El crecimiento físico y el desarrollo sensorial y motor normales proceden de acuerdo
con los principios céfalo-caudal y próximo-distal. El cuerpo del niño crece de manera acelerada durante el primer año de vida; luego, el crecimiento procede a una tasa veloz, pero descendiente, durante los primeros tres años. Los cambios históricos en las prácticas alimenticias reflejaron esfuerzos por mejorar la supervivencia y salud de los lactantes. El amamantamiento ofrece muchas ventajas para la salud, así como beneficios sensoriales y cognitivos. Sin embargo, la calidad de la relación entre padres e hijos puede ser más importante que el método de alimentación. Los bebés no deben ingerir alimentos sólidos y jugos de frutas sino hasta los seis meses de edad, y no deben beber leche de vaca sino hasta el primer año cumplido. Los bebés obesos no tienen mayor riesgo de volverse adultos obesos, a menos de que sus progenitores sean obesos. El cerebro y la conducta refleja
El sistema nervioso central controla el funcionamiento sensorial y motor. La
lateralización permite que cada hemisferio del cerebro se especialice en distintas funciones. El cerebro crece a mayor velocidad durante los meses antes e inmediatamente después del nacimiento a medida que las neuronas migran a sus localizaciones asignadas, forman conexiones sinápticas y pasan por la integración y la diferenciación. La muerte celular y la mielinización mejoran la eficiencia del sistema nervioso. Las conductas reflejas primitivas, locomotoras y posturales son indicadores del estado neurológico. La mayoría de los reflejos primarios desaparecen durante el primer año a medida que se desarrolla el control cortical voluntario. En especial durante el periodo inicial de crecimiento rápido, la experiencia ambiental puede influir en el desarrollo cerebral de manera positiva o negativa .
Capacidades sensoriales tempranas
Las capacidades sensoriales, presentes al momento del nacimiento e incluso dentro del útero, se desarrollan de manera acelerada durante los primeros meses de vida. Los lactantes muy pequeños pueden diferenciar diversos estímulos. El tacto parece ser el primer sentido en desarrollarse y madurar. Los neonatos son sensibles al dolor. El olfato, gusto y audición también empiezan a desarrollarse dentro del vientre materno. •La vista es el sentido menos desarrollado al momento del nacimiento, pero se agudiza dentro de los primeros seis meses de vida.