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Bungay, Stephen

Beauty and Truth. A study of Hegel’s Aesthetics (1985)

The End of Art (pp. 71-89)

- Christian Hermann Weisse (1830): son los pupilos de Hegel (y no Hegel mismo) quienes
durante sus conversaciones (“loose talk”) afirman la absorción del arte dentro de la
filosofía bajo la rúbrica “fin del arte”.
- El tema del fin del arte empieza a generar discusiones desde los 50s del siglo pasado
(Jähnig sostiene que esto se debe al epílogo escrito por Heidegger en El origen de la obra
de arte, en donde se hace alusión a la tesis de Hegel). Tres posiciones generales:
o La tesis es una equivocación. Se equivoca si afirma que ya no necesitamos el
arte porque ahora tenemos filosofía, como si aquel fuese una forma imperfecta
de esta. (Se defiende la autonomía del arte frente a la filosofía). Croce, Glockner,
Litt, Wolandt, Bubner.
o La tesis es una equivocación parcialmente (Stoikov, Helerich, Harries, Rüsen,
Oelmüller). Hay consideraciones lúcidas a pesar de la tendencia de Hegel a
“subordinar” todo al desarrollo del Espíritu. Suponen que Hegel sí afirma que el
arte ha llegado a su fin, lo cual sería un error, pero que aun así hay importantes
consideraciones sobre el arte en relación con la verdad, la realidad, etc.
o La tesis posee una importante alusión en torno al futuro del arte. Varias
conclusiones (ver p. 74)

o Werner Koepsel considera que Hegel se contradice, pues en Ä I, 24 afirma que


el arte ya no es necesario, pero en Ä I, 255 afirma que sí lo es. La resolución de
este conflicto se encontraría en Adorno.

- Lo que muestran todas las lecturas anteriores es que no queda claro a qué se refiere
Hegel propiamente –si al arte, a los artistas, a la sociedad; al pasado, al presente o al
futuro del arte.
o Según Bungay, apelando a eso de que la filosofía siempre llega tarde, la tesis
no podría referirse al futuro del arte. Tampoco se referiría al gusto o disgusto
del propio Hegel por el arte (la filosofía se ocupa de lo que es), no tendría
pretensiones normativas.
- El arte acaba al ir más allá de sus límites (¿cuáles son?), allí donde comienza el
pensamiento puramente conceptual. La intuición da paso al concepto, la “poesía de la
representación” se convierte en “prosa del pensamiento”.
o Esos límites son sistemáticos, pero Hegel los reinterpreta históricamente (de allí
la referencia temporal a un final, al que precede una historia, un desarrollo del
arte).

- Espíritu absoluto y representación


o La verdad entendida como (Bungay dice encompassing) Absoluto [lenguaje de
la Fenomenología] puede ser mostrada por el arte si tiene como una de sus
determinaciones aparecer ante los sentidos [correspondencia entre forma y
contenido]. Tal ocurre en la época clásica de los griegos: los “principios”
(concepción de lo verdadero) que regulan la vida de su ethos están encarnados
en dioses con forma humana. El arte, aquí, es propicio para la representación
de lo verdadero.
 En el arte griego acontece una determinada correspondencia entre lo
divino, lo bello y lo verdadero –todo en un contexto de eticidad
(inmediata) –Homero como condición de la formación cultural de los
griegos.
 Esa inmediatez del ethos impediría que un griego pueda medir el valor
de su arte porque no hay un saber fuera del arte (o de la religión del
arte) con el que pueda ser comparado –debe, así, remitirse siempre a la
autoridad del artista –que, en el caso del poeta, tiene una vinculación
directa con la verdad en tanto es poseído por la divinidad, en tanto su
palabra es encomendada al dios. “Canta, oh diosa, la cólera de
Aquiles…”). Problema de la inspiración en el Ión.
 ¿Tenía Hegel razón en esto? (identificación entre arte y religión ->
Kunst-Religion/Fenomenología, -pero la idea se mantiene de algún
modo también en las Lecciones Ä). Pero –su intención se restringía a
mostrar que los dioses eran representados “sin distorsiones” en el arte
griego.
o En sí y para la época en que el Cristianismo se hace de la cultura occidental, Dios
(ya) no puede ser representado sin problemas por la vía del arte (iconoclastia);
el Dios cristiano es Espíritu puro, solo aparece “en parte” como Hijo
(sensiblemente, como cuerpo). El arte no puede representar plenamente lo
divino entendido cristianamente; su función se restringe (arte para ilustrar la
vida de Cristo, comunicar las verdades de la fe –pero no para “comprender” al
Dios)
o Para la modernidad la verdad se ha hecho accesible a la conciencia
independientemente del arte –cabría decir incluso, para un momento de la
modernidad al menos, independientemente de lo sensible. Es la herencia que
la modernidad recibe del cristianismo. --¿Por qué entonces la estética como
disciplina filosófica desde Baumgarten? ¿No es algo así como un “retractarse” –
un aclarar que si bien lo sensible posee un papel secundario (racionalismo) para
la razón, no puede quedar del todo fuera? ¿Para Hegel esto sería un movimiento
dialéctico?

- Del problema de la representación artística de la verdad a su consideración histórica en


las diferentes religiones
o Arte: expresión (sensible) de las “más altas pretensiones” de una comunidad.
Pero esto puede investigarse no solo en el caso de los griegos o del cristianismo,
sino también en otras religiones.
o La religión de los griegos y el cristianismo aparecen en relación al arte como:
 Ejemplos (representaciones) de una particular concepción de lo divino
 Conjunto de principios [¿?] a la manera de una Weltanschauung, que
modelan la vida y la concepción del mundo de una comunidad.
o Las limitaciones inherentes a la representación artística determinadas por el
cristianismo determinan a su vez el lugar del arte en la sociedad moderna (“Para
nosotros el arte no es más la vía más alta por la cual la Verdad se manifiesta…”)
o Que el arte no pueda satisfacer nuestros “intereses más altos” no es una
contingencia de la época, sino un resultado del desarrollo histórico del arte.
o La reforma implica un alejamiento de los sentidos, un retrotraimiento hacia la
interioridad del alma y el pensamiento como formas de establecer una relación
(intuitiva? Inmediata) con lo divino. El espíritu no se satisface, aquí, con el arte
y su sensibilidad, sino que encuentra su satisfacción en sí mismo, en el ámbito
de la espiritualidad y la razón (->Kant)

o El camino del Espíritu hacia el conocimiento está determinado por la “función”


de un principio de la historia: el principio de no-repetición: “Once some content
has been made clear and understood, it is dropped”, como si el espíritu
estuviese siempre en busca de algo nuevo –pero, ¿cómo queda aquí la figura
del aufheben?

o El arte es, así, cosa del pasado, algo que ya ha sido comprendido por el espíritu
y que ya no le es necesario para su propio saber de sí. La comprensión que la
sociedad moderna tiene de sí misma no parece depender del arte. –Pero por
eso mismo, más que solo quedar relegado en el pasado, el arte se convierte en
un problema para la modernidad que Hegel está concibiendo.

o “Para nosotros el arte es algo del pasado…” -¿Quién es ese nosotros? ¿Qué lo
caracteriza? El “fin del arte” dice algo también de ese nosotros, que reemplaza
la devoción (arte, religión) por la reflexión crítica (“ciencia del arte”).

 Habría en ese nosotros un cambio de actitud respecto de lo Bello –


desde el punto de vista filosófico, no constituye la vía de acceso a lo
verdadero (mientras que en Platón, por ejemplo, sí se sostiene algo
semejante, con la identificación entre lo bello y lo bueno –que implica
una progresiva des-estetización de lo bello, su determinación
intelectual. Lo bello es la idea y lo que con ello queda más vinculado).
 Después de Hegel, precisamente, muchos artistas empiezan a
problematizar la vinculación de la Belleza con el arte (Rimbaud,
Baudelaire, Lautreamont, Tzara, Rilke…). El arte empieza a
problematizarse desde la reflexión sobre el quehacer artístico.
 En la vida cotidiana de la sociedad burguesa, el arte empieza a
tener la función de un espectáculo –como una distracción, una
forma de ocupar el tiempo libre (-> Safranski, Romanticismo, p.
211- ss.)
 Para el hombre cristiano de la modernidad puede reconocer el
significado de un cuadro de la virgen al observarlo, pero reconoce no
ese significado por la obra misma sino por la doctrina de la iglesia. Ese
reconocimiento de lo divino en la obra consiste en su remisión a la
doctrina. Para el protestante luterano, la verdad acontece solo en el
pensamiento, en la interioridad.

- La práctica artística
o La tendencia a la reflexión afecta el quehacer artístico. Dos consecuencias:
 El arte introduce, cada vez más, elementos del pensamiento en su obra,
el pensamiento se convierte en parte del material artístico.
 La distancia entre el arte y los principios éticos posibilita que no haya
tema alguno que no pueda (no deba) abordarse. Posibilidad de nuevos
temas para el arte.
 La posibilidad de tratar los “viejos temas” adquiere un carácter irónico,
el artista es una suerte de “rebelde” (¿se abre aquí un potencial crítico
de la sociedad moderna? ¿No son acaso de esta época las novelas de
Balzac, germen del realismo y naturalismo del XIX?). Esto empieza a
tomar más fuerza desde el romanticismo, con los desfases entre forma
y contenido, entre interioridad y exterioridad, subjetividad y
objetividad. En la fase final del romanticismo, según Hegel, llegamos a
una “completa arbitrariedad” y “disolución” de los aspectos interno y
externo del arte. ¿Se pasa de la belleza a la arbitrariedad?

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