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UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN

Enrique Guzmán y Valle


“Alma Máter del magisterio Nacional”
FACULTAD DE CIENCIAS

CAPÍTULO 5

EL MEDIOEVO, ¿TIEMPO DE ESTANCAMIENTO?

Presentado por:

PAUCAR QUISPE, Marco Antonio.

DOCENTE:
LUIS GUZMÁN PALOMINO.

Lima – Perú

2018
Resurgimiento de las ciudades.

Al pasar los siglos, la vida en las ciudades fue recuperando importancia en plena edad
media, donde mostraría un notorio progreso urbano. Las ciudades que se crearon fueron
superiores a sus antecesores en el mundo clásico, debido a que varios factores se
conjugaron para el nacimiento de nuevas ciudades, siendo los más importantes el factor
religioso. Debido a que la gente acudía en peregrinaje a un santuario terminaron por
asentarse cerca de él. Por lo general dichos santuarios existían aledaños a los monasterio,
por lo que en este caso hablamos de la llamadas ciudades monásticas; entre ellas podemos
citarle a Saint Denis, Saint Omer, Saint Dié y entre otras, lo cual algunas estaba
amuralladas.

Otras ciudades nacieron por factor estratégicas, convirtiéndose en ciudades fortalezas,


como el caso de Oviedo, Burgos, Cracovia y Poznan. Para cualquier de estos dos factores,
la función económica fue indispensable para que prosperen estas ciudades.

Y durante los siglos XII y XIII, el auge comercial se convirtió en el factor principal
para el nacimiento de ciudades debido que el mundo medieval empezó a experimentar una
serie de cambios sin retroceso. Empezó a apreciarse un incremento de la población como
consecuencia de un notable aumento de la producción agrícola debido principalmente a:
la roturación de nuevas tierras, aparición del arado de vertedera en sustitución del antiguo
arado romano., comienza a utilizarse el caballo como animal de tiro en sustitución de los
bueyes, invención de nuevas herramientas agrícolas como la guadaña, collera y herradura
de clavos y mejoras en las técnicas de regadío, introducidas principalmente por los árabes
(norias, acequias).

Como consecuencia de esta mayor producción, aparecieron los primeros excedentes


agrícolas, que pronto empezaron a comercializarse, posibilitando el acercamiento del
campo a la ciudad. Esto hizo posible el resurgimiento de antiguas ciudades y la creación
de otras nuevas.

A estas nuevas ciudades, se las llamó burgos y a sus moradores burgueses. Los burgos
solían estar rodeados de una muralla defensiva, dotada de torres de vigilancia y puentes
levadizos en sus puertas que impedían el paso hacia el interior. Celebraban en su interior
ferias y mercados donde se llevaban a cabo importantes transacciones comerciales. Los
mercados se celebraban una o varias veces a la semana y se comerciaban principalmente
con productos agrícolas; las ferias generalmente eran anuales, con fecha fija, y en ellas se
comerciaba con ganado y herramientas. Hubo ferias que alcanzaron fama internacional
por la importancia de sus intercambios, por ejemplo las ferias de las ciudades de medina
del campo (Valladolid) y la de zafra (Badajoz).

Las universidades

Un trascendental aporte del medioevo fueron la creación de las universidades, debido


a un factor muy decisivo que fue la existencia y florecimiento de las ciudades.

Las primeras Universidades del Medioevo fueron: Universidad de Bolonia (1119) y


la Universidad de París (1150). Algunas universidades ganaron sus derechos como tales
en virtud de movimientos estudiantiles cuyas demandas provocaron incluso sangrientos
disturbios, como los de parís en 1200 y Oxford en 1208. Las innovadoras concepciones
y el creciente interés de los estudiantes motivaron el ejercicio brillante de la catedra, como
la que en parís condujo Abelardo, al igual fue la aparición de la universidad de Bolonia y
Cambridge.

Pero a otras universidades crearon los reyes, emperadores y papas. Por ejemplo en
1212 Alfonso VIII creo la universidad de Palencia; en 1218 su sucesor de Alfonso X
fundo la de salamanca; en 1224 Federico II creo el de Nápoles, así sucesivamente en
diferentes países del continente europeo y como toda universidad tienen orígenes
diferentes en este caso en proclamar su autonomía, tuvieron diverso control para ello hubo
casos de que el profesor lo tenía el poder en otros casos eran los estudiantes que tenían el
control y en otros casos lo tenían ambos tanto los maestros como estudiantes lo que tenían
el poder. Desde principio hubo facultades. Las primeras fueron de teología, derecho, arte
y medicina.

De otra parte, si a los comienzos el ingreso de estudiantes fue amplio y libre, con el
paso del tiempo empezó a ser restringido. La elevación de los costos de los exámenes
logro el objetivo de eliminar a los estudiantes pobres. Y las universidades pasaron a ser
poblada por estudiantes de estratos económicamente pudientes. De hecho, en el siglo XIV
la universidad era ya solo para la elite.

En resumidas cuentas, la universidad que naciera como producto de vientos progresistas,


no tardo en reflejar el tradicionalismo del medioevo, por acción concertada de la iglesia
y del estado. Por ello, el humanismo y el renacimiento, que signarían los tiempos
inmediatamente posteriores, iban a nacer al margen de las universidades.
El valioso legado musulmán

El oscurantismo cultural de medioevo, con algunas excepciones, puede generalizarse


a toda Europa cristiana. Pero no a la península ibérica, que entre los siglos VIII y XV fue
ocupada por los musulmanes. En ese escenario geográfico floreció la civilización árabe
“tierra de los vándalos”, irradiando esplendor cultural tanto a occidente como a oriente.
El estado islámico llego a comprender gran parte del territorio español, variando su
extensión a medida que se modificaban las fronteras.

De intensa vida religiosa y heredero de una historia y una cultura extraordinarias, el


mundo musulmán constituye uno de los más preciados tesoros de la humanidad.
Profundamente religiosos, los musulmanes han legado una cultura tan rica como variada
en sus expresiones artísticas, entre las que destacan una arquitectura monumental que
maravilla en el diseño de sus mezquitas y en la profusa decoración de sus cerámicas y
artesanías. Más allá de las alternativas religiosas y políticas, el islam se desarrolló con
una creatividad que aún continúa siendo admirable en las más variadas representaciones
artísticas.

Además los musulmanes forjaron una vasta y rica cultura, cultivando las ciencias y
las artes con logros que influirían en el posterior renacer cultural de occidente. La
educación y el saber tuvieron desde el principio enorme importancia en el mundo
islámico, como lo demuestran las propias tradiciones recogidas por Mahoma.

Los musulmanes conjuntaron el estudio de la astronomía y la matemática. A finales


del siglo X tenían escuelas de matemática en Córdova y Madrid; había fundado Malasma,
autor de un tratado sobre el astrolabio plano, principal instrumento medieval para las
observaciones astronómicos y de cálculo.

En el siglo XI destaco Azarquiel, él fue quien confecciono las famosas Tablas


Toledanas, referidas a sus observaciones de los planetas , también describió las reglas de
las tablas astronómicas. En este mismo siglo introdujeron el uso de los llamados signos
matemático arábicos.

En conclusión la importancia del legado histórico del mundo musulmán permitió el


desarrollo y el perfeccionamiento de la tecnología, que en el caso concreto del álgebra y
el cálculo permitió un avance significativo en el área de la arquitectura y la agricultura.

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