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Objetivos de la Oratoria:
Desarrollar y potenciar las propias capacidades de intercomunicación personal.
Descubrir las herramientas personales de comunicación y expresión verbal.
Conocer la estructura lógica del discurso, el diálogo y la negociación.
Adquirir métodos de preparación e improvisación de discursos.
La Retórica y la Elocuencia.
Según Aristóteles, La Retórica es útil y su tarea no consiste en persuadir, sino en
reconocer los medios de convicción más pertinentes para cada caso en particular; y por
eso la define como la facultad de teorizar lo que es adecuado en cada caso para
convencer. Para su completa definición, se puede añadir que se considera el arte de
elaborar discursos gramaticalmente correctos, elegantes y sobre todo convincentes.
Se le conceptúa como la teoría de la elocuencia. Es el arte que enseña las
reglas del buen decir. También, se denomina retórica al conjunto de reglas, preceptos y
principios referentes al arte de hablar o escribir de manera elegante.
Por su parte, la Elocuencia se define como aquel talento de hablar o escribir para
deleitar o persuadir. Es lo que conmueve o impresiona. Es la fuerza de expresión.
La elocuencia es la parte de la retórica que enseña cuanto se refiere a la oratoria.
La Elocuencia no se limita a la palabra sino que también utiliza el gesto, los
ademanes, la mirada, las lágrimas, los suspiros… e incluso hasta el silencio que, en
ciertos casos, puede ser bastante elocuente.
La diversidad en el público.
Las diferencias entre 2 o más personas afecta a casi todos los aspectos del
proceso de comunicación; no obstante, la posibilidad de comprendernos unos a
otros depende mucho de con quién estemos y de las palabras que utilizamos. La
mayor parte de la población hace hincapié en la falta de armonía racial, de género y
cultural, por lo tanto el orador SIEMPRE debe considerar esta situación cuando
presenta su discurso.
La Oratoria Jurídica.
También conocida como Oratoria Judicial o Forense, es aquella impuesta por la
autentica oralidad procesal y que se despliega ante los tribunales de justicia en las
audiencias, por las partes (cuando así se requiere) y por los letrados que las
representan para la exposición del caso.
El desempeño profesional de un abogado requiere inexorablemente de un
óptimo desempeño oral y gestual. La persuasión será el método más eficaz para la
obtención de resultados. Para el profesional de la ley, conocer las técnicas y estrategias
de la expresión oral y gestual le otorgará una importante ventaja competitiva. La
capacitación continua y la profundización en diferentes especialidades son una
tendencia mundial que busca la cualificación de los profesionales del Derecho, para
que puedan responder de manera adecuada a los requerimientos de la profesión.
La Oratoria y el Derecho.
LA EXPRESIÓN ORAL ocupa un lugar importante en el desarrollo de la profesión
de abogacía. Los avances en el juicio oral, la mediación o la negociación, constituyen
ejemplos importantes.
La oratoria y la abogacía mantienen un origen histórico común. Ya que, en Grecia
los oradores famosos eran “contratados” para convencer en las contiendas jurídicas.
Posteriormente, estos oradores comenzaron a ser retribuidos por estos servicios, con
lo que se convirtieron en los precursores de la actual abogacía.
La finalidad de la oratoria, que en el mundo clásico era considerada una de las
artes, era conmover y convencer. Sin embargo, no puede decirse que la oratoria, su
técnica y principios, hayan perdido vigencia en un mundo en el que la comunicación es
cada vez más una herramienta estratégica. En el caso de la abogacía litigante o “de
tribunales”, la oratoria nunca ha dejado de ser un instrumento necesario, pero la
conveniencia de “hablar bien en público” es reconocida cada vez por más profesionales
del Derecho.