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LA BENDICION DE VIVIR BAJO AUTORIDAD

Gustavo Martínez Lira

Romanos 13:1-2 Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino
de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. 2De modo que quien se opone a la
autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.

Vamos a hablar un poco del tema de la autoridad, que es un tema importante pero que muchas
veces tenemos muchas fallas, tenemos algunos conceptos que son equivocados y algunas ideas que
hemos vivido durante mucho tiempo con ellas pero que no quiere esto decir que estén bien.
Tenemos problemas con las autoridades normalmente. Como personas casi todos tenemos
problemas con la autoridad; y no es que tengamos problemas con la ley, o sea, no que la policía nos
ande persiguiendo, pero normalmente tenemos problemas con la autoridad.

Nos cuesta trabajo aceptar la autoridad de otros y nos cuesta trabajo vivir bajo una autoridad. El
sueño de todo hijo, por ejemplo cuando yo era niño yo me acuerdo que yo le pedía a mis papás:
cómprame tal cosa o tales dulces, y me decían no, no te lo voy a comprar. Entonces yo decía: cuando
yo sea grande le voy a comprar a mis hijos todos los dulces que yo pueda comprarles. Y entonces
me decían mis papás, sí cuando seas grande se los compras.

Y decíamos cuando yo sea grande no voy a tener papás que me manden. Pero desgraciadamente o
afortunadamente cuando creces aunque tus papás ya no te mandan directamente, bueno te das
cuenta que todavía hay autoridades sobre ti. El sueño de toda persona sería vivir sin autoridad sobre
ella, pero ese es un sueño también diabólico porque cuando soñamos vivir completamente sin
ninguna autoridad sobre nosotros estamos deseando vivir bajo un desorden o fuera de todo orden.
Entonces la autoridad es algo no que haya inventado la humanidad, sino que la autoridad es algo
que inventó Dios, y la autoridad tiene que ver con el orden.

Si no hay un respeto a la autoridad no puede haber orden, no puede haber avances, no puede haber
coordinación, no puede haber bendición, no puede haber unidad, no puede haber trabajo en
equipo. Necesariamente tiene que existir el concepto de autoridad y tiene que haber gente que esté
dispuesta a vivir bajo esa autoridad. Si no existiera el concepto d autoridad, esto sería un caos; el
país sería un caos, la sociedad sería un desorden, la iglesia sería un desorden cada quien haría lo
que se le pegaría la gana, cada quien se levantaría y hablaría en el momento que quisiera ¿verdad?
No sería posible dar una predicación, no hubiera sido posible dirigir una alabanza y adoración a Dios,
porque cada quien querría hacer lo que se le pega la gana.

Entonces el concepto de autoridad es indispensable para poder vivir en sociedad, para poder vivir
en sociedad, para poder vivir en la congregación, para poder vivir en el país y sobre todo es un
concepto del reino de Dios. ¿Se dan cuenta que el reino de Dios es un reino? El reino de Dios no es
una democracia ¿verdad? El reino de Dios es un reino donde hay un Rey, donde hay leyes, donde
hay autoridades, donde hay situaciones que se tienen que respetar. Entonces si no hay autoridad a
la cual nos sujetamos, nuestras vidas no podrían crecer, no podrían madurar y nuestra relación con
los demás sería completamente un desorden.

Si estudiáramos un poco la historia de países avanzados como Estados Unidos, bueno vemos que
ellos tienen un gran principio; cuando aquella guerra civil entre el norte y el sur, los que querían
mantener el concepto de la esclavitud y los que no querían, ese gran pensador Abraham Linconl
decía pues que deberían de abolir la esclavitud puesto que uno de los principios sobre los cuales se
había fundado la independencia de este país, había sido tomado del libro del Génesis, y era que
todo hombre había sido creado igual, que todos los hombres eran iguales, hombres y mujeres.

Pero decía este hombre, una de las cosas que es peligrosa que nos suceda es que haya división entre
este país. Porque también decían yen la Palabra de Dios está que un reino dividido no puede
permanecer. Y uno de los conceptos que tomaron después de ahí, que deberían avanzar unidos.
Que aunque no todos estuvieran de acuerdo con los conceptos o con las ideas o incluso con la
persona que iba a gobernar el país, bueno pues todos iban a apoyar a esa persona puesto que tenían
que estar en unidad.

Y nuestro país está cada vez avanzando más hacia este tipo de cosas. Una de las situaciones por las
que deberíamos estar orando ahora es porque no hay esta lucha de clases que se está empezando
a querer dar. Porque no hay esta lucha entre no solamente partidos políticos sino entre la misma
población. Que no haya una lucha y que haya finalmente respeto a la autoridad ¿verdad? No
solamente a la persona sino a la autoridad que representa esa persona. Entonces la situación más
básica que debe de haber para que un grupo de personas, para que un país, para que una familia,
para que una iglesia pueda avanzar es respeto por la autoridad. El respeto hacia la autoridad, sin
eso no es posible avanzar, sin eso no es posible avanzar, sin eso no es posible seguir adelante.

Los países más desarrollados son países que tienen un total respeto por la autoridad. Los países
más retrasados o que están en desarrollo, padecen mucho de este concepto de respeto de las
autoridades. En nuestro país tenemos problemas como mexicanos para respetar las autoridades. Si
tú recuerdas tu relación con tus padres, a la mejor tuviste problemas. Y este concepto de la
autoridad de los padres cada vez se está diluyendo más, cada vez los jóvenes tienen menos respeto
por sus padres.

Está escrito en la Palabra que así iba a suceder. Estamos viviendo tiempos peligrosos, dice donde
habría hombres amadores de sí mismos, de sus propias pasiones y sin ningún respeto por sus
propios padres. Estamos viviendo una época en donde el respeto por los padres se está perdiendo.
Yo quiero pedirte que recuerdes un poco tu relación con tus padres como era cuando eras niño,
joven, adolescente, incuso cómo es ahora, si es una relación de respeto de la autoridad que ellos
tienen. Y aquí tenemos que entender dos cosas: es el respeto a la persona pero también es el
respeto a la autoridad que esa persona representa. La envestidura que esa persona tiene. Cuando
tú respetas a una autoridad estás respetando no solo a la persona sino lo que representa esa
persona.

Entonces nuestra relación con nuestros padres cómo fue. Nuestra relación con nuestros maestros;
yo me acuerdo cuando pasé de primaria a secundaria, una de las cosas más divertidas era ponerle
apodos a los maestros. En la primaria no poníamos apodo a los maestros. Yo me acuerdo que todos
respetábamos a los maestros, y si el maestro salía un momento del salón, yo me acuerdo que todos
nos quedábamos en el salón, claro todo mundo se paraba, aventaba papeles pero de repente había
uno que estaba arado ahí en la puerta y decía: ¡ahí viene, ahí viene! Y todo mundo a sentarse. Había
un respeto por la autoridad que era el maestro o la maestra.

Pero en la secundaria pues que empezábamos a ponerle apodos a los maestros. Así que jóvenes que
ahora conocen la Palabra de Dios deben de tener cuidado en respetar a sus maestros, respetar la
autoridad que ellos tienen. Me acuerdo que yo tenía un maestro muy bajito y ya cuando estás en
tercero de secundaria muchos crecen demasiado. Yo tenía un amigo que estaba muy alto, entonces
este amigo opio era de los más tremendos en la clase. Y un día en esta clase con este profesor que
se llamaba Mauricio, le llama la atención y este amigo mío se enoja, el maestro se para junto a él y
él se levanta, y el maestro se le queda viendo.

Todo el salón se quedó quieto esperando a ver qué iba a hacer. Pensamos que le iba a pegar o algo,
finalmente este amigo mío recapacitó y se sentó y le dio el lugar al profesor y aceptó la reprensión
que estaba recibiendo. Pero hoy en día parece que esto es cada vez más complicada. Me acuerdo
que cuando yo iba a la secundaria lo más que le hacían a un maestro era rayarle su carro que estaba
estacionado afuera de la escuela. Pero hoy en día parece que ya no se conforman con eso, sino que
incluso los golpean o les hacen cosas más graves. ¿Por qué? Bueno porque hay una situación de
pérdida de lo que es el sentido de estar bajo la autoridad.

Nuestros jefes. ¿Cuántos de ustedes se llevan bien con sus jefes? ¿Cuántos de ustedes tienen jefes?
¿No tienen jefes? ¿Son el jefe de jefes ustedes? Tenemos jefes, ¿Cuántos de ustedes se llevan bien
con sus jefes? Ahora sí todos ¿no? Mucha gente habla mal de sus jefes, mucha gente habla mal de
ellos, y de nuevo no es el respeto a la persona sino el respeto a la autoridad que representa esa
persona. Cuántas veces discuten ustedes con su jefe, le faltan al respeto, le engañan, llegan tarde,
cuentan chistes o lo imitan; y eso también es falta de respeto a la autoridad.

Y nuestras autoridades espirituales en la congregación. Tenemos autoridades que Dios ha puesto y


a las cuales también tenemos que respetar y honrar. El reino de Dios como decía, es un reino.
Tenemos que vivir en el orden de Dios y tiene que haber un respeto hacia las personas que Dios ha
designado como autoridades. Entonces a donde quiera que volteamos hay un tema de autoridad.
Hay personas que están sobre nosotros en autoridad, y hay personas que están bajo nosotros en
autoridad. Tenemos que respetarlas.

Pablo dice que toda persona debe someterse a las autoridades superiores. Y aquí hay un primer
concepto que hay que volver a recordar. Dice Pablo: porque no hay autoridad sino de parte de Dios.
Y las que hay por Dios han sido establecidas. Entonces, tenemos que volver a recordar que las
autoridades que están a nuestro alrededor fueron elegidas por Dios, que no fueron elegidas por
nosotros. Ni siquiera podemos decir: “bueno es que la democracia y el pueblo fue el que escogió a
tal persona”. Bueno el pueblo escogió a tal persona pero antes de que el pueblo escogiera a esa
persona, Dios había escogido ya a esa persona. Entonces la autoridad Dios la escogió, y dice De
modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste.

Cuando tú te opones a una autoridad, cuando tú le faltas al respeto a una autoridad no estás yendo
en contra de esa persona, estás yendo en contra de lo establecido por Dios, estás peleando en
contra de algo que Dios estableció. Si nosotros entendiéramos esto habría un cambio en nuestras
vidas, habría un cambio en nuestras actitudes con las autoridades, porque cada vez que resistimos
a u a autoridad sea nuestro padre o nuestra madre, sea nuestro maestro, sea nuestro jefe, sea el
policía de la calle, sea el gobernante, sea el Presidente, sea nuestros pastores; cada vez que nosotros
nos oponemos a esa autoridad, estamos oponiéndonos a Dios, estamos resistiendo a Dios.

De manera que dice el apóstol Pablo: y los que resisten a la autoridad, entonces acarrean
condenación para sí mismos. Y esto es causa de que muchas veces nuestra vida no vaya bien. El
resistir a las autoridades que tenemos es causa de que nuestra vida tenga problemas, es causa de
que haya enfermedades, es causa de que no fluya la bendición, es causa de que aún los que están
debajo de nosotros en autoridad no nos obedezcan, porque nosotros mismos no estamos bajo
autoridad. Entonces aquel que resiste la autoridad está acarreando condenación para sí mismo y
tienen que poner en orden su propia vida.

¿Qué es el pecado? El pecado es simplemente no aceptar la autoridad de Dios. Simplemente eso es


el pecado. Y nuestro trabajo en esta vida como cristianos es aceptar cada vez más la voluntad de
Dios y vivirla, es decir aceptar de una manera cada vez más perfecta la autoridad de Dios y esto
implica también las autoridades que están a nuestro alrededor. Cuando nosotros no estamos
avanzando en esta aceptación de la autoridad de Dios, estamos viviendo en condenación, estamos
viviendo bajo la condenación de Dios y de las reglas que Dios ha puesto aquí.

Mateo 28:18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la
tierra.

El que es dueño de toda potestad, que es Dios. Dios es dueño de toda autoridad, Dios tiene una
autoridad ilimitada, Dios tiene una autoridad completa. La Biblia dice que Dios es soberano sobre
todo. Dios no tiene que rendirle cuentas a nadie, a nadie, ni siquiera a ti o a mí, a nadie. Entonces
Dios tiene una autoridad completa, es decir, Dios puede hacer, Dios sí es el Jefe de jefes. Fíjense,
Dios puede hacer lo que Él quiera hacer, ¿Por qué? Porque Él tiene toda la autoridad. Y la Palabra
dice que Jesús cuando resucita les dice a todos sus discípulos, bueno pues esta autoridad que Dios
Padre tiene me la ha dado a mí también.

Entonces Jesús tiene toda potestad en el cielo y en la tierra. Por eso dice la Palabra que toda rodilla
se doblará, y toda lengua confesará que Jesús es el Señor para gloria de Dios Padre. ¿Por qué?
Porque a Jesús le fue dada toda autoridad, Jesús la ganó en la cruz. Ya la tenía pero la volvió a ganar,
la volvió a demostrar. Y de ahí nosotros como padres, como esposos, como maestros, como jefes,
como líderes espirituales tenemos una autoridad limitada. Yo no puedo hacer con mis hijos como
yo quiera, ¿por qué? Porque yo le tengo que rendir cuentas al Señor, porque yo tengo que darle
cuentas de lo que yo hago con la autoridad que Él me delegó.

Él me delegó la autoridad pero yo no puedo hacer lo que yo quiera con esa autoridad, yo tengo que
darle cuentas a Él. Como esposos ¿verdad? Yo no puedo hacer lo que yo quiera con mi esposa.
Bueno yo puedo decir que la Biblia dice que la mujer tiene que sujetarse al hombre, por lo tanto yo
voy a hacer lo que yo quiera con mi esposa, y aquí mando yo y si no pues ya veremos ¿no? Para qué
discutimos si todo lo podemos arreglar a golpes ¿no? Pero de nuevo la autoridad que yo recibí como
esposo es una autoridad limitada. Yo tengo que darle cuentas a Dios, yo tengo que reportarle a Dios
y yo soy responsable de la autoridad que Dios me dio a mí.

Es una autoridad limitada la autoridad que tenemos. Yo no puedo hacer lo que yo quiera con la
gente que me reporta en el trabajo, ¿por qué? Porque arriba de mí hay alguien que además mi jefe
yo también tengo un jefe en el trabajo al cual le tengo que dar cuentas, y además de eso tengo a
Dios a quien le tengo que dar cuentas. Entonces el tema de la autoridad, aquellas personas que
quieren vivir; dicen que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. La gente
tiene que entender, si tú tienes un nivel de autoridad tú tienes que entender que es una autoridad
limitada, otorgada por Dios y por lo tanto tienes que darle cuentas a Dios. Tienes que darle cuentas
a Dios de lo que haces con tus hijos, de lo que haces con tu esposa, de lo que haces con la gente que
trabaja para ti, de l o que haces con tus alumnos. Si tienes un ministerio en la iglesia tendrás que
darle cuentas a Dios del ministerio que tienes en la iglesia.
Pero la manera en la que se reporta la autoridad también tiene un sentido, es decir, mis hijos no
pueden venir a mí y reclamarme y decirme: “papá pues yo creo que tú no estás haciendo bien las
cosas. ¿Y sabes qué? Me voy a revelar en contra tuya”. Porque la cadena que Dios pone, Dios la
respeta. Y si yo estoy fallando como padre, el que va a venir a pedirme cuentas, no deben de ser mis
hijos, debe de ser Dios, Dios es el que me va a pedir cuentas a mí.

Si mi jefe no está haciendo algo bien, una de dos o decido si está haciendo algo con lo que no estoy
de acuerdo éticamente o espiritualmente, pues entonces en tranquilidad me salgo de ahí, me salgo
de su cobertura. Y si no, entonces yo no puedo confrontarlo y ponerlo a cuentas y decirle eres un
mal jefe, eres esto, eres lo otro. Tengo que esperar que la autoridad de arriba arregle las cosas con
él. Tiene todo esto un orden, no estamos hablando de que unos somos más que otros, simplemente
estamos hablando que Dios pone roles y pone niveles de autoridad.

Todos somos exactamente iguales pero hay un respeto que debemos de tener por aquellas personas
que Dios pone como autoridades. ¿Por qué Dios nos ha dado padres, se han preguntado? ¿Por qué
no somos como los animalitos que por ejemplo un caballo a lo mejor, días después de que la cría
nace, pues ya no necesita a sus padres, ya puede andar solos? Pero nosotros como humanidad
necesitamos vivir bajo la cobertura de nuestros padres alrededor, dicen que la mayoría de edad se
alcanza a los 18 años. 18 años necesitamos, ¿por qué Dios lo estableció así? ¿Por qué Dios nos puso
padres? Si Dios nos puso padres es porque necesitamos padres, y si necesitamos padres es porque
necesitamos honrarlos y respetarlos.

¿Por qué Dios nos puso pastores en la congregación? Porque no es como muchos “cristianos” dicen:
“no es que mi relación es con Dios y ya, todo es entre Dios y yo. Bueno entonces ¿por qué Dios
constituyó pastores? ¿Por qué Dios constituyó líderes? ¿Por qué? Porque los necesitamos. Y
decimos, bueno pero como dijo por allá María y Aarón, ¿pues qué Dios nada más habla a través de
Moisés? Bueno no quiere decir que Dios no pueda hablar a través de nosotros, pero si Dios puso
autoridades es porque necesitamos las autoridades, las necesitamos. Y si las necesitamos tenemos
que honrarlas y tenemos que respetarlas.

Todo esto tiene un orden, y esto para bendición nuestra y para bendición de los demás. Cuando tú
agredes a una autoridad, la primera persona a la que estás agrediendo es a ti mismo. ¿Cuántos les
ha tocada ver gente que discute con los policías de tránsito? Dices, ay pero si son unos corruptos,
son esto, son lo otro, unos mordelones, son quien sabe qué. Bueno tal vez sí, pero eso no te da
ningún derecho a quitarles la autoridad que Dios les dio. Y cuando tú agredes a un policía
verbalmente, eh visto también gente que ha agredido a los policías físicamente; cuando tú haces
eso estás resistiendo a la autoridad de Dios. No estás resistiendo solamente a esa persona, estás
yendo en contra de lo establecido por Dios.

Cuando tú dices es que tal líder en la congregación no es digno de mi respeto porque tiene tal
pecado, tiene tal error. Ese no es asunto tuyo, ese es asunto de Dios y de esa persona. Tu asunto es
respetar a la persona, respetar la autoridad que Dios estableció.

Cuando llega uno a la adolescencia, uno se cuestiona muchas cosas y parece que los padres son los
más equivocados y los que cometen los errores más grandes que cualquier persona puede cometer.
Y a veces ay quien piensa: “bueno ¿por qué Dios me puso a estos padres? Ese no es asunto tuyo,
ese es asunto de Dios. Y si te puso a esos padres es porque esos padres son los que necesitabas.
Uno no puede cuestionar este tipo de cosas. ¿Cuántos han leído acerca de los reinos en la
antigüedad? Tú no podías pararte delante del rey. Bueno cuando este hombre judío le pide a Ester,
oye pues entra y habla con el rey. Le dice: ¿qué me estás tú pidiendo? Mejor pídeme que me suicide.
Porque si yo entro cuando el rey no me llama, el rey me mata.

Y ahora nosotros viviendo en una democracia, y viviendo en u a sociedad en donde cada quien
puede expresar lo que se le antoje expresar, se les hace extraño vivir bajo estos conceptos de
autoridad. Pero el orden mínimo se pierde cuando se pierde el respeto a las autoridades. Estamos
viviendo en nuestro país una situación crítica donde mucha gente ha perdido ya el respeto por la
autoridad. Eh escuchado gente insultando al Presidente, y no es el respeto al señor Vicente Fox, es
el respeto al Presidente de México, respeto por la autoridad. Y cada vez perdemos más el concepto
de lo que es el respeto a la autoridad.

Platicaba con uno de mis jefes y me decía: “yo aunque no esté de acuerdo con los dueños de la
empresa, con el consejo, con el presidente del consejo, nunca manifestaré mi descuerdo en público
sino hablándolo con la persona y recordando que tiene una autoridad y que tiene una envestidura,
y que finalmente es el presidente del consejo”. No podemos desafiar a las autoridades. Y uno
se pregunta, bueno ¿entonces los cristianos Pedro, Pablo o Juan fueron
revolucionarios? Indudablemente fueron revolucionarios pero nunca dejaron de respetar la
autoridad. Aunque no estaban de acuerdo nunca dejaron de tener un espíritu de sujeción a la
autoridad, de sumisión a la autoridad.

Ahora sí que hasta para hacer lo contrario a la autoridad cuando es un propósito contrario al de
Dios, cuando la autoridad te está pidiendo algo contrario a lo que Dios te pide, aún en ese momento
tienes que respetar la autoridad. No vas a obedecer pero vas a respetar a la autoridad. Cuando el
apóstol Pablo es llevado al consejo, al Sanedrín de repente le empiezan a cuestionar y él recibe una
bofetada y le dice a la persona: “sepulcro blanqueado”. Y uno de los que estaban ahí le dice: “cómo
te atreves a hablarle de esa manera al sumo sacerdote”. Él dice: “perdónenme, no sabía que él era
el sumo sacerdote”.

O sea, aún en ese momento manifiesta el respeto por la autoridad. ¿Por qué? Porque debes tener
siempre en mente y en tu corazón que la autoridad fue puesta por Dios y que cuando estás delante
de una autoridad, estás delante de alguien que Dios escogió y que cuando tú resistes a esa persona,
resistes a Dios, resistes a la voluntad de Dios.

Efesios 4:10-12 El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos
para llenarlo todo. 11Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas;
a otros, pastores y maestros, 12a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la
edificación del cuerpo de Cristo.

Él mismo constituyó. O sea aquella persona que se auto constituye, aquella persona que se auto
levanta, aquella persona que dice: “bueno pues ahora yo me voy a constituir como apóstol. O ahora
yo me voy a constituir como profeta, como evangelista o como maestro…” Eso se llama autoridad
ilegítima. Esa autoridad no fue dada por Dios y esa autoridad tarde o temprano bueno pues traerá
consecuencias. También es importante darnos cuenta de este tipo de gente, gente que se auto
constituye, gente que se autodenomina.

Pero la verdadera autoridad, la autoridad legal, la autoridad legítima es la que Dios mismo
constituye. Y Dios ha señalado y Dios ha levantado personas sobre quienes a puesto la autoridad.
Cuando muchas veces tú ves a gente y dices: “pero si esa persona sabe menos que yo”. Tal ve tengas
razón. “Bueno pero esa persona tiene menos experiencia que yo”. Tal vez tengas razón pero esa
persona fue elegida por Dios, y Dios puso su autoridad, delegó su autoridad sobre ella. Y tú
responsabilidad es respetarla. “Oye pero yo sé más que él. Yo estoy más preparado que él. Tengo
más experiencia que él”. Bueno ese es otro tema, porque Dios no te escogió a ti en su lugar, Dios
escogió a él o a ella.

Entonces Dios mismo delega la autoridad, Dios es el dueño de toda autoridad, y Dios delega la
autoridad a quien Él quiere, a quien Él le place, a quien Él así lo cree conveniente, Él derrama, Él
delega esta autoridad y nosotros tenemos que respetar esta autoridad.

Lucas 7:1-10 Después que hubo terminado todas sus palabras al pueblo que le oía, entró en
Capernaum. 2Y el siervo de un centurión, a quien éste quería mucho, estaba enfermo y a punto de
morir. 3Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que
viniese y sanase a su siervo. 4Y ellos vinieron a Jesús y le rogaron con solicitud, diciéndole: Es digno
de que le concedas esto; 5porque ama a nuestra nación, y nos edificó una sinagoga.

6Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos
amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo; 7por lo
que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero di la palabra, y mi siervo será sano. 8Porque también
yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a éste: Ve, y va; y
al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. 9Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y
volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe. 10Y al
regresar a casa los que habían sido enviados, hallaron sano al siervo que había estado enfermo.

Un centurión era un oficial del ejército romano que tenía a su cargo 100 personas, 100 soldados
bajo su autoridad. Y este hombre teniendo un siervo enfermo, bueno dice que envía a unos ancianos
judíos con Jesús. ¿Por qué no fue él directamente? Bueno al ser un soldado romano tal vez no quiso
importunar al Señor y sus actividades, y se vale de los mismos judíos para enviar y pedirle un favor
al Señor Jesús. Este hombre dice que había edificado una sinagoga, era un hombre temeroso de
Dios.

Y cuando Jesús ya viene cerca le manda otros amigos y le dice: Señor, no soy digno de que entres
bajo mi techo; pero dice yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis
órdenes. Ese hombre entendía lo que era el concepto de la autoridad. Dicen que para poder
aprender a mandar, primero hay que aprender a obedecer. Bueno este hombre sabía obedecer y
por lo tanto, sabía ejercer autoridad. Y por lo tanto no tiene problema en entender las cosas del
reino de Dios. Le dice Señor Jesús, yo entiendo que lo tuyo es un reino y que así como yo tengo
gente bajo mi autoridad, tú también tienes gente bajo tu autoridad. Simplemente di la palabra y mi
siervo va a sanar.

Jesús se maravilla, pero yo me pregunto, bueno se maravilló porque como dice aquí la fe de ese
hombre, pero la fe de ese hombre implicaba también un entendimiento perfecto de lo que es el
tema de la autoridad. Entendía que no solamente podía decir la palabra, sino que al decir la palabra
ésta iba a actuar y este siervo suyo se iba a sanar. El entender las situaciones de la autoridad en
el reino de Dios nos permitirá ver la bendición en nuestra vida.

Hay una persona en Cuxhuacán, hay un hermano que fue militar por muchos años, finalmente se
jubiló. Pero es un hombre que entiende perfectamente las cosas, es un hombre trabajador, es un
hombre obediente. No es un hombre que está cuestionando a su pastor o sus líderes, es un hombre
que está siempre haciendo lo que le dicen que haga. Si le dicen que vaya y resane algo, él va y lo
hace. Si le dicen que vaya y haga algo en el templo, él va y lo hace. Si le dicen que vaya y que prepare
algo de comer o vaya de cacería, lo que sea él simplemente obedece. ¿Por qué? Porque tiene
grabado en su corazón y en su mente lo que es el tema de la autoridad. Simplemente va y lo hace.

¿Cuántos de nosotros nos cuesta tanto trabajo porque cuestionamos todas las cosas y pensamos:
bueno, yo voy a obedecer siempre y cuando yo entienda la razón pro la cual me están dando una
orden? Pero cuántos de nosotros entendemos al 100% la Biblia. Tal vez no entendemos al 100% la
Biblia pero tenemos que obedecer al 100% la Biblia. ¿Cuántos de nosotros entendemos al 100% el
propósito de Dios? Bien dice la Palabra que los caminos de Dios son inescrutables, insondables, y
aún así tenemos que obedecer a Dios. No podemos estar cuestionando las cosas para obedecer.

Hay situaciones que decimos en la Palabra de Dios, bueno yo no entiendo ¿por qué tal situación, no
entiendo por qué no puedo comer lo sacrificado a los ídolos? Pues si oro, se santifican y ya
¿no? Bueno, aunque no lo entiendas lo tienes que obedecer. Dices, bueno es que yo no entiendo
por qué no debo comer sangre, la moronga está tan sabrosa, y como no entiendo por qué me la voy
a comer. Bueno eso trae maldición a tu vida. El tema de la autoridad es que no tienes que entenderlo
todo, simplemente lo tienes que obedecer.

Dios en su misericordia nos hace entender muchas cosas, pero otras tantas no. Otras tantas no nos
las va a hacer entender, pero sin embargo tenemos que obedecer. El Señor Jesús nos decía hoy en
la profecía que decía: venid a mí los que están cansados y trabajados, que yo os haré descansar.
Pero también dice esa misma porción de la Palabra: llevad mi yugo sobre vosotros. Cuando tú
aceptas a Jesús como tu Señor quiere decir que tú estas diciéndole: “lo que tú me digas yo lo hago”.
Llevad mi yugo es que vamos a llevar la autoridad de Jesús en nuestra vida, lo que Jesús me diga yo
lo hago, no importa si lo entiendo o no, yo lo hago.

Y dice Jesús: Y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón. Tenemos que aprender
mansedumbre. Una de las cosas que menos se tiene hoy en día es mansedumbre, y sobre todo en
esta ciudad. En esta ciudad quieres pasar primero al metro, quieres pasar primero la calle. Si vas
caminando quieres ganarle al microbús y atravesarte. Quieres ser el primero. Si alguien te insulta
no te puedes quedar callado. Si alguien te hace algo se lo tienes que regresar. La mansedumbre es
algo que cada vez se ve menos. Y dices, bueno ¿por qué le tengo que hacer caso a mi jefe si es un
encajoso, si es un inepto, si es tal cosa? Bueno dice Jesús, aprende de mí que soy manso y humilde
de corazón.

Aprende mansedumbre y humildad y dice el Señor: “hallarás descanso para tu alma”. La


mansedumbre, la sujeción a la autoridad trae descanso. Leía de un pastor que decía que su esposa
cuando se casaron, dice que cuando se casaron su esposa siempre le estaba cuestionando las cosas.
Le decía, oye es que yo creo que no estás haciendo bien esto; no estás administrando bien el dinero,
no nos estás guiando bien. Y él estaba angustiado, pero llegó el momento en el cual puso las cosas
en manos de Dios, y dijo: bueno Señor trata tú este asunto. Y entonces Dios empezó a tratar con su
esposa. Y Dios le habló y la mujer le dijo es que él no está haciendo bien las cosas, no puedo confiar
en él. Y Dios le dijo: Bueno no t estoy pidiendo que confíes en él, te estoy pidiendo que lo respetes
y lo honres; tienes que confiar en mí, le dijo el Señor.

A veces tenemos autoridades y decimos: bueno es que no es a persona más capaz, no es la persona,
está haciendo las cosas equivocadas. Y Dios nos dice, bueno simplemente hónralo y respétalo y
confía en Dios. Siempre estar bajo una autoridad y tener mansedumbre y tener humildad hace más
sencillas las cosas. Hace más fáciles las cosas para nosotros y también para la autoridad y también
para Dios. Porque Dios tratará con esa persona, con la autoridad simplemente. Pero cuando
estamos en una situación de lucha de poderes, cuando no respetamos la autoridad, buen pues cada
vez esto se hace más desgastante.

¿Por qué mucha gente no puede vivir en paz en su corazón? Porque no respeta la autoridad, no
respeta a sus padres, no respeta a sus jefes, no respeta al gobierno, no respeta sus líderes
espirituales. Llegamos muchos de nosotros con problemas a la iglesia y eso nos hace imposible que
Dios nos bendiga porque cuestionamos todo. La Palabra de Dios dice que Jesús cuando estuvo en
su propia tierra dice: e hizo pocos milagros ahí. ¿Por qué? Jesús dijo que no hay profeta sin honra
sino en su propia tierra. Cuando tú no aceptas la autoridad de alguien tú no vas a recibir bendición
¿verdad?

Si tú en este momento estás pensando ¿y este loco quién es, qué me está hablando? Pues no vas
a recibir bendición. Pero si tú estás pensando, bueno tal vez Dios esté hablando a través de él.
Seguro vas a recibir bendición. Porque no es la persona en sí, sino que Dios puso en esa persona la
autoridad. Nuestros pastores Dios los escogió ¿verdad? Y no está en nuestra potestad decir si eran
los más aptos o no. Las cosas simplemente son, hay cosas que son porque son.

Yo tenía un maestro en la universidad y tenía un amigo; y mi amigo y yo siempre le preguntábamos,


oye ¿y por qué esto, y por qué lo otro, y por qué, y por qué? Hasta que se cansó y nos dijo: “¿saben
qué? Hay cosas que son porque son, la tierra gira alrededor del sol porque así es, así es
simplemente”. Entonces debes de llegar a un momento en el cual digas, “oye no puedo estar
cuestionando a las autoridades que Dios puso”. Porque entonces llegas al tema de la vida es injusta,
es injusta conmigo. Le caigo mal a todo mundo. No tengo lo que me merezco. Etc., etc., etc.
¿Conoces gente así? ¿Tú mismo?

Entonces hay cosas que no se cuestionan, Dios puso autoridad sobre quien Él le plació poner
autoridad. Y dice el Señor Jesús, una forma de encontrar paz en tu vida es se manso y humilde.
Aceptar las autoridades que Dios puso sobre ti, aceptar la autoridad de Dios. Hay gente que
cuestiona a Dios. Bueno yo creo que no es racional cuestionar a Dios. De alguna manera Dios sabe
por qué hace las cosas, pero yo no puedo pensar que Dios se equivocó, me volvería loco, estaría
loco si yo pensara que Dios se equivocó. ¿Cómo podría Dios equivocarse? ¿Cómo podría yo discutir
con Dios acerca de algo? Oye Señor, ahora sí como dicen le estás queriendo vender papas a Sabritas,
¿no?

¿Cómo puedo yo discutir con Dios algo? Dios sabe las cosas y entonces hay situaciones que no se
discuten, hay situaciones que son simplemente porque así son. Y cuando Pablo tiene su encuentro
con Jesús, el Señor Jesús le dice algo a Pablo que quisiera dejar en tu corazón también, Jesús le dice:
“dura cosa te es dar coces contra el aguijón”. ¿Sabes lo que es un aguijón? En la antigüedad había
unas puntas de hierro, que servían para castigar a las bestias. Imagínate una barra de hierro con una
punta, con un filo en la punta.

Y dice el Señor Jesús: “dura cosa te es dar coces contra el aguijón”. Es como si le estuvieras dando
de patadas a esa punta. ¿Cómo vas a terminar? Pues con tu pie destrozado, y cuando estamos
resistiendo la autoridad, ya sea la autoridad de Dios o la autoridad delegada por Dios es como si
estuviéramos dando de patadas a ese aguijón. Vamos a terminar con nuestra vida destrozada,
destrozada.
Una vez conocí a una persona que a todo mundo cuestionaba, y le tratamos de predicar la Palabra
de Dios; lo encontramos por acá en Ciudad Lago, y le decíamos mira cuatro verdades espirituales, y
entonces él nos empezaba a decir: “no, no, no, a ver ¿qué dice Mateo 11:28? Pues no me acuerdo.
Pues búscalo. Bueno a ver ¿qué dice Juan 15: no se qué? Y nos empezaba a cuestionar y cuestionaba
todo, y cuestionaba a la iglesia y a los pastores, y yo no pago impuestos, y el Presidente, y todo. Y
era una persona completamente amargada.

Cuando no aceptas las autoridades terminas destrozando tu vida completamente, terminas


destrozando tu propia vida. Aquella persona que no respeta a sus padres, quiero decirte, es una
persona que está destrozando su propia vida. Es una persona que va a terminar sola, que va a
terminar amargada, que va a terminar abandonada. Una persona que no respeta a sus autoridades
espirituales en la iglesia es una persona que termina abandonada y sola simplemente. Termina solo
porque en nadie puedes confiar, y como a todo mundo desacreditas, bueno pues no puedes confiar
en nadie. Y como no puedes confiar en nadie terminas solo. Y que historias tan tristes tenemos, a lo
mejor nuestro caso no es tan radical. Pero cada vez que desacreditamos a alguien, nos estamos
negando la bendición que Dios tiene para nosotros.

Decimos: “no, tal persona no puede enseñarme nada. Tal persona no tiene autoridad para
enseñarme nada”. Bueno la tiene no porque tú se la diste, sino porque Dios se la dio. Aún aquellos
fíjate dice la Palabra, en aquellos días dice el Señor Jesús, llegarán algunos y me dirán: ¡Señor, Señor!
Y dirán, en tu nombre echamos fuera demonios. Y en tu nombre sanamos enfermos. Y dice la
Palabra, el Señor les dirá: ¡apartaos de mí hacedores de maldad! Pero aún en ellos se manifestó el
don de Dios, aunque eran hacedores de maldad.

Así que cuando tienes una autoridad enfrente de ti, pues reconoce que la autorizadla puso Dios, y
recibe lo que Dios te está dando a través de esa persona. Puede ser la misma persona y un domingo
vienes a la congregación y dices: “no, no, no, yo ya no recibo nada de esta persona”. Pero Dios trata
contigo, te quebranta y al siguiente domingo es la misma persona hablando a tu vida y estás
recibiendo bendición de Dios. El problema está dentro de ti, el problema no está en los demás, el
problema está dentro de ti. Hay bendición en la obediencia y el honor a nuestras autoridades.

¿Cuál es la bendición de el obedecer a nuestros padres, el honrar a nuestros padres?


Dice Deuteronomio 5:16 Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para
que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da. Dos
bendiciones, tus días van a ser prolongados; no vas a tener una muerte prematura. Tus días van a
ser prolongados, vas a tener muchos días sobre esta tierra. Y segunda bendición: te va a ir bien.

Segunda obediencia de obedecer a nuestras autoridades. Romanos 13:3-4 Porque los magistrados
no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la
autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; 4porque es servidor de Dios para tu bien. Pero
si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para
castigar al que hace lo malo.

Si tú honras a tus autoridades, también Dios te honrará a ti y tendrás alabanza tú también. Te irá
bien ¿verdad? Las autoridades están para castigar a los que hacen lo malo, no a los que hacen lo
bueno. Y ¿qué sucede cuando honramos a nuestros líderes espirituales, a nuestros pastores y a
nuestros líderes? Hebreos 13:17 Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos
velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no
quejándose, porque esto no os es provechoso.
¿Qué pasa cuando hay un respeto y un honor a las autoridades espirituales? Bueno es más fácil para
ellos, es más agradable. Dice que obedezcas y te sujetes para que ellos lo hagan con alegría. O sea
entre todos creamos un ambiente de armonía. Cuando tú respetas a tus líderes espirituales, bueno
estás también contribuyendo para que ellos hagan mejor su trabajo, para que ellos ejerzan mejor
su autoridad. Pero cuando estás en la pugna por el poder, o desacreditando, o hablando mal; bueno
pues estás haciendo las cosas más complicadas.

Dios ha estado hablando a mi vida a través de los últimos meses ya acerca de este tema de la
autoridad. Y estábamos en el congreso de Hombre a Hombre en Vino Nuevo, y me acerqué a Chris
Richards, él es hijo del hermano Victor. Y él salió de la congregación de Ciudad Juárez y fundó una
iglesia en el Paso, Texas, y por lo que he escuchado le va bastante bien, y Dios está cumpliendo su
propósito. Y le preguntaba, “oye ¿cómo es que tú saliste de aquí? Y me decía en uno de los
intermedios me acerqué a él y le pregunté y me decía: dice simplemente llega el momento en el
cual te sientes incómodo, no molesto sino incómodo; sientes que tienes que dar el siguiente paso.

Dice pero yo decidí, dice, yo vi tanta gente salir de aquí mal, dice tantísima gente salir mal de esta
congregación, y yo decidí que el día que yo saliera iba a salir bien, iba a salir con la bendición. Dice,
de manera que decidí nunca salirme cuando yo estaba enojado, nunca salirme cuando yo estaba
mal, sino cuando verdaderamente era el tiempo de Dios, y cuando las cosas estaban en armonía”.

Y siendo una iglesia tan grande la iglesia de Vino Nuevo en Ciudad Juárez, bueno me imagino cuánta
gente se ha salido mal de esa congregación. Y me lo imagino porque pues cuánta gente hemos visto
salir mal de esta congregación. Y esta gente que sale mal pues es gente que finalmente no alcanza
su madurez, y nunca va a alcanzar su madurez hasta que reconozca que trae un problema en su
interior. Porque es gente que sale de aquí y llega a otro lugar y en ese lugar vuelve a tener problemas
y vuelve a salir de ahí. Entonces es un tema de madurez, tenemos que entender, tenemos que
encontrar los tiempos de Dios, tenemos que superar nuestras situaciones.

A veces justificamos, decimos yo no voy a obedecer a tal autoridad porque tiene tales defectos.
Porque tiene tales situaciones. Decía un siervo de Dios también: “cuando encuentras defectos en
una autoridad en lugar de que minimices a la persona, dice, engrandece a Dios. Engrandece a Dios
¿por qué? Porque todos tenemos defectos y a pesar de eso Dios nos sigue confiando su autoridad.
Ahora sí, ¿cuántos de ustedes podrían decir, responderle a Jesús cuando él preguntó el que esté
libre de pecado, bueno aviente la primera piedra? El que está libre de todo pecado diga la primera
palabra. El que está libre de todo pecado, el que es perfecto pues comience el juicio ¿no? Por eso
nosotros no podemos juzgar, porque si empezáramos a juzgar pues Dios terminaría juzgándonos a
nosotros.

Entonces, el tema del respeto a la autoridad que Dios puso a nuestros líderes espirituales. Hablaba
con un hermano y me decía: “yo cometí un error, yo me desintegré de la iglesia. Dice yo cometí un
error y ahora lo rec0onozco. Dice yo idealicé a los líderes, y yo pensé que eran perfectos, y un día
me di cuenta que no lo eran, y ese día se derrumbó mi mundo. Y ese día decidí en lugar de hablarlo
pues decidí apartarme”. Y abramos los ojos y tengamos madurez.

En nuestra sociedad es muy común pensar que el señor La Volpe es perfecto. Pensar que el señor
Hugo Sánchez es perfecto. Pensar que el señor Presidente es perfecto. Y la verdad es que no, y por
lo tanto tampoco podemos decir que nuestros líderes son perfectos no lo son. Nuestros pastores no
son perfectos, nuestros líderes no son perfectos, y porque ninguno de aquí lo es ¿verdad? Si
fuéramos perfectos ya Dios nos hubiera llevado. Entonces tenemos que aprender con madurez a
entender esta imperfección, con madurez.

Cuando te enteras del pecado de alguien, o del error de alguien estás siendo también probado en
tu madurez. Estás siendo tú probado en tu madurez. Cuando tú sabes del pecado de alguien Dios
está observándote y probando tu madurez. Tienes varias opciones, tienes la primera opción de
juzgar a la persona y normalmente esta es la más fácil. Juzgas a la personas y haces caer todo el
rigor, todo el peso de la ley de Dios sobre esa persona y lo juzgas. Tienes sin embargo otra opción,
la otra opción es alejarte, simplemente abandonas a la persona o abandonas el equipo, o abandonas
la iglesia.

Pero tienes otra más que es platicarlo con esa persona en un tema de restauración. Cuando Dios
habla a las iglesias en Apocalipsis, Jesús está hablando, está confrontando el pecado pero está
hablando de una restauración. De manera que cuando tú descubres el defecto de alguien, tu
madurez está siendo probada y lo que Dios espera de ti es que esperes ahí, que no divulgues lo que
te has dado cuenta, y que ores y que apoyes y que soportes. Dice Pablo: “Los que son maduros
restauren con esa madurez a los que han caído”.

Había un dicho hace como 10 años en las iglesia, y decían que los cristianos era el único ejército que
cuando herían a uno de sus soldados lo remataban, era el único en lugar de ayudarlo. Y cuando
vemos las fallas, cuando vemos las situaciones en los demás estamos siendo probados en nuestra
madurez. Y cuando en le pasado hemos actuado con inmadurez porque es normal, es normal actuar
con inmadurez ¿por qué? Pues porque somos inmaduros en un principio. Pero tenemos que
reflexionar y cada vez que vuelva a presentarse la situación tenemos que actuar diferente, con una
madurez mayor.

La Biblia dice en el libro de Génesis, que después de salir del Arca, Noé sembró una viña y cuando la
viña dio fruto, tomó del vino y se embriagó. Tú dices ¡Noé se embriagó! Y su nombre está escrito en
el libro de Hebreos ahí en el salón de la fama de la fe, entre esos grandes hombres. Y Noé borracho
no solamente se emborrachó sino que además se desnudó. Ahí en medio de su borrachera se quitó
la ropa ¿si? Noé. Y uno de sus hijos que se llamaba Cam, pasaba por ahí, por la tienda de Noé y vio
la desnudez de su padre.

Vio la desnudez de su padre e inmediatamente va y se lo comunica a sus dos hermanos que estaban
afuera. Dice la Biblia que los otros dos hermanos Sem y Jafet, tomaron la ropa, se la pusieron sobre
sus hombros y caminando hacia atrás, iban con la ropa ahí y cubren a su padre. Lo cubren, lo tapan
y le dan un café cargado y lo duermen ¿no? Bueno esto ya no lo dice la Biblia; y se acabó. Pero
entonces cuando Noé se despierta de su embriaguez, dice la Biblia que maldice a Cam, padre de
Canaán; y bendice a Jafet y a Sem. ¿Por qué? Y además la maldición se cumple. Y no dice la Palabra
que Dios castigó a Noé por su borrachera, no lo dice. Sin embargo castigó a Cam por su falta de
respeto a su padre.

¿Qué es lo que debemos hacer cuando vemos a algún error en nuestra autoridad? Bueno
indudablemente no ser como Cam, que solamente lo comentó con dos y fue merecedor de una
maldición. No gozarnos y decir: “ay ¿qué crees que descubrí en la autoridad? Descubrí tal cosa”. En
ese momento estás siendo acreedor de una maldición sobre tu vida. Esta borrachera de Noé
representó una prueba en estos tres hombres. Dos la pasaron, uno la reprobó y fue merecedor de
una maldición.
Las fallas morales de nuestras autoridades representan una prueba para nosotros, ¿cómo vamos a
reaccionar? ¿Vamos a escandalizar, vamos a comentar? Estos dos hombres cubrieron el cuerpo de
Noé y lo protegieron. Porque al proteger a su padre estaban protegiendo su propio corazón, su
propia vida también. Pero si hubieran difamado, si hubieran divulgado todo esto a lo mejor
diciéndolo a los nietos a las nueras a todo mundo, bueno hubieran traído maldición también a su
propia vida.

Leía un libro que se llama “El Arte de la Guerra”, es un libro muy antiguo que habla sobre estrategias
de guerra. Y una frase que se me quedó muy grabada y dice: “cuando todos en el ejército hablan
abiertamente de los defectos del líder, la lealtad del equipo se ha terminado. Y cuando se termina
la lealtad del equipo pues se acabó el equipo”. Cuando encontramos errores en nuestras
autoridades, bueno ¿qué es lo que tenemos que hacer? Cubrir, soportar, orar, platicarlo con ellos.
Si tú encuentras un error en tus pastores, en tus líderes algo que sí puedes hacer es acercarte y
platicarlo sin perder, sin perder el respeto. Sin perder la reverencia, sin perder la sujeción.

Pero cuando tú lo divulgas, cuando tú lo empiezas a difundir y muchas veces ni siquiera son
verdades, bueno lo que estás haciendo es sembrar maldición e tu propia vida y en la vida de los
demás. Estás cayendo en algo que se llama rebelión. La rebelión es mortal y es contagiosa. Entonces
si la persona, si la autoridad está cayendo en algún problema, esa situación es problema de Dios y
de esa autoridad no de nosotros.

2 Pedro 2:1-3 Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos
maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los
rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. 2Y muchos seguirán sus disoluciones, por
causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, 3y por avaricia harán mercadería de
vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su
perdición no se duerme.

La Biblia dice también que los ancianos los líderes son dignos de doble honor Y dice también que
contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos Dos o tres testigos de manera
que si alguien viene y te dice “oye ¿qué crees? El líder el pastor o la pastora es tal cosa. Tienes que
recordar que es digno de doble honor. Y si tú eres un líder no puedes aceptar una acusación más
que con dos o tres testigos. Y tienes que poner a esa persona en contacto con el líder, y decir: “lo
que tú estás haciendo, lo que tú estás diciendo es algo grave, es algo que Dios repudia. Por lo tanto
es un asunto delicado y lo tenemos que tratar contigo, con dos o tres testigos y con la persona a la
que estás acusando”.

Estamos tan acostumbrados a hablar a la ligera, decir: “oye ¿qué crees que escuché? Que no sé qué
y que a sí y además… Y le aumentamos. No pero es que además yo me imagino que no solamente
es eso, si no que tal y tal. Y entonces se empieza a hacer más grande. Y como le dijo Dios a María y
a Aarón: “no tuviste temor de hablar mal de mi siervo”. Cuando estamos participando de una
situación donde alguien está acusando, donde alguien está manchando la imagen de algún líder
estamos cayendo en una situación peligrosa para nosotros mismos. Y debe de haber un temor de
Dios en nosotros, ¿Por qué? Porque dice:

2 Pedro 2:4-9 Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno
los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; 5y si no perdonó al mundo
antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio
sobre el mundo de los impíos; 6y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra,
reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente, 7y libró al
justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados 8(porque este justo, que moraba entre
ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos), 9sabe el Señor librar
de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio.

Si Dios no perdonó a todos estos, Jesús dice que cuando el diablo se rebeló, dice que cayó como
trueno. Inmediatamente cayó. Bueno Dios no va a perdonar nuestra rebelión. Dios no va a perdonar
la rebelión de ninguno de nosotros. Dios no soporta la rebelión. Dios no puede aceptar la rebelión,
no puede. Si nosotros vivimos en rebelión contra alguien, contra una autoridad estamos teniendo
un problema con Dios, y no podeos tener comunión con un Dios de autoridad.

Les decía el otro día que escuchaba en una predicación de Mayers, que él decía que había viajado
por todo el mundo y visto las iglesias en todo el mundo, y que no hay iglesia más dividida que la
iglesia en México. Porque hay iglesias que se dividen, sale un grupo se crea otra iglesia. Vuelve a
crecer un poco y después de cierto tiempo se vuelve a crear otra división. Se divide esa iglesia y se
crea otra iglesia. Y esta es la forma en la que están creciendo la mayor parte de las iglesias en nuestro
país, a través de divisiones.

¿Cuál es nuestra prueba? Bueno nuestra prueba es la prueba de nuestra madurez, de permanecer
en un lugar, de permanecer en sujeción, de permanecer bajo la autoridad y de madurar ahí. Y si un
día tenemos que salir seamos enviados por la misma iglesia y no como parte de una división, de una
rebelión. Leamos una última cita en Isaías 1:18-20 Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si
vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como
el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. 19Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra; 20si
no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho.

Amado hermano, amada hermana la rebelión trae maldición, leímos que el que resiste a la autoridad
trae condenación a su propia vida, trae el juicio de Dios. No es que Dios esté empeñado en juzgarte
pero es un reino con leyes, y cuando tú no te sujetas a las leyes tú tienes problemas con la autoridad.
Y muchos de los problemas que puedes estar teniendo pueden tener su causa en una falta de
sujeción alguna autoridad. Quisiera empezar repasando y preguntarte y que veas ¿cómo está tu
relación con tus padres? No importa la edad que tengas, porque el mandamiento de honrar a tu
padre y a tu madre es un mandamiento para toda la vida, no solamente mientras vivas con ellos o
mientras te estén manteniendo. O incuso no importa si nunca te han mantenido. Si tus padres
fallaron en algo, Dios arreglará las cosas con tus padres no contigo y ellos.

Cuando Jacob, o Israel, fue llamado por el Faraón a Egipto, Faraón le preguntó ¿cuántos son los años
de tu vida? E Israel le contestó pocos y malos son los años de mi vida. Así que es contrario a la
promesa de Dios. La promesa de Dios dice que tus días serán largos y buenos, es decir, tus días serán
muchos y serán buenos, serán de bendición. Así que si tú has faltado a tus padres a lo mejor ya
incluso están muertos pero puedes pedirle perdón a Dios.

Así que pídele perdón a Dios en esta hora, porque lo que sembraste de maldición pues lo estarás
cosechando de maldición. Es un tiempo de restauración, Dios quiere restaurar tu vida. Ponte a
cuentas con Él y que su Espíritu Santo traiga convicción de pecado, traiga un corazón sincero delante
de Él, que no podamos hacernos ni para un lado ni para el otro. Sino que el dedo justo de su Santo
Espíritu nos señale en esta hora no para juicio sino para restauración. No para condenación sino
para salvación.
Hay quienes están cosechando mal, muchos de ustedes o algunos de ustedes dicen ¿no sé por qué
vivo maldición tras maldición? O no me salen bien las cosas, o no siento la bendición de Dios sobre
mi vida. Empieza a recordar la relación con tus padres y si en algo has fallado, no importa que tus
padres sean lo peor o que a tus ojos hayan tenido muchos errores, eso no importa, eso no es tema
tuyo, tú sólo pídele perdón a Dios por la falta de respeto, la falta de comprensión, por el juicio que
has tenido sobre ellos. Cuando solamente Dios tiene la autoridad para ello.

Sigue escudriñado tu corazón respecto a las autoridades que Dios ha puesto, hacia nuestros
maestros los que tuvimos y los que tenemos también; nuestros líderes espirituales, hemos juzgado
y Dios lo ha oído. Y delante de Él somos culpables de juicio cuando no nos arrepentimos. Así que
pide perdón si has caído en esto, y que reconozcas que no son perfectos tus líderes pero eso no es
asunto nuestro, sino de Dios con ellos. Así que si también has juzgado a tus líderes espirituales en
cualquiera cosa que ellos han hecho, pide perdón a Dios porque Él será quien trate con ellos, no tú.

Si sientes que en tu corazón hay rebelión, hay molestia; si dices es que ya no siento el gozo de estar
en la congregación, ya no siento la paz de estar aquí, ya no me ministran los mensajes, ni lo que
hacen, puedes empezar quebrantando tu corazón porque dice la Palabra que el corazón
quebrantado, el corazón humillado no lo rechaza Dios. Dios te está hablando a ti, tenemos tanta
cosa que sacar que impide nuestra bendición, empecemos a sacarla ya. Dios nos llama a
restauración, Dios dice si oyereis, seréis sanados. Mas si no quisieres oír serás consumido. Si oyes y
si quieres comerás el bien de la tierra, pero si no quieres y eres rebelde serás consumido. Así que te
invito a que te postres delante de Dios y pidas perdón delante de Él.

Hay cosas que no has entendido y no has obedecido de parte de Dios, y eso también es rebelión. Y
dice la Biblia que como pecado de adivinación es la rebelión. Y como pecado de ídolos y hechicería
es la obstinación. Has fallado en tu relación con tu esposa, has maltratado a tu esposa, a tus hijos
con palabras, sometiéndola a hacer cosas que no le agradan, quebrantando su corazón, lastimando
su imagen, y eres hombre con autoridad limitada también, tienes que dar cuentas a Dios. Te invito
a que te arrepientas en esta hora y pídele perdón a Dios. Has hecho uso indebido de tu autoridad,
has lastimado a la gente, has lastimado su propia imagen, su autoestima, te invito a que también le
pidas perdón a Dios.

Has desacreditado a las autoridades que Dios puso en esta congregación, lo has pensado, lo has
comentado, tal vez tengas razón en lo que has visto pero no en deshonrarlos, no en desacreditar y
Dios te ha escuchado y Dios te dice: “no has tenido temor de hablar mal de mi siervo, de hablar mal
de mi sierva”. Pero Dios te invita a arrepentirte y ser restaurado en esta hora. Y mira tal vez todos
en algún momento hemos desacreditado a tus siervos, yo te pido perdón Señor y que me limpies y
me restaures, no son perfectos como nadie es perfecto aquí. Ayúdame a soportarlos, a ayudarlos y
ser parte de la bendición y no de la maldición, en el nombre de Jesús

Señor finalmente hemos faltado a tu autoridad porque cuando fallamos a la autoridad de alguien
más que tú escogiste, te hemos fallado a ti, y te hemos resistido a ti Señor. Perdónanos y restáuranos
por favor, en Jesús amén.

Dios te bendiga.

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