LA ALIANZA DE LA AUTORIDAD ECLESIASTICA CON LA CLASE

GOBERNANTE, 1890-1931
Por clase gobernante entendemos el grupo que se consolido en el poder a finales del S. XIX y
principios del S. XX. Este grupo singular estaba integrado principalmente por cafetaleros,
azucareros, algodoneros y financieros.

1. La autolegitimización por la fuerza

A partir de la reforma agraria de Zaldivar se inició un proceso de formación de plantaciones de
café para la exportación. El proceso no se dio pacíficamente, intensas luchas sociales ocurrieron
en todo el país.

La Constitución de 1886 fue una especie de sombra legal que permitió el funcionamiento de un
sistema político que podríamos calificar de auto legitimación por la fuerza. El sistema político
de autolegitimación por la fuerza se caracteriza por una absoluta falta de respeto a la
Constitución y a los derechos de los ciudadanos.

En febrero de 1913 cuando Carlos Meléndez asumió la presidencia por primera vez, la clase
gobernante tomo la forma de un grupo familiar cerrado que controlo el país con la misma
eficacia con que se controlaba una hacienda cafetalera.3 Desde 1913 hasta 1927 el país estuvo
en manos de la familia Meléndez- Quiñonez. La administración pública alcanzo niveles de
corrupción hasta entonces desconocidos. La familia, a través de parientes y amigos, extendió sus
operaciones en el comercio y la agricultura.

En las elecciones de 1927, Alfonso Quiñonez, después de vanos intentos por reelegirse, impuso
a Pio Romero Bosque. Quiñonez pensó retener el poder a través de Romero, pero este no se
dejó manipular, independizándose del primero. Romero Bosque permitió el sindicalismo y las
organizaciones laborales mientras estas no amenazaron directamente la base de poder de su
administración.
2. La autoridad eclesiástica reconoció a la autoridad constituida
Las elecciones oficiales se iniciaron en 1903. El presidente saliente escogía entre sus amigos y
colaboradores a su sucesor, quien entonces se convertía en el candidato oficial, teniendo así
asegurada de antemano la elección.

La guardia nacional, cumpliendo órdenes de Casa Presidencial, forzaba a los campesinos a votar
por el candidato oficial. Los candidatos opositores, frecuentemente procedentes del mismo
grupo político y económico que el candidato oficial, eran amenazados, sus campañas electorales
obstaculizadas, censurada su propaganda política y sus seguidores eran puestos en prisión.

Independientemente de la manera como se obtuviera el poder, las autoridades eclesiásticas

siempre reconocieron y bendijeron a las autoridades civiles constituidas. El general Rafael
Gutiérrez a su entrada a San Salvador se presentó en la catedral a dar gracias por el éxito
obtenido en el golpe de Estado que derroco a Ezeta. El reconocimiento de Carlos Ezeta presento
ciertas dificultades. Ezeta había sido amigo personal del presidente Menéndez y su brazo
derecho. Ezeta desde los inicios de su carrera política tuvo aspiraciones presidenciales y cuando
las vio frustradas por los deseos de reelección de Menéndez decidió apoderarse del poder por
medio de un golpe de Estado. El presidente Menéndez murió de un ataque al corazón al tener
noticias de lo sucedido. La toma del poder por Ezeta, además de ser inconstitucional, tenía visos
de traición.
3. La prensa católica no podía hablar de política nacional
La labor periodística se consideró como una tarea fundamental para la difusión de las doctrinas
católicas y la denuncia de los errores ideológicos de la época. Es admirable la cantidad de
publicaciones católicas a nivel nacional y regional.
Los párrocos tomaron como parte importante de su ministerio pastoral la labor periodística. El
obispo Perez censuró muchos periódicos. El obispo tuvo especial cuidado de que el gobierno no
se sintiera herido por las publicaciones católicas. Reconoció que aunque los principios e
intereses de la verdad católica debían defenderse valientemente frente a los ataques de la prensa
liberal, ello debía hacerse con suavidad y gravedad sin que ninguna persona llegara a sentirse
atacada y mucho menos el gobierno. La redacción de El Católico defendió la posición del
obispo, diciendo que todo periódico religioso debía estar absolutamente sometido a la dirección
de los obispos.

4. Los éxitos de la política de Pérez: Relaciones con la Santa Sede, regreso de los
religiosos y pequeños favores
En el reconocimiento oficial del representante de la Santa Sede por el gobierno de El Salvador
puede observarse como Perez a lo largo de los anos hizo verdaderos progresos en su lucha
reivindicativa. A mediados de 1910, Cagliero visito El Salvador en carácter privado. El
delegado apostolico se entrevisto con el obispo y el cabildo quienes aprobaron el proyecto de
elevar a metropolitana la sede de San Salvador con dos sedes sufraganeas. El 11 de febrero de
1913 Pio X por medio de la bula Americae Centralis elevo la sede de San Salvador a
metropolitana separandola de Guatemala.
Con su politica de prudencia y conciliacion Perez logro que el gobierno permitiera, e incluso
colaborara activamente, en el retorno gradual de los religiosos. En 1888 llegaron al pais los
padres de la congregacion de la mision, quienes se dedicaron a la predicacion constante de
misiones parroquiales. El mayor anhelo de Perez era conseguir alguna orden religiosa que
tomara a su cargo el seminario. En diciembre de 1895, Perez, despues de haber obtenido la
aprobacion y el apoyo del gobierno, se puso en contacto con los religiosos de las escuelas pias.
Cornelio Lemus, ministro de hacienda, firmo junto con Perez una carta pidiendo oficialmente
religiosos al provincial de las escuelas pias de Puerto Rico.

5. Matrimoni, divorcio y prostitución

Mientras la Asamblea discutia la conveniencia de establecer el
divorcio absoluto, Perez se dirigio personalmente a Ezeta para
impedir la aprobacion del decreto.128 El presidente, al parecer
prometio al obispo que tal ley no seria aprobada y que, en todo
caso, aunque el congreso la aprobase el no firmaria. Sin embargo,
el Congreso aprobo la ley del divorcio absoluto el 19 de abril y
la paso al Poder Ejecutivo para su sancion. El presidente no
cumplio su promesa y sanciono la ley alegando que si los
catolicos eran autenticos no harian uso de la ley del divorcio
absoluto, aunque estuviese autorizado por la ley.
Si recurrian a la ley, dijo Ezeta, no era el Estado
El ministro de sanidapidio a Belloso (Sucesor de Perez) impartir ordenes a los parrocos para
que por medio de la
predicacion atacaran “este mal de disolucion social”.144 Belloso
respondio que el ya habia estado trabajando en el asunto desde
los colegios catolicos, los cuales, en su opinion, impartian una
educacion “solidamente cristiana”, desde los centros de caridad
como El Buen Pastor, la carcel de mujeres y correccional de
menores. Ahora bien, continuo Belloso, esta labor moralizadora
del clero era esteril con la ensenanza laica que privaba a los ninos
de la religion. A ello contribuian tambien la libertad de prensa, la
venta sin restricciones de propaganda inmoral y la educacion
mixta