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Revista de Psicología del Trabajo y de las

Organizaciones
ISSN: 1576-5962
revistas_copm@cop.es
Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid
España

MORILLEJO, ENRIQUE ALONSO; POZO MUÑOZ, CARMEN


Análisis de los factores psicosociales de riesgo en los profesionales dedicados al cuidado de la salud
Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, vol. 17, núm. 3, 2001, pp. 273-293
Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid
Madrid, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=231318273002

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Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones - 2001
Volumen 17, n.º 3 - Págs. 273-294

Artículo
Análisis de los factores psicosociales de riesgo en los
profesionales dedicados al cuidado de la salud

Analysis of psychosocial risk factors in


health professionals
ENRIQUE ALONSO MORILLEJO
CARMEN POZO MUÑOZ
Área de Psicología Social. Dpto. Ciencias Humanas y Sociales. Universidad de Almería1

RESUMEN

Los profesionales que desempeñan su labor en el ámbito sanitario son una población especial-
mente vulnerable a los riesgos derivados de su trabajo. En general, el profesional sanitario
conoce cuáles son los factores de riesgo más comunes a los que se expone en su entorno laboral
así como las medidas protectoras que debe ejecutar para evitar la aparición de accidentes o
enfermedades profesionales. Sin embargo, ese conocimiento por sí solo no es suficiente para
instaurar una serie de hábitos comportamentales dirigidos al mantenimiento de la salud y la pre-
vención de la enfermedad. Desde la Psicología social se han propuesto determinados modelos
acerca del comportamiento arriesgado en los que el componente cognitivo se presenta como un
factor clave para explicar por qué los individuos ejecutan determinadas conductas que ponen en
peligro su integridad física o psicológica. En este trabajo se postula la necesidad de incluir otras
variables de interés, de mayor implicación psicosocial, que permitan el diseño de intervencio-
nes dirigidas a prevenir la ocurrencia de accidentes laborales en este grupo de población.

ABSTRACT

Health professionals are especially vulnerable to work-related risks; this group often suffers
from professional diseases, particularly those associated with toxic-biological agents and
radiations. In general, health professionals know the most common risk factors they must
face in their workplace, as well as the protective measures needed to prevent disease. Howe-
ver, it has been recognized that information alone is not enough to establish behavioral habits
1 Dirección: Prof. Enrique Alonso Morillejo. Tfno: 950-01-57-32. Área de Psicología Social. Dpto. Ciencias

Humanas y Sociales. Fax: 950-01-54-20- Universidad de Almería. 04120. Almería. e-mail:ealonso@ual.es

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Análisis de los factores psicosociales de riesgo en los profesionales dedicados al cuidado de la salud

directed to keep people healthy and to prevent diseases. However, it has been recognized that
information alone is not enough to establish behavioral habits directed to keep people healthy
and to prevent diseases. In Social Psychology, several models have been proposed in order to
explain risk behaviour, stressing the role of cognitive variables, and particularley «risk per-
ception» as a key concept to understand why behaviours that are detrimental to physical and
psychological health are maintained. in this study, the need to take into account psychosocial
variables is emphasized, as a basis for designing interventions to prevent risk behaviours.

PALABRAS CLAVE
Conductas de riesgo. Profesional sanitario. Modelos psico-
sociales. Percepción del riesgo. Programas de prevención.

KEY WORDS
Risk behaviour, Health professionals, Psychosocial
models, Risk perception, Prevention programmes.

INTRODUCCIÓN En este sentido, y con el fin de promo-


ver estrategias preventivas adecuadas, se
En la actualidad, el mantenimiento de la hace necesario contar con herramientas de
salud en el ámbito laboral es una de las evaluación válidas que permitan la detec-
principales preocupaciones de todos aqué- ción temprana de los factores de riesgo que
llos que tienen algún tipo de responsabili- están presentes en el contexto laboral. En
dad social en este ámbito. Con el fin de medio de esta situación aparecen iniciati-
garantizar la seguridad de los trabajadores vas como la del Instituto Nacional de
y evitar la aparición de accidentes y enfer- Seguridad e Higiene en el Trabajo
medades profesionales se están disponien- (INSHT), diseñando una serie de recomen-
do una serie de medidas, especialmente de daciones y guías para posibilitar las eva-
carácter preventivo, encaminadas a prove- luaciones de este tipo de riesgos. Por ejem-
er a los profesionales de los distintos sec- plo, este organismo estatal edita en soporte
tores laborales de, al menos, los conoci- informático una metodología para facilitar
mientos básicos acerca de las situaciones la evaluación de los factores psicosociales
de riesgo a las que se pueden enfrentar y (Instituto Nacional de Seguridad e Higiene
de la mejor manera de afrontarlas. Lo cier- en el Trabajo, 1996). En esta misma línea
to es que, afortunadamente, los riesgos existen otros intentos como el modelo
físicos empiezan a ser controlados paulati- “AMIGO”, base de la metodología “Pre-
namente, algo que no sucede en la misma venlab-Psicosocial”, dirigido a la evalua-
medida con los de tipo psicosocial (Alonso ción de los riesgos y a la puesta en marcha
Morillejo y Pozo, 2002; Alonso Morillejo, de proyectos preventivos en el contexto
Pozo y Martínez, 2002). Además, las con- tanto ergonómico como psicosocial (Peiró,
secuencias psicosociales de los riesgos 1999). En otros países del contexto euro-
pueden representar gran parte de las enfer- peo y americano también se vienen desa-
medades profesionales, en especial en lo rrollando estrategias evaluativas e inter-
referente al estrés laboral (Peiró, 1999; ventivas de especial relevancia para la
Peiró y Bravo, 1999). detección y prevención de los riesgos psi-

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cosociales (Cartwright y Cooper, 1999; profesionales. Por ejemplo, los riesgos del
Hansez y De Keyser, 1999; Lindströn y ambiente abarcan variables tales como la
Kivimäki, 1999; Schaufeli, 1999); una iluminación, el ruido o las vibraciones, las
buena muestra de algunos de los trabajos radiaciones, las altas temperaturas o los
desarrollados en este ámbito se recogen en riesgos químicos. Entre los factores físicos
el número monográfico de la Revista de se encuentran el manejo de cargas pesadas,
Psicología del Trabajo y de las Organiza - la adopción de posturas incómodas durante
ciones coordinado por Peiró y Bravo en un tiempo continuado o la realización de
1999. movimientos repetitivos. Las propias
características del puesto implican, en oca-
Los profesionales que desempeñan su siones, un ritmo excesivo de trabajo, la
labor en el ámbito sanitario son una pobla- atención a demasiadas tareas a la vez o el
ción especialmente vulnerable a los riesgos trabajar demasiadas horas seguidas, lo que
derivados de su trabajo, especialmente el puede desembocar en el padecimiento de
colectivo de enfermería. Son muy diversas trastornos relacionados con el estrés labo-
las investigaciones desarrolladas, tanto ral o burnout (Cartwright y Cooper, 1999;
dentro como fuera de nuestras fronteras, Peiró, 1999).
que ponen de manifiesto el padecimiento
de enfermedades profesionales por este Íntimamente relacionado con el padeci-
grupo de población, motivado, en gran miento del estrés laboral y otras enferme-
medida, por las situaciones de riesgo con dades profesionales, se señalan también
las que diariamente se enfrentan. Es cierto algunos factores relativos al desempeño de
también, que los datos proporcionados por roles -la ambigüedad, el conflicto y la
diversos estudios hablan de índices de sobrecarga de rol-. A ello se unen otra
accidentalidad no excesivamente elevados serie de variables grupales y organizacio-
cuando nos centramos, por ejemplo, en la nales, como la falta de participación en la
transmisión accidental del VIH (investiga- toma de decisiones, la escasa autonomía en
dores en este campo señalan que la proba- el trabajo, la monotonía, la perspectiva
bilidad de que un profesional sanitario se poco optimista de desarrollo profesional, la
infecte con sangre de un enfermo con VIH escasa oportunidad para el control o los
es de entre 0,3% y 0,5%; Portell, Riba y conflictos grupales, que pueden actuar
Bayés, 1997; Moure y Pujalto, 1996; De como factores de riesgo destacados (Peiró,
Juanes y Fuertes, 1988; Gala, Martínez, 1992, 1999).
Lipiani y cols., 1997), aunque se elevan
aproximadamente a un tercio del total de Y, por último, no hay que olvidar que
accidentes laborales cuando se incluyen otro elemento característico del trabajo
todas las enfermedades causadas por pató- sanitario, especialmente del personal de
genos transmisibles por exposición percu- enfermería, es la gran parte del tiempo que
tánea, incluyendo la hepatitis B y hepatitis estos profesionales pasan con los pacientes
C (Gallardo, Masa, Fernández y cols., y sus familiares. Estas relaciones interper-
1997). sonales suelen estar cargadas de emocio-
nes, tensiones e incluso frustración y hosti-
Sin embargo, los riesgos de origen bio- lidad, algo que puede desembocar en la
lógico son sólo una parte del conjunto de aparición del burnout entre este grupo de
peligros a los que están expuestos estos profesionales, de forma que cuanto más

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tiempo se dedica a los pacientes y allega- del riesgo cabe distinguir entre la concep-
dos mayor es el riesgo de tensión y de ago- ción del riesgo como estímulo, es decir,
tamiento emocional (Moreno y Peñacoba, como una característica objetiva del
1995; Bravo, Zurriaga, Peiró y González, ambiente físico que puede implicar una
1993; Jackson y Maslach, 1982; Lancero y pérdida para el individuo, y que, por tanto
Gerber, 1995; Lee y Henderson, 1996). Si sería evaluado por los expertos o técnicos
a ello se suma la naturaleza de algunas especialistas en la materia; o bien, pode-
enfermedades como el SIDA, el cáncer, mos hablar del riesgo como respuesta,
etc., su especial sintomatología o la grave- donde aquél se considera el resultado de
dad de las mismas, puede verse incremen- una valoración subjetiva realizada por los
tado ese sentimiento de frustración al que individuos implicados (Portell, Riba y
antes hacíamos mención (Reig y Caruana, Bayés, 1997). Para nuestros propósitos, la
1989; Emery, 1993; Cohen, Haberman, consideración exclusiva del riesgo objetivo
Steeves y Deatrick, 1994; Visintini, Cam- (riesgo como estímulo) no permite dar res-
panini, Fossati et al., 1996). puesta a los interrogantes que nos formula-
mos, o lo que es lo mismo, no ayuda a la
La relación de situaciones y factores de comprensión de los comportamientos que
riesgo expuestos más arriba, especialmente realizan los individuos ante las situaciones
los que tienen que ver con los agentes bio- consideradas de peligro.
lógicos, físicos, químicos, tóxicos o por
irradiación, son perfectamente conocidos Algunas de las explicaciones que se han
por los profesionales sanitarios. Así, teóri- venido ofreciendo hablan de la irracionali-
camente, la eficacia de las precauciones dad de los profesionales al ejecutar con-
universales depende de que los profesiona- ductas arriesgadas, del desconocimiento de
les expuestos a las situaciones de riesgo los riesgos ante los que están expuestos, de
utilicen los equipos de protección personal comportamientos de riesgo involuntarios,
y sigan las medidas protectoras que esas etc. Sin embargo, el concepto de riesgo al
normas universales recomiendan (Portell, que nos referimos en estas páginas no es
Riba y Bayés, 1997). Igualmente, estos tra- otro que el que asume la propia Psicología
bajadores también conocen las consecuen- social, es decir, los riesgos voluntariamen-
cias negativas que sobre su salud puede te asumidos, conscientes, conocidos por
tener el incumplimiento de dichas medi- quienes los realizan, y de los que se saben
das. Si esto es así, ¿cuáles son los factores cuáles son las potenciales consecuencias
que explican que aún se produzcan acci- negativas que pueden acarrear sobre el
dentes en este ámbito?, ¿qué motiva el que estado de salud. Sólo sobre este tipo de
no se sigan todas las precauciones univer- riesgos es posible actuar para evitarlos
sales?, ¿qué es lo que conduce a los indivi- (prevenirlos) o afrontarlos (Blanco, Sán-
duos a ejecutar determinados comporta- chez, Carrera y cols., 2000).
mientos aún a sabiendas del riesgo que
corren? Desde el ámbito de la Psicología social
se han desarrollado numerosos modelos
Antes de intentar arrojar algo de luz explicativos del comportamiento arriesga-
sobre esas cuestiones es preciso plantearse do con el fin de comprender dicha conduc-
otro interrogante: ¿qué entendemos por ta e intentar dar respuesta a algunas pre-
riesgo? A la hora de abordar la definición guntas como las formuladas arriba. En

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última instancia, se pretende obtener cono- representativos de nuestra disciplina están


cimiento suficiente y válido para guiar el ligados con los procesos de toma de deci-
desarrollo de actuaciones, a modo de pro- siones e incluyen el riesgo asociado con la
gramas de intervención social, encamina- incertidumbre y con la probabilidad de
dos a prevenir la ocurrencia de las conduc- ocurrencia de un daño (Prohaska,
tas de riesgo. Albrecht, Levy y cols., 1990); otros han
señalado como variables relacionadas con
Las primeras aproximaciones teóricas, el riesgo las posibles pérdidas asociadas,
partiendo de una perspectiva informacio- concretamente en lo que tiene que ver con
nal, postulaban que las personas no tenían las pérdidas potenciales, el significado de
conocimientos suficientes o no comprendí- las mismas y la incertidumbre de dichas
an la relevancia de las conductas de riesgo pérdidas (Blanco, Sánchez, Carrera y cols.,
que ejecutaban y las consecuencias negati- 2000; Yates y Stones, 1992; Van der Pligt,
vas que de ellas se podían derivar. En este 1996). Esos supuestos teóricos establecen
sentido, es de esperar que si se proporciona una concepción tradicional en la que se
la información adecuada será posible que asumen relaciones causales entre las per-
se cumplan las medidas de precaución a cepciones y las actitudes de los individuos,
través de un cambio de actitudes (Zimbar- y su comportamiento, convirtiéndose así la
do, Ebbesen y Maslach, 1977; Ley, 1982). percepción del riesgo en la variable central
Evidentemente, estas explicaciones no sir- de la conducta preventiva (Blanco, Sán-
ven a nuestros propósitos, ya que se ha chez, Carrera y cols., 2000).
podido constatar que la comunicación
comprensiva a través de mensajes persua- De especial interés resultan otra serie de
sivos puede atraer la atención de quienes modelos de corte cognitivo formulados
los reciben pero eso no garantiza, en nin- desde la Psicología social e interesados, en
gún caso, el cambio de actitudes ni de con- general, en explicar la ocurrencia de prác-
ductas (Leventhal y Hirschman, 1982). Por ticas saludables y la posibilidad de promo-
este motivo, las propuestas explicativas ver la desaparición de conductas arriesga-
basadas en la información resultan insufi- das o perjudiciales para la salud
cientes; el abandono de los comportamien- (Rodríguez Marín, 1995). Entre ellos des-
tos arriesgados y la adopción de medidas tacan especialmente la Teoría de la Acción
preventivas no responden a un problema Razonada de Fishbein y Azjen (1975) o el
de falta de comunicación; en otras pala- Modelo de Creencias de Salud (MCS) de
bras, la información puede resultar necesa- Rosenstock (1974), a los que dedicaremos
ria pero no suficiente (Leventhal y Hirsch- una especial atención.
man, 1982; Bayés, 1991; Rodríguez Marín,
1995). El primero de los modelos al que nos
referimos, la Teoría de la Acción Razona -
En la mayoría de los modelos a los que da -TAR- (Fishbein y Ajzen, 1975; Ajzen
nos referiremos, la percepción del riesgo y Fishbein, 1980) subraya el papel de los
se presenta como un concepto clave a la factores cognitivos como determinantes de
hora de explicar las conductas de los indi- las conductas de salud. Se apoya en el
viduos que ponen en peligro su integridad supuesto de que los seres humanos son
física o psicológica (Sánchez, Rubio, Páez racionales y como tales hacen un uso siste-
y Blanco, 1998). Algunos de los más mático de la información de la que dispo-

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Análisis de los factores psicosociales de riesgo en los profesionales dedicados al cuidado de la salud

nen. Así, todos nosotros conoceríamos las bles: por una parte, la amenaza que la per-
implicaciones de nuestras conductas antes sona percibe que representa para él la
de llevarlas a cabo. Para su explicación enfermedad que puede contraer como
recurramos, por ejemplo, al uso de los resultado de un posible contagio y, por
guantes por los profesionales sanitarios. otra, de la creencia respecto al valor de la
Una vez identificada la conducta de salud acción saludable (es decir, la relación cos -
(ponerse los guantes al atender a un tos-beneficios percibidos). A su vez, dicha
paciente), su determinante inmediato es la amenaza percibida depende de la suscepti -
intención que la persona tiene de realizarla bilidad percibida por el individuo respecto
o no. Esta intención está determinada por a la enfermedad particular de que se trate
dos componentes, la actitud hacia la con - (pongamos por caso el VIH, por transmi-
ducta, es decir, la evaluación positiva o sión percutánea), de la probable gravedad
negativa que la persona hace de la conduc- percibida acerca de las consecuencias de
ta de salud (ponerse los guantes), y la contraer el SIDA, y de las claves para la
norma subjetiva, o lo que es lo mismo, la acción, que no son más que ciertos “dispa-
percepción que la persona tiene de las pre- radores” de la conducta de salud (por
siones sociales que se ejercen sobre ella ejemplo, las noticias en la prensa acerca de
para que se ponga los guantes. Por su los índices de contagio de VIH en el perso-
parte, las actitudes son función de las nal sanitario o el conocimiento de la enfer-
creencias comportamentales, es decir, de medad de algún compañero) (Becker y
la información que se dispone sobre las Maiman, 1982). Como se ha podido cons-
consecuencias de ejecutar tal conducta y tatar, en este modelo son de especial inte-
de la valoración de las mismas; mientras rés las creencias y percepciones subjetivas
que la norma subjetiva es función de las acerca de la salud y, a pesar de que, en
creencias normativas de la persona, o lo general, ha acumulado datos empíricos en
que es lo mismo, la percepción de que apoyo de su capacidad para explicar deter-
otros referentes significativos (es decir, minadas conductas de salud, sin embargo,
personas o grupos importantes para el suje- no todas las investigaciones han podido
to) piensan que debería o no realizar tal mostrar resultados positivos que conside-
conducta y de la motivación para cumplir ren conjuntamente la totalidad de las varia-
con ellos (Ajzen y Fishbein, 1980; Rodrí- bles del modelo (Rodríguez Marín, 1995).
guez Marín, 1995). Precisamente, uno de
los elementos importantes de este modelo Al margen de las variables señaladas, en
radica en incorporar elementos sociales de investigaciones más recientes se han veni-
interés, al subrayar la relevancia de la do destacando otra serie de factores de
influencia de los “otros” o “referentes sig- especial relevancia en la explicación de los
nificativos” sobre la intención de actuar comportamientos arriesgados; son la ilu -
(Rodríguez Marín, 1995). sión de invulnerabilidad y el optimismo
ilusorio. En ambos casos se hace referen-
Desde el Modelo de Creencias de Salud cia al optimismo infundado que los indivi-
(MCS) se espera que los individuos reali- duos sienten y manifiestan cuando hacen
cen conductas de salud -por ejemplo, y “predicciones” sobre su futuro (Sánchez,
volviendo al mismo caso que señalamos Rubio, Páez y Blanco, 1998). En general,
antes, el uso de guantes por el personal la mayoría de las personas piensan que tie-
sanitario-, en función de una serie de varia- nen una mayor probabilidad de que les

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acontezcan sucesos de carácter positivo lario- podría explicar, en cierto grado, que
que a sus semejantes, y menos de carácter los profesionales sanitarios tomaran más
negativo (Weinstein, 1980, 1989). Aunque medidas de protección para evitar un
en muchas ocasiones ambos conceptos de nuevo accidente o enfermedad profesional.
utilizan indistintamente, lo cierto es que
cuando nos referimos al optimismo exage- Sin embargo, algunos investigadores
rado en relación a la probabilidad de sufrir que están desarrollando en nuestro país tra-
consecuencias negativas estamos hablando bajos aplicados en este ámbito nos ponen
de ilusión de invulnerabilidad, y cuando sobre aviso de lo peligroso que resulta
nos referimos a la probabilidad de aconte- obviar las variables sociales en la determi-
cimientos positivos, se trataría del optimis- nación de los comportamientos de riesgo
mo ilusorio. Estos conceptos suponen un (Blanco y Sánchez, 1993; Blanco, Sán-
avance importante en la explicación de los chez, Carrera y cols., 2000). El ejemplo
comportamientos arriesgados y permiten más claro lo tenemos en la población de
justificar la realización de conductas de adolescentes, donde el grupo social es, no
riesgo aún a sabiendas de su peligrosidad, sólo, la fuente primordial de información y
dado que, según la ilusión de invulnerabili- feedback sobre las propias conductas, sino
dad, los efectos nocivos para la salud sólo que además influye y “presiona” para que
se producirían en los otros y no en uno se desarrollen determinados comporta-
mismo (Weinstein, 1989). mientos de salud o de enfermedad (en
nuestras ciudades el denominado “bote-
A pesar de su uso habitual, estos mode- llón”, que se ha convertido en un problema
los no siempre han conseguido los resulta- social, es seguido por un numeroso grupo
dos esperados en cuanto a la explicación de jóvenes que comparten no sólo unos
de las conductas de riesgo; algunos estu- hábitos o comportamientos de riesgo sino
dios de meta-análisis señalan que la rela- unos valores y una cultura concreta).
ción entre percepción de vulnerabilidad y
conductas preventivas es bastante insigni- Por los motivos señalados, quizá la con-
ficante (Gerrard, Gibbons y Bushman, sideración conjunta de los factores objeti-
1996), lo que sustenta la idea de que exis- vos (riesgo objetivo o peligros reales, acci-
ten otros factores que pudieran mediar dentes previos, conocimientos sobre
entre lo puramente cognitivo y lo conduc- prevención, etc.) y de los factores subjeti-
tual; en este sentido, cabría afirmar que vos (riesgo percibido, vulnerabilidad perci-
“los factores cognitivos no pueden ser los bida, gravedad percibida de la potencial
únicos a tener en cuenta a la hora de hablar enfermedad, valor otorgado a la propia
de conductas de riesgo” (Blanco, Sánchez, salud, etc.), de los componentes actitudina-
Carrera y cols., 2000, p. 55). les (intención de conductas preventivas,
interés por informarse sobre riesgos, etc.) y
Entre esas variables mediacionales, se de variables sociales y grupales (presión
señala la experiencia pasada como una que del grupo para ejecutar determinadas con-
pudiera tener cierto influjo sobre el com- ductas, creencias de salud, acceso a los sis-
portamiento futuro (Weinstein, 1989; Van temas de protección y cuidado de salud,
der Pligt, 1996); así, el haber sufrido un etc.) pueda ayudar a superar las deficien-
accidente previo en el entorno laboral -en cias mostradas por los modelos anteriores
nuestro caso concreto en el marco hospita- a la hora de explicar el comportamiento de

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riesgo (Blanco, Sánchez, Carrera y cols., ximadamente de trece años, mientras que
2000; Aggleton, O´Reilly, Slutkin y en el mismo puesto se sitúa entre siete y
Davies, 1994). ocho años.

Objetivos Instrumento de evaluación

Con el presente estudio piloto se preten- El instrumento de medida es un cuestio-


de establecer una descripción de las situa- nario diseñado ad hoc conformado por un
ciones de riesgo más comunes en una total de 64 items, de los cuales 58 se pre-
muestra de profesionales de la salud que sentan con un formato de respuesta tipo
desempeñan su trabajo en distintos centros Likert de cinco puntos y las 6 cuestiones
sanitarios del territorio andaluz. Igualmen- restantes se formulan con una estructura de
te se persigue un análisis de las percepcio- respuesta dicotómica (SI/NO). En el cua-
nes, actitudes y comportamientos de dro 1 se recogen los factores de riesgo
dichos profesionales ante tales factores de sanitario considerados y las variables que
riesgo, con el propósito último de obtener los integran.
información relevante para el futuro diseño
de estrategias preventivas encaminadas a Del total de los items, 38 recogen las
reducir las conductas arriesgadas en este distintas situaciones de riesgo, integradas
tipo de trabajadores. en nueve dimensiones, que pueden aconte-
cer durante el trabajo diario; 10 nuevos
items hacen referencia a la percepción del
MÉTODO riesgo que los individuos tienen acerca de
las situaciones señaladas; 8 items están
Sujetos relacionados con los comportamientos pre-
ventivos en el entorno laboral así como
El cuestionario fue cumplimentado por con los motivos de su incumplimiento y/o
un total de 97 profesionales de la salud los beneficios de su puesta en marcha; 5
(enfermeros, médicos y auxiliares de items se relacionan con la actitud en el tra-
enfermería) de un Hospital perteneciente a bajo hacia las medidas de protección, 1
Cruz Roja. La distribución muestral fue la ítem recoge la incidencia de accidentes o
siguiente. Un 78.1% son mujeres y un enfermedades profesionales previas y, por
21.9% varones, con una media de edad último, 1 nuevo ítem recoge el valor que
cercana a los 35 años (rango de edad: de los individuos participantes en el estudio
21 hasta 63 años). En cuanto a la categoría otorgan a su propia salud.
profesional, el 60.8% son enfermeros/as, el
26.8% auxiliares de enfermería, el 6.2% Para completar la información recabada
médicos y el 6.2% celadores. En referencia con las cuestiones mencionadas se extraje-
a la relación contractual, el 57.1% del total ron datos relativos a determinadas varia-
de la muestra es personal con plaza en pro- bles sociodemográficas y de identificación
piedad, el 25.3% es personal eventual, el de la muestra: sexo, edad, categoría profe-
15.4% es interino y, por último, un 2.2% sional, relación contractual, antigüedad en
son profesionales autónomos. La media de el ámbito sanitario y antigüedad en el
antigüedad en el ámbito sanitario es apro- mismo puesto.

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Procedimiento resultados de los contrastes de medias en


función de algunas variables sociodemo-
Tras la elaboración del instrumento de gráficas y otros factores de interés (ocu-
medida señalado, se procedió a la aplica- rrencia previa de accidentes, valor de
ción del cuestionario durante los últimos salud, actitudes y conocimientos sobre pre-
meses del año 2001 en el centro hospitala- vención).
rio señalado. Para recoger la mayor varia-
bilidad posible se aplicó en los diferentes
turnos de trabajo, recogiendo la opinión RESULTADOS
del personal del turno de noche, mañana,
tarde y turnos rotatorios. Siguiendo normas Previa a la exposición de los resultados
estandarizadas de aplicación, se procedió a cabe señalar que la consistencia interna de
recoger datos sobre las variables mencio- la escala (dejando al margen los items
nadas. Dado lo reducido de la muestra y referidos a los motivos de incumplimiento
sus características especiales (sus pacientes de las medidas protectoras, el padecimien-
son básicamente geriátricos), el presente to de accidentes y la subescala de actitu-
trabajo servirá a modo de estudio piloto. des) parece ser adecuada, mostrando un "
Éste atravesó por las siguientes fases de Cronbach de 0,90 para un total de 55
secuencializadas: (1) elaboración del cues- items y 97 casos. Los coeficientes " de las
tionario adaptado al contexto específico subescalas también resultan satisfactorios
del personal sanitario; (2) contacto con los (desde 0,71, la más baja para la dimensión
responsables a nivel sanitario y de forma- relativa a riesgos biológicos-tóxicos, hasta
ción del personal para garantizar su cola- 0,86 en desempeño de roles y en la dimen-
boración y obtener los permisos correspon- sión relativa al padecimiento de estrés).
dientes; (3) aplicación del instrumento de
evaluación; (4) introducción de datos en
ficheros informáticos, y (5) codificación y Situaciones de riesgo, percepción
análisis de los datos. y medidas protectoras
en el personal sanitario

Análisis Como muestra la tabla 1, la dimensión


riesgos físicos es la que presenta la puntua-
Los datos recogidos fueron sometidos a ción media más elevada (0= 3.39), y den-
una serie de análisis estadísticos a través tro de ésta, el ítem referido al manteni-
del programa informático SPSS en su ver- miento de posturas incómodas parece ser
sión 10.0 para Windows. Se llevaron a la situación de mayor peligro para los pro-
cabo básicamente dos tipos de análisis fesionales de la salud evaluados, con una
atendiendo a los objetivos marcados por la puntuación media de 3.80. En el polo
investigación. Así, los resultados se pre- opuesto dentro de esta misma dimensión,
sentan en dos grandes apartados. En pri- el ítem con una puntuación media más baja
mer lugar, se exponen los análisis descrip- (0= 3.05) es el referido al mantenimiento
tivos para el conjunto de items y factores de una misma postura durante mucho tiem-
de riesgo, medidas protectoras adoptadas y po. Muy de cerca se sitúan las puntuacio-
motivos de incumplimiento de las mismas. nes de la dimensión riesgos biológicos y
Y, en segundo lugar, se presentan los tóxicos (0=3,11), lo que confirma, tal y

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como demuestran estudios previos, que En cuanto a la dimensión relacionada


ésta es una situación de riesgo habitual con los comportamientos preventivos o
para este tipo de profesionales. medidas protectoras realizadas por el per-
sonal sanitario cabe destacar tanto su ele-
En el otro extremo, la dimensión que vada puntuación media (0= 4.34), como su
parece representar menor riesgo para los adecuada desviación típica (0.65), lo que
sujetos evaluados por su baja puntuación indica una cierta homogeneidad en las res-
media (0= 2.55) es la referida al contenido puestas (ver tabla 2). Analizando los items
del trabajo; esta dimensión recoge aspec- que componen esta dimensión, lo más sig-
tos relativos a la “ausencia de participación nificativo es la elevada puntuación media
en la toma de decisiones” sobre el funcio- que presentan todos ellos, situándose en
namiento del centro (ítem 27), donde se todos los casos por encima del punto 4 de
refleja una puntuación media más elevada la escala. De especial importancia parecen
(0= 2.98), o “la falta de control” por parte ser las conductas preventivas relacionadas
del personal sanitario sobre las tareas que con el uso de los contenedores para depo-
realiza, ítem que presenta la puntuación sitar los materiales peligrosos (0= 4.78) y
media menor de toda la dimensión (0= el lavado de las manos tras la retirada de
2.22). los guantes (0= 4.73). La excepción viene
representada por el ítem referido al enca-
Si nos centramos en el análisis de los puchado de las agujas (0= 3.65), lo que
items, es decir, las situaciones de riesgo sugiere que ésta es la medida de protección
concretas que aparecen en mayor medida que en menor medida ejecutan los profe-
en el contexto laboral de estos trabajado- sionales sanitarios evaluados.
res, cabe mencionar por su elevada puntua-
ción media el ítem 14 que recoge el riesgo En aquellos casos en que los profesio-
al “contagio por agentes biológicos” (0= nales no cumplen las medidas de seguridad
4.28) y el ítem 17, referido a la “necesidad señaladas, aducen para ello una serie de
de atender a demasiadas tareas a la vez” motivos entre los que caben destacar por
(0= 3.87). A éstos le siguen el ítem 16 su mayor puntuación media “la no disposi-
relativo a la “necesidad de trabajar a un ción de los medios necesarios (0=2.56), la
ritmo excesivo” (0= 3.80) y la situación ya “escasa eficacia de algunas de esas medi-
mencionada referida a la “adopción de das”(0=2.2), el “desconocimiento de todas
posturas incómodas” (0= 3.80). las medidas a tomar”(0=2.04), la “incom-

REVISTA DE PSICOLOGÍA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES 283


Análisis de los factores psicosociales de riesgo en los profesionales dedicados al cuidado de la salud

patibilidad de las mismas con las tareas res de carga física (manejo de cargas pesa-
propias del trabajo”(0=1.99), el “cambio das, adopción de posturas incómodas,
que suponen en la rutina diaria” (0=1.97), mantenimiento de una postura durante
o el “esfuerzo que implica su realización” mucho tiempo y realización de movimien-
(0=1.96). En el extremo opuesto, la pun- tos de forma repetitiva) con una puntua-
tuación media más baja se relaciona con la ción media de 3.76. La puntuación más
creencia de que las medidas preventivas no baja se relaciona con los factores de conte -
les proporcionen grandes beneficios nido del trabajo (0= 2.58). Resulta curioso
(0=1.59). Parece, por tanto, que cuando evidenciar que aunque las situaciones de
estos trabajadores no toman todas las mayor riesgo con las que se enfrentan dia-
medidas de precaución necesarias para evi- riamente el grupo de población evaluado
tar la ocurrencia de accidentes o enferme- son aquéllas que se refieren a los factores
dades profesionales, se debe fundamenta- físicos (cargas pesadas, posturas incómo-
lemente a que no disponen o no tienen a su das, movimientos repetitivos, etc.), sin
alcance todos los recursos y conocimientos embargo, la percepción que ellos tienen
necesarios, no les resultan todo lo eficaces acerca de cuáles pueden perjudicar más su
que desearían y les suponen demasiado salud se relaciona con los riesgos deriva-
esfuerzo al tener que compatibilizarlas con dos de los productos tóxicos, químicos, o
la rutina y el trabajo diario (ver gráfico 1). agentes biológicos (ver tabla 3).

En relación a la percepción que tiene el Por último, resulta interesante resaltar


personal sanitario sobre los factores que las actitudes preventivas mostradas por los
suponen un riesgo importante para su sujetos en su contexto de trabajo. En este
salud, la puntuación media más elevada sentido, se han obtenido los porcentajes de
(0= 3.91) se relaciona con los agentes tóxi - ocurrencia de conductas relacionadas con
c o s (sustancias químicas, radiaciones y dichas actitudes y que se recogen en la
agentes biológicos), seguidos de los facto- tabla 4. El 96.9% de la muestra reconoce

284 REVISTA DE PSICOLOGÍA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES


Enrique Alonso Morillejo y Carmen Pozo Muñoz

haber “advertido a algún compañero del Después del análisis efectuado podría-
riesgo” que corría al realizar su trabajo sin mos hipotetizar que la suma de las dos
las medidas oportunas. Asimismo el situaciones de riesgo cuyas puntuaciones
89.5% “ha informado alguna vez a los res- han resultado ser más elevadas, la exposi-
ponsables” de situaciones que pudieran ción a agentes biológicos y la necesidad de
generar riesgos. Destaca la cercanía en atender a demasiadas tareas a la vez, podrí-
porcentajes, el 73.7% y el 75.3% respecti- an estar a la base de la ocurrencia de acci-
vamente de personas que, por una parte, dentes o enfermedades profesionales en
“han solicitado información en alguna oca- este grupo de población. Como hemos
sión sobre riesgos laborales” o “han inten- podido comprobar la percepción de riesgo
tado alguna vez asistir a cursos o progra- provocada por la posibilidad de contagio a
mas de formación” en prevención de los través de agentes biológicos es considera-
mismos, poniendo de manifiesto el nivel blemente mayor que la percepción de otro
de preocupación que éstos suponen para el tipo de riesgos, lo que puede propiciar una
personal sanitario estudiado. Resaltar, por menor atención a esos otros factores como
último, que un 78.4% de la muestra en los relacionados con la adopción de postu-
alguna ocasión “ha hecho propuestas a los ras inadecuadas (que pueden derivar en el
responsables para mejorar la seguridad en padecimiento de enfermedades músculo-
el trabajo”. esqueléticas) u otros relativos a los aspec-

REVISTA DE PSICOLOGÍA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES 285


Análisis de los factores psicosociales de riesgo en los profesionales dedicados al cuidado de la salud

tos psicosociales del trabajo (especialmen- ciar que sólo existen diferencias significa-
te el desempeño de roles, las demandas del tivas en las medidas de protección referi-
trabajo o el estrés laboral) que también das al “uso habitual de los guantes” (0=
pueden suponer un importante riesgo para 3.43 vs. 0= 4.37; F=11.01, p<.001), el
la salud. “lavado de manos tras la retirada de guan-
tes” (0= 4.35 vs. 0= 4.80; F=3.93, p<.05) y
“el uso de contenedores” (0= 4.46 vs. 0=
Análisis comparativos 4.86; F=3.99, p<.05), siendo superior, en
todos los casos, la puntuación media mos-
Nuestro interés con estos análisis es trada por las mujeres. En cuanto al resto de
indagar si determinadas variables de inte- las conductas preventivas, todas ellas son
rés recogidas a través del cuestionario inci- realizadas en mayor medida por el grupo
den en la aparición y mantenimiento de de mujeres que por el de varones, aunque
medidas y actitudes preventivas en el per- las diferencias no sean tan importantes
sonal sanitario durante el desarrollo de su como para mostrarse significativas. Lo
trabajo. mismo sucede con la dimensión actitudes
preventivas, que como se recordará, reco-
En concreto, se han establecido dos gía cuestiones relativas al interés de los
grandes bloques de comparaciones diferen- trabajadores por informar a sus superiores
tes. Por un lado, se han contrastado los sobre mejoras en la seguridad, alertar a los
valores en las dimensiones actitudes y con - compañeros sobre potenciales riesgos, o,
ductas preventivas en función de variables por citar alguna más, intentar formarse en
sociodemográficas y de identificación de materia de prevención. Esta dimensión,
la muestra (sexo, edad, profesión y rela- considerada en su conjunto, no muestra
ción contractual). Y de otro lado, se han diferencias estadísticamente significativas
comparado las puntuaciones medias en la en función de la variable sexo, aunque en
dimensión conductas preventivas en fun- este caso las puntuaciones medias más ele-
ción de variables relevantes como la acti- vadas se dan en el grupo de población de
tud hacia la prevención, el padecimiento los varones (0= 4.28 vs. 0= 4.04).
de accidentes previos, los conocimientos
previos sobre medidas de protección y, por Por lo que respecta a la variable edad,
último, el valor que se le otorga a la propia se han establecido tres grupos diferencia-
salud. dos para los contrastes efectuados: de 21 a
30 años, de 31 a 45, y más de 45 años. Los
(a) Incidencia de variables sociodemo - análisis de varianza efectuados ponen de
gráficas sobre las conductas y actitudes manifiesto diferencias significativas debi-
preventivas. En este bloque, el contraste das al grupo primero, es decir a los más
efectuado en primer lugar pretende compa- jóvenes, en contraste con el resto de los
rar las puntuaciones en los comportamien- grupos en la variable relativa al uso de la
tos y actitudes de prevención en función de mascarilla (01= 4.50, 0 2= 4.34,0 3= 4.33;
la variable sexo. Haciendo mención en este F=3,10; p<.05). Por otro lado, aunque no
apartado tan sólo a aquéllas diferencias presenten diferencias estadísticamente sig-
que han resultado estadísticamente signifi- nificativas, los más jóvenes (grupo 1º)
cativas, hay que destacar que el Análisis de obtienen puntuaciones más elevadas en las
Varianza (ANOVA) ha permitido eviden- medidas preventivas relativas al no enca -

286 REVISTA DE PSICOLOGÍA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES


Enrique Alonso Morillejo y Carmen Pozo Muñoz

puchado de las agujas, cambio de guantes formación” en prevención de riesgos


y uso habitual de los guantes; mientras (F=3.88, p<.05), sí existen diferencias
que los mayores (el grupo 3º) marcan las estadísticamente significativas entre ambos
diferencias en las dos variables restantes: grupos de trabajadores, en este caso a
uso de los contenedores y lavado de favor del personal de plantilla o fijo.
manos. Por último, no existen diferencias
significativas en las comparaciones efec- (b) Incidencia de las actitudes preventi -
tuadas entre los tres grupos para la variable vas, accidentes previos, conocimientos y
actitudes preventivas, aunque en este caso, valor de salud sobre la ejecución de con -
curiosamente la tendencia es contraria a lo ductas preventivas. En este caso, se ha pre-
comentado con respecto a los comporta- tendido analizar si la actitud hacia la pre-
mientos preventivos: el grupo de los mayo- vención del riesgo (considerada ahora
res muestran puntuaciones más elevadas como variable independiente), la ocurren-
en esta dimensión, lo que significa que, en cia previa de accidentes o padecimiento de
general, están más preocupados por desa- enfermedades profesionales, los conoci-
rrollar actitudes encaminadas a la preven- mientos en materia de prevención y el
ción de los riesgos en su entorno laboral. valor que se le otorga a la propia salud
pueden actuar como factores que condicio-
Por lo que respecta a las dos variables nan la realización de comportamientos
restantes que han actuado a modo de facto- protectores o preventivos.
res, la categoría profesional y la relación
contractual, los resultados son muy distin- Por lo que respecta a las variables acti -
tos. La primera de ellas no marca diferen- t u d i n a l e s, se han efectuado contrastes
cias estadísticamente significativas ni en (ANOVA) de las puntuaciones medias en
actitudes preventivas ni en conductas pro- las medidas protectoras (un total de siete)
tectoras. Sin embargo, la relación contrac- en función de los dos niveles de respuesta
tual incide de manera importante en el para cada una de las cinco actitudes pre-
desarrollo de determinados comportamien- ventivas analizadas. A partir de ahora
tos de protección y en algunas actitudes señalaremos, tal y como hicimos en el
ligadas con la prevención. Así, se han apartado anterior, los contrastes que han
agrupado los participantes en dos grupos: resultados estadísticamente significativos.
personal eventual y personal fijo; las pun- Así, existen diferencias significativas en la
tuaciones medias son más elevadas en variable seguridad general (“normalmente
todos los comportamientos protectores eje- no me arriesgo en mi trabajo e intento
cutados por el personal contratado o even- cumplir las normas de seguridad”) en fun-
tual, aunque las diferencias con el grupo de ción de la variable actitud2 (información a
funcionarios sólo son estadísticamente sig- los responsables de situaciones potencial-
nificativas en la variable relacionada con el mente peligrosas). También la actitud de
“uso de la mascarilla” (0= 4.06 vs. 0= solicitar en alguna ocasión información
4.61; F=4.74, p<.05). Por último, si consi- sobre riesgos (actitud 3) parece incidir
deramos las variables de actitud de forma positivamente sobre medidas protectoras
aislada, podemos ver que en lo que se relacionadas con el “cambio de guantes al
refiere a “hacer propuestas a los responsa- tratar a diferentes enfermos” y el “uso de
bles” sobre mejoras (F=7.11, p<.01) y al los contenedores para depositar el material
“interés por asistir a programas o cursos de de desecho”. Estas diferencias entre los

REVISTA DE PSICOLOGÍA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES 287


Análisis de los factores psicosociales de riesgo en los profesionales dedicados al cuidado de la salud

que tienen actitudes preventivas y los que mostrado su incidencia sobre otras dos
no, se observan también en el “no encapu- conductas protectoras; en este caso una vez
chado de las agujas” (para la actitud 4: más la variable relacionada con el “no
interés por la formación) y en el “uso de encapuchado de las agujas” aparece con
guantes”, “cambio de guantes” y “uso de mayor intensidad en aquellos individuos
contenedores” (para la actitud 5: adverten- con un más elevado valor de salud (0=
cia a compañeros). 2.95 vs. 0= 3.92; F=6.48, p<.05); de igual
forma, la puntuación en la variable “lavado
En lo que tiene que ver con la inciden- de las manos tras quitarse los guantes” es
cia de los accidentes previos en el desarro- más elevada para aquellos sujetos que
llo actual de comportamientos protectores, otorgan un valor más importante a su pro-
los análisis confirman que el padecimiento pia salud (0= 4.30 vs. 0= 4.85; F=10.15,
de una enfermedad profesional o un acci- p<.001).
dente laboral incide positivamente en el
hecho de tomar medidas protectoras relati-
vas al “no encapuchado de las agujas” (0= CONCLUSIONES
4.00 para aquellos individuos que han
padecido previamente un accidente o En cuanto al análisis descriptivo, hay
enfermedad derivada de su trabajo y 0= que destacar la superioridad de la puntua-
3.31, para aquéllos que no lo han sufrido; ción media en la dimensión riesgos físicos
F=4.26, p<.05) y al “lavado de las manos con respecto a los riesgos biológicos-tóxi -
tras quitarse los guantes” (0= 4.93, para el cos, algo que pudiera resultar sorprendente
grupo que ha sufrido un accidente previo y contradictorio con estudios previos si no
vs. 0= 4.54, para los que no; F=6.72, fuera por el hecho, ya señalado, de las
p<.05). características especiales de la muestra de
estudio. La explicación viene dada por el
Los c o n o c i m i e n t o s que el personal hecho de que una gran parte de la muestra
posee sobre medidas de protección tam- está constituida por personal de enfermería
bién se muestran relacionados con el desa- que desarrolla su trabajo en un hospital
rrollo de algunas de las conductas preven- donde la mayoría de los pacientes son per-
tivas, como es el caso de las medidas sonas mayores que presentan un patrón de
protectoras relacionadas con el “cumpli- movilidad alterado, muchos de ellos enca-
miento general de las normas de seguri- mados, lo que implica que frecuentemente
dad”, el “uso de la mascarilla”, “utilización requieran ayuda para ser movilizados. En
habitual de los guantes”, el “lavado de este sentido, podemos decir que se otorga
manos” tras su retirada o el “cambio de una importancia destacada a los factores de
guantes” para tratar a distintos pacientes se riesgo relacionados con la carga física, el
ven, aunque en todos estos casos las dife- mantenimiento de posturas inadecuadas e
rencias no se han mostrado estadísticamen- incluso la ejecución de movimientos repe-
te significativas; algo que sí ha sucedido titivos durante un largo periodo de la jor-
con la conducta relativa al “no encapucha- nada de trabajo. Sin embargo, un análisis
do de las agujas” (0= 4.06 vs. 0= 4.61; más detallado de los distintos items que
F=4.74, p<.05). integran la escala nos proporciona eviden-
cia acerca de la importancia que tienen
Por último, la variable valor de salud ha también los riesgos de contagio por agen-

288 REVISTA DE PSICOLOGÍA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES


Enrique Alonso Morillejo y Carmen Pozo Muñoz

tes biológicos, algo que se constata aún las normas de protección señaladas no se
más cuando se pregunta a los participantes cumplen, lo participantes en el estudio sue-
acerca del mayor grado de peligrosidad; su len aducir razones como la no disposición
percepción acerca de lo peligroso que tales de los medios necesarios o el desconoci-
riesgos pueden representar para su salud es miento de todas las medidas a tomar. Y
mayor para los agentes biológicos que para aunque, como hemos dicho, un resultado a
cualquier otro tipo de riesgo. destacar es el excelente cumplimiento de
las normas de seguridad y el mantenimien-
De especial importancia es también la to de actitudes adecuadas hacia las normas
dimensión referida al desempeño de roles, de protección en el trabajo, sin embargo,
en la que el personal tiene una opinión bas- también es cierto el preocupante hecho de
tante homogénea acerca del riesgo que que un 47.9% de la muestra haya sufrido
suponen para su salud la ambigüedad, el alguna vez un accidente o enfermedad pro-
conflicto y, sobre todo, la sobrecarga de fesional.
rol. Parece que la asunción de demasiadas
responsabilidades unido al ritmo de trabajo Por lo que respecta a los análisis com-
excesivo necesario para cumplir con las parativos efectuados, podemos extraer dos
tareas encomendadas son situaciones habi- grandes conclusiones. De un lado, parece
tuales con las que se enfrentan estos profe- que algunas de las variables sociodemo-
sionales en el día a día. Lo mismo sucede gráficas analizadas tienen cierta incidencia
con las variables recogidas en la dimensión en la puesta en marcha de actitudes y com-
referida al estrés laboral; en este caso, la portamientos preventivos; es el caso de la
frustración relativa experimentada al no variable sexo, donde se evidencian unas
poder conseguir el resultado deseado, los puntuaciones más elevadas en comporta-
problemas de comunicación con los fami- mientos preventivos por parte de las muje-
liares a allegados de los pacientes y, espe- res, aunque las diferencias no hayan resul-
cialmente, con los propios pacientes pare- tado estadísticamente significativas entre
cen ser las situaciones más comunes de ambos grupos, salvo en una de las varia-
riesgos psicosociales que pueden desenca- bles consideradas (el uso habitual de los
denar en el denominado burnout. guantes). Sin embargo, no parece que esta
variable incida en el desarrollo de actitudes
Centrándonos ahora en los comporta- preventivas, al menos consideradas en su
mientos preventivos, observamos que el conjunto. El grupo de edad marca diferen-
mayor comportamiento de riesgo ejecutado cias en la mayoría de las medidas protecto-
por estos profesionales tiene que ver con el ras analizadas a favor de los más jóvenes,
encapuchado de las agujas, aunque es pre- aunque en el caso de las actitudes preventi-
ciso decir que, en líneas generales, existe vas, son los más mayores los que marcan
una tendencia a tomar las medidas de pro- las diferencias de forma positiva. Por otro
tección recomendadas. Destaca el uso lado, la relación contractual también tiene
mayoritario de los contenedores para depo- cierta incidencia sobre las conductas pro-
sitar el material cortante o punzante, así tectoras o de salud; los individuos que no
como un uso generalizado de los guantes, tienen estabilidad en su puesto son más
su cambio habitual para tratar a distintos cuidadosos en sus comportamientos y eje-
pacientes, así como el lavado de las manos cutan menos conductas de riesgo que aqué-
tras su retirada. En aquellos caso en que llos cuyo puesto es fijo; ahora bien, nos

REVISTA DE PSICOLOGÍA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES 289


Análisis de los factores psicosociales de riesgo en los profesionales dedicados al cuidado de la salud

preguntamos si este resultado se debe ínte- un estudio piloto, con una muestra bastante
gramente a ese factor o está también rela- reducida y de características especiales
cionado con la experiencia en el puesto. (casi exclusivamente dedicados al cuidado
Esta conclusión tendrá que ser constatada de pacientes geriátricos). Por tanto, tan
con estudios posteriores que consideren sólo podemos aventurarnos a considerar
conjuntamente la situación contractual y la los resultados encontrados como tentati-
antigüedad en el puesto. vos, propios de un ensayo experimental a
partir del cual es preciso seguir investigan-
La segunda gran conclusión hace refe- do, ampliando la muestra de estudio e
rencia a la influencia positiva de las actitu- intentando dar respuesta a las preguntas
des sobre la realización de comportamien- que nos formulamos al inicio de este traba-
tos preventivos o protectores; conclusión jo.
que se repite cuando analizamos la inci-
dencia previa de accidentes o enfermeda-
des profesionales sobre la ejecución de las REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
medidas protectoras señaladas. Parece ser
que el grupo de individuos que ha sufrido Aggleton, P., O´Reilly, K., Slutkin, G.,
algún percance en el desarrollo de su tra- & Davies, P. (1994). Risking everything?
bajo pone en marcha actuaciones más pru- Risk Behavior, Behavior Change and
dentes para evitar otro posible accidente. AIDS. Science, 256, 341-345.

El valor que se le otorga a la salud pare- Alonso Morillejo, E. & Pozo, C. (2002).
ce ser también una variable de importancia Aproximación psicosocial a la salud labo -
en el desarrollo de las medidas protectoras ral. Conceptos, factores de riesgo y forma -
estudiadas. En general, aquellas personas ción en prevención de riesgos laborales.
que valoran su salud en mayor medida Almería: Gutenberg.
también ejecutan en mayor grado conduc-
tas que pudiéramos denominar saludables. Alonso Morillejo, E., Pozo, C. & Martí-
Este hecho no sólo se da en este grupo de nez, J.J. (2002). Percepción de riesgo: una
profesionales sino que se ha venido confir- aproximación psicosocial al ámbito labo-
mando en estudios con otras poblaciones y ral. Prevención, Trabajo y Salud, 18, 16-
con una diversidad de conductas preventi- 20.
vas (uso de los servicios de salud, segui-
miento de prescripciones terapéuticas, Bayés, R. (1991). Psicología oncológi -
etc.). Sin embargo, es difícil encontrar ca. Barcelona: Martínez Roca.
entre este grupo de profesionales personas
que otorguen poca o mediana importancia Becker, M.H., & Maiman, L.A. (1982).
a su propia salud (no olvidemos que su tra- Models of health-related behavior. En D.
bajo consiste en ayudar a proporcionar Mechanic (Ed.), Handbook of health,
salud a los demás), por lo que resulta ser health care and the health professions.
una variable poco discriminativa. New York: Free Press.

En cualquier caso, las conclusiones Blanco, A., & Sánchez, F. (1993). Fac-
señaladas deben ser tomadas con cierta tores psicosociales en el SIDA (II); el ries-
cautela; no podemos olvidar que se trata de go como valor y como norma. Publicación

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