Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Revisión General
Pilar Ocampo
Maquetación y Coordinación
Klaus Rlhdn
Lectura Final
Klaus Rlhdn
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Para Eric
No sabía cómo respirar
hasta que te conocí.
Gracias por enseñarme cómo hacerlo.
Vamos, vamos, vamos.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Parte uno
-Tom Stoppard
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Prólogo
Bear siempre me dijo que ser vegetariano era la causa del retraso de mi
crecimiento y aunque pensé que era cierto (que no es cierto. Bear siempre diciendo
las cosas de esa manera porque está celoso de lo maravilloso que soy y nervioso por
su alma inmortal), todavía no creo que pueda comerme una ternera recién nacida
para ser más alto. La próxima vez que llenes tú boca con una hamburguesa, prueba
y piensa: esa vaca era la madre de alguien o el padre, el hijo o la hija. Es más fácil
no comer carne cuando humanizas lo que estás poniendo en tu boca. Además, Bear
es bajo y es un carnívoro de primera fila. Sólo puedo tener nueve años, pero hasta
yo sé que mi hermano puede estar lleno de mierda a veces. En especial de esa
manera.
Hombre, realmente tengo que dejar de ver Maury Povich, con Bear. Está
destruyendo mi vocabulario.
Miro hacia arriba por un momento y no veo a nadie. Creo que tal vez he
cometido un error y puedo seguir de nuevo a las hormigas cuando vislumbro un
movimiento a través de la calle por el rabillo del ojo. Miro y lo veo a él.
Algún chico mayor, está de pie al otro lado de la calle, con abundante pelo
negro cayendo alrededor de su cara. Tiene grandes hombros, ocultos debajo de una
camisa abotonada a cuadros, las mangas enrolladas muestran el pelo negro de sus
brazos. Sus cejas son grandes, tupidas y sé, sólo lo sé, que puede hacer esa cosa
que Otter puede hacer de arquear una sola ceja para que lo haga verse como un
ruin villano. No puedo hacer eso y es una pena. No puede tener más de catorce o
quince años, pero parece que le han inyectado hormonas de crecimiento bovino,
dado su tamaño. Casi tengo ganas de correr por la calle para preguntarle si se ha
escapado de algún laboratorio secreto de pruebas con animales del gobierno, al que
le han administrado nuevas hormonas de ganado para hacer sus chuletas más
1
En el original Notta Hava Fuchure que es una versión parecida a las siglas de una
hermandad de la frase Not Have Future, que significa No Tengo Futuro.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
grandes y más jugosa, sólo para hacerle saber que puedo rescatarle y llevarlo a una
granja donde pueda vivir el resto de sus días con una capa de sal y toda la hierba
que pueda comer.
Pero Bear dijo que no debo hablar con extraños porque tendrían miedo de mí.
Siempre pensé que tenía que tener miedo de ellos, pero Bear dijo que yo terminaría
hablando sobre la muerte y cualquier nefasto propósito que pudiera haber tenido,
se convertiría en algo discutible.
Lo que sea.
Así que espero a ver, también él lo hace. Mira hacia otro lado por un momento
hacia el camino y luego mira fijamente sus pies, que se balancean de un lado a otro,
pateando una piedra y una hoja. Está tratando de no mirarme pero yo le cojo
mirándome a escondidas entre los cabellos que han caído sobre sus ojos. Que bicho
más raro. No voy a tratar de hacer una competición de miradas a través de la calle.
Ni siquiera llevo mis guantes especiales de “Miradas fijas” así que... ya sabes, eso
es todo.
Dejo que esto me distraiga durante unos minutos hasta que he encontrado a
la hormiga que he estado siguiendo, la he llamado Helmholtz Watson ya que es mi
personaje favorito en Un mundo feliz2. Ella está llevando una migaja de algo que es
dos veces más grande que ella y es genial, porque es como Helmholtz no tiene
ninguna conciencia de nada sino del movimiento del punto A al punto…
Miro hacia atrás hasta que mi futuro se escapa de mí y veo que el extraño
muchacho se ha movido ligeramente hacia abajo en su lado de la calle, como si me
estuviera siguiendo. Una vez que me ve mirándolo de nuevo y mira a todos lados
menos a mí. Un maestro de la sutileza no es, eso está bien, supongo. Va a conjunto
con los chicos de mi vida y caigo también en esa misma categoría, pero al menos le
doy un poco de garbo. Este tipo no podría ser más evidente si tuviera un gran
letrero de neón brillando parpadeante encima de su cabeza que diga: “ESTOY
ACECHANDO AL CHICO GENIO" Me empiezo a sentir nervioso, aunque sólo sea
por un momento, recordando de nuevo que un par de semanas atrás, cuando nos
sentamos en la oficina del fiscal, pero lo realmente guay de tener un abogado es
¡Que he ido de Hollywood! Y Erica nos preguntó si no habíamos visto a nadie que
nos siguiera o si habíamos visto a alguien no hubiéramos visto antes. Bien, pues aquí
hay alguien que me sigue, he aquí alguien que no he visto antes. ¡Oh!, ¡cálmate!, me
reprendo a mí mismo.
Ser realistas ¿bien? ¿Porque no? Real fue cuando mamá apareció de la nada.
Real fue mirarla a la cara cuando abrí la puerta, y durante una pequeña fracción de
segundo, ella ni me reconoció.
Real fue que la comprensión naciente. Real fue la forma en la que mis manos
comenzaron a temblar. No se veía como la recordaba, no era como esa imagen que
2
Un Mundo Feliz (Brave New World es una novela de Aldous Huxley
T.J. Klune El Arte de la Respiración
tengo de ella y mía de cuando era sólo un niño pequeño que me escondía de Bear en
la parte inferior de mi cómoda. Entonces ella sonreía, o por lo menos tanto como
podía sonreír.
Entonces, se veía feliz, o al menos tanto como podría serlo, eso era real o así
lo creía yo. Al final mostró lo mucho que no entendía cómo las cosas podían ser
reales. Real fue la verdadera sonrisa que vi en su rostro una vez que me reconoció,
eso sí fue real. No me detengo a mirar por encima del hombro y respire aliviado
cuando vi que Julie McKenna no se escondía en las hortensias.
¡Oh, mierda! tengo que detenerlo. Muy pronto voy a empezar a pensar en los
océanos, los terremotos y voy a estar para siempre atrapado en mi cabeza como
algunas personas que conozco.
― ¡Hey!, ―le digo en voz alta, tratando de que mi voz sea tan fuerte como
pueda. No ayuda que la pubertad sea una quimera. ¡Oh, alegría!, déjame decirte que
no puedo esperar a ver empezar a crecer pelo en lugares extraños, probablemente
quiera fumar, dar la vuelta a mi cuello, poner mi gorra de béisbol al revés y decir
cosas como "Muy bien, amigo. Es el momento de la Fies-taaa."
El Chico grande me oye y enfoca hacia mí, mirándome antes de mirar hacia el
suelo otra vez, con los brazos detrás de sí mismo como si estuviera en el ejército o
algo así. El cordón de su zapato izquierdo está desatado y su cabo echado a un lado
despuntado. Parece que ha dibujado pequeñas estrellas en la parte blanca de su
T.J. Klune El Arte de la Respiración
puntera de goma con un Sharpie 3. Eso es de chico guay, supongo. Si te gustan ese
tipo de cosas. Me pregunto si Bear me dejaría hacer eso. ¿Es eso lo que hacen los
chicos grandes?, ¿dibujar en sus zapatos? No puedo hacer muy buenas estrellas,
pero puedo escribir el alfabeto griego, de memoria. Eso no es algo de lo que
alardear porque la gente tiende a mirarme raro cuando se lo digo. Bear dice que es
sólo porque están celosos.
Me paro frente a la otra persona y creo que esto puede haber sido un error,
porque parecía un poco más pequeño mientras atravesaba los dos carriles de la
carretera. Me pregunto si esto tiene que ver con un defecto de la percepción de
profundidad, pero antes de que pueda comenzar a diagnosticarme a mí mismo
alguna enfermedad ocular, gruño al chico grande.
No lo planeo, sólo sale por sí solo. Golpeo mis manos contra mi boca para
bloquear el sonido, pero esto me hace resoplar y salen mocos de mi nariz. Trato de
esconderlo subiendo mi mano izquierda hacia arriba, pero rebota en mi nariz y me
golpeo a mí mismo en el ojo. Mis ojos lagrimean cuando siseo y froto mi nudillo en
mi globo ocular, pero todavía tengo mocos en mi mano y se descubre todo, por lo
que quema aún más. ¡Ay!.
Quiero dar la vuelta y correr, pero estoy cegado temporalmente por mis
propios medios y sé, sólo sé, que este enorme chico es probablemente algún atleta
popular y siempre va a estar llamándome mocoso u ojos de mocos. Le pido a Dios en
silencio si no le importaría abrir el suelo bajo mis pies y permitir que me cayera al
abismo para salvarme de mí mismo, pero el suelo no se abre. Todavía estoy
riéndome, pero con esa cosa aguda que hago cuando encuentro algo realmente
divertido. Odio esa risa. Siempre suena como un clan de hienas hembras que van a
realizar trabajos al mismo tiempo. Yip! Yip! Ayyyyyyyy! Yip! Yip! Ayyyyyyyy!
3
Marca de rotulador
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Bien, torrr-pe.
Él me permite el honor morir por mortificación por unos momentos más, pero
luego noto una mano gigantesca tirando de la mía alejándola de mis ojos y otra
mano agarrando mí barbilla. Frotándolas suavemente contra mi párpado. Siento
como una camisa que frota suavemente, atrapando toda mi asquerosidad. Él la lleva
hacia abajo secando las lágrimas de mí mejilla, limpiándome los mocos de la nariz y
abriéndome una fisura en mi ojo derecho.
― ¿Por qué estabas mirándome? ―Le pregunto, sin saber qué más decir.
Maldita sea, ahora me siento mal. ―Está bien, no me refiero a que seas
grosero. Sólo estoy diciendo que las normas sociales dictan que cuando se hace una
pregunta se debe dar una respuesta.―Trato de no pensar en él como un gorila de
nuevo, porque ya tiene un montón de mis mocos en su camisa. Es sólo un hombre que
puede tener muchos mocos antes de alejase. Espera. ¿Por qué me importa si se
aleja? Es probablemente un traidor, uno de esos lacayos Redshirts4 que siempre se
ve en las películas estúpidas donde las principales necesidades del tipo malo es
contratar a musculitos. Bear no me deja ver demasiadas películas como esa porque
dice mi cerebro en crecimiento no necesita influencias externas de violencia
gratuita. Le dije que mi cerebro estaba ya más maduro que el suyo, él me dijo que
bajara a la tierra. Le dije que ya estaba conectado a la tierra. Luego me dio helado
4
Hace referencia a la tripulación de Star Trek
T.J. Klune El Arte de la Respiración
El chico grande no había dicho nada todavía. ―Me gusta oírme hablar ―le
digo―, sólo porque tengo una gran cantidad de cosas interesantes que decir, pero
con el tiempo la conversación se acabará en unos cuatro o cinco años y luego
¿dónde estaremos?
Él me está mirando ahora y se encoge de hombros otra vez. Tal vez eso es
para el Chico grande como decir “Sigue hablando. Eres es muy cool.”
5
En el original usa la palabra Misnomer que es algo como Mal Nombrado pero en español
no hay ninguna palabra así, por lo que la hemos sustituido por Discordante.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
―Significa que mi hermano y él se aman el uno al otro y eso está bien, porque
que realmente no importa si alguien es gay o heterosexual, o lo que sea Bear. Sé
que yo estoy seguro que no lo hago. Pero entonces nunca entendí por qué la gente
es homofóbica. ¿A quién le importa lo que dos hombres o dos mujeres pueden hacer
en el dormitorio? ¿Verdad? No es como si alguien quisiera ver lo que esos idiotas
hacen en su dormitorio, ¿sabes? Pero está bien, supongo. Por ahora. Todo este
verano pasado fue una gran cosa..., pero todos lo superaron y ahora viven juntos en
La monstruosidad verde y es lo mejor que nunca nos ha pasado. ¿Vives por aquí? ya
te lo pregunté. Sabes, podrías saltar aquí en cualquier momento de verdad.
¿Cuántos años tienes? Yo tengo nueve, pasando los cuarenta. Eso es lo que dice mi
hermano. Debes saber que él piensa que es histérico, pero no lo es ¿Vives con tus
padres? No pasa nada si no lo haces. Yo no lo hago, por lo que tendríamos eso en
común, seria radical. No quiero hablar de mi mamá en este momento, sin embargo.
―Oh mierda. Debería haber preguntado ya―. Tú no sabes de ella, ¿verdad?, ―le
pregunto en voz baja, no estoy seguro de querer la respuesta.
― ¡Menos mal!, ―Le digo, aliviado―. Eso es un alivio. ¿Comes carne? Supongo
que está bien si lo haces. Debes saber que yo soy vegetariano acérrimo. Esa es otra
palabra que aprendí: acérrimo. Significa 'fiel' y 'leal'. Esa es otra gran palabra,
¿eh? Leal. Así que si comes carne, no me importaría. Demonios, incluso podrías ser
capaz de convencerme para volver al lado oscuro. ¿Te gusta StarWars? A mí sí.
Bear, Otter y yo hicimos una maratón una vez y vimos las seis partes en un día y
Bear me hizo judías picantes y estaban muy buenas. Ese fue otro buen día.
Desearía sables de luz reales. ¿Te gusta leer? ¿Cuál es tu libro favorito? Yo no
puedo elegir sólo uno, porque me gustan todos. Vaya, seguro que no hablas mucho,
¿verdad?― ¡Oh, mierda!―. ¿Puedes hablar? Me siento mal ahora porque tal vez no
puedes hablar. ¿Tuviste un accidente o naciste de esa manera? Me pregunto si eso
es genético. O es eso…
―No vivo con mis padres, ―dice en voz baja mientras me mira. Su voz suena
rota, como si estuviera haciendo gárgaras de grava, como que si no la utilizara para
hablar y estuviera ronca por falta de uso. Pero estoy tan feliz de que él pueda
hablar y de que esté hablándome que ni lo pienso. Tal vez es como se supone que
debe sonar―. Vivo con los Fosters, ―responde.
―Oh. Oh, ¿igual no son tus verdaderos padres pero es la gente que te cuida
de todos modos? No tienes que contarme si no quieres. Tal vez más tarde, ¿eh?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Entonces te puedo decir acerca de mí... mamá .―Esa palabra duele más de lo que
pensaba y mi voz lo captura y casi se rompe, pero lo aparto parpadeando para
alejar la quemazón en mis ojos. No, aquí no, ahora no. No quiero entrar en la bañera
ahora.
― ¿Qué estabas haciendo ahí?, ―se dirige a mí, señalando al otro lado de la
calle.
Parece sincero. ― ¿No se van a burlar de ti por pasar el rato con un niño
pequeño? Incluso aunque yo no lo sea. Tengo prácticamente diez, bien, en otros
nueve meses.
Se encoge de hombros. ―No me importa. Yo soy más grande que todos, nadie
se burla de mí.
Suspiro. ―Me gustaría poder ser grande, eso sería genial. ―Le cojo del brazo
y empiezo a tirar de él a través de la calle. Echo un vistazo por encima del hombro
T.J. Klune El Arte de la Respiración
y veo que está mirando mi mano sobre su brazo―. ¿Te gustan las hormigas?―le
pregunto―. A mí me gustan porque las colonias que hacen son simplemente
fascinantes y espero que podamos encontrar dónde... ―Me detengo y me doy la
vuelta. Él me mira quieto―. No me has dicho tu nombre ―le recuerdo.
―Dominic, ―le digo―. Ese es un buen nombre. A sí, ¡hormigas! ¿Has leído Un
mundo feliz? Ahí es de donde viene Helmholtz. Es una lectura un poco densa, pero
lo tengo y puedo prestártelo, si lo quieres leer. ¡Oh! O podrías obtener tu propia
copia y leerlo al mismo tiempo, y me puedes ayudar con las partes que me
confundieron en un principio. ¿Eso estaría bien? Yo no quiero que tengas que hacer
nada que no quieres hacer. No es así como funciona la amistad y ahora somos
amigos, ¿verdad? ―Llegamos a la acera y le miro de nuevo.
— ¿De verdad quiero saber por qué estáis sugiriendo un castillo inflable? —le
pregunto a Bear y a Otter, estrechando mis ojos. Ellos intercambian entre sí una
de esas miradas secretas que las parejas se hacen, llena de sonrisas, recuerdos y
calor, y estoy considerando seriamente vomitar aquí y ahora—. Porque no pienso
que descubrir que tu hermano y su compañero tienen un fetiche con los castillos de
goma sea algo que alguien de casi dieciséis años deba saber alguna vez. Pensad en lo
que esto podría hacerle a mi psique eternamente frágil. Estuve en terapia cerca de
cuatro años, no me gustaría tener que llamar a Eddie y decirle que he retrocedido a
la mentalidad de un niño de nueve, aun habiendo sido con diferencia la cosa más
genial en vuestros pequeños mundos a esa edad.
—No quiero saber —murmuro—. No creo haberme recuperado aún del torpe
intento de Bear de mantener la charla de sexo que tuvo conmigo. Pensarías que
nunca ha tenido sexo por la manera en que fue. Estoy considerando seriamente el
ser virgen por el resto de mi vida.
— ¡Hey! —Me grita—. Sólo porque no sabía qué era una barrera de látex
cuando te pregunté no quiere decir que me tengas que dar el coñazo con eso. Tú
tampoco lo sabías.
— ¡Me dijiste que pensabas que era algún tipo de sexy hilo dental usado para
atar personas durante las escenas BDSM! En serio, no pude ir al dentista después
de un año porque estaba convencido de que el Dr. Kao era algún tipo de amo
pervertido de las mazmorras. —Definitivamente no ayudaba que él fuera al menos
cuatrocientos años mayor y haya removido mis muelas del juicio después de que
Bear me dijera esto. Estaba absolutamente seguro que estaba siendo parte de
alguna escena sucia mientras estaba bajo el efecto del gas.
— ¿Qué? Sólo porque pueda no significa que quiera. Ambos son tan mojigatos.
Todavía recuerdo haberlos encontrado escondidos en la despensa, mirando los
ingredientes de los tomates enlatados después de explicarles lo que era una
barrera de látex.
—No tenías que usar imágenes, —me quejo—. Podría haberlo hecho sin la
demostración involucrando una bolsita de plástico y un melón. Tengo las figuras
paternas más humillantes de todos los que conozco. Es como si quisierais que fuera
un marginado social.
—Tu incómoda angustia adolescente es tan ordenada, —me dice Bear—. Estoy
tan complacido de que te hayas transformado en un joven tan reservado. Dios sabe
T.J. Klune El Arte de la Respiración
que no tengo suficiente de eso durante el día. Y tú mejor que seas virgen por el
resto de tu vida, no dudaré en romper la cabeza de alguna pequeña chica rubia que
intente meterse en tus asuntos. —murmura acerca de una puta llamada Tiffani.
—Es Sr. Thompson para ti, Chico. —Dice Bear, guiñándome un ojo.
Reí, tratando de distraerme. Aun no puedo superar el hecho de que Bear sea
un profesor de inglés. Bear. Derrick Thompson. Un maestro. Diariamente me deja
atónito el pensar en él estando frente a un salón de clases abriendo su boca y
dejando caer palabras reales en las impresionables mentes jóvenes de la siguiente
generación. El mundo está tan jodido.
—No, ellos hubieran estado como, ‘’Desearía que el Chico que luce como una
copia barata del increíblemente guapo Sr. Thompson parara de hablar tanto porque
así podríamos aprender algo en lugar de blahblahblah’’.
— ¡No! Todos hubieran estado como, ‘’Desearía que Tyson fuera nuestro
profesor, así nosotros no tendríamos que escuchar al Sr. Thompson quien suena
T.J. Klune El Arte de la Respiración
como si hubiera comenzado a aprender inglés hace veinte minutos porque él esta
como duh. Duh. Duh’’.
—Nosotros somos lo más divertido que jamás hayas tenido alguna vez, —dijo
Bear, golpeando la mano de Otter—Mejor recuerda eso.
Otter le sonríe a mi hermano y clava sus ojos en el. Bear me dijo alguna vez
que con Otter, uno puede darse cuenta de todo lo que siente en cada momento, que
nunca puede esconder nada. No creí en ese entonces que eso fuera cierto, porque
pensaba que se podía esconder algo si realmente uno deseaba. Aún no sé hacer eso.
Puedo hacer que mi misión de matar el momento sea lo más rápido y eficaz
posible para que podamos hablar sobre mis problemas otra vez. He aprendido que
los jóvenes son los seres más egoístas en el planeta. Nos pavoneamos más que los
perros de exhibición.
Sólo convoque está reunión porque necesito sus fondos para la fiesta. Bear se
ha negado a permitirme conseguir un empleo como la gente normal de mi edad,
diciendo que quiere que me centre en la escuela.
Normalmente no pido nada, pero en las raras ocasiones en que necesito dinero
para algo, recurro a Bear y a Otter. No somos ricos (o, al menos, no creo que lo
seamos), pero al parecer estamos bien. Sin embargo, no quiero pedirles dinero para
el regalo de Dom. Quiero ser capaz de conseguirlo por mí mismo, con mi propio
dinero. Esto me ha parecido importante de hacer desde que la idea llegó a mi
cerebro unos meses atrás. (De vez en cuando, pequeñas cosas como esta chocan
contra mí, infiltrándose en mi cabeza hasta que es en lo único en lo que puedo
pensar. Estoy muy seguro de que tengo un pequeño TOC enterrado en algún lugar
dentro de mí, pero si puedo trato de no dejarlo hacerse cargo. Un consejo: no
mires en internet para tratar de auto-diagnosticarte. Terminarás convencido de
que te encuentras mucho peor de lo que realmente estás. Créeme; nos llevó a Otter
y a mí tres días para convencer a Bear de que sólo tenía un resfriado cuando él
estaba seguro de que en Web MD le decían que tenía todos los síntomas de la
rabia. Él nos dijo que debíamos de irnos antes de que empezara a soltar espuma por
la boca y desarrollara un gusto por la carne humana. “¿Habéis visto Cujo?”, gruñe
hacia nosotros “¡Probablemente deberíais sacrificarme ahora!” Yo miré a Otter y
dije solemnemente “Lo haré Pa, si me das la escopeta. Él es mi perro. Yo debería
ser el único que acabe con su miseria”. Extendí mi mano y acaricie la cabeza de
Bear. “Tú has sido un buen perro” dije”el mejor que un niño podría tener. Me
parece que voy a echarte de menos”. Otter pensó que yo estaba histérico. Bear
acababa de vomitar otra vez. Trate de no tomar esto último personalmente.)
Entonces, en vez de pedir dinero, tengo autorización para dar clases a niños
de CA en química y en cálculo, ya que había tomado ambos cursos el año pasado.
Bear trató de discutir conmigo acerca de eso cuando tuve que conseguir su
aprobación, pero respondí que eso me permitiría tener más interacción humana
fuera del círculo familiar y que probablemente sería bueno para mí tener mejores
habilidades sociales ya que iba a ir a la universidad en el otoño. Yo también podría o
no haberle dado esa mirada con la cual siempre cae, pero el cedió y yo no estaba
totalmente jodido con lo relacionado a las habilidades sociales.
Los chicos en la escuela estaban inseguros sobre qué hacer conmigo. Era
demasiado joven para pasar el rato con los chicos que tomaban las mismas clases
que yo, era muy listo para los chicos de mi edad, muy raro para ser apreciado por
alguien que no hubiera estado alrededor durante años. No me importó. Bueno, tal
T.J. Klune El Arte de la Respiración
vez un poco, porque siempre sentí que estaba bajo un microscopio, como algún tipo
de extraña cosa con aspecto raro que la gente no sabía muy bien como clasificar.
Por lo tanto, pensé que podría mejorar mis habilidades sociales enseñando a
otros y además que al mismo tiempo ganar dinero, por lo que podría decirle a Dom
que he conseguido su regalo por mí mismo. Por alguna razón, esto último era muy
importante para mí.
Incremente el dinero, si. Pero, ¿el lado social de esto? Esta fue una pesadilla
alucinante. Juró que estaba hablando en inglés, pero mis alumnos no parecían
entender ni una palabra que saliera de mi boca.
No utilizo palabras largas sólo para sonar inteligente. No soy así. Sólo… no lo
sé. Supongo que funcionó en una sintonía diferente. Al final sé que nunca seré
profesor como Bear. La mucha paciencia que él tiene está por encima de mí. Quería
arrancarme los cabellos a los 10 minutos de la primera sesión.
Mierda.
Solo respirar.
Bear y Otter ven esto, como siempre lo hacen. Y como siempre, ellos no
hablan, no tratan de liberarme de esto. Sé que a Bear le mata verme así y no ser
capaz de hacer nada, pero Eddie le dijo que sería peor si trataba de intervenir en
mis ejercicios. Bear siempre ha sido mi protector y sé que le causa dolor el no ser
capaz de detener estos pequeños momentos estúpidos que tengo. Traté una vez de
explicarle que esto no es su culpa y que el hecho de que él esté aquí es todo lo que
necesito. No era muy elocuente, ya que la explicación vino al final de uno de mis
ataques. Estaba levemente histérico después de convencerme a mí mismo de que
Bear no iba a irse ese día por cualquier razón y no regresar. Él lo entendió,
inclusive si no tenía mucho sentido.
Al igual que lo entiende ahora. Él sabe que algunas veces no necesito palabras,
no necesito decirlo, sólo lo necesito cerca de mí mientras lo supero. Escucho su
silla chirriar mientras se levanta e inmediatamente esta arrodillado a mi lado,
girando mi silla hasta que estoy de cara a él. Contemplo mis manos y después fijo
mi mirada en él a través de mis pestañas. Frota su mano en mi brazo y tomo sus
dedos en mi regazo y tiro de ellos, algo que he hecho desde que puedo recordar. Se
siente más seguro ahora. Se siente como estar en casa.
—Sé, —dice él—.que Dom es tu mejor amigo y esa es una buena razón del por
qué quieres que esto sea perfecto. Pero… ¿sucede algo más? Luces un
poco…nervioso. Bueno, más de lo usual. Ha pasado un tiempo desde la última vez que
tuviste que hacer tus ejercicios. Al menos eso he visto. —No se me hace raro
cuando mira rápidamente a Otter o el sutil movimiento de cabeza que hace Otter
en respuesta.
—Estoy bien. —murmuro—. No hay nada malo. Sólo quiero que la fiesta vaya
bien para que así él se divierta. Eso es todo. —Y esa es una grandísima mentira,
pero no quiero que Bear sepa eso.
Maldito sea.
No. No es justo para él. No puedo hacer eso. No puedo. Su vida está aquí. Él
la está construyendo en Seafare y lo seguirá haciendo inclusive cuando yo no esté.
Bear sigue esperando, y va a querer una respuesta más temprano que tarde.
Una de las promesas que hice cuando dejé de ir a terapia fue que me gustaría
hablar de estos momentos, que nos los dejaría convertirse en algo más. Me lo tomé
a broma en ese entonces, imaginando que estaba curado de mi increíble neurosis, ya
que incluso Bear parecía haberse relajado a medida que envejecía. Sin embargo,
hice la promesa. Fue la única manera en que Eddie, Otter y Bear estarían de
acuerdo en suspender las sesiones semanales.
Y él sigue esperando. Bear nunca tuvo tanta paciencia hace seis años. Esto es
tan molesto. Me pongo a pensar en gruñirle para que se vaya, pero eso empeorará
las cosas. Mis manos están tensas sobre las suyas. Él puede sentirlo. Tiene que.
Soy elocuente, entonces ¿por qué no puedo encontrar las palabras? ¿Por qué
parece como si me fuera a hacer añicos si abro la boca?
Puedes hacerlo.
Dude.
— ¿Chico? —Otter pregunta—. ¿Quieres que me vaya para que así tú y Bear
puedan hablar?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—No. te necesito aquí también, ¿está bien? Tú eres Otter. Te necesito tanto
como necesito a Bear. —Y eso era verdad, pero aún le echaba un rápido vistazo a
Bear, sólo para asegurarme de que no le molesta. No quiero que se moleste por algo
como esto. Sólo llegando a este punto en mi cabeza, en donde ellos son un equipo,
ellos se enfrentan a las cosas juntos. Bear es mi hermano, pero Otter es mi… ¿qué?
¿Hermano? ¿Tío?
¿Padre?
—Es… —mi voz sale como un graznido. Me detengo y aclaro mi garganta. Trato
otra vez—. Esto es estúpido. Lo sé. Sigo tratando de decirme a mí mismo que no
piense así. Que todo esto es para mejor, que no importará a largo plazo. Que esto
es lo que quería, ¿verdad? Que esto es lo que quiero hacer con mi vida. Esto es por
lo que he estado trabajando. Esto es lo que todas aquellas noches han sido, aquellas
veces cuando quería ir a la cama, pero no podía porque había un trabajo pendiente o
una presentación que tenía que realizar.
Bear lucía como si quisiera hablar, pero en cambio sus labios se dispersaron
en una línea pálida. Él sabe que tengo que sacar esto de mí, como lo haría con la
bilis o el veneno, pero era difícil para él escuchar. Tengo que hacerlo mejor por él,
para no hacerle dudar de sí mismo. Esto no es por él, y no quiero que piense que me
presionó mucho. Le miro a los ojos.
—Y estoy bien con eso, papá Bear. No se trata de eso. No tiene nada que ver
con eso. Si no creíste que pudiera hacerlo, entonces no lo habría hecho. Tú tenías
fe en mí, y no quería decepcionarte.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Esta es… Dios, esto es tan estúpido. Esta es la…— dilo, respira y sólo dilo—.
Esta será realmente la última vez que estaré aquí para celebrar el cumpleaños de
Dom, —digo, las palabras salen rebosando en una avalancha. Se siente como si una
presa se hubiera roto y todo saliera a borbotones—. No sé por qué me estoy
centrando en eso. No sé por qué me mantengo pensando en eso. Pero lo hago. Y no
puedo parar. Se siente como pequeños pinchazos de fuego que atraviesan mi
cerebro. Sólo cuando pienso que está hecho y acabado, se asoman una vez más.
Queman otra vez. Está todo ahí otra vez hasta que es en lo único que puedo pensar.
Y ahora sé por qué está sucediendo, no quiero que esto esté sucediendo ahora,
pero lo está. Está sucediendo. Me estoy graduando en un mes. Voy a cumplir
dieciséis años en un mes. Nos mudaremos a Nueva Hampshire dentro de cuatro
meses. Es lo que quiero. Es lo que espero. Quería ir a Dartmouth. Lo quise y lo
conseguí. Eso es en lo que me debería concentrar, eso en lo que debería de
alcanzar, pero no puedo. No me puedo jodidamente concentrar porque en todo lo
que puedo pensar es en cómo este jodido cumpleaños será la última vez que voy a
estar con él. El próximo año él cumplirá veintitrés y estará a cientos de millas de
distancia y no me puedo jodidamente concentrar.
Bear abre la boca para hablar, pero Otter lo coge del brazo y sacude la
cabeza.
Sólo respira. Eso es todo lo que necesitas hacer. De eso se trata todo. Todo
lo que necesitas hacer es respirar. Como lo dije. Eddie me enseñó que soy más
grande que mis miedos. Soy mejor que mis miedos. Mantenlo por tres segundos.
Uno. Dos. Tres. Déjalo ir por tres segundos. Uno. Dos. Tres. …
en mi garganta, pero lo fuerzo—. Pero sólo soy un pequeño tío, ¿sabes? No hay
mucho que pueda hacer al respecto.
— ¿Escuchas cómo sueno, Bear? ¡Es como decir puras estupideces! Por
supuesto que nunca lo había traído a colación antes. Es ridículo.
—Y recuerdo perfectamente que nos prometiste que no dejarías que las cosas
llegaran demasiado lejos. Que hablarías con nosotros antes de entrar en pánico.
—No estoy en pánico. —Murmuro, aun cuando mi corazón hace un ruido sordo
en mi pecho—. Sólo pensé…
— ¿Qué pensaste?
Miro hacia nuestras manos. Toco su pulgar, el nudillo entre mis dedos.
—Eso no es parte del trato que hicimos, —me recuerda. Suena un poco
cabreado pero está tratando de contenerse. Eso me hace sentir peor, pero no sé
cómo decirle eso.
Papá Bear luce como si quisiera discutir y balbucear un poco, pero se da por
vencido y asiente con la cabeza. No quiero que el aleje su mano. No creo que lo
haga, pero me aferro a ella por si acaso.
—Quiero ir, —les digo. Es la verdad, aunque no sé qué tan cierto sea—.
Necesito ir.
—Sé que es mucho pedir, arrancando de raíz todo lo que hemos vivido aquí. Si
creyera que pudiera lograr las mismas cosas en Seafare, me quedaría. No quiero
T.J. Klune El Arte de la Respiración
vivir en ningún otro lugar. Pero tengo que. Si es que voy a hacer algo por mí mismo,
tengo que. Tengo que ver de qué soy capaz. Tengo que ver qué puedo hacer,
porque, ¿Bear? ¿Otter? Yo creo… creo que puedo hacer mucho. Creo que puedo
cambiar el mundo. Creo que puedo cambiarlo para mejor. Y tengo que averiguarlo.
— ¿De verdad? ¿Qué cosa acerca de él te ha hecho pensar que sea mezquino?
Está en el equipo hurra hurra-Tyson como todos los demás. No diría una maldita
cosa. —Y no lo haría. De hecho, Dom ha estado presionándome más que nadie
acerca de mi futuro, diciéndome que necesito hacer algo de mí, que necesito
convertirme en alguien como él no lo hizo. Trato de decirle que por supuesto que es
alguien, porque es alguien para mí, pero sigue insistiendo con ello. Casi duele
escuchar, incluso si tiene buenas intenciones.
— ¿Por qué es eso tan malo? —pregunta Otter, leyendo entre mis palabras.
—Porque… él es… Mira, Bear, has estado conmigo mi vida entera. Otter casi
siempre. Y Creed y Anna y… La señora Paquinn. —Oh, cómo desearía que estuvieras
aquí ahora mismo—. Es todo lo mismo. Pero… Dom… él no ha estado aquí todo el
tiempo. Yo… sólo sé que no he acabado con él. Tiene que haber algo más que decir.
Él tiene que mostrarme… —Las lágrimas comenzaron a quemar mis ojos y no pude
terminar.
—Quieres que te diga que te quedes, —dice Bear, teniendo uno de esos
destellos de intuición que sólo él puede hacer conmigo. Dom tal vez es mi mejor
amigo y el único al que quiero contarle mis secretos. Otter tal vez es el padre que
nunca tuve. Pero es mi hermano quién me conoce mejor que nadie en el mundo. Tal
vez por eso estoy tan desesperado por tenerlo cerca de mí en este momento. Lo
necesito para escuchar y decir las cosas que yo no podré, incluso si no puedo
afrontarlas completamente.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—No, —digo, pensando que es una mentira—. No lo sé. Soy todo lo que tiene.
¿Qué va hacer sin mí? ¿Quién va a recordarle que coma? ¿Quién va a decirle que su
ropa no combina cuando trata de usar rayas y cuadros al mismo tiempo? ¿Quién va
a recordarle que su recibo del teléfono está por vencerse?
— ¡Eso no es justo! Tal vez Dom es… —más para mí también, casi lo dije, pero
me detuve, aterrado de las palabras justo cuando trataban de desbordarse desde
mi boca. No puedo mirar esto ahora. No puedo. No con todo lo demás sucediendo—
Tal vez Dom es muy importante para mí. —termino sin convicción, no viendo a
ninguno de ellos, temiendo lo que pudieran ver en mis ojos.
Él suspiro.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Mira. Tal vez estamos yendo muy rápido con esto. Tal vez Ty aún no está
listo para ir a la universidad. Siempre podemos solicitar una prórroga y quedarnos
otro año y puede ir a la escuela comunitaria o al U de O . Carajo, puede hacer algún
tipo de pasantía u obtener un trabajo volteando hamburguesas. —Me mira—. Chico,
nosotros podemos hacer lo que tú quieras hacer, ¿está bien? No soy muy bueno en
todo este asunto de la crianza, y parece como si todo lo que he pensado es lo que
quiero para ti. No lo que tú quieres. No completamente.
—Lo has hecho bien, —le digo bruscamente—, mejor que nadie alguna vez.
¿Puedes ver que te necesito para tomar la decisión? No puedes dejarme con
una elección, Bear. No puedes. Sólo no puedes, porque no sé qué voy a elegir. Estoy
asustado de lo que voy a elegir. Te necesito para elegir, y podría estar resentido
contigo por eso, e incluso podría odiarte por un tiempo, pero tú eres mi hermano
mayor y te necesito para elegir por mí.
—Pero esto no es algo que pueda esperar, Chico. —Me advierte—. Si decides
quedarte aquí, entonces necesitas tomar una decisión rápido. Tendremos que darle
a Darmouth tanto tiempo como sea posible. No creo que eso sea un problema,
teniendo en cuenta lo mucho que ellos estaban babeando por ti, pero no quiero
arriesgarme. También necesitaré ver si puedo volver a tener mi contrato con el
distrito escolar aquí y revocar el que tengo en Nueva Hampshire.
—Y holgazanearé y no haré nada, como siempre hago. —Otter dice con esa
sonrisa torcida en su rostro.
— ¿Harían eso por mí, chicos? —pregunto con una pequeña voz, sintiéndome
como un idiota que esta aun sobre la mesa.
—Haría cualquier cosa por ti, —Bear dice, repentinamente violento, con ese
resplandor que de vez en cuando aparece en su mirada cuando habla acerca de mi u
Otter. —. Sabes eso. Y hasta que cumplas dieciocho, todas estas decisiones serán
T.J. Klune El Arte de la Respiración
tomadas por todos nosotros. Juntos. Después de eso… bueno… —mira hacia otro
lado—. Veremos qué pasa después de eso.
Y es como si tuviera nueve otra vez, es como si todo lo que soy se resume en
el Chico otra vez, otra vez un Chico sabelotodo-muy-inteligente-para-mi-propio-
bien. Me lanzo hacia él y me coge, y balbuceo algo en su oído que no tiene sentido,
pero él entiende de cualquier forma y me mantiene cerca.
Yo resoplo.
—Oye, al menos ahí fue cuando decidiste con certeza que querías ser poli. Las
celdas de la cárcel aparentemente ofrecen perspectivas únicas. De nada. —Trato
de mantener cualquier rastro de amargura de mi voz acerca de su profesión.
Exactamente no hemos estado de acuerdo en eso. No es que me debería de haber
escuchado, de todos modos.
—Excepto por el hecho de que nos sentamos a lado de una prostituta travesti
llamada Diamondique por tres horas, seguro. ¡Fue una pasada!
—Por ti, tal vez. Bear y Otter no lo creyeron tanto cuando fijaron nuestra
fianza.
— ¿Por qué crees que le marqué primero a Anna? Se sintió bien el poder decir
que quería conseguir a mi abogado por teléfono y aparece. Ella fue con toda su
intensidad por todos ellos. Todo el mundo tenía miedo de ella.
Dom aun es Dom, y creo que siempre lo será. Él sigue siendo tranquilo; su voz
todavía es un estruendo, roto desde hace todos esos años cuando su padre asesinó
a su madre enfrente de él. Me contó esa historia cuando yo tenía trece, después le
grité casi por una hora consecutiva debido a su decisión de unirse al Departamento
de Policía de Seafare. No podía hacerme a la idea de que él podía salir lastimado,
que se expondría al peligro todos los días y tendría que preguntar y preocupar
hasta que me llamara para poder sentirme cómodo. Pero ¿Cuándo finalmente me
contó la única cosa que me había ocultado? ¿Lo qué había hecho para tratar de
salvar a su madre? No pude estar más enojado. Sólo no pude, especialmente cuando
me dijo que solo quería proteger a otros para que así esto no les sucediera a otros
niños como él. Me trepé a su regazo y lloré contra su hombro. Lloré por él, si, y
para mostrarle que entendí, pero más por el dolor que tenía. Sólo Dom podía tomar
algo tan horrible y convertirlo en algo positivo. Lo recuerdo secando las lágrimas
antes de ahuecar mi rostro y decir:
Y ahí supe lo que quería decir, y me hizo sentirme enfermo del estómago el
saber que tenía mucho poder sobre él, que estaba dispuesto a alterar el curso de
su futuro entero solo porque estaba asustado. No podía hacerle eso. No lo haría.
Así que aunque mi corazón sufriera por eso, le dije que por supuesto lo apoyaría.
Por supuesto entendí. Fue una de las pocas veces que le he mentido.
Pero está bien en su trabajo, y luce bien en él. Dom siguió creciendo. Y crece.
Y crece.
Ahora, con veintidós años, está unas pulgadas por encima de Otter, tanto en
altura como en anchura. Es un gigante y puede ser intimidante como el infierno,
tanto dentro y fuera del trabajo, aunque esa intimidación no funciona en mí. No es
como si se tratara de una fachada, es sólo que puedo ver el Dominic a través de
todo ese acero y determinación. Le dije una vez que puede ser un tipo duro todo lo
que quiera, siempre y cuando no lo sea conmigo, porque me burlaré de él
repetidamente en su cara. Me gruñó diciendo que había detenido a personas por
menos. Le recordé que, en ese momento, sólo sería un poli por, algo así de, seis
horas y que necesitaba bajarse de su pedestal pues la caída podría ser dura.
Entonces me dijo que cuando consiguiera mi licencia, iba a detenerme en cualquier
oportunidad que tuviera, sólo porque podía. Por supuesto, en ese punto no sabíamos
que probablemente no estaría alrededor de él cuando fuera capaz de manejar.
—Aún no han dicho, aunque parece que lo seré. Infierno, es una gran
publicidad para la escuela ―alguien de mi edad graduándose con un promedio
general de 4.3 . Pensar en todas las donaciones que pescaran por ahora.
— ¿Tyson?
—¿Si?
Pero incluso no puedo pasar por alto el fuego que se enciende en mi vientre
por sus palabras.
—Tyson, —dijo.
— ¿Qué?
— ¿Para qué?
Todo.
— ¿No es qué?
Maldita sea.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—No es nada. —Me volteo a verlo y le muestro una sonrisa, tratando de que
sea tan brillante como es humanamente posible. Tratando de hacerlo para así no
haya más peguntas. No más palabras. Casi funciona, porque puedo ver que la manía
de sus labios mientras comienza a responder, al igual que sé que lo hará. Le sonrío
de esta manera, y sonríe de vuelta. Es como somos. Es como funcionamos.
Sus ojos son tan azules. Necesita un corte de pelo, tal vez en una o dos
semanas. Tendré que recordárselo. Tiene una pequeña cicatriz, justo a la izquierda
y por debajo de su labio inferior. No recuerda cómo se la hizo, sólo que está ahí.
Otra vez me pregunto si vino desde aquella noche, aquella noche en la que él grito y
no pudo parar de gritar hasta que su voz se rompió por la mitad.
— ¿Qué? —gruño.
— ¿Y confías en mí?
—Siempre.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Estoy bien. Oye, déjame ir a prepárame así podemos salir a cenar fuera,
cumpleañero. No queremos perdernos el que te conviertas en un anciano estando
sentados en tu carro toda la noche. Aunque eso suena bien para mí. Totalmente.
Cada parte.
No me detiene cuando abro la puerta del carro esta vez. Tomo un profundo
respiro, la sal en el aire es más densa de lo normal. Escucho el graznido de las
gaviotas, el sonido normal del tráfico en la calle. En algún lugar, alguien ríe. Es
normal. Es lo mismo.
Levanto la mirada hacia él y baja la vista hacia mí, y por primera vez en todos
estos años que lo he conocido, ese extraña punzada en mi corazón se convierte en
algo más, algo mucho más que ruge en mis oídos. Me golpea como un mazo en el
pecho, y sólo un pensamiento real viene a mi mente ya que me doy cuenta que esto
enamorado de mi mejor amigo: Bear se va a cagar encima cuando se entere de esto.
Es imposible. No puede ser así. No se suponía que fuera así.
Pero es inevitable.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Abro mi boca para decirle todo a Dom porque no puedo guardarlo para mí.
Sólo no puedo. En ese momento, él abre la puerta de la Monstruosidad Verde.
—Me recuerdas de la fiesta que teníamos para ti, —me dice Creed horas
después—. ¿Recuerdas ese castillo inflable que teníamos en el patio trasero?
—Eso es algo con lo cual me podría haber ido completamente sin saberlo. —
Arruga su frente—. Espera, ¿Qué no Bear y yo seguíamos saliendo cuando esa
fiesta ocurrió?
—No se le permite estar celosa por algo como eso, —dice Creed,
pretendiendo parecer herido—. Además, sabes que nada pasó entre ellos en aquel
entonces. Por lo menos en ese momento.
—Es lo que tengo que hacer para tu madre, —le dice, sonriendo.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
JJ asiente.
—Te amo, tío, —dice Creed, la adoración clara en su voz. Rio hasta que Anna
me lanza una mirada asesina. JJ se ríe a carcajadas y choca esos cincos con su
papá antes de que se dirija a un grupo de chiquillos encabezada por Bear y Otter.
—Define ‘’bien’’.
—Sin embargo, ―lo dice en voz baja, de manera que su distraída esposa no lo
escuche. Anna tiene el control de su versión de la casa de los Thompson, eso es
seguro. A Creed le gusta fingir que aún tiene sus bolas, pero estoy muy seguro de
que eso cambio en el momento en que él le pidió a Anna matrimonio el año pasado.
Les pregunte una vez por qué habían esperado tanto. Anna dijo que estaba
pensando cuidadosamente todas sus opciones para estar segura. Pienso que fue
gracioso. Creed no.
Miramos como Bear y Otter lidiaban con un grupo de niños en algunos juegos
que no puedo entender completamente. Bear parece que está haciendo mímica de
un vaso o un rinoceronte con un trastorno de la piel, y Otter está saltando como si
estuviera emocionado con el estado de Bear como una taza o un raro rinoceronte.
Los niños alrededor de ellos se mueren de la risa, y JJ se abre camino hacia ellos y
brinca a los brazos de Otter, gritando.
Me encojo de hombros.
—Un poco. Sin embargo, no sé si ya están listos o no. moverse por el país está
tomando la mayor parte de su tiempo, y no creo que Bear este muy listo. Y sabes
tan bien como yo que Otter no lo presionará.
—Lo hará por Otter. —Dice Creed, envolviendo los hombros de Anna con su
brazo—. Aun si no lo puede hacer por el mismo, lo hará por él.
Creed tiene razón. Él lo hará. Bear sacrificaría cualquier cosa para hacer
feliz a Otter, incluso si eso significa ir en contra de lo que quiere para sí mismo.
Pero me da la sensación de que Bear se centrara ahora más en el pequeño niño que
ahora descansa en los hombros de Otter que en Otter. Hay una extraña mirada en
su cara, una que no puedo entender. Se ha ido antes de que pueda descifrarlo, y
mira hacia los otros niños que revolotean alrededor de sus piernas gritando
alegremente.
—Oh, —dice Creed—. Él fue afuera hace un momento con Sta— ¡oof!
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Creo que el estará afuera por un momento, —Anna me dice—. ¿Por qué no
vamos por algo que para comer? Tú puedes ayudarme con JJ. Él quiere volverse
vegetariano al igual que su tío Ty.
Los adultos son tan jodidamente raros. Quiero encontrar a Dom, tal vez para
darle su regalo cuando se trata de nosotros dos. Estoy un poco avergonzado por
ello, para ser honesto, y no sé si le gustará, pero fue lo primero que pensé, y es lo
único que me dejó sorprendido.
Una pequeña voz dentro me dice que estoy siendo tonto., que no puedo tomar
decisiones que afectaran el resto de mi vida sólo porque de alguna manera me he
convencido a mí mismo que estoy enamorado de mi mejor amigo. Lamentarás este
momento, dice, porque sería una tontería pensar que algo como esto podría durar,
que sentimientos como esto, tan brillante y nuevo y ridículo, nunca podrán ser
devueltos. Tienes quince años, dice. ¿Qué querría él con un chico? Porque eso es lo
que tú eres. Ese es tu nombre. Así es como todos te llaman y eso es lo que siempre
serás. El Chico.
Excepto que nunca me ha llamado así. Siempre he sido Tyson para él, nada
más, nada menos.
Pequeño niño tonto, dice, hace unos días, no era así. Hace algunos días, la
escuela era un lugar distante y mágico. Que siempre serian amigos y hablarían
todos los días por el teléfono y todo estaría bien porque tú irías a cambiar el
mundo. Ibas a ser algo. ¡Mírate ahora! Oh, tan como tu hermano. ¿Qué ha
cambiado? ¿Cómo puede significar algo? ¿Qué son unos pocos días?
Y alto.
Él no está solo.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Stacey. Una cosita rubia. La he cocido hace tiempo. Bear nos presentó. Una
profesora, como él. Le gusta hablar con Dom. Le gusta hablar mucho con él. Le
gusta…
Él se aprieta contra ella, la espalda de ella contra la pared. Ella suelta una
sonrisita otra vez. La gran mano de él está en su pelo. Ella está sonriéndole
mientras él le murmura algo a ella que no puedo entender. Él le sonríe. La misma
sonrisa que me da. Entonces se inclina cerca. Muy cerca. Ella se levanta de
puntillas. Se besan. Es profundo. Los brazos de ella rodean su cuello, y yo…
Yo.
Dentro. Oh, Dios. Dentro. Por favor adentro. Solo otra inhalación. Por favor.
— ¿Ty? —pregunta, su voz baja. Sus labios están hinchados. Se los lame como
si persiguiera el sabor de ella.
Yo sólo venía a decirte que te amo. Sólo venía a decirte que me quedaré. Sólo
vine a…
Stacey está avergonzada. Quiero odiarla. Debería odiarla. Pero no puedo. Aún
no. tal vez después, ahora mismo no puedo. Ella se desvanece, y es como si
desapareciera y él fuera todo lo que veo.
—Ty, —dice, tocando mis dedos con los suyos—. Estoy seguro de que es
maravilloso.
—Sí, —digo.
—Eso es tan dulce, —dice Stacey, con una sonrisa. Se acerca al otro lado de
Dominic y pone su mano en su brazo. Él se encoge, pero ella no se da cuenta—. ¿Por
qué no lo abres?
Y entonces nuestras vidas aparecen poco a poco. Foto por foto. Fotograma
por fotograma. Cuenta una historia. Él y yo. Cada año desde que tenía nueve. Todas
las vacaciones. Cada cumpleaños. Cada celebración. Los días buenos y malos. Cuenta
nuestra historia y es secuencial, comenzando desde el principio, desde ese día
cuando él me dijo que nuestra amistad era inevitable, solo pocas semanas antes,
cuando me quede dormido y él me llevo por las escaleras hasta mi cama andes de
irse a casa.
Está allí. Todo está allí. Es una carta de amor, aunque no sabía cuándo la hice.
Cualquiera puede ver que es una carta de amor. Es tan obvio. Es tan trivial. Es tan
incómodo. No es nada. No puede ser algo. Él no puede saber. No quiero que sepa.
No puedo dejar que sepa.
Porque esa mirada está rompiendo mi corazón. Sus ojos están brillantes. Está
mordiendo su labio inferior. Luce como si está tratando de contenerse.
— ¿Ty?
Joder.
—Oh, ¡seguro! Estoy bien. Sólo no quiero olvidar mi mierda, ¿sabes? Hacer
volver a Dom todo el camino hasta aquí.
—Él vive derecho calle abajo, Chico. ¿Es eso importante? Vamos a ir a hacer
la tarta en un rato. Tenía la esperanza de tener algo de ayuda. Este es tu
espectáculo, después de todo.
—Oye, ¿le puedes preguntar a Bear? —digo—. Puede tomarme unos minutos.
Por favor créeme. Por favor créeme y déjame ir. Otter, por favor.
No me cree.
—Estaré de vuelta pronto, —le prometo. Sólo tengo que ir a algún lugar
seguro. Todo se está cayendo y tengo que estar a salvo. Todos saben que se
necesita estar en un lugar seguro cuando hay un terremoto. Todos lo saben.
forma de salir de mi propia cobardía, y corrí por eso como si no fuera nada más que
un niño, un chico, incapaz de tomar decisiones, incapaz de decidir por mí mismo mi
futuro. ¿Y esto es dolor? ¿Yo creo que esto es dolor? Sobreviví al abandono de mi
madre cuando tenía cinco. Sobreviví a la muerte de la mujer que lleno su lugar
cuando tenía nueve. Después de todo esto, después de todo lo que he pasado, ¿Esto
es lo que logra hacerme polvo? ¿Esto es lo que me golpea en las rodillas? Lo
merezco, entonces. Merezco cada parte de esto porque si no puedo sobrevivir a
esto, entonces no puedo sobrevivir a nada.
Tal vez estoy flotando y mi mente tal vez está corriendo, pero es mi cuerpo
el que no puede respirar. Mi corazón es el ancla me mantiene a mí mismo, y eso pasa
por alto todas las razones. Ignora todo el pensamiento racional. Ignora todo menos
el dolor y el querer y la necesidad, porque eso es todo lo que conoce. Ahora que he
permitido que las paredes se derrumben, permitido a mí mismo sentir algo, no
retrocederá. No se desvanecerá. Sólo quiere quemar.
Enrosco mis rodillas cerca de mi pecho, coloco mis brazos alrededor de mis
piernas, y espero a que esto se detenga.
No sé cuánto tiempo he estado aquí, pero pueden ser más de diez minutos. Mi
hombro aún duele y mi pecho aún está oprimido y aún no puedo pensar claramente.
Aun no puedo pensar racionalmente. No puedo parar de temblar porque tengo frio.
Mi piel se siente como hielo. Mis dientes no pararan de tiritar.
Vete. Vete.
Bear.
Abro mi boca para decirle que estoy bien, que saldré pronto, pero todo lo que
sale es un extraño graznido. Utiliza la cabeza. Ahora. Este no eres tú. Tú eres
mejor que esto.
Silencio.
Entonces:
—Estoy en el ba-baño.
—Suenas chistoso.
Espero.
No digo nada.
—No. Jesús, Bear, vete. —déjame solo respiro poco profundo. Duele.
—Lo olvidas.
— ¿Qué?
—Que te conozco. Te conozco mejor que nadie. —abre la puerta. Cierro mis
ojos y trato de derrumbarme a mí mismo, para así sólo desaparecer. Trato de
detener este temblor pero no puedo porque estoy jodidamente frio.
— ¿Terremotos? —murmura.
Asiento una vez y cojo su mano, manteniéndola cerca de mí. Él extiende sus
dedos contra mi pecho. Debe de sentir mi acelerado corazón.
— ¿De qué?
—Esto. Todo esto. Pensé que estaba mejor. Pensé que lo tenía bajo control.
—No sé cómo repararme. —Susurro. —No quiero estar así nunca más. No
quiero estar asustado. No quiero tener que venir aquí. No quiero esto, Bear.
—Probablemente deseas que ella me hubiera llevado, ¿eh? —no hay duda en
cuanto a lo que me refiero.
— ¿Qué?
—Mamá. ¿Algunas veces deseas que ella me hubiera llevado cuando se fue?
Hubiera sido más fácil para ti. No hubieras tenido que tratar con… todo esto.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Voy a decir esto una vez y sólo una vez. —rechina furiosamente—. ¿Estás
escuchando, Tyson?
—Si—consigo decir.
—Las cosas podrían haber apestado. Las cosas podrían haber sido duras. Las
cosas podrían haber parecido oscuras y que nunca las superaríamos. Pero lo
hicimos. Tú y yo. Eso es todo lo que hubo durante la mayor parte del tiempo, y
sobrevivimos. Sin ti, no hubiera sido yo. Quizá Otter tiene mi corazón, pero tú
tienes mi alma. Así que, no, no deseo eso. No, nunca ha cruzado mi mente. No, nunca
te dejaré y nunca te dejaré ir. Me vas a aguantar el resto de tu vida, y si alguna
vez me vuelves a preguntar algo así, juro por Dios que me verás tan enojado como
nunca lo has hecho. ¿Me entiendes?
No puedo hablar.
Él me sacude.
— ¿Me entiendes?
—Dos.
Exhalo.
¿No me necesita?
—Dos.
—Dos.
—Dos.
Y todo salió.
—No lo sé.
—Chico.
—No. ¿Vale? No. No, no lo creo. Estoy asustado, pero no creo eso. No
realmente. No completamente. Es sólo todo este lio en mi cabeza y no puedo
centrarme, Bear. ¿Por qué no puedo centrarme? —comienzo a jadear otra vez.
— ¿Acerca de qué?
—Sí.
Suspira.
— ¿Para siempre?
Él vacila.
—Sí. Por siempre, Ty. Lo hemos hecho por mucho tiempo, ¿qué es el resto de
nuestras vidas?
— ¿Bear?
— ¿Sí?
—Nunca quise ir con ella. Con mamá. Nunca. Ni una vez. Solo quise estar aquí
contigo.
— ¿Por qué?
—Por presentar a Stacey y Dominic. No sabía que esto te golpearía tan duro.
Incluso no sabía que ellos harían buenas migas.
Bear está silencioso, pero puedo decir que está pensando severamente.
— ¿Chico?
— ¿Sí?
— ¿Qué?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
— ¿Bear? —una voz llama desde la puerta abierta. Un sonido bajo que me
pone la piel de gallina—. ¿Puedo hablar con Tyson?
Sólo respira.
—Puede que no sea el mejor momento, Dominic. —dice con voz tensa.
—Sólo será un minuto. —le digo—.Tengo algo que decirte, de todas formas. —
Y lo hago. Pero no puedo esperar un poco más.
—Unas palabras afuera, por favor. —le dice, sacudiendo su cabeza hacia la
puerta.
—No importa lo que sabes. No importa lo que pienses. Todo lo que importa es
mi hermano ahí dentro. Todo lo que importa es que él tiene quince años y sigue
sintiendo terremotos. Eso es la única cosa que importa.
—Lo sé.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Te daré cinco minutos, Dom. No lo hagas enojar otra vez, o tú y yo vamos a
tener un problema.
Dom suspira.
Yo espero.
Él vuelve al baño y camina hacia mí hasta que sus rodillas están al costado de
la bañera, posando su mano en el borde. Deja caer su cabeza hasta que su mentón
golpea la parte posterior de sus manos y nuestras miradas están al mismo nivel. No
aparto la mirada.
Yo resoplo.
—Sólo paso.
—Luce como si estuviera pasando. —espero que lo niegue para que pueda
decírselo.
No lo hace.
— ¿La amas?
Se ve sorprendido.
— ¿Qué?
— ¿La amas?
Se encoge de hombros.
— ¿Por qué?
— ¿Por qué?
—Estos son mis problemas, no los tuyos. —le interrumpo. Lo alcanzo y le toco
la cara. Él cierra los ojos—. No tienes que aguantar mi estúpida mierda.
—No tengo que hacer nada. Cada elección que hago es por mí mismo. Y ha sido
así desde que te vi en esa acera, siguiendo a la hormiga a la cual nombraste
Helmholtz Watson. Ese fue el día que en que sentí que tenía opciones otra vez, por
primera vez en mucho tiempo. Y ¿sabes que elegí?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
— ¿Qué?
Me estremezco.
—Me prometí a mí mismo que haría todo para hacerte feliz, que haría todo
para hacerte sentir seguro. ¿Quieres saber por qué no te he pedido que te quedes?
¿Quieres saber por qué no te he pedido que no te vayas, a pesar de que cada parte
de mi está gritando que te encierre y nunca te deje salir?
Asiento.
— ¡Respóndeme!
—No lo hago. No quise decir eso. De todo lo que se ha dicho, son esas
palabras las que más deseo retirar—. No puedo odiarte. No lo haré. Tú eres mi…
eres Dom. ¿Cómo puedo odiarte si te quiero? —y a medida que esas palabras salen
de mi boca, el significado detrás de ellas cambia algo tan completamente diferente
en lo que siempre había querido decir antes.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—El regalo.
— ¿Con qué?
—Cuando te vayas.
—Supongo que tendré que llamarte todos los días, —dice con un deje de risa.
Casi sonando como un sollozo.
—Voy a volver.
—Seguro, Ty.
—Lo haré, —insisto. Me alejo y lo miro. Sus ojos no se encuentran con los
míos—. Dom. Mírame.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Ya verás. Lo prometo. —Me apoyo contra él—. También eres mi mejor
amigo, Dom. Ya lo verás.
— ¿Por qué?
— ¿Tú y yo?
Lo abrazo de vuelta.
—Somos inevitables.
Y sentados ahí por un tiempo hasta que la tierra no tiembla más. Hasta que
podemos estar de pie sin caernos. Hasta que podemos enfrentar al mundo con una
decisión tomada, a pesar de que está rompiendo nuestros corazones.
Asiento. Quizá no estoy del todo bien. Pero lo estaré. Un día, lo estaré.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Asiento.
2.
—Hey, Dom. ¿Qué haces?, ¿Qué? ¿Qué quieres decir? Cállate. ¡Yo no! No
estoy preocupado en absoluto. Todo el mundo va a amar mi discurso. ¡Ellos también!
Sólo tendrás que esperar y ver. No voy a decirte todavía. ¡Porque tienes que
sorprenderte!
Hey, ¿Puedo hacerte una pregunta? Oh. ¿Ella qué hace? Oh. Bueno, dile a
Stacey que diga hola a mí trasero. ¿Qué?, nada hay de malo. ¡Te estoy diciendo la
verdad! No me digas lo que soy, ¿Lo pregunta? Oh sí. No es importante, no te
preocupes. ¡Hay Dios!, eres tan molesto. Bien. Iba a preguntarte si hubieras venido
a visitarme cuando estaba en el colegio. No es tan grande de un acuerdo. ¿Vas a?,
¿de Verdad? Tú no... no importa. Eso es tonto. ¡Jesús! ¿Tú no vas a olvidarte de mí
o algo por el estilo? ¿Qué? ¿Pensarás en mí todos los días? Guau. No, no voy a
decirlo. Sólo Otter. ¡No voy a decirlo! ¡uf! Bien. Amigos hasta que seamos viejos y
canosos, de principio a fin, día tras día. ¡Tenía nueve años cuando por primera vez
dije eso! Lo que sea. Mi fuerte son mis habilidades de poesía. ¿Está bien si voy
contigo a la graduación? Cool. ¿Stacey va a estar allí? Tal vez podría tener su
propio coche, y podríamos. Cool. Bien. Sólo venir. Lo sé. Sé que estás orgulloso de
T.J. Klune El Arte de la Respiración
mí, lo sé. Sí. Voy a echarte de menos ¿Qué? Stacey dice que te tienes que ir.
Bueno. Sí. También te amo.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Miro a la multitud que se extiende delante de mí, sabiendo que sólo tengo un
último párrafo que superar. No debería haber mirado, pero lo hice y ahora no sé si
puedo terminar, porque hay cientos de ojos mirándome como si todo el mundo
estuviera pendiente de cada palabra mía. Y tal vez así es. Mi discurso de despedida
no está nada mal. Por lo menos, así lo creo. No está en el Panteón con el discurso de
Gettysburg o el discurso "Tengo un sueño", pero está bastante cerca. Más o menos.
Bien, en realidad no del todo, pero me llevó una hora escribirlo, así que no estoy
muy preocupado. Bueno, salvo por la parte final que está a punto de suceder. Bear
va a enloquecer. Como, un serio colapso nervioso. Tal vez deba dejar esa parte. Tal
vez no estoy listo.
Puf.
Siento un nivel bajo de pánico llegando. Se inicia en los dedos de los pies y
hormiguea hacia arriba a través de mis piernas y justo cuando creo que me
consume, los encuentro. Los encuentro a todos ellos.
Creed, Anna y JJ. Alice y Jerry Thompson. Erica y Georgia. Eddie. Los
padres de Anna, Stephanie y Ian Grant. Otter consolando a Bear, que tiene
lágrimas por su rostro. Qué vergüenza, aunque causa un poco de nudo en mi propio
pecho. Stacey, mirando por encima de mi hermano como divertida.
—El mundo está cambiando—digo, mi voz más fuerte de lo que ha sido desde
que empecé a hablar hace diez minutos. —. Cada día el mundo está cambiando. A
veces, sin embargo, no es para mejor. A veces parece como si estuviéramos dando
dos pasos atrás por cada paso hacia adelante. A algunos de nosotros se nos dice
todavía que no somos lo suficientemente buenos por el color de nuestra piel.
Debido a nuestros antecedentes socioeconómicos. Debido a como fuimos criados —
Dudo, pero es ahora o nunca—. O debido a quien elegimos amar. Os animo... no, os
ruego salir allí y hacer del mundo un lugar mejor. Hacer algo y que podamos mirar
atrás y sentirnos orgullosos. Que podamos decir que en este momento, tomamos la
decisión de ser el catalizador para el cambio, que nos elevamos más allá de cada
prejuicioal que nos enfrentamos y sostuvimos la cabeza alta. Mi nombre es Tyson
James Thompson. Estoy graduándome a la edad de quince años como el graduado
con las mejores clasificaciones. Vengo de una familia poco convencional compuesta
de pedacitos y piezas para crear un todo que no cambiaría por nada en el mundo. Y
me enorgullece decir que soy gay.
Los ojos de Dom se abren de par en par y su mandíbula cae. De hecho, toda mi
familia parece como que me he desnudado en el escenario y comienzo a bailar
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Shakeyour Groove Thing6 para que todo el mundo me vea. Bueno, todos excepto
Otter. Ya lo sabía; Aunque no creo que viera veniresto.
Uf. Asqueroso.
Estoy cerca de las lágrimas cuando ellos zapatean con sus pies y gritar mi
nombre.
Dejo el escenario.
Y treinta minutos más tarde, mi nombre es dicho así que debo volver.
El público está gritando otra vez, pero ninguno más que mi familia. Todos
ellos, cada uno, están de pie, gritando y aullando y voceando. Creed golpea su pecho
y grita mi nombre. Otter tiene esa mueca torcida desplegada y está gritando algo
que no puedo entender completamente. Bear está ubicado a su lado, todavía parece
noqueado, pero sus labios se están moviendo, a pesar de que no puedo escucharlo
del todo.
6
Canción de Peaches & Herb de 1978.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
— ¡Tyson! Mi nombre es voceado. Una voz profunda. Una voz que me encanta
—¡Ty!.
Asiento en su cuello.
Suspira, aunque suena como alivio. —Está bien, Ty. Entonces está bien. Para
ti. Para mí. Está todo bien.
Nuestra familia nos encuentra y Dom me deja sobre mis pies y hay lágrimas
vertidas sobre mí y alrededor mío. Estoy parado abrazo tras abrazo. Me han dicho
que va a estar bien. Me dicen que aquí todo el mundo me ama no importa qué, me
aman lo mismo que lo hicieron antes. No es que dudase eso. No pensé que fuera a
cambiar. Creed me dice que está convencido que JJ será probablemente gay
también, dado que casi cada hombre que conoce le gusta chupar pollas. Anna le
golpea en la parte posterior de la cabeza mientras JJ pregunta a qué polla se
refiere.
Asiente mientras me baja. —Lo sé. Y no me oirás decir lo contrario. Tu... Bear
sólo va a ser Bear. Lo sabes tan bien como yo.
Otter sacude la cabeza. —Está esperando al margen, por las gradas. Dijo que
quería hablar contigo a solas cuando nos fuéramos de aquí.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
¡Oh!, joder.
Dom viene para estar a mi lado. —Me voy con él— dice, mirando desafiante a
Otter. Suena un poco enojado—. No va solo.
—Creo que esto es entre él y Bear —dice amablemente Otter—. Dom, Bear no
va a hacer nada estúpido. Le conoces. Sólo tiene que hablar esto con el Chico antes
de que pueda hacer clic en su cabeza. Así es como Bear es.
Dom gruñe frustrado, pero Otter tiene razón y todos lo sabemos. Yo soy el
que hizo la elección de salir como lo hice y por lo tanto soy el que tiene que lidiar
con las consecuencias, cualesquiera que sean.
Frunzo el ceño a Otter. — ¡No soy para nada como Bear! Y además, si no
hacíamos lo primero que viene a nuestra cabeza, entonces nos sentábamos allí
pensando sobre ello, y sabes lo que pasa cuando Bear se permite pensar mucho.
—Los Gays tardan siempre —se queja Creed—. Jesús, ahora mismo hay tres.
Va a llevar horas para que nada suceda y cuando lo haga, se va a hacer en canción
con un número de baile coreografiado que va a terminar con brillantina disparada
por cañones al aire.
—Lo hacía, —dice Creed—. En el momento que lo pillamos, parecía que una
Drag Queen explotó en su cara. Y en nuestras paredes.
—Porque dijiste que hace que mi caca parezca como arte abstracto —dice JJ.
Bastante fuerte—. Y papá dijo que no pagaría para ver mis bombas de brillantina en
un museo —Es hijo de su padre, no nos engañemos sobre esto.
—Se agradable —dice Anna. Debe haber pensado que no podía escucharla
sobre la multitud porque escuché que seguía con… —, yo también.
Me vuelvo para ir. Dom me detiene. — ¿Estás seguro? —pregunta otra vez. Se
ve tan preocupado, el gran zoquete.
—Pero…
Llego a la valla en la que descansan sus codos. Mira el sol mientras se pone. Da
miedo lo mucho que nos parecemos. Claro, él es más viejo ahora, pero sólo por un
poco (aunque yo le doy tanta lata por estar cerca de los treinta, es el fin del mundo
como ya sabes, le dije hace un tiempo con gran júbilo. Seguro que es cuando la línea
del cabello comienza a retroceder en esta familia. Él no parecía encontrar eso muy
divertido). Mira como lo ha hecho siempre. Como Bear.
Espero también.
—Recuerdo que, una vez —dice finalmente—.Tenías... cinco... Creo. Tal vez. No
sé. Más o menos. Fue después de que ella se fuera, por lo menos. Lo sé bien.
No tenemos que decir en voz alta quién es ella. Ambos lo sabemos. —Estabas
en casa, con la Sra. Paquinn, mientras yo trabajaba en la tienda. Hubo un anuncio
por el intercomunicador, diciendo que tenía una llamada telefónica. De alguna
manera, sabía. Incluso antes de llegar al teléfono, yo sabía que algo estaba mal. No
sé cómo lo sabía. Simplemente lo sabía. Por supuesto, mi mente tomó un billón de
direcciones diferentes. Pensé que tal vez el apartamento se había quemado. O que
la señora P... —se detiene. Toma aliento—.Que se había puesto enferma — ¡Oh,
Bear!—. O que ella había regresado de la nada y quería hacer las cosas diferentes
otra vez. Quería destruir lo que de alguna manera había logrado reconstruir. Creo
que es lo que más estaba temiendo. Ella. Creo que siempre supe que volvería en
algún momento. No sé por qué estaba tan sorprendido cuando finalmente sucedió.
Pero... eso no importa ahora.
—Por lo tanto, sabía que tenía una llamada y todo desde una plaga y fuego de
meteoros y infestación corría por mi cabeza. Corrí. Tan pronto como me llamaron,
corrí. Y a través de cada escenario del día del juicio final que tuve atravesando por
mi cabeza, me decía a mí mismo, simplemente permite que él esté bien. Sólo que
esté bien.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Le pregunté que estaba mal. “¿No puedo llamar para decir hola?” me
preguntó. Le dije que nunca había hecho eso antes. “Las tradiciones hay que
empezarlas por alguna parte”, dijo. “Debe haber una primera vez para todo.”
— ¿Tan solo llama para decirme hola? —Le pregunté. Estaba bastante seguro
de que estaba a punto de explotar.
—Bueno, no, —dijo—. Pero necesitas tomar una respiración profunda antes de
defecarte en tu pantalón caqui de trabajo. Eso sería muy vergonzoso para ti.
cama. Caminaste hacia mí. Tomaste mi mano. Me miraste y me preguntaste por qué
parecía tan pálido. Yo no podía realmente decir que era una de las primeras veces
que sabía que eras más que un hermano para mí. Me golpeó entonces eso que estaba
sintiendo, todos los horrores en mi cabeza, era lo que mayoría de los padres deben
pasar cuando reciben una llamada telefónica como esa.
—Me llevaste por un helado —le digo. Recuerdo eso bien, al menos.
Sonríe distante. —Sí. Así es. Y ahora estás aquí. Ahora eres... tú. Es curioso,
no es así. Estabas allí, en el escenario, siendo más valiente que cualquier otra
persona que conozca y lo único en lo que podía pensar era en la cicatriz. Esa
pequeña cicatriz en tu pierna.
— ¿Estás seguro?
— ¿Intentar qué?
Se pone rojo. —Ya sabes —Gesticula algo que parece como si estuviera
acariciando una jirafa. O abusando de una.
Oh dulce Jesús. Mejor que no sea… —Bear, ¿me preguntas si he tenido sexo?
— ¡No me importa una jodida mierda donde estemos! ¡Mejor que no seas una
puta, Tyson!
Oh chico. Aquí vamos. Aquí está el Bear que conozco. —Por favor, dime que
has perdido la cabeza. Es la única explicación racional que tendría sentido para las
palabras que salen de tu boca.
Él me mira por primera vez desde que empezamos a hablar y sus ojos se
abren de par en par. — ¿Las has tenido?—demanda.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
— ¿Por qué?, ¡por supuesto, Bear! Justo la semana pasada llegué a tener doce
oportunidades con el equipo universitario de lucha libre. Muchacho, saben cómo
darte duro, ¡te contaré!
— ¡Tú me preguntaste si he tenido sexo! ¿Te digo que soy gay y es la primera
cosa que quieres saber? Necesitas volver a terapia. Voy a llamar a Eddie.
Claramente, hay algunas cuestiones sin resolver.
—Yo... mato...
Dos.
Uno.
Ignición.
¡Tyson James Thompson! ¿Me oyes? ¡No quiero que seas azotado como su madre
maniquí! ¡Permanecerás virgen para el resto de tu vida, así que Dios me ayude, o me
aseguraré de que estés inmovilizado en la monstruosidad verde hasta que tomes tu
último aliento! No me jodas sobre esto, ¿me oyes? ¡Gustavo no pondrá sus manos
sobre ti! —Al final, está gritando y estoy seguro de que todo el mundo dentro de
un radio de cuatro millas oyó la toda diatriba. Por esta razón más adolescentes
homosexuales no salen del armario ante sus padres: no quieren saber nada sobre
violación de maniquíes. O lo que sea que dijo. Asqueroso.
— ¡No estoy loco! —Puedo ver el pánico en sus ojos. Podría haber subestimado
cuánto pesaría sobre él hoy. Realmente estaba sólo pensando en mí. Maldita sea.
Tiende a flipar, es así, en caso de que no lo sepáis. Debe manejarse con guantes de
Chico.
—Sí.
— ¿Cómo lo sabes?
Miré una foto sin camisa de Gerard Butler una vez y tuve una erección, pero
no creo que deba decir eso en voz alta. No a Bear, al menos. — ¿Cómo lo supiste tú?
— No, Bear. No tengo —puesto a que ningún otro graduado aquí está siendo
preguntado por sus padres si han tenido sexo gay. Dios, los adultos son tan
embarazosos.
— ¿Es qué?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
— ¿Y?
—Te he criado.
— ¿Y?
—No me hiciste gay, Bear. No eres una especie de princesa de hadas gay que
por arte de magia vuelves a otro ser homos mediante disparos de arco iris de tu
culo. Eso no funciona. De todo el mundo, tú deberías saber eso.
Gimo. —No dije que lo fueras. ¡Céntrate! Sabes tan bien como yo que una
persona no puede elegir ser gay, no importa lo que diga Pat Robertson7.
— ¿Quién?
Ruedo mis ojos. —Un tipo casado con Jesús. Sé un poco más consciente de ti
mismo, ¿Eh?
Él se vuelve hacia el sol. Brazos sobre la valla. Mentón en los brazos. Los ojos
cerrados. — Esto no es lo que quiero para ti.
— ¿Qué?
—Lo sé. ¿Yo estaba allí, recuerdas? Pero mira dónde estás ahora.
7
Telepredicador protestante fundamentalista.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
— ¿Dónde?
Estoy a su lado. El sol está caliente en mis manos y mi brazo roza el suyo. Soy
casi tan alto como él ahora, aunque eso no es algo de lo que presumir. Somos tipos
pequeños, él y yo. Simplemente chicos pequeños. —Aquí —le digo—. Conmigo. Y
Otter. Y el resto de nuestra familia allí de pie, sabiendo que hice algo fuera de los
límites aceptables y que tú tuviste una crisis que no tiene sentido y no les importa.
Si todo por lo que hemos pasado nos ha llevado a esto y a ellos, entonces creo que
lo hicimos bastante bien.
— ¿Sí?
Abre los ojos. Choca su brazo contra el mío. —Se trata de quiénes somos.
Se ríe.
—La graduación.
— ¿Bear?
— ¿Si?
— ¿Acerca de?
— ¿De la escuela? sí. ¿Por qué iba a estarlo? Esto no cambia nada.
— ¿No?
Echa una ojeada a nuestra familia. Dom y Otter están aparte del resto,
mirándonos. Ambos levantan sus manos en un saludo. Stacey se mueve hacia el lado
de Dom y toma su mano en las de ella—.Tienes razón. Una cosa no cambia.
Lo sabe.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
— ¿Estamos bien?
— ¿Qué?
Finalmente, caminamos de regreso hacia nuestra familia, que nos esperan con
expresiones desconcertadas. Otter susurra algo a Bear, que sacude la cabeza.
Dominic pone su mano sobre mi hombro y aprieta.
—Chico —dice Bear suavemente detrás de mí—. Tenemos que seguir adelante
antes de que oscurezca.
—Estoy bien —le digo tratando de mantener mi nivel de voz—. Estoy listo.
Digo adiós a Creed, que más o menos golpea mi espalda cuando me abraza.
Digo adiós a JJ, que realmente no parece importarle lo que está pasando.
Digo adiós a Stephanie y Ian Grant, que me dicen que me van a ver pronto.
Digo adiós a Alice y Jerry Thompson, que dicen que están muy orgullosos de
mí.
Digo adiós a Stacey, y creo que no va a estar mucho tiempo, así que no se
ponga demasiado cómoda. Estoy avergonzado por este pensamiento y lo alejo antes
de que pueda verlo en mi cara.
Digo adiós a Erica Sharp, la abogado que me ayudó a que perteneciera a Bear,
quien dice que siempre sabía que iba a llegar lejos.
Digo adiós a la señora Paquinn, a pesar de que se ha ido hace mucho tiempo.
Se reúnen, todos ellos, en el jardín frente a nuestra casa. Ellos hablan, ríen y
lloran. Yo estoy en medio de todos ellos y estoy tan rodeado que es como estar
atrapado en medio de una tormenta de la que no quiero escapar.
Pero entonces una mano agarra mi mano y me aleja lejos de la multitud, lejos
del ruido.
Pero él no lo pide.
No sé la respuesta a eso.
No. No puede ser. Todavía tengo mucho que decir. Las palabras no saldrán
aunque sé están ahí.
Estoy en el coche.
No. —Sí.
No. —Sí.
Miro por la ventana a medida que comenzamos a alejarnos. Dom está donde lo
dejé. Presiono mi mano contra la ventana con la palma plana. Él levanta su mano a
cambio y a pesar de que no me oye le prometo que voy a volver. Por él, por
nosotros. Es una tontería, lo sé. No es la forma en que funciona el mundo, pero
tengo de dieciséis años y aunque pueda ser diferente a la mayoría de la gente de mi
edad, soy lo suficientemente joven para creer que puedo hacer cualquier cosa que
me proponga y así lo prometo. Te quiero, creo. Y creo que siempre lo haré.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Él desaparece de mi vista.
Me voy a reír.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
La casa estaba vacía cuando he llegado. Los viernes son mis días más cortos y
Bear y Otter se encuentran todavía en el trabajo. La casa está fría. New
Hampshire en diciembre es frío. Esto no es algo que realmente pensamos cuando
decidimos venir aquí. He aprendido con bastante rapidez que odio la nieve con una
pasión desenfrenada. Se filtra en mis huesos. Pone mis pies mojados, incluso a
través de mis botas. La odio. Odio cada parte de ella.
A la mierda. El semestre está por terminar y luego iremos a casa, voy a llegar
a ver a Dom y me sentiré bien como la lluvia. Sólo un par de semanas más. Eso es,
T.J. Klune El Arte de la Respiración
puedo hacerlo, tengo que hacerlo. Tal vez voy a llamarle cuando vaya arriba. Él no
tiene que trabajar hoy, no lo creo e incluso si lo hace todavía conseguiré oír su
mensaje en el buzón de voz. Su voz es todo lo que necesito.
¿Por qué tienen la misma dirección? Es la casa de Dom, justo bajando la calle
desde la Monstruosidad verde. Ellos no viven juntos, Dom me lo habría dicho. Me
hubiera dicho que se mudaba.
—Oye —le digo cuando contesto el teléfono, con una sonrisa que viene
espontáneamente a mi cara.
— ¿Qué? —Pregunto, tirando del pedazo de cartón dentro del sobre. Pellizco
los bordes y tiro.
— ¿Ty? ¡Tyson!
No puedo respirar.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Yo... no lo es....
— ¿Es esto cierto? —Le grito enfurecido. Mi pecho se está levantando mi piel
pica por el sudor. Mi garganta está empezando a cerrarse y me arden los ojos. Esto
tiene que ser una broma. Esto no puede ser real. Él no me haría esto. Me lo habría
dicho si se estuviera yendo tan lejos. Me habría advertido. No. Él no lo haría,
incluso no haría nada de esto, para empezar. Esto no es real.
Pero no puedo. No lo haré. No sé ahora que esta será la última vez que oigo su
voz durante unos cuatro años. No sé ahora que no voy a ver su rostro durante casi
cuatro años. No sé ahora que esto, por todo lo que ha venido antes, por todo lo que
somos y se convertiría, por cada lazo único que nos une juntos, este es nuestro
final. Este es nuestro adiós. Esto es lo que nos va a separar.
Y será mi elección.
—No —se queja—. Oh, Ty. Por favor, no lo hagas. Por favor respirar. Sólo
respira.
—Me tengo que ir —le digo, incapaz de detener que mi voz se agriete—. Me
tengo que ir y conseguir estar seguro. Me tengo que ir por todo lo que está
sacudiendo, D-Dom. Todo está temblando y no puedo... yo...
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Ya voy.
—No. —Llego a la puerta del baño y necesito mucha energía para empujar la
puerta y abrirla
Todo duele.
Sabías que esto iba a suceder, susurro. Lo sabía, una parte de ti lo sabía.
nuestros días juntos, por cada momento que ha estado para mí para que fuera
capaz de simplemente respirar, todo lo que puedo ver son las cuatro primeras
líneas del párrafo ennegrecido contra el papel blanco cáscara de huevo.
—Tyson —le oigo gritar desde el teléfono. Suena tan lejos, como si estuviera
enterrado.
No, susurra. Eso no está bien. Está enterrado. Se está ahogando. Tyson, se
está ahogando.
En un océano.
Sólo respira.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Parte dos
Volviendo a casa
¿Cuándo fue la última vez que tomaste una hamburguesa? ¿Una loncha de
bacón? ¿Una suculenta pechuga de pollo de KFC (Kentucky Cadáveres Fritos)? ¿La
semana pasada? ¿Ayer?
¿Hoy?
Abrasaba saliendo, estoy seguro, pero al menos tuviste tiempo para pasar al nivel
232. ¿Verdad? ¿Es así cómo sucedió?
Bien.
Imagina, si quieres, una hermosa vaca llamada Carl. Carl es una Red Angus 8, el
pelo en su cuerpo de un profundo marrón que captura la temprana luz de la mañana,
causando que brille como el fuego. El creció en una bonita granja en las montañas y
con sueños de que un día seria la vaca a cargo de su rebaño. Recientemente conoció
una hermosa vaquilla llamada Jennifer que despierta su fantasía vaqueril. Es el
latigazo de su cola lo que primero llama su atención, la manera en que ella se inclina
sobre el bloque de sal y lo lame con su larga y plana lengua hace que su corazón de
cinco libras se salte un par de latidos en su amplio pecho. Tiene dos años y está en
la plenitud de su vida. Él está listo, ves, para entrar en su edad adulta de toro,
dejando la vida de ternero. Se decidió que al día siguiente, haría su jugada y
permitir que Jennifer sepa cómo se siente al montarla delante de la manada para
mostrar su vaquilidad9.
¡Él está nervioso! ¡Está emocionado! ¡Siente que podría saltar sobre la luna!
8
Tipo de ganado vacuno.
9
Juego de palabras cowness/maleness, cowness no existe pero hace referencia a la
virilidad en el animal.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Parece que han pasado solo segundos cuando el camión para y la puerta
trasera se desliza y se abre otra vez, luz intermitente contra los ojos de Carl,
causándole chillar otra vez. Grita por Jennifer frenéticamente, pero incluso si ella
está allí, no puede escucharla sobre la llamada de los otros. También es poco
probable que pudiera oírlo. Hay sólo confusión. Caos. ¿Qué está pasando? Pregunta
Carl. ¿Qué pasa?
Es empujado a una gran habitación llena de hombres. Uno está parado frente
a él y cacarea maniáticamente. El hombre agarra a Carl por la cabeza y tira de él.
Es empujado hacia delante en un dispositivo metálico que se cierra alrededor de su
cabeza, manteniéndolo en el sitio. Comienza a cocear con sus patas traseras,
destrozándose el cuello en el proceso. Paneles se levantan a ambos lados de él,
presionando contra sus costados, sosteniéndolo hacia arriba y en su lugar.
Hay un ruido de chisporroteo detrás de él y tiene tiempo para llamar otra vez
a su amada antes de que ser electrocutado con trescientos voltios en la parte
posterior de su cabeza. Los ojos de Carl están todavía abiertos y todavía está
respirando, pero no puede moverse. Parece que no puede conseguir que sus patas
respondan. Trata de mover su cola, pero está muerta contra su trasero. Todo es
nebuloso. Mueve sus ojos de lado a lado, seguro de que puede encontrar una manera
de escapar, seguro de que esto es simplemente un momento oscuro de su vida y que
mirará hacia atrás un día en que esté viejo y gordo y piense para sí mismo, ¿Por
qué?, que fue una experiencia. Que seguro fue un momento aterrador.
Un sonido mecánico.
Una máquina circular baja desde arriba hacia el lado derecho de su cabeza.
Un pequeño tubo se extiende desde esta máquina y empuja contra su cráneo, por
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Están retozando en un campo. Hierba y heno se extienden tan lejos como los
ojos pueden ver. ¡Hay sol! ¡Y piedras de sal! Jennifer le mira con adoración, ¿y no
siente la necesidad de montarla? ¡Por qué, sí! ¡Lo hace! Es el rey de este campo y
Jennifer es su reina, todo estará bien, estará bien, estará…
Todavía está soñando con Jennifer cuando una hoja muy afilada cercena su
arteria carótida y vena yugular. Su sangre vital gotea formando un charco fragante
y el gran corazón de Carl, su amoroso corazón, su corazón de cinco libras lucha por
mantenerse con la pérdida.
Pero incluso el corazón de un futuro Rey Vaca no puede vencer para siempre.
Carl muere desangrado, sin conocer nunca el toque amoroso de la pareja que
hubiera sido su todo.
Una vez que es drenado, se retira la cabeza. Sus patas se retiran. Se quita su
piel. Sus órganos internos se retiran para ser inspeccionados en busca de parásitos
o signos de enfermedad. Su lengua se quita. Su cabeza se coloca en un gancho y
envía más abajo de la línea. Un hombre llamado Todd que trabaja para el Servicio
de Inspección y Seguridad Alimentaria (y cuya alma está claramente muerta)
inspecciona la cabeza y el cuerpo de nuestro querido Carl para asegurarse de que
pasa lo que obviamente son los mediocres estándares establecidos por el USDA10.
Todd (el malévolo y diabólico hombre) firma en el cuerpo de Carl (sin ni siquiera
saber que este toro, esta majestuosa criatura, tenía esperanzas y sueños; no, Todd
está sólo pensando en que tiene que recoger el papel higiénico y FancyFeast 11 de
10
Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.
11
Comida para gatos.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
camino a su casa para que su sarnoso gato Sr. Fluffy Good Times no pase hambre y
le muerda en los dedos del pie durante la noche).
Lo que queda del una vez noble Rey Vaca es procesada más allá para
asegurarse de que toda su carne es succionada de su cuerpo, un proceso con el
irónico nombre de "recuperación avanzada de carne". No podemos dejar ninguna
parte de Carl detrás, ¡puedes apostar la granja en eso!
Después a ti.
Así que.
¿Burger King?
Por lo tanto, piensa la próxima vez que tengas tus oscuros y monstruosos
antojos. Piensa en cómo estás tomando parte en una larga línea de asesinato. Tiene
que acabar. Y puede detenerse con nosotros.
—Se podría pensar —dice Bear desde el asiento delantero del coche—, que
después de vivir con él durante casi veinte años, estaría acostumbrado a escuchar
estas cosas a estas alturas. Es triste saber que no lo estoy. Sólo tuvo que esperar
hasta que ya comimos, ¿verdad?
Lucho contra el impulso de rodar mis ojos. —Eso es lo que hay por la parada
de comida rápida. Piensa en todo el cáncer que es probable que tengas ahora. Sin
olvidar la grasa en la espalda.
—Veinte millas más —gime Bear—. Hemos venido desde tres mil millas y voy a
cometer asesinato en las últimas veinte.
—Oh, ¡toma ya! —dice Corey. Bueno, hoy es Corey. A veces es Kori, pero eso
es una historia que te voy a contar en un rato. Sólo saber que es mi mejor amigo en
todo el mundo. Y mi ex novio. Y ex novia. No es tan complicado como suena, lo
prometo. O tal vez lo es. Lo que sea—. Esta más que nada contento de que estés
allí, Derrick.
—Son más bien de ensueño —Corey está de acuerdo. Su voz es suave y tenue,
un poco más ahora que es Corey. Me recuerda el aleteo de las alas de pájaro. Todo
acerca de él lo hace, realmente. Es más alto que yo (maldito), pero poco. Me dijo
una vez que su padre era negro y su mamá era hispana, aunque como lo sabía, no lo
sé. Una de las primeras cosas que aprendí sobre Corey cuando lo conocí hace años
fue que se crió en hogares de acogida y nunca conoció a sus padres. No habla
mucho acerca de esos días. Los niños adoptivos tienden a no hacerlo. Esto lo sé de
hecho—. Será mejor que tengas cuidado, Derrick, no sea que me lance en picado y
te robe tu hombre.
Está bien, tal vez estoy un poco celoso. Pero sólo porque estoy tan flaco como
siempre he estado. Y bajito. Y no soy el objeto del pseudo-afecto de Corey. No es
que yo realmente quiera ser nada. No importa. Joder, no estoy celoso.
Un poco.
Chorradas.
—No precisamente —dice Bear—. Dale unos minutos más —Dice algo más a
Otter en voz baja. Otter se ríe y se estira para coger la mano de Bear.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
— ¿Acerca de qué?
Pone sus ojos en blanco. —Estar en casa para el verano. Una última aventura
antes que el resto de tu vida comience.
—No es gran cosa —En realidad lo es, pero no quiero pensar en ello en este
momento. Ahora se supone que es un momento de calma, curación y alguna otra
chorrada esotérica—¿Vamos a no hablar cosas malas, está bien? No quiero que
Bear comience a llorar otra vez —Intentando mantenerlo trivial.
—Tú lloras, —dice Otter—. Todo el tiempo. En plan de mocos por la cara a
todo lo que das, mejillas hinchadas, llanto total —Levanta su voz a un histerismo
chillón—. ¡Soy gay y quiero decírselo a todos en la cena y hacer cosas súper
embarazosas para todos y luego moquear por todas partes la camisa de Otter!
—Te preocupas de las cosas más raras, Papá Bear —le digo.
— ¡No lo digo así! —grita Bear, su voz entrando en histerismo chillón. Frunce
el ceño. Cuando habla otra vez, su voz es por lo menos dos octavas más bajas que su
voz normal—. Estaba tranquilo, indiferente y sereno y todos disfrutaron de una
velada encantadora.
—Ahora alejaos, los dos —dice Corey hacia el asiento delantero—. Estamos
cotilleando —Inclina su cabeza hacia la mía—. No respondiste mi pregunta.
— ¿Qué?
— ¿Estás emocionado por estar en casa? Nunca has venido antes. Incluso
cuando Derrick y Oliver hicieron viajes de vuelta, siempre permaneciste en New
Hampshire. Seguramente has añorado este lugar.
Y digo —Supongo.
Lo empujo lejos.
—Es… pintoresco —dice Corey al pasar por las casas a lo largo de la playa—.
No es Tucson, eso por supuesto.
—No.
Asiente con la cabeza y mira hacia atrás por la ventana. —Te echaré de
menos, ya sabes. Cuando me haya ido —Me alcanza a través del asiento y toma mi
mano. Nuestros dedos se entrelazan y es familiar. Es reconfortante. Es casi como
el hogar.
Casi.
—No será para siempre —le digo—. Sabes que no. Volverás a verme y voy a ir
a visitarte y los próximos cuatro años pasarán tan rápido hasta que estemos al lado
uno del otro cada día otra vez... Trabajaré para la Agencia de Protección Ambiental
como toxicólogo o cualquier otra cosa que decida hacer. Tú serás un estresado
activista de los derechos de las víctimas. Entonces me convertiré en un
multimillonario y compraré PETA y hacerla no será una locura. Y entonces
tendremos una casa. Tú y yo. Te convertirás en una dama ociosa y yo voy a detener
los barcos de pesca de ballenas a lo largo de las costas de Japón. Esos salvajes.
—Todo eso —Sucederá. Sé que lo hará porque puedo hacer todo. Tengo todo
delante de mí aquí. Toda mi jodida vida. Solo tengo que pasar este verano, entonces
la vida real puede comenzar y puedo recoger los pedazos y ser quien debo ser. Es
así de fácil. Tiene que serlo.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Seguro que lo sabes, dice, con voz llena de alegría. No eres tan estúpido.
Se ríe.
¡BIENVENIDO A SEAFARE!
12
Cadena de farmacias muy conocida en USA.
13
Cadena de hipermercados muy extendida en USA.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Hay gente por todas partes, incluso bajo la lluvia. Caminan en lo que
aparentemente es ahora un paseo marítimo. Algunos tienen paraguas. Otros tienen
parkas. A algunos no parece importarle en absoluto. Pasean a sus perros. Montan
sus bicicletas de alquiler. Comen su comida bajo toldos llamativos. Está vivo,
animado y llamativo.
Esto no es el Seafare que recuerdo. Solo que no soy la misma persona que se
fue años antes. Estoy desgastado y cansado de la batalla. La mierda ocurre. Las
cosas cambian. Sé eso ahora más que nunca.
Otter debe sentir algo raro en mi. —Proyecto de revitalización —dice—. Hay
un montón de dinero de los contribuyentes canalizado en restaurar el gancho
turístico.
—Parece tan falso —murmuro. Porque lo es. Es todo destellos pero sin
sustancia, todo luces y falsas sonrisas, gente brillante y feliz que no quiere nada
más que estar bajo la lluvia.
Aquí está el instituto donde me gradué, pocos años antes, con un nuevo
edificio brotando cerca del campo de fútbol.
Aquí está la calle que recorría casi todos los días el autobús.
Y entonces. Oh, entonces vienen los recuerdos, esos malditos recuerdos que
me ahogan, que me estrangulan. ¡Aquí estamos! me gritan. Esta es tu vida, Tyson
Thompson, Tyson McKenna. El Chico. Aquí están tus mayores éxitos de siempre y
tus mayores cagadas. ¿Porque no fueron algunas de estas cosas simplemente
horribles? ¿No fueron simplemente terribles? ¡Sorpresa! Nosotros te hemos
estado esperando todo este tiempo.
No digo nada porque todo en lo puedo pensar es escuchar que alguien llama en
la puerta de entrada del apartamento. Todo lo oigo es a la Sra. Paquinn diciendo
algo sobre la TV. Todo lo que puedo hacer es saltar y decir, yo voy, yo voy, yo voy,
pensando todo el tiempo que tal vez Bear vuelve a casa temprano, o tal vez es
Otter pasándose para saludar y contestaré con ¡Hola!, ¿porque no es eso lo que
hacemos? ¿No es eso quiénes somos?
del pasado que crece y se desarrolla en su cabeza porque todo había estado bien.
Todo había sido genial.
Bienvenido a casa, Chico, ríe entre dientes. Sin duda, escapaste una vez. Pero
todos sabíamos que volverías al final. Bienvenido al jodido hogar.
—Para —grazno, aunque debería estar más allá de esto. No es justo, maldita
sea—. Para.
No. no soy así. Soy mejor que esto. Soy más de esto.
No puedo.
Puedes.
No es así.
Lo está. Lo está.
No es así. Está tranquilo. La marea está baja. Las olas son pequeñas. El agua
salada roza contra tus pies. Todo está bien. La tierra no se mueve.
No, no lo hará. Tira de los dedos de tus pies, solo eso. Toma una respiración
profunda. ¿Qué hueles?
¿Qué oyes?
—En mi hombro.
—Sí.
— ¿Qué hacemos?
—Respirar.
—Sí.
—Hazlo, entonces.
—Lo hago.
—Déjalo salir
—Lo hago.
—Otra vez.
—Lo hago.
—E... Ella fue esparcida aquí digo—. ¿R…recuerdas? Chocando contra nuestra
c…c…cara —Estoy realmente helado.
Bear, suspira. —Lo pienso. No sé por qué, pero parece algo que la Sra. Paquinn
habría hecho, ¿sabes? Para decirnos que no estuviéramos tan tristes por ella.
—Sí.
— ¿Bear?
— ¿Sí?
— ¿Qué?
—Venir aquí. Por toda la mierda por la que hemos pasado, sé que es mucho.
algo mucho más. Por todo lo cual finalmente caí porque soy el jodido Tyson
Thompson. Tengo un CI14 de 158. Me convertí en un miembro de MENSA 15 a la edad
de trece años. Me gradué de escuela secundaria a los quince años. No necesito
esto. No soy puto loco. Yo soy mejor. Yo soy más grande. Soy más fuerte.
—No —digo, tratando de calmar mi voz—. No. Quería volver. Te dije que lo
haría. Puedo hacerlo. Fue solo... abrumador.
—Ty...
—Bear.
—Desde luego que lo se, joder. Que me aspen si voy a dejar que retrocedas,
Chico. Si necesitas algo, me lo pides. ¿Me entiendes?
—De pensar en si te va a golpear otra vez. Puede que sí. Puede que no. Si lo
hace, vamos a enfrentarlo.
Se ríe silenciosamente. —Se podría decir que sí. ¿Necesitas hablar con
alguien?
14
Cociente intelectual.
15
Asociación Internacional De Superdotados.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Espera.
—Él es familia.
— ¿Sí?
—Lo intento.
Niego con mi cabeza. —No. Estoy bien —El pánico ha sido empujado lejos.
— ¿Qué?
Bear no se deja engañar, pero lo deja ir. Digáis lo que digáis, pero él se ha
convertido en algo extraordinario. —Sin duda, Chico. Todavía vive aquí. Todavía es
policía.
No importa. He pasado de algo que para empezar nunca estuvo allí. Esa es una
de las cosas terribles de escapar de la infancia. Finalmente creces y te das cuenta
de que las cosas que querías cuando eras joven no eran realmente tuyas para
pedirlas.
Ahora sé eso.
El sol asoma entre las nubes mientras llego al coche y para bien o para mal, he
llegado casa.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Lo sé, lo sé.
Tyson, estás pensando. Que coño está pasando? ¿Qué es toda esta angustia?
Esa loca voz en tu cabeza? El cliché de estar parado bajo la lluvia en la playa y
tener una crisis? ¿Quién te crees que eres? ¿Tu hermano?
Histerico, lo sé. Es como esas personas que dicen que nunca serán como sus
padres y luego se despiertan una mañana de treinta años después, cargar con una
hipoteca a la espalda, un adolescente rebelde que alterna entre las cosas calientes
y frías y dice "No sabes lo que se siente al ser yo", de mediana edad, gordo y poco
cabello que se pregunta por qué parece que hay cada vez más botellas vacías de
vino en la casa porque no bebieron mucho vino con la cena de anoche, un trabajo en
un cubículo que es esencialmente un chupa-almas que te da apenas lo necesario para
vivir, y una vida sexual etiquetada como "no resusitar."
Nunca pensé que podría llegar a ser tan malo. Nunca pensé realmente que
llegaria tan lejos. No se cómo sucedió. Un minuto estoy oyendo a Dom gritar mi
T.J. Klune El Arte de la Respiración
nombre a través del teléfono como mi delirio, el centro de mi mundo se viene abajo
a mi alrededor y lo siguiente, han pasado cuatro años y estoy yendo a casa por
primera vez. No he hablado con Dom desde entonces, aunque no por su falta de
intentos. Las llamadas telefónicas diarias continuaron por un tiempo. Se presentó
en Nueva Hampshire un par de veces, no es que yo lo vi. Él siempre fue
interceptado por Bear, que podia salir con dientes y garras al descubierto.
Con la terapia vinieron las drogas y con las drogas llegó Drone Tyson, el que
tenía los ojos ligeramente muertos, cuyos pensamientos eran confusos y turbios.
Drone Tyson no tenía los ataques de pánico, por lo menos no como muchos y nada
cerca de intensidad, pero Drone Tyson no tenía mucho más tampoco.
Aquellos son unos nebulosos seis meses que no acabo recuerdar, hasta el
punto en que las píldoras comenzaron a desaparecer a un ritmo más rápido de lo
que deberían, porque mientras mas alto conseguia llegar era mejor que el pánico
invasor. Parte de mi sabía lo que estaba pasando, sabía que me estaba ahogando en
un océano parecido, pero no pude encontrar una razón para que me importara.
Tres horas más tarde, me tomaba otra y luego otra. Y entonces otra.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Claro, Doctor, yo diría durante las sesiones de terapia. Vamos a hablar de mis
sentimientos. Vamos a discutir cómo me siento traicionado, aunque no es mi
derecho. Vamos a hablar de lo avergonzado que estoy por mis acciones. Hablemos
de cómo él me pertenecía a mí, aunque en realidad nunca lo hizo. Vamos a hablar de
lo inteligente que soy, de cómo puedo resolver casi cualquier tipo de ecuación
matemática puesta delante de mí, ¿cómo te puedo decir la formula química de el
acetato de calcio (C2H3CsO2). Déjame decirte que un día, quiero encontrar una
definitiva intervención de golpes así que nadie pueda ser alejado de los que lo aman
más nunca más.
Pero Bear es mío. Otter es mío. Dominic es .... bien. Dominicno lo es.
Lo sabía. Pero también sabía que un día, Dominic me miraria como yo lo miré a
él y sólo sonreíria y diria: Ahí estás. Ahora te veo. Te veo por lo que eres para mí.
Gracias por esperar. Siento haber tardado tanto.
Animales vivirían! Los ancianos vivirían! PETA se convertiría en algo más que la
broma en la que habia degenerado en la actualidad (Nunca pensé que vería el día en
que PETA sería acusado de matar animales. Fascistas!).
él era mi mejor amigo. Cuando llegué a la edad suficiente para entender estas
cosas, se convirtió en algo más.
Así que, Doc. Puede que sea inteligente, más inteligente de lo que alguien
probablemente debería ser. Sé cosas que otros no. Hechos concretos. Ciencia.
Mates. Sé estas cosas, pero por mi vida, yo creía en algo que yo sentía era real, que
resultó ser todo lo contrario.
Me escapé.
Pero eso no es todo, Doc. Eso no es todo lo que es. Es injusto poner todo esto
sobre él. Puede que tenga problemas con mi madre también, pero esa es otra
historia para otro momento. Baste decir, Doc, que puede que me resulte difícil
confiar en la gente. Yo soy, después de todo, un producto de mi entorno.
-Yo sé lo que quieres- Escuché a Bear decirle una vez. - Créeme, lo hago.
Probablemente lo sepa mejor que nadie. Pero no se puede, Dom. Ahora no. Puede
que no sea más un niño, pero él es mi Chico. Él esta herido en este momento, y a
pesar de que no hiciste nada malo, me encuentro en tener que parar de golpear tu
cabeza. Lo siento, pero esa es la verdad. Eres familia, Chico grande, pero en este
momento no eres lo que necesita -.Tomé más drogas y me alejé. Las
benzodiazepinas son grandiosas cuando no quieres que te importe.
Y me puse ahí.
Resultó que pude. Fue duro, pero me pude. El trastorno de pánico asomó su
fea cabeza después de un tiempo y yo estaba sentado en clases, la persona más
joven allí por dos años, cuando estaba pensando en una cosa al azar. Ni siquiera
tendría que tener ningún peso, algún significado, o ser malo.
Una vez, pensé en cómo Dom y yo una vez estabamos sentados en el capó de
su coche después de que Bear y Otter tuvieron su boda en la playa. El sol se estaba
poniendo, y vimos como Bear y Otter bailaban en la arena una canción que sólo ellos
podían oír.
Puede golpearte a veces así. La mayoría del tiempo, puedo sentirlos venir
después de un particular día estresante o si algo verdaderamente horrible sucede.
Esos son los días que puedo cerrar las escotillas y mentalizarse a mí mismo contra
ellos.
Pero a veces no lo hacen. A veces vienen de la nada. Y esos son los malos, los
que son difíciles de obtener fuera del camino.
Busco mi teléfono para llamar a Bear, para escuchar su voz, para decirme que
ella no podia llevarme lejos ahora, que yo tenía diecisiete años y no habíamos oído
hablar de ella en años, pero se me escapó de las manos y no pudo encontrarlo, yo no
puedo encontrarlo.
- Oye, estás bien - oí una voz que decía: calma, calmante voz que de alguna
manera, entró por la tormenta. - Te encuentras bien. Estás bien? –
- Te he visto por ahí - dijo la voz. Una mano empezó a frotar mi espalda. -
Eres el grande-inteligente Chico del que todo el mundo parece hablar .
- ¿Llamo a alguien? –
- Smartphone. Claro. ¿No es extraño pensar que hace veinte años, si querías
saber algo sobre el mundo, tendríamos que ir a una biblioteca a buscarlo? Ahora,
sólo puedes usar de esta pequeño máquina y buscar en google. –
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Que absolutamente fascinante, le quería decir. Por favor, continúa con tus
inutiles divagaciones mientras me ahogo a muerte, puto culo!
- Llamar … - le dije.
Negué con la cabeza. - Primer ... contacto. - Mi piel se sentía resbaladiza por
el sudor.
- Hmm. Primero es…. Bear. ¿Bear? Conoces a alguien llamado Bear? Cuan
ridículo es eso? Esta timbrando. No puedo creer que estoy llamando a alguien
llamado Bear. - Una pausa. - Sí, eres Bear? Guay. Horrible nombre, por cierto.
Suenas como un barril de risas. Yo soy … que? Sí. ¿Chico? ¿Que chico? - Una mano
en mi brazo. - Eres Tyson? –
Asenti.
- Sí, es él. Está teniendo algún tipo de ataque. ¿Deberia yo ...estas seguro?
Está bien, supongo -.
- Duele - le dije.
- Yo sé que lo hace. Lo sé. Pero eres más fuerte que esto, eres mejor que
esto. Lucha, me oiste? empuja a través de esto y lucha. ¿Qué debemos hacer? –
- Respirar.-
- Necesitas que vaya a recogerte? - Bear me preguntó una vez que pude
volver a respirar. - Di la palabra, Chico. Voy a conseguir a alguien para cubrir mi
T.J. Klune El Arte de la Respiración
clase y voy a estar allí. Otter puede venir ahora. Él esta fotografiando algunos
antiguos graneros hoy para una revista de viajes, pero uno de nosotros puede estar
allí. –
- ¿Qué era? –
Yo sabía lo que quería decir. ¿Qué había sucedido para establecer ésto
fuera? El médico nos dijo que si hablamos sobre ello después, ayudaria a quitarle su
poder. Charlatan y su mierda psicología barata, la verdad.
Pero lo hice de todos modos, siempre lo hice. - Julie, el día que regresó -.
- Sí. –
- Tienes clases? –
- Dentro de poco. -
- Tengo laboratorio -
- Si estas seguro –
- ¿Prometes? –
Fue sólo entonces que fui muy consciente de que estaba teniendo un
conmovedor momento Familiar con mi hermano mayor, mientras que un desconocido
me sostenia el teléfono en la oreja. Fantastico.
Mientras alejaba mi cabeza lejos del teléfono, escuché que Bear grito: -
Quien quiera tu amigo es, él suena lindo! - bastante alto. Para que todos oigan.
Dentro de los cuatro bloques de la ciudad.
- Sí - murmuré.
- ¿Qué esta mal contigo? - Muy contundente. Aprenderia pronto que ese era
su camino. Su modo de ser.
- Por supuesto que no. - Podía oír la diversión en su voz. . - Sólo Parecía que
estabas a punto de morir. O algo. –
- Yo no estaba muriendo. –
Alze mi cabeza y lo miré, este chico a mi lado que parecía decir lo que sentía
sin siquiera saber quién coño era ni dónde de había venido. Era una cosa delgada,
más alto que yo por lo menos unos cinco centimetros, como la mayoría de la gente
era. Su rostro era anguloso y poco femenino, con los ojos grandes y
magníficamente marrones. Pensé que tal vez tenia algo de maquillaje, pero no podía
estar seguro. Su largo cabello negro recogido en una cola de caballo. Un mechón le
cayó sobre la frente, curvo alrededor de su ojo.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Era bastante bello, este muchacho. No parecía haber ninguna otra palabra
para describirlo.
Él suspiró. - Oh. Bueno, eso no es divertido, entonces. Hay una clara falta de
locos por aquí y yo pensé que tal vez podrías ayudar a cambiar eso. - Él miró hacia
la plaza en frente de la biblioteca mientras se ajustaba la bufanda alrededor de su
cuello. - Eres el chico inteligente del que todo el mundo habla, ¿eh? Pensé que
todos los genios eran un poco locos, por lo menos -.
- Nunca dije que era un genio.- Aprendí bastante rápidamente que la mayoría
de la gente aquí no sabían qué hacer de mí. Yo era más una rareza que cualquier
otra cosa, por lo menos para los otros estudiantes. Mis profesores me trataron
como una especie de niño prodigio, que supongo que era, pero no sirvió de nada pata
mejorar mi posición con los otros. Yo era demasiado joven para ellos y muy
inteligente por una milla. El primer año aquí no había ido como yo pensaba que sería.
- Yo no soy presumido! –
- ¿Arrogante? –
- ¡No! –
- Condescendiente? –
Él arqueó una ceja. - Es reconfortante saber que los niños inteligentes locos
todavía pueden ser reducidos a llamar a alguien grande y gigantesco hueco en el
culo, Soy Corey. - Él le tendió la mano y me sonrió. Realmente fue una gran sonrisa
y no siento que mi corazón salta un golpe o dos?
- ¿A menudo golpeas personas que salvan tu vida? - Preguntó con una mueca
mientras se agarraba a su estómago.
- Yo no estaba muriendo! –
- Así que es por eso que me pegas? Yo no sabía que tenías una aversión a
estrechar las manos. Podrías simplemente haberlo dicho. ¿Es parte de tu religión?
O tal vez tienes misofobia, eso es el miedo a los gérmenes. O tal vez es realmente
quirofobia, eso es un miedo de las manos. - Él miró sus manos. - Tengo unas manos
muy bonitas. Perfectamente cuidadas y todo. Ahora me siento extraordinariamente
insultado. No tienes que ser grosero, ya sabes, salvé tu vida, después de todo -.
- No es presunción. Es un hecho.-
- ¿Mal día? -
- ¿Ataque de pánico? -
- Diecinueve.-
- Oh.-
- ¿Qué? -
- Ataques de pánico. -
- ¿Qué? -
No sabía qué decir a eso, así que Farfullé un poco. Traté de tirar de mi mano,
pero él no me dejaba ir. Finalmente, me detuve.
Más tarde me enteré de que Corey eraa también Kori el día en que se
presentó en mi casa con un vestido largo, su pelo en abanico alrededor de su
rostro, sus ojos se realzaban en el maquillaje ahumado. Se llama bigenderismo, que
es un subconjunto de la transexualidad. Siendo transexuales significa identificarse
a si mismo como lo opuesto al sexo con el que se nace. Bigenders son aquellos que
se identifican con ambos sexos y puede vivir como cualquiera, incluso el cambio
entre los dos para sentirse más cómodo. Corey era Kori y viceversa, pero
ciertas cosas podrían desencadenar la aparición del otro. Corey era impetuoso y
contundente. Kori era más tranquila, casi aireado.
Corey tenía una voz baja, con un poquito de un ceceo. El tono de Kori era mas
alto en el registro, sus palabras fluian como el agua. Lo hizo para que yo pudiera
predecir con quién estaría en un día determinado.
Él era Corey cuando me dijo que había crecido en hogares de acogida, sin
saber quiénes fueron sus padres.
Ella era Kori cuando ella me dijo que estaba en Dartmouth a tiempo completo.
Estudios de género, incluso. Resultó que ella podria ser más inteligente de lo que yo
soy.
Él era Corey la primera vez que me besó. Fue una sorpresa cuando sucedió,
pero después, me sorprendió sólo que no había sucedido antes. Era fuera de una
tienda de café en la lluvia. Todo
alrededor de nosotros olía a hojas mojadas, y recuerdo que pensé, Oh. Oh.
Esto es bueno. Tuve la oportunidad de pasar por alto la pequeña voz en mi cabeza
que decía, Dominic, Dominic, Dominic.
Ella era Kori la segunda vez que me besó. Tenía las manos en su pelo, y me
pregunté qué significaba esto para mí. Me sentía culpable, por un momento,
preguntándome si todavía era gay o bisexual o incluso pansexual.
Ellos vieron quien sea que él o ella les mostró y no les importaba.
Ella era Kori cuando tuve mis momentos de ataque de pánico después, tocando
mi pelo y la espalda, con la voz alta y dulce, que me decía que estaba bien, que iba a
estar bien. Kori sale más por los ataques de pánico que Corey. Creo que es su
manera de lidiar con ellos.
Ella era Kori cuando anunció que estaba cambiando hacia el vegetarianismo.
Él era Corey.
Yo sé como suena esto, confía en mí. Bigenders, al igual que los transexuales,
han tenido durante mucho tiempo para tratar
con la idea errónea de una enfermedad mental. Corey me dijo una noche,
cuando ninguno de los dos podía dormir, que los médicos lo consideraban bipolar
cuando era más joven. Incluso esquizofrénico. Trataron a él y la como tal. - Yo era
Kori porque tenía miedo - dijo con amargura. - Y ellos pensaban que estaba loco. La
mayoría de ellos
- Los locos nunca lo hacen - dijo. Luego se echó a reír y todo estaba bien en el
mundo.
Él era Corey cuando él rompió conmigo tres meses más tarde. - No está bien,
Ty - dijo. Sus palabras fueron amables, pero su voz temblaba. - Tu lo sabes. Yo lo
sé. Te amo demasiado como para amarte de esta manera. - Esperé hasta que se fue
antes de dejar que el pánico me alcance. Bear me encontró en la bañera y espero
conmigo hasta que los terremotos se fueron. Hasta que el océano retrocedió.
Ella era Kori cuando ella se presentó en nuestra casa tres semanas más tarde
en el medio de la noche. Yo no la había visto desde que habíamos roto, a pesar de
que había llamado. - No puedo hacerlo! - Exclamó. Ella estaba más enojada de lo
que nunca la había visto antes. - No puedo no tenerte allí. No puedes cortar
conmigo, Tyson! ¡No puedes! yo
no te dejare! -
Él era Corey cuando nos encontramos un par de días más tarde. Ambos
estábamos nervioso al principio. Tentamos nuestras palabras. Nos tropezamos
sobre nosotros mismos. Pero, finalmente, encontramos el ritmo, el ritmo que ambos
podíamos bailar y en lugar de Corey y Ty o Kori y Ty, se convirtió en algo mucho
más.
Él era Corey cuando me preguntó por qué nunca volví a Oregon con el Bear y
Otter. Dije que alli no había nada para mí.
Ella era Kori cuando conoció Creed, Anna, y JJ cuando vinieron a visitarnos.
Se enamoraron de ella. Ellos la adoraban. Y a medida que se fueron, ella me miró y
dijo: - ¿Cómo puede no haber nada para ti aqui
Él era Corey cuando la verdad salió sobre Dominic. No sé cómo pasó o por qué,
pero de repente, le hablé de Dominic. Todo sobre Dominic. Nuestra palabra del día.
Nuestros promesas. Nuestra amistad, mi amor, lo luminoso y ardiente y espantoso
que era. La mirada en su rostro cuando todo era inevitable. Su voz rota debido a
gritar toda la noche por su madre que habia sido asesinada por su padre. cuan
grande era para mí, tanto física como emocionalmente. - Era culto al héroe -
Corey me observó durante un rato, sin decir nada. Con el tiempo, desvié la
mirada. El restaurante en el que estabamos sentados era casi vacío.
- Que había algo más sobre ti.- Él sonrió con tristeza. - Tú estabas allí, Ty,
conmigo, cuando estabamos juntos. Pero nunca estabas allí -.
- Este Dominic -.
- ¿Que significa? -
Ella era Kori cuando me convenció para volver a Seafare, por última vez. - Te
arrepentirás - dijo suavemente. - Si no vuelves al menos una vez, te arrepentirás.
-
Ella se rió, como Kori reía, cosa ligera y seductora. - Observa cómo yo no lo
mencione. Tu lo hiciste -
Mierda.
Kori sonrió. Ella supo. Ella sabía que tenía razón. Y lo que era peor, ella sabía
que yo sabia. - Cuando nos vamos? - me preguntó.
Así que ahí está, la lección de historia. Todo ello, creo. Por lo menos los
puntos altos. Estoy seguro de que hay innumerables historias que podrían contarles
acerca de mi tiempo fuera de Seafare. Cosas que me han moldeado hasta
convertirme en lo que soy hoy en día. Tal vez te voy a decir, un día. Pero aquí,
ahora, en este momento, se trata de
volver a casa a un lugar que he evitado durante tanto tiempo como me sea
posible. Es sobre este coche a la ciudad de una tarde lluviosa, Seafare luciendo
mas grande de lo que tiene derecho, luciendo más brillante de lo que nunca fue.
Sé lo que estás pensando. Esto es igual que Bear y Otter! Un regreso a casa
después de una larga ausencia! Una reunión destinada a suceder! Todo volverá a ser
como era y como debe ser. Esto es, después de todo,
Algunas cosas, sin importar lo mucho que se desean, no importa lo mucho que
esperamos, no importa lo mucho que rogamos por ellos en secreto en nuestros
corazones, no están destinados a ser.
Nada mas.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
más incómoda
Así que ¿por qué cuando nos detenemos junto a ella, en el camino de entrada,
lleno de coches que no reconozco, se me forma un nudo en la garganta? ¿Por qué
puedo sentir el calor pinchando mis ojos? Es sólo una casa. Eso es todo lo que es.
Pero eso es una mentira, es más que eso. La Monstruosidad Verde fue la
primera vez, desde que puedo recordar en la que yo sabía que tal vez, sólo tal vez,
las cosas estarían bien para Bear y para mi. Nos despedimos de los apartamentos
con agujeros en la pared, con las alfombras bastas y las paredes desconchadas.
Dijimos adiós a una vida donde existíamos simplemente pasando por ella. Dijimos
T.J. Klune El Arte de la Respiración
adiós a una vida de la que no estaba seguro de que habría que hacerlo. Aunque
traté de poner buena cara, por lo menos tanto como un niño de nueve años de edad,
aprendiz de ecoterrorista podría hacerlo. Yo era un niño pequeño, pero hubiera
dado la vuelta al mundo con mis propias manos si mi hermano me lo hubiera pedido.
Es sólo una casa, sí, pero también es más que eso. Es una señal de que las
cosas podrían mejorar.
─Por favor, dime que nunca vas a pintar sobre eso, —dice Corey─ de verdad,
es como si el Alegre Gigante Verde se hubiera masturbado en toda la casa.
─¿Su semen seria verde? —se pregunta Otter en voz alta. Podría ser verdad.
Y muy asqueroso.
—Por lo menos sería bueno para ti, —le digo─. Tal vez es como el puré de
guisantes de la comida de bebés.
─Gracias a Dios esto ya está empezando, —dijo Bear─. Hemos estado en casa
durante un minuto y estamos ya discutiendo sobre las pajas del Alegre Gigante
Verde para la alimentación del bebé. Por una vez en nuestras vidas, ¿podríamos
tener una conversación normal antes de entrar en una reunión social, por favor?
─Bear sólo está molesto porque ahora eso es en todo lo que va a pensar —
Otter explica a Corey— y probablemente le hace sentir un poco excitado.
—No jugamos a rol con el Alegre Gigante Verde, —dice Otter, sonando
insultado—. El Sexo con comida enlatada para mascotas no es uno de mis
problemillas.
─Es por eso que tengo que ir a terapia, —le dije a Corey─ debido a este tipo
de cosas. Sucede todo el tiempo.
─Es bueno saber que incluso las personas de edad pueden ser modernos, —me
dice Corey─. Me da esperanzas para cuando yo tenga 40 años.
─Eso probablemente no era lo mejor que podrías haber dicho. Digo cuando
Bear comienza a balbucear con indignación.
─No lo hará, —le digo—. A él sólo le gusta sonar rudo, no podría matar una
mosca.
─Otra vez, —dice Otter─ no sé muy bien cómo hemos llegado a este punto.
─Eso parece ser algo común con vosotros, —dice Corey─. No puedo esperar a
que vayamos a cenar, he oído que Bear se carga de vino, llora y entonces todo se
diluye en un gran que os jodan donde todos hablan a la vez y por lo general termina
en sensibilidad y abrazos.
─¿Y cuando el New Yorker compró esa foto del campamento de personas sin
hogar que hice?, —dice Otter.
─¿Y cuando hice la lista del decano mi primer año?, —le digo─ mi primera y
única vez.
─Le costó al tipo de la pintura de Home Depot al menos tres semanas que
coincidiera con ella, —dice Otter─ estoy bastante seguro de que tuvo que ir al
mercado negro de Rusia para encontrar los componentes para obtener el color
correcto.
Bear puso los ojos en blanco. ─No fue tan difícil, el sólo quería que siguieras
yendo para poder coquetear contigo.
─¿En serio? ¿Lo hacía? Así que supongo que eran solo asunto de pintar y del
color cuando él te preguntó cuándo salías del trabajo y que pensaba que eras tan
vascular16. ¡Se reía como Julia Roberts en Pretty Woman con cada cosa que decías!
16
Apelativo para las personas que tienen sus músculos hinchados y las venas marcadas
después de una sesión intensa de gimnasio.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Bear se encoge de hombros. ─Por eso es que los baños tienen cerraduras.
─Aquí vamos, —murmuro— de vuelta a los penes. Nunca voy a salir de terapia,
voy a llegar a los noventa perseguido por los recuerdos de Bear y de Otter
teniendo sexo.
Todos miramos.
Creed Thompson está en la puerta. Lo que sólo puede ser descrito como una
versión en miniatura de él, a su lado imitando la pose de brazos cruzados de su
padre. Uno parece intimidante como el infierno. El otro solo Creed.
La sala de estar a nivel mas bajo, una reliquia de los años setenta, donde
están los viejos sofás. En Navidad, Bear y Otter se sentaban en ellos y escuchaban
como les obsequiaba con los poemas más épicos de Navidad en la historia del
mundo. Santa/ Satanás nunca tuvo una oportunidad. Creo que todavía los tengo. En
algún lado.
Subiendo las escaleras hay una puerta abierta que conduce a mi habitación.
Albert Einstein me saca la lengua aunque los bordes de su cartel están curvados.
Una copia maltratada de Un mundo feliz está en una estantería junto a una concha
que cogí el día dejamos que la señora Paquinn en el océano.
Una camisa cuelga en la pared, la puse allí cuando llegué a ser demasiado
grande para ponérmela. MEAT ISN´T NEAT, dice.
En uno estamos Bear y yo, me sostiene en sus brazos, su frente contra la mía.
Sé quién tomó la foto, pero ella no se merece mis pensamientos.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Tengo 5 años y estoy sentado sobre los hombros de Bear en la playa, riendo.
No recuerdo de qué. No importa porque yo estaba con mi hermano mayor.
Tengo con nueve años y estoy de pie con Otter delante de la Monstruosidad
Verde, ambos cubiertos de suciedad y sudor. El brazo de Otter esta alrededor de
mi hombro mientras me abrazo a su pierna.
Yo... no sé. Tengo cualquier edad y Dominic está allí. Él siempre está ahí.
La última foto es sólo él, su primer día con el uniforme del Departamento de
Policía de Seafare. El uniforme le sentaba bien. Recuerdo haber pensado con un
oscuro sentido del asombro lo guapo que se veía, lo maravilloso que era. Lo grande
que se veían sus brazos. Lo fuertes que eran sus muslos.
Tal vez debería haberlo sabido cuando bajé por las escaleras y vi Corey
servirle a Bear un vaso de vino, guiñándome un ojo en secreto: mientras mi hermano
esta distraído se lo llena hasta el borde.
Tal vez debería haberlo sabido cuando al pasar al lado de Creed le oigo contar
a su hijo un chiste de Toc-Toc que implica un conejo sucio, advirtiéndole al mismo
tiempo que lo daría en adopción si alguna vez le decía a su madre, donde lo había
oído. ─Y no a una buena agencia de adopción —dijo Creed,─ una mala donde cuelgan
a los niños en los armarios de sus pulgares cuando se portan mal.
Tal vez debería haberlo sabido cuando volví a entrar para coger los platos y
oí a Otter decirle a Bear en voz baja: ─No tenemos que hacer esto ahora, ¿de
acuerdo? Si no estás listo, entonces no tenemos que hacerlo. Esto es entre tú y yo
¿de acuerdo? Estoy bien si eso es lo que hay. Lo sabes, Papá Bear.
Tal vez debería haberlo sabido cuando Alice Thompson entregó a su esposo
Jerry otra botella de vino ya que la primera, casi había desaparecido entre los
mayores.
Tal vez debería haberlo sabido cuando nos sentamos todos y Corey nos miró
con anticipación y un brillo maquiavélico en sus ojos.
17
Monstruo marino con múltiples cabezas de serpiente.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Sí, eso es, con la oración de ‘doy las gracias por’. ¿Puedo obtener un puto
Amén? ¡Aleluya!
─Oye, Dios, —dijo Alice después de que todos unimos las manos e inclinamos
nuestras cabezas─ somos nosotros de nuevo. Gracias por la generosidad que nos
has concedido. Abro una rendija de un ojo y veo que el plato principal en el medio
se asemeja a Slimer de Cazafantasmas. Obviamente es vegetariano, pero todavía
parece que está vivo. Alice es impresionante, pero su cocina es un crimen contra la
humanidad─. Estoy agradecida por el hecho de que nuestra familia está de vuelta,
juntos de nuevo, ¡por fin! Por favor, vela por Tyson que comienza una gran aventura.
Agradecimiento silencioso.
Anna dice, ─Estoy agradecida por mi hijo y mi marido, incluso aunque dejen
calcetines sucios en el suelo en la cocina.
JJ dice ─¡Oye, mamá! Oí un chiste muy gracioso de... un tipo llamado... Leed.
¿Cómo llamarías a…
─Es lasaña de col rizada y espinacas, —dice Alice alegremente, a pesar de que
no se ve muy parecido a la foto.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
JJ suspira. ─No sé por qué tenemos que comer verduras porque el tío Ty
está aquí. Papá dice que el no tener carne en una comida es como ir de discotecas
con crías de foca.
─¡Puedo hacerlo! Estoy agradecido por... por... mi Xbox 360 y Call of Duty.
─Se supone que no jugarías a eso porque es demasiado violento, —dice Anna
con severidad.
─Papá me dijo que podía, pero sólo cuando no... eh. No importa.
─¡Bien!, —dice Jerry─ estoy agradecido de que Bear, Otter y el Chico han
decidido volver a Seafare, al menos por el momento. Ha sido difícil tenerlos en la
otra costa. Y estoy agradecido porque Corey ha decidido pasar el verano aquí.
A mi lado, Corey sonríe, con la cabeza aún inclinada. ─Estoy agradecido por
todo lo que ha ocurrido en los últimos cuatro minutos. Y por estar aquí.
Aprieto la mano de Bear. Sólo entonces me doy cuenta de que esta sudoroso,
muy tenso y que casi está temblando.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Su mano tiembla.
Oh no.
Es demasiado tarde.
Y por la gracia de Dios (o lo que sea que hace funcionar la mente de Derrick
Thompson) se vacía: ─Yo ni siquiera pensé que quería estar cerca de niños, y
¡mucho menos tener uno para mí! Son pegajosos, asquerosos, huelen raro, siempre
están goteando líquidos, hacen tonterías estúpidas como comer bichos y pegamento
y ¡lo que cuestan! Por los jodidos demonios, ¿el costo? Siempre quieren cosas
nuevas como ropa y comida, pulseras, Súper Nintendo y ¡camisetas Hypercolor18!
¡No creo que sigan haciendo camisetas Hypercolor! ¿Dónde podría ir a buscar una
ahora? ¿Buena voluntad? ¡Ni siquiera puedo tener benevolencia sin sentir que mis
sueños están muriendo! ¡Y los niños se lastiman tan fácil! ¿que pasa si pierden un
brazo en un accidente de barco o si es atacado por un gorila cuando vamos al
zoológico en una visita educativa? Yo no se si podría hacer frente a un niño de dos
brazos y ahora ¿tengo que tener un niño con un solo brazo, porque quería alimentar
con algodón de azúcar al gorila? ¡Eso es una puta mierda! Yo ni siquiera quiero esto,
pero entonces estábamos sentados en un restaurante, pensando en nuestros
propios asuntos cuando este niño camina llevando una pequeña camioneta
accidentada, venía cantando una canción y bailando, estaba bailando y ¡de repente
me volví a Otter y exigí que pusiera un bebé en mí! Pero soy un hombre y él es un
hombre, eso es biológicamente imposible, pero ¿que cojones está pasando en mi
18
Línea de camisetas que cambian de color con el calor.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
cuerpo que lo único que podía pensar era en ofrecer a esos padres quinientos
dólares si pudiéramos comprar a su hijo, para que pudiera sostener su mano
mientras llevaba su accidentada camioneta y cantaba y bailaba? ¿Cómo va a ser ni
remotamente normal que mi reloj biológico este corriendo? ¡Tú me conoces! La idea
de mí criando un niño esta tan fuera de la esfera de lo posible que debe ser
absolutamente ridículo, ¡pero no! ¡Todo es la jodida culpa de Otter! ¡Él es quien está
alentando esto! ¡Él es el que dijo que esto estaba bien! Y ahora estoy borracho de
nuevo y estoy bastante seguro de que me voy a convertir en una ama de casa que
desperdicia la tarde con Merlot mientras espera que los niños vuelvan a casa, voy a
estar obligado a ir a jugar T-ball19 y voy a ocultar mi vino en cajas de zumo porque
creo que el T-ball es, literalmente, lo más insoportable de ver. Quiero decir, vamos.
¿La pelota está quieta y la pierdes? ¿Eres jodidamente ciego? Pero entonces todo
vuelve a ese pequeño niño con la destrozada camioneta y no me importa. Voy a ser
la mamá alcohólica del T-ball, que se emborracha y le grita a los árbitros porque mi
hijo sólo necesita un poco más de tiempo para golpear la bola, por lo que los
árbitros mejor guardan la jodida calma y esperan.
─No hay palabras, —dice Corey con respeto—. Debería… haber enviado… un
poeta. —No es Jodie Foster en Contact20.
─¿Vamos a ser abuelos otra vez?, —dice Alicia con lágrimas en los ojos.
─¿Qué hay en este vino?, —pregunta Ian, frunciendo el ceño ante su vaso.
─¡Oye, mamá!, —dice JJ─ ¿cómo llamas a un conejo con un pene doblado?
¡Fucks Funny21!
19
Deporte infantil que es un Beisbol y softbol simplificado.
20
Película de ciencia ficción.
21
Juego de palabras con el nombre del conejo Bugs Bunny.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Los ojos de JJ se abren como platos. ─Papá me lo dijo y luego dijo que no te
lo dijera, —apoya la barbilla en la mano y hace pucheros.─ ¡Oh mierda!. Ahora voy a
ser colgado por los pulgares en el orfanato.
─¡Creed!
Ella pone los ojos en blanco. ─Sí. De nuevo. Ocho semanas—Lanzó una mirada
asesina a Credd, que esta silbando y mirando al techo─. Íbamos a esperar para
decirlo, porque queríamos que hoy fuera todo para el Chico.
─No tengo ningún problema con esto, —le aseguro a ella─. Por favor, continúa.
─Cuando uno está hasta las rodillas, es mejor simplemente dejarse llevar; de lo
contrario te arrastra.
─Querido Jesús, —dice Corey─ gracias por todo esto, es mágico. Casi
imposible de creer.
─Puedes tener el siguiente, —dice Credd─. Quiero decir, por el tercero, ellos
sólo se deslizan fuera de ahí ¿verdad? ¿Cómo puede ser tan difícil?
─Cabeza, —su padre acaba─. Se te quedó atascada la cabeza, ya que era del
tamaño de una sandía.
─No soy una fábrica de bebés, —dice Anna—. Sólo para que quede claro.
─¿Por qué no lo haces tu, entonces?, —le pregunta a Anna─. ¡Piensa en ello!
¡Lo mantendremos en familia! ¡llevarías a mis bebes y los de mi hermano! ¡Y tu ex
novio, porque puedes mezclar todo ahora! —Hace una pausa. Sus ojos se
estrechan─. Espera, eso no suena bien, en absoluto. No sé cómo me siento acerca
de eso. —Se vuelve y mira a Bear y Otter—. No creo que quiera que alguno de
vosotros embarace a mi mujer. Manténganse alejados de su fábrica de bebés.
─¿Vas a tener dos bebés? —pregunta JJ─ mejor que no se meta con mis dos
Navidades cuando tu y papa os divorciéis.
─Lo que me parece cada vez más probable con cada segundo que pasa, —dice
Anna─. Y no, no voy a tener dos bebes, solo uno.
—No vamos a pedírtelo, —dice Otter sin poder hacer nada.— Confía en mí.
Esa conversación tendría que haber sido... bueno, supongo que no tendría que haber
sido tan extraña como lo está siendo.
─Lo hiciste bien conmigo, —le digo─. Tu hijo no estará demasiado mal.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─¿Por qué una madre subrogada? —Pregunta Alicia─. ¿Por qué no la adopción?
─Porque Bear leyó un artículo acerca de los niños rusos que están siendo
apartados de sus familias, —explica Otter─. Y está absolutamente convencido de
que nos darían un niño ruso.
─Yo no diría tanto, —le digo─. Leíste ese artículo hace un año.
─Hey, —dice Otter─. Por lo menos lo está intentando, me sentí aliviado sólo
al descubrir que podía leer.
─Lo haría, pero soy demasiado vieja para eso ahora, —dice con tristeza.
─Estoy borracho, —dice Bear a nadie en particular─. ¿Cómo llego todo ese
vino a mi boca?
─Vosotros chicos, tenéis que esperar hasta que tengamos a nuestro bebé, —
dice Credd─. Quiero todos los regalos y el dinero y la atención de cuando tenemos
un niño. Si lo haces al mismo tiempo, sería como tener que compartir su fiesta de
cumpleaños con Jesús porque es el día de Navidad. Eso no es divertido. —Anna le
da una palmada en el brazo─. Quiero decir, quiero que puedas experimentar la
alegría por completo.
Otter se encoge de hombros. ─No hemos llegado tan lejos todavía. Bear tiene
el contrato de enseñanza aquí con el Distrito Escolar Seafare para el próximo año.
Tyson se va en pocos meses. Probablemente me iré con él para conseguir instalarle
y luego volver después de unas semanas. Estoy pensando en volver a la escuela,
pero no lo sé todavía. Tengo unos proyectos que pueden dar fruto en los próximos
meses.
─JJ, —Credd le regaña─. Eso no es algo bonito que decir a los ancianos.
─Bueno, sí, —dice Bear con sonrisa de borracho─. ¿Tener hijos es como las
Pringles y los tatuajes? No puedes tener sólo uno.
─Sí, Bear, —dice Anna─. Tener hijos es justo como tener patatas fritas y
tatuajes.
—No creo que sea tan buena idea como piensas que es, borrachín, —dice
Otter.
Pone los ojos en blanco. ─Sólo quería su opinión sobre la sensibilidad del
pezón.
─Correcto.
─ Correcto.
El único que me mira es Credd. ─Claro, Chico, —dice. ─ ¿Por qué no lo íbamos
a hacer? —Hay un poco de desafío en su voz─ Viene a cenar una vez a la semana.
Como JJ dijo, es de la familia.
─¿Por qué?
Estoy enojado, aunque no puedo entender por qué. ¿Así que sólo pensaba que
no debía estar al tanto de esto? Pobre, frágil Tyson, ¿no podía manejarlo?
─¡Eso no es justo!
Niega con la cabeza. ─No lo es, pero eso es lo que hay. Sólo estaba tratando
de hacer lo que es mejor para ti. Como siempre he hecho.
─Tal vez ya no necesito que hagas eso, —le digo con frialdad─. Ya no soy un
niño.
─Ya lo creo que voy a hacerlo. Mientras vivas bajo mi techo, voy a hacer todo
lo que pueda para asegurarme de que tú…
─¡Tyson! —ladra Otter con esa voz que no puedo ignorar. Soy una jodida
mierda, pero no puedo parar la ira rodando a través de mí. Me siento traicionado.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─Lo siento, —murmuro. Estoy bastante seguro de que soy el mayor gilipollas
del mundo.
─¿Cuándo?
─Yo... no lo sé.
─No.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
El sonríe. ─Entonces no puedes estar enojado. Papá dice que eso no es lo que
hace la familia. Él dice que podemos volvernos locos, pero siempre nos perdonamos.
Una semana más tarde, todavía no tengo idea. Y confía en mí cuando digo
que he pensado en ello más duro que en cualquier otra cosa. Sé que las ideas más
simples son generalmente las mejores, pero no me atrevo a coger el teléfono, los
escenarios de pesadillas de cómo esas llamadas podrían acabar corriendo a través
de mi cabeza.
— ¿Hola?
“Click”
O:
— ¿Hola?
— ¡Hiya Dominic! ¡Soy yo, Tyson! Cuánto tiempo sin hablar ¿no? ¿Cómo has
estado mejor amigo (y chico del que solía estar enamorado hasta que saliste de mi
vida cuando te casaste con alguien más, DETRÁS DE MI JODIDA ESPALDA)?
“Click”
T.J. Klune El Arte de la Respiración
O:
— ¿Hola?
—Hola, Dom. Soy Tyson. Lo siento tanto por haber sido una mierda para ti.
Ha pasado tanto tiempo desde que había oído su voz que yo no me atrevo a
hacerlo, estoy bastante seguro de que si lo llamaba, lo único que sería capaz de
hacer es chillar y gruñir y él pensaría que un gorila estaba teniendo relaciones
sexuales con un ratón en el otro extremo.
—Es imposible que sea tan difícil —Kori me dice mientras conducimos hacia la
ciudad en el Jeep de Otter, ella tiene una bufanda alrededor de su cabeza, gafas
de sol grandes cubriendo su rostro, se ve increíblemente glamurosa, eso es hasta
que habla.
—Estás siendo como una puta lavativa sobre todo este asunto.
—Alguien tiene que hacerlo —replica—. Es obvio que no tienes sentido común,
de lo contrario, todo este asunto se habría resuelto hace mucho tiempo. Los
hombres son tan idiotas a veces. Te lo juro, creo que preferías sentarse en un
montón de preocupación que realmente tener una sola conversación que podría
recorrer un largo camino para resolver años de mierda que tú mismo causaste.
— ¿Cómo te afectó?
—Bueno, eso sin duda reduce toda mi vida a un par de frases de qué-cojones.
Ruedo los ojos. —No creo que nadie lo sepa realmente, no importa de todos
modos, él tiene a Otter y eso es todo lo que necesitará, es repugnante, de verdad.
—Pero tú no eres gay solo para alguien —dice Kori—. Eso no es cómo
realmente funciona el mundo real, la vida no es una novela romántica, no importa lo
fuerte que podamos desear que lo sea.
Suspiro. —Seguro que haría las cosas más fáciles, sin embargo.
— ¿Dientes perfectos?
—Tienes una dentadura torcida que es muy entrañable, pero no sabe si viene
o va.
─Habrá hippies ─le digo, como si los hippies lo hicieran todo mejor, en
verdad, ellos eran los únicos que respondieron a mi post en los foros underground
vegetarianos en los que participo. El grupo (uno de muchos, te lo aseguro) se llama
¡no comemos animales joder! o ¡DEAD22! Para abreviar, lo sé, es el nombre más
ridículo en la historia del activismo, pero son los únicos tan al oeste.
─Si piensas que los hippies se supone que son una moneda de cambio ─me
dice─, entonces necesitas trabajar seriamente en tus tácticas de negociación,
astillé un clavo al hacer tus hilarantes carteles de protesta.
─ ¿Hilarantes? ¡No se supone que sean divertidos! ¡Se supone que son serios!
Ella ríe ─Bien, seguro, sigue diciéndote eso, estoy segura de que con un cartel
que dice ¿Quiere un extra de mentiras con su hamburguesa? Está destinado a ser
tomado con toda seriedad.
─Tyson.
─ ¡Qué!
22
Corresponde a las siglas en ingles del grupo.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─ ¿Alguna vez te has preguntado por qué Dios hizo las vacas tan deliciosas si
no nos las íbamos a comer?
─ ¿Dios? ¿Dios? ¡Dios no tuvo nada que ver con las vacas! Los bovinos
evolucionaron de forma natural, al igual que todo lo demás en este planeta ─Niego
con la cabeza─. Dios, Santa Claus tampoco es real, en el caso de que te lo
estuvieras preguntando.
─Exactamente.
Ella asiente con la cabeza y su bufanda ondea con la brisa del mar ─Bueno,
entonces, es natural que evolucionaran para tener un gran sabor con salsa de
tomate, así que supongo que es así la cosa.
─Solo porque has sido condicionada a pensar que sí, fuiste criada para creer
que estaba bien.
─Oh, cuidado, Ty ─me toma el pelo─. Eso es lo que los conservadores dicen
acerca de los gays, muy pronto, me vas a enviar a un campo de la conversión, donde
tendré que rezar para vencer a la carne.
─ ¡Eres imposible!
─ ¿Cuándo te vas?
─No hasta el otro mes ─dice ella─. Estás atrapado conmigo por ahora y voy a
comer salchichas en frente de ti, muy, muy lentamente─. Ella se lame los labios
brillantes con un pequeño y dulce golpe de su lengua.
─Estoy conduciendo.
─Me di cuenta.
─Es mi hogar ─dice ella─. O todo lo que de hogar puede ser, lo echo de menos
a veces, pero echo más de menos a la gente que hay allí, tuve mucha ayuda cuando
era un pobre y pequeño travesti confundido, de un amigo en particular.
─Pero estás bien ahora ─No lo digo como una pregunta, extiendo la mano y
tomo la suya, curvando los dedos en los míos.
─Por supuesto ─dice ella, dándome una sonrisa hermosa─. Pero él hablaba con
tanto sentido a mis rebeldes diecisiete años de edad, que tenía que escucharle en
ese momento, volví al redil y soy la impresionante visión que ves ante ti hoy a causa
de ella.
─Debería haber sido una drag queen ─Suspiro─. Pero entonces sucedió el
orgullo del segundo año de estudios y bueno... Recuerdas aquel desastre, digamos
que yo no hago una mujer atractiva, hay muchas reinas hermosas del mundo y
terminé pareciendo un ornitorrinco pico de pato en un vestido y tacones.
Kori me aprieta la mano ─El mundo está definitivamente perdido sin una
Minerva Fox, sin embargo tendrás la oportunidad de reunirte con ella un día, y
cuando veas su actuación, vas a estar en la presencia de una verdadera reina, creo
que vosotros os llevaréis bien. Infierno, su amigo Pablo me recuerda a Bear, el
mismo tipo de bocazas de: que-infiernos-acabas-de-decir, así que al menos podréis
compadeceros juntos.
La idea de otra persona en el mundo como Bear es sin duda una señal de la
llegada del apocalipsis, así que traté de no pensar en ello demasiado ─¿Cuál es su
nombre de drag? ─Pregunto, tratando de coincidir con los pronombres como hace
Kori, es importante para ella y por lo tanto para mí. Ella mantiene las cosas cerca
del chaleco, y si esta es la primera vez que estoy oyendo acerca de su viejo amigo,
tengo que asegurarme de que no meto la pata.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─ ¿Sí?
Empieza bien, o, al menos, tan bien como podía empezar una protesta lanzada
como una bofetada de último minuto contra una cadena de restaurantes, iniciada
por un eco-terrorista de diecinueve años, acompañado con su mejor amigo travesti,
el cual parecía estar haciendo todo lo posible para emular a Marilyn Mason y un
grupo de cinco hippies que creo que viven en una especie de recinto en una de las
playas, y ya que viven en un recinto, estoy bastante seguro de que probablemente
pertenecen a una especie de secta y bailan desnudos cada luna llena y luego vuelven
a su círculo de tambores y tienen orgías por lo que Madre Gaia les renueva con
vigor o algo así, no estoy juzgando, sobre todo cuando se trata de este tipo de
protestas, cuanto mayor sea el número, más fuerte las voces, y rah-rah-rah, a cada
cual lo suyo, es solo que no quiero estar en una orgía hippie.
Pero dejando el culto aparte, por lo menos aparecen con fuerza, cinco de
ellos, con sus propias consignas AMAD A VUESTROS HERMANOS Y HERMANAS
ANIMALES y ¿CÓMO SE PUEDE COMER ALGO QUE TIENE OJOS? y CUANDO
T.J. Klune El Arte de la Respiración
¡Y lo es!
Al principio
─Gracias por invitarme ─le digo con una sonrisa, dándome cuenta de que he
bajado la voz hasta que suena como si fumase, al menos, nueve paquetes de
cigarrillos al día, no sé por qué lo hago, pero no puedo evitarlo ─Es un placer estar
aquí ─Por el amor de Dios, deja de hablar como el hombre de Marlboro con
enfisema.
En el fondo, los hippies y Kori están caminando en un círculo, los hippies están
cantando ─HEY, HEY, HEY, BJ'S! ¿CUANTOS AMIGOS ANIMALES HAS
MATADO HOY? ─No creo que uno solo de ellos estuviera vivo cuando se produjo
Vietnam y les dije que no lo utilizarán, obviamente, ellos me ignoraron. Kori está
soplando grandes burbujas de color rosa con su chicle y mirando fríamente
divertida. Ella me saluda con la mano, con un movimiento demasiado exagerado de
sus dedos y todo lo que puedo pensar es en que no debería estar nervioso por esto,
he sido entrevistado antes, he hablado delante de la gente antes, puedo hacer
esto.
No estoy preocupado.
─Tyson ¿puedes por favor decirnos por qué estás aquí hoy?
Sonrío de nuevo a Katie Rhine, tan amplio mi mejillas duelen, y estoy bastante
seguro de que va a traducirse en la pantalla como yo pareciendo una especie de
asesino en serie y que Katie es mi próxima víctima, añade el hecho de que la Srta.
Rhine no parece saber lo que es la moderación en el uso de su perfume (huele como
que estoy recibiendo un puñetazo en la cara de una tienda de flores), y que por
alguna razón he comenzado a sudar en mis axilas y la parte posterior de las piernas
(podría ser que fuera está cálido, o podría ser el hecho de que acabo de darme
cuenta de que estoy en la televisión local y, literalmente, decenas de personas
podría estar viéndome en este momento), y todo lo que puedo pensar es en aquel
anuncio casual de desodorante donde la mujer agarra el culo de su jefe por
accidente, pensando que es su novio, cuando el jefe se da la vuelta, una mirada de
terror aparece en el rostro de la mujer y el locutor pregunta si alguna vez has
sudado por estrés, y eso me hace cosquillas de una manera que no puedo explicar y
por lo que estoy tratando de aguantarme la risa, tratando de no inhalar, porque si
lo hago, entonces voy a tener que inhalar Eau de Parfum violación floral de Katie
Rhine, y va a mezclarse con mi sudor por estrés, y nunca conseguiré quitarme el
olor de encima y han pasado al menos veinte segundos en directo en la televisión y
yo todavía no he respondido a su pregunta, y sagrado horror de todos los horrores,
estoy pensando igual que mi hermano.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─ ¿Qué está pasando hoy que vosotros estáis protestando en BJ's? ¿Qué
esperas que suceda?
Katie asiente como si eso fuera la cosa más interesante que haya escuchado
decir jamás a nadie en cualquier lugar─. ¿Y qué pasa exactamente con esa carne y
fábricas de explotación?
Sudor, sudor por estrés. Oh, Dios mío, ese anuncio es tan jodidamente
gracioso, ladro una hipo extraño de risa y el sudor gotea en mi ojo, obligándome a
parpadear a la basura, y me veo como que estoy ladrando y guiñando a la cámara, y
esto está yendo tan bien, y yo no soy como Bear, no soy como Bear.
¡Abortar! ¡Abortar!
─Es... ah divertido, Sudor por estrés, es por eso que estoy sudando ─Le
sonrío en un intento de controlar la situación─. No agarrar el trasero de su jefe
¿sabes?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
¿Qué tiene eso que ver con las hamburguesas? Nunca usaré hippies de nuevo.
¡DEAD está muerto para mí!
─Ellos no cocinan perros, ni gatos ─le digo a toda prisa a Katie Rhine─. Si eso
es lo que estás pensando, o visón o conejos, bueno, en realidad, creo que uno de los
BJ de gama más alta sirve conejo, pero podría estar equivocado, en ese caso, sería
verdadero.
En los momentos en los que todo el infierno se está abriendo libre, cuando
parece que el mundo está derrumbándose y las cosas están estallando en tu cara, lo
peor que puedes hacer es pensar "Bueno, esto no puede ser peor" porque Dios o el
que vela por nosotros escuchará su pensamiento y dirá "¡Ajá! ¡No deberías haber
pensado eso, estúpido mortal! Estoy a punto de joder tu día mucho más! "
una mezcla de algas y hongos ahumados fuera del núcleo hueco de una manzana), así
que encantado por los cantos (que ahora han cambiado a AÑO DEL PERRO, MI
OJO! ¿CUÁNTOS ANIMALES MÁS TIENEN QUE MORIR?) Recoge una gran
piedra del estacionamiento, una cosa bonita con una tira de cuarcita. Tengo tiempo
para pensar, "Esto está a punto de empeorar", mientras echa el brazo hacia atrás
hasta donde podía llegar. "Esto está a punto de ponerse mucho peor" y luego lanza
esa bonita roca a través de la ventana frontal de la casa de la Heart Slammer. La
ruptura del vidrio es tan impresionante que parece ser el sonido más fuerte que
alguna vez ha sido creado en la historia del mundo, es seguido casi inmediatamente
por el silencio más fuerte que jamás se ha creado en la historia del mundo.
─Correcto ─uno de los hippies susurra, creo que su nombre es Mornig Star o
Sun Leaf o Beach Vagrant, no lo sé, todo lo que sé ahora mismo es que ella se
vuelve hacia el lanzador de piedras y salta a sus brazos, envolviendo sus piernas
alrededor de sus caderas y empieza a besarlo en su rostro, y yo juro por Dios, la
lengua sube la nariz por un momento─. Eso fue tan correcto ─respira entre las
largas lamidas de su baño de lengua─. No puedo esperar para volver a la tienda,
Cornflower, quiero que te metas en mi con ganas, quiero bebés
Mi boca se seca mientras mis ojos van a la deriva del pecho ("Hola, Oficial"
pienso "Por favor arrésteme, he sido muy, muy malo") a los brazos ("¡Tienen que ser
falsos! Nadie tiene brazos tan grandes") Protejo mis ojos del sol para poder
obtener un buen vistazo a este chico grandullón y sobrealimentado que va a
arruinar mi tarde (y, obviamente, ofrecerme al menos un buenos seis meses de
banco de azotes -no me mires de esa manera, confía en mí cuando digo que no soy
un niño). Es grande, más grande de lo que un hombre debería tener ningún derecho
a ser, podría ser el hombre más grande de todo el mundo, por lo que sé.
─Tyson ─dice
─Dominic ─exhalo
T.J. Klune El Arte de la Respiración
10
¿ALGUNA VEZ has sido esposado por alguien, que creíste alguna vez que era
el amor de tu vida (que ingenuo, eso), sentado en la acera junto a tu mejor amigo,
que también es esposado y te mira de manera asesina, y preguntándote ¿cómo llegó
la vida a este punto? Pero ya sabes, en realidad, no es del todo culpa tuya, porque
la culpa está descansando total y completamente en la playa de los hippies, y juras
por todo lo que tienes, que si alguna vez consigues poner tus manos sobre los
miembros de DEAD. Los estrangularás hasta que se les salgan los ojos. Mientras
tramas estas fantasías de venganza en tu cabeza (“¡Cómo apelas, Aciano y Playa
Vagrant, que perteneces a un grupo llamado DEAD! porque eso es lo que pronto
serás"), también te preguntas si puedes encontrar alguna manera de estar seguro
que tu hermano mayor no se entere de esta pequeña… infracción… porque tu
hermano mayor es propenso a… exagerar sobre cada pequeña cosa, incluso si toda
la culpa era de los hippies de la playa. Y mientras estás sentado con las esposas
metálicas pellizcándote la piel (¿realmente tiene que apretarlas tanto?)
preocupándote de tu hermano e imaginando las muertes de los DEAD,
probablemente tampoco ayude que una reportera que huele como si comiera en 1—
800—FLOWERS23, esté intentando entrevistarte, poniendo el micrófono en tu cara
23
Empresa de envío de flores.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Tienes suerte.
Katie Rhine debe imaginarse que no va a conseguir nada más de mí. Ordena a
su cámara que coja unas pocas tomas más del “poder destructivo de la protesta”
(todavía está apuntando hacia ese Pulitzer), antes de convertirse en una nube de
auto-importancia y azaleas. Se marcha, golpeando sus altos tacones por el asfalto.
Me pregunto qué fácil sería sacar los puños y hacer un descanso por eso.
Probablemente me dirigiría a Canadá y cambiaría mi nombre por algo canadiense.
Como Carl. O franco-canadiense, como Pierre. Tendría que pasar clandestinamente
y ganarme la vida como conductor de Zamboni24. Todo ese talento, perdido alisando
hielo. Ah, bueno. No importa. Lo que será, será.
24
Pulidora de hielo, un vehículo tipo camioneta o más pequeño que se utiliza para limpiar
y suavizar la superficie de una pista de hielo.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Sólo que no puedo escaparme de las esposas. No creo que pudiera llegar muy
lejos con mis brazos asegurados tras mi espalda. Estoy bastante seguro que Canadá
no me dejaría entrar así.
Ella pone los ojos en blanco. —Sólo porque tu vistes sin coordinarte no
significa que los demás tengamos que hacer lo mismo.
Gimo y dejo caer mi cabeza. — ¡No puedo ir a la cárcel! Mido metro setenta.
¡Ese es el tamaño para la merienda de malhechores y rufianes!
—No lo parece.
—Lo siento.
─ ¿Por?
—Si eso te hace sentir mejor —digo esperanzado—, estoy seguro de que te
verás increíble en las noticias.
La más elemental de las sonrisas agrieta sus labios. —Me veo bien hoy,
¿verdad?
—Estupenda.
—No tenemos que hacerlo —digo rápidamente, sabiendo hacia dónde va esto.
Considero seriamente salir corriendo hacia Canadá, esposado o no.
—¿Por qué tendría que ser yo la única que vaya a la cárcel? —pregunta ella.
—Wow. Por muy bien que eso suene, prefiero hablar de Dominic.
Ella mira por encima de su hombro hacia BJ. —No mucho. Aún está dentro
hablando con el gerente.
Sólo que eso no es del todo cierto, ¿verdad? Sí, siempre ha sido grande, pero
era raro. Amable y dulce, pero raro. Sus pies y manos siempre parecían más
grandes que el resto de su cuerpo. Y sí, siempre fue atractivo, pero de una forma
juvenil. El gigante amable con la voz rota. Todo eso ha sido reemplazado por un
hombre hecho y derecho que es increíblemente grande y rodeado por un palpable
aire de autoridad.
Me pregunto, eso murmura, ¿cómo se sentirían esos brazos? ¿El roce de esa
barba descuidada de su cara contra tu cuello? ¿Su peso flotando sobre ti?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Obviamente, tendría que quitarse la mayor parte de su uniforme. Y las esposas aún
podrían estar puestas.
No creo que Kori necesite saber que estoy sentado frente a un restaurante
que contribuye a la caída de los niveles de salud estadounidenses con las manos
esposadas a la espalda, con una erección mientras tengo pensamientos sucios y
espontáneos sobre mi ex mejor amigo a quien yo, a todos los efectos, aparté de mi
vida porque pensé que era lo único para él y me enteré de lo contrario.
—O Creed.
—O Anna.
—O sus padres.
Y entonces él viene. Intento mirar a otro lado, intento cerrar los ojos frente
al espectáculo, pero no puedo. Han pasado cuatro años desde que lo vi por última
vez, y es como si hubiera habido una sequía todo este tiempo y finalmente lloviera.
No puedo mirar a otro lado, aunque lo intente.
Los segundos pasan, estoy seguro, pero no parece importar. Casi me olvido
que Kori está sentada justo a mi lado. Casi se me olvida que mi vida sin duda está
acabada. Casi me olvido de todo a parte del hecho que respiro, pero no puedo
recuperar el aliento. No puedo recuperar el aliento porque todo lo que puedo ver es
a él, todo lo que puedo sentir es a él, todo lo que puedo respirar es él.
Seguro que lo eres, eso se ríe. Porque esta es la reacción normal de alguien
adulto.
De algún modo, lo hago. Me impulso con mis piernas y me levanto ante él. Se
eleva sobre mí, y en mi mente no hay duda de que me está mirando directamente.
25
Land Rover Cruiser.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Él no dice nada.
Ella me ignora. —Entiendo que sabes que nuestro Tyson está aquí.
Nada.
—Él me obligó a venir aquí hoy —dice con una dulce sonrisa—. No quería para
nada hacer esto. Soy completamente inocente en este asunto. Si me dejas ir,
prometo que testificaré contra él en los tribunales.
26
Hepatitis C, un síntoma de la hepatitis es el tono amarillento de la piel.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Oh no.
Por supuesto ella no lo hace. —Estuvimos saliendo por un tiempo. Todo eran
días soleados, flores, besos y amor, pero entonces rompí su pobre corazoncito. Le
dije que no estábamos destinados a estar juntos. Vi algo en él que sabía que
significaba que estaríamos juntos para siempre, sólo que no en la manera en que
pensábamos, que podría ser posible. Éramos espíritus afines, él y yo. Unidos. Él es
mi alma gemela, pero no de la manera romántica —Me guiña un ojo como si eso
fuera a hacerme sentir mejor.
—En un latido —dice ella—. Después de todo, ningún amor es tan grande que
no pueda rendirse de evitar que vaya a la cárcel. Creo que Benjamin Franklin dijo
eso. O Nelson Mandela. O Kelly Clarkson. No estoy segura de quién.
—Me preocupo por el futuro del mundo —digo—, cuando una cita ficticia se
atribuye a Nelson Mandela o a Kelly Clarkson. Eso dice mucho de nuestra
generación.
—Ugh —le digo a nadie en particular—. Me siento como si no tuviera nada que
decir en este asunto.
Espero a que Dominic pregunte qué significa (la mayoría lo hace), así que
estoy impresionado cuando él asiente al entenderlo. —He conocido a un par de
chicos travestis —dice él —. Abajo en el refugio. Lo estaban teniendo muy
complicado, pero recibieron el asesoramiento que necesitaban.
— ¡Veintiséis! —dice Kori alegremente—. Y tan grande. Oh, sí. ¿No eres le
cosa más grande que he visto nunca?
—Doy fe —dice ella—. Pero volviendo a Ty y tú. ¿Por qué no habéis mantenido
el contacto? Obviamente no tiene que ver con su homosexualidad rampante, porque
pareces ser tolerante.
—Significa —explica ella—, que alguien podría verme como un chico con
vestido, pero tú todavía tomas pastel de arcoíris cada día de la semana —Baja la
voz y susurra con complicidad a Dominic—, Es tan gay que incluso su polla está
doblada.
— ¡Kori! —grito.
— ¿Qué? Lo está. Es por eso por lo que te llamo “Capitán Garfio Pícaro”.
Pero por supuesto, ella me ignora por completo. — ¿Y por qué no debería
saberlo? La apretabas contra mí. En múltiples ocasiones. ¡Oh, los chanchullos en los
que parece que nos encontramos el uno al otro! —Sus ojos burlonamente abiertos,
su voz aleteando—. ¡Oh! No es que hayamos bebido en realidad, oficial. Tyson es
menor de edad, después de todo. ¿Dije sangría? Quise decir zumo de naranja —En
realidad, había sido sangría, y me detuve en la segunda cuando me di cuenta de lo
que estaba bebiendo, tiendo a reír de tal manera que hace que suene como si fuera
un par de canguros apareándose. No es un sonido bonito, más como un gutural
OOOAAHHOOOAAHH. Adelante. Búscalo en Google si es necesario.
Dominic aprieta las manos sobre el volante tanto que sus nudillos se vuelven
blancos.
Kori vuelve la mirada hacia mí, pero se desliza fuera del coche. Dominic la gira
y libera sus puños. Ella se frota las muñecas mientras se gira y sonríe a Dominic. —
Anda, gracias —dice—. Siempre he querido ser esposada por un hombre grande y
fuerte. Estoy tan feliz de que fueras capaz de ayudarme con mi fantasía. ¿Alguna
vez conduces la moto policial? Y si es así, una consulta: ¿tienes que llevar botas de
motorista? Eso podría ser otra fantasía mía. Especialmente si van todo el camino
por encima de las rodillas. ¿Tal vez podrías llevarme en alguna ocasión?
Me muevo para salir del coche, pero Dominic me bloquea. —Tú no —dice, su
voz un gruñido. Trato de ignorar los escalofríos que recorren mi espalda—.
Quédate aquí.
—Como si quisiera volver allí alguna vez —digo con indignación—. ¿Sabes lo
que hacen para conseguir la carne que sirven? Es una ofensa para todos…
—No conoces a los hippies playeros todos los días —dice Otter. Se ve
bastante decepcionado de que ellos no estén en el coche conmigo.
—Los encontramos por internet, ¿cómo no? —dice Kori—. Hoy en día son muy
modernos, ya sabes.
— ¿Chillar como una diva furiosa? —Pregunta Kori—. Buen trabajo. Realmente
lo has conseguido.
—¿Vas a dejarle salir? —dice Bear por encima de mis gritos —. Creo que le ha
quedado claro. Más o menos.
Dominic niega. —No. Tengo algunas cosas que decirle. No creo que haya mejor
momento que ahora que está esposado y no puede ir a ninguna parte.
a parar. Siento un momento de feroz orgullo que sale de la nada y casi corta la
respiración en mi pecho. Aún estoy regiamente cabreado con él (lo que en realidad
es mentira, porque estoy enojado conmigo más que nadie… bueno, conmigo y con los
hippies playeros), y preferiría estar en otro lugar. Pero no puedo apartar los ojos
de él mientras levanta la mirada hacia Dominic, y tengo que frenarme de gritar
“¡Patéale el culo!”. No creo que eso ayudara mucho a la situación, y creo que
técnicamente es ilegal amenazar a un policía.
Miro a Otter para ver si va a tratar de detener a Bear, pero Otter sólo está
mirando a mi hermano con esa expresión de amor exasperado en su cara que hace
tan bien. Sabe tan bien como yo que Bear va a decir lo que Bear tiene que decir, y
nadie puede decirle lo contrario.
—Ahora escúchame —dice Bear en voz baja, sus ojos brillando—. No has
estado en los últimos cuatro años y…
—No has estado aquí, Dom. Sé que no es tu culpa. No te culpo de nada. Pero
las cosas son diferentes ahora. Tomamos las elecciones que debemos para proteger
lo que amamos. Tú, más que nadie, debería saber esto. El Chico podría ser un grano
en el culo para mí, y podría no pensar las cosas todo el tiempo…
—Ahora no importa —interrumpe Bear—. Puedes dar tu opinión, sea cual sea,
y no te detendré. Pero el trastorno de pánico es algo real, y los ataques de pánico
T.J. Klune El Arte de la Respiración
pueden ser extremadamente perjudiciales. No hagas nada para hacer que surjan,
¿me entiendes?
Dominic observa a Bear, y creo que hay una posibilidad real de que Dominic va
a agarrar su Taser27 y disparar a Bear en la cara. Sería un perfecto final a este
magnífico día.
Los ojos de Bear se suavizan, pero sólo un poco. — ¿Nos necesitas para
recoger a Ben? Su turno tiene que estar a punto de terminar.
— ¿Ben?
—Claro. Está bien. Puedo pedirle que le traiga aquí. Sólo recuerda lo que dije,
¿vale?
Oh, mierda.
—Sobre que Tyson te pertenece sólo a ti —dice Dominic—. Sabes tan bien
como yo que desde el primer momento en que puse los ojos en él, me perteneció
también. Tal vez incluso más que a ti. En el momento en que él siguió a esa hormiga
fuera, fue mío.
Uh. ¿Qué?
—Ahora podría ser un buen momento para que te vayas —dice Otter,
caminando alrededor de Bear, quien está empezando a hacer su mejor impresión de
convertir su cara en un tomate. Otter susurra algo en el oído de Bear, y Bear le
27
Pistola eléctrica.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Asiento, inseguro por lo que acaba de suceder. Me siento como en uno de esos
sueños donde sabes que estás soñando pero no puedes hacer nada para pararlo.
Bear deja que Otter le aparte. —Y quítale esas esposas —dice Bear por
encima de su hombro. Suena enfadado—. Por mucho que las merezca, sólo
empeorarán las cosas —No vuelve a dirigirme la mirada.
11
Una vez, cuando tenía once años, me senté sobre la cama de mi habitación en
la monstruosidad Verde, viendo a mi amigo Dom, mientras se probó su toga de
graduación por primera vez. Era un poco pequeña en él y, estirada firmemente
sobre sus hombros, la toga llegaba casi hasta las rodillas.
Solté un bufido.
—No importa, —dijo con un suspiro—. Sólo voy a usarlo por poco tiempo.
—¿Patty y Bert estaran alli? —le pregunté, esperando que ocurriera algun
milagro y sus padres adoptivos demostraran realmente ser humanos.
—No lo creo —dijo. Él se saco la toga por la cabeza, y hubo un destello de piel
a través de su estómago cuando su camiseta se levanto y yo decididamente lo
T.J. Klune El Arte de la Respiración
ignoré. No era algo que me importaba ver, porque este era Dom. El era mi amigo,
pero la piel era bronceada y musculosa y yo...
—Está bien —le dije─. Todos nosotros estaremos allí —me miró con cautela
en sus ojos.
Se encogió de hombros y miró hacia otro lado. —No lo sé. Sabía que tu irias,
pero no sabia que los demas lo harian.
Yo me rei.
—Tú eres de la familia. Por supuesto que todo el mundo estará alli.
—¿Sí?
—Sí.
—Guay.
—No sé por qué no suspendiste este año como te dije que hicieras. De ese
modo cuando empezara la secundaria el próximo año, podriamos haber estado en la
misma escuela ─Lo que no dije fue que yo estaba aterrorizado de que él comenzara
la universidad en el otoño, aunque sólo estaria en Seafare Community College.
estaba seguro que haria nuevos amigos y se daria cuenta lo extraño que era pasar
el rato con un niño. Yo sabía que lo vería cada vez menos, hasta que un día no se
dejaria ver mas y me dejaría a un lado. Traté de decirme a mí mismo que no sería
tan malo, porque las cosas se estaban poniendo mejor y mejor cada día, y tal vez un
día no tendría que ir a ver a Eddie nunca más (aunque parte del proceso de
adopción involucraba terapia obligatoria), y podría ser normal. Podría ser como los
demás, y estos pensamientos extraños, estos oscuros pensamientos que cruzaban
por mi mente de vez en cuando que me susurraban cosas como: ellos siempre se van
y un día incluso Bear te abandonará, dejarán de cruzar por mi mente. Un día no
necesitaré más de la bañera. Un día, no habrá más terremotos y todo estará bien.
Seré normal y la memoria de mi madre será sólo eso: un recuerdo.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Eso fue lo que dije. Eso fue lo que traté de hacerme creer.
Pero este era Dom. Esta era mi Dom. Podia leerme tan bien como Bear. Tal
vez incluso mejor. El vio directo a través de las palabras que no dije. Se sentó a mi
lado en la cama y palmeó mi rodilla.
No podía mirarlo.
Quería creerle. Y tal vez una parte de mí, incluso lo hizo. Pero una parte más
grande, una parte no deseada (¿no es siempre el camino?), sabía de las Julie
McKennas del mundo. Sabía que la gente decia cosas que no quería. Sabía que
hacian cosas que lastiman a otros. (Yo) sabía que la gente se marchaba. Decian que
no querían. Me dijeron que no podrían. Pero lo hicieron. Por lo general, lo hicieron.
—Tyson. Mírame.
—Lo prometo, —dijo—, a donde tú vas, yo voy. Amigos hasta que seamos
viejos y grises.
Deseaba creerle. Lo deseé con todo lo que tenía. Y cuando tienes once, estás
en la cúspide entre creer que los deseos todavía se cumplen si crees en algo que
deseas con fuerza y entender que el mundo tiene dientes y bordes afilados. Lo
deseé. Lo hize. Te prometo con todo lo que tengo que lo intenté.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Pero conozco los dientes. Los bordes afilados. Y ellos eran más grandes que
los deseos. Yo sólo tenía once años, pero era el producto de mi educación también.
Tal vez es por eso que era capáz de ser el que se iba. Tal vez había estado
buscando una razón y aferrado a la primera que llegó, no importa lo difícil que era.
Si hay una cosa que he aprendido en mi vida, es que es más fácil dejar a alguien
antes de que te dejan. Debido a que con el tiempo, todo el mundo se va. Es
inevitable.
Dominic se sale del coche, y oigo el viento que sopla fuera a través de la
hierba del mar, un sonido que me recuerda tanto a mi infancia que tengo que
parpadear para alejar la quemadura. El otro único sonido es el tic-tac del motor de
refrigeración.
Quiero ser el primero en hablar, pero no sé qué decir, ¿Como estas? parece
trivial, lo siento, parece demasiado poco y demasiado tarde. ¿Me extrañaste?
Demasiado egoísta.
No dije nada.
—Ah, ¿sí? —No sé qué más decir a eso. Después de esparcir las cenizas de la
señora P en el mar (sólo para que vuelen de vuelta en nuestras caras. La idea de la
senora P de una broma, incluso después de que ella se haya ido), Anna había
conseguido la idea de poner una cruz, además de la marca en el cementerio. El
marcador de piedra podría ser para sus amigos. La pequeña cruz era para su
familia.
—Tyson.
—Lo sé.
—Tambien se eso.
—No lo hice.
—¿Cual es tu punto?
Se encogió de hombros.
—¿Cómo está tu esposa, Dom? ¿Cómo está Stacey? —Mi voz se burla y mis
palabras tienen el propósito de hacer daño, pero tan pronto como salen de mi boca,
quiero llevarlos de vuelta. Desesperadamente. Mi corazón golpea en mis oídos.
Esto no es lo que soy. Estoy por encima de esto. Ya he terminado con esto.
Obviamente, se ríe.
—Es lo mejor que tienes? —me pregunta—. ¿Eso es todo? A por ello. Puedo
soportarlo. Si te hace sentir mejor, entonces puedes decir lo que quieras.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Oh, eso duele —dice con una risa corta—. ¡Mírate! Gran hombre.
¿Aprendiste eso en la universidad?
—¿Por qué?
—Excelente. Eso aclara todo un infierno. Gracias, Dominic. Gracias por eso.
Gracias, por este hermoso día. Si no te importa, me gustaría ir a casa ahora.
Empieza a llover. Sólo una ligera niebla, de verdad. Lo suficiente como para
causar marcas en las ventanas. Pero por alguna razón, eso agrava todo lo que
ocurre en este coche que se ha convertido de repente en sofocante. Puedo sentir
una constricción en mi garganta y el coche comienza a temblar. Esa vieja y familiar
agitacion se eleva por encima de mí y pienso, Hola, allí. Hola, viejo amigo. No te he
visto en, ¿qué? ¿Unos pocos días?
—Entonces habla —me las arreglo para decir. Trato de bajar la ventanilla
para conseguir un poco de aire, pero esto es un coche de policía.
Es fácil, Eddie Egan, mi viejo terapeuta loco, susurra. Es sólo una cuestión de
respiración. Sostienes y luego la dejas ir, aspiras y expiras. Es así de fácil, ya que
eres más grande que esto. Eres más fuerte que esto.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Sigue hablando, —le digo—. Sácalo todo asi terminamos con esto —No sé
por qué jamás pensé que podría obtener esto de vuelta. Él y yoo. De algun modo. He
cometido muchos errores. La he jodido demasiadas veces, y nada se puede salvar
aquí. Estoy avergonzado y me quiero ir a casa, así puedo ocultarme y lamer mis
heridas. No está ayudando la necesidad repentina de golpear su cabeza para
hacerle sangrar.
—Tienes toda la maldita razón y voy a seguir hablando. ¿Crees que esto se
acabo para ti? ¿Crees que puedes tomar todas las decisiones aquí? Te equivocas,
Tyson. No puedes estar más equivocado. ¿Sabes lo que se siente tener que obtener
actualizaciones tuyas de segunda mano? Tener que escuchar de Bear y Otter o de
Creed y Anna cómo lo estas haciendo ¿Después de haber ignorado mis llamadas?
Volé a esta mierda de New Hampshire. Me puse de pie fuera de tu puerta, y tu
hermano me trato como si fuera un maldito extraño, todo porque tu estabas
cabreado. Dime chico, ¿dónde coño está la justicia en eso?
No puedo respirar. Su voz se ha vuelto más fuerte, hasta que está gruñendo.
Sus palabras se han vuelto más enojadas. Hay acusaciones y dolor y tristeza y un
millón de otras cosas que cruzan su rostro, pero no puedo respirar porque él me
llamó chico. Ni una sola vez lo ha hecho antes. Nunca. Siempre he sido Tyson para
él, o Ty, Pero jamás chico.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Lo odio, pero es correcto. No quiero que me vea así. Tomo una respiración.
Manténgo y lo dejo salir. El coche está temblando y mi piel se siente como que está
zumbando, pero fuerzo al aire a entrar y lo obligo a salir, esto no me vencerá, esto
no me va a superar. Aqui no. Ahora no.
—Tienes razón, —le digo con los dientes apretados. ¿Es asi? ¿Puedo ir a casa
ahora?
¿Por qué? ¿Por qué? Porque estaba enamorado de ti. Pensé que un día
regresarias y me verias del mismo modo en el que yo te veía. Tu me verías y
sonreirías y entonces verías este fuego en tus ojos y serías para mí. Todo esto
sería para mí. Tu me dirias que no quisieras que te dejara nunca mas y estarías
arrepentido de haberme dejado ir en primer lugar. Que nunca quisiste que pasara.
Me prometerías que nunca sucedería de nuevo. Fuiste mi primer amor y por mucho
que me cueste admitirlo, has sido el único. Amo a Corey y Kori, pero nada como te
amaba. Pude tener quince. Pude haber sido un tonto, pero creía. De alguna manera,
de alguna manera creía. Y me rompiste, Dominic. Me rompiste. Por mucho que
debería de haberlo visto venir, tanto como debería haber sabido que estaba allí,
todavía me rompió porque me di cuenta que lo que yo quería no estaba destinado a
ser.
Pero ese no soy yo. Yo no digo esas cosas nunca más. No expongo por ahí,
porque ya no tiene importancia. No voy a ser el pie bajo la lluvia en la playa
vertiendo mi corazón. Ya no tengo quince nunca más. No soy un niño. Sé cómo
funcionan las cosas ahora.
Enciende el coche sin decir nada más, se aleja de la playa, y se dirige hacia la
ciudad.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Dominic no hace ningún movimiento para dejarme salir del coche. Él sólo se
sienta allí y mira a la Monstruosidad Verde. Está empezando a oscurecer. Me
pregunto al azar lo que los hippies de playa están haciendo en este mismo segundo.
Cornflower podría estar haciendo lo que prometió y dando Beach Vagrant a todo un
clan de chicos hippie. Supongo que el mundo siempre podría usar más lanzadores de
piedras.
—Dijiste que te pertenecía, —le digo sin pensar. Mi boca tiende a hacer eso.
Suspira—. Las cosas cambian.
—Oh.
Silencio. Entonces...
—Sí.
—El mejor.
—¿Lo amas?
—Sí.
—Oh.
—Pero no así.
—¿Oh?
—No es verdad.
Está mintiendo, pero lo dejé pasar. Dios sabe que he hecho lo suficiente hoy.
Abre la puerta. Retrocede. Abre la mía. Creo que ésta podría ser la última
vez que lo vea y me pregunto si voy a permitirlo. Me pregunto si voy a dejar que
esto sea todo lo que hemos tenido, no puede acabar en éste último momento. Todo
lo que ha hecho por mí. Todo lo que él significa para mi. Todo lo que puedo hacer es
abrir la boca y decir lo siento y decir que estaba herido porque elegiste a alguien
que no era yo, y eso seria todo. Todo habría terminado. Podríamos recoger las
piezas y volver a ponerlas juntas. Puede ser que no ajuste a la forma en que solía
hacerlo, pero podríamos moldearlos en nuevas formas, podría hacer esto de lo que
somos ahora, y no que lo que solíamos ser.
Pero es el niño corriendo hacia nosotros lo que capta mi atención. El niño con
el pelo oscuro.
El niño cuyos ojos son grandes, que tiene una pequeña sonrisa en su rostro. El
niño que es la completa imagen del hombre de pie a mi lado.
monótono. Por un momento, creo que podría ser porque él es sordo, pero luego
Dominic dice algo al niño y puedo decir que el niño le oye. Dice de nuevo papi, papá,
papá, papá.
—Este es Ben —dice, recogiendo al niño del suelo y en sus brazos—. Ben, este
es Tyson.
Ben vuelve a mirarme con sus ojos tan parecidos a los de su padre, que apenas
puedo mirarlos. Apoya su rostro en el cuello de Dominic, tratando de ocultarse.
—Hola, Ben, —le digo. Miro hacia atrás a Dominic y una pregunta que ya sé la
respuesta—. ¿Tu hijo? — Dominic asiente—¿Que edad?
—Sí.
—Probablemente no.
Ben se ve decepcionado.
peor cosa en la que me sea posible centrarme, pero no puedo evitarlo. Todo el
mundo sabía menos yo.
—¿Por qué?
—¿Por qué? —pregunta. Luego escupe mis propias palabras hacia mí—. No
importa. No más.
No sé qué decir.
—Tengo que llevar a Ben a casa. —Se volvio hacia la casa—¿Comio? —Se
dirige a Bear. Mi hermano asiente, con los brazos sobre el pecho—. ¿Tienes el
asiento del coche?
Bear llega por la puerta y lo recoge. Él camina por las escaleras y a través de
la puerta de el patio. Ben llega hasta Bear y Bear ríe, da el relevo del asiento del
coche a Dominic para cambiarlo por el del niño.
—Todo ha ido bien. Ha estado coloreando con JJ dentro. —Él sonríe a Ben
mientras Ben pone sus manos en el pelo de Bear. Él balbucea y me doy cuenta de
que yo solía hacer eso. Bear solia sostenerme así y yo le decía todo lo que alguna
vez me vino a la mente. Me apoyaba en su pelo, y asi me escuchaba y yo hablaba. Y
habla. Y habla.
—Ah, ¿sí? —Bear pregunta. Él mira hacia mí, tratando de ver lo que puede
ver.
Dominic toma a Ben de Bear y lo pone en el asiento del coche. Él murmura algo
a su hijo, y oigo gruñir a Ben. Casi abro la boca para informar a todos que él está
poniendo a su hijo en la parte posterior de un coche de policía, pero eso no parece
ser la mejor cosa que hablar en este momento.
Aparto la mirada.
—Fue bueno verte de nuevo. Manténte alejado de los problemas este verano.
—Como si estuviera hablando con un niño. Un conocido. No dice nada mientras sube
en el interior del auto, se aleja y pronto desaparece de la vista.
—Hice lo que pensé que era lo mejor —dice Bear lastimeramente—. Lo que me
pareció correcto. Voy a hacer lo que pueda para mantenerte a salvo. Para evitarte
sufriemiento.
—No más, —le dije sin mirarlo—. No decidirás por mi nunca mas. —Dejo Bear
en la acera.
Más tarde esa noche, estoy despierto mirando al techo, lleno de todos los
pensamientos de él. Mientras Kori acurrucado contra mí, respira profundamente.
Trato de empujar a Dominic a la distancia, pero él no me deja.
Recogiendo a su hijo.
12
No hay respuesta.
—¿Otter?
Nada.
—Hola Tyson, —dice Julie McKenna. —Hola cariño, ¡te has vuelto tan grande!
—Su sonrisa se tambalea un poco. —¿Me recuerdas?
Pero aquí está ella, Julie McKenna, y yo tengo nueve años y sé que ella tomara
todo de mí, se llevará todo lo que hemos construido en los últimos meses y mientras
yo estoy allí, parado frente a ella, su sonrisa empieza a abandonar su cara, me
acuerdo de la última vez que la había visto, cuando me llevo a la casa de Anna,
diciendo que tenía algunas cosas que hacer, cosas que un niño pequeño como yo no
podía participar.
Yo tenía cinco años cuando ella llamó a la puerta de Anna, mi mano entre las
suyas, sus uñas raspándome la piel. Anna abre la puerta, mucho más joven entonces,
T.J. Klune El Arte de la Respiración
tan bonita y sus ojos se abren ligeramente cuando nos ve. Ella se recupera
rápidamente y sonríe hacia mí, tal amor hincha mi corazón porque la conozco.
Conozco a Anna.
Tenía cinco años cuando mi madre le dijo a Anna que algo había ocurrido, que
necesitaba que Anna me viera por un par de horas. Había un acento extraño en su
voz, como si estuviera distraída, hablando desde muy lejos. Sé que Anna lo oyó
también, porque una mirada de preocupación cruzó su rostro, pero ella la empujó a
un lado y le dijo a mi madre, que por supuesto lo haría, por supuesto que podría
ayudar.
—Si no soy yo, —dijo Julie cuando tenía cinco años, —entonces Bear lo
recogerá.
—Solo vine a verte —Julie dice cuando tengo nueve—. He venido a verte
porque te extrañaba y pensé que tal vez podríamos hablar. Pensé que tal vez
podríamos hacerlo como solía ser, aunque sea por un poco. ¿No te gustaría eso?
¿No crees que podríamos hacer eso?
Yo retrocedo y ella debió tomarlo como una invitación ya que supera la puerta
y la cierra detrás de ella. —¿Dónde está tu hermano? —Pregunta y pienso... Es por
eso que estás aquí, es por eso que regresaste. Bear.
Yo tenía cinco años cuando ella se inclinó frente a mí y puso sus manos sobre
mis hombros. Yo tenía cinco años de edad cuando ella me miró a los ojos y dijo: —
Pórtate bien, ¿de acuerdo? —¿Y no estaba allí, algo en sus ojos, en ese momento?
¿Algo tan cerca de la alegría y la libertad que rayaba en la locura? Allí estaba, pero
solo tenía cinco años de edad y todavía no tenía la capacidad de entender los
bordes afilados del mundo. Todavía no entendía que cuando extiendes la mano
podías ser mordido.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Tengo nueve años cuando encuentro mi voz y grito por la señora Paquinn. Oigo
la preocupación en su voz cuando me llama en respuesta, corro hacia ella. Corro
hacia ella incluso mientras mi madre dice mi nombre detrás de mí.
La señora Paquinn se acerca desde el sofá y abre sus brazos para mí, yo salto
en ellos, porque sólo soy un pequeño chico todavía y las cosas están cambiando.
Una vez más, las cosas están cambiando.
Tengo nueve años de edad cuando ella vuelve por sus propias razones egoístas
que no voy a saber por años.
—Te ves cansado. —Corey me dice un par de días más tarde. Estamos
tumbados en la playa, un agradable tiempo cálido delante de nosotros, el cielo de un
azul claro. Es el primer día de sol que hemos tenido desde que he vuelto a casa y
Corey no me permite revolcarme en mi totalmente razonable y súper importante
angustia solitaria en mi cuarto. Me arrastró hacia fuera, diciendo que si no lo hacía,
pronto estaría pálido, escuchando a Mary Chapin Carpenter y escribiendo tristes
poemas acerca de cómo nadie entiende mi existencia, porque nadie puede entender
la ruptura de mi corazón como si fuera una adolescente enamorada demasiado
emocional.
Por supuesto, fingí indignación, diciéndole que nunca volvería a escribir poesía
llena de angustia, e incluso si lo hice, era un adolescente, así que podría ser
totalmente perdonado. Esto, por supuesto, era la mentira que salía detrás de mis
dientes, ya había escrito el siguiente en la parte de atrás de un viejo volante de
protesta con un roído bolígrafo Bic, mi alma derramado en cada penetrante
palabra:
(Esta última parte fue escrita para hacerme sentir mejor. Funcionó. Soy muy
impresionante.)
(Sí, fui allí. Lo siento. Mi vida no es un libro con torso y sin cabeza cincelados
para adornar la cobertura. No estoy cincelado y estoy bastante seguro de mi torso
tiene una forma graciosa. Lo cual, como nota al margen, ¿por qué hay siempre
hombres musculosos con abdominales y sin cerebro? ¿No se visten solos? ¿No
pueden permanecer lo suficientemente lejos de la cámara para obtener sus rostros
en una foto? ¿No es que alguna vez se cansan de hacer abdominales y a veces sólo
quieren sentarse en un sillón reclinable delante de un televisor y comer galletas
directamente de la lata? No es como si tú lo miraras y ya. Wow. Estoy muy
contento que ese tipo tenga un paquete de ocho y está de pie en una pose
incómoda. Además, estoy feliz de saber cómo luce su mentón, pero no el resto de la
cara. Eso me dejaría disfrutar más la historia.)
(Nada en contra de Ben, por supuesto. Excepto por el hecho de que él existe.)
(¡Ay, eso!)
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Pero.
¡Pero!
—Estoy bien, —le digo a Corey, como si el poema con todo mis sentimientos no
existiera—. No he estado durmiendo muy bien, pero ya lo superaré.
—Uh-huh, —dice de esa manera que me dice que no cree una sola palabra que
sale de mi boca—. ¿Todavía no hablas con Bear?
¡Al diablo sobre todo él! —¡Por supuesto que no! —Me burlo—. ¡Si, Como no!
¡No es difícil! ¡Yo jamás! ¡Semejante audacia en esa pregunta! ¿Cómo...?
—Él tiene un niño! —Grito. Las personas que cerca de nosotros me miran raro.
Miro hacia atrás extraño—. Un niño, —le digo en voz baja—. Vino, vio, conquistó las
regiones inferiores de esa mujer y ¡ahora tiene algo que mostrar por ello!
—Tú no eres humano. Eres Tyson. Eso es un mundo aparte. Me gustaría tener
el que está en el final.
Por supuesto que lo haría. El hombre era el más grande de todos los demás y
su pelo en el pecho parecía un afro fuera de control.
—Dios mío, —murmuro—. ¿Cómo diablos alguna vez tuvimos una cita? Soy el
tipo más bajo que conoces y tuve un solo pelo en el pecho una vez que resultó ser
un hilo de mi camisa.
—Tú eras lo que yo necesitaba, —dice—. En ese momento. ¿Quién sabía que
conseguiría ponerse mejor después?
—Tyson, nunca has jodido a nadie y nunca nadie te ha jodido. Eres virgen.
Guau. Siempre es bueno saber que el momento más caliente de tu vida puede
reducirse a un roce y una chorreada. Me gustaría tener ninguna moral ni escrúpulos
así podría haber tenido relaciones sexuales con como mínimo treinta y seis
personas hasta ahora en mi vida. ¡Eso es lo que se supone que la universidad
debería ser! Beber y follar y haciendo grandes montones de cocaína y despertar en
la cama de alguien con un condón aun en tu polla, incapaces de recordar lo que
sucedió exactamente la noche anterior. Buena, algo como eso. Tal vez no la parte
de la cocaína o la parte de las treinta y seis personas o la parte de beber. Todo eso
suena agotador. Y también, me sentiría mal por no recordar con quien acabe
fornicando. Eso parece un movimiento estúpido. Supongo que tendría que
preguntarle su nombre y probablemente él querría ir a buscar panecillos o café y
luego me sentiría mal de nuevo y estaría de acuerdo.
—No voy a usar la cocaína debido a los Seahawks —le digo a Corey—. No
quiero ser una puta en un mal matrimonio.
—Bear no es encantador.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Es adorable.
—Me siento como si tuviera que estar pagando para ver esto, —dice mientras
uno de los tipos de voleibol agarra otro tipo estúpido y se ríe de su amigo—. Chicos
heterosexuales no tienen sentido.
Bueno, susurro, no es que hiciera mucho estos pasados cuatro años para tener
un seguimiento de Dominic.
Por el amor de Dios. —La vida es dura—. Bueno, más difícil de lo que solía ser
y probablemente la estoy haciendo más difícil aún. Bleah.
Duro apenas tres segundos, pero creo que sabe lo que viene.
Resopla. —Esto no tiene nada que ver con eso. Es muy sencillo, de verdad.
—¿Cómo lo sabes?
—Tienes preguntas.
—Supongo.
—Lógicamente, seguro.
Me quejo. —Maldita sea. Dije exactamente eso mismo a mi hermano una vez.
Hace mucho tiempo. Jesús, como si necesitara más pruebas de que soy Bear
segunda parte. Que deprimente—No hay esperanzas para mí.
—No podría decirlo exactamente de ese modo. A menos que quieras decirlo
literalmente.
—¿Cómo crees que él y Otter van a escoger a una mujer? —Corey pregunto,
mirando a los chicos de universidad de nuevo con una mirada extraña en sus ojos.
Juro que está a punto de mostrar su plumaje y bailar como un pavo real listo para
aparearse. No estoy celoso de eso. En absoluto. Ni siquiera un poco.
—Estoy bastante seguro de que hay agencias por ahí que tienen las mujeres
listas para ser inseminada. Firmas y luego revisas cada mujer para saber quién
quedara embarazada. Todo es muy clínico.
Hago una mueca. —Así que ¿es como una granja para producir bebes? ¡Eso es
inhumano! —En mi cabeza, veo una fila de mujeres conectados a algún tipo de
máquina insertado en sus vientres conectados a un dispositivo de suministro listo
para recibir los depósitos de mi hermano.
Corey suena divertido cuando dice, —Sabes, para ser tan listo, puedes ser
bastante tonto a veces.
—Indudablemente.
Pero ahora que estoy pensando en ello no puedo parar. — ¿Y por qué las
mujeres en esta fábrica de bebes lo hacen? Se les paga, estoy seguro, pero ¿por
qué iban a querer quedar embarazadas una y otra vez? Esto sería como una
adicción, ¿verdad? Al igual que con las drogas. O como ese chico en ese programa
de televisión, que era adicto a lamer el pelaje de su gato.
Corey pone los ojos en blanco. —Obviamente, no tiene nada que ver con la
alegría de dar a otros una familia.
—Nadie es tan altruista, —digo con el ceño fruncido—. Hay algo siniestro
detrás de esto, pienso que Bear y Otter deberían esperar hasta que pueda llegar al
fondo de esto.
—¿Y ellas lo hacen porque son adictas al igual que el lamedor de pelo de gato?
—Exactamente.
—Así que solo para estar seguro de que entendí esto, si Bear y Otter tratan
de tener hijos, ¿esto provocara que las maquinas fabricadoras de bebes se
levanten y dominen el mundo?
—Vaya, que fortuna. Y cuando ellos tengan los niños, serán algún tipo de pelo
blanco, ojos azules engendros de Satanás.
—Y esto no tiene nada que ver con tus sentimientos personales en absoluto.
—No sabía si estaba preguntando o diciéndolo.
—¿Qué? ¿Cómo te atreves? —¡con que coraje!— ¡Con que coraje! Por supuesto
que no. Yo solo quiero que piensen bien las cosas antes de que den inicio al fin del
mundo. Realmente no creo que sea mucho pedir.
—¡Oh, no! No intentes mirarme en ese modo, ¿sabes exactamente lo que has
hecho?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Estoy tan cansado, —le digo mientras bostezo. Me estiro para demostrarle
cuán cansado estoy—. Podría echar una siesta aquí en la playa, cuida de mí, así mi
virginidad no se echa a perder mientras duermo. Mi preciosa flor es importante
para mí.
Puedo decir que casi quiere mirar, pero de alguna manera se las arregla para
mantener sus ojos en mí. Hago una nota mental de que esta es la primera vez que
Corey es capaz de resistir mis poderes y debo distraerlo antes que pueda llegar a
ser más poderoso.
—Tyson.
—¿Qué?
—No lo es. —Realmente lo es, pero no puedo dejar que Corey gane tan
fácilmente. Los mejores momentos de la vida son los que trabajas duro para lograr.
Puedes citarme en eso.
Él no dejó de recordarme cómo sólo había ido una vez, recordándome que me
quejé en voz alta todo el tiempo, todo mientras levantaba las pesas de barra
rosada de cinco libras por encima de mi cabeza como si fuera una especie de mamá
de fútbol tratando de conseguir que la flacidez obstinada en su parte delantera
desapareciera para que su esposo dejara de mirar a la secretaria con los
tremendos pechos de su oficina. Esto, por supuesto, conducía a una discusión
porque primero, la barra pesaba más de cinco libras y no era ciertamente de color
rosa (pesaba siete libras y era de color púrpura) y segundo, nadie en su sano juicio
debería considerar el uso de la palabra "Tremendos" en cualquier tipo de
conversación, ya que aporta una completa falta de civismo en el procedimiento y
por lo tanto, demuestra que cualquier punto que el usuario de la palabra podría
haber intentado tener es totalmente sin consideración y mérito.
Sensación de hormigueo ido. Perra estúpida. Estoy tan molesto. —No sé nada
de eso.
—Tyson.
—¡Lo sé!
—No lo haría.
—Lo harías.
Realmente lo haría. —Ni siquiera sé cómo empezar. —¿Cómo hace uno para
reparar años de idiotez cuando todavía quiere actuar como un idiota? Esta no es
una pregunta que haya tenido que hacerme a mí mismo antes. Normalmente no suelo
jugar el papel del idiota. Eso no es presunción, es un hecho.
—Te conozco.
—Bastante.
—Probablemente.
—Probablemente.
—Probablemente.
—Probablemente.
—Definitivamente.
Pongo los ojos en blanco. —Creo que voy a sobrevivir mientras que disfrutas
el desfile pseudo-hetero. ¿Además? Estoy ofendido que en vez de preguntarme si
quería unirme asumes que quiero quedarme aquí.
—¿Quieres unirte?
—Ew. Todos están sudando. Por supuesto que no. ¿Cómo te atreves a
preguntarme eso?
—Estoy bastante seguro que harían mucho más si se los pides. Hombres
heterosexuales… son tan gay.
—Muérdeme —le digo. No planeo hacer nada por el estilo. Tan pronto como
Corey se aleje, tomare las llaves del auto y lo dejare aquí. Atravesare la frontera
de Canadá para iniciar mi sueño de convertirme en el conductor del Zamboni
Franco-Canadiense de nombre Pierre. Nada me detendrá, nadie impedirá que
realice mi sueño. Nada ni nadie.
Y entonces dijo algo tan estúpido, algo tan ridículo, jodidamente altera-vidas,
que aún no puedo procesar lo que significa y mis sueños de convertirme en el
conductor de Zamboni desaparecen como si nunca hubieran existido —Y además —
dijo—. Estoy bastante seguro que al máximo Dominic es bisexual. Estabas
demasiado ocupado ignorándolo completamente para notarlo, pero sus ojos nunca se
alejaron de ti el día que fuimos arrestados. Él te miraba como si fueras la única
cosa en el mundo que existiera. Estoy seguro que para él, lo eras, al menos en ese
momento. ¿Quién sabe lo que podría pasar?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Me quedo con la boca abierta incapaz de articular palabra, estoy seguro que
puedo oler olor a quemado de dentro de mi cabeza.
—Tú... Bastardo...
13
Como un hombre
— ¿Cómo sabemos siquiera, que esta es su casa? Esta podría ser la dirección
incorrecta y podría acabar interrumpiendo alguna sesión de espiritismo donde una
señora mayor está tratando de comunicarse con su esposo que murió
repentinamente y sin previo aviso. Me sentiría terrible mal con eso. —A menos que
su marido resultara ser un fantasma malvado. Entonces me sentiría como si salvara
el mundo. Es como caminar sobre una cuerda floja.
—Es bueno saber que incluso cuando estás al borde de entrar en pánico,
pareces completamente sensato.
— ¡Podría pasar! ¿Cómo puedes saber que es aquí donde vive? —Sé dónde vive,
pero Corey no debería. A menos que esté acosando a Dom.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—No tienes manera. Cambié de parecer. A casa, James. Llévame lejos de aquí.
—No —me dice cuando pone el Jeep en “parque”—. Vas a subir allí, vas a
llamar a la puerta, y vas a dejar de ser un pequeño y jodido llorica. Crece un poco,
Tyson.
—Sabes, esta postura tan estricta que tienes es realmente molesta —le digo
mientras miro la modesta casa de ladrillos alejada de la carretera.
Fuimos en bicicleta por ahí todo ese verano. Por todas partes. Durante horas.
Sin preocuparnos de nada más en el mundo. Por supuesto, mi madre me había
abandonado. Efectivamente, su padre había asesinado a su madre. Sin duda, ambos
acabábamos de perder a la Srta. P. Sin duda, aún estábamos recuperándonos de la
pérdida, la muerte y sacrificio, pero esas horas pasaron mientras paseábamos a lo
largo del paseo marítimo, los pájaros cantando por encima de nuestras cabezas, el
choque de las olas en algún lugar a nuestra derecha, justo esas horas en las que él y
yo las pasábamos sin preocupaciones. Todas las preocupaciones aun estarían allí
cuando volviéramos. Todo el daño. Toda la tristeza. Todo eso aún estaría allí.
—Sí. —Mi voz es áspera. Aclaro mi garganta, pero no puedo apartar la vista
de la bicicleta que está en el garaje.
Su hijo.
—No tienes que hacer esto —me dice suavemente. Pone su mano en mi brazo y
toca con sus dedos en la parte posterior de mi mano. Justo en ese momento me doy
cuenta que tengo mis manos cerradas en puños—. Puedo ser insistente. Pero si no
estás preparado para esto, entonces nos alejamos ahora y nunca me volverás a oír
hablar sobre esto de nuevo. Solo quiero lo que es mejor para ti, pero no importa lo
que yo quiera, lo que te mantiene seguro siempre es mejor. Esto no merece la pena
si te hace daño. Nada lo es.
—Eso no suena como algo que tú dirías —le digo. Giro mi mano para
arrastrarla fuera de sus dedos. No será hasta mucho más tarde que me doy cuenta
de que yo solía hacer lo mismo con Bear cuando era pequeño. No sé cuando empecé
a hacérselo a Corey. Sé la razón, sin embargo. De alguna manera, me motiva,
mantiene mi mente centrada. No sé por qué. Y no es que tenga importancia.
—Creo… —me detengo. Reflexionando. Hay tantas cosas que pasan por mi
cabeza, como si los recuerdos me estuvieran asaltando, y él siempre está allí.
Incluso cuando sé que no lo estaba, aun así puedo recordarlo. Esa presencia tosca.
Esa voz rota. Esa risa que sonaba como nada que hubiera escuchado antes, toda
potente y oxidada—. ¿Alguna vez te contó cómo nos conocimos?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—No.
—Yo estaba siguiendo las hormigas. Quedé fascinado por ellas por alguna
razón. No sé. Hasta qué punto funcionaba mi mente. Un día estaba siguiendo las
hormigas y él estaba allí, mirándome, al otro lado de la carretera. No sé de dónde
salió. No sé por qué. Pensaba que era raro al principio. Tal vez un poco aterrador.
Pero luego vi que había dibujado estrellitas en sus zapatos, y pensé que era muy
guay. Pensé que eso simplemente era de adulto.
—Es extraño. No puedo recordar un momento sin que él esté allí. Todo está
revuelto en mi cabeza. Me conoces, Corey. Probablemente me conoces mejor que
casi cualquier otro. Pero pienso que no entiendes cómo van mis pensamientos. Cómo
funcionan. Hay un millón de ellos. De repente. Hay veces en las que apenas puedo
centrarme en uno, mucho menos todos ellos. A veces duele mi cabeza. A veces me
dan dolores de cabeza. A veces son tan intensos que no puedo respirar. Es como si
mi cerebro se apagara, mis pulmones colapsaran, mi garganta se estrechara, y
aunque quiero respirar, aunque quiero eso más que nada el mundo, no puedo. No
puedo concentrarme. No puedo centrarme en lo único que sé que funciona. Lo único
que sé que se lo llevaría todo. Si tan solo pudiera respirar, entonces todo lo demás
estaría bien.
Tocándote así, La voz se burla. Tan dulce y conmovedor y bla, bla, bla. La
razón por la que no puedes respirar es porque estás destrozado, chico. Estás
descompuesto y nunca te arreglarás.
—Sé que no estaba allí todo el tiempo. Pero a veces finjo que lo estaba porque
hace las cosas más fáciles. Hace que las cosas difíciles desaparezcan. Dominic
estaba allí y sabía respirar. No sé cómo. Ni por qué. Pero mantuvo alejadas la
mayoría de las convulsiones. Mantuvo a distancia la mayoría de los malos
pensamientos. Esa vocecita que me dice no soy lo suficientemente bueno. Que soy
demasiado inteligente para mi propio bien, que nunca me sanaré. Y nunca me libraré
de esto.
—No solo lo amé —digo—. Creo que parte de mí le necesitaba. Durante algún
tiempo. Y odio eso ahora. Me molesta ahora, creo. No quiero necesitar a nadie.
Quiero ser capaz de mantenerme sobre mis propios pies sin sentir que el suelo
tiembla debajo de mí, sin tener que preocuparme si hoy va a ser el día que llegará
otro ataque de pánico. No estoy preparado. Aquí. —Golpeo a un lado de mi cabeza—.
No sé si alguna vez lo estaré. No totalmente. Solo quiero estar bien. Sólo quiero un
día estar bien.
—Ah, este es el Tyson que conozco y amo —dice con una carcajada—. Solo
ábrete un poco y luego da un paso gigante hacia atrás.
—Así es.
mí, mirándome fijamente esperando hasta que diga algo, y no podré pensar ni una
sola maldita cosa que decir. No voy a poder pensar en nada, porque ¿qué le dices a
alguien como él? ¿Qué le dices a la persona que hirió como ningún otro (aunque él no
sabía lo que estaba pasando)? ¿Qué le dice a la persona que, aparte de tu hermano,
ha ejercido la mayor influencia en tu vida?
Pero sin Dominic, no he estado completo. Esto lo sé desde hace mucho tiempo,
tanto si he querido comprenderlo o no.
—Casi lo he creído.
—Así será.
—Estoy convencido.
—Lo prometo.
—Podría ir hablar con él antes que tú —me dice—. Bajarle un poco los humos.
—Claro, ¿podemos hablar sobre eso un minuto? No sabía que te gustaran los
músculos. Eso trae toda una nueva dimensión para ti. Todos tenemos nuestro lado
perverso, supongo.
— ¿Qué? ¡No!
Me mira fijamente.
— ¡Corey!
— ¡Que!
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—¡No lo sé!
—Pues esto no tiene nada que ver —digo, mientras me limpio el sudor de mi
frente. Maldito molesto sudor.
—Simplemente… no lo sé.
—Lo mataré —dice Corey de repente, con ojos llameantes—. Si hace algo te
que hiera, juro por Dios que lo mataré. No encontraran lo suficiente de él para
enterrar.
Lo sabe.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Mis pisadas son sólidas y seguras. Bueno, por lo menos durante los cuatro
primeros pasos. Esos cuatro pasos están llenos de; ¡Puedo hacer esto! ¡Soy un
maldito hombre!
Los siguientes tres pasos son un poco menos seguros. Esos pasos son; Bueno,
creo que puedo hacer esto. Soy un maldito hombre, pero incluso los hombres de
mierda pueden tener dudas. Los siguientes cuatro pasos se sienten como si mis pies
estuvieran atrapados en cemento. Con estos pasos es dónde pienso; Está bien,
porque esto probablemente era un error. Puedo hacer esto, obviamente, pero la
verdadera pregunta es si quiero hacer esto.
¡Los siguientes dos pasos (sí, sí, tiene el camino más largo hasta su casa en la
historia del mundo) y todos lo que puedo oír es a mí gritándome (íntegramente con
un ridículo acento del sur) ¡Hombre Muerto caminando! ¡Amigos, aquí tenemos a un
muerto caminando entre nosotros!
Los últimos cinco pasos son a un paso o dos a la puerta principal, y tengo la
transpiración tan intensa que no lo creerías. Estoy bastante seguro que ésta es la
peor idea en la larga historia de las malas ideas. No importa lo que yo quiera. No
importa que él esté dentro. Lo que importa es que debo estar fuera de mi puta
mente al pensar que alguna vez podría enfrentarme a él después de todo la mierda
que he tirado, que incluso podría pensar que podría estar en la misma ciudad, mucho
menos aparecer sin previo aviso en su casa. ¿Y para qué? ¿Qué estoy haciendo
aquí? ¿Para rogar perdón? ¿Para preguntar si podemos ser amigos otra vez? ¿Qué
demuestra eso? ¿Qué jodida perogrullada?
¡Vete a la mierda!
Llamo a la puerta. Bueno, realmente no llamo. Solo rozo mis dedos contra la
madera. No hago ningún sonido discernible en absoluto, pero suficientemente
bueno para mí, porque obviamente no hay nadie en casa. Tendré que regresar otra
vez de nuevo. Otro día. Probablemente nunca, pero no importa. Voy a regresar por
el camino más largo en la historia del mundo, entraré en el Jeep y me largaré de
una maldita vez de aquí sin volver a mirar hacia atrás nunca más y…
Espero.
No contestan.
Salvo que por alguna razón, mis piernas parecen no recibir el mensaje que mi
cerebro le está suministrando, bastardas traidoras. En lugar de girarme y alejarme
corriendo con mi cola entre mis piernas, decido ir hacia la horripilante ruta y
dirigirme por el camino de piedra que rodea la casa hacia la parte de atrás. Oigo el
Jeep que está ralentí detrás de mí, pero también podría estar a un millón de
kilómetros para todos que me importa.
Casi no puedo dar otro paso. Ni siquiera es que eso me haga pensar
fugazmente en mi propio padre, quienquiera y dondequiera que esté… Julie
McKenna nunca podría decir exactamente quién era. Era un camionero, me dijo mi
madre cuando le pregunté. Vino, consiguió lo que quería de mí, luego nos puso en su
espejo retrovisor. Es cómo son los hombres.
para el gobierno porque era muy inteligente, igual que tú. Cuándo estaba muy
borracha, decía; Nunca te quiso, ¿no puedes ver eso? Si quisiera ser parte de ti,
habría estado aquí desde el principio y no estarías haciéndome estas preguntas
tontas. Ya basta, chico. Lo digo en serio. Ahora ve a buscar un par de cubitos de
hielo como un buen hijo. Sabes que me gusta mi whisky frío. ¿Y dónde está mi
encendedor? El verde no. Ese está vacío. Simplemente tíralo, chico. Búscame el
azul y tráeme los cubitos de hielo. No tengo toda la noche.
Pero, claro, eso no fue lo que pasó. Por decisión propia o por la sangre, fue
ella la que salió y no mi hermano.
Pero aquí está, ahora, aquí está ahora, con su hijo, que ríe con él, radiante y
aguda que en cierto modo se complementa con los tonos bajos de su padre. Si los
hubiera oído sin saber quiénes eran, creo que seguiría pensando que ellos eran de la
misma sangre.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Podría alejarme. Ahora. Dejarlos con sus risas. Dejarlos felices y libres
porque eso es lo que parece que son. Podría.
Pero abro la puerta. Camino por el lateral de la casa. Oigo el Jeep alejarse de
la acera y rodar calle abajo.
El patio trasero es pequeño, y mientras Ben reclama; "Aquí, aquí, aquí". Veo a
Dom (siempre Dom) agacharse, para recoger un balón de espuma del suelo. Viste
igual que su hijo. Bermudas. Camiseta totalmente blanca, bien estirada sobre sus
brazos y la espalda. Sin zapatos. Por alguna razón, veo las motas de hierba sobre
sus rodillas. En sus pies. Al igual que Ben.
—Buen tiro —dice, y puedo oír la risa en su voz—. Ese fue un buen tiro.
Él no me ve.
— ¡Hola, Ty! —dice y corre hacia mí, propulsando sus piernecitas. Hay un
momento en el que pienso que va a caerse, pero se aguanta de esa manera que sólo
los niños parecen hacer. No puedo hacer nada excepto abrir mis brazos cuando él
se lanza hacia mí a casi un metro de distancia. En el momento que su cuerpo
impacta con el mío, envuelve sus brazos alegremente alrededor de mi cuello, mete
sus manos en mi cabello y tira con alegría, apenas balbucea, solo habla, habla y
habla, apenas puedo entender un par de cosas como "Papá" y "Fútbol" y "Ty, Ty,
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Ty". El resto se pierde con la emoción de su voz. No importa. Está bien así. Oigo lo
que se supone que debo. Hay tal urgencia en que le haga caso, tal ponderación, que
todo lo que puedo hacer es mirarlo a los ojo y asentir. Eso parece satisfacerlo sin
problemas ya que continúa y continua sin cesar.
Casi no puedo mirar al otro lado del patio. Tengo miedo de lo que veré. Me
cuesta muchísimo, pero aparto la mirada del niño en mis brazos y levanto mi cabeza
hacia su padre.
14
La casa está limpia por dentro, aunque en algunas zonas no tanto. Los colores
son oscuros y apagados, casi sombríos. Es pequeña esta casa, pero lo
suficientemente grande para una familia que acaba de empezar. Me digo a mí
mismo que no estoy buscando signos de una presencia femenina (en concreto la de
Stacey), pero obviamente lo estoy haciendo, a pesar que, al final, no es de mi
incumbencia lo que ella haga. No ha sido de mi incumbencia desde hace mucho
tiempo. Eso todavía no me impide seguir buscando. No hay mucho que decir de una
manera u otra.
designado y veo como Ben frunce el ceño cuando ve un par de Legos cerca de un
baúl de juguetes contra la pared. Me suelta de la mano y los recoge del suelo, abre
un pequeño recipiente al lado del baúl y los deja caer en el interior. La línea que
arruga su frente se suaviza, toma mi mano nuevamente y me muestra la pequeña
mesa donde colorea. ¿Puedo ver el dibujo que ha hecho? ¿Lo veo? ¿Quiero que
dibuje uno para mi? Porque el quiere hacerlo. Pero primero necesita saber mi
animal favorito y después lo pintara para mí y hará un buen trabajo aunque a veces
es difícil de hacer, lo hará si yo lo quiero.
Ben frunce el ceño de nuevo con esa línea que se le forma en el medio de la
frente. Sus ojos se crispan mientras me mira fijamente. Por un momento, es como
si se hubiera olvidado de quien soy.
—Tienes que elegir uno, —me dice Dominic detrás de mí—. No se le puede dar
a elegir.
Oh, Ben. Oh, Dom. No es justo, esto no os debería haber pasado a ninguno. Lo
siento. Estoy tan….
—Autismo, —dice Dominic antes de que pueda preguntar, lo dice con una voz
baja, con un aire de aceptación y desafío, como si esperase que yo dijera algo en
contra. —Grado Alto. Diagnosticado hace unos meses. Nos informamos mucho
cuando finalmente nos enteramos de lo que era.
Me pregunto quienes son "nosotros", pero no pregunto. Aún no. —Se mucho de
eso- es lo que digo.
—¿Eh?
—¿Julie?, —Pregunta.
—Ella pensó que algo no estaba bien conmigo, —le digo tratando de dejar
fuera la amargura de mi voz.
—Yo hablaba de cosas extrañas. Podía enumerar por las noches docenas de
constelaciones. —Recuerdo algo que Dominic dijo antes de saber quién era Ben. —
Yo tenía que tener mis rutinas.
Él me mira por un momento antes de asentir y mirar hacia otro lado. —Lo
siento, —murmura. —Ha sido difícil.
—Sí, todo tiene que estar en un lugar específico, todo tiene un tiempo
específico, todo hay que hacerlo de una manera específica.
Miro hacia Ben. El oso que está dibujando es mejor que cualquier cosa que
podía esperar que dibujara, hasta los más pequeños detalles: la piel, las garras de
sus pies son del mismo color que su nariz.
Miro hacia atrás hacia Dom, con una pregunta en mis ojos.
—Nombre científico para los osos, —dice. —Tú tenías constelaciones, él tiene
sus animales. Puede nombrar a bastantes. Aprendió Oso primero debido a tu
hermano y a Otter.
—Yo no lo sabía, —le digo a Dominic. Casi suena como una disculpa. No sé qué
más decir.
—¿Acerca de?
—¿Por qué?
—Te fuiste.
—Sí.
Quise decirle que por supuesto que si, que por supuesto que hubiera estado.
Si lo hubiera sabido, me habría venido corriendo y toda la mierda de los últimos
cuatro años no habría sucedido. Eso es por lo mucho que significas para mí, Dom.
Me hubiera superado a mí mismo y hubiera venido corriendo, porque eso es lo que
hacen los amigos. Y sin importar los demás, lo que yo era o lo que quería ser era que
fueramos amigos por encima de todo y habría llegado corriendo solo por ti. Tú me
ayudaste a respirar y yo te habría ayudado a ver que todo iba a estar bien. Pero no
puedo decir eso. No puedo decirlo porque sería una mentira. Si hubiera sabido que
había un niño involucrado, que Dominic tenía un hijo que tenía la misma edad que el
tiempo que había estado fuera de su lado, hubiera sido la chispa que lo hubiera
roto todo. Yo lo habría visto como una traición, incluso más que la invitación de
boda por correo. Probablemente me habría roto en pedazos, porque lo había
enfocado todo en mí. Si hubiera sabido entonces lo que sé ahora, probablemente ni
siquiera podría estar de pie en esta habitación. En esta casa. En esta ciudad.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Seafare y Dominic no habrían sido más que un recuerdo que recordaría con suave
ira; sí, habría importado, quiero decir.
Ben tira de mis dedos y nos recuerdo a Bear ya mí cuando yo era apenas un
niño pequeño. Miro hacia él y sonrío
Dom niega con la cabeza. —No lo entiendes Ty, es rutina. Todo se reduce a la
rutina. El autismo es todo sobre la rutina. Constantemente. No deberías haberte
metido con eso. Ben debería estar molesto, debería estar enojado, no debería
estar hablando —yo estoy confundido, Ben sin embargo no lo está. Molesto, quiero
decir y él está hablando muy bien.
—Lo sé. Más de lo que le he escuchado en mucho tiempo. Él no hace eso con la
mayoría de la gente. Sólo conmigo. A veces con su madre.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Oh. —Trato de no leer demasiado en eso, porque por lo que sé, realmente
podría no ser nada, ni siquiera si Dom parece pensar lo contrario. —¿De nada...? —
Bien, ahora sueno como un completo idiota. Eso es simplemente genial.
Niega con la cabeza. Mira hacia otro lado. Lo que fuera que estaba ahí se ha
ido.
ayude a hacerlo. ¿Cómo puedo ser tan egocéntrico?, ¿Cómo de egoísta soy? vine
aquí con la idea insensata de que podía conseguir lo que quería de esto y en realidad
no hay nada más.
En cualquier lugar en el que no me vea así, este niño egoísta. Este niño
egocéntrico.
Y me muevo para irme. Ni siquiera puedo encontrar las palabras para decir
adiós a Ben, que es ajeno a la extraña carga estática de la habitación o tal vez no lo
es y no sabe cómo responder o solo no le importa. Lo último parece más probable.
Tantas cosas que decir. Pero por supuesto no digo ninguna de ellas. Vaya
cliché que es esto. ¿Soy como mi hermano? ¿o más bien la forma en que solía ser?
No dijo nada y casi perdió todo. Parece que voy a hacer lo mismo.
No puedo mirarlo mientras camino hacia él. No puedo pensar en una sola cosa
que decir mientras camino por él.
La presión aumenta.
—No
¿No qué? ¿No vuelvas? ¿No dejes que la puerta te golpee el culo a la salida?
¿No vuelvas a dejar verte por aquí otra vez?
—No te vayas.
Él aprieta su mano y tengo que ahogar el gemido que quiere salir. Duele, pero
el terremoto casi ha desaparecido. A medida que mi mente se despeja, puedo
escuchar cuan pesadamente estoy respirando, casi como si estuviera jadeando.
—Dom…
—No lo hagas.
Ben dice que tiene hambre sin levantar la vista de sus lápices de colores. Él
me pregunta si voy a comer con ellos y dice que quiere un sándwich de mantequilla
de cacahuete y mermelada. —Ursidae, —dice. —Mustelidae.
Oso. Nutria.
Esta no es su historia.
Esta es la mía.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Lo toca una vez y lo hace de nuevo. Eleva el pan para ver la mantequilla de
cacahuete, lo coloca de nuevo en su lugar y lo mira fijamente un poco más.
—¿A él le gusta?
—La mayor parte del tiempo. Los niños con autismo pueden ser muy exigentes
con lo que comen. Mucho de esto tiene que ver con la textura y olores. Es volver a
la rutina. Él no era tan malo para comer cuando era más pequeño, pero a medida que
los niños de este tipo crecen, se vuelven más resistentes a los nuevos alimentos.
Hemos estado trabajando con la mantequilla de cacahuete durante semanas. Es
todo lo que come para almuerar ahora.
Ben me mira con esa mirada en la cara. Cojo mi propio sándwich y lo muerdo, y
él me mira como mastico. Algunas personas pueden encontrar esa mirada
desconcertante, pero sé que es sólo para medir mi reacción, para ver si me da asco
la comida. Yo no lo hago y él toma su propio sándwich y lo muerde. Lo deja en la
boca por un momento antes de empezar a masticar.
Se encoge de hombros. —Es más fácil de comer que otras cosas que come.
Todo tendrá el mismo aspecto y el mismo olor.
—Sí.
—¿Hace mucho?
—Un tiempo.
—Meses.
Estoy bastante seguro de que estoy siendo interrogado. ¿Puede una persona
ser tanto el poli bueno y el poli malo? Si es así, lo está haciendo perfectamente. —
Él es bueno.
—Solo lo hizo. Somos mejores amigos que otra cosa. Él es mi mejor amigo.-
Bueno, apesta decir eso en voz alta, hablar a tu ex mejor amigo sobre tu nuevo
mejor amigo, que también pasa a ser tu ex novio. Te lo juro, estas situaciones en
que me encuentro en ocasiones no son culpa mía. Simplemente me suceden.
28
En el original Balls-deep que se utiliza describor al acto de insertar el pene en un orificio
hasta la empuñadura, de tal manera que las bolas se apoyan contra el orificio.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Los soplones consiguen que los violen —él está de acuerdo, tomando otro
bocado de su sándwich. Cómo puede soportar estar comiendo algo que él odia,
nunca lo sabremos. Él tiene esta maldita y molesta sonrisa en su rostro, como si
supiera algo que yo no sé. Quiero darle un puñetazo en la boca.
Oh, mierda. Debería haber recordado que era una de las pocas personas que
podían revertir y seguir mi línea de pensamiento. Por supuesto que sabía
exactamente de lo que estaba hablando sin tener que darle una explicación. No es
de extrañar que sea policía. Es, como, psíquico o algo así.
—No pensé que lo hicieras, —le digo. Soy un grandisimo y enorme mentiroso.
—Saberlo es bueno.
Y de inmediato cambia a Poli Malo. —Así que, ¿Que ha sido de tu vida en los
últimos cuatro años? O tal vez es que se siente como Poli Culpable. Lo dice con un
tono tan afable que casi me pierdo las palabras. —Parece que no he oído hablar de
ti en algún tiempo.
Estúpido. —Oh, muy bien, —le digo. Dos pueden jugar al Poli Malo. —Gracias
por la invitación a tu boda. Lamento no haber podido asistir. Parecía más bien
pronto y ya tenía planes. Está bien, tal vez soy Poli Chulo.
—Soy alérgico, —digo con dulzura, pisando sobre hielo fino como si fuera
tierra firme.—Probablemente es bueno que no lo hiciera. Hubiera estado
estornudando todo el tiempo.
El hielo no se rompe, así que decido usar un martillo neumático contra él.
Pienso, ¿por qué no? Solo se vive una vez. —Las Bodas Expres por lo general lo son.
Espero que Stacey encontrara un vestido adecuado. ¿Supongo que estaba de...
tres, cuatro meses en ese momento? —Le sonrío. Es una cosa desagradable.
Sus ojos parpadean peligrosamente. El Poli Malo pasa a Poli Molesto —Algo
así.
—Y tú, como el hombre santurrón que eres, decidiste hacer lo correcto. —por
supuesto que sí, es Dominic, después de todo.
Ben pone poco interés en los tejemanejes a su alrededor. —Tienes razón, —le
digo en voz baja. —Estoy hablando de tu hijo. Aquel que tienes con Stacey. Era
inevitable después de todo.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Claramente.
El está observando como si fuera lo único que existe en el mundo. Para él,
estoy bastante seguro de que lo es. Por lo menos en este momento.
—¿Qué?
—Quédate aquí con Ben, —dice sin mirarme. Se pone de pie y desaparece
hacia la puerta delantera. Oigo abrir, seguido de voces bajas. Espiar es malo,
decido, pero sólo después de que me doy cuenta de que no puede oír nada.
—Tengo mi propia casa, —le digo. Me levanto y mojo una toalla de papel en el
fregadero.
—¿Con Bear?
—Con Bear.
—Ella me recoge de la escuela a veces. —Él observa cada paso que doy hacia
él.
—Me gustan.
—A mi también.
Stacey.
Ella me mira con algo parecido al asombro. La miro como se mira a otro si no
estás seguro de si son amigos o enemigos. Ella siempre fue muy agradable. Así
optimista. Muy amable.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Es increíble, —dice Stacey. Su voz suena un poco gruesa, como si estuviera
a punto de llorar. —Estuviste estupendo, chico grande. Eso es algo más.
Oh chico. Aquí va. El lenguaje secreto de las parejas casadas que están
locamente enamorados y hablan justo enfrente de mí sobre cosas que no entiendo.
Encantador. Estoy muy contento de haber venido aquí y que me restrieguen esto
en la cara. Conociendo mi suerte, está probablemente embarazada de nuevo. Si yo
entrecierro los ojos lo suficiente, parece como si estuviera ganando peso en la
cara, por lo que en cierto modo tiene papada (bueno, en realidad no, pero me hace
sentir mejor, al menos un poco). ¿Dónde diablos está una morsa cuando necesitas
una? Ahora que lo pienso, ¿puede una persona incluso comprar una morsa? No sé si
yo podría hacer eso. PETA probablemente acabaría prohibiéndome la entrada de
por vida, y a pesar de que la organización está más o menos fuera de mi alcance
ahora, todavía quiero estar en buenos terminos con ella ahora, para que cuando
tome el control un día, no haya demasiada pelea.
Stacey viene hacia mí, y antes de que pueda hacer nada para detenerla, me
envuelve en un abrazo y me aprieta con fuerza. Por un momento, mis brazos cuelgan
T.J. Klune El Arte de la Respiración
a los lados, pero aún no soy tan grosero, así que los levanto hasta y acaricio su
espalda un par de veces. Yo no sabía que estábamos en la fase de abrazos de
nuestra relación todavía. Yo casi me siento mal por desearle que sea una morsa.
Casi.
—Es tan bueno verte de nuevo, —dice en mi oído. —Ha pasado mucho tiempo.
—Han pasado cuatro años, —dice Dominic detrás de ella, como si nadie en la
habitación era consciente del tiempo que había pasado. Tal vez la morsa puede
conseguirlo también. No me sentiría tan mal por eso.
—Demasiado tiempo, —dice mientras da un paso atrás. Pasa sus manos por mis
brazos hasta que ella me agarra las mías y entonces presiona sus dedos contra los
míos. Hay un roce de metal a partir de su dedo anular, y pienso: Estúpido, estúpido,
estúpido. Usted no vio su anillo porque llevaba uniforme. Probablemente no lo lleva
al trabajo. Por supuesto que todavía están casados. —¿Cómo has estado, Chico?, —
me pregunta.
Chico. Eso es lo que yo soy aquí. —Bien, —le digo, forzando una sonrisa en mi
cara. —Las cosas han estado… bien.
Bueno no. En realidad no, pero eso es algo que no estoy dispuesto a compartir
en este momento. O nunca. —Por supuesto que va bien —le digo, sorprendido por la
alegría en mi voz. Suena como si estuviera en lo alto de la vida. O metanfetamina.
—Todo va excelente. —Me pregunto si saben que estoy mintiendo, si Bear les ha
dicho algo, el hijo de puta traidor. Ellos probablemente van a las citas de pareja
juntos cuando Bear y Otter están aquí, y hablan de cosas de adulto como carteras
de acciones, el mejor pinot noir, y las pruebas y tribulaciones de la crianza de niños
(“Oh, ¡ni siquiera lo sabe!” diría Bear, obviamente, borracho de vino. “El Chico es
una Real Cagada en la escuela ahora. Ni siquiera creo que le vayan a dejar que se
quede, y oh, Dios mío, ¿podría alguien solo darme un bebé maldito ya?”).
—Es bueno oírlo, —dice Stacey y suena genuina. Por supuesto, podría ser la
más increíble actriz en la historia del mundo y estar agitando detrás de esos ojos
cálidos y amables un odio como ningún otro, y en el momento que Dom de la espalda,
me va a alcanzar y romperme el cuello. —Eso te enseñará a volver a venir aquí, —
ella va a silbar mientras se desvanece en negro. ”Deberías haberte quedado fuera
de mi casa, pequeña perra”. En cambio, ella dice: —Sé que Dominic te perdió, así
que es bueno que por fin apareciste. Ha sido… difícil para él.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—No es eso, —dice Dom. —He estado muy bien, muchas gracias.
—Sólo estoy aquí por un rato, —le digo. —Sólo para el verano.
—Uh, sí. Sólo pensé en... algo... estúpido. —Estoy tan contento de sonar
coherente. No quiero saber cómo este día podía ser más torpe.
—¿En qué?
¡Ah, ja, ja, que malvada bruja! —Eso he oído: —digo alegremente. —Todavía no
he averiguado si eso es bueno o malo —Malo. Definitivamente malo. Realmente
tengo que trabajar en eso.
Prefiero tener astillas de bambú metidas debajo de mis uñas, pero no creo
que eso sea educado decirlo, así que no lo hago. Ya no quiero el sándwich. Está lleno
de mantequilla de cacahuete y de mentiras. Bueno realmente no se han dicho
mentiras aún (al menos no han mentido todavía- yo he mentido mi culo por lo menos
seis veces ya), pero eso no importa. Yo no quiero tragar la mantequilla de
cacahuete sobre la que probablemente discutían amorosamente en la tienda de
comestibles, porque ella quería una más grande y a él no le importa una mierda, y
¿No son tan malditamente adorables?
—Siéntate, Ty, —dice ella. —Quiero oírlo todo acerca de New Hampshire! He
oído que es hermosa.
Un puñetazo en el estómago, tal vez un rodillazo en las bolas. Eso sería todo.
Justo cuando estoy a punto de lanzarme hacia un hombre que es al menos tres
veces más grandeque mi tamaño, pone esa mirada de policía de nuevo en mí y señala
con la cabeza hacia la mesa una sola vez. Yo sé lo que estás tratando de hacer, dice
con la mirada. Sienta el culo.
Uff. Sueno demasiado amargo y hastiado. Realmente tengo que dar un paso
atrás. Stacey está siendo perfectamente agradable y... espera un minuto. Espera
un maldito minuto. Eso es probablemente lo que quiere que yo crea.
—¿De qué estaban hablando antes de que llegara? —pregunta Stacey. Abre
su bolso y saca una hoja de papel en blanco con unos lápices de colores enrolladas
dentro. Lo abre para Ben, que inmediatamente comienza a dibujar. Bueno, es una
especie de súper mamá. Bien por ella.
—De lo molesto que Tyson estuvo por perderse la boda, —dice Dominic y me
ahogo con el emparedado. Él se acerca y usa sus manos de tamaño de bebe para
golpear mi espalda, y es como ser golpeado por un coche. Lo miro mientras trato de
respirar. Por fin soy capaz de tragar todo el sándwich.
—¿La boda?- Pregunta Stacey. —Fue un poco extraño no tenerte allí. Todos
los demás en la vida de Dom participaron, así que me extrañó un poco que no
estuvieras allí.
Asiente con la cabeza. —Por supuesto, lo entendemos. Fue tan rápido. Dom ni
siquiera sabía que había enviado las invitaciones hasta que la gente empezó a
confirmar su asistencia. Tuvimos que coger el show a la carrera. -Ella asiente con la
cabeza hacia Ben.
Ella asiente con la cabeza, como si esto fuera perfectamente aceptable para
alguien de mi intelecto que ya ha estado en la escuela durante casi cuatro años,
decidiendo lo importante de lo importante sólo para entrar en pánico y cambiar una
vez más. Pero ella no puede saber eso. A menos que ella sepa más de lo que está
diciendo. —Tienes un montón de tiempo. Después de que Ben fuera diagnosticado,
decidí volver a la escuela enfocándome en la educación especial. Es un poco
diferente a la enseñanza de estudiantes de octavo grado, pero vale la pena-.
Ah, maldita sea. ¿Ella es súper-mamá y santa? Hijo de puta. —Eso es...
increíble, —le digo a disgusto. Porque lo que realmente es.
—Juegas con las cartas que se te reparte, —dice ella, tocando el pelo de su
hijo a la ligera. —Y haces todo lo que puedes.
Soy un idiota. Tengo que salir de aquí. -Sí. Mira, voy a irme ahora. Solo llegas
a casa y probablemente querrás pasar tiempo con Dom y Ben. No quise aparecerme
de la nada. Caray, yo no tenía intención de presentarme en todo, pero Corey me
forzó, y luego oí a Ben riendo y luego dibujó un oso y tuvimos la mantequilla de
cacahuete y ahora parece que no puede dejar de hablar, así que estoy casi hecho -.
—Su novio, —dice Dominic. ¿Quién sabía que un hombre de doscientos treinta
libras podría sonar como una puta?
—No lo es. Ni nos gustamos el uno al otro de esa forma. —Genial, ahora sueno
como una niña de doce años. Fantástico.
—Me parece que protestas demasiado. —dice ella, pero está mirando a Dom
cuando lo dice. Ni siquiera sé lo que se supone que eso significa.
—No me digas, tipo grande, —dice con una sonrisa. —Deberías haberte dado
cuenta desde el comienzo. ¿Está preparado y listo para irnos?
—¿Quieres que me lo quede el fin de semana? Parece que tienes cosas que
hacer. Sabes. Trabajo y todo.
—Sólo porque te mereces ser ofendido. Ben, vamos con mamá ahora. Puedes
terminar el dibujo allí, ¿de acuerdo?
—A veces él está allí, —me dice. —A veces no quiere escuchar. Depende del
día, supongo.
Ben se detiene. Deja la pintura. Me mira. Me mira con una cabeza inclinada. —
Mustelidae —dice finalmente.
—Casa de mamá.
—Por supuesto.
—Extraño, ¿no? —Dom pregunta —Apenas lo conoce desde hace unos días.
Stacey se ríe. —No, Chico. No lo hiciste. Tu.... —Ella niega con la cabeza. —
Eres solo tú. Al igual que siempre lo has sido.
—Estoy segura de que te veré, —dice. Roza sus labios contra mi mejilla
mientras ella me deja ir.
—Sí.
Ella me guiña el ojo y se vuelve hacia Dom y Ben. Ben se encuentra junto a su
padre, descansando su frente contra la pierna de Dom. Me duele mi corazón y yo no
T.J. Klune El Arte de la Respiración
sé por qué. Stacey golpea Dom suavemente en el hombro. —No hagas nada
estúpido, tipo grande, —dice ella, con afecto evidente en su voz. —¿Estas bien?
Ella asiente con la cabeza. —Es hora de irnos, Benny chico. —Ella toma su
mano mientras Dom se inclina para darle un abrazo con un solo brazo.
Él asiente con la cabeza, como si esto tuviera mucho sentido. Luego se van.
Oigo cerrar la puerta. El coche arranca.
—Me tengo que ir, —le digo. Doy un paso hacia la puerta. Dom la bloquea de
nuevo. Él no se mueve. Sólo mira por la ventana. -Dominic. Necesito…
—Divorciado—, dice sin mirarme. —Poco después de que Ben naciera. ¿Como lo
llamas? Boda expres.
—Pensé que estaba haciendo lo correcto. Pensé que era lo mejor. Es gracioso
como estas cosas resultan. Somos mejores amigos mejor de lo que fuimos marido y
mujer. Supongo que eso es más de lo que la mayoría de la gente puede pedir.
No dije nada.
—Te fuiste.
—Lo sé.
—Lo sé.
—Lo siento.
—El es tu hijo. Se supone que tienes que decir cosas como esas.
—¿Y qué hay de ti?—Él mira por la ventana de nuevo. La suave luz del sol
sigue la fuerte curva de su mandíbula.
—Pero tu…
—Incluso después de todo este tiempo, —dice, —de alguna manera, de alguna
forma encajas. Como si nada. —Él sacude su cabeza y se aparta unos pasos.
15
Tenía cinco años cuando nos conocimos. Era temprano en la tarde y me senté
delante de nuestra mierda de apartamento en una silla de jardín andrajosa
tratando de leer un libro, esperando que Bear llegara a casa. Él estaba en la
escuela secundaria, se acercaba el final, cada vez más y lo único en que podía
pensar era en lo pronto que se iría y que seriamos ahora solo mamá y yo aquí en
este lugar. Yo era demasiado inteligente para mi edad (como siempre lo he sido) y
junto con una imaginación hiperactiva, estaba seguro de que sería mi final con mi
hermano desaparecido. Estaba tratando de encontrar una manera de convencer a
Bear para que me llevara con él. “¡Me mantendré fuera de tu camino!” Pensé que le
diría. “Incluso dormiré debajo de tu cama. Solo no me dejes aquí solo, por favor.
Por favor no me dejes atrás.
—Llevas leyendo toda la mañana —dijo ella exhalando el humo. Tenía los ojos
enrojecidos y pegajosos—. Eso es lo que el profesor me dijo.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Me gusta leer —murmuré. Otros niños de mi clase del jardín de infancia se
burlaban de mí por tener un libro todo el tiempo. No vi que fuera gran cosa.
—Lo sé.
—Lo sé.
—Lo sé.
Ella asintió con la cabeza, como si hubiera esperado eso. —Voy a salir esta
noche y no volveré hasta tarde. Bear no tiene que llevarte a la escuela por la
mañana, así que no tengo que levantarme aún.
No dije nada.
—Creo que hay Pop Tarts29 en la cocina por si tienes hambre después. Voy a
acostarme.
Por favor, vete. Solo quiero leer y soñar que puedo irme con Bear.
—Sí.
—Lo siento.
29
Marca de barritas de cereales.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Me dejó solo y cerró la puerta mientras pensaba... “No, puede ser peor,
mucho peor”.
Miré mi reloj de Star Wars. Bear estaría en casa en dos horas y veintiséis
minutos.
Él no tenía que trabajar esta noche, así que tal vez podríamos salir y hacer
algo, solos, él y yo. Entonces podría preguntarle de nuevo si me dejaría ir con él.
Para entonces a mi seguramente ya se me habría ocurrido algo. Era mi hermano,
después de todo. No me dejaría aquí, solo, no lo haría.
Solo había leído otro párrafo más o menos cuando escuche a alguien
resoplando en la escalera que dijo:
—Vamos, chica. Todavía no eres tan vieja. Mueve el culo hasta las escaleras.
Y ella lo hizo. Vi por primera vez su pelo blanco y gris, entonces su rostro
anciano se arrugó concentrándose.
Tenía una caja en sus brazos y un gran bolso sobre su pequeño hombro. Llegó
al rellano y se tambaleó por un momento, y estaba seguro de que estaba a punto de
caer de cabeza sobre los tablones de las escaleras. Dejé el libro y corrí hacia ella.
Tomé la caja de sus brazos y casi me caigo yo mismo. Pesaba y yo tenía solo cinco
años después de todo. Era solo un poco pequeño, la verdad.
seguir a mi José, Dios le aguarde. Se supone que la vida parpadea ante nuestros
ojos o eso he oído, pero lo único que podía pensar era en cómo los bomberos
hubieran llegado hasta aquí para levantar mi cuerpo y he visto que llevaba el
conjunto más feo de ropa interior que tengo. Eso es impropio de una dama. ¿Puedes
imaginar la vergüenza que me habría causado?
—Sí, señora —le digo, porque no estoy seguro de qué más decir.
Pensé por un momento fugaz en que no debería hablar con extraños, pero
seguramente no se referiría a ella, ¿no? ¡Ella era una señora! ¿Qué daño podía
hacerme?
—Tyson —le dije—. Tyson McKenna. Pero todo el mundo me llama Chico.
— ¡Qué nombre tan bonito! Tyson. Me gusta. ¿Por qué no estás en la escuela?
Yo estaba empezando a sudar ya que la caja pesaba, pero ella era agradable,
así que pensé que debería responder a su pregunta. —Solo voy por las mañanas. El
año que viene, voy a ir todo el día, igual que mi hermano que está a punto de
graduarse y me llevara con él.
Ella rió. Por primera vez oí su risa y me pareció que posiblemente era el
sonido más maravilloso que había escuchado nunca. —Perdóname —dijo ella—. Aquí
estoy diciendo pamplinas como si tuviéramos todo el tiempo el mundo. —Ella dejó el
bolso en el suelo y cogió el paquete que yo llevaba—. Es querido, ¿verdad? Las
llaves están en mi bolso y una de ellas abre la puerta a mi nueva morada que sin
duda pondrá todas las viviendas anteriores en ridículo.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Mi hermano dice que este lugar es un agujero, —le dije mientras buscaba
sus llaves. Las encontré, enterrado entre paquetes de papel, caramelos duros y lo
que estaba casi seguro que era una navaja.
—Va a estar bien, —le dije con la lógica que solo un niño de cinco años tiene—.
No es tan malo, puedo ayudarla a hacer cosas si lo necesita.
—Nosotros tampoco.
—Tengo algunas cajas en el coche, las cosas más grandes vendrán esta noche,
creo. Te agradecería la ayuda, sin embargo, probablemente deberíamos hablar con
tu madre en primer lugar, no me gustaría que te metieras en problemas.
—Bien. Vamos a por el resto de las cajas, entonces ¿de acuerdo? Cuando
hayamos terminado, creo que tengo un poco de limonada de mezcla que podríamos
preparar. Entonces nos podremos sentar y me puedes contar sobre el libro que
estás leyendo.
E hicimos precisamente eso. Ella tenía razón cuando dijo que no había mucho.
Solo unas pocas cajas en la parte trasera de su enorme coche. Algunas eran más
pesadas que otras y me dijo que su marido, José, Dios le bendijera, le había dado
más de lo que ella tenía. Había tenido que vender muchas cosas cuando perdió su
casa, pero había mantenido las cosas más importantes. Sus fotos, los platos que él
le había comprado, su camisa de trabajo, su vestido de boda, su pipa y todas las
cosas que conformaban quiénes eran. Ella había mantenido esas cosas.
Hicimos justo lo que ella dijo. Encontró la limonada, que no era más que una
mezcla en polvo para hacer con agua, pero de alguna manera la hizo dulce y agria al
mismo tiempo y fue la mejor cosa que había probado en mucho tiempo. Me senté en
mi incomoda silla de jardín y ella se sentó en su silla plegable, y me dijo sobre la
primera vez que había ido a Narnia y a la Tierra Media y a Marte. Le gustaba leer,
pero ahora leía en su mayoría romances con damiselas en apuros y héroes de capa y
espada y con buques piratas. —Tengo que conseguir unos botines en algún sitio, —
dijo sin ningún atisbo de vergüenza.
Todavía estábamos sentados allí cuando Bear llegó a casa esa tarde. —Este es
mi hermano, —le dije con cierto orgullo—. Se llama Derrick, pero todo el mundo le
llama Bear.
—Ah, ya veo, —dijo ella como si entendiera perfectamente. Creo que lo hizo
de algún modo. —Así que este es Bear.
Pude ver las preguntas en sus ojos sobre esta extraña anciana, pero se podía
esperar hasta más tarde. Yo estaba feliz de tenerlo en casa y tener un nuevo
amigo. Nada más parecía realmente importar después.
Cuando nos despedimos aquella primera vez, ella me abrazó. Fue inesperado
pero no desagradable.
Y tan cansado como yo ya estaba, tan cabreado y con tanto dolor que había
visto en ella, de alguna manera, de alguna manera le creí.
Y ella mantuvo esa promesa hasta el día que murió. La extraña y maravillosa
señora Paquinn.
Y a pesar de que él me dijo que no corriera, lo hago. Corro hacia ella ya que al
parecer es el único lugar que tengo para ir. La monstruosidad verde es tensa y
torpe por mi culpa. Dominic me mostró demasiado hoy para quedarme allí. No sería
capaz de respirar allí. Incluso aquí al aire libre, sigue siendo difícil.
En algún lugar un teléfono móvil suena una y otra vez y creo que puede ser el
mío, pero no lo encuentro.
—Lo siento, —le digo, ahí en nuestra pequeña playa. —. Siento haber
estado lejos tanto tiempo. Eso no significa que me haya olvidado de ti. Nunca, ni
una sola vez, ni siquiera por un minuto.
Me siento en la playa junto a la pequeña cruz que Anna hizo hace tanto
tiempo. Me quito los zapatos y clavo los dedos de mis pies en la arena.
La última vez que habíamos estado solo ella y yo, fue el día que Otter tenía
previsto proponerle matrimonio a Bear. Recuerdo el poema que habíamos escrito
juntos él y yo, diciéndole que no se asustara, que a pesar de no ser técnicamente
legal, todavía era mejor que comer un sabueso.
Le besé el dorso de la mano. Ella rió y fue la última vez que escuché ese
sonido.
—Estoy jodido, —le digo ahora—. He llegado más lejos de lo que se suponía
que debía de llegar y no sé si conozco el camino de regreso. Estoy perdido, señora
P. Necesito ayuda porque estoy perdido.
Bear.
Suspira mientras se sienta frente a mí. Miro hacia abajo cuando nuestras
rodillas chocan entre sí.
—Sí, —dice—. Estaba preocupado por ti. Pensé que era lo mejor para todos si
venia yo aquí en lugar de él.
—Oh.
—Ty.
— ¿Qué?
Se ríe oscuramente. —Creo que fue por egoísmo, en su mayoría. Has estado
antes herido y hundido muchos veces por personas en tu vida, no pensé que lo
merecieras de nuevo. Pero supongo que eso es en todo en lo que puedo pensar. Yo,
yo, yo. No quiero verte lastimado. No quería darte la noticia y causarte dolor. No
pensé que lo merecieras. Tú fuiste lo suficientemente fuerte, Ty. Fui yo quien no lo
fue.
—Lo amaba, —le confieso—. Es por eso que todo sucedió de la manera que lo
hizo. Pensé que estaríamos... —No puedo acabar.
—Ah, —dice Bear—. Puedo entender que eso puede hacer daño.
— ¿No?
—No. Fue por mí también. Creo que tenía que irme para ver qué más había por
ahí.
—Estás vivo.
Él pone los ojos en blanco. —Sabes que puede pasar una o dos veces.
— ¿Qué pasa con la vez que me dijiste que estaba bien verter un vaso de agua
helada sobre Otter para despertarlo?
Él ríe. —Dios, desearía que fueras pequeño otra vez. Eras una pequeña mierda
crédula.
—Oye.
—Él quería venir también. Le dije que tal vez sería mejor que viniera solo yo.
Por ahora.
—Lo sé.
—Él se preocupa. Tal vez demasiado. Sé que está preocupado por ti.
—Él lo sabe Chico. Pero eso no importa. Las cosas son como son. En su mente
le pertenecemos y eso significa que le preocupamos. No es nada malo, simplemente
es así. Deberías haber visto su reacción el día que llegó a casa la invitación de la
boda de Dominic.
—Loco ¿eh?
Bear ríe. —Furioso. Tuve que dejarle comprar un billete de avión para volar
de regreso a Seafare y patear el culo de Dominic.
— ¿En serio? —No sé por qué esto me sorprende, suena como algo que Otter
haría por alguien que ama.
—De Verdad. Dominic es de la familia, Ty, pero tú... tú eres diferente. Creo
que parte de Otter te ve como su hijo y él es un poco sobreprotector con nosotros,
por si no te habías dado cuenta.
—Sí.
Él todavía sostiene mi mano. Tengo casi veinte años, pero me importa una
mierda volar. Es Bear y esto es lo que hacemos. —Es bastante estúpido, ¿eh?, —le
digo—. Enamorarme de mi mejor amigo.
Él ríe. —No es tan estúpido, aunque se puedas sentirte así. Confía en mí, lo sé.
— ¿No?
—No... No es como debería ser. Tengo que arreglar esto, Bear. En mi cabeza.
Tengo que arreglar esto. —Parece como si ya hubiéramos estado aquí antes, dando
vueltas y vueltas.
—Conozco a Eddie.
—Eso hizo.
—Voy a hablar con él, —le digo—. Y luego vamos a averiguar qué hacer. A
dónde ir desde ahí.
—Sí.
Hago una mueca ante la idea. —Un nuevo y valiente mundo. Vas a estar
cubierto de tantos diferentes fluidos corporales.
—Eso es repugnante.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Tal vez Otter pueda hacer las... cosas pegajosas. Yo puedo... hacer
almuerzos o algo así. Rebanadas de manzanas y cajas de jugo. Tal vez lavar la ropa.
Nos reímos y escuchamos el viento, los pájaros, las olas y la hierba. Al menos
por un tiempo somos solo él y yo, yo y mi hermano mayor. Es como si fuera un niño
de nuevo, sentado a su lado, con su mano en la mía mientras juego con sus dedos. Es
la forma en la que comenzó esta vida. Nuestra vida. Durante mucho tiempo fuimos
solo Bear y yo contra todo pronóstico, contra el mundo. Alejándome de los
terremotos, porque eso es lo que los hermanos hacen. Él era mi hogar. Él siempre
será mi hogar.
Él sabe a quién me refiero. —Yo también, cada día lo hago. Ella estaría
orgullosa de ti, creo.
—Puede ser. Creo que me diría que es hora de mover el culo, sin embargo.
30
En el original es Soccer Mom, en general, se refiere a mujeres de clase media-alta que
viven en los suburbios y que emplean gran parte de su tiempo en llevar a sus hijos en edad escolar a sus
actividades deportivas.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Sí. Supongo que está bien. —Pero esa sonrisa en el rostro de mi hermano lo
dice todo.
— ¿Todos ellos?
Y lo es. Digo adiós a la señora P, diciéndole que volveré pronto, antes de subir
la duna de arena hasta el coche.
Y le creo.
16
de la terapia.
—Lo sabes, —dice Bear —no sería tan difícil encontrar un nuevo terapeuta. Si
realmente lo quieres.
Kori ríe silenciosamente, su pelo hacia atrás en una cola de caballo. Sólo
hemos estado en casa unas semanas, pero ella ha pasado de Corey a Kori y vuelto
otra vez más veces de lo que he visto en los últimos años. Algo tiene que estar
molestándole, pero he estado tan envuelto en mi propio drama (nada nuevo) que no
he tenido tiempo de preguntarle al respecto. Sólo tenemos un par de semanas
hasta que nos vayamos a Tucson y necesito solucionarlo más pronto que tarde.
— ¿Reina del drama? —Dice Bear con clara indignación en su voz—. ¡Me
preguntó si quería ser sodomizado con un bate de béisbol!
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—No creo que eso sea exactamente cómo fue —dice Otter.
—Chicos, vosotros que sabéis de personas extrañas, —dice Kori—, ¿por qué
un terapeuta querría saber si quieres tener sexo con un de bate de béisbol?
—No sé, —dice el Bear—, así fue la... cosa. Y no es mi culpa que todo este tipo
de personas acudan a nosotros. Yo soy el normal aquí.
Todos le miramos.
— ¿Qué? Lo soy.
—Y eso sea dicho con la mayor cantidad de amor —dice Otter sin levantar la
vista del papel—. Bueno, tanto amor como se pueda dar diciendo al mismo tiempo
que eres anormal.
— ¿No es así?
diagnosticado, sin dejar de mencionar el hecho de que parece que todavía tengo
problemas parentales y el hecho de que han pasado tres días desde que salí
corriendo de Dominic y no he visto ni un pelo de él. No es que realmente lo
esperase, incluso por la velada amenaza con la que terminó nuestra conversación.
No ayuda que todavía puedo escuchar ese gruñido bajo suyo en mi cabeza que pone
mis manos húmedas y mi polla dura. Estoy dando demasiada información intima
probablemente, pero me imagino que a estas alturas estás acostumbrado a esta
familia. Bien podría continuar con la tradición.
Se podría pensar que la terapia es dura, que estar frente a una persona que
comienza esencialmente como un extraño y derramar todos tus pequeños sucios
secretos es similar a sacar tus propias uñas una por una. Y tal vez comienza de esa
manera. Pero hay algo extraño, catártico en hablar en voz alta cosas que
normalmente eres muy reticente a decir a tus seres queridos. Un terapeuta
mantiene su boca cerrada, no te juzga en voz alta (sin embargo, uno tiene que
preguntarse lo que realmente piensan después de irte) y te da consejos y/o
medicamentos para controlar tu locura. Con la parte de hablar nunca tuve ningún
problema. La parte de la droga fue más difícil. Era más fácil ser un zombie para
escapar de mis problemas que concentrarme en ellos sobrio. Las benzodiacepinas 31
fueron lo mejor que conocí porque me ayudaban a flotar. Lo más, sin embargo, llegó
a ser menos y menos efectivo y tuve que tomar más y más. No me malinterpreten:
no era suicida, simplemente estúpido, que hacía cosas estúpidas, quedé atrapado,
recurría a ello para estar sobrio. Es así de simple. Aunque dicen que una vez que
eres un adicto, siempre eres un adicto y maldita sea si no hay días cuando los
terremotos me golpean y mi aliento se ve atrapado en mi pecho, me pregunto qué
fácil sería obtener más píldoras, cuánto mejor me sentiría si fuera capaz de no
sentir, incluso durante unas cuantas horas. Probablemente debería haberme
mantenido con la terapia cuando volvimos a Seafare, pero me distraje por... otras
cosas.
31
Medicamento Psicotrópico que actúa sobre el Sistema Nervioso Central provocando
sedación.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Me gusta que no sea un asesino en serie o una prostituta, —dice Kori—, es
bueno saber que Tyson está por encima de la adversidad que fue su infancia y no
camina por las calles rondando a víctimas o clientes.
—Y vosotros queréis ser padres, —digo, mirando a los dos—. Tal vez deberíais
dejar de lado esa idea por ahora.
—Me podéis adoptar, —dice Kori—, ya soy un adulto y lo único que quiero es
dinero y ser amado. En ese orden.
—Recuerda este momento cuando pienses que soy el raro —me dice Bear.
—Genial, —digo—. Creo que ahora iré a la terapia. Gracias a todo lo que
habéis amontonado sobre los problemas que ya tenía.
—Estoy bastante seguro de que eso nunca fue un problema, —digo—. Además,
está el lo del tema gay, ya sabes.
¡Ay no!
—Sí.
—Es un alivio.
32
Concurso de la televisión estadounidense de preguntas y respuestas parecido al Trivial
Pursuit.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Solía haber una gaviota que odiaba a Bear —le digo, sólo porque estoy
perdido y no sé más que decir.
33
Gusanos parásitos caracterizados por la presencia de una probóscide invaginable
erizada de espinas.
34
Trompa.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Su rostro se iluminó.
Suspira.
— ¿Ah sí? —Pregunto, cogiendo el vaso de agua—. ¿Y que era tan obvio?
—Todos estaban drogados. ¡Sin darme cuenta tropecé con un grupo de patos
adictos a graznar35!
—Hay algo que decir sobre la sincronización cómica, —dice mientras coge un
pañuelo de su bolsillo y limpia su cara—. He trabajado durante días y días en esa
broma.
— ¿Me has contado, —tomo aliento—, toda esa historia para poder hacer un
chiste?
35
En inglés original addicted to quack, juego de palabras para hacer un chiste, patos
adictos al quack en lugar de crack.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Pensé que era la mejor manera para conseguir que te abrieras. Hace ya un
tiempo que no hemos hablado cara a cara.
—Lo hice, —dice—, aunque admito que la última parte era una broma. Pensé
que podría hacer la transición más fácil.
— ¿A qué? —pregunto, aunque tengo una idea bastante buena. Debería haber
sabido que esto sería lo que se venía encima.
36
Hace referencia a los fármacos derivados de las benzodiacepinas que actúan sobre el
Sistema Nervios Central SNC.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Los ojos de Eddie se ablandan. Hay más líneas alrededor de los ojos de las
que solía tener y su cabello largo es corto y con canas, pero sigue siendo el mismo
tipo que he conocido desde que tenía nueve años de edad. Diablos, incluso la cortina
de cuentas al entrar a su oficina todavía cuelga de la puerta, aunque faltan algunos
filamentos ahora.
—Y podría decirte que eres más inteligente que eso, que lo deberías saber.
Pero no creo que sea necesario amonestarte nunca más y estoy seguro de que
probablemente te has pateado tu propio culo bastante por esto. Y, si no, estaría
dispuesto a apostar mi licencia de terapeuta que Derrick lo hizo lo suficiente.
—Así que si no estás loco y si no vas a decirme que soy mejor que eso,
entonces ¿qué quieres conseguir sacando el tema?
—El por qué de ello, Tyson. Sí, sabemos que eres más inteligente que eso,
probablemente más inteligente que cualquiera que haya conocido antes y sí,
sabemos que tu hermano es un hombre horrible cuya ira es como una gran furia,
pero me gustaría saber por qué.
—Me doy cuenta que creo que nunca he sido preguntado por eso. Tal vez me
han dicho por qué, pero nunca preguntado.
—No tan graves como piensas, supongo. Los primeros días fueron los más
difíciles.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
— ¿Alucinaciones?
— ¿Pesadillas?
—No más de lo habitual. No dormí durante unos días y estoy seguro de que
estaba empapado en sudor todo el tiempo, pero se pasó. —Por no hablar de las
náuseas y la abrumadora sensación de que todo el mundo estaba a punto de
derrumbarse encima de mí y si sólo pudiera conseguir una pastilla más, sólo la
mitad de una para no estar al límite, estaría bien. Había rogado, había engatusado,
había gritado.
— ¿Llegaste al límite?
—Se podría decir, supongo. Era más como que no me importaban los límites
que había, e incluso si estaban allí, eran borrosos, así que no podía encontrar
razones para preocuparme.
— ¿Por qué?
— ¿Meditación? ¿Yoga?
Sacudí mi cabeza.
—Nunca fui muy bueno en ninguno de los dos, Eddie. Sabes eso. Mi mente
trabaja demasiado rápido para enfocarme así.
37
Alprazolam, fármaco psicotrópico derivado de las benzodiacepinas que actúa sobre el
SNC.
38
Clonazepam, fármaco psicotrópico derivado de las benzodiacepinas que actúa sobre el
SNC.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Dudo aquí, porque "ayuda" es más un eufemismo que cualquier otra cosa. Si
por "ayuda" quiere decir que estaba apedreado la mayoría del tiempo y raramente
encontraba una mierda que ofrecer, entonces sí, ayudaba. Era el Robot Tyson y el
Zombi Tyson y aunque trataba de no mostrarlo, sé que mis ojos se habían apagado
y hablaba más despacio. El Robot Tyson se movía por la vida como por debajo del
agua. El Zombi Tyson no podía hacer el esfuerzo de prestar atención en clase.
—No sé acerca de 'ayuda' —digo despacio—. Fue más un medio para un fin.
— ¿Cómo es eso?
—Ese tipo de cosas suelen ser así —dice sin ninguna recriminación en su voz—
. ¿Crees que lo podrías haber dejado por tu cuenta?
—Difícil de decir.
—Prueba.
Suspiro.
— ¿Pero?
Me sonríe.
—Lo sé, Tyson. Siempre lo hiciste. Creo que tal vez perdiste tu camino
durante un tiempo.
—Él es inteligente.
—A veces.
Eddie sonríe.
—Y sé lo duro que tiendes a ser contigo mismo. Pero tienes que tener en
cuenta que, lo que ves como egoísta podría de hecho, ser aflicción.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
— ¿Sobre?
Se encoge de hombros.
—Dímelo tú.
—Piensa en ello, Tyson. Has pasado a través de mucho en tu vida, mucho más
de lo que la mayoría de la gente de tu edad ha pasado.
—Los tienes y eso es bueno. Pero hay personas que se han ido ya, Tyson, y no
sé cuan adecuadamente tratas con eso.
Inhalo.
— ¿Es esto algún tipo de psicología inversa? ¿Intentas conseguir algún tipo de
subida en mí sólo para hacerme colapsar y que vomite emocionalmente todo sobre
ti? Me conoces mejor que eso.
—Vamos.
pensamientos, si no con la idea de ellos, sus aspectos y todo lo que está bien o mal
con dicho tema. Eres un poco manipulador… no en forma maliciosa, pero tal que eres
capaz de ocultar ciertas cosas acerca de ti mismo para que otros no lo vean.
Derrick, Oliver, Dominic. Actúas como un adulto porque has tenido que hacerlo
desde muy temprana edad. Nunca fuiste capaz de tener una infancia como la
mayoría dada tu situación y la singular energía que sentías para proteger a tu
hermano. Llevas el peso del mundo sobre tus hombros porque crees que es lo que se
supone que tienes que hacer. Y el trastorno de pánico, si se derivaba de un
problema neurológico o uno emocional, era algo a lo que te podías enganchar y luego
vino el Klonopin. Y por primera vez en tu vida, pensabas, ¿por qué no? ¿Por qué no
dejarlo ir, sólo por un ratito? ¿Por qué no dejar que las cosas se deslicen por
bordes borrosos? Decidiste tomar una salida fácil, sólo para ver qué pasaría. Y
cuando te dio un aviso, volviste a lo de antes. Esa energía singular. Explica cómo
fuiste capaz de bloquear la adicción tan rápido después de estar con la medicación
durante casi un año. —Se sienta nuevamente en su silla—. ¿Es lo suficientemente
transparente para ti?
—Como un puñetazo en la cara —le digo a través de los truenos en mis oídos.
Soy escéptico.
—Aterrador.
—Bueno, no todos los días me han dicho que soy un adicto a la manipulación.
Eddie se ríe.
—Sueño con ella, a veces. —Está fuera antes de que lo pueda parar.
Suspiro.
—Tal vez.
Él no dice nada.
— ¿Eso fue cuando ella le dijo a Derrick que estaba peleando por la custodia?
—Sí. Algo así. Más complicado que eso. —Lo que es un eufemismo, por
supuesto. No averigüe eso hasta mucho más tarde cuando ella volvió otra vez,
T.J. Klune El Arte de la Respiración
cuando Otter y la Sra. Paquinn estuvieron en el hospital. Pensé que estaría enojado
porque Bear y Otter la había mantenido lejos de mí y hubo un momento en que lo
estuve. Pero cuando Bear me dijo lo que se habían dicho entre él y Julie McKenna,
el enojo se desvaneció. Cómo alguien podría pensar que Bear Thompson es otra cosa
que el hombre más fuerte vivo más allá de mí—. No todo es malo, sin embargo.
— ¿Los sueños?
—Sí.
Eddie se ve sorprendido.
— ¿Las hubo?
Pero lo hay. Lo había. Una vez, me llevó a la playa, volamos una cometa juntos,
se rió y dijo: —¡Mira qué alta está! ¡Mira cómo de alta está la cometa, Ty! —Y lo
estaba. Fue tan alta como jamás lo había visto antes. Y la manera en que me sonrió,
como si fuera lo más grande que jamás había visto. Y se había reído conmigo, como
si no tuviera ninguna preocupación en el mundo.
Una vez, me sostuvo en sus brazos después de que me había caído y raspada
la pierna.
Una vez, se sentó conmigo cuando estaba enfermo, cantando una canción en
voz baja.
Julie McKenna no es una buena persona. Tomó decisiones tan reprensibles que
niegan cualquier cosa que pueda ser considerada maternal en ella. La odio por lo que
me hizo. La odio por lo que le hizo a Bear. Y la odio por lo que trató de hacer
T.J. Klune El Arte de la Respiración
después de que nuestra familia por fin había encontrado algunas buenas
condiciones, algún terreno sólido. La odio por ello.
Pero hubo una vez cuando tenía cinco años, poco antes de se fuera, que me
miró y dijo: —Sabes que te amo, ¿verdad?
Tenía sólo cinco años, pero ya sabía que no tenía mucho de madre. Estaba
bebida la mayor parte del tiempo y se quedaba bajo llave en su habitación cuando
sus propios terremotos rodaban sobre ella y la enterraban en una aplastante
depresión. Estaba fuera hasta temprano por la mañana y entraba a casa
tropezando, apestando a Jim Beam y a Marlboro rojo, despertándonos a Bear y a
mí. El se levantaba, diciéndome que me quedase en la cama, cerrando la puerta
detrás de él y había voces altas mientras le decía, porque, ¿cómo podía hacernos
esto? ¿A mí? ¿Cómo podía coger el dinero de Bear, dinero que fue ahorrando para
la escuela? ¿Cómo podría dejarnos solos durante días a veces, cuando sabía que
Bear tenía que ir a la escuela y no había nadie para cuidarme? ¿Qué clase de madre
era ella?
Pero tenía cinco años y ella me miró y dijo: —Sabes que te amo, ¿verdad? —
Ya estaba planeando dejarnos. Ya estaba diciendo adiós, a su manera. Ya estaba
mirando a su hijo de cinco años, sabiendo que iba a dejarlo. Ella sabía esto. Todo
esto.
Pero dijo lo que dijo y recuerdo un sentimiento en mi pecho como un sol que
estalla, porque ¿podía recordar una vez que me hubiera dicho eso? ¿Podía recordar
alguna vez escuchar esas palabras de ella?
No podía.
Pensé que iba a ser el comienzo de algo maravilloso. Que había subido de
cualquier agujero que había cavado para sí misma y que iba a ser mi mamá y que
Bear y yo podríamos ser sus hijos y hacerla sentir tan orgullosa. Estaría tan
malditamente orgullosa de nosotros que lo oiría de ella todo el tiempo.
Yo le sonreía.
—Era compleja, —digo a Eddie ahora—. Creo incluso que ni ella sabía lo
compleja que era. Puedes decir lo que quieras sobre ella y he dicho más de lo mismo
en un momento u otro, pero creo que todavía había algunas cosas buenas en ella.
—Sí.
Sacude la cabeza.
—A veces.
—Porque no importa lo bueno que crea que podría ser, ella nos dejó.
— ¿Estás seguro?
Le miro furioso.
Él espera.
—Mierda —murmuro.
—Exacto —dice.
— ¿Y si no quiero?
Se encoge de hombros.
—No hay mucho que pueda hacer. Te puedo prestar oídos y darte bonitas
palabras adornadas como 'regresión' y 'represión', pero el trabajo es tuyo. ¿Te
puedo decir un secreto, Tyson?
— ¿Qué?
Se ríe.
—Más que cualquier otra persona que he tenido sentada frente a mí en esta
oficina. Hay algo especial acerca de ti, lo sepas o no, tienes tal fuerza en ti que me
niego a creer que serás otra cosa que el hombre más grande que puedas ser. La
vida nunca es fácil. Hay los baches en el camino que a veces se convierten en
montañas. Pero eres un escalador nato y te prometo que no importa cuán grande
sea el obstáculo en tu camino, vas a superarlo. No hay otra alternativa.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Ninguna presión.
—Ninguna en absoluto.
Pienso concienzudamente.
Me sonríe
Dominic no está en casa cuando me estaciono frente a su casa. Eso está bien.
Puedo hacer de espeluznante acosador y esperar. Podrían ser horas, lo sé, pero
esto es importante. Esperaré todo la maldita noche si tengo que hacerlo.
—Hola, —digo.
— ¿Tienes hambre?
—Podría comer.
Asiento.
— ¿Ben?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
— ¿Sí?
Puedo oír el gran alivio en su voz quebrada cuando dice, —Te eché de menos
también.
Seguimos conduciendo.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
17
Y así comenzamos otra vez, él y yo. Después de años sin contacto, más bien un
frágil contacto, un largo tiempo que estábamos realmente mal y honestamente
pensé que sería mucho más difícil de lo que era.
Pero la facilidad con que se deslizó de nuevo en mi vida hace que me sienta
como si nada malo hubiera pasado desde el principio. Gracias a Dios que solo me
tomó cuatro años averiguarlo.
Esto no quiere decir que no haya una cierta incomodidad. No se puede romper
una amistad tan cercana como la nuestra durante el tiempo que hemos estado cada
uno por su lado y de repente esperar que todo sea mejor de lo que era antes.
Surgen momentos cuando estoy hablando con él, donde recuerdo algo que sucedió
en los últimos cuatro años, cuando me acuerdo que él no puede saberlo, al menos no
como yo. O que me diga algo acerca de Ben, que ocurrió el año pasado, y Otter se
ría diciendo que lo recuerda.
Hay historias que no forman parte de nuestras propias memorias, pero las
conocemos con solo escucharla de los demás. Y estaría mintiendo si dijera que no
ha sido una lucha para conseguirlo. El Dominic que yo conocía, el tímido, gentil y
gigante hombre, se ha ido, reemplazado por un incondicional policía y un padre
T.J. Klune El Arte de la Respiración
endurecido. Claro que se ve igual, solo que un poco más grande. Claro que suena
igual con esa voz llena de grava. Pero hay un fuego en sus ojos que recordaba ver
antes y una línea casi sombría en la boca. Él sonríe, a veces a Ben y a Stacey. De
vez en cuando me sonríe, pero es una rareza. No es como lo que solía ser.
Tengo que dejar de pensar que lo va a ser, estos días nada es lo que solía ser.
No todo es mi culpa y no todo es malo. Creo que por un largo tiempo había olvidado
lo que es estar realmente vivo y mucho menos que fui capaz de contribuir a la
sociedad como debería haber sido. Me había convertido en una especie de sombra
de mi ex yo. Claro que todavía hablaba como adulto (mucho), y me reí y me enamoré
y viví, pero no estaba con mi corazón completo, como sé que lo solía tener. Pero
ahora que Dom está aquí otra vez, yo... no lo sé. No parece justo cargarle con todo
esto. Para ninguno de nosotros. No debería ser tan dependiente de él para hacer
las cosas y él no debe esperar llevar el peso de mis problemas sobre sus hombros.
Así no es cómo funciona la amistad. Cada uno debe dar la misma cantidad y recibir
lo mismo. Esa es la única manera que la gente puede relacionarse entre sí.
Así que cualquier idea que puedo haber tenido sobre él se ha terminado y
punto. He seguido adelante con esa parte de mi vida, porque, en realidad, solo
estoy feliz de tenerlo en mi vida de nuevo. Aprendí que es lo que debería haber
querido desde un principio. No lo sabía entonces, pero lo estoy entendiendo ahora.
Puedo ser el más inteligente eco terrorista de casi veinte años del mundo,
pero puedo ser jodidamente estúpido a veces.
No pasará y no sé por qué no lo vi antes. Sin embargo está bien, porque lo veo
ahora y lo voy a ver todos los días por el resto de mi vida.
Y creo que estoy de acuerdo con eso, o más bien, voy a estarlo con el tiempo.
Tengo la cosa más importante: mi amigo y prefiero tener esa parte de él que nada
en absoluto.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Él pone los ojos en blanco. — ¿Dios mío?, ¿podría sonar más como un pedante
santurrón? —Baja su voz para tratar de imitarme. No es muy bueno, pero solo
porque es un gran gilipollas—. Oh, mi nombre es Tyson y estoy tan feliz de tener su
amistad otra vez que me he olvidado que quiero que Dom pete 39 su salchicha en mi
trasero. Oh, ahora es todo acerca de la amistad y bla, bla, bla… y no voy a hacer
nada más sobre esto porque soy demasiado cobarde.
—No todos ellos. Pero debes agradecer a las estrellas de la suerte que no sea
vegano. Son mucho peores que los vegetarianos. ¿Cómo se llama a la masturbación
de un vegano?
— ¿Cómo?
39
Piledrive en el original que es cuando se dice que alguien con un pene enorme llega
hasta tus órganos al metértela.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Hace una mueca. —Bueno, si lo pones así… ¿Pero no es lo mismo que ser
vegetariano?
Estoy horrorizado. — ¡No! Dios mío, hay una gran diferencia. Por un lado, los
vegetarianos no…
— ¿Qué?
Niego con la cabeza. —El infierno va a ser un lugar muy triste para ti, amigo
mío.
—Lo sé, —dice—. Pero aún estarías hablando, confía en mí. Es parte del
legado McKenna. No puedes ocultarlo, incluso si ahora eres un Thompson.
Miro hacia atrás abajo en las direcciones en las que se detuvo el Google Maps.
De Seafare a Tucson, Arizona.
Mil quinientas millas. Conducir desde el mar hasta el medio del desierto en
mitad del verano.
Si lo sé. Suena horrible, ¿no? Ah, las cosas que hago por mis amigos.
—Se dice que hay cuarenta y un grados hoy, —le digo a Corey.
—Acabas de decir que estabas helado y hace quince grados fuera, —le
recuerdo.
—La hipocresía es un arma de doble filo. ¿Podemos terminar esto, por favor?
No tenemos mucho tiempo antes de que tengas que irte a prepararte para tu cita.
—Claro que no. Porque eso sería absurdo. —En realidad, lo pensé hace
bastante tiempo. Estoy bastante seguro de que era con lo que me masturbaba
durante todo el tiempo con quince años.
— ¿Qué?
40
Pop your cherry en el original que significa sacar tu cereza.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Eso fue muy suti, —oigo a Otter decirle a Bear—. ¿No se te podía ocurrir
algo mejor que tienda banco?
—Mentiroso. Te amo.
Luego hay sonidos de besos. — ¡Dios, eso es lo único que hacéis! —Me quejo en
voz alta—. Iros a morrearse al coche.
—Ah, que romántico, —dice Otter y luego la puerta se cierra detrás de ellos.
—Sí, por favor, te dejo, —le digo—. Eso haría mi vida mucho más simple. Y
esta fijación que tienes con mi hermano y Otter es muy poco saludable. Ellos están
relacionados conmigo y son viejos.
— ¿Qué es un PQMGT?
—Mierda, —dice.
— ¡Baby Doll! —le dice Sandy calurosamente a Corey. Su voz es un poco más
profunda de lo que había esperado—. Es bueno ver tu bonita cara.
—Júramelo, —dice Sandy con un ronroneo—. Los muchachos solo deben estar
encima de ti. Honey, deberías considerar seriamente tatuarte "sumiso" en tu
frente y "abierto para negocios " en el culo. Te ahorrarías un montón de problemas.
41
Una niña menor de edad atractiva que desea follar.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Y ahora me siento oficialmente vieja, —suspira con gracia—. Dime que soy
hermosa.
—Lo tiene que saber que de vez en cuando, —me susurra Corey en voz alta—.
Tiene treinta y uno ahora y está empezando el show.
—Lo he oído —dice Sandy, frunciéndonos el ceño a los dos—. Cuando vengáis
al bar de mi show, te prometo que os voy a avergonzar a los dos.
—Cariño, —dice Sandy—, siempre y cuando te pegues a mí, te irá bien. Soy
apreciada en ese bar y conseguir que entres no será un problema. Nada de bebidas
para ti, sin embargo. ¿Me entiendes? No me gustaría que tu primera vez en Tucson
sea estar bajo la vigilancia del Departamento de Policía. Ellos no son conocidos por
su hospitalidad.
—El hecho de que tu cara esté ahora del color de un camión de bomberos dice
lo contrario, —dice Sandy sonando divertido—. ¿Cómo se llama?
Eso es más o menos la verdad, pero no les voy a dar a cualquiera de ellos esa
satisfacción. —¿Podemos hablar de otra cosa?
Sandy frunce el ceño con gracia. —Ese hombre, —dice—. Yo creo que es una
pérdida de existencia humana. Se atreve a pensar que puede dirigirse a mí en el
modo en el que lo hace. Uno de estos días voy a reducir su tamaño a ese grandísimo
ignorante.
—Tienes que respetar a tus mayores, —dice Sandy con sus ojos de sílex y
acero—. No me importaría si tuviera que poner a un descarado niño pequeño twinkie
como tu sobre mi rodilla y darle una educación adecuada con la palma de mi mano y
mi flogger, en el escenario, desnudo y enfrente de todos.
—Eso está mejor. Ahora, ¿todo listo chicos? Faltan solo dos semanas ya
sabéis y si sois en algo parecidos a mí, probablemente deberíais comenzar a
empacar vuestras pelucas y boas de plumas ahora mismo.
—No tengo de eso, —le digo con tristeza—. ¿Qué he hecho con mi vida que no
tengo ni pelucas ni boas de pluma?
—Oh, Tyson, —dice Sandy—, eso puede remediarse fácilmente, creo que
todavía tengo algunas pelucas de Cher de mis primeros días. Como mi madre Drag,
Vaguyna Muffman, solía decir, “Helena, aparte de la presencia en el escenario, los
accesorios de una reina son sus cualidades más importante. Asegúrate de que
tienes cuidado de protegerlos cuando recibas un disparo de esperma sobre ti en
una orgia con doce hombres, porque luego es muy difícil limpiar la Lycra y las
plumas”.
— ¿Verdad que si? Vaguyna tenía mucha facilidad de palabra, Dios bendiga su
corazón. Ahora, tú vas a quedarte conmigo Tyson, mientras que los dos estén aquí,
siempre y cuando no te importe compartir la cama con Corey en la habitación de
invitados. Sabes que puedes quedarte tanto tiempo como desees, mi house es tu
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Yo también, perdida, —dice Corey, que le sopla un beso—. Estaremos listos,
probablemente nos va a llevar dos días poder llegar allí. Te haré saber por dónde
estamos.
—No he dicho que le odie, —dice Sandy—. Solo a los perros en general.
Ruedas es... no es un perro. Es más máquina de chucho creo. Ya lo verás cuando
llegues aquí. Me encanta el pequeño bastardo, aunque hace mi vida un infierno.
—Vince es el novio de Paul, —me dice Corey—. Y Pablo es el clon de Bear del
que te hablé y el mejor amigo de Sandy.
42
:My casa is your casa: en el original utiliza la palabra casa en español.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—En Asia, —dice Sandy—. Se suponía que iban a ir en primavera, pero la nana
de Paul se enfermó y aplazaron el viaje. Ella se encuentra mucho mejor ahora y ha
amenazado a Paul con una buena patada en el culo si lo posponían de nuevo por ella,
por lo que decidieron ir mientras pudieran.
Sandy pone los ojos en blanco. —Es una larga historia, muñeca. Digamos que
Vince quería ver la fábrica de galletas de la suerte.
Corey niega con la cabeza lentamente, su boca se pone en una línea delgada,
entrecerrando los ojos ligeramente. —No sé si voy a tener el tiempo—. La voz que
habla en es más suave, casi oscilante, y casi puedo ver a Kori a través de él. Una
vez me dijo que a veces Kori le hacía sentirse más seguro cuando estaba molesto,
no llegué a entenderlo entonces porque no había tenido ninguna experiencia con la
bi-identidad antes. Ahora, me pregunto sobre ello.
Sandy vuelve a mirar detrás del sofá. — ¡Ruedas! ¡Será mejor que no te estés
cagando sobre mis alfombras de importación! —Él nos mira—. Tengo que irme, Baby
Doll. Tengo que ver lo rápido que un perro de dos patas puede correr.
—No tengo ni idea, —dice Corey. Suena más o menos como sí mismo de nuevo.
Golpean de nuevo.
—Corey, vamos.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
La puerta se abre y Corey dice: —Me agradecerás esto más tarde, —antes de
que él incline la cabeza hacia abajo y me bese profundamente. Hay un breve
destello en mi cabeza y me digo a mí mismo que esto podría funcionar. Esto podría
funcionar si realmente quisiera. Yo solo tendría que sacar todo lo demás de mi
cabeza y podríamos ser felices juntos. Podríamos tener una vida juntos. No me
importa si es bisexual, transexual, gay o cualquier otro tipo de persona, siempre y
cuando él se mío y no necesite a Dominic, nunca necesité a Dominic y no lo
necesitaría de esa manera, nada de Dominic. Dominic. Dominic.
— ¿Así lo llamas? —Pregunta Dom, con una expresión que no revela nada. Y
por mi vida que no puede sofocar la abrumadora sensación de culpa que se precipita
sobre mí, aunque no tengo ni idea de por qué diablos debo sentirme culpable. Bueno,
aparte del hecho de que estoy atrapado bajo mi ex-novio que acaba de utilizar su
boca para investigar y explorar mientras mi primer amor (Te juro que no soy un
adolescente) me mira como si ni siquiera supiera quién soy.
—Sí, —dice Corey a Dom, frotando sus manos sobre mí pecho—. Y confía en
mí cuando digo que las ideas que estoy teniendo son sin duda para ser
intercambiadas. —Él balancea sus caderas lentamente y no puedo ni siquiera
comenzar a expresar mi horror ante esta puta descarada que está sentada encima
de mí. ¡Maldita guarra!
—Bien por ti, —dice Dom sonando aburrido—. Tyson, ¿estás listo para irnos?
¿O debería volver más tarde cuando terminéis los dos?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Dominic asiente girando sus llaves en su dedo, luego da vuelta y camina hacia
la puerta.
Me giro hacia Corey. —Estás muerto, —siseo sobre él—, no va a ser rápido y
fácil. Sentirás el dolor cuando te estrangule lentamente hasta acabar con tu vida.
— ¡Corey!
— ¿Qué?
18
Debería haber parecido más fácil antes, pero para cuando empieza la fiesta,
estoy seguro de que estoy comenzando a entender por qué el asesinato parece
ridículamente fácil. Sólo hay que encontrar una manera de no quedar atrapado.
Tengo un cerebro poderoso por lo que debería ser capaz de descubrirlo. Una
bañera de ácido debería hacer el trabajo muy bien.
conseguido alguna vez una media erección cuando parece que no puedes dejar de
hablar de deportes y abogados? Yo sí. Y es incómodo).
Pero por alguna razón, no podía superar la culpa que sentía por entrar a la
casa y ver a Corey (¡rata hijo de puta!) besándome. Me dije a mi mismo que no era
nada. Me dije que no importaba. Me dije que Dominic tenía mucho más de que
preocuparse que ver a su viejo amigo besar a otro chico. Y me di cuenta lo ridículo
que era eso que pensaba tan pronto como lo hice.
— ¿Cómo? ¿Qué?
—Estoy feliz por ti, Tyson. De verdad que lo estoy. Espero que te trate bien.
— ¿No qué?
— ¿Podrías no gritar, por favor? La gente está empezando a mirar. Otra vez.
— ¿Por qué no? La última vez que lo revisé, tenía una edad donde puedo decir
lo que quiero.
No pude encontrar las palabras para explicarle que en todos los años que lo
había conocido, nunca le oí decir la palabra "follar" y por alguna razón, estaba
haciendo esta situación mucho peor ya que si él podía comer eróticos fideos con
mantequilla y decir la palabra "follar," ¿qué posibilidades tenía yo, un simple mortal,
T.J. Klune El Arte de la Respiración
de no pensar en él de cualquier manera que no sea usando nada más que los
pantalones de su uniforme de policía y girando un par de esposas en su dedo?
— ¿Qué fue?
—Oh, lo es.
—Genial.
—Sí, genial.
—Sí.
—No.
—No.
—Bueno es saberlo.
Devuélveme mi suerte.
—Tyson, —dijo y miró, seguro que estaba a punto de decir algo que cambiaría
todo.
— ¿sí?
Y ahora, una hora más tarde, estoy mirando a Corey, que se ríe demasiado
jodidamente fuerte por algo que dice Dominic y le acaricia, arrastrando sus dedos
a lo largo del bíceps de Dom y me imagino que Corey no tendría la misma sonrisa en
su cara si alguien le rompiese sus dedos (y rotulas) con un martillo de bola (y por un
momento, me distraigo en cómo es exactamente lo que sé sobre lo que un es un
martillo de bola… estoy tan lleno de mierda inútil).
—Ah, —dice Otter sabiamente—. Ahora está tan claro como el barro.
— ¡Dime, Dom! —Dice Corey más alto que las otras treinta personas en la
habitación—. ¿Cuál es tu posición favorita? Ya sabes, en los deportes. ¡Yo prefiero
jugar en todo el campo!
— ¡Oh!, —dice Creed—. Ahora lo pillo. Creo. ¿La muerte de quien estamos
tramando?
Creed agita su mano. —Todo lo que ella tiene que hacer es llevar al pequeño
bastardo. Soy yo el que pierde el sueño junto a ella cuando me despierta cada
noche porque le duele la espalda.
Sus ojos se abren de par en par. — ¡Oooh! Hace ya tanto tiempo que no lo
hago.
— ¿Qué tal la semana pasada cuando dejé la tapa del inodoro abierta otra vez
y caíste por él a las tres de la mañana?
Ella sonríe dulcemente a Creed. —Nada de asesinato. Todavía no. Una vez que
tenga tu semilla fuera de mi, entonces vamos a tener una charla. No quiero estar
embarazada en la cárcel.
—Dígame, oficial, —dice Corey con una risita y toda la sutileza de una bomba
atómica de unicornios y purpurina—. ¿Nunca ha llegado a utilizar las esposas y la
porra para algo más... atrevido?
—No tiene muchas opciones, —dice Anna—. Agárrate a ella mientras puedas.
—He olvidado lo graciosa que eres cuando estás embarazada, —dice Creed—.
Es como estar casado con una…
—…mujer maravillosa que no aporta más que risa y alegría a mi vida y por
quien mi corazón late eternamente, —termina Creed.
— ¿Qué estáis haciendo? Mejor que no estés prendiendo fuego a esto otra
vez. Otter, ¡juro por Dios que vas a quemar la casa! —Bear ataca y mira con furia a
Otter.
—Leí en un artículo que el coste medio de criar a un niño es de más de 200 mil
dólares —dice Bear, mirando triste—pienso en todas las cosas que podríamos hacer
si guardamos ese dinero para nosotros mismos.
—O —dice Otter—, piensa en la alegría cuando nuestro hijo o hija diga 'Papá'
por primera vez.
—Fue una vez, —dice Anna—, y para ser justos, le dijiste primero que te ibas
a comprar una tableta de chocolate para ti y que JJ fuese a por una lata de
alimento húmedo para gatos.
— ¿Tyson?
—Cualquiera que sean tus planes para Corey y/o Dominic, por favor haz un
hueco para Creed con los perjudicados, conmigo de pie a tu lado. ¿Podría sugerir
simulacro de ahogamiento con lejía?
de que tu mejor amigo no es más que una gran puta grasienta que necesita cerrar
su puta boca y caerse en un hoyo.
Pero para complicar las cosas (yo soy yo, después de todo), también estoy un
poco (léase: extremadamente) molesto con Dominic por estar allí de pie con una
expresión desconcertada en su rostro, tomando tales avances con calma. Corey es
mi amigo y ex novio, no suyo y debe alejarse de Corey antes de que lo escale como
una montaña y plante mi puño en su cara.
Tal vez vaya justo al lado de los dos y me libre de toda esta situación. Creo
que haría las cosas mucho más fácil.
—Bien, tan divertido como es para mí hacer planes malvados detrás del
Repugnante Arbusto Árbol, —dice Creed—creo que podríamos enfocarnos aquí en
el Chico enfermo de sufrimiento. Es su cumpleaños, después de todo. No podemos
dejarle ser un asesino.
—Sea como fuere, vamos a cambiar las cosas un poco —dice alegremente
mientras extiende el brazo y empuja el Repugnante Arbusto Árbol. Bear grita
airadamente cuando cae al suelo con fuerte golpe, revelando a los cinco de pie muy
próximos unos a otros en la esquina de la sala de estar—. ¡Tyson! —dice Creed muy
fuerte—. ¡Tienes que ser más cuidadoso! ¡Podría haber muerto alguien!
Todo el mundo mira hacia nosotros, incluyendo a Corey y Dom. Corey, ese hijo
de puta, tiene una sonrisa cómplice en su cara que me hace querer arrancarla de
sus labios. ¿Quién se imaginaria que tenía tal propensión a fantasías violentas?
Probablemente debo hablar de esto la próxima vez que esté en terapia. Solamente
mi suerte, estoy en camino de ser un asesino en serie sobre todo lo demás. Eso es
algo que realmente no necesito.
Bueno, si voy a ser un asesino en serie, por lo menos sabré donde lo empecé.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Sí, sí, Papá Bear —dice Creed, poniendo sus ojos en blanco—. ¡Porque eres
tan amenazador!
—Lo intenta, —dice Otter con una dulce sonrisa—. Es bastante adorable.
—Vomito, —dice Creed—. Podría haber vivido toda mi vida sin escuchar a mi
hermano describir a mi mejor amigo como adorable. Realmente te has amariconado
a ti mismo en este momento, Otter, honestamente, no creía que fuera posible, con
todo este tema del 'sexo gay'. Felicitaciones.
— ¿Por qué tenéis nombres para todo? —Pregunta Corey mientras Bear sigue
acariciando el plástico—Monstruosidad verde. Repugnante Arbusto Árbol. Apuesto
a que Bear y Otter tienen nombres para sus penes también.
—Ya estoy en terapia, —le recuerdo—. Eso posiblemente puede que no ayude
a la situación.
— ¿Estás bien, Ty? —Pregunta Corey—. Suenas un poco... tenso —Se mueve
despacio un paso más hacia Dom. Sus brazos se tocan. ¡No sería capaz de hacerlo si
no tuviese brazos! Pienso salvajemente.
Así que, eso susurra. ¿Hemos renunciado a todo? ¿Viéndolos como amigos y
nada más, entonces? Estoy impresionado. Duró... ¿cuánto? ¿Una semana? ¿Dos
semanas? Esa es toda la fuerza de voluntad que tienes, chaval. Algo de lo que
estar muy, muy orgulloso.
Acábalo.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Bueno, —dice Corey, obviamente complacido por algo—. Estoy seguro que
tendremos mucho que hablar en nuestro viaje, entonces. ¿Tú y yo en un coche
durante dos días enteros? No, ¿lo qué podría posiblemente ocurrir?
Bear hace caso omiso de todos ellos, aun cuando su rostro se ilumina en rojo.
No hace falta ser un genio para ver que su mente va a un billón de millas por hora y
en direcciones que una persona normal con función normal del cerebro no podía
siquiera imaginar. Vamos a ver cómo de bien conozco a Bear, ¿vamos? Hay un
montón de bichos raros ahí fuera, está probablemente pensando. ¿Qué tal si están
conduciendo y cruzan California y sin ninguna razón que para que esto ocurra, el
coche se estropea? Y por supuesto que va a ser en medio de la noche porque es
cuando estas cosas pasan siempre. Sus teléfonos móviles no funcionan porque por
alguna razón, los satélites están escondidos detrás de las montañas o las nubes o lo
que sea y están atascados en medio de en ninguna parte junto a una planta de
empaquetado de carne abandonada que es el único edificio en cuarenta millas.
Tyson no será capaz de resistirse a entrar en él porque creé que todavía está en
producción y tendrá que encontrar alguna manera de hacerla explotar, porque ya no
es un ecoterrorista en formación. No, él ya es un terrorista en toda regla, todo por
culpa de vegetarianismo, pero encuentra que la empaquetadora de carne no está en
T.J. Klune El Arte de la Respiración
No está mal, ¿Eh? sí, trata de vivir con él continuamente y verás si es aún
divertido.
Maldita sea. Tan cerca. Aún no sé cómo llegó a eso. Debo estar patinando con
mi Bearologia. Solía captar su neurosis hasta el último detalle. Lo cual me pone muy,
muy triste.
43
My casa is your casa: en el original utiliza la palabra casa en español.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
sobrevivir para que pudiéramos volver para la secuela. —Niega con la cabeza
tristemente—. Probablemente no seré yo, no soy blanco.
—Me sentiría muy triste si fueras tú, —digo, mintiendo a través de mis
dientes.
—De alguna manera dudo eso —responde, con esa sonrisa de suficiencia de
vuelta en su cara.
—No los van a violar —dice Otter, tratando de calmar a Bear—. Tyson no es
lo suficientemente estúpido como para entrar en una empaquetadora de carne
abandonada en medio de ninguna parte —Bueno es saber que llegó a la misma
conclusión que yo.
—Bueno —le digo—, probablemente no. Pero si parece que está todavía en
funcionamiento, cualquier cosa puede suceder. ¿Sabes cuántos de nuestros amigos
animales son monstruosamente destrozados cada…?
Está probablemente en lo cierto. Bear parece que está listo para encerrarme
en mi habitación y nunca liberarme de mi torre.
—Voy a estar atrapado con todos vosotros para el resto de mi vida, —gimo y
por alguna razón, esto hace que casi todo el mundo sonría estúpidamente.
la última vez que supimos de ella. No es que exista alguna posibilidad de que te
topes accidentalmente con ella, pero con todas las cosas que han sucedido a
nuestra familia, no podría descartarlo completamente. Tendemos a conseguir el
golpe de la mierda de una vez. Es nuestro tipo de situaciones habitual.
Corey aplaude. —Bien, entonces, ¡Dominic puede venir con nosotros a Tucson!
¿Vamos a estar, cuanto... una semana máximo? Dos días allí, tres días para pasar el
rato en Tucson y luego dos días de vuelta de nuevo con Dominic y Tyson. Solos. Por
sí mismos. ¿Seguramente podrías pedir permiso, verdad, Dominic? ¿Y, Bear, no te
sientes mucho mejor sobre el viaje sabiendo que un gran policía escolta a nuestro
joven, impresionable y obviamente fácilmente asesinable por caníbales psicópatas a
través de los desiertos de California?
Cuanto más habla, más su muerte en mis manos se convierte en inevitable. Ese
imbécil sabe exactamente lo que está haciendo. Todo esto se debe acabar y nunca
discutirse otra vez, y habría salido de ello, también, si no hubiera sido por ese
homo entrometido.
Y puesto que la carga de esta cuestión se dirige hacia mí, naturalmente todo
el mundo se vuelve a mirarme. Otter se ve preocupado. Judas (Creed) parece que
piensa que esto es la cosa más divertida que nunca haya ocurrido en ningún lugar y
apenas puede contenerse. Anna está regañando a JJ por toda la habitación con los
ojos solamente (de esa manera extraña que sólo los padres pueden hacer) y JJ se
prepara a masacrar a un montón de globos con un tenedor. Bear mira entre Dominic
y yo, una mirada de creciente comprensión cayendo sobre su rostro. Su boca
apretada y los ojos estrechados.
Y, por supuesto. Dominic, que está parado allí más grande de lo que cualquier
persona tiene derecho a ser, mirándome con ojos cautos y la cara en blanco y
quiero gritarle que me diga qué coño quiere, qué cojones quiere que haga. Lo que
quiere decir. ¿Cuál es esa palabra que Bear solía usar? Proyección. Por supuesto
estoy proyectando, porque él no quiere nada de mí, no tiene que hacer o decir
ninguna cosa. Su vida y su mundo estaban perfectamente ordenados hasta que
regresé.
Uno: ¿Estas jodidamente loco? ¡Por supuesto que no quiero que vengas! ¿Estoy
luchando una batalla perdida con estas ridículas fantasías en mi cabeza de tu polla
en mi boca, y deseas estar pegado a mi lado por una semana? ¿Cómo podrías creer
que es una buena idea? ¿No sabes lo que me haces? ¿No sabes por qué no regresé?
Me rompiste, Dom. Me rompiste en un billón de pequeñas piezas y de alguna
manera, las volví a juntar, sólo para tenerte aquí otra vez. Te quiero. Creo que
nunca dejé de hacerlo. Pero no puedo tener esto porque a pesar de que ya estoy de
regreso y juntos en alguna forma y manera, todavía no sé cómo respirar.
Dos: por supuesto que quiero que vengas. De esa manera podemos estar uno al
lado del otro lo más posible porque dudo mucho que una vez que este verano
termine nunca vuelva aquí. Creo realmente que Seafare y yo hemos acabado. Así
que vamos a hacer esta una última cosa antes de averiguar cómo volver a mi vida y
volver a mi camino por mí mismo. Una última cosa para que pueda mirar atrás de
ahora en adelante y no sentirme totalmente culpable por que decidí huir una vez
más.
Tercero: ¡Claro, Dom! Sería formidable. ¡Va a ser la bomba! Realmente aprecio
que te tomes tiempo libre de lo que estoy seguro es una apretada agenda para
venir y hacer de canguro para mí y Corey. Tal vez eso nos dará más tiempo para
T.J. Klune El Arte de la Respiración
volver a conectar y ver lo que hay. ¿Tal vez puedas conducir parte del camino
también? Eso sería impresionante.
¿Cuál escojo?
— ¿Y no vas a ir?
Estás proyectando, eso dice, suena divertido. Jesús, se supone que eres un
maldito genio y aquí estás otra vez preguntándote por qué a un chico no le gustas
como te gusta él. ¿Cómo de extremadamente deprimente ha llegado a ser tu vida
que esto es lo que eres ahora? ¿Has estado en el infierno y de vuelta y esto es lo
que has hecho con ello? ¿Esto es lo que te vas a permitir ser? Prometía tanto, dirán
algún día. Prometía tanto y dejó que todo se desperdiciase. Espero estar todavía
por aquí cuando eso suceda y así decirte te lo dije.
¿Que se supone que significar eso, hijo de puta? Casi le grito, pero me
detengo mientras lo siento empezar en la garganta.
Si solo pudiera encontrar algún tipo de control, todo estaría bien. Sé que lo
haría.
Me quito mis sandalias y muevo los dedos de los pies en la hierba. Esta fría
contra mi piel.
Bear está parado a mi lado y frota su brazo contra el mío. Me siento mejor
ahora que estamos sólo los dos. — ¿Estás seguro acerca de esto?
— ¿Acerca de qué?
—Ya sabes.
—Sí.
— ¿Sinceramente?
—Claro Chico.
—Bear…
Estoy absurdamente conmovido, su ira está fuera de lugar. —No creo que
vaya a llegar a eso, —digo bruscamente—. No es él, lo sabes, soy yo.
Se mueve y se para frente a mí, cara a cara. No recuerdo cuando eso sucedió,
el momento en que no tuvo que bajar la vista ya. Es casi como mirar en un espejo.
Es extraño, realmente, pero es casa, también, así que no lo cuestiono.
Él asiente con la cabeza y da un paso atrás. Sus ojos se ablandan y una mirada
lejana cruza su rostro. —Nunca pensé que llegaríamos a este punto, —dice.
— ¿A qué punto?
—Lo sé. Es que... —sacude la cabeza—. Sólo pensé que habría más tiempo,
pensé que sería más largo.
—Siempre me preocupo.
Me río. —Eso es porque eres tú, es lo que haces y no hay nada malo contigo,
tampoco.
Estamos tranquilos durante un rato, simplemente una cosa que hacen los
hermanos, supongo. Finalmente — ¿Bear?
— ¿Sí?
— ¿Acerca de?
—Todo.
—Perdón por lo de antes —digo con una mueca— durante el almuerzo, quiero
decir. Fue extraño. Resultaba raro.
—No... —se detiene, toma aliento, suspira—. No sabía que Corey iba a
preguntar eso, de tu viaje. No quise entrar con calzador en esto.
Niego con mi cabeza. —No lo hiciste. Eso es... lo hizo Corey por ti. Además,
será bueno.
— ¿Lo crees?
Se ríe. —Lo haré lo mejor que pueda —Parece que quiere decir algo más, pero
todo lo que dice es —Mejor me voy.
¿Por qué esta sensación de final de una torpe mala primera cita? —Genial, Eso
sería... genial.
—Adiós.
Hay una llamada en la puerta. Casi como que lo estaba esperando, así que tiro
para abrirla.
La luz se derrama en Dom. Mira nervioso. No está seguro. Alza su mano hacia
arriba y rasca la parte posterior de su cabeza y mira abajo hacia los pies. —Yo… yo
traje algo —dice—, por tu cumpleaños.
Empuja un paquete mal envuelto en mis manos. Es muy pesado. Algo se mueve
y suena en su interior.
Levanto la vista hacia el sin saber que esperar. Él asiente con la cabeza y
después da vuelta y camina hacia su coche, entra en el, arranca y se va.
Cierro la puerta.
Pongo el paquete entre mis piernas, deslizo mis dedos por debajo del papel.
Lo rasgo fácilmente. Suena tan fuerte en la tranquilidad de la casa.
En su interior hay una caja de madera, ricamente tallada con flores pequeñas
y hojas en la tapa, girando como si una vez que habían crecido y desde hace mucho
tiempo muerto y endurecido se hubieran convertido en parte de la caja. La madera
es oscura y lisa, bien encerada y cuidada. Bisagras de cobre amarillo en la parte
trasera.
Levanto la tapa.
Hay una nota en la parte superior, doblada por la mitad. La saco y veo el
garabato familiar dentro.
Siempre he querido que tengas esto. Supongo que pensé que tendría
más tiempo para asegurarme de que lo tuvieras. No es tu culpa.
Es nuestra historia.
Y es, ¡oh Dios mío!, son, cosas pequeñas, todas estas pequeñas cosas. Aquí
está un trozo de entrada de la primera película que vimos juntos, alguna horrible
superproducción éxito de taquilla en verano con efectos especiales y explosiones
que tanta gracia nos hacía pero que secretamente amábamos.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Aquí esta una página de un terrible poema que había escrito sobre la batalla
contra esa maligna fuerza conocida como Santa/Satanás.
Aquí está una fotografía rota de nosotros de pie uno al lado del otro y soy
tan pequeño a su lado. Tan pequeñín. Nuestras caras están mirando hacia arriba y
explotando en color mientras vemos fuegos artificiales estallando sobre nosotros.
Aquí hay una nota que le había escrito y dejado en el coche cuando yo tenía
once años, lamentándome de mi nuevo maestro y como de trivial me parecía y que si
Dominic creía que me estaba fallando el sistema escolar público, que si no pensaba
que sería mejor si era educado en casa. Vamos a tener que encontrar la manera de
engañar a Bear para que haga esto, escribí. O simplemente debería pasar a
secundaria e ir a clase contigo. Eso sería probablemente la decisión más sabia.
Trabajemos en un plan esta noche.
Aquí está una copia de Brave New World , la primera cosa que le había
regalado. Era nuevo cuando lo compré. Ahora está cariñosamente desgastado,
después de haber sido leído infinidad de veces.
Aquí están unas gafas de sol rotas, esas sobre las que accidentalmente me
senté y rompí.
Aquí están las gafas funky que le había comprado para reemplazar las rotas
verde brillante y ridículas.
Aquí están estas cosas. Aquí están todas estas pequeñas cosas,
intrascendentes para los demás, pero todo para mí. Encuentro más y más y más. Un
botón. Un pin. Notas y entradas y fotos y trozos de cuerdas y la tela y todo.
Cuanto más miro, más profundo va hasta que estoy rodeado de él y de mí, hasta que
estoy sumido en todo lo que nos hizo quienes somos.
Esta lata.
Esta puntuación.
Finalmente, llego a la parte final. Mi cara está mojada y no hago nada para
limpiar mis ojos, incluso mientras se empañan. No es tan difícil respirar como
pensaba que sería.
La saco y la abro.
Quería decir lo que dije ese día cuando nos conocimos. Es inevitable, Tyson.
Tu amigo, siempre,
Dom
Coloco la nota en la parte inferior. Recojo todos los pedazos de nosotros y los
coloco en la caja. Finalmente, todo está dentro y pongo la primera nota en la parte
superior. Cierro la tapa. Paso mis dedos por las hojas de la madera.
Esto perteneció a mi madre. Es una de las pocas cosas que me quedan de ella.
Había gritado entonces. Había gritado durante horas, hasta que él no pudo
gritar más, rompió sus cuerdas vocales. Fueron horas y horas. Sólo se detuvo
cuando llegó a ser físicamente imposible continuar.
Y ahora me había dado parte de ella a mí. Su nombre había sido Crystal, creo.
Yo no... No.
Parte tres
Sólo respira
-Sylvia Plath
T.J. Klune El Arte de la Respiración
19
— ¿Estás seguro de que lo tienes todo? —me pregunta Bear por billonésima
vez. Mira hacia la parte trasera del todoterreno de Otter preocupado,
aparentemente seguro de que va a ver que echo en falta de algún modo un par de
calcetines o una de las cuatrocientas diminutas botellas de viaje de champú que él
pensó que necesitaría por alguna razón—. No querrás olvidarte algo en el camino.
¿Quién sabe cuándo podrás volver a parar?
—Tendrías que conseguir una maleta aparte solo para guardar todo el
champú, —le recuerdo.
— ¡Oh seguro! ¡Cúlpame por querer asegurarme de que tengas el pelo limpio,
brillante y sin caspa! ¡Lo siento mucho!
—Puedes venir con nosotros, —le dice Corey—. Deja a estos dos aquí.
¿Realmente están discutiendo sobre champú?
—Solo es que se van a echar de menos el uno al otro, —explica Otter. —Así es
cómo se lo demuestran.
—Le doy una hora antes de que empiece a putear sobre lo tranquila que está
la casa, —dice Otter.
— ¡Yo no puteo!
—No es que tú seas mejor, —me dice Dom—. O, más bien, no solías serlo.
—Sigue siendo así, —dice Corey—. Confía en mí. Cuando ambos se ponen en
marcha, jurarías que solo están haciendo ruidos agudos y no formando palabras
reales.
Y lo hago, joder.
—Vas a hacer bastante bien todo esto de la crianza. Si no metes la pata por
completo.
—Siempre. —Me suelta y levanta la voz de nuevo—. Ahora vete de aquí para
que pueda convertir tu habitación en un despacho.
Él pone los ojos en blanco, pero veo la pequeña sonrisa en su cara mientras
pasa junto a mí. Se detiene al lado de Otter, quien le mira con una sonrisa boba en
su cara, como si no se dejara engañar por ninguna de estas bravatas. Y
probablemente no lo haga.
—Nada, —dice él—. Nada en absoluto —Envuelve el brazo sobre los hombros
de mi hermano y le estrecha más cerca.
Solo es una semana. Nada va a cambiar durante ese tiempo. Todo seguirá
igual cuando vuelva. Ya averiguaré qué hacer con este lío de vida después.
Diez minutos más tarde, mientras giro el todoterreno al sur hacia unas
desiertas mil quinientas millas de distancia, Corey empieza a roncar en el asiento
trasero, y digo lo que debería haber dicho en algún momento durante las últimas
dos semanas, lo poco que le he visto. —Gracias.
Dominic mira por la ventana del pasajero hacia el océano. Parece que se
acerca una tormenta sobre el agua. — ¿Por qué?
—Nuestra historia.
Dos días más tarde, estoy intentando entender cómo puede esta gente vivir
en Arizona.
los árboles? No creo que sea posible para la gente vivir sin la proximidad cercana
de árboles.
—Es lo mismo.
Qué mujer tan triste es Kori. — ¿Cuándo hemos llegado al puesto de control
anticonstitucional donde, si pudiera tener la piel más oscura, probablemente
estaría detenido por ser un inmigrante ilegal sospechoso, aunque no hubiera
ninguna prueba?
—Hicieron las mismas cosas que Stalin, —digo—. Mira lo bien que salió.
—No dije que fueran gente inteligente, —dice ella—. Estás en un estado rojo
con tu pequeñez azul. Piensa en ti mismo como un pitufo de pie bajo el sol.
44
N.T: Gobernadora de Arizona, miembro del partido republicano, conocida por aprobar
una controvertida ley contra la inmigración ilegal en 2010, que criminalizaba a las personas
indocumentadas.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Es basura.
—Buen intento, —le digo—. Casi me tenías apelando a mi lado científico, pero
entonces mi teléfono simplemente bulló con una alarma de calor extremo.
—Casi allí, —dice Kori—. No puedo decir si suena contenta por eso o no. Diez
minutos más y estaremos en casa de Sandy. Debería de estar saliendo de trabajar
ahora, así que deberíamos ir directamente a su casa.
Sandy vive en una casa de adobe en un barrio tranquilo. Hay algunas plantas
en macetas colgadas fuera (probablemente aspirando su último aliento mientras se
asan bajo el sol ardiente) y un baño de pájaros en el patio delantero, pero hasta el
momento nada que dijera que era la mejor drag queen de la historia mundial, como
Kori promocionaba. Por supuesto, supongo que porque una persona sea una drag
queen no significa que el exterior de su casa tenga que parecerse a una drag queen
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Él echa la cabeza hacia atrás y se ríe. Es un sonido dulce. —“Aún no” dice.
Bien, cielo, si eso es lo que estás buscando, estoy seguro de que podría liarte.
—Lo tendré en cuenta —De alguna manera, no creo que fuera a volar de
vuelta a casa si me metiera en el porno. Estoy bastante seguro de que Otter y Bear
se cagarían encima. Y qué pasa si les gusta el porno (¡brutal!) y de alguna manera
tropiezan con eso y alcanzan a ver mi culo…
45
N.T: QUEEN FOR LIFE.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Wow. Tengo que abandonar esta línea de pensamiento ahora mismo. Culpo a
Tucson. Tiene que haber algo en el aire que te hace pensar en cosas sucias.
Sandy da un doble toque cuando Dom sale del asiento trasero. Dom se estira
y su camiseta se levanta levemente, mostrando una delgada franja de piel por
debajo, y casi puedo escuchar a Helena Handbasket rugiendo. Se ha ido el
insulsamente guapo con una dulce sonrisa. Se han ido, también, aparentemente, los
huesos, a juzgar por la forma en que es capaz de escabullirse y deslizarse hacia
Dom. Dom tiene una pequeña sonrisa en su rostro, como si este hombre ya le
divirtiese mucho.
—Bueno, bueno, bueno, —ronronea Sandy—. ¿Qué tenemos aquí? —Se apretó
contra el costado de Dom, recostando la cabeza en su hombro—. ¿Dónde, mi gran
lascivo trozo de pastel de hombre, has estado toda mi vida? Apuesto a que podrías
levantar a tres como yo en un banco de pesas sin sudar, pero tienes suerte, solo
hay uno como yo y confía en mí cuando te digo que soy un hombre más que
suficiente para ti.
— ¡Esa voz! —Chilla Sandy—. Por favor dime que has hecho porno y donde
puedo comprarlo. Coge mi dinero. Coge todo mi dinero.
—No he hecho porno, —dice Dom—. No sé lo bien que eso afectaría al cuerpo.
—He debido perderme esa, —dice Dom—. No sé muy bien si eran policías
reales.
—Solo se trata de una fantasía, muñequito —dice Sandy—. Y tú eres unos dos
metros cuarenta de viviente, respirante y ridículamente musculosa fantasía.
Simplemente debería hacerte formar parte de mi espectáculo mañana por la noche
46
N.T: Semen sobre Sospechosos Pervertidos.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Eso es mucho, ¿uh? —Pregunta él con una sonrisa—. ¿Cómo podría decir que
no a eso?
—Sucia puta, —siseo antes de poder detenerme. Y ahí está la imagen de los
pantys brillantes para chico que es necesario que se vaya, igual que ayer. No estoy
en ese tipo de cosas. Bueno, al menos mi mente no lo está. Mi pene piensa que es
una gran idea. Estúpido puto pene.
Todo el mundo me mira, pero no antes de que Sandy y Kori intercambien una
mirada que me da ganas de patearles las rótulas. —Um. Dije que vayamos dentro.
¿No hace mucho calor fuera? Parece que hace mucho calor.
—Por supuesto, —dice Sandy tímidamente, como el ejército diabólico que es—
Estoy tan acostumbrado, que ni me di cuenta. Pobre bollito. Voy a cuidarte tan bien
en Casa de Helena que nunca querrás irte. —Me guiña el ojo a sabiendas, y casi
corre gritando hacia la dirección contraria.
—Del perro del infierno conocido como Ruedas, —dice con una mirada de
disgusto extremo—. El perro de Paul. Me encanta el pequeño chucho callejero de la
T.J. Klune El Arte de la Respiración
muerte, pero no es normal. Estoy bastante seguro de que vomitó allí a propósito,
porque no le dejé salir fuera mientras estaba lloviendo. Confía en mí cuando te digo
que Ruedas es una criatura vengativa con maldad en su corazón.
—Le atropelló un coche cuando era un cachorro, —dice Sandy—. Perdió las
dos patas traseras y el rabo. Lleva un carrito enganchado a su trasero para que
pueda correr. Paul lo adoptó así y le puso ese nombre.
—Sí.
—Llamado Ruedas.
—Correcto.
—Tengo que conocer a Paul, —le digo a Kori—. Como, ahora. Cualquier hombre
que recoge a un perro discapacitado a propósito tiene que ser un ser humano
increíble.
—Oh, —dice Sandy—, ¡eso está bien! Kori me dijo que fuiste un hippie.
47
N.T: Parques temáticos estadounidenses ambientados en la vida marina y conocidos por
sus espectáculos con orcas.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Eso es un eufemismo, gigante sexual, —dice Sandy, con los ojos muy
abiertos—. Bendito lavado de cerebro de PETA, Batman.
—No hay ninguna buena manera de ser un hippie, —le digo—. Especialmente
los hippies playeros.
—Tuvimos algunos problemas con los hippies playeros, —le cuenta Kori a
Sandy—. No sabían cómo cantar y lanzaron piedras a las ventanas.
—No fue tan divertido como suena, —puntualizo—. Las esposas dolían.
—Así es como sabes que estás teniendo un poco de diversión, —dice Dom
con un guiño, y no puedo hacer nada más que mirarle boquiabierto, porque quiero
saber quién es este hombre y qué ha hecho con mi enorme, silencioso y estoico
Dominic.
— ¿Un hotel? —Pregunta Sandy—. Por supuesto que no. Solo tendremos que
dormir un poco. Pero ya que todos somos así de buenos amigos, no creo que eso sea
un problema, ¿verdad? —Sonríe a Kori—. Tú estarás en mi cama, cariño, pero no te
hagas ideas. Le he entregado mi corazón a Jesús.
Dom se encoge de hombros como si no fuera gran cosa. —Por mí está bien.
—Tú roncas —le acuso débilmente, como si esto fuera una justificación para
cuando termine durmiendo en el sofá. O en el coche. O corriendo de regreso con
Bear para que pueda esconderme en la bañera.
—Bien, esto es bastante bueno, —emite Sandy—. Suena a que todo saldrá
bien. ¡Oh Dios, adoro tener invitados en casa! Kori, ¿vamos a quitarnos el polvo de
nuestras narices antes de la fiesta de la noche? Podemos tener una hora de chicas.
—Nos mira a Dom y a mí—. Chicos, vuestra habitación está al final del pasillo. Hay
un baño junto a la puerta con toallas esponjosas y listas para vuestro disfrute.
Tomaros la libertad de daros un pequeño baño. Lo prometo, no hay cámaras
instaladas en la ducha.
Hijo de puta.
Hay una cama de matrimonio, de acuerdo, pero ocupa la mayor parte del
espacio sin apenas hueco para moverse. Una ventana pequeña permite entrar la luz
del sol ardiente que promete irritarme la piel. El otro único mueble en la habitación
es una pequeña mesita de noche en el lado más alejado de la cama. Encima de la
mesita hay una pecera con condones. Diseminado junto a la pecera hay unos diez
tipos diferentes de lubricantes con nombres tan ridículos como “mantequilla
extrema” y “chico-fácil” (una me hace no querer volver a comer palomitas nunca
más), la otra quiere asegurarme que esto no es en realidad un episodio de To Catch
a Predator48. Una borla de algo de cuero cuelga de uno de los cajones de la mesita
de noche. Estoy bastante seguro de que las vacas no evolucionaron para que sus
pieles se utilizaran en un culo lleno de mantequilla extrema.
Sigo su mirada. Encima de la cama, pegado al techo, hay una hilera de espejos.
Porque, ya sabes, es lo que tiene la gente normal.
Dom ladea la cabeza hacia los espejos. —No creo que sea tanto una mazmorra
sexual. No veo ningún columpio o una cruz de San Andrés 49 con un vil y hosco amo
de la mazmorra esperando para azotarte.
— ¡No sé lo que significan ninguna de esas cosas! —Me doy cuenta que o bien
soy un mojigato o que realmente tengo que ponerme al tanto sobre mis estudios de
todos los temas sexuales. Ja. A empollar. Eso es divertido, de una especie de
manera de “estoy a punto de enloquecer histéricamente”.
—Me ataron a la cruz una vez —dice—. Azotado en cada pulgada de mi vida.
48
N.T: Programa americano de telerrealidad que realiza investigaciones con cámaras
ocultas.
49
N.T: Se refiere a una cruz en forma de aspa utilizada en las prácticas de BDSM.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Él pone los ojos en blanco. —Era una broma, Tyson. He arrestado a algunos
pervertidos, eso es todo.
— ¡Sabía que era una broma! —En realidad no lo sabía y estoy mintiendo entre
dientes.
Él pone su bolsa sobre la cama. Yo, por alguna razón, miro hacia los espejos
otra vez. Hay tres, todos apretados uno contra los otros. Supongo que nunca he
pensado en como tal cosa podría ser buena para el sexo, pero ahora que lo pienso,
estoy bastante seguro de que así podría ver absolutamente todo si,
hipotéticamente, alguien estuviera sobre su espalda y otro alguien estuviera yendo
a la ciudad sobre él desde arriba. Quiero decir, supongo que puedo ver los
beneficios de esa clase de ángulo, y todo sería rápido, duro, sucio y…
¡Nop! ¡No, señor! No necesito estar pensando en esa clase de cosas, porque lo
más probable es que provoquen erecciones inapropiadas. Y si hay una cosa que
arruine el compartir platónicamente lo que posiblemente sea la cama más pequeña
del mundo entre dos amigos que solían ser como hermanos, es una erección
inapropiada. Bueno, no es que lo dé por hecho, pero más o menos puedo suponerlo.
No quiero tener que despertarme en mitad de la noche y explicar a mi compañero
de cama heterosexual por qué estoy empalmado y le observo a través de los
espejos sobre la cama. No es una conversación propia de una amistad duradera.
—Si quieres —dice Dom sin volverse—, podemos ir a un hotel. He visto un par
justo al final de la carretera.
en la biblioteca o el almacén de pelucas y boas de plumas (de los cuales tengo que
ver la evidencia… ¿es realmente ella una drag queen?) en una habitación de
huéspedes. Si ese es el caso, entonces Sandy/Helena Handbasket está en mi
contra y ya es una causa perdida.
Y si Kori es la villana que creo que es, entonces obviamente yo soy el héroe de
esta historia y necesitaré luchar contra ella en una batalla de ingenio y rencores. A
la primera señal de debilidad, ella irá a por la yugular. Tengo que asegurarme de
que ella que no hay nada fuera de lugar. Tengo que aguantar estos próximos dos
días hasta que pueda salir de este lugar conocido como Tucson, volver a la tierra
que es mi casa y comenzar a trazar mi venganza.
Es obvio.
Ella está intentando que yo la joda de alguna manera cerca de Dom y así él
descubrirá la verdadera naturaleza de mis sentimientos (más bien, cómo me solía
sentir, me corrijo deliberadamente). Al hacerlo, Dominic se verá obligado a
mirarme con lástima y pena (Pobre bollito, se dirá a sí mismo. Pobre pequeño Tyson
enamorado de un hombre heterosexual) y entonces me defraudará de un modo que
es suave pero aún aterrador en formas que ni siquiera puedo empezar a entender
(teniendo en cuenta que esto no sucederá porque ciertamente no sentiré lo mismo
por él nunca más).
Y ella está haciendo todo esto no porque piense que Dominic y yo vayamos a
terminar juntos (¡ja ja, ahora hay un pensamiento estúpido y aleatorio fuera de mi
cabeza!), sino porque ella realmente tiene el corazón roto sobre cómo terminó
nuestra relación, incluso aunque fue la que rompió conmigo (No he pensado lo
suficiente si tiene sentido, pero confía en mí, tiene que ser cierto). Ella sabe cómo
me siento (solía sentirme, me reprendo a mí mismo) sobre Dominic y quiere
burlarse de mí.
— ¿Qué?
— ¿Qué mirada?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—La misma mirada que pones cuando ves una historia en las noticias sobre un
chico rico publicando fotos de sí mismo durante una caza mayor y de pie sobre el
cadáver de un elefante. Como si quisieras matar a alguien.
— ¿Por qué querrías matar a una criatura tan magnífica y después publicar la
foto para que alguien lo vea? —exclamo—. ¡Tienes que saber que todo el mundo va a
pensar que no eras más que un gigantesco cretino que debería ser colgada y
apedreada con calabazas podridas!
—Realmente creo que no sabes qué es una mazmorra sexual, —suspira él.
—Lo hago, —digo. Wow, eso sonó débil. Y nada cierto en absoluto. Levanto mi
bolsa y voy al otro lado de la cama mientras mi cara arde. Abro la bolsa y empiezo a
rebuscar dentro, intentando ver si hay algún cinturón de castidad y una Biblia en
algún lugar dentro, porque al parecer he cambiado de nombre a Prudence
McVainilla Puritana.
—Estoy al tanto, —le digo—. Estoy de acuerdo con eso. Tan pronto como las
palabras salen de mi boca, me doy cuenta de que probablemente nadie en la tierra
dice que está al tanto y de acuerdo con eso nunca más. Mi vida podría tener un
botón de pausa, uno de rebobinado, y sobre todo un control de volumen.
lenta y que su torso se prolonga por millas. La vida se vuelve positivamente injusta
cuando veo los músculos voluminosos de su pecho cubierto por un puñado de pelo
oscuro. Sus brazos capturan la camiseta, y el cuello está en su barbilla, y me hago
creer que estoy a tres puntos y seis segundos de distancia 50 de abordarle y
embarcarme en su pecho.
Calma. Esto es lo que Kori quiere. Todo es parte de su diabólico plan. Sólo
cálmate y habla del tiempo. — ¿¡Por qué estás desnudo!? —le chillo. ¡Esto no es
hablar del tiempo!
50
N.T: Referencia a un partido de baloncesto.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Quiero darme una ducha, —explica con calma—. Para quitarme toda esta
mugre del camino.
Tienes que calmarte. Haz que tu respuesta suene natural, como si nada
estuviera mal en absoluto. Suenas como si te hubieras cagado encima. — ¡Claro!
¡Genial! ¡Eso suena super! ¡Suciedad de la carretera! —Mucho mejor. Haz una
broma. Eso es todo lo que necesitas hacer. Haz una broma. Vuelvo a mirarle
(ignorando con resolución lo bronceada que está su piel) y muestro una sonrisa que
probablemente es demasiado amplia y que recuerda a una hiena. ¡Suelta una puta
broma! —Me vendría bien una a mí. Tal vez podría unirme a ti —. ¡OH MARIA,
MADRE DE DIOS, ESA CLASE DE BROMA NO! ¡PARA DE HABLAR! PARA DE
HABLAR AHORA MISMO. —Er, quiero decir, no hablo en serio. Ve a darte tu
ducha, amigo. Yo voy a relajarme aquí.
No, no, de verdad que no. Estoy sudando como un hijo de puta por estrés, y
estoy bastante seguro de que huele a patatas fritas rancias, y no daría nada,
literalmente nada, porque este momento se acabase. Cuanto más abro la boca, me
recuerdo a mí mismo, más lo empeoro. La respuesta es simple. Para. De. Hablar.
—Parece como si te gustara comer ladrillos, —digo. Porque eso tiene mucho
sentido.
Me río, también, pero sólo porque no sé de qué nos estamos riendo. La suya es
la risa más erótica que he oído nunca, toda oscura y llena de gravedad. Sueno como
una ardilla siendo atropellada por un coche. Erecciones inapropiadas, sudor por
T.J. Klune El Arte de la Respiración
estrés con olor a patatas fritas, y riendo como una ardilla muerta. No soy digno de
existir en este mundo.
— ¿Qué?
Él asiente.
Él suspira y dice, —la mejor clase de extrañeza que hay —como si fuera la
cosa más fácil del mundo.
Él no dice nada más, solo agarra una camiseta y un par de pantalones cortos
de su bolsa antes de volverse y salir de la habitación.
Pero no antes de que vea la pequeña sonrisa de su cara que hace que cada
única resolución que he hecho sobre Dominic Miller se vaya volando por la ventana.
Es bueno saber que mis convicciones se van con el viento por una cosa tan pequeña.
O eso, o en algún momento de los últimos cuatro años, Dom se inició como sumo
sacerdote vudú y yo he sido maldecido con un poco de gafe.
20
¿Has tenido que dormir junto a alguien mientras que haces un esfuerzo
consciente de no tocarle accidentalmente en cualquier momento de la noche?
¿Sobre todo cuando dicho compañero de cama aparentemente considera ropa de
dormir normal, el estar con algún harapiento short de entrenamiento y nada más?
¿No?
Caray. Elige tu opción. Eso literalmente, podría ser cualquiera de esas cosas y
muchas, muchas más. Es difícil vivir una vida moralmente buena cuando se tiene una
propensión a chanchullos.
No ayuda que el gran zoquete roncando a mi lado (¡Lo sé!) Al parecer tiene la
propensión de espatarrarse por toda la cama como si fuera el único en ella. Vi como
se acercaba, cada vez más cerca (no importa el hecho de que yo lo estaba mirando
mientras dormía tratando de no pensar en lo espeluznante que me vería) y todo el
rato, el espacio que tenía a mi disposición se hizo más y más pequeño. Finalmente,
terminé en un pequeño rincón en la parte superior de la cama, con mi trasero
contra el cabecero, envuelto alrededor de la almohada y mirando a Dominic, quien
estaba ya convencido de que estaba haciendo esto a propósito y se había unido a
las filas de villanos que conspiran contra mí. Hasta las cinco y media, cuando di una
cabezada cayendo en un sueño surrealista en el que Dominic se había despertado
encontrándome envuelto en la parte superior de él. Eso sí estaba bien (bueno, tan
bien como algo así podía estar), pero luego abrí la boca para darle algún tipo de
explicación y un cubo de alitas de pollo fritas cayeron desde mi boca a la cara de
Dom. Yo intenté disculparme, pero Dom empezó a comer el pollo y realmente me dio
asco y trate de correr lejos, solo para caer en un círculo lleno de hippies con
tambores, todos fumando porros y tratando de poner collares de cáñamo a mí
alrededor. Ni siquiera quiero tratar de comenzar a analizar eso, ni quiero saber lo
que dice acerca de mi frágil psique. Algo apetecible seguro 51.
51
Chickeny en el original que es como apetecible pero suena a la vez como pollo.
52
Ave con patas azules de la familia de los patos con un graznido muy agudo.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Me agacho para recoger todo lo que he tiré de la mesa y me las arreglo para
coger un par de elementos del suelo cuando Dominic dice soñoliento, — ¿Qué estás
haciendo?
Me doy la vuelta y él está mirándome por encima, con los ojos entrecerrados
y me doy cuenta que estoy sosteniendo un condón, una botella de Boy-Ease (chico
fácil) y un consolador rojo del tamaño de mi antebrazo. ¿Qué carajo pasa con esta
mesita de noche? ¡La Maldita mazmorra del sexo de la Drag Queen Helena
Handbasket!
—Todo esto es un sueño, —me las arreglo para decir—. Todavía estamos
durmiendo y cuando te despiertes, no vas a recordar nada de esto.
—Por lo menos espera hasta que consiga dormir más antes de intentar usar
eso en mí, —dice, seguido por una bajo ronquido.
53
Termino gay para definir a los jovencitos deseables.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—No pude dormir, —le digo cerrando la puerta detrás de mí—. He estado
despierto casi toda la noche.
—Muy mal.
— ¿Lo es?
—Sí ¿Vale?
—Fascinante.
—Oh hombre. No quise interrumpir. —Me siento muy mal. Si hay una cosa que
he aprendido acerca de respirar, es que es molesto que te interrumpan—. Me voy
dentro.
—Está bien, muñeco. Admito que no soy muy bueno en esto todavía.
— ¿Por qué?
Él frunce el ceño. —Se supone que debes despejar tu mente, pero me parece
que es absolutamente imposible. Siempre parezco estar pensando en algo.
— ¿Estás bien?
Esa sonrisa regresa. —Suena como que sabes de lo que estás hablando.
— ¿Nada en tu mente?
—Estoy estresado.
—Pequeño twinkie descarado, —dice con una sonrisa—. Ser Helena pasa
factura, por decirlo de algún modo.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Él hace una mueca. —Por así decirlo. Ya no tengo el control sobre ella como
solía tenerlo. No soy tan joven como una vez fui y puede ser agotador.
—Voy a tener que mantenerte alrededor, eres muy bueno para mi ego. Tengo
treinta y uno.
—Ahora no quiero mantenerte cerca nada en absoluto, —dice con una mueca y
con Helena parpadeando detrás de sus ojos—. De hecho, puede ser que te subaste
esta noche al mejor postor, que probablemente será un hombre de negocios de Des
Moines cuarentón, con estancia en el Motel 6.
Sus ojos se suavizan, pero puedo ver a la drag queen aun revoloteando
alrededor. —Me recuerdas a Paul, un poco. Él hace lo mismo.
Me estremezco. —Entonces lo siento por ti, que tienes que estar sometido a
esto todo el tiempo.
Creo que puedo, podría ser, supongo no puede hacerle daño probar. Me siento
junto a Sandy y cruzo mis piernas como él. —Un tipo llamado Eddie me enseñó esto,
—le digo—. Se supone que es un psiquiatra, pero estoy bastante seguro de que es
solo un tipo loco que se confundió con un terapeuta un día y se hizo pasar por uno.
Sandy choca mi hombro con el suyo. —Creo que lo has hecho muy bien,
muñeco.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Por supuesto me habían advertido sobre Paul. Sandy y Corey (que bajaba las
escaleras esta mañana como Kori). Me han dicho que puede ser un poco... mucho...
difícil de manejar. Realmente pensé que eran exagerados, después de todo, fui
criado por el rey de los Divagadores Piensa todo Dramáticos, así que ¿Qué tan malo
podría ser Paul Auster? No creía que fuera posible que cualquier persona fuera
capaz de ir mano a mano con Bear en ese sentido.
¿Alguna vez has sido testigo de un tornado que se aproxima? Se puede ver la
formación en el cielo, las nubes que comienzan a girar juntas en un embudo
acercándose a la tierra y se ve como una enorme boca, dispuesta a tragarse todo lo
que conoces y dejar un rastro de destrucción a una milla de ancho a su paso.
La puerta principal se abre tanto que parece que explota, golpeando contra el
marco de la pared. Un hombre regordete entra con los ojos muy abiertos y el pelo
oscuro volando alrededor de su cara. Sería lindo si no se viera como si estuviera
listo para golpear a alguien en las rótulas con una barra de hierro.
— ¿Sí, Paul? —dice Sandy con una sonrisa inocente y puede que no le conozca
desde hace mucho tiempo, pero me ya puede decir que la sonrisa estaba
completamente llena de mierda. Él sabía exactamente de qué se trataba.
— ¡Tú! —El hombre que es aparentemente Paul gruñe—. Tengo un hueso que
partirte.
—Tuve que pasar por la casa de mis padres esta mañana, —dice entre
dientes—. Y recoger a Johnny Depp por Nana y llevarlo al veterinario para su
operación de la próxima semana.
Paul pone los ojos en blanco. —Él es una especie de hippie místico que dice
que necesita unos días adicionales para comunicarse con espíritu animal de Johnny
Depp. Pero debe estar bromeando porque Johnny Depp está muerto por dentro.
— ¿Está bien?
—Así que imagina mi sorpresa, —dice Paul—, cuando nos metemos en el Prius y
Johnny Depp me grita cosas acerca de cómo lo he secuestrado y que me lo llevo al
bosque para violarlo. Así que yo llamo a Nana para preguntar qué diablos está mal
con su estúpido loro y ella me dice que estuviste de visita y tuviste una, y cito,
"conversación larga y franca con Johnny Depp por lo mucho que lo odio y
realmente, Paul, ¿podrías ser más amable con él? Se lo merece."
—Debería ser más amable con él, —dice Sandy, sacando las magdalenas del
horno—. Todo lo que escucho es animosidad hacia él de tu parte.
54
Desayuno tardío.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Greyhound que se detuvo junto a nosotros con personas mayores que se dirigían al
bingo o al hospicio y escucharon cada palabra que dijo y una vez que llegamos,
ruedas empezó a aullar como si estuviera siendo secuestrado y violado también y
solo sé que todo el mundo en ese autobús pensó que yo era una especie de extraño
animal cabrón preparándose para secuestrar y abusar de un perro y un loro porque
soy un jodido, enfermo retorcido, que consigue su placer ejecutando a un conjunto
de animales llamado Heavy Petting Zoo, donde otros jodidos enfermos retorcidos
como yo, pagan una cuota mensual para entrar y participar en el acto carnal de la
bestialidad.
—Heavy Petting Zoo, —resopla Sandy—. Eso sería un gran nombre para un
grupo de rap evangélico-cristiano.
— ¿Sabes lo que es esto? ¿Sabes que es ser amable? Tú, Buu y el cuerpo de
Cristo55.
— ¿Cómo?
55
Esto lo dice rapeando.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Paul pone los ojos en blanco. —Oh por favor. ¿Por qué siempre lo ponen con
esos grandes abdominales y viéndose siempre tan bien?
Paul nos ignora por completo, como si estuviera envuelto en su propio pequeño
mundo. Cosa que probablemente está.
— ¡Tú estás tratando de poner al loro contra mí, aún más!, —le dice a Sandy—.
¡Ese animal es homofóbico ya! ¡No es necesario que sea aún peor!
—Él no es homofóbico, —dice Sandy—. Se lleva muy bien con Vince y conmigo.
No es mi culpa que quisieras secuestrarlo y violarlo.
Y entonces, solo porque el día tenía que ser más extraño, un supermodelo
masculino entra por la puerta principal sosteniendo un pequeño perro negro, de dos
patas, con un carro unido a su trasero, su lengua colgando fuera de su boca, y
sonriéndoles a todos en la sala.
— ¿Es esto la vida real?, —Pregunto a Kori y a Dom—. En serio, ¿es real todo
esto o estoy con un colocón de ácido ahora mismo?
56
En el Original Tweakers que es adicto al ácido.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Oh, muñeco, —me dice Sandy—. Hemos tenido ya esta discusión. Tú sin
duda eres un twinkie. Es un hecho, la anfitriona llamó mientras dormías, ellos te
quieren de vuelta.
57
En el original Handy-capable que son personas que son incapacitadas o minusválidas
pero no les gusta esos términos.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Se ve completamente serio, así que asiento. —Sí. Ellos han determinado que
siempre ha sido una invención americana de la primera parte del siglo XX. —Wow.
Estoy tan contento de estar contribuyendo a la locura.
— ¿Ves?, —le dice a Paul por encima del hombro—. ¿En qué más nos han
estado mintiendo?
Paul suspira. —Vince, no creo que quiera decir que sea una mentira maliciosa.
Vince frunce el ceño, lo que lo hace aún más caliente, si eso fuera posible. —
Nunca voy a confiar en la suerte de nuevo.
—Me gusta, se ve bien como siempre. Deberías dejar que Sandy te lo rice
para esta noche cuando salgamos.
—Tal vez, —dice. Tengo la sensación de su pelo se puede encrespar antes del
final del día.
Paul se vuelve hacia Dom y sus ojos se ponen como platos mientras lo mira de
arriba abajo. — ¡Por mis santas pelotas, Gigantor 58! ¿Te comiste todo un orfanato
cuando te levantaste esta mañana?
Paul estrecha sus ojos y se vuelve hacia Sandy. —Vas a pagar por tus
crímenes, —dice intentando parecer siniestro pero sin conseguirlo. Es como ser
abordado por un cachorro pomposo.
— ¡Tú, gigantesca vagina!, —dice Paul—. ¡Lo digo enserio esta vez!
58
Personaje de comic que era un robot gigante.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
— ¿Soy una vagina? —Replica Sandy—. Me parece recordar que el único coño
en esta sala eres tú.
Paul sacude la mano. —Oh por favor. Si piensan que eso significa que odio a
las mujeres, es que realmente necesitan madurar de una puta vez. Es una broma.
Las personas que se ofenden fácilmente son probablemente las mismas personas
que se quejan en Internet sobre todo en el mundo.
—Él no es mi policía, —le digo, pero nadie me escucha en absoluto. Es un, loco,
loco, loco mundo loco.
Paul sonríe con malicia. —No deberías haber hecho a Johnny Depp gritar
sobre la violación, Sandford.
—Lo hice.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Darren, —le digo, recordando la última vez que había visto esa mirada en el
rostro de Sandy, cuando hablamos por Skype un par de semanas atrás—. Te ves
como una boca de incendios Sandy.
—Me gustas, twinkie, —dice Paul—. Soy Paul Auster. Sí, sí, como el autor.
Porque no hay dos personas en el mundo que se llaman de la misma manera.
— ¿Le habéis invitado aquí? —Dice Sandy incrédulo—. ¡Tú... tú... tú arrogante,
pomposo pastel de frutas!
59
Ser disparado con una pistola taser que lanzan descargas eléctricas.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Todo el mundo sabe lo que sientes por él, —dice Paul—. Y todo el mundo
sabe lo que siente por ti. Si podéis dejar de esconder la cabeza en vuestros culos
y…
—Para ahí, —dice Sandy, a pesar de que es más Helena ahora con todos sus
dientes y uñas—. Para ya porque que hayas encontrado tu soñado príncipe azul y
tengas tu típico final feliz no significa que todo el mundo lo vaya a tener.
—Creo que están hablando de mí, —le dice Vince a Dom—. Aunque no lo sé.
Desconecto a veces cuando discuten en voz alta. Lo cuál es la mayor parte del
tiempo.
—Pues que sepas que anoche fui yo quien le dio duro a Vince.
— ¡Sobre información!
—Eso es... Yo... Oh santos cojones. —Él mira de reojo a Sandy—. ¿De qué
diablos estábamos hablando?
El timbre suena.
— ¡Darren! —Oigo a Paul que grita desde la puerta—. Qué bonito de tu parte
que hayas venido. ¡Sandy y yo estábamos hablando de ti!
—Jesucristo, —digo lanzando mis manos en el aire—. ¿Es que todo el mundo
aquí es súper atractivo de construcción y gay? Esto no puede ser real.
—Lo hace, si sudo cuando lo hago, —dice Paul—. Y sudo como una perra.
Espera, eso suena muy poco atractivo.
—Gracias nene, —dice Paul. Entonces sus ojos se estrechan—. ¿Qué quiere
decir eso de intento?
— ¿Vas a mezclarte con los plebeyos hoy, su majestad? —Le pregunta Sandy
dulcemente—. ¡Qué ocasión tan feliz esta! Es parecida a la vez que borracho
vomitaste sobre mí en el bar.
—Lo mismo para mí, —dice Darren. Su mirada se posa en mí y muestra una
sonrisa depredadora que hace que mis rodillas se sientan un poco débiles—. Hola.
Soy Darren, el hermano de Vince.
Dominic se mueve hasta que se coloca de pie frente a mí. Qué raro.
60
Jazzercise es un tipo de ejercicio que se hace bailando jazz.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
21
El sabio primero:
Ella mira hacia mí con una sonrisa irónica, su pelo recién rizado alrededor de
su cara. —Oh por favor, —dice—, te ves jodidamente caliente, bueno, lo harías si
dejases de caminar como si llevases un plug anal en el culo.
—No quiero lucir mis bienes. Además, ¿qué le sucedió a la belleza interior que
brilla para que todo el mundo la vea? No somos gente superficial.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Es ya un poco tarde para eso, —dice, sonando divertido—, nadie puede
quitar sus ojos de ti.
—Dios, —dice Kori—. ¿Cómo alguien tan inteligente puede ser tan
completamente estúpido?
—Es sólo una etapa, —digo. Es donde he decidido que estoy ahora. Intenté
amarle y no funcionó. Probé ignorándole y no funcionó. He intentado bloquear mis
sentimientos y no funcionó. He intentado aceptarlos y avanzar y no funcionó.
Ahora, siendo el voluble veinteañero que soy y haciendo elecciones en un abrir y
cerrar de ojos, he decidido que es sólo una combinación de culto al héroe, afecto
fraternal y sucios pensamientos combinados en una fantasía adolescente. Lo cual, al
final, es sólo una etapa que estoy atravesando.
Y has estado durante cuatro años, me recuerda. ¡Pero seguro! es sólo una
etapa.
Eso está estupendo. Estoy seguro de que el primer paso hacia la adultez
responsable son esos jeans que llevas. Por lo menos ahora sabemos lo que se siente
tener los testículos anulados.
—Vive un poco, —dice Kori—. Piensa que esta noche es la primera noche del
resto de tu vida, o la última noche de juventud despreocupada antes de convertirte
en un estudiante aburrido otra vez. El Señor sabe que no vas a tener ninguna
diversión en Seafare el resto del verano.
— ¿Lo crees?
—Seafare no era ideal para ti, sin embargo, sigue siendo tu casa.
—Supongo.
Ella toma mi mano entre las suyas. —Ty, no siempre resulta tan difícil como lo
estás haciendo ser. No era este lugar lo que fue terrible para mí al crecer, fue
cierta gente, personas que no debían nunca haber sido padres de ningún tipo, de
acogida o no. Profesionales de la salud que no querían tratar con un aterrorizado
niño bisexual que pensaba que estaba loco por despertar algunas mañanas pensando
que era una mujer. Tucson no me hizo nada de eso. Fue la gente. Y quiero
asegurarme de que nunca le vuelva a ocurrir a otro niño asustado nunca. Es por eso
que obtuve mi Licenciatura en trabajo social, por eso quiero trabajar aquí. Y puedo
continuar con mi Master en la Universidad.
Ella aprieta mi mano. —Lo sé. Pero se trata de dónde soy, tengo buena gente
a mi alrededor ahora, mi historia no es en New Hampshire, o en Seafare, como la
tuya, creo que tal vez mi historia está aquí y quiero ver cómo se desarrolla poco a
poco.
—Has sido chica-Kori más que chico-Corey últimamente, ella sale más cuando
estás nerviosa o preocupada. O aterrorizada.
—No es por ti, —digo rápidamente—, eso es… es por un montón de otras
cosas. Mi madre, mi vida, mi desorden, elige tu opción. Tengo la cabeza hecha
mierda.
— ¿Ty? ¿Cuándo fue la última vez que tuviste un ataque? ¿Un ataque como
tuviste cuando llegamos a Seafare?
— ¿Como qué?
— ¿Qué?
Ella se ríe y me para, me abraza fuertemente, pero huele tan bien y se siente
tan familiar que tengo que tragar para pasar el nudo en mi garganta. —Esto no será
un adiós, —dice en mi oído—, esto nunca será un adiós, estás pegado a mí de por
vida, Ty. Tanto si te has dado cuenta como si no, hay algo en ti que empuja a la
gente y hace que nunca quieran irse. Confía en mí cuando digo que esto es tan duro
para mí como lo es para ti.
—Tal vez pueda quedarme contigo, —le digo—. ¿A Sandy no le importaría que
viviera allí también, ¿verdad? Estoy seguro de que no fallaría en eso, por lo menos.
Kori se aparta, pero lo justo y me besa suavemente en los labios, sabe como a
bayas. — ¿Puedo darte un poco de asesoramiento?, bromas aparte.
—Bromas aparte.
—Y no te enfades
—¡Ay no!.
—Está bien.
—Dejar de pensar.
— ¿Qué?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Tyson, para.
Ella se ríe, —Chico tonto, te lo dije, estás pegado a mí de por vida y planeo
vivir mucho tiempo, ¿quién sabe qué problemas voy a tener ahora que estoy en
casa?
No parece suficiente, pero me quedo con lo que puedo conseguir. Ella toma mi
mano otra vez y tira de mí hacia la barra donde los demás esperan.
61
Pequeño bollo de bizcocho relleno de crema.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Ahora ya no es emocionante.
Él me mira.
Pasamos dentro del bar, e inmediatamente fui asaltado por música a alto
volumen, cuerpos retorciéndose y luces intermitentes. Pero antes de que incluso
pueda preocuparme porque tiren de mí a través de la multitud, Paul abre una
puerta escondida en la pared y subimos un tramo de escaleras de madera
chirriante con luz tenue. Llegamos arriba antes de que me permita irme.
Las luces son suaves aquí y hay un gran tocador, con bombillas expuestas
delineando el espejo. Dispersos en el tocador están el delineador de ojos, lápiz
labial y el relleno, los dos, pestañas y tetas. Pelucas en su maniquí en estantes
alrededor de la habitación, y hay un biombo con impresiones de la cara y el busto
de Dolly Parton.
— ¿Es todo esto de Helena? —pregunto, con los ojos muy abiertos.
—Lo es, seguro, —dice Paul—, y créeme cuando digo que debes sentirte
privilegiado, la mayoría de la gente nunca consigue venir aquí.
Paul apunta hacia un palco con vistas a la pista de baile y el DJ. Hay un
vestuario separado para ellas. Pero la mejor es Sandy, así que ella recibe lo mejor.
—Espera hasta ver su actuación, —dice Kori, que entra detrás de mí—, es un
espectáculo para la vista.
—Me llevo a Dom y le invito a una cerveza, —dice Vince desde la escalera—
quiero saber si alguna vez le han disparado. Te traigo tu vodka con arándanos, Paul.
—Quiero algo con sabor a fruta, —dice Kori—, y quiero escuchar también.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Niego con la cabeza y al salir escucho que Vince pregunta a Dom si nunca se
ha metido en un enfrentamiento con capos de la droga en una guarida de crack, a lo
que Dom responde: —Bueno, hubo una vez...
No protesto ya.
—Eh, no sabía que el papá de Paul trabajaba aquí. Es raro. ¿Y lo llama papá?
Espeluznante.
Paul resopló. —Se trata de Tyson, amigo de Kori de Oregón, se queda el fin
de semana, es sobre el que habló Sandy.
— ¿El genio?
—El mismo.
—No iría tan lejos, —digo—, pero es un gusto conocerte, Paul no me dice que
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—No es mi padre, —dice Paul, limpiando sus ojos—, es una antigua Reina del
cuero. Lo llamo papi porque le gusta, su nombre es Charlie.
Paul sacude la cabeza. —No. El novio de Tyson está aquí también, deberías
verlo, Charlie, es más grande que Darren. Creo que fue inyectado con algún tipo de
material radiactivo cuando era un niño y ahora él es como Hulk, sus venas tienen
venas. Me he ejercitado durante seis meses y lo único que he conseguido es
sarpullido en la raja del culo donde sude en exceso.
— ¡No es no correspondido!
Miro hacia abajo. En los brillantes destellos de luz, en los embates de los
bajos, mi mirada se traba con la de Dom, le dice algo a Vince, pero nunca rompe la
mirada. Soy el que mira a otro lado.
—Buen intento, Tyson, —dice Paul. Pero ya hice ese camino hasta aquí. Pero no
me lo trago.
—Bueno... no.
—Oh, bien, —dice Paul, poniendo sus ojos en blanco. Porque tenía algunos
meandros vaginales y generado el fruto de sus lomos. Tal vez has escuchado de él.
Se llama bisexualidad.
—Oh, ¿de qué tipo? —Pregunta Paul—. Estoy bastante seguro de que, entre
todos nosotros probablemente lo tenemos cubierto.
—Oh, por favor, —se burla Paul—. La madre de Vince acaba de morir el año
pasado, su padre, el hijo de puta del alcalde de Tucson, es también padre de
Darren, quien odia a los gays. Nuestro ilustre alcalde engañó a la madre de Vince
con la madre de Darren. Los padres de Sandy murieron cuando tenía dieciséis años.
Kori se crió en hogares de acogida. No es tan difícil tener padres de mierda.
—Lo siento, —le digo, mi voz susurra, seguro de que Paul era probablemente
algún tipo de bebe roto (lo que realmente explicaría mucho) y fue vendido en un
grupo de esclavos afganos y recientemente encontró su libertad y el amor en los
brazos de un supermodelo.
—Oh calla, —dijo Charlie—, los padres de Paul son la gente más maravillosa
que existe.
Paul agita su mano delante de mí. —Eso no es nada. Una vez pensé que estaba
confundido sobre mi sexualidad y me emborraché y tuve sexo oral con una chica de
mi clase de inglés y fui capaz de decirle lo que ella había tenido para cenar el día
anterior.
Paul se encoge de hombros. —Mi punto es que los problemas de la gente son
todos relativos una vez puestos en perspectiva. Este tema de la adicción. ¿Qué
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Sí. Lo hago.
—Yo trabajo en seguros en un cubículo que me mata un poco más cada día, —
dice Paul—. Confía en mí cuando te digo que tienes tiempo. Entiéndelo.
—Está bien.
—Sí, se sienten como los terremotos. Los tengo desde que era un niño. Mi
hermano...
—Bueno, sí.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Paul se ríe. —No tan diferente que no puedas patear su culo. Mira, no estoy
hablando sobre el poder del pensamiento positivo y no estoy diciendo que la cura es
una especie de polla mágica, porque eso no funciona. Debes arreglarlo mismo. Es así
de fácil. Y si eres tan inteligente como todo el mundo dice que eres, debe ser
simple. Tienes que encontrar lo que es el bloqueo y luego hacerlo explotar.
—No es... — ¿No es tan fácil? ¿Desde Cuándo? ¿Y por qué mierda no lo debe
ser?—. ¡Por mis santos cojones!, —digo. Podría ser el más inteligente ecoterrorista
de veinte años en el planeta, pero al parecer soy bastante malditamente lento de
entendederas.
— ¡Ajá! —Dice Paul—, ahora él lo consigue, Paul salva el día otra vez.
—Yo tampoco, —admite Paul—, pero el jovencito si, se puede ver en sus ojos.
Tyson, si te pudiera decir una cosa… y recuerda, estoy gordo, hablo demasiado,
pienso demasiado y no sé de lo que estoy hablando la mitad de las veces y no
importa el qué, deberías dar gracias a tu buena estrella cada maldito día que estás
vivo y que alguien te ama tanto como lo hacen, no sé durante cuanto más tiempo. —
Mira a Vince y el amor que llena sus ojos saca el aliento de mi pecho, pero en el
buen sentido—. Seré un nuevo converso, es cursi como el puto infierno y juro a
Dios, si le dices a alguien lo que he dicho, voy a enterrarte en el desierto, pero el
amor lo conquista todo. Es un cliché, es ñoño, suena horrible, pero el jodido amor
todo lo vence. Y hasta que no lo dejas conquistarte, no sabes una mierda. Dejar de
ser un maldito idiota y abre los putos ojos.
—Estoy tan orgulloso de ti, muchacho, —dijo Charlie—. ¿Quién sabía que te
tenías todo esto dentro de ti?
—Oh, por amor de dios, —dice Paul, lanzando sus manos sobre su cabeza—
¿Podemos por favor dejar de ser grandes vaginas sentimentales y volver a ser
sarcásticos gilipollas?
El sabio Cuarto:
Kori tira de mi hasta abajo justo antes del espectáculo, me dice que es
imperativo que esté en primera fila para presenciar la gloria que es Helena
Handbasket. Me encuentro entre ella y Dom. Vince está al otro lado de Dom.
Parecen haber congeniado, lo que me hace extrañamente feliz y ni remotamente
menos celoso en absoluto. (Las miradas que intento a hurtadillas podrían sugerir lo
contrario, al parecer no soy muy sutil, porque Kori está riéndose de mí y dándome
codazos en el costado, gilipollas). Realmente no ayuda que la gente se hacine
alrededor de nosotros y estoy prácticamente pegado a Dom y de vez en cuando,
siento su gran mano en la base de mi columna, solo un toque, pero la electricidad
que se dispara a través de mi piel es como si hubiera sido alcanzado por un rayo y
no me atrevo a moverme hacia él, o alejarme. Soy paradójico. Y un cagón.
Tal vez debo ver lo que pasa con Minerva Fox, después de todo. Pero no sé si
sería capaz de meter mi polla en la parte posterior. Me gusta justo donde está.
Helena se mueve entre la multitud, girando hacia arriba y hacia abajo, casi
todo el mundo a su alcance. La gente se la pasa, diez, veinte y ella les da besos
pegajosos en la mejilla antes de tocarles el culo.
Va en de uno a otro y cómo puede ver algo está más allá de mí comprensión,
con el foco en la cara y las luces estroboscópicas que destellan. Llega a la pared
trasera, donde un hombre grande está de pie, su cara oculta en la sombra. Sus
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Y antes de que las sombras le cubran otra vez, esa sonrisa tranquila vuelve
mientras sigue cada movimiento de ella. Ella no lo ve, por supuesto.
Pero yo lo hago.
Tire del brazo de Dom para atraer su atención. Se agache, mi boca cerca de
su oído, la mano sobre mi espalda otra vez. Puedo olerlo. Picante. Caliente. Su
mejilla contra la mía. Accidental. Tal vez. No lo sé. Al parecer no sé un montón de
cosas. —Ahora vuelvo —digo.
— ¿Todo bien? —murmura y siento las palabras tanto como las escucho.
— ¿Quieres que vaya contigo? —Toca mi espalda otra vez y creo que hay otra
pregunta allí.
La Reina misma está parada delante de mí, ojos ardientes, los crescendos de
la música, arrastra un dedo a lo largo de mi mandíbula, a través de mis labios, se
inclina hacia adelante. — ¿Y a donde ibas, chico? —Ella respira, haciendo caso
omiso de la música—. ¿A romper algunos corazones, tal vez?
—Tu cara está un poco roja, —le digo—, como una boca de incendios, ¿cómo es
Darren?
—Me atrevo.
—Nada, —digo inocente. Sólo quería ser uno de los chicos modernos.
—No lo hago.
¿Qué dice Paul? ¡Oh mierda! ¿Qué es lo que Star Wars me ha enseñado? Es
una trampa. —Bien, —digo, tratando de sonar tan aburrido como él suena.
— ¿Por qué llevas a ese poli alrededor por la polla? ¿Eres un calientapollas o
algo así?
—Él es mi amigo.
—Yo no.
Pone sus ojos en blanco. —Un golpe de suerte. Sucede, claro. Tal vez te
duren, tal vez no lo harán. Tal vez uno de ellos decida ir a follar a alguien por otro
lado. Somos productos de nuestros padres, después de todo. Puedes confiar en mi
en eso.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Eso me golpea duro, pero trato de no dejarlo ver. Las palabras de Paul acerca
de su padre suenan en mis oídos. Mi madre y su padre. Diferentes acciones, misma
respuesta. — ¿Amargo, no? —Le pregunto. O a mí mismo. No lo sé.
—Entonces tal vez el realista puede explicar por qué tiene demasiado miedo
de decir a Sandy cómo realmente se siente. Debajo de todo ese cinismo, por
supuesto.
—Y tal vez el twinkie un poco cotilla me pueda decir por qué es demasiado
bueno para el poli.
—Yo no soy demasiado bueno para él, —replico—, no soy bueno para él.
—Yo… —Bueno, sí. Pero cuando se dice así, me hace sonar como un capullo
mojigato. ¡Oh mierda!. Dios, odio al Rey Homofóbico.
—Twinks, —resopla—, eres lo mismo. Bueno para una follada porque sabes
cómo trabajar una polla, pero crees que te da poder y control. Pero la verdad del
asunto es, eres sólo un niño pequeño asustado que no sabe una mierda. Al igual que
el resto.
—¡Oh, Jesucristo!
Me encojo de hombros. —Tiene que ser duro tener que actuar como un idiota
todo el tiempo, todo grande y poderoso, sólo por haber perdido tu corazón por una
drag-queen que desprecia cada fibra de tu ser. —Pero realmente no creo que la
hace drag-queen lo haga. Me alegro de poder recoger problemas de otras personas
en lugar de centrarme en mí.
lugar. Él podría aplastarme con una mano, estoy seguro. Es el Rey Homofóbico,
después de todo.
Pero, como siempre, mientras me muevo para irme, mi boca se mueve sin
ninguna provocación. —Le perderás, —digo—. Si no aprovechas la oportunidad,
alguien vendrá y te lo levantará y te verás solo preguntándote por qué no tuviste
los cojones de hacer más para asegurarte de que no pertenecía a nadie si no a ti.
El sabio quinto:
—Eso es... épico, —digo, por falta de algo mejor que decir.
—Eso es lo que dicen. Aunque he estado cuestionando eso cada vez más y más.
—Pareces perfectamente inteligentes para mí. Algo así, pero ¿quién soy yo
para juzgar?
—Yo lo hago. Eso nada tiene que ver con la inteligencia. Confía en mí.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Está bien.
—O, —dice Vince—, puedes quedarte aquí conmigo y nos podemos ir a buscar
esa esquina de la barra para liarnos, ya sabes, por el amor de antaño. ¿Recordar lo
que sucedió esa noche?
Paul pone sus ojos en blanco pero no puede ocultar la sonrisa. —Tal vez más
tarde, cancela eso, definitivamente más tarde. —Besa a Vince y desaparece en la
barra.
—Sexo a tope sucedió más tarde esa noche, —Vince me dice alegremente.
—Bueno, puedo ver eso, —digo—, quiero decir tu… eres tú y él es... —No sé
exactamente lo que estoy tratando de decir. Suena como que iba a un lugar de
mierda. Yo no soy así.
Vince asiente con la cabeza. —Es una buena manera de decirlo. Me alegré
apenas se dio cuenta de que no estaba bromeando.
— ¿Tardó mucho?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Pone sus ojos en blanco. —Es de toda Asia. El punto es que le di su vida y el
me dio la mía de vuelta, y una familia que me ama, tal y como soy. No necesito nada
más.
— ¿Decirle qué?
—Bueno, ¿le amas, no? El seguro que te ama. Os miráis como Paul y yo lo
hacemos. Sandy y Darren dicen que es asqueroso, pero hacen lo mismo. —Frunce el
ceño—. Todavía estoy trabajando en ellos. Lo voy averiguar. O lo hacen o se
acabará el mundo. No sé qué pasará primero.
Sería tan fácil, pero creo que podría hacerme con eso ahora. —No sé, —digo
tranquilamente—. No sé cómo decírselo. Lo ame, en un momento dado. No sé si es lo
mismo.
— ¿Lo parece?
Parece sorprendido. — ¿Por qué no? sabes, si la gente realmente dijera lo que
está en sus corazones en lugar de sólo todo lo que está sus cabezas, las cosas
serían mucho más fáciles.
Vuelvo dentro para encontrar a Dom para decirle... No sé. Algo. Cualquier
cosa. Debería de haber estado fuera ahora.
Vuelvo a la esquina.
Él está de pie, apoyado contra una pared. Hablando con algún chico. Veo como
se inclina y le dice algo. El otro tipo se ríe. Dom se ríe y juro que estoy en ese
pasillo, tengo quince años y tengo un regalo en mis manos que quiero darle. Sólo
62
Asociación Norteamericana que promueve la legalización de la pederastia.
63
Restaurante de comida rápida asiática.
64
Nombre del perro de Paul.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
quiero que vea la historia que le hice, mostrarle como nos veo a nosotros y quizás,
sólo quizás él me mira y dice, Aquí estas, justo frente mí todo este tiempo, no sé
por qué nunca te he visto antes, pero lo hago ahora, y te amo. Yo también te quiero.
El tipo alza su mano y toca su brazo. Una caricia que es más amigable.
Él mira.
No puedo respirar. Los temblores de tierra bajo mis pies. Todo lo que estoy
sintiendo está a través de mi cara, lo sé y no puedo hacer nada para ocultarlo. La
cólera. Los celos. El miedo. Rabia y deseo, acumulando todo en uno.
Pero no puedo. No puedo moverme. Respira, Chico. Es Bear. Puedo oírlo. Todos
los sonidos desaparecen a la voz de mi hermano.
Sólo respira.
Bueno. Mantenlo.
Uno.
Dos.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Tres. Exhala.
Exhalo.
Mantenlo.
Uno.
Dom está casi a mí lado y nunca he estado más asustado en toda mi vida.
Dos.
Nunca pareció más grande que ahora. Soy sólo un pequeño chico.
Tres.
Él me besa.
No es un tema de la respiración.
Es quiénes somos.
Se aparta, pero apenas. Sus ojos se fijan en los míos. —He estado esperando,
—dice casi enojado con esa hermosa voz quebrada—, por esa mirada que me has
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Bueno, no, no entiendo nada en absoluto porque estoy bastante seguro de que
estoy con muerte cerebral y tener una erección en medio de un bar gay a mil
quinientas millas de casa después del primer beso para poner fin a los primeros
besos. —Puf, —digo algo bastante elocuente. —Bah.
El sabio Final:
Dom y yo no nos hemos dicho mucho el uno al otro desde que salimos del bar.
Para ser honesto, no he dicho mucho a nadie mientras mi capacidad de uso de la
palabra parece haber sido destruido temporalmente y no puedo hacer más que
ruidos gruñidos a preguntas que no escucho. Probablemente no ayuda a que cada
vez que miro en Dom, arquea una ceja mirándome, haciéndome una pregunta que no
puedo comprender ni remotamente.
Así que en lugar de tomar las riendas y conseguir lo que he estado esperando
todo este tiempo, estoy sentado en la oscuridad en el salón en la cama de Sandy
T.J. Klune El Arte de la Respiración
reproduciendo ese beso en mi cabeza una y otra y otra vez. Estúpido, estúpido,
estúpido…
La luz se enciende.
—Porque eso tiene sentido, —dice Sandy con un bostezo—. Pensé que oí ruido
aquí. ¿Qué haces levantado? ¿No puedes dormir?, yo tampoco, me lleva un tiempo
calmarme después de un espectáculo.
— ¡Santísima mierda!
—Que no pasó mucho tiempo, —dice—, esperaba que durase por lo menos otra
semana más o menos.
—Mejor aún, entonces. Esto significa que se cansó esperar que tú abrieras
los ojos. Me encanta un hombre que toma la iniciativa.
— ¿Por qué, muñeco? Ya tienes lo que querías. Dom está, por lo menos,
interesado por tu lindo culito. Y eso, es lo que has estado esperando.
—En el caso de que no hayas notado, no soy exactamente un tipo de 'ir con la
corriente', —le recuerdo.
Se ríe otra vez. —Sí, eso pensé. Tienes suerte de que ya tengo mucha
experiencia con Paul. Sois dos guisantes de la misma vaina. Tal vez eres un poco
menos neurótico y un poco más listillo, pero me recuerdas a él. Y eso es una buena
cosa.
— ¡Mi hermano!
— ¿Por qué?
—Lo hacemos.
Sandy apoya su cabeza en mí. —No entiendo, entonces. Tienes veinte años,
eres un adulto capaz de tomar tus propias decisiones. A quien ames y con quien
decidas pasar tu tiempo no debe ser dictada por tu hermano. —Oigo la expresión
en su voz y es mi culpa, realmente. Él no sabe nada sobre Bear y yo.
—No es eso, —le digo—, es difícil para la gente entender que hemos sido y a
través de lo que hemos pasado.
Miré hacia abajo, y Bear y Otter dormían en el suelo. Otter estaba alrededor de
Bear de forma protectora y recuerdo pensar lo feliz que estaba con eso, Bear
necesitaba a alguien que le cuidase. Pensaba que yo no podía hacerlo por mi cuenta
porque era sólo un chico pequeño.
Así, que no entiendo. No entendía cómo ella se pudo ir y nunca mirar atrás.
Pero, por supuesto, ella miró hacia atrás. Miró hacia atrás e intentó
lastimarnos aún más. Casi ganó también. Eso es lo divertido de la familia, sin
embargo. Cuando haces gilipolleces que crees que son lo mejor de la manera más
abnegada, están allí para golpearte en lo alto de la cabeza y decirte que dejes de
ser tan idiota.
Tenía quince años cuando me enteré. Bear me llevó en coche un día. Por la
costa. Sólo él y yo. Fue un bonito día de verano y había sol y olas y las ventanas
iban bajadas y dejamos que el viento pasase a través de nuestros dedos.
—Tengo algo que decirte, —me dijo. Nos habíamos detenido en un puesto de
observación y éramos los únicos allí—. Algo que debería haberte dicho hace un
tiempo. Simplemente no pude encontrar el coraje.
Eso sí debería haberme hecho sentir mejor, pero no lo hizo. — ¿Que está
T.J. Klune El Arte de la Respiración
mal? —Pregunté nervioso. ¿Lo que sea, lo vamos a luchar, vale? Si son los tribunales
nuevamente, si están tratando de llevarme lejos de ti porque tú y Otter os
casasteis, lo pelearemos. No me importa lo que se necesite. —Al final de mi
intervención un poco equivocada, estaba gruñendo y escupiendo, de repente seguro
de que era un tema de custodia. ¿A quién piensan que están jodiendo? Me dije a mí
mismo. Que vengan. Que vengan y verán lo que significa la pelea de su vida.
Él gimió y cubrió su rostro con las manos. —Estoy llevando todo esto mal,—
murmuró—. No, Chico, no se trata de la custodia, nada malo va a pasar. —Se acercó
y tomó mi mano en la suya y la exprimió—. ¿Eres mío, vale? Me perteneces a mí.
Nunca nada puede cambiar eso. Te lo prometo. Nada hay que temer.
—Mamá.
—Oh. —Y fue como si tuviera cinco años otra vez—. ¿Está muerta?
— ¿Entonces qué?
La Sra. Paquinn.
Otter.
Anna.
— ¿Qué?
Bear parecía más viejo de lo que nunca le había visto. Más cansado. —Vino a
traer los papeles de adopción. Renunciando a su custodia sobre ti.
—Dijiste que los envió por correo. Que sólo llegaron un día.
—Lo sé. Pero ella vino. Y le pregunté. Por los dos. Le pregunté por qué.
— ¿Y?
Se encogió de hombros. —Dijo que no estaba destinada a ser una madre. Que
estábamos mejor sin ella.
—Fue por dinero, —dijo Bear—. Otter estaba con un hombre antes de
regresar a Seafare. Rompieron. Él sabía que Otter tenía sentimientos por mí.
Quería que rompiéramos. La localizó le ofreció dinero, ella lo cogió. E hizo lo que
hizo.
—Me mentiste.
—Sí. Lo hice.
—Porque, —dijo—, eres lo bastante mayor ahora para entender tales cosas. Y
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Justo, —le espeto—. ¿Cómo es algo así justo? ¿Qué coño sabes sobre lo
justo?
—No lo es, —dijo, su voz subiendo en dureza—. Nunca lo fue y nunca lo será.
Pero he hecho lo imposible para asegurarme de que hayas tenido una casa, que
hayas sabido cada día que eras amado como nadie en esta tierra. Sí, he cometido
errores. Sí, he tomado decisiones basadas en lo que pensaba que era correcto y si
eso significaba mantenerte saludable, cuerdo y vivo, entonces haría lo mismo. Otra
vez. Y otra vez. Y otra vez.
Me reí, pero no había ningún humor en ello. —¿Cuerdo? Piensa que tipo de
caducidad hay en eso, Papá Bear.
—No te atrevas a hablar así, —me gruñó—. No hay nada malo contigo.
— ¡Que les jodan! —Me gritó, golpeando sus manos sobre el volante—. ¡Que
les jodan! ¡Qué jodan el maldito diagnóstico! ¡Que la jodan a ella! Y vete a la
mierda, si crees que me voy a hacer a un lado y dejarte que pienses así de ti mismo.
Vas a hacer de este mundo un lugar mejor y vas a demostrar a todo el mundo lo
equivocado que está quien piensa que necesitabas una madre y un padre para
crecer bien. Nunca ha habido ni un momento en el que no te haya cuidado, por eso
estoy haciendo esto. Él es la razón por la que estoy haciendo todo lo que hago.
Salió por la puerta y alrededor del coche antes de incluso poder parpadear.
En el pánico que estaba en mi mente, las ondas rojas y el cambio del suelo, sentí
enojo por mí mismo por ser tan débil. Tengo que arreglar esto, pensé. Tengo que
encontrar una manera de solucionar esto.
Pero entonces el suelo se rompió bajo mis pies y empecé a caer, caer, caer y
no podía respirar y…
Mi hermano estaba allí. Como siempre estaba. Y como siempre, me habló. llevó
un tiempo, pero con el tiempo, los terremotos pararon. Mi garganta y pulmones se
abrieron.
—Y por eso, —le digo a Sandy, mi voz ronca de hablar tanto tiempo— importa
T.J. Klune El Arte de la Respiración
lo que mi hermano piensa. Durante mucho tiempo, fuimos Bear y yo. Eso es todo lo
que sabíamos sobre cómo sobrevivir. Finalmente, se puso mejor, pero no importa
donde la vida nos lleve, independientemente de donde se encuentren nuestras
historias, siempre se trata de Bear y yo. Llegara un momento que estaremos
separados, pero todo lo que haré será gracias a él y todo lo que haré será para él.
No es sólo mi hermano, Sandy. Bear es la razón por la que estoy vivo.
—Oh, muñeco —dice Sandy, limpiando sus ojos—. Creo que es posiblemente la
cosa más dulce que he escuchado. Perdona mi ignorancia anterior. Por supuesto te
debe importar lo que dice tu hermano. Pero no deberías dejar que te limite. Eres
ya un hombre y aunque el camino podría haber empezado por Bear, ahora es tuyo.
Bueno, entonces, será parte del proceso —Sandy vacila. Entonces—. ¿Él tenía
razón?
— ¿Acerca de qué?
—Tu mamá
—No, —le digo honestamente—. Pero he estado pensando sobre ella más y
más últimamente. Incluso sueño con ella. A veces, son buenos sueños. Pero la
mayoría de las veces no. Y no es donde quiero estar. En todo caso, yo soy peor.
—Tal vez. No sé. Por lo tanto, no, no quiero encontrarla. No quiero hacerle
preguntas yo mismo —Respiro profundamente y dejó escapar lentamente el aire—
Pero creo que lo voy a hacer. No por Bear. No por Dom. Por mí.
—No puedes obtener las respuestas que quieres, —me dice—, es más
probable que no consigas nada en absoluto, incluso si hablase contigo
—Tengo una hermana, —le digo—, que es la última cosa que Bear me dijo ese
día. Después que mi mama se fue, quedó embarazada otra vez. Once tendría ahora,
creo. Tal vez doce. Isabelle es su nombre. —Sorbo ruidosamente—. Izzie,
abreviado.
— ¿Acerca de que?
—Lo sé. —Y lo hago—. Pero a fin de poder ser quien quiero ser para ellos,
tengo que eliminar este atasco. En mi cabeza.
—Vuelvo con Dom a casa —digo tomando la primera decisión firme en mucho
tiempo—. Y luego partiré otra vez. —Es mejor hacerlo ahora y acabar con ello.
—Necesitas decírselo.
Sandy se ríe. —Si vosotros dos os dirigís donde creo que vais, él lo va a hacer
cueste lo que cueste. Creo que lo hace ya. Probablemente lo hace desde hace
mucho tiempo.
—Mierda.
—En efecto.
22
—No lo sé.
Pero Bear lo entiende. Siempre lo hace. —Casi quemo la casa ayer por la
noche —dice—. Intenté hacer palomitas de maíz y accidentalmente puse el
microondas durante treinta minutos. Lo habrías odiado de todas formas, eran
sabor a tocino y, en realidad, sabían cómo a culo. Igual que el tocino con sabor a
culo de maíz. Oh y Otter te echa de menos. Lo cogí mirando con tristeza tu
habitación.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Sí, pero es el tiempo más largo que has estado ausente. También quiere
tener un perro. Le dije que con tal de que recoja él la mierda, no tengo ningún
problema. Qué demonios.
— ¡Claro! No vas a verme con un perro pequeño que ladra “wussy” como el
chillido de un juguete. Tengo una reputación que mantener.
—En serio, —dice—. Tendremos que agradecer esa felicidad por estar en la
monstruosidad verde. No lo seríamos en nuestra casa en los suburbios, eso es
absolutamente seguro. ¿Cómo es Tucson?
—Hola para ti también —le digo, sabiendo que está escuchando. Oigo la risa
de Otter y es más que suficiente saber que los dos están ahí. Puedo hacerlo ahora,
creo que sí—. ¿Bear?
— ¿Sí, Chico?
—No voy a volver a casa, al menos no de momento, tal vez en unos días más.
—No.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
— ¿Adónde vas?
— ¿Sí?
—Eso creo.
—No hay nada para ti allí. —Yo sé que está tratando de mantener la calma,
mantener su voz bajo control, pero puedo escuchar la desesperación detrás de él.
— ¿Por qué?
—Sí. Pero no como tú piensas. Es... no lo sé. —Subestimación, eso es. Aunque
una cosa cada vez.
—No —le digo—. Voy a hacerlo por mí mismo y luego volveré a casa y podemos
reírnos y hablar y podremos decidir qué hacer con el futuro y será bueno porque
todo lo malo quedará detrás de nosotros al fin.
—Pedazo de mierda.
—Sí.
—Te quiero, ya lo sabes —dice mi hermano—. Con todo lo que tengo y con
todo lo que soy.
Casi me rompo. —Yo a ti también — me las arreglo para decir. Con todo lo que
tengo y con todo lo que soy.
Pasa el teléfono. —Ty, —dice Otter—. Estaremos aquí cuando todo este
hecho. Llámanos para saber que has llegado allí y llámanos para que sepamos que se
acabó. Llámanos y juro que si nos necesitas, vamos a ir corriendo, te traeremos a
casa y te recordaremos realmente quién es tu familia, ¿me estas entendiendo?
Todavía falta una hora hasta que llegue el momento en el que se supone que
debemos salir. Tal vez pueda conseguir dormir un poco.
—Lo sé, —le digo—. Tú estás aquí. — ¿Por cuánto tiempo? no lo sé pero me
quedaré con él mientras dure. Levanto la mano y beso su palma. Sólo una vez. Me
pego más de espalda a él.
— ¿Cómo has…?
—Soy de sueño ligero y las paredes son delgadas. —Él presiona su cara en mi
pelo y respira profundo. Raspa sus labios contra mi cuello, sólo una vez y me
estremezco—. Si estás haciendo esto por mí, entonces yo lo estoy haciendo por ti.
Es hora que te des cuenta de eso.
—Dom. Yo... —No sé lo que estoy tratando de decir. Hay tantas cosas que
todavía tengo que decir que no puedo decidir cuál es la más importante.
Amigos hasta que seamos viejos y canosos. De principio a fin, día tras día.
Este es el pensamiento que tengo cuando me llega el sueño.
Y por primera vez, me quedo dormido en sus brazos, se siente como volver a
casa.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
23
Tenemos un comienzo tardío debido a que Dom pensó que necesitaba dormir
más, probablemente está en lo cierto, sobre todo con lo que estamos conduciendo,
el plan es conducir derecho sin parar, tomar turnos de conducción mientras el otro
duerme. Son mil quinientas millas y veintidós horas, y no quiero que tome más
tiempo de lo que tiene que hacerlo.
─Estará bien ─me dice mientras pone las bolsas en la parte trasera de la
camioneta.
─Ellos no tienen previsto volver hasta dentro de un par de días ─dice─. Hablé
con Stacey mientras estabas en la ducha, dice que Ben se está divirtiendo, y él me
habló de cómo Goofy le dio un abrazo y cómo se montó en un tren, deberíamos
volver un día o dos después de ellos, no se liará con la agenda de Ben.
una vez más), pero Kori y Sandy llegan por la puerta principal y me trago mis
preguntas de vuelta, con suerte, habrá tiempo, más tarde.
─No tengo idea de lo que quieres decir ─digo, mirando a todas partes, menos
a ella─. Eres un pequeño mentiroso ¿Te chupó la polla? ─Mis ojos sobresalen─
¿Qué? ¡Por supuesto que no! ¡Él sólo me dio un beso! ─Oh, mierda, quería mantener
eso para mí por ahora.
─ ¡Ajá! ─Ella grita─. ¡Sabía que algo había sucedido! estuviste toda la noche
en muerte cerebral y ahora tú y Dominic os mantenéis dando jodidas-miradas el
uno al otro.
─Es esa cosa que haces cuando miras a alguien y me asombró porque se miran
como si no llevasen la ropa puesta ─explica
─ ¿La mazmorra del sexo fue una puesta en escena? ─No sé por qué estoy
tan indignado.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─Completamente ─dice Kori─. Sandy nunca haría eso, es una reina con clase.
─Oh si, Nada dice "clase" como un pene de goma de sesenta y un centímetros.
Ella niega con la cabeza ─Al parecer, tiene una caja de ellos debajo de su
cama, quién sabía, ¿verdad? Al menos sabemos que funcionan.
─ ¡No los usamos! ─Por supuesto, no voy a ser capaz de mantener la imagen de
utilizarlos fuera de mi cabeza por el resto de mi vida, ya sabes, porque yo
realmente necesitaba más marcarme con una cicatriz psicológica y todo.
─ ¿De qué? ¿Dom? ¿Ir a Idaho? ¿Localizar a mi madre? ¿La vida en general?
─Bueno, siempre y cuando no eres más que un medio tonto del culo ─dice ella.
Me froto mis manos sobre mi cara ─ ¿Soy yo o es mi vida más que un poco
loca?
Ella se ríe y me besa en la mejilla ─Cariño, eso es lo que te hace ser tú, eres
mucho más grande y más fuerte de lo que crees, cualquiera que haya pasado por
todo lo que tú has pasado y todavía puede pararse sobre sus propios pies es
milagroso en sí mismo, Pero ¿para hacer lo que vas a hacer? Tyson, eres increíble.
─Te voy a echar de menos ─le digo, parpadeando a través de las lágrimas─.
Sin ti, no estaría aquí.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─No voy a ir ninguna parte ─dice ella, abrazándome con fuerza─. Llámame, de
día o de noche, estaré de visita en Seafare, y puedes volver de regreso aquí y
traer a tu grande, bruto y atractivo hombre, los mejores amigos no dicen adiós, Ty.
En especial, no tú y yo.
─ ¿Vas a estar bien aquí? ─Por encima de todo lo demás, estoy preocupado
dejándola aquí.
Ella asiente con la cabeza mientras se aleja ─Creo que sí, eso espero, me
quedaré con Sandy por ahora, hasta que entienda las cosas.
Ella se seca los ojos ─Mira esto ─me regaña─. Estás arruinando mi maquillaje.
Si alguna vez dices a alguien que me hiciste llorar, te daré puñetazo por echarme a
perder.
─ ¿Ty?
─ ¿Sí?
─No importa lo que diga tu madre, ¿puedes recordar algo por mí?
─Sí
─Ustedes son amados ─dice Kori─, no importa lo que pase, eres amado.
que fue un error hace tantos años, que no murió en el hospital, frágil y vieja y
pálida, que no me había sentado en el regazo de mi hermano y oído tomar su último
aliento mientras yo miraba, seguro que si ella iba a morir como los médicos dijeron
que haría, me daría algún tipo de señal, alguna manera de decir adiós, hasta
siempre, hasta luego, cocodrilo, pero fue una inspiración y luego una exhalación, un
largo suspiro que parecía no tener fin hasta que llegó al final, esperé y esperé y
esperé a que el pecho se elevase de nuevo, para que el monitor del corazón
detuviese su tono de muerte incesante, para que todo fuese como antes, ella
respiraría y respiraría y abriría los ojos y miraría por encima de nosotros y diría:
"Hola chicos, siento mucho haberos preocupado, siento mucho que estuvierais
asustados, vosotros no tenéis que estar más, porque ya estoy aquí y siempre voy a
estar" y mientras dice esto, se funde con su voz en mi cabeza y dice, " siempre voy
a estar, y tú vas a estar bien, tú vas a estar bien ahora, porque sabes qué hacer,
eso es todo lo que siempre has necesitado, perdiste tu camino, pero lo has
encontrado de nuevo, yo sabía que lo harías, Ty, yo ..."
Le miro, las luces de los coches que se acercan pasan sobre su rostro, y creo
que nunca he visto a nadie más guapo.
Niega con la cabeza ─Solo la parte sur, todavía tenemos que atravesar todo
el estado y cruzar a Montana antes de girar de vuelta al oeste e ir hacia el norte
de Idaho, todavía tenemos un largo camino.
─Sí.
Río entre dientes ─Le encantaba ese viejo tabloide blanco y negro ¿cómo se
llamaba? El que decía cosas acerca de cómo una mujer estaba embarazada con el
bebé de un yeti o que los extraterrestres habían formado una colonia en el patio
trasero de un hombre de Pensilvania.
─Eso es, no creo que lo hayan impreso más, se fue a la quiebra hace unos
años, creo.
─ ¡Oh tío! ─dice─. ¿Puedes imaginar si ella hubiera estado todavía aquí cuando
eso sucedió? Se habría vuelto loca.
─Nos habría hecho participar a todos en una campaña de cartas ─le digo─,
escribiendo cartas al editor acerca de por qué el tabloide debería ser impreso.
─ ¿Cuál era?
Dom se calla por un momento ─Es por eso que se encontró con vosotros, creo.
perdió a su familia ─dice─. Tú y Bear habían sido alejados de los vuestros, todos
encajaron juntos porque lo necesitabais, y luego llegaron Creed y Anna, y Otter,
vosotros hicisteis vuestra propia familia con lo que les fue dado.
─Esas hormigas.
─Nunca había tenido un amigo antes ─le confieso─, realmente no, no alguien
que podría llamar mi amigo, estaba muy preocupado.
─ ¿Sobre qué?
─Porque ibas a pensar que era este pequeño niño que no era guay y que sabía
demasiado sobre las cosas más tontas ¿Quién iba a querer ser vegetariano solo
porque yo lo era? ¿Quien tenía que entrar todavía en una bañera cuando había
terremotos? ¿Quién actuó mucho más maduro que su edad solo para ocultar lo
asustado que estaba?
─ ¿Lo sabías?
─No, Ty, no lo hice. Porque yo era el niño grande que no era guay y que sabía
muy poco acerca de las cosas más tontas, él que quería ser vegetariano solo porque
tú lo eras, él que quería asegurarse de que nunca necesitabas la bañera de nuevo, el
que actuaba más duro que su edad solo para ocultar lo asustado que estaba, y tenía
miedo, Ty, porque todo lo que había conocido había sido arrancado de mí, y no podía
soportarlo si lo mismo te sucedía a ti.
─ ¿Sí?
─ ¿Y la siguiente parte?
No dice nada, y creo que lo he empujado demasiado lejos, oigo lo patético que
suena, como un niño pequeño rogando por algo que no es suyo, para empezar, Dios,
¿podría ser más ridículo? aquí está él, diciendo estas cosas bonitas y estoy
diciendo ahora, ahora, ahora, y más, más, más, no es justo para él, sobre todo
porque ya está conduciendo conmigo a Idaho en una misión inútil hacia algo que sólo
puede causar más daño, no debería estar aquí, debería estar en casa con la vida que
ha tenido en los últimos cuatro años, la vida que se hizo después de me alejé sólo
pensando en mí mismo, pero entonces él habla. Oh Dios, ¡cómo habla!
─Me desperté ─dice─, porque había oído algo haciéndose añicos, y estaba
seguro de que alguien estaba entrando en la casa, al menos, eso es lo que pensé
cuando todavía estaba medio dormido, pero entonces oí el pequeño grito que mi
madre dio y el sonido de mi padre golpeándola, hablándole de esa manera en la que
lo hacía cuando estaba borracho y enojado, te sorprenderías de como sonaba, no
estaba enojado, no estaba gritando, era casi coloquial, como si estubiera
preguntándote acerca de tu día, decía cosas como, "¿Sabes lo que has hecho?", y
"Esto es todo culpa tuya" y "Se terminará antes de que te des cuenta."
─Era un gran hombre, mi padre, y podría haber hecho grandes cosas con su
vida, podría haber aprendido la amabilidad, pero cayó en la bebida como lo hizo su
padre y encontró a una mujer que no quería alejarse, no importa lo duro que la
golpeó, existen, por difícil que sea de creer, la gente como él, la gente como ella, lo
he visto desde entonces y estoy seguro que lo veré de nuevo, pensé que tal vez
podría ayudar a detenerlo pero siempre va a haber alguien a quien le gusta golpear,
siempre va a haber alguien que vuelve para ser golpeado.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─Había un plato, se había roto en el suelo de la cocina, eso fue lo primero que
vi, los pedazos estaban por todo el piso, algunos cerca de mi pie descalzo. El resto
de ellos estaban sobre pintura roja, al menos eso es lo que me dije, que ella había
derramado pintura roja cuando el plato se había roto, pero entonces oí decir a mi
padre: "Terminará antes de que te des cuenta", y comenzó a golpearla, estaba
tendida en el suelo cubierta de pintura roja y él estaba golpeándola una y otra vez
en la cara, una y otra vez y yo sabía que no era pintura roja, sabía que no lo era, era
ella, era mi madre por todo el suelo, mi mamá, que me había dicho una vez que fuera
un hombre mejor que mi padre, quién me había dicho que creciera y fuera mejor
que él, y estaba tendida en el suelo y no se estaba moviendo de lado su cabeza
golpeando el otro lado cada vez que él la golpea en la cara.
─Dom.
─Escucha
Lo hago.
Pensó que su madre ya estaba muerta, y fue el primer pensamiento adulto que
alguna vez pudo recordar tener, había algo frío al respecto, algo extrañamente
clínico, y cruzó por su mente el momento en que su padre le había derribado al
suelo, diciéndole a él y su madre que habría terminado antes de que se dieran
cuenta.
cubría su padre también, y el suelo, y cubría la cosa en el suelo vestida con la ropa
de su madre, pero que ya no se parecía a su madre, ella también estaba pintada.
Todavía pasó gran parte de su vida en silencio, era más fácil, si no hablabas,
la gente te dejaba solo. Sí, ellos pensaban que era raro, y probablemente no ayudó
que él fuera el hijo de aquel tío que había asesinado a su esposa, definitivamente
no ayudó a que él fuera tan grande, pero no importaba, no tenía nada que decir a
nadie.
Debido a Helmholtz Watson, y el niño pequeño con todas las palabras, el niño
exigiendo amistad y prometiendo libros sobre nuevos mundos valientes y un
hermano llamado Bear y un compañero llamado Otter en un lugar conocido como la
monstruosidad verde, y por primera vez desde que su madre había sido cubierta de
pintura en el suelo, se encontró curioso, se encontró hablando, se encontró
respondiendo preguntas, se encontró ilusionado.
Y creció, creció y creció hasta que tuvo una familia, una vez más, y un día, se
sentó en una audiencia y vio al chico que se había convertido en su hermano
anunciar al mundo que era gay y estaba orgulloso de serlo, y ¿no empezó entonces?
¿Algo no hizo cosquillas en el fondo de su mente como se cayó su mandíbula,
mientras oía a su familia resoplando a su alrededor? ¿No pensó que era inevitable?
¿Que desde el principio, todo era tan inevitable? Lo hizo, aunque era inevitable lo
empujó lejos porque no era algo que alguien de su edad debería estar pensando en
alguien tan joven.
Entonces hubo una fiesta, para decir adiós, fue la cosa más difícil que había
tenido que hacer en su vida, cada parte de él quería gritar, quédate, por favor,
quédate, no me dejes nunca, pero eso no era justo, eso no era quien era, pero lo
pensó, lo pensó que con todo su corazón.
─ ¿Qué supiste?
─Esto, tú y yo, fue entonces cuando supe que eras más que mi hermano.
─La mirada que me diste ─dice en voz baja, suena tan triste─. Creo que no he
tenido a nadie que me mire así antes, esa ira, esa traición. Tenías quince años y
eras tan imposiblemente joven, pero la mirada que me diste fue la misma mirada
que tenías cuando hablabas de tu madre, la mirada que alguien de tu edad no
debería tener, de ver algo que rompe tan completamente tu corazón que no sabes
si alguna vez podrás juntarlo de nuevo o si es aún posible, me miraste de esa
manera, y entendí mucho más de lo que nunca hubiera pensado.
─No podía respirar ─le digo en voz baja─, pensé que me estaba rompiendo.
─Lo sé ─dice.
─No ─le digo, sacudiendo la cabeza─, no fue justo que hiciera eso, era un
chico ─infierno, el Chico─. Enfermo por un flechazo, estaba herido y esta cosa
estúpida no me dejaba respirar, esta estupidez en mi cabeza, y después el
terremoto me hirió, y no podía respirar y tuve que escapar, no lo sabía entonces, no
del todo, pero tenía que correr, quería que me pidieras que me quedara, y lo que
pasó me convenció para irme.
─ ¿Entonces lo sabías?
El asiente ─Sin lugar a duda, cuando estabas en la bañera, sabía que tenía que
ser fuerte para ti, para hacer lo correcto, no podría haber sucedido nada entonces,
de todos modos, eras demasiado joven, nunca te habría hecho eso.
─Eso no estaba destinado a suceder ─dice en voz baja─, nada de eso, fue una
espiral fuera de control.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─Lo sé ─y lo hago pero eso no quiere decir que todavía no le dolía como una
perra.
─La amo ─dice─, Stacey… y no, pongas esa cara, no quiero decir de esa
manera; ella es parte de mi familia, Ty, y siempre lo será, la amo por la persona que
es y lo que ella me dio.
─Ben.
─Ben ─él está de acuerdo─, y siempre será lo primero, tiene que serlo, si
tuviera que hacerlo todo de nuevo para tenerle a él en la forma en la que lo hago, lo
haría, sé que probablemente te duele escucharlo, pero me mantuvo cuerdo y
honesto, tener hijos tiende a hacer eso con uno.
─ ¿Por qué me estás diciendo todo esto? ─Le pregunto─. Tus padres, Stacey,
Ben ¿Por qué?
─Nadie lo hace.
─ ¿Por qué?
dices cosas acerca de pasados y futuros, y son todo lo que siempre he querido
escuchar de ti, son todo lo que he pensado durante años, e incluso cuando nos
separamos, incluso cuando no te veía todos los días, pensaba en ti, debido a que
siempre he vuelto a ti, sin ti, no tenía un hogar, sin ti, estaba apenas respirando, y
estoy perdido, Dom, estoy tan jodidamente perdido, y es tan difícil respirar y...
Pero estoy con la persona que fue capaz de recomponerme, la única persona
que, por un tiempo, me perteneció sólo a mí, puede que no sea de esa manera nunca
más, porque hay otros ahora que dependen de él, otros que lo necesitan tanto como
lo hice yo una vez.
Pero por ahora, nada de eso importa, por ahora, estoy de nuevo con mi mejor
amigo en todo el mundo, y me abraza como si fuera algo precioso, como si fuera
algo frágil, y si nada sale bien, si todo el mundo se derrumba a mi alrededor en un
terremoto que ya no puedo parar, miraré atrás y diré al menos tuve este momento,
este momento justo cuando Dom y yo finalmente, sale a la luz, expuesto para que
todos lo vean.
Bueno, casi todos, No puedo pararme (por supuesto), pregunto: ─Por lo tanto,
tú tienes que ser al menos bisexual ¿verdad? ─Todo lo que hace Dom para
responder es reírse.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Tal vez me pararé, tal vez no lo haré, tal vez seguiré conduciendo hasta que
el coche se quede sin gasolina, y tal vez entonces caminaré hasta que no pueda
caminar más, no lo sé, es un día a la vez para mí ahora, eso es todo lo que puedo
hacer, pero creo que es lo mejor, un día a la vez.
"Tú no tiene que hacer esto" decía el texto "Espero que no lo hagas, pero aquí
está" También espero no hacerlo, pero se siente necesario, se siente como el final
de una cosa y el comienzo de otra, y quiero que esto termine, Por mí, Por Dom, por
nosotros, si es que puede haber un nosotros, pero esto tiene que terminar, esta
cosa.
Creo Dom está dormido hasta que dice: ─Stacey sabe ─su voz es baja.
─ ¿Qué? ─Pregunto.
─Acerca de ti
─ ¿Ella?
─Por mucho tiempo, después de que te fuiste, las cosas se pusieron... difíciles
conmigo.
─ ¿Estaba loca?
─Nah, no ella, creo que lo sabía antes de que dijera algo, yo no era... la
persona... más fácil para vivir después de que te fuiste, entonces Ben llegó y te
aparté, tenía que asegurarme de que estaban bien, eso lo hice por ellos.
─ ¿Qué pasó?
lo correcto, pero ella lo sabía, finalmente me preguntó un día que iba a hacer para
ayudarte a volver.
─ ¿Qué dijiste?
─ ¿Y lo hiciste?
─Estaba en ello ─dice─, pero luego escuché que ibas a volver y esperé, me
dije que volverías y que te encontraría y revisaríamos esto y veríamos lo que nos
gustaría ver, así que esperé.
─Estaba asustado.
─Estabas temblando.
─No, ese momento. Cuando te volví a ver de nuevo, esa mirada desafiante en
tu cara, la forma en que sobresalía tu pecho, tratando de hacerte parecer más
grande. ¿Sabes lo que pensé en ese momento?
─Claro, tú y yo.
─Stacey lo sabe.
─Sí.
─Es inteligente.
─A veces, ¿Dom?
─Ty ─Mi nombre en sus labios es algo que nunca me cansaré de escuchar.
─Stacey.
─ ¿Sí?
─ ¿Qué?
─Oh.
─ ¿Tú y ella? ─mi corazón se rompe por la mujer que consideré como un
enemigo durante largo tiempo, nunca quise esto, no si eso significaba que otros
están heridos, no es verdad, pero algo en su voz hace que mi corazón corra, mi piel
se eriza, y entonces habla de nuevo y todo cambia.
Algún tiempo después, antes de que él se quede frito, encuentra mi mano con
la suya y lo mantengo apretado.
Seguimos conduciendo.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
24
Dom había querido venir, casi hasta el punto de discutir conmigo, le dije que
si quería decir lo que había dicho en el coche, debía dejarme hacer esto, un poco
manipulador, por supuesto, pero no quiero que la vea por una razón muy simple, él
nunca la ha conocido, por lo tanto, nunca puede ser contaminado por ella, en caso de
que esto salga mal (y no hay razón para sugerir que lo hará. siempre optimista), no
quiero que la vea, ella no ha llegado a él todavía y si tengo algo que decir al
respecto, ella nunca lo hará.
Él no estaba feliz, por supuesto, quiere proteger a los que ama, ama,
Jesucristo, eso es algo sobre lo que todavía no soy capaz de envolver mi mente. O
bien este ha sido el mejor viaje en la historia de siempre, o está a punto de ir de
culo.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
"Aléjate" susurra. Tienes lo que querías, por lo menos las bases, conduce
lejos ahora, recoge a Dom en el motel de mierda y conduce hasta casa, vuelve a
Seafare y a la monstruosidad verde y a Bear y Otter y deja que ellos se preocupan
por las cosas por un poco, eso es para lo que ellos están allí, a continuación puedes
centrarse en Dom y todo lo que se supone que suceda, todo lo que tienes que hacer
es conducir lejos.
Sería tan fácil. Pondría en marcha el coche, conduciría y me iría, todo esto
estaría detrás de mí, y nunca me preguntaría sobre ello de nuevo, son bonitos,
estos pensamientos, pero están equivocados, lo pensaría, soñaría con ella y siempre
me preguntaría, pero ¿no sería mejor preguntarme? Si tú te preguntas, es posible
que no lo sepas, pero al menos no habría más dolor, no habría más daño. Es verdad,
pero tengo que saber, tengo que saber por mí mismo, y por él, si queremos tener
algún futuro, entonces necesito saber todo de mí.
Si me hubieras dicho hace unos días que estaría sentado en frente de la casa
de Julie McKenna después de escuchar a Dominic Miller decir que me ama,
probablemente me habría preguntado qué tan finamente está cortada la cocaína
que estás inhalando, ha sido esa clase de semana, Dios, mi vida es tan jodidamente
extraña.
Hazlo, hazlo ahora, o voy a hacerlo o a largarme, hazlo de una puta vez.
Recuerdo su risa.
Recuerdo su sonrisa.
Recuerdo su olor.
Estoy en la acera.
Recuerdo cómo Bear se sentó frente a mí, diciéndome que se había ido.
Dom dice, respira, Ty, todo lo que tienes que hacer es respirar, respira
porque todo es inevitable, todo es tan inevitable, te prometo que no estarás
perdido nunca más.
No respiro gracias a ella, tal vez lo hice en un momento dado, tal vez eso es
todo lo que hice, y tal vez en los recuerdos que tengo de ella, hay cosas buenas,
momentos en los que ella era mi madre y yo era su hijo y nada más importaba, ella
se fue, pero había algo bueno en ella, lo había, lo recuerdo, recuerdo la forma en
que su cabello me hacía cosquillas en la cara cuando me besaba en la nariz,
recuerdo la forma en que me balanceaba en el aire, recuerdo la forma en que su
mano se sentía en la mía mientras escuchábamos las olas en la playa, recuerdo
aquella cometa, la recuerdo.
Pero sobre todo recuerdo a Bear, a Otter y a Dominic, ellos son mis
hermanos, ellos me criaron, me querían por quién era y por quien me he convertido,
estoy perdido, pero Dom prometió que me encontraría, y Bear dice lo mismo, estos
son los hombres que aspiró a ser, estos son los hombres que necesito, estas
personas son mi familia, y nunca me dejarían, nunca me dejarían atrás y tal vez eso
es suficiente, tal vez eso es todo lo que necesito.
Toco la valla, necesita ser lijada y repintada, se vería como nueva, miro la
casa, dispuesto a todo signo que venga de ella para mostrarme que no debo dejarlo,
no hay ninguno, eso es. Me fui.
─ ¿Qué estás haciendo? ─Una voz pregunta desde detrás de mí, me giro, de
pie cerca del camino de entrada de la casa de mi madre está una jovencita de
quizás once o doce años, es bonita, su cabello oscuro trenzado y cayéndole sobre el
hombro, está vestida con pantalones cortos y una camisa blanca manchada de
suciedad, no hay temor en su rostro mientras ella me mira, simplemente curiosidad.
─ Uh, sólo... mirando casas ─le digo sin convicción─. Me gustan... las vallas
─Ah, porque eso no suena espeluznante en absoluto.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─ ¿Ah, sí? ─Pregunta─, que peculiar ¿hay algo sobre esta valla en particular
para ti?
─ ¿Qué? ¡No! Sólo voy a dar un paseo alrededor del vecindario para ver las
vistas ─Sí, eso suena mucho mejor. Buen trabajo. ¡Lo estás haciendo genial!
Ella se encoge de hombros ─País libre, supongo, aunque no sé qué lugares hay
que ver aquí, es más bien malo.
─ ¿Cómo cucarachas?
─A veces.
─No me importan las cucarachas ─dice ella─. ¿Sabías que pueden sobrevivir
un mes sin comida?
─Me gustan los bichos ─dice ella─. Voy a ser un entomóloga cuando sea mayor
─Ella señala a su camiseta─. Estaba cavando en el bosque, tratando de encontrar
Rosalía funebris ─Me mira de arriba abajo─. Es un escarabajo con franjas
perforador de aliso, en caso de que no lo supieras
─Seguro que lo sabías ─dice ella, poniendo los ojos en blanco─.Te ves
totalmente del tipo que se ensucia.
─ ¡Me ensucio!
─ Eres un lío, ¿eh? ─Dice─. Casi ofensivo también, creo que el término es
transexual ¿Eres transfobico?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─ ¡Yo sé eso!
Ella asiente con la cabeza, pero es tan obvio que no me cree que quiero
golpearla en la cabeza, pero luego me acuerdo de es un niña que no conozco y pienso
que probablemente está mal visto golpear a los niños desconocidos en la calle o en
cualquier otro lugar.
─ Así que ─ella dice─. ¿Tienes un ex novio y una novia, todo en uno? Eso es
considerablemente épico, había un chico transexual en mi escuela, pero se burlaban
de él y su madre lo sacó fuera, la vida es una mierda a veces, y después te mueres.
─Él no es transexual ─le digo, aunque no tengo ni idea de por qué me estoy
explicándolo a ella─. Él es bisexual. Eso significa que...
─Doce
─ ¡Mido 1.73!
─ Algo para estar orgulloso ─me asegura, aunque creo que realmente está
burlándose de mí─. Así que hemos establecido que tienes miedo de los insectos,
tienes un fetiche con las vallas y has tenido citas fuera de las normas sociales.
¿Alguna cosa más que debería saber?
Ella sonríe ─Me gustas ─Entonces frunce el ceño─. Espera, tú no eres como
un secuestrador o un violador, ¿verdad? tengo que advertirte, soy cinturón negro.
─No soy un secuestrador o un violador ─le digo─. ¿En qué eres cinturón
negro?
─En nada ─dice─. Pero soy dueña de un cinturón negro. ¿No suena
intimidante?
─ Pero tienes miedo de los bichos, son mucho más pequeños que yo.
─Dímelo a mí ─murmuro.
Ella palmea las manos contra su pecho ─Tú deberías saber sobre eso ¿no?
Porque eres gay.
─Supongo ─Esta conversación tiene que acabar para que pueda merodear
frente a la casa un poco más.
─ ¿Cuál qué?
La niña mira a la casa ─La oigo hablar a veces, puede ser ruidosa cuando
quiere, una vez, estaba gritando en el teléfono y escuché mucho, eso fue antes.
─No sé con quién estaba hablando, pero estaba gritando acerca de ellos, a
veces, se emborracha y me cuenta historias, no pasa ahora, las historias, y sus
borracheras, creo que lo está intentado esta vez realmente, ¿Quién sabe si logrará
o no? Te juro que aún estoy deliberando sobre eso
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─Eres demasiado joven para ser Bear ─me dice─. Un nombre gracioso ese,
ella me dijo que tú se lo pusiste.
Ella asiente con la cabeza tristemente ─Entonces tú debes ser Tyson. Bueno,
Tyson, no sé por qué estás aquí, pero podría ser mejor si te fueras, las cosas
podrían haber cambiado, pero están muy lejos de donde deberían estar, ella nunca
va a ser lo que necesitas ─Dice esto con un aire tan familiar de madurez forzada
que estoy desconcertado, ella es esencialmente yo.
─Por lo general no está así ─dice, pero no me mira─. He estado ocupada con
Rosalía funebris y no he tiempo para limpiar ─Corre alrededor de la sala de estar,
enderezando almohadas y revistas, limpiando migas de la astillada de la mesa de
café, una película de capas de polvo de la parte superior del televisor, un ventilador
de techo chirría por encima.
─Está bien ─le digo tan suavemente como me es posible─. Cosas como esta no
me molestan.
─ ¿Por qué no? ─Pregunta─. Debería, es un caldo de cultivo para las bacterias
¿Quién sabe cuántas cepas de Escherichia coli están creciendo aquí?
Ella me mira, con los ojos entrecerrados ─ ¿Te estás burlando de mí?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─Jamás se me ocurriría.
Aquí está Izzie, una niña sonriente con la tiara de princesa en la cabeza.
Aquí está Izzie, saludando con la mano mientras se sube a un autobús escolar.
Aquí está Izzie y mi madre, nuestra madre, Izzie se sienta en su regazo, esa
familiar sonrisa en su rostro.
De las docenas de fotos, no hay una sola de Bear o de mí, debería haber
sabido esto, debería haberlo esperado y creo que lo hice. Todavía duele, no sé por
qué.
Además de Izzie, Izzie, Izzie, hay más fotos de playas y páramos irlandeses
con niebla, Stonehenge y castillos alzándose imposiblemente sobre acantilados
escarpados, se alinean la pared sin ton ni son, arrancadas de un folleto o revista de
viajes y clavado en los paneles de yeso. Extiendo la mano y toco cada uno de ellos,
el papel curvándose sobre los bordes amarillentos, estos son de ella, también, creo,
de mi mamá. Ella siempre soñó con lugares lejanos, es triste pensar que jamás fue
más lejos de Idaho.
armarios están perdiendo sus bisagras, hay una vieja estufa eléctrica, un viejo
horno de microondas, cada cosa es vieja, todo aquí es viejo, segunda mano. Bien
podría ser cómo se veían las cosas cuando crecía, lugar diferente, mismas cosas.
Durante un tiempo, de todos modos, antes de que Otter viniera y nos salvase,
antes de que Dom llegara y me cambiase.
Dom, Jesús, cómo me gustaría que estuviera aquí ahora mismo, no sé si soy lo
suficientemente fuerte como para hacer esto por mi cuenta, ni siquiera sé qué
decirle a esta niña, esta niña que podría ser la única persona en el mundo, aparte de
Bear y de mi en entender esta vida, en entender cómo se siente, en entender lo que
significa.
Esta niña que está furiosamente fregando los platos en el fregadero como si
nunca conseguirán estar limpios a menos que le diera todo lo que tiene, no hay
lavavajillas, así que tal vez esto es normal para ella.
Ella suspira y sus hombros caen ─Sí uieres, tiene que haber un paño de cocina
limpio en ese cajón, hice la colada la semana pasada.
Hay, está viejo y desgastado, pero está limpio, frota una taza de café,
enjuagándola, entonces la mantiene cerca de la cara y mira de reojo mientras la
inspecciona, su lengua se pega entre los dientes en la concentración.
La tomo sin decir palabra y la seco antes de volver a colocarla en el lugar que
corresponde.
─ ¿Por qué estás aquí? ─Pregunta después de que esto continué durante un
rato.
─No lo sé ─admito.
─Me gusta raro ─Me da un tenedor y apunta a un cajón cerca del fregadero.
─Muy afortunado.
─ ¿Cómo es Bear?
─No creo que los huracanes se consideren cosas buenas, mucho menos los
verbales.
─Sexto.
─Que viene de un extraño hombre que resulta ser mi hermano, que hasta
hace un cuarto de hora no lo había conocido antes.
─ ¡Es romántico!
─No es romántico, se trata de dos jodidas personas que se aman tanto que se
quieren destruir el uno al otro.
─Así que no sabes por qué estás aquí ─dice mientras limpia el jabón del
fregadero─. Ya no eres inteligente y te gustan las vallas. ¿Algo más que debería
saber? ¿Algún trastorno mental que haya en la familia?
─Sí.
Me muestra su granja de hormigas ( "Las estoy criando" me dice, pero con qué
propósito, ella es rotundamente silenciosa). Me muestra su colección de libros y
poemas de las hermanas Brönte ("Tal vez deberías ampliar tus horizontes un poco
más", le digo. "Como, Crepúsculo o algo así." Ella me da un puñetazo en el brazo ). Me
muestra su cartel de Nikolai Tesla ("Era tan desinteresado y tan idealista",
suspira). Me muestra su anuario, está en el Club de Ajedrez ("Prácticamente el
único," dice ella). Está en el Club de Botánica ("Presidenta y tesorera, podría
malversar decenas de dólares y que nunca se sabría"). Está en teatro ("No puedo
actuar una mierda", dice. "Pero me gusta simularlo"). Está en el coro ("¿Alguna vez
has oído a alguien corriendo sobre la bocina de una bicicleta? Imagínatelo y sabrás
como sueno").
Hay una firma o dos en su anuario, pero son en su mayoría de los profesores,
le pregunto al respecto y cierra el libro y lo guarda, desviando la mirada ─Es difícil
tener amigos cuando estás tan ocupado ─dice ella, hay un desafío en su voz,
retándome a cuestionar eso, no lo necesito, lo sé bien.
─Es difícil ser el más inteligente ─le digo en su lugar─. Me salté un par de
grados.
─Sí, bueno, podría si quisiera ─dice ella, jugueteando con sus dedos─.
Simplemente no quiero dejar a todos mis amigos atrás ─No va a mirarme.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─Sí, puede ser difícil, no tenía muchos amigos, sin embargo tenía a mi
hermano y a Otter ─suspiro─. Y a Dom.
─ ¿Quién es Dom?
─Este chico.
Ella sonríe ─Este hombre ─dice ella─. Debe ser bastante hombre si logra
embelesarte.
─Muy guay ─Siempre él más guay, incluso puede ser de puta madre─. Bueno,
en su mayor parte, no es vegetariano.
Ella ríe, largo y alto, se agarra los costados y no puedo evitar sonreír ante
ella, es bonita, esta chica.
─Oh, har har", le digo mientras frunzo el ceño hacia ella─. ¿Y por qué todo el
mundo me llama así? ¡No soy un hippie!
─ ¿Quién?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─Dom, guau, gran memoria, tal vez coma más carne, ¿eh?
Abre los ojos como platos ─ ¿Él está aquí? ¿Por qué no lo trajiste?
─Pensé que debo hacer esto por mi cuenta, no lo sé ─Suena estúpido, ahora
que lo he dicho en voz alta.
Ella mira hacia otro lado otra vez ─No me refería... ─dice ella.
─No, mamá dice que no nos lo podemos permitir, ella tiene uno, pero es de
Wal-Mart, ni siquiera se puede descargar aplicaciones en él ─Ella dice esto como
una total diva─. Ni siquiera tengo correo electrónico.
─ ¿Por qué?
Oh, por favor ─dice ella─. Tú eres gay, estoy bastante segura de que eso no
es lo peor que alguna vez has tocado.
Mira hacia abajo y articula en silencio los números y palabras ─ ¿Qué es?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Esta vida ─Cualquier cosa, o simplemente para hablar, cualquier cosa que
quieras, Bear y yo estamos aquí, en cualquier momento.
─Nuestra casa.
Saco mi propio teléfono y doy una vuelta a través de las imágenes, hay una de
Bear y de Otter de pie frente a la casa, sus brazos alrededor de la cintura del
otro, se la muestro a ella.
─ ¿Y está en el océano?
─Muy cerca
─Tal vez puedas venir a verlo un día ─le digo, aunque ambos parecemos saber
que no va a pasar por un largo tiempo, como mucho.
─ Mucho ─Y les echo de menos terriblemente, sólo han pasado días, pero se
siente como años.
─ ¿Y te quieren?
─ ¿Y él también te ama?
Me aparto mientras mis ojos queman ─Sí, dice eso ─Y aunque no sé que voy a
hacer con eso, lo averiguaré. No más pérdidas de tiempo. Espero.
Y lo son, es sólo que me tomó demasiado tiempo para darme cuenta de ello, no
necesito estar aquí, no necesitaba venir aquí, me alegro de haberlo hecho, porque
Izzie es una fuerza de la naturaleza, pero tengo que irme. Es hora de que me vaya
a casa, apesta dejarla atrás, pero sólo va a empeorar las cosas para ella, no puedo
pasar por eso, y tengo gente que me necesita y a la que yo necesito.
─Mira, Izzie...
25
Asi que sigue caminando, me digo, sigue caminando por esa puerta y nunca
mires atras. Coge a Dom y sigue adelante muchacho, sigue adelante hasta que
puedas ver el oceano y huelas la sal y escuches el canto de las aves en el cielo y
sientas la arena bajo tus pies. Asi es como sabras que estas en casa.
Trato de recordar todo sobre ella, todas las pequeñas buenas cosas
mezcladas en el mar de las malas. Pero todo se ha ido. Se ha limpiado, no puedo ni
pensar, no me puedo concentrar. Mi corazón se acelera y mi piel se siente fría y se
que Bear piensa que soy fuerte y se que Otter piensa que soy valiente y se que soy
de Dom porque lo nuestro es inevitable, lo nuestro es todo tan inevitable. Pero eso
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Solo respira.
Dentro.
Fuera.
Abre la nevera y se queda de pie alli, casi vacio, cierra la puerta, abre el
congelador, cierra. Abre el armario, hay una botella de ron a la mitad colacada
frente al estante la mira, toma otra calada, exala el humo, toma la botella de ron y
la apoya sobre el mostrador.
─Mamá...
─Este hombre ─ella se rie y creo que estoy por perder mi mente─. Entró en
el restaurante borracho hasta su culo, hizo un lio en la mesa, sentado alli solo y
gritando acerca de esto y aquello ─tira de la taza que yo habia secado minutos
antes y colocado en la alacena. Un par de cubos de hielo dentro justo como sabia
T.J. Klune El Arte de la Respiración
que haria─. Y entonces trata de coquetear conmigo y le digo que conosco a los de
su tipo ─un sorbo de ron─. No tengo tiempo para tipos como él ─quizas un poco
mas de un sorbo─. Pero entonces él dice que no le importa, me ha visto y quiere
saber mas de mi ─resopla mientras se lleva la taza a los labios─. Conduce un gran
camion ─dice y bebe─. Luces sobre la parte superior ─su garganta trabaja─.
Luego consiguio que lo sacaran. Sin embargo, me dio su numero, ─otro sorbo, una
aspirada de humo─. Quien sabe chica, tal vez lo llamé, me meresco un descanso.
Excepto que hay una extraña sensación en mi cabeza cuando se gira, porque
no se ajusta a la imagen que tengo en mi cabeza desde los cinco años. Todavia es
ella, por supuesto que lo es, conozco aquella voz, incluso si no la he oido en diez
años. Es como si estuviera grabada en mi cabeza y puedo oírla a través de la
tormenta, ella está diciendo cosas como: Tráeme mi encendedor Chico y tengo un
dolor de cabeza, Ty, baja la voz. Bear lleva a tu hermano fuera o algo, ¿de
acuerdo? No lo puedo cuidar hoy, no me estoy sintiendo bien. ¡No me importa si
tienes que ir a trabajar! Llevalo a la casa de Ana o a la de los Thompsons. El Señor
sabe que Alice no trabaja, debe ser agradable, tener todo ese dinero .
Ella cuenta con unos cincuenta años ahora. Izzie llegó tarde. Eesta cansada y
vieja, al igual que la foto. Su cabello oscuro esta salpicado con gris, su piel cuelga y
luce derrotada. Rizos de humo alrededor de su cara y las puntas de los dedos en su
mano derecha son amarillentas por la nicotina.
Esos ojos, sin embargo, son como los de Bear y los mios. Dudosa tal vez, pero
reconocible. Ella me ve y abre los ojos como platos, no por la comprensión sin
embargo, no, es por miedo. La taza tiembla en su mano. El cigarrillo se queda a
pulgadas de su rostro, ella no sabe quién soy. Mira a Izzie que está a mi lado, no
estoy tocandola pero estamos cerca el uno de la otra. Puedo oler el humo, casi
puedo ahorgarme con el.
Izzie, mas y mas siendo mi hermana pone los ojos en blanco. ─¿Qué he
hecho? No hice nada.
─ ¡Isabelle, ven aquí! ¡Aléjate de él! ─la taza tiembla y derrama ron al piso,
cenizas caen del cigarrillo y son atrapadas por una brisa que entra por la ventana
abierta que junto al humo giran alrededor de la cara de mi madre como nieve
oscura y aterriza en su mejilla dejando una mancha.
─ ¡Oh caramba, mamá! Cálmate! ─Izzie parecia más molesta que cualquier
otra cosa y avergonzada, como si esto de alguna manera fuera su culpa. Debería
haberle dicho que se quedase en su habitación, de cerrar y bloquear la puerta y no
salir hasta que le dijera que todo estaba bien, que todo iria bien y nada volvería a
estar mal otra vez.
Izzie suspira.
Es todo sobre respirar, es todo sobre lo que siempre ha sido. Ella conoce el
arte de esto tanto como yo y quiero gritar, quiero gritar tan fuerte. Decirle que
soy como soy por culpa de ella, que me hizo esto a mi. Ella es la razon por la que soy
lo que soy.
No, dice Bear u Otter o esa maldita voz que nunca parece irse... no lo es. Tu
eres como eres, a pesar de ella. Ella es la razón por la que tu eres como eres, pero
T.J. Klune El Arte de la Respiración
no como tu crees. Ella se fue. Nos rompimos. Pero encontramos los que nos ayudo a
poner nuestras piezas de nuevo juntas. Nosotros no somos de la misma forma.
Somos más fuertes a causa de ello.
─Tyson ─dice ella con voz plana─. Que sorpresa, mirat,! Haz crecido.
─No ─dice mi madre─. Izzie , quedate aqui, ¿cual es la razon por la que estas
aqui, frente a mi ahora?
Izzie miraba entre nosotros, en conflicto ─Ve ─le digo tranquilo. Aunque
esto sea muy malo para mi no puedo irme. No puedo salir por esa puerta y nunca
mirar atras. Izzie no puede, al menos no todavia. No quiero que esto sea malo para
ella cuando me haya ido. Debi haber pensado en esto antes de venir. Como de
costumbre , estaba pensando solo en mi mismo. Pero una parte de mi piensa que mi
madre sabe esto, esa parte de mi sabe que ella esta usando a Izzie como un
amortiguador, un escudo
─Esta bien ─Izzie asiente con la cara rigida. Mientras se esta alejando
extiende la mano y toca la mia, nuestros dedos rozandose. Estoy electrificado y
pasmado. Mientras nos tocamos siento el trozo de papel que le habia dado, el
numero telefonico de la Monstruosidad Verde sosteniendolo en su mano.
No lo hace.
Pero mama ( Julie, pienso, ella no es mi madre... ella es solo Julie, Julie, Julie)
no lo ve y tan pronto como Isabelle esta a su alcanze, la agararra y la jala
acercandola a ella, pero no a su lado o detras. Ella la coloca delante suyo y la rodea
con los brazos abrazandose a Izzie. Su hija esta ahora entre nosotros, ella toma
una ultima calada al cigarrillo y entonces lo arroja al fregadero.
Las cosas podrían haber cambiado, Izzie le habia dicho, pero esto esta muy
lejos de lo que deberia ser.
¡La cometa! mi madre había dicho una vez. Ty, mira cuan alto esta la cometa!
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Me rio, no puedo evitarlo, sale tan dura como jamas la habia oido, ralla en mis
oidos. ─No necesito dinero ─le digo─. Sobretodo de ti, ¿crees que vine aqui por
los veinte dolares que probablemente aun conservas en la lata de harina que esta
detras de la despensa?
El reconocimiento cruzo por su cara. ─Los viejos habitos nunca mueren ─Eso
es obvio─. ¿Algo mas? ─le pregunto.
─ ¿Qué?
─¿Pero?
─¿Por qué?
─¿Porqué qué?
─¿Por qué todo? ¿Por qué ocurrieron las cosas de esa manera?
─Pregúntale a tu hermano.
─¿Importa?
─Sí.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─¿Por qué?
─¿Entonces te iras?
─Sí.
─Pensé que sería mejor ─dice ella─. Para ti, para Derrick. ─Sé esto. He oído
esto.
─¿Lo fue? ─Detrás de la fachada, veo el primer brillo en sus ojos ─. Durante
un tiempo.
─¿Y después?
─¿Lo hiciste?
─Sí.
─Si estabas haciendolo bien. Si creciste para ser lo que yo pensaba que
serias al crecer.
─Porque crei que estaba roto, perdido y roto, por mucho tiempo.
─¿Lo estas?
─Lo se... ─empieza pero luego se detiene. Ella gira la cebeza y mira por la
ventana, es un adorable perfecto dia, no muy caliente. Veo un bonito arbol por la
ventana y las hojas bailan con el viento─. Creo que estuve alli ─y creo que ella aun
sigue alli. No creo que ella haya conocido otra cosa.
─Pudiste haberte quedado alli ─Digo con tristeza, qualquier enojo que pude
haber sentido se habia ido. Solo siento lastima por ella, por lo que pudo haber sido.
─Pienso que no podia tolerarlo ─dice ella con la voz quebrada─. No sabes lo
que era.
─Lo hice, lo hago. Estuve alli recuerdas. ─Ella niega con la cabeza
─No puedes respirar ─le digo estupefacto. Esperaba sentir rabia cuando vine
aqui, esperaba confusion, nunca espere sentir comprension.
Ella asiente con la cabeza. ─Esos fueron los peores dias, como si no tuviera
mas mis pulmones.
─Si.
─Huir no ayuda -
Ella resopla ─Somos solo Izzie y yo, ellos se fueron. Todos se van.
Julie rie, pero no hay humor en ella ─Me imagino que es lo que me merezco.
─¿Lo hiciste?
Ella se detiene, mirandome, se frota la boca con la mano libre se seca los
ojos. ─¿De Bear?
─No ─la corto─. No lo seras, no mereces ser llamada asi ─Me mira.
─Hui ─le digo a mi madre que no es mi mama─. Corrí porque las cosas se
pusieron difíciles. La vida se puso dificil y corrí porque era más fácil que
enfrentarlo y casi perdi... ─niego con la cabeza. No son asuntos de ella. No sobre
Dom, nada eso─. Casi pierdo todo y pense que era por tu culpa. Pense que no podia
respirar por ti. Pense que era todo por ti, pero no lo es. Esto es acerca de mi. Y a
pesar de ti, quizas incluzo gracias a ti, voy a encontrar mi camino de regreso
─pienso en Dom y Otter, pero mas que nada pienso en mi hermano, le debo tod ─.
Y pienso que puedo haber empezado –
─Bien por ti ─dice con amargura─. ¿Algo más? ¿Quieres reprocharme algo
mas?
─Lo hizo ─le digo─. Pero tú no eres mi madre. Mi madre murió cuando yo
tenía nueve años de edad y la deje ir en el océano, porque eso es lo que ella quería.
Eso es lo que ella me pidio y por ella, haria qualquier cosa. Y ella me enseñó... bueno.
Ella me enseñó que la familia no siempre se define por la sangre. La Familia son
aquellos que nos completan, los que nos hacen lo que somos.
─La más épica que alguna vez existio. ─Miro hacia atrás a mi madre─. Ella es
inteligente ─le digo, señalando con la cabeza Isabelle.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─¿Lo crees? ¿Por qué? ─Sabe lo que estoy preguntando─. No tenía nada más
que fuera mío ─Contesta mientras sostiene a Izzie con más fuerza.
─Ella es...
─¡Fuera!
─¡Ahora!
Parece que Izzie va a decir algo, cualquier cosa, pero entonces tiene una
mirada que denota tal derrota que casi no puede soportarlo. Sus hombros se
desploman y las lágrimas llenan sus ojos, lágrimas de rabia. Se los seca con furia y
camina hacia mí. Camina hacia mí y luego se detiene a mi lado. Tocando mi mano
suavemente, jugando con mis dedos, de verdad. Justo como... como...
Antes de Julie pueda decir nada, acerco a Izzie y la abrazo con fuerza. Sus
pequeños brazos suben y sus pequeñas manos van a mi cabello y la cara en mi cuello.
Ella está respirando con dificultad, y sé que está tratando de no perder el control
frente a su madre. En frente de mí. Julie se ve como si estuviera a punto de
hablar, pero la mirada que le lanzo la hace calmarse. Por primera vez
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Ella asiente con la cabeza, con los dedos de sus manos clavándose en mi
espalda.
Ella lo hace.
─Bien. Mantenlo.
Ella lo hace.
Ella lo hace.
Ella toma otra respiración, y es más fácil esta vez. ─Es un secreto ─le digo─.
Este arte de la respiración es tuyo ahora. Mantenlo a salvo.
Ella asiente con la cabeza contra mí, nos quedamos así durante un tiempo.
Finalmente, no podemos seguir más allá.
Todavía estoy pensando en ella cuando digo: ─Si le haces algun daño, lo sabré.
Si algo le pasa, lo sabré. Y te puedo prometer que nunca la verás de nuevo.
Me vuelvo hacia ella. ─Hay más de una manera de hacerle daño a un niño ─le
T.J. Klune El Arte de la Respiración
digo, mi voz dura─. El abuso no tiene que ser físico. Tienes una oportunidad aquí.
Una verdadera oportunidad.
─No te incumbe.
Sonrío, pero se lleva todo lo que tengo. ─Te equivocas en eso. Recuerda lo que
dije. Todavía puedes hacer una diferencia. Es demasiado tarde para nosotros.
Ahora lo sé. Pero no para ella, recuerda eso antes de que ella se haya ido tambien.
Adiós, Julie.
Y dejo a mi madre allí, de pie en esa cocina: El olor del humo sin tocar por la
brisa de la ventana. El piso descolorido, la taza de ron, los cubitos de hielo
derretido. Lo dejo todo atrás.
Las fotos de lugares lejanos a lo largo de la pared. Este lugar. Lo dejo todo
atrás.
Inhalo. Mantengo hasta los tres. Fuera. Mantengo hasta los tres. Funciona.
Funciona. Yo sé que funciona.
Doy un paso y la tierra tiembla bajo mis pies. Toda mi fuerza se va. Necesito
salir de aquí antes de romperme.
Pero aún así me detengo. Cuando llego a la valla, me detengo. Una última
mirada hacia atrás.
¿Que es esto?
Necesito….
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Y entonces pienso que debe ser magia, debo ser un gran mago, ya que las
grandes manos que se envuelven a mi alrededor y tiran de mi acercandome. Oigo un
ruido que suena como un trueno desde arriba, pero sé que suena como cuando dice
mi nombre. Conosco esa voz rota.
─Tu puedes –
─No puedo.
─Por mi ─me repite─. Respira por mi ─Por él, respiro. ¿Por él?
Todo lo que hago es por ti, es lo que pienso.
Y respiro.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
26
Abro los ojos, estoy tumbado de lado en una superficie dura, el calor detrás
de mí, presionándome contra una pared blanca fría, debería sentir calambres, pero
no lo hago, pero entonces me golpea donde estoy y empiezo a temblar.
─Shhh ─Dom dice detrás de mí contra mi oído─. Está bien, te tengo ─Él tira
de mí acercándome.
─No estoy arreglado ─murmuro. Las lágrimas amenazan con caer, y trato de
detenerlas mientras mi garganta funciona.
─Odio esto ─le digo, los diques se rompen y lloro amargamente─. Odio esto
─Estoy asustado
─ ¿De qué?
─Entonces lo trataremos como siempre hemos tratado con las cosas: un día a
la vez
─Huyó de nosotros.
─Huí de ti.
Y digo adiós.
Es diferente, Seafare. Tal vez sea sólo yo, las cosas se ven diferentes.
Se acerca y me tira hacia él, me besa con dulzura y pienso en las estrellas.
─Estaré aquí ─dice mientras se inclina hacia atrás─. Eso sí, no te tomes
demasiado tiempo. Hay un calor en sus palabras que no puedo ignorar. Por primera
vez en mucho tiempo, me siento realmente y completamente despierto.
El suelo no se mueve.
El mar no me amenaza
Exhalo.
Es un comienzo.
─Gracias ─le digo─. Por ser mi mamá, no sé si alguna vez te dije eso, gracias
Una brisa me riza el pelo, cierro los ojos y me inclino hacia ella, en mi cabeza,
escucho versos de un mal poema desde hace mucho tiempo, ella habría dicho: la
familia es todo lo que una persona necesita, y no importa si están cerca o lejos, lo
único que importa es la lección que debemos prestar atención, para saber que esto
nos es nuestro, esto es lo que somos.
Luego se ha ido.
Se inicia en el coche.
Sólo un toque, toma mi mano, acaricia la palma, araña la carne con sus uñas.
Estoy temblando porque no puedo pensar con claridad, todo son estrellas.
Lleva días, semanas, meses, años para llegar a su casa, a pesar de que sólo
está a unas pocas millas de distancia. Ni una sola vez me deja ir, él tiene que sentir
la forma en que mi piel vibra, tiene que escuchar mis dientes castañeteando. Tiene
que saber que soy un desastre, tiene que saber que probablemente siempre lo seré,
tiene que saber que llegará un día en que mi respiración se detendrá en mi pecho y
la tierra se moverá bajo mis pies otra vez y entraré en pánico, él tiene que saberlo
─ ¿Sí?
cosa salvaje comienza a zumbar en mis dedos de los pies, sigue su camino hacia
arriba, y pienso ahora, ahora, ahora.
─Nosotros no tenemos...
─ ¿Dom?
─ ¿Sí?
Estoy en su regazo y luego, me lanzo sobre la guantera antes de que sepa que
me estoy moviendo, mi boca está en la suya, y es húmeda y cálida, pone sus brazos
alrededor de mí, con las manos a cada lado de mi cabeza, y tira de mi más cerca.
Hay lenguas y dientes y nuestras narices chocan con torpeza, y pienso en todo el
tiempo perdido, en los últimos cuatro años, pero luego se muele contra mí en el
momento que presiono hacia abajo y todo pensamiento racional se ha ido. Esto no
es sobre el pasado, ni siquiera sobre el futuro, se trata del ahora.
─Ty ─jadea
─Necesito...
─Lo sé...
Aquí está bien para mí, me inclino hacia delante de nuevo hasta que nuestros
labios se encuentran y me empujo hacia abajo tan duro como puedo, pero no es
suficiente, alcanzo a tientas los botones de sus pantalones vaqueros y mis dedos
golpean la piel de su estómago y él me agarra las dos manos con una de las suyas,
les agarra con fuerza, y sube mis brazos por encima de mi cabeza, mis dedos
arañan el techo del coche. No puedo moverme mientras respira fuertemente en mi
cara.
Me pone en su cama con cuidado, él llena mi mundo y es todo lo que veo, sus
ojos son tan amplios, sus labios están húmedos e hinchados, todavía siento la
quemadura de su barba a través de mi boca. Estoy temblando tan duro. Me temo
que me romperé.
Me besa en la frente mientras se cierne sobre mí. Un beso entre mis ojos. La
punta de la nariz. Un roce contra mis labios. Nuestras frentes tocan.
─Asustado ─admito.
─ ¿De mí?
─Nunca de ti
─ ¿Entonces?
─ ¿Y si no soy bueno?
─ ¿Has... nunca...?
Me da vergüenza y trato de mirar hacia otro lado, pero no me deja, cierro los
ojos en su lugar.
─Ty ─dice
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─Tyson
─ ¿Qué?
─No
─ ¿Alguien más?
─No
Suspira ─Oh, Ty
─ ¿Qué?
No puedo
─Ty ─dice─.─Por mí
Él me mira con tal maravilla, con tal hambre, 0 con tal... ¿amor? Creo que
puede ser, sea lo que sea, es para mí, es todo para mí
─No me has dejado terminar ─dice en voz baja, me besa de nuevo─. No voy a
hacerte daño, vamos a ir despacio, tomaremos nuestro tiempo ¿Está bien?
─Dilo
Duele, más tarde. Nunca pensé que experimentaría tal dolor, grito mientras
mis ojos lagrimean y las lágrimas corren por mis mejillas, presiono mi mano contra
su pecho y le digo que espere, lo hace, desde su posición elevada encima de mí, el
sudor goteando de su nariz en mi pecho, se inclina y me besa de nuevo, y alza mis
piernas alrededor de su cintura, no puedo creer lo lleno que me siento y quema
mientras soy estirado hasta el punto en el que creo que voy a ser desgarrado.
Estoy a punto de decirle: No, yo no puedo hacer esto, todavía no, pero algo pasa.
Algo pasa y asiento y empuja hacia adelante y las estrellas, Dios mío, las estrellas
que vienen después, explotan y canto su nombre, grito su nombre. Él choca sus
caderas una y otra vez, y todavía duele, pero estoy cabalgando sobre las olas por
encima del dolor, en el océano, y hay terremotos, pero son muy, muy buenos, y
cuando suspira mi nombre en mi oreja, exploto, y él explota, e inspiro y me
sostengo, exhalo y me sostengo. Respiro por él, respiro por mí, respiro por los años
que hemos perdido, y el futuro que podría tener, incierto aunque podría ser.
Algún tiempo después, se mueve de encima de mí, y hago una mueca ─Estoy
pegajoso ─murmuro.
Se eleva por encima de mí, y hago una mueca de dolor mientras se desliza
fuera de mi, Santa Mierda, voy a estar jodidamente dolorido mañana y también,
probablemente, voy a sonar como el viento que sopla sobre una botella cuando
camine. Me quedé encantado inicialmente (y un poco asombrado) cuando descubrí el
tamaño completamente proporcional de Dom, pero ahora creo que el fenómeno de
circo necesita mantener esa cosa lejos de mí. Lo observo mientras se da la vuelta y
se dirige al baño, mi mirada nunca deja la amplia extensión de espalda. Bueno.
Mentí. Realmente estoy mirándole el culo. Tú también lo harías, si pudieras verlo
T.J. Klune El Arte de la Respiración
como puedo hacerlo. Cierro los ojos y voy la deriva por un momento, sin pensar
mucho en absoluto, no puedo recordar la última vez que sucedió realmente, siempre
hay algo conmigo (es una suerte de mi maldición), por lo que tener esta
tranquilidad, este momento de calma entre las tormentas es algo que valoro, más
aún porque se siente como que ha sido dada como un regalo de él para mí.
Hay calor en mi pecho, y abro los ojos, él está sonriéndome mientras limpia mi
pecho con un paño.
─ ¿Así lo llamas?
─Sonamos extraños.
─ ¿Sí?
─ ¿Ahora qué?
─Lo sé.
─Lo sé.
─ ¿Entonces?
─Quizá, quizás no, pero necesito saberlo y sin ti, no creo que hubiera sabido
cómo.
─ ¿Ty?
─ ¿Sí?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─Ya lo eres.
Me agacho y coloco las mantas sobre nosotros ─Un día a la vez ─le digo con
un bostezo─. Eso es lo que tenemos que hacer, basta con tomar un día a la vez
Parece como si fuera a decir algo más, pero entonces suspira ─Bueno.
Más tarde, cuando estoy en el borde del sueño, le oigo susurrar ─Ya lo verás.
Un día, verás lo que he visto todo el tiempo.
27
Puede que no sea lo suficientemente bueno para él, pero quiero serlo. Y todos
sabemos lo que pasa cuando quiero algo. Cuando pongo mi mente en algo. Tampoco lo
veo hasta el final o dejarlo volar en mi cara y me pregunto qué demonios acaba de
pasar.
Ese rostro, sin embargo. Su cara, muy guapo. Lo amo. Sólo tengo que
asegurarme de que lo merezco.
Estoy sediento. Y mi culo se siente como que acaba de ser golpeado con un
pene. Supongo que lo hizo. Pero todavía estoy sediento. Tomo la mano que esta
sobre mi pecho y la coloco en la cama. Él murmura algo, pero no se despierta, beso
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Bueno, puede ser que todavía este fuera de ello. No soy una princesa Disney.
Mierda.
Pero incluso antes de que pueda abrir la puerta, oigo una llave en la cerradura
y resulta que se abre por sí sola.
Mi cara quema con la fuerza de mil soles. —Uh, er, ostias. —Estoy bastante
seguro de que parezco un homosexual atrapado en las luces después de tener
T.J. Klune El Arte de la Respiración
La sigo a la cocina y esta tomado las tazas de café y está jugando con la
máquina de espresso que Dom tiene. Aprieta un botón y esta hace ruido, frunce el
ceño y le pega. —La tecnología me odia.
—Si te hace sentir mejor —le digo—. No sé cómo usarla tampoco. ¿Cual es el
punto de tener uno de estos cuando se puede ir a Starbucks?
Ella llega hasta el lavabo y encuentra una caja de té. Me llama la atención
entonces, probablemente vivió aquí en algun momento o por lo menos ha estado aquí
muchas veces, y conoce bien la casa. Estoy celoso, pero no se porque.
—Esto bastara —dice ella—. Estoy bastante segura que Dominic se molestara
si quemamos su casa. Hablando de eso, ¿dónde está?
—Sí, señora. Eso es. Sólo conducimos. Tan cansados, largo viaje. —Vostezo
falsamente. Probablemente parece que estoy haciendo una mala imitacion de un T.
rex o una buena impresión de un Allosaurus, sutil diferencia esa.
Ella toma el azúcar y la miel bajo el mueble sin tener que buscarlo y de alguna
manera soy capaz de evitar gruñirle. La sonrisa estampada en mi cara
probablemente no se vería fuera de lugar en una linea de tazas de los asesinos en
serie conocidos.
—Caliente.
—Sí.
—Encantador.
—Bastante.
—Ciertamente.
—Totalmente.
—¿Lo hiciste?
—Seguro.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
—Sí.
¡Hijo de puta! ¿Tenía una cama a forma de auto de carreras? —Fingí que
estaba conduciendo muy rápido —le dije, derramando mi té sobre mi mismo.
—¿Lo hiciste?
—Sí.
—Fascinante.
—Estoy de acuerdo.
—¿Tyson?
—¿Sí?
—¡Pedazo de mierda! —Dice con una sonrisa—. Así que finalmente sucedió,
¿eh?
—¿Cómo puedes decir eso? —Lloro por ella—. ¡Es tu ex marido! Sus partes
intimas hicieron cosas con tus partes intimas y ¡Tienen un niño!
—¿Qué pasa?
—Te odiaba —digo, dejando caer las manos sobre la mesa—. Por largo tiempo.
—Supongo.
—Bueno.
Ella toma una respiración profunda y luego lo deja escapar lentamente. Mira
por la ventana la tarde, luego a mí, es sólo un segundo y luego mira hacia otro lado,
pero en ese segundo su rostro se endurece y sus ojos se vuelven acerados. —Tú lo
rompiste —dice ella. Se acabó la risa en su voz—. Cuando te fuiste. Cuando lo
abandonaste. Cuando te alejaste de él, cuando lo desechaste como si fuera nada
para que tu pudieras lamer tus heridas, lo rompiste.
—Yo ...
Ella me mira por un momento para asegurarse de que soy sincero antes de que
continúe. —Envié tu invitación antes de tiempo. Ni siquiera habíamos acordado un
diseño todavía. Me dijo que ya te había dicho. Que tu estabas feliz. Que estabas
bien. Debería haber mirado más de cerca, pero todo se arremolinaba a mi
alrededor en ese momento. El embarazo, él. Su estado de ánimo desde que dejaste
la escuela. Todo era demasiado. Y entonces llegó el día cuando dejó todo. Él trató
de ocultarlo. Trató de seguir como si nada hubiera cambiado. Como si no fuera
infeliz. Como si no estuviera molesto. Como si no tuviera su mundo patas arriba.
Porque si te das cuenta o no, Tyson, eso es lo que tu eras. Tú eras su mundo. El
resto de nosotros simplemente girabamos a su alrededor. Cuando lo alejaste, así lo
hizo. Él actuó como si nada, pero yo lo conocía. No era nada. —Ella mira hacia abajo
a sus manos—. No estabamos destinados a ser, él y yo, lo sé. He necesitado mucho
tiempo para aceptarlo, y lo hice. He seguido adelante. Tengo una vida maravillosa.
Puedo parame sobre mis propios pies, tengo un hombre que me ama. Tengo un hijo
T.J. Klune El Arte de la Respiración
por el que haría cualquier cosa. Pero a pesar de que lo de Dom y yo no funciono, eso
no significa que no lo ame. ¿Lo entiendes?.
Asiento con la cabeza. Luego, en voz baja digo, —Él también te ama.
Ella luce un poco triste. —Él me dijo, un día. No sé por qué vino mas
despejado o lo que pensaba que podría pasar. Me contó cómo se sentía. Ya sabes.
Acerca de ti. Pero ya lo había descubierto a hace mucho tiempo.
—¿Cómo?
—La manera en que te miraba —dice ella—. Como si tú fueras la única cosa
magica que había conocido nunca. Reconoci esa mirada por lo que era. Y cuando te
fuiste, fue como si una luz se hubiera apagado en él.
Ella niega con la cabeza. —No tienes que pedirme disculpas a mí. Yo no soy
quien tiene que escucharla.
Miro bruscamente hacia ella. Ella me mira con esos ojos inteligentes.
—¿Te quedaras?
—¿Él lo sabe?
—No lo sé.
—Que lo amo —finalmente lo digo en voz alta. Es más fácil de lo que pensé
que sería—. Con todo lo que soy. Con todo lo que tengo.
—Quisiera que lo fuera, pero tengo que trabajar más en mí mismo antes de
T.J. Klune El Arte de la Respiración
La fieresa se derrite y ella sonríe. —Lo sé. Pero a veces, aquellos a los mas
amamos son los que más herimos. Y él te ama, Tyson. No creo que alguna vez dejo
de hacerlo, incluso cuando no sabia lo que era.
—¿Tu crees…?
—¿Qué?
—¿Crees que es posible que dos personas sean hechos el uno para el otro?
Incluso a pesar de toda la mierda y todo el drama estamos destinados a ser?
El espera.
—Dijo que la llames mañana, que Ben está bien. Tuviron un buen momento en
su viaje. Parece que a Ben le gusta muchisimo el algodón de azúcar y Mickey le dio
un abrazo.
—Temprano. Hablamos.
—¿Bien?
—Bien.
Él me sostiene cerca.
Bear.
No sé cuál de los dos corre primero. Tal vez los dos corremos a la vez. Pero
un momento estamos viendonos el uno al otro y al siguiente nos encontramos uno en
T.J. Klune El Arte de la Respiración
los brazos del otro y estoy luchando para mantener la compostura mientras mi
hermano me abraza tan fuerte como puede. Por un momento me permito pensar qué
tan alto volo esa cometa, pero entonces no importa. Lo que importa es que a pesar
de todo lo que nos pasó Bear y yo sobrevivimos. Puede que no seamos perfectos.
Lejos de eso, de hecho. Pensamos demasiado. Nos preocupamos demasiado. Nunca
dejamos de hablar. Pero eso está bien. Estamos vivos y hay la posibilidad de un
futuro, no obstante este sea incierto. Es suficiente.
—¿Así que ustedes estan jodien ahora? —Bear pide de manera uniforme
mientras se inclina contra el mostrador.
—Y además —le digo—. Tu eras sólo un año mayor que yo cuando tu y Otter
empezaron a follar.
—Eso es ... tu no .... —Bear balbucea—. No puedes ... ¡cuidado con esa boca!
Otter suspira. —Es bueno saber que incluso después de todo este tiempo,
todavía puedes hacer que mi corazón salte con románticas amenazas de violencia.
Miro ceñudo Dom. —¿Crees que estás siendo divertido?, pero no lo eres.
—¿Cómo, en el nombre de Dios llegaste allí y por qué es la única cosa con la
que estas tan obsesionado?
—Bueno, entonces es una buena cosa que Dom tiene su propia casa.
—Es sólo el comienzo —dice Otter—. Venga. Te voy a dar una idea de en lo
que te estas metiendo.
—No lo sé. ¿Tal vez algo con un mínimo de tacto? Eso podría estar bien para
empezar en primer lugar. Ya no soy mas un niño, Bear.
—Lo hago —dice—. Más de lo que puedas saber. Todos los días me acuerdo
de ello. Decisiones hechas sin mi permiso. Las cosas sucediendo que no puedo
controlar. —Suspira—. Es una mierda.
—Así es la vida.
Su ojos brillan. —Esa no es nuestra vida. Siempre hemos hecho las cosas
juntos. Las decisiones tomadas en conjunto. Tomando los pasos juntos.
No dije nada.
—Me he disculpado por eso —digo fríamente—. Muchas veces. No creo que
esta en mí continuar disculpandome. Se acabó. Estoy limpio ahora
—Lo sé.
—Eso no es justo —le digo con voz ronca—. Eso no es justo y lo sabes. ¿No te
atreves a poner eso sobre él. Él no causó mis errores. Yo si.
—Lo hizo. Pero eso no fue todo. Era una parte. Pero no todo.
No sé cómo hemos llegado a este punto. Se siente como que estamos en una
espiral fuera de control. La ira en mi pecho es blanco caliente y estoy luchando
para mantener la respiración. —Tú no eres mi padre. No importa cuan duro lo
intentes.
—Yo se eso —dice con impotencia—. Pero soy más que eso. Soy tu hermano.
—Entonces, ¿por qué sigues tirandome la mierda a la cara? Por qué no puedes
confiar en mí en esto?
—Porque te fallé —dice. Y con eso, la lucha parece que lo abandona. Sus
hombros se desploman y mira hacia abajo a sus manos—. Porque es mi culpa todo lo
que ocurrió. Todo lo que atravesaste después de que nos fuimos.
—No había nada que podrías haber hecho —le digo tan suavemente como
puedo—. Otter o tu. Esto fue algo que sucedió. Era algo que terminó. Me golpeo
hasta mi culo, pero recogi mis pedazos. Tu ayudaste. Siempre lo haces y no sé si
podría haberlo hecho sin ti.
Niega con la cabeza. —Sigo pensando... —Se detiene mientras sus voz se
quiebra—. Sigo pensando que habría sucedido, si te hubiera perdido, Yo…
—No lo hiciste.
—Me hubiera matado —dice, mirándome. Sus ojos son brillantes—. Si algo te
hubiera pasado, si sucede, si alguna vez lo haces, creo que podría simplemente
tumbarme allí y morir. No puedo. No sin ti. Jamas.
—Bear…
Lo hago. Bear y Otter habían salido una noche. Tenía nueve años. Me quede
con la señora Paquinn. Podria haber estado bien y lo fue, por un tiempo. Pero
entonces algo me golpeó mal. Las pesadillas, malos sentimientos, malos algo y yo
estaba en la bañera antes de que me diera cuenta. Me desperté a la mañana
siguiente en la cama de Bear, Otter dormía junto a nosotros y le hice prometer. Le
dije que si algo le sucedia, me iba a morir. Al igual que él me dice ahora.
—Lo sé.
—Lo sé.
—Ahora, prometemelo.
—¿Siempre?
—Siempre.
—¿Qué?
—Con ella.
Sólo hay una "ella" que podría significar. —Sí —le digo—. Se acabó.
—Ella te lastimo —Ese fuego vuelve a sus ojos. Ese acero en su voz.
—¿Qué?
—Conocí a Izzie.
Asiento con la cabeza. —Bear, ella es... increíble. Ella es como yo. Más
inteligente, incluso. No sé si tengo incluso palabras para describirla. —Niego con la
cabeza—. No, retiro lo dicho. Es como nosotros. Ella es como tú y yo.
—Lo sé. No hay nada... malo sucediendo. No creo. Ella no estaba herida. Pero
Julie nunca fue asi.
—¿Ella escuchara?
—No hay mucho más que podamos hacer, Ty. Julie nunca nos permitira verla.
—Ella dijo lo mismo. Pero tiene que haber alguna manera, ¿no?
—¿Qué?
—¿Bear?
—¿Sí?
Él parece sorprendido por la pregunta. —No lo sé. Supongo que fue cuando
regresó, aunque fue más allá de eso. Ahora lo sé. Siempre había algo allí. Sólo tenía
que admitirlo ante mí mismo.
Suspira. —Después de que ella regresó. Cuando nos amenazó. Cuando rompí
con Otter. La mirada en su cara. Yo... su corazón se estaba rompiendo, nunca quiero
ver eso de nuevo. Así que cuando estaba diciendo adiós, fue entonces cuando lo
supe. Cuando pensé que todo había terminado.
—El día que nos fuimos a Nueva Hampshire —le digo—. Cuando tuve que
decirle adiós a Dominic. Ese fue el día para mí.
Resoplo. —¡Guau!. Gracias por hacer que suene horrible. ¡No está tan mal!
—¡Bear! ¡Demasiada informacion! A menos que quieras que te diga lo que Dom
hizo…
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Se ríe con voz temblorosa. —Sí, Chico. Lo estamos. Aunque ¿por qué tengo la
sensación de que esto no ha terminado?
—Porque no lo ha hecho.
Asiento con la cabeza. —Esto podría terminar mas rapido—.Él me mira por un
momento y es como mirarse en un espejo. Se vuelve y se dirige hacia la puerta del
patio. Antes de que desaparezca de la vista, se detiene. No se gira hacia mi, pero
puedo oírle bien.
—Sólo recuerda tu promesa. ¿Si? Lo que sea que hayas decidido hacer. Por
favor. Eso es... eso es todo lo te pido.
28
No le he dicho que lo amo, pero creo que lo sabe. Tiene que. Apenas puedo
contener mi cara cada vez que dice mi nombre. Cada que sus labios encuentran los
míos. Su piel contra la mía. La sensación de mis latidos bajo su mano. El juego de la
luz de la mañana contra su espalda desnuda. La áspera barca oscura de varios días
en sus mejillas. La forma en que sonríe. La forma en que me hace sonreír. Él lo sabe
también. Aun si no puedo encontrar la fuerza para hacerlo, tiene que saberlo. Le
pertenezco seguramente de la misma manera que él me pertenece a mí. Estoy
reuniendo mi valentía.
El viento es frío esta mañana. Las olas son blancas y agitadas. El cielo está
nublado, con un poquito de sol y azul asomándose antes de ser cubiertos otra vez.
La niebla se disipa. Las gaviotas gaznan por encima cuando caminamos a través de la
arena. Las huellas que dejamos atrás están cercas unas de otras. Grandes y más
pequeñas. Como han estado siempre.
Y caminamos.
—Yo solo…
—Lo sé.
—Pero…
—Dom.
Probablemente.
— ¿Cómo lo sabes?
— ¿Me amas? —Qué raro, eso. Ser capaz de preguntar eso en voz alta y
saber la respuesta aun después de decirla.
—Sí.
La arena es cálida bajo mis pies. Piso una concha y pellizca mi piel. Más
adelante, veo un cometa volando alto en el cielo. Es verde. Pero no puedo distinguir
quién lo está volando. Ellos aún están muy lejos. Me imagino que es un niño pequeño
con su madre y que no hay nada más, nada más que este día soleado, el sol, el cielo,
el cometa y el uno al otro. Eso es lo que más les importa en este preciso momento.
Esas pequeñas y monumentales cosas.
—Probablemente. —Concuerda.
—Estoy tratando.
Damos un paso sobre el lugar donde Bear y Otter se casaron. Damos un paso
sobre el lugar donde la Sra. Paquinn fue hacia el océano. Donde Bear esperó por
Otter y en lugar de eso recibió una llamada. Donde encontré a Bear ese día hace
mucho tiempo, por sí mismo, sus brazos enroscados en sus rodillas ya que pensó que
todo había terminado. Hay historia ahí. Muchísima historia. Me detengo, solo por
un momento. Dom no lo cuestiona. Inhalo. Y exhalo.
Entonces él me besa. Duradero y dulce. Su nariz choca con la mía. Traza mis
mejillas con sus pulgares. Mi corazón corre en mi pecho. Hay estrellas. Muchas de
ellas. Alumbran brillantemente. Para mí y para él.
Eventualmente, me aparta.
Llegamos en lo alto de una pequeña colina cerca de nuestra playa. Puedo ver a
los que vuelan el cometa. El cometa es verde y vuela alto. Y esa no es mi madre y
T.J. Klune El Arte de la Respiración
yo. Claro que no. es un chico joven con un chico más grande y el viento lleva consigo
sus risas. El más joven estira su cuello hacia atrás y observa el cometa por
encima. El más grande observa al pequeño. Tiene una sonrisa en su rostro. Deja
caer su mano hacia el hombro del pequeño. Ellos ríen otra vez. Me pregunto si son
hermanos. Eso espero.
Ellos nos dicen hey cuando los pasamos. Decimos hey de regreso.
El joven dice ¡Ah, hombre! ¿No podemos volar solo un rato más? ¡Mira que
alto es esto, Mal!
El mayor ríe, Sí. Lo es. Está bien. Tal vez solo un poquito más.
—Solo está preocupado. Eso es lo que tienen. Tienen otras cosas en las cuales
enfocarse.
—Ben te extrañará.
Hago un gesto de dolor. Esta es la parte más difícil. Él y yo nos hemos vuelto
cercanos. Su rutina…
Dom sacude su cabeza. —Le tomará tiempo. Eres parte de él ahora. Irá bien.
Se está haciendo tarde. No tengo mucho tiempo para decir lo que quiero
decir. Parece insignificante. Trillado, incluso. Después de todo lo que este hombre
ha hecho por mí, y todo lo que me permite hacer para encontrarme a mí mismo sin
mucha/tanta palabrería, debería haber más. Debería estar dándoselo todo.
Pero no pudo.
Algún día.
—Ty, —dice, y este es Dom. Dominic. Ese perdido y solitario chico quien
encontró a un asustado, precoz Chico y le mostró cómo respirar otra vez. Le debo
todo.
—Yo… solo…
—Dilo, —susurra.
Y podría.
Bear: Ya te extraño. Llámame todos los días. Quizá dos o tres veces al día.
Y el último. Dom. Cuatro palabras, y las leo una y otra vez y otra vez de nuevo.
Unos minutos después, guardo el mensaje y me dirijo al este.
Llego más lejos el segundo día. Grand Island, Nebraska. Es bonita. Y plana.
Me siento en una cafetería cerca del hotel. Es tarde. Soy el único aquí.
Aparentemente el cocinero sabe cómo hacer gofres veganos. Su nombre es
Abraham. Me dice que lo llame Abe. Él es divertido.
Asiente como si supiera que quiero decir, y pillo su mirada hacia Abe en la
cocina. Ríe con arrepentimiento. —Entonces está bien —dice este—. Los gofres ya
vienen. Lucen muy buenos. Sorpresivamente.
Y a través de todo esto vienen las cuatro palabras otra vez, y en el lado de
una autopista de dos carriles en medio de la nada, me aferro a ellas tan
fuertemente como puedo.
Soy Dominic Miller. Déjame un mensaje y te llamare después. Cierro mis ojos
al sonido de su voz.
—Soy yo, —digo. Sale oxidado. Aclaro mi garganta—. Casi allí. En Pennsylvania.
Yo… estoy en mi segunda suposición a mí mismo otra vez. Pero eso es lo que hago,
supongo. Sé que esta es la decisión correcta. Tiene que ser. Tengo que asegurarme
que puedo estar de pie por mí mismo. Necesito saber si puedo hacer esto. Y yo…
Mierda. Recibí tu mensaje. Siempre sabes que estoy tratando de decir, ¿no?
Siempre. Y pienso que siempre lo harás. Vale. Me voy. Yo… te hablaré pronto,
¿vale?
Las llaves están en donde dijo que estarían: bajo el tapetillo. Su anterior
compañero de piso (y ahora el actual) las dejo ahí antes de irse de la ciudad. Unas
pequeñas vacaciones antes de que la escuela empezara de nuevo. Rob es un buen
chico. Esto estará bien.
Está limpio. Hay flores en la mesa de la cocina. Una nota de Rob. Es lindo.
Yo también te amo.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
29
Tyson y Dominic
─Estoy seguro, ─le digo, volviendo a mi portátil─. Pero gracias por la oferta y
todas las anteriores que han venido antes que esta. Tu persistencia es
alarmantemente histérica.
─La universidad es todo sobre experimentación. ─Se frota una mano sobre su
pecho y pellizca su pezón─. Me gusta experimentar.
─Entonces deberías ser un científico ─le digo─. Tengo que estudiar para
finales y un novio que es por lo menos ocho veces tu tamaño.
─Es lo que necesito ─le digo, o quizás necesitaba. Creo que las cosas han
cambiado. Creo que estoy cerca de estar listo. No lo sé. Tengo que terminar este
semestre y luego pensaré en lo siguiente. Voy a ir a casa para Navidad y
empezaremos desde allí. Tengo algunas ideas, pero son solo eso: ideas. Es un
comienzo. Él entiende. ─La paciencia de un santo, esa. Al menos eso espero. Si no
es así, estoy totalmente jodido.
─Bueno, debe ser en parte sobre el sexo ─dice─. Y tú no has tenido nada
desde que estas aquí.
─Seguro que sí ─dice Rob─. Nada de bueno. Es como oír que tienes herpes.
─Ninguna mamada.
─ ¿Una masturbada?
─Calambres en la mano.
─Yuck.
─Esta casi desnudo en mi cama pidiéndome tener relaciones sexuales con él.
─Nunca lo es. ─Estoy de acuerdo─. ¡Estoy tan solo! ─Rob se lamenta, como si
él no acabara de venir de lavar el olor del tipo al azar que se escabulló de su
habitación esta mañana.
─Bastardos.
─Está nevando afuera ─le digo a Corey, haciendo caso omiso de Rob─.
Déjame adivinar. Están en 32 grados allí.
─Esto es como ver uno de esos sitios de pago-porno ─dice Sandy─. Como si
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─¡Oh! ─dice Corey ─podrías irte, porque ya sabes sobre esa cosa...
─Tu aliento todavía huele a semen ─le digo─. Eso no puede ser saludable.
Cepillarse los dientes después de deglutirlo es buena higiene─. La computadora
timbra de nuevo, no esperaba nadie más. Extraño. Hago clic en el cuadro que
parpadeaba.
─Estoy haciendo porno a pagamento ─Rob les dice─. Escribe lo que quieras y
lo haré.
─Interesante ─dice Rob─, llegó el momento, quieres que deje caer mi toalla.
─Enlázanos con ellos ─Corey me dice y ahora sé que pasa algo. Conecto las
llamadas de manera que todo el mundo puede ver a los demás.
dedos.
─¿Sí, Bear?
─Debido a que este es el tipo de cosas que me pasan a mí ─le digo a Bear─.
Me gustaría poder encontrarlo difícil de creer ─dice Otter─, pero he vivido con
vosotros por mucho tiempo.
─Malditos Star Wars ─murmura Bear─. Esas películas los han arruinado a
ambos.
65
N.T: Piercing en los genitales.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─Tan divertido como esto es ─les digo a todos─, en serio, muy divertido,
pero ¿por qué todos ustedes me están molestando? Tengo que estudiar para los
finales. ─No que tenga que hacer mucho para estudiar. “Soy como Stella, encontré
mi paraíso personal66” en la mayor parte. Y eso podría ser la cosa más gay que he
dicho alguna vez aparte de la vez que felicite a Dom por su pene. Uff.
─Solo... Quería ver como lo estabas haciendo ─dice Bear, apartando los
ojos─. Que hacías y cosas así.
Otter suspira. ─¿Nunca puedes ser sutil acerca de una sorpresa, verdad?
─Sin violencia doméstica ─le digo, interrumpiendo a Bear antes de que pasen
treinta minutos con él empezando a amenazar a Otter pero de alguna manera
terminan discutiendo los méritos del queso rallado. Sabes tan bien como yo que no
sería tan difícil para él llegar alli─. ¿Qué sorpresa se supone Bear debe ocultar?
─Yo ─una voz dice detrás de mí y cierro los ojos. Mi corazón tiembla y tengo
que recordar cómo respirar, debido a que he aprendido de nuevo. Realmente lo
hice. He tardado cuatro meses... y tal vez no tenía necesidad de hacerlo. Ese es el
truco. Tal vez no necesitaba alejarme en absoluto. Tal vez podría haber encontrado
una manera de hacerlo en mi proprio entorno, rodeado de los que amo. Hubiera sido
posible y seguro como la mierda habría ahorrado todo un infierno de un montón de
angustia.
66
N.T: Titulo de una película para chicas.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
todo para mí. Siempre lo han sido. Pero tengo que asegurarme de que puedo hacer
esto por mí mismo. Necesito asegurarme de que Bear... Lo sé, solo déjenme
terminar. Por favor.
Voy a volver a Dartmouth, solo. Voy a demostrarles a todos lo que puedo ser.
Voy a mostrarles a todos lo que soy realmente capaz de hacer. Voy a hacer algo por
mí mismo porque quiero que todos estén orgullosos de mí. Sé que ya lo están, pero
quiero asegurarme de que soy merecedor de ello. Han hecho mucho por mí. Todos
ustedes. Es hora de que haga lo que pueda por ustedes y eso comienza conmigo
mismo.
Y así lo hice. Salí de las sombras de mí mismo. ¿Ha sido perfecto? Por
supuesto que no. Viendo a tus seres queridos a través de una pantalla en lugar de
en persona es una mierda. Me giraba para decir algo a Bear y él no estaba allí. Solo
el espacio vacío y el momento en que habló con él, días más tarde y desgastado,
estaba tan aliviado de verlo que cualquier otro pensamiento que tuve es olvidado.
Bear, sé que esto va a ser difícil para ti, será difícil para mí. Alejado de
todos, has sido tú quien ha estado allí para mí. Cada día, los buenos y los malos y
aquellos en los que pensábamos que no íbamos a hacerlo. Pero lo hicimos. De alguna
manera lo hicimos.
Otter, has hecho más por nosotros que nadie. Nos protegiste, nos cobijaste,
nos mantuviste juntos cuando todo lo demás amenazó con rompernos. No sé si lo
habríamos hecho sin ti, o, si pudiéramos, si hubiéramos conocido jamás la felicidad
como lo hacemos ahora. Somos lo que somos por ti. Ninguna cantidad de
agradecimiento nunca podrá demostrar cuánto significa para mí.
Luego estaba él. Siempre él. Cada pequeña cosa que vi o escuché o hice me
recordaba a él. Era mi primer mes en New Hampshire otra vez, cuando yo era
apenas un niño que alberga un brillante y aplastante anhelo por mi mejor amigo y
sabía que nunca sería mío. Cuatro años más tarde, sin embargo, él era mío y ese
largo y aplastante anhelo se había convertido en algo más profundo, más maduro,
más maravilloso. Dominic Miller era amado por mí de una manera que nunca había
amado a nadie antes. Pero no era suficiente. No ameritaba solo ser amado, merecía
ser apreciado y yo quería ser el que lo apreciara.
¿Necesario?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Dom, yo...
Dom discutió conmigo entonces. De una manera que nunca había visto de él
antes. Ferozmente. Amargamente. Dijo que estaba corriendo de nuevo. Que yo
estaba huyendo y esta vez no iba a volver, que probablemente ni siquiera miraría
atrás. Los abandonaría (a él) todo atrás y me olvidaría de ellos (de él),
probablemente nunca realmente los necesite (a él). Entendí que sus palabras nacían
de la desesperación, eran lo que realmente pensaba, pero todavía me golpearon
como un martillo en el pecho. Dominic, mi grande, sólido Dominic, estaba asustado.
Como si pudiera alguna vez realmente dudar de cómo se sentía acerca de mí.
Como si pudiera pensar nunca nada más que la verdad.
─Lo será.
─Porque lo sé ahora.
─ ¿Qué?
La ira lo dejó tan rápido como había llegado. Lo que quedó fue una derrotada
resolución.
─ ¿Qué?
─Perderte, no otra vez, nunca más, me matará. ─Su voz se quebró y tuve que
contenerme para no colapsar─. Casi lo hizo. No puedo dejar que eso suceda de
nuevo. Quiero que vayas, debido a que es por ti. Es lo que hay que hacer. Es la única
T.J. Klune El Arte de la Respiración
cosa por hacer. Y no es justo, lo sé, pero estoy de pie delante de ti ahora, diciendo
que quiero que te quedes. Porque eso es por mí. No puedo perderte, Ty. No puedo.
─TY...
Y allí estaba, a pesar de que pasó más rápido de lo que cualquiera de nosotros
quería.
La fecha se acercaba.
Negué con la cabeza. ─No. Tengo que hacer esto. ¿No lo entiendes?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Él podía. Yo sé que él podía. Pero él dijo: ─No, no, Tyson. No puedo. Estás
siendo ridículo. Sé qué piensas que necesitas irte y eso está bien. ¿Pero cortar con
todos?
─No lo hago, ─le dije─. Podemos hablar todo lo que quieras. No estoy
cortando con todos. Estoy pidiendo una oportunidad de dar un paso por mi cuenta.
He tenido días buenos en los últimos cuatro meses. He tenido días malos.
Tuve un día, provocada por nada más que un fugaz recuerdo (un golpe en la puerta y
ella está allí, diciendo: ¡Hola, Tyson! ¡Hola, estoy aquí! ¡Te he echado de menos y
estoy aquí!) Eso provoco que me agarrotara y luchara por respirar. No hay bañera
en el apartamento, es por eso que me mudé aquí.
Terminé debajo de la cama ese día. Pasó, ya que estas cosas pasan.
Finalmente, pude respirar.
La terapia ayudó. Ahora que soy capaz de hacerlo. Es fácil tener que contar
mis problemas. La parte difícil es encontrar una manera de solucionarlos.
Hablé con él casi todos los días. Sobre nada y todo. Hicimos planes, aunque no
sé si entendiéramos que lo estábamos haciendo. En algún momento, la conversación
cambio de YO a NOSOTROS. Esa parte nunca me asustó, incluso cuando me di
cuenta de lo que estaba ocurriendo.
Es tenaz.
─Yo ─dice detrás de mí y cierro los ojos porque me queman. Cierro los ojos
porque me sacudo. Cierro los ojos, no porque no puedo respirar, sino porque es lo
único que puedo hacer para evitar saltar y lanzarme a sus brazos y decirle que
nunca puede dejarme ir. Que he estado fuera el tiempo suficiente y nunca puede
dejarme ir. Pero, por supuesto, hay un compañero de piso casi desnudo y una
pantalla de ordenador llena de familia con quien lidiar primero. Mi vida es tan
jodidamente extraña.
─Santa Mierda ─Rob dice agitado─. No estabas bromeando sobre él. ¿Tiene
algún tipo de crecimiento anormal? ¿Fue golpeado por radiación gamma? Eso no
puede ser saludable.
─Si quieres vivir ─Corey le dice─, probablemente es una buena idea que
corras lo más rápido que puedas.
Porque lo estoy.
Dom y yo.
Abro los ojos. Todo es tan brillante. Como las estrellas en explosión.
Dom está mirándolo con algo parecido al desconcierto. Debe sentir mi mirada
en él, porque mira hacia mí. Los extremos de su boca se curvan un poco. Se encoge
de hombros una sola vez y se apoya en la puerta, dejando que Rob se hunda a sí
mismo en un agujero más profundo. Dom confía en mí. Él sabe que nada paso aquí.
Tampoco pasaría nada.
centímetros? Me gusta que mis chicos sean grandes. Aunque no tan grandes como
tú. ¿Cómo puedes incluso pasar a través de las puertas? ¿Causas que los niños
tengan pesadillas? ¿Cómo fue vivir en la parte superior del tallo?
Él me mira. Sus ojos están muy abiertos. Su toalla de alguna manera todavía
colgando. ─¡No quiero tener relaciones sexuales contigo! ─grita.
─ ¿Qué tiene esto de extraño? ─Bear pregunta─. Pensé que éramos bastante
normales.
─ ¿No te preocupes por eso ─Otter le dice─. Eres la cosa más normal que
hay.
─Bueno, creo que esto es bastante normal para nosotros ─dice Corey.
─¿Paul? ─Bear pregunta─. ¿Quién es? ¿Es un amigo tuyo, Sandy? ¿Puedo
conocerlo?
─ ¿Por qué?
─Y debido a que el monólogo de ida y vuelta nos mataría ─Corey dice en voz
baja.
─Nada ─dice Corey con una gran sonrisa. Me vuelvo hacia Dom. Rob se ha ido.
Ni siquiera escuche cuando se fue. No es más que Dom y yo ahora. Bien, casi. Solo
voy a ignorar a las seis personas en mi pantalla de la computadora detrás de mí por
ahora. Necesito conseguir que mis piernas trabajen otra vez.
El asiente.
─Te conozco, Ty ─dice─. Por supuesto que sí. Y por supuesto que sabe. Solo
necesitaba tiempo. Pero ha sido el tiempo suficiente, creo que es hora de hacer
planes.
─Estoy de pie ─le digo─. No en este mismo segundo. Pero... ya sabes. Creo
que estoy de pie.
─Esto es tan especial ─dice Creed con voz oscilante─. Seriamente. ¿Es raro
que quiera gritar que ustedes deberían besarse? ¡Maldita sea, Anna! ¡Tus hormonas
del embarazo son contagiosas!
─Cuidado Bear ─dice Creed─. Te encontraras llorando sin ninguna razón y las
cosas como ver a Dominic y Tyson enamorados uno del otro, justo en frente de ti,
hará que quieres bailar y cantar y contar al mundo lo mucho que los amas y a todo
el mundo en ella.
─ ¡Pero si es tan fácil! ¿Voy a tener que cantar? ─Bear se lamenta─ ¿me has
oído cantar? Sueno como una foca bebe mientras es golpeada con el manubrio de la
bicicleta─.
La rabia PETA desciende. ─¿Sabes cuántas focas bebés son asesinadas cada
año, solo para que perras engreídas pueden llevar…?
─Y el romance se ha ido ─dice Creed─. Esto es lo que me pasa por dar una
mierda por cosas como esta. Es todo tierno y bonito y entonces me devuelve a la
golpiza de las focas bebes.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─ ... Y ellos tienen sus botas de piel de foca, deberían ser golpeados ellos
mismos…
─¿Qué? ¡Esos pobres e indefensos animales que quieren nada más que
disfrutar de un agradable baño y un poco de pescado!
─Céntrate.
Oh. Correcto. Dom está aquí. Me vuelvo hacia él. Todavía está en la puerta.
Está divertido por mí, como siempre parece ser. Mi corazón salta un par de golpes
en el pecho. No es lo mismo el verlo en la computadora. Oír su voz en el teléfono.
No es lo mismo que tenerlo aquí. Al alcance. Si solo pudiera hacer que mis piernas
volvieran a trabajar.
─Estoy haciendo planes ─le digo, como si él pudiera saber de lo que estoy
hablando.
Y, sin embargo, de alguna manera, creo que lo hace─. Imaginé que lo harías.
─¿Lo hiciste? Solo empecé a hacerlos, creo. Tal vez en este instante.
─¿Buenos planes?
Pienso fuertemente. ─Pero hemos estado haciéndolo todo este tiempo, ¿no?
─¿Cómo?
─Lo siento ─le digo con voz ronca─. Te hice esperar de nuevo.
─Estar solos ¿Solos? ¿Extraño? Espera. Espera. ¿Eso quiere decir que van
a...? ¡Otter, no toques es computadora! ¡Tyson! Es mejor que uses condones, ¿me
oyes? ¡Usa dos de ellos! ¡Es más seguro! Es…
─Sí. Creo…
─¿Qué? ─Un paso más. Se eleva por encima de mí. Él es todo lo que puedo
ver. ─¿Qué piensas?
Y por primera vez, digo las palabras que he querido creer durante tanto
tiempo. ─Creo que voy a estar bien.
─Es suficiente para mí. ─Él se acerca y toma mis manos entre las suyas. Me
acerca. Envuelve sus brazos a mí alrededor. Suspiro.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
─Esto no va a ser fácil ─le digo─. Algunos días pueden ser un asco.
─Tomó nota ─dice, levantando mi camisa para que pueda tocar la piel
desnuda.
─¿Dom?
─¿Ty?
─Lo nuestro es inevitable. ¿No? ─Se pone derecho y sostiene mi cara entre
sus manos. Su mirada aprisionando mi mirada y tiemblo.
Hay otras cosas que hay que decir. Otras cosas que necesitan ser resueltas.
Otras preocupaciones en las que concentrarnos. Y una cosa muy importante que
necesita saber de mí. Pero eso puede esperar. Por ahora.
─¿Mmm?
─Esto.
─ ¿Esto?
─Nosotros.
─Sí.
─Sí. Es bueno.
─Sólido.
─Mejor.
─ ¿Qué, qué?
Sonrío. ─Eso es muy muy cursi. ─Llego a por él. Me deja derribarlo─. Por
suerte para ti funcionó.
Más tarde, cuando la luz del sol nos toca a lo largo de nuestra piel desnuda,
empezamos a hablar de nuestros planes en voz alta. Ellos son casi lo mismo. Es
curioso. Él está a la deriva durmiendo cuando me permito decir las palabras que han
estado en mi corazón tanto tiempo como puedo recordar. No es tan difícil como
pensé que sería. ─Te amo ─le digo.
Dom sonríe.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
30
El Arte de la Respiracion
Había una vez un niño que vivía en un pequeño pueblo cerca del mar. Este niño
era más inteligente de lo que tenía derecho a ser. Era entrometido, manipulador,
dañado y roto, aunque siempre trató de ocultarlo. A veces no hizo un buen trabajo
con eso. Siempre pensó que sabía sobre lo que estaba hablando, incluso cuando no
lo sabía. Cometió errores y cometería muchos más, pero eso es lo que pasa cuando
eres pequeño y a pesar de todas sus faltas, amaba a su hermano con todo su
corazón.
Pero eso no era el final. Nada malo dura para siempre realmente, aunque
parezca que es así, aunque parezca que se extiende para siempre.
El pequeño mundo, el pequeño refugio que habían hecho ellos mismos para
protegerse, se vino abajo y parpadearon bajo la luz del sol y vieron que era bueno.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Pero ya lo sabes.
¿Es curioso pensarlo, no? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que todo comenzó?
¿Cuánto tiempo hace que el erase una vez sucedió? Lo poco que una vez fuimos.
Cuánto hemos cambiado. Hemos vivido y amado. Hemos amado y perdido. Érase una
vez. ¿Pero las historias que comienzan así terminan felizmente? Creo que lo hacen.
Me voy de Dartmouth.
Volviendo a Seafare.
¡Pero Tyson! En que estás pensando. ¿Te vas de una prestigiosa escuela para
volver a casa? ¿Te estas dando por vencido?
Pero estoy en pie, ¿no? Puedo estar en pie por mi mismo. Ahora lo sé.
Sí, estoy diciendo adiós a Hannover. Dejando el Big Green67 para ser un Pato.
No, no soy adicto al quack 68 (¡ja!).
67
NT: Nombre usado para el New Hampshire Dartmouth College.
68
NT: hace referencia a un juego de palabras entre To quack y Crack.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Seafare. Es una decisión que no he tomado ligeramente. Vine aquí a demostrar algo
al mundo. Resultó que solo necesitaba probarme algo a mi mismo.
Y he hecho eso.
Para cambiar a lo grande, tienes que empezar con poco. O mejor dicho, solo
tienes que comenzar diferente.
69
NT: hace referencia a las 7/8 grandes compañías de gas y petróleo.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Y lo haré.
Y joder, tengo el resto de mi vida para apoderarme del PETA y del resto del
mundo. Tengo que empezaren algún lugar. Debo estar donde me necesitan más.
Bear no estaba contento con esta decisión, pero creo que lo entiende ahora.
Creo que parte de él estaba simplemente aliviado de que estaría de vuelta en casa.
Por lo tanto, ves, no me doy por vencido. Voy a hacer lo que creo que quiero
hacer rodeado de la gente con la quiero estar. Creo que era inevitable. Quiero
permanecer en mi y puedo labrar mi propio camino, pero no estoy entero sin mi
familia. Ellos son los que me han hecho quien soy y me han ayudado a ver lo que
debo ser.
Creed y Anna. JJ, Jerry y Alice Thompson, Stephanie y Ian Grant, Stacey,
Ben.
Pero si tuviera que tirar todo por la borda, si quieres reducir esta historia,
mi historia, al más mínimo único común denominador que existe, ¿qué ha sido? ¿Qué
ha estado de desde que tú y yo nos conocimos hace mucho tiempo?
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Hay otros en nuestra historia. Grandes personas y grandes amores. Ellos nos
rodean tan seguramente como nosotros les rodeamos a ellos. Pero siempre vuelve a
Derrick y a Tyson McKenna. Bear y el Chico.
El es la razón por la que puedo respirar. Es la razón por la que consigo ser
quien soy. No porque lo hiciera por mí, sino porque él me enseñó cómo. Es lo que
hacen los hermanos. Eso es lo que ha hecho por mí. Espero que pueda decir que he
hecho lo mismo por él.
Alguien dijo una vez, "Buscaba mi alma, pero mi alma no pude ver. Busqué a mi
Dios y mi Dios me eludió. Busqué a mi hermano y os encontré a los tres ”. Bear me
dijo eso hace mucho tiempo.
Los oigo por la ventana: Ben y Dominic. Dominic se ríe por algo y Ben le está
diciendo algo de vuelta. No puedo oír lo que están diciendo, pero está bien. Voy a
encontrarlo muy pronto. Su voz, cómo late mi corazón, cómo mis dedos tiemblan.
Me pregunto si será siempre así. Yo creo que puede ser.
Bear tenía razón, sin embargo. Decir adiós es la parte más difícil.
Hermano
Eres mi protector.
Epílogo
(Sí, él es un Freak)
ADMITELO. Me extrañaste.
¿Por qué?
como el The Biggest Ball of Twine en History of Ever y están siguiendo vallas
decrépitas por la selva virgen Latina proclamando “¡¡¡¡Nunca serás el mismo después
de haber Visto LA COSA70!!!! ¡¡¡¡¡SOLO TIENES DOS SALIDAS!!!!! (Que Tyson me
informó antes que no era nada más que un montón de lo que parecían huesos de
animales pegados juntos para hacerle parecer una extraña momia-alien fetal.
Très71 decepcionante.)
Sí, lo sé, lo sé. Mis estudiantes piensan que el señor Thompson es un loco. Un
loco bueno pero loco. Algunas cosas nunca cambian.
70
Película de ficción.
71
En francés Muy.
72
Un tipo de caravana camión.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
amenaza está al borde de las lágrimas. Los llamé bastardos a los, lancé un cogin del
sofá a Otter en la cabeza y huyó de la habitación antes de que mis emociones
pudieran sacar lo mejor de mí.
El Chico y Creed.
El Chico y Dom, uno con los brazos alrededor de los hombros del otro,
mirando hacia arriba para la cámara.
Ty graduarse.
Ty su primer día serio después de un tiempo oscuro, con aspecto pálido, pero
esa chispa inmortal sigue brillando en su ojos.
Pero hoy es un día diferente. Voy a permitirme a mí mismo este momento por
todos los cambios de hoy estoy a punto de tener y por lo que depara el futuro para
todos nosotros.
Admito que bajo el alivio de oír aTyson decir que iba a volver a Seafare, sentí
una punzada de decepción. No a causa de sus razones para volver a casa o lo que
pensaba hacer con su vida, más bien porque quería salir de Seafare, dejar atrás
este lugar y todo el recuerdos que tenia en él. Pero entonces me di cuenta de que
todo lo malo no se puede comparar con todo lo bueno que nos ha pasado en este
lugar. En esta ciudad. Fuimos derribados pero nos levantamos nosotros mismos, una
y otra vez y lo haremos de nuevo. Aunque yo podría haber estado un poquitito
molesto me di cuenta de que esta era su vida y que esta es su casa también y si eso
era lo que queria hacer, entonces yo iria detrás de él. Él es mi hermano después de
todo, éso es lo que hacemos. Es la única cosa que hacemos.
Sin embargo esta habitación, estas fotos y todas estas cosas son una vida de
recuerdos de aquí, incluso aunque apenas hayamos empezado.
-Hey, -dice.
Es difícil de creer que hayamos llegado tan lejos, ¿no es así? Cuando tu y yo
nos conocimos, las cosas eran... buenas.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Por supuesto, también es extraño pensar en lo mucho que las cosas están a
punto de cambiar de nuevo. Pero al menos esta vez es por nuestra propia elección.
Pero no puedo esconderme de él. -Lo vas a hacer bien, Bear. Ambos lo
haremos, Mira a Ty.
Suspiro. -Lo sé. -Bueno, lo creo de todos modos o algo así. -Bueno.
Muéstrame.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Hay un aparador blanco en la esquina, una mesa para cambiar pañales y una
cuna. Todavía hay muchas cosas que faltan por llegar, pero lo básico ya está aquí.
Estoy bastante seguro de que las señoras de la tienda de bebés se frotan las
manos alegremente cada vez que nos ven llegar. Este chico ni siquiera ha nacido y
ya lo están tratando como si fuera la cosa más grande en el mundo.
Sin embargo, tendrías que haber visto la cara de Otter, cuando nos
enteramos la semana pasada de que iba a ser un niño. Me miró de esa manera tan
maravillosa que me dejó sin aliento. Esa mirada que hace que todo valga la pena. Esa
mirada vivo para ver.
Ha sido una putada mantener el secreto, déjame decirte. El embarazo, eso es.
Nuestra familia sabía que lo estabas intentando. Pero no saben que lo hemos
logrado o como de avanzado está. Esta habitación va a ser una sorpresa para ellos.
Para nosotros. Para Ty.
Y tener bebés.
Y ser un padre.
Para siempre.
— ¡Estoy bien! —digo, mi voz chillona. Mis ojos se sienten como si me fueran a
dejar plantado fuera de mi cabeza.
serie! ¡Él no jugó a videojuegos violentos o vio pelis de miedo y comía sus verduras,
lo hizo bien en la escuela y no torturó animales como un niño! ¡Pero nadie va a
escuchar y luego nos veremos obligados a ir a su ejecución y nos verá allí y gritará
que no deberíamos haber suprimido nunca su cola y que nosotros le hicimos esto!
¡Le hicimos de esta manera! ¿Hicimos incluso test para eso? ¿Fue una de las
pruebas? ¿Ver si nuestra esperma hace asesinos en serie con cola?
—No, Bear, —suspira Otter—. No creo que haya un test para asesinos en
serie con cola.
Un teléfono suena.
—Es mi teléfono, —dice Otter—. Está en la planta baja, necesitas tomar una
respiración profunda y contestar a la puerta. Alguien llega un poco temprano.
—Toda la noche, —dice Otter, poniendo sus manos sobre mis hombros—.
Bear, céntrate
—Estoy centrado. —En mi hijo siendo un asesino en serie con una cola. Como
debería ser. (Porque ¿qué pasa si nacer con una cola hace que seas un asesino en
serie)?
—¿Bien? —pregunta.
Bien, llegar a la puerta. No más bebés con colas, por lo menos hasta más
tarde.
Megan. La madre subrogada tenía una cita hoy mismo para una ecografía, nos
dijo que estaba bien si no íbamos a éste cita, porque sabía que queríamos tener la
casa lista para la vuelta de Ty. Pensamos que sería mejor que todo el mundo la viera
más adelante. Es una chica dulce. Un poco zángana, pero dulce no obstante.
Y ahora ella nos está llamando varias veces después de una cita en Ginecología
y Obstetricia.
La abro.
Pone los ojos en blanco. Hay algo tan familiar que doy un paso atrás. —Tyson,
—dice—. Debes ser Bear. Derrick.
—Espera, —dice Otter, su voz suena ronca, como que está teniendo dificultad
para hablar—. ¿Qué?
—Yo no..., —dice Otter—. ¿Qué significa escondido detrás del otro?
Ella asiente con la cabeza. —Ty dijo que le buscase si necesitaba ayuda. —
Resopla y puedo decir que está tratando de mantenerse entera pero es una batalla
perdida—. Y necesito ayuda.
—¿Estás segura? —dice Otter detrás de mí— ¿cómo no pudieron antes ver
que...? Yo no... hay… dos… ¡Oh joder!
Una lágrima se derrama sobre su mejilla. Sólo una. Ella me mira e incluso
antes de que lo diga, lo sé. De alguna manera, lo sé. Y en los rincones más oscuros
de mi corazón, siento alivio. Alivio puro y blanco. —Está muerta, —dice Isabelle
McKenna—. Mamá. Ella está muerta y no tengo ningún sitio más a donde que ir y Ty
dijo que si necesitaba ayuda le buscase y ¡necesito ayuda! Necesito tanta ayuda. Su
pecho se hincha y caigo sobre mis rodillas y por primera vez en mi vida, mi
T.J. Klune El Arte de la Respiración
hermanita se lanza a mis brazos. El peso de ella me recuerda tanto a Ty que una
bola se forma en mi garganta. Ella solloza amargamente contra mi pecho. La sangre
ruge en mis oídos.
Sí, lo único de lo que estoy seguro ahora mismo es que soy un jodido freak.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Pero así es la vida, creo, y lo que aprendemos es que siempre ayudará a dar
forma a lo que somos. En las buenas y en las malas.
Hay una historia más que contar. Una última vez volveremos a Seafare,
Oregón. Con Bear, Otter y el Chico (a pesar de que en realidad no es un niño más,
¿verdad?), y vamos a ver lo que vemos. No sé cuando, pero un día, espero que
pronto.
No son reales, lo sé. Esos tres. Los demás. Creed, Anna y la señora Paquin.
Excepto que si lo son. Al menos para mí. Los conozco desde hace años. Sé lo
que piensan. Sé de lo que tienen miedo de lo que les gusta y lo que les hace felices.
No va a ser fácil cerrar la puerta.
T.J. Klune El Arte de la Respiración
Sin embargo los he llevado hasta aquí y los verá hasta el final.
Una vez más continuaran. Una vez más antes de decir adiós.
Como siempre, gracias por esperar en lo que viene. Te prometo su final será
el que se merecen.
TJ