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TEMA:
PRESENTADO POR:
ANANEA – PERÚ
JUNIO, 2019
INTRODUCCIÓN
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El suelo, a través de su poder de amortiguación o desactivación natural de la
contaminación, filtra, almacena, degrada, neutraliza e inmoviliza substancias
orgánicas e inorgánicas tóxicas, impidiendo que alcancen las aguas subterráneas
y el aire o que entren en la cadena alimenticia.
Según FAO-PNUMA (1983), la degradación del suelo se puede definir como todo
proceso que rebaja la capacidad actual y potencial del suelo para producir,
cuantitativa y cualitativamente, bienes y servicios. Aunque se puede producir por
causas naturales, la degradación del suelo es fundamentalmente la consecuencia
directa de su utilización por el hombre, bien como resultado de actuaciones
directas, como actividades agrícolas, forestales, ganaderas, agroquímicas y riego,
o por acciones indirectas, como son las actividades industriales, eliminación de
residuos, transporte, etc. Estos procesos de degradación se pueden clasificar en
función de su naturaleza y del tipo de consecuencias negativas que provocan en
las propiedades del suelo: biológicos, como la disminución del contenido en
materia orgánica incorporada en el suelo; físicos, como el deterioro de la
estructura del suelo por compactación y aumento de la densidad aparente,
disminución de la permeabilidad y de la capacidad de retención de agua o pérdida
de suelo por erosión; y químicos, como la pérdida de elementos nutrientes,
acidificación, salinización, sodificación y aumento de la toxicidad. Estos últimos
son los que se engloban dentro del término contaminación.
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DEFINICIÓN DE TÉRMINOS BÁSICOS
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crudas o cocidas. En otoño, después de la primera helada, desaparece la amargura
de la planta y se puede volver a cosechar. La raíz se cosecha en otoño; el diente
de león tiene una raíz primera relativamente pequeña pero fuerte y bastante difícil
de desenterrar.
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I. PROBLEMA
II. OBJETIVOS
3.1 EL SUELO
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organismos. Por su origen puede ser geogénico o antropogénico. Los primeros
pueden proceder de la propia roca madre en la que se formó el suelo, de la
actividad volcánica o del lixiviado de mineralizaciones. Por el contrario, los
antropogénicos se producen por los residuos peligrosos (hazardous wastes)
derivados de actividades industriales, agrícolas, mineras, etc. y de los residuos
sólidos urbanos. Desde un punto de vista legal, los contaminantes antropogénicos
son los verdaderos contaminantes. La toxicidad de un elemento o compuesto
químico es la capacidad que tiene ese material de afectar adversamente alguna
La contaminación por metales pesados se encuentra entre los impactos más graves
que puede experimentar el suelo por su lenta y difícil restauración. Dentro de los
metales pesados uno de los que más problemas acarrea es el mercurio, el cual es
considerado un contaminante a escala global (López-Tejedoret al. 2010) debido a
su transporte a larga distancia en la atmósfera, su persistencia en el medio
ambiente, y su capacidad de acumularse en los organismos alcanzando
concentraciones superiores a las del medio (bioacumulación) (Matsuyama et al.,
2017) y transferirse al hombre a través de la cadena alimentaria
(biomagnificación), causando efectos negativos y significativos sobre la salud
humana y el medio ambiente (OMS, 2017).
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Tabla 1: Principales formas de mercurio en la naturaleza.
Las fuentes de liberación del mercurio al medio ambiente son tanto naturales como
antropogénicas. Especial interés tienen, entre estas últimas, las prácticas agrícolas,
como la fertilización. De hecho, se estima que el 95% de los alimentos se produce
directa o indirectamente en los suelos (FAO, 2015).
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metacinabrio (polimorfos de HgS), así como livingstonita (HgSb4S6). El
mercurio en esta forma se puede movilizar y liberar por actividad volcánica o por
erosión de las rocas. De forma natural, se encuentra como traza en el petróleo y
carbón. En suelos el mercurio está presente de forma natural en concentraciones
de una poca ppm y alcanzan valores inferiores a 100 ppm. En áreas asociadas a
depósitos metálicos de oro y molibdeno es superior (de 20 a 250 ppm) de mercurio
pudiendo alcanzar 2.000 ppm. Si los depósitos son de mercurio, los niveles de este
metal son considerablemente superiores, llegando en algunos casos a 100.000
ppm. Sobresale el mayor contenido de mercurio en el horizonte A con respecto a
los restantes horizontes del suelo. La mayor parte de las aguas naturales
(subterráneas, superficiales y marinas) contienen niveles inferiores a 2 ppm de
mercurio. (Adriano, 1986).
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Especial interés tienen las prácticas agrícolas. De hecho, se estima que el 95% de
los alimentos se produce directa o indirectamente en los suelos (FAO, 2015).
Ejemplo de ello es la aplicación de lodos y de fertilizantes de tipo fosfatado que
pueden incrementar el contenido de mercurio en el suelo. Es sabido que el
contenido de metales pesados en lodos de depuradoras es un factor limitante para
su aplicación, estando regulada su aplicación en el sector agrario (Real Decreto
1310, 1990) y en fertilizantes elaborados con materias primas de origen vegetal o
animal (Real Decreto 506, 2013). Por otro lado, se ha constatado que en la
producción de fertilizantes fosfatados se originan subproductos de mercurio que
pueden ser transferidos en su aplicación (EPA, 2018).
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Una vez liberado a la atmósfera el mercurio tiene un tiempo de residencia que
varía según la forma en la que se encuentre. El Hg0 tiene un tiempo de residencia
medio de alrededor de un año, mientras que su forma oxidada, tiene tiempos de
residencia que oscilan entre horas y meses (Gaona, 2004)
Existen una serie de vías a partir de las cuales el mercurio llega al agua. Puede ser
depositado desde la atmósfera principalmente por vía húmeda y proceder del
lavado y arrastre de mercurio desde el suelo a las aguas (Gaona, 2004). La
transformación más importante que tiene lugar es la metilación que se puede llevar
a cabo por dos vías: metabolismo microbiano (proceso biótico), el cual requiere
una transferencia del ión metilo (CH3-) por las bacterias sulfato reductoras, siendo
el mecanismo predominante para su formación (Mahbub et al., 2017) y una
metilación química (proceso abiótico), que depende de las características físico-
químicas de los cuerpos de agua (donantes de metilo adecuado, la forma del Hg,
el pH, salinidad y fuerza iónica) y del impacto antropogénico ya que el uso
generalizado de compuestos de Hg, como fungicidas, insecticidas, bactericidas
han dado lugar a la presencia de estos compuestos en aguas naturales y sedimentos
(Celo et al., 2006). Transformación similara la que experimenta el mercurio en los
sedimentos.
Una vez depositado en el suelo, las especies Hg2+ están sujetas a un amplio
abanico de reacciones químicas y biológicas. Encontramos comunidades
microbianas resistentes al mercurio portadoras de un operón (mer)que produce la
enzima reductasa mercúrica encargada de reducir el Hg2+ del suelo a Hg0 volátil,
que vuelve a la atmósfera (volatilización). Se han llevado a cabo diversos estudios
que demuestran que esta emisión está relacionada con la temperatura y la
radiación solar, aunque sus mecanismos no son del todo conocidos (Moore y
Carpi, 2005)
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Una gran parte del Hg lleva a cabo reacciones de adsorción-desorción y forma
complejos con la materia orgánica (Mahbub et al., 2017). La complejación entre
los metales y la materia orgánica puede cambiar su comportamiento. Las
moléculas que constituyen la materia orgánica contienen grupos funcionales como
el carboxilo, fenol, grupos aminos y sulfhídrico que pueden formar complejos
muy estables con los iones metálicos, reduciendo su movilidad del mercurio en el
suelo, haciendo que este actúe como una gran reserva de mercurio. (Dunhamet al.,
2015)
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valores de pH entre 2 y 4,5 la especie dominante es HgOH+ y a partir de 4,5 la
especie Hg(OH)2 se vuelve dominante (Adriano, 1986)
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Mercurio (Hg): Es un metal líquido a temperatura ambiente, que además de
encontrarse en su estado elemental, se puede hallar como derivados inorgánicos y
derivados orgánicos. El mercurio elemental es poco soluble y por lo tanto poco
tóxico al ingerirse, pero puede emitir vapores tóxicos a cualquier temperatura y
ocasionar intoxicaciones agudas y crónicas por su inhalación (Sarmiento et. al.
1999; Bayona, 2009).
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cuatro de los elementos que por su impacto en la salud y concentración deben ser
cuidadosamente evaluados y monitoreados.
Plantas: el mercurio puede ser extraído por los sistemas radicales de las plantas y
transferidos al interior de las mismas. La transferencia del mercurio a la planta a
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través de las raíces es muy lenta y no depende de la concentración del mercurio
total presente en el suelo, si no de cantidad de mercurio fácilmente disponible
(Lopez-Tejedor et al., 2010). Las formas inorgánicas del suelo están más
disponibles para la absorción de la raíz, sobre todo cuando está unido a ácidos
fúlvicos. Se ha demostrado que el mercurio intracelular se une a grupos - SH,
fosfato y otros grupos activos en ADP y ATP, alterando la permeabilidad de la
membrana y la actividad mitocondrial. La toxicidad del Hg en las plantas afecta
al sistema antioxidante, a la fotosíntesis y a su crecimiento, alterando su
rendimiento. Ejerce también un efecto sobre la absorción de nutrientes y la
homeostasis e induce a la genotoxicidad (Matsuyama et al., 2017). Estudios
recientes muestran que las plantaciones de arroz también pueden acumular
metilmercurio, procedente del suelo contaminado de áreas de minería de Hg
(Zhang et al., 2010), de esta manera el Hg podría pasar a través de la cadena
trófica. Se han llevado a cabo ensayos con cultivos de cebada, altramuz, garbanzo,
lenteja y berenjena en suelos contaminados con Hg y se observó que la mayor
concentración de Hg se dio en la raíz, seguida de tallo, hojas y fruto (Millan, 2007)
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IV. ANÁLISIS SITUACIONAL
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cuencas que alimentan al lago Titicaca, generándose así una contaminación en
serie.
V. PROPUESTAS DE MEJORA
¿Qué es la fitorremediación?
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Al tomar por las raíces el agua y los nutrientes, las plantas también extraen del
suelo los contaminantes. Dependiendo de la sustancia, podrá almacenarse en las
raíces, tallos y hojas, o transformarse en sustancias menos perjudiciales en el
interior de la planta o en gases no tóxicos que se liberan al ambiente. La idea, en
el caso de la acumulación, es destruir luego la planta y procesarla según el
contaminante. Se conocen unas 400 especies que pueden acumular selectivamente
alguna sustancia. La mayoría son muy conocidas, como el girasol, la cebada, la
alfalfa, el nabo, la totora, entre otros.
Más de 400 plantas pueden absorber grandes cantidades de zinc, níquel y cobre y
la fitoextraccion también se realiza con éxito en presencia de plomo y cromo.
Se basa en los procesos que ocurren naturalmente por los cuales las plantas y
los microorganismos rizosféricos degradan y secuestran contaminantes
orgánicos e inorgánicos.
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En cambio, los contaminantes inorgánicos no pueden ser degradados, pero
pueden fitorremediarse mediante estabilización o secuestro en la parte
cosechable de la planta.
Pasturas: por su tipo de raíz retienen el suelo (centeno, sorgo, festuca, girasol)
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Figura 2: Fitorremediaciones aplicadas a sustratos sólidos.
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Figura 4: Proceso de fitoextracción
5.3.1 Ventajas
Las plantas pueden ser utilizadas como bombas extractoras de bajo costo para
depurar suelos y aguas contaminadas.
El tratamiento es in situ. Costo aproximado entre 500 s./ por tonelada de tierra
contaminada (costo 10 veces menor respecto de los métodos tradicionales).
Algunos procesos degradativos ocurren en forma más rápida con plantas que
con microorganismos. Es un método apropiado para descontaminar
superficies grandes o para finalizar la descontaminación de áreas restringidas
en plazos largos. Es una metodología con buena aceptación pública. Se
generan menos residuos secundarios.
5.3.2 Desventajas
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Los tiempos del proceso pueden ser muy prolongados. La biodisponibilidad
de los compuestos o metales es un factor limitante de la captación.
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5.4 LOMBRICULTURA
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notable eficiencia la destoxificación de residuos orgánicos contaminados por
microorganismos patógenos, parásitos e inclusive metales pesados.
En Uruguay, el ente sanitario del Estado (OSE) emplea lombrices para rehabilitar
el lodo contaminado del alcantarillado y aguas servidas con el objetivo de
transformarlo en un producto útil para la agricultura. Esta experiencia de campo y
las pruebas hechas en el laboratorio confirman que las lombrices son un agente
descontaminante muy efectivo. Sin embargo, aún se desconoce con certeza cuál
es el mecanismo bioquímico implicado en este proceso.
Lo interesante es cómo esta lombriz, que vive en tierra fresca, es capaz de crecer
y reproducirse en un medio donde hay una presión tóxica tan fuerte. En estos
barros crecen organismos inferiores, como bacterias u hongos, pero no proliferan
aquellos organismos que se sitúan en niveles más altos de la escala zoológica.
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(1750 d.C.), el uso de estos recursos se incrementó, y en consecuencia, también
se comenzaron a generar grandes volúmenes de desechos industriales y urbanos.
Estos desechos, debido al lento desarrollo y a la ineficiencia de las técnicas de
manejo, han generado una gran cantidad de sitios contaminados con metales
pesados, compuestos orgánicos y otros materiales peligrosos (Virkutyte et al.
2002).
En las últimas tres décadas se han desarrollado diversas tecnologías para la
remediación de suelos contaminados que actualmente se aplican exitosamente.
Sin embargo, a pesar de la existencia de estas tecnologías, se continúa realizando
investigación orientada a mejorar la eficiencia de las ya existentes así como el
desarrollo de técnicas innovadoras, por lo cual muchas de ellas se encuentran en
etapa de investigación para determinar su factibilidad técnica y económica. Dentro
de la diversidad de tecnologías, figuran las aplicables in situ, las cuales al evitar
operaciones de excavación y transporte, suponen una reducción de costos y
riesgos. Dentro de este grupo de tecnologías destacan algunas como:
electrorremediación, arrastre de fluidos, extracción forzada con vapores,
oxidación química y “landfarming” (un resumen de las ventajas técnicas y
aplicabilidad de estas tecnologías se presenta en el cuadro I). En el caso de la
electrorremediación, esta técnica ha demostrado su capacidad de remover algunos
contaminantes orgánicos como tricloroetileno e hidrocarburos, ya sea en estudios
de laboratorio, a nivel piloto y de campo, (Martínez 2001, Molina et al. 2004); sin
embargo, su principal aplicación ha sido en suelos contaminados con metales, para
remover elementos como Cr, Cd, Hg, Pb, Mn, Zn y As (Hamed et al. 1991, Acar
et al.
1994, Hicks y Tondorf 1994, Reed et al. 1995, Acar y Alshawabkeh 1996, Cox et
al. 1996, Hansen et al. 1997, Kim y Kim 2001, Suer et al. 2003, Pazos et al. 2006).
En diversos estudios de investigación la aplicación de la electrorremediación ha
permitido alcanzar eficiencias de remoción cercanas al 100 %, principalmente si
la contaminación es causada por un solo metal ([Pb] Hamed et al. 1991, Reed et
al. 1995, Acar y Alshawabkeh 1996, [Cd] Acaret al. 1994, Hicks y Tondorf 1994,
[Hg] Cox et al. 1996, [Ca] Maini y Sharman 1999). En las aplicaciones en campo,
los resultados han sido variables dependiendo del tipo de suelo, el tipo de
contaminante y la variante tecnológica utilizada. El presente documento tiene la
finalidad de presentar una revisión técnica sobre la electrorremediación como
tecnología para la restauración de suelos contaminados con compuestos orgánicos
e inorgánicos.
En el análisis se presentan el fundamento técnico, los mecanismos de remoción
del contaminante, los factores que influyen en el proceso, las variantes utilizadas
para mejorar su rendimiento, así como una visión sobre su aplicación en campo.
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o una corriente directa, se requiere el empleo de electrodos (ánodo y cátodo),
los cuales son colocados en pozos excavados en el suelo, usualmente estos se
humectan con un electrolito para mejorar las condiciones de conducción del
campo eléctrico.
La acción del electrolito permite transportar el contaminante hacia los pozos
en donde será extraído.
Al contrario del arrastre de fluidos, esta técnica permite establecer una
migración dirigida, la cual evita la dispersión del contaminante fuera de la
zona de tratamiento.
Los mecanismos principales por los cuales el campo eléctrico conduce los
contaminantes hacia los electrodos son: electromigración, electroósmosis y
electroforesis. Siendo los dos primeros los que ejercen la mayor influencia en
el transporte del contaminante. A continuación, se describe cada uno
Electromigración. Es un fenómeno en el cual los iones en solución y los
coloides que tienen carga eléctrica se mueven a través del campo eléctrico con
una velocidad que es proporcional al producto de la fuerza del campo eléctrico
y la movilidad del ión o partícula, un esquema se presenta en la figura 1. La
ecuación básica que describe la electromigración de iones a través de un
capilar es:
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de las propiedades del suelo, así como de la fuerza iónica y el pH del
electrolito (Yeung 1990).
Por ejemplo, con un gradiente de potencial eléctrico de 100 V m-1 , los valores
típicos de potencial ζ están entre -10 y -100 mV, lo cual causa que el agua
fluya hacia el cátodo a una velocidad que puede alcanzar 10 cm⋅día-1 ; bajo
estas condiciones algunas pruebas de laboratorio han demostrado una eficiente
remoción de compuestos orgánicos insolubles, los cuales tienen cargas iónicas
parciales, por lo que las cargas iónicas totales resultan ser muy débiles y no
lograrían moverse solo por electromigración (Yeung 1990, Martínez 2001).
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CONCLUSIONES
Perú es un país minero por excelencia, cuyo agente contaminado es identificado a nivel
nacional que tenemos.
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RECOMENDACIONES
Realizar estudios sobre las fuentes de contaminación de zonas, de modo que sea posible
realizar estudios retrospectivos acerca del origen, y extrapolar los resultados para realizar
una evaluación del riesgo de estos contaminantes.
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