absolutamente asombroso el tiempo que se desperdicia moviéndose
a tientas, buscando una solución, cuando nadie sabe
claramente cuál es el problema • Paso dos. ¿Cuáles son las posibles causas de este problema? Busque las causas obvias y no tan obvias del problema. ¿Cómo empezó? ¿Cuáles son sus orígenes? ¿Qué lo inició? ¿Qué variable crítica cambió para causar el problema? ¿Qué supuestos se hicieron que llevaron al problema? Igual que un médico que lleva a cabo un reconocimiento minucioso de un enfermo, también usted debe diseccionar a fondo el problema antes de intentar resolverlo. • Paso tres. Pregunte: ¿Cuáles son las posibles soluciones? Evite la tendencia natural, de la mayoría de seres humanos a saltar de la definición del problema a una conclusión respecto a una solución de algún tipo. Pregunte siempre: ¿Qué otra solución hay? Aveces, la mejor solución es no hacer nada en absoluto. A veces, la mejor solución es recabar más información. A veces, la mejor solución es comprender que no es un problema de nuestra incumbencia y pasárselo a la persona responsable. • Paso cuatro. Pregunte: ¿QUé debe lograr esta solución? Cuando haya identificado varias soluciones posibles, el único medio para juzgar el atractivo de una de ellas es determinar, por adelantado, qué quiere lograr con esa solución. Seguramente, habrá oído decir que «La operación fue un éxito, pero el paciente murió». Es muy corriente que ideemos una solución y la llevemos a la práctica, pero el problema no sólo no se resuelve, sino que es peor que antes de que hiciéramos nada. Asegúrese de que la solución que elija logrará el propósito que tenía en mente cuando empezó a hacer el ejercicio de búsqueda de soluciones. • Paso cinco. Asigne un responsable específico o asuma usted mismo la responsabilidad de la puesta en práctica de la solución. Cuando haya decidido cuál es la solución ideal, fije una fecha límite para su ejecución. Establezca un baremo que le sirva para determinar si la solución ha sido eficaz. Una discusión encaminada a resolver un problema que no lleva a un acuerdo sobre una solución específica, acompañado de la asignación de responsabilidad personal y una fecha límite, es un problema que volverá a surgir una y otra vez sin resolverse. Practique este método sistemático de enfrentarse a un problema hasta que se convierta en un hábito. Se sorprenderá de cómo llega a ser mucho más efectivo y de lo mucho que mejoran sus resultados usando este método. La llave de la victoria yeléxito Al estudiar las batallas y las guerras habidas a lo largo de los siglos, siempre me han fascinado las situaciones en que una fuerza menor derrotaba a otra numéricamente superior. En todos los casos, lo que descubrí fue que esa fuerza numéricamente inferior estaba mucho mejor organizada, era más metódica y más disciplinada en su plan de ataque y ejecución que la más numerosa y desorganizada. De igual modo, una persona corriente, con un sistema o 264 METAS Libere su creatividad innata 265 receta para resolver problemas, puede superar en mucho a otras personas muy inteligentes o instruidas que se lanzan a solucionar sus problemas sin método ni sistema. Estas dos técnicas, la tormenta mental y el planteamiento sistemático, le proporcionan una tremenda ventaja para dominar los inevitables problemas y dificultades de la vida. Antítelo Asegúrese de reflejar lo que piensa en un papel. Anótelo todo. Sucede algo entre el cerebro y la mano cuando usted escribe. Consigue una mayor sensación de claridad y comprensión respecto a las cuestiones de que se trate. Piensa mejor. Su percepción es más aguda. Realmente, será más hábil y más creativo debido al acto mismo de anotarlo todo sobre la marcha y antes de tomar una decisión. Uno de los ejercicios creativos más potentes que puede practicar se llama «planificar el escenario». Al planificar el escenario, piense varias jugadas por delante en el juego de la vida e imagine qué puede suceder en un momento dado del futuro. Aunque el futuro es, en gran medida, desconocido, ciertas tendencias que tienen lugar hoy continuarán en el futuro. Ciertos acontecimientos que tienen lugar en su entorno afectarán esas tendencias, si acaso no las interrumpen de diferentes maneras. Se producirán, también sucesos totalmente inesperados que le obligarán a cambiar sus planes por completo. RlJlf111R1/8 ado. fII'BI1IIIIIB. Para planificar el escenario, tiene que hacerse dos preguntas. Primera: «¿Cuáles son las tres cosas peores que podrían suceder en los meses o años venideros y que afectarían de forma negativa a mi trabajo o a mi vida personal?» Anotelas. Sea despiadadamente sincero consigo mismo. Niéguese a desear o esperar lo mejor. Por ejemplo, imagine que su mejor cliente cierra la empresa o no puede pagarle los productos o servicios que le ha vendido. ¿Qué haría usted? ¿Cómo reaccionaría? ¿Qué pasos daría para protegerse contra esa eventualidad? A continuación, pregúntese: ~,¿Cuáles son las tres cosas mejores que podrían sucederme en los meses y años veníderos? » Con sus respuestas a esas dos preguntas, puede usar la tormenta mental para prepararse para cualquier eventualidad. Si se trata de un posible revés, pregúntese: «¿Cómo podemos protegernos contra ese contratiernpo?» Genere veinte respuestas a esa pregunta. Si es una posible oportunidad, pregúntese: «i.Cómo podemos aumentar las probabilidades de que esta oportunidad tenga lugar o de aprovecharla tal como es hoy?» Escriba veinte respuestas también a esta pregunta. Cada vez que se haga una de estas preguntas, como si de una chispa eléctrica se tratara, activará ideas e intuiciones. Cuanto más piense en esas cuestiones clave, más activará su mente superconsciente para que le proporcione intuiciones e inspiración que le permitirán aprovechar las oportunidades y evitar los peligros