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Introducción a la teoría de supercuerdas,

teoría M. Parte I

La teoría de
supercuerdas determina que todas las partículas elementales están formadas por el mismo
tipo de filamento energético pero con vibración diferente. Son como las diferentes notas de
una guitarra. Esto es un burdo resumen de la teoría. Si quieren saber más, sigan leyendo.
¡Bienvenidos a las supercuerdas!

Cuerda cerrada vibrando.

En este artículo voy a introducir brevemente la teoría de cuerdas y supercuerdas, o teoría M.


No voy a empezar con la típica pregunta que pueden encontrar en reportajes de ciencia serios
o del tipo de Morgan Freeman, es decir, ¿de qué está hecho el Universo? No, voy a empezar
con la pregunta más profunda de la ciencia, ¿por qué las partículas elementales tienen las
propiedades correctas para permitir que ocurran procesos nucleares, que iluminan las
estrellas, que se formen planetas y que en al menos en uno de estos planetas se inició un
proceso químico complejo al que llamamos vida? En el modelo estándar no se explica por qué
las partículas elementales tienen las propiedades que vemos. En cambio, en la teoría de
cuerdas sí. La teoría de cuerdas “simplifica” la cuestión, las diferentes partículas elementales
son, al fin y al cabo, diferentes modos de vibración de hilos energéticos. La forma de vibrar de
estos hilos o cuerdas son los que definen las propiedades, masa, carga, spin, etc.
A nivel de longitud de Planck, el universo no es plano, es sumamente complejo y las direcciones arriba,
abajo, izquierda y derecha dejan de tener sentido. A esto se le conoce como espuma cuántica.

Aquí pueden encontrar una magnífica aplicación web para ver desde lo más grande a lo más
pequeño. Recorran este camino conmigo, bajen a más o menos en 10^{-9.7} metros, aquí
podemos encontrar la molécula del agua, 10^{-15} encontramos al protón y al neutrón, en
10^{-18} nos encontramos los quarks up, down y strange, en 10^{-19} tenemos a otros dos
quarks charm y bottom, si bajamos un poquito más a 10^{-22} vemos al quark top, en 10^{-24}
estamos con nuestro famoso neutrino, aquel que tras unas malas mediciones, los medios
sensacionalistas, vamos, todas las televisiones y periódicos, dijeron que había superado la
velocidad de la luz. Y si bajamos 9 órdenes de magnitud más, a unos increíbles 10^{-35},
estamos en la longitud de Planck y ya no podemos bajar más. La longitud de Planck está
definida por la siguiente ecuación:

siendo c es la velocidad de la luz en el vacío, G es la constante de gravitación universal,


y h es la Constante de Planck reducida. La mínima distancia que un objeto puede recorrer es
la longitud de Planck, es decir, no puede ir a 3/2 de Planck, o está a 1 o esta a 2 Planck.
Si juegan un poco con esa aplicación, verán que recorre desde 10^{-35} a 10^{27 } metros.
Nuestras leyes de Newton, aquellas que aprendimos en el colegio funcionan increíblemente
bien en condiciones de baja velocidad y objetos ni muy pequeños ni muy grandes (respecto a
tamaño y masa). Para objetos de tamaño “manejable” que vayan muy rápido (cerca de la
velocidad de la luz) o que sean muy grandes (estrellas, galaxias, etc.), es preciso utilizar las
ecuaciones de la relatividad para calcular las desviaciones temporales, de masa y energía. En
cambio, si el objeto es muy pequeño (masa y tamaño), es preciso utilizar la mecánica cuántica,
aquella que utilizan los físicos y no los magufos de todas las partes del mundo.
Explicación gráfica de la radiación de Hawking.

Pero, ¿qué pasa con los objetos muy pesados y de tamaño muy pequeño? Es decir, ¿qué
pasa con los agujeros negros? La pregunta es sumamente complicada y será mejor tratarla en
otro post. Pero tenga esto en mente, hace unas cuantas décadas, algunos científicos se
podían sentir cómodos si no unían la mecánica cuántica con la relatividad, había muchas
cuestiones más importantes a las que dedicar su atención y siempre estaba Newton por medio.
No había nada que de gran masa de tamaño muy pequeño. Tampoco había nada que fuese
muy rápido y que tuviese una masa no despreciable. Pero los agujeros negros provoca un
pequeño dolor de cabeza a aquellos físicos que decían aquello de “calla y calcula”. Quienes
no esperen a otro post, recomiendo que busquen lo siguiente en la web, aunque yo he
añadido el enlace a Wikipedia que no esta mal, radiación de Hawking.
La teoría de cuerdas, supercuerdas o teoría M, son la búsqueda de una teoría unificada que
agrupe las cuatro fuerzas de la naturaleza, ya hay teorías para unir 3 de ellas, pero la
gravedad es otro cantar.

Recordemos que hay 4 fuerzas en la naturaleza son la gravedad (magníficamente enunciada


en el modelo de la relatividad), electromagnética (explica que los fenómenos eléctrico y
magnético son las dos caras de una misma moneda, de la mano de Maxwell), nuclear débil
(intercambio de bosones B y Z, explica la desintegración beta y la radiactividad) y la nuclear
fuerte (explica la cohesión del núcleo atómico, esta fuerza es explicada por la cromodinámica
cuántica, en otro post entraremos en detalles sobre esta fuerza). En los años 60 se descubrió
que la fuerza electromagnética y la interacción nuclear débil son realmente el mismo
fenómeno, modelo electrodébil. A su vez, se están realizando investigaciones para unir el
modelo electrodébil a la fuerza nuclear fuerte.
¿Y qué tiene esto que ver con la teoría de cuerdas? Simple, la teoría de cuerdas fue
desarrollada por y para explicar la fuerza nuclear fuerte, pero había una teoría mucho más
relevante que ya he indicado anteriormente, la cromodinámica cuántica. Por ello, la comunidad
científica no la prestó mucha atención. Por suerte, entre los resultados matemáticos de la
teoría de cuerdas era predecir la existencia de una partícula sin masa y con spin 2. Lo
interesante viene aquí, la comunidad científica había determinado ciertas características de la
teoría que uniría la mecánica cuántica con la relatividad, entre dichas características era la
existencia de una partícula a la que llamaron gravitón que, igual que los fotones transmiten la
fuerza electromagnética, debía transmitir la fuerza gravitatoria. ¡Y esta partícula tenía que
tener masa nula y spin 2! Los investigadores John H. Schwarz y Joël Scherk argumentaron
que aunque la teoría de cuerdas había sido desarrollada en el intento de explicar la fuerza
nuclear fuerte, la realidad es que la teoría era una solución al problema de la gravedad.
Vamos, que les tocó el premio gordo aunque no el Nobel.
Aún así, la publicación que realizaron en 1974 pasó desapercibida, la fuerza gravitatoria es la
más débil de todas las fuerzas y el tamaño de las cuerdas tenía que ser aproximadamente de
la longitud de Planck. Es decir, no había forma empírica de demostrar la existencia de las
cuerdas. Además del varapalo que suponía que no se podría realizar ningún experimento para
demostrar que las cuerdas existían, la teoría tenía varias anomalías. Una anomalía viola uno o
más principios de la física, por ejemplo, el de la conservación de la energía. Tras una ardua
investigación y uno de los más importantes cálculos de campo, Schwarz y Michael
Green determinaron que ¡todas las potenciales anomalías se cancelaban mutuamente! Este
cálculo se publicó a mediados de los años 80 y durante estos años se había desarrollado la
teoría y se había confirmado experimentalmente las características de la fuerza nuclear fuerte
y la electrodébil (recordemos que es la unión del electromagnetismo y la fuerza nuclear débil).
En este momento, los físicos podían centrarse en la unión de la mecánica cuántica y la
relatividad. Se produjo una auténtica revolución, miles de cerebros se centraron en esta
enredada teoría. Aquí ocurrió la primera revolución de las supercuerdas.
A continuación una tabla resumen de las fuerzas:

Fuerza Partícula de la fuerzaMasa

Fuerte Gluón 0

ElectromagnéticaFotón 0

Débil W, Z 86.97

Gravedad Gravitón 0
Retomando el tema del anterior artículo: ¿qué ecuaciones aplicamos para las
situaciones límite en la física? Por ejemplo, los agujeros negros generan fuertes
campos gravitatorios y hay que aplicar las relatividad para entender su movimiento
y las deformaciones en el espacio tiempo que generan. ¿Pero cómo podemos
entender qué es lo que hay dentro del horizonte de sucesos del agujero negro?
Algunos de estos eventos son mecánico-cuánticos, véase la radiación de Hawking.
Otro ejemplo, ¿qué ecuaciones debemos utilizar en el inicio del espacio-tiempo, es
decir, en los primeros momentos del Big Bang? Para ello precisamos otras
herramientas, una nueva teoría que explique los eventos relativistas-cuánticos.
Entre las teorías que se han formulado está la teoría de cuerdas y sus
reformulaciones como teoría de supercuerdas y M.
Bien, no voy a entrar en muchos detalles pero hay que tener en cuenta que
primero se desarrollaron 5 teorías de cuerdas “diferentes” ya que cada teoría
estaba optimizada para algunos cálculos y predicciones donde el resto fallaban.
Se consiguió modificar una de las teorías de cuerdas conocida como bosónica para
que añadiese la supersimetría.

Concepto gráfico de supersimetría.


Aquí la supersimetría no es simetría axial, sino simetría respecto a las ecuaciones.
Es decir, las ecuaciones no sufren ninguna alteración cuando se intercambian
partículas con una cantidad de espín en unidades enteras (1, 2 ,3, ect.) (partículas
de fuerza) con partículas que tienen una cantidad de espín semientera (1/2, 3/2,
etc.) (partículas de materia) [1]. Aquí entramos en lo que se conoció como teoría
de supercuerdas al añadir la supersimetría. La teoría de supercuerdas contaba
con 10 dimensiones, 9 espaciales + 1 temporal. Más tarde, Edward Witten desarrolló
la teoría M que metía dentro del mismo marco a las 5 teorías de cuerdas
desarrolladas como diferentes traducciones de la misma teoría. Esta nueva teoría
precisa 11 dimensiones (10 espaciales + 1 temportal).
Sección bidimensional proyectada en 3D de una variedad de Calabi-Yau de dimensión 6 embebida
en espacio proyectado complejo.
Bien, nosotros somos capaces de visualizar 3 dimensiones espaciales y 1
temporal. Si queremos dibujar un objeto con más dimensiones, lo que podemos
hacer es proyectarlo sobre las dimensiones en las que somos capaces, así como
un dibujo de un edificio en un plano. Plasmar 10 dimensiones en, como mucho, 3
dimensiones espaciales es algo complicado. En la figura de la derecha tenemos
un ejemplo de una sección bidimensional de una proyección tridimensional de una
figura de 6 dimensiones. La cuestión es que si vivimos en un universo de 10
dimensiones espaciales, ¿por qué siempre hemos pensado que sólo existen 3?
Aquí tenemos dos posibles explicaciones, o vivimos en un universo de 3
dimensiones espaciales + 1 temporal y éste está contenido en uno de más
dimensiones (como una recta dentro de un plano), o las dimensiones que nos
faltan son muy pequeñas y están enrolladas en las que conocemos. ¿Cómo de
pequeñas? Muy, muy pequeñas, alrededor de la longitud de Planck.

Branas en color verde. Cuerdas en color rojo. Si las cuerda es abierta, sus dos extremos pueden
estar en la misma brana o en diferente. Si la cuerda es cerrada puede moverse libremente.
Bien, aquí entra en juego la gravedad. Se ha teorizado que la gravedad, al igual que
el resto de las fuerzas, tiene una partícula asociada que aún no se ha descubierto
pero se conocen algunas de las características que tendría. A esta partícula se le
llamó gravitón y, en teoría de cuerdas, estaría asociado a una cuerda cerrada de
spin 2. En el mismo sentido que el electromagnetismo tiene como partícula
asociada el fotón y se teoriza que es una cuerda abierta de spin 1. Como os
podéis imaginar, las cuerdas pueden estar abiertas o cerradas.
Si la cuerda es abierta, dicha cuerda estará asociada a otro elemento al que
llamaremos brana (los dos extremos en una misma brana o cada uno de ellos en
branas distintas), si es cerrada, puede moverse con libertad. Recordemos lo que
he mencionado antes de por qué sólo reconocemos 3 dimensiones espaciales
cuando pueden existir muchas más. Pongamos los dos casos mencionados y
veamos cual es el efecto de la gravedad.
 Si vivimos en un Universo de 10 dimensiones espaciales pero estamos contenidos en una
brana de sólo 3 dimensiones, sólo nos afectarán las partículas que estén asociadas a cuerdas
abiertas que estén asociadas a la brana en la que vivimos. Es decir, si existiesen estrellas
fuera de nuestra brana, nunca las veríamos porque los fotones que emitiesen estarían
asociados a su brana y no a la nuestra. Pero sí existiría un efecto gravitatorio que nos podría
afectar ya que los gravitones son cuerdas cerradas y viajarían entre branas. Si detectásemos
una fuente de gravedad que no pudiésemos detectar por otro medio, por ejemplo, ondas
electromagnéticas o capturando partículas de materia, ya que estas también son cuerdas
abiertas, esto podría indicar que esta suposición es la correcta. Bien, la materia oscura de la
que tanto hemos oído hablar podría ser polvo espacial de un “Universo paralelo” o brana
paralela, ya que detectamos su efecto pero no hemos sido capaces de detectar
la radiación que emiten ni obtener muestras. Aquí hablamos de efectos gravitatorios que unen
las galaxias y forman lentes gravitacionales que deforman la imagen de los objetos que están
a cientos de años luz de distancia.
 Supongamos que nuestro universo tuviese 10 dimensiones espaciales, pero que 7 de ellas
fuesen muy pequeñas y estuviesen enrolladas en las 3 que nos quedan. El efecto gravitatorio
que tendríamos que detectar para saber si esto es así no es aquél en el que hay que mirar al
cielo, no, habría que mirar muy de cerca. Las investigaciones relacionadas con esta forma de
pensamiento dirigen sus esfuerzos a determinar las variaciones de fuerza de gravedad que
dos objetos ejercen entre si a distancias muy cortas.

Dimensiones extras enrolladas formando variedad de Calabi-Yau.


Me explico, ¿por qué calculamos la fuerza de gravedad con una relación inversamente
proporcional al cuadrado de la distancia? Porque consideramos el universo
tridimensional. Si viviésemos en un Universo unidimensional, una línea muy larga, la fuerza de
gravedad sería constante, te daría lo mismo estar cerca o lejos del objeto. ¿Por qué? Las
líneas de fuerza no se irían alejando entre sí con la distancia, se mantendrían en paralelo, por
eso la fuerza sería constante. Si viviésemos en universo bidimensional, un plano, la fuerza de
gravedad sería inversamente proporcional a la distancia. Ahora imagínate que eres un gusano
muy muy pequeñito que vive en un cilindro muy largo y muy fino. Este cilindro tiene un objeto
A que ejerce cierta fuerza de gravedad, el cilindro no ejerce fuerza de gravedad y nada
externo al cilindro la ofrece. El cilindro es bidimensional, pero a cierta distancia lo
reconocemos como unidimensional. El gusano se puede alejar y acercar al objeto A
deslizándose por el cilindro. Nosotros, gigantes al lado del gusano, detectaríamos que el
gusano es su mundo unidimensional (ya que estamos suficientemente lejos para verlo y
detectarlo así) estaría sometido a una fuerza de gravedad constante ejercida por A. Bien, si
nuestros aparatos de medición fuesen lo suficientemente sensibles, veríamos que la fuerza
que ejerce A respecto al gusano no es constante como sería lógico en un universo
unidimensional, sino que a ciertas distancias, esta aumenta. Los experimentos que se realizan
van por el mismo camino, se acercan dos objetos y se determina si la fuerza de gravedad
aumenta por encima de los cálculos teóricos. Como os podéis imaginar, esto es
increíblemente complicado porque la fuerza de gravedad es sumamente débil y los
instrumentos de medida tienen que ser muy sensibles.
Edward Witten (2005).
En el inicio de este post os he hablado de que había 5 teorías de cuerdas. El
problema con el que se enfrentaban los investigadores es que cada especialista
consideraba su teoría más acertada que la del compañero. Esto no
favorecía especialmente a la teoría ya que tenían demasiados frentes abiertos.
Cada teoría era realmente buena para calcular una serie de cuestiones, pero
erraba donde otra acertaba. Por ejemplo, si una de las teorías explicaba todos los
fenómenos de baja energía, erraba al calcular los fenómenos de alta energía o
simplemente sus ecuaciones se hacían tan complejas que era imposible
resolverlas. No había unidad y era demasiado arriesgado centrarse en una sola
teoría si esta resultaba errónea. Pero llegó Él, Dios no, Edward Witten. En 1995
descubrió que las 5 teorías eran 5 desarrollos matemáticos diferentes de la misma
teoría, a esta teoría la denominó Teoría M. Witten expuso que cada una de las 5
teorías desarrolladas era "traducciones en diferentes idiomas" de lo mismo. Con la
transformación adecuada se podía pasar de una teoría a otra, en el mismo sentido
que puedes traducir del inglés al francés Luces de Bohemia. Edward Witten ha
sido uno de los investigadores más relevantes de este campo y provocó una
segunda revolución en el mundo de la teoría de cuerdas al presentar su Teoría M.
Recordemos que la teoría M es una de las teorías que compiten por ser la Teoría
del Todo, la otra teoría que compite es la Gravedad cuántica de bucles que
propone que tanto el espacio como el tiempo están cuantizados [2]. ¿Por qué
hemos oído hablar más de la teoría de cuerdas que la de gravedad cuántica de
bucles? Es una cuestión de números, aproximadamente hay 10 veces más de
investigadores en la teoría de cuerdas que en la teoría de bucles y por ello es más
normal que lo escuchemos en series de televisión (por ejemplo, TBBT Sheldom
Cooper investiga con teoría de cuerdas, en cambio Leslie Winkle es de bucles) y
cine. Si queréis leer algo más sobre todo esto, os recomiendo el post de
NeoFronteras Más allá de las cuerdas.

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