Vous êtes sur la page 1sur 151

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA MADRE Y MAESTRA

Facultad de Ciencias y Humanidades


Departamento de Humanidades
Carrera de Filosofía

EL PROBLEMA DE LA CIENTIFICIDAD Y LA POSIBILIDAD DE LA


METAFÍSICA EN EL PENSAMIENTO FILOSÓFICO DE KARL POPPER

Trabajo de investigación final presentado como requisito para optar por el


título de: Licenciado en Filosofía

Sustentado por:
Carlos Daniel Richiez Tapia

Asesor:
Pbro. José Apolinar Castillo

Santiago de los Caballeros


República Dominicana
Abril, 2017
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA MADRE Y MAESTRA
Facultad de Ciencias y Humanidades
Departamento de Humanidades
Carrera de Filosofía

EL PROBLEMA DE LA CIENTIFICIDAD Y LA POSIBILIDAD DE LA


METAFÍSICA EN EL PENSAMIENTO FILOSÓFICO DE KARL POPPER

Trabajo de Investigación Final Presentado como Requisito para optar por el


título de: Licenciado en Filosofía

Sustentado por:
Carlos Daniel Richiez Tapia
2013-0702

Asesor:
Pbro. José Apolinar Castillo

Santiago de los Caballeros


República Dominicana
Abril, 2017
EL PROBLEMA DE LA CIENTIFICIDAD Y LA POSIBILIDAD
DE LA METAFÍSICA EN EL PENSAMIENTO FILOSÓFICO DE
KARL POPPER
KARL R. POPPER
(1902-1994)

“Si Dios hubiera querido poner todas las cosas en el mundo desde el principio, habría
creado un universo sin cambio, sin organismos ni evolución, y sin el hombre y la
experiencia del hombre de cambio. Pero parece que Él pensó que es mejor un universo
vivo con eventos inesperados, incluso para él mismo es más interesante que un mundo
muerto”. (K. R. P).
DEDICATORIA

Dedico este trabajo de investigación a todas las personas de buena voluntad, incansables
en la búsqueda de la verdad, humildes en el ejercicio de sus profesiones, y cuya pasión es
tratar de comprender el sentido de su existencia. A los que no tienen miedo de expresar
lo que piensan, a los críticos de los sistemas científicos, sociales, económicos, políticos y
religiosos. A los que pueden ver más allá de lo que le presenta su realidad, los que sueñan
en grande y saben que detrás de la realidad física hay algo más interesante. Pues gracias
a sus aportes es posible la construcción de un mundo mejor, el cual se encuentra inserto
en el interior de un universo que representa aún un misterio para el hombre.

C.D.R.T.
DEDICATORIA A MI MADRE

Carmen Grisel Tapia

Carmen, desde donde quiera que te encuentres, te dedico este primer trabajo de
investigación que he realizado con la ayuda de Dios. Recordarás que desde pequeño una
vez te dije que sería científico, te reíste mucho, me apasionaba mucho la ciencia. Ya luego
mis intereses cambiaron y me incliné por la medicina. Sin embargo, para sorpresa tuya y
de todos, empezando por mí mismo, el Señor me llamó a una misión más grande que
todas esas, a la de ser científico de sus misterios salvíficos, y médico de las almas: ser
sacerdote. Toda una aventura ¿verdad? Recuerdo que al principio no estabas de acuerdo,
pero sé que siempre me apoyabas, de eso estoy seguro. Quiero que sepas que fuiste una
gran madre para mí, a pesar de tus limitaciones. Siempre recordaré el cariño y el amor
que nos dabas, tus abrazos y tus besos. Aunque ya no estés físicamente con nosotros, vives
aquí dentro de mí. Y creo que esa es la forma más grande de eternizarnos en el mundo,
cuando vivimos en el corazón de las personas que amamos. Hoy enaltezco tu memoria, y
serás recordada como una madre que hizo lo que pudo por sus hijos, Leo Omar y Carlos
Daniel. A ti te entrego este trabajo que con esfuerzo y dedicación he realizado. Espero
que el Señor te tenga en un bonito lugar, como esos que te gustaban. Algún día nos
volveremos a encontrar para besarte nuevamente las manos: “La bendición Nany”. Y sé
que me responderás como lo hiciste antes de tu muerte: “Que el Señor te bendiga”.
DEDICATORIA A MI FAMILIA

El lenguaje que se expresa con palabras muchas veces puede externar lo que una
persona lleva en su interior: sus sentimientos, sus pensamientos, su percepción del
mundo, entre otras cosas. Sin embargo, considero que en este contexto lo anterior no
aplica en su totalidad, pues no hay palabras que logren estructurarse de tal forma que
puedan dar a conocer todo lo que quiero decirle a mi familia en estas breves líneas, pero
lo intentaré. Mi familia ha sido un gran sostén para mí a lo largo de toda mi vida, un
apoyo en los días grises de mi existencia y una motivación cuando se han agotado mis
fuerzas en el caminar de estos años. Son ustedes un gran tesoro para mí: Carmen Lugo
Aybar (Aleyda), José Rafael Tapia (Fellito), Leo Omar Reynoso Tapia, Carmen Loraine
Tapia Cedano, Herlin Dinó Tapia, y esa criatura que ya viene en camino, aun gestándose
en el vientre de su madre.

Especialmente a ustedes les dedico este mi primer trabajo de investigación pues han
sido mis primeros maestros, y mis primeros compañeros en el conocimiento de la vida.
Hoy este logro no es solamente mío, también es suyo. En cada una de las palabras que
componen esta tesina, está presente de algún modo todo el apoyo que he recibido de
ustedes. Los amo con todo mi ser. Siempre digo que el tesoro más grande que Dios me ha
regalado es cada uno de ustedes.
AGRADECIMIENTOS

-A la Santísima Trinidad: Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Porque sé que me han


acompañado, y dado las fuerzas para seguir adelante.

-A la virgen María de la Altagracia. Porque eres mi dulce madre espiritual, que desde
la basílica de Higüey, nos bendice a todos.

-A mi familia. Por su apoyo incondicional, y el amor que me han brindado durante toda
mi vida.

-A la Iglesia Católica. Porque la amo y en el seno de la cual he recibido una formación


que me ha hecho encaminar a ser un hombre integral, con una nueva visión del mundo y
de la existencia.

-A mi obispo Mons. Gregorio Nicanor Peña Rodríguez. Por su ejemplo y testimonio,


siendo un verdadero padre y pastor.

-A los sacerdotes que me han acompañado en mi proceso vocacional: Pedro Antonio


Villa Severino; Nicolás Tejeda Tejada; Cristino Guerrero Mercedes; Jorge Dionel
Hernández; Juan De Los Santos; Cristián Mercedes; César Guerrero Mercedes, Cristóbal
Melo, José Alberto Tejada, Vinicio Disla, Kervin Turbit, entre otros.

-Al Seminario Menor San Pablo. Porque fue el primer espacio o más bien el inicio de la
aventura fascinante de la vocación sacerdotal.

-A mis primeros compañeros en el camino vocacional: Santos Bistonz, Zoilo Vilorio


Vázquez, Oscar Abraham Rodríguez, Noé Esteban, Wilman Álvarez, Alejandro Ubiera,
Joandry, Yensil Báez, Jony, Raimer, Delfi y Roalqui.

-Al Seminario Prefilosofado y Filosofado San Pío X. Por los 5 años de formación
humana, espiritual, académica y pastoral recibidos. Porque fuiste el espacio donde pude
madurar y ser el hombre que hoy soy. Siempre te llevaré conmigo, cada experiencia
vivida, los momentos de compartir fraterno con mis compañeros, los consejos tanto de
mis formadores como de mis amigos; los momentos de crisis, de tristeza pero también los
de alegría. Agradezco los espacios donde pude desarrollar el arte, la música, la medicina,
la filosofía y la ciencia. Especialmente quiero agradecer a las mujeres de la cocina, pues
fueron mis madres y amigas, y con su esfuerzo cotidiano hacían posible la marcha de
nuestro seminario en lo concerniente a los alimentos: Norma, Yaqueline y Nena
(Seminario Menor San Pablo). Marisol, China, Irene, Seferina (que en paz descanse),
Isabel, Sandra, Bienva, Orga, Francisca, Fella, entre otras. A los trabajadores del
seminario: Yaqui y Chago (Filosofado San Pío X).

-A mis acompañantes sacerdotes en la formación: Mario Martínez Guerrero; Carlos


Tomás Morel Diplán; Pedro De Jesús Jiménez; Rainer Vásquez; José Apolinar Castillo;
Cruz Osvaldo Santos Cid; José Rafael (Cupa); Roberto Escaño; Vinicio Disla, entre otros.

-A mi asesor en esta tesina: Pbro. José Apolinar Castillo. Gracias por su


acompañamiento sabio, prudente y de interés porque este trabajo fuera lo más objetivo,
lógico y bien estructurado posible. Gracias por sus consejos, y directrices, pues ellos me
han ayudado a desarrollar un perfil más crítico y científico, como estudiante y como
filósofo.

-A mi director espiritual: P. Andrés Amaury Rosario Henríquez. Gracias porque en


sus sabias palabras pude encontrar una motivación al seguimiento de Cristo y de su
proyecto de salvación.

-Al seminarista Rafael Peña. Pues con su disponibilidad, y servicio hizo posible la
impresión de esta tesina. Le estoy profundamente agradecido.

-A mis compañeros del Filosofado San Pío X: Manuel Abud, Yeudi (José María), Juan
Carlos Disla, Narciso Martínez, Jesús Jon, Caori Aquino, Isaías Hernández, Abel Ángeles,
Oscar Almonte, Moisés, Francis Rosario (mi hermano), Patricio Guzmán, Adalberto
Reyes, José Peña, Carlos Lugo, Miguel Pinales (Miguelito), Álbaro Pichardo, entre otros.
-A mis compañeros seminaristas de la Diócesis Ntra. Señora de la Altagracia. Zoilo
Vilorio Vásquez, Oscar Abraham Rodríguez Rondón, Santos Bistons, Jonathan
Rodríguez, Sergio Cordero García, Eduardo de Gracia y Ángel De La Rosa.

-A todos mis profesores. De la escuela Srta. Norma Elena Poueriet: Jaqueline, Dilcia
Paniagua, Eddy, Marý, Mosmery, Isabel del Cristo, Cecilia, Isidro Pereira (Marino),
Dinorah Vargas Rivera, Keila de la Cruz, Ana Acosta y Amada Martínez. También a Doña
Paula y a Andrea. Del Liceo Gerardo Jasen: Violeta, Pablo Ortiz, Jovanny, El “Don”,
Yesenia, entre otros. De la Escuela-Liceo Juan XXIII De La Salle: Amparo Peralta,
Hno. Pedro Orbezua, Hno. Martín Gómez, Nancy, Ana, Pedro Martínez, Zobeida Ogando,
Emeterio, Pacho, entre otros. Del Filosofado San Pío X: Ramira Disla, Carlos Viannel,
Gaby, P. William Árias, P. Wascar Taveras, P. Wilfredo, P. Carlos Santana, Daniel, entre
otros. De la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM): Agustín,
Ramón Viñas, Lilly González, Gema, Yuberkis, Luis Midence, P. Miguel Marte,
Genoveva del Orbe, Ideana, Prudencio, Sócrates, Juan Bartolo Domínguez, Juan Féliz
Alcántara, Juan Zapata, María Irene Danna, Orquídea, y de manera muy especial al Prof.
Ricardo Miniño.

- A mis amigos más cercanos. Ana Danessa Manzueta Marte, Carmen Luisa Segura
Mejía, Katherine Calcaño Gil, Amparo Durán (Jennifer), Carolina Lizaldi, Marlene Esther
Díaz, Pedro Manuel Céspedes, Leticia, Ivonne Gómez, Osmarlin, Darling Rodríguez,
Karlos Daniel, Ramón Ignacio Ureña, José Pulinario, entre otros.

-A mi madrina: Marielena Núñez (Mayeyi). Por el apoyo incondicional que he recibido


de ella en todo este tiempo de formación. ¡Muchas gracias!

-A mis compañeros en esto cinco años de formación: Enddys Leonardo Santana, Félix
Manuel Santana, Moisés Mateo, José Rafael Aquino, Gerson Nuñez, Misael Amparo,
Ubaldo Durán, Eduard De Óleo, Jeremías Abreu, Andy De Jesús Jorge , José Escolástico,
Héctor Núñez, Denny Peña y Stalin Reyes.

-A todas las personas de buena voluntad. ¡Muchas gracias a todos!


ÍNDICE
DEDICATORIA
AGRADECIMIENTOS

INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………………...iii

CAPÍTULO I
EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

1.1 Breve contexto del autor............................................................................................ 2


1.2 El concepto de la ciencia según el justificacionismo ............................................... 6
1.2.1 El neopositivismo lógico y sus teorías fundamentales .......................................... 8
1.2.2 La antimetafísica del neopositivismo lógico ....................................................... 11
1.3 Objetividad científica y convicción subjetiva ........................................................ 13
1.3.1 El método inductivo de la ciencia ........................................................................ 14
1.3.2 Tipos de inducción ............................................................................................... 16
1.3.2.1 Inducción repetitiva o por enumeración ..................................................... 16
1.3.2.2 Inducción por eliminación .......................................................................... 17
1.3.3 La lógica de la justificación inductivista y el argumento de Hume ..................... 19
1.4 Cientificismo y ciencia ............................................................................................. 21
1.5 La falsabilidad como criterio de demarcación ...................................................... 23

CAPÍTULO II
LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

2.1 El problema de la ciencia y de la justificación de la inducción............................ 27


2.1.1 El problema lógico de la inducción de Hume y la respuesta de Popper .............. 29
2.1.2 El conocimiento científico como conjetura y refutación ..................................... 31
2.2 El falibilismo antropológico-científico ................................................................... 32
2.2.1 El método de ensayo y error ................................................................................ 33
2.2.2 La crítica como medio de progreso...................................................................... 35
2.3 El Método deductivo ................................................................................................ 37
2.4 El valor de la humildad intelectual ........................................................................ 41
2.5 La teoría de los tres mundos ................................................................................... 44
2.5.1 Mundo físico ........................................................................................................ 47
2.5.2 Mundo de la conciencia y los sentimientos ......................................................... 49
2.5.3 Mundo de las creaciones humanas....................................................................... 51
2.5.4 Interacción de los tres mundos............................................................................. 54

CAPÍTULO III
LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

3.1 Introducción al Capítulo III.................................................................................... 59


3.2 Realismo metafísico ................................................................................................. 61
3.3 La concepción metafísica de Popper ...................................................................... 65
3.4 Filosofía o metafísica ............................................................................................... 72
3.5 La relación Ciencia-Metafísica ............................................................................... 78
3.5.1 El sentido de la metafísica ................................................................................... 80
3.5.2 Programas metafísicos de investigación para la ciencia ...................................... 82
3.6 Ciencia y humanismo............................................................................................... 86
3.6.1 Relación entre ética y ciencia en Popper ............................................................. 88
3.6.2 Responsabilidad moral del científico ................................................................... 90
3.6.3 La verdad como el valor por antonomasia ........................................................... 92
3.7 El hombre, un ente metafísico ............................................................................... 94
3.7.1 El universo abierto: Situación humana y el mundo natural ................................. 96
3.7.2 En busca de un mundo mejor ............................................................................... 99

CONCLUSIÓN………………………………………………………………………………....ix
APÉNDICE…………………………………………………………………………………….xvi
BIBLIOGRAFÍA...…………………………………………………………………………xxxiii
iii

INTRODUCCIÓN

La cientificidad es un proceso intelectual de búsqueda y acercamiento a la verdad de


las cosas, desarrollada a través del estudio sistemático de la realidad en la que vive y se
desarrolla el ser humano. Se extrae de este ejercicio científico unos resultados analizados
de la forma más objetiva posible, en donde la prueba y el experimento son fundamentales,
pero no poseedores de una certeza absoluta e infalible. La ciencia, por su parte, tiene como
meta su inserción en los componentes de la naturaleza y su posterior dominio sobre ella.
El instrumento más utilizado y conocido por todos los que de un modo u otro han
protagonizado algún proceso académico, es el método científico. Con este instrumento de
verificación conjetural, a través de la formulación de una hipótesis, contrastación
empírica, redefinición de conceptos y las conclusiones que resultan de todo este proceso
se obtiene una verdad científica. Este quehacer de la ciencia es un accionar dinámico,
creativo y abierto, en donde se proponen hipótesis, y se llevan a cabo contrastaciones y
verificaciones, pero siempre dejando el camino abierto a otras interpretaciones y
descubrimientos.

Sin embargo, este proceso científico se encuentra muchas veces viciado cuando se
absolutizan los resultados extraídos del proceder de la ciencia. Así procede el
cientificismo, que no es más que la tergiversación de lo que verdaderamente es la
cientificidad, cuando afirma la prueba con un carácter dogmático; es decir, solo lo que es
susceptible de contrastación empírica, y por tanto, verificable, puede ser considerado
como un conocimiento científico. Así se ha divulgado la ciencia en esta forma
justificacionista, es decir, solo lo que ella puede probar de forma empírica y evidencial es
conocimiento válido y verdadero. Este cientificismo impacta directamente en todo otro
conocimiento que no pase por el tamiz del método científico; y de ese modo, excluye toda
otra forma de investigación, presentándose como un pensamiento único y totalizante.

De este modo, se cierra la posibilidad a un conocimiento extra-empírico o de


concepciones metafísicas. Estos, en muchos casos, hacen posible el desarrollo de la
iv

ciencia, y en otros nunca son “probados”, pero sí tienen en sí mismos mucho sentido,
aunque no sea posible su contrastación con la experiencia.

La metafísica también es vista hoy por el concepto de posmodernismo, como algo


superado, una especie de dogmatismo propio de la Edad Media y de lo religioso. Se
interpreta esta forma de conocimiento como una serie de proposiciones vacías de sentido,
fruto de una mente creativa e ingeniosa, pero totalmente vacía de contenido real. Este es
el error principal en el que puede caer la actividad científica actual, y no solo ella, sino
toda acción intelectual efectuada por el hombre, haciéndose concreto en la exaltación de
una metodología exclusiva y excluyente para la ciencia como la justificacionista o
verificacionista.

En el pensamiento de Karl R. Popper (1902-1994), un filósofo de la ciencia del siglo


XX e iniciador de la reflexión filosófica como tal en el campo de la ciencia, se encuentra
una forma crítica de tratar los problemas del conocimiento científico y su método. Este
pensador vienés es consciente de que el conocimiento humano solo progresa y se
desarrolla paso a paso. Es un constante esfuerzo de la razón por conocer y comprender
cada vez más la complejidad del mundo en el que le ha tocado al hombre desarrollar su
existencia. Sostiene, además, que la ciencia como tal es un proceso constante y sistemático
de ensayo y error en el cual se examinan problemas y soluciones a través de un análisis
crítico y la apertura a nuevas concepciones. Por tal razón, el objetivo general de esta
investigación es analizar el proceder justificacionista de la ciencia por medio del
Racionalismo Crítico de Karl Popper, y de esta manera encontrar en la propuesta
popperiana la posibilidad de una apertura al diálogo ciencia-metafísica.

El presente trabajo se propone comprender las siguientes cuestionantes: ¿cuál es la base


o punto de partida de aquellos pensadores que se circunscriben en una teoría
verificacionista?, ¿cuáles son las razones que opone Popper para refutar tales propuestas
verificacionistas, y por último, ¿cómo se reivindica la posibilidad de la metafísica desde
la racionalidad científica, frente a una concepción verificacionista de la ciencia?
v

Este y otros tópicos han motivado el estudio del planteamiento filosófico, científico y
metafísico del filósofo de la ciencia: Karl Popper. Su propuesta es una defensa de la
racionalidad y la crítica racional, la define como una manera de pensar y de vivir: una
disposición para escuchar argumentos críticos, para buscar los errores propios y para
aprender de ellos. Por su parte, los conceptos de absoluto, totalidad y encerramiento de la
razón, quedan aquí apartados por concepciones que abren el horizonte del conocimiento
humano a nuevas interpretaciones y descubrimientos de la realidad objetiva, por medio de
la ciencia; dichas ideas son desarrolladas a través del Racionalismo Crítico sostenido por
Karl Popper, columna de todo su pensamiento filosófico-científico. No obstante, este
planteamiento puede caer en el error de ser comprendido como la apertura a un relativismo
de la razón, o un escepticismo radical, en donde no hay verdades consistentes ni
paradigmáticas, al menos aparentemente. Sin embargo, es otra cosa muy distinta lo que se
busca.

Se trata, más bien, de encaminar la razón y el quehacer científico a un nuevo plano


ontológico, abrirse a un universo más amplio, y dentro de él, al significado mismo del
hombre. Y es aquí donde es posible el diálogo ciencia-metafísica. En definitiva, el
planteamiento de Karl Popper sobre la cientificidad y su crítica racional, no es más que la
toma del sentido más valioso que posee el conocimiento del que ha sido dotado el ser
humano, teniendo como finalidad su propio desarrollo integral y del entorno en el que
vive y sobrevive, y teniendo como fin la búsqueda de un mundo mejor. Esta debe ser la
meta del quehacer científico de todos los tiempos, estando abiertos a la maravilla del
universo en el que estamos inmersos, donde sea posible el desarrollo de la ciencia y con
ella la de todo el ser humano.

Se puede analizar en el pensamiento de Karl Popper, un interés muy marcado en la


apertura de la ciencia a nuevos universos de análisis e investigación. Él entiende que el
fin de la ciencia no es llegar a encontrar verdades irrefutables, como afirmaban los
positivistas lógicos, sino más bien, la búsqueda incesante y desinteresada de la verdad. El
hombre es para Popper, de esta manera, un ser falible, que comete errores, pero que es
vi

capaz de impulsar estos al descubrimiento de nuevos planos de investigación, que muchas


veces superan lo puramente físico y experiencial.

Karl Popper llama a su pensamiento filosófico-científico como “Racionalismo


Crítico”, pues puso como base de todo su pensamiento, precisamente a la crítica racional.
Se puede decir que el modo de ver a la ciencia a partir de este filósofo toma un nuevo
matiz. La actividad científica no es absoluta ni acabada, es más bien un proceso de
resolución de problemas y la aparición de nuevas incógnitas que ameritan soluciones.
Además, la ciencia debe ser guiada por criterios éticos, siempre acompañada del
conocimiento y de la preocupación por la verdad tan necesaria en la cientificidad actual.

Para alcanzar los objetivos propuestos, la presente investigación se lleva a cabo a través
del análisis de contenido de los textos principales de Karl Popper o fuentes primarias.
También son de gran importancia las referencias de las fuentes secundarias o comentarios
de las obras o autores señalados. Esta tesina está estructurada de tres capítulos, con los
cuales se pretende sistematizar el pensamiento filosófico-científico de Karl Popper. En el
primer capítulo se analiza la concepción justificacionista de la ciencia. Además, se
desarrollan las teorías fundamentales del neopositivismo lógico y del Círculo de Viena,
así como su ataque contra la metafísica. Es de esta forma de pensamiento que Popper parte
para hacer su crítica a la metodología científica, y dota de sentido a las proposiciones
extra-empíricas.

De igual modo, se describe el método inductivo implementado por la ciencia, sus tipos,
y su aplicabilidad a los problemas científicos. Se busca también realizar la diferencia
entre lo que es ciencia y el cientificismo, siendo este último una actividad errada de lo que
verdaderamente es una ciencia abierta y sujeta a la crítica racional. Este proceso lleva a
lograr en primera instancia una demarcación, entre lo que es ciencia, y la metafísica, por
medio de la teoría que propone Popper, la falsabilidad. Todo lo anterior va introduciendo
al pensamiento fuerte de nuestro filósofo de la ciencia: su Racionalismo Crítico, el cual se
patentiza en el capítulo siguiente.
vii

El segundo capítulo presenta la respuesta crítica-racional de Popper respecto de la


cientificidad, su Racionalismo Crítico. Este pensador austriaco entiende que el
justificacionismo fundamentado en el método inductivo no puede ser tomado como punto
de partida en el proceder de la ciencia, sino que más bien esta debe ser guiada por el
método deductivo, a través del cual el hombre inventa teorías y las contrasta entre sí. Por
otro lado, se desarrolla aquí el planteamiento epistemológico de Popper, el cual defiende
la tesis del falibilismo antropológico, el conocimiento como una gama de conjeturas y
refutaciones, y por último, la invención de una ciencia basada en el método de ensayo y
error siendo la crítica racional su garantía de progreso. Hay que destacar el pensamiento
emergentista y evolucionista de Popper, para el cual la realidad se estructura de tres
mundos, el Mundo físico o Mundo 1; el Mundo de la conciencia o Mundo 2; y el Mundo
de las creaciones e invenciones humanas o Mundo 3.

El Racionalismo Crítico de Popper es una respuesta a la cientificidad de su época, la


cual sentaba sus bases sobre el justificacionismo verificacionista, y lo que escapara de esto
era considerado como un conocimiento no científico. Aquí radica la eliminación de la
metafísica para los partidarios de esta forma de pensamiento, por carecer de contrastación
empírica. A pesar de que la propuesta popperiana da sentido a tales formas de
conocimiento (metafísica), no se puede distinguir a cabalidad que Popper fuera un
metafísico. Sin embargo, a pesar de la falta de sistematización de una metafísica en el
pensamiento de Popper, esta es posible y de hecho es tan importante para el filósofo de la
ciencia, que muchas veces la cataloga como la que dirige el proceder de la ciencia, la que
le muestra el camino que debe seguir. Esto lo hace a través de sus llamados “programas
metafísicos de investigación”. Es, precisamente, tal problemática lo que se articula en el
tercer y último capítulo de este trabajo de investigación.

La metafísica pasa de ser un cúmulo de proposiciones sin sentido (como defendían los
neopositivistas lógicos), a tener tanto sentido para la ciencia que ya no resulta tan fácil
con Popper, lograr una demarcación precisa entre lo puramente científico y lo metafísico.
Esto gracias a que la relación ciencia y metafísica es tan estrecha como la existente entre
viii

el hombre y su consciencia. Es el ser humano el que hace la ciencia, el que crea soluciones
a los problemas de su existencia, es el que siempre va en camino de alcanzar la verdad,
aun sabiendo que nunca llegará a poseerla en su totalidad. Este ente es una existencia que
se desarrolla en la frontera de lo físico y metafísico.

En definitiva, es el hombre, quien con su facultad de la razón, los valores que lo guían,
y la fe que pone muchas veces en la ciencia, va constantemente en la búsqueda de un
mundo mejor. Sin embargo, esta meta del sentir más profundo del ser humano, solo es
posible encontrarla haciéndose él mismo consciente de que vive en un mundo físico, real,
concreto, pero incapaz de agotar su existencia en sí mismo. Es aquí cuando se hace
necesaria la trascendencia del hombre, entender que esta realidad que le ha tocado vivir
es un enigma aún sin resolver y que es su misión encontrarle sentido a su existencia. No
son los seres humanos, un simple producto de una evolución, una consecuencia de un azar
un poco generoso, unos seres físicos capaces de agotarse en la materialidad. El hombre
tiene algo más que eso, es consciente, inteligente, capaz de darse valor a sí mismo y a
otros de su misma especie, y además, tiene fe, fuerza esta capaz de encontrar la Verdad
que tanto busca más allá de lo físico, concreto y aparente; y por tanto, metafísico.
CAPÍTULO I

EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA


CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

1.1 Breve contexto del autor

Karl Raimundo Popper nace en la Viena de principios del siglo XX, el 28 de julio del
año 1902, en Himmelhof, del distrito de Ober St1. Esta fue una época de convulsiones
sociales y políticas relevantes. Su padre, el Dr. Simón Sigmund Karl Popper, era abogado
por la universidad de Viena, y de quien recibió su primera formación intelectual; y su
madre, Jenny Popper, se desempeñaba como maestra de música. Ya desde muy temprana
edad se le notaba una gran preocupación por la situación de extrema precariedad
económica que experimentaban muchas familias vienesas, junto al futuro desesperanzador
de los que como él, empezaban a vivir. Esto fue consecuencia de la influencia que ejercía
el accionar de su padre, quien en silencio, sin dar mucha promoción de lo que hacía, pasó
mucho tiempo de su vida ayudando y protegiendo a las personas más necesitadas de su
pueblo.

Popper empezó a cursar sus estudios universitarios en plena adolescencia, a la edad de


16 años, acabada la Primera Guerra Mundial. Se vivía un ambiente donde la comida y la
ropa eran piezas de un gran valor y privilegio, no todos tenían acceso a ellas, por los
efectos colaterales dejados a su paso por la guerra. Debido a la amistad que desarrolló con
varios de sus amigos y por la moda de aquel entonces, empezó a ser partidario de la
filosofía de Marx2. Dividió su tiempo de estudiante con el de trabajador manual. Es allí,
en un taller, donde empieza a crear su propia forma de pensar. Este trabajo lo llevó a otro
más riguroso y complejo, el de cavar carreteras; ejercicio este que le dejó cansado y sin
fuerzas. Inició, de esta manera, una fuerte crítica frente al marxismo, pues empezó a ver
esta ideología como una ingenuidad utópica; sin embargo, continuó asistiendo al partido,
aunque tiempo después abandonó tal corriente de pensamiento.

1
Cfr. K. R. POPPER. Búsqueda sin término. Una autobiografía intelectual. Editorial Tecnos, Madrid, 1977.,
p. 13.
2
Cfr. Ibid, p. 18.

2
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

En el año 1919, un famoso científico de su tiempo realizó una gran hazaña: la


predicción de un eclipse3, y detrás de este hecho le otorgó a la ciencia una nueva teoría de
la gravitación. Esta teoría representó un progreso con respecto a la diseñada por Newton
tiempo atrás. Su actitud crítica se fundamenta aún más, con este acontecimiento, y dirige
su mirada al campo de la ciencia y su despojo de verdades absolutas y dogmáticas. El
justificacionismo verificacionista no tendrá aval como metodología científica, sino, que
más bien, dirige su crítica a los partidarios de esta forma de pensamiento: los
neopositivistas y en política, contra el totalitarismo utópico de personalidades como Marx,
Freud y Adler.

El filósofo vienés, en su etapa de juventud, se desempeñó también como aprendiz de


un ebanista muy culto en la sabiduría de la vida. Popper llega a decir que este le enseñó
más epistemología que la aprendida en un salón de clases, y la enseñanza más grande que
pudo darle fue muy parecida a la filosofía socrática, la que decía que el ser humano ignora
más de lo que sabe. Esta se convirtió, para Popper, en la frase representativa de toda su
filosofía, y llama luego a la ciencia como la búsqueda incesante e interminable de la
verdad. En sus estudios universitarios, tuvo la oportunidad de recibir cursos de Psicología,
Literatura, Medicina, Historia, Filosofía, Física y Matemáticas. Esta última era su gran
pasión, pues veía en ella los patrones de verdad y falsedad para entender el universo.

Tiempo después de sus estudios en la universidad, Popper se dedica a trabajar con niños
de la calle4. Sin embargo, tampoco esto le resulta y decide retirarse y aislarse un poco para
dedicar tiempo a sus estudios personales. Lee y reflexiona a partir de los escritos de
filósofos como Platón, Hume, Kant, Tarski, entre otros. Ya para los años 1929 y 1930, ha
elaborado una serie de escritos, los cuales no tenía en mente publicar. En estos, realiza
una fuerte crítica a los neopositivistas y su criterio de demarcación de la ciencia,
sosteniendo que esta carecía de un juicio más profundo.

3
Cfr. Ibid, p. 50.
4
Cfr. Ibid, p. 96.

3
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

En ese mismo año, Popper contrae matrimonio con una joven austriaca y pasa a
desempeñar sus quehaceres intelectuales como docente en una escuela5. Al año siguiente
fue invitado por el famoso Círculo de Viena, que más adelante se retomará nuevamente,
y es así como su pensamiento va tomando fuerza entre los intelectuales de Viena, y más
aún del Círculo. En 1934 publica su obra, Logik der Forschung (Lógica del
Descubrimiento)6. En los años siguientes, y después del efecto de su obra filosófico-
científica, se convirtió en un conferencista, y comenzó a recibir invitaciones de
universidades de gran renombre en toda Europa, especialmente en Suiza e Inglaterra. En
este accionar conoció a varios filósofos, matemáticos y científicos de gran fama en su
época. Se puede mencionar a B. Russell, Ayer y otros.

Más tarde, con los rumores de una Segunda Guerra Mundial y la amenaza alemana a
Austria, Popper decide irse a Nueva Zelanda en 1937. Ya instalado en su nueva vida, se
dedica a dar clases como físico teórico. Escribe, además, varios artículos que luego se
convertirán en su obra Miseria del historicismo. Para los años 1945-1947, decide, por una
invitación realizada por la London School of Economics and Political Science, trasladarse
a Inglaterra. Su nuevo trabajo aquí fue el de conferencista. Siendo una de las más famosas,
la que sostuvo con Wittgenstein, en el Moral Sciences Club (Club de Ciencias Morales),
de Cambridge. Allí también, tuvo un diálogo con B. Russell.

“Las condiciones del tiempo de guerra continuaban aún vigente cuando salimos a
Nueva Zelanda, y se ordenó que nuestro barco navegara rodeando al cabo de Hornos. Ello
nos dio la oportunidad de disfrutar de un panorama fantástico e inolvidablemente bello.
Llegamos a Londres a principios de enero de 1946, y comencé a trabajar en la London
School of Economics”7.

5
Cfr. Ibid, p. 109.
6
Cfr. Ibid, p. 114.
7
Ibid, p. 162.

4
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

En 1950 viaja a Estados Unidos8, a la ciudad de New York, con el objetivo de dictar
varias conferencias. Al retornar elabora un escrito de ampliación de la Lógica de la
Investigación Científica que llevó por nombre: Post Script, que alcanzó la publicación en
1982. Es organizado en tres volúmenes, uno en cada año, desde el 1982 hasta el 1984. Se
titulaba: Post Scriptum, a La Lógica de la Investigación Científica. El 1963 escribió su
obra Conjeturas y Refutaciones, donde aborda más extensamente su teoría de la
falsabilidad. Los años siguientes representaron para Popper el desarrollo de grandes
críticas a su pensamiento, especialmente el de la falsación. Para 1972, publica su obra El
conocimiento objetivo, donde postula su teoría de los tres mundos: el físico o de
experiencia; el de la razón o de los conceptos mentales; y el síquico o subjetivo.

Desde muy temprana edad, la vida de Popper fue marcada por la Primera Guerra
Mundial, teniendo este acontecimiento una gran incidencia en la formación de su
pensamiento posteriormente: “[…] este hecho le imprimió a mi vida intelectual una
actitud crítica con respecto a las opiniones aceptadas, especialmente las opiniones
políticas […]”9. Popper no solo centró su atención intelectual en el problema del
conocimiento y la ciencia, sino que los problemas sociales, la desigualdad, la opresión y
la necesidad de la democracia, fueron para él ejes primordiales en el desarrollo de su vida
hasta su muerte en Londres el año 1994, a la edad de noventa y dos años.

El siglo XX como tal fue el mentor de su pensamiento filosófico, pues este fue marcado
con importantes acontecimientos para Europa y toda la humanidad; el apogeo y el
derrumbe del socialismo, el ascenso y derrota del fascismo, los procesos económicos que
tuvieron un importante desarrollo junto a la industrialización capitalista. También fueron
de gran importancia, los cambios intelectuales y científicos que tomaban lugar en relación
con la revolución técnico-científica. Puede afirmarse con este último hecho, que fue para
Popper su centro de interés y en él concentrará más adelante todo su potencial crítico y

8
Cfr. Ibid, p. 171.
9
K. R. POPPER. Búsqueda sin término. Una autobiografía intelectual. Editorial Tecnos. Madrid, 1985., p.
19.

5
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

científico. La vida de Karl Popper fue una constante reflexión filosófica sobre los
problemas que siempre le habían interesado, como los de la verdad y el error en el
conocimiento científico, la objetividad, la verificabilidad, las teorías y el progreso
científico.

1.2 El concepto de la ciencia según el justificacionismo

El primer paradigma de progreso de la ciencia, sostenido por las teorías científicas


postuladas en el siglo XX, es el del concepto de “justificación” o “justificacionismo”. Este
sustenta el supuesto de que todo conocimiento que tenga como origen lo científico, tiene
su consistencia en la prueba. Si se quiere la aprobación de una teoría como científica, esta
debe ser probada y verificada, es decir, comparar las proposiciones formuladas con la
realidad. Aquí es posible captar, casi de inmediato, una tendencia heredada del
pensamiento aristotélico-tomista. Para el filósofo y teólogo Tomás de Aquino, la verdad
era la "Adaequatio rei et intellectus”10, es decir, la correspondencia entre la cosa conocida
y el concepto producido por el intelecto. Esta concepción fue reformulada en el siglo XX
por Tarski11, quien tuvo una gran influencia en Karl Popper, y fue conocida como la teoría
semántica de la verdad.

Los partidarios del justificacionismo postulan que la honestidad intelectual, tiene como
enunciado fundamental que no se afirme nada sin antes ser probado. Y esto, hasta cierto

10
“Adecuación del intelecto con la cosa”. Tomás, juntamente con otros Escolásticos, atribuye falsamente
esta definición al filósofo judío Isaac. Cf. MucxLE, «Isaac Israeli’s Definition of Truth»: AHDLM 8 (1933)
5-8. Dedúcese más correctamente de la Metaph. de Avicena I c.9 (f.74raA), como dicen expresamente
GUILL. ALVERN., De universo I 3 e.26 (ed. Opera omnia, París 1674) 795 y ALBERTUS, Super Sent. I
d.46 a.11. (“Verbo Encarnado”, revista de filosofía. Santo Tomás, De la Verdad. Nota 35). Acceso: 30 de
marzo 2017. 8:28 am.
11
Para entender el concepto popperiano de verdad, hay que tomar en consideración el encuentro de Popper
y Tarski. Es explicado en su autobiografía intelectual: Unended Quest. En este texto explica que, “Cuando
en 1935 me explicó Tarski (en el Volksgarten, de Viena) la idea de su definición del concepto de verdad,
comprendí cuán importante era, y que Tarski había rehabilitado finalmente la tan vejada teoría de la verdad
como correspondencia que, pienso yo, es y ha sido siempre la idea racional de verdad”. (K. R. POPPER.
Búsqueda sin término. Una autobiografía intelectual. Editorial Tecnos. Madrid, 1985. p. 134).

6
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

punto, tiene mucha veracidad, pues el conocimiento como tal debe ser evidenciado en la
realidad. Sin embargo, con esta presunción de encontrar verdades totalmente cimentadas
en la verificación, ¿no se tenderá a una especie de dogmatismo con la excusa de un saber
científico? O más bien, ¿no será este método justificacionista la causa del estancamiento
de la ciencia al poseer verdades irrefutables? Es entonces cuando tiene lugar una reflexión
más seria sobre el verdadero proceder de la ciencia.

Esta reflexión crítica surge gracias a un movimiento intelectual de principios del siglo
XX en Viena, capital de Austria, el Círculo de Viena, y a la posterior crítica que le hizo
su principal opositor, llamado Karl Raimundo Popper. Se podría decir que Popper es el
fundador de la filosofía de la ciencia como tal. El llamado “Círculo de Viena” fue un grupo
formado por intelectuales, entre ellos, científicos, matemáticos y logicistas. Estos se
dedicaron a la construcción de una ciencia unificada o Einheitswissenschaft12, bajo el
manifiesto: la concepción científica del mundo. Sus lineamientos principales eran los
siguientes13:

1- constitución de una ciencia unificada, que abarcase todos los conocimientos


proporcionados por la física, las ciencias naturales, la psicología, etc.;
2- el medio para lograr dicho propósito debía consistir en el uso del método de análisis
lógico elaborado por Peano, Frege, Whitehead y Russell;
3- los resultados de la aplicación de ese método al material de las ciencias empíricas se
podían contemplar: a) en la eliminación de la metafísica; b) en la clarificación de los
conceptos y de las teorías de la ciencia empírica, así como de los fundamentos de la
matemática.

En estos principios se puede distinguir el radical empirismo del Círculo de Viena y el


análisis lógico del lenguaje científico. Aquí se encuentra la antesala de las dos grandes
labores que se propusieron estos pensadores vieneses: una ad intra de la ciencia y otra ad

12
Einheitswissenschaft: “Ciencia unificada”, del idioma alemán.
13
G. REALE Y D. ANTISERI. Historia de la Filosofía III, Del Romanticismo a nuestros días. Editorial Herder.
Barcelona, 2010., p. 120.

7
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

extra. La ad intra radica en intentar la unificación de todo el conocimiento científico


convirtiéndolo en proposiciones procedentes de la observación. Por otra parte, la obra ad
extra es una disputa reñida y directa en contra de la metafísica. En definitiva, para el
Círculo, la ciencia es, principalmente, un cúmulo de proposiciones que tienen como fin su
unificación y su verificación, expresándolas en un lenguaje original y objetivo. Este grupo
de intelectuales representaron para Popper el inicio de su pensamiento filosófico-
científico, en torno a la crítica a sus postulados neopositivistas y neoempiristas.

Sin embargo, en muchas ocasiones se ha tildado a Popper como miembro activo del
Círculo de Viena, y más aún como partidario de su pensamiento, sin embargo, esto es
falso. El mismo Popper reconoce que tuvo una gran amistad con algunos miembros de
este movimiento, pero expresa que no participaba de sus encuentros y de su filosofía:
“nunca fui miembro del Círculo de Viena, de los positivistas lógicos”14. En este sentido,
Popper se convirtió, según Otto Neurath en la oposición oficial del Círculo con la
publicación de su obra “La Lógica de la Investigación Científica”15. En ella realiza una
crítica al método inductivo de la ciencia, y un acercamiento de esta con las concepciones
metafísicas: “[…] al rechazar el método de la inducción, podría decirse, privo a la ciencia
empírica de lo que parece ser su característica más importante; esto quiere decir que
hago desaparecer las barreras que separan la ciencia de la especulación metafísica
[…]”16.

1.2.1 El neopositivismo lógico y sus teorías fundamentales

El neopositivismo lógico es el movimiento filosófico que dio origen a la crítica por


parte de Popper a la metodología de la ciencia. La obra Logik der Forschung, fue escrita,
específicamente como una crítica a esta forma de pensamiento extraída del positivismo de

14
K. R. POPPER. En Busca de un Mundo Mejor. Editorial Paidós. Barcelona, 1994., p. 228.
15
La Lógica de la Investigación Científica es traducción de la Logik der Forschung, publicada en Viena en
el otoño de 1934.
16
K. R. POPPER. La Lógica de la Investigación Científica. Editorial Tecnos. Madrid, 1980., p. 33-34.

8
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

Augusto Comte. Para entender el concepto “Positivismo” utilizado por Comte, como
columna de todo su pensamiento, y posteriormente, como fundamento del
justificacionismo científico, es menester hacer una definición general del concepto
“Positivo”.

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, “el término


“Positivo” viene del latín “Positivus”, y significa: cierto, efectivo, verdadero y que no
ofrece duda”17. En esta misma línea lo asume Comte, pues al implementarlo lo que busca
es sacar a la sociedad del engaño, como él mismo dice de la infancia del conocimiento en
la que se encuentra sumergida, y elevarla a lo verdadero, lo seguro, que no es más que la
realidad concreta. Por otro lado, “positivo es lo que se opone a lo negativo, que es la
carencia o privación de alguna cualidad, en este sentido, significa lo real y concreto,
sobre todo medio, frente a lo real y absoluto”18.

El neopositivismo lógico parte del positivismo comtiano pero posee su propio matiz.
Para el primero sólo tienen sentido las proposiciones que pueden verificarse por medio de
la experiencia. De esta forma, sólo tienen carácter científico las proposiciones que se
pueden someter o representar en un lenguaje “fisicalista”, es decir, los conocimientos de
la física, geología, historia, química, geografía, entre otras. Por tanto, todo conocimiento
en el que se pueda verificar proposición-realidad, es científico. Estas son las líneas
fundamentales de la filosofía neopositivista19:

1) el principio de verificación constituye el criterio distintivo entre proposiciones con


sentido y proposiciones sin sentido, (…);
2) basándose en ese principio, sólo tienen sentido las proposiciones que pueden verificarse
empírica o fácticamente, esto es, los enunciados de las ciencias empíricas;
3) la matemática y la lógica constituyen únicamente conjuntos de tautologías, estipulados
de forma convencional e incapaces de decir algo sobre el mundo;

17
REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA. (RAE). Diccionario digital, Madrid, 2017.
18
M. M. HALDER ALOIS: Breve Diccionario de Filosofía. Edición Herder. Barcelona, 1976., p. 356.
19
G. REALE Y D. ANTISERI. Op. Cit. p. 120.

9
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

4) la metafísica, junto con la ética y la religión, al no estar constituidas por conceptos y


proposiciones verificables de modo fáctico, son un conjunto de problemas aparentes
(Scheinfragen) que se basan en pseudoconceptos (Scheinbegriffe).
5) la labor que debe realizar el filósofo serio consiste en un análisis de la semántica (la
relación entre lenguaje y realidad a la que se refiere aquél) y de la sintaxis (relación
recíproca entre los signos de un lenguaje) del único discurso significativo: el discurso
científico;
6) por tanto, la filosofía no es una doctrina, sino una actividad: actividad clarificadora del
lenguaje.

Popper muestra su rechazo a estos postulados, en especial a su modo de concebir la


filosofía, su metodología científica y el sinsentido de la metafísica que sustenta el
neopositivismo lógico. A partir de aquí, Popper desarrolla una metodología del
conocimiento científico diferente a la anterior. Formula una epistemología científica,
realiza una demarcación entre ciencia y pseudociencia, y define con más profundidad su
actitud teórica y filosófica, la cual tiene su culmen en su Racionalismo Crítico, compendio
de toda su filosofía.

Todo el trabajo de Popper es una construcción hipotética-filosófica y de epistemología


de la ciencia. Junto a esto desarrolla una clara y profunda argumentación en contra del
positivismo. Se define a sí mismo como “[…] antiinductivista, antisensacionalista,
defensor del primado de lo teórico y lo hipotético; realista […]”20. El conocimiento para
él crece, es un constante esfuerzo de la razón de conjeturas y refutaciones. Todo
conocimiento de la ciencia que se quiera encerrar en una simple relación entre las
proposiciones y los objetos de estudio, y que quiera sostener este método como el único
capaz de dar objetividad a la ciencia, cerraría las posibilidades de un conocimiento mayor
o no definible por la ciencia empírica, como sería el caso de la metafísica.

20
K. R. POPPER. En busca de un mundo mejor. Op. Cit. p. 122.

10
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

1.2.2 La antimetafísica del neopositivismo lógico

La característica por excelencia que representa la posición del neopositivismo lógico


es su ataque exacerbado en contra de todo postulado extra-empírico o metafísico. Al
sustentar su propuesta verificacionista, el conocimiento de realidades metafísicas queda
desplazado por su imposibilidad de sometimiento a pruebas de carácter empírico. Es
entonces cuando se lleva a cabo la demarcación entre proposiciones con sentido
(científicas), y proposiciones sin sentido (metafísicas). Esto es criticado por Karl Popper,
quien propone una nueva demarcación entre las proposiciones científicas y metafísicas,
sin descartar de sentido a estas últimas.

El sinsentido de la metafísica, para esta corriente de pensamiento, es posible


encontrarlo también en la influencia del Tractatus logico-philosophicus, de Wittgenstein.
Para este filósofo del lenguaje la mayoría de las proposiciones y de las preguntas que han
sido objeto de investigación por parte de la filosofía, no son falsas, sino carentes de
sentido. Sin embargo, en una nota que realiza Popper en su obra Conjeturas y
Refutaciones, cuando argumenta críticamente sobre el sinsentido de la metafísica para los
verificacionistas y su carencia de significado, expresa lo siguiente:

“Carnap y el Círculo de Viena atribuyeron a Wittgenstein el sinsentido de las


proposiciones metafísicas, pero es mucho más vieja. La teoría se remonta a Hobbes, por
lo menos; y en la forma llamada en el texto “condición (a), la cual afirma que las palabras
que pretenden denotar entidades inobservables no pueden tener ningún significado, ya fue
clara y lúcidamente utilizada por Berkeley (y otros nominalistas)”21.

Algunos partidarios del neopositivismo lógico muestran su crítica a la metafísica. En


el manifiesto del Círculo de Viena escriben lo siguiente: “El objetivo común de todos ellos
(los que se reunían alrededor de Schlick –que fue a Viena en 1922) era no solamente

21
K. R. POPPER. Conjeturas y Refutaciones. El desarrollo del conocimiento científico. Editorial Paidós.
Barcelona, 1994., p. 315.

11
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

lograr una posición libre de metafísica, sino opuesta a ella”22. Schlick, por su parte,
asemeja la “realidad absoluta” o de “ser trascendente”, a estados de ánimo singulares.

En la misma línea, Rudolf Carnap expresa que los metafísicos son músicos sin talento
musical. Relaciona la metafísica también con una especie de sentimentalismo,
consecuencia de la vida misma del ser humano23. Más adelante, Neurath24, opta por un
lenguaje que se estructure libre totalmente de conceptos metafísicos. En definitiva, el
neopositivismo tiene una clara postura en contra de la metafísica, quizás no por su
categoría no empírica o no contrastable con la realidad concreta, sino por su objetivo de
tratar de destruirla, como lo afirma Popper en la Lógica de la Investigación Científica:

“[…] Pero, naturalmente, los positivistas creen que pueden decir de la metafísica
muchas otras cosas, además de que sus enunciados son no empíricos. Las expresiones
“absurdo” y “carente de sentido” comportan una evaluación peyorativa (y se pretende que
la comporten); y, sin duda alguna, lo que los positivistas tratan realmente de conseguir no
es tanto una demarcación acertada como derribar definitivamente y aniquilar la metafísica
[…]”.25

Con esto no es posible reconocer un criterio de demarcación claro en el pensamiento


neopositivista, pues cuando se habla de “demarcación”, esto lleva consigo una doble
estructura, es decir, una división, y claro está deben estar vinculadas dos realidades con
significado. ¿Qué es, entonces, lo que sucede en el caso de la demarcación ciencia-
metafísica del neopositivismo? Siguiendo el pensamiento de Popper, los neopositivistas
lógicos pretenden anular las concepciones metafísicas, y por tanto, se cae en la
inexistencia de una demarcación, y se tiene, más bien, una destrucción de una de las partes

22
C. C. CARMAN. La Filosofía de la Ciencia en el Siglo XX. Buenos Aires, 2007., p. 73.
23
R. CARNAP. La superación de la metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje. Ediciones Ayer, A.
J. (comp.). El positivismo lógico. México, 1965., p.192.
24
G. REALE Y D. ANTISERI. Op Cit., p. 121.
25
K. R. POPPER. Lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p. 35.

12
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

(la metafísica), y en la misma línea, una valoración totalizante de la ciencia como


conocimiento resultante solo de contrastaciones empíricas.

Por otro lado, en el primer volumen de la revista Erkenntnis (“Conocimiento”), medio


de comunicación utilizado por los neopositivistas, Hans Reichenbach, dijo que
“representa un hecho decididamente progresista el abandono de toda metafísica o poesía
en conceptos (Begriffsdichtung), abandono posterior a lo que el mismo Reichenbach
calificó desdivinización (Entgotterung) de la naturaleza”26. Al descalificar una de las
partes sometidas, no es posible la demarcación, sino la marcación de una y el declive de
la otra.

1.3 Objetividad científica y convicción subjetiva

Lo llamado “objetivo” y “subjetivo” dentro de la filosofía ha sido material de análisis


y de discusión, siendo posible extraer de ello diversas conclusiones. Popper se acerca
mucho a la concepción kantiana de estos términos. Por su parte, Kant hace uso de la
expresión “objetivo” para referirse al conocimiento científico, el cual para él debe ser
justificable, aparte de cualquier valoración subjetiva interesada.

Para Kant si algo es válido para quien quiera que esté en uso de razón, entonces su
fundamento es objetivo y suficiente27. Es, pues, objetiva una proposición que sea capaz,
en principio, de ser contrastada y comprendida por cualquier persona. Sin embargo,
Popper, sostiene que las teorías científicas no son completamente justificables o
verificables, pero que sí para ser una teoría científica, debe ser siempre contrastable, o
apta de serlo28. Por lo menos en esta última parte, él y Kant coinciden.

26
G. REALE Y D. ANTISERI. Op. Cit., pp. 121-122.
27
Cfr. K. R. POPPER. Lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p. 43.
28
Cfr. Ibid., p. 32.

13
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

Por otro lado, cuando se habla de una experiencia subjetiva o un sentimiento de


convicción, estos nunca deben tomarse como principio u origen de un conocimiento
científico. Por ecuánime que parezca serlo, un sentimiento de convicción, este no puede
justificar una proposición. En el caso de ser aceptado, se parecería más bien a una
ideología en la ciencia y no a un postulado con carácter científico. Además, se cree dentro
del quehacer científico que ser una voz de autoridad en una materia referente a la ciencia
le otorga a dicho representante la infalibilidad de su subjetividad. Esto es erróneo. Aunque
lo dijera el propio Karl Popper, si la proposición no se ajusta a un determinado grado de
objetividad, y por ende a la posibilidad de ser contrastada, no pasaría de ser simplemente
una hipótesis psicológica.

Se le exige, por tanto, a la actividad científica que en sus enunciados haya objetividad.
De lo contrario, la cientificidad no sería más que una reducción de la verdad a experiencias
subjetivas. Además, el hecho de que los enunciados tengan que ser contrastados, unos a
partir de otros, llevaría a la imposibilidad de enunciados últimos en la ciencia, y en
consecuencia a la invención de un nuevo modelo del quehacer científico.

1.3.1 El método inductivo de la ciencia

El tema de la inducción29 es uno de los problemas fundamentales de toda la filosofía


de Karl Popper. Él mismo cree haber resuelto este problema. Y junto a él, sostiene la
crítica a toda una creencia en el método que caracterizó el proceder de la ciencia de más
de dos milenios. Sustituye este método por otra concepción nueva, o más bien novedosa,
la cual es para el filósofo vienés el verdadero método de la ciencia: el deductivo.

“Creo que he resuelto uno de los mayores problemas filosóficos: el problema de la


inducción. (He debido hallar la solución hacia el año 1927, más o menos). Esta solución,

29
La inducción como método no debe confundirse con la inducción como forma de razonamiento o de
inferencia.

14
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

que ha resultado ser de gran fecundidad, me ha permitido resolver otros muchos problemas
filosóficos”30.

La base de la ciencia de todos los tiempos ha sido el método inductivo. Sin embargo,
Popper busca señalar otro camino a la cientificidad de su época. Si la ciencia es la garantía
más segura de acercamiento a la realidad que interpela al ser humano, esta debe ser lo más
fiel posible a una explicación de los fenómenos de forma objetiva. Para él la inducción no
cumple con esto. Por tanto, hay que reflexionar críticamente el proceder de la ciencia
inductivista; y de ser posible, implementar un cambio de metodología, que en el caso de
Popper es la deductiva. La inducción, declara el filósofo vienés, posee en sí misma una
gran debilidad, pues la hipótesis que se formula conforme a su proceder, corre siempre la
posibilidad de ser falsa.

Al proponer una teoría o un postulado procedente de una verificación singular, esta


estará sometida a las categorías de tiempo y espacio. Popper propone un ejemplo para
explicar su hipótesis:

“[…] demos por supuesto que nadie ha encontrado un cisne negro, y por tanto, se
desprende de aquí que todos los cisnes son blancos. Si una comunidad científica, decide
formular a partir de esto un enunciado universal “Todos los cisnes del mundo son
blancos”, y tiempo después se descubra una familia de cisnes negros, o más bien, que en
algún lugar de la tierra, no muy explorado, surja un cisne de color negro, la teoría anterior
queda, por tanto, refutada”31.

Esto demuestra que el método inductivo para la ciencia no le concede ningún


conocimiento seguro y estable. Seguir este camino no es diferente del representado por un

30
K. R. POPPER. Conocimiento Objetivo. Un enfoque evolucionista. Editorial Tecnos, Madrid, 1992., p. 15.
31
K. R. POPPER. El mito del marco común. Editorial Paidós. Barcelona, 1994., p. 108.

15
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

nigromante que conoce lo que pasará en el futuro, y sabe con seguridad que su teoría está
justificada.

1.3.2 Tipos de inducción

Anterior a Popper, el término “inducción” como método se había utilizado en dos


sentidos: la inducción repetitiva o por enumeración y la inducción por eliminación. Ambas
concepciones son refutadas por él. Sostiene que ninguna de estas puede dar una buena
fundamentación a la ciencia, por su fallo en el principio en el cual se basan, buscando
leyes universales a partir de enunciados singulares. Esto puede parecer muy racional y
lógicamente posible, sin embargo, no es así; pues nunca hay garantía de que al elaborar
una teoría con X cantidad de experimentos positivos, el siguiente revele el mismo
resultado de los anteriores32.

1.3.2.1 Inducción repetitiva o por enumeración

La inducción repetitiva o por enumeración es aquella que se sustenta en observaciones


que se repiten a menudo, y de las cuales surge, entonces, una generalización realizada por
la teoría. La validez de este tipo de inducción se cae por sí misma, pues un número de
observaciones similares de una teoría científica no puede concluir que el resultado del
ejercicio realizado es indubitable y absoluto. Por ejemplo, se realiza el siguiente
experimento33: se coloca un recipiente con agua a hervir, se observa que al llegar a los 100
grados centígrados, esta empieza a evaporarse. Este experimento se repite una cantidad
considerable de veces. El resultado es el mismo, el agua hervirá a esa temperatura.

De acuerdo a la inducción repetitiva, ya esto es suficiente para sostener la teoría de que


siempre el agua alcanzará su proceso de ebullición a los 100 grados centígrados. Sin

32
Ibid.
33
Este ejemplo fue elaborado por el autor de este trabajo de investigación.

16
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

embargo, Popper afirma que la cantidad de repeticiones similares no garantiza que


siempre el resultado será el mismo. Puede darse el caso que en el Polo Norte, debido a la
peculiaridad del ambiente, el agua comience a evaporarse a otro nivel de temperatura, y
en este caso la teoría sea refutada. Por tanto, este tipo de inducción queda excluido como
método concluyente de la ciencia. Esta valoración, hasta cierto punto, puede poner en
duda el quehacer de la ciencia y las conclusiones a las que ha llegado en muchas de sus
teorías, fuertemente sustentadas en este principio de repetición o enumeración.

1.3.2.2 Inducción por eliminación

El método de la inducción por eliminación es aquel que se fundamenta en la


eliminación o refutación de las teorías falsas. Esta metodología podría confundirse con la
que propone Popper con su teoría crítica de la falsabilidad. Sin embargo, al analizarla a
profundidad, se logra descubrir las diferencias que tienen ambas. Popper expresa que
Bacon y Mill, junto a otros propagadores de este método de inducción, pensaban que al
eliminar todas las teorías falsas, quedaría como resultado la teoría verdadera. Lo que al
parecer resulta bastante aceptable. No obstante, estos no tomaron en cuenta que la cantidad
de teorías disidentes es infinita, aunque se tome solo una porción de teorías sometidas a
la experimentación34.

El hecho de no existir en la ciencia un número limitado de conclusiones o soluciones


lógicas para un determinado problema, es de gran interés para la filosofía de la ciencia.
Es, precisamente, esta situación que hace interesante a la filosofía, y más aún a la ciencia.
Como lo dice el propio Popper, “es una de las cosas que hacen de la ciencia la
emocionante aventura que es”35. A la vez que le otorga a la cientificidad su característica
principal: el descubrimiento de nuevas realidades en lo que se pensaba que estaba

34
G. REALE Y D. ANTISERI. Op. Cit., p. 147.
35
K. R. POPPER. El mito del marco común. Op. Cit., pp. 108-109.

17
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

determinado. Es decir, descubrir nuevos mundos detrás del mundo de la experiencia


ordinaria.

1.3.3 La lógica del descubrimiento inductivista

Si el proceder de la ciencia inductivista se basa en la obtención de enunciados


universales o leyes generales a partir de enunciados singulares, entonces, ¿cómo se lleva
a cabo el accionar científico aplicado a los descubrimientos de leyes, teorías o la relación
causal de los fenómenos? Hay que remontarse a Bacon en el siglo XVI y sus
“Tablas de Investigación”, y a J. S. Mill en el siglo XIX y sus cánones. Según estos dos
pensadores, la metodología a utilizar por el hombre de ciencia debe ser situada al siguiente
procedimiento36:

(1) Observar y registrar fielmente, sin preconcepciones ni prejuicios, todos los hechos
relacionados con el fenómeno de estudio (o realizar experimentos cuyo objetivo es obtener
observaciones controlables y medibles en alguna área semidesconocida);
(2) Analizar y clasificar los hechos observados (de nuevo, sin la interferencia de ideas o
teorías previas);
(3) Derivación inductiva de generalizaciones a partir de (2), por ejemplo, si se ha
observado que el objeto A se presenta constantemente acompañado de la propiedad B,
derivar la generalización: todos los A tienen la propiedad B. En otras palabras, inducir
una generalización a partir de los hechos observados;
(4) Comprobación o verificaciones posteriores de las generalizaciones, esto es, confirmar
la generalización buscando más observaciones que concuerden con ella. Si se tiene éxito
en esto, se ha logrado descubrir una ley de la naturaleza.

Este es otro ejemplo del quehacer de la ciencia inductivista. Por su parte, es bien claro
que Popper no acepta tal método, para él no existe de ninguna manera una técnica de
obtención de ideas nuevas por medio de la inducción. Cualquier descubrimiento contiene
en sí mismo, un “elemento irracional” o “intuición creadora”. Siguiendo a Einstein, quien

36
C. VERDUGO. La filosofía de la ciencia de Popper. Estudios públicos. Ensayo. Stanford, 1996., p. 4.

18
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

es citado en varias ocasiones por Popper en la Lógica de la Investigación Científica, él


sostiene que en la búsqueda de las leyes universales es posible, a partir de estas, tener una
imagen de la realidad del mundo por pura deducción. No hay, por tanto, un camino trazado
y bien estructurado, como pretende la inducción, sino que estas leyes generales o
universales se logran alcanzar por pura intuición, afirmada en algo parecido a una
introyección de los objetos de la experiencia subjetiva. Aquí ya comienza a verse el
método por el cual opta Karl Popper para el quehacer de la ciencia: el deductivo.

1.3.3 La lógica de la justificación inductivista y el argumento de Hume

El proceder de la ciencia de todos los tiempos debe tomar en consideración hasta qué
punto las teorías que sostiene como verdaderas realmente lo sean. Esta es, precisamente,
la preocupación de Karl Popper, como filósofo de la ciencia: ¿en qué se fundamenta la
justificación de la ciencia en creer que una ley dada sea verdadera? O expresado de otra
manera, ¿hay una argumentación válida que permita al hombre de ciencia pasar de
enunciados observacionales simples o singulares, a leyes o enunciados universales,
postulando una teoría científica en donde abarque también los casos no observados? Entra
aquí el problema de la inducción expuesto por Hume37 en el siglo XVIII. De esto Popper
dice38:

i) Indicó (Hume), que hay innumerables regularidades (aparentes) en la naturaleza


sobre las cuales todo el mundo confía en la práctica, y muchas leyes universales
de la naturaleza aceptadas por los científicos, que tienen la mayor importancia
teórica.
ii) Trató de mostrar que cualquier inferencia inductiva, cualquier razonamiento desde
casos singulares y observables (y su ocurrencia repetida) a cualquier cosa como
regularidades o leyes, tiene que ser inválida. Cualquier inferencia de esa índole,
trató de mostrar, no puede ser ni siquiera aproximada o parcialmente válida. No

37
Cfr. La crítica de la inducción de Hume, aparece por primera vez en su Treatise on Human Nature, Libro
I, Parte III, sección VI. Oxford, 1927.
38
K. R. POPPER. Realismo y el objetivo de la ciencia. Post Scriptum. Lógica de la Investigación Científica.
Editorial Tecnos. Madrid, 1985., p. 71.

19
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

puede ser ni siquiera una inferencia probable: tiene, por el contrario, que ser
totalmente infundada y siempre continuará siéndolo, por grande que sea el número
de casos observados.

Según Popper, con esto Hume trataba de demostrar la imposibilidad de un


razonamiento válido, desde lo simplemente conocido a la inaccesibilidad de lo no
conocido, de lo que se ha puesto a prueba en la experiencia concreta, o de lo que no se ha
experimentado. Por numerosos y diversos que sean los casos que se han observado, no
debe, a partir de esto, establecerse una ley general. O como dice Hume, por muchas veces
que se experimente la salida y la puesta del sol, (como inicio del día y término de la noche,
y viceversa), respectivamente, no es suficiente para postular una regularidad o ley de la
salida y la puesta del sol39.

Popper aceptó las consideraciones de Hume contra la inducción, aunque luego realiza
una síntesis de su problema lógico de la inducción, que consiste en un choque entre “el
principio de la no validez de la inducción y el principio del empirismo”40. (Esta
problemática se abordará en el segundo capítulo junto a la respuesta de Karl Popper a esta
aparente contradicción de Hume). Este, según Popper, ha manifestado terminantemente
la imposibilidad de verificar una ley general sobre la base de enunciados singulares. Si
esto es admitido por el pensamiento popperiano, entonces, ¿cuál es la propuesta nueva o
más bien novedosa de Popper al proceder de la ciencia? ¿Sobre qué base esta debe
fundamentarse para no caer en un escepticismo total? Y por último, ¿qué papel desempeña
la metafísica en el quehacer científico?

39
D. HUME. Tratado de la naturaleza humana. Biblioteca de Autores Clásicos. Madrid, 2001., p. 91.
40
Principio de la no validez de la inducción. No puede haber razonamiento válido desde enunciados de
observaciones singulares a leyes universales de la naturaleza y, por tanto, a teorías científicas. Principio del
empirismo. Exigimos que nuestra adopción y nuestro rechazo de las teorías científicas dependa de los
resultados de la observación y el experimento y, por tanto, de enunciados de observaciones singulares. (K.
R. POPPER. Realismo y el objetivo de la ciencia. Op. Cit., p. 72).

20
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

1.4 Cientificismo y ciencia

El cientificismo, en este contexto, es una filosofía que hace del método de las ciencias
de la naturaleza la forma más valiosa del conocimiento. Consiste en una conjetura
metodológica por la cual se estima que una ciencia concreta es el modelo para todas las
ciencias. El método científico, para un cientificista, posee determinadas características: no
es una forma de conocer mediante conjeturas o hipótesis refutables; sino: a) un modo
inductivo de conocer, b) determinista y c) verdadero, por basarse en d) la uniformidad de
la naturaleza.

“La inducción dice en lo esencial que no hay nada nuevo. Si he visto un millón de cisnes
blancos puedo confiar en que todos los cisnes sean blancos... La inducción intenta afirmar
que siempre fue así y así seguirá siendo. El futuro será parecido al pasado. El principio
creativo, por el contrario, sostiene que el futuro no será como el pasado”41.

Por su parte, la ciencia no es el único modo de conocer ni encierra en sí toda la realidad.


La ciencia hace conjeturas acerca de la realidad. Se puede intentar que algunas cosas,
formas de conocer y proceder, sean cada vez más racionales, pero no podemos intentar
racionalizar la totalidad de las vidas individuales; esto es una empresa no muy factible,
pues sería caer en el irracionalismo; es parte del racionalismo cuando el ser humano
reconoce sus propios límites. Se considera, entonces, que la grandeza del hombre, en todas
sus dimensiones, tiene lugar cuando reconoce que es un ser finito, y por tanto, limitado.
Al tener esto claro, se hace posible el verdadero objetivo de la ciencia, sin “ismos”, la cual
será siempre un procedimiento de búsqueda y de nuevas alternativas para la solución de
problemas.

41
W. DARÓS. El concepto filosófico de ciencia según Popper en Revista Rosminiana. Madrid, l983, F. III,
pp. 257-271.

21
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

Los problemas, para Popper, son el punto de partida del quehacer científico. “La
ciencia, sostiene, siempre empieza y termina con problemas”42. Esto es contrario a los
que plantean que la ciencia tiene su origen en la observación. Por otro lado, se define un
problema en la filosofía popperiana como una expectativa defraudada, la cual aparece
cuando el conocimiento se ve en dificultades, y por tanto, incompleto. Analizándolo desde
una perspectiva lógica, un problema es una contradicción entre enunciados establecidos,
un choque de expectativas o hipótesis con otras expectativas o realidades factuales.

Por ejemplo, Isaac Newton representó una gran inspiración para Popper. Pues al
analizar su teoría gravitatoria, esta no surgió porque a Newton le pareció observar y
determinar una nueva concepción del mundo, sino que este parte desde las investigaciones
realizadas anteriormente, en especial por las leyes de Kepler y la de Galileo, para intentar
solucionar los problemas que estas originaban. Solo se entiende la teoría de Newton, según
Popper, a partir de las dos anteriores. Y este es el proceso por el cual se dirige la ciencia.

De aquí, entonces, se desprende la concepción de una ciencia, cuya meta es tratar de


explicar una realidad más acorde con la verdad de sus enunciados, partiendo siempre de
los problemas anteriores. Los problemas, por tanto, según esta manera de proceder
científico, son siempre previos a las teorías. El método científico de Popper se puede
resumir así: a) lo primero que hace el hombre de ciencia es seleccionar un problema
interesante o importante para la ciencia; b) lo siguiente es proponer una solución conjetural
a la problemática planteada, en la forma de una hipótesis o teoría científica; c) a
continuación, se procede a criticar la hipótesis o teoría lo mejor posible, por medio de
contrastaciones; d) y si, finalmente, la teoría resiste este procedimiento, se postula como
verdadera, por lo menos, provisionalmente.

42
Revista “Apuntes de Filosofía”: Popper y el fundamento científico., p. 2.

22
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

1.5 La falsabilidad como criterio de demarcación

La crítica de Karl Popper a la manera de construir el conocimiento en la filosofía por


los integrantes del Círculo, junto con su postura frente a la reflexión científica, va
dirigiendo al filósofo vienés a desarrollar sus ideas acerca de la metodología y la lógica
del conocimiento que utiliza la ciencia. Pero una de sus tareas principales es lograr una
demarcación entre ciencia y pseudociencia, y definir de forma clara su llamado
racionalismo crítico, culmen de toda su filosofía. Popper admite que este es el eje
primordial sobre el cual gira todo su pensamiento. Además, cuando se refiere al
racionalismo, este es para él una oportunidad para el hombre de ciencia aprender por
medio de la crítica de otros, y de la autocrítica.

Un racionalista, en la filosofía popperiana, es una persona que resalta el aprendizaje


por encima de la razón. Está abierto a la opinión de los demás, pero con una actitud crítica
y analítica. Deja sus ideas a la crítica de los otros y él mismo es un crítico de las ideas
ajenas: “[…] aquel que cree que sólo la discusión crítica puede darnos la madurez
necesaria para contemplar una idea en más y más aspectos y así juzgarla justamente”.
[…]”43.

El criterio de demarcación sostenido por Popper lo declara como un juicio para


identificar y apartar el conocimiento científico de aquel que escapa a la contrastación
empírica; en aceptar los hechos que puedan comprobar, contradecir y falsar la teoría
sostenida en la acción de resolver un problema. Su teoría de la falsabilidad es la propuesta
popperiana de demarcación dirigida al proceder científico, y sobre todo una expectativa
de la ciencia en la búsqueda del conocimiento. Según el pensamiento del filósofo
austriaco: en la acción del hombre de ciencia para brindar de su conocimiento estudios
estructurados lógicamente, y en el planteamiento de proposiciones contrastadas
minuciosamente, o igualmente en la enunciación de conjeturas o procedimientos

43
K. R. POPPER. La Responsabilidad de Vivir. Editorial Paidós. Barcelona, 1995., p. 137.

23
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

hipotéticos, que luego sean sometidos a la contrastación empírica, es allí donde tiene lugar
precisamente la lógica de la investigación científica44.

Cabe destacar que Popper, con su criterio de demarcación, no rechaza de forma estricta
un sistema de enunciados metafísicos, sino que tan solo lo distingue de las ciencias
empíricas. Esta aclaración es de suma importancia, porque la elaboración posterior
realizada por el filósofo de un sistema metafísico no es contradictoria con la aplicación y
defensa del criterio de demarcación. Esto aparece claro cuando expresa en la “Logik der
Forschung”:

“No considero que haya de oponerme en derribar la metafísica, sino, en vez de


semejante cosa, en formular una caracterización adecuada de la ciencia empírica, o en
definir los conceptos de “ciencia empírica” y de “metafísica” de tal manera que, ante un
sistema dado de enunciados, seamos capaces de decir si es asunto o no de la ciencia
empírica el estudiarlo más de cerca”45.

En la misma línea, se sostiene que en ningún caso se considera que el criterio de


demarcación tenga como finalidad la exclusión de las proposiciones metafísicas. Por
tanto, la invención de esta propuesta no está en contraposición con la cientificidad que
sostiene Popper. Esta labor de la ciencia a pesar de concentrarse en la experiencia, no
descarta la importancia que poseen los conocimientos que escapan de esta, y que de este
modo no pueden ser susceptibles de una contrastación empírica, pues son proposiciones
metafísicas.

“Ni siquiera llego a afirmar que la metafísica carezca de valor para la ciencia empírica.
Pues no puede negarse que, así como ha habido ideas metafísicas que han puesto una

44
Cfr. K. R. POPPER. Lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p. 16-17.
45
Ibid, p. 37.

24
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA

barrera al avance de la ciencia, han existido otras, tal el atomismo especulativo, que la han
ayudado”46.

Se deja ya entrever aquí que los conceptos metafísicos poseerán algún tipo de
funcionalidad para el conocimiento científico, pues ya se indica que han existido sistemas
tales que han ayudado al crecimiento de dicho conocimiento. Este punto es importante, ya
que Popper postulará más adelante que su propuesta metafísica podría servir de ayuda
relevante a la interpretación correcta de los problemas suscitados por las teorías científicas
más fundamentales de la actualidad, pues estos conocimientos extra-empíricos pasan de
ser simples enunciados con sentido a convertirse en paradigmas de investigación
científica. Para el filósofo vienés, de una forma u otra, considera que las ideas
especulativas se hallan insertas a lo largo de todo el proceso del conocimiento científico.
Incluso llega a sostener que es casi imposible cimentar una ciencia al margen de los
conocimientos hipotéticos y especulativos, los cuales después de atravesar un análisis
crítico se convierten para Popper en una metafísica razonable, lógica y capaz de ofrecer
un horizonte más amplio para la ciencia.

De esta manera, la ciencia con Popper expande su campo de estudio, pues no se limita
simplemente a la justificación verificacionista. Adquiere, en consecuencia, un sistema más
completo al dotar de sentido a las proposiciones extra-empíricas. Y será esta apertura el
comienzo de la construcción de una cientificidad más consistente, pues se fundamentará
tanto en la realidad física como en la realidad metafísica.

46
Ibid, p. 38.

25
CAPÍTULO II

LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL


POPPER
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

2.1 El problema de la ciencia y de la justificación de la inducción


Si la implementación del método inductivo no es factible para la ciencia, y esta a su
vez no se dedica a la justificación de las experiencias, el conocimiento, por tanto, que
proviene de ella no será absoluto ni acabado. Siguiendo la filosofía popperiana, la ciencia
no puede ser simplemente un conjunto de proposiciones de validez y certeza absolutas,
verdaderas e infalibles. Si esto se da, ya no sería ciencia, sino un dogma. No se puede
hablar de ciencia en mayúscula, o como un saber irrevocable, sino que será ahora ciencia
en minúscula, como un saber siempre en búsqueda y abierto a toda probabilidad: “La
ciencia no es un sistema de enunciados seguros y bien asentados, […] Nuestra ciencia no es un
conocimiento (episteme): nunca puede pretender que ha alcanzado la verdad, ni siquiera el
sustituto de esta que es la probabilidad”47.

De aquí que el nuevo método que plantea el filósofo austriaco es el método de la


contrastación deductiva, que más adelante se desarrollará con más ahínco. Con esta no
busca tampoco convertir a la ciencia en un saber incuestionable, sino más bien conjetural.
Al plantear esto, se ve a un Popper que no renuncia a la objetividad, ni mucho menos al
desvelamiento de la verdad, sin embargo, sí renuncia a un cientificismo absoluto. Existe
el equivocado pensamiento de que el hombre de ciencia debe ser el receptáculo que
contiene la verdad irrefutable: “Pues bien, precisamente la conciencia de esa falibilidad de la
ciencia es lo que distingue al científico del cientificista. Porque si algo puede decirse del
cientificismo es que se trata de una fe ciega, en la ciencia. Y esa fe ciega es algo ajeno al verdadero
científico”48.

La cientificidad es obra de hombres comunes y corrientes, que al igual que todos,


poseen una de las características más importantes de la raza humana: la falibilidad. Y si la
ciencia es obra de hombres, no de extraterrestres con súper poderes, ella también puede y
debe fallar. Forjar la idea de una ciencia perfecta con una exactitud inigualable es un gran

47
K. R. POPPER. La lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p. 259.
48
K. R. POPPER. El porvenir está abierto. Editorial Tusquets. Barcelona, 1992., p. 65.

27
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

peligro para ella misma. Esta acción desencadena consecuencias catastróficas para el
proceder científico, pues otorga a los protagonistas de la ciencia sentimientos o más bien,
actitudes de pasividad e inconformidad. Al estar las leyes ya dadas, y totalmente
justificadas en la experiencia, no surgen otras cuestionantes acerca de estos mismos
problemas, y su relación con un universo, que para el hombre es aún un misterio por
descubrir. No imagina, por tanto, nuevas hipótesis, novedosas y creativas. Popper, de esta
manera, no acepta la precisión y certidumbre como características fundamentales de la
ciencia:“Así, no tengo fe en la precisión: creo que la simplicidad y la claridad son valores en sí
mismas, pero no que la precisión o la exactitud sea un valor en sí misma. La claridad y la precisión
son objetivos y diferentes y, a veces, incluso incompatibles”49.

La postura de Popper frente a la ciencia puede compararse con la de un viajero amante


de las aventuras, para el cual la única forma de dilucidar la realidad es por medio de ideas
intrépidas, las anticipaciones carentes de justificación y las proposiciones simplemente
especulativas. Todo eso debe someterse a la principal aventura: la refutación, incursionada
en el amplio juego de la ciencia50. Al no estar nada seguro en el quehacer científico, eso
hace de la cientificidad una acción dinámica y creativa, sin determinaciones ni caminos
perfectamente trazados, como pretende el inductivismo. Y esto tampoco debe llevar a un
escepticismo en la ciencia, sino más bien a un proceso abierto en el que sea posible un
acercamiento más completo a la verdad, y esto que quede bien claro, un acercamiento no
una posesión.

Esta ha sido una forma de introducir en el planteamiento de Popper, y que lleva por
nombre Racionalismo Crítico. Es la respuesta de un filósofo de la ciencia a la cientificidad
de su época, y podría extenderse a la de todas las épocas, si se tiene como punto de partida
la crítica racional de lo racionalmente admisible, como teoría científicamente sostenible.
De esta manera, el proceder de la ciencia en la perspectiva popperiana pasa del método
teoría-justificación o verificación al método conjetura-refutación. Se introduce el término

49
K. R. POPPER. Realismo y objetivo de la ciencia. Editorial Tecnos. Madrid, 1985., p. 47.
50
K. R. POPPER. Lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p. 261.

28
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

falsabilidad como característica fundamental de toda teoría de la ciencia, y como crítica


severa a todo postulado neopositivista y empirista.

2.1.1 El problema lógico de la inducción de Hume y la respuesta de Popper

Hume se había concentrado en la cuestión del conocimiento humano o, como él lo dice,


en el problema de si las creencias humanas (o al menos algunas de ellas) se pueden
justificar con razones suficientes51. Formuló dos preguntas: una lógica (HL) y otra
psicológica (HPS), teniendo en consideración que sus respuestas chocaban entre sí de algún
modo. La pregunta lógica es la siguiente: “HL ¿Cómo se justifica que, partiendo de casos
(reiterados) de los que tenemos experiencia, lleguemos mediante el razonamiento a otros
casos (conclusiones) de los que no tenemos experiencia?” 52. La respuesta que se
desprende por parte de Hume es la negación de que existe una justificación válida, aunque
haya un número considerable de repeticiones.

La pregunta psicológica es la siguiente: “HPS ¿Por qué, a pesar de todo, las personas
razonables esperan y creen que los casos de los que no tienen experiencia van a ser
semejantes a aquellos de los que tienen experiencia? Es decir, ¿por qué confiamos tanto
en las experiencias que tenemos?”53. Hume responde que esto es posible por la costumbre
o hábito; en otras palabras, por el condicionamiento que determina al ser humano
proveniente de las repeticiones y el mecanismo de asociación de ideas, aspecto este último
que es casi inherente , según Hume, a la vida misma de los hombres. Entonces, a partir de
esto, ¿en qué consiste el problema de la inducción de Hume?

El problema lógico de la inducción sostenido por Hume ya está planteado en las dos
preguntas anteriores y sus respectivas respuestas. Sin embargo, en otras palabras, se puede
decir que este consiste en el choque entre el principio de la no validez de la inducción y el

51
Cfr. D. HUME. Enquiry Concerning Human Understanding. L.A. Selby-Bigge, Oxford, 1927., p. 56.
52
K. R. POPPER. Conocimiento objetivo. Un enfoque evolucionista. Op. Cit., p. 17.
53
Ibid, p. 18.

29
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

principio del empirismo, una aparente contradicción. El primero niega la posibilidad de


tener algún conocimiento desde observaciones singulares a leyes universales; mientras
que el segundo parece suponer que sin inducción no se puede tener conocimiento
científico.

Estas conclusiones llevaron al propio Hume al escepticismo y a la creencia en la


irracionalidad. Convirtió su pensamiento en una “fe irracional”54. Terminó con este
choque a través de su renuncia al racionalismo. Postuló, además, Hume, que todo el
conocimiento de leyes procede de la observación, es decir, por inducción, y concluyó que
hay que basarse más en la asociación, en el hábito que proviene de la repetición, antes que
fundarse en la razón55.

Popper acepta las dos posturas, tanto la del principio de la no validez de la inducción
como la del principio del empirismo. Sin embargo, el filósofo austriaco se diferencia de
Hume en que no desprende de ellos ninguna postura anti-racionalista. Afirma, además, la
compatibilidad de ambos principios, pero agrega otro a estos dos para lograr su
consistencia. Este es el siguiente: “Exigimos que nuestra adopción y nuestro rechazo de
teorías científicas dependan de nuestro razonamiento crítico (combinado con los
resultados de la observación y el experimento.)”56. Este es el principio en el cual se
resume toda la filosofía de la ciencia de Popper: el Racionalismo Crítico; el cual tiene
como base fundamental la concepción de que las teorías postuladas por la ciencia solo
pueden ser tentativas, es decir, que son solo hipótesis, suposiciones o conjeturas.

54
Es importante tomar en consideración que esta “fe irracional, es la misma que tiempo después de Hume,
fue acogida por muchos inductivistas desilusionados y otros pensadores, que al no encontrar una
fundamentación válida en lo que creían sostenible por sí mismo, han desembocado su pensamiento en un
irracionalismo.
55
D. HUME. Tratado de la naturaleza humana. Op. Cit., p. 91.
56
K. R. POPPER. Realismo y objetivo de la ciencia. Op. Cit., p. 72.

30
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

2.1.2 El conocimiento científico como conjetura y refutación

Una conjetura es una hipótesis o teoría que aún no ha podido ser comprobada, y para
su contrastación, Popper la completa con la refutación. Este es en pocas palabras el sistema
de este filósofo de la ciencia, para explicar el proceder de la misma. Se elabora una
conjetura que surge por la selección de un problema interesante e importante en el ámbito
de la ciencia, y luego de su contrastación con otros problemas o teorías se procede a su
refutación. Poner argumentos válidos que fundamenten el problema, o que por lo contrario
lo desarticulen, quedando, de esta manera, falseado. En esta actividad el hombre de ciencia
es capaz de aprender de sus aciertos, y también de sus errores. El hecho de ser falible el
ser humano, no quiere decir que este se resigna al escepticismo, pues también este
defiende el progreso de la ciencia y el incremento del conocimiento, esto como resultado
de un aprendizaje procedente de los errores57.

Al criticar y desplazar el método inductivo, resulta, entonces, que solo puede progresar
el conocimiento científico a través de anticipaciones injustificadas y a la vez
injustificables; de hipótesis tentativas y presunciones, y en definitiva, de conjeturas. Estas
últimas, a su vez, son sometidas al riguroso examen de la crítica racional, y a su posterior
refutación. Sin embargo, aunque una teoría pueda pasar la prueba de la crítica, no puede
ser justificada ni establecida como verdadera y carente de toda duda.

“La crítica de nuestras conjeturas es de importancia decisiva: al poner de manifiesto


nuestros errores, nos hace comprender las dificultades del problema que estamos tratando
de resolver. Es así como llegamos a adquirir un conocimiento más profundo de nuestro
problema y a estar en condiciones de proponer soluciones más maduras: la misma
refutación de una teoría —es decir, de una solución tentativa seria para nuestro
problema— es siempre un paso adelante que nos acerca a la verdad. Y es ésta la manera
por la cual podemos aprender de nuestros errores”58.

57
Cfr. K. R. POPPER. Conjeturas y Refutaciones. Editorial Paidós. Barcelona, 1994., p. 13.
58
Ibid.

31
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

Aunque nunca es posible llegar a tener el control de la verdad en todas sus dimensiones,
se puede avanzar a través de procesos, es decir, por medio de las correcciones de los
errores que se encuentran en las teorías científicas. La ciencia, por su parte, debe evitar
enclavarse en la verificación de teorías ya planteadas, más bien debe sustituirlas por otras
teorías que la superen, y que sean modelos a seguir, teniendo como finalidad una
representación más objetiva del amplio mundo de la experiencia. Si existe un método que
sirva como guía al quehacer científico, este es, según Popper, el del sometimiento de las
hipótesis a duros contrastes, para que luego de dicho proceso, se demuestre su resistencia.

Hasta aquí se tiene que “toda teoría científica, para llegar a ser considerada como tal,
debe haber pasado una serie de contrastaciones”59. Y, en consecuencia una metodología
de conjeturas y refutaciones. Tal camino representa, al parecer para Popper, el más
acertado para la ciencia, y el único capaz de mantener vivo su objetivo primordial: la
búsqueda constante y desinteresada de la verdad.

2.2 El falibilismo antropológico-científico

En una época donde en muchos casos prima el irracionalismo, es necesaria la búsqueda


de un conocimiento que sea paradigmático, lejos de ser dogmático. Popper considera al
conocimiento científico como el único posible de tal hazaña. Lo señala como el tipo de
conocimiento mejor y de más importancia que posee el ser humano. Sin embargo, aclara
también que no lo considera el único60. Para él las características centrales del
conocimiento científico son las siguientes61:

“1. Comienza con problemas, tanto prácticos como teóricos. Un ejemplo de problema
práctico de importancia es la lucha de la ciencia médica contra el sufrimiento evitable.
Esta lucha ha tenido un enorme éxito; pero ha dado lugar a una consecuencia imprevista

59
M. A. QUINTANILLA. Introducción a la epistemología de Popper. Editorial Tecnos. Madrid, 1972., p. 82.
60
Cfr. K. R. POPPER. En busca de un mundo mejor. Editorial Paidós. Barcelona, 1996., p. 17.
61
Ibid, p. 17-18.

32
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

muy grave: la explosión demográfica. Esto significa que otro viejo problema ha pasado a
tener una nueva urgencia: el problema del control de la natalidad. (…) Esta es la forma en
que nuestros mayores éxitos abren nuevos problemas.
2. El conocimiento consiste en la búsqueda de la verdad, la búsqueda de teorías explicativas
objetivamente verdaderas.
3. No es la búsqueda de la certeza. Errar es humano. Todo conocimiento es falible y por lo
tanto incierto”.

El que la ciencia sea el camino al conocimiento más objetivo o más seguro de la


estructura real de la naturaleza, y que en algunas medidas sostenga soluciones bien
fundamentadas a los problemas de la vida del hombre, no quiere decir que sus
conclusiones sean indubitables y seguras, pues nunca hay una total certeza de que en el
proceder científico no haya inserta una teoría errada. Y esto es tan importante como
considerar a una teoría como verdadera, cuando realmente no lo es, o en otro casos de
menor ocurrencia, considerar como falsa una teoría que resulta ser verdadera. Es como
estar en el límite de lo verídico y lo falso, y el lugar que se ocupe en uno de los dos será
de vital importancia en el desarrollo de una ciencia más acabada o que intenta serlo. El ser
humano es falible, y por tanto, la ciencia también lo es. Y la metodología o el accionar de
esta será la del método crítico, aquel que es una búsqueda constante de eliminación de
errores siempre al servicio de la verdad.

2.2.1 El método de ensayo y error

La cientificidad tiene como finalidad un acercamiento más completo de la realidad, y


para ello crea o inventa teorías o hipótesis. Estas son entonces invenciones humanas, son
creaciones de la razón humana, y pueden a la vez hacer que el conocimiento avance hacia
el desvelamiento de la esencia de los fenómenos o a la elaboración ficticia de un universo
“X”, entendido como un universo “Y”, esto último a causa del sostenimiento de una teoría
explicativa errada de la realidad. En este proceso es, entonces, donde se aplica el método
de ensayo y error.

33
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

“De tal modo que la tarea del científico no sea verificar un conocimiento, sino más bien
el de falsarlo, es decir, refutarlo mediante la crítica y el método de ensayo y error, en el
cual se demarque lo verdadero de lo falso. Para de esta manera localizar el error,
denunciarlo y transformarlo mediante nuevas teorías e hipótesis en verdades objetivas, que
eliminen la falsedad en las formulaciones científicas”62.

La estructura metodológica de esta manera de proceder de la ciencia, Popper la expone


de una forma muy sencilla, cuando dice que el proceso de investigación implementado
por la ciencia siempre:

“[…] comienza con un problema (P1) al que ofrecemos algún tipo de solución tentativa,
una teoría tentativa (TT); esta teoría es entonces sometida a crítica, en un intento de
eliminación de error (EE); y, como en el caso de la dialéctica, este proceso se renueva a sí
mismo: la teoría y su revisión crítica dan lugar a nuevos problemas (P2)”63.

Expresado de una forma más llana, se puede decir que el conocimiento científico es un
proceso de invención o selección de problemas, de los cuales se concluirá también con
otros problemas. De aquí el carácter de infinitud de este accionar, el cual siempre dará
lugar a nuevos descubrimientos y estos a su vez a nuevas etapas. Popper, a propósito, es
conocido por una famosa expresión que escribió en una de sus obras, la cual dice que el
conocimiento del ser humano es finito, mientras que su ignorancia es necesariamente
infinita64.

Esto de relacionar el conocimiento con la ignorancia en Popper, no es nuevo en la


filosofía. Ya desde sus inicios estuvo presente esta idea. Sócrates es conocido por muchos,
tanto intelectuales como personas comunes y corrientes, por su famosa frase: yo solo sé
que no sé nada. Con ella afirma que el ser humano que posee realmente la sabiduría no es

62
L. J. ROBLEDO RUÍZ. Karl Popper y la epistemología contemporánea. Revista CEO. Universidad de
Antioquia, 2002., p. 18.
63
K. R. POPPER. Búsqueda sin término. Una autobiografía intelectual. Op. Cit., p. 178.
64
K. R. POPPER. En busca de un mundo mejor. Op. Cit., p. 74-75.

34
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

aquel que se vanagloria con ser sabio, sino aquel que es más humilde y se reconoce como
un ignorante.

El ser humano trata de conocer la compleja realidad que le interpela constantemente y


de la cual solo tiene acceso a una porción, la otra es para él un misterio que espera ser
desvelado. Esta enseñanza socrática es para Popper un paradigma de su pensamiento,
pues reconoce que la verdadera sabiduría solo se encuentra en el reconocimiento de la
ignorancia y las limitaciones del anthropos, de las cuales no puede liberarse aunque lo
intente. El universo, sin tratar de ser pesimistas, siempre representará para el hombre una
constante intriga, una pregunta que busca ser contestada, una isla que busca ser
colonizada, un espacio que busca ser descubierto, en definitiva, un ensayo que pretende
ser falseado, buscando los errores y brindándole a la ciencia una oportunidad de realmente
descifrar el enorme caudal de un universo creativo e indeterminado.

2.2.2 La crítica como medio de progreso

El proceder de la ciencia que postula Popper encuentra su fundamento en el criticismo.


Él es un filósofo ante todo crítico. Solo este proceder puede salvar a la ciencia de caer en
un dogmatismo, o en opiniones de autoridad. Siempre hay que dejar un camino abierto a
la crítica, y por lo tanto a las refutaciones. Para Popper, también la filosofía al igual que
la ciencia puede entenderse como crítica y solo eso, crítica: “Creo que la principal tarea
de la filosofía es especular críticamente sobre el universo y sobre nuestro lugar en él,
incluidas nuestras facultades de conocer y nuestra capacidad de hacer el bien y el mal”65.

Un hombre que opta por el camino de la crítica hace uso de diversos criterios, teniendo
como finalidad central el fundar una teoría científica lo más objetiva posible, pero lejos
de una consistencia o certeza de la verdad. Este ejercicio de la crítica da paso a la invención
de nuevos problemas, no es posible acabar terminantemente con algo en la ciencia, los

65
K. R. POPPER. Búsqueda sin término. Op. Cit., p. 110.

35
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

problemas siguen surgiendo siempre66. En este contexto, Popper aplica el mismo proceder
de la ciencia a la filosofía, diciendo que al igual que la primera, esta por su creatividad
originaria y siempre en desarrollo se convierte en un problematiscismo in infinitum. Si
esta concepción es adaptable tanto para la ciencia como para la filosofía, mucho más lo
será para la metafísica, que el mismo Popper la llena de sentido aunque en última instancia
esta sea irrebatible e indemostrable67.

La crítica es la que permite que el conocimiento científico avance y se supere a sí


mismo constantemente. Ella debe estar siempre en la mente de los hombres de ciencia, e
inserta en sus intencionalidades. El método a seguir por la ciencia se concretiza en la
crítica. El filósofo austriaco postula que no hay ninguna idea por la que se deba dar la
vida, en el sentido de tenerla como paradigma de vida, o como horizonte absoluto. Pues
ella lleva en sí misma la posibilidad de ser falseada en cualquier momento, por medio de
la crítica de sus postulados, es decir, la que debe morir es la teoría no el sujeto que la crea.

El método crítico continuo en la ciencia revela algo más; la imposibilidad de conocer


las esencias de las cosas, o en palabras de Kant, el noúmeno, la cosa en sí. La razón
humana solo tiene acceso, de esta manera, al fenómeno. Si lo primero fuera posible, es
decir, el tener una certeza de lo que realmente son los objetos que capta la mente humana,
no fuera necesaria la crítica, pues se carecería de toda duda y el conocimiento estaría
perfectamente fundamentado. Pero esto no es posible desde la perspectiva del
Racionalismo Crítico de Popper.

Con este pensamiento se hace imposible la captación de la verdad total de las cosas,
solo es posible un acercamiento por medio de la crítica intersubjetiva. Lo interesante aquí
es que en la ciencia, que es el conocimiento más seguro que posee el ser humano, no se
encuentra nunca toda la verdad de un problema; sin embargo, no se puede renunciar a ella,
pues se caería en un irracionalismo. Aunque hay que ver hasta qué punto se puede hablar

66
Cfr. K. R. POPPER. El porvenir está abierto. Op. Cit., p. 182.
67
Cfr. K. R. POPPER. Conocimiento objetivo. Un enfoque evolucionista. Op. Cit., p. 45-46.

36
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

de racional o irracional, ya que en ambos la razón tiene primacía, en la primera como


principio y fin, y en la segunda como principio y eliminación de su participación en el fin
que se busca.

2.3 El Método deductivo

Con el pensamiento de Popper acerca de la cientificidad y de todo lo relacionado con


el proceder de la ciencia, sus métodos, sus fines, sus errores y también sus aciertos, la
ciencia ha experimentado un giro copernicano. Se podría comparar con el giro kantiano68.
La verdad de las cosas no se encuentra en los objetos mismos, es decir, en la realidad
externa al hombre, sino que él mismo es quien se acerca, desde sus categorías humanas, a
las propiedades de las cosas, o más bien al fenómeno. Sin caer en un antropocentrismo
extremo, se puede afirmar, al menos provisionalmente, que la realidad que conoce el ser
humano es la que le permite interpretar sus condiciones puramente humanas. Bien lo
expresaba Protágoras: "El hombre es la medida de todas las cosas”69.

Sin embargo, esta expresión del hombre como medida de todas las cosas, de una forma
muy personal, se puede decir de otro modo: el hombre es quien descubre y crea la medida
a todas las cosas. En otras palabras, es el ser humano quien usando la facultad de la razón
descubre y crea las leyes, teorías y enunciados, a partir de los cuales se logra interpretar
la realidad de la naturaleza del universo. Pero puede surgir una pregunta: ¿cómo explicar

68
Cfr. “El “giro kantiano” es la metáfora con que se alude al cambio radical de perspectiva que supone,
respecto de la filosofía tradicional, el planteamiento general de la filosofía de Kant, y al cual él mismo
alude en el Prefacio de la Segunda edición de la Crítica de la razón pura. El «giro» -término que proviene
de la imagen de las estrellas que giran alrededor del espectador- que Kant es consciente de llevar a cabo
es similar al que hizo Copérnico, quien supone que es el espectador el que gira en lugar de las estrellas. El
giro copernicano de Kant consiste, por consiguiente, en que él cree que la filosofía, para entrar en el camino
seguro del progreso en el conocimiento, ha de hacer lo mismo que hizo Copérnico en astronomía: si éste,
para explicar los movimientos celestes, entendió que era mejor partir del supuesto de que era el espectador
quien giraba, de manera parecida Kant cree que sólo podemos tener un verdadero conocimiento de las
cosas -un conocimiento universal y necesario- si el objeto depende del pensamiento, para ser conocido, y
no a la inversa. Éste es el supuesto de que parte la filosofía trascendental de Kant”. (C. MORATÓ, Y J.
MARTÍNEZ RIU, Diccionario de filosofía Herder, Barcelona, 1991).
69
ARISTÓTELES. Metafísica. Libro undécimo. Cap. 6., p. 152.

37
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

uno de los conocimientos más perfectos con el que cuenta la ciencia, como es el caso de
las matemáticas? ¿Por qué, entonces si las matemáticas son creadas por la mente humana,
se ajustan tan bien a los fenómenos físicos? En este caso, de las matemáticas se puede
decir tanto que son producto de una mente creativa como que son descubiertas, es decir,
que ya estaban en la naturaleza como leyes. Esto, en definitiva, representa aún una
incógnita para la ciencia. Lo que se quiere dejar explícito, es que el ser humano juega un
papel esencial en el proceder científico, más que los objetos mismos de investigación.

De esta manera, ya la ciencia con Popper no se enfoca simplemente en el método


inductivo, es decir, en fundamentar en principio las teorías científicas en la observación y
verificación de casos particulares, para llegar a una ley general. Aunque este sea uno de
los pasos del quehacer científico, no debe ser su punto de origen. El filósofo austriaco
propone un método, que aunque no resulta ser nuevo para la ciencia, sí es novedoso en la
forma en que lo aplica la filosofía científica popperiana. El método deductivo es, según
Popper, una especie de intuición creadora, que permite construir una imagen del mundo
por simple deducción.

“Puede expresarse mi parecer diciendo que todo descubrimiento contiene «un elemento
irracional» o «una intuición creadora» en el sentido de Bergson. Einstein habla de un modo
parecido de la «búsqueda de aquellas leyes sumamente universales... a partir de las cuales
puede obtenerse una imagen del mundo por pura deducción. No existe una senda lógica —
dice— que encamine a estas...leyes. Sólo pueden alcanzarse por la intuición, apoyada en
algo así como una introyección ('Einfühlung') de los objetos de la experiencia”70.

Haciendo una contraposición entre este método y el inductivo, que se fundamenta en


la justificación, se puede sostener lógicamente que toda teoría antes de ser verificada en
la experiencia, ha sido elaborada por la mente humana. El primer paso es un ejercicio
puramente intuitivo, producto de la creatividad de la mente humana. “Podría describírsela
como la teoría del método deductivo de contrastar, o como la opinión de que una hipótesis

70
K. R. POPPER. La lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., pp. 31-32.

38
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

sólo puede contrastarse empíricamente —y únicamente después de que ha sido


formulada”71. Entonces, algo tan importante, como el agente generador de las teorías que
luego se van a contrastar, no fue tomado muy en cuenta en la lógica de descubrimiento
inductivista. Pero ¿cómo llevar a cabo esto de la contrastación de teorías? Como ya se ha
dicho, solo a través del método deductivo, según Popper. Pero surge otra inquietud: ¿por
qué este método? Popper reconoce que “una teoría científica no es nunca verificable en
la experiencia”72. Esto porque toda teoría es abstracta, no concreta. En otras palabras,
ninguna experiencia concreta puede agotar en su totalidad la explicación de una teoría
“X”, claro está, se corrobora en parte o se falsea completamente. Para explicar esto, se
plantea el siguiente ejemplo de la lógica simbólica:

“En este caso b se deduce de t: si t entonces b. Siendo t un enunciado universal y b un


enunciado singular. Si aceptamos la verdad de b, no necesariamente tenemos que inferir la
de t, ahora bien, la falsedad de b puede llevarnos a inferir la de t. dicho en otras palabras:
siempre que llueva sobre esta tierra ella se mojará. Es así que esta tierra está mojada,
luego, no necesariamente ha llovido sobre ella. Ahora bien, si siempre que llueva sobre ella
esta tierra se moja, y esta tierra no está mojada; luego, no ha llovido73.

En el mismo sentido, si una teoría es científica, según el pensamiento popperiano, se


debe contrastar con la experiencia usando el método deductivo. Esto lleva consigo una
deducción de enunciados singulares a partir de lo experiencial. Si las conclusiones que se
obtienen de esta contrastación resultan ser falsadas, la teoría de donde proceden dichas
proposiciones también lo es. Sin embargo, si se concluye lo contrario, y resulta ser
corroborada la teoría en sus enunciados singulares, esta se mantiene provisionalmente,
pero no verificada, como pretendían los partidarios de la inducción. Pues al verificarse

71
Ibid, p. 30.
72
K. R. POPPER. Lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p. 39.
73
H. J. S. DÍAZ. El Racionalismo Crítico de Karl Popper. Tesis PUCMM. Santiago, Rep. Dom., p. 32.

39
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

una teoría en sus enunciados singulares, se pretende que estos últimos revelen todo lo que
la teoría lleva en sí, cuando solo se acercan a una porción de ella.

Tratando el ejemplo anterior, se puede advertir que cuando se realiza la verificación


del consecuente, es decir, del enunciado singular, no se infiere necesariamente la
verificación de la hipótesis. No obstante, cuando se niega el haberse dado las deducciones,
se niega también la teoría originaria de las conclusiones. Aunque se verifique el enunciado
singular, no quiere decir esto que la teoría se ha verificado también completamente. Si se
concluye su corroboración, la teoría será sostenida por la ciencia por un tiempo
considerable, y si por el contrario, es falsada, según Popper, se elimina del proceder
científico.

Esto es criticable, pues el filósofo de la ciencia, al parecer no tomó en cuenta que la


ciencia es hija de su época y por consiguiente, es posible que al contrastar empíricamente
una teoría X, no se contara con el avance tecnológico necesario en los instrumentos
científicos. Sin embargo, hay críticos que sostienen, que Popper a la teoría que es refutada
o falseada, no la elimina de forma total. Pues al igual que es imposible verificar una teoría,
también lo es una falsación final de ella:

“Lo único que pasa es que unos experimentos se ponen en frente de la antigua teoría.
Esta, incluso cuando queda superada, suele conservar su validez como una especie de caso
límite de la misma: Aún es aplicable, al menos con bastante aproximación, en los casos en
los que antes tenía éxito”74.

El método deductivo deja por explícito lo que se planteó al principio de este acápite: la
primacía del hombre sobre el conocimiento frente a su realidad externa. Ambos agentes
son importantes en el desarrollo de la ciencia, pero el hombre y su facultad abstractiva, es

74
Ibid, p. 33.

40
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

el protagonista de la cientificidad. Él es quien crea, y postula las leyes. Luego estas se


someten a su contrastación empírica, pero su punto de origen siempre será el hombre junto
a la facultad que lo distingue y que hace posible la ciencia: la razón.

2.4 El valor de la humildad intelectual

El Racionalismo Crítico propuesto por Popper lleva consigo también el tema de la


sencillez intelectual, la cual debe ser de primordial atención en la cientificidad. Esto frente
a las grandes mentes de la ciencia que se enarbolan a sí mismas como paradigmas y
superiores a los demás seres humanos. Es un grave error ser partidario de tal forma de
pensamiento. La responsabilidad más excelsa de todas la poseen los hombres de cierto
grado de ciencia, ya que estos dotados por la naturaleza de tan grande facultad, están para
instruir a los demás y hacerle a ellos también participes de las explicaciones de los
misterios del universo que son develados por medio de la actividad científica.

“Todo intelectual tiene una responsabilidad muy especial. Tiene el privilegio y la


oportunidad de estudiar. A cambio debe presentar a sus congéneres (o “a la sociedad”) los
resultados de su estudio lo más simple, clara y modestamente que pueda. Lo peor que
pueden hacer los intelectuales, el pecado cardinal, es intentar establecerse como grandes
profetas con respecto a sus congéneres e impresionarles con filosofías desconcertantes.
Cualquiera que no sepa hablar de forma sencilla y con claridad no debería decir nada y
seguir trabajando hasta que pueda hacerlo”75.

En el ser humano es más lo que se ignora que aquello de lo que se tiene certeza y
seguridad. Este no debe creer conocer algo a cabalidad, y nunca debería utilizar palabras
grandilocuentes76. La falsación científica es un ejemplo de esto. La ciencia siempre será
un camino a la verdad, nunca una llegada. De aquí que el hombre protagonista de la

75
K. R. POPPER. En busca de un mundo mejor. Op. Cit., p. 114.
76
Ibid, p. 118.

41
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

cientificidad debe abogar por la humildad, él está inmerso en la investigación de una


realidad cósmica que no creó, y sin embargo pretende comprender.

Un ejemplo de lo dañino de estas pretensiones intelectuales y pomposidad lingüística


de los hombres de ciencia es posible encontrarlo en la filosofía. Hay tantos en la actualidad
que se acercan a ella en busca de soluciones a sus problemas, y de respuestas a las
preguntas más acuciantes de la vida y la existencia; y sin embargo, se encuentran con un
engranaje de “superpalabras” muy difíciles de entender. Es entonces que optan por otros
conocimientos más sencillos y que puedan comprender, desplazando a la filosofía y
estigmatizándola de anticuada, oscurantista e incomprensible.

“Cuando un estudiante llega a la universidad no tiene idea de qué normas debe aplicar, y
por lo tanto adopta las normas que encuentra. Como las normas intelectuales de la mayoría
de departamentos de filosofía (y en particular de sociología) permiten la pomposidad y el
conocimiento presunto (todas estas personas parecen conocer una suerte terrible), se
trastocan por completo incluso las buenas cabezas. Y aquellos estudiantes que se sienten
irritados por las falsas presunciones de la filosofía “dominante” se vuelven oponentes de
a filosofía y con razón. Creen entonces, erróneamente, que estas presunciones son las de
la “clase dominante” (…)”77.

El conocimiento en todas sus dimensiones, pero de manera muy especial en la ciencia,


debe estar inseparable de la posibilidad de un conocimiento distinto al que se tiene. Pues
una vez que se logra creer que posee la verdad absoluta de una realidad “X”, se cierra la
posibilidad a otras interpretaciones de la misma. Y se cae, de esta forma, en una soberbia
intelectual, incapaz de entablar un diálogo con otras mentes brillantes.

Al reflexionar sobre esta temática, Popper se siente movido a citar a Sócrates y sostener
que el hombre verdaderamente sabio es aquel que no se vanagloria en su sabiduría, sino
el que reconoce que no sabe nada. Para Popper, Sócrates es el mayor ejemplo de humildad

77
Ibid.

42
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

y sabiduría78. Éste, a pesar de ser una lumbrera, se consideraba como el hombre más
ignorante de todos en su ciudad. Este es el camino que debe dirigir tanto a la ciencia como
a la filosofía: el reconocimiento constante de la ignorancia y las limitaciones del ser
humano, no para quedarse simplemente en un pesimismo, sino para impulsarse a nuevos
planos de investigación y de nuevos conocimientos.

“Recordemos ahora en la apología de Sócrates un pasaje en donde el maestro trata de


demostrar la procedencia de algunos cargos que en contra de él se argumentaban para
llevarlo a la muerte. Hablando de una experiencia de Querofonte, Sócrates dice:
“Habiendo, pues, ido una vez a Delfos se atrevió a pedir un oráculo sobre lo siguiente; y
os repito, varones, el ruego de que no alborotéis; preguntó, pues, Querofonte, si había
alguno más sabio que yo. La Pythia negó en absoluto que hubiera alguien más sabio que
yo. Y sobre este punto, ya que Querofonte ha muerto, su hermano aquí presente en persona
podrá daros testimonio. (…) “Y durante mucho tiempo anduve desorientado sobre qué es
lo que dice. Después, de muy mala gana, emprendí la comprobación de la siguiente manera:
me dirigí a uno de los que pasaban por sabios a fin de poner a prueba allí, mejor que en
parte alguna, el oráculo y demostrar al oráculo con sus mismas palabras que: este sí es
más sabio que yo, aunque tú dijiste serlo yo”. “Examinando, pues, a este personaje -no es
menester que os diga su nombre; era uno de los políticos, en quien me fijé para tal fin-,
recibí, varones atenienses, la siguiente impresión: me pareció, dialogando con él, que tal
varón parecía sabio a otros y aun a muchos hombres, y sobre todo se lo parecía a sí mismo;
más no lo era en verdad. Intenté entonces demostrarle que él se creía sabio, pero no lo era.
Lo que conseguí fue volverme odioso a él y a muchos de los presentes. Al separarme, pues,
de él, iba pensando para mí: Por cierto que soy más sabio que ese hombre, porque, en
realidad de verdad, me inclino peligrosamente a pensar que ninguno de los dos sabemos
nada ni de bueno ni de bello, mas él cree saber sin saber, mientras que yo, como no sé
nada, nada me creo saber”79.

La modestia intelectual es la que impulsa al hombre a conocer. Este se da cuenta que


de la realidad que le interpela solo conoce una mínima parte, y se lanza en la búsqueda de

78
Estas ideas están plasmadas en todos sus escritos, aunque pueden encontrarse con más exactitud en su
discurso con motivo del Doctorado Honoris Causa de la universidad complutense de Madrid.
79
H. G. DUQUE. El criterio de demarcación entre la ciencia y la metafísica entre Popper y Sócrates. Dossier.
Filosofía de la Educación., p. 3.

43
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

nuevos conocimientos. De aquí que la ciencia ofrece constantemente nuevos


descubrimientos, en el ámbito del espacio exterior, como del universo interior del ser
humano, que es aún más misterioso y fascinante. Solo así se logra el progreso de la ciencia,
es un conjunto de conjeturas que se acercan a la verdad. Esto lo constata Popper cuando
cita al poeta y bardo Jenófanes, quien un siglo antes de Sócrates y quinientos años antes
del nacimiento de Cristo escribía:

“Pero por lo que respecta a la verdad certera, ningún hombre la ha conocido, ni la


conocerá; ni acerca de los dioses, ni tampoco de todas las cosas de las que hablo. E incluso
si por azar alguien pronunciase la verdad perfecta, él mismo no lo sabría: pues todo no es
más que una tela tejida de conjeturas. (…) Los dioses no revelaron, desde los comienzos,
todas las cosas a nosotros; pero en el curso del tiempo, podemos aprender buscando, y
conocer mejor las cosas”80.

La ciencia es la búsqueda de lo desconocido para el ser humano. En este accionar el


hombre se encuentra como un niño a quien el mundo le parece tan extraño, y pregunta
constantemente sobre el porqué de las cosas. Solo encontrará respuestas en la medida en
que no se crea saberlo todo y tenerlo todo seguro. De vez en cuando el asombro ante
realidades comunes y conocidas puede llevarlo a encontrar verdades desconocidas.

2.5 La teoría de los tres mundos

El ser humano lleva dentro la preocupación por el conocimiento en todos los sentidos.
Al ver un fenómeno de la naturaleza no se queda indiferente, él representa para el hombre
una motivación para incursionar todas sus energías a tratar de comprenderlo y buscarle
una explicación, en este caso, científica. Es entonces, que ayudado por el lenguaje, intenta
describirlo objetivamente. Sin embargo, este proceso no es una acción al azar, atemporal
e in-espacial. Sino que se circunscribe, por el mismo hecho de existir, en un espacio

80
K. R. POPPER. En busca de un mundo mejor. Op. Cit., p. 62.

44
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

llamado universo, en el cual obtiene significado. En el ámbito filosófico, tiene que ver con
la consistencia de lo real y su clasificación dentro de lo que es comprensible y accesible a
la razón.

Para algunas tendencias filosóficas como la materialista, la realidad es posible


reducirla, simplemente a la materia. Ella es para los partidarios de este pensamiento, por
un lado, el principio o arjé, que es el fundamento de todo lo que existe; y por otro lado, la
realidad última, capaz de explicar con fundamentos sólidos, o más bien concretos (para
hacer más alusión a lo material), todo el sistema estructural de lo existente. En otras
palabras, con la materia empieza y termina todo, es un materialismo totalizante. Otros en
cambio, se encaminan por una fundamentación espiritualista de la realidad, estableciendo
como principio de la realidad, el espíritu. Otras formas de pensamiento filosófico
sostienen que la única realidad en la que se puede confiar es la razón o la crítica, y por
ende son racionalistas o criticistas; y otros más sensibles, se van por la experiencia; y así
sucesivamente.

Ya en la madurez de su pensamiento, Popper postula la realidad de los tres mundos.


Esto no es más que la forma popperiana de estructurar la realidad misma. Es un
acercamiento al misterio del universo, el hombre y la mente humana, esta última con sus
creaciones e invenciones.

“Los términos Mundo 1, Mundo 2, y Mundo 3, se han escogido conscientemente por su


falta de color y por la arbitrariedad. Pero hay una razón histórica para llamarlos 1, 2, y 3:
parece que el mundo físico existió antes que el mundo de los sentimientos animales. Y yo
conjeturo que el Mundo 3 no comienza hasta la evolución de un lenguaje humano
específico”81.

81
K. R. POPPER. El universo abierto. Op. Cit., p. 137.

45
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

Popper sostiene que el primer contenido al que se le da el concepto de realidad lo


constituyen las cosas materiales ordinarias. Esto puede, en principio, parecer que Popper
es materialista, pero no lo es. Este filósofo de la ciencia estima la realidad como un todo
no reducible a lo material, un conjunto de sucesos y procesos. En ese espacio existencial,
“las entidades reales pueden ser concretas o abstractas en diversos grados”82. Lo real,
para este pensador, es todo lo que de alguna forma actúa sobre los objetos físicos; y junto
a estos las ideas y las teorías, a través del hombre que las hace posible, pueden entrar
también en el conjunto de lo real83.

La realidad para Popper es plural, es decir, está compuesta de tres sub-mundos


diferentes en su ontología. La dinámica universal forma parte de lo real, y esta puede ser
conjeturada por la mente humana, la cual la clasifica en tres realidades que interactúan
entre sí constantemente, formando de esta manera el mundo que conocemos o más bien
que intentamos conocer. Para el filósofo austriaco existe una unidad esencial en lo que él
mismo llama los “Tres mundos”84, (Mundo 1 o mundo físico; Mundo 2 o mundo de la
conciencia y los sentimientos; y el Mundo 3 o mundo de las creaciones humanas); es lo
que comúnmente se le llama unidad en la pluralidad.

Esta teoría de los “Tres mundos” hace posible una interacción directa entre lo subjetivo
y lo objetivo; entre la cosa, el pensar y lo creado, esto último consecuencia de la
creatividad humana. Popper sostiene la hipótesis de un universo creador cuando dice:

82
K. R. POPPER. El Yo y su Cerebro. Editorial Labor. Barcelona, 1982., p. 147.
83
K. R. POPPER. Búsqueda sin término. Op. Cit., p. 247.
84
Como “Mundo 1” me refiero a lo que puede llamarse el mundo de la física: de las rocas, los árboles, y
los campos físicos de fuerzas. También incluyo aquí los mundos de la química y la biología. Con “Mundo
2” me refiero al mundo psicológico. Lo estudian los estudiosos de la mente humana, pero también los de la
mente animal. Es el mundo de los sentimientos de temor y esperanza, de las disposiciones a actuar y de todo
tipo de experiencias subjetivas, incluidas las subconscientes e inconscientes. Así, los términos “Mundo 1”
y “Mundo 2” quedan fácilmente explicados. La explicación de lo que llamo “Mundo 3” es un poco más
difícil. Con “Mundo 3” me refiero al mundo de los productos de la mente humana. aunque incluyo las obras
de arte en el “Mundo 3” y también los valores éticos y las instituciones sociales (y así podríamos decir, las
sociedades), me limitaré, principalmente, al mundo de las bibliotecas científicas, a los libros, a los problemas
científicos, y a las teorías, incluidas las erróneas. (K. R. POPPER. El universo abierto. Editorial Tecnos.
Madrid, 2011., p.136).

46
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

“Sugiero que el universo, o su evolución, es creador”85. Este universo es lugar de nuevos


descubrimientos, es un amplio programa de investigación, debido a que siempre están
surgiendo o emergiendo cosas nuevas, que en muchos casos eran simples teorías o
suposiciones científicas y en otros ni imaginadas por la ciencia.

2.5.1 Mundo físico

“El Mundo físico o Mundo 1 está habitado por los objetos físicos y los estados
físicos”86. Esta primera dimensión de la realidad es el mundo concreto, puramente físico
o material. Se puede afirmar desde una perspectiva evolutiva que Popper lo llama de este
modo por ser el primero en emerger o surgir como constituyente del universo. Por su parte,
la ciencia otorga un papel fundamental al Mundo físico, por ser este el de la materia, los
cuerpos sólidos, las fuerzas, y la energía87; los cuales resultan eficientes en una
investigación científica, no como realidades últimas, sino como espacios concretos de
contrastación de las teorías y conjeturas propuestas o creadas por la mente humana.

“Partes de la realidad en la que vivimos hoy son materiales. Vivimos sobre la superficie
de la tierra que la humanidad ha conquistado sólo en fecha reciente, siendo ya octogenario
yo. Sabemos poco sobre su interior, y es preciso subrayar este “poco”. Aparte de la tierra,
existen el sol, la luna y las estrellas. El sol, la luna y las estrellas son cuerpos materiales.
La tierra, junto al sol, la luna y las estrellas, nos da nuestra primera idea de un universo,
de un cosmos. La investigación de este universo es la tarea de la cosmología. Todas las
ciencias sirven a la cosmología. Hemos descubierto dos tipos de cuerpos sobre la tierra:
animados e inanimados. Ambos pertenecen al mundo material, al mundo de los objetos
físicos. A este mundo lo denominaré “Mundo 1”88.

85
K. R. POPPER. El yo y su cerebro. Op. Cit., p. 17.
86
K. R. POPPER. Conocimiento objetivo. Un enfoque evolucionista. Op. Cit., p. 106.
87
Cfr. K. R. POPPER. En busca de un mundo mejor. Op. Cit., p. 23.
88
Ibid, p. 22.

47
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

Este mundo que postula Popper es la primera forma de existencia tal como la conoce
el ser humano. Analizándolo desde un proceso evolutivo, es la primera forma de
evolución, a tal punto que se puede señalar como la causa primera de donde surgió la
mente humana, la razón y la capacidad abstractiva del hombre. El punto culmen de su
evolución es el hombre. Esto lo explica de una forma clara Teilhard de Chardin, en la
crítica que de él hacen Monserrat y Sequeiros:

“El materialismo busca entender al hombre solo desde la materia. Teilhard sigue el
camino contrario: busca entender la materia desde el hecho de la presencia de la
consciencia en el ser material que es el hombre. Si el hombre es un ser material
autoconsciente, esta cualidad de la consciencia tiene que estar de alguna manera también
presente en toda la materia. Esto le lleva a proponer la idea de que en la materia hay un
“interior” además de un “exterior”. (…) El incremento en complejidad en la evolución
se identifica con una mayor dimensión espiritual. A este doble carácter de la materia
(interior y exterior) corresponden también dos tipos de energía: una energía “tangencial”,
que corresponde a la energía física con la que las cosas interaccionan unas con otras a su
mismo nivel y otra energía “radial” o “espiritual”, que es responsable de la convergencia
de la evolución de la materia en la línea de una mayor complejidad y una mayor
consciencia, es decir, en la dirección del espíritu. Para Teilhard estos dos tipos de energía
son en realidad los dos componentes de una sola energía fundamental que incluye ambas.
El camino de la evolución es el de lo múltiple a la unidad. La evolución progresa hacia el
espíritu. Esta dimensión puede seguirse en su famoso “Himno a la Materia”89.

La materia como estructura del Mundo físico de Popper tiene como fundamento un
interior que no es materia en sí. Esta ha evolucionado desde las primeras formas de vida
(animales, plantas, organismos vivos), a tal punto que este interior, como lo llama Teilhard
de Chardin, se ha hecho consciente y autónomo, surgiendo así el animal racional, el ser
humano. Pero surge la pregunta, esta realidad que postula Popper con el Mundo físico,
llamándolo como “prima facie”90, ¿realmente este mundo de los objetos físicos o

89
J. MONSERRAT Y L. SEQUEIROS. Tendencias de las Religiones. Revista Electrónica de Ciencia, Tecnología,
Sociedad y Cultura. Universidad Pontificia Comillas. Madrid, 2007., p. 2.
90
K. R. POPPER. En busca de un mundo mejor. Op. Cit., p.23.

48
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

materiales es la primera forma de existencia que da origen al universo? ¿cómo se explica


que en un proceso de evolución, pueda surgir de algo puramente material algo espiritual
como el caso de la consciencia?, y por último, ¿será que el fundamento de lo material es
algo inmaterial o más allá de la materia, es decir, metafísico?

En caso de ser esto último lógicamente posible, se podría explicar por qué la realidad
última de todo lo existente no es posible desde una perspectiva material. Y con esto
sumaremos un punto a la posibilidad de la metafísica en el pensamiento de Karl Popper.
Entonces ya el Mundo 1 o Mundo físico de Popper no sería el punto de partida de la
realidad, sino que postulo ahora que es el Mundo 091.

2.5.2 Mundo de la conciencia y los sentimientos

El Mundo de la conciencia y los sentimientos o Mundo 2 es la realidad psicológica, el


mundo de las experiencias de la consciencia y de la inconsciencia92 también. Algunos
hablan de una cierta conciencia en los animales no racionales, y por tanto, estos entran a
pertenecer a este mundo. Esta dimensión de la realidad es donde se hace posible la acción
de la mente humana, su creatividad, las emociones, etc. Es donde se circunscribe al
hombre como pensador, un ser reflexivo, racional, y poseedor del mayor milagro que ha
emergido del universo: la razón.

“Con “Mundo 2” me refiero al mundo psicológico. Lo estudian los estudiosos de la mente


humana, pero también los de la mente animal. Es el mundo de los sentimientos de temor y
esperanza, de las disposiciones a actuar y de todo tipo de experiencias subjetivas, incluidas
las subconscientes e inconscientes”93.

91
El “Mundo 0” es el mundo de lo metafísico, como origen de lo físico o material. Está fuera de la existencia
tal como la conocemos, dentro de un espacio y tiempo. Sin embargo, es el fundamento de lo real, físico y
un buen argumento para explicar el origen de la consciencia, frente a la teoría materialista.
92
Cfr. Ibid.
93
K. R. POPPER. El universo abierto. Un argumento en favor del indeterminismo. Op. Cit., p. 136.

49
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

En el Mundo de la conciencia comparten espacio tanto el hombre como el animal, si


se sostiene la idea de una cierta consciencia animal, o un grado de conocimiento en ellos.
Aquí está la originalidad de este pensamiento. Sin embargo, Popper al parecer tenía claro
que no solo podía quedarse con estos dos mundos iniciales, ¿por qué?, pues simplemente
porque ninguno de ellos explicaba al hombre en todas sus dimensiones; más allá de lo
puramente material o físico y de su realidad consciente y psicológica.

“[…] Popper se ha visto obligado en el Mundo 2 a introducir el mundo animal, esto es,
a asimilar, en cierta medida, hombre y animal. Esto significa que, si se quiere mantener la
singularidad del hombre, y de esto no ha dudado Popper jamás, será preciso arbitrar otro
nivel con lo que es único y caracterizador exclusivamente de lo humano. Es decir, el
desarrollo del conocimiento en general ha descubierto nuevos aspectos y dimensiones las
cueles hacen muy difícil basar la especificidad humana en el hecho psíquico y sus
consecuencias más relevantes, por lo que un dualismo no basta, es radicalmente
insuficiente […]”94.

Popper postula, para resolver este problema, la existencia de un Mundo de las


creaciones humanas o Mundo 3, en el cual se pueda ir más allá de lo físico y psicológico,
al mundo de las invenciones y creaciones de la mente humana. Para lograr esto, es
necesario la complementariedad de los dos mundos anteriores. Con esto se vuelve sobre
el tema del papel protagónico del ser humano en el conocimiento, y en la interpretación
de la realidad. Pero no solo esto, sino en sus aportes al mundo físico, a tal punto que ha
logrado la alteración misma de la materia y hasta la de él mismo en muchas ocasiones. Sin
embargo, ya se ha dicho que el hombre no es simplemente una cosa más en el mundo, sino
que posee un rasgo distintivo, y por tanto, al momento de experimentar con el hombre no
se puede tomar las mismas medidas que si fuera con cualquier objeto material de la
naturaleza.

94
R. QUERALTÓ. Karl Popper, de la Epistemología a la Metafísica. Universidad de Sevilla, 1996., pp.
192-193.

50
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

Por otro lado, es en este mundo donde tiene lugar el método que defiende Popper para
la ciencia: el deductivo. Es de aquí, precisamente, que se parte para postular una hipótesis
que luego se contrasta y se falsea. Y tiene, entonces, primacía el hombre falible como el
generador del conocimiento científico. En el Mundo de la conciencia se encuentra la
acción que engendra las creaciones humanas. Es este, además el que permite que se
comuniquen o interactúen el Mundo físico y el Mundo de las creaciones humanas95.

2.5.3 Mundo de las creaciones humanas

El Mundo de las creaciones humanas o Mundo 3 es el más complejo de todos. Es el


que corresponde con todo lo que signifique creatividad e invención del ser humano.
También, siguiendo un orden lineal, en este mundo entra el mismo concepto de estudio,
de universidad, de educación; pues todo esto han sido invenciones del ser humano. El
propio lenguaje pertenece a este mundo.

“Por “Mundo 3” entiendo el mundo de los productos objetivos de la mente humana; es


decir, el mundo de los productos de la parte humana del mundo 2. El mundo 3, el mundo
de los productos de la mente humana, incluye cosas como los libros, las sinfonías, las obras
escultóricas, los zapatos, aviones y ordenadores; también incluye los objetos físicos
bastantes simples, que obviamente también pertenecen al mundo 1, como las cacerolas y
las porras. Es importante para comprender esta terminología que todos los productos
planificados o deliberados de la actividad mental humana se clasifican en el mundo 3, aun
cuando la mayoría de ellos pueden ser también objetos del mundo 1”96.

El Mundo físico y el Mundo de la conciencia han emergido del universo, el ser humano
no ha participado de su creación. En el Mundo de las creaciones humanas no pasa lo
mismo, ya que este sí ha sido creado por el hombre, es una construcción puramente

95
Cfr. K. R. POPPER. Búsqueda sin término. Op. Cit., p. 248.
96
K.R. POPPER. En busca de un mundo mejor. Op. Cit., pp. 23-24.

51
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

humana. Este mundo posee un nivel superior en relación con los demás, y a la vez es el
más conjetural de todos, al tener como origen la mente humana. Es la realidad de este
mundo tanto real como ideal, es la única que existe en todas partes y a la vez no existe en
ninguna, pues es concreta en su acción y abstracta o metafísica en su verificación.

Este mundo, por su parte, es capaz de crear objetos que luego se independicen del ser
humano y se ajusten a las leyes del universo. El ejemplo más palpable es el de las
matemáticas. Estas son invenciones humanas, otros dicen que son solo descubrimientos
que siempre han existido. Sin embargo, fuera del ser humano, hasta donde este conoce,
no se puede hablar en lenguaje matemático para una interpretación del funcionamiento
cósmico. Es decir, las matemáticas son una creación del intelecto del hombre, pero que se
ha independizado, hasta cierto punto, de su origen creador. Popper admite de las
matemáticas, tanto que son invenciones humanas como que son objetivas e independientes
de este, las cuales más que creadas fueron descubiertas.

“[…] la matemática es obviamente labor nuestra, invención nuestra. Pero casi toda la
matemática es con seguridad objetiva y al mismo tiempo abstracta: es todo un mundo de
problemas y soluciones, que nosotros no inventamos, sino más bien descubrimos. (…) Y de
hecho tenemos dos filosofías de la matemática.
1. La matemática es obra de la humanidad.
2. La matemática es un campo que existe objetivamente por derecho propio.
(…) la teoría del mundo 3 muestra que ambas tienen razón: la serie infinita de números
naturales (por ejemplo) es una invención lingüística nuestra; una invención nuestra, una
construcción nuestra. Pero los números primos y sus problemas no lo son: a estos los
descubrimos en un mundo objetivo, que realmente hemos inventado o creado, pero que
(como todas las invenciones) se vuelve objetivado, separado de sus creadores e
independiente de su voluntad (…)”97.

Pasa lo mismo con el tema de las ideas, siempre se ha discutido en la filosofía sobre la
consistencia de las ideas: ¿cuál es el ser de las ideas? ¿existen realmente? ¿poseen un ser

97
Ibid, p. 44.

52
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

propio, y por tanto, autónomo? En el pensamiento popperiano son los hombres los
creadores del mundo de las ideas, pero ocurre igual que las matemáticas, una vez que estos
crean las ideas, ellas adquieren cierta autonomía e independencia. Por ejemplo, un literato
crea una novela, pero una vez que la escribe, ella como un ser que salió de su interior,
como un vástago, toma una realidad propia. En definitiva, el Mundo 3 es autónomo en lo
que podríamos llamar su condición ontológica, aunque genéticamente sea producido por
nosotros98.

El Mundo de las creaciones humanas, en resumidas palabras, es el mundo de las


invenciones humanas. Estas son resultados de la misma interconexión entre el Mundo
físico y el Mundo de la conciencia: de la materia pura, y de la facultad propia del ser
humano. No puede haber Mundo de las creaciones humanas sin la necesaria existencia de
los otros dos mundos . En este accionar se encuentra presente la misma línea evolutiva
de la realidad existente, desde la simple materia en todo el sentido de la palabra, hasta su
forma más elevada presente en la racionalidad del ser humano.

“No puede negarse que en el mundo 1 hay cosas tales como aviones. Pero tampoco
puede negarse que los aviones son productos del mundo 3, esto es, de teorías, de
proposiciones: de hipótesis sobre hechos del mundo 1. Ciertamente considero la más
impresionante demostración de la realidad del mundo 3 el hecho de que la técnica se
manifieste principalmente en el mundo físico, el mundo 1, pero que, no obstante, sea
enormemente dependiente de las teorías; y ciertamente del contenido de las teorías, en
modo alguno de la formulación más o menos casual... Se construyen aparatos fotográficos
muy similares y aproximadamente las mismas lentes sobre la base de cálculos que son
distintos en su formulación lingüística. El contenido de las teorías es objetivo y autónomo
y ejerce una influencia sobre el mundo 1. Y esto muestra que este mundo 3 de teorías, de
contenidos lingüísticos, existe realmente... Pero el mundo 3 también surge como trama de
hipótesis y suposiciones que frecuentemente no son formuladas en lenguaje escrito o
hablado; así, pues, aún no configuradas en el mundo 1”99.

98
K. R. POPPER. Conocimiento objetivo. Op. Cit., p. 154.
99
K. R. POPPER. El universo abierto. Un argumento en favor del indeterminismo. Op. Cit., pp. 116-117.

53
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

Se dijo al principio de la teoría de los tres mundos que la materia evolucionó en lo que
es la mente humana para poder entenderse a sí misma, y por tanto, aún quedan muchas
maravillas por descubrir o por inventar, y de esta manera el Mundo 3 o de las creaciones
humanas seguirá activo y quién sabe, si sea la antesala de un Mundo 4, o más allá de la
teoría de los tres mundos. De igual modo, este proceso evolutivo no es explicable desde
una perspectiva puramente material, si se reflexiona sobre la esencia de la materia y sobre
la irreductibilidad de la razón humana a la materia.

2.5.4 Interacción de los tres mundos

Los tres mundos que conjetura Popper y los señala como estructura de la realidad
universal que conocemos, no están enteramente divididos entre sí. Sino que más bien se
da una especie de relación entre ellos. El Mundo 1, por su parte, el de lo físico-material,
interactúa con el Mundo 2, de la experiencia psíquico-mental. Lo interesante entra aquí
cuando se reflexiona seriamente sobre él cómo una entidad física entra en contacto o en
relación con algo psíquico, se puede ir más allá, con los productos o creaciones de la
mente humana y viceversa (Mundo 3).

“[…] los objetos del Mundo 3, tales como las teorías, interactúan de hecho con fuerza,
con el Mundo 1, físico. Los ejemplos más simples son los modos en que hacemos cambios
en el Mundo 1 cuando construimos, digamos, reactores nucleares o bombas atómicas o
rascacielos o aeropuertos, de acuerdo con planes y teorías del Mundo 3 que son con
frecuencia, sumamente abstractas”100.

Otro ejemplo bien palpable en la ciencia actual y la de siempre ha sido el problema de


las enfermedades. Aquí se puede ver la interacción de los tres mundos. Una enfermedad
“X” constituye en primer lugar un proceso físico-químico, y tiene como consecuencia

100
Ibid, p. 139.

54
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

efectos físicos (Mundo 1). Junto a esto se da un segundo nivel, una enfermedad por lo
general provoca alguna molestia (en la mayoría de los casos dolor); es un efecto psíquico
(Mundo 2). Y finalmente, el ser humano se inclina por necesidad a encontrar una solución
a dicha enfermedad, a buscar una cura, un antídoto; es decir, crea soluciones a través de
la teoría, la técnica y la tecnología, con la cual quiere eliminar o disminuir los efectos tanto
físicos como psíquicos de la enfermedad (Mundo 3). En esta relación del Mundo 1 con el
2 y con el 3, que plantea Popper, tiene lugar la configuración de la realidad:

“Es la interacción entre el mundo 1 con el mundo 2 y el mundo 3 lo que puede


configurarse como la configuración de la realidad; la interacción, que consiste en múltiples
mecanismos de feedback, y en la cual actuamos utilizando el método de ensayo y error. Es
decir, intervenimos de forma consciente en esta espiral de mecanismos de feedback.
Nosotros, la mente humana, nuestros sueños, nuestros objetivos, somos el creador de la
labor, del producto, y al mismo tiempo somos configurados por nuestra labor. (…) La
configuración de la realidad es por tanto labor nuestra; un proceso que no puede
comprenderse sin intentar comprender sus tres aspectos, estos tres mundos; y sin intentar
comprender la forma en que los tres mundos interactúan entre sí”101.

El ser humano es el creador de las entidades culturales, como son: la política, la


tecnología, el arte, y por supuesto, la actividad científica. Estas invenciones una vez
creadas influyen sobre sus creadores y sobre los demás seres racionales. La relación o
actividad interactiva de los objetos del Mundo 1 es física y de aquí se desprende que en la
mayoría de los casos es violenta. Esto se puede explicar con la misma creación de los
planetas, cuyo origen descansa en la teoría de los choques de cuerpos o grandes masas de
rocas cósmicas. En esta acción muchas veces resultaba destruido uno de los dos objetos.
Al emerger el mundo de la conciencia y el de las creaciones humanas, la interacción
adquiere otro matiz, pasa de ser violenta y superdinámica, a ser psicológica y cultural, y

101
K.R. POPPER. En busca de un mundo mejor. Op. Cit., pp. 45-46.

55
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

puede, hasta cierto punto, con la inteligencia humana, tratar de controlar la interacción
violenta que tiene lugar en el Mundo físico.

“Desde el punto de vista de la selección natural, la función principal de la mente y del


mundo 3 es la de posibilitar la aplicación del método de ensayo y eliminación de errores,
sin la violenta eliminación de nosotros mismos... Así al producir la emergencia de la mente
y del mundo 3, la selección natural se supera a sí misma y a su carácter originariamente
violento...; podemos eliminar las teorías falsas mediante crítica no violenta”102.

La interacción de estos tres mundos es muy estrecha. El Mundo de la conciencia es el


que hace posible la comunicación entre los otros dos, es una especie de puente
comunicador. Sin embargo, desde otra perspectiva, el Mundo físico hace la función de
puente material y de objeto que hace posible la emergencia de los mundos 2 y 3. Y
también, desde otro punto de vista, el Mundo 3 con sus teorías e invenciones hace que el
Mundo 2 interactúe con el Mundo 1, interviniéndolo y transformándolo. Es una especie
de cadena lógico-relacional la que une a estos tres mundos. Cada uno necesita del otro, en
lo que concierne a ser pensado o construido por la racionalidad humana.

Los tres mundos se pueden vislumbrar como una explicación estructural bastante
lógica de la realidad existente, por lo menos la que hasta ahora conocemos. Sin embargo,
esta teoría pluralista de Popper también hace posible la introducción de las realidades que
aún son un misterio para el intelecto humano. Pues este crear y estructurar hipótesis sin
tener ninguna evidencia en el Mundo 1, es decir donde se hace posible la verificación; con
la ayuda del Mundo 2 y del Mundo 3. En este último se encuentra el conocimiento en
sentido objetivo, producto de la mente del hombre, la cual es posible codificarla
materialmente por medio del lenguaje: la filosofía, la teología, la misma actividad
científica, la historia, la literatura, la tecnología, etc.

102
K. R. POPPER. El yo y du cerebro. Op. Cit., p. 235.

56
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER

Aquí se introduce lo que llamo Mundo 4, el cual lo hace posible el Mundo 3. Esta nueva
realidad nace de la esencia de los tres mundos: la realidad metafísica. Planteaba, contrario
a Popper, que el Mundo 1 no puede ser el fundamento de toda la existencia. Sin embargo,
se puede tener una explicación lógica si se añade como causa primera, la de un Mundo 0,
es decir, un mundo fuera de la existencia que haga posible la existencia, y que no se
reduzca al aspecto puramente físico.

“Al mostrar la imposibilidad de predecir el aumento del conocimiento, no he mostrado


más que la imposibilidad de una predicción completa “desde dentro” del mundo. Esto deja
abierta la posibilidad de que el mundo, con todo lo que hay en él, esté completamente
determinado “desde afuera”, quizá por la Divinidad”103.

La metafísica, de este modo, vuelve a retomar un sentido más profundo para la ciencia.
Ya no es una simple demarcación entre lo que es ciencia y lo que no lo es, se habla ahora
de que los fundamentos que hacen posible a la ciencia descansan más allá de lo físico o
material. De esta forma, la metafísica adquiere una significación más importante que la ya
proporcionada por la demarcación realizada por Popper. Ahora pasa a ser parte esencial
de la ciencia. Entre la metafísica y la ciencia debe existir una estrecha relación, teniendo
como finalidad la construcción de una cientificidad que sea capaz de acercarse lo más que
pueda a la verdad. Pues esta es la meta buscada por todo hombre de ciencia, ofrecer
conocimientos cada vez más acabados, completos, coherentes y consistentes de la realidad
que interpela al hombre, la cual le produce admiración, lo motiva a la investigación y a la
comprensión de las incógnitas del mundo y de su propia existencia.

103
K. R. POPPER. El universo abierto. Un argumento en favor del indeterminismo. Op. Cit., p. 109.

57
CAPÍTULO III

LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA


CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

3.1 Introducción al Capítulo III

Karl Popper desarrolla una metodología científica que abre horizontes para la ciencia
mayores quizás a los que él imaginó. No obstante, muchas de sus propuestas más tarde
fueron refutadas, como es el caso de la falsabilidad, por carecer esta de una buena
fundamentación (al parecer), que garantizara el progreso de la ciencia. Filósofos de la
ciencia como Kuhn, Lakatos y Feyerabend, criticaron los puntos débiles de Popper,
mejorándolos en ocasiones y en otras, en cambio, eliminándolos del contexto científico.

Por otro lado, a pesar de las fallas de Popper, en su pensamiento se encuentra inserta
la preocupación por el conocimiento, la búsqueda constante de la verdad como ya se ha
desarrollado en los capítulos anteriores. Él ha propuesto una realidad dinámica, creativa y
capaz de ser causa de emergencia de cosas nuevas. Desde su crítica a la inducción, su
propuesta deductivista, la falibilidad antropológica, la incapacidad de alcanzar una verdad
científica absoluta, su teoría de los tres mundos (de los cuales propuse la teoría del Mundo
(0), como mundo causal del mundo de los objetos físicos, psíquicos y creativos; y de igual
modo, el sentido que le otorga Popper a las proposiciones metafísicas.

Todos estos puntos van dirigiendo al pensamiento de este filósofo vienés, a una
apertura de la ciencia a la concepción metafísica. Al no encontrar una fundamentación
segura en lo simplemente científico, verificable, justificable y experiencial, entonces hay
que dejar el camino abierto a algo que no sea limitado por los conceptos espacio-
temporales, por los que está limitado el mundo material. De aquí que para lograr la
construcción de un quehacer científico que sea capaz de acercarse mucho más a la verdad
de lo real, se hace necesario un diálogo abierto entre ciencia y metafísica.

Karl Popper desarrolla el tema de la metafísica en tres etapas: la primera es la que


corresponde a la simple demarcación entre los enunciados de la ciencia y los que no lo
son, es decir, los metafísicos. En la segunda, Popper postula una cierta “fe metafísica”,
que se hace evidente en las leyes de la naturaleza. Y una última etapa, en la que al parecer

59
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

Popper cambia de actitud respecto a la metafísica, hasta al grado de que llega a


formalizarla. Esta etapa pertenece a la discusión crítica de las teorías metafísicas, es, en
otras palabras, una segunda demarcación popperiana, ya no entre ciencia y metafísica,
sino entre enunciados metafísicos. Esto tiene como objetivo elegir dentro de enunciados
irrefutables cuáles son los más razonables, y por tanto, más verdaderos, pasando a
estructurar los llamados “programas metafísicos de investigación”. Las proposiciones
metafísicas que ocupen este lugar son susceptibles de ser analizadas por la ciencia, y sean
paradigmas que abran nuevos campos de estudio para la ciencia.

Finalmente, en el quehacer científico (cientificidad), también entran en juego aspectos


como la moral del científico, los valores éticos, que son de vital importancia para el
desarrollo de una ciencia humana, pues se corre el peligro muchas veces de materializar
tanto a la ciencia, que el ser humano pasa a ser simplemente un instrumento más, un objeto
de la naturaleza. De igual forma, la filosofía adquiere un valor significativo, como la que
se encarga de inmiscuir a la razón en los misterios del universo. Esta facultad propia del
hombre no está limitada por la materia, o por verificaciones experienciales, sino que va
más allá en la búsqueda de explicaciones a los problemas que preocupan al hombre, desde
el origen del universo hasta el sentido de su propia existencia.

Por otra parte, este análisis de la propuesta científico-metafísica de Popper puede


suscitar un punto de partida para la defensa del sentido de la fe religiosa explicada por la
teología, ante los constantes ataques de positivistas o más bien materialistas exagerados,
que descartan el sentido de todo lo que escape de una concepción puramente física. Se
puede llegar a afirmar, en muchos casos, que conceptos que son explicados por la teología,
son susceptibles de una interpretación científica, aunque nunca la ciencia pueda agotar
con su metodología todo lo concerniente al estudio de la divinidad, en las respectivas
religiones del mundo. Popper se muestra indiferente ante este tema de Dios, pero reconoce
en algunos momentos que hay conocimientos que trascienden el entendimiento humano,
y la realidad física. En definitiva, el pensar una metafísica dentro del campo de la ciencia

60
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

dota a esta de un horizonte más amplio en su quehacer científico. Es que su protagonista,


es decir el hombre, está inmerso en dos realidades que forman parte de su existencia: lo
físico y lo mental o abstracto; dígase lo segundo como concerniente a la conciencia, la
razón y el entendimiento, como entes metafísicos, desde una perspectiva científica.

3.2 Realismo metafísico

Antes de reflexionar sobre la metafísica popperiana es necesario entender lo que


Popper sostiene como realismo, y desde esta concepción analizar la otra, ya que guardan
una estrecha relación, llegando a llamarse realismo metafísico. En la primera obra de
Popper, la Lógica de la Investigación científica, donde se desarrolla su epistemología, no
se encuentran directamente importantes planteamientos metafísicos104. Sin embargo, a
pesar de que no menciona esta temática ni tampoco precisa un realismo muy marcado en
esta obra, aparece en dos acepciones105: i) Es conocida la imagen de Popper de que “las
teorías son redes que lanzamos para apresar aquello que llamamos “mundo”: para
racionalizarlo, explicarlo y dominarlo. Y tratamos de que la malla sea cada vez más
fina”106. Esto ya representa un vestigio de que existe en el pensamiento de Popper un
mundo real, del cual la ciencia busca acercarse cada vez más. ii) El realismo que postula
Popper está estrechamente vinculado con la realidad metafísica, pues cuando habla de la
imposibilidad de verificar hipótesis, expresa que pasa a ser un tipo de fe ciega en la
existencia de regularidades en la naturaleza, que siendo imposible su refutación, se
convierten en metafísica.

104
Cfr. J. NAVARRO. Karl Popper, un filósofo con los pies en el suelo. Universidad Internacional de
Cataluña., p. 2.
105
Ibid.
106
K. R. POPPER. La Lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p.57.

61
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

“El método científico presupone la “inmutabilidad de los procesos mentales”, o el


“principio de la uniformidad de la naturaleza”. Pueden decirse varias cosas en favor de
los argumentos anteriores, pero hay que hacer constar que éstos no afectan a mi tesis:
expresan la fe metafísica en la existencia de regularidades en nuestro mundo (fe que
comparto, y sin la cual es difícil de concebir la actuación práctica)”107.

La convicción científica de la existencia de una realidad concreta llamada mundo, es


el objeto de su quehacer intelectual. Popper sostiene esta idea. Fuera de esta convicción el
carácter de la ciencia como actividad de investigación de la realidad física carecería de
sentido. Si en su primera obra no dio tanta importancia a su concepción realista, ya en
otros escritos sí lo hace:

“[…] no es una de las tesis de L.I.C., ni tampoco tiene el papel de una presuposición en
ningún lugar. Y sin embargo, está ahí. Forma una especie de trasfondo que da sentido a
nuestra búsqueda de la verdad. La discusión racional, es decir, la argumentación crítica
con el propósito de acercarse más a la verdad, carecería de sentido sin una realidad
objetiva, un mundo cuyo descubrimiento hacemos nuestra tarea”108.

Popper es un realista, pero no deja de ser al mismo tiempo un metafísico. De aquí que
su realismo ha de llamarse “realismo metafísico”. En su autobiografía de 1974 Popper
argumentando del PostScript, expresa:

“[…] subrayé que la Lógica de la Investigación Científica era el libro de un realista,


aunque por aquel tiempo no hubiese pretendido decir grande cosa sobre el realismo. La
razón estaba en que entonces no me había percatado de que una posición metafísica,
aunque no fuese contrastable, podía ser racionalmente criticable o argüible. Yo había
confesado ser realista, pero pensando que esto no pasaba de ser una confesión de fe”109.

107
Ibid, p. 252.
108
K. R. POPPER. Realismo y objetivo de la ciencia. Op. Cit., p. 121.
109
K. R. POPPER. Búsqueda sin término. Op. Cit., pp. 200-201.

62
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

Algunos autores podrían criticar del realismo metafísico de Popper, que es incoherente
con su teoría del conocimiento científico; sin embargo, es del todo compatible. Esto se
evidencia en su racionalismo crítico, cuando sostiene que ninguna teoría científica puede
ser tomada como una verdad incuestionable e irrefutable acerca del mundo. Esto tampoco
quiere decir que las hipótesis formuladas por la actividad científica deben estar al margen
de la realidad, pues es precisamente esto lo que les otorga su condición de “científicas”110.
El realismo para Popper, se basa en la defensa de un mundo real, concreto, material y que
interpela al ser humano111. Esto es contrario a un idealismo, en el cual solo lo que es
producto de la mente es posible llamarlo real.

"El realismo nos explica por qué nuestra situación de conocimiento es necesariamente
precaria. Si, por otro lado, alguna forma de idealismo es cierta, entonces cualquier cosa
puede pasar y, por tanto, posiblemente también aquello que sucede. Con esto el realismo
es, de las dos teorías metafísicas, la más fuerte lógicamente. Es preferible por razones
lógicas: el idealismo metafísico resulta estar vacío de todo poder explicativo"112.

Contrario al idealismo, Popper sostiene la existencia de una realidad independiente del


ser que la piensa, llamada mundo. Por otro lado, es importante tomar en cuenta que el
realismo popperiano no es demostrable, porque solo lo son las afirmaciones lógicas y
matemáticas. Por ejemplo, afirmaciones del tipo 2+3=5. No sucede lo mismo con el
realismo de Popper, el cual no es refutable ni falsable. Esto lo convierte, por tanto en
metafísico. “Sostengo que el realismo no es ni demostrable ni refutable. El realismo no es

110
Cfr. J. NAVARRO. Karl Popper, un filósofo con los pies en el suelo. Op. Cit., p.2.
111
Para comprender mejor la usanza que da Popper al término “real”, es preciso acercarse al siguiente texto:
“Me da la impresión de que el uso más central del término “real” es el que se hace para caracterizar las
cosas materiales de tamaño ordinario, cosas que puede manejar un bebé y (preferiblemente) meter en la
boca. A partir de ahí, la usanza del término “real” se extiende primero a cosas mayores, cosas demasiado
grandes para que las manejemos, como trenes, casas, montañas, la tierra y las estrellas, así como cosas
menores, como partículas de polvo o insectos diminutos. Por supuesto, se extiende también a los líquidos y
al aire, a los gases y a las moléculas y átomos”. (K. R. POPPER. El yo y su cerebro. Op. Cit., p. 10).
112
K. R. POPPER. Realismo y Objetivo de la ciencia. Op. Cit., p. 102.

63
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

demostrable, al igual que todo lo que caiga fuera del campo de la lógica y la aritmética finita,
pero mientras que las teorías científicas empíricas son refutables, el realismo ni siquiera lo es”113.

El realismo de Popper, por otro lado, es una relación entre la existencia real de un
mundo exterior o Mundo 1, y la existencia del mundo de los productos de la creatividad
de la mente humana o Mundo 3, tales como hipótesis, conjeturas y teorías. Sin embargo,
donde falla Popper es en la relación que existe entre estos dos mundos, para lograr una
explicación de la realidad.

“El realismo de Popper queda en una afirmación bastante trivial acerca de la existencia
del mundo exterior al sujeto, y en una postura que señala la dirección realista de nuestro
conocimiento, pero que se revela incapaz de dar razón del valor real concreto de ese
conocimiento. […] La teoría del conocimiento de Popper se encuentra desligada de sus
afirmaciones realistas; dicho de otro modo, el realismo de Popper se agota en la afirmación
de una realidad independiente de nuestras experiencias subjetivas, pero no llega a influir
seriamente en su teoría del conocimiento, pues no da razón de que conozcamos la realidad
en concreto”114.

Popper quiere mostrarse como un realista, sin embargo, se queda corto en su


concepción de un realismo concreto. Solo se queda en la afirmación de la existencia de un
mundo exterior al hombre, pero no explica cómo se da la relación entre esta realidad y lo
que conoce el ser humano, gracias a la facultad de la razón. De ahí que su realismo está
en la frontera de lo físico y lo metafísico, es decir, entre el Mundo 1, de los objetos físicos,
y el Mundo 3, de las creaciones del intelecto humano.

113
K. R. POPPER. Conocimiento objetivo. Op. Cit., pp. 45-46.
114
M. ARTIGAS. Karl Popper: Búsqueda sin término., pp. 116-117.

64
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

3.3 La concepción metafísica de Popper

En la concepción realista de Karl Popper ya es posible encontrar vestigios de una


concepción metafísica de la realidad, y por tanto, también del modo de acercarse la ciencia
a los fenómenos del universo. Cabe destacar que la metafísica popperiana en sus inicios
no posee una estructura definida en su pensamiento, sino que, más bien, es posible
encontrar en la estructura lógica del pensamiento de Popper una cierta apertura a estas
concepciones extra-empíricas. Ya desde su teoría de la demarcación, como respuesta a la
antimetafísica del Círculo de Viena y su Neopositivismo Lógico, la metafísica tiene
sentido para Popper, pues en muchos casos, como afirmará en el desarrollo final de su
metafísica, esta sirve como programa de investigación científica, como el caso del
Atomismo115 de Leucipo y Demócrito.

Haciendo referencia al Positivismo Lógico116, se encuentra una postura muy marcada


en contra de la metafísica. Al concentrarse este sistema de pensamiento en lo concreto y
material, lo verificable y, por tanto, justificable, los postulados que escapen de una
comprobación o contrastación con la realidad empírica carecen de sentido y de
importancia para el proceder de la ciencia. Por ejemplo, uno de los pensadores más
destacados del Círculo, R. Carnap, sostenía en su programa de investigación la
eliminación de la metafísica por medio del análisis lógico del lenguaje. Este consideraba
que solo existían dos tipos de enunciados con sentido, y por tanto, con significado: i) los
analíticos, las proposiciones de la lógica y de las matemáticas, y ii) los sintéticos, las
proposiciones de la ciencia empírica117. Las concepciones metafísicas no entraban en
ninguno de estos enunciados, y de esta forma fueron catalogados como carentes de

115
Término que procede del griego "atomos", indivisible. El atomismo fue la doctrina defendida por Leucipo
y por Demócrito de Abdera, en la que se afirma que la realidad se compone de átomos, siendo los átomos
partículas materiales infinitamente pequeñas e indivisibles. (http://www.webdianoia.com).
116
El tema del “Positivismo Lógico” y su ataque exacerbado contra todo enunciado metafísico se desarrolló
con detalle en el Capítulo I de este trabajo de investigación.
117
R. CARNAP. “La superación de la metafísica mediante el análisis lógico”. En: Ayer, A. J. (comp.). El
positivismo lógico. México, 1965., p. 66.

65
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

sentido, y fundamentado este pensamiento en su teoría de la verificabilidad, que se


desarrolló en el Capítulo I de este trabajo de investigación. Popper, por su parte, realiza
una fuerte crítica contra esta manera de proceder por parte de los positivistas,
reivindicando el valor de las proposiciones metafísicas en el campo científico.

Pero, ¿cómo realiza Popper tal hazaña?, ¿cómo desde un contexto científico, y por
tanto, contrastable con la experiencia, postula que es posible hablar en la ciencia de algo
que escapa a la pura percepción experiencial? Ante todo hay que reconocer el perfil
científico de Popper, él es un hombre de ciencia. No obstante, se convierte en filósofo
desde el momento en que comenzó a poner en duda el proceder de la ciencia de los
positivistas, y su método de acercarse a la verdad de la realidad del mundo y del cosmos.

Y precisamente este primer paso en el campo de la filosofía de la ciencia Popper lo


realiza con su teoría de la demarcación. En otras palabras, es esa relación histórica y
trascendental entre la ciencia y la metafísica lo que da a la filosofía popperiana su inicio
y estará presente en todo el desarrollo de su pensamiento posteriormente. De aquí la
importancia de la metafísica en Popper. Pero antes de desplegar el conocimiento
metafísico de la epistemología de Karl Popper, es preferible hacer una definición de lo
que se entiende por metafísica. Para Ferrater Mora, al momento de definir la metafísica
en su diccionario filosófico, sigue la clasificación hecha por Aristóteles llamándola
“filosofía primera”, cuyo objetivo es comprender lo que está más allá de lo físico:

“METAFÍSICA. La palabra 'metafísica' debe su origen a una denominación especial en


la clasificación de las obras de Aristóteles hecha en el siglo i por Andrónico de Rodas.
Como los libros que tratan de la filosofía primera fueron colocados en la edición de las
obras del Estagirita detrás de los libros de la Física, se llamó a los primeros Metafísica, τα
μετά τα Φυσικά, es decir, "los que están detrás de la Física". Esta designación, cuyo
primitivo sentido parece ser puramente clasificador, tuvo posteriormente un significado
más profundo, pues con los estudios que son objeto de la "filosofía primera" se constituye
un saber que pretende penetrar en lo que está situado más allá o detrás del ser físico en
cuanto tal. Según el propio Aristóteles, "hay una ciencia que estudia el ser en tanto que ser,

66
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

y lo que le pertenece en propio. Esta ciencia no se confunde con ninguna de las llamadas
ciencias particulares, pues ninguna de ellas considera en general el ser en tanto que ser,
sino únicamente una parte del mismo" (Met., Γ, Ι, 1003 a 20)”118.

Con el tiempo el concepto metafísica ha ido variando continuamente. En el tiempo de


la Escolástica, por ejemplo, en la cual prevalecía la filosofía aristotélica, la Metafísica
poseía el rango de la sabiduría más alta, sin embargo, épocas posteriores fueron
desprestigiando y privando de importancia a tal forma de conocimiento119. Con la
aparición de Popper, esta actitud contra la metafísica estaba en auge, especialmente con
el Círculo de Viena. Este pensador austriaco lo que realiza de alguna forma es aceptar esta
manera de pensar puramente teórica y especulativa, otorgándole importancia dentro de la
ciencia: “Creo, pues, que si una teoría no es científica, si es "metafísica" (como
podríamos afirmar), esto no quiere decir, en modo alguno que carezca de importancia,
de valor, de "significado" o que "carezca de sentido"120.

El pensamiento de Popper es más metodológico que metafísico121, concentra todo su


trabajo intelectual en el proceder de la ciencia para encontrar verdades. Tampoco se dedica
a intentar explicar enunciados de carácter extra-empírico, sin embargo, esto no impide que
la metafísica posea una importancia relevante en una cientificidad popperiana. Y más aún,
Popper pretendiéndolo o no, cimienta sobre teorías metafísicas muchas veces, su
Racionalismo Crítico, y su teoría de la falsabilidad122. De igual modo, su método
deductivo tiene un origen hipotético-teórico.

El realismo que postula Popper, a pesar de sus divagaciones inconclusas, tiene en sí


una gran corriente metafísica. Esta es en muchos casos necesaria para Popper,

118
J. F. MORA. Diccionario de Filosofía. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1965., p. 1238.
119
A. PEREIRA. Popper y la metafísica. Ser y Pensar. Blog de filosofía., p. 1.
120
K. R. POPPER. Conjeturas y Refutaciones. Op. Cit., p. 63.
121
Ibid.
122
Un ejemplo de estos, son las hipótesis científicas, las cuales tienen origen en la razón humana, y por tanto
poseen el carácter de metafísicas, y estas a su vez son el objeto que mueven el ejercicio de la falsabilidad.

67
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

denominándola como “programa metafísico de investigación”123. En la Lógica de la


Investigación Científica sostiene lo siguiente: “La creencia en la causalidad es metafísica.
No es sino una típica hipóstasis metafísica de una regla metodológica perfectamente
justificada, a saber, la decisión del científico de no abandonar jamás su búsqueda de
leyes”124. De aquí se desprende que una teoría metafísica tiene como origen una actitud
intelectual metafísica.

La metafísica de Popper no se ubica en una línea de las esencias o de las últimas cosas,
al menos aparentemente. Este no trata los problemas concernientes al sentido exacto de
los términos, ya que esto conllevaría la búsqueda del ser de las cosas. En esto Popper se
muestra un tanto reacio, debido a su marcada posición antiesencialista125. Toda pregunta
que lleve como dirección la partícula “qué es”, representa para el filósofo de la ciencia un
problema al cual prefiere no referirse, ya esta pregunta lleva consigo el objetivo de
encontrar la esencia de lo que se pregunta. Al respecto, Popper sostiene que el sentido de
un término solo puede regirse por convenciones:

“No existe una esencia de la filosofía, algo que pudiera destilarse y condensarse en una
definición: todas las de la palabra «filosofía» podrán tener tan sólo el carácter de una
convención, de un acuerdo; y, en todo caso, no veo mérito alguno en la propuesta arbitraria
de definir dicha palabra de modo que impida a todo estudioso de la filosofía el que intente
contribuir al avance de nuestro conocimiento del mundo”126.

123
El programa metafísico de investigación es una estructura que tiene como origen una proposición
metafísica, y de la cual es posible extraer un conocimiento científico. Por su parte, Imre Lakatos habla sobre
estos programas de investigación, pero agregándole su propio matiz: “Una ciencia consiste en un enorme
programa de investigación con: a) un núcleo firme de hipótesis con capacidad heurística: b) protegido por
un cinturón de hipótesis auxiliares que se modifican con mayor flexibilidad, según las anomalías que
aparecen.”. (I. LAKATOS. La metodología de los programas de investigación científica. Editorial Alianza.
Madrid, l983, p. 66-68.)
124
K. R. POPPER. Lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p. 231.
125
Cfr. K. R. POPPER. Búsqueda sin término. Op. Cit., p. 26. “Aún sigo pensando que este [el esencialismo]
es el camino más seguro a la perdición intelectual: el abandono de los problemas reales por mor de los
problemas verbales”.
126
K. R. POPPER. Lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p. 20.

68
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

Al no poder agotar toda la significación de un término “X” de la filosofía, la ciencia u


otra forma de conocimiento, por carecer del ser o la esencia, se deja el camino abierto a
otras concepciones más acabadas que puedan configurarse en el futuro sobre dicho
término. Basta solo con llegar a una convención, y tratar de definirlo lo más objetivo que
se pueda. Esto es lo que postula Popper. Aquí es posible encontrar un poco de escepticismo
en su propuesta, pues trata de esquivar todo lo que tiene que ver con las esencias de las
cosas, llevando a un relativismo, podría decirse, de la significación de la realidad
articulada por medio del lenguaje. Esta es una gran debilidad de su pensamiento.

Una palabra para Popper no vale por sí misma en cualquier tiempo y espacio, sino que
está sujeta a cambios y, por tanto, a nuevas interpretaciones. Siguiendo una postura de la
filología, sostiene que “toda buena traducción es una buena interpretación del texto
original”127. Dota con esta frase de una gran importancia a la hermenéutica textual y
factual.

El contexto es el espacio donde una palabra tiene sentido, y en este caso la metafísica
que se inserta en el pensamiento popperiano hay que entenderla en su propio contexto.
Para Popper ninguna de las metafísicas postuladas hasta entonces agotan la significación
de la metafísica y su funcionalidad, ni la aristotélica, tomista o cartesiana128, por poner
algunos ejemplos. Estas solo representan convenciones, que bien pueden servir para
acercarse al concepto metafísico y comprenderlo, no obstante los argumentos bien
fundamentados que plantean los filósofos anteriores.

Sin embargo, surge nuevamente la pregunta: ¿qué es, entonces, la metafísica para
Popper? y ¿de qué manera es posible encontrarla en su propuesta filosófica-científica?
Luego de encontrar el primer vestigio de metafísica en su teoría de la demarcación, aquí
simplemente como una reivindicación respecto al pensamiento neopositivista, hay que

127
K. R. POPPER. Búsqueda sin término. Op. Cit., p. 31.
128
Cfr. A. PEREIRA. Popper y la metafísica. Op. Cit., p. 2.

69
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

intentar encontrarla más allá de una simple demarcación. Cuando Popper se refiere a la
filosofía en el prefacio de su primera obra, la Lógica de la Investigación Científica, lo
hace de una manera un tanto temerosa, es lo que se puede vislumbrar. Ya se ha dicho que
este filósofo es antiesencialista129, entonces ante la definición de lo que está realizando, es
decir, filosofía de la ciencia, llama a esta como un problema filosófico, evitando referirse
a conceptos como ser o esencia: “Creo, sin embargo, que, al menos, existe un problema
filosófico por el que se interesan todos los hombres que reflexionan: es el de la
cosmología, el problema de entender el mundo”130.

De esta manera ¿se puede concluir que la metafísica, en Popper, es simplemente una
parte de una demarcación entre lo que es ciencia y lo que no lo es? O, por otro lado, como
ya se trató en su realismo ¿es una simple fe metafísica en la existencia de regularidades
en la naturaleza? Aparentemente podría concluirse esto. Sin embargo, hay que tomar en
cuenta la figura de Popper como científico, un hombre investigador de los fenómenos, de
las cosas materiales, y un defensor de la verdad, que no la puede agotar la materialidad.
De este modo, hay que encontrar el sentido que Popper le concede a la metafísica en dos
vertientes: una material, como era de esperarlo, y la otra en su propuesta filosófica, dentro
de la que se encuentra su metodología deductiva, la falsabilidad, las hipótesis y conjeturas,
la falibilidad y la búsqueda constante de la verdad. Además ya en la madurez de su
pensamiento, aplica el mismo método crítico-racional a las proposiciones metafísicas, ya
que al igual que en la ciencia se pueden contrastar hipótesis, resultando unas falsas y otras
verdaderas o más razonables, así también pasa en las concepciones de la metafísica.

Por otro lado, la pregunta por la metafísica se puede referir casi de inmediato a la
pregunta por las causas. En Aristóteles se puede encontrar una interpretación del ser, en

129
La propuesta antiesencialista de Popper la plantea con la siguiente afirmación: “Nunca te permitas la
inclinación de tomar en serio los problemas acerca de las palabras y sus significados. Lo que ha de tomarse
en serio son las cuestiones de hecho y las aserciones sobre hechos: teorías e hipótesis; los problemas que
resuelven; y los problemas que plantean”. (K. R. POPPER. Autobiografía intelectual. Op. Cit., p. 26.
130
K. R. POPPER. La Lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p. 6.

70
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

varios sentidos131, postulando cuatro causas: material, eficiente, formal y final132. De ellas
solo se tomará la material.

Ya desde el principio del pensamiento filosófico una de las primeras interpretaciones


del ser según Aristóteles fue la causa material. Y esta es, precisamente, el punto de partida
de la ciencia, la realidad concreta. Sin embargo, para entender el pensamiento metafísico
de Popper y distinguirlo de su antiesencialismo, hay que hacer una diferencia entre
“metafísica” y “hacer metafísica”, la primera es una cosa, mientras que la segunda es un
hecho133. “Las únicas cosas que responden a la pregunta por la causa material son las
cosas que existen, plantas, animales, agua, luz, imágenes, etc. Como solo hay cosas y
hechos, las únicas cosas que Popper acepta como realidad son las que tienen materia y
conciencia”134. De aquí que solo es real lo perteneciente a estos tres mundos.

Por tanto, una Metafísica con mayúscula no pertenece a ninguno de los tres mundos,
pero sí “la metafísica de Aristóteles”, por poner un ejemplo, ya que es un producto de la
mente humana, y desde luego perteneciente al Mundo 3, que sostiene Popper. Además,
una acción metafísica como la anterior, puede dar como resultado la cosa metafísica, en
definitiva, las teorías metafísicas135. ¿Cuál es la diferencia entre ambas? Mientras el “hacer
metafísica” es una cuestión psicológica, la “teoría metafísica” es una cuestión lógica y
metodológica. Esta última es la que permite una relación con el proceder de la ciencia,
aunque ambas, tanto el hacer como la teoría, forman la entidad metafísica.

131
ARISTÓTELES. Metafísica. V. Op. Cit., p. 7.
132
Ibid, pp. 25-34.
133
Cfr. A. PEREIRA. Popper y la metafísica. Op. Cit., p. 3.
134
Lo que existe es el mundo. Para Popper hay tres mundos, por el cual podemos decir que estos tres mundos
contienen cosas reales. El primer y el segundo mundo hacen referencia a Descartes, la res cogitans y la res
extensa, el mundo de la conciencia y el mundo físico (Cfr. K. R. POPPER. El cuerpo y la mente. Op. Cit., pp.
35-36), pero además proclama la existencia de un mundo más, el “mundo 3”, es decir su pluralismo, el
mundo de los productos de la mente humana, El Quijote de la Mancha, por ejemplo.
135
Cfr. A. PEREIRA. Popper y la metafísica. Op. Cit., p. 3.

71
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

3.4 Filosofía o metafísica

En el pensamiento de Karl Popper no es claro diferenciar su propuesta filosófica de la


metafísica. Al parecer están muy estrechamente relacionadas. Estas dos concepciones
entran dentro de la epistemología popperiana, específicamente en su lógica del
conocimiento científico: “El problema central de la epistemología ha sido siempre, y
sigue siéndolo, el del aumento del conocimiento. Y el mejor modo de estudiar el aumento
del conocimiento es estudiar el conocimiento científico”136. La principal función de esta
lógica es el análisis de las teorías y su validez, que es el enfoque que tiene Popper en todo
su accionar filosófico-científico. Esta labor intelectual la desarrolla a través de tres clases
de teorías137: 1) Teorías lógicas y matemáticas; 2) Teorías empíricas y científicas; y 3)
Teorías filosóficas o metafísicas.

En esta clasificación se distingue una diferencia muy marcada, por un lado están las
teorías lógicas o metafísicas las cuales no pueden ser falsables; y por otro, las empíricas y
científicas que sí lo son. Es aquí donde tiene lugar el debate ciencia-metafísica, en la
irrefutabilidad empírica de la metafísica respecto de la ciencia, siendo esta última,
precisamente ciencia porque puede ser falsable, según sostiene Popper. Las teorías
filosóficas o metafísicas (véase aquí el carácter disyuntivo de estas dos expresiones,
dándole una peculiaridad respecto a las otras dos)138, no pueden ser refutables por medio
de la experiencia, ya que son proposiciones puramente existenciales: “Un enunciado
existencial estricto o puro se aplica a todo el universo y es irrefutable simplemente porque
no puede haber método alguno por el cual se lo pueda refutar”139.

136
K. R. POPPER. La Lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p. 6.
137
K. R. POPPER. Conjeturas y Refutaciones. Op. Cit., p. 239.
138
Cfr. “[…] cuando (Popper) hace la diferencia entre las clases de teorías, como las lógicas y
matemáticas, las empíricas y científicas y las filosóficas o metafísicas, veremos que siempre va a separar
la filosofía de la metafísica con una “o”, a diferencia de las demás, en todo momento que hable de filosofía
va a adjuntar con una disyunción la otra palabra inseparable que es metafísica. “Filosofía o metafísica”
no dice otra cosa que forman una misma entidad, y hacer filosofía o hacer metafísica llegan a ser una
misma actividad”. (A. PEREIRA. Popper y la metafísica. Op. Cit., p. 4).
139
K. R. POPPER. Conjeturas y Refutaciones. Op. Cit., p. 242.

72
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

La filosofía es universal, al igual que la metafísica, estas son capaces de trascender el


espacio y el tiempo; no ocurre lo mismo con la ciencia. Esta última está limitada por la
característica espacio-temporal. Necesita el proceder científico de un campo muy
específico de investigación, dígase de una porción de la realidad; en la cual se enfoca,
analizándola, contrastándola y obteniendo unos resultados, que no son infalibles,
simplemente después de pasar la prueba rigurosa de la refutación, son mantenidos como
paradigma por un tiempo considerable. En otras palabras, la filosofía o metafísica se
encarga del mundo, mientras que la ciencia, solo de una porción:

“Hay una característica clara en todo hacer metafísica: es ser global, tener al cosmos
entero frente a ti. La ciencia solo se ocupa del cosmos, el metafísico o filósofo se ocupa del
mundo; la característica es su cosmología. En primer lugar es una reflexión, es el mirar
detenidamente una cosa. En segundo lugar, la cosa es el mundo. Supuestamente, esta
reflexión, al abarcar todo el mundo, al mismo tiempo pierda las cosas particulares del
mundo, de ahí que estas reflexiones tengan como resultado teorías sin comprobación
fáctica o particular. Hacer metafísica es una construcción mental del mundo, es una
suposición de lo que se cree que existe y la forma cómo se la descubre”140.

Ahora bien, hay que detenerse un poco en las teorías filosófico-metafísicas de Popper
y su carácter de irrefutabilidad. Es aquí donde entra la tercera etapa del pensamiento
metafísico de Popper, adquiriendo esta cierta formalidad, y representando para ella un
cambio positivo. En su primera obra de 1934, la Lógica de la Investigación Científica, la
metafísica era una simple demarcación o creencia estructurada de ideas un tanto oscuras
a las cuales la razón crítica no tenía acceso. En cambio, ya en la obra Conjeturas y
Refutaciones, del año 1963, las concepciones metafísicas pueden ser objeto de discusión
crítica. En uno de sus últimos escritos Búsqueda sin término, publicada en el 1976,
también aparece la actitud crítica respecto de la metafísica:

140
A. PEREIRA. Popper y la metafísica. Ibid.

73
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

“La lógica de la investigación_ científica era el libro de un realista, aunque por aquel
tiempo no hubiese pretendido decir gran cosa sobre el realismo. La razón estaba -en que
entonces no me había dado cuenta de que una posición metafísica, aunque no fuese
contrastable, podía ser racionalmente criticable o argüible. Yo había confesado ser realista
pero pensando que esto no pasaba de una confesión de fe (...)”141.

Ya se ha planteado que las teorías filosófico-metafísicas son irrefutables. Sin embargo,


son susceptibles de ser criticadas y sometidas a discusión. Esta problemática en la que ha
incursionado Popper puede dar origen a la siguiente pregunta: ¿acaso no se deduce casi
por lógica que un enunciado irrefutable debe ser necesariamente verdadero? ¿por qué
entonces someterlo a la crítica si ya se sabe que es verdadero? Popper contradice a los que
sostienen que de la irrefutabilidad de una teoría filosófica puede inferirse su verdad.
Plantea el ejemplo del determinismo y el indeterminismo. Uno y otro son incompatibles e
irrefutables a la vez, por tanto, no pueden ser ambos verdaderos142. Este es su principal
argumento para dar cabida a la discusión racional de las teorías metafísicas. En la misma
línea distingue cinco teorías filosóficas irrefutables, pero que a su entender son falsas,
estas son las siguientes: el determinismo, el idealismo, el irracionalismo, el voluntarismo
y el nihilismo.

“Primero, el determinismo: el futuro está contenido en el presente, en la medida en que


está plenamente determinado por el presente. Segundo, el idealismo: el mundo es mi sueño.
Tercero el irracionalismo: tenemos experiencias irracionales o suprarracionales en las
cuales nos experimentamos a nosotros mismos cono cosas en sí; de este modo tenemos
algún tipo de conocimiento de las cosas en sí. Cuarto, el voluntarismo: en nuestras propias
voliciones nos conocemos como voluntades. La cosa en sí es la voluntad. Quinto, el
nihilismo: en nuestro aburrimiento nos conocemos como nadas. La cosa en sí es la
Nada”143.

141
K. R. POPPER. Búsqueda sin término. Op. Cit., p. 200.
142
Cfr. K. R. POPPER. Conjeturas y refutaciones. Op. Cit., p. 241.
143
Ibid., pp. 241 y 242.

74
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

Popper considera que estas cinco tesis son falsas, aunque sean irrefutables. Sostiene
que el idealismo metafísico es falso frente al realismo metafísico que es verdadero. Claro
está, no es una postura que resulta de un conocimiento demostrable ni contrastable
científicamente; no obstante, es bastante razonable, pues posee argumentos más fuertes
que el idealismo144. Las razones por las que dice que son falsas la podemos extraer de sus
propias palabras:

“Tal es nuestra lista. He elegido los ejemplos de manera tal que pueda decir de cada
una de esas cinco teorías, después de cuidadosa consideración, que estoy convencido de
que es falsa. Para decirlo con mayor precisión: primero y ante todo, soy un indeterminista;
segundo, soy un realista; tercero, un racionalista. Con respecto a los ejemplos cuarto y
quinto, admito gustosamente —junto con Kant y otros racionalistas críticos— que no
podemos poseer nada semejante a un pleno conocimiento del mundo real, con su riqueza y
su belleza infinitas. Ni la física ni ninguna otra ciencia pueden ayudarnos a lograr tal fin.
Pero estoy seguro de que tampoco puede ayudarnos la fórmula voluntarista: "El mundo es
voluntad". Y en cuanto a nuestros nihilistas y existencialistas que se aburren (y quizás
aburren a otros también), sólo puedo sentir piedad por ellos. Deben ser ciegos y sordos,
los pobres, pues hablan del mundo como un ciego de los colores del Perugino o como un
sordo de la música de Mozart”145.

Una crítica que puede surgir de las razones que da Popper para concluir la falsedad de
estas cinco teorías, es su punto de origen subjetivo. El filósofo austriaco al parecer echó a
un lado la objetividad y se centró demasiado en su opinión personal. Esto se hace evidente
cuando utiliza las siguientes palabras: “estoy convencido”; “soy un indeterminista146”

144
Cfr. P. GARCÍA Y P. MOREY. Ciencia y Metafísica en el pensamiento de Karl Popper. Epistemología e
Historia de la Ciencia. Volumen X. Universidad Nacional de Córdoba, 2004., p. 5.
145
K. R. POPPER. Conjeturas y refutaciones. Op. Cit., p. 241.
146
“Yo personalmente creo que la doctrina del indeterminismo es verdadera y que el determinismo carece
por completo de fundamento. Entre las razones de mi convicción destaca el argumento intuitivo de que la
creación de una obra nueva, tal como “Sinfonía en sol menor de Mozart, no puede predecirse en todos sus
detalles por un físico o un fisiólogo que estudie con detalle el cuerpo de Mozart, especialmente su cerebro
y su entorno físico. La opinión contraria parece, intuitivamente absurda; en cualquier caso, parece obvio
que sería dificilísimo dar argumentos razonables en su favor y que no hay nada en el momento actual,

75
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

(postura que admite como crítica al determinismo científico147)”; “admito gustosamente”;


y “estoy seguro”. En sus razones hace falta una argumentación más sólida que sus propios
puntos de vista, cosa que al parecer no tomó en consideración.

Esta nueva propuesta representa el cambio de posición de Popper respecto de la


metafísica. Se puede decir que es una segunda demarcación, ya no entre enunciados
científicos y extra-empíricos, sino entre proposiciones metafísicas irrefutables, pero que
bien pueden ser algunas más razonables que otras, y permitir distinguir las tesis
metafísicas inútiles de aquellas que son valiosas. A propósito, Popper plantea: “Quizá
sea aquí donde podemos encontrar un criterio de demarcación dentro de la metafísica,
entre sistemas metafísicos sin valor racional y sistemas metafísicos que merece la pena
discutir y sobre los que merece la pena pensar”148.

Ahora bien, si todas las teorías filosóficas son irrefutables, y además pueden someterse
a la discusión y a la crítica, surge la siguiente pregunta: ¿de qué manera se puede distinguir
entre las teorías filosóficas verdaderas y las falsas? Popper respondiendo a esta inquietud
dice que lo primero que hay que tomar en consideración es la relación que debe existir
entre la teoría propuesta y los problemas a los que posiblemente puede dar soluciones
acertadas, y ofreciendo, además, una serie de pautas a seguir para el sometimiento crítico
de estas teorías filosóficas.

“Mi solución es ésta: si una teoría filosófica no fuera más que una afirmación aislada
acerca del mundo, que nos la arrojan diciéndonos tácitamente: "Tómela o déjela" y sin
ninguna sugerencia de conexión con alguna otra cosa, entonces estaría realmente más allá
de toda discusión (…) En otras palabras, toda teoría racional, sea científica o filosófica, es

excepto un prejuicio cuasi-religioso para apoyar esa opinión o el prejuicio de que la omnisciencia de la
ciencia se aproxima de alguna manera, aunque sólo sea en principio, a la omnisciencia divina”. (K. R.
POPPER. El universo abierto. Op. Cit., p.64).
147
“(…) doctrina de que la estructura del mundo es tal que cualquier suceso puede ser racionalmente
predicho, con cualquier grado de precisión que se desee, si contamos con una descripción suficientemente
precisa de los sucesos pasados junto con todas las leyes de la naturaleza”. Op. Cit., p. 25.
148
K. R. POPPER. Teoría cuántica y el cisma en Física. Editorial Paidós, 1982., p. 222.

76
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

racional en la medida en que trata de resolver ciertos problemas. Una teoría es


comprensible y razonable sólo en relación con un conjunto de problemas dados y sólo
puede ser discutida racionalmente mediante la discusión de esta relación”149.

Para Popper la solución de los problemas concretos con los que se enfrenta el hombre
en la realidad, es lo que representará el grado de verdad o falsedad de una teoría filosófica
irrefutable. Por tanto, debe existir una especie de conexión entre estas tesis metafísicas, y
el mundo real y material. De aquí puede extraerse otro vestigio de acercamiento entre la
ciencia y la metafísica, que luego se llamará “programa metafísico de investigación”. De
este modo, cuando se presenta una teoría metafísica incontrastable, pero sí criticable, se
pueden evaluar y tratar de buscarle una solución que diga si es verdadera o falsa a través
de las siguientes preguntas: “¿Resuelve el problema? ¿Lo resuelve mejor que otras
teorías? ¿Ha desplazado simplemente el problema? ¿Es simple la solución? ¿Es fecunda?
¿Contradice otras teorías filosóficas necesarias para resolver otros problemas?”150

Estas preguntas son una clara evidencia de que teorías con las características de ser
irrefutables pueden ser sometidas a una discusión racional, sin caer en una contradicción
lógica. En definitiva, ya se ha demostrado la estrecha relación que existe entre la filosofía
y la metafísica en Popper, y su carácter de irrefutabilidad que une a ambas. Se ha
desarrollado, de igual forma, la tercera etapa del pensamiento metafísico popperiano,
aunque no en su totalidad, pues el culmen de su filosofía metafísica son los programas
metafísicos de investigación.

Estos son los que permiten una relación inherente a lo científico con lo metafísico,
debido a que uno da paso al otro. Pero estos programas ¿no serán un indicio de que la
ciencia por sí misma no se sostiene y que necesita de algo que esté fuera de ella? En todo
su pensamiento, Popper sostiene que la ciencia es un acercamiento a la verdad, ¿puede,

149
K. R. POPPER. Conjeturas y refutaciones. Op. Cit., p. 245.
150
Ibid, p. 246.

77
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

entonces, concluirse y a la vez abrir un nuevo horizonte científico, con la posibilidad de


una metafísica que sea el punto de origen y la meta de toda la existencia y que represente
en última instancia la Verdad que tanto se busca?

3.5 La relación Ciencia-Metafísica

El proceder de la ciencia es un hecho que tiene como objeto de investigación y


experimentación a la materia. Es esta su campo de análisis. Todo lo que un hombre de
ciencia lleva a un laboratorio, aplicando un método científico, y por tanto racional, tiene
como punto focal a la materia como tal, en sus diversas manifestaciones. Sin embargo, en
esta actividad científica entra un elemento muy peculiar, y que no puede ser reducido a lo
puramente material, y el cual es objeto de investigación en los tiempos actuales: la mente
humana, dígase el intelecto, la consciencia, la facultad de la razón, etc. Ella es la que hace
la ciencia, todos los avances a nivel de la ciencia y la técnica han sido producto de ella, la
mente pensante y creativa de todos los hombres en las múltiples etapas de la historia.
Popper, en su teoría de los tres mundos como ya se ha plateado, se circunscribe a esta
parte esencial del conocimiento humano entre el Mundo 2 y el Mundo 3, siendo posible
su desarrollo en este último.

Se puede sostener una cientificidad en la interacción constante de estas dos realidades:


la materia y la consciencia, aunque todavía represente un misterio para la ciencia, y a la
cual cree dar respuesta en el futuro. Lo que se quiere al plantear esta relación, es descubrir
en ella la clave del sostenimiento de la teoría de una ciencia que es posible gracias a algo
que está más allá de ella, la metafísica. Siendo esta última la que hace posible el
surgimiento de conocimientos científicos, y la que en muchos casos es paradigma de
nuevos campos de investigación para la ciencia.

78
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

Según el Doctor en Filosofía Pablo Domínguez, refiriéndose al programa


Hilbertiano151 en una conferencia sobre la fe y la razón, sostiene que el conocimiento más
fiable que posee la ciencia y que está a la base de su metodología, como es el caso de las
matemáticas, no posee su fundamento en ella misma, sino que las bases sobre las cuales
se cimienta toda su estructura lógica se encuentran más allá de ella.

“Hilbert en 1900 convoca un congreso en París con una intención, lleva a allí a los
mejores investigadores en el ámbito de la lógica, de la epistemología, de la matemática. Su
intención es elaborar un sistema axiomático, por tanto racional según se entendía la razón
humana que tratara de acabar con esta crisis de la ciencia (¿la ciencia por sí sola es
completa?) y que pudiera dar explicación de todo. Cuántas veces se nos ha dicho: esto está
dicho con rigor matemático, como si fuera la máxima expresión del rigor, tamaño error.
Pues bien esto era el sueño del racionalismo. Sin embargo, tiempo después se reúnen de
nuevo los investigadores en cuestión y llegan a una terrible conclusión. No solamente no
han podido elaborar ese sistema axiomático totalmente completo, sino que algunos han
demostrado de un modo formal, por tanto lógico, que es imposible. (…) Y aquí están tres
grandes teoremas: Teorema de Guedel, teorema de Debens, Hayn Scolem y el teorema de
Chals. ¿Qué dicen estos teoremas? Estos teoremas están elaborados en una parcela de la
lógica-matemática un poquito más compleja de lo habitual, es la lógica de predicados de
orden superior, no es por tanto, la lógica habitual, la lógica de enunciados que se estudia
en cualquier fin, es decir, en psicología, o en el bachillerato. Lo que explican estos teoremas
es que “la fórmula que demuestra la coherencia de un sistema racional no pertenece a ese
sistema racional”. Es decir, que para fundamentar la ciencia, hay que salir de ella, porque
su fundamento no pertenece a ella. (…) De tal modo, por ejemplo, que para fundamentar
la matemática, necesito principios meta matemáticos, extra matemáticos, y por eso la
matemática no es ninguna ciencia exacta, sino que es exacta siempre y cuando ponga yo
unos fundamentos que están más allá”152.

151
“David Hilbert es una de esas figuras que marca una nueva época en las Matemáticas. Como veremos,
realizó importantes contribuciones en muy distintas áreas (Álgebra, Geometría, Teoría de Números,
Análisis Funcional, Física, etc.) pero, sobre todo, desarrolló nuevos métodos y técnicas que provocaron
cambios radicales en la manera de entender y desarrollar la matemática”. (F. BOMBAL. David Hilbert: La
búsqueda de la certidumbre. Real Academia de Ciencias de España. Facultad de matemáticas, Universidad
Complutense, Madrid, 2013. Doc. PDF., p. 1).
152
P. DOMÍNGUEZ. Conferencia Fe y Razón. Madrid. Video. Fuente: You Tube. Jueves 23 de febrero de
2017, 9:53:00 am.

79
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

Y es precisamente el intelecto humano el que es capaz de conectar lo material (objeto


de la ciencia), con lo inmaterial (objeto de la metafísica). Es esta facultad la primera
prueba de una relación casi inseparable entre la ciencia y la metafísica. El hombre es el
que piensa el mundo, crea leyes, deduce teorías y luego las aplica, es el que diseña un
universo completo, en el simple y a la vez complejo espacio- tiempo de su inteligencia.
Por tanto, la ciencia y la metafísica no son elementos antagónicos, sino más bien
protagónicos del deseo más grande que posee el ser humano: conocer la verdad. Esta es
un camino, o más bien una meta antropológica, como ya se ha desarrollado. Y mientras
se busca o se intenta alcanzar entran en juego la existencia misma, y al suceder estos dos
mundos se despliegan: el mundo físico y el mundo extra-físico; en palabras de Descartes:
la “Res Extensa y la Res Cogitans”153.

3.5.1 El sentido de la metafísica

En el pensamiento de Popper puede evidenciarse una clara defensa del sentido de la


metafísica. Para este pensador la ciencia está constituida de metafísica y es imposible
separar una de la otra: “Yo no creo que la metafísica sea absurda, y no creo que sea

153
Cfr. “Res Extensa. Del latín “res”, cosa. Las substancias corpóreas o materiales. El atributo por el que
conocemos esta substancia, el que constituye su naturaleza y esencia, y del que dependen todas las demás,
es la extensión en longitud, anchura y profundidad. El resto de características que podamos atribuir a
los cuerpos (como la figura y el movimiento) presuponen la extensión. Descartes presenta con estas ideas
una concepción geométrica o matematizante de la realidad física, puesto que considerará como reales sólo
aquellas propiedades físicas que se pueden describir matemáticamente. Los animales son pura extensión,
no poseen mente alguna. Res Cogitans. Del latín “res”, cosa, y “cogito”, pensar. La mente o substancia
pensante. El atributo por el que conocemos esta substancia, el que constituye su esencia y del que dependen
todas las demás es el pensamiento. Todas las propiedades que encontramos en la “res cogitans” no son
sino diferentes modos de pensar: la imaginación, el sentimiento y la voluntad, dependen de tal modo de una
cosa que piensa, que no podemos concebirlos sin ella. Recordamos que, en realidad, con “pensar” no se
refiere aquí Descartes al pensamiento en sentido estricto sino propiamente al “ser consciente de”, a todo
aquello que puede estar acompañado de consciencia. Por esto, como nos dice en las “Meditaciones
Metafísicas”, “una cosa que piensa es una cosa que duda, que entiende, que concibe, que afirma, que niega,
que quiere, que no quiere, que imagina también y que siente”. (J. ECHEGOYEN OLLETA. Historia de la
Filosofía. Volumen 2: Filosofía Medieval y Moderna. Editorial Edinumen. (Revista de Filosofía Digital. 17
de marzo 2017- 9:30 am).

80
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

posible eliminar todos los “elementos metafísicos” de la ciencia: están demasiado


estrechamente entretejidos con el resto”154. El filósofo austriaco pone a la historia de la
ciencia como ejemplo de una investigación científica que es producto de una concepción
metafísica del mundo. El ejemplo que más utiliza, desde el comienzo de su defensa a la
metafísica, es la del atomismo de Demócrito. Esta teoría sostiene la estructura del mundo
real, y por tanto empírico, con proposiciones o más bien términos totalmente desconocidos
e inaccesibles a la observación: los átomos y el vacío. Esto le daba la característica de ser
un conocimiento metafísico, sirviendo como paradigma de investigación para la ciencia
en mucho tiempo, y cuya influencia fue de vital importancia para su desarrollo.

Por otro lado, otro conocimiento que entra dentro de la categoría de lo metafísico y que
representó para el hombre desde sus primeros inicios un intento de explicar la realidad
que le interpelaba fue la astrología. Esta tiene su origen en un conocimiento mítico-
religioso, que buscaba explicaciones a los fenómenos naturales en la acción de los dioses
sobre el mundo. Tiempo después y con el avance de la ciencia, estas creencias se fueron
transformando en teorías científicas, y se comprobó que realmente existía una influencia
de los astros sobre la tierra, atribuyendo a las entidades planetarias poderes, pero que esta
vez era posible calcularlos matemáticamente155. De aquí que lo iniciado por un simple
acto de fe, y por tanto metafísico, no estaba tan lejos de una explicación real, como lo
comprobó la ciencia tiempo después.

Se puede decir que en la base de todo cambio científico hay proposiciones metafísicas.
El filósofo A. Koyré156 en su libro Pensar la ciencia, tiene un capítulo que lleva por

154
K. R. POPPER. Realismo y el objetivo de la ciencia. Op. Cit., p. 219.
155
Cfr. R. F. FEBRER. Verdad y realismo en la obra de Karl Raimund Popper. Op. Cit., p. 346.
156
Cfr. “Alexandre Koyré judío-ruso nacido en Taganrog en agosto de 1892, fue ante todo filósofo e
historiador de la ciencia. Precoz intelectual, a los 13 años empleaba su tiempo libre en leer las
Investigaciones lógicas de Edmund Husserl; su enorme capacidad políglota le permitía, muchas de las
veces, leer las obras de su interés en la lengua en la que fueron escritas originalmente por sus autores. Muy
joven emigró al centro de Europa, inicialmente a Alemania, en donde estuvo de 1908 a 1912, año este
último en el que se traslada a Francia en donde radicó la mayor parte de su vida. Fue discípulo de Edmund
Husserl y Henri Bergson y fue maestro de Thomas S. Kuhn y Bernard Cohen entre otros”. (B. GEORGINA Y

81
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

nombre Influencia de las concepciones filosóficas en las teorías científicas. Plantea este
pensador que la ciencia sería imposible sin un sistema filosófico como fundamento. Para
esto propone tres postulados157:

1. El pensamiento científico nunca ha estado enteramente separado del pensamiento


filosófico.
2. Las grandes revoluciones científicas siempre han sido determinadas por conmociones
o cambios de concepciones filosóficas.
3. El pensamiento científico […] no se desarrolla “in vacuo”, sino que siempre se
encuentra en el interior de un cuadro de ideas, de principios fundamentales, de
evidencias axiomáticas que habitualmente han sido consideradas como pertenecientes
a la filosofía.

Es esta tesis, precisamente, la que da fundamento a lo que Popper llama como


“Programas metafísicos de investigación”. Ella se sostiene en la premisa de que todo
conocimiento científico posee un origen metafísico. Al mismo tiempo que otras teorías
objeto de análisis por parte de la ciencia son simplemente hipótesis metafísicas, pero que
son bastante razonables y propensas a convertirse en científicas. En la cosmología actual
esto se encuentra muy presente. Por ejemplo, la teoría de los agujeros negros, la teoría del
multiverso, entre otras. De ninguna de ellas se tiene evidencia empírica, pero sí se aspira
a tenerla.

3.5.2 Programas metafísicos de investigación para la ciencia

Anteriormente se han planteado las etapas del pensamiento metafísico de Popper. Los
programas de investigación pertenecen a la 3ra. y última etapa de su concepción
metafísica. Esta se puede catalogar como la oficialización de la misma, valorándola con

S. GONZÁLEZ. Historiografía koyreana de la ciencia. I Congreso Iberoamericano de Ciencia, Tecnología,


Sociedad e Innovación. 2006. Doc. PDF., p. 2.
157
A. KOYRÉ. Pensar la ciencia. Editorial Paidós. Barcelona, 1994. Op. Cit., p. 51.

82
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

más fundamento y otorgándole un papel esencial en el campo científico. En su obra El yo


y su cerebro, publicada en 1976, Popper expresa:

“(…) las hipótesis metafísicas son importantes para la ciencia al menos en dos sentidos:
antes que nada, para tener una visión general del mundo, precisamos hipótesis metafísicas.
En segundo lugar, en el estado actual de nuestra investigación, nos guiamos por programas
metafísicos de investigación”158.

Estos llamados “programas metafísicos de investigación” hacen de guía en la


cientificidad, es decir, son los que trazan las pautas que seguirá determinado proceso
científico. Son estos, además, los que permiten el surgimiento de nuevos problemas
mejores y más interesantes para la ciencia y sus posibles soluciones159. Además, Popper
cataloga de metafísicos a estos programas en dos sentidos: el primero por su carácter de
irrefutabilidad; el segundo por su generalidad respecto a la ordenación del universo,
basándose estos últimos en una serie de ideas provenientes de la intuición160.

Estos programas metafísicos tienden a ser en su mayoría, temporales, es decir, son


capaces de llegar a convertirse en un conocimiento científico. Sin embargo, otros son
inaccesibles para ser estudiados por la ciencia aplicándole sus métodos, pero que poseen
en sí mismos una cierta razonabilidad que los hace muy interesantes y a la vez muy
complejos, como por ejemplo la pregunta de por qué el ser y no la nada, que en palabras
más llanas, por qué existe el universo en vez de no hacerlo. Las respuestas a estas
preguntas representan un gran reto para la ciencia, no obstante, son interrogantes como
estas las que mantienen vivo el interés por parte de los científicos en seguir investigando
y buscando posibles soluciones.

158
K. R. POPPER. El yo y su cerebro. Op. Cit., p. 496.
159
Cfr. P. GARCÍA Y P. MOREY. Ciencia y Metafísica en el pensamiento de Karl Popper. Op. Cit., p. 6.
160
Cfr. K. R. POPPER Teoría cuántica y el cisma en física. Op. Cit., p. 181.

83
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

Popper, por su parte, da varios ejemplos de estos programas metafísicos de


investigación161:

“-El universo en bloque de Parménides, que contiene como ideas generales la negación
del vacío, del movimiento y del cambio, al mismo tiempo que sostiene la necesidad de una
imagen racional del mundo basada en la deducción y el principio de contradicción.
-El atomismo, cuyas ideas generales son que el mundo consiste en átomos y vacío.
-La geometrización, tal como aparece en la cosmología del “Timeo” de Platón, en la cual
se considera que el mundo físico es espacio lleno de materia, siendo la materia espacio
formado o moldeado.
-El esencialismo y potencialismo de Aristóteles, que se caracteriza por su negación del
vacío y la afirmación de la existencia de substancias con esencias que se despliegan
pasando de la potencia al acto.
- También la física del Renacimiento, con Copérnico, Bruno, Kepler y Galileo, que en gran
medida restaura la cosmología geométrica de Platón y emplea el método hipotético
deductivo”.

Todos estos programas metafísicos de investigación son discutibles, por tanto, pueden
ser objeto de análisis para considerárseles con el carácter de científico o no. El mismo
Popper al respecto dice: “los programas metafísicos de investigación están abiertos a la
discusión y pueden ser cambiados a la luz de la esperanza que inspiran o de los
desengaños de los que pueden considerarse responsables”162. Por otro lado, hay que
destacar que cada uno de estos programas no plantea sus teorías alejados de la realidad,
a pesar de su categoría de metafísicos, sino que son problemas propios de la física los que
estos sostienen. Por ejemplo, los problemas del cambio, el espacio, el de los átomos y el
vacío, al igual que el de la estructura atómica de la materia163.

161
Ibid, pp.182-184.
162
K.R. POPPER. Realismo y el objetivo de la ciencia. Op. Cit., p. 232.
163
Cfr. P. GARCÍA Y P. MOREY. Ciencia y Metafísica en el pensamiento de Karl Popper. Op. Cit., p. 8.

84
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

De la reflexión anteriormente expuesta puede desprenderse la siguiente pregunta: ¿se


elimina de la ciencia las concepciones metafísicas una vez convertidas estas en una teoría
científica? El filósofo de la ciencia Edwin Arthur Burtt (1960) sostiene que sí:

“(…) las concepciones filosóficas influyen positivamente en la evolución de la ciencia,


ellas son como andamios o soportes que ayudan al científico a formar sus concepciones
científicas; sin embargo, una vez concluida una teoría científica se puede prescindir de
ellas, es decir, eliminarlas”164.

Popper refuta esta idea, y pone de manifiesto la inexistencia de una demarcación


precisa entre la ciencia y la metafísica, debido a su estrecha relación. No es aconsejable
querer eliminar las teorías metafísicas una vez comprobadas desde el campo científico,
pues siempre estarán ahí, como base y fundamento. Además es preciso recordar que unas
son posibles de ser verificadas por la experiencia, mientras que otras nunca lo son, pero
están ahí y ejercen una gran influencia sobre la ciencia.

“En lo que respecta a la ciencia y a la metafísica, yo no creo, ciertamente, en una


demarcación precisa. La ciencia, en todas las épocas, ha sido profundamente influida por
las ideas metafísicas; ciertas ideas y problemas metafísicos […] han dominado el
desarrollo de la ciencia durante siglos, como ideas reguladoras; mientras que otras […]
se han transformado gradualmente en teorías científicas”165.

Esto hace constatar que la búsqueda del conocimiento cierto, y por ende verdadero,
tiene como aristas dos concepciones que aparentemente son contrarias: lo físico y lo
metafísico. Sin embargo, su vinculación en el campo de la cognición humana es lo que

164
E. A. BURTT. Los fundamentos metafísicos de la ciencia moderna. Editorial Sudamericana. Buenos Aires,
1960., p. 67.
165
K. R. POPPER. Realismo y el objetivo de la ciencia. Op. Cit., pp. 199-200.

85
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

permitirá que cada vez el hombre esté más cerca de descubrir las realidades que aún
representan un misterio para él. Esto por la simple conjetura de que el universo no es
determinado por lo puramente material, es una realidad más compleja que abarca un sinfín
de posibilidades gracias a su característica más importante: su creatividad emergentista166.

3.6 Ciencia y humanismo

El ser humano es el protagonista de toda actividad científica. Es él quien hace la ciencia,


la modifica y descubre nuevos planos de investigación. Y en última instancia, este
proceder debe estar dirigido al desarrollo integral del hombre. Pues es antinatural que un
producto de la mente humana pueda ser capaz luego de atentar contra la existencia de otro
ser humano. De aquí que la ciencia debe ser guiada por principios éticos y morales que
garanticen un buen manejo de los instrumentos científicos, siempre a favor del hombre y
de toda la humanidad.

Es necesario destacar la importancia de los valores para una cientificidad más


completa, cuya meta sea la protección y defensa de la vida humana como el don más
grande del universo. Al hablar de los valores se ingresa automáticamente en un plano
ontológico, ya que estos son en sí trascendentales, y por tanto, metafísicos.167 Esta

166
La creatividad emergentista se refiere a que el universo está en constante dinamismo, surgiendo de él
nuevas realidades. Un ejemplo de esta emergencia es la vida y la misma consciencia humana.
167
“Los valores son cualidades irreales, porque carecen de corporalidad, pero su estructura difiere de la
de los objetos ideales, asimismo irreales, pues mientras estos últimos pertenecen propiamente a la esfera
del ser, sólo de cierto modo y habida cuenta de la pobreza del lenguaje puede admitirse que los valores
"son". Mas no sólo esto: el valor no puede confundirse con el objeto ideal, porque mientras éste es
concebido por la inteligencia, el valor es percibido de un modo no intelectual, aun cuando lo intelectual no
pueda tampoco excluirse completamente de la esfera de los valores. (…) Dentro de este marco ha insertado
la teoría actual de los valores sus debates e investigaciones, especialmente los que se han referido al
carácter absoluto o relativo de los valores, es decir, los que han tomado como punto de partida para una
axiología la determinación del valor como algo reductible esencialmente a la valoración realizada por los
sujetos humanos o como algo situado en una esfera ontológica y aun metafísica independiente. Pues
mientras unos, siguiendo inconscientemente”. (J. FERRATER MORA. Diccionario de filosofía. Op. Cit., p.
868).

86
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

concepción es tan importante que es una de las incógnitas más interesantes que posee la
ciencia: entender el porqué y el para qué de la vida. Cómo esta ha evolucionado desde
simples bacterias hasta las formas más complejas de células vitales que hacen posible el
pensamiento humano, llegando de esta forma a la más compleja de todas las
construcciones: la conciencia humana. Esta, se puede afirmar, es la que hace posible la
comunicación de un mundo que aparentemente es simple materia con otro que trasciende
todas las formas físicas existentes, el mundo de lo metafísico. De ahí se puede sostener
que una de las características del elemento metafísico en el hombre es precisamente su
sentido humano, que es toda una amalgama de realidades, desde los sentimientos, los
sentidos, hasta su capacidad de razonar.

El primer valor que puede encontrarse en el pensamiento de Popper es el de la verdad.


El ser humano es un constante buscador de la verdad como se afirma en el primer capítulo
de este trabajo de investigación. Es la verdad la que debe guiar la actividad de los hombres
de ciencia. Además, para llevar a cabo esta meta, el hombre debe seguir ciertas normas y
reglas morales, y estas a su vez le permitirán dilucidar lo verdadero de lo falso: “Es la
aceptación de esas normas la que crea la dignidad del hombre; la que lo hace
responsable, tanto moral como intelectualmente; la que no sólo le permite actuar
racionalmente, sino también meditar, juzgar y discriminar acerca de teorías rivales”168.

La ciencia debe estar siempre al servicio del ser humano y no al contrario. De aquí que
la verdad debe ser siempre su meta. Sin embargo, existe la posibilidad de dirigir el
conocimiento científico por caminos que no son los más adecuados ni los más honestos
en beneficio del hombre. Es por esta razón que lo ético no debe estar separado de la
cientificidad, sino que ambas concepciones deben ir de la mano.

168
K. R. POPPER. Conjeturas y refutaciones. Op. Cit., p. 458.

87
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

3.6.1 Relación entre ética y ciencia en Popper

La relación ética y ciencia se da en el pensamiento de Popper ya desde su obra Lógica


de la Investigación Científica, refiriéndose a su metodología científica169. Sostenía que
para evitar que una teoría sea falsada, el hombre de ciencia no debía usar como pretexto
el convencionalismo para apoyar sus hipótesis. En cambio, era su deber fundamentar sus
conclusiones en una decisión práctica170, que se dejara guiar, más bien, por la honradez
intelectual del científico. Su teoría más importante, la de la falsabilidad, se fundamentaba
en principios éticos.

Tiempo después, para los años 1960, Popper retoma el tema de las relaciones existentes
entre la cientificidad y los principios morales. Esta relación se hace evidente en el
“addendum”171 de 1961 a su obra La sociedad abierta. A propósito de su crítica al
relativismo, Popper trató la problemática de las relaciones de los hechos y las normas
morales172. Al relativismo lo considera como la enfermedad filosófica más importante173.
Esta enfermedad puede sanarse con la implementación de la teoría de la verdad de
Tarski174, que tanta influencia tuvo en su pensamiento. Sin embargo, esta solo aplicaba al
campo de los hechos, no a lo referido a las normas175. Entonces, hay que buscar un punto
en común entre ambos elementos, en el que la interacción del ámbito científico y moral
sea posible. Esto se explica de la siguiente manera:

169
Cfr. J. F. MARTÍNEZ SOLANO. El problema de la verdad en K. R. Popper: Reconstrucción histórico-
sistemática. Editorial Gesbiblo, S. L. Madrid, 2005., p. 286.
170
Cfr. K. R. POPPER. Lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p. 82.
171
“Addendum” (Apéndice).
172
Cfr. K. R. POPPER. La sociedad abierta. Editorial Paidós, Barcelona., pp. 369-396.
173
Cfr. Ibid.
174
“Para Tarski, la verdad ha de entenderse como correspondencia entre las oraciones y los referentes de
estas en un modelo en el que se interpretan. No obstante, la noción de correspondencia no resultaba
suficientemente precisa, siendo a lo sumo una metáfora, por lo que a Tarski le pareció más precisa, aunque
no perfecta, la definición que daba Aristóteles en el libro IX de la Metafísica: “Decir de lo que no es que
es, o de lo que es que no es, es falso, y decir de lo que es que es, o de lo que no es que no es, es verdadero.”
(ESTEBAN GALISTEO GÓMEZ. Alfred Tarski. “La Guía”, revista de filosofía. Acceso: 18 de marzo de 2017,
8:50 pm.
175
Cfr. Ibid., p. 383.

88
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

“(…) Popper busca primero las similitudes entre el campo de los hechos y el ámbito de
las normas. Piensa que hay dos similitudes básicas en la Ciencia y la Moral: una, centrada
en que tanto las normas como los hechos se pueden discutir y criticar; la otra, que en ambos
casos existe una idea reguladora a la que los hechos o las normas pueden ajustarse o no.
En el primer ámbito la idea reguladora es la noción de “verdad” absoluta, mientras que
en el segundo puede ser la idea de lo “justo” o lo “bueno”.
Pero la consideración de las dos ideas reguladoras es diferente, porque la idea de
“correspondencia con la realidad” o “verdad” es inapelable, mientras que la idea de
“bondad” es discutible y depende de nuestra aceptación previa, esto es, de nuestra decisión
de seguirla o no, de lo contrario, caeríamos en un autoritarismo normativo”176.

No obstante al antagonismo existente entre hechos y normas, Popper propone la verdad


como ese punto de encuentro de ambas. Pues de la misma forma en que el ser humano se
interesa por encontrar la verdad, de ese mismo modo debe aspirar a encontrar lo bueno en
el campo de las normas.

“(…) este es un tema muy difícil. Lo que creo es que la Ética o la Moral la realiza el ser
humano, como la Geometría, pero produce sus propios problemas, y las soluciones a esos
problemas conducen a nuevos descubrimientos. Creo que hay un paralelismo [pero] no
pienso que haya ideales últimos o leyes morales. (…) Pienso que vivimos en un mundo en
el que tenemos que revisar y pensar constantemente no sólo sobre nuestras proposiciones
científicas, sino también sobre nuestras actitudes morales”177.

Popper es muy prudente cuando se refiere a lo ético en lo científico, dada la


complejidad que representa para él tal relación. Expresa que no puede tratar el tema ético
y moral de la misma forma que una proposición científica, ya que estos no pueden ser
objetos de análisis y de una verificación empírica al igual que un conocimiento científico:
“(…) es imposible demostrar la corrección de determinado principio ético de la misma

176
Cfr. J. F. MARTÍNEZ SOLANO. El problema de la verdad en K. R. Popper: Reconstrucción histórico-
sistemática. Op. Cit., pp. 286-287.
177
K. R. POPPER. Knowledge and the Body-Mind Problem. Conferencia en la Universidad de Emory, 1969.,
pp. 45-46.

89
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

forma en que puede razonarse en favor de un enunciado científico. La Ética no es una


Ciencia. Pero existe, en cambio, una base ética de la Ciencia y del racionalismo”178.

Cuando Popper habla de política establece como principios éticos primordiales la


disminución del sufrimiento y de la miseria humana. Estos deben ser también aplicados a
la ciencia, pues su finalidad debe ser siempre la verdad, y esta conlleva una mejor vida
para todos los seres humanos. La ciencia es un gran don del que ha sido dotado el hombre
y debe este incursionarla por los mejores senderos, y esto solo es posible por medio de la
ética y la moral.

3.6.2 Responsabilidad moral del científico

Este es el título que lleva el capítulo 6 de la obra de Popper El mito del marco común179
(1968). Sostiene el filósofo austriaco que el problema de la Moral y la Ética aparecieron
con el desarrollo de las posibles aplicaciones de la ciencia. “A mi juicio, nuestro tema, “la
responsabilidad moral de los científicos”, es una suerte de forma eufemística de referirse
al problema de la guerra nuclear y biológica”180. De aquí que Popper elige como modelo
de conducta para los hombre de ciencia, el Juramento hipocrático181, renovándolo a su
vez.

De dicha renovación extrae tres reglas o principios básicos182:1) La responsabilidad


profesional; 2) El estudiante; y 3) La lealtad por encima de todo. El primero se refiere a

178
K. R. POPPER. La sociedad abierta. Op. Cit., p. 238.
179
Cfr. K. R. POPPER. El mito del marco común. Op. Cit., p. 123.
180
Ibid.
181
“El Juramento Hipocrático, es un juramento público que pueden pronunciar los que se gradúan en
medicina ante los otros médicos y ante la comunidad. Su contenido es de carácter ético, para orientar la
práctica de su oficio. El contenido del juramento se ha adaptado a menudo a las circunstancias y conceptos
éticos dominantes de cada sociedad. El Juramento Hipocrático ha sido actualizado por la Declaración de
Ginebra de 1948”. (PROF. DRA. TEODORA ZAMUDIO. El juramento hipocrático. Historia de los Bio-
Derechos y del Pensamiento Bioético. Revista digital. Acceso: 18 de marzo de 2017. 8:26 pm).
182
K. R. POPPER. El mito del marco común. Op. Cit., pp. 124-125.

90
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

la responsabilidad que tiene tanto el profesional en el campo de la ciencia como el que


aspira a serlo, de participar en la búsqueda constante de la verdad. Si seguimos de forma
lineal el pensamiento de Popper, esta es su regla primordial. Cabe destacar que el hombre
que se acerca a la verdad sigue siendo falible y, por tanto, su conocimiento es finito, en
comparación con su ignorancia que es infinita183. El segundo principio pone de relieve el
valor del juicio crítico en la ciencia, refiriéndose al aspirante a la labor de científico dice:

“Pertenece a una tradición y a una comunidad, debe respeto a todos los que han
contribuido, o contribuyen, a la búsqueda de la verdad. También debe lealtad a todos sus
maestros, que libre y generosamente comparten su conocimiento y su entusiasmo con él. Al
mismo tiempo, tiene el deber de ser crítico con los demás, incluso con sus maestros y
colegas, y especialmente consigo mismo. Y tiene el deber, esto es lo más importante, de
estar en guardia contra la arrogancia intelectual y tratar de no sucumbir a las modas
intelectuales”184.

En el tercer principio del Juramento del científico responsable, expresa que el


estudiante o científico debe ser un hombre al servicio de la humanidad. Esto porque el
ejercicio de su actividad puede producir resultados directos a la vida de la gente, siendo
en muchos casos como el de un doctor, de vida o muerte. Con estos tres principios Popper
construye su ética científica. Esta se encuentra influenciada por el pensamiento socrático
cuando reconoce al hombre como un ser falible. Además, esta característica aflora en su
metodología autocrítica teniendo como finalidad la búsqueda de la verdad185.

El papel moral del científico es tratado por Popper también en su conferencia titulada
“Tolerancia y responsabilidad intelectual”186, de 1981. Allí plantea tres principios éticos

183
Ibid, p. 123.
184
Ibid, p. 125.
185
Cfr. K. R. POPPER. Respuestas a mis críticos. Editorial Schilpp, P. A. La filosofía de Karl Popper, Vol.
II., p. 962.
186
K. R. POPPER. En busca de un mundo mejor. Op. Cit., p.241.

91
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

fundamentales: la falibilidad, la discusión racional y la aproximación a la verdad187.


Popper propone, una nueva ética profesional, no exclusiva de los científicos, sino abierta
a todo intelectual. Esta se basa en 12 principios, los cuales se resumen en dos: la
inexistencia de autoridades en el conocimiento y la importancia de la búsqueda consciente
del error188, esto por lo siguiente:

“El viejo imperativo de los intelectuales es: ¡sé una autoridad!, ¡conoce todo en tu
especialidad! Tan pronto se le reconoce a uno como autoridad, su autoridad estará
protegida por sus colegas; y uno debe a su vez proteger la autoridad de sus colegas. La
antigua ética que estoy presentando no deja lugar al error. Sencillamente no se toleran los
errores. No tengo que subrayar que esta antigua ética profesional es intolerante. Además,
siempre ha sido intelectualmente deshonesta: conduce (especialmente en medicina y en
política) al encubrimiento de los errores con el fin de proteger a la autoridad”189.

Hay que aprender de los propios errores. Hacerse conscientes de ellos. Y finalmente
conducirlos hacia la verdad. Pero una verdad que pasa a ser ahora un valor.

3.6.3 La verdad como el valor por antonomasia

Popper, al referirse a los valores, también los relaciona con los problemas que estudia
la ciencia. Llega a afirmar que el puesto que ocupen los valores en el mundo de los hechos
ha de ser el mismo que el de los problemas. Sobre esta situación expresa tres ideas en su
obra Búsqueda sin término de 1975: “1) los valores surgen conjuntamente con los
problemas; 2) los valores no pueden existir sin los problemas; 3) ni los valores ni los
problemas pueden derivarse de los hechos”190. De aquí que el problema más grande para

187
Ibid, p. 255.
188
Ibid, pp. 257-258.
189
Ibid, pp. 256-257.
190
K. R. POPPER. Búsqueda sin término. Op. Cit., p. 193.

92
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

la ciencia, y que a la vez es un valor, es el de la verdad. Todo ejercicio científico debe


tener como meta esta realidad metafísica, pero a la que se puede acercar desde una
connotación física: “la verdad es el objetivo primordial de la Ciencia”191.

La verdad se convierte de este modo en el valor ético fundamental. Si los valores son
objetivos en sí mismos, la verdad debe ser el valor por excelencia. Popper sostiene esto
cuando dice: “la verdad objetiva es un valor, es decir un valor ético, quizá el mayor que
exista y que la crueldad es el mayor mal”192. Esta temática es parte de la tercera etapa del
pensamiento metafísico de Popper, cuando este toma una gran importancia para la ciencia.

“Así pues, en la tercera etapa de la Filosofía y metodología de la Ciencia de Popper


hay un doble giro: por un lado, la verdad adquiere caracteres ontológicos, se encuentra en
la realidad y es fundamento del conocimiento verdadero; y, por otro lado, la verdad
aparece como valor ético, dándose un intelectualismo ético que combina la verdad como
valor simultáneamente ético (…). En esa dirección de Ética y Axiología de la investigación
trabajó Popper durante los últimos años de su vida”193.

Si el proceder de la ciencia está contemplado en una relación constante entre lo


científico y lo metafísico, la verdad es la manifestación más plena de esta correlación. El
hombre llega a hacerse consciente que con lo puramente material no puede agotar la
explicación de la realidad. La verdad es para él la aspiración última, pues es un ente que
bien está inserto en una circunstancia espacio-temporal, pero que es capaz de trascenderla.
El hombre es un ente físico y a la vez metafísico. Capaz de entender estas dos realidades
e impulsarla a una comprensión más acabada de la realidad. Un ser que se desarrolla en
un tempo y en u espacio concreto, pero que dispone de dos facultades que son capaces de
trascender, la razón y la fe.

191
K. R. POPPER. En busca de un mundo mejor. Sobre el conocimiento y la ignorancia. Op. Cit., p. 39.
192
K. R. POPPER. Búsqueda sin término. El conocimiento y la configuración de la realidad. Op. Cit., p. 6.
193
J. F. MARTÍNEZ SOLANO. Op. Cit., p. 293.

93
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

3.7 El hombre, un ente metafísico

Es posible que el lector esperara que se colocara como título a este último acápite: “El
hombre, un ser metafísico”. Sin embargo, no se ha hecho con el propósito de ser fiel al
pensamiento popperiano. ¿En qué sentido? Bueno, Popper siempre se mostró algo reacio,
como ya se ha explicado anteriormente, con el tema de las esencias y el ser último de las
cosas. Esto pudo haber sido una de las causas principales por las que su filosofía metafísica
no se desarrolló aún más. Se quedó incompleta en muchos temas metafísicos como, por
ejemplo, la teoría del principio del universo.

Hay que recordar que Popper ante todo es un hombre de ciencia, por tanto, parte de lo
que puede someter a un riguroso examen de contrastación hipotética y empírica. Los entes
son sus objetos de estudio, y dentro de estos el más importante es el mismo ser humano.
El hombre como ente, dotado de una facultad única: la razón. Con esta toma primacía
sobre los demás seres vivos, y es la que le otorga la capacidad de entender el mundo y a
la vez transformarlo. En la última etapa del pensamiento de Popper se da un giro biológico,
es decir:

“[…] el filósofo austriaco toma como centro de referencia científica para su reflexión
filosófica a la biología y no tanto a la física”. (…) este giro se hace plausible desde el
objetivo reiterado de ocuparse del tema del hombre, pues la rama científica que incide en
los niveles más básicos de la dimensión antropológica es la biología. Esta afirmación en
ningún caso ha de entenderse como que se quiere ignorar otras contribuciones, científicas
o no, tales como la psicología o la misma filosofía. Tan sólo significa que el núcleo de
consideraciones y teorías científicas que se sitúan a la base de la filosofía popperiana son
de naturaleza biológica principalmente”194.

194
R. QUERALTÓ. De la epistemología a la metafísica. Op. Cit., pp. 184-185.

94
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

Este giro tiene lugar según W. W. Bartley195 editor del “Postscriptum” con la invención
de los tres mundos de Popper, los cuales están descritos en el capítulo anterior. El ser
humano pasa a pertenecer en primer lugar al mundo de la conciencia y los sentimientos,
el de los seres vivos. Sin embargo, para diferenciarlo de los demás animales, pasa a
establecer el mundo de las creaciones e invenciones humanas, el mundo de los productos
de la mente.

Esta teoría Popper suele llamarla “emergentista”196. El universo no está totalmente


acabado. Constantemente suelen aparecer nuevos fenómenos. De ahí la explicación de sus
tres mundos, teniendo como el suceso más impresionante la emergencia de la consciencia
humana, y con ella la existencia de un ser que pasó de la simple materia (mundo físico),
según la teoría evolucionista que defiende Popper, a las primeras formas de vida (mundo
de la conciencia y los sentimientos), y por último a su trascendencia material, con su
inteligencia y capacidad de razonar el mundo (mundo de las creaciones humanas).

Sí es posible la metafísica en el ámbito científico, y no sólo eso, sino que estas son
inseparables, entonces el sujeto protagonista de la ciencia debe ser tanto físico como
metafísico. Esto contrario a los que defienden la tesis de que el ser humano es solo materia,
el materialismo antropológico. Si esto es así, el instrumentalismo humano está
permitido197. Desde una filosofía puramente material la vida humana no tiene ninguna
relevancia, al fin y al cabo, el hombre es solo materia, se reduce simplemente a eso, y ahí
termina su existencia.

195
Cfr. W. W. BARTLEY. Epistemología evolucionaria. Filosofía y biología vs filosofía y física. La Salle,
Illinois, 1987., pp. 18-19.
196
“La teoría “emergentista” alude al hecho de que en el transcurso de la evolución ocurren cosas y
sucesos nuevos con propiedades inesperadas y realmente impredictibles; cosas y sucesos que son nuevos
en el sentido en que se puede considerar nueva una gran obra de arte”. (K. R. POPPER Y J. C. ECCLES. El
yo y su cerebro. Op. Cit., p.24).
197
Este instrumentalismo daría pie a la justificación de sucesos como el genocidio Tutsi en Ruanda, la
Primera y Segunda Guerra Mundial, el Holocausto Judío, el atentado a las Torres Gemelas, y tantas muertes
perpetradas por otros seres humanos, muchas veces por el odio y la irracionalidad.

95
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

Para explicar su postura del cuerpo y la mente, Popper plantea la superación de la


materia, esta se ha superado a sí misma: “No podemos menos de admirar que la materia
pueda superarse a sí misma de esta forma, produciendo mentes, propósitos, y todo un
mundo de productos de la mente humana”198. Aquí el concepto de materia adquiere una
nueva connotación, una materia que es trascendente, y que alcanza su “pleroma”199, en el
ser humano y su intelecto. Pero si profundizamos mucho en este tema surgirán múltiples
aristas, que son objeto de un sinnúmero de tesis de grado y doctorales. Por lo pronto, solo
se analizará muy sucintamente el papel del hombre como un ente metafísico. ¿Cuál es el
papel de esta forma de vida ante un mundo que de vez en cuando parece estar vivo
también? La relación hombre-mundo ha sido causa de muchas discusiones, no se tiene
como objetivo dar una respuesta acabada a este problema, pero sí un acercamiento. En
definitiva, el ser humano es el puente entre lo físico y lo que puede llamarse metafísico.

3.7.1 El universo abierto: Situación humana y el mundo natural

Uno de los pensamientos en todos los estudios filosóficos que más han sido causa de
reflexión para el autor de este trabajo de investigación, es cuando Kant dice que hay dos
cosas que llenan su mente de creciente y renovada admiración y respeto: los cielos
estrellados sobre su cabeza y la ley moral en su interior200. En otras palabras, el mundo
natural estudiado por la ciencia, es decir el universo físico; y el universo invisible que
alberga el interior del hombre. Estas dos realidades son las más interesantes de todos los
conocimientos existentes. De esto Popper dice:

“Creo que Kant está esencialmente en lo cierto. Como dijo en una ocasión Josef Popper-
Lynkeus, cada vez que un hombre muere se destruye todo un universo. (Es algo fácil de

198
Ibid, p. 12.
199
“Plenitud”.
200
Cfr. I. KANT. Crítica de la razón práctica. Librería general de Victoriano Sánchez. Madrid, 1913., pp.
281-285.

96
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

comprobar si nos identificamos con ese hombre). Los seres humanos son irreemplazables
y, por el hecho de serlo, está claro que son muy distintos de las máquinas. Son capaces de
disfrutar la vida, de sufrir y de enfrentarse conscientemente a la muerte. Cada uno de ellos
es un yo; son fines en sí mismos, como decía Kant”201.

El hombre vive inserto en un universo abierto como lo llama Popper, indeterminista,


emergentista, creativo y capaz de crear cosas nuevas. Y es posible que la mente humana
se originara, precisamente, para entender estas realidades. El ser humano no es cualquier
cosa. De ahí que cada vida humana posee una importancia esencial, y hay que tratar de
cuidarla y protegerla, en una época donde, en ciertos casos, el sentido de la vida ha tendido
a desvalorizarse en proporciones abominables. Y la historia contemporánea es testigo de
tales consideraciones.

Por otro lado, Popper llama milagros a tres acontecimientos en el universo 202: 1) el
origen de la vida; 2) la emergencia de la conciencia animal, de sentimientos de alegría y
de dolor; y 3) la emergencia del cerebro humano, de la mente y la razón humana. Estas
realidades no son más que un inicio de otras apariciones en el universo, solo que ahora
estas son capaces de ser comprendidas y estudiadas, aunque no sea posible encerrarlas
dentro de una comprensión científica, aunque sea el conocimiento más confiable que
exista.

“Parece razonable considerar la emergencia de la conciencia y, anteriormente, la de la


vida como dos acontecimientos relativamente recientes en la evolución del universo; como
acontecimientos que, como el principio del universo, están actualmente, y quizá lo estarán
siempre, más allá de nuestra comprensión científica”203.

201
K. R. POPPER Y J. C. ECCLES. El yo y su cerebro. Op. Cit., p.3.
202
K. R. POPPER. El universo abierto. Op. Cit., p. 144.
203
Ibid.

97
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

Esto denota una vez más la imposibilidad de poseer verdades absolutas en la ciencia,
sólo hay acercamientos a la verdad. Una de las invenciones más extraordinarias, esta vez
de la mente humana, es el lenguaje. Con este instrumento se es capaz de hacer concreto el
pensamiento y de hacer físico algo metafísico como el caso de las ideas. También es
posible a través del lenguaje, que estas se mantengan en el tiempo y en el espacio. “Es,
por tanto, el papel del lenguaje humano y del “Mundo 3” lo que tenemos que mirar
cuando tratamos de explicar este tercer gran milagro: la emergencia del cerebro humano
y de la mente humana, de la razón humana y de la libertad humana”204. El lenguaje es la
forma más cercana de relacionar el mundo natural externo y el mundo interior del ser
humano. También es la mejor herramienta para tratar de entender la misma consciencia
humana. Aunque a veces el lenguaje del silencio ante realidades que no comprendemos
es mejor. Se podría decir que en muchos casos hay que abogar por una filosofía del
silencio.

La simple contemplación de estas realidades que no logra comprender a plenitud el ser


humano, es una buena opción en estos casos. Detenerse, hacer consciencia de su
existencia, y de vez en cuando mirar el cielo lleno de nubes, o lleno de estrellas
parpadeantes, y en menor frecuencia, de estrellas fugaces. El hombre tiene la vida frente
a él y su deber es tratar de comprenderla, pero sobre todo de vivirla al máximo. Popper a
sus 83 años se consideraba el ser humano más feliz, encontraba la vida indescriptiblemente
maravillosa, pero no negaba que en muchas circunstancias se torna algo triste. Pero lo más
importante es la felicidad205. Esta se logra construyendo un lugar más humano para todos,
un espacio donde cada persona pueda desarrollarse, y entrar en relación con el entorno
que lo interpela. Popper propone crear iniciativas para la protección del medio ambiente,
y defender la dignidad de cada ser humano. Solo así será posible la construcción de un

204
Ibid, p. 145.
205
Cfr. K. R. POPPER. La responsabilidad de vivir. Op. Cit., p. 97.

98
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

mundo mejor para todos, donde el conocimiento sea la posesión más anhelada y la verdad
una meta común.

3.7.2 En busca de un mundo mejor

Una de las últimas obras de Karl Popper lleva como título “En busca de un mundo
mejor”. Si la ciencia como ya se ha tratado es la búsqueda constante de la verdad, aquí es
posible hacer una analogía de esta con la concepción de un mundo mejor. El ser humano
anhela inherentemente el progreso, desarrollarse, alcanzar su realización, resolver los
problemas más acuciantes de su existencia y esto lo buscará hasta el día de su muerte. En
el prefacio de su obra dice el filósofo de la ciencia, a la vez que extiende esta característica
a todas las formas de vida, animal y vegetal:

“Todos los seres vivos van a la búsqueda de un mundo mejor. Los hombres, animales,
plantas e incluso los organismos unicelulares tienen una actividad constante. Intentan
mejorar su situación, o al menos evitar su deterioro. (…) Todo organismo está
constantemente ocupado en la tarea de resolver problemas. Estos problemas derivan de su
valoración de sus condiciones que el organismo intenta mejorar”206.

Esta búsqueda de la misma naturaleza ha dado como resultado la aparición del


conocimiento humano. Como se decía en el capítulo dos de este trabajo de investigación:
la materia en el esfuerzo de entenderse a sí misma, y por tanto, en la búsqueda de la verdad,
dio origen a las primeras formas de vida inteligente y consciente. “la búsqueda de la
verdad, especialmente en las ciencias naturales, constituye sin duda una de las cosas
mejores y más grandes que ha creado la vida en el curso de su larga búsqueda de un
mundo mejor”207.

206
Ibid, p. 9.
207
Ibid, p. 11.

99
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

Sin embargo, esto queda incompleto al momento de reflexionar cómo de la simple


materia puede surgir algo tan complejo, trascendente y metafísico como es el caso de la
inteligencia humana, la facultad de razonar, de comprender el universo, de deducir teorías,
intuir soluciones a problemas complejos de la ciencia, imaginarse toda una realidad, sin
tener como punto de partida algo material y concreto, esto de la mente humana, su origen
y proceder es un problema que requiere una investigación muy profunda y detenida, y en
esto Popper se quedó muy superficial.

Cuando el hombre analiza su situación frente a un mundo que muchas veces se torna
oscuro, con fenómenos sociales como la guerra, la pobreza, la corrupción desmedida, la
crisis de los valores, una ciencia inhumana capaz de hacer negocios con la vida de las
personas, tendencias contra-natura, el desplazamiento de lo natural por lo artificial (siendo
esto en algunos casos beneficioso pero en otros no), el mal uso de la tecnología y el avance
de la ciencia (la fabricación de armas y bombas nucleares, por ejemplo), un materialismo
exagerado que intenta destruir la dignidad humana, y muchos otros males. Ante esta
realidad la búsqueda de un mundo mejor se torna algo un poco ficticio. Esto si esta
búsqueda se concentra solo en el mundo físico.

“Al contemplar con optimismo el avance a gran escala, que ha tenido la ciencia en los
últimos siglos, puedo darme cuenta que vivimos en un universo que es un misterio. El cual
se va develando poco a poco. Trabajo este del cual se encarga la razón humana, o por lo
menos hasta donde conocemos”208.

Se requiere, por tanto, una trascendencia del hombre, en la que sea capaz de ver más
allá de lo concreto y aparente. Esto puede ser un vestigio de por qué el ser humano pone
su esperanza en algo que no entiende, pero que representa algo importante para él. Aquí

208
K. R. POPPER. El universo abierto. Op. Cit., p. 144.

100
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

entra el elemento de la fe. Pero no una fe, como plantea Popper, que se queda en el ámbito
de lo propiamente científico, sino que es un paso a lo que no representa ninguna garantía,
a algo que ha concebido la mente humana sin tener ninguna experiencia material, pero que
le puede cambiar el rumbo a su existencia, y encaminarla hacia la búsqueda de este mundo
mejor.

Es así como surge uno de los problemas más interesantes tanto de la filosofía, de la
ciencia como de la metafísica: el tema de Dios. La teología es la ciencia de Dios. Popper
a la edad de 87 años, en una de sus últimas entrevistas, realizada por Jesús Mosterín en la
vivienda del filósofo de la ciencia, en el condado de Surrey, al sur de Londres, se refiere
a Dios y a la teología así:

“M: — Como Ud. sabe, El yo y su cerebro ha irritado a muchos filósofos y psicólogos


materialistas, que le han acusado a Ud. de propagar ideas espiritualistas de origen
religioso. ¿Es Ud. un hombre religioso? ¿Cree Ud. en Dios? P: — Esa es una pregunta
muy delicada. Solo diré lo siguiente: Pienso que la teología es impía, en la medida en que
pretende saber algo acerca de Dios. La teología es incompatible con la creencia en Dios.
Quien realmente cree en Dios, no puede decir nada acerca de él. Si creemos en Dios, no
podemos saber nada de él, por ejemplo no podemos saber que sea omnipotente. Quien cree
honradamente en algo así como Dios, tiene que reconocer que no sabe nada acerca de él.
La teología es la ciencia de Dios y por lo tanto es incompatible con el reconocimiento de
que no sabemos nada acerca de Dios209”.

Este es el pensamiento de Popper acerca de Dios, sin embargo, cae en una


contradicción lógica. Cuando dice que no se puede conocer nada acerca de Dios, sin
embargo ya este juicio es una forma de conocimiento, es decir, que sí se puede conocer
algo. Popper afirma que de Dios no se puede saber nada, sin embargo, él parece saber
varias cosas de Dios, por las analogías y referencias que hace de él en su obra El universo
abierto:

209
J. MOSTERÍN. Entrevista con Karl Popper. EPISTEME NS, Vol. 22, N. 1, Londres, 2002. Humanitas.
Portal temático en humanidades. Londres, 2002., pp. 95-118.

101
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

“Al mostrar la imposibilidad de predecir el aumento del conocimiento, no he mostrado


más que la imposibilidad de una predicción completa desde dentro del mundo. Esto deja
abierta la de que el mudo, con todo lo que hay en él, esté completamente determinado desde
fuera, quizá por la Divinidad. (…) de la misma manera que un maestro, ayudado por su
superior capacidad de razonamiento, puede ser capaz de predecir el resultado de las
deliberaciones racionales de un niño sin reducir por eso la racionalidad del niño a una
ilusión, al igual podría Dios tener conocimiento previo de nuestras decisiones racionales
sin destruir con ello su racionalidad”210.

Al parecer, Popper sí tenía algún conocimiento de Dios, y no solo eso, llegó hasta
describir algunas de sus funciones. En el primer caso, da la posibilidad a Dios de
determinar desde fuera todo lo que acontece en el interior del universo. Y en el segundo
caso, se ve a un Dios que tiene conocimientos previos de las acciones futuras. Popper no
solo se refiere a Dios, sino que le concede una característica humana: el conocimiento. No
obstante, este pensamiento de Popper acerca de la inexistencia de algún conocimiento
sobre Dios es bastante razonable, si comparamos el limitado lenguaje humano, que
también utiliza la teología, para describir a Dios. Pero el error está en la pretensión de
encerrar a Dios o intentar agotar toda su comprensión con una herramienta de la
comunicación humana. Y eso no es lo que pretende la teología. Así la define Aristóteles
ya en la antigüedad:

“TEOLOGÍA. La ciencia absolutamente primera, dice Aristóteles, tiene por objeto los
seres a la vez separados e inmóviles, y como si lo divino está presente en alguna parte lo
está, según el Estagirita, en estas naturalezas, la teología o filosofía teológica resulta ser
la más elevada entre todas las ciencias elevadas, es decir, entre todas las ciencias teóricas.
La teología trata, según la definición tradicional, de Dios, de su existencia, naturaleza y
atributos, así como de su relación con el mundo: es, en suma, un sermo de Deo”211.

210
K. R. POPPER. El universo abierto. Op. Cit., p. 109.
211
J. F. MORA. Diccionario de Filosofía. Op. Cit., p. 774.

102
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA

Del mismo modo que en la filosofía de Popper hay una estrecha relación entre la
ciencia y la metafísica, puede haberla entre la ciencia y la teología, entrando en esta última
el elemento de la fe. O ¿acaso esa Verdad que tanto busca la ciencia, no es la misma que
intenta explicar la teología? Esa Verdad que se pretende alcanzar con la investigación
científica, solo se entenderá en un plano ontológico más completo, con la posibilidad de
relacionarla con la ciencia de la fe. Esa fe de los científicos en su mayoría desprovista de
seguridades, es la misma fe de un creyente que tiene la esperanza en un Ser trascendente,
solo que en esta última hay que aplicar la metodología popperiana de la discusión racional,
para diferenciar una fe madura e íntegra de fanatismos irracionales.

“En la relación ciencia y fe, la fe debe tener una cierta razonabilidad en la que la razón
descansa, porque descubre sintonía, descubre una perfecta armonía, descubre que aunque
siendo fuentes distintas, aunque hay una aparente discontinuidad, sin embargo, forman un
sistema coherente, completo y consistente; y que al hombre le permite descansar en la
verdad”212.

Hay que destacar que tanto la ciencia como la fe teológica son dos caminos distintos,
pero que tienen una meta común: la Verdad. De aquí que las dos forman la estructura
completa de la razón humana, por un lado, la ciencia que se fundamenta en la experiencia,
y por otro la fe, que se fundamenta en lo metafísico. Sin embargo, este tema es objeto de
otro trabajo de investigación. Por otro lado, es posible que Popper haya sido un creyente,
solo que optó por no hablar de su fe, por temor quizás a caer en aparentes contradicciones.
En definitiva, el ser humano solo se acercará aún más a la verdad, cuando se hace
consciente de su realidad física y metafísica, siendo estas la garantía de construir ese
mundo mejor que tanto investiga, indaga y que siempre espera alcanzar.

212
P. DOMÍNGUEZ. Conferencia Fe y Razón. Op. Cit. Video-Conferencia.

103
ix

CONCLUSIÓN

Karl Popper fue ante todo un hombre de ciencia, un constante investigador de la


verdad, el cual desarrolló su existencia en una época de importantes cambios para todo el
mundo, desde guerras mundiales, grandes crisis económicas, políticas y sociales, hasta de
grandes invenciones para la ciencia. Estas últimas auguraban una nueva etapa de la
historia: la científico-tecnológica. Popper era consciente de esto. Descubrió que el
universo no era tan predecible como se podría entender. Pues este representa una realidad
muy compleja de la cual surgen cosas nuevas constantemente en un proceso evolutivo.

Desde su propuesta del método deductivo para la ciencia, como respuesta al


inductivismo del neopositivismo lógico, hasta su Racionalismo Crítico, desarrollado con
su teoría falsacionista, el método de ensayo y error, y su teoría de los tres mundos, se pudo
percibir a un Popper que entendía el proceder de la ciencia como un camino hacia la
verdad. Este trayecto es un ir mostrando al universo como un espacio en el que mientras
más se indaga en su estructura y funcionamiento, más nuevo, sorprendente y enigmático
es para el hombre.

En el pensamiento de Popper se ha podido evidenciar la concepción que posee de la


razón humana. No concibe esta como un simple instrumento propio de un animal que ha
evolucionado, posiblemente de la especie de los primates, sino que reconoce a la razón
como el milagro más grande del universo. Fenómeno este capaz de deducir teorías
complejas, de buscar soluciones a problemas científicos, hasta de tener una especie de
intuición creadora, con la cual el hombre es capaz de imaginar mundos sin tener ninguna
experiencia sensorial y verificacionista. Es la razón la que intenta comprender la realidad
en la que al hombre le ha tocado desarrollar su existencia, sin embargo, esta misma
facultad puede y debe ser objeto de una crítica racional.
x
CONCLUSIÓN

Aquí entra uno de los puntos más interesantes desarrollados por Popper: una razón
propensa a cometer errores, una razón que concibe lo absoluto, infinito e infalible, pero
que a la vez ella no es ni absoluta ni infinita ni infalible. Tal planteamiento dio origen a
su falibilidad antropológica. El ser humano es grande en la medida en que reconoce que
es limitado, que puede equivocarse, que no necesariamente debe tener la razón siempre.
Tal proposición es válida, no solo en el campo científico, sino también en lo político,
social y ético.

Por otra parte, se ha podido constatar que Popper concibe una realidad estructurada por
su teoría de los tres mundos. En ella se encuentra impregnada su posición emergentista y
evolucionista. El mundo físico es para el filósofo de la ciencia lo primero que emergió del
universo, siguiendo de las primeras formas de vida, y teniendo esta a su vez como culmen
el ser humano y su consciencia creativa. Es una trialidad cósmica la que postula Popper,
en la que hay una interacción constante de estas tres dimensiones.

Al explorar estos tres mundos popperianos se ha percibido un cierto giro en el


pensamiento de Popper. Si antes su centro de interés filosófico lo representó la ciencia, su
método y su quehacer; ahora pasó a ser el sujeto protagonista de la actividad científica: el
ser humano. El mundo físico, y el mundo de la conciencia y los sentimientos tienen como
finalidad el mundo de las creaciones humanas, que es el correspondiente a la realidad del
hombre y su facultad de la razón. Este es el más importante para él. Se puede deducir de
aquí que Popper, es en cierto grado un antropocentrista: solo se puede entender el mundo
en la medida en que se comprende al hombre, este siendo un microcosmos puede albergar
en sí todo un universo, utilizando como receptáculo una realidad tanto física como
metafísica: su mente.

Es en la metafísica de Popper en la que se quiso concentrar este trabajo de


investigación. Responder a la pregunta de si es posible la existencia de la metafísica en su
propuesta filosófico-científica. Se concluye que sí es posible. De esta manera, se encontró
xi
CONCLUSIÓN

que no solo es posible, sino que la metafísica popperiana es susceptible de formalización


a tal punto que sin ella la ciencia no sería posible.

Ciencia y metafísica en Popper, son dos realidades, que aunque puedan ser vistas como
antagónicas en muchos campos, están muy estrechamente vinculadas. Son dos
dimensiones que comprende la razón humana y que tienen como meta la verdad, siendo
origen en diversos casos de horizontes de investigación científica la proposición de
conceptos de orden y procedencia puramente especulativa y por tanto metafísica. Por su
parte, la concepción extra-empírica que plantea Popper no tiene como objetivo la
explicación de realidades últimas, de su esencia o de su ser, en relación con la metafísica
aristotélico-tomista. Sino que esta tiene sentido solo en el contexto de sus llamados
programas metafísicos de investigación.

La ciencia tiene su origen en algo que escapa de lo simplemente material y


verificacionista, y tiene como meta otra realidad que cumple con las mismas
características antes mencionadas: la verdad. Es esta el anhelo de todo hombre de ciencia,
la energía que lo motiva a seguir investigando. Es la mente humana, su razón, su intelecto
y su consciencia, la que hacen posible este acercamiento entre lo físico y lo metafísico.
Ya sea su invención un producto de la evolución, o un regalo de un universo que al parecer
tiene vida en sí mismo, o tal vez en una realidad más trascendente; es de constatar que si
no fuera por esta facultad inherente a la especie humana, quizás una forma de vida llamada
a la trascendencia estuviera todavía trepando árboles o en algún lugar del mundo
inconsciente de su propia existencia, y perteneciendo a la vez a un universo del cual nunca
se asombraría ni le interpelaría en la menor medida. Popper fue consciente del valor que
posee la razón humana, y por tal motivo se reconoce en este estudio su gran aporte a la
ciencia, pues fue capaz de utilizarla como puente entre una realidad perceptible y otra
realidad apta de serlo, pero incapaz de agotar todo lo que es en sí misma.
xii
CONCLUSIÓN

-Apreciaciones

Los resultados de esta investigación evidencian que la propuesta científico metafísica


de Popper está fundamentada en dos elementos básicos: la falibilidad del hombre y su
búsqueda de la verdad. Por tal razón, es criticable todo producto de la mente humana, y
ello lleva consigo también a la concepción metafísica. Esta puede ser objeto de una
discusión racional, para separar las proposiciones más razonables de aquellas que no lo
son. Pues en fin, a pesar del carácter extra-empírico de tales enunciados (metafísicos),
estos no se estructuran al margen de la realidad, acerca del mundo, sino que se entrelazan
con otras teorías, se relacionan con problemas o en otros casos unas son descartadas y
otras no siendo posible su contrastación con la experiencia, pero albergan un cierto grado
de razonabilidad y lógica en sí misma.

Por otro lado, a pesar de lo interesante de la propuesta de Popper a la actividad


científica, en muchas de sus posiciones es posible percibir una cierta contradicción,
escepticismo y hasta cierto punto un grado de irracionalismo. Por un lado Popper se define
como realista, y por tanto reconoce la existencia de un mundo real, al cual se accede por
medio de los sentidos. Sin embargo, esta experiencia sensible para él no es el punto de
partida, sino que es como el tribunal, donde se corrobora lo ya estructurado por la mente
a través de las teorías e hipótesis. Su realismo es más un tipo de metafísica que algo
concreto, físico y verificable. Con esto Popper se acerca más bien a una concepción
platónica de la realidad, dando más importancia a ese mundo de las ideas, que en este caso
no es la existencia de un mundo superior que usa como intermediario a un demiurgo, sino
que este mundo es la mente humana, lo verdaderamente real para Popper.

Además, otro de los límites de la filosofía de la ciencia de Popper, es precisamente la


temática principal de este trabajo de investigación: su concepción metafísica. Aquí pasa
lo mismo que con el realismo, el pensador austriaco es un claro defensor tanto de la
existencia de un mundo real como del sentido que tiene la metafísica para la ciencia, pero
su propuesta queda incompleta en ambos casos.
xiii
CONCLUSIÓN

En el caso de la metafísica, su planteamiento es a la vez una defensa y una limitación.


Pues concibe a tal forma de conocimiento simplemente como las teorías que no son
contrastables por medio de la experiencia, como una especie de fe científica y en otros
casos como simples paradigmas o programas de investigación. Fuera de esto no es posible
hablar de metafísica en Popper, siendo esta una limitante importante en su pensamiento.

El horizonte de investigación que abre Popper es desconocido aun para él mismo. Su


metafísica la limita a un uso de conveniencia teniendo como finalidad en muchos casos
simplemente el dar solución a problemas de la ciencia. Sin embargo, sus teorías y
planteamientos filosóficos-científicos son susceptibles de innumerables campos de
investigación, gracias a las diversas aristas que se desprenden de ellos.

-Posibles líneas de investigación

Después de un análisis de los puntos fuertes y débiles del pensamiento de Karl Popper,
surgen las siguientes preguntas: ¿cuál es la novedad que trae el pensamiento de Popper?
y ¿cómo puede aplicarse su propuesta hoy en la actualidad? Las respuestas son diversas.
Por un lado, Popper, quizás sin pretenderlo, elaboró una síntesis muy interesante, entre
dos pensamientos de gran importancia para la filosofía: el subjetivismo kantiano y el
realismo aristotélico-tomista, los cuales se constituyeron en su Racionalismo Crítico. Una
propuesta que sostiene la existencia de la verdad, capaz de ser alcanzada por el hombre,
siempre que se fundamente en la correspondencia de la verdad con los hechos. Y también,
una teoría que plantea como punto de partida del conocimiento a la mente del ser humano,
una epistemología evolucionista y que sustenta el conocimiento como conjetura.

Además, este filósofo de la ciencia, podría decirse el iniciador formal de tal rama de
la filosofía, ha dejado abiertas las puertas a una relación más estrecha entre la filosofía y
la ciencia. En una sociedad, que en muchos casos, es caracterizada por sus grandes avances
en el campo científico y tecnológico, se hace necesario hoy una interpretación de tales
progresos a la luz del pensamiento filosófico.
xiv
CONCLUSIÓN

Es aquí donde radica la gran diferencia entre el progreso y el desarrollo. La ciencia


puede progresar a pasos gigantescos, y de hecho lo hace y lo hará. Sin embargo, muchas
veces solo progresa pero no se desarrolla. ¿En qué sentido? En el de un gran
perfeccionamiento de la técnica, pero un retroceso en lo humano. Para lograrse una
integración del progreso y el desarrollo en la ciencia, se necesita que tanto el instrumento
científico como el protagonista de tal actividad, crezcan juntamente, hacia un humanismo
científico integral. La metafísica debe entenderse de este modo, como esa inclinación a la
trascendencia que posee el hombre, quien a pesar de tener una composición física, se
estructura de una realidad que va más allá de todo esto: su inteligencia, su consciencia, y
en otros lenguajes más teológicos, su alma, su espíritu. De aquí se desprende su dignidad.
Por tanto, el hombre nunca debe ser un instrumento de la ciencia, en otras palabras, no es
el ser humano quien debe estar al servicio de la ciencia, sino que es esta la que debe estar
al servicio del ser humano, dirigiendo los destinos del hombre hacia la construcción de un
mundo mejor.

Este mundo que se desea construir debe dar apertura a las ciencias metafísicas, las
cuales en muchos casos por no decir en su gran mayoría, han sido desplazadas hoy día del
interés investigativo. Se exaltan, más bien, las ciencias pragmáticas, aquellas que son
útiles, verificables por un llamado método científico que se ha puesto en moda y se ha
catalogado como el único capaz de ofrecer certeza y seguridad a la ciencia. En esta
realidad se imponen las ciencias que han tenido mayor éxito en su tiempo, dígase la
biología, la física, la química, entre otras; las cuales han ofrecido en sus determinados
campos soluciones a problemas importantes de la realidad. Sin embargo, otros
conocimientos tales como la filosofía, la psicología y la misma teología van siendo
desplazadas por no ser objeto de dicho método, al ser conocimientos que escapan de una
realidad puramente justificacionista o verificacionista.

Al concluir este estudio sobre el problema de la cientificidad y la posibilidad de la


metafísica en el pensamiento filosófico de Karl Popper, se tiene que decir que el
planteamiento científico-metafísico de Popper, aunque él mismo se negara a hablar de
xv
CONCLUSIÓN

estos temas, es susceptible de ser un punto de partida para la relación ciencia y fe, y por
tanto, un acercamiento entre la razón y la fe, como los dos caminos hacia un fin común:
la Verdad. Al momento de comprender la realidad en la que le ha tocado al hombre
desarrollar su existencia, la ciencia por sí misma se queda incompleta, y la fe sola puede
convertirse en una simple creencia sin fundamento e irracional. Con ambas es posible la
creación de un sistema coherente, completo y consistente; el cual presupone la falibilidad
del hombre, pero solo en él se hace posible alcanzar la meta que posee dentro y que es el
anhelo más grande de su existencia: comprender el por qué está aquí, de dónde ha venido
y hacia dónde se dirige.
xvi

APÉNDICE

HUMÁNITAS
Portal temático en Humanidades
EPISTEME NS, Vol. 22, Nº 1, 2002, pp.95–118
(Documento)
JESÚS MOSTERÍN

ENTREVISTA CON KARL POPPER

Karl Popper vive en el condado de Surrey, al sur de Londres. Lo visité en un día soleado
de mayo, y llegué a su casa después de atravesar praderas multicolores bordeadas de
espinos albares tan recubiertos de flores blancas que parecen nevados. Tras la muerte de
su mujer, hace pocos años, Popper, que carece de hijos, vive solo. Su biblioteca incluye
ejemplares de las primeras ediciones de los libros de Galileo, Newton y otros clásicos de
la ciencia, que él muestra con orgullo. También ocupa un lugar prominente el piano de
cola, testimonio de la afición de Popper por la música, heredada de su madre.

A sus 87 años de edad y después de haber sufrido cinco ataques de apoplejía, Popper
sigue desplegando una sorprendente actividad. El día anterior a mi visita acababa de
regresar de la Universidad de Stanford, en California, y por tanto es de suponer que estaba
afectado por el jet–lag o diferencia de horario. En un par de días volaría a Barcelona a
recoger el primer Premio Internacional de Catalunya. La London School of Economics
pone a su disposición una secretaria y ayudante de investigación, Melitta Mew, que le
ayuda a ordenar la copiosa correspondencia que le llega de todo el mundo y que se había
apilado sobre la mesa durante su estancia en California.


Agradecemos al Prof. Jesús Mosterín la gentileza que tuvo por permitirnos publicar la entrevista que le
hiciera al Prof. Karl Popper. Agradecemos, además, al Prof. Benjamín Sánchez por su efectiva mediación
al respecto.
xvii
APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER

Aprovechando el raro buen tiempo, la entrevista tuvo lugar al aire libre, en el jardín
trasero de su casa, donde el césped sólo es interrumpido por los abedules de plateada
corteza. Popper, que tiene dificultades para oír, habla en voz baja, a veces apagada por los
estruendosos cantos de los mirlos. En contraste con ellos, los planeadores del cercano
aeropuerto de Croydon surcan el cielo como fantasmales pájaros silenciosos. La lucidez y
energía de Popper, insólitas en un hombre de su edad, se manifestaron durante nuestra
larga conversación de más de cinco horas, no interrumpidas por un sólo minuto de
descanso. Es obvio que los grandes problemas de la ciencia, y en especial de la física, le
apasionan, y que no vacila en sostener opiniones vigorosas al respecto, incluso a sabiendas
de que éstas con frecuencia van contra corriente.

ENTREVISTA
M: — Sir Karl, ¿sigue siendo el universo el tema que más le interesa?
P: — Como ya dije en mi Lógica de la Investigación Científica, lo que más me interesa
es el universo, pero no hay que olvidar que el universo incluye también los animales y las
plantas, la humanidad, e incluso cosas tales como el conocimiento y la bondad humana.
Todo eso pertenece al universo, y hace al universo más difícil de entender. Sí; sigo estando
muy interesado en el universo y en todo lo que ha emergido en él.

[…]
PROBABILIDAD Y DETERMINISMO

M: — Ud. ha propuesto una nueva interpretación física del cálculo de probabilidades, en


la que éstas son consideradas como propensiones.
P: — Así es. En este caso la partícula tiene una propensión de 1/2 a encontrarse en una
mitad u otra de la caja. La propensión es una función de dos variables, la posición y la
configuración total del experimento. La propensión no lo es de la partícula sola, sino de
la partícula en una situación. La propensión de una moneda a caer de cara es de un medio,
xviii
APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER

pero si el suelo es de arena mojada, es de menos de un medio, porque puede quedar de


canto. La propensión depende de la situación física total, incluyendo la humedad, etc.
M: — ¿La propensión la tiene una moneda singular?
P: — La propensión se refiere a cada experimento singular, a cada vez que arrojamos una
moneda al aire bajo ciertas circunstancias. Una misma moneda puede tener propensiones
distintas a caer de un modo u otro en circunstancias diversas. La probabilidad de morir o
propensión a morir de una persona varía si se descubre un nuevo medicamento o si se
tiene una nueva enfermedad o si una nueva guerra amenaza, aunque el sujeto en cuestión
no se vea afectado.

M: — Según el determinismo el mundo entero sería como una película cuyos fotogramas
anteriores permiten calcular los posteriores. Ud. se ha opuesto vigorosamente a esa
concepción.
P: — Sí, tiene razón. Se puede comparar la visión del mundo del determinismo con una
película que vemos en el cine. Aunque en cada momento sólo vemos unas imágenes de la
película, sabemos que toda la película y su final están ya grabados y fijados en el film.
¿Somos sólo actores de una película predeterminada? Creo que no. Los recientes
resultados de la física matemática del caos muestran que la física determinista es
cuasicontradictoria, en el sentido de que ciertas aplicaciones suyas conducen al caos, y el
caos no sólo es impredecible, sino que convierte todo en indeterminado. Hay cosas
determinadas y otras indeterminadas, especialmente en biología. En biología es absurdo
pensar que cuando millones y millones de espermatozoides salen a fecundar un óvulo, ya
está predeterminado cuál de ellos lo fecundará.

M: — Alguien podría decir que en el film de la vida está determinado qué espermatozoide
alcanzará al óvulo, pero que es imposible encontrar la fórmula para calcularlo.
P: — Eso sería metafísica e incluso metafísica falsa. Es una metafísica basada en varios
mitos. Uno es el mito «científico» de que todo es predecible, otro es el mito religioso de
xix
APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER

un dios omnisciente que todo lo conoce por adelantado. Hay muy buenos argumentos en
contra, como el Hadamard, que cito en mi libro El universo abierto.

M: — Si consideramos el cono de luz relativista correspondiente a nuestra situación, hay


muchos puntos en el pasado que no pueden ser alcanzados desde el presente. ¿No le parece
que hay cierta similaridad entre esos puntos del pasado que no son accesibles desde el
presente y los puntos de futuro?
P: — Ciertamente hay una similaridad. Todo habla a favor del indeterminismo, excepto
ciertos prejuicios. Los pensadores religiosos, desde el momento en que aceptaron el
individual, tuvieron conflictos con el determinismo basado en la omnisciencia divina. Un
conflicto similar existe en la física del caos: aunque las ecuaciones siguen siendo
aparentemente deterministas, los fenómenos descritos no lo son. El determinismo es
insostenible.

M: — Ud. tuvo discusiones con Einstein en Princeton sobre este tema. ¿No era Einstein
un determinista?
P: — Sí, lo era inicialmente. Pero Pauli visitó a Einstein un año después de nuestras
discusiones y Einstein le dijo que había abandonado su determinismo, según escribió Pauli
en una carta a Max Born. No sé si luego volvió a cambiar de idea.

M: — ¿Es cierto que Einstein es el pensador que Ud. más ha admirado?


P: — Sí, es cierto. Todavía lo admiro enormemente.

M: — También tuvo Ud. discusiones con Schrödinger sobre la flecha del tiempo.
P: — Schrödinger pensaba que no había más flecha del tiempo que la termodinámica y
que ésta era completamente explicable en términos estadísticos, tal y como lo había hecho
Boltzmann. Pero yo creo que hay muchos procesos irreversibles en la naturaleza. Toda
acción siempre empieza a partir de un centro. No se puede regular un experimento si no
xx
APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER

es a partir de un centro. Un experimento sólo es satisfactorio si puede ser repetido. Para


que un experimento pueda ser realmente repetido hace falta una regulación central. Por
ejemplo, podemos experimentar con la dirección de las ondas. Puedo hacer un
experimento enviando ondas desde uno de los focos de un elipsoide. Las ondas se
reflejarán en el borde y volverán a contraerse en el otro foco. Pero para que las ondas se
contraigan así, tienen que haber sido enviadas desde el otro foco. Esto no ocurrirá con
ondas que lleguen del universo. Ha de haber coherencia. El problema es si podemos leer
la dirección del tiempo a partir de la dirección de las ondas.

Lo que pasa en el segundo foco podría hacer pensar que se ha invertido la dirección del
tiempo, pero ello no es así, pues depende de una emisión central previa. Sin ella,
tendríamos que poner una infinidad de emisores coherentes en el borde del elipsoide. Estos
emisores tendrían que «conspirar» para emitir sus ondas conjuntamente, coherentemente.
Pero para ello sería necesario un control central previo. Mi argumento contra la
reversibilidad del tiempo es que hay cosas físicas, como las ondas globulares
mencionadas, que no son reversibles. Hay procesos, como arrojar una piedra en un
estanque, que no son reversibles. Contra esto protestaba Schrödinger dogmáticamente.
Aunque no sabía responder a mi argumento, lo rechazaba. Era un hombre con mucho
temperamento. Se excitaba mucho cuando discutíamos, me decía que lo volvía loco,
incluso se arrancaba pelos de la cabeza en gesto de desesperación. Más adelante se volvió
más calmado e hicimos las paces.

EL FINAL DE LA FÍSICA

M: — En los últimos años se observa un gran fermento y expectación entre los físicos
teóricos debido a los avances en la unificación de las teorías de las fuerzas fundamentales.
Muchos piensan que la integración de la mecánica cuántica y la relatividad general en
algún tipo de superteoría está a la vuelta de la esquina. Stephen Hawking ha dicho que el
fin de la física teórica está a la vista. Otros físicos han expresado su esperanza de llegar
xxi
APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER

pronto a la teoría definitiva total, en forma de teoría de la supergravedad o de


lassupercuerdas. ¿Cuál es su evaluación de tales esperanzas?

P: — La unificación de las varias fuerzas es una tarea concreta muy importante, que
todavía no ha sido realizada, pero para la que ya se han dado los primeros pasos. Pero la
opinión de que esto significa acercarse al final de la física me parece increíblemente
estrecha de miras. La idea de que, el día que se consiga la gran unificación, ya no quedarán
cuestiones abiertas, me parece totalmente equivocada. Con cada nueva teoría surgen
nuevos problemas. Estoy a favor de ir hacia la unificación, pero su consecución planteará
nuevos e insospechados problemas. Heisenberg creyó que él había llegado al final de la
física con su principio de incertidumbre, que ponía límites definitivos a nuestra capacidad
de medir. Pero desde entonces hemos seguido mejorando nuestras mediciones. Este tipo
de ilusiones son típicas de los grandes descubridores. Piensan que su descubrimiento
solucionará todos los problemas. Es algo que ha ocurrido muchas veces en la historia de
la ciencia. Ya Parménides pensó eso.

Es muy ingenuo pensar que algún día habrá una teoría definitiva, que no pueda ser
mejorada y que no contenga un gran número de problemas no resueltos. Una buena
solución siempre abre nuevos problemas. De hecho el descubrimiento de nuevos
problemas es algo aún más importante y creativo que la solución de viejos problemas. Por
ejemplo, Heisenberg creía que sólo había dos tipos de partículas: electrones y protones, y
se planteaba el problema de reducir un tipo al otro. Dirac dijo que el protón no era más
que un agujero en un mar de electrones. Luego se descubrió el neutrón. Se lo interpretó
como una combinación de protón y electrón. El siguiente descubrimiento fue el positrón.
Todavía se trató de salvar la teoría. Pero luego se vio que a cada partícula corresponde
una antipartícula. A Feynman se le ocurrió que un positrón es un electrón que viene del
futuro y va hacia el pasado, que es lo mismo que decir que mis deudas son mis ingresos
futuros, de camino hacia el pasado. Matemáticamente es lo mismo, consiste en cambiar
xxii
APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER

los signos. Todas estas teorías son tremendos gazapos. La teoría cuántica está llena de
gazapos. No creo en la unificación final, aunque sí creo en los esfuerzos para obtenerla.

COSMOLOGÍA

M: — ¿Qué le parece la actual cosmología del Big Bang, basada en la teoría de la


relatividad general de Einstein?
P: — Creo que la teoría de Einstein era muy buena, pero ya empezamos a ver puntos en
que estaba equivocada. Creo que la presente teoría del «Big Bang» acerca del origen del
universo ha sido ya refutada. Se han detectado galaxias que están físicamente conectadas
y que, por tanto, deben estar aproximadamente en el mismo sitio y que, sin embargo,
tienen corrimientos hacia el rojo muy diferentes.

M: — ¿Se refiere Ud. a las fotografías de Halton Arp?

P: — No recuerdo el nombre exactamente, pero desde hace veinte años se están haciendo
tales fotografías. Hay unos 32 tales casos. Es más que suficiente para refutar la teoría de
que el corrimiento hacia el rojo nos permite determinar la distancia.

M: — Hay una explicación diferente para esas fotografías. Dos objetos colineales con el
observador aparecerán juntos en la fotografía, aunque están separados por grandes
distancias.
P: — Desde luego, pero se trata de galaxias físicamente conectadas entre sí. Es difícil
explicar de otra manera los 32 casos conocidos.

M: — Por tanto, Ud. considera que la ley está también refutada.


P: — Sí, eso es lo que pienso. En cualquier caso, no se trata de una ley sin excepciones.
Déjeme que le recuerde el origen histórico de la teoría del Big Bang. La teoría de Einstein
contenía originalmente una constante cosmológica cuyo único propósito era evitar
xxiii
APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER

soluciones que implicaban la contracción o expansión del universo. Luego vino el


descubrimiento de la ley de Hubble, que el mismo Hubble no se acababa de creer. El ruso
Friedmann mostró cómo, eliminando la constante cosmológica, la teoría de Einstein así
simplificada daba cuenta de la ley de Hubble. Se trataba de una unificación maravillosa y
que resultaba muy convincente. Por eso todo el mundo la aceptó. Calculando hacia atrás
en términos de este modelo simplificado se llegaba a un punto en donde todo debía haber
empezado, el Big Bang. Sin embargo, esta teoría, tan simple inicialmente, se ha convertido
en algo enormemente complicado. Incluso en sus versiones más recientes contiene un gran
número de dificultades y problemas sin solucionar. En cualquier caso ha perdido su
simplicidad originaria. Weinberg considera que en el inicio había un objeto homogéneo y
en equilibrio termodinámico de varios años luz de diámetro. Cree que estaba en equilibrio
fracciones de segundo después de la explosión, lo cual implicaría de nuevo acciones a
distancia. Esta teoría se basa en acciones momentáneas a distancia, con lo que contradice
a los propios supuestos einsteinianos en que se basa.

M: — Estos problemas del horizonte de eventos a los que Ud. se refiere parecen haber
sido solucionados por el modelo cosmológico inflacionario.
P: — No, no. El equilibrio no puede establecerse en estas teorías sin asumir una acción a
distancia.

M: — La acción a distancia es necesaria para establecer el equilibrio, si el radio del


universo es suficientemente grande en relación al tiempo transcurrido desde el Big Bang,
pero en el universo inflacionario ese radio es inicialmente muy pequeño y no requiere
acciones a distancia.
P: — No sé. En cualquier caso, fue precisamente su gran simplicidad lo que condujo
inicialmente a la aceptación de esta teoría del Big Bang. Ahora se ha vuelto
extremadamente complicada y ya no hay razón para aceptarla. Creo que deberíamos
empezar de nuevo en cosmología.
xxiv
APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER

M: — Así que Ud. considera que tanto la ley de Hubble como el modelo cosmológico del
Big Bang están refutados. ¿Se da Ud. cuenta de que esta posición suya no es nada estándar
y que va en contra de las opiniones más extendidas hoy en día?
P: — Sí, mi posición es muy poco estándar. Pero son los otros los que se aferran
dogmáticamente a una teoría que ha cambiado tanto que ha perdido los motivos que
llevaron a su aceptación original.

M: — Ud. tiene fuertes objeciones tanto contra la mecánica cuántica en su interpretación


de Copenhague como contra la cosmología del Big Bang. ¿Cree Ud., en general, que la
física actual anda descarriada?
P: — En parte, sí. De todos modos no anda más descarriada que en épocas pasadas. Lo
que ocurre es que, precisamente debido a sus grandes éxitos anteriores, los físicos con
frecuencia sostienen sus teorías con una gran dosis de dogmatismo.

EPISTEMOLOGÍA

M: — Su visión del desarrollo de la ciencia tiene muchos puntos en común con la


concepción darwiniana de la evolución de las especies. Ud. mismo ha destacado esas
similaridades. Darwin asumió como dada la variabilidad de los organismos y explicó su
evolución por selección natural. Ud. asume como dada la variabilidad de las teorías y
explica su evolución por la presión selectiva de la crítica racional. ¿En qué medida acepta
Ud. que su epistemología sea llamada evolucionaria o darwinista?

P: — No me importa como se quiera llamar a mi epistemología. Es cierto que algunos


han calificado de evolucionaria o darwinista a mi epistemología, pero las cuestiones de
palabras me interesan muy poco. Es una teoría evolucionaria en el sentido de que es una
teoría del crecimiento del conocimiento. Es muy importante darse cuenta de que nuestro
conocimiento científico tiene mucho en común con el conocimiento de los animales.
xxv
APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER

Desde luego los animales tienen conocimiento, porque son capaces de anticipar
acontecimientos en su entorno y son capaces de resolver problemas. La construcción del
nido por un pájaro implica una gran cantidad de conocimientos. El conocimiento de los
animales no es idéntico al nuestro, pero comparte con él muchas características. Cualquier
teoría del conocimiento que no tenga esto en cuenta es insatisfactoria. Nuestra teoría tiene
que dar cuenta de los rasgos que nuestro conocimiento comparte con el conocimiento
animal y de cómo puede haber evolucionado a partir de él. Es un hecho histórico que
nuestro conocimiento ha crecido, y mi epistemología es una teoría del crecimiento del
conocimiento. La historia sólo puede entenderse mediante la lógica situacional, que
consiste en la comprensión de las acciones de los agentes históricos en función de sus
creencias e intenciones, que son parte de la situación en que se encuentran. Mi
epistemología aplica la lógica situacional. Nuestra situación epistemológica es la de un
negro, que en una habitación oscura trata de encontrar un sombrero negro que quizás no
se encuentre allí. ¿Qué puede hacer? Sólo puede mover las manos en la oscuridad y tratar
de dar con el sombrero. Incluso si encuentra el sombrero, no puede estar seguro que sea
el sombrero negro el que ha encontrado. Quizás ha encontrado un sombrero rojo. En
definitiva, nunca puede tener la certeza de haber resuelto el problema.

Cuando alguien descubre algo nuevo, previamente estaba en la situación descrita del
negro. Para obtener conocimiento hay que comportarse activamente, sin actividad no se
puede llegar a nuevos conocimientos. Si esperamos a que el mundo nos revele sus
secretos, nos moriremos esperando. Sólo nuestra acción conduce a descubrimientos y
éstos siempre son hasta cierto punto imprevisibles. Pienso que esta lógica situacional
también existe en la teoría de la evolución. Así es también cómo los animales adquieren
su conocimiento. Esto se observa incluso en animales unicelulares que tratan de buscar
comida o de huir de un peligro. Aprenden por ensayo y error, que es un tipo de actividad
congénita. Básicamente, cuando conocemos, estamos haciendo lo mismo que los animales
unicelulares, sólo que de un modo mucho más sofisticado.
xxvi
APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER

Desde la ameba hasta Einstein no hay más que un paso. Ambos actúan por ensayo y error.
¿Cuál es la gran diferencia? La gran diferencia es que la ameba no desea ser refutada,
mientras que Einstein busca someter sus ideas a la refutación. La ameba se apega a sus
teorías, mientras que Einstein trata de contrastarlas con los hechos, trata de someterlas a
prueba. Lo que es nuevo es la crítica racional, la autocrítica y la crítica de teorías, que solo
pueden darse sobre la base de un cierto grado de consciencia. Esto requiere también la
existencia de un lenguaje descriptivo que permita la formulación explícita de las teorías y
su constitución como objetos independientes de investigación. A diferencia de un lenguaje
que solamente sirva para advertir de peligros o señalar estados de ánimo, el lenguaje
humano es descriptivo. Es la existencia de ese lenguaje descriptivo y de la consciencia lo
que diferencia a Einstein de la ameba y le permite formular teorías y criticarlas
situacionalmente.

M: — Su paisano Konrad Lorenz también ha iniciado una fecunda línea de epistemología


evolucionaría. ¿Qué piensa Ud. de las ideas de Konrad Lorenz sobre el conocimiento
humano?

P: — La principal diferencia entre Konrad Lorenz y yo es que Konrad Lorenz acepta la


inducción. Ambos aceptamos el método hipotético deductivo y la crítica racional, pero,
además, él acepta también la inducción, y yo no. Me ha explicado con mucho detalle por
qué cree en la inducción, pero sus razones son inválidas. Según Konrad Lorenz sólo el
hombre que ha visto muchas veces a diversos tipos de gansos puede distinguir las diversas
especies de gansos mediante una intuición basada en la inducción. En realidad
aprendemos por corrección, no por inducción. Y esta diferencia tiene grandes
consecuencias. Todos estamos de acuerdo en que tenemos una gran cantidad de
conocimiento congénito. Lorenz piensa que lo hemos obtenido por inducción de las
generaciones previas. Yo creo que nuestro conocimiento congénito es el resultado de la
eliminación de teorías erróneas de las generaciones previas.
xxvii
APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER
Por tanto, yo soy más darwinista que Lorenz. El aprender por inducción suena más a
lamarckismo. La inducción corresponde al lamarckismo, y la eliminación al darwinismo.

M: — Puesto que estamos hablando de la inducción, quería hacerle una pregunta sobre
este tema. La mayoría de los filósofos de la ciencia aceptan su crítica devastadora de la
inducción. Sin embargo, algo parecido a la inducción parece existir a nivel psicológico en
todos nosotros, incluso en los niños y en los animales. Desde luego no se trata de un
mecanismo que sirva para justificar hipótesis científicas, pero sí podría tratarse de un
mecanismo heurístico que sirva para llegar a proponer hipótesis. ¿Aceptaría Ud. que la
inducción tiene un valor heurístico?

P: — No. Si alguien me roba una sola vez, esto cambiará grandemente mis expectativas
respecto a él. No necesito esperar a que me robe varias veces para formarlas. Piense en el
proceso de la impronta, estudiado por Konrad Lorenz. La impronta es un buen ejemplo de
formación de hipótesis basándose en la experiencia de un solo caso. Otros procesos de
aprendizaje pueden ser menos dogmáticos y definitivos que la impronta, pero no se basan
en la inducción.

La inducción se basa en la idea de que uno aprende mirando u oyendo, recolectando


sensaciones. Y puede probarse que esto es falso. Las sensaciones mismas tienen el carácter
de hipótesis. Nuestros ojos contienen un cierto esquema euklídeo del espacio. Los sentidos
son del tipo de las expectativas, que a su vez tienen carácter de teoría. Las sensaciones no
son nada definitivo, sino el resultado de las teorías plasmadas en nuestros sentidos. A
veces se piensa que el conocimiento empieza con lo que vemos. Pero eso no es así, para
ver necesitamos tener ya problemas previos y teorías previas. Un infante recién nacido
tiene que dedicar mucho tiempo a aprender a ver. Tiene que desarrollar lentamente las
coordinaciones necesarias.

Las teorías tienen el carácter de las expectativas. Hay dos tipos de expectativas, las
generales, plasmadas en nuestro cerebro y nuestros sentidos, y las específicas, que
xxviii
APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER

formamos en circunstancias concretas. Las primeras están dadas genéticamente, las


segundas nos ayudan a formarnos una imagen del universo, tal como éste aparece en
nuestra situación. La inducción no funciona nunca y el inductivismo es una filosofía
completamente falsa y equivocada.

M: — La «nueva síntesis» ha complementado la teoría darwiniana original con una


explicación del origen de la variabilidad genética mediante mutaciones aleatorias en el
ADN. Su epistemología está más relacionada con la crítica de las hipótesis disponibles
que con las maneras de llegar a nuevas hipótesis. ¿Cree Ud. que la invención creativa de
nuevas teorías es un proceso aleatorio, comparable a las mutaciones de los genes? ¿O cree
Ud. que se trata de un proceso teleológico, para el cual se puedan dar reglas y directrices?

P: — Probablemente no se trata de un proceso puramente aleatorio. Es algo que no


entendemos, y que tampoco vamos a entender cuando se logre la teoría superunificada de
las cuatro fuerzas fundamentales. No entendemos el origen de la vida, ni el origen de la
conciencia o del lenguaje de ese tipo de creatividad al que Ud. se refiere. De todos modos,
cuando uno se pregunta cómo creamos las teorías, normalmente lo que quiere preguntar
es cómo creamos las buenas teorías. Siempre es fácil crear malas teorías. Las buenas
teorías son las que tienen éxito, aunque no por ello sean necesariamente verdaderas. La
obtención de buenas teorías es también un asunto de ensayo y error.

M: — ¿En qué medida considera a Imre Lakatos como un discípulo suyo?

P: — Desde luego fue un alumno y discípulo mío. Utilizó mis ideas y trató de cambiarlas
en un sentido que yo no creo que fuera adecuado. Incluso utilizó mi terminología, por
ejemplo, acerca de los programas de investigación, que trató de convertir en el centro de
una moda filosófica y de una escuela. Pero yo estoy contra las modas y las escuelas.
[…]
xxix
APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER

LENGUAJE

M: — Gran parte de la filosofía de nuestro siglo gira en torno al lenguaje y al significado


de las palabras. Sin embargo Ud. Siempre ha despreciado este tipo de análisis lingüísticos.

P: — En efecto. Muchas de mis otras posiciones filosóficas han tenido influencia y han
sido ampliamente aceptadas. Pero una opinión mía que no ha sido aceptada por ningún
filósofo es la de que las preguntas sobre qué sea tal o cual cosa carecen de interés. Me
temo que ello se debe a que aceptar esta opinión les obligaría a cerrar la tienda. Preguntas
tales como qué es la vida son menos interesantes de lo que parece a primera vista y en
cualquier caso no pueden ser respondidas mediante algo así como un análisis del
significado. La vida es para nosotros una especie de milagro que no acabamos de entender.
Una definición o un análisis de significado no cambian grandemente la situación, a pesar
de lo que puedan pensar esencialistas o wittgensteinianos. Esos filósofos tratan de resolver
el problema del conocimiento analizando la palabra «conocimiento» a partir de la forma
verbal «yo conozco» y preguntándose por cuáles son las condiciones para decir que yo
conozco algo. Pero eso no lleva a ninguna parte, ni a la comprensión del conocimiento
animal, ni a la del conocimiento científico, ni a la de ningún tipo de conocimiento.

M: — A pesar de su desprecio por esas cuestiones, Ud. Mismo ha sido víctima de


malentendidos causados por la confusión de significados. Estoy pensando en la llamada
polémica sobre el positivismo, durante la cual Adorno y Habermas le acusaron a Ud. De
positivista, aunque de hecho Ud. se ha pasado la vida luchando contra todas las formas de
positivismo. Mirando hacia atrás, ¿no cree que una clarificación previa del significado del
término «positivismo» podría haber evitado esa contundente polémica?

P: — No, no creo que eso hubiera servido para nada. Lo que esa gente quería era atacarme
y golpearme. Si la clarificación del significado del término «positivista» hubiera hecho
imposible que me acusaran de positivismo, entonces me habrían acusado de alguna otra
xxx
APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER
cosa, por ejemplo de fascismo. Habrían dicho que todo el que no es socialista es fascista,
y que por tanto yo soy un fascista. La polémica no era esa, sólo querían darme una patada.

M: — Ud. es un hablante nativo del alemán y ha escrito obras importantes tanto en alemán
como en inglés. ¿En cuál de esas lenguas se siente Ud. más a gusto, si es que hay alguna
diferencia?

P: — Me siento bien en las dos, aunque ahora me siento más en casa en el inglés. De todos
modos, y a causa de los ataques de apoplejía que he padecido, para algunos conceptos a
veces sólo recuerdo la palabra alemana y otras veces sólo la palabra inglesa.

M: — Algunos filósofos alemanes como Hegel o Heidegger han cultivado un modo opaco
y complicado de escribir. ¿Cree Ud. Que esa oscuridad de estilo tiene algo que ver con la
estructura de la lengua alemana o meramente refleja la oscuridad de las ideas de esos
autores?

P: — No es que la lengua alemana haya presentado problemas a esos autores que Ud.
menciona, sino al revés, lo que ha ocurrido es que esos autores han destruido la lengua
alemana. Muchos intelectuales alemanes de esa tradición son incapaces de utilizar el
alemán con un mínimo de claridad y corrección. En mi opinión, el tipo de lengua utilizado
por Hegel es una de las razones que explican de filosofía, todo vale. En esa lengua nada
puede ser excluido. Los argumentos no son posibles. Sólo hay aserciones. Uno puede
afirmar cualquier cosa que se le ocurra. Los argumentos no cuentan. Este lenguaje
conduce directamente al relativismo, a la opinión de que todo da igual y de que no hay
nada tal como la corrección o incorrección. En un clima espiritual de ese tipo es fácil que
florezca un movimiento como el de Hitler. Las universidades no opusieron ninguna
resistencia a Hitler. Los grandes intelectuales que se resistieron estaban aislados.
Alemania tuvo que decidir entre Kant y Hegel, y se decidió por Hegel. Ranke, el teórico
del nacionalismo alemán, era un hegeliano. Esta teoría absurda no podía ser racionalmente
discutida, porque era presentada en ese horrible lenguaje hegeliano. Una tarea muy
xxxi
APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER

importante que se le presenta a la filosofía alemana es la de restaurar un lenguaje claro


que permita la discusión racional, tal como el que existía en Alemania antes de Hegel y
Fichte, y que ha pervivido en otros autores posteriores, como Frege.

M: — Su teoría del mundo 3 como un dominio autónomo de información y contenido


lingüístico constituye una vigorosa filosofía de la cultura. Entre otras cosas, el mundo 3
abarca todas las proposiciones posibles (expresadas o no) y todos los problemas y
soluciones matemáticos (encontrados o no). Aunque Ud. ha criticado mucho a Platón, ¿no
le parece que esta concepción tiene mucho de platónica?

P: — Sí, y yo mismo he señalado desde el principio que esta teoría tiene similaridades
con la platónica. Lo digo al principio de mis escritos sobre el tema. Pero el origen de mi
teoría no está en Platón, sino en Bolzano. El mundo 3 es el producto de la mente humana,
como los nidos son el producto de los pájaros. Los nidos, aunque construidos por los
pájaros, son algo autónomo, objetivo, que está ahí con independencia de ellos. El lenguaje
es un producto de la mente humana, pero tiene una objetividad propia,
independientemente de que sobreviva alguien que lo hable o no. Nadie puede leer el
etrusco, pero como producto de la mente humana, la lengua etrusca sigue formando parte
del mundo 3.

MENTE Y CEREBRO

M: — Ud. ha defendido contra Hume la existencia del yo. ¿En cuál de los tres mundos
que Ud. distingue: el 1, el 2 ó el 3, sitúa Ud. al yo?

P: — Lo sitúo en el mundo 2, que es el mundo de la conciencia y de la psicología. Cuando


yo hablo con Ud., nuestros yos, que pertenecen al mundo 2, interaccionan con el lenguaje,
que pertenece al mundo 3. Pero nuestra comprensión del lenguaje pertenece al mundo 2.
A través de esa comprensión nuestra el mundo puede tener efectos causales en el mundo
1 de las cosas físicas. Objetos físicos como los aviones realizan esquemas y planos del
xxxii
APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER

mundo 3. Las teorías pertenecen al mundo 3, pero pueden ser escritas en forma de libros
impresos que pertenecen al mundo 1. Son productos de la mente humana que pertenecen
al mundo 1. Pasa lo mismo que con las telarañas que construyen las arañas.

M: — ¿Qué es lo que le llevó a cooperar con Eccles en el libro El yo y su cerebro?

P: — Conocí a Eccles durante mi estancia en Nueva Zelanda. Había allí una Facultad de
Medicina muy buena. Yo recomendaba a mis mejores alumnos que no estudiasen filosofía,
sino medicina, para aprovecharse de la buena facultad disponible. Yo enviaba a mis
alumnos a la Facultad de Medicina, y ellos hablaron a Eccles de mis teorías. Fui invitado
por Eccles a dar una serie de conferencias en su facultad. Eccles me pidió consejos
metodológicos, que posteriormente agradeció con generosidad cuando le fue concedido el
Premio Nobel de medicina.

M: — Como Ud. sabe, El yo y su cerebro ha irritado a muchos filósofos y psicólogos


materialistas, que le han acusado a Ud. De propagar ideas espiritualistas de origen
religioso. ¿Es Ud. un hombre religioso? ¿Cree Ud. en Dios?

P: — Esa es una pregunta muy delicada. Solo diré lo siguiente: Pienso que la teología es
impía, en la medida en que pretende saber algo acerca de Dios. La teología es incompatible
con la creencia en Dios. Quien realmente cree en Dios, no puede decir nada acerca de él.
Si creemos en Dios, no podemos saber nada de él, por ejemplo no podemos saber que sea
omnipotente. Quien cree honradamente en algo así como Dios, tiene que reconocer que
no sabe nada acerca de él. La teología es la ciencia de Dios y por lo tanto es incompatible
con el reconocimiento de que no sabemos nada acerca de Dios.

LEYENDA
M: Jesús Mosterín.

P: Karl Popper.
xxxiii

BIBLIOGRAFÍA

-ARISTÓTELES. Metafísica. Libro undécimo. Cap. 6. Traducción de Tomás Calvo


Martínez. Editorial Gredos. Madrid, 1994.

-BARTLEY, W. W. Epistemología evolucionaria. Filosofía y biología vs filosofía y física.


La Salle (Illinois), 1987.

-BOMBAL, F. David Hilbert: La búsqueda de la certidumbre. Real Academia de Ciencias


de España. Facultad de matemáticas, Universidad Complutense, Madrid, 2013.

-BURTT, E. A. Los fundamentos metafísicos de la ciencia moderna. Editorial


Sudamericana, Buenos Aires, 1960.

-CARMAN, C. C. La Filosofía de la Ciencia en el Siglo XX. Buenos Aires, 2007.

-CARNAP, R. “La superación de la metafísica mediante el análisis lógico”. En: Ayer,


A. J. (comp.). El positivismo lógico. México, 1965.

-DARÓS, W. El concepto filosófico de ciencia según Popper en Revista Rosminiana, F.


III. Madrid, 1983.

-FEBRER, R. F. Verdad y realismo en la obra de Karl Raimund Popper. Tesis Pontificio


Ateneo Regina Apostolorum, Facultad de Filosofía. Roma, 2001.

-GARCÍA, P. y MOREY, P. Ciencia y Metafísica en el pensamiento de Karl Popper.


Epistemología e Historia de la Ciencia. Volumen X. Universidad Nacional de Córdoba,
2004.

-GEORGINA, B. y GONZÁLEZ, S. Historiografía koyreana de la ciencia. I Congreso


Iberoamericano de Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación. Buenos Aires, 2006.
xxxiv

-HALDER A. y MULLER. M. Breve Diccionario de Filosofía. Traducido por Esteban


Lator Ros. Edición Herder, Barcelona, 1976.

-HUME, D. Enquiry Concerning Human Understanding. L.A. Selby-Bigge, Sección V,


parte I. Oxford, 1927.

-_______________Tratado de la naturaleza humana. Biblioteca de Autores Clásicos,


Libro I, Parte III, sección VI. España, 2001.

-KANT, I. Crítica de la razón práctica. Librería general de Victoriano Sánchez, Madrid,


1913.

-KOYRÉ, A. Pensar la ciencia. Ediciones Paidós. Barcelona, 1994.

-LAKATOS, I. La metodología de los programas de investigación científica. Editorial


Alianza. Madrid, l983.

-MARTÍNEZ SOLANO, J. F. El problema de la verdad en K. R. Popper: Reconstrucción


histórico-sistemática. Editorial Gesbiblo, S. L., España, 2005.

-MORA, J. F. Diccionario de Filosofía. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1965.

- MORATÓ, C. y MARTÍNEZ RIU, J. Diccionario de filosofía Herder, Barcelona, 1991.

-MOSTERÍN, J. Entrevista con Karl Popper. EPISTEME NS, Vol. 22, N. 1. Ediciones
Humánitas, Portal temático en humanidades. Londres, 2002.

-POPPER, K. R. Búsqueda sin término. Una autobiografía intelectual. Editorial Tecnos,


Madrid, 1977.

-______________________Conjeturas y refutaciones. Ediciones Paidos. Traducción de


Néstor Míguez. Adaptación a la cuarta edición inglesa y traducción de las secciones
nuevas: Rafael Grasa. Barcelona; Buenos Aires; México. 1991.
xxxv

-______________________Conocimiento objetivo. Un enfoque evolucionista.


Traducción por Carlos Solís Santos. Editorial Tecnos. Madrid. 1992.

-___________________El cuerpo y la mente. Ediciones PAIDOS. Introducción de José


Antonio Marina. Traducción de Olga Domínguez Scheiderciter. Barcelona; Buenos Aires;
México. 1991.

-_______________________El mito del marco común. En defensa de la ciencia y la


racionalidad. Ediciones Paidos. Traducción de Marco Aurelio Galmarini. Barcelona,
1997.

-_______________________El porvenir está abierto. Editorial Tusquets. Barcelona,


1992.

-____________________El universo abierto. Un argumento en favor del indeterminismo.


Editorial Tecnos. Madrid, 1994.

-_______________________ El Yo y su Cerebro. Ediciones Labor, Barcelona, 1982.

-_______________________En busca de un mundo mejor. Ediciones Paidos. Traducción


de Jorge Vigil Rubio. Barcelona, 1994.

-_______________________Knowledge and the Body-Mind Problem. Conferencia en la


Universidad de Emory. Atlanta,1969.

-_______________________La responsabilidad de vivir. Ediciones Paidos. Traducción


de Concha Roldán. Barcelona, 1995.

-_______________________ Lógica de la investigación científica. Editorial Tecnos.


Traducción por Víctor Sánchez de Zavala. Madrid, 1980.

-_______________________ Realismo y objetivo de la ciencia. Editoriales Tecnos.


Madrid, 1985.
xxxvi

-_______________________ Respuestas a mis críticos. Editorial Schilpp, P. A. La


filosofía de Karl Popper, Vol. II. Illinois, 1970.

-_______________________ Teoría cuántica y el cisma en Física. Tomo III del Post


Scriptum. Ediciones Paidós. Barcelona, 1982.

-QUERALTÓ, R. Karl Popper, de la Epistemología a la Metafísica. Universidad de


Sevilla, 1996.

-QUINTANILLA, M. A. Introducción a la epistemología de Popper. Editorial Tecnos.


Madrid, 1972.

-REALE, G. Y ANTISERI, D. Historia de la Filosofía III, Del Romanticismo a nuestros


días. Editorial Herder. Barcelona, 2010.

-ROBLEDO RUÍZ, L. J. Karl Popper y la epistemología contemporánea. Revista CEO.


Universidad de Antioquia, 2002.

-VERDUGO, C. La filosofía de la ciencia de Popper. Estudios públicos. Ensayo. Stanford,


1996.

-Revistas, artículos y links de la Web

-APUNTES DE FILOSOFÍA. Revista de filosofía. Popper y el fundamento científico. 22


de noviembre de 2016, 10:30 am.
(http://apuntesdefilosofa.blogspot.com/2007/08/popperyelfundamentocientfico.html).

-DOMÍNGUEZ, P. Conferencia Fe y Razón. España. Video. Fuente: You Tube. Jueves 23


de febrero de 2017, 9:53:00 am. (https://www.youtube.com/watch?v=AMkpWv36FtI).

-DUQUE GÓMEZ, H. El criterio de demarcación entre la ciencia y la metafísica entre


Popper y Sócrates. Dossier. Filosofía de la Educación.
(http://ciruelo.uninorte.edu.co/pdf/huellas/8/Huellas_8_4_ElCriteriodeDemarcacionentre
CienciaLaMetafisicaEntrePopperySocrates.pdf).
xxxvii

-ECHEGOYEN OLLETA, J. Historia de la Filosofía. Volumen 2: Filosofía Medieval y


Moderna. Editorial Edinumen. Revista de Filosofía Digital. 17 de marzo 2017- 9:30 am.
(https://www.casadellibro.com/libro-filosofia-medieval-y-moderna-historia-de-la-
filosofia-vol-2/9788485789856/573393).

-GALISTEO GÓMEZ, E. Alfred Tarski. “La Guía”, revista de filosofía. Acceso: 18 de


marzo de 2017, 8:50 pm. (http://filosofia.laguia2000.com/grandes-filosofos/alfred-tarski).

-MONSERRAT, J. y SEQUEIROS, L. Tendencias de las Religiones. (Revista Electrónica


de Ciencia, Tecnología, Sociedad y Cultura. Universidad Pontificia Comillas, Madrid. 21
02-2017. 9:45 am.
(http://www.tendencias21.net/LaaportacionesdeTeilhardformanyapartedelpatrimoniocult
uralhumano_a39356.html).

-NAVARRO, J. Karl Popper, un filósofo con los pies en el suelo. Universidad


Internacional de Cataluña. Acceso: 21 de febrero de 2017, 8:47 pm).
(http://www.unav.es/gep/AF69/AF69Navarro.html).

-PEREIRA, A. Popper y la metafísica. Ser y Pensar. Blog de filosofía. Acceso: 1 de marzo


de 2017.
(http://antoniopereyra.blogspot.com/2007/12/popperylametafsicatextofilosfico.html).

-RAE, REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA. Diccionario digital, Madrid, 2017.


(http://dle.rae.es/?w=diccionario).

-VERBO ENCARNADO, revista de filosofía. Santo Tomás, De la Verdad. Nota 35).


Acceso: 30 de marzo de 2017, 8:28 am. (http://santotomasdeaquino.verboencarnado.net/).

-ZAMUDIO, T. El juramento hipocrático. Historia de los Bio-Derechos y del Pensamiento


Bioético. Revista digital. Acceso: 18 de marzo de 2017. 8:26 pm.
(http://www.bioetica.org/cuadernos/contenidos/hipocrates.htm).

Vous aimerez peut-être aussi