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PALABRAS CLAVE

Territorio,
TERRITORIO: UN VOCABLO, MÚLTIPLES
Territorialidad,
Estado de la cuestión SIGNIFICADOS
keywords
Territory,
Territorialism, TERRITORY: ONE WORD, MULTIPLE MEANINGS
State of the art

> mijal orihuela


Universidad de Flores Sede Comahue
Facultad de Arquitectura y Diseño
Instituto Patagónico de Estudios en Humanidades y Ciencias Sociales
Universidad Nacional del Comahue
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas

recibido > cómo citar este artículo (Normas APA):


30 de setiembre de 2018 Orihuela, M. (2019). Territorio: un vocablo, múltiples significados. AREA, 25(1), pp. 1-16.
aceptado
https://www.area.fadu.uba.ar/wp-content/uploads/AREA2501/2501_orihuela.pdf
23 de marzo de 2019

EL CONTENIDO DE ESTE ARTÍCULO


ESTÁ BAJO LICENCIA DE ACCESO
ABIERTO CC BY-NC-ND 2.5 AR

1 area 25(1) | noviembre 2018 - abril 2019 | issn 2591-5312 | TEMÁTICA GENERAL | © si-fadu-uba
RESUMEN ABSTRACT

El territorio constituye una de las categorías As a concept, territory is one of the main
más importantes para los estudios urbanos. categories used in urban studies. However,
Sin embargo, la forma de definirlo ha over time it has been repeatedly redefined.
ido modificándose a lo largo de los años. In this way, it has become a polysemic term
En este proceso, el término se ha vuelto and its various meanings are sometimes used
polisémico, encontrándose a veces diferentes in the same research. In this paper, we review
concepciones incluso en una misma the main approaches from which it has been
investigación. En este trabajo realizamos una defined and the way in which the resulting
revisión de los principales enfoques desde notions relate to each other, in order to reach a
los que se lo ha definido y la forma en que las comprehensive definition, which can be used to
nociones resultantes se articulan entre sí, a address complex 21st century urban-regional
fin de construir una definición comprehensiva processes.
y adecuada para abordar los complejos
procesos urbano-regionales del siglo XXI.

> acerca de la autora


Mijal Orihuela. Arquitecta por la Universidad de Buenos Aires. Cursa el Doctorado en
Estudios Urbanos en la Universidad Nacional de General Sarmiento con Beca Doctoral del
CONICET. Realiza sus actividades de investigación en el Instituto Patagónico de Estudios
de Humanidades y de Ciencias Sociales (IPEHCS-CONICET-UNCo) y en la Universidad
de Flores, donde además es docente de investigación en la carrera de arquitectura. Su tema
de estudio son las transformaciones territoriales que induce el fracking en las pequeñas
localidades, en particular Añelo, Neuquén.
<mijal.orihuela@gmail.com>

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El territorio puede formar parte de una teoría
o estar presente en varias teorías; pero éstas,
[…] van a incidir en el significado del concepto,
éste no representa el mismo contenido cuando
se inscribe en teorías diferentes y más aún
cuando forma parte de una perspectiva más
amplia como es el caso de la constitución
de un paradigma. Las relaciones sociales
cambian y por ello los conceptos y las teorías
también se encuentran en constante crítica
(llanos-hernández, 2010).

Introducción

Al igual que sucede con gran parte de coloquiales y por múltiples discipli-
los términos utilizados en el vocabulario nas, la re-significación del término se
coloquial y de las ciencias sociales, la asocia a los cambios de corrientes, es
noción de territorio ha ido adquiriendo decir, de paradigmas e intereses de la
diversas connotaciones a lo largo del disciplina geográfica en sí misma.
tiempo. Por ello, se han planteado en
torno a la misma múltiples discusiones En consecuencia, realizamos una revisión
sobre su significado y alcance analítico. de los principales enfoques desde los que
La forma en que cada investigador define se ha definido al territorio y la forma en
los conceptos impacta tanto en el modo que las nociones resultantes se articulan
en que aborda su objeto de estudio como entre sí, a fin de construir una definición
en los datos que construye. Por tanto, comprehensiva y adecuada para abordar
resulta fundamental conocer los distintos los complejos procesos urbano-regionales
enfoques desde los cuales se ha pensado del siglo XXI. Asimismo, haremos una
el territorio a lo largo del tiempo. breve referencia a tres categorías deriva-
El vocablo territorio proviene del latín das de dicho concepto, cuya definición
terra torium o “la tierra que pertenece a es fundamental para delimitar el alcance
alguien”, siendo una de sus acepciones del territorio como categoría teórica:
más antiguas la de jurisdicción, la cual territorialidad, desterritorialización y
aún permanece vigente en diversos ám- territorio usado.
bitos. A su vez, es un término propio de
la geografía, dentro de cuyo marco se fue
redefiniendo hasta reemplazar la noción Significados en cadena: los
de espacio, la cual también se transformó diversos enfoques desde los
a lo largo del tiempo. Estas característi- que se definió el territorio
cas conducen a dos cuestiones que nos
resultan fundamentales: Es posible encontrar múltiples formas
de clasificar las perspectivas desde las
1. Es posible identificar en el ámbito cuales se ha definido el territorio. Para
académico diversas acepciones de los fines de este artículo hemos partido
territorio, algunas de las cuales se del trabajo de Benedetti (2011), propo-
complementan entre sí. Incluso hay niendo una clasificación que nos permite
casos en que distintas definiciones comprender en forma bastante simple la
coexisten en una misma investigación evolución de la noción de territorio:
(Benedetti, 2011), lo cual no necesa-
riamente sucede con otros conceptos 1 – El enfoque clásico, propio de la geogra-
geográficos. fía tradicional. El mismo tuvo preponde-
2. Si bien la categoría territorio es utiliza- rancia en el período 1870-1950. Fue desa-
da tanto en ámbitos académicos como rrollado tanto desde la geopolítica como

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desde la geografía humana, en especial
por los primeros geógrafos ratzelianos
y vidalinos. Se trata de una concepción
predominantemente física y geométrica
del territorio, influida por las tradiciones
jurídico-administrativa y naturalista, de
base biológica. En este marco, el terri-
torio es definido como un fragmento de
superficie terrestre o la parte del medio
natural que conforma una entidad polí-
tico-administrativa. Es decir que consti- > al constituir el territorio un espacio
tuye el soporte geopolítico de los estados social, no necesariamente coincide con
nacionales, o el referente que describe las los límites jurídico-administrativos
condiciones fisiográficas de los mismos. (Rodríguez Valbuena, 2010). Es decir
Por ello, se encuentra asociado simultá- que puede superar los límites juris-
neamente a las nociones de suelo, terreno diccionales, al igual que es posible la
y jurisdicción (Benedetti, 2011). Aparece coexistencia de más de un territorio
como un elemento dado de la naturale- dentro de dichos límites.
za, es decir, como una realidad objetiva
(Ortega Valcárcel, 1998). Sin embargo, 2 – El enfoque etológico y el enfoque hu-
el territorio es un espacio de competen- manista. Fueron desarrollados a media-
cias, el resultado de una repartición de la dos del siglo XX y a fines de la década
superficie terrestre entre un conjunto de de los sesenta, respectivamente. La eto-
sociedades que luchan por su dominio logía es una subdisciplina de la biología
físico, político, cultural y/o económico que estudia el comportamiento animal,
(Dematteis y Governa, 2005, p. 39). cuyas proposiciones son recuperadas
Esta acepción permanece vigente en por geógrafos humanistas y aplicadas
diversos ámbitos. Sin embargo, ha sido al comportamiento humano. Siguiendo
dejada de lado por la mayor parte de los a Benedetti (2011), estas corrientes
cientistas sociales, dado que: introducen la idea de territorialidad,
comprendida como un comportamiento
> al coincidir el territorio con las fronte- animal innato que permite a los indivi-
ras político-administrativas y referir a duos procurarse los medios necesarios
la soberanía, propiedad o posesión por para su reproducción. En consecuencia,
parte del Estado o grupo de poder, el territorio constituye el terreno que un
aparece como algo dado. Esto ocul- grupo de personas necesita para contar
ta que no es un producto histórico, con seguridad, estímulo e identidad.
resultante de las luchas sociales por el Debido a esto, la unidad de estudio se
poder y dominio, así como un objeto encuentra determinada por el área con-
por hacer, en el sentido de objetivo trolada por un individuo o familia.
político (Rodríguez Valbuena, 2010),
> el fenómeno de la globalización ha 3 – La concepción materialista histórica
conllevado la necesidad de redefinir el del territorio. Esta corriente se enmarca
territorio, a fin de que dicha categoría en la geografía crítica y es denominada
teórica permita explicar los nuevos por Benedetti (2011) enfoque geocrítico o
procesos económicos. En este contex- neocrítico. Ha tenido gran repercusión en
to adquiere gran relevancia la dimen- la geografía latinoamericana, en parti-
sión espacial de los procesos sociales cular por los trabajos de Milton Santos
y, el territorio, pasa a constituir un y su discípula María Laura Silveira.
espacio social reproductor de las ac- Comenzó a desarrollarse en la década del
ciones de los actores sociales (Llanos- setenta como repuesta a los procesos de
Hernández, 2010). Este cambio de expansión capitalista, que hacia los años
significado torna obsoleta la acepción ochenta comenzarían a denominarse
preexistente, y globalización. A su vez, resulta de una

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redefinición del concepto de espacio, que
conduce a considerarlo una construcción
sociohistórica, lo que la convierte en
una perspectiva ampliamente recuperada
por las investigaciones que relacionan
espacio y economía (Benedetti, 2011, p. desde esta perspectiva la territorialidad
39). Desde este enfoque, las relaciones es “una acción consciente orientada a
sociales vinculadas a la reproducción del controlar e incidir sobre las acciones de
capital resultan tan importantes como otros, tanto en lo que respecta a las po-
la actuación del Estado en la construc- sibilidades de localización (fijos) cuanto
ción de los territorios. El territorio pasa a las de circulación (flujos)” (Benedetti,
a constituir un área con características 2011, p. 44). Incluye las modificaciones
políticas y/o culturales diferenciales en del espacio a través del trabajo, mediante
la cual se articulan las clases sociales. Se la inversión de capital en redes de circula-
trata de un concepto multiescalar que ción y comunicación (Raffestin, 2011) las
permite identificar cualquier área con cuales se realizan para garantizar la repro-
existencia material, desde una ciudad ducción del capital y del grupo de actores
hasta la jurisdicción de un Estado o que lo controla (Giménez Montiel, 2001).
la zona controlada por una empresa; De esta manera, el territorio constituye un
aunque se ha tendido a privilegiar las concepto relacional (Raffestin, 2011) que
categorías de global y local (Benedetti, insinúa una serie de vínculos de dominio,
2011). Esta concepción deriva, a su vez, pertenencia y apropiación entre un grupo
en la lectura del territorio como un con- o individuo y una porción o la totalidad
junto de signos que reflejan las relaciones del espacio geográfico (Montañez Gómez,
de poder que los reproducen. Asimismo, 2001; Rodríguez Valbuena, 2010). El área
implica la comprensión del espacio como sobre la que se ejerce control constituye
un objeto de consumo económico, el cual un territorio, noción que pasa a involucrar
posee un valor de uso para la sociedad y, “relaciones de expropiación/apropiación,
por tanto, un valor de cambio. Respecto presencia/ausencia, inclusión/exclusión
de este enfoque, Saquet (2015) destaca lo y algún grado de subordinación, material
significativo de los autores que pusieron o simbólico” (Benedetti, 2011, p. 45), así
el acento en la reproducción del capital, como un modo de clausura o cerramiento.
tanto en número como en influencia. En consecuencia, y a diferencia de lo que
sucede en las acepciones anteriores, el
4 – El enfoque relacional. Fue desarro- territorio no es definido en forma externa,
llado en la década de los ochenta por sino por el mismo sujeto social que es
Claude Raffestin y Robert Sack. A partir objeto de la investigación. Dichos sujetos
de mediados de los noventa, profundi- se constituyen de los propios grupos de
zaron sus propuestas Marcelo Lopes de actores que mantienen las relaciones de
Souza, Rogério Haesbaert y, en el ámbito (re)producción, vecindad, parentesco,
local, Mabel Manzanal. Dicho enfoque hegemonía o supremacía. Por ello, “los
recupera la concepción multiescalar del territorios son resultado de conflictivos
territorio propio de la corriente anterior, procesos de identificación, delimitación
pero pone el acento en las relaciones de y apropiación (simbólica y material) de
poder entre actores, que son de carácter unidades espacio-temporales” (Benedetti,
multidimensional e inherentes a cualquier 2011, p. 49). Ya no suponen áreas con
relación social. Este grupo de autores límites estáticos, pueden superponerse en-
recupera el concepto de territorialidad tre sí y no son necesariamente contiguos.
pero, en vez de comprenderlo como un Como afirma Haesbaert (2013), algunos
comportamiento animal innato, lo define autores postulan que los territorios no
como una estrategia abiertamente desple- requieren de un soporte material previo a
gada por un agente o actor social orienta- las relaciones sociales sino que los definen
da a controlar los recursos y/o personas como un valor de carácter simbólico. Sin
de una determinada área. Es decir que embargo, dicho conjunto de autores es

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Nogué i Font y, en el ámbito local, es
precursora Claudia Pastor. Esta con-
cepción suele retomar el enfoque de la
“nueva geografía regional” y aplicarse
en las investigaciones sobre paisajes
escaso, dado que por su mismo origen eti- culturales. Aquí, el territorio es definido
mológico el territorio siempre posee una como patrimonio, el cual es entendi-
base material-espacial (Haesbaert, 2013). do en un sentido amplio. Según esta
A su vez, en tanto la apropiación puede acepción, es patrimonio toda herencia
ser simbólica y/o afectiva, este autor pos- del pasado socialmente valorada. O sea
tula que la misma constituye un campo de que no es determinado únicamente por
representaciones que los actores portan el valor estético y/o ecológico de los
consigo. Así, la territorialidad adquiere lugares, sino que puede componerse
una doble connotación: como estrategia de elementos materiales, naturales o
para captar y mantener el dominio y/o artificiales, y de elementos inmateriales,
control, por una parte, y como conjunto como la música y la gastronomía. El
de representaciones, por otra. valor de los mismos es que, en su con-
junto, proporcionan una imagen de la/s
5 – El enfoque regional político-cultural sociedad/es que los produjo. Desde esta
o de la nueva geografía regional. Entre perspectiva, el espacio es frecuentemen-
sus exponentes se encuentran Anssi te definido como un soporte o escenario
Paasi y Alexander Murphy; mientras que natural sobre el que se desarrollan las
en contexto local lo ha profundizado actividades humanas. Mientras que el
Gerardo De Jong. Fue desarrollado a tiempo suele interpretarse como una
partir de la década del ochenta, por geó- línea continua sobre la que se suceden
grafos que se posicionan como cientistas los procesos y acontecimientos. Estos
sociales y asimilan territorio a región dejan huellas que perviven en el territo-
(Benedetti, 2011). Desde esta perspectiva, rio actual. Los investigadores ordenan
la región constituye un espacio acotado, dichas marcas en una cronología en la
controlado material o simbólicamente que se diferencian distintos paisajes
por un determinado sujeto, una realidad y/o territorios que, a modo de capas, se
heurística, no ontológica ni evidente, fueron superponiendo hasta generar el
pero con un componente material, que se resultado actual. Por tanto, el territorio
define a partir de las prácticas culturales constituye:
y materiales de la sociedad. El vocablo
territorio ya no es sinónimo, entonces, de una especie de palimpsesto, cuya
suelo o terreno sino que constituye una lectura requiere identificar los dife-
entidad geohistórica, un proceso abierto rentes “territorios” incorporados en
y contingente. El interés de estos auto- él [a lo largo de los siglos], separar
res se centra en la dimensión simbólico- estas distintas aportaciones históricas,
conceptual y en las escalas intermedias valorando su grado de inserción, en
o regionales. Lo cual indujo a releer la cada caso, así como la amplitud que
literatura de viajeros, cartografía histó- cada uno ocupa, y las modalidades de
rica y toponimia, a fin de comprender articulación de lo antiguo en lo nuevo,
cómo se construyen los sentimientos y el grado de transformación experi-
de pertenencia al lugar y los modos mentado en ese proceso de absorción
elegidos por los grupos sociales para y “refuncionalización”. […] Convierte
reivindicar sus formas de organización el análisis del territorio en un pro-
del espacio o pertenencia a los lugares ceso de “deconstrucción” (Ortega
(Benedetti, 2011). Valcárcel, 1998, pp. 38-39).

6 – El enfoque patrimonial. Entre cuyos Este abordaje se utiliza para estudiar


máximos exponentes se encuentran los y realizar propuestas sobre territorios
catalanes Joaquín Sabaté Bel y Joan de escala intermedia, en las cuales se

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pretende poner en valor la herencia cul-
tural, el paisaje del lugar y todos aquellos
elementos que componen la identidad
colectiva de la sociedad que habita una
determinada región.

7 – El enfoque político-institucional,
al que Benedetti (2011) incorpora a su
clasificación bajo el título de “enfoque
territorial”. Este enfoque resulta per-
tinente a pesar de aplicarse en ámbitos de territorio, se comenzó a brindar
ajenos a las ciencias sociales, por su gran protagonismo a la diversidad de acto-
difusión en los ámbitos políticos y en la res, en vez de considerar únicamente
gestión gubernamental, particularmente al Estado o grupos hegemónicos.
en los organismos financieros internacio- 4. El tiempo, en el cual se construye,
nales ocupados de formular políticas de deconstruye y reconstruye el territo-
desarrollo. En este contexto, no se realiza rio. Es inseparable del espacio, por lo
una reflexión teórica sobre el término, que algunos autores, como Tomadoni
confundiéndose la noción de territorio (2007), optan por usar la categoría
con las de local, lugar y/o región, ya que espaciotiempo. Esto se debe a que el
señala el “privilegio de la escala local movimiento es siempre parte de la
en la enunciación de propuestas para el construcción de objetos en el espa-
desarrollo” (Benedetti, 2011, pp. 67-68). cio y este es necesario para definir al
objeto, por ello es posible la coexis-
En síntesis, puede observarse que en las tencia de lógicas espaciales zonales
concepciones hasta aquí descriptas se con lógicas de trama. Sin embargo,
tiende a tomar por cierta la existencia de muchos autores, en especial de los
cuatro componentes: enfoques clásico, regional y patrimo-
nial, aún dicotomizan ambos concep-
1. Una porción de superficie terrestre con tos. En estos casos, el elemento que
la matriz biofísica ligada a la misma. compone el territorio es el tiempo
Si bien en la actualidad se afirma que histórico, entendido como un flujo
los territorios no son necesariamente lineal, independiente del espacio.
contiguos, dado el origen semántico
del vocablo, para la mayor parte de
los autores tendrán siempre una base El territorio: una noción
material, correspondiéndose con uno polisémica
o más espacios geográficos. En los
territorios articulados en red, convi- Estos cuatro componentes reflejan que
ven dos lógicas espaciales, una zonal el territorio es una “construcción social
(de tejido, malla o superficie) y una de base material que resulta de la inte-
reticular (de red o trama). Una u otra racción de factores biofísicos y huma-
puede prevalecer en determinados no-culturales” (Rodríguez Valbuena,
momentos, para ciertos procesos y/o 2010). Como entidad social es dinámico
sujetos, pero ambas lógicas se encuen- y, por tanto, inherentemente inestable
tran siempre presentes en el territorio. (Nievas, 1994), de modo que está siem-
2. Una o más territorialidades. Es decir, pre sujeto al cambio y la transforma-
los conjuntos de representacio- ción. Como construcción es un proceso
nes que los actores sociales portan desarrollado a lo largo del tiempo, que
consigo, así como la manifestación resulta en la apropiación (Corrêa, 1998;
de las acciones y relaciones de poder Giménez Montiel, 2001; Raffestin,
mediante las que se vinculan. 2011), dominio y control diferencial del
3. Un sujeto, agente o actor social, tráte- espacio por parte de diversos grupos y
se de un individuo, grupo o persona actores. Dicha apropiación puede impli-
jurídica. En el enfoque clásico el su- car el control efectivo, legitimado o no,
jeto estaba por lo general constituido sobre una porción de la superficie te-
por un Estado-nación, que poseía el rrestre; pero también puede ser de tipo
dominio sobre un área o jurisdicción. afectivo (Corrêa, 1998). La dimensión
Sin embargo, al ampliarse la noción afectiva de la apropiación territorial

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conduce al desarrollo de “sentimientos
de identidad colectiva y valoraciones
diversas” (Giménez Montiel, 2001) que
pueden dar lugar a territorios-proyecto
o al objetivo por parte de un grupo o
agente de construir y/o controlar deter-
minado territorio.
En otras palabras, la apropiación del
espacio puede ser simbólica (Giménez
Montiel, 2001), física y/o instrumental
(Raffestin, 2011). Esto significa que la Al aproximarse a un territorio en forma
capacidad de apropiación no la poseen escalar, podrá analizárselo en su totali-
exclusivamente los Estados o grupos dad o por fragmentos. Esto se debe, a
de poder. Actores que no tienen el que se trata de fenómenos que poseen
control físico de un espacio geográfi- en su interior diversas áreas, en las
co pueden apropiarse de él en forma cuales se localizan grupos o actividades
abstracta, aplicando estrategias como diferentes. En ellos, se manifiestan las
desarrollar un conjunto de represen- contradicciones internas de la socie-
taciones capaces de desencadenar una dad, así como proyectos en desarrollo.
serie de comportamientos y espacios Nievas (1994) afirma que, a pesar de
sociales constructores de territoria- esta heterogeneidad intra-territorial, los
lidad (Herner, 2009). En palabras de diversos ámbitos se articulan en torno a
Haesbaert (2004): una legalidad social común, generando
una homogeneización interna del terri-
El territorio envuelve siempre, al torio y, a la vez, brindándole especifici-
mismo tiempo […], una dimensión dad externa, es decir, haciéndolo hete-
simbólica, cultural, a través de una rogéneo respecto de otros territorios.
identidad territorial atribuida por En palabras más simples, los territorios
los grupos sociales, como forma de poseen a su interior ciertos elementos
“control simbólico” sobre el espacio que les brindan unicidad, algunos de los
donde viven (siendo también por tan- cuales serán comunes a otros territorios.
to una forma de apropiación), y una Sin embargo, en su conjunto y formas
dimensión más concreta de carácter de articulación, dichos elementos le
político disciplinar [y económico, brindan a cada territorio una especifici-
deberíamos agregar]: una apropiación dad que lo diferencia de los demás.
y ordenación del espacio como forma En síntesis, el territorio es resultado de
de dominio y disciplinamiento de los la interacción entre factores biofísicos
individuos (pp. 93-94). y humanos. Con lo cual, es una cons-
trucción espacio-temporal y, por tanto,
Sin embargo, al tener el territorio di- es procesual y dinámico o inestable, en
mensiones jurídicas, sociales, afectivas, el sentido de que está siempre sujeto al
culturales e identitarias, un determina- cambio. Es actoral, en tanto se constru-
do actor o grupo puede apropiarse del ye a través de las relaciones de poder
mismo en una de sus dimensiones pero entre individuos y grupos.
no contar con capacidad de control Es multidimensional, pues posee
sobre las demás. Por ello, en un mismo aspectos biofísicos, jurídicos, sociales,
lugar se superponen multiplicidad de afectivos e identitarios. Es multiescalar,
territorios, que poseen diversas escalas por lo que es homogéneo en su conjun-
y se vinculan a dimensiones con alcan- to y heterogéneo en sus partes. Puede
ce espacial diferente (Nievas, 1994). superponerse con otros territorios, de
Es decir, un mismo sitio puede formar distinto tamaño y/o lógicas espacia-
parte simultáneamente de un territorio les. Es concreto y material, en tanto se
local, regional, nacional, internacional vincula a una o más áreas de la super-
y global (Montañez Gómez y Delgado ficie terrestre y a las inversiones reali-
Mahecha, 1998; Giménez Montiel, zadas en la misma; pero también posee
2001). Debido a esto, las aproxima- una dimensión inmaterial. Por lo cual
ciones a los territorios deben hacerse es también simbólico y expresivo. Y,
por escalas (Giménez Montiel, 2001; finalmente, puede constituir un objetivo
Nievas, 1994; Galimberti, 2013). o un proyecto.

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La territorialidad: un elemento
clave del territorio

Como dijimos, por su mismo origen


semántico, el territorio posee siempre
una base espacial o material sobre la
que se construye. La territorialidad, en
cambio, es la expresión de las relaciones
sociales que tienen lugar en dicho terri-
torio (Corrêa, 1998; Montañez Gómez y
Delgado Mahecha, 1998; Raffestin, 2011; 1998). Su estabilidad en el tiempo de-
Tomadoni, 2007), así como el conjunto pende de la continuidad de las relaciones
de representaciones territoriales que de poder y de las identidades colectivas,
los actores portan consigo (Haesbaert, ambas dialécticamente vinculadas entre sí
2013). Con esta definición, la territoria- e intrínsecamente inestables; por lo que
lidad posee dos dimensiones. Por una no es posible analizar la territorialidad
parte, constituye una manifestación del sin considerar su contexto sociohistórico
poder físico y/o simbólico que los diver- y espaciotemporal (Raffestin, 2011).
sos actores sociales poseen en determi- Como afirma Haesbaert (2013), es po-
nado espacio geográfico, expresándose sible experimentar en forma simultánea
en esferas de influencia (Raffestin, 2011). y/o sucesiva multiplicidad de territoriali-
En este contexto, puede diferenciarse dades, por lo que:
territorialidad de territorialismo, térmi-
no utilizado por algunos autores para en el espacio ocurren y se sobreponen
referirse al control que un determina- distintas territorialidades locales, re-
do grupo o actor posee sobre un área gionales, nacionales y mundiales, con
en particular (Lopes de Souza, 1995; intereses distintos, con percepciones,
Manzanal, 2007). Pero, como conjunto valoraciones y actitudes territoriales
de representaciones, la territorialidad no diferentes que generan relaciones de
necesariamente se corresponde con un complementación, de cooperación
territorio concreto (Haesbaert, 2013). y de conflicto (Montañez Gómez y
Estos son los casos en que los grupos Delgado Mahecha, 1998, p. 123).
poseen relaciones de afectividad o de
identificación con territorios sobre los En contraposición a las perspectivas hasta
cuales no poseen un dominio físico, aquí presentadas, Manzanal (2007) asimi-
o, que constituyen lugares míticos. Al la los conceptos de territorio y territoria-
incorporar esta segunda acepción, dicha lidad, postulando que “conceptualmente,
distinción no es posible. Sin embargo, en representa a territorio y lo expresa mejor,
ambos casos es viable la superposición de porque ‘territorio’ por ser también un
múltiples territorialidades. vocablo de sentido común y uso fre-
Cuando al control efectivo del espacio se cuente, introduce un amplio espectro de
suma la identificación de los individuos ambigüedad y confusión” (pp. 39-41).
y/o grupos que lo habitan, la territoriali- Sin embargo, esta afirmación también nos
dad es fuerte (Haesbaert, 2013). Por otra resulta confusa, en tanto la autora define
parte, al corresponderse con un territorio al territorio como un espacio concreto
específico y/o con las identidades colec- y virtual pero delimitado físicamente,
tivas, la territorialidad segrega y compar- de modo que los actores involucrados
timenta la interacción humana. Controla pueden estar localizados fuera del área
la inclusión y exclusión de los individuos que comprende.
y grupos en diversos territorios o en Asimismo, consideramos problemática
determinadas áreas de los mismos, a la diferenciación que la autora propo-
la vez que determina su pertenencia a ne entre el singular territorialidad y el
determinados grupos o comunidades. Se plural territorialidades. En este marco,
trata, entonces, de una entidad cambian- el singular refiere al comportamiento
te y conflictiva donde adquiere gran espacioterritorial de un grupo de acto-
importancia la alteridad, que determina res sociales, es decir, a las relaciones de
la posibilidad de acceso y permanencia a poder espacialmente delimitadas, que son
una determinada área o colectivo social constructoras de territorio. Mientras que
(Montañez Gómez y Delgado Mahecha, el plural remite a los tipos generales en

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los que es posible clasificar los territo-
rios, por ejemplo: continuos o disconti-
nuos (Lopes de Souza, 1995; Manzanal,
2007). En cambio desde nuestra pers-
pectiva, la superposición parcial de
multiplicidad de territorios implica la
superposición de diversos conjuntos de
acciones constructoras de territorios, de
estrategias para adquirir y/o mantener el
control de un lugar o grupo social, y/o
campos de representaciones territoriales característica, por lo que se desarrollan
que poseen los diversos actores sociales. fragmentos con mayor diversidad de
Las mismas constituyen territorialida- elementos, interés paisajístico y valor es-
des, en plural. Por tanto, resulta funda- cenográfico que otros. Si bien, la actividad
mental poder utilizar territorialidades humana ha alterado la totalidad del plane-
como plural de territorialidad. ta, la capa de intervenciones humanas se
asemeja a una red, la cual está compuesta
por nudos o nodos y segmentos inter-
El territorio como construcción nodales, de modo que es discontinua.
sociohistórica Dicha característica es la que hace posible
intervenir en la matriz resultante y brinda
El territorio es una construcción so- diversidad al territorio. A su vez, se com-
ciohistórica resultante de la actividad pone de una serie subsistemas territoriales
humana en y sobre el espacio. Es, por que conforman redes en sí mismos, por
tanto, una entidad dinámica, de carácter caso: el urbano, infraestructural, vial, pro-
procesual, que las sociedades o grupos ductivo, de comunicaciones, energético.
construyen a lo largo del tiempo. Abordar el territorio desde estos sub-
Siguiendo a Ramon Folch y Josepa Bru sistemas facilita su aprehensión, aunque
(2017), podemos afirmar que el territorio es necesario tener presente que ninguna
es el resultado de la relación dialéctica alteración –sea de la matriz biofísica o de
entre una determinada matriz biofísica1 alguno de los subsistemas antrópicos– es
y las acciones humanas de uso, apro- neutra en su impacto. Por ello, tanto a
piación, dominio y transformación del la hora de analizar el territorio como de
mismo. La matriz incluye el suelo, bien intervenirlo, se requerirá de un enfoque
finito, irreproducible y fundamental relacional y multiescalar. 1. Con el objetivo de
para el desarrollo de actividades huma- Ahora bien, dichos procesos de cons- usar categorías que
nas. Pero se compone también de otros trucción territorial constituyen, a su vez, faciliten desarrollar
elementos naturales: una zona climática, procesos de destrucción, es decir que: marcos teóricos ade-
un sistema hídrico y fluvial, un sustrato cuados para abordar
geológico y geomorfológico, una biota y El territorio es simultáneamente una fenómenos complejos,
el aire. En consecuencia, impone deter- coconstrucción y una codestrucción pero –a la vez– los su-
minadas condicionantes, limitaciones, social-natural y natural-social perma- ficientemente simples
posibilidades y potencialidades para la nente donde poderes de la naturaleza, para facilitar lo más
acción, apropiación y transformación del la sociedad y de ambos en conjunto posible dicho proceso,
entorno. Además, no permanece inmu- despliegan procesos con actores en preferimos utilizar las
table ante las alteraciones que el hombre lugares, hibridan objetos y acciones, categorías de matriz
realiza, es decir que no es neutra sino tiempos y espacios, culturas y dinero, biofísica y ambien-
que puede presentar cambios ante dichas identidades, necesidades y sueños, y te biofísico como
modificaciones. En términos espaciales, proyectan transformaciones subjeti- sinónimos, ya que en
el territorio es la matriz resultante de la vas, sociales, ambientales y decisio- la superficie terrestre
intersección entre la matriz biofísica de nales (Bozzano, 2017, p. 15, citado en no existen hoy en día
base y la capa de intervenciones antrópi- Pérez, 2018, p. 24). espacios que no se
cas, por lo que es una entidad continua encuentren antropiza-
cuya expresión visible es el paisaje (Folch Esta cualidad procesual del territorio dos de alguna manera.
y Bru, 2017). ha llevado al surgimiento del vocablo Para comprender la
Al ser la matriz base asimétrica o aniso- territorialización, como término que diferencia entre ma-
trópica, continúan los autores, el territo- permite señalar su impermanencia y su triz biofísica y matriz
rio también lo es. A su vez, las interven- condición de estar en construcción. En ambiental ver Floch
ciones humanas tienden a exaltar dicha forma análoga, la desterritorialización y Bru (2017, p. 54).

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implica la pérdida o desarticulación de un
territorio, y la reterritorialización refiere
a la construcción de uno nuevo, que se
diferencia del original en tanto posee una
lógica propia. Haesbaert (2013) afirma
que ha existido una exageración del uso
de la desterritorialización como categoría
teórica, la cual suele acompañarse de una
ausencia de especificidad respecto de la
noción de territorio subyacente. En este
sentido, el autor afirma que cuando una habitantes originales del lugar, debido a la
empresa cierra sus instalaciones para profundidad de las transformaciones que
abrirlas en otro país no se desterrito- inducen. Sin embargo, dichos procesos se
rializa sino que se relocaliza, quedando producen en forma paralela al desarrollo
desterritorializados los empleados ante de nuevas lógicas territoriales, es decir, la
la falta de fuentes de empleo en el lugar reterritorialización o reconstrucción del
que habitan. Desde su perspectiva, la territorio bajo nuevas lógicas.
desterritorialización refiere a una preca- En síntesis, el territorio no es inmutable
rización social devenida de la fragiliza- sino que es una entidad dinámica, cons-
ción o pérdida del control territorial por truida en forma procesual a lo largo del
parte de determinados grupos o actores, tiempo. Es el resultado de la interacción
generalmente subalternos. Mientras dialéctica entre una determinada ma-
que en el plano de las representaciones, triz biofísica y una o más comunidades
“la desterritorialización puede estar humanas. Dicha matriz impone condi-
relacionada también con procesos de cionantes, limitaciones, posibilidades y
desidentificación y pérdida de referen- potencialidades para la actividad huma-
cias simbólico-territoriales” (Haesbaert, na, ante la cual no permanece neutra. A
2013, p. 33). Sin embargo, son procesos su vez, los actores sociales se apropian
que poseen una dimensión negativa pero del espacio tanto en forma física como
también una positiva, en tanto implican simbólica, o ambas en simultáneo. A lo
una simultánea reterritorialización o largo del tiempo, determinados grupos o
reconstrucción del territorio. culturas pueden perder el control sobre
En la actualidad, los procesos concomi- su territorio; por ejemplo, debido a la
tantes y simultáneos de desterritoria- expansión territorial por parte de otro ac-
lización y reterritorialización pueden tor social. Asimismo, pueden producirse
observarse en muchas regiones peri- procesos de desidentificación y pérdida
féricas donde los cambios resultantes de referencias simbólico-territoriales ante
de la globalización, el avance técnico o la expansión de territorialidades ajenas.
tecnológico o el simple inicio de nue- Sin embargo, estos procesos son siempre
vas actividades económicas inducen acompañados del surgimiento de nuevas
transformaciones profundas. Siendo lógicas territoriales o reterritorialización.
paradigmáticas las áreas extractivas, en
las cuales la industria minera o hidro-
carburífera induce enormes flujos de El territorio usado: de la
personas, bienes y capital, impactando en redefinición a los conceptos
los modos de vida de los habitantes, a la híbridos
vez que desestimula el desarrollo de las
actividades tradicionales e impacta signi- Como señalamos al inicio de este artí-
ficativamente en la matriz biofísica. Otro culo, las comunidades disciplinares van
ejemplo representativo son las pequeñas resignificando los términos que utili-
localidades que súbitamente se con- zan. A medida que un vocablo se torna
vierten en puntos turísticos, atrayendo demasiado polisémico y, por tanto, am-
gran cantidad de visitantes e inversores, biguo, los teóricos tienden a proponer
lo cual conduce a cambios en la morfo- nuevos términos para reemplazarlos. Un
logía e imagen urbanas, en los modos ejemplo es la proposición de Manzanal
de vida e identidad colectiva. En estos (2007) de utilizar la noción de territoria-
casos, el desarrollo de nuevas actividades lidad en reemplazo del vocablo territo-
económicas en el territorio, conducen a rio, debido a la ambigüedad que caracte-
procesos de desterritorialización de los riza al último. Aplicando una estrategia

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Hacia una definición polisémica
del territorio

La noción de territorio posee una doble


connotación. En su sentido coloquial y
el ámbito político institucional consti-
tuye una jurisdicción o un área, mien-
tras que desde las ciencias sociales se lo
define como una entidad más compleja.
En este marco, constituye una cons-
diferente, Santos (1998) y Silveira (2008) trucción social e histórica de carácter
proponen la categoría de territorio usado dinámico, conformada a partir de las
como concepto híbrido que permite su- interacciones a lo largo del tiempo entre
perar la noción clásica de territorio. una matriz biofísica y un conjunto de
Santos (1998) afirma que “el territorio actores sociales, entre los cuales existen
son formas, pero el territorio usado son desiguales relaciones de poder. Desde
objetos y acciones, sinónimo de espa- esta perspectiva, el territorio es el resul-
cio humano, espacio habitado” (p. 16, tado de las acciones de apropiación de
traducción propia). Luego, Silveira (2008) dicha matriz que los individuos, grupos
asimila la noción de territorio usado con e instituciones realizan en el tiempo.
la de espacio geográfico y destaca que “no Por su mismo origen semántico, posee
es posible explicar el territorio sin su uso, siempre una base material y finita: el
no es posible comprender el territorio suelo. En otras palabras, el territorio
usado sin su proyecto” (pp. 2-3), uso que no puede constituir nunca una entidad
incluye al de todos los actores, no sólo meramente inmaterial. Sin embargo,
los más poderosos, y todos los aspectos, cuenta también con una dimensión
no sólo los económicos. simbólico-cultural, expresada mediante
Es junto a esta categoría, que Santos identidades colectivas, signos del paisaje
(1998) introduce las nociones de hori- y representaciones culturales. Algunos
zontalidades y verticalidades, para dar autores, como Haesbaert (2013), consi-
cuenta del modo en que funcionan los deran que constituye aquella dimensión
territorios a partir del proceso de globali- del espacio donde el foco está en las
zación: las horizontalidades se conforman relaciones de poder, mientras que otros
por los lugares que poseen relaciones de lo asimilan al espacio geográfico. En el
contigüidad física entre sí, mientras que último caso, Silveira (2008) opta por el
las verticalidades se componen de puntos uso del término territorio usado, con-
distantes los unos de los otros pero vin- cepto híbrido que permite diferenciar
culados por formas y acciones. la categoría en análisis de la acepción
Desde nuestra perspectiva, la categoría de clásica de territorio.
territorio usado resulta interesante como Para aquellos autores que conciben
herramienta teórica que facilita la dife- el espacio y el tiempo como entida-
renciación de una concepción académica des separadas, es decir, que definen al
y compleja del territorio respecto de la primero como fijos y al segundo como
jurisdiccionalita, aquellos enfoques que flujos, el tiempo es un continuum,
asimilan el territorio con una determina- una entidad lineal. En este marco, los
da área o, los que utilizan el término para territorios constituyen áreas contiguas
indicar una priorización de la escala local y se suceden cronológicamente. En
en las estrategias de desarrollo. Dado que consecuencia, el territorio puede leerse
dichas acepciones son las más aceptadas como un palimpsesto. Esta es la visión
fuera del ámbito de las ciencias sociales, la aún predominante en el enfoque patri-
utilización de un concepto híbrido permi- monialista. Sin embargo, el espacio y el
te brindar especificidad al término y a la tiempo constituyen un todo indivisible.
vez reconocer el uso popular del vocablo Esto significa que los territorios se
en cuestión, es decir, del territorio. Al conforman por la articulación de dos
mismo tiempo, esta estrategia facilita a los lógicas espaciales diferentes y com-
investigadores lograr una mayor claridad plementarias: una zonal de superficies
semántica en las operaciones de transfe- contiguas y una de red o reticular. Lo
rencia de conocimiento desde el campo que implica que múltiples territorios
científico al político institucional. pueden superponerse y coexistir en una

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única área. En consecuencia, es necesa-
rio definir la unidad territorial según el
objeto de estudio de cada investigación y
considerando tanto su extensión como su
lógica espacial.
Las territorialidades constituyen una
parte inherente del territorio. Sin em-
bargo, pueden producirse incluso sin
la existencia de un territorio concreto
que se les corresponda. En este senti-
do, como sistema de representaciones expansión del territorio dominado por
tienen la potencialidad de ser pura- otros actores, o bien en la merma de
mente inmateriales. Sin embargo, en su referencias simbólico-territoriales y la
acepción más frecuente refieren a las desidentificación de los individuos y/o
expresiones de las relaciones del poder grupos con su territorio. Sin embargo,
que los grupos e individuos poseen en como el territorio es un sistema, ninguna
un determinado territorio. Dicho poder alteración es neutra en su impacto. Por
puede consistir en el dominio y control ende, los procesos de desterritorializa-
de un área o ser de tipo simbólico. Por ción acontecen siempre en paralelo a la
ello, en un mismo territorio es posible construcción de un territorio nuevo, que
encontrar múltiples territorialidades, posee lógicas propias, proceso al cual
que pertenecen a actores distintos y denominamos reterritorialización.
deben analizarse en escalas diferentes.
Por otra parte, esto indica que, si bien el
territorio es siempre funcional, en tanto Reflexiones finales
constituye una identidad indispensa-
ble para la reproducción de la vida, es Los conceptos son categorías analíti-
también un espacio usado, habitado o cas forjados para acotar los fenómenos
vivido. Por ello es expresivo, en tanto socioambientales, a fin de posibilitar su
como colectivo social nos expresamos estudio. Sin embargo, estos constituyen
en nuestros territorios. Y es percibido una totalidad única, indivisible y com-
de forma diferencial según la posición pleja, por lo cual los límites entre los
relativa de cada actor en el entramado distintos conceptos que se utilizan, tanto
social y las representaciones territoriales en geografía como en otras disciplinas,
que este lleva consigo. son siempre difusos. Abordarlos desde
Las territorialidades son, entonces, en- múltiples perspectivas permite aprehen-
tidades cambiantes y conflictivas, cuya derlos en su complejidad pero, a la vez,
estabilidad en el tiempo depende de la genera la aparición de diferentes formas
continuidad de las relaciones de poder y de definir un mismo fenómeno. Por otra
de las identidades colectivas. Es a partir parte, las diversas disciplinas redefinen
de las territorialidades como se segrega y los términos que utilizan a medida que
compartimenta el territorio, controlan- surgen nuevas corrientes, las cuales
do la inclusión y exclusión, pertenencia poseen paradigmas e intereses especí-
u otredad de los individuos y grupos a ficos, que las diferencian de las demás.
las distintas áreas del territorio y a los Lo anterior también genera que dichos
diversos colectivos que lo conforman. vocablos adquieran diversas connotacio-
Al ser las territorialidades inestables, nes o significados. Esto quiere decir que
los territorios no son inmutables. Por lo las categorías teóricas son desarrolladas
contrario, pueden atravesar simultáneos a lo largo del tiempo, por lo que se van
y concomitantes procesos de desterri- construyendo, reconstruyendo, reempla-
torialización y reterritorialización. La zando y superponiendo a lo largo de los
primera consiste bien en la pérdida de años. En consecuencia, los términos ad-
control de los individuos y/o grupos quieren cierta ambigüedad y –en algunos
sobre el territorio que dominan, ante la casos– se superponen entre sí.

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En el caso del territorio, es una entidad
que puede abordarse desde perspectivas
tan disímiles como las características
de su matriz biofísica, la historia de las
sociedades que habitaron el lugar, los
sistemas de representaciones que se cons-
truyen en torno al territorio, sus con-
figuraciones y morfología, los sistemas
técnico, tecnológico y socioeconómico
que los caracterizan, las contradicciones
que poseen y los modos en que estas se decir, pueden referirse al territorio como
resuelven. Asimismo, puede analizárselo un área o entidad político administrativa
desde multiplicidad de enfoques teóri- y al territorio usado como proceso so-
cos, como ser el clásico, el materialismo ciohistórico de base material. Así, resulta
histórico, el relacional, el regional o el posible asumir la polisemia del concepto
patrimonial. En cada uno de ellos, el en cuestión como un factor que lo torna
territorio se encontrará asociado a defi- pertinente para abordar la complejidad
niciones de espacio y territorialidad que contemporánea y a la vez reconocer
pueden ser distintas. Según el interés del los enfoques prevalecientes fuera de
investigador, podrá posicionarse en uno las fronteras disciplinares. Estrategia
u otro paradigma. Por caso, si el foco particularmente útil para quienes aspiran
está puesto en la reproducción del capital a transferir los resultados y conclusiones
será apropiado un enfoque materialista de la investigación al ámbito la gestión
histórico, si el trabajo se centra en las re-
laciones de poder será más adecuada una
perspectiva relacional, si el objetivo es
analizar los aspectos simbólico culturales
del territorio podrá aplicarse un abordaje
regional y, si se aspira a poner en valor el
patrimonio de un área convendrá definir
el territorio como un palimpsesto. Aún
así, las diversas corrientes recuperan
propuestas de las anteriores, de modo
que la mirada multiescalar es utilizada
tanto por el materialismo histórico como
por el abordaje relacional y el enfoque
patrimonial. En contrapartida, dentro de
las diversas corrientes también existen
diferencias en las formas de definir los
términos y en las metodologías resultan-
tes. Este es el caso de aquellos autores
que asimilan territorio con territoriali-
dad como Manzanal (2007) y quienes
los consideran dos entidades diferentes
como Haesbaert (2013).
En el contexto de la ambigüedad de la
noción de territorio, aun en el marco de
una misma investigación, puede resultar
útil recurrir a conceptos híbridos, como
el de territorio usado. Al complejizar
el vocablo mediante su adjetivación,
los autores que lo usan logran claridad
semántica incluso aunque utilicen dos
definiciones diferentes para el mismo. Es

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