la libertad que expresamente se contengan en la CE bajo esta fórmula
jurídica. No existe, según el TC, en el contenido del artículo 17 una manifestación de la libre
autodeterminación de la persona, que según el Alto Tribunal, sí se encuentra en la «libertad»
como valor superior del ordenamiento jurídico del art. 1.1 CE, lo cual la excluye de la
protección jurisdiccional reforzada y, subsidiariamente, del recurso de amparo. La redacción
del art. 17.1 CE reconoce a la persona un ámbito de autodeterminación personal que le
permite actuar sin injerencias de los poderes públicos, garantizándose de manera expresa que
los límites de la libertad, en especial, la detención y, en su caso, la prisión, no se realizaran de
manera abusiva ni arbitraria.

Se trata de una libertad negativa que impide las acciones de los poderes públicos
perturbadoras de ese ámbito de autonomía personal.

El concepto constitucional de libertad personal no está totalmente cerrado, ya que algunos

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 131

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

supuestos no han sido todavía contemplados por el TC. Doctrinalmente, sin embargo, se ha
interpretado el derecho a la libertad casi exclusivamente en relación con la prohibición de la
detención arbitraria. Esta restricción del concepto no se desprendía ni de la liberalidad del
precepto constitucional, ni de una interpretación sistemática del mismo con respecto a otros.

La función que la CE asigna a este derecho adopta una doble faz: por un lado, se reconoce y
tutela un ámbito de autonomía que no puede ser vulnerado y que se configura como un
verdadero derecho público subjetivo y, por otro lado, se establece la obligación de los poderes
públicos de adoptar las medidas necesarias para hacer efectivo dicho derecho (art. 9.2 CE).

2.2. Límites de la libertad personal

El apartado 1º del art. 17 establece en qué marco único pueden regularse los límites a la
libertad personal:
 Con observancia de lo establecido en el art. 17, apartados 2 al 4.
 En los casos y formas previstas por la ley. El TC en STC 341/1993 ha establecido que «el
legislador no puede configurar supuestos de privación de libertad que no
correspondan a la finalidad de protección de derechos, bienes o valores
constitucionalmente reconocidos o que por su grado de indeterminación crearan
inseguridad o incertidumbre insuperable sobre su modo de aplicación efectiva, y
tampoco podría incurrir en falta de proporcionalidad».

Esta doctrina jurisprudencial obliga a fundamentar cualquier restricción o privación de libertad


en estos criterios: protección de derechos, bienes o valores constitucionalmente reconocidos y
criterio de proporcionalidad entre el fin perseguido y la limitación del derecho impuesta.

2.3. Derecho a la seguridad

Como señala la STC 109/1987, la seguridad a la que alude el art. 17.1 CE, no es la seguridad
jurídica contemplada en el art. 9.3 CE, sino la seguridad personal, que se manifiesta en el
derecho de la persona a no soportar perturbaciones procedentes de cualquier medida
gubernativa o policial u otras similares que alteren su tranquilidad (STC 126/1987).

La seguridad personal regulada en este precepto constitucional es un derecho de prestación


que obliga a los poderes públicos a adoptar las medidas precisas y las políticas de seguridad
ciudadana necesarias para garantizar este derecho a toda la población. Como derecho de
carácter personal le corresponde tanto a los nacionales como a los extranjeros, no le
correspondería a las personas jurídicas.

2.4. Detención preventiva y prisión provisional

El art. 17.2 dice: «La detención preventiva no podrá durar más del tiempo estrictamente
necesario para la realización de las averiguaciones tendentes al esclarecimiento de los hechos
y, en todo caso, en el plazo máximo de setenta y dos horas, el detenido deberá ser puesto en
libertad o a disposición de la autoridad judicial».

El plazo de detención puede ser ampliado de manera excepcional respecto de personas


concretas cuando se dieran las circunstancias extraordinarias a las que alude el art. 55.2 CE
(bandas armadas o elementos terroristas).

La puesta a disposición judicial no implica siempre la presencia física del detenido ante el Juez,

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 132

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

sino que basta para que se cumpla el requisito constitucional el que el detenido quede bajo el
control y la decisión del órgano judicial (STC 21/1997).

Como sabemos, en España la detención puede ser:


 Judicial (art. 420,487,494, 683,3 o 785ª LECrim).
 De los cuerpos de seguridad (492 LECrim).
 También puede ordenar la detención preventiva el Ministerio Fiscal (art. 5.II EOMF).
 E incluso puede detener cualquier persona (art. 490 y 491 LECrim).

Creemos, por tanto, que el art. 17.2 se refiere a la detención realizada por los cuerpos y fuerzas
de seguridad. El plazo del art. 17.2 debe entenderse como plazo máximo, pudiendo el
legislador ordinario modular dentro de este plazo.

El art. 496 LECrim estable que «el particular, Autoridad o agente de Policía judicial que
detuviere a una persona en virtud de lo dispuesto en los precedentes artículos, deberá ponerla
en libertad o entregarla al Juez más próximo al lugar en que hubiere hecho la detención dentro
de las veinticuatro horas siguientes al acto de la misma. Si demorare la entrega, incurrirá en la
responsabilidad que establece el Código Penal, si la dilación hubiere excedido de veinticuatro
horas». El art. 520.1.2 LECrim, afirma que «la detención y la prisión provisional deberán
practicarse en la forma que menos perjudique al detenido o preso en su persona, reputación y
patrimonio. La detención preventiva no podrá durar más del tiempo estrictamente necesario
para la realización de las averiguaciones tendentes al esclarecimiento de los hechos. Dentro de
los plazos establecidos en la presente Ley, y, en todo caso, en el plazo máximo de setenta y dos
horas, el detenido deberá ser puesto en libertad o a disposición de la Autoridad judicial». La
obligación de respetar este plazo constitucional de 72 horas, ha sido confirmada por el TC en
abundante jurisprudencia (entre otras, STC 341/1993).

Para los casos incluidos en el art. 55.2 CE, se establece un plazo máximo prorrogable, con
autorización judicial, por otras 48 horas más como máximo (STC 199/1987).

Debemos distinguir esta privación de libertad, aun provisional, de la necesaria presencia física
de una persona en dependencias policiales para la práctica de una diligencia por el tiempo
estrictamente necesario para llevarla a efecto, según estableció la STC 107/1985.

De otra parte, la prisión provisional, contemplada en el art. 17.4 CE («La Ley regulará un
procedimiento de habeas corpus para producir la inmediata puesta a disposición judicial de
toda persona detenida ilegalmente. Asimismo, por la Ley se determinará el plazo máximo de
duración de la prisión provisional».), se refiere a la privación de libertad, también provisional,
pero de carácter más estable y de ámbito temporal mayor que la detención a la que hemos
hecho alusión. Es una medida cautelar y constitucionalmente tiene carácter excepcional en
tanto supone una privación de libertad que no tiene como fin «la simple averiguación de los
hechos o la realización de diligencias» pero tampoco responde al cumplimiento de una
condena.

La jurisprudencia del TC ha variado en orden a la prisión provisional. Primero solicitaba una


motivación judicial adecuada (STC 3/1992), de manera que se llegó a configurar una suerte de
«derecho fundamental» del detenido a no estar en prisión mas tiempo del razonable. Esta
posición jurisprudencial varió en STC 47/2000, donde se planteó la autocuestión de
inconstitucionalidad en relación con los arts. 503 y 504 LECrim, en la medida en que en dichos
artículos no se contenía esa exigencia, es decir, no contemplaban ni exigían, para aplicar esta
medida de prisión provisional, que la misma se adoptara para tutelar un fin

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 133

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

constitucionalmente legítimo.

2.5. Derechos del detenido

El art. 17.3 CE consagra los derechos del detenido, que tienen su fundamento constitucional en
la presunción de inocencia que reconoce el art. 24 CE.
 Derecho a ser informado, de forma inmediata y de manera que le sea comprensible, de
sus derechos y de las razones de su detención.
 Derecho a no declarar, ni a decir la verdad si es imputado. Tal obligación sí existe para
los testigos (delito de falso testimonio). El detenido no esta obligado a declararse
culpable y puede declarar parcialmente.
 Derecho a asistencia de abogado en las diligencias policiales y judiciales, en los
términos que establezca la ley. La relación con el Abogado defensor no podrá
impedírsele mientras estuviere en comunicación. Desarrollado éste en los arts. 520,
523 y 527 LECrim. El art. 24.2 CE declara la tutela judicial efectiva con el significado de
garantía del proceso debido.
 Derecho a ser visitado por un ministro de su religión, por un médico, por parientes o
personas con quienes esté en relación de intereses, o por las que puedan darle sus
consejos, deberá permitírsele con las condiciones prescritas en el reglamento de
cárceles, siempre que no afecte al secreto y éxito del sumario.

2.6. Habeas corpus

Es un procedimiento de garantía de la libertad personal exclusivamente; no alcanza a otros


derechos. Tiene su origen en el Habeas Corpus Amendment Act, inglesa, aprobada en 1679.
Recogida en el art. 17.4 CE, ha sido desarrollada por la LO 6/1984 reguladora del Habeas
Corpus. El procedimiento de Habeas Corpus permite solicitar al Juez o tribunal competente que
lleve a su presencia a una persona detenida, para lo cual el órgano judicial puede instar a la
autoridad policial la puesta a disposición del detenido.

En la exposición de motivos del texto de la ley, se manifiesta que la Ley está presidida por una
pretensión de universalidad, lo cual significa que el procedimiento de Habeas corpus que
regula alcanza no sólo a los supuestos de detención ilegal, sino también a las detenciones que,
aun ajustándose originariamente a la legalidad, se mantengan o se prolonguen ilegalmente o
tengan lugar en condiciones ilegales. Se consideran personas ilegalmente detenidas las
siguientes:
 Las que hubieran sido detenidas por una autoridad, agente, funcionario público o
particular, sin que concurran los supuestos legales, o sin haberse cumplido las
formalidades prevenidas y requisitos exigidos por las leyes.
 Las que estén ilícitamente internadas en cualquier establecimiento o lugar.
 Las que lo estuvieren por plazos superiores al señalado por las leyes si, transcurrido el
mismo, no fuesen puestas en libertad o a disposición del juez más próximo al lugar de
detención.
 Las privadas de libertad a quienes no les sean respetados los derechos que la CE y las
leyes procesales garantizan a toda persona detenida.

Pueden instar el procedimiento de Habeas Corpus:


 El interesado, privado de libertad, su cónyuge o persona unida por análoga relación de
afectividad, descendientes, ascendientes, hermanos y, en su caso, respecto de los
menores y personas incapaces, sus representantes legales.
 El Ministerio Fiscal.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 134

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

 El defensor del pueblo.


 De oficio, el Juez competente.

El procedimiento puede iniciarse de oficio o a instancia de parte legitimada. Procede hacerlo


por medio de escrito o comparecencia, no siendo preceptiva la intervención de Abogado ni de
Procurador. En el escrito debe constar:
 Nombre y circunstancias personales del solicitante y de la persona para la que se
solicita el amparo judicial.
 El lugar en que se halle el privado de libertad, autoridad o persona, bajo cuya custodia
se encuentre, si fueren conocidos, y todas aquellas circunstancias que pudieran
resultar relevantes.
 El motivo concreto por el que se solicita el Habeas Corpus.

El Juez examinará la concurrencia de los requisitos para su tramitación y dará traslado de la


misma al Ministerio Fiscal. Mediante auto, acordará la incoación del procedimiento, o denegará
la solicitud. Dicho auto se notificará al Ministerio Fiscal, en todo caso. Contra la resolución no
cabrá recurso alguno.

En el auto de incoación el Juez ordenará a la autoridad que lo ponga de manifiesto ante él, sin
pretexto o demora alguna, o se constituirá en el lugar donde aquélla se encuentre.

Antes de dictar resolución, oirá el Juez a la persona privada de libertad o a su representante


legal y Abogado, así como al Ministerio Fiscal. El Juez admitirá las pruebas que aporten las
personas.

La característica más notable de esta institución de garantía es la rapidez con que se completa
el procedimiento ya que, en el plazo de 24 horas contadas desde que sea dictado el auto de
incoación, el Juez practicará todas las actuaciones:
 Si estima que no se da ninguna de las circunstancias previstas en la Ley, acordará el
archivo de las actuaciones, declarando ser conforme a Derecho la privación de libertad
y las circunstancias en que se está realizando.
 Si estima que concurren algunas de las circunstancias previstas en la Ley, se acordará
en el acto alguna de las siguientes medidas:
o La puesta en libertad.
o Que continúe la situación de privación de acuerdo con disposiciones legales
aplicables al caso, pero si lo considerase necesario, en establecimiento distinto,
o bajo custodia de personas distintas.
o Que la persona privada de libertad sea puesta inmediatamente a disposición
judicial, si ya hubiere transcurrido el plazo legalmente establecido para su
detención.

Concluidas las actuaciones tendentes a la tutela de la libertad personal del afectado, el Juez
deducirá testimonio para la persecución y castigo de los delitos que hayan podido cometerse.
En los casos de delito de denuncia falsa o simulación de delito, se procederá a las acciones
pertinentes al efecto de determinar las responsabilidades penales correspondientes. De otra
parte, si el Juez apreciara temeridad o mala fe por parte del solicitante de Habeas Corpus, será
condenado al pago de las costas del procedimiento; si no hubiera lugar a mala fe o temeridad,
las costas se declararán de oficio.

III. Los Derechos del Artículo 25 de la Constitución

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 135

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II
Artículo 25 CE:
1. «Nadie puede ser condenado o sancionado por acciones u omisiones que en el momento de
producirse no constituyan delito, falta o infracción administrativa, según la legislación vigente
en aquel momento.
2. Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la
reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados. El condenado a pena
de prisión que estuviere cumpliendo la misma gozará de los derechos fundamentales de este
Capítulo, a excepción de los que se vean expresamente limitados por el contenido del fallo
condenatorio, el sentido de la pena y la ley penitenciaria. En todo caso, tendrá derecho a un
trabajo remunerado y a los beneficios correspondientes de la Seguridad Social, así como al
acceso a la cultura y al desarrollo integral de su personalidad.
3. La Administración civil no podrá imponer sanciones que, directa o subsidiariamente, impliquen
privación de libertad».

El art. 25 CE incorpora, por un lado, el principio de legalidad respecto de los delitos, faltas o
infracciones administrativas y, por otro, los derechos de los privados de libertad y la prohibición
de imponer penas de privación de libertad por parte de la administración civil.

3.1. El principio de legalidad

Consagrado en el art. 25.1 CE es, además, reserva de LO en los supuestos en los que esté
afectada la libertad personal y el propio desarrollo del art. 25 por aplicación de lo establecido
en el art. 81.1 CE. En otros supuestos, la mención a la reserva de ley puede verse cumplida con
la aprobación de una norma con rango de Ley, como un Decreto Legislativo, o un Decreto ley.

El principio de legalidad, como manifestación del principio de reserva de ley, es una garantía de
la libertad y de la seguridad constitucionalizadas.

3.2. Derechos del privado de libertad

El art. 25 declara que las penas privativas de libertad y las mediadas de seguridad deben estar
orientadas a la reeducación y reinserción social. Este precepto prohíbe, además, los trabajos
forzados. La reinserción social del penado debe presidir la política penitenciaria.

La situación de privación de libertad no restringe los derechos fundamentales recogidos por la


CE, salvo que la sentencia condenatoria prevea expresamente la limitación de alguno de ellos;
o se deriven del sentido de la pena.

El TC ha sentenciado que no todo el contenido del art. 25 CE tiene naturaleza de derecho


fundamental.

IV. La Libertad de Circulación

Artículo 19 CE:
«Los españoles tienen derecho a elegir libremente su residencia y a circular por el territorio nacional.
Asimismo, tienen derecho a entrar y salir libremente de España en los términos que la ley establezca. Este
derecho no podrá ser limitado por motivos ideológicos o políticos».

4.1. Concepto

Estos derechos han ido progresivamente emancipándose de un genérico concepto de la


libertad personal y de las libertades de comercio e industria. Han tenido también
reconocimiento internacional.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 136

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Estas libertades reconocen al ciudadano «circular, residir y establecerse, ya sea transitoria o


establemente en cualquier parte del territorio nacional, sin más limitaciones que las previstas
en términos generales por la Ley. Límites que se refieren a razones de sanidad y seguridad
pública, con exclusión expresa de cualquier tipo de motivaciones políticas».

Para A. Rodríguez Díaz, el artículo 19 CE, reconoce tres derechos distintos:


 Elegir libremente la residencia.
 Entrar y salir libremente de España.
 Circular libremente por el territorio nacional.

La libertad de circulación: es la libertad de movimientos dentro de un ámbito geográfico


concreto.

La libertad de residencia: comprende el lugar donde una persona se asienta establemente y


desarrolla sus relaciones vitales.

El TC se ha planteado la afectación de estos derechos con ocasión del planteamiento de


diversas cuestiones de inconstitucionalidad sobre la redacción dada al art. 57.2 CP por LO
15/2003. Las cuestiones de inconstitucionalidad se referían a la imposición obligatoria de la
pena de prohibición de aproximación a la víctima y de la suspensión del derecho de visitas
respecto de los hijos, sin atender a los presupuestos de gravedad y peligrosidad, prescindiendo
de la solicitud o deseo de la víctima y demás familiares y con independencia de la existencia de
una amenaza real o potencial a su integridad.

4.2. Titularidad

Atribuye la titularidad a los españoles. Sin embargo, los extranjeros lo poseen en los términos
señalados en el art. 13.1 CE.

En lo que respecta a las personas jurídicas, cabe rechazarla respecto de la libertad de


circulación, que es en realidad la libertad de movimiento físico de las personas.

Un sector doctrinal les niega la titularidad del derecho, al entender que la protección de su
sede y domicilio debe realizarse a través del derecho de asociación y libertad de empresa.

4.3. Límites a la libertad de circulación y residencia

Las libertades pueden ser restringidas en los supuestos de declaración del estado de excepción
o de sitio. Igualmente pueden ser limitadas por el ejercicio de otro derecho (huelga), por ser
menor de edad o incapaz y estar sometido a la propia potestad o a la tutela, y en todos los
supuestos de restricción o privación de libertad derivados de acciones policiales y/o judiciales
previstas en la ley.

La libertad de circulación y residencia no comprende la libre circulación y asentamiento por


zonas privadas sin autorización del propietario y por zonas públicas de acceso restringido.

Ninguna autoridad puede adoptar medidas que directa o indirectamente obstaculicen la


libertad de circulación y establecimiento de las personas.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 137

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Tema XV. El Derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen. Inviolabilidad del domicilio
y secreto de las comunicaciones

I. Los Derechos del Artículo 18 de la Constitución: significado constitucional

Artículo 18 CE:
1. «Se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.
2. El domicilio es inviolable. Ninguna entrada o registro podrá hacerse en él sin consentimiento del
titular o resolución judicial, salvo en caso de flagrante delito.
3. Se garantiza el secreto de las comunicaciones y, en especial, de las postales, telegráficas y
telefónicas, salvo resolución judicial.
4. La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y
familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos».

Los derechos recogidos en el artículo 18 de la Constitución protegen la esfera más privada del
individuo.

De entre ellos, los dos principales son el derecho a la intimidad y el derecho al honor, ya que la
inviolabilidad del domicilio, el secreto de las comunicaciones y la limitación de la informática
pueden considerarse derivados o comprendidos en el derecho a la intimidad, mientras que el
derecho a la imagen parece ubicarse en el ámbito del derecho al honor. De otra parte, el
legislador ordinario ha desarrollado los derechos contemplados en el apartado 1º del art. 18 en
una sola norma, la Ley Orgánica 1/1982 de 5 de mayo, de protección civil del derecho al honor,
a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen. Las constituciones históricas españolas
no recogieron el derecho al honor ni a la intimidad personal, aunque si se refirieron en algún
caso a la inviolabilidad del domicilio y de la correspondencia.

El derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen han sido tomadas en consideración


como fundamento para legislar sobre aspectos que tutelan en general un ámbito general de
privacidad, en la que la persona no puede verse perturbado por acciones de terceros o de los
poderes públicos (por ej., ruido y molestias vecinales).

II. El Derecho al Honor

2.1. Concepto y titularidad

Es uno de los derechos de la personalidad, inherente a la dignidad de la persona, que define un


ámbito de la vida del individuo inmune a las perturbaciones de los poderes públicos y terceros.
Rechaza cualquier intromisión no autorizada en al ámbito de su vida personal.

Es un concepto dependiente de normas, valores e ideas sociales vigentes en cada momento y


que responde a lo que denominamos «concepto jurídico indeterminado». El derecho al honor
puede tener una significación relativa y ser valorado de manera diferente en razón de los
grupos sociales, relatividad que influye en su régimen jurídico.

Se relaciona con la reputación y fama de una persona, su prestigio profesional o su dignidad


personal: «la protección civil del honor quedará delimitada por las leyes y usos sociales que
mantenga cada persona reservado para sí misma o su familia».

La caracterización conceptual del derecho al honor se ha visto completada con tres elementos
definitorios de su contenido incorporados por la jurisprudencia del TC:
 Intima conexión entre derecho al honor y dignidad de la personal.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 138

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

 Carácter personal que hace de este derecho un derecho individual. El TC aceptó que las
personas jurídicas eran portadoras de prestigio y autoridad moral, conceptos no
equiparables al honor pero merecedores de protección.
 Valoración de su posible vulneración en relación con la actividad profesional o laboral
del recurrente o proyección pública.

2.2. Derecho al honor, libertad de expresión y derecho a la información

Frecuentemente se producen conflictos entre el ejercicio de la libertad de expresión y el


derecho a la información y el derecho al honor.

El TC definió los parámetros de análisis en los casos de colisión de estos derechos y que algún
autor clasifica de la siguiente manera:
 La no existencia de derechos fundamentales absolutos, ni de límites absolutos a estos.
 La delimitación de los derechos enfrentados, distinguiendo entre la libertad de
información y de expresión, por un lado, y el derecho al honor, a la intimidad personal
y familiar y a la propia imagen, por otro.
 La importancia de los criterios de ponderación.
 La especial consideración que debe tener en estos caso el animus iniuriandi (intención
de injuriar).

Para resolver los conflictos entre el derecho al honor y la libertad de expresión o el derecho a la
información, la jurisprudencia constitucional ha acuñado tres criterios convergentes:
 Valorar el tipo de libertad ejercitada, tomando en consideración, en todo caso, el papel
preponderante del derecho a la información en las sociedades democráticas.
 Considerar el interés público de la información en los casos de conflicto entre el
derecho a la información y el derecho al honor.
 La condición de personaje público de quien alega la vulneración de su derecho al
honor, que puede verse aminorada.

En suma, el conflicto entre el derecho al honor y la libertad de expresión y el derecho a la


información se resuelve ponderadamente según los casos, aunque, cuando el conflicto implica
al derecho a la información, la posición prevalente de este derecho en las sociedades
democráticas actuales en función de su contribución a la formación de la opinión pública,
inclina frecuentemente la balanza a su favor.

III. Derecho a la Intimidad Personal

3.1. Concepto

El derecho a la intimidad personal y familiar está regulado en el reiterado art. 18.1 CE.

El derecho a la intimidad personal y familiar permite al sujeto mantener fuera de la acción y


conocimiento de terceros su ámbito personal y familiar.

El art. 18.1 CE, contiene 3 derechos interrelacionados pero distintos, «entre los que el derecho
a la intimidad formulado genéricamente destaca claramente sobre los demás». En todo caso,
nos encontramos ante una esfera de lo más intimo y personal del sujeto que éste tiene
derecho a reservarse para sí mismo.

Como ya sucediera con el derecho al honor, ni la Constitución ni la Ley Orgánica definen en qué

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 139

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

consiste la intimidad. Debemos, pues, acudir a la interpretación que se ha hecho de este


derecho y a sus implicaciones y relaciones con otros bienes y derechos para concretar su
alcance.

3.2. Titularidad

Las personas físicas, nacionales o extranjeras, son titulares del derecho a la intimidad.

Por las peculiaridades de este derecho, conviene distinguir entre la persona física privada y
aquella que posee cierta relevancia pública. En estos casos, el derecho a la intimidad puede
verse matizado. Igualmente, la extrema dificultad de otorgar la titularidad del derecho a la
intimidad a las personas jurídicas, ya que estas no son titulares de derechos de la personalidad
y no tienen ámbito de vida privada personal o familiar que pudiera ser hipotéticamente
vulnerado.

IV. Derecho a la Propia Imagen

4.1. Concepto

El derecho a la propia imagen confiere el derecho a controlar la difusión del aspecto más
externo, el de la figura humana, carta de presentación de una persona en su entorno social.

El derecho a la propia imagen acompaña, en el apartado 1 del art. 18 CE, a los derechos al
honor y a la intimidad de los que se ha tratado anteriormente. Este derecho es, en cierta
medida, una manifestación tanto del derecho al honor como del derecho a la intimidad
personal, ya que la propia imagen, la figura física de un individuo, son la carta de presentación
de una persona en su entorno social. Por ello, la perturbación de su imagen puede dañar
también su honor. El uso de la imagen de una persona sin su autorización puede vulnerar el
derecho a su intimidad. El derecho a la propia imagen comprende, en suma, el derecho a
controlar la difusión del aspecto más externo, el de la figura humana. El derecho a la propia
imagen se configura como una parte esencial del individuo a la que el ordenamiento atribuye
carta de eficacia jurídica con efectos erga omnes [«respecto de todos» o «frente a todos»].

4.2. Titularidad

La persona física es titular del derecho a la propia imagen.

Como en los supuestos anteriores de derechos de la personalidad, la titularidad del derecho a


la propia imagen le corresponde a la persona física que es quien tiene imagen física en sentido
estricto. Como ha señalado la doctrina, las personas jurídicas no son titulares de este derecho
por las connotaciones físicas que el mismo tiene.

4.3. Relevancia de la actividad del sujeto

El TC ha confirmado que debe tomarse en consideración la actividad profesional, laboral o


relevancia pública de la persona que alega la violación de su derecho como uno de los criterios
para ponderar el derecho a la propia imagen con la libertad de expresión y el derecho a la
información.

El TC ha aceptado otros recursos de amparo en cuya ponderación el derecho a la propia


imagen del recurrente prevaleció sobre el derecho a la información (como la STC 72/2007 en el

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 140

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

que un policía denunció a «Diario 16» por intromisión a su derecho a la imagen mientras
estaba realizando su labor pública en un desalojo. El TC desestimo la demanda alegando que se
trata de una persona en el ejercicio de un cargo público (art. 8.2 LO)).

V. La Ley Orgánica 1/1982, de 5 de Mayo, de protección civil del Derecho al honor, a la


intimidad personal y familiar y a la propia imagen

La Ley Orgánica 1/1982, de 5 de mayo, de protección civil del derecho al honor, a la intimidad
personal y familiar y a la propia imagen, desarrolla los derechos contenidos en el artículo 18
CE.

No se aprecia vulneración de estos derechos cuando haya consentimiento por parte del sujeto,
consentimiento que puede ser revocado en cualquier momento.

El art. 7 de la Ley Orgánica detalla los actos que pueden tener la consideración de
intromisiones ilegítimas de conformidad con lo regulado por la propia ley.

Tendrán la consideración de intromisiones ilegítimas en el ámbito de protección delimitado por


el artículo 2 de esta ley:
a) El emplazamiento en cualquier lugar de aparatos de escucha, de filmación, de
dispositivos ópticos o de cualquier otro medio apto para grabar o reproducir la vida
íntima de las personas.
b) La utilización de aparatos de escucha, dispositivos ópticos, o de cualquier otro medio
para el conocimiento de la vida íntima de las personas o de manifestaciones o cartas
privadas no destinadas a quien haga uso de tales medios, así como su grabación,
registro o reproducción.
c) La divulgación de hechos relativos a la vida privada de una persona o familia que
afecten a su reputación y buen nombre, así como la revelación o publicación del
contenido de cartas, memorias u otros escritos personales de carácter íntimo.
d) La revelación de datos privados de una persona o familia conocidos a través de la
actividad profesional u oficial de quien los revela.
e) La captación, reproducción o publicación por fotografía, filme, o cualquier otro
procedimiento, de la imagen de una persona en lugares o momentos de su vida
privada o fuera de ellos, salvo los casos previstos en el artículo 8.2. En particular, el
derecho a la propia imagen no impedirá:
 Su captación, reproducción o publicación por cualquier medio cuando se trate de
personas que ejerzan un cargo público o una profesión de notoriedad o proyección
pública y la imagen se capte durante un acto público o en lugares abiertos al
público.
 La utilización de la caricatura de dichas personas, de acuerdo con el uso social.
 La información gráfica sobre un suceso o acaecimiento público cuando la imagen
de una persona determinada aparezca como meramente accesoria.
 Las excepciones contempladas en los párrafos 1) y 2) no serán de aplicación
respecto de las autoridades o personas que desempeñen funciones que por su
naturaleza necesiten al anonimato de la persona que las ejerza.
f) La utilización del nombre, de la voz o de la imagen de una persona para fines
publicitarios, comerciales o de naturaleza análoga.
g) La imputación de hechos o la manifestación de juicios de valor a través de acciones o
expresiones que de cualquier modo lesionen la dignidad de otra persona,
menoscabando su fama o atentando contra su propia estimación.
h) La utilización del delito, por el condenado en sentencia penal firme, para conseguir

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 141

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

notoriedad pública u obtener provecho económico o divulgación de datos falsos sobre


hechos delictivos.

Los apartados e) y f), incorporan límites del derecho a la propia imagen en torno a dos ejes:
 La esfera reservado que el sujeto haya salvaguardado para si y su familia conforme a
los usos sociales.
 La relevancia o interés público de la persona cuya imagen se reproduce. El derecho a la
imagen no comprende un derecho absoluto al anonimato (STC 99/1994).

La tutela judicial comprenderá la adopción de todas las medidas necesarias para poner fin a la
intromisión ilegítima de que se trata y, en particular, las necesarias para:
 El restablecimiento del perjudicado en el pleno disfrute de sus derechos, con la
declaración de la intromisión sufrida, el cese inmediato de la misma y la reposición del
estado anterior. En caso de intromisión en el derecho al honor, el restablecimiento del
derecho violado incluirá, sin perjuicio del derecho de réplica por el procedimiento
legalmente previsto, la publicación total o parcial de la sentencia condenatoria a costa
del condenado con al menos la misma difusión pública que tuvo la intromisión sufrida.
 Prevenir intromisiones inminentes o ulteriores.
 La indemnización de los daños y perjuicios causados.
 La apropiación por el perjudicado del lucro obtenido con la intromisión ilegítima en sus
derechos.

La vulneración de los derechos al honor, a la intimidad y a la propia imagen, permiten la


obtención de una indemnización. La ley establece la presunción de perjuicio a efectos de
indemnización siempre que se acredite la intromisión ilegítima.

Para valorar dicha indemnización el órgano judicial también tendrá en cuenta el beneficio que
haya obtenido el causante de la lesión como consecuencia de la misma.

VI. Libertad informática y protección de datos: el reconocimiento jurisprudencial del Derecho


a la protección de datos

El Estado precisa de gran parte de esta información para cumplir sus fines, pero un uso abusivo
o incontrolado puede generar la vulneración de los derechos de la persona.

La limitación del uso de la informática para la protección del honor y de la intimidad personal y
familiar ha sido considerada por el Tribunal Constitucional como una garantía constitucional de
otros derechos, y como un derecho fundamental frente a las potenciales agresiones a la
dignidad y a la libertad de la persona provenientes de un uso ilegítimo del tratamiento
mecanizado de datos.

La protección del derecho a la intimidad de los ciudadanos recogida en el art. 18 CE, requiere
que estos puedan conocer la existencia y los rasgos de aquellos ficheros automatizados donde
las administraciones públicas conservan datos de carácter personal que les conciernen, así
como cuales son esos datos personales en poder de las autoridades; sólo así podrán ejercer su
derecho a controlar sus propios datos.

La Ley debe proteger este derecho regulando las debidas garantías.

El derecho al control de los datos de carácter personal se ha fundamentado en el derecho a la


intimidad personal y familiar y ha sido desarrollado por diversas normas nacionales e

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 142

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

internacionales. La Directiva 95/46/CE, del Parlamento y del Consejo, contiene los principios
que han pasado a la vigente ley de protección de datos de carácter personal de 1999, la cual
podemos sintetizar en los siguientes puntos:
 La tutela se atribuye y organiza al margen de la distinción público-privado.
 La toma en consideración acerca de si el tratamiento de datos es automatizado o no.
 Las reglas de protección y tutela en función de que los datos se obtengan con
consentimiento del afectado o sin él.
 La relevancia máxima del consentimiento.
 Las medidas para que el sujeto recupere el control sobre la información que le afecte,
cuando dicha información hubiere sido obtenida por terceros sin su consentimiento.
Para ello se reconoce al sujeto:
o El derecho a ser informado de la recogida de los datos personales.
o El derecho a oponerse a que sean tratados y almacenados.

La Directiva incorporó un doble fin: la protección de los derechos de los afectados, por un lado,
y la libre circulación de datos personales por otra.

VII. La Inviolabilidad del Domicilio

7.1. Concepto

La Constitución declara que el domicilio es inviolable, y prohíbe la entrada de cualquier


persona en el mismo sin autorización del titular salvo que se cuente con la correspondiente
autorización judicial.

La intangibilidad domiciliaria protege el espacio en el cual el individuo vive, sin estar sujeto
necesariamente a los usos y convenciones sociales, y ejerce su libertad más íntima.

El concepto de domicilio que figura en este precepto no coincide exactamente con el regulado
por otras normas, por ejemplo, en el artículo 40 del CC. La Constitución protege mediante esta
inviolabilidad domiciliaria los ámbitos en que se desarrolla gran parte de la vida privada de la
persona. Existe un nexo muy fuerte entre la inviolabilidad del domicilio y el derecho a la
intimidad mencionado en el art. 18 CE. Se pueden considerar domicilios algunas propiedades
que no son exactamente una casa o un piso, por ejemplo unos terrenos privados, una tienda
de campaña, la habitación de un hotel, etc.

7.2. Titularidad

Titulares de este derecho pueden ser tanto las personas físicas como las personas jurídicas.

7.3. Supuestos de entrada en el domicilio

La inviolabilidad del domicilio se excepciona cuando medie autorización del titular, en caso de
flagrante delito o mediante resolución judicial.

En el caso de autorización judicial, ésta debe ser previa a la entrada en el domicilio y no


subsiguiente.

Para las actividades que puedan afectar a la inviolabilidad del domicilio y al secreto de las
comunicaciones, la Constitución española exige en su art. 18 autorización judicial.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 143

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

El Juez debe comprobar:


 Que el interesado es el titular del domicilio en el que se autoriza la entrada.
 Que el acto cuya ejecución se pretende tiene una apariencia de legalidad.
 La entrada es necesaria para aquélla y que la misma se lleve a cabo de tal modo que no
se produzca más limitaciones al derecho.
 Que figuran de manera precisa los aspectos temporales de la entrada, pues no puede
quedar a la discrecionalidad unilateral de la Administración el tiempo de su duración.

7.4. Protección penal

Los artículos 202 a 204 del Código Penal español regulan los delitos de allanamiento de
morada, domicilio de personas jurídicas y establecimientos abiertos al público.
 202 CP: El particular que, sin habitar en ella, entrare en morada ajena o se mantuviere
en la misma contra la voluntad de su morador, será castigado con la pena de prisión de
seis meses a dos años. Si el hecho se ejecutare con violencia o intimidación la pena
será de prisión de uno a cuatro años y multa de seis a doce meses.
 203 CP: Será castigado con las penas de prisión de seis meses a un año y multa de seis
a diez meses el que entrare contra la voluntad de su titular en el domicilio de una
persona jurídica pública o privada, despacho profesional u oficina, o en
establecimiento mercantil o local abierto al público fuera de las horas de apertura. Será
castigado con la pena de prisión de seis meses a tres años, el que con violencia o
intimidación entrare o se mantuviere contra la voluntad de su titular en el domicilio de
una persona jurídica pública o privada, despacho profesional u oficina, o en
establecimiento mercantil o local abierto al público.
 204 CP: La autoridad o funcionario público que, fuera de los casos permitidos por la
Ley y sin mediar causa legal por delito, cometiere cualquiera de los hechos descritos en
los dos artículos anteriores, será castigado con la pena prevista respectivamente en los
mismos, en su mitad superior, e inhabilitación absoluta de seis a doce años.

El art. 534, establece penas de multa de 6 a 12 meses e inhabilitación especial para empleo o
cargo publico de 2 a 6 años a la autoridad o funcionario público que sin respetar las garantías
constitucionales o legales:
 Entre en domicilio sin consentimiento del morador.
 Registre los papeles o documentos de una persona o los efectos que se hallen en su
domicilio.
 Si no devolviera al dueño los papeles o documentos, las penas serán las de
inhabilitación especial para empleo o cargo público de 6 a 12 años y multa de 12 a 24
meses (más la pena que pudiera corresponderle por apropiación).

Además, si la autoridad comete cualquier vejación injusta o daño innecesario en sus bienes,
será castigado con las penas previstas para estos hechos en su mitad superior, y además, con la
pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de 2 a 6 años.

VIII. El Secreto de las Comunicaciones

8.1. Concepto

Este derecho otorga al sujeto la posibilidad de mantener fuera del conocimiento de otros las
comunicaciones realizadas por cualquier medio, aunque, especialmente, las realizadas por vía
postal, telegráfica y telefónica.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 144

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Este derecho también comprende el de la comunicación por e-mail, en opinión de la autora.

El secreto de las comunicaciones queda violado tanto si se intercepta materialmente la


comunicación, como si se toma conocimiento del contenido aunque el mensaje llegue a su
destinatario. Por otro lado, el derecho al secreto de las comunicaciones cubre tanto el
contenido del mensaje o de la comunicación como otros datos que son igualmente relevantes
en el contexto de dicha comunicación, como por ejemplo, la identidad de los interlocutores.
Por tanto, toda comunicación es secreta aunque no necesariamente sea íntima o relevante.

8.2. Titularidad

Tanto las personas físicas como jurídicas son titulares de este derecho.

Las personas jurídicas no hablan materialmente por teléfono ni escriben cartas directamente,
pero sí reciben correspondencia, y sus agentes, las personas físicas que actúan por ellas, sí
realizan esas actividades en relación con las funciones de dichas personas.

En cuanto a las personas físicas, el derecho al secreto de las comunicaciones le corresponde


también a los menores de edad en el ámbito familiar, aunque la doctrina se ha manifestado a
favor de reconocer también el derecho de los padres a controlar las comunicaciones de sus
hijos en atención a las obligaciones derivadas del art. 39 CE e, incluso, del derecho de los
menores a la educación (art. 27 CE).

8.3. Protección penal

El secreto de las comunicaciones goza también de protección penal. El art. 535 CP establece:
«La autoridad o funcionario público que, mediando causa por delito, interceptare cualquier
clase de correspondencia privada, postal o telegráfica, con violación de las garantías
constitucionales o legales, incurrirá en la pena de inhabilitación especial para empleo o cargo
público de dos a seis años. Si divulgara o revelara la información obtenida, se impondrá la pena
de inhabilitación especial, en su mitad superior, y, además, la de multa de seis a dieciocho
meses».

El art. 536 CP establece: «La autoridad, funcionario público o agente de éstos que, mediando
causa por delito, interceptare las telecomunicaciones o utilizare artificios técnicos de escuchas,
transmisión, grabación o reproducción del sonido, de la imagen o de cualquier otra señal de
comunicación, con violación de las garantías constitucionales o legales, incurrirá en la pena de
inhabilitación especial para empleo o cargo público de dos a seis años. Si divulgare o revelare la
información obtenida, se impondrán las penas de inhabilitación especial, en su mitad superior
y, además, la de multa de seis a dieciocho meses».

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 145

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Tema XVI. Libertad de expresión, Derecho a la información, Derecho a la educación y Libertad


de enseñanza

I. Los Derechos y Libertades del Artículo 20 de la Constitución

Artículo 20 CE:
1. «Se reconocen y protegen los derechos:
a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra,
el escrito o cualquier otro medio de reproducción.
b) A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica.
c) A la libertad de cátedra.
d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La ley
regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de
estas libertades.
2. El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa.
3. La ley regulará la organización y el control parlamentario de los medios de comunicación social
dependientes del Estado o de cualquier ente público y garantizará el acceso a dichos medios de
los grupos sociales y políticos significativos, respetando el pluralismo de la sociedad y de las
diversas lenguas de España.
4. Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título, en los
preceptos de las leyes que lo desarrollen y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad,
a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia.
5. Sólo podrá acordarse el secuestro de publicaciones, grabaciones y otros medios de información
en virtud de resolución judicial».

El art. 20 CE reconoce y regula un conjunto de derechos y libertades que se refieren al


fenómeno de la comunicación tanto privada como pública, y tanto individual como social.

En STC 6/1988, ha señalado que el art. 20 CE, no sólo garantiza derechos subjetivos, sino la
misma existencia de una comunicación pública libre. Se incluye, además en este artículo la
libertad de cátedra como una forma de libertad de expresión calificada por el contenido.

Por su ubicación, estos derechos gozan de las garantías reforzadas de los demás derechos y
libertades.

La complejidad del art. 20 CE requería un desarrollo legislativo que habilitara técnicamente su


ejercicio.

II. La Libertad de Expresión

2.1. Concepto

La importancia capital que la libertad de expresión ha tenido, y sigue teniendo, en la


configuración y desarrollo de las sociedades democráticas ha sido destacada tanto por las
jurisdicciones constitucionales como por el Tribunal Europeo de Derechos humanos.

Se ha señalado su imprescindibilidad en orden a configurar una opinión pública libre, ya que


sin libertad de expresión no puede haber participación genuina de los miembros de la sociedad
en la toma de decisiones políticas.

Se ha indicado su potencialidad como elemento de realización personal; de ahí que la libertad


de expresión se relacione con otras libertades igualmente básicas, como la libertad de
conciencia, de opinión o de religión.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 146

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

La libertad de expresión ha sido considerada como una libertad de segunda generación.

La libertad de expresión, por su carácter básico, está más cercana a la primera generación de
derechos, aunque su transformación permita su ubicación en la segunda generación.

La libertad de expresión es la piedra de toque de todo régimen político. La libertad de


expresión permite al sujeto manifestar ideas, pensamientos, ideologías, creencias y opiniones a
terceros, ya sea en ámbitos privados o particulares, ya se realicen con mayor publicidad y ante
un colectivo amplio. Es una clásica libertad que demanda, en primer lugar, la abstención de los
poderes públicos y, de otro lado, su protección contra los posibles ataques de terceros.

El TC, ha definido que la libertad de expresión tiene por objeto «pensamientos, ideas y
opiniones, concepto amplio dentro del que deben incluirse también las creencias y los juicios
de valor», y debe ser diferenciada del derecho a la información, que se refiere al acto de
transmitir información, con el requisito de que ésta sea veraz.

Así, según STC 223/1992, el art. 20 CE incorpora dos distintos derechos, de una parte la
libertad de expresión, que cobija pensamientos, ideologías y opiniones, y de otra el derecho a
la información en una doble dirección, comunicarla y recibirla.

La veracidad es totalmente irrelevante en los mensajes y comunicaciones que se amparan en la


libertad de expresión. Las opiniones y los juicios de valor no pueden someterse a prueba de
veracidad alguna. Al respecto ha afirmado el TC (STC 223/1992) que mientras los hechos, por
su materialidad, son susceptibles de prueba, los pensamientos, ideas, opiniones o juicios de
valor no se prestan, por su naturaleza abstracta, a una demostración de su exactitud.

2.2. Titularidad

La titularidad corresponde a la persona física, pero también a las personas jurídicas. Le


corresponde a todos los ciudadanos y les protege frente a cualquier injerencia de los poderes
públicos, e incluso frente a la propia ley en cuanto ésta intente fijar otros límites que los que la
propia CE admite (STC 6/1981). Se considera un derecho de los ciudadanos frente al poder.

2.3. Posición preferente de la libertad de expresión y del derecho a la información

El TC ha acuñado la doctrina de la posición preferente de la libertad de expresión y del derecho


a la información en su concurrencia con otros derechos (en especial con el derecho al honor).

La jurisprudencia del TC ha indicado que el valor preponderante de las libertades del art. 20 CE
sólo puede ser apreciado y protegido cuando se ejercitan en conexión con asuntos que son de
interés general, por las materias y por las personas y que contribuyan a la formación de la
opinión pública (STC 107/1988).

Las libertades del art. 20 CE, no sólo son derechos fundamentales de cada persona, sino que
también significan el reconocimiento y garantía de la opinión pública libre, que es una
institución ligada de manera inescindible al pluralismo político, valor esencial del estado
democrático.

III. El Derecho a la Información

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 147

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

3.1. Concepto

El derecho a la información comprende la transmisión de datos y noticias veraces.

El requisito de veracidad es esencial en su configuración jurídica, como reiteradamente ha


señalado el TC (entre otras, STC 6/1988).

El derecho a la información participa tanto de los caracteres de los derechos sociales como de
las libertades clásicas, diferenciándose la libertad de expresión del derecho a la información
por configurarse como una suerte de deber de informar que afecta más directamente a los
profesionales de la información y a las empresas informativas.

Se establece un específico deber de diligencia al informador, a quien se le puede exigir que lo


que transmita como hechos haya sido objeto de previo contraste con datos objetivos. En el
caso de que no se cumpla este deber de diligencia, se priva al que así hubiera actuado de la
garantía constitucional prevista en el art. 20.1.d CE, pues, al fin, se trata de una actuación que
vulnera el derecho de todos a la información cierta.

El ordenamiento constitucional no presta tutela a una conducta negligente, ni menos aún,


afirma el TC, a la de quien comunique como hechos simples rumores o invenciones, pero sí
ampara, en su conjunto, la información rectamente obtenida y difundida, aun cuando su total
exactitud sea controvertible.

El apartado 3 del art. 20 CE, remite a la ley la regulación de la organización y el control


parlamentario de los medios de comunicación social dependientes del Estado o otros entes
públicos.

3.2. Condiciones de ejercicio del derecho a la información

El ejercicio autónomo de la libertad de expresión queda matizado en el caso del derecho a la


información, cuyo ejercicio requiere cinco condiciones:
 La información debe ser libre, sin que pueda aplicarse ningún tipo de censura previa.
 La información debe ser de interés público y los datos deben ser verificables.
 La información debe ser objetiva y neutral.
 La información debe ser plural, pluralismo que debe manifestarse internamente dentro
de cada medio informativo.
 La información debe ser veraz.
 La autora añade una sexta condición: Un procedimiento de rectificación. El art. 20 CE,
no menciona el derecho de los sujetos que se vean afectados por una información que
consideren incorrecta, mendaz o tendenciosa, a exigir del medio de comunicación la
rectificación de la misma.

Este derecho ha sido regulado en la LO 2/1984 de derecho de rectificación, la cual establece en


su art. 1 que toda persona natural o jurídica tiene derecho a rectificar la información difundida,
por cualquier medio de comunicación social, de hechos que le aluden, que consideran
inexactos y cuya divulgación pueda causarle perjuicio. El derecho de rectificación debe
ejercitarse mediante escrito de rectificación dirigido al director del medio de comunicación en
la que la información pudiera haber aparecido, dentro de los 7 días naturales siguientes al de
publicación.

3.3. Titularidad

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 148

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

El derecho a comunicar información corresponde a todas las personas (STC 6/1981), y no solo a
los profesionales de la información.

De este derecho pueden ser titulares las personas jurídicas, como las empresas dedicadas a la
información y a la comunicación que se convierten en empresas que facilitan el ejercicio pasivo
de un derecho: el de recibir información veraz.

3.4. Cláusula de conciencia y secreto profesional

Con la expresión «derechos de los periodistas» suele aludirse a la cláusula de conciencia y al


secreto profesional en el ejercicio de las libertades informativas que se incorporan al apartado
d) del art. 20.1 CE, junto el derecho a la información.

3.4.1. La cláusula de conciencia

Mediante esta cláusula se protege al informador que preste servicios en una empresa
informativa, cuando ésta modifique los criterios y parámetros ideológicos generando en el
informador conflicto personal y de conciencia.

Actualmente también protege al periodista contra las modificaciones que unilateralmente


pueda imponerle la empresa en sus trabajos escritos o en cualquier otro soporte.

Sólo el informador, el periodista, es titular de este derecho, ya que el ejercicio de este derecho
requiere la previa existencia de una relación laboral y no comprende ni protege las relaciones
esporádicas.

La LO 27/1997 regula la cláusula de conciencia de los profesionales de la información,


declarando que es un derecho constitucional que tiene por objeto garantizar la independencia
en el desempeño de su función profesional, en virtud de la cual los profesionales tiene derecho
a solicitar la rescisión de su relación jurídica con la empresa de comunicación en que trabajen
por las siguientes causas:
 Cuando en el medio se produzca un cambio sustancial de la orientación informativa o
de las líneas ideológicas.
 Cuando la empresa les traslade a otro medio del mismo grupo que por su género o
línea suponga una ruptura patente de la orientación profesional del informador.
 El ejercicio de este derecho dará lugar a una indemnización, que no será inferior a la
pactada contractualmente.

Los profesionales pueden negarse, motivadamente, a participar en la elaboración de


informaciones contrarias a los principios éticos de la comunicación, sin que ello pueda suponer
sanción.

3.4.2. El secreto profesional

Permite al informador negarse a desvelar sus fuentes informativas, a través de las que ha
obtenido la noticia o el dato informativo, frente a la propia empresa, frente a los poderes
públicos y frente a terceros.

El titular es el informador, el periodista. Aunque tanto la cláusula de conciencia como el secreto


profesional han sido considerados garantías funcionales del derecho a la información, la

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 149

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

primera se configura como un verdadero derecho individual, mientras que el segundo sí


participa de la naturaleza de garantía del fin que persigue el derecho a la información, que
podría verse limitado si no pudiera garantizarse el anonimato de las fuentes.

IV. Derecho a la Producción y Creación Científica, Artística y Técnica

Este derecho es una concreción del derecho a expresar y difundir libremente pensamientos,
ideas y opiniones (STC 153/1985). Aunque se enuncia constitucionalmente como un solo
derecho, los aspectos protegidos son plurales.

Así, queda protegido el derecho a la producción, a la creación intelectual, literaria, artística,


científica o técnica.

La legislación de desarrollo ha regulado diversos aspectos de este derecho fundamental. Así, la


propiedad intelectual ha sido desarrollada por el Decreto Legislativo 1/1996, que establece en
el art. 1 que «la propiedad intelectual de una obra literaria, artística o científica corresponde al
autor por el solo hecho de su creación». El art. 2 añade que «la propiedad intelectual está
integrada por derechos de carácter personal y patrimonial, que atribuyen al autor la plena
disposición y el derecho exclusivo a la explotación de la obra, sin más limitaciones que las
establecidas en la Ley».

Al regular el régimen de los derechos de autor, la Ley establece que son independientes,
compatibles y acumulables con:
 La propiedad y otros derechos que tengan por objeto la cosa material a la que está
incorporada la creación intelectual.
 Los derechos de propiedad industrial que puedan existir sobre la obra.
 Los otros derechos de propiedad intelectual reconocidos en el Libro II de la presente
Ley.

La promoción y coordinación de la investigación y creación científica, se reguló por la ley


13/1986, que desarrolla el art. 27 CE.

La Ley 14/2011 de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, enuncia en su art. 2 los objetivos


generales de dicha Ley.

V. La Libertad de Cátedra

Protege las actividades investigadoras y docentes a través de un conjunto de garantías que


aseguran:
 Ausencia de perturbaciones y constricciones en el ejercicio investigador y docente.
 Autonomía y participación respecto de las anteriores actividades.
 Facultades de actuación respecto igualmente de la investigación y la docencia.

La libertad de cátedra en la CE se configura en un doble aspecto:


 Como manifestación de la libertad de expresión que permite al sujeto manifestar
opiniones y puntos de vista en el ámbito docente y científico.
 Como una vertiente del derecho fundamental de producción y creación científica y
técnica.

La libertad de cátedra surgió como un derecho individual aunque, como ha sucedido en el caso
de otros derechos constitucionales, ha adquirido una vertiente de garantía institucional.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 150

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

El TC ha señalado que son titulares de este derecho todos los docentes, sea cual fuere el nivel
de la enseñanza en el que se desenvuelvan sus actividades, y en la doble vertiente de libertad
docente y libertad investigadora.

El ejercicio de los profesores se orientará a la realización de los fines educativos, de


conformidad con los principios establecidos en la LO 8/1985, reconociéndose también en los
niveles educativos no universitarios.

Se trata de una libertad frente al Estado cuyo contenido puede verse modulado por las
características propias del puesto docente que ocupe el sujeto. Estas modulación vienen
definidas por:
 Naturaleza pública o privada del centro docente.
 El nivel o grado educativo al que el puesto docente corresponde.

En los centros públicos, la libertad de cátedra tiene un contenido negativo uniforme que
habilita al docente para resistir cualquier mandato de dar a su enseñanza una orientación
ideológica determinada.

En el nivel de enseñanza universitaria alcanza su máxima expresión: es más amplia por la


madurez del sujeto receptor del mensaje educativo y del contenido más reglado de dicho
mensaje.

VI. Límites

El art. 20 CE incorpora un conjunto de previsiones respecto a los límites de los derechos y


libertades regulados en dicho precepto:

6.1. Prohibición de censura previa y secuestro judicial de la comunicación

El art. 20.2 CE establece que los derechos regulados en el mismo no pueden quedar sometidos
a ningún tipo de censura previa, con lo que se garantiza su contenido propio.

La prohibición de censura afecta a todos los derechos del art. 20 CE.

Quedan protegidos por esta prohibición, la producción y creación literaria, artística, científica y
técnica y la libertad de cátedra.

Por «censura previa» debemos entender cualquier medida limitativa de la elaboración o


difusión del espíritu de una obra, especialmente el hacerlas depender del previo examen oficial
de su contenido (STC 52/1983). Por «previo examen» debemos entender la acción de enjuiciar
una obra conforme a principios o valores determinados que prevalecen respecto de los que
pueda contener la obra examinada.

6.2. Límites derivados del ejercicio de otros derechos

El apartado 20.4 CE señala como límites expresos de las libertades informativas y de los demás
derechos contenidos en él los siguientes:
 El respeto a los derechos reconocidos en el Título I CE.
 En los preceptos de las leyes que lo desarrollen.
 Especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 151

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

protección de la juventud y de la infancia.

El primero de los límites es genérico para todo el sistema de derechos, y en caso de conflicto
entre derechos constitucionales se interpretaran éstos de conformidad con las reglas generales
y que sean al caso (la fórmula del art. 10.2 CE, la ponderación de derechos, la toma en
consideración de los bienes en conflicto, etc…).

Otro límite es la moralidad. En base a la DUDH y al art. 53.1 CE, la ley puede fijar límites,
siempre que su contenido respete el contenido esencial de los derechos y libertades, con el fin
de satisfacer las justas exigencias de la moral.

El convenio Europeo de Derechos Humanos prevé dos garantías:


 Que las medidas limitativas de los derechos estén previstas en la Ley y que sean
necesarias en una sociedad democrática para la consecución de todas o alguna de las
finalidades a que se refiere el art. 10 del convenio.
 Que la aplicación de tales medidas no podrá efectuarse más que con la finalidad para la
cual han sido previstas.

El segundo de los límites aludía a la legislación de desarrollo. Esto afecta a la ratificación de


Tratados internacionales, y también al derecho comunitario.

Es abundante y relevante la legislación europea en relación con el art. 20 CE, además de


vinculante para nuestro país, ya sea por integración de tratados y convenios en el
ordenamiento interno o por aplicación directa del Derecho comunitario.

En tercer lugar, está el límite del derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen, así como
la obligación de los poderes públicos de proteger la juventud y la infancia. Tanto este capítulo
como los derechos del art. 18.1 están vinculados.

En cuanto a la protección de la juventud y de la infancia caber recordar que el art. 39.4 CE,
establece que los niños gozarán de la protección prevista en los acuerdos internacionales que
velan por sus derechos.

Por otro lado, la LO 1/1996 de protección jurídica del menor, ha establecido el principio general
de que toda actuación habrá de tener fundamentalmente en cuenta el interés del menor y no
interferir en su vida escolar, social o laboral.

VII. Derecho a la Educación y Libertad de Enseñanza

Artículo 27 CE:
1. «Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza.
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a
los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales.
3. Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la
formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.
4. La enseñanza básica es obligatoria y gratuita.
5. Los poderes públicos garantizan el derecho de todos a la educación, mediante una
programación general de la enseñanza, con participación efectiva de todos los sectores
afectados y la creación de centros docentes.
6. Se reconoce a las personas físicas y jurídicas la libertad de creación de centros docentes, dentro
del respeto a los principios constitucionales.
7. Los profesores, los padres y, en su caso, los alumnos intervendrán en el control y gestión de
todos los centros sostenidos por la Administración con fondos públicos, en los términos que la

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 152

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II
ley establezca.
8. Los poderes públicos inspeccionarán y homologarán el sistema educativo para garantizar el
cumplimiento de las leyes.
9. Los poderes públicos ayudarán a los centros docentes que reúnan los requisitos que la ley
establezca.
10. Se reconoce la autonomía de las Universidades, en los términos que la ley establezca».

7.1. Derecho a la educación

7.1.1. Concepto

El concepto implica un proceso instructivo y formativo que responde a un empeño atribuible a


determinados sujetos que realizan sobre otros una concreta orientación y para ello disponen, a
su vez, de un determinado grado de conocimientos y de autoridad institucionalmente
reconocida.

Los fines del proceso educativo están fijados taxativamente en la propia CE, en el art. 27.2. Se
prescribe lo que podríamos denominar educación para la democracia. Este apartado configura
una norma directriz del entero sistema constitucional en la materia, que garantiza el pluralismo
interno de los centros orientando a la consecución de los valores, principios y derechos del
sistema democrático español.

La LO 2/2006, de 3 de Mayo, de Educación, afirma que el sistema educativo español,


configurado de acuerdo con los valores de la CE y asentado en el respeto a los derechos y
libertades reconocidos en ella, se inspira en los siguientes principios:
 La calidad de la educación para todo el alumnado, independientemente de sus
condiciones y circunstancias.
 La equidad, que garantice la igualdad de oportunidades, la inclusión educativa y la no
discriminación y actúe como elemento compensador de las desigualdades personales,
culturales, económicas y sociales, con especial atención a las que deriven de
discapacidad.
 La transmisión y puesta en práctica de valores que favorezcan la libertad personal, la
responsabilidad, la ciudadanía democrática, la solidaridad, la tolerancia, la igualdad, el
respeto y la justicia, así como que ayuden a superar cualquier tipo de discriminación.
 La concepción de la educación como un aprendizaje permanente, que se desarrolla a lo
largo de toda la vida.
 La flexibilidad para adecuar la educación a la diversidad de aptitudes, intereses,
expectativas y necesidades del alumnado, así como a los cambios que experimentan el
alumnado y la sociedad.
 La orientación educativa y profesional de los estudiantes, como medio necesario para
el logro de una formación personalizada, que propicie una educación integral en
conocimientos, destrezas y valores.
 El esfuerzo individual y la motivación del alumnado.
 El esfuerzo compartido por alumnado, familias, profesores, centros, Administraciones,
instituciones y el conjunto de la sociedad.
 La autonomía para establecer y adecuar las actuaciones organizativas y curriculares en
el marco de las competencias y responsabilidades que corresponden al Estado, a las
Comunidades Autónomas, a las corporaciones locales y a los centros educativos.
 La participación de la comunidad educativa en la organización, gobierno y
funcionamiento de los centros docentes.
 La educación para la prevención de conflictos y para la resolución pacífica de los
mismos, así como la no violencia en todos los ámbitos de la vida personal, familiar y

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 153

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

social.
 El desarrollo de la igualdad de derechos y oportunidades y el fomento de la igualdad
efectiva entre hombres y mujeres.
 La consideración de la función docente como factor esencial de la calidad de la
educación, el reconocimiento social del profesorado y el apoyo a su tarea.
 El fomento y la promoción de la investigación, la experimentación y la innovación
educativa.
 La evaluación del conjunto del sistema educativo, tanto en su programación y
organización y en los procesos de enseñanza y aprendizaje como en sus resultados.
 La cooperación entre el Estado y las Comunidades Autónomas en la definición,
aplicación y evaluación de las políticas educativas.
 La cooperación y colaboración de las Administraciones educativas con las
corporaciones locales en la planificación e implementación de la política educativa.

Estos principios están encaminados a la consecución de unos fines concretos. Estos fines son
los que deben guiar la articulación concreta de los diferentes niveles educativos y la fijación de
los objetivos que la educación debe perseguir:
 El pleno desarrollo de la personalidad y de las capacidades de los alumnos.
 La educación en el respeto de los derechos y libertades fundamentales, en la igualdad
de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres y en la igualdad de trato y no
discriminación de las personas con discapacidad.
 La educación en el ejercicio de la tolerancia y de la libertad dentro de los principios
democráticos de convivencia, así como en la prevención de conflictos y la resolución
pacífica de los mismos.
 La educación en la responsabilidad individual y en el mérito y esfuerzo personal.
 La formación para la paz, el respeto a los derechos humanos, la vida en común, la
cohesión social, la cooperación y solidaridad entre los pueblos así como la adquisición
de valores que propicien el respeto hacia los seres vivos y el medio ambiente, en
particular al valor de los espacios forestales y el desarrollo sostenible.
 El desarrollo de la capacidad de los alumnos para regular su propio aprendizaje, confiar
en sus aptitudes y conocimientos, así como para desarrollar la creatividad, la iniciativa
personal y el espíritu emprendedor.
 La formación en el respeto y reconocimiento de la pluralidad lingüística y cultural de
España y de la interculturalidad como un elemento enriquecedor de la sociedad.
 La adquisición de hábitos intelectuales y técnicas de trabajo, de conocimientos
científicos, técnicos, humanísticos, históricos y artísticos, así como el desarrollo de
hábitos saludables, el ejercicio físico y el deporte.
 La capacitación para el ejercicio de actividades profesionales.
 La capacitación para la comunicación en la lengua oficial y cooficial, si la hubiere, y en
una o más lenguas extranjeras.
 La preparación para el ejercicio de la ciudadanía y para la participación activa en la vida
económica, social y cultural, con actitud crítica y responsable y con capacidad de
adaptación a las situaciones cambiantes de la sociedad del conocimiento.

Un elemento de gran relevancia en la Ley de Educación, es la asignación a los poderes públicos


de la responsabilidad de prestar una atención prioritaria al conjunto de factores que favorecen
la calidad de la enseñanza, y en especial, la «cualificación y formación del profesorado, su
trabajo en equipo, dotación de recursos educativos, investigación, experimentación…» (art. 2
LO)

La citada LO establece que todos tienen derecho a acceder a niveles superiores de educación

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 154

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

en función de sus aptitudes y vocación.

Según dispone la LO, las enseñanzas que ofrece el sistema educativo son:
 Educación infantil.
 Educación primaria.
 Educación secundaria obligatoria.
 Bachillerato.
 Formación profesional.
 Enseñanzas de idiomas.
 Enseñanzas artísticas.
 Enseñanzas deportivas.
 Educación de personas adultas.
 Enseñanza universitaria.

El TC ha determinado que los menores están obligados a recibir la enseñanza obligatoria.

7.1.2. Contenido y titularidad

La CE establece que Todos tienen derecho a la educación.

El Estado está obligado a satisfacer este derecho y, en consecuencia, concernido con la


necesidad de garantizar una formación básica a los ciudadanos, debe remover aquellos
obstáculos que impidan o dificulten este objetivo, pues se trata de hacer posible que todos
puedan acceder al pleno desarrollo tanto físico como psíquico de su personalidad.

El TC ha confirmado esta doble naturaleza del derecho a la educación, como esfera de


inmunidad y como obligación de servicio por parte de los poderes públicos, entre otras, en su
sentencia 86/1985.

El art. 2 de la Ley 8/1985 que regula el sistema educativo dispone que la educación estará
orientada por los principios y derechos constitucionales para el cumplimiento de los siguientes
fines:
 El pleno desarrollo de la personalidad del alumno.
 La formación en el respeto de los derechos y libertades fundamentales, de la igualdad
entre hombres y mujeres y en el ejercicio de la tolerancia y de la libertad dentro de los
principios democráticos de convivencia.
 La adquisición de hábitos intelectuales y técnicas de trabajo, así como de
conocimientos científicos, técnicos, humanísticos, históricos y estéticos.
 La capacitación para el ejercicio de actividades profesionales.
 La formación en el respeto de la pluralidad lingüística y cultural de España.
 La preparación para participar activamente en la vida social y cultural.
 La formación para la paz, la cooperación y la solidaridad entre los pueblos y para la
prevención de conflictos y para la resolución pacífica de los mismos y no violencia en
todos los ámbitos de la vida personal, familiar y social.

La titularidad de este derecho corresponde exclusivamente a la persona física nacional y


también a los extranjeros en los términos señalados en el art. 13.1 CE, en este sentido, la LO
8/2000 sobre derechos y libertades, dispone la igualdad entre nacionales y extranjeros
menores de 18 años, estableciendo que tienen el derecho y el deber a la educación en las
mismas condiciones que los españoles.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 155

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

7.2. Libertad de enseñanza

7.2.1. Concepto

La libertad de enseñanza permite y habilita a los particulares para la creación de centros


docentes y les reconoce, como ámbito de esta libertad, la facultad de organizarlos, incluso con
ideario propio, y dirigirlos de conformidad con la ley, que, en España, permite la creación de
centros privados y centros públicos.

Se distingue claramente, por otro lado, de la libertad de cátedra, es decir, el pluralismo


ideológico en el seno de un centro determinado.

La LO 2/2006, en lo relativo a los centros docentes, distingue entre centros públicos (cuyo
titular debe ser un poder público) y centros privados (en los que el titular debe ser una persona
física o jurídica de carácter privado).

Todavía distingue la LO de los anteriores, los centros privados sostenidos con fondos públicos:
los centros concertados. Éstos tienen derecho a su dirección con todas las facultades que ello
encierra (contratación, gestión económica…), aunque en los centros privados que reciban
fondos públicos el Estado puede articular los necesarios sistemas de control.

7.2.2. Titularidad

Corresponde a las personas físicas y también a las personas jurídicas. La atribución de esta
libertad a los extranjeros está en total dependencia con lo que la ley determine al efecto, ya
que no se trata de un derecho de la persona, de un derecho humano en sentido estricto.

7.2.3. El derecho de los padres a que sus hijos reciban una formación religiosa y moral acorde
con sus propias convicciones

Este derecho constitucional permite a los padres exigir, tanto en los centros públicos como en
los privados, que se respeten los criterios que ellos determinen en relación con la formación
religiosa y moral de sus hijos en el marco de lo establecido en la ley.

La previsión constitucional que se vincula estrechamente al derecho de creación de centros


docentes no implica el derecho de los padres a elegir precisamente un centro concreto, sino a
que los centros organicen la enseñanza de modo que las opciones de los padres sean posibles.
En los centros privados, sin subvenciones públicas, la autonomía de la dirección para fijar las
pautas y criterios en relación con los principios religiosos y morales es muy amplia, y disminuye
en los casos en los que los centros privados perciba fondos públicos.

El art. 4 de la LO 8/1985 reconoce a los padres o tutores el derecho a escoger centro docente,
tanto público como distinto de los creados por los poderes públicos.

Los padres o tutores, en relación con la educación de sus hijos o pupilos, tienen los siguientes
derechos:
 A que reciban una educación, con la máxima garantía de calidad, conforme con los
fines establecidos en la Constitución, en el correspondiente Estatuto de Autonomía y
en las leyes educativas.
 A escoger centro docente tanto público como distinto de los creados por los poderes
públicos.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 156

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

 A que reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias
convicciones.
 A estar informados sobre el progreso del aprendizaje e integración socio-educativa de
sus hijos.
 A participar en el proceso de enseñanza y aprendizaje de sus hijos.
 A participar en la organización, funcionamiento, gobierno y evaluación del centro
educativo, en los términos establecidos en las leyes.
 A ser oídos en aquellas decisiones que afecten a la orientación académica y profesional
de sus hijos.

La Ley les reconoce también, como primeros responsables de la educación de sus hijos o
pupilos:
 Adoptar las medidas necesarias, o solicitar la ayuda correspondiente en caso de
dificultad, para que sus hijos o pupilos cursen las enseñanzas obligatorias y asistan
regularmente a clase.
 Proporcionar, en la medida de sus disponibilidades, los recursos y las condiciones
necesarias para el progreso escolar.
 Estimularles para que lleven a cabo las actividades de estudio que se les encomienden.
 Participar de manera activa en las actividades que se establezcan en virtud de los
compromisos educativos que los centros establezcan con las familias, para mejorar el
rendimiento de sus hijos.
 Conocer, participar y apoyar la evolución de su proceso educativo, en colaboración con
los profesores y los centros.
 Respetar y hacer respetar las normas establecidas por el centro, la autoridad y las
indicaciones u orientaciones educativas del profesorado.
 Fomentar el respeto por todos los componentes de la comunidad educativa.

7.2.4. Enseñanza de la democracia

Incorporar tal contenido al sistema educativo de manera coherente y científicamente adaptada


a los distintos niveles de enseñanza debe ser el reto de la educación en el tercer milenio.

La propia LO 2/2006 establece que la finalidad de estos contenidos es la de ofrecer a los


estudiantes un espacio de reflexión, análisis y estudio acerca de las características
fundamentales y el funcionamiento de un régimen democrático, de los principios y derechos
establecidos en la CE y en Tratados y declaraciones universales, así como de los valores
comunes que constituyen el sustrato de la ciudadanía democrática.

La LO puntualiza dos cuestiones de relevancia:


 Que los contenidos relativos a una educación para la ciudadanía no pueden
considerarse alternativos o sustitutorios de la enseñanza religiosa.
 Que dichos contenidos no se identifican ni están en contradicción con la práctica
democrática que debe inspirar el conjunto de la vida escolar y que ha de desarrollarse
como parte de la educación en valores con carácter transversal a todas las actividades
escolares.

Se delimitan dos ámbitos diferentes de enseñanzas: los contenidos derivados de la materia de


educación para la ciudadanía y los contenidos propios de la enseñanza de la religión. Además
se distingue nítidamente entre lo que antes se ha denominado «enseñanza democrática» y la
«enseñanza de la democracia». El sistema educativo está configurado de acuerdo a los valores
constitucionales y asentado en el respeto a los derechos y libertades de la CE (equidad;

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 157

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

transmisión y puesta en práctica de valores que favorezcan libertad personal; igualdad de


oportunidades).

Aunque se han esgrimido argumentos sobre una posible violación de la libertad religiosa y del
derecho de los padres a que sus hijos reciban enseñanzas acorde a sus convicciones, en
realidad, no parecen ser términos de la polémica. En democracia, el ámbito religioso y civil
pueden y deben interrelacionarse, pero no anularse. No se vulnera la libertad religiosa con
enseñanzas discrepantes con su doctrina; la clave es enseñar que pertenecen a ámbitos
distintos.

Por ello, el Estado es aconfesional. La transformación de la sociedad no es un objetivo que


forme parte del contenido esencial del derecho de libertad religiosa, aunque sí puede ser un
objetivo legítimo de la propia confesión.

El contenido esencial del derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban una
formación acorde a sus convicciones, no está en que esa formación religiosa y moral deba
excluir cualquier otro tipo de información o formación no religiosa.

La asignatura «Educación para la ciudadanía y los Derechos Humanos», pretende contribuir a


desarrollar en los alumnos las capacidades que les permitan asumir responsablemente sus
deberes, conocer y ejercer sus derechos en el respeto de los demás.

7.3. La enseñanza superior y la autonomía universitaria

7.3.1. Configuración de la enseñanza superior

El nivel más elevado del sistema educativo español está constituido por las enseñanzas
universitarias. Han sido competencia exclusivamente del Estado, hasta la llegada del llamado
Proceso de Bolonia.

Las pautas incluidas en la Declaración de 19 Junio de 1999, no son vinculantes para los Estados
Miembros de la UE, ni debe considerarse tampoco responsable a la Unión del desarrollo
legislativo que se ha dado a dicho marco en los diferentes Estados.

La Declaración de Bolonia originó el establecimiento educativo que pretende la armonización


de los distintos sistemas educativos, no solo de la UE, sino de otros Estados europeos no
pertenecientes a la Unión (Rusia, Turquía).

La Declaración se articula en torno a seis acciones relativas a:


 Un sistema de grados académicos fácilmente reconocibles y comparables, incluyendo
la creación de un suplemento común al título superior para mejorar la transparencia.
 Un sistema basado fundamentalmente en dos ciclos: el primero orientado al mercado
laboral con una duración mínima de 3 años (grado); y el segundo (máster) de
especialización al que se accede solo si se completa el primer ciclo.
 Un sistema de acumulación y transferencia de créditos ECTS.
 La movilidad de los estudiantes, docentes e investigadores y la supresión de todos los
obstáculos a la libertad de circulación en el ámbito educativo.
 La cooperación en lo que respecta a la garantía de la calidad.
 La dimensión europea de la enseñanza superior, aumentando el número de módulos,
cursos, planes de estudios cuyo contenido, orientación u organización tengan
dimensión europea.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 158

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

7.3.2. La autonomía de las Universidades

El art. 2 de la LO 6/2006, detalla el contenido del derecho a la autonomía universitaria, tras


señalar que las Universidades, tanto públicas como privadas, tienen personalidad jurídica y
desarrollan sus funciones en régimen de autonomía y coordinación entre todas ellas, detalla el
contenido de la autonomía universitaria:
 La elaboración de sus Estatutos y, en el caso de las Universidades privadas, de sus
propias normas de organización y funcionamiento, así como de las demás normas de
régimen interno.
 La elección, designación y remoción [eliminación] de los correspondientes órganos de
gobierno y representación.
 La creación de estructuras específicas que actúen como soporte de la investigación y
de la docencia.
 La elaboración y aprobación de planes de estudio e investigación y de enseñanzas
específicas de formación a lo largo de toda la vida.
 La selección, formación y promoción del personal docente e investigador y de
administración y servicios, así como la determinación de las condiciones en que han de
desarrollar sus actividades.
 La admisión, régimen de permanencia y verificación de conocimientos de los
estudiantes.
 La expedición de los títulos de carácter oficial y validez en todo el territorio nacional y
de sus diplomas y títulos propios.
 La elaboración, aprobación y gestión de sus presupuestos y la administración de sus
bienes.
 El establecimiento y modificación de sus relaciones de puestos de trabajo.
 El establecimiento de relaciones con otras entidades para la promoción y desarrollo de
sus fines institucionales.
 Cualquier otra competencia necesaria para el adecuado cumplimiento de las funciones
asignadas en la Ley.

El reconocimiento de la autonomía de las Universidades se constituye no solo en un derecho


fundamental sino en una garantía de otros derechos y principios.

Para el TC la autonomía universitaria, aunque puede tener alguna vertiente de garantía


institucional, es plenamente un derecho fundamental (STC 26/1987).

El contenido de la autonomía universitaria se diversifica en tres aspectos:


 Autogobierno. Permite a las facultades dotarse de sus propios Estatutos y regular en
ellos su estructura interna y funcionamiento, conforme a la LO de Universidades.
 Autonomía académica. A través de la cual las universidades aprueban sus propios
planes de estudio.
 Autonomía financiera. Permite administrar y distribuir ingresos públicos y privados y
aplicarlos conforme a sus propias decisiones.

La titularidad de este derecho corresponde a la «comunidad universitaria, es decir, a una


persona jurídica que tiene como finalidad defender la existencia y el muy definido ámbito de
libertad que directamente afecta a cada uno de los miembros integrantes de esa comunidad»
(LO 1/2006).

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 159

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Tema XVII. Derecho de reunión. Derecho de asociación. Partidos políticos. Derecho de


sindicación. Derecho de huelga. Derecho de petición

I. El Derecho de Reunión y Manifestación

Artículo 21 CE:
1. «Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este derecho no
necesitará de autorización previa.
2. En los casos de reuniones en lugares de tránsito público y manifestaciones se dará comunicación
previa a la autoridad, que sólo podrá prohibirlas cuando existan razones fundadas de alteración
del orden público, con peligro para personas o bienes».

1.1. Concepto

El derecho de reunión es una manifestación colectiva de la libertad de expresión que se ejercita


a través de una asociación transitoria de personas que permite el intercambio, exposición y
manifestación de ideas de un colectivo que se reúne precisamente para esta manifestación
conjunta de una posición común.

Al respecto, el art. 1.2, de la LO 9/1983, reguladora del Derecho de reunión, establece que a los
efectos de la propia ley, «se entiende por reunión la concurrencia concertada y temporal de
más de 20 personas, con finalidad determinada».

La ley ha optado por el número de 20 personas como podría haber optado por cualquier otro.
Es indiferente el lugar en que las personas concurran, si bien según sea o no de tránsito público
el régimen será distinto.

El art. 21.2 CE cita junto a las reuniones, las manifestaciones. Ambos pertenecen a la misma
categoría aunque la manifestación es una especie concreta de reunión en la que, junto con la
unión de varias voluntades en busca de un fin común, debe darse también la «publicidad del
problema o la defensa de intereses no ya en el ámbito de los propios manifestantes, sino ad
extra: a modo de mensaje dirigido a los restantes ciudadanos y/o poderes públicos».

Para F. J. Bastida la manifestación es una reunión en movimiento, prueba de ello es que «la
regulación legal no distingue entre reunión y manifestación, sino entre reuniones en lugares
cerrados y reuniones en lugares de tránsito público, equiparándose estas últimas a las
manifestaciones».

El derecho de reunión se caracteriza por los siguientes elementos:


 Una agrupación de personas (elemento subjetivo).
 El carácter transitorio de la reunión (elemento temporal).
 Un fin lícito de la reunión (elemento finalista).
 Un lugar común de celebración (elemento territorial).

La CE solo ampara las reuniones pacíficas y sin armas y requiere, además, que la intención de
ejercer este derecho de reunión sea notificada a la autoridad gubernativa si la manifestación
tiene previsto discurrir por vía pública.

En este sentido el art. 3.1, de la LO 9/1983, declara que ninguna reunión estará sometida al
régimen de autorización previa, y en su art. 8, establece que la celebración de reuniones en
lugares de tránsito público y de manifestaciones deberá ser comunicada por escrito a la
autoridad gubernativa correspondiente por los organizadores o promotores de aquéllas, con la

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 160

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

antelación de 10 días naturales, como mínimo, y 30 como máximo. Si se trata de personas


jurídicas la comunicación deberá hacerse por su representante.

Cuando existan causas extraordinarias y graves que justifiquen la urgencia de la convocatoria y


celebración de reuniones en lugares de tránsito público o manifestaciones, la comunicación a
que hace referencia el párrafo anterior podrá hacerse con una antelación mínima de 24 horas.

La autoridad gubernativa asume la obligación de proteger las reuniones y manifestaciones


frente a quienes trataren de impedir, perturbar o menoscabar el lícito ejercicio de este derecho
(art. 3.2 LO).

La LO excluye de su regulación determinados tipos de reuniones, que por sus características


propias, no quedan sujetas a esta normativa. En concreto, en su art. 2, determina que podrá
ejercerse el derecho de reunión constitucionalizado en el art. 21 CE, sin sujeción a las
prescripciones de la LO, cuando se trate de las siguientes reuniones:
 Las que celebren las personas físicas en sus propios domicilios.
 Las que celebren las personas físicas en locales públicos o privados por razones
familiares o de amistad.
 Las que celebren los Partidos Políticos, Sindicatos, Organizaciones Empresariales,
Sociedades Civiles y Mercantiles, Asociaciones, Corporaciones, Fundaciones,
Cooperativas, Comunidades de Propietarios y demás Entidades legalmente
constituidas en lugares cerrados, para sus propios fines y mediante convocatoria que
alcance exclusivamente a sus miembros, o a otras personas nominalmente invitadas.
 Las que celebren los profesionales con sus clientes en lugares cerrados para los fines
propios de su profesión.
 Las que se celebren en unidades, buques y demás establecimientos militares, que se
regirán por su legislación específica.

1.2. Titularidad

La CE no menciona la titularidad de este derecho en su art. 21 CE. La titularidad del derecho de


reunión corresponde a las personas físicas. El art. 4.3 de la LO 9/1983 menciona a las personas
jurídicas, pero para atribuirles la responsabilidad que corresponda a los promotores u
organizadores, no como titulares del derecho de reunión.

A pesar de su carácter individual, el derecho de reunión posee una vertiente colectiva que se
refiere a su ejercicio, ya que es esencial en este derecho la existencia de un colectivo que
ejercite el derecho de reunión en un momento y lugar determinado.

Las reuniones sometidas a la LO, sólo podrán ser promovidas y convocadas por personas que
se hallen en el pleno ejercicio de sus derechos civiles (art. 4.1 LO).

Los responsables de la organización responden del buen orden de las reuniones y


manifestaciones, quienes deberán adoptar las medidas para el adecuado desarrollo de las
mismas.

La asistencia de militares de uniforme, o haciendo uso de su condición militar, a reuniones o


manifestaciones públicas se regirá por su legislación específica.

La LO 11/2011, de 1 de Agosto, para la aplicación a la Guardia Civil del artículo 13.1 de la LO


9/2011, de 27 de Julio, de derechos y deberes de los miembros de las Fuerzas Armadas,

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 161

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

extiende la regulación del mencionado precepto a los miembros de la Guardia Civil y declara
derogado el art. 8.1 de la LO 11/2007. A partir de la entrada en vigor de la LO 9/2011, los
miembros de las FFAA podrán ejercer los derechos de reunión y manifestación dentro del
siguiente marco normativo:
 Podrán ejercer el derecho a reunión, de acuerdo con lo previsto en la LO 9/1983, pero
no podrá organizar ni participar activamente en reuniones o manifestaciones de
carácter político o sindical.
 Vistiendo el uniforme o haciendo uso de su condición de militar, no podrá organizar,
participar ni asistir en lugares de tránsito público o manifestaciones o a reuniones de
carácter político, sindical o reivindicativo.
 Las reuniones que se celebren en las unidades deberán estar previa y expresamente
autorizadas por su jefe, que las podrá denegar motivadamente ponderando la
salvaguarda de la disciplina.

1.3. Límites

Para que la reunión de un colectivo quede comprendida en el ámbito del Derecho fundamental
de reunión del art. 21 CE, es requisito inexcusable que la reunión sea pacífica y sin armas (STC
59/1990).

Si no se dan estos requisitos la autoridad gubernativa puede prohibir la realización de la


reunión y manifestación en un lugar público, ya que el apartado 2 del art. 21 condiciona el
ejercicio de este derecho a que pueda quedar alterado el orden público, con peligro para las
personas o los bienes. En este caso, la autoridad suspenderá o procederá a disolver las
reuniones y manifestaciones en los siguientes supuestos (art. 5 LO):
 Cuando se consideren ilícitas de conformidad con las leyes penales.
 Cuando se produzcan alteraciones del orden público, con peligro para personas o
bienes.
 Cuando se hiciere uso de uniformes paramilitares por los asistentes.

Toda manifestación en la que pudieran ejercitarse tanto violencias físicas como morales con
alcance intimidatorio para terceros, no resulta protegida por el art. 21 CE.

El TC expresamente ha señalado que la alteración del orden público debe necesariamente


contener amenaza para la persona o los bienes (STC 59/1990)

II. El Derecho de Asociación

Artículo 22 CE:
1. «Se reconoce el derecho de asociación.
2. Las asociaciones que persigan fines o utilicen medios tipificados como delito son ilegales.
3. Las asociaciones constituidas al amparo de este artículo deberán inscribirse en un registro a los
solos efectos de publicidad.
4. Las asociaciones sólo podrán ser disueltas o suspendidas en sus actividades en virtud de
resolución judicial motivada.
5. Se prohíben las asociaciones secretas y las de carácter paramilitar».

2.1. Concepto

Regulado también por el art. 20.1 de la DUDH y el art. 11 del CEDH de 1950, la normativa
actual está regida por la LO 1/2002, de 22 de marzo, del Derecho de Asociación, dando nueva
regulación a este derecho.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 162

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

En nuestro ordenamiento jurídico, el derecho fundamental de asociación da cobijo a los


partidos políticos, asociaciones de carácter específico y sindicatos.

El derecho de asociación supone la creación de una estructura organizativa de carácter


permanente que puede operar jurídicamente (aunque puede ser disuelta).

El derecho de asociación habilita al sujeto para unirse establemente a otros para la


consecución de fines legales, sujetándose a determinadas normas, algunas vinculantes e
impuestas por el ordenamiento jurídico, y las demás dispositivas; estas últimas representan el
margen de libertad de los asociados para configurar internamente su propia asociación.

El art. 22 ha configurado una esfera de libertad positiva y negativa. Tesis confirmada por el TC,
vinculando su interpretación a la cláusula del art. 10.2 CE al señalar que «de acuerdo con el art.
10.2 CE, las normas relativas al derecho de asociación han de ser interpretadas de conformidad
con la DUDH y los Tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados
por España».

Este criterio permite afirmar que el derecho de asociación comprende tanto la libertad positiva
de asociación como la negativa de no asociarse.

El art. 2.5 de la LO 1/2002 establece que la organización interna y funcionamiento de las


Asociaciones deben ser democráticos, con pleno respeto al pluralismo, declarando nulos de
pleno derecho los pactos, disposiciones estatutarias y acuerdos que desconozcan cualquiera de
los aspectos del derecho fundamental de asociación.

En su vertiente positiva, permite al sujeto asociarse libremente sin requerir autorización previa;
en su vertiente negativa, el derecho de asociación protege al sujeto contra la asociación
obligatoria (derecho a no asociarse reconocido en la STC 5/1981).

La libertad de asociarse representa la superación del recelo con que el Estado liberal
contempló el derecho de asociación, y la libertad de no asociarse es una garantía frente al
dominio por el Estado de las fuerzas sociales a través de la creación de corporaciones o
asociaciones coactivas que dispusieran del monopolio de una determinada actividad social.

El art. 3 de la LO, dispone que pueden constituir asociaciones, las personas físicas y jurídicas,
con arreglo a:
 Las personas físicas necesitan tener la capacidad de obrar y no estar sujetas a ninguna
condición legal para el ejercicio del derecho.
 Los menores no emancipados de más de catorce años con el consentimiento,
documentalmente acreditado, de las personas que deban suplir su capacidad, sin
perjuicio del régimen previsto para las asociaciones infantiles, juveniles o de alumnos
en el artículo 7.2 de la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del
Menor.
 Los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil habrán de atenerse a lo que
disponga su legislación específica para el ejercicio del derecho de asociación en lo que
se refiere a asociaciones profesionales.
 Los Jueces, Magistrados y Fiscales habrán de atenerse a lo que dispongan sus normas
específicas para el ejercicio del derecho de asociación en lo que se refiere a
asociaciones profesionales.
 Las personas jurídicas de naturaleza asociativa requerirán el acuerdo expreso de su

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 163

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

órgano competente, y las de naturaleza institucional, el acuerdo de su órgano rector.


 Las asociaciones podrán constituir federaciones, confederaciones o uniones, previo el
cumplimiento de los requisitos exigidos para la constitución de asociaciones, con
acuerdo expreso de sus órganos competentes.
 Las personas jurídico-públicas serán titulares del derecho de asociación en los términos
del artículo 2.6 de la presente Ley, salvo que establezcan lo contrario sus normas
constitutivas y reguladoras, a cuyo tenor habrá de atenerse, en todo caso, el ejercicio
de aquél (art. 2.6 LO).

2.2. Titularidad

El art. 22 CE no señala expresamente a quien corresponde la titularidad del mismo, al no eludir


a ningún sujeto. El art. 2.1 LO 1/2002, establece que todas las personas tienen derecho de
asociarse libremente para la consecución de fines lícitos, mientras que el art. 2.6 declara que
las entidades públicas podrán ejercitar el derecho de asociación entre sí o con particulares
como medida de fomento y apoyo, siempre que lo hagan en igualdad de condiciones con éstos,
al objeto de evitar su posición de dominio en el funcionamiento de la asociación.

De ello se deduce que la titularidad corresponde a tanto a las personas físicas como a las
jurídicas.

2.3. Ámbito de aplicación

La LO 1/2002 define el ámbito de aplicación, señalando que se incluyen en esta ley todas las
asociaciones que no tengan fin de lucro y que no estén sometidas a un régimen asociativo
específico (art. 1.2 LO). La propia LO señala qué asociaciones se regirán por su legislación
específica (art. 1.3):
 Los partidos políticos; los sindicatos y las organizaciones empresariales.
 Las iglesias, confesiones y comunidades religiosas.
 Las federaciones deportivas.
 Las asociaciones de consumidores y usuarios.
 Así como cualesquiera otras reguladas por leyes especiales.

Las asociaciones del apartado b) se regirán por lo dispuesto en los tratados internacionales y
en las leyes específicas, sin perjuicio de la aplicación supletoria de la LO. Quedan expresamente
excluidas las comunidades de propietarios y de bienes, y las entidades que se rijan por las
disposiciones relativas al contrato de sociedad, cooperativas y mutualidades, así como las
uniones temporales de empresas y agrupaciones de interés económico.

2.4. Asociaciones prohibidas e ilegales

El art. 22.2 CE determina que las asociaciones que persigan fines o utilicen medios tipificados
como delito son ilegales, mientras que el art. 22.5 CE prohíbe las asociaciones secretas y las de
carácter paramilitar.

La LO 1/2002, reproduce casi literalmente las previsiones constitucionales en el art. 2.7 y 2.8. El
art. 515 CP enumera las asociaciones que deben considerarse ilícitas y punibles penalmente:
 Las que tengan por objeto cometer algún delito o, después de constituidas promuevan
su comisión.
 Las bandas armadas, organizaciones o grupos terroristas [suprimido por Ley Orgánica
5/2010, de 22 de junio].

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 164

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

 Las que, aun teniendo un fin lícito, empleen medios violentos o de alteración o control
de la personalidad para su consecución.
 Las organizaciones de carácter paramilitar.
 Las que promuevan la discriminación, el odio o la violencia contra personas, grupos o
asociaciones por razón de su ideología, religión o creencias, la pertenencia de sus
miembros o de alguno de ellos a una etnia, raza o nación, su sexo, orientación sexual,
situación familiar, enfermedad o minusvalía, o inciten a ello.
 Las que promuevan el tráfico ilegal de personas [suprimido por Ley Orgánica 15/2003,
de 25 de noviembre].

El CP penaliza con diferente alcance a los distintos supuestos.

2.5. Disolución por resolución judicial

La exigencia de resolución judicial para la disolución de una asociación es una garantía del
propio derecho fundamental de asociación, ya que excluye los actos gubernamentales de
disolución y encomienda al poder judicial la disolución, en su caso, de la asociación.

El CP habilita en su art. 520 a los jueces y tribunales para acordar la disolución de la asociación
ilícita en los casos previstos en el art. 515 CP. La resolución debe adoptarse en forma de auto o
de sentencia.

En ningún caso se protege o autoriza a los asociados a la realización de actos contrarios a la


propia ley penal, cuyo castigo será consecuencia jurídica de la propia conducta personal que en
nada afectan al derecho de asociación.

La garantía aportada por la exigencia de resolución judicial para la disolución de una asociación
no está prevista en los tratados internacionales firmados por España, siendo pues una garantía
adicional a la protección de este derecho fundamental.

III. Los Partidos Políticos

Artículo 6 CE:
«Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la
voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio
de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y
funcionamiento deberán ser democráticos».

3.1. Concepto

En nuestro ordenamiento jurídico, los partidos políticos son asociaciones y tienen en el


derecho fundamental de asociación su fundamento jurídico constitucional. Pero son
asociaciones específicas en razón de las funciones constitucionales que les encomienda el art.
6 CE.

El TC afirmó, en STC 31/1981, que un partido es «una forma particular de asociación», no son
órganos del estado (STC 48/2003). Se trata de asociaciones cualificadas por la relevancia
constitucional de sus funciones, que se resumen en su vocación de integrar [acceder], mediata
e inmediatamente, a los órganos titulares del poder público a través de los procesos
electorales.

La LO del derecho a asociación, señala que los partidos políticos se regirán por su legislación

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 165

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

específica. Sus principales funciones se encuentran recogidas en el art. 6 CE y son:


 Expresar el pluralismo político.
 Concurrir a la formación y manifestación de la voluntad popular.
 Ser instrumentos fundamentales para la participación política

El art. 6 declara el principio de libertad de creación y funcionamiento de los partidos políticos,


en el marco constitucional de la ley y con obligación de funcionamiento y estructura
democráticos.

La reciente LO 6/2002, 27 de junio, de partidos políticos, ha venido a sustituir a la


preconstitucional ley 54/1978, de partidos políticos.

El estatuto jurídico de los partidos políticos ha sido completado en estos años por normas
derivadas de la propia CE (Reglamentos parlamentarios o ley Orgánica Electoral), y por otras
normas, como la LO 3/1987 sobre financiación de los partidos políticos o las normas penales
sobre la ilegalidad de determinadas asociaciones (art. 515 CP).

3.2. Creación

El art. 1 de la LO 6/2002 establece que los españoles podrán crear libremente partidos políticos
conforme a lo dispuesto en la CE y en la propia LO.

Este mismo precepto consagra la libertad positiva y negativa de afiliación a este específico tipo
de asociaciones al declarar que dicha afiliación es libre y voluntaria.

3.3. Titularidad

El art. 1 de la LO 6/2002 afirma que los promotores de una partido político deben ser personas
físicas, mayores de edad, que se encuentren en pleno ejercicio de sus derechos, no estén
sujetos a ninguna condición legal para el ejercicio de los mismos y no hayan sido penalmente
condenados por asociación ilícita, o por alguno de los delitos graves previstos en los Títulos XXI
a XXIV del Código Penal. De esta manera se excluye de manera expresa a las personas jurídicas.

El legislador orgánico ha reservado a los españoles el derecho a crear partidos políticos. Ahora
bien, dado que esa reserva debe conectarse con el derecho de participación política de los
extranjeros cuando se les reconozca el derecho a sufragio tanto activo como pasivo, dicha
restricción no puede afectar al derecho de los extranjeros a afiliarse a los partidos políticos ya
constituidos, ni traducirse en ninguna limitación de los derechos derivados de la afiliación.

3.4. Constitución y adquisición de personalidad jurídica

Los promotores de un partido político deben formalizar el acuerdo constitutivo mediante la


aprobación de un acta fundacional, que deberá constar en documento público y contener al
menos:
 La identificación personal de los promotores.
 La denominación del partido.
 Los integrantes de los órganos directivos provisionales.
 El domicilio.
 Los estatutos por los que habrá de regirse el partido.

La personalidad jurídica de los partidos políticos se adquiere mediante su inscripción en el

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 166

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Registro de Partidos políticos del Ministerio del Interior, para lo cual los promotores
presentaran el acta fundacional suscrita por éstos, acompañada de aquellos documentos que
acrediten el cumplimiento de los requisitos previstos en la LO.

El Ministerio del Interior inscribirá al partido político en los 20 días siguientes a la presentación
de la documentación.

Si se aprecian defectos formales en la documentación, se informará a los promotores para que


lo subsanen, comenzando de nuevo a contar el plazo de 20 días a partir de la entrega de la
documentación con el defecto subsanado. Si de la documentación se deducen ilícitos penales,
el Ministerio del Interior queda obligado a dar traslado al Ministerio Fiscal dentro del plazo de
20 días.

3.5. Organización y funcionamiento internos

El art. 7 de la LO declara que la estructura interna y el funcionamiento de los partidos políticos


deberán ser democráticos, además de establecer la estructura interna de los partidos políticos,
que será:
 Una asamblea general del conjunto de sus miembros, que será el órgano superior de
gobierno del partido y que podrá actuar directamente o por medio de compromisorios.
A la asamblea le corresponde adoptar los acuerdos más importantes en relación con la
vida del partido político.
 El nombramiento y en su caso la disolución de órganos directivos mediante sufragio
libre y secreto.
 Unas reglas internas sobre convocatorias de las reuniones de los órganos colegiados
que garantice el derecho de información de los miembros, la inclusión de los asuntos
en el orden del día, de las reglas de deliberación y adopción de acuerdos.
 Un procedimiento de control democrático de los dirigentes elegidos.

Todos los afiliados a los partidos políticos gozan de iguales derechos. Los estatutos deben velar
para que se cumpla este requisito legal y contendrán una relación detallada de los mismos y en
todo caso los siguientes:
 A participar en las actividades del partido y en los órganos de gobierno y
representación.
 A ejercer el derecho de voto.
 A asistir a la Asamblea general.
 A ser elector y elegible para los cargos del mismo.
 Ser informado de la composición de los órganos directivos y de administración o sobre
decisiones adoptadas por los órganos directivos.
 A impugnar acuerdos de los órganos del partido que estimen contrarios a la ley o los
estatutos.

Los afiliados a los partidos políticos sólo podrán ser expulsados o sancionados con privación de
derechos mediante un procedimiento contradictorio, en el que se respeten las garantías
necesarias y el derecho a la defensa del afiliado.

3.6. Disolución y suspensión judicial

La nueva ley de partidos políticos tiene en sus arts. 10 y 11, uno de los aspectos más
controvertidos del estatuto jurídico de los partidos políticos, como es el de su disolución o
suspensión judicial.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 167

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

El art. 10 dispone que, además de por decisión voluntaria de sus miembros, acordada
conforme a lo dispuesto en sus estatutos, sólo puede procederse a la disolución de un partido
político, o su suspensión, por decisión de la autoridad judicial competente. La resolución que
confirme la disolución surtirá efectos desde su anotación en le Registro de Partidos Políticos,
previa notificación del propio partido o del órgano judicial que decrete la disolución.

La disolución judicial será acordada por el órgano jurisdiccional y sólo en los casos siguientes
(art. 10.2 LO):
 Cuando el partidos políticos incurra en supuestos tipificados como asociación ilícita de
conformidad con lo establecido en el art. 515 CP y siguientes. La resolución será
resuelta por el Juez competente en el orden penal, de acuerdo con lo dispuesto en la
LOPP, LECrim y el CP.
 Cuando vulnere de forma continuada, reiterada y grave la exigencia de una estructura
interna y un funcionamiento democrático, conforme a lo previsto en los arts. 7 y 8 de la
LO.
 Cuando de forma reiterada y grave su actividad vulnere los principios democráticos o
persiga deteriorar o destruir el régimen de libertades o imposibilitar o eliminar el
sistema democrático, mediante las conductas a que se refiere el art. 9 de la LOPP.

Si el procedimiento de disolución se basa en alguno de los supuestos b) o c), la competencia


para resolver corresponderá a la Sala especial del TS, conforme al procedimiento señalado en
el art. 11 de la LO 6/2002 de partidos políticos. La iniciativa para instar el proceso corresponde
al Gobierno o al Ministerio fiscal. La solicitud de disolución de un partido político debe
realizarse mediante demanda presentada ante la sala especial del TS, a la que se adjuntarán los
documentos que acrediten la concurrencia de los motivos de ilegalidad.

La iniciativa para instar la disolución judicial de un partido político corresponde al Gobierno y al


MF, aunque el Congreso o Senado pueden instar al Gobierno para que inicie el trámite
oportuno. El Gobierno queda obligado a tramitar dicha solicitud de ilegalización, previa
deliberación de Consejo y con apoyo en alguna/s causa/s recogidas en el art. 9 LOPP.

El procedimiento contemplado en el art. 11 LOPP, consiste en:

a) Legitimidad

Estén legitimados para instar la declaración de ilegalidad de un partido político y su


consecuente disolución, en virtud de lo dispuesto en los párrafos b) y c) del apartado 2 del
artículo anterior de esta Ley Orgánica, el Gobierno y el Ministerio Fiscal. El Congreso de los
Diputados o el Senado podrán instar al Gobierno que solicite la ilegalización de un partido
político, quedando obligado el Gobierno a formalizar la correspondiente solicitud de
ilegalización, previa deliberación del Consejo de Ministros.

b) Inicio

El procedimiento se iniciará mediante demanda presentada ante la Sala especial del Tribunal
Supremo prevista en el artículo 61 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, a la que se adjuntarán
los documentos que acrediten la concurrencia de los motivos de ilegalidad.

c) Tramitación de admisión por la Sala

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 168

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

La Sala procederá inmediatamente al emplazamiento del partido político afectado y, en su


caso, a las personas electas en candidaturas presentadas por agrupaciones de electores,
dándoles traslado de la demanda, para que puedan comparecer ante la misma en el plazo de
ocho días. Una vez comparecidos en debida forma o transcurrido el plazo correspondiente sin
haberlo realizado, la Sala analizará la admisión inicial de la demanda pudiendo inadmitir la
misma mediante auto si concurre alguna de las siguientes causas:
 Que se hubiera interpuesto por persona no legitimada o no debidamente
representada.
 Que manifiestamente no se cumplan los requisitos sustantivos o de forma para su
admisión.
 Que la demanda carezca manifiestamente de fundamento.

Si la Sala apreciara la concurrencia de alguna de las causas indicadas se pondrá de manifiesto a


las partes para que puedan formular alegaciones sobre la misma en el plazo común de diez
días.

d) Admisión y tramitación de la demanda

Una vez admitida la demanda se emplazará al demandado, si hubiere comparecido, para la


contestación a la demanda por el plazo de veinte días. Si las partes lo han propuesto en sus
escritos de demanda o de contestación o la Sala lo considera necesario, se abrirá un período de
prueba que se regirá en cuanto a sus plazos y sustanciación por las reglas que sobre este
extremo se contienen en los capítulos V y VI del Título I del Libro II de la Ley de Enjuiciamiento
Civil.

Del conjunto de la prueba practicada se dará vista a las partes, que podrán formular
alegaciones sobre las mismas por plazo sucesivo de veinte días, transcurridos los cuales, se
hayan formalizado o no, el proceso quedará concluso para sentencia que deberá dictarse en
veinte días.

e) Sentencia

La sentencia dictada por la Sala especial del Tribunal Supremo, que podrá declarar la disolución
del partido político o desestimar la demanda, no será objeto de recurso alguno sin perjuicio, en
su caso, del recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, y será ejecutiva desde el
momento de su notificación.

Si se decreta la disolución, la Sala ordenará la cancelación de la correspondiente inscripción


registral, y el fallo producirá los efectos que se determinan en el artículo 12 de la Ley Orgánica
de más abajo.

La sentencia declarará también la existencia o no de vinculación con el partido político


ilegalizado de las candidaturas presentadas por las agrupaciones de electores. Si se desestima
la demanda, ésta sólo podrá volver a reiterarse si se presentan ante el Tribunal Supremo
nuevos elementos de hecho, suficientes para realizar valoraciones sobre la actividad ilegal de
un partido diferentes a las ya contenidas en la sentencia.

La Sala, durante la tramitación del proceso, de oficio o a instancia de parte, podrá adoptar
cualquiera de las medidas cautelares previstas en la Ley de Enjuiciamiento Civil conforme al
procedimiento previsto en la misma. En particular, la Sala podrá acordar la suspensión cautelar
de las actividades del partido hasta que se dicte sentencia, con el alcance y los efectos que

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 169

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

estime oportunos para salvaguardar el interés general. En tal caso, la Sala ordenará la
correspondiente anotación preventiva en el Registro de Partidos Políticos.

f) Efectos de la sentencia decretando la disolución del partido político

Según el art. 12 LOPP, la disolución judicial de un partido político producirá los efectos
previstos en las leyes y, en particular, los siguientes:
 Tras la notificación de la sentencia en la que se acuerde la disolución, procederá el cese
inmediato de toda la actividad del partido político disuelto. El incumplimiento de esta
disposición dará lugar a responsabilidad, conforme a lo establecido en el Código Penal.
 Los actos ejecutados en fraude de ley o con abuso de personalidad jurídica no
impedirán la debida aplicación de ésta. Se presumirá fraudulenta y no procederá la
creación de un nuevo partido político o la utilización de otro ya inscrito en el Registro
que continúe o suceda la actividad de un partido declarado ilegal y disuelto.
 La disolución determinará la apertura de un proceso de liquidación patrimonial,
llevado a cabo por tres liquidadores designados por la Sala sentenciadora. El
patrimonio neto resultante se destinará por el Tesoro a actividades de interés social o
humanitario.

Corresponde a la Sala sentenciadora asegurar, en trámite de ejecución de sentencia, que se


respeten y ejecuten todos los efectos previstos por las leyes para el supuesto de disolución de
un partido político.

3.7. La STC 48/2003, de 12 de marzo

El TC, resolviendo el recurso de inconstitucionalidad STC 48/2003, promovido por el Gobierno


Vasco contra diversos arts. de la LO 6/2002, confirmó la legalidad de la LO 6/2002, destacando
en su sentencia:
 Respecto a si la regulación constitucional de los partidos políticos admite o no un
régimen específico y distinto del que es propio de las asociaciones, el TC recuerda que
el art. 6 CE, contiene unas exigencias de respeto a la CE y a la ley, no mencionadas en
su especificidad en el art. 22 CE, lo que justifica la inclusión en el ordenamiento jurídico
de una ley que regule los partidos políticos, cuyo contenido puede diferir de la
regulación general del derecho de asociación.
 La naturaleza asociativa específica de los partidos políticos se desprende de manera
natural de los cometidos que a los partidos encomienda el art. 6 CE, en la medida en
que el Estado democrático constituido en el art. 1.1 CE ha de basarse en el valor del
pluralismo, del que los partidos políticos son expresión principalísima.
 Concluir que los partidos sólo están sometidos al límite del art. 22 CE, sería tanto como
admitir que las previsiones del art. 6 CE se agotan en el contenido de una norma no
sancionada, lo que es tanto como decir, simplemente, en una proposición no
normativa. Otra cosa será que la concreta disciplina legal de los partidos políticos, en lo
que se aparte del régimen normativo de las asociaciones comunes, establezca límites
conformes con el propio art. 6 CE. Que el constituyente haya descartado encomendar
la garantía del respeto del art. 6 CE por parte de los partidos políticos al TC no significa
que se haya descartado dicha garantía en sí; únicamente que su verificación ha de
corresponder al Poder judicial ordinario en tanto no se establezca otra cosa.
 La ilegalización y disolución de un partido político es una consecuencia jurídica gravosa
para el partido mismo, para sus afiliados y, por extensión, también para sus
simpatizantes y votantes, pero ello no las convierte, sin más, en medidas punitivas,
pues en otro caso habría que concluir que toda consecuencia jurídica desfavorable o la

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 170

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

simple denegación de un beneficio encerraría un componente sancionador.


 En el supuesto del art. 9.3.d LOPP, deja de ser una simple manifestación ideológica para
convertirse en un acto de colaboración con el terrorismo o la violencia. Este tipo de
mensajes no queda al amparo de las libertades de expresión o de información.
 Respecto del art. 10.2 LOPP, solo incurre en causa de disolución el partido que, no en
su ideología, sino en su actividad persiga efectiva y actualmente «deteriorar o destruir
el régimen de libertades».
 La disolución de un partido político en aplicación de la LOPP no vulnera las libertades
ideológicas, ni de participación, ni de expresión o de información.
 El control jurídico ha de ser, por necesidad, un control, de modo que, al producirse una
situación de quebranto del orden jurídico pluralista se hace preciso restablecer la
legalidad conculcada. No hay, por tanto, componente punitivo alguno, estamos ante
una sanción reparadora.

3.8. La Sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos: caso Batasuna vs. España

El TS dictó su Sentencia de fecha 27 de marzo de 2003, en la que se decretaba la disolución de


Herri batasuna, Euskal Herritarrok, y Batasuna, apoyándose en la doctrina confirmada días
antes por el TC. Contra esta Sentencia se presentó por los partidos políticos ilegalizados,
recurso de amparo ante el TC.

La Sentencia 30 Junio, caso Batasuna vs. España, del TEDH, resolvió las demandas interpuestas
por Batasuna y Herri con la Sentencia que declaraba su disolución de conformidad con la LO
6/2002, de 27 Junio de partidos políticos. Los recurrentes habían esgrimido la violación de
libertad de expresión, reunión y asociación, juicio justo y recurso efectivo y elecciones libres.

El TEDH entiende que la resolución judicial fue ajustada a Derecho, ya que como quedaba
probado, los partidos disueltos eran instrumentos de la estrategia de ETA.

En la Sentencia, el TEDH declara:


 La disolución de los partidos políticos persigue el fin legítimo de defender el sistema
democrático y las libertades fundamentales de los ciudadanos, cuando los partidos
políticos se muestran incapaces de coexistir pacíficamente en el marco del sistema de
derechos y libertades.
 La disolución representa «una necesidad social imperiosa» y es coherente con el
estricto margen de depreciación que en este ámbito se reconoce a los Estados.
 El TE señala que puede diferenciarse entre comportamientos que favorecen un clima
de confrontación social y otros que constituyen un apoyo implícito al terrorismo ETA.

3.9. La STC 62/2011, 5 mayo de 2011, sobre solicitud de ilegalización de la coalición electoral
Bildu-Eusko Alkartasuna (EA)/Alternatiba Eraikitzen

El Abogado del Estado señaló que, en el recurso interpuesto ante el TS, se daba un supuesto
parcialmente novedoso ya que se utilizaba por primera vez la figura de la coalición entre dos
partidos legales para presentar candidaturas en un proceso electoral.

El MF indicó cuál era uno de los aspectos más relevantes en orden a la decisión final sobre el
caso, señalando que la importancia de la doctrina desarrollada por este Tribunal sobre la
prueba indiciaria y su aplicación a supuestos de similar índole al presente, para concluir que la
valoración efectuada por la Sala Especial del TS en la Sentencia recurrida satisfacía los
requisitos constitucionales.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 171

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

La coalición recurrente imputó a la Sentencia impugnada la vulneración del derecho de


participación política, en relación con la libertad ideológica, expresión, asociación, etc…, al
haberle privado de la presentación de sus candidaturas a las citadas convocatorias electorales.

El TC discrepó de los argumentos expuestos en sus escritos por el Abogado del estado y Fiscal,
partiendo de una línea doctrinal iniciado con la STC 85/2003, en relación con la proclamación
de candidaturas electorales instrumentalizadas al servicio de la continuidad de partidos
políticos disueltos por su vinculación con una organización terrorista, afirmó que la apreciación
de la causa prevista en el art. 44 LOREG [Ley Orgánica del Régimen Electoral General], precisa
de la acreditación judicial (razonable, suficiente y conforme a un proceso con todas las
garantías) de un designio defraudador dirigido a la continuación de un partido ilegalizado y
materializado a través de instrumentos subjetivos, organizativo-funcionales o financieros.

IV. El Derecho de Sindicación

Artículo 7 CE:
«Los sindicatos de trabajadores y las asociaciones empresariales contribuyen a la defensa y promoción
de los intereses económicos y sociales que les son propios. Su creación y el ejercicio de su actividad son
libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser
democráticos».

Artículo 28.1 CE:


«Todos tienen derecho a sindicarse libremente. La ley podrá limitar o exceptuar el ejercicio de este
derecho a las Fuerzas o Institutos armados o a los demás Cuerpos sometidos a disciplina militar y
regulará las peculiaridades de su ejercicio para los funcionarios públicos. La libertad sindical comprende
el derecho a fundar sindicatos y a afiliarse al de su elección, así como el derecho de los sindicatos a
formar confederaciones y a formar organizaciones sindicales internacionales o a afiliarse a las mismas.
Nadie podrá ser obligado a afiliarse a un sindicato».

4.1. Concepto

La CE ha contemplado la realidad sindical en dos preceptos diferenciados. Por un lado el art. 7


CE, consagra la figura del sindicato de trabajadores y la de las asociaciones empresariales como
instancia de defensa y promoción de sus respectivos intereses, consagra la libertad de creación
de unos y otras y establece la obligación de ambos de adoptar una estructura y mantener un
funcionamiento democrático. De otra, el art. 28.1 CE, reconoce el derecho fundamental a la
sindicación de los trabajadores.

Derecho que puede ser limitado o exceptuado en el caso de miembros de las FFAA o institutos
armados o cualquier otro cuerpo sometido a disciplina militar (Guardia Civil).
El derecho de libre sindicación, comprende el derecho a fundar sindicatos y a afiliarse al de su
elección, así como el derecho de los sindicatos a formar confederaciones y a fundar
organizaciones sindicales internacionales o a afiliarse a las mismas.

El derecho fundamental de sindicación tiene en la CE una vertiente positiva (derecho a


afiliarse), y una vertiente negativa (derecho a no afiliarse), que protege al trabajador contra la
afiliación obligatoria. La LO del derecho a la asociación, incluye entre las asociaciones que se
rigen por su legislación propia (art. 1.3 LO): «los partidos políticos, los sindicatos y las
organizaciones empresariales».

En cumplimiento de este mandato se aprobó la LO 11/1985, de 2 de agosto de libertad sindical,

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 172

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

la cual en su art. 1.1 proclama que todos los trabajadores tendrán derecho a sindicarse
libremente para la promoción y defensa de sus intereses económicos y sociales.

El modelo de sindicación regulado en el art. 28.1 CE, ha pretendido conciliar los intereses
sociales de los trabajadores con el respeto a la libertad de empresa consagrado a su vez en el
art. 38 CE.

La LO 11/1985 confirma lo establecido en la CE y distingue las facultades comprendidas en la


libertad sindical ejercida a título individual de las que le corresponden a las organizaciones
sindicales. Así, comprende la libertad sindical ejercida a título individual:
 El derecho a fundar sindicatos sin autorización previa, así como el derecho a
suspenderlos o a extinguirlos, por procedimientos democráticos.
 Derecho del trabajador a afiliarse con la sola condición de observar los estatutos del
mismo o a separarse del que estuviese afiliado, no pudiendo nadie ser obligado a
afiliarse a un sindicato.
 El derecho de los afiliados a elegir libremente a sus representantes dentro del
sindicato.
 El derecho a la actividad sindical.

Por otro lado, en el ejercicio de la libertad sindical, las Organizaciones Sindicales tienen
derecho a:
 Redactar estatutos y reglamento, organizar su administración interna y sus actividades
y formular su programa de acción.
 Constituir federaciones, confederaciones y organizaciones internacionales, así como
afiliarse a ellas.
 No ser suspendidas ni disueltas sino mediante resolución firme de la autoridad judicial,
fundada en incumplimiento grave de las leyes.
 El ejercicio de la actividad sindical en la empresa o fuera de ella, que comprenda en
todo caso:
o El derecho a la negociación colectiva.
o El ejercicio del derecho de huelga.
o El planteamiento de conflictos individuales y colectivos.
o La presentación de candidaturas a las elecciones de comités de empresa y
delegados de personal.

De otra parte, se consagra el principio de mayor representatividad de un sindicato, lo cual le


otorga una posición más sólida en las relaciones laborales.

4.2. Titularidad

Pertenece a las personas físicas y, también a las jurídicas. La LO 4/2000 de derechos y


libertades de los extranjeros en España y su integración social, establece en su art. 11, que los
extranjeros tendrán derecho a sindicarse o a afiliarse a una organización profesional, en las
mismas condiciones que los trabajadores españoles, siempre que obtengan autorización de
estancia o residencia en España.

V. El Derecho a la Huelga

Artículo 28.2 CE:


«Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses. La ley que
regule el ejercicio de este derecho establecerá las garantías precisas para asegurar el mantenimiento de
los servicios esenciales de la comunidad».

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 173

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

5.1. Concepto

Permite al trabajador suspender su actividad laboral como muestra de discrepancia por las
condiciones laborales y para la defensa de sus intereses.

El derecho de huelga estaba regulado por la ley 8/1980, del Estatuto de los trabajadores,
modificado por el RDL 1/1995, de 24 de marzo. La STC 11/1981 declaró la inconstitucionalidad
de algunos preceptos de la regulación de las relaciones de trabajo y sentó las bases de
interpretación del derecho de huelga. El TC estimó que:
 El derecho de huelga es más que la simple libertad de huelga, ya que no consiste en el
levantamiento de las específicas prohibiciones, sino en el derecho de los trabajadores a
colocar el contrato de trabajo en una fase de suspensión, y de este modo limitar la
libertad del empresario, a quien se le veda contratar otros trabajadores y llevar a cabo
arbitrariamente el cierre de la empresa.
 El contenido esencial del derecho de huelga consiste en la cesación del trabajo en
cualquiera de las manifestaciones o modalidades, lo que no excluye que el legislador,
pueda considerar abusivas ciertas modalidades siempre que los tipos que admita sean
bastantes por sí solos para reconocer que el derecho de huelga existe como tal y
eficaces para obtener las finalidades del derecho de huelga.
 El ejercicio del derecho de huelga puede quedar sometido por la Ley a algún tipo de
formalidades, siempre que no sean arbitrarias, que tengan por objeto proteger otros
bienes e intereses constitucionalmente protegidos y que no sean tan rígidas o difíciles
de cumplir que en la práctica hagan imposible el ejercicio del derecho.
 Las huelgas de solidaridad están amparadas por el derecho de huelga.
 No se puede comparar el derecho de huelga, reconocido como derecho fundamental,
con el cierre patronal, que debe considerarse derecho cívico. Por tanto, los
empresarios, no pueden responder a una huelga con un cierre patronal.

La CE ha establecido como límite al derecho de huelga el mantenimiento de los servicios


esenciales de la comunidad, sin señalar el alcance del concepto servicios esenciales. Es un
concepto jurídico indeterminado que debe concretarse legal o jurisprudencialmente.

El TC se ha pronunciado al respecto y ha afirmado que los servicios esenciales son aquellas


actividades industriales o mercantiles de las que se derivan prestaciones vitales o necesarias
para la vida de la comunidad. Como bienes e intereses esenciales hay que considerar los
derechos fundamentales, las libertades públicas y los bienes constitucionalmente protegidos
(STC 26/1981 y 27/1989).

El cierre o paro patronal, también conocido por su nombre inglés de lock-out, es una medida
de acción directa que consiste en la paralización total o parcial de las actividades de uno o
varios establecimientos o actividades económicas, por decisión del empresario o patrón. A
diferencia del derecho de huelga de los trabajadores, internacionalmente no hay ninguna
norma que reconozca al paro patronal como derecho. El cierre patronal puede estar dirigido
contra los trabajadores, especialmente los sindicatos, para evadir sus peticiones laborales, o
contra el Estado, con el fin de forzarlas a cambiar determinada política pública, o como
expresión de descontento contra determinado gobierno.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha definido el lock out como «el cierre total o
parcial de uno o más lugares de trabajo, o la obstaculización de la actividad normal de los
empleados, por uno o más empleadores con la intención de forzar o resistir demandas o

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 174

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

expresar quejas, o apoyar a otros empleadores en sus demandas o quejas».

5.2. Titularidad

La Titularidad del derecho de huelga pertenece a los trabajadores, pero las facultades en que
consiste el ejercicio del derecho de huelga, en cuanto acción colectiva y concertada,
corresponden tanto a los trabajadores como a sus representantes y a las organizaciones
sindicales (STC 11/1981).

Al hablar el art. 28.2 CE de los trabajadores, se excluye de la protección del derecho de huelga
a otros tipos de personas como los pequeños empresarios, autónomos, etc.

VI. El Derecho de Petición

Artículo 29 CE:
1. «Todos los españoles tendrán el derecho de petición individual y colectiva, por escrito, en la
forma y con los efectos que determine la ley.
2. Los miembros de las Fuerzas o Institutos armados o de los Cuerpos sometidos a disciplina militar
podrán ejercer este derecho sólo individualmente y con arreglo a lo dispuesto en su legislación
específica».

6.1. Concepto

Hasta la aprobación de la LO 4/2001, de 12 noviembre, reguladora del derecho de petición,


había sido una norma preconstitucional la que había regulado este derecho.

El derecho de petición permite a cualquier persona dirigirse, individual o colectivamente, a los


poderes públicos, instituciones públicas, administración o autoridad, así como ante los órganos
de dirección y administración de los organismos vinculados o dependientes de
administraciones públicas, respecto de las materias de su competencia.

El objeto del derecho de petición, podrá referirse a cualquier asunto o materia comprendidos
en el ámbito de competencias del destinatario, con independencia de que afecten
exclusivamente al peticionario o sean de interés colectivo o general.

Es característico del ejercicio del derecho de petición que la queja o sugerencia no tenga
establecido en el ordenamiento jurídico un procedimiento específico para formalizar la
reclamación y que el núcleo esencial esté constituido por una petición.

Este derecho debe ejercitarse por escrito, aunque puede utilizarse cualquier medio, incluso
electrónico, siempre que permita acreditar su autenticidad.

De conformidad con el art. 12 de la LODP, éste es susceptible de tutela judicial mediante las
vías establecidas en el art. 53.2 CE.

6.2. Tramitación

El art. 7 de la LODP señala el procedimiento para la tramitación de este derecho, que consiste
en:
 Recibido el escrito de petición, la autoridad u órgano al que se dirija procederá a
comprobar si se cumplen los requisitos previstos por la Ley, previas diligencias,
comprobaciones y asesoramientos que estime pertinentes. Como resultado del

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 175

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

examen realizado por la autoridad u órgano destinatario, se declarará su inadmisión o


tramitará la petición correspondiente.
 Si el escrito de petición no reuniera los requisitos, o no reflejara los datos necesarios
con la suficiente claridad, se requerirá al peticionario para subsanar los defectos en un
plazo de 15 días. Si no lo hiciera, se le tendrá por desistido.
 Se podrá requerir al peticionario para que aporte datos o documentos
complementarios que obren en su poder o cuya obtención esté a su alcance y que
resulten estrictamente imprescindibles para tramitar la petición. Si el peticionario no
aporta esta documentación ello no conlleva la inadmisibilidad de la petición.

6.3. Titularidad

Toda persona natural o jurídica, prescindiendo de su nacionalidad, puede ejercer este derecho,
individual o colectivamente, en los términos y con los efectos establecidos en la LO 4/2001, sin
que de su ejercicio pueda derivarse perjuicio alguno para el peticionario. Sin embargo, puede
exigirse responsabilidad a quienes con ocasión del ejercicio del derecho de petición incurriesen
en delito o falta. Los miembros de las FFAA o institutos armados o Cuerpos sometidos a
disciplina militar, sólo podrán ejercer este derecho individualmente y con arreglo a lo dispuesto
en su legislación específica.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 176

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Tema XVIII. Derecho de participación. Derecho de sufragio. Sistema electoral

I. El Derecho de Participación

Artículo 23.1 CE:


«Los ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de
representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal».

1.1. Concepto

El art. 23.1 CE reconoce expresamente a los ciudadanos el derecho a participar en los asuntos
públicos, directamente o a través de los procesos electorales.

No tiene precedentes en nuestro derecho constitucional histórico; tan sólo en el derecho


comparado, con la Constitución Francesa o la Constitución Alemana.

La participación da unidad al sistema democrático, siendo fundamento del propio sistema.

El que hoy denominamos «derecho de participación» ha estado en la base de los grandes


movimientos revolucionarios que han cimentado los actuales sistemas democráticos.

La idea de participación va unida a la de limitación jurídica del poder y a la aparición y


consolidación del modelo de Estado de derecho.

El derecho de participación es un derecho fundamental que articula el sistema democrático de


un Estado social y democrático de derecho, consagrado en el art. 1.1 de la CE, es la forma de
ejercitar la soberanía y, como expresamente figura en el mismo, reside en el pueblo español
del que emanan todos los poderes del Estado.

Este derecho de participación, sin embargo, no habilita a los ciudadanos para exigir su
participación en todos los asuntos públicos, pues, como dice el TC, se requiere un especial
llamamiento o una especial competencia, si se trata de órganos públicos, o una especial
legitimación si se trata de Entidades o sujetos de Derecho privado, que la ley puede, en tal
caso, organizar.

Se reconoce así, la legitimidad del establecimiento de requisitos y el sometimiento del ejercicio


de algunos derechos a procedimiento.

En cuanto al ámbito material de este derecho, se refiere a asuntos públicos, expresión que
parece aludir a la participación política, aunque no agota aquí su contenido, ya que deben
incluirse en este ámbito otras modalidades de participación social, económica, cultural, judicial
siempre que tengan carácter o relevancia pública.

1.2. Titularidad

El sujeto del derecho corresponde a los ciudadanos, término que alude de manera directa a la
persona física (STC 51/1984).

El protagonismo de los partidos políticos respecto del derecho de participación y su


reconocimiento como instrumento fundamental de la participación política, ha sido reconocido
por el TC en STC 21/1990, en la que, aunque no se les reconoce titularidad del derecho de
participación, se les atribuye un interés legítimo a que se respeten las condiciones para el

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 177

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

ejercicio del sufragio.

También ha señalado el TC que se vulnera el derecho de los ciudadanos a participar en los


asuntos públicos a través de representantes si se reconociera la facultad al partido político de
privar de su condición de representante a quien ha sido expulsado del partido político. Una vez
elegidos los representantes, éstos representan a todo el cuerpo electoral.

1.3. El derecho de acceso a cargos y funciones públicas

Artículo 23.2 CE:


«Asimismo, tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos, con
los requisitos que señalen las leyes».

La interpretación del alcance y contenido de este derecho fundamental ha de hacerse


considerando la CE como un todo en el que cada precepto encuentra su sentido pleno
valorándolo en relación con los demás; es decir, de acuerdo con una interpretación sistemática.

El derecho a acceder a los cargos públicos comprende también el derecho a permanecer en los
mismos, de otro modo este derecho quedaría vacío. Derecho a permanecer en condiciones de
igualdad. Los particulares pueden acudir al recurso de amparo en la medida en que las leyes
establezcan condiciones discriminatorias (STC 5/1983).

Ostentan la titularidad del derecho de acceso a los cargos públicos los ciudadanos, primero
como candidatos a un cargo representativo, y luego como parlamentarios, y en su caso, incluso
los Grupos Parlamentarios en que éstos se integran y que ellos mismos constituyen, en la
medida en que resulten menoscabados sus derechos (STC, entre otras, 5 y 10/1983).

El artículo 23.2 CE, sirve de criterio de interpretación de las formas de participación


administrativa, se aplica en el ámbito administrativo, en las reglas de participación directa e
indirecta o representativa.

1.4. Formas de participación política: participación directa y participación indirecta o


representativa

La soberanía popular, como facultad de un pueblo para dotarse de instituciones y leyes propias
y para regular la convivencia a través de la participación política, puede tener diversas
manifestaciones, pero todas ellas aluden a la idea central de democracia.

La imprescindible participación de los ciudadanos que define el sistema democrático puede


realizarse por diversos medios. En general, la convivencia de la comunidad debe ser regulada
cotidianamente, para lo que el titular de la soberanía del poder soberano pueda optar por:
 Ejercer directamente las funciones y facultades inherentes al funcionamiento de la
comunidad (participación directa).
 Delegar en unos representantes las funciones de organización de la comunidad
durante períodos determinados de tiempo (participación indirecta o representativa).
 Complementar ambos sistemas, articulando la participación ciudadana tanto a través
de la participación directa como a través de la elección de representantes.

La participación indirecta o representativa, en la cual el derecho fundamental a la participación


en los asuntos públicos se manifiesta en la elección libre de representantes, es la forma más
extendida en las democracias actuales.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 178

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

En la mayor parte de los Estados actuales se reconoce en sus ordenamientos jurídicos algunos
mecanismos de participación directa que coexisten dentro de un sistema fundamentalmente
articulado en torno a la representación política.

La participación política, en un sentido general, puede ser definida como «la acción de
intervenir en los procesos de toma de decisiones públicas», y presenta las siguientes
características:
 Es una participación reglada que se produce con ocasión de un procedimiento
específico.
 La participación tiene carácter puntual y no integra ni vincula al ciudadano en el órgano
o institución que esté llamado a tramitar o, en su caso, resolver definitivamente la
cuestión sometida a procedimiento.
 Debe implicar también el derecho a no participar. Resulta difícilmente compatible con
el principio de libertad la imposición de lo que, en principio, son derechos básicos de
este tipo de régimen político.

1.5. Participación indirecta o representativa

El art. 6 CE proclama que los partidos políticos son instrumentos fundamentales para la
participación política, sin encontrar en el resto del articulado una mención tan rotunda a favor
de cualquiera de las instituciones de democracia directa.

En igual sentido, el art. 66 CE afirma que «las Cortes Generales representan al pueblo
español…» y es en una de sus cámaras, el Congreso de diputados, dónde se inviste al
Presidente del Gobierno, que debe gozar de la confianza de la mayoría absoluta de sus
miembros. El parlamento es, pues, la institución representativa por excelencia, en sus ámbitos
territoriales correspondientes, Cortes Generales y Parlamentos autonómicos.

Todos ellos son instituciones representativas. Lo mismo cabe decir de los Ayuntamientos, de las
Diputaciones provinciales y Cabildos.

Para definir aún más el tipo de mandato de los representantes, la CE, en su art. 67.2 establece
que los miembros de las Cortes Generales no están ligados por el mandato imperativo. Ello
implica que los representantes no pueden recibir instrucciones en el desenvolvimiento de su
función.

Por otro lado, el sistema representativo debe reunir determinados caracteres para que pueda
imbricarse en un sistema democrático:
 Un sistema democrático para la elección de los representantes, de manera que la
participación del pueblo en dicha elección pueda entenderse como una manifestación
libre de la voluntad del titular de la soberanía, sufragio universal, libre, igual, directo y
secreto, condiciones imprescindibles para garantizar la libertad de elección.
 Un sistema de control eficaz de la actuación de los representantes tanto en los
aspectos estrictamente jurídicos como en el plano de la exigencia de responsabilidad
política, que sólo puede garantizarse a través de la reversibilidad de la opción tomada
en cada caso, es decir, a través de las elecciones periódicas. En cuanto a la renovación
del mandato, la CE establece que tanto el Congreso de los Diputados como el Senado
se renovarán cada 4 años, salvo que sean disueltas, facultad que se atribuye al
Presidente del Gobierno o se produce automáticamente cuando el Congreso de
Diputados no logra investir a un candidato como Presidente del Gobierno. En similares
términos se pronuncian los Estatutos de Autonomía y las normas electorales de las

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 179

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

diferentes CCAA.

II. Instituciones de Democracia Directa

Algunos institutos de democracia directa coexisten con el sistema representativo que acoge la
CE. La CE, los Estatutos de Autonomía y otras leyes de desarrollo han reconocido la
participación directa en tres ámbitos: ámbito nacional, el ámbito regional y el ámbito
municipal.

2.1. Ámbito nacional

La CE ha reconocido dos instituciones de democracia directa en el ámbito nacional: el


referéndum y la iniciativa legislativa popular.

2.1.1. El referéndum

Es un instrumento de participación directa que permite someter al pueblo a una consulta


concreta o a un texto normativo legislativo: en este último supuesto recibe el nombre de
referéndum legislativo, o constituyente cuando versa acerca de la CE o sus reformas.

El mandato constitucional ha sido desarrollado mediante la LO 2/1980, sobre regulación de las


distintas modalidades de referéndum.

En todos los casos, el referéndum se celebra por sufragio universal, igual, directo, libre y
secreto.

2.1.2. El referéndum de ámbito nacional en la Constitución española

La CE recoge dos tipos: el referéndum consultivo (art. 92 CE) y el referéndum de reforma


constitucional (arts. 167.3 y 168.3).

a) El referéndum consultivo

Recogido en el art. 92 CE, conforme al cual las decisiones políticas de especial trascendencia
podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos. Es convocado por el
Rey a propuesta del Presidente del Gobierno, previa autorización del Congreso de los
Diputados adoptada por mayoría absoluta.

En términos generales, el referéndum se somete al régimen electoral general en lo que no se


oponga a la LO 2/1980. El proceso de democracia directa en que consiste el referéndum se
articula a través de los grupos políticos en similares términos a como se producen los procesos
electorales.

En cuanto al contenido de la pregunta, la CE señala que ésta versará sobre decisiones políticas
de especial trascendencia. En principio pues, queda excluida la posibilidad de someter al
pueblo a un texto legislativo.

Es un instrumento político del Gobierno, asistido por la mayoría absoluta del Congreso, que
previsiblemente sólo se utilizará cuando existan fundadas garantías de lograr un resultado
afirmativo. Por último, afirmar que el resultado de la consulta será vinculante para el Gobierno,
dada la tesis de atribución de soberanía del pueblo en el art. 1.2 CE.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 180

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

b) El referéndum de reforma constitucional

La CE ha establecido dos procedimientos de reforma constitucional: El procedimiento ordinario


y el procedimiento agravado. Éste último se aplica a las revisiones totales del texto
constitucional y a las modificaciones que afecten al Título preliminar (arts. 1 a 9 CE); a la
sección primera del Capítulo II, del Título I (arts. 15 a 29 CE); y al Título II (arts. 56 a 65 CE -de la
Corona).

Conforme el art. 168.3 CE, aprobada una reforma constitucional por el procedimiento
agravado, será sometida a referéndum para su ratificación. Esta consulta tiene, pues, carácter
necesario y vinculante. La aprobación del proyecto de reforma por el sistema agravado y la
necesidad de celebrar el referéndum debe ser comunicada por las Cortes Generales al
Presidente del Gobierno, que queda obligado a tramitar dicha convocatoria dentro del plazo de
30 días y a su celebración dentro de los 60 días siguientes.

El resto del articulado de la CE, no comprendido en las materias propias de la reforma


agravada, queda sujeto al procedimiento de reforma ordinario.

Según art. 167.3 CE respecto de este procedimiento de reforma ordinario, aprobada la reforma
por las Cortes Generales, será sometida a referéndum cuando así lo soliciten, dentro de los 15
días siguientes a dicha aprobación, al menos una décima parte de los miembros de cualquiera
de las cámaras. Se trata pues de un referéndum facultativo para los parlamentarios.

Si los parlamentarios no solicitan el referéndum en el plazo citado, la reforma se considera


concluida. Los plazos para convocar este referéndum son los mismos que los establecidos para
la reforma agravada.

2.1.3. La iniciativa popular legislativa en el ámbito nacional

La iniciativa popular legislativa es un instrumento de participación directa de los ciudadanos.


En este caso en el proceso legislativo, en su momento inicial.

Reconocida en el art. 87.3 CE que se remite a una LO para la regulación de esta institución.
Como resultado fue aprobada la LO 3/1984, de 26 de marzo reguladora de la iniciativa
legislativa popular.

La desconfianza del legislador hacia este tipo de institutos de democracia directa se hace
patente incluso en la Exposición de motivos.

Pueden ejercer la iniciativa legislativa popular los ciudadanos españoles mayores de edad que
se encuentren incluidos en el censo electoral.

a) Materias excluidas

La LO relaciona una serie de materias excluidas de la iniciativa legislativa popular:


 Las materias propias de las leyes orgánicas.
 Las materias de naturaleza tributaria.
 Las relativas a la prerrogativa de gracia.
 Las mencionadas en los arts. 131 y 134.1 CE, referidas a la planificación de la actividad
económica y a los Presupuestos Generales del Estado.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 181

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

b) Requisitos

En cuanto a los requisitos, la LO exige que la iniciativa legislativa popular se ejerza mediante la
presentación de una proposición de ley (art. 3 LO):
 Consistente en un texto articulado de carácter normativo precedido de una exposición
de motivos.
 La relación de miembros que componen la Comisión Promotora de la iniciativa, con
expresión de los datos personales de todos ellos.
 Que dicha propuesta sea avalada, al menos, por 500.000 electores cuyas firmas hayan
sido autentificadas en la forma que la misma ley establece.

c) Tramitación

Junto a la proposición de ley, los promotores deben acompañar un documento en el que se


expliquen y justifiquen las razones que estiman avalan la propuesta popular. La proposición de
ley debe depositarse ante la Mesa del Congreso de los Diputados que examinará la
documentación y admitirá o inadmitirá la propuesta en un plazo no superior a 15 días. Son
causa de inadmisión:
 Que versen sobre materias excluidas.
 Que no hayan cumplido los requisitos exigidos. Si se trata de un defecto subsanable se
otorgará un mes de plazo para que los promotores complementen la documentación.
 Que versen sobre materias inconexas entre sí.
 Si existe previamente en cualquiera de las Cámaras un proyecto o una proposición de
ley sobre el mismo asunto que se encuentre en trámite de enmiendas o en otra
posterior.
 Que sean reproducción de otra iniciativa legislativa popular presentada durante la
legislatura.

Una vez que la Mesa del Congreso comunica a los promotores que su proposición de ley ha
sido admitida, comienza el proceso de recogida de firmas, para la cual la LO habilita el plazo de
6 meses a contar desde dicha comunicación.

Este plazo puede ser prorrogado por la Mesa del Congreso cuando concurran circunstancias de
fuerza mayor que hayan impedido completar el proceso.

Si no se consiguen recoger las 500.000 firmas necesarias, la iniciativa legislativa popular


caduca.

El parlamento no queda vinculado por el texto presentado por los ciudadanos, de ello, y de la
dificultad de lograr tal cantidad de firmas, cabe deducir la escasa virtualidad de la iniciativa
legislativa popular tal y como ha sido regulada en nuestro ordenamiento jurídico.

El Congreso ha tumbado las 63 ILP desde que en 1985 se presentara la primera. La única
excepción (si acaso parcial) se produjo con la iniciativa de 1997 de proposición de ley sobre
reclamación de deudas comunitarias, ya que parte de la propuesta fue «subsumida» en la
reforma de ley de propiedad horizontal de 1999.

d) Autentificación de las firmas

Junto a la firma del elector se indicará su nombre y apellidos, número del documento nacional

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 182

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

de identidad y municipio en cuyas listas electorales se halle inscrito.

La firma deberá ser autenticada por un Notario, por un Secretario Judicial o por el Secretario
municipal correspondiente al municipio en cuyo censo electoral se halle inscrito el firmante.

La autenticación deberá indicar la fecha y podrá ser colectiva, pliego por pliego. En este caso,
junto a la fecha deberá consignarse el número de firmas contenidas en el pliego.

2.2. Ámbito regional

En el ámbito territorial de las distintas CCAA se han reconocido también el referéndum y la


iniciativa legislativa popular como institutos de democracia directa.

En cuanto al referéndum, debemos distinguir entre el referéndum de iniciativa autonómica, el


referéndum de aprobación de los Estatutos de Autonomía y el referéndum de reforma
estatutaria, así como el referéndum sobre la incorporación de Navarra al País Vasco.

2.2.1. Referéndum de iniciativa autonómica

Previsto en el art. 151.1 CE, ha tenido una sola aplicación en España en la consulta popular
celebrada para la constitución de la CCAA Andaluza de 28/02/1980.

Este tipo de referéndum representa una excepción del procedimiento de iniciación autonómica
reconocido en el art. 143.2 CE.

El art. 143.2 CE establece el procedimiento de acceso a la autonomía de carácter general: «La


iniciativa del proceso autonómico corresponde a todas las Diputaciones interesadas o al órgano
interinsular correspondiente y a las dos terceras partes de los municipios cuya población
represente, al menos, la mayoría del censo electoral de cada provincia o isla. Estos requisitos
deberán ser cumplidos en el plazo de seis meses desde el primer acuerdo adoptado al respecto
por alguna de las Corporaciones locales interesadas».

Las autonomías constituidas conforme al procedimiento del art 143.2 CE pueden, transcurridos
5 años, mediante la reforma del Estatuto, ampliar sucesivamente sus competencias dentro del
marco constitucional.

La CE ha establecido otro procedimiento mediante el cual determinadas CCAA pueden alcanzar


desde su constitución el nivel superior de competencias al que alude el art 148.2 y para el que
se establece un plazo de 5 años.

Este procedimiento alternativo está contemplado en el art 151.1 CE: «No será preciso dejar
transcurrir el plazo de cinco años, a que se refiere el apartado 2 del artículo 148, cuando la
iniciativa del proceso autonómico sea acordada dentro del plazo del artículo 143.2, además de
por las Diputaciones o los órganos interinsulares correspondientes, por las tres cuartas partes
de los municipios de cada una de las provincias afectadas que representen, al menos, la
mayoría del censo electoral de cada una de ellas y dicha iniciativa sea ratificada mediante
referéndum por el voto afirmativo de la mayoría absoluta de los electores de cada provincia en
los términos que establezca una ley orgánica».

Por otro lado, La Disposición Transitoria Segunda CE, eximió de este referéndum a aquellos
territorios que, en otro tiempo, hubieran prebliscitado afirmativamente proyectos de EEAA, y

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 183

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

tuvieran en el momento de promulgarse la CE, regímenes provisionales de autonomía,


permitiéndoles acceder directamente al nivel superior de competencias sin necesidad de
consulta popular (Comunidades históricas, Cataluña, País Vasco y Galicia).

2.2.2. Referéndum de aprobación de los Estatutos de Autonomía elaborados por el


procedimiento del art 151 de la Constitución

Artículo 151 CE:


1. «No será preciso dejar transcurrir el plazo de cinco años a que se refiere el apartado 2 del
artículo 148 cuando la iniciativa del proceso autonómico sea acordada dentro del plazo del
artículo 143.2, además de por las Diputaciones o los órganos interinsulares correspondientes,
por las tres cuartas partes de los Municipios de cada una de las provincias afectadas que
representen, al menos, la mayoría del censo electoral de cada una de ellas y dicha iniciativa sea
ratificada mediante referéndum por el voto afirmativo de la mayoría absoluta de los electores
de cada provincia, en los términos que establezca una Ley Orgánica.
2. En el supuesto previsto en el apartado anterior, el procedimiento para la elaboración del
Estatuto será el siguiente:
a) El Gobierno convocará a todos los Diputados y Senadores elegidos en las circunscripciones
comprendidas en el ámbito territorial que pretenda acceder al autogobierno, para que se
constituyan en Asamblea, a los solos efectos de elaborar el correspondiente proyecto de
Estatuto de autonomía, mediante el acuerdo de la mayoría absoluta de sus miembros.
b) Aprobado el proyecto de Estatuto por la Asamblea de Parlamentarios, se remitirá a la
Comisión Constitucional del Congreso, la cual, dentro del plazo de dos meses, lo examinará
con el concurso y asistencia de una delegación de la Asamblea proponente para determinar
de común acuerdo su formulación definitiva.
c) Si se alcanzare dicho acuerdo, el texto resultante será sometido a referéndum del cuerpo
electoral de las provincias comprendidas en el ámbito territorial del proyectado Estatuto.
d) Si el proyecto de Estatuto es aprobado en cada provincia por la mayoría de los votos
válidamente emitidos, será elevado a las Cortes Generales. Los Plenos de ambas Cámaras
decidirán sobre el texto mediante un voto de ratificación. Aprobado el Estatuto, el Rey lo
sancionará y lo promulgará como Ley.
e) De no alcanzarse el acuerdo a que se refiere el apartado 2 de este número, el proyecto de
Estatuto será tramitado como proyecto de Ley ante las Cortes Generales. El texto aprobado
por éstas será sometido a referéndum del cuerpo electoral de las provincias comprendidas
en el ámbito territorial del proyectado Estatuto. En caso de ser aprobado por la mayoría de
los votos válidamente emitidos en cada provincia, procederá su promulgación en los
términos del párrafo anterior.
3. En los casos de los párrafos d y e del apartado anterior, la no aprobación del proyecto de
Estatuto por una o varias provincias no impedirá la Constitución entre las restantes de la
Comunidad Autónoma proyectada, en la forma que establezca la Ley Orgánica prevista en el
apartado 1 de este artículo».

2.2.3. Referéndum de reforma estatutaria

Todavía exige la CE para los Estatutos que hubieran nacido al amparo de la vía del art. 151 que
cualquier reforma que se realice en dichos estatutos deberá ser sometida a referéndum.

En este sentido, el art. 152.2 CE dispone: «Una vez sancionados y promulgados los respectivos
Estatutos, solamente podrán ser modificados mediante los procedimientos en ellos establecidos
y con referéndum entre los electores inscritos en los censos correspondientes».

2.2.4. Referéndum sobre la incorporación de Navarra al País Vasco

La Disposición Transitoria Cuarta de la CE establece un procedimiento especial para el supuesto


de incorporación de Navarra a la CCAA del País Vasco, según el cual la iniciativa correspondería

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 184

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

al Órgano foral competente y su decisión debería ser sometida a referéndum, expresamente


convocado al efecto, y aprobado por la mayoría de votos.

Este procedimiento es sólo la previsión de una eventualidad, y no se ha celebrado.

2.2.5. Iniciativa popular legislativa en las Comunidades Autónomas

Gran parte de los 19 EEAA (Excepto Castilla y León, Ceuta y Melilla), reconocen la iniciativa
popular en el ámbito de sus respectivas comunidades Autónomas, lo cual permite a los
ciudadanos de estos territorios presentar al Parlamente autonómico proposiciones de ley,
conforme a una ley propia del Parlamento que deberá respetar el contenido de la LO 3/1984
reguladora de la iniciativa popular.

2.3. Ámbito municipal

2.3.1. Referéndum

La ley de régimen local y la LO del Referéndum permiten la articulación de este instituto de


democracia directa en el ámbito municipal. En base a ello, las CCAA han adoptado distintas
posiciones en cuanto a la incorporación o no del referéndum municipal en sus territorios.

Así, Cataluña, Valencia, Canarias y Andalucía han asumido esta competencia inicialmente.

2.3.2. Régimen del Concejo Abierto

La CE, en su art. 140, ha reconocido una peculiar institución de democracia directa en el


ámbito municipal que consiste en la adopción de decisiones en régimen de Concejo Abierto, lo
cual permite la participación directa de los vecinos de un municipio.

La ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases de Régimen Local, dispone que funcionan
en Concejo Abierto:
 Los municipios que tradicional y voluntariamente cuenten con ese singular régimen de
gobierno administrativo.
 Aquellos otros en los que, por su situación geográfica, la mejor gestión de los intereses
u otra circunstancia lo aconsejen.

La constitución en concejo abierto de los municipios a que se refiere el apartado b) requiere la


petición de la mayoría de los vecinos, decisión favorable por mayoría de dos tercios de los
miembros del Ayuntamiento y aprobación por la CCAA. El gobierno y administración
municipales corresponden a un Alcalde y una asamblea vecinal de la que forman parte todos
los electores. Ajustan su funcionamiento a los usos, costumbres y a lo establecido en la Ley y
leyes de las CCAA.

III. Sistema Electoral

3.1. Concepto

El sistema electoral es un conjunto de reglas conforme a las cuales se produce el fenómeno


electoral, se asignan los escaños a los distintos candidatos según la fórmula adoptada y, en su
caso, se resuelven los recursos suscitados. Todo sistema electoral debe diseñarse respetando
unas reglas básicas, que serían:

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 185

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

 Imparcialidad. Un sistema electoral democrático no puede ser manipulado a favor de


una determinada formación política.
 La adecuación histórica. Un sistema electoral deberá adaptarse a las instituciones y a
las tradiciones del país donde vaya a ser aplicado, sin que esta afirmación impida las
modificaciones que el sistema electoral precise para adaptarse a nuevas circunstancias.
 El control del excesivo fraccionamiento de las fuerzas políticas, que se considera como
un problema electoral importante.
 La pluralidad de opciones políticas. Es la esencia de la democracia, pues en un proceso
electoral libre deben existir diversas opciones.

3.2. Elementos

Los elementos del sistema electoral español son:


 El derecho de sufragio.
 La circunscripción electoral.
 La fórmula de escrutinio.
 El censo electoral.
 La campaña electoral.
 La administración electoral.

3.2.1. El derecho de sufragio

Capacidad que el ordenamiento jurídico reconoce a los ciudadanos para participar, mediante
su voto, en los asuntos públicos. Tiene este derecho dos vertientes:
 La del derecho de sufragio activo, capacidad para ser elector y emitir el voto.
 La del derecho de sufragio pasivo, capacidad para ser candidato y poder presentar
candidatura en un proceso electoral.

Se reconoce este derecho como universal, se otorga a todos los ciudadanos sin excepción,
aunque se pueden solicitar ciertos requisitos para su ejercicio.

Reconocido en el art. 23 CE, al establecer que los ciudadanos tienen derecho a participar en
asuntos públicos, mientras que el art. 14 CE constitucionaliza la igualdad de todos los
españoles.

En consecuencia todos los procesos electorales españoles se celebran por sufragio universal de
los mayores de 18 años, que estén censados y en pleno uso de sus derechos.

Carecen de derecho de sufragio, según el art. 3.1 LO del Régimen electoral general:
 Los condenados por sentencia judicial firme a la pena principal o accesoria de privación
del derecho de sufragio durante el tiempo de su cumplimiento.
 Los declarados incapaces en virtud de sentencia judicial firme, siempre que la misma
declare expresamente la incapacidad para el ejercicio del derecho de sufragio.
 Los internados en un hospital psiquiátrico con autorización judicial, durante el período
que dure su internamiento siempre que en la autorización el juez declare
expresamente la incapacidad para el ejercicio del derecho de sufragio.

Al derecho de sufragio acompañan una serie de elementos que actualmente se consideran


circunstanciales al sistema democrático, como son la igualdad de voto, voto secreto, el voto
libre, el voto directo.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 186

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

3.2.2. La circunscripción electoral

Es el territorio en el cual los votos emitidos por los electores constituyen el fundamento para el
reparto de escaños a los candidatos de manera independiente a los votos emitidos en otras
zonas electorales. Las circunscripciones electorales pueden dividirse en dos grupos básicos:
 Circunscripciones uninominales, en las cuales está en liza un solo escaño, también
llamadas distritos.
 Circunscripciones plurinominales, en las que deben cubrirse dos o más escaños;
cuando la circunscripción abarca todo el territorio nacional, hablamos de colegio
nacional único.

En España se dan los tres tipos descritos.

3.2.3. La forma de la candidatura

Las opciones políticas pueden presentarse a los electores de forma distinta. Podemos distinguir
dos formas de candidatura:
 Candidatura personal: en la que se incluye un solo nombre.
 Candidatura en lista: puede subdividirse en:
o Listas abiertas: El elector establece el orden de sus preferencias e, incluso,
puede introducir algún nombre nuevo.
o Listas cerradas: que pueden ser:
 Listas cerradas y bloqueadas, pues el orden de los candidatos es
invariable y el elector sólo puede optar a dar su apoyo o no a la lista
completa.
 Listas cerradas y no bloqueadas, donde el orden es variable y el elector
puede dar el apoyo a la lista tal y como se presenta o reordenar a los
candidatos conforme a sus preferencias.

En el ordenamiento jurídico, el Congreso de los Diputados se elige mediante listas cerradas y


bloqueadas, no así el Senado.

3.2.4. La fórmula de escrutinio

Es el instrumento que permite asignar los escaños a los distintos candidatos en razón a los
votos obtenidos por cada uno de ellos. Se distingue entre las formulas de mayoría y las
fórmulas proporcionales, admitiendo ambas variantes.

3.2.4.1. Las fórmulas de mayoría

Pueden ser a su vez de mayoría absoluta y de mayoría relativa.

Según la fórmula de mayoría relativa, obtiene el escaño el candidato más votado, no siendo
relevante ni el número de votos recibido ni la diferencia obtenida respecto de los demás
candidatos. Está fórmula es la usada en el sistema uninominal Británico.

En cuanto a la fórmula de mayoría absoluta, puede aplicarse en circunscripciones uninominales


y plurinominales. En el caso de que en la primera vuelta ningún candidato hubiera obtenido la
mayoría absoluta es frecuente que se arbitre una segunda vuelta en la que compiten, por lo
general, sólo los candidatos más votados.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 187

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

En España, la fórmula de mayoría relativa se utiliza en la elección del Senado mediante listas
abiertas y con voto reducido en una unidad. En la mayor parte de las circunscripciones del
Senado se eligen 4 senadores y los electores sólo pueden señalar en las papeletas electorales a
tres.

3.2.4.2. Las fórmulas proporcionales

Son aquellas en las que la distribución de escaños entre los candidatos presentados se realiza
en proporción a los votos obtenidos por cada uno de ellos.

Las fórmulas proporcionales se consideran más precisas en cuanto a la reproducción de las


diferentes tendencias políticas de la población.

La proporcionalidad pura se daría en aquel caso en el que se diera relación exacta entre los
votos obtenidos y los escaños asignados, inaplicable en la realidad por las desviaciones.

La proporción exacta se produce cuando todos los escaños se consiguen con el mismo número
de votos, lo cual sólo acontece cuando la circunscripción es todo el territorio nacional; en los
casos, muy frecuentes, de que el territorio nacional se divida en circunscripciones,
prácticamente todas ellas plurinominales, la proporcionalidad es tanto más exacta cuanto
mayor es la circunscripción, es decir, en las circunscripciones donde se cubren mayor número
de escaños.

Aunque existen diversas fórmulas que responden al principio proporcional, pueden citarse las
siguientes:
 Fórmula proporcional de resto mayor.
 Fórmula proporcional de media mayor, con dos variantes:
o El sistema D’Hondt.
o El sistema de Santa Lagüe.

La CE exige el sistema proporcional para la elección del Congreso de los Diputados aunque no
determina la fórmula concreta a aplicarse.

Ha sido la LO del Régimen electoral General la que ha establecido que el reparto de escaños se
realizará mediante la fórmula proporcional de media mayor, conforme al sistema D’Hondt.
Además, este sistema se aplica a todas las elecciones españolas, incluidas las elecciones al
Parlamento Europeo, excepto las elecciones al Senado que se efectúan mediante el sistema de
mayoría relativa reducida en una unidad. Por otro lado, la LO del Régimen Electoral General ha
establecido la denominada barrera electoral que aparta del escrutinio a todas aquellas
candidaturas que no hubieran obtenido, al menos, un determinado porcentaje de los votos
válidos emitidos.

El reparto de escaños se realiza conforme al sistema proporcional de D’Hondt:

1. La atribución de los escaños en función de los resultados del escrutinio se realiza conforme a
las siguientes reglas:
 No se tienen en cuenta aquellas candidaturas que no hubieran obtenido, al menos, el
3% de los votos válidos emitidos en la circunscripción.
 Se ordenan de mayor a menor, en una columna, las cifras de votos obtenidos por las
restantes candidaturas.
 Se divide el número de votos obtenidos por cada candidatura por 1, 2, 3, etcétera,

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 188

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

hasta un número igual al de escaños correspondientes a la circunscripción, formándose


un cuadro similar al que aparece en el ejemplo práctico. Los escaños se atribuyen a las
candidaturas que obtengan los cocientes mayores en el cuadro, atendiendo a un orden
decreciente.

Ejemplo práctico: 480.000 votos válidos emitidos en una circunscripción que elija ocho
Diputados. Votación repartida entre seis candidaturas:

Por consiguiente: la candidatura A obtiene cuatro escaños, la candidatura B dos escaños y las
candidaturas C y D un escaño cada una.
 Cuando en la relación de cocientes coincidan dos correspondientes a distintas
candidaturas, el escaño se atribuirá a la que mayor número total de votos hubiese
obtenido. Si hubiera dos candidaturas con igual número total de votos, el primer
empate se resolverá por sorteo y los sucesivos de forma alternativa.
 Los escaños correspondientes a cada candidatura se adjudican a los candidatos
incluidos en ella, por el orden de colocación en que aparezcan.

2. En las circunscripciones de Ceuta y Melilla será proclamado electo el candidato que mayor
número de votos hubiese obtenido.

Si, como sucede en las elecciones al Congreso en España, las candidaturas se presentan en
listas cerradas y bloqueadas, los escaños obtenidos por cada candidatura se adjudicarán a los
candidatos incluidos en la lista por el orden en ella establecidos.

3.2.5. El censo electoral

El derecho de sufragio es un derecho individual pero de ejercicio colectivo. La elección la


realiza el cuerpo electoral que está formado por aquellas personas que reúnen los requisitos
establecidos por el ordenamiento jurídico, es decir:
 Poseen capacidad.
 Están en posesión de sus derechos políticos.
 Están incluidos en las listas del Censo Electoral.

El censo electoral está constituido por los ciudadanos que tienen reconocido el derecho de
sufragio y se publica con suficiente antelación a la fecha de la celebración de cualquier proceso
electoral, abriéndose un plazo para subsanar posibles errores.

El art. 29.1 de la LO 5/1985 del Régimen Electoral General (LOREG) regula la oficina del Censo
electoral.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 189

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

3.2.6. La campaña electoral

Es el periodo de tiempo que el ordenamiento habilita para que los partidos y los candidatos
puedan exponer a los ciudadanos sus respectivos programas electorales.

La campaña electoral en España dura 15 días, dando comienzo el día trigésimo octavo posterior
a la convocatoria y termina al las cero horas del día inmediatamente anterior a la votación.

Uno de los problemas fundamentales de la realización de las campañas electorales en la


actualidad es su financiación. Los ordenamientos jurídicos han establecido normas a fin de que
todos los partidos y candidatos realicen la campaña en términos de igualdad.

Los poderes públicos, que en virtud de su competencia legal hayan convocado un proceso
electoral, pueden realizar durante el período electoral una campaña de carácter institucional
destinada a informar a los ciudadanos sobre la fecha de la votación, el procedimiento para
votar y los requisitos y trámite del voto por correo, sin influir, en ningún caso, en la orientación
del voto de los electores. Esta publicidad institucional se realizará en espacios gratuitos de los
medios de comunicación social de titularidad pública del ámbito territorial correspondiente al
proceso electoral de que se trate, suficientes para alcanzar los objetivos de esta campaña.

Desde la convocatoria de las elecciones y hasta la celebración de las mismas queda prohibido
cualquier acto organizado o financiado, directa o indirectamente, por los poderes públicos que
contenga alusiones a las realizaciones o a los logros obtenidos, o que utilice imágenes o
expresiones coincidentes o similares a las utilizadas en sus propias campañas por alguna de las
entidades políticas concurrentes a las elecciones.

Asimismo, durante el mismo período queda prohibido realizar cualquier acto de inauguración
de obras o servicios públicos o proyectos de éstos, cualquiera que sea la denominación
utilizada, sin perjuicio de que dichas obras o servicios puedan entrar en funcionamiento en
dicho periodo.

3.2.7. La administración electoral

Cuida de la legalidad del proceso electoral, desde su inicio a la asignación final de los escaños
en función del apoyo electoral recibido.

El TC ha afirmado que la administración electoral tiene naturaleza de administración pública


(STC 21/1984). Los arts. 8 y SS de la LOREG regulan lo relativo a la administración electoral, de
la que afirma la propia ley que tiene por finalidad garantizar la transparencia y objetividad del
proceso electoral y el principio de igualdad.

Está integrada por:


 La Junta Electoral Central.
 Las Juntas electorales Provinciales.
 Las Juntas electorales de Zona y, en su caso de CCAA.
 Las mesas electorales.

La Junta Electoral Central tiene su sede en Madrid, las provinciales en las capitales de
provincia, y las de zona en las localidades cabeza de los partidos judiciales.

IV. Régimen Electoral General

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 190

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Actualmente en nuestro país se producen los siguientes procesos electorales:


 Elecciones municipales.
 Elecciones autonómicas.
 Elecciones nacionales que, a su vez, son:
o Elección del Congreso de los Diputados y Senado.
o Elección de los Diputados al Parlamento Europeo.

4.1. Elecciones municipales

Los ayuntamientos se integran por los Concejales y los Alcaldes. Los concejales son elegidos
por los vecinos directamente, mediante sufragio universal, igual, libre y secreto. Una vez
elegidos popularmente los concejales, se procede a la elección del Alcalde.

La CE (art. 140) permite que los Alcaldes sean elegidos por los concejales o por los vecinos,
pero la LOREG ha optado por la primera opción, determinando que pueden ser candidatos a
Alcalde todos los Concejales que hubieran encabezado sus respectivas listas electorales.

Si ninguno de los candidatos obtiene mayoría absoluta es proclamado Alcalde el Concejal que
encabece la lista más votada en ese municipio. En caso de empate se resuelve por sorteo.

En los municipios que tengan entre 100 y 250 habitantes pueden ser candidatos a Alcalde
todos los Concejales.

4.2. Elecciones de las Diputaciones Provinciales

El órgano de gobierno de la provincia es la Diputación, cuyos miembros son designados


mediante el mismo sistema proporcional de las demás elecciones, pero de forma indirecta,
pues se lleva a cabo la designación en función del número de concejales obtenidos por cada
partido o fuerza política en las elecciones municipales de la provincia.

El número de Diputados de cada Diputación provincial se determina según el número de


residentes de cada provincia, conforme al siguiente baremo (art. 204.1 LOREG):
 Hasta 500.000 residentes … 25 Diputados
 De 500.001 a 1.000.000 residentes … 27 Diputados
 De 1.000.001 a 3.500.000 residentes … 31 Diputados
 De 3.500.001 en adelante … 51 Diputados

Una vez celebradas las elecciones locales, la Junta de Zona forma una lista con el número de
Diputados que corresponden a cada formación política que haya obtenido algún Concejal
dentro del partido judicial correspondiente.

Los Concejales de cada partido o formación política, reunidos de forma independiente, eligen,
entre ellos mismos, a quienes hayan de ocupar los puestos de Diputados Provinciales de su
partido.

4.3. Elección de los Cabildos Insulares

La LOREG establece unas normas especiales para la elección de los miembros de los Cabildos
Insulares Canarios, determinando que en cada una de estas islas se elegirán, en urna distinta
de la destinada a la elección de los Concejales, un número determinado de Consejeros

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 191

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Insulares en proporción al número de residentes en cada isla según el baremo:


 Hasta 10.000 residentes … 11 Consejeros
 De 10.001 a 20.000 residentes … 13 consejeros
 De 20.001 a 50.000 residentes … 17 consejeros
 De 50.001 a 100.000 residentes … 21 Consejeros
 De 100.001 en adelante, un Consejero más cada 100.000 residentes o fracción,
añadiéndose uno más cuando el resultado sea un número par.

Será presidente del Cabildo Insular el candidato primero de la lista más votada

4.4. Las elecciones autonómicas

Los miembros de las Asambleas Legislativas de las CCAA son elegidos mediante el mismo
sistema electoral de los Ayuntamientos y del Congreso de los Diputados y, también, como en
las demás elecciones, por sufragio universal, directo, libre, secreto, e igual de la población de
cada CCAA. Hay 17 CCAA más las CCAA de Ceuta y Melilla. Las Asambleas legislativas de las
CCAA designan también un número determinado de Senadores.

4.5. Elecciones de las Cortes Generales: Congreso de los Diputados y Senado

La CE ha establecido fórmulas distintas para la elección de cada una de las Cámaras que
componen las Cortes.

La elección del Congreso de los Diputados sigue la regla del sistema proporcional, media
mayor, variante de D’Hondt.

En la elección del Senado se aplica el sistema de mayoría con peculiaridades.

4.5.1. Congreso de los Diputados

Se fija como circunscripción la provincia. Ceuta y Melilla estarán representadas por un


Diputado cada una de ellas.

Se establece una representación mínima de cada circunscripción, que la ley ha fijado en dos
Diputados. Las candidaturas se presentan en listas cerradas y bloqueadas con el mismo
número de candidatos que escaños se elijan en cada provincia, más algunos suplentes.

Se establece la barrera electoral del 3% de los votos emitidos válidamente. Conforme al art. 68
CE, el congreso se compondrá de un mínimo de 300 y un máximo de 400 Diputados. La LOREG
ha fijado el número de Diputados en 350 distribuidos como sigue:
 A cada provincia le corresponden un mínimo inicial de dos Diputados y a Ceuta y
Melilla, uno respectivamente, en total 102 Diputados.
 Los 248 restantes se distribuyen entre las provincias en proporción a su población
conforme al siguiente procedimiento:
o Se divide la cifra total de población de derecho por 248, el cociente de esta
división es la cuota de reparto.
o Se adjudicarán a cada provincia tantos Diputados como resulten, en números
enteros, de dividir la población de derecho provincial por la cuota de reparto.
o Los Diputados restantes se distribuyen asignados uno a cada una de las
provincias cuyo cociente, obtenido conforme se ha descrito, tenga una fracción
decimal mayor.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 192

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

4.5.2. Senado

El art. 69.2 CE establece que se elegirán 4 Senadores por provincia, salvo las islas, Ceuta y
Melilla.

En las provincias insulares, cada isla que posea Cabildo o Consejo insular propio constituye una
circunscripción a efectos de elección de Senadores, y se eligen:
 Tres senadores en cada una de las islas Mayores (Mallorca, Gran Canaria y Tenerife).
 Un Senador en cada una de las siguientes circunscripciones: Ibiza, Formentera,
Menorca, Fuerteventura, Gomera-Hierro, Lanzarote y la Palma.
 Ceuta y Melilla dos senadores cada una.
 Cada CCAA designa, además, un senador y, además, otro por cada millón de habitantes
de su territorio. La designación de estos senadores se realiza por la Asamblea
legislativa con respeto al criterio de representación proporcional.

La fórmula establecida en el Régimen electoral para la elección del Senado ha sido la de


mayoría simple, a una sola vuelta, con voto reducido en una unidad.

4.6. Elecciones al Parlamento Europeo

Tienen derecho de sufragio activo en las elecciones al Parlamento Europeo (art. 210 LOREG):
 Los españoles y las personas residentes en España que, sin haber adquirido la
nacionalidad española:
o Tengan la condición de ciudadanos de la Unión Europea.
o Reúnan los mismos requisitos que la Ley pide para ser elector a los españoles y
gocen del derecho de sufragio activo en los estados miembros de origen.
o Para que un ciudadano no español, de la UE pueda ejercer el derecho de voto
en España, deberá haber optado previamente en tal sentido.
 La LOREG regula lo relativo a sufragio pasivo para las elecciones al Parlamento
Europeo, estableciendo que, además de los españoles, son elegibles:
o Todas las personas residentes en España que, sin haber adquirido la
nacionalidad española, tengan la condición de ciudadanos de la UE.
o Reúnan los requisitos para ser elegibles exigidos en esta ley para los españoles
y sean titulares del derecho de sufragio pasivo en el Estado miembro de
origen.

La circunscripción es todo el territorio nacional (colegio nacional único). En España


actualmente se eligen 62 Diputados al Parlamento Europeo mediante el sistema proporcional
de media mayor, variante D’Hondt. En estas elecciones no se aplica ningún tipo de barrera
electoral.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 193

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Tema XIX. Derechos y deberes de los ciudadanos. Principios rectores de la política social y
económica

I. Los Derechos de la Sección 2ª, del Capítulo II, del Título I

Recibe la denominación «de los derechos y deberes de los ciudadanos», y comprende del
artículo 30 al art. 38, ambos inclusive. Los preceptos de esta sección 2ª no están dotados de las
máximas garantías que sí otorga el ordenamiento constitucional a los derechos de la sección
1ª.

Debe aceptarse que los derechos contenidos son considerados por el legislador menos
relevantes en orden a su protección.

Sin embargo, ciertos autores ya han considerado que las distintas garantías que se otorguen a
los diferentes derechos constitucionales no modifican su naturaleza, y, por tanto, unos y otros
son derechos fundamentales.

II. Los Deberes Constitucionales

2.1. El derecho y el deber de defensa de España

Artículo 30 CE:
1. «Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España.
2. La ley fijará las obligaciones militares de los españoles y regulará, con las debidas garantías, la
objeción de conciencia, así como las demás causas de exención del servicio militar obligatorio,
pudiendo imponer, en su caso, una prestación social sustitutoria.
3. Podrá establecerse un servicio civil para el cumplimiento de fines de interés general.
4. Mediante ley podrán regularse los deberes de los ciudadanos en los casos de grave riesgo,
catástrofe o calamidad pública».

Hoy, desaparecido el Servicio militar obligatorio, gran parte de los problemas jurídicos que
presentaba este precepto han decaído en su interés.

El RD 1735/2000, de 20 de octubre, por el que se aprueba el reglamento general de ingreso y


promoción de las fuerzas armadas, es reflejo de la modificación legislativa que introdujo la
plena profesionalización del Ejército en España.

2.2. Deberes tributarios

Artículo 31 CE:
1. «Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad
económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y
progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio.
2. El gasto público realizará una asignación equitativa de los recursos públicos, y su programación
y ejecución responderán a los criterios de eficiencia y economía.
3. Sólo podrán establecerse prestaciones personales o patrimoniales de carácter público con
arreglo a la ley».

El art. 31.1 CE consagra el deber de todos de contribuir al sostenimiento de los gastos públicos.
La CE establece los principios que deben regir este deber y que son:
 El principio de capacidad económica.
 El principio de igualdad del sistema tributario.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 194

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

 El principio de progresividad sin llegar a tener, en ningún caso, alcance confiscatorio.

El TC ha confirmado la necesidad de que, en el ámbito tributario, se respete el trato igual a


todos los sujetos en función de las diferentes capacidades económicas de cada uno de ellos
(STC 45/1989).

El reconocimiento del deber de contribuir a los gastos públicos faculta a los poderes públicos a
establecer tributos, y a los ciudadanos a ser sujetos pasivos de los mismos. El mandato
constitucional vincula tanto a los poderes públicos como a los ciudadanos e incide en la
naturaleza misma de la relación tributaria (STC 76/1990).

El apartado 31.2, asigna a los poderes públicos la obligación y responsabilidad de realizar una
asignación equitativa de los recursos públicos conforme a criterios de eficiencia y economía.

El apartado 31.3 consagra la reserva de ley para la regulación de cualquier prestación personal
o patrimonial de carácter público.

Materia regulada principalmente en la Ley 230/1963 General Tributaria (sustituida por la nueva
ley 58/2003 LGT de 17 de Diciembre de 2003). Establece en su Titulo preliminar, los principios
generales para la consecución de los objetivos del art. 31 CE:
 La ordenación del sistema tributario en función de la capacidad económica de las
personas obligadas a satisfacer los tributos y en los principios de justicia, generalidad,
igualdad, progresividad, equitativa distributiva de la carga tributaria y no
confiscatoriedad.
 La aplicación del sistema tributario de conformidad con los principios de
proporcionalidad, eficacia y limitación de costes indirectos derivados de cumplimiento
de obligaciones formales, asegurando el respeto de los derechos y garantías de los
obligados tributarios.

La Ley incluye un elenco amplio de derechos y garantías de los obligados tributarios:


 Derecho a ser informado y asistido por la Administración tributaria sobre el ejercicio de
sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones tributarias.
 Derecho a obtener, en los términos previstos en esta Ley, las devoluciones derivadas de
la normativa de cada tributo y las devoluciones de ingresos indebidos que procedan,
con abono del interés de demora previsto en el artículo 26 de esta Ley, sin necesidad
de efectuar requerimiento al efecto.
 Derecho a ser reembolsado, en la forma fijada en esta Ley, del coste de los avales y
otras garantías aportados para suspender la ejecución de un acto o para aplazar o
fraccionar el pago de una deuda, si dicho acto o deuda es declarado total o
parcialmente improcedente por sentencia o resolución administrativa firme, con abono
del interés legal sin necesidad de efectuar requerimiento al efecto, así como a la
reducción proporcional de la garantía aportada en los supuestos de estimación parcial
del recurso o de la reclamación interpuesta.
 Derecho a utilizar las lenguas oficiales en el territorio de su comunidad autónoma, de
acuerdo con lo previsto en el ordenamiento jurídico.
 Derecho a conocer el estado de tramitación de los procedimientos en los que sea
parte.
 Derecho a conocer la identidad de las autoridades y personal al servicio de la
Administración tributaria bajo cuya responsabilidad se tramitan las actuaciones y
procedimientos tributarios en los que tenga la condición de interesado.
 Derecho a solicitar certificación y copia de las declaraciones por él presentadas, así

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 195

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

como derecho a obtener copia sellada de los documentos presentados ante la


Administración, siempre que la aporten junto a los originales para su cotejo, y derecho
a la devolución de los originales de dichos documentos, en el caso de que no deban
obrar en el expediente.
 Derecho a no aportar aquellos documentos ya presentados por ellos mismos y que se
encuentren en poder de la Administración actuante, siempre que el obligado tributario
indique el día y procedimiento en el que los presentó.
 Derecho, en los términos legalmente previstos, al carácter reservado de los datos,
informes o antecedentes obtenidos por la Administración tributaria, que sólo podrán
ser utilizados para la aplicación de los tributos o recursos cuya gestión tenga
encomendada y para la imposición de sanciones, sin que puedan ser cedidos o
comunicados a terceros, salvo en los supuestos previstos en las Leyes.
 Derecho a ser tratado con el debido respeto y consideración por el personal al servicio
de la Administración tributaria.
 Derecho a que las actuaciones de la Administración tributaria que requieran su
intervención se lleven a cabo en la forma que le resulte menos gravosa, siempre que
ello no perjudique el cumplimiento de sus obligaciones tributarias.
 Derecho a formular alegaciones y a aportar documentos que serán tenidos en cuenta
por los órganos competentes al redactar la correspondiente propuesta de resolución.
 Derecho a ser oído en el trámite de audiencia, en los términos previstos en esta Ley.
 Derecho a ser informado de los valores de los bienes inmuebles que vayan a ser objeto
de adquisición o transmisión.
 Derecho a ser informado, al inicio de las actuaciones de comprobación o inspección
sobre la naturaleza y alcance de las mismas, así como de sus derechos y obligaciones
en el curso de tales actuaciones ya que las mismas se desarrollen en los plazos
previstos en esta Ley.
 Derecho al reconocimiento de los beneficios o regímenes fiscales que resulten
aplicables.
 Derecho a formular quejas y sugerencias en relación con el funcionamiento de la
Administración tributaria.
 Derecho a que las manifestaciones con relevancia tributaria de los obligados se recojan
en las diligencias extendidas en los procedimientos tributarios.
 Derecho de los obligados a presentar ante la Administración tributaria la
documentación que estimen conveniente y que pueda ser relevante para la resolución
del procedimiento tributario que se esté desarrollando.
 Derecho a obtener copia a su costa de los documentos que integren el expediente
administrativo en el trámite de puesta de manifiesto del mismo en los términos
previstos en esta Ley en poder de la Administración actuante.

2.3. El derecho y el deber de trabajar

Artículo 35 CE:
1. «Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de
profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para
satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse
discriminación por razón de sexo.
2. La ley regulará un estatuto de los trabajadores».

El art. 35 constitucionaliza un derecho-deber de los españoles a trabajar que, además, denota


un cierto grado de voluntarismo, ya que no parece que quede mínimamente garantizado ni el
derecho ni la obligación de trabajar.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 196

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Conforme a la interpretación literal de ese precepto, el derecho al trabajo no se agota en la


libertad de trabajar, sino que representa también el derecho a un puesto de trabajo y, como
tal, presenta un doble aspecto: individual y colectivo. El aspecto individual se encuentra
recogido el art. 35.1 CE y se concreta en el igual derecho de todos a un determinado puesto de
trabajo, si se cumplen los requisitos necesarios de capacitación, y en el derecho a la
continuidad o estabilidad en el empleo, es decir, a no ser despedido sin causa justa.

En el aspecto colectivo viene regulado en el art. 40.1 CE e implica un mandato a los poderes
públicos para que lleven a cabo una política de pleno empleo (STC 22/1981).

El art. 35 CE atribuye expresamente este derecho-deber a los españoles, de donde cabe


deducir que no existe una obligación absoluta a equiparar a los extranjeros en el derecho-
deber de trabajar.

La existencia de esta diferencia no resulta inconstitucional según STC 107/1984. Respecto a la


edad mínima y máxima para ejercer este derecho, mientras la primera es una garantía de
protección de los menores de edad, la fijación de una edad máxima es la limitación de un
derecho individual, aunque resulta justificada para la protección de valores y principios que
han sido asumidos por la CE, como son la solidaridad, la igualdad real y efectiva y la
participación de todos en la vida social, económica y cultural del país.

La fijación de la edad máxima de trabajo puede ser compatible con la CE aunque suponga una
limitación de derecho, siempre que cumpla con objetivos y fines constitucionales. La jubilación
forzosa, sin embargo, es un sacrificio personal en algunos supuestos que debe tener una
compensación, ya que resulta necesario no sólo cumplir fines constitucionales como antes
dijimos, sino también que las limitaciones del derecho individual no sean desproporcionadas ni
arbitrarias (STC 22/1981). El TC ha confirmado que el derecho al trabajo no comprende el
derecho del particular a continuar en el ejercicio de una función pública hasta una
determinada edad, ni hacerlo indefinidamente (STC 108/1986).

Igualmente no vulnera la CE que se exija el cumplimiento de deberes o requisitos inherentes a


una profesión que se ha elegido voluntariamente (STC 26/1987).

III. El Derecho al Matrimonio

Artículo 32 CE:
1. «El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica.
2. La ley regulará las formas de matrimonio, la edad y capacidad para contraerlo, los derechos y
deberes de los cónyuges, las causas de separación y disolución y sus efectos».

El matrimonio se conforma como un derecho individual, en la sección 2ª, del Capítulo II, del
Título I, mientras que la familia se encuentra regulada en el art. 39, dedicado a los principios
rectores de la política social y económica, dentro de lo que podríamos denominar un grupo de
preceptos que recogen, entre otros aspectos, las obligaciones del Estado respecto a
instituciones o sectores especialmente protegibles. Los textos internacionales de protección de
derechos han reconocido ambas instituciones, frecuentemente con un doble carácter: como
reconocimiento de un ámbito de libertad en el caso del matrimonio y como obligación de
asistencia y protección en el caso de la familia. De lo establecido en el art. 32 CE y en los arts.
42 a 107 del CC puede extraerse los caracteres del matrimonio como figura jurídica:

a) Los sujetos del matrimonio

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 197

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

Tradicionalmente se ha considerado como la unión jurídica de dos personas de sexo distinto


(art. 66 y 67 CC), sin embargo, existen sectores de población que reivindican la posibilidad de
que las personas del mismo sexo puedan acceder al matrimonio mediante la correspondiente
reforma legislativa, cosa que se ha llevado a efecto recientemente, en la Ley 13/2005, de 1 de
Julio, por la que se modifica el CC, suprimiendo el requisito de heterosexualidad de nuestro
ordenamiento jurídico (nuevo aptdo. 2 del art. 44 CC) y posibilitando la posibilidad de
participación de cónyuges homosexuales en procedimientos de adopción (art. 175.4 CC).

Esta se ha producido asimismo en Holanda y Bélgica, y algunas CCAA han regulado las uniones
de hecho, como Cataluña, Aragón, Navarra, Comunidad Valenciana, Madrid, Baleares,
Andalucía, Canarias y Extremadura.

b) Acuerdo de voluntades

La unión matrimonial se fundamenta en un acuerdo formal de voluntades, las cuales tienen


relevancia jurídica.

La importancia del consentimiento matrimonial radica en reconocer en el matrimonio un


vínculo siempre voluntario; voluntariedad que es decisiva en el análisis constitucional, ya que la
CE contempla el matrimonio como un derecho individual.

c) Monogamia

La ley civil (art. 68 CC) recoge la fidelidad conyugal, siendo el supuesto contrario una de las
causas legales de separación conyugal (art. 81 CC).

d) Igualdad entre los cónyuges

Este mandato constitucional debe ser respetado, en todo caso, por la ley, de manera que sea
efectivamente igual su posición en el ejercicio de derechos y deberes inherentes a esta
institución (STC 45/1989).

El art. 32.2 estableció, tras viva polémica en sede constituyente, que la ley debía regular, entre
otros aspectos, las causas de separación y disolución del matrimonio.

La Ley 30/1981, de 7 de julio, por la que se modifica la regulación del matrimonio en el Código
Civil y se determina el procedimiento a seguir en las causas de nulidad, separación y divorcio,
adoptó las normas civiles al art. 32.2 de la CE, y la más reciente Ley 15/2005, por la que se
modifican el CC y la LEC en materia de separación y divorcio, ha introducido modificaciones en
aquella regulación.

Según el art. 81 CE, se decretará judicialmente la separación, cualquiera que sea la forma de
celebración del matrimonio:
 A petición de ambos cónyuges o de uno con el consentimiento del otro, una vez
transcurridos tres meses desde la celebración del matrimonio. A la demanda se
acompañará una propuesta de convenio regulador redactada conforme al artículo 90
de este Código.
 A petición de uno solo de los cónyuges, una vez transcurridos tres meses desde la
celebración del matrimonio. No será preciso el transcurso de este plazo para la
interposición de la demanda cuando se acredite la existencia de un riesgo para la vida,
la integridad física, la libertad, la integridad moral o libertad e indemnidad sexual del

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 198

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

cónyuge demandante o de los hijos de ambos o de cualquiera de los miembros del


matrimonio.

A la demanda se acompañará propuesta fundada de las medidas que hayan de regular los
efectos derivados de la separación.

IV. El Derecho a la Propiedad Privada y a la Herencia

Artículo 33 CE:
1. «Se reconoce el derecho a la propiedad privada y a la herencia.
2. La función social de estos derechos delimitará su contenido, de acuerdo con las leyes.
3. Nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos sino por causa justificada de utilidad pública o
interés social, mediante la correspondiente indemnización y de conformidad con lo dispuesto
por las leyes».

Incorpora el art. 33.1 un derecho liberal clásico: la propiedad, históricamente regulada.


El art. 348 CC establece que «la propiedad es el derecho a gozar y disponer de una cosa, sin
más limitaciones que las establecidas en las leyes. El propietario tiene acción contra el tenedor
y el poseedor de la cosa para reivindicarla».

Los arts. 657 y SS del CC establecen que «los derechos a la sucesión de una persona se
transmiten desde el momento de su muerte»; art. 658: «la sucesión se difiere por la voluntad
del hombre manifestada en testamento, y a falta de este, por disposición de ley. La primera se
llama testamentaria y la segunda legítima. Podrá también deferirse en una parte por voluntad
del hombre y en otra por disposición de la ley».

La propiedad regulada en la CE, tiene una doble vertiente, institucional e individual, es decir,
como derecho subjetivo, modulado, sin embargo, por las previsiones del apartado 2 y 3 del
propio art. 33 CE; y como institución que puede, en determinados casos y conforme a garantías
precisas, estar al servicio de fines y bienes constitucionales (STC 111/1983).

La titularidad del derecho corresponde tanto a las personas físicas como a las personas
jurídicas y en los términos del art. 13.1 CE, puede corresponder también a las personas físicas y
jurídicas que no sean de nacionalidad española. El apartado 2 del art. 33 CE incorpora la
posibilidad de establecer límites al derecho de propiedad, al determinar que el contenido se
modulará en razón de la función social, modificando así el contenido literal de este derecho
que prevalecía frente a otros derechos y libertades, haciéndolo más acorde con los principios
del Estado social y democrático del Derecho actual. El apartado 3 del art. 33 CE, garantiza que
nadie será privado de sus bienes salvo en los casos y con las garantías siguientes:
 Por causa justificada de utilidad pública o interés social.
 Mediante la correspondiente indemnización.
 De conformidad con lo dispuesto en las leyes.

La expropiación forzosa se concibe en los orígenes del Estado liberal como un último límite al
sagrado e inviolable derecho de propiedad privada y referido casi en exclusiva a expropiaciones
para la construcción de obras públicas. En el estado actual ya no es un límite al derecho de
propiedad sino un instrumento positivo puesto a disposición del poder público para el
cumplimiento de los fines que tiene encomendados en orden a la consecución del equilibrio
económico, de la justicia social y del desarrollo equilibrado de la sociedad (STC 166/1986).

La ley de 16 diciembre de 1951, de Expropiación forzosa (modificada por la ley 38/1999 y por la
ley 14/2000), establece, en su art. 1.1 que se entenderá por expropiación forzosa por causa de

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 199

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

utilidad pública o interés social cualquier forma de privación singular de la propiedad privada o
de derechos o intereses patrimoniales legítimos, cualesquiera que fueren las personas o
entidades a que pertenezca, acordada imperativamente.

V. El Derecho de Fundación

Artículo 34 CE:
1. «Se reconoce el derecho de fundación para fines de interés general, con arreglo a la ley.
2. Regirá también para las fundaciones lo dispuesto en los apartados 2 y 4 del artículo 22».

Regulado por la ley 30/1994, de 24 de noviembre, de fundaciones y de incentivos fiscales a la


participación privada en actividades de interés cultural, vigente hasta la aprobación de la ley
50/2002, de 26 diciembre, de fundaciones, que tiene por objeto desarrollar el derecho de
fundación reconocido en el art. 34 CE y establecer las normas de régimen jurídico de las
fundaciones que corresponde dictar al Estado, así como regular las funciones de competencia
estatal.

La fundación es una persona jurídica, constituida sin fin de lucro, que, por voluntad de sus
creadores, tiene afectado de modo duradero su patrimonio a la realización de fines de interés
general. La fundación nace como un acto de disposición de bienes que realiza el fundador,
quien los vincula a un fin por él determinado y establece las reglas por las que han de ser
administrados al objeto de que sirvan para la consecución de fines de interés general. El art. 34
CE, que reconoce el derecho a la fundación, se encuentra inmediatamente después del que
regula la propiedad privada, manifestándose el vínculo entre uno y otro, ya que el derecho de
fundación expresa una facultad del derecho de propiedad como es el de la libre disposición de
lo propio. Las fundaciones se rigen por la voluntad del fundador y por sus Estatutos y, en todo
caso por la ley (STC 49/1988).

Es requisito ineludible para constituir una fundación que los fines de la fundación sean de
interés general. En este sentido, la Ley 50/2002, de 26 diciembre, de fundaciones, confirma
esta necesidad e incorpora un elenco de posibles fines, entre otros (art. 3.1):
 Los de defensa de los derechos humanos.
 Se las víctimas del terrorismo y actos violentos.
 Asistencia social e inclusión social.
 Cívicos, educativos, culturales, científicos, deportivos, sanitarios, laborales.
 De fortalecimiento institucional.
 De cooperación para el desarrollo.
 De promoción del voluntariado.
 De promoción de la acción social.
 De defensa del medio ambiente.
 De fomento de la economía social.
 De promoción y atención a las personas en riesgo de exclusión por razones físicas,
sociales o culturales.
 De promoción de los valores constitucionales y defensa de los principios democráticos,
de fomento de la tolerancia, de desarrollo de la sociedad de la información, o de
investigación científica y desarrollo tecnológico.

En todo caso, la finalidad de la fundación debe beneficiar a colectividades genéricas de


personas y, en ningún caso, podrán constituirse fundaciones con la finalidad principal de
destinar sus prestaciones al fundador o a los patronos, a sus cónyuges o personas ligadas con
análoga relación de afectividad, o a sus parientes hasta el cuarto grado inclusive, así como
personas jurídicas singularizadas que no persigan fines de interés general.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 200

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

VI. La Libertad de Empresa

Artículo 38 CE:
«Se reconoce la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado. Los poderes públicos
garantizan y protegen su ejercicio y la defensa de la productividad, de acuerdo con las exigencias de la
economía general y, en su caso, de la planificación».

Se encuentra estrechamente vinculado a otros preceptos constitucionales como el art. 33 ya


citado, el art. 128, que regula la función pública de la riqueza o el art. 131, que se refiere a la
planificación de la actividad económica. El TC se ha pronunciado en diversas ocasiones en
torno a la denominada «Constitución económica», definiéndola como el conjunto de normas
destinadas a proporcionar el marco jurídico fundamental para la estructura y funcionamiento
de la actividad económica.

La CE no establece un modelo económico específico, pero sí un modelo económico genérico


que rechaza, al menos, dos soluciones extremas: la absoluta libertad económica y la pura
estatalización de la economía. El TC se ha manifestado expresamente (STC 46/1983), al
reconocer la libertad de empresa como un derecho fundamental, aunque no esté protegido
por el recurso de amparo, pues tiene un contenido esencial garantizado frente al legislador
según lo establece el art. 53 CE.

Entre las condiciones básicas para el ejercicio de la libertad de empresa constitucionalizada se


halla la libre circulación de bienes en todo el territorio nacional, aunque las CCAA pueden
disciplinar determinados aspectos de ciertas actividades empresariales (STC 52/1988).

La CE ha incorporado como principios económicos básicos, en primer lugar, el principio de


unidad y de subordinación de la riqueza al interés general, y en segundo lugar, el principio de
interacción del sector público y del sector privado.

El art. 128 CE, reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Habilita este precepto a
la ley para que se reserve, en su caso, al sector público recursos y servicios esenciales y que
pueda acordarse la intervención de empresas si lo exige el interés general.

VII. Colegios Profesionales

Artículo 36 CE:
«La ley regulará las peculiaridades propias del régimen jurídico de los Colegios Profesionales y el ejercicio
de las profesiones tituladas. La estructura interna y el funcionamiento de los Colegios deberán ser
democráticos».

Los Colegios profesionales son considerados corporaciones sectoriales de Derecho público


(SSTC 23/1984 y 76/1983), para cuya regulación el art. 36 CE ha establecido la reserva de ley y
la exigencia que se establece para los partidos políticos y los sindicatos de que su estructura
interna y funcionamiento sean democráticos.

La actividad de los Colegios profesionales no sólo está encaminada a la defensa de intereses


privados (fines que podrían conseguir mediante el derecho de asociación), sino que también
tienen la función de garantizar el ejercicio de determinadas profesiones tituladas para garantía
de la sociedad, aunque pueda resultar discutible la colegiación obligatoria y la sujeción tanto
de los profesionales como de los particulares.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 201

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

La ley reguladora de los Colegios profesionales, señala como fines de estos:


 La ordenación del ejercicio de las profesiones.
 La representación exclusiva de las mismas.
 La defensa de los intereses profesionales de los colegiados.

Según el art. 3.2 de la Ley 2/1974 sobre Colegios Profesionales, «será requisito indispensable
para el ejercicio de las profesiones hallarse incorporado al Colegio Profesional correspondiente
cuando así lo establezca una Ley estatal. La cuota de inscripción o colegiación no podrá superar
en ningún caso los costes asociados a la tramitación de la inscripción. Los Colegios dispondrán
los medios necesarios para que los solicitantes puedan tramitar su colegiación por vía
telemática, de acuerdo con lo previsto en el artículo 10 de esta Ley».

VIII. Los Principios de la Política Social y Económica

8.1. Posición constitucional

Reconocidos y regulados en el Capítulo III, del Título I (art. 39 a 52 CE), se ha señalado que su
característica principal es la de no ser directamente exigibles ante los Tribunales de Justicia sino
de conformidad con las normas que los desarrollen.

Así, estos principios dependen para su efectivo ejercicio o realización, de la acción de los
poderes públicos y, en consecuencia, de los programas de política económica y social que los
gobernantes lleven a cabo.

Como es conocido, el Estado Social articuló una intervención económica sistemática que
sustituyó progresivamente a las estructuras liberales.

Mediante la intervención pública en la economía se pretende alcanzar no sólo objetivos


económicos en estricto sentido, sino fines de redistribución económica y equilibrio que
promuevan la igualdad y la justicia en la sociedad.

El Capítulo III de la CE incorpora las obligaciones del Estado respecto de sectores de población y
de ámbitos precisados de apoyo, tutela y promoción.

Las obligaciones del Estado que se regulan, tienden a la consecución de una serie de objetivos,
que podríamos sintetizar en:
 La consecución de un nivel de calidad mínima para toda la población.
 La lucha por la igualdad real y efectiva.
 La protección de sectores de población que se encuentran en situación de inferioridad.
 La protección de los recursos naturales y la organización de los servicios para lograr la
mayor efectividad de los mismos.

El Capítulo III no tiene sólo valor declarativo o programático, posee valor jurídico indiscutible,
aunque su articulación dentro del ordenamiento jurídico debe realizarse en función de la
estructura de cada uno de los preceptos contenidos en este capítulo (ya que unos son
principios, otros son obligaciones directas para el legislador y otros, como ya se mencionó, son
verdaderos derechos).

Nos encontramos ante preceptos cuya eficacia no es inmediata, sino mediata a través de la Ley
que los desarrolle, aunque de los mismos parece derivarse la obligación de los poderes
públicos de acometer su desarrollo legal, ya que, en caso contrario, se anularía su eficacia

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 202

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)


lOMoARcPSD|2681405

DERECHO CONSTITUCIONAL II

jurídica. Parece pues, que los preceptos contenidos en los artículos 39 a 52, no reconocen al
sujeto una esfera de autonomía o libertad que le permita demandar a los poderes públicos su
abstención, en alguno de los casos, o una prestación concreta en otros.

Pero, por ser la Constitución toda ella normativa y de aplicación directa, se puede considerar
que los preceptos contenidos en este capítulo III, pueden alegarse, si no como derechos
directamente exigibles, sí como principios y como obligaciones de los poderes públicos que han
podido, en determinados casos, ser exigidos, incluyendo incluso las obligaciones de desarrollo
de los preceptos.

8.2. El contenido del Capítulo III, del Título I

El Capítulo III (arts. 39 a 52 CE) tiene un contenido heterogéneo, sobre el que proponemos la
siguiente clasificación:

a) Sectores de personas especialmente protegidos

Este Capítulo incorpora la obligación de los poderes públicos de proteger a determinados


sectores de población o a regular lo concerniente a estos sectores para garantía del ejercicio de
otros derechos, como es el caso de los menores, emigrantes, juventud, disminuidos psíquicos,
físicos, tercera edad, y consumidores.

b) Reconocimiento y garantía de instituciones y organizaciones sociales

Tal es el caso de la institución familiar y de las organizaciones profesionales.

c) Protección y promoción de bienes, intereses, actividades y elementos del ecosistema

El derecho al disfrute del medio ambiente, el fomento del deporte y la utilización del ocio, la
conservación del patrimonio artístico, el derecho a la vivienda digna y la utilización equilibrada
del suelo público.

d) Protección y promoción de aspectos relativos a la formación cultural y profesional y al


acceso a bienes económicos y laborales

Incluye la promoción del progreso social y económico, la política de formación profesional, la


consecución del pleno empleo, la promoción del acceso a la cultura y la promoción de la
ciencia y la investigación.

e) Protección de aspectos relativos a la salud

Integran este apartado, la obligación de los poderes públicos de mantener un régimen público
de Seguridad Social y la protección del derecho a la salud.

Jasacar GRADO DERECHO 2015-2016 Página 203

Su distribución está prohibida | Descargado por Paula Centeno (paulinysa@gmail.com)

Vous aimerez peut-être aussi