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TEMA: MARÍA Y LA COMUNIÓN

OBJETIVO:
Valorar el sí de María, que transformó y renovó la espiritualidad individual en una
espiritualidad de inclusión para tenerlo como ejemplo a seguir.
SÍNTESIS.

Fe
Sencillez
Todo católico Disponibilidad
(cristiano) tiene la
capacidad de vivir las Establece Confianza
virtudes que una Solidaridad
embellecen a María fraternidad y
por ser hijos de ella enseñanza Misión
Alegría
Humildad
Fidelidad

MARÍA Y LA
COMUNIÓN

María con su fe es Iglesia


el primer miembro
Discípulos
de la comunidad
de los creyentes Familia
en Cristo

Personal y
comunitario
Concebir un hijo, educarlo,
María, tuvo
acompañarlo hasta el final
una misión
de su entrega total para la
única
redención de la humanidad
DESARROLLO DEL TEMA:

TODO CATÓLICO (CRISTIANO) TIENE LA CAPACIDAD DE VIVIR LAS


VIRTUDES QUE EMBELLECEN A MARÍA POR SER HIJOS DE ELLA:

La sapiencia popular católica tiene una capacidad de síntesis vital; así


conlleva creadoramente lo divino y lo humano; Cristo y María, espíritu y cuerpo;
comunión e institución; persona y comunidad; fe y patria, inteligencia y afecto. Esa
sabiduría es un humanismo cristiano que afirma radicalmente la dignidad de toda
persona como Hijo de Dios, establece una fraternidad fundamental, enseña a
encontrar la naturaleza y a comprender el trabajo y proporciona las razones para
la alegría y el humor, aún en medio de una vida muy dura (DPN 448).

María con su fe llega a ser el primer miembro de la comunidad de los


creyentes en Cristo, y también se hace colaboradora en el renacimiento espiritual
de los discípulos (DAN 266).

ESTABLECE UNA FRATERNIDAD Y ENSEÑANZA.

Como en la familia humana, la Iglesia-familia se genera en torno a una


madre, quien confiere “alma” y ternura a la convivencia familiar. María, Madre de
la Iglesia, además de modelo y paradigma de humanidad, es artífice de comunión.
Uno de los eventos fundamentales de la Iglesia es cuando el “sí” brotó de María.

Ella atrae multitudes a la comunión con Jesús y su Iglesia, como


experimentamos a menudo en los santuarios marianos (DAN 268).

Con los ojos puestos en sus hijos y en sus necesidades, como en Canaán
de Galilea, María ayuda a mantener vivas las actitudes de atención, de servicio, de
entrega y de gratuidad que deben distinguir a los discípulos de su Hijo. Indica,
además, cuál es la pedagogía para que los pobres, en cada comunidad cristiana,
“se sientan como en su casa”. Crea comunión y educa a un estilo de vida
compartida y solidaria, en fraternidad, en atención y acogida del otro,
especialmente si es pobre o necesitado. En nuestras comunidades, su fuerte
presencia ha enriquecido y seguirá enriqueciendo la dimensión materna de la
Iglesia y su actitud acogedora, que la convierte en “casa y escuela de la
comunión”, y en espacio espiritual que prepara para la misión (DAN 272).

FE. María Santísima, la Virgen pura y sin mancha es para nosotros escuela de fe
destinada a conducirnos y a fortalecernos en el camino que lleva al encuentro con
el Creador del cielo y de la tierra (DAN 270)

SENCILLEZ. La sencillez de espiritualidad suele quedar de manifiesto en la


obediencia al padre con un sí total. La sencillez irradia amor. Ser prudentes como
serpientes y sencillos como palomas (cf. MT 10,16).

Buscar con sencillez de corazón (Sab. 1,1), Dios ama no solo al que da de buena
gana sino al que da con sencillez. Porque en la sencillez hay candor. Quien
procede con sencillez camina seguro. Salomón lo ofrecía todo con sencillez de
corazón, y la escritura nos exhorta a buscar al señor con un corazón sincero.
Camina con un corazón sencillo por los caminos de la obediencia: a la buena
voluntad une a la sencillez, y a la buena intención la verdad. La fortaleza del
sencillo es el camino del señor (Prov. 10,29). Si los que recorren con sencillez el
camino del señor, que es la obediencia están llenos de fortaleza
Solidaridad. La solidaridad es una virtud que va unida a la comunicación.
Solamente ahí donde hay una verdadera y justa comunicación puede haber una
autentica escuela y casa de comunion.

La Virgen de Nazaret tuvo una misión única en la historia de salvación,


concibiendo, educando y acompañado a su hijo hasta su sacrificio definitivo.
Desde la cruz Jesucristo confió a sus discípulos, representados por Juan, el don
de la maternidad de María, que brota directamente de la hora pascual de
Cristo:(DAN 267). “Y desde aquel momento el discípulo la recibió como suya”
(Jn 19, 27).

Ella, que “conservaba todos estos recuerdos y los meditaba en su corazón” (Lc 2,
19; cf. 2, 51).

ACTIVIDAD.

1. ¿Por qué Jesús nos entregó a María como madre nuestra cuando él estaba
muriendo en la cruz?
2. ¿Cómo debe de vivir un hijo(a) de María?
3. ¿Cómo sé si me parezco a mi madre María?
4. ¿Cuáles son las virtudes que se despiertan y se van fortaleciendo en la
casa y escuela de comunión?
ACTIVIDAD. Aprendiendo a conocer a la virgen María, madre de Dios

y madre nuestra

Todos los seres de la tierra tienen una madre. También Jesús la tiene. Se llama
María. Ella te invita a conocer a su hijo Jesús. María y Jesús te invitan a vivir la
alegría de su presencia para darle sentido a tú vida y así formar casa y escuela de
comunión.

En tu cuaderno desarrollo las siguientes actividades:

a) Escribo el nombre de mi mamá, o de la persona que quiero como mamá.


Brevemente narro lo que siento por ella.

b) Hago una lista de los cuidados que la mamá entrega a sus hijos.

c) Dibujo mi grupo familiar.

d) Escribo los nombres que se dan a la Virgen María y que conozco.

e) Escribo el nombre y el párrafo de alguna oración o canción en que se menciona


a la Virgen María como Madre de Jesús.

f) A qué llamamos “Noche Buena”

g) He ido alguna vez a la Misa del Gallo

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