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DICHOSOS NOSOTROS SI HUBIÉREMOS

CUMPLIDO LOS MANDAMIENTOS DE DIOS EN LA


CONCORDIA DE LA CARIDAD

Papa San Clemente I


(Corintios 50,1 - 51,3; 55,1-4)

Ya veis, queridos hermanos, cuán grande y admirable cosa es la


caridad, y cómo no es posible describir su perfección. ¿Quién será
capaz de estar en ella, sino aquellos a quienes Dios mismo hiciere
dignos? Roguemos, pues, y supliquémosle que, por su misericordia,
nos permita vivir en la caridad, sin humana parcialidad,
irreprochables. Todas las generaciones, desde Adán hasta el día de
hoy, han pasado; mas los que fueron perfectos en la caridad, según
la gracia de Dios, ocupan el lugar de los justos, los cuales se
manifestarán en la visita del reino de Cristo. Está escrito, en efecto:
Entrad en los aposentos un breve instante, mientras pasa mi cólera,
y me acordaré del día bueno y os haré salir de vuestros sepulcros.
Dichosos nosotros, queridos hermanos, si hubiéremos cumplido los
mandamientos de Dios en la concordia de la caridad, a fin de que por
la caridad se nos perdonen nuestros pecados. Porque está escrito:
Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado
su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito
y en cuya boca no se encuentra engaño. Esta bienaventuranza fue
concedida a los que han sido escogidos por Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo, a quien sea dada gloria por los siglos de
los siglos. Amén.
Roguemos, pues, que nos sean perdonadas cuantas faltas y pecados
hayamos cometido por asechanzas de nuestro adversario, y aun
aquellos que han encabezado sediciones y banderías deben
acogerse a nuestra común esperanza. Pues los que proceden en su
conducta con temor y caridad prefieren antes sufrir ellos mismos y no
que sufran los demás; prefieren que se tenga mala opinión de ellos
mismos, antes que sea vituperada aquella armonía y concordia que
justa y bellamente nos viene de la tradición. Más le vale a un hombre
confesar sus caídas, que endurecer su corazón.
Ahora bien, ¿hay entre vosotros alguien que sea generoso? ¿Alguien
que sea compasivo? ¿Hay alguno que se sienta lleno de caridad?
Pues diga: «Si por mi causa vino sedición, contienda y escisiones, yo
me retiro y me voy donde queráis, y estoy pronto a cumplir lo que la
comunidad ordenare, con tal de que el rebaño de Cristo se mantenga
en paz con sus ancianos establecidos». El que hiciere se adquirirá
una grande gloria en Cristo, y todo lugar lo recibirá, pues del Señor
es la tierra y cuanto la llena. Así han obrado y así seguirán obrando
quienes han llevado un comportamiento digno de Dios, del cual no
cabe jamás arrepentirse.
Viernes, 12 de Julio del 2019.
Oficio de Lectura - VIERNES XIV SEMANA DEL TIEMPO DE ORDINARIO
SAN CLEMENTE I, PAPA
(S. i)

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